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introducción

En esta investigación de eutanasia voluntaria trataremos de explicarlo a


través de la historia aterrizando a nuestros tiempos actuales, dando mi
punto de vista sobre la importancia que tiene el concepto y
comprenderemos y estudiaremos la relevancia que esta tiene como
voluntad anticipada de aquellas personas que sufren de una enfermedad
irremediable y que pasan por mucho dolor, a la muerte digna debe de
existir como un derecho si bien tenemos derecho a vivir también debería
de existir un derecho a morir dignamente es como algunos deducen y
justifican el tema, como un principio del derecho mexicano puesto que este
tema es delicado como el del aborto o pena de muerte, aún existen
reproches al pensar de esta manera con respecto a la religión lo legal y lo
científico, se debate y aun no se sabe con claridad ni es aceptada en
México. Este tema ha quedado en pausa porque hasta el día de hoy la
eutanasia es un tabú para muchos e incluso lo han manifestado como
homicidio a quien lo aplique y como suicidio a quien decida propiamente
por su vida. En México, la eutanasia o muerte por piedad, no se permite.
Aquí, el artículo 312 del Código Penal impide el suicidio asistido de un
enfermo terminal. En el código penal lo podemos encontrar como delito,
enunciado a partir del tipo penal de “Participación en el suicidio”.
Concepto e historia
Eutanasia:
Etimológicamente, eutanasia (del griego “eu”, bien, “Thánatos”, muerte) no
significa otra cosa que buena muerte, bien morir, sin sufrimiento. En la
práctica es el acto que pone fin a la vida de un enfermo terminal a su
solicitud, de quienes él depende o por decisión del médico que lo atiende;
es también definida como la muerte intencional de la paciente producida
por acto u omisión de quienes lo tienen a su cuidado.
Eutanasia voluntaria o pasiva:
La eutanasia voluntaria es la práctica de la finalización de la vida de una
manera indolora. Tanto ésta como el suicidio asistido han sido focos de
interés a lo largo de los últimos años, cuando un individuo que tiene las
capacidades físicas y mentales para pedir que lo ayuden a morir y lo ha
pedido.
Eutanasia Pasiva: aquella que consiste en la inhibición de actuar o en el
abandono en el tratamiento iniciado, evitando intervenir en el proceso hacia
la muerte.
Definición de acuerdo al autor.
Guillermo J. Mañón Garibay entiende por “eutanasia
el hecho de provocar la muerte para beneficio de la persona”
El mismo autor considera que para dirimir hasta qué punto el conflicto de
valores y derechos es relevante para ofrecer una solución al problema, es
necesario distinguir las varias formas en que puede tener lugar la eutanasia,
a saber:
-eutanasia voluntaria (manifestación explícita del paciente de su deseo de
morir); El autor citado afirma que existe una argumentación de justicia
jurídica y moral en ese sentido. Explica que “si bien el derecho no obliga a
nadie a terminar con la vida indeseada, puede permitir, apelando a la bondad
de alguien, atender a las expectativas de calidad de vida de una persona en
particular y procurar su, finalización. Así se resolvería el conflicto de derecho
a la vida (sentido jurídico) y derecho a elegir sobre la vida (sentido moral)

Eutanasia y su evolución histórica.


Así como una jornada bien empleada
produce un dulce
sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte.
” –Leonardo Da Vinci

