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27 de mayo de 2020

La crisis económica capitalista y del Covid en Latinoamérica y Chile

Desde hace algunos días Latinoamérica es el foco de la pandemia del covid 19 con más del 50% de los casos positivos a nivel
mundial. Hasta el 26 de mayo se superaban los 760.000 infectados y más de 41.000 fallecidos según datos de la Organización
Mundial de la Salud (OMS). A la fecha en Chile son 82.289 los contagios y 841 los muertos, dice el Ministerio de Salud.
En un acto la pandemia desató la crisis económica mundial capitalista, que ya en 2018/19 dio fuertes señales en el
subcontinente con los gobiernos lacayos de las transnacionales y bancos imperialistas lanzando enormes ataques a las
condiciones de vida de millones de trabajadores y sus familias (que en México, Ecuador, Haití, Chile, Bolivia, Venezuela,
Colombia dieron enormes rebeliones y luchas). Ahora comienza a mostrarse con toda su magnitud, dejando en la completa
barbarie a zonas enteras de la región, Estados, Ciudades, Comunas y guetos donde trabaja, vive e intenta atender su salud el
pueblo trabajador que está siendo arrasado por la crisis económica y sanitaria.
Los verdugos explotadores, sus gerentes de empresa, presidentes, parlamentarios y todas sus autoridades estatales, han
mostrado un completo afán y codicia por mantener sus multimillonarias ganancias, por sobre la vida del pueblo trabajador, la
cual desprecian y están dispuestos a exprimir hasta la muerte. Con la pandemia del Covid-19, Latinoamérica y el mundo
presencian un homicidio social, de clase: están muriendo día a día los que mal se alimentan, quienes viven sin luz ni agua
potable, hacinados bajo el frío o calor extremos, que trabajan turnos interminables bajo el látigo patronal, o sufren el azote de
la cesantía y los trabajos temporales o informales; los que por ende viven una vida aquejada por enfermedades, muchos de
ellos que sólo asisten a recibir una precaria atención médica cuando ya éstas son catastróficas; a quienes hasta una simple
enfermedad se los lleva de la noche a la mañana a la tumba, para qué decir el Covid 19.
De hecho, según cifras oficiales, y ante una indiferencia total por la vida obrera, el Brasil del milico lacayo del imperialismo,
Bolsonaro, ha pasado a ocupar el segundo lugar de personas contagiadas en el mundo por Covid-19, detrás de EE.UU., (1,6
millones de contagiados y 97.971 muertos) con cerca de 400.000 y 24.746 fallecidos. En Perú, donde han declarado
esenciales trabajos como la minería (sucediendo allí reiterados brotes del virus) y reina la pobreza extrema en varios Estados
del país, así como en la propia capital, la cifra de contagios alcanza el segundo lugar de Latinoamérica con 135.905, llegando
el número de muertos a 3.983. En Bolivia los infectados son 7.136 y 274 los fallecidos. En Colombia el número de
contagiados es de 24.104 y de 803 el de fallecidos oficialmente. En México llegan a 78.023 los contagios y a 8.597 los
decesos. Como en todo el mundo, en Ecuador -donde los primeros días de abril los cadáveres se encontraban por cientos,
durante días, en las calles y en las casas de las familias obreras de Guayaquil- las cifras oficiales no reflejan la realidad,
siendo 38.103 los contagiados y 3.275 los muertos.
No podía ser distinto, a los explotadores no les preocupó la situación de millones de trabajadores, de parias y “pobres
diablos” en la miseria total antes de la pandemia, menos les va preocupar ahora que caen sin parar sus ganancias, se ha
desatado el quiebre de transnacionales y de grandes empresarios locales. Los organismos de la burguesía mundial, anuncian
la peor recesión en la historia de Latinoamérica, que ya antes de la crisis era considerada la región más desigual del mundo.
La CEPAL previó a fines de abril que en 2020 habrá 11, 6 millones de nuevos despidos, aumentando la tasa de cesantía hasta
un 11,5 %. Mientras dijo que la pobreza lo hará de un 30,3 % a 34,7 %, lo que significa un incremento de 29 millones de
personas (¡casi el equivalente a la población de Perú!), subiendo la extrema pobreza hasta un 13,5 %. La semana pasada hizo
pública las cifras de trabajo informal para América Latina y el Caribe, llegando a un 54 % de la fuerza laboral activa, siendo
los sectores que más alimentan esa cifra, en primer lugar, trabajadores sin educación, seguido de mujeres y también jóvenes
entre 15 y 24 años.
¡A millones de familias se les ha quitado el pan de la boca, siendo que un puñado de explotadores se preparan a recibir
el rescate de los Gobiernos y Bancos Centrales, en tanto los banqueros imperialistas se aprovechan extendiendo miles
de préstamos usureros, con tasas de interés absolutamente impagables, a clases medias en la ruina total! ¡Los números
que entregan los analistas de la burguesía ya están acá, son los cientos de miles de muertos, las fosas comunes,
hospitales y morgues colapsadas, la cesantía y el hambre que sin precedentes golpea a cientos de millones de latinos!.

