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SUJETO PASIVO EN EL DELITO DE PECULADO ES LA ENTIDAD ESPECÍFICA DEL ESTADO

R.N. N° 2500-2007-JUNÍN

SALA PENAL PERMANENTE


PROCESADO Celso Arturo Durand Panez
AGRAVIADA Estado
DELITO Peculado por negligencia
FECHA 15 de setiembre de 2008
El delito de peculado afecta al patrimonio y al orden funcional de la entidad estatal
respectiva, y la municipalidad es un órgano autónomo en la administración y gestión de su
patrimonio, por lo que el Estado –como Gobierno central– no puede ostentar
concurrentemente con ella la calidad de agraviado del delito.

BASE LEGAL:
Código Penal: art. 387.
Código de Procedimientos Penales: art. 300 inc. 1.

R. N. N° 2500-2007-JUNÍN

SALA PENAL PERMANENTE

Lima, quince de setiembre de dos mil ocho.

VISTOS; interviniendo como ponente el señor Vocal Supremo Pedro Guillermo Urbina Ganvini; el recurso de
nulidad interpuesto por el señor Fiscal Adjunto Superior contra la sentencia de fojas quinientos ochenta y siete,
del diez de mayo del dos mil siete, en el extremo que declaró extinguida por prescripción la acción penal
instaurada contra Celso Arturo Durand Panez por la comisión del delito contra la Administración Pública -
peculado[1] por negligencia en agravio de la Municipalidad Provincial de Satipo y el Estado; de conformidad con
el dictamen del señor Fiscal Supremo en lo Penal; y CONSIDERANDO: Primero.- Que el señor Fiscal Adjunto
Superior en su recurso formalizado de fojas quinientos noventa y siete alega que se probó que Celso Arturo
Durand Panez y César Hurtado López se coludieron para apropiarse de caudales de la Municipalidad agraviada
para lo que simularon comprar un inmueble y fingieron un robo, y que Celso Arturo Durand Panez sabía que la
Empresa Municipal de Maquinarias Sociedad Anónima - EMMASA y la Empresa Exportadora Wendy Ross
Sociedad de Responsabilidad Limitada no eran sujetos de crédito, pues la primera estaba endeudada con la
Cooperación Financiera de Desarrollo Sociedad Anónima - COFIDE S.A. y la segunda no registraba movimiento
comercial alguno. Segundo.- Que, en autos existe evidencia que –en armonía con la acusación fiscal y el delito
imputado (peculado doloso)– el encausado Celso Arturo Durand Panez y César Hurtado López (encausado
fallecido) se coludieron a fin de apoderarse de los caudales de la Municipalidad Provincial de Satipo (noventa y
cinco mil quinientos setenta nuevos soles), que esta había desembolsado para la compra de un inmueble a favor
de EMMASA. Tercero.- Que, sobre el particular, y como indicios de cargo, constan los siguientes hechos: i) que
el encausado Celso Arturo Durand Panez depositó el dinero en la cuenta de César Hurtado López (Gerente de la
Empresa Exportadora Wendy Ross Sociedad de Responsabilidad Limitada) antes que esta última sea aceptada
como postora por el Banco Wiesse, ii) que resulta latente que el encausado Celso Arturo Durand Panez conocía,
desde el inicio de la operación, la desfavorable situación económica (de endeudamiento) de la Municipalidad
agraviada –de la que era Alcalde– y de EMMASA –de la que era Presidente del Directorio–, lo que les impedía
ser sujetos de crédito y, por ende, adquirir el inmueble pretendido (véase fojas ciento setenta y seis), iii) que,
asimismo, estaba en condiciones de conocer la precaria e irregular situación de la Empresa Exportadora Wendy
Ross Sociedad de Responsabilidad Limitada, en virtud a la cual esta tampoco podía ser sujeto de crédito (pues
no registraba ingreso durante los meses de julio a setiembre de mil novecientos noventa y nueve, no presentó
declaraciones juradas a la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria desde mil novecientos noventa
y ocho, no presentó documentación de sus últimas operaciones comerciales: así consta en la instrumental de
fojas noventa y cuatro), pese a lo cual dispuso se suscriba con ella un contrato de transferencia de derechos y
acciones (fojas veintisiete), tal como lo indicó el testigo José Saúl Gamarra Cueva, Gerente General de EMMASA
(fojas ciento cincuenta y seis), iv) que, por último, no obra prueba idónea que acredite que César Hurtado López
fue objeto de hurto de los fondos municipales por personas desconocidas en la ciudad de Lima (hecho que el
Tribunal Superior asumió como probado para reconducir el delito incriminado al de peculado culposo), pues en
autos obra únicamente la transcripción de denuncia (fojas veintidós), por lo que es necesario contar con los
actuados y la investigación preliminar efectuada, a fin de verificar la virtualidad de dicho argumento; que,
asimismo, es menester citar al nuevo juicio al testigo José Saúl Gamarra Cueva, sin perjuicio de realizarse otras
diligencias pertinentes para el mejor esclarecimiento de los hechos. Cuarto.- Que, en tales condiciones, es de
concluirse que el Tribunal Superior no efectuó una adecuada valoración de los hechos incriminados, ni compulsó
debidamente la prueba actuada, a fin de demostrar o desvirtuar las imputaciones recaídas contra el encausado
Celso Arturo Durand Panez, razón por la que es aplicable el inciso uno del artículo trescientos del Código de
Procedimientos Penales. Sexto [sic].- Que, finalmente, es del caso precisar que el delito de peculado afecta al
patrimonio y al orden funcional de la entidad estatal respectiva, y la Municipalidad es un órgano autónomo en la
administración y gestión de su patrimonio, por lo que el Estado –como Gobierno central– no puede ostentar
concurrentemente con ella la calidad de agraviado del delito. Por estos fundamentos: declararon NULA la
sentencia de fojas quinientos ochenta y siete, del diez de mayo de dos mil siete, en el extremo que declara
extinguida por prescripción la acción penal instaurada contra Celso Arturo Durand Panez por la comisión del
delito contra la Administración Pública - peculado por negligencia en agravio de la Municipalidad Provincial de
Satipo y el Estado; MANDARON se realice un nuevo juicio oral por otro Colegiado Superior de conformidad con
los fundamentos de la presente Ejecutoria suprema; y los devolvieron.