Desde siempre, a lo largo de la historia, se ha tratado de regular la muerte


producida de forma voluntaria, tanto la realizada por el propio sujeto como
la realizada por terceros, mediante normas escritas o no, siendo estas
normas un reflejo de las concepciones imperantes en cada época, ya
fueran religiosas, filosóficas científicas o de cualquier otro orden. Las
prácticas eutanásicas y el suicidio por motivos altruistas, eran bastante
frecuente en los pueblos primitivos, pudiéndose destacar tres categorías:
suicidios de hombres una vez han llegado a la vejez o son atacados por
una enfermedad; suicidios de mujeres a la muerte de su marido; suicidios
de clientes o servidores a la muerte de sus jefes. Tanto en Grecia como en
Roma, hubo numerosos defensores y algún detractor de la eutanasia,
como lo atestiguan numerosos documentos y testimonios literarios.
Platón en su obra Fedón describe el comportamiento de Sócrates en sus
últimos días. "Sócrates fue condenado a muerte, sus amigos le prepararon
un plan de fuga, pero él prefirió acatar la ley y murió por ello. Pasó sus
últimos días de vida con sus amigos y seguidores. Poco antes de cumplir
su sentencia se bañó, para evitar con ello que las mujeres tuvieran que
lavar su cadáver. Una vez limpio bebió el veneno, y cuando sintió sus
piernas ya pesadas, se acostó dignamente sobre sus espaldas, sin
quejarse ni mostrando sufrimiento alguno, sino al contrario él era la
persona más optimista que se encontraba en ese lugar ya que toda la
demás gente sufría al saber que Sócrates iba a morir, con esto despertó la
admiración de cuantos lo rodeaban", o en su libro III de La República
también afirma que "cada ciudadano tiene un deber que cumplir en todo
estado bien organizado y habrá que establecer una legislación para el
estado que cuide de los ciudadanos bien constituidos de alma y cuerpo,
pero respecto a los que no son sanos corporalmente se les dejará morir".

Hipócrates se opuso a la eutanasia. Para él eran fundamentales la santidad


de la persona y el verdadero bienestar del paciente. Reconoció, sin
embargo, que se podría violar fácilmente esta ética ya que los médicos, no
tienen sólo el poder para curar sino también para matar. Por esta razón
hizo que los médicos se comprometieran éticamente con el denominado
Juramento Hipocrático: "Y no daré ninguna droga letal a nadie, aunque me
la pidan, ni sugeriré un tal uso, y del mismo modo, tampoco a ninguna
mujer daré pesario abortivo, sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi arte
pura y santamente." El juramento permitió a la medicina proteger al
paciente vulnerable. El Estoicismo fue la filosofía más influyente en el
Imperio romano durante el periodo anterior al ascenso del cristianismo. La
base de la ética estoica se fundamenta en que el bien no está en los
objetos externos, sino en la condición del alma en sí misma, en la sabiduría
y en el dominio, mediante los que una persona se libera de las pasiones y
deseos que perturban su vida. Séneca, Epícteto y Marco Aurelio son los
tres filósofos estoicos cuyos escritos se conservan, y ven así la eutanasia.