Chile: una crisis social y sanitaria en desarrollo


Cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), cuentan que el trabajo informal alcanzó el trimestre noviembre, diciembre,
enero pasados a un 29,6% de la fuerza laboral.
El Ministerio del Trabajo da cuenta de que en marzo pasado hubo 299.000 mil despidos, un 38% superior que el mismo mes
de 2019, y que en abril fueron 238.115, un 11,4% más que igual mes de 2019. Que sólo entre el 4 y 22 de mayo 98.836
trabajadores, por su cuenta, solicitaron el Seguro de cesantía. Además, informa que hasta la fecha han sido 569.107
trabajadores los que se han visto obligados a aceptar la Ley cínicamente llamada de “Protección al Empleo”, que comenzó a
funcionar el 6 de abril, siendo 92.204 las empresas que se han beneficiado de ella, destacando muchas transnacionales que
han acumulado gigantescas ganancias en el país los últimos años. Hoy el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile
informó que el desempleó en el gran Santiago llegó a su cifra más alta en los últimos 20 años (junio 1999, 15,4%) escalando
hasta el 15,6%.
La Ley de “Protección al Empleo” fue votada por todos los partidos políticos del régimen, incluyendo a los que dicen
defender a los trabajadores como el Frente Amplio y el PC, en tanto los burócratas sindicales de la CUT sólo sacaron la voz
para criticar detalles y reclamar por no haber participado en su elaboración. ¡CORRUPTOS TRAIDORES SIRVIENTES
DE LA PATRONAL! Con su apoyo el Gobierno de Piñera brutalmente resolvió que con esa Ley los trabajadores
subsidiaran a las empresas para que la patronal “no los despida”, ya que las suspensiones, que pueden durar hasta por 5
meses, se pagan con los ahorros que mensualmente el Estado les descuenta de su propio sueldo. Además quien sea sometido a
ella, sólo recibe un 70% de su sueldo el primer mes, un 50% el segundo y así sucesivamente, con cientos de miles de
trabajadores que no llegan al porcentaje mínimo que establece la Ley, que a su vez, no es ninguna garantía contra el despido
después de cumplidos sus plazos.
Es claro que aumentó el precio de los alimentos, y lo confirmó ayer 26 de mayo la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias
(Odepa), diciendo que en general lo hicieron un 10% promedio, desde los primeros días de marzo hasta la fecha. El pan subió
un 13%, el litro de aceite un 10%, el arroz un 7%, los porotos más consumidos un 6% y las lentejas, en comparación con
mayo de 2019, un 10%. Todo esto en un país donde las familias más pobres destinan más de un tercio de su sueldo a la
alimentación, y un 60% de ellas gasta más de lo que recibe como ingresos, endeudándose para llegar a fin de mes.
Se suma que ya ni el gobierno ni la prensa burguesa han podido esconder la crisis que se desarrolla en la salud pública bajo el
