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Desde hace algunos días Latinoamérica es el foco de la pandemia del covid 19 con más del 50% de los casos positivos a nivel
mundial. Hasta el 26 de mayo se superaban los 760.000 infectados y más de 41.000 fallecidos según datos de la Organización
Mundial de la Salud (OMS). A la fecha en Chile son 82.289 los contagios y 841 los muertos, dice el Ministerio de Salud.
En un acto la pandemia desató la crisis económica mundial capitalista, que ya en 2018/19 dio fuertes señales en el
subcontinente con los gobiernos lacayos de las transnacionales y bancos imperialistas lanzando enormes ataques a las
condiciones de vida de millones de trabajadores y sus familias (que en México, Ecuador, Haití, Chile, Bolivia, Venezuela,
Colombia dieron enormes rebeliones y luchas). Ahora comienza a mostrarse con toda su magnitud, dejando en la completa
barbarie a zonas enteras de la región, Estados, Ciudades, Comunas y guetos donde trabaja, vive e intenta atender su salud el
pueblo trabajador que está siendo arrasado por la crisis económica y sanitaria.
Los verdugos explotadores, sus gerentes de empresa, presidentes, parlamentarios y todas sus autoridades estatales, han
mostrado un completo afán y codicia por mantener sus multimillonarias ganancias, por sobre la vida del pueblo trabajador, la
cual desprecian y están dispuestos a exprimir hasta la muerte. Con la pandemia del Covid-19, Latinoamérica y el mundo
presencian un homicidio social, de clase: están muriendo día a día los que mal se alimentan, quienes viven sin luz ni agua
potable, hacinados bajo el frío o calor extremos, que trabajan turnos interminables bajo el látigo patronal, o sufren el azote de
la cesantía y los trabajos temporales o informales; los que por ende viven una vida aquejada por enfermedades, muchos de
ellos que sólo asisten a recibir una precaria atención médica cuando ya éstas son catastróficas; a quienes hasta una simple
enfermedad se los lleva de la noche a la mañana a la tumba, para qué decir el Covid 19.
De hecho, según cifras oficiales, y ante una indiferencia total por la vida obrera, el Brasil del milico lacayo del imperialismo,
Bolsonaro, ha pasado a ocupar el segundo lugar de personas contagiadas en el mundo por Covid-19, detrás de EE.UU., (1,6
millones de contagiados y 97.971 muertos) con cerca de 400.000 y 24.746 fallecidos. En Perú, donde han declarado
esenciales trabajos como la minería (sucediendo allí reiterados brotes del virus) y reina la pobreza extrema en varios Estados
del país, así como en la propia capital, la cifra de contagios alcanza el segundo lugar de Latinoamérica con 135.905, llegando
el número de muertos a 3.983. En Bolivia los infectados son 7.136 y 274 los fallecidos. En Colombia el número de
contagiados es de 24.104 y de 803 el de fallecidos oficialmente. En México llegan a 78.023 los contagios y a 8.597 los
decesos. Como en todo el mundo, en Ecuador -donde los primeros días de abril los cadáveres se encontraban por cientos,
durante días, en las calles y en las casas de las familias obreras de Guayaquil- las cifras oficiales no reflejan la realidad,
siendo 38.103 los contagiados y 3.275 los muertos.
No podía ser distinto, a los explotadores no les preocupó la situación de millones de trabajadores, de parias y “pobres
diablos” en la miseria total antes de la pandemia, menos les va preocupar ahora que caen sin parar sus ganancias, se ha
desatado el quiebre de transnacionales y de grandes empresarios locales. Los organismos de la burguesía mundial, anuncian
la peor recesión en la historia de Latinoamérica, que ya antes de la crisis era considerada la región más desigual del mundo.
La CEPAL previó a fines de abril que en 2020 habrá 11, 6 millones de nuevos despidos, aumentando la tasa de cesantía hasta
un 11,5 %. Mientras dijo que la pobreza lo hará de un 30,3 % a 34,7 %, lo que significa un incremento de 29 millones de
personas (¡casi el equivalente a la población de Perú!), subiendo la extrema pobreza hasta un 13,5 %. La semana pasada hizo
pública las cifras de trabajo informal para América Latina y el Caribe, llegando a un 54 % de la fuerza laboral activa, siendo
los sectores que más alimentan esa cifra, en primer lugar, trabajadores sin educación, seguido de mujeres y también jóvenes
entre 15 y 24 años.