Séneca, basándose en que la ley eterna fija un solo modo de iniciar la vida,
pero varios para salir de ella, nos ha transmitido su opinión al respecto
cuando dice "es al hombre a quien corresponde decidir libremente sobre el
sentido y su capacidad de soportar su existencia en el cuerpo", "no se debe
ni querer demasiado a la vida ni odiarla demasiado, sino buscar un término
medio y ponerle fin cuando la razón lo aconseje", "no se trata de huir de la
vida sino de saber dejarla" o "es preferible quitarse la vida, a una vida sin
sentido y con sufrimiento”. Epícteto ve la muerte como una afirmación de la
libertad. "la vida a veces no tiene rumbo alguno y solo provoca sufrimientos
tanto para el enfermo como para sus familiares, es por lo que el enfermo
tiene el derecho a decidir".
Marco Aurelio, en su Libro III "una de las funciones más nobles de la razón
consiste en saber si es o no, tiempo de irse de este mundo".
El cristianismo, en un principio, no solo no condenó el suicidio, sino que
incluso lo consideró como un gesto heroico, para escapar al deshonor o
como una forma de aceptar el martirio. A partir del siglo IV, es cuando para
evitar el gran número de suicidios de creyentes fanáticos, que pretendían, a
través de la inmolación, conquistar el paraíso, y para restablecer un poco
de valor a la vida humana, empieza a manifestarse en su contra. San
Agustín equiparó el suicidio al homicidio y no admitía ningún tipo de
excepción, ni en casos de gran dolor moral ni desesperación. El
pensamiento agustiniano influyó en gran medida en la doctrina posterior de
la Iglesia. El Código Canónico empezó a condenar el suicidio a partir del
Concilio de Arles en el año 452, estableciendo sanciones como la
prohibición de la celebración de la misa y el canto de los salmos, cuando se
acompañaba al difunto a la tumba, también la prohibición de sepultura en
campo santo, y la excomunión para quienes solo lo hubieren intentado.
En la Edad Media la Iglesia Católica siguió condenando el suicidio, y por
tanto la eutanasia, por atentar contra: el amor debido a sí mismo, la
sociedad y el derecho exclusivo de Dios sobre la vida del hombre, y
además ordenó la confiscación de todas las propiedades del suicida y todo
tipo de humillaciones para el cadáver. Sin embargo, no logró suprimirlo del
todo, puesto que en determinadas circunstancias se siguió produciendo, en
las ordalías medievales se utilizaba un puñal corto y afilado para "rematar"
a los heridos sin posibilidad de curación, que recibía, no por casualidad, el
nombre de "misericordia".
En el Renacimiento se produce un cambio de mentalidad, y en lo que se
refiere a la eutanasia, a ésta se la relaciona con el buen morir en el sentido
físico, como el último proceso de la vida del ser humano. Tomas Moro, al
describir en su obra Utopía, la forma del Estado ideal, afirma por una parte
que se debe prestar a los moribundos todo cuidado y solidaridad. Pero
considera que, en casos de dolores extraordinarios, se puede recomendar
poner término a su vida. Se le puede causar la muerte al enfermo, si éste
está de acuerdo, privándole de los alimentos o administrándole un veneno.
También indica que se requiera el permiso de las autoridades y de los
sacerdotes para evitar posibles abusos.
En 1605 Francis Bacon introduce por primera vez, la actual concepción de
eutanasia: "la acción del médico sobre el enfermo incluyendo la posibilidad
de apresurar la muerte". David Hume, (1711 a 1776) justifica la eutanasia
cuando dice "si el disponer de la vida humana fuera algo reservado
exclusivamente al todopoderoso, y fuese infringir el derecho divino el que
los hombres dispusieran de sus propias vidas, tan criminal sería el que un
hombre actuara para conservar la vida, como el que decidiese destruirla".
Los Utilitaristas, a finales del siglo XVIII y en el XIX, en su pensamiento
mantienen que cualquier acción es moralmente buena cuando produce
mayores beneficios que perjuicios, y por lo tanto, el valor ético de la
conducta está determinado por el carácter práctico de los resultados.
Bentham identifica el "bien" con el placer o la felicidad, y el "mal" con el
dolor o la infelicidad y defiende "el mayor bien para el mayor número de
gente". En relación a la eutanasia su posicionamiento está basado en que
será mayor el bien y la felicidad, tanto para el enfermo como para su
familia, si se ayuda al enfermo a morir de una forma digna, que si se le
ayuda a prolongar el sufrimiento. La Revolución Francesa creó la tradición
jurídica de la no punición del suicidio que se refleja en la casi totalidad de la
actual codificación penal.
Los Eugenistas buscan el perfeccionamiento de las cualidades de la raza
humana mediante el estudio de la herencia. Aunque la idea de eugenesia
estaba ya presente en la República de Platón, el actual concepto se fraguó
durante la segunda mitad del siglo XIX con el darwinismo social,
fundamentado en la perfección de la especie humana y en una confianza
cada vez mayor en la ciencia como forma de conocimiento. Cuando sus
lemas, "lucha por la supervivencia" y "ley del más fuerte", se aplicaron a la
sociedad, es cuando aparece la eugenesia moderna. A partir de 1900, con
la aparición de la genética moderna, las corrientes interesadas en "mejorar"
la raza humana se transformaron en un movimiento institucionalizado, los
Eugenistas, en el que cabe destacar dos corrientes: la eugenesia positiva
que se centra en aumentar el potencial educativo de los individuos
especialmente "adaptados", y la eugenesia negativa que subraya la
necesidad de apartar a aquellos particularmente "inadaptados". Entre 1910
y 1940 el movimiento, estrechamente asociado con un sentimiento de
superioridad blanca anglosajona, fue especialmente intenso en Inglaterra,
Estados Unidos y Alemania. Karl Binding y Alfred Hoche en 1920 utilizan el
término eutanasia, para proponer la muerte de personas social y
económicamente inadaptadas como los enfermos mentales o minusválidos.
A finales de 1939, Hitler autorizó, por primera vez, la aplicación de la
eutanasia, a un niño ciego, deficiente mental, y con sólo dos extremidades,
que se encontraba ingresado en una clínica de Leipzig. En 1939 la
Alemania Nazi aprobó una norma por la que se obligaba a informar a las
autoridades, del nacimiento de niños con defectos físicos, y tres peritos
decidían si el niño debía o no seguir viviendo. Poco después, Hitler dictó
las normas legales que legitimaron la eutanasia en Alemania. Por primera
vez en la historia, una autoridad política, emanada de unas elecciones
democráticas, aprobaba la supresión de "vidas humanas sin valor".
Después de la segunda guerra mundial la eutanasia se vuelve un tema
tabú. En nuestros días, el común es la vida vorágine que se impone como
dinámica de supervivencia en un mundo que se dice globalizado, en el que
las inequidades se hacen más abismales que nunca, vale la pena la
reflexión profunda y consciente sobre temas que parecieran no agotar su
trascendencia, como lo es la muerte. Pretensión que se toma desde lo que
pudiese concebirse como el momento en que el fallecimiento se
medicaliza; es decir, en el que comienza a verse al médico como un actor
importante que media en el proceso de morir. Claro está que el
protagonista del hecho es el paciente moribundo, que en su última
transición desde lo conocido a otra dimensión aun por conocer, busca
consuelo, apoyo y la comodidad que pudiesen brindarle las medidas y
procedimiento que el galeno pudiese ofrecerle. Pasa entonces a ser no
sólo un hecho, sino también un encuentro de lo humano y lo divino, en el
que participan decisiones de terceros, como el médico y los familiares,
enmarcados en un ámbito de creencias y cultos espirituales compartidos
por un grupo de individuos que conviven en un escenario social y cultural.
HISTORIA EN ASPECTOS LEGAL

La Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial, adoptada por


la O.M.S., formula los ideales hipocráticos en términos actuales: "Guardaré
el máximo respeto a la vida humana desde su comienzo".
Es en el párrafo quinto donde se habla de la eutanasia, y también del
aborto, pues existe un paralelismo entre los dos; lo hace del modo
siguiente: "Y no daré ninguna droga mortal a nadie, aunque me lo pidan, ni
sugeriré un tal uso, y del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré un
abortivo, sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi arte puramente". Estas
palabras expresan con solemnidad y precisión el compromiso de respetar
la vida humana que comienza y la que termina.

En la Guía Ética Europea, al inicio del capítulo primero se lee "El respeto a
la vida y a la persona humana resume lo esencial de la ética médica" por
otro lado Para promover la legalización de la eutanasia y del suicidio
asistido aparecen en el siglo XX y empiezan a difundirse y a tener
aceptación las sociedades de eutanasia voluntaria. Hoy día existen más de
treinta en todo el mundo, y algunas de ellas cuentan con gran número de
socios. Para ello realizan campañas en los medios de comunicación para
conseguir un clima favorable entre la opinión pública.
Pretenden asimismo que tenga validez efectiva el denominado "testamento
vital" que estas sociedades difunden.
Estas asociaciones tratan -en términos generales-, de facilitar la muerte a
todos los que la deseen; en algunos países han editado "guías de auto
liberación", con indicaciones precisas para suicidarse. En Francia, ya en
1978, el senador Caillavet (presidente de la Asociación derecho a morir
dignamente), presentó un proyecto de ley sobre el "derecho a la muerte"
que buscaba solamente evitar los cuidados médicos desproporcionados; el
verdadero objetivo, como reconoció después, era conseguir "un cambio de
mentalidades" con respecto al tema de la eutanasia y del suicidio asistido.
A si mismo vemos que en México está prohibida la eutanasia y el suicidio
asistido. El artículo 166 Bis 21 de la Ley General de Salud establece que
“Queda prohibida la práctica de la eutanasia, entendida como homicidio por
piedad, así como el suicidio asistido conforme lo señala el Código Penal
Federal”. El artículo 312 del Código Penal Federal establece que “El que
prestare auxilio o indujere a otro para que se suicide, será castigado con la
pena de uno a cinco años de prisión; si se lo prestare hasta el punto de
ejecutar él mismo la muerte, la prisión será de cuatro a doce años”.
Cuadro comparativo de argumentos respecto a la
“EUTANASIA”