Covid 19. Se veía venir porque su crisis es histórica, dado el paupérrimo presupuesto, la falta de hospitales, equipamiento,
profesionales, personal médico e implementos de trabajo, y porque es imposible contener una pandemia en condiciones tan
generalizadas de miseria e insalubridad, mantener el “aislamiento social” en viviendas tan precarias donde el hacinamiento
favorece la propagación del virus, más que la cuarentena fue inexistente para un gran número de quienes se vieron obligados
a seguir trabajando, debido a que la patronal se aseguró de que se entregaran salvoconductos alevosamente. Tal fue el descaro
del Gobierno en ese sentido, que desde el 20 de Abril quisieron implementar una “nueva normalidad” llamando a retomar el
100% de las actividades laborales. Hoy un estudio entregado por el rector de la Universidad de Chile y la presidenta del
Colegio Médico reveló que un 43% de casos sospechosos de Covid 19 siguió saliendo a trabajar al menos una semana y que
el 14,6% de las personas contagiadas ha salido a trabajar pese a tener que realizar cuarentena (¡¡¡!!!).
Desde hace 2 semanas que Piñera y su Ministro de Salud, Mañalich, vienen hablando de que el sistema de camas críticas está
en un 90%, que se está “cerca del límite”. Pasan los días y sus palabras son las mismas. Lo cierto es que ya hay varios
trabajadores de la salud muertos, enfermos y trabajadores denuncian esperas de hasta 12 horas por hospitalización por Covid
19 en ambulancias o carpas instaladas en los patios de los hospitales. Hay denuncias de brotes del virus en la maternidad del
Hospital San Juan en Santiago, en el Hospital de Frutillar luego de que un paciente supuestamente negativo sí estuviera
infectado, así como en los centros de diálisis para enfermos renales, donde hasta la primera quincena de mayo había 75
contagiados y 5 muertos. Hace semanas empezaron los traslados de pacientes críticos de Santiago a otras regiones del país,
como Concepción, Talcahuano, o Talca. La prensa informa que el sector sur oriente de la capital tiene el 100% de camas UCI
ocupadas, igual que el Hospital El Carmen de Maipú, el resto arriba de un 95%, mientras al Hospital Van Buren de
Valparaíso llegó un contenedor para aumentar la capacidad de la morgue.
Éstos son también los costos de que la mejor y más avanzada medicina, reunida en las lujosas clínicas, esté en manos de las
Isapres (Instituciones de Salud Previsional), que acumulan años obteniendo multimillonarias ganancias y en su mayoría son
propiedad de aseguradoras de salud y bancos de inversión yanquis, así como de los principales grupos económicos de la
patronal local. Por eso sólo está a disposición de la burguesía y sus familias, siendo contados los casos en que trabajadores
son derivados a ella desde la atención pública, lo que es remunerado por el estado con suculentos pagos por la “compra de
servicios”.