¡A millones de familias se les ha quitado el pan de la boca, siendo que un puñado de explotadores se preparan a recibir
el rescate de los Gobiernos y Bancos Centrales, en tanto los banqueros imperialistas se aprovechan extendiendo miles
de préstamos usureros, con tasas de interés absolutamente impagables, a clases medias en la ruina total! ¡Los números
que entregan los analistas de la burguesía ya están acá, son los cientos de miles de muertos, las fosas comunes,
hospitales y morgues colapsadas, la cesantía y el hambre que sin precedentes golpea a cientos de millones de latinos!.
Ya en abril el FMI alertó que la crisis económica desatada por la pandemia podría provocar luchas como las ocurridas en
Chile Ecuador o Francia los últimos 2 años. Lo mismo hizo la CEPAL la semana pasada, de su declaración claramente se
desprende que cuando quedan en evidencia las deficiencias en salud y condiciones de vida para los explotados, el odio de
clase podría ser superior al que hubo antes de la llegada del Covid19.
Y los aludidos por los organismos de la burguesía no se han hecho esperar, las últimas semanas ha habido movilizaciones y
acciones espontáneas y desesperadas en las cites de Francia, en Hong Kong, Irak, Venezuela, Ecuador y Chile. Si bien son
heroicas, ellas aún son marginales y se dan en la última trinchera de lucha, después de masacres como en Irak e Irán, cruda
represión como en Hong Kong, o pactos de paz social combinados con sanguinaria represión como en Ecuador, Bolivia, o en
Chile con el proceso constituyente. La pandemia del Covid 19 está profundizando increíblemente las condiciones de
explotación y miseria contra las que meses atrás se rebelaron los explotados en estos países, y que hoy se manifiesten así lo
demuestra.
¡Hay que profundizar ese camino! ¡O es el capital, la propiedad y las ganancias del 1% de parásitos del capital
financiero internacional, sus gobiernos, regímenes lacayos y estados burgueses asesinos, o somos nosotros, los
trabajadores y explotados, nuestras vidas, familias y niños!
Más urgente que nunca es poner en pie organismos de democracia directa y autodeterminación, que agrupen a trabajadores
ocupados y desocupados, a la mujer y a la juventud trabajadoras. Las condiciones en el subcontinente no dejan otra
alternativa, pues para derrotar a los gobiernos y los regímenes sirvientes del imperialismo, sus transnacionales y el ataque
nunca antes visto que descargan sobre nosotros, hay que derrotar a las burocracias sindicales corruptas que son sus cómplices,
organizar huelgas, la paralización completa de la producción y economía, piquetes y comités de autodefensa.
En Chile hay que derrotar a los traidores de la CUT y las demás centrales estatizadas. Ellos han sostenido cada una de las
políticas de Piñera y el régimen para que la crisis la paguen los trabajadores, nos entregaron en bandeja cuando la patronal
nos declaró una despiadada guerra de clases, e históricamente han dejado de lado a millones de trabajadores informales,
precarizados y cesantes. Creemos comités de cesantes que se unan a los trabajadores en actividad para sacar a esos corruptos
a patadas de sus cómodas cedes y ocuparlas para coordinar y centralizar a los que luchan. El movimiento minero chileno aún
está a tiempo de no faltar a la cita de la lucha y organizarse para paralizar la actividad que más ganancias entrega a las
transnacionales imperialistas. De lo contrario su suerte puede ser la que están viviendo miles de mineros sudafricanos, que a
medida que caen los precios de los minerales a nivel mundial por el avance de la pandemia, son despedidos por la quiebra de
las mineras. Aún es tiempo para romper con las políticas colaboracionistas como la de la CUT y ponerse de pie.
Por ese camino saldaremos las deudas pendientes de la lucha comenzada en octubre pasado: crear organismos de
autodeterminación y democracia directa como los Cordones industriales de los ’70, y organizar y preparar una gran huelga
general revolucionaria. Para barrer con el régimen pinochetista y el Gobierno asesino y represor de Piñera, lacayo del
imperialismo, y liberar a todos los presos por luchar.