Argumentos a favor Argumentos en contra

Una muerte es adecuada o buena cuando La vida es un regalo de Dios y solo puede ser
está asistida por profesionales que evitan el tomada por el
dolor, controlan el miedo y la ansiedad del
La provocación de la muerte de un
paciente en la medida de lo posible y
semejante, por muy compasivas que sean las
aseguran los cuidados necesarios
motivaciones, es siempre ajena a la noción
La medicina no puede evitar la muerte; sí de dignidad de la persona humana
puede y debe evitar el sufrimiento
La legalización podría traer como
innecesario que ocasiona la prolongación de
consecuencia que se llegaran a cometer
la vida bajo circunstancias insalvables.
actos criminales en pacientes que no han
Está admitida la objeción de conciencia. La expresado su consentimiento o bien son
OMC tendrá que reconocer que un Código incapaces de expresar su deseo de morir.
Deontológico es de rango inferior a una Ley
Legalizar la eutanasia es legalizar el suicidio.
que despenalice la eutanasia.
El dolor —y su aspecto subjetivo, el
El derecho a la muerte digna, expresamente
sufrimiento— forma parte de toda vida
querida por quien padece sufrimientos
humana y de la historia de la humanidad.
atroces.
Es para eliminar pobres: los ricos no utilizan
El derecho de cada cual, a disponer de su
la eutanasia.
propia vida, en uso de su libertad y
autonomía individual La eutanasia no aumenta la autonomía
personal, e incluso puede reducirla.
La necesidad de garantizar la dignidad y el
respeto para el vivir, incluye buena atención
en salud.
o
El artículo aprobado en la Ciudad de México implica el derecho a una
muerte digna, también llamado ortotanasia. El término implica el derecho al
paciente a morir dignamente sin utilizar medidas extraordinarias para
mantenerlo con vida. Por el contrario, la eutanasia incluye una acción que
acelera la muerte de la persona enferma con el objetivo de acabar con su
dolor o sufrimiento, la eutanasia supone la aceleración de la muerte del
paciente para acabar con su dolor o sufrimiento.
Existe la eutanasia activa y la pasiva. La activa consiste en la utilización de
fármacos que acaban con la vida de la persona de forma directa. La
eutanasia pasiva se centra en la suspensión de un tratamiento que acabará
con la muerte del enfermo, la llamada muerte por omisión.

En la Ciudad de México se contemplarán las dos maneras de interrumpir la


vida de un enfermo como derechos constitucionales.
"A nuestro juicio, la vida digna tiene implícitamente el derecho a morir con
dignidad, pero una persona con dolores terribles, que ya no utiliza los
analgésicos, que pierden capacidades, ya no vive con dignidad como ser
humano.
"Entonces una persona en estas condiciones, en el ejercicio del derecho a
una muerte digna, puede decidir terminar con su vida, porque, así, puede
morir con dignidad"
"Los legisladores en el Congreso permanente deben establecer una ley
para regular este derecho constitucional. Aunque actualmente existe la ley
de voluntad una ley anticipada, no debe confundirse con la eutanasia",
La Ley de Voluntad Anticipada se refiere a casos en que un enfermo decide
abandonar el hospital, porque ya no le ofrecen cura y decidir suspender los
medicamentos,
Ortega Martínez explicó que este derecho podría incluso aplicarse a
personas de otras entidades que acudan a la Ciudad de México para
someterse a la eutanasia.
"Es una medida progresista, es un derecho de avanzada, en una
Constitución deben prevalecer las leyes civiles, no las morales, no
comparto esa idea de que hay un dador de la vida y un dador de la muerte,
eso no puede ser puesto en una Constitución".
En nuestra opinión cada persona tiene el derecho de tomar decisiones con
aspectos relacionados a su vida, incluyendo su muerte, así como
decidimos como vivir nuestra vida (que estudiar, que comer, que vestir,
etc.) La eutanasia es un acto compasivo de ayudar a morir con dignidad. El
ayudar a morir a una persona que está sufriendo es mejor, que mantenerla
con vida cuando se sabe que la muerte ya no se puede evitar.
Pacientes terminales pueden sentirse una carga.
Las personas con enfermedades terminales al no poder hacer
prácticamente nada, sienten que la vida para ellos carece de sentido. Esta
falta de utilidad se vuelve un sufrimiento para muchos pacientes que tienen
que depender de otros.
El costo de mantener un paciente en estado terminal.
La maquinaria y los tratamientos médicos son sumamente costosos tanto
para los familiares como para el estado. De esta forma invertir en
tratamiento que de igual manera no producirá ningún bienestar en la
persona, puede parecer superfluo. a continuación, presentamos casos
voluntarios de eutanasia que han impactado :
En Argentina, la Ley 26.742 sobre derechos del paciente, historia clínica y
consentimiento informado -conocida como ley de muerte digna- tuvo como
antecedente a una protagonista de tan sólo tres años que hoy se convirtió
en todo un símbolo: Camila.