En Santiago comienzan las primeras protestas y enfrentamientos


No había que esperar mucho para que el hambre y la desesperación comenzaran a llegar extensamente a las familias
trabajadoras, que comen gracias a los ingresos que obtienen diariamente, o que en sólo días vieron irse el mísero dinero de la
Ley de “Protección al Empleo”, del seguro de cesantía, de sus finiquitos, o pensiones en el caso de los jubilados, que a causa
de su bajo monto siempre son ayudados por hijos o familiares. Que la pesadilla que se vive en los hospitales públicos hiciera
crecer el odio de clase.
Las cuarentenas parciales, por comunas, comenzaron el 27 de marzo. De ahí en adelante se fueron sumando más comunas.
Hasta que previo al 15 de mayo se dispararon las cifras oficiales, y aquel día comenzó la cuarentena total para las 32 comunas
de Santiago, junto a otras comunas de la región metropolitana: San Bernardo, Buin, Puente Alto, Padre Hurtado, Lampa y
Colina, afectando a más de 8 millones de personas. Tras eso, en el sur se sumó Lonquimay en la Región de la Araucanía, en
el norte Iquique y Alto Hospicio en la Región de Tarapacá, Mejillones y Antofagasta en la Región del mismo nombre.
El domingo 17 de mayo, en un intento de calmar la caldeada situación que se venía creando, Piñera anunció que entregaría
2,5 millones de cajas con alimentos y útiles de limpieza e higiene. A las 9 de la noche de ese mismo día los cacerolazos
recorrieron todo Santiago.
Al día siguiente, la mañana del 18 de mayo, al cumplirse 7 meses del 18 de octubre, en una población de la comuna de El
Bosque estallaron las primeras protestas. No fue casual que la lucha partiera allí, pues en esa comuna llevaban más de un mes
en cuarentena, por lo cual estaban pasando hambre al no poder trabajar por hacerlo informalmente, algunos de coleros
(puestos no establecidos en las ferias libres), como reclamaban quienes participaban en ella. Muchas mujeres contaron a la
prensa que días atrás habían decidido ir a pedir alimentos y mercadería casa por casa a los barrios altos de Santiago para
poder comer.
La juventud levantó barricadas, a las que le siguieron fuertes enfrentamientos con los pacos, que llegaron con el guanaco, el
zorrillo (carro lanza agua y lanza gases) y lanzando bombas lacrimógenas, choques que duraron hasta las 10 de la noche,
cuando llegó el ejército y 22 personas fueron detenidas. Contra 15 de ellos el Ministerio del Interior presentó tres querellas
criminales (10 por saqueo, 2 por ataque a los pacos y 3 por desórdenes púbicos) que intentan agravar acusándolos de poner en
riesgo las salud pública. 11 quedaron en prisión preventiva.
Ese mismo día en las comunas de Lo Prado, la Pintana, Maipú, Ñuñoa y Peñalolen hubo barricadas y cortes de tránsito,
siendo detenidos en ésta última comuna 17 personas por “desordenes”.
El miércoles 20 de mayo, una manifestación de 100 personas se dio en la villa San Francisco en la comuna de La Pintana,
donde cortaron calles y golpearon cacerolas. Allí denunciaron que no comían si no salían a trabajar, ya que el 70% de las
personas del sector lo hacían en la calle, también que había vecinos que llevaban 3 y hasta 4 meses cesantes. La noche de
aquel día, en la comuna de Quilicura hubo un saqueo a una carnicería ubicada en San Luis con Manuel Matta, tras lo cual
llegaron los pacos y los milicos que detuvieron a 4 personas, dándose enseguida una manifestación en el lugar. El gobierno se
querelló por saqueo, lo que también esperan agravar acusándolos de poner en riesgo la salud pública.
El jueves 21 de mayo hubo un intento de saqueo de un supermercado Líder de la comuna de Maipú. Los pacos y los milicos
lo impidieron, llevándose detenidos a 9 de las 100 personas que participaban del hecho.
El lunes 25 de mayo una nueva protesta se vivió en La Pintana, esta vez en la villa Los Lirios, donde ocuparon la calle y
levantaron barricadas exigiendo la entrega de cajas con alimentos. El mismo día en la comuna de Puente Alto, en el sector de
Bajos de Mena, cientos de personas golpearon cacerolas, levantaron barricadas y cortaron calles desde las 9 de la mañana,
exigiendo ayuda, ya que la crisis económica provocada por la pandemia golpeó terriblemente sus condiciones de vida y
debido a las mediciones que usa el Estado no califican para recibir subsidios o alimentos por ser considerados “clases
medias”. Un trabajador relató a la prensa que el 90% estaba cesante, otro les dijo que él y su señora estaban cesantes y que
sólo estaban comiendo “lo que nos queda y no hay más. Acá hay mucha gente cesante, con hambre”. Otra mujer denunciaba
que había muchas familias que sumaban 3 meses de cesantía, que pedían mercadería para hacer una hoya común y pan para
los vecinos más afectados. Aquí también no tardó en llegar la represión de los pacos, que llegaron con el Guanaco
provocando así enfrentamientos, quedando 2 manifestantes detenidos.
Para eso es el Estado de Excepción y el Toque de Queda que decretó Piñera, esa es la finalidad de movilizar boinas negras
por Santiago y la región del Bio Bío: reprimir y aplastar cualquier intento de los explotados del país por ejercer el legítimo
derecho a la rebelión contra la miseria, el hambre y la muerte a las que la burguesía está condenando a millones de
trabajadores.