SS. SIVINA HURTADO; PONCE DE MIER; URBINA GANVINI; PARIONA PASTRANA; ZECENARRO
MATEUS

COMENTARIOS Y ANOTACIONES
[1] Código Penal

Artículo 387.-

El funcionario o servidor público que se apropia o utiliza, en cualquier forma, para sí o para otro, caudales
o efectos cuya percepción, administración o custodia le estén confiados por razón de su cargo, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de ocho años.

Constituye circunstancia agravante si los caudales o efectos estuvieran destinados a fines asistenciales o
a programas de apoyo social. En estos casos, la pena privativa de la libertad será no menor de cuatro ni mayor
de diez años.

Si el agente, por culpa, da ocasión a que se efectúe por otra persona la sustracción de caudales o efectos
será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años o con prestación de servicio comunitario de
veinte a cuarenta jornadas. Constituye circunstancia agravante si los caudales o efectos estuvieran destinados a
fines asistenciales o a programas de apoyo social. En estos casos, la pena privativa de libertad será no menor de
tres ni mayor de cinco años.

NUESTRA OPINIÓN

En la presente resolución la sala precisa quiénes pueden tener la calidad de sujeto pasivo en los delitos
contra la Administración Pública, señalándose que serán aquellas entidades específicas agraviadas con el hecho
delictivo.

Al respecto, debe señalarse, en primer lugar, la distinción existente entre sujeto pasivo de la acción y sujeto
pasivo del delito, pues mientras aquel es quien soporta directamente el comportamiento antijurídico, el sujeto
pasivo del delito es quien sufre las consecuencias del delito.

Así, en el robo de un local por medio de un asalto, los empleados del local serán los sujetos pasivos de la
acción en tanto resultan directamente afectados por la violencia o amenaza. En cambio, será sujeto pasivo del
delito el dueño del local si es que él es quien sufre el menoscabo patrimonial.

Por otro lado, debe tenerse en cuenta que en los delitos contra la Administración Pública el Estado será
siempre el agraviado, debido a que en todo ilícito donde se ocasione algún menoscabo a los intereses del Estado
(sea de carácter económico o a sus funciones), lo perjudicará (al menos de forma mediata).

Esto, sin embargo, no impide considerar como agraviada a la entidad específica, directamente perjudicada por
el hecho delictivo en tanto esta, en estricto, integra la Administración Pública. Por el contrario, tener por
agraviados al Estado y a la específica entidad del Estado, supone el riesgo de una duplicidad de pago respecto a
la reparación civil (también este es la posición de nuestra jurisprudencia, vide R.N. N° 5431-97-Arequipa y R.N. N
°2658-2002-Apurímac ).

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

• SALINAS SICCHA, Ramiro. “El delito de peculado en la legislación y jurisprudencia vinculante. En:
Diálogo con la jurisprudencia. N° 118, Lima, julio de 2008.

FALLO ANTERIOR

“En el delito de peculado el agraviado siempre es el Estado. Los recursos económicos del Centro Deportivo
del Sector Público Pesquero – CEDESEPP, provienen fundamentalmente de las aportaciones, activos, cuotas de
ingreso (…) y otros ingresos como donaciones, por lo que tales recursos no pertenecen al Estado; en
consecuencia la conducta es atípica ya que falta un requisito que es la naturaleza estatal del bien jurídico” (Exp.
N° 1175-2001-Lima).

Crónicas jurisprudenciales

Para determinar la existencia de peligro procesal deben evaluarse las características y relaciones
del imputado

El principal elemento a considerarse para el dictado de la medida cautelar de detención debe ser el peligro
procesal, especialmente para evitar que el procesado interfiera u obstaculice la investigación judicial o que evada
la acción de la justicia; lo que será evaluado en conexión con distintos elementos que antes y durante el
desarrollo del proceso puedan presentarse y, en forma significativa, con los valores morales del procesado, su
ocupación, bienes que posee, vínculos familiares y otros que, razonablemente, le impidan ocultarse o salir del
país o sustraerse a una posible sentencia prolongada (Exp. N° 03206-2008-PHC/TC-Lima. Diálogo con la
Jurisprudencia Nº 126. Entre corchetes).

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