Nació el 27 de abril de 2009 con una hipoxia cerebral que le impidió


respirar durante el parto, y entró en coma a pesar de los intentos de
reanimación. A poco de cumplir cuatro meses, se le practicó una
traqueotomía y se le implantó un botón gástrico para alimentarla.

Fue en octubre de 2011 cuando su nombre se conoció en todo el país. Su


madre, Selva, dirigió una carta a la presidente Cristina Fernández de
Kirchner, en la que le requería un cambio en la legislación para el derecho
a la muerte digna. Los médicos se habían negado de manera rotunda a
desconectarla hasta que su mamá hizo pública la dolorosa historia. En
menos de un año, Selva logró que la muerte digna entrara en discusión
para finalmente convertirse en ley. Fue sancionada por unanimidad por el
Senado nacional el 9 de mayo de 2012 y consagra el derecho de las
personas en estado irreversible o terminal, a decidir en forma voluntaria el
retiro de medidas de soporte vital, o a sus tutores, en el caso de menores
de edad. Un mes después, Camila fue desconectada del respirador que la
mantenía con vida y murió en el Centro Gallego.
El primer caso de eutanasia en América Latina
A los 79 años, el colombiano Ovidio González pidió formalmente la
eutanasia a raíz de un cáncer que le causaba terribles dolores y le había
desfigurado el rostro.
"Señores Oncólogos de Occidente S.A. Yo, José Ovidio González Correa,
con 79 años de edad, en uso pleno de mis facultades mentales y de
manera libre y voluntaria, manifiesto mi intención de que se me realice la
eutanasia. La anterior solicitud la hago bajo la gravedad de juramento, con
la convicción libre y absoluta del ejercicio de mi derecho fundamental a
morir dignamente".

Después de unos 19 años de que fuera sancionada la ley que legaliza esa
práctica en Colombia, González Correa fue la primera persona en hacer
uso de ella. Y es que recién el 20 de abril de 2015 el Ministerio de Salud
colombiano reglamentó la aplicación de esa norma de 1997, tras una orden
de la Corte Constitucional. La reglamentación establece que la entidad que
practicará la eutanasia debe conformar un comité científico-legal para
analizar el caso y determinar si aprueba o no la práctica. Según el
protocolo, al enfermo que cumple con los requisitos para la muerte asistida
se le aplica simplemente una potente sedación. Su petición se cumplió.
Ovidio falleció el viernes 26 de junio de 2015.
Conclusión

Más ético en ciertos casos era ayudar a morir.”


-Isabel allende.
Los países en los cuales se ha despenalizado la eutanasia se basaron en
los principios constitucionales de dignidad humana, respeto por la
autonomía y solidaridad. Por otro lado, Es un instrumento mediante el cual
una persona competente establece por escrito su voluntad sobre los
tratamientos que querría y no querría recibir en caso de llegar a
encontrarse en una situación en que no pueda expresar por sí mismo su
voluntad. La voluntad anticipada entra en vigor cuando la persona ya no es
capaz de expresarla Es imposible concebir que en nuestro país se acepte
una práctica que atente contra la vida, del modo en que se vea la eutanasia
en cualquiera de sus formas es un asesinato, aun cuando se escude en
razones de índole humanitarias. El derecho a la vida contemplado en el
artículo 19 n°1 es base de nuestro ordenamiento jurídico y el Estado, que
se encuentra al servicio de la persona humana no puede ni debe permitir la
aplicación de este atentado contra la vida, la cual debe proteger y no
brindar los medios para acabar con ella. No podemos obviar que todas las
religiones rechazan la práctica de la eutanasia, siendo la religión católica el
más acérrimo enemigo de la eutanasia, dado que Dios nos entrega la vida
y sólo Él puede determinar en qué momento acaba, sin intervenir el hombre
del modo en que sea .La práctica de la eutanasia contraviene todos los
principios éticos y morales que sustentan nuestra sociedad, atenta contra
los valores religiosos en los cuales se ha sostenido durante siglos la Iglesia
Católica

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