¡Qué vuelva el octubre-2019 de rebeliones en Chile, Ecuador, Bolivia, Haití…!


¡Qué se rebele Latinoamérica y todo el mundo!

Ya en abril el FMI alertó que la crisis económica desatada por la pandemia podría provocar luchas como las ocurridas en
Chile Ecuador o Francia los últimos 2 años. Lo mismo hizo la CEPAL la semana pasada, de su declaración claramente se
desprende que cuando quedan en evidencia las deficiencias en salud y condiciones de vida para los explotados, el odio de
clase podría ser superior al que hubo antes de la llegada del Covid19.
Y los aludidos por los organismos de la burguesía no se han hecho esperar, las últimas semanas ha habido movilizaciones y
acciones espontáneas y desesperadas en las cites de Francia, en Hong Kong, Irak, Venezuela, Ecuador y Chile. Si bien son
heroicas, ellas aún son marginales y se dan en la última trinchera de lucha, después de masacres como en Irak e Irán, cruda
represión como en Hong Kong, o pactos de paz social combinados con sanguinaria represión como en Ecuador, Bolivia, o en
Chile con el proceso constituyente. La pandemia del Covid 19 está profundizando increíblemente las condiciones de
explotación y miseria contra las que meses atrás se rebelaron los explotados en estos países, y que hoy se manifiesten así lo
demuestra.
¡Hay que profundizar ese camino! ¡O es el capital, la propiedad y las ganancias del 1% de parásitos del capital
financiero internacional, sus gobiernos, regímenes lacayos y estados burgueses asesinos, o somos nosotros, los
trabajadores y explotados, nuestras vidas, familias y niños!
Más urgente que nunca es poner en pie organismos de democracia directa y autodeterminación, que agrupen a trabajadores
ocupados y desocupados, a la mujer y a la juventud trabajadoras. Las condiciones en el subcontinente no dejan otra
alternativa, pues para derrotar a los gobiernos y los regímenes sirvientes del imperialismo, sus transnacionales y el ataque
nunca antes visto que descargan sobre nosotros, hay que derrotar a las burocracias sindicales corruptas que son sus cómplices,
organizar huelgas, la paralización completa de la producción y economía, piquetes y comités de autodefensa.
En Chile hay que derrotar a los traidores de la CUT y las demás centrales estatizadas. Ellos han sostenido cada una de las
políticas de Piñera y el régimen para que la crisis la paguen los trabajadores, nos entregaron en bandeja cuando la patronal
nos declaró una despiadada guerra de clases, e históricamente han dejado de lado a millones de trabajadores informales,
precarizados y cesantes. Creemos comités de cesantes que se unan a los trabajadores en actividad para sacar a esos corruptos
a patadas de sus cómodas cedes y ocuparlas para coordinar y centralizar a los que luchan. El movimiento minero chileno aún
está a tiempo de no faltar a la cita de la lucha y organizarse para paralizar la actividad que más ganancias entrega a las
transnacionales imperialistas. De lo contrario su suerte puede ser la que están viviendo miles de mineros sudafricanos, que a
medida que caen los precios de los minerales a nivel mundial por el avance de la pandemia, son despedidos por la quiebra de
las mineras. Aún es tiempo para romper con las políticas colaboracionistas como la de la CUT y ponerse de pie.
Por ese camino saldaremos las deudas pendientes de la lucha comenzada en octubre pasado: crear organismos de
autodeterminación y democracia directa como los Cordones industriales de los ’70, y organizar y preparar una gran huelga
general revolucionaria. Para barrer con el régimen pinochetista y el Gobierno asesino y represor de Piñera, lacayo del
imperialismo, y liberar a todos los presos por luchar.

Corresponsal desde Santiago de Chile.

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