EL VALOR DE LA LECTURA
¿Para qué sirve leer? Tratad de responder a esta pregunta. Si encontráis respuesta,
aunque sólo sea una, quiere decir que merece la pena seguir leyendo. Leer siempre nos
ayudará a ser nosotros mismos, distintos, genuinos y libres (Alfredo Gómez Cerdá)
Nos encontramos en la sociedad del
conocimiento, una sociedad de continúo
cambio y transformación, tanto en la
información que produce como en la
forma de acceder a ella. Para caminar por
una sociedad donde la información no
deja de crecer tenemos que servirnos de
instrumentos que nos ayuden a avanzar,
leer y en concreto, realizar lecturas
comprensivas, sería una de las mejores
herramientas para no quedarnos atrás, ya
que entre otras ventajas nos permite
convertir la información en conocimiento.
Sin unas buenas capacidades de lectura,
el desarrollo humano no sería posible en
una sociedad que avanza a un ritmo
vertiginoso, por lo que podríamos decir
que la “lectura es la llave del
conocimiento en la sociedad de la
información”.
La lectura no sólo permite el acceso al
conocimiento y a la cultura, también es
un vehículo transmisor de actitudes y
valores sociales, valores tan apreciados
hoy en día como la convivencia pacífica,
el respeto a las personas, la tolerancia, la
solidaridad… La mayoría de los padres
quieren que sus hijos sean educados,
ayuden a sus mayores, respeten a sus
compañeros en el colegio… En definitiva,
desean que sus hijos tengan unos valores
que hoy en día son los que consideramos
correctos, pero ¿por qué son tan
importantes estos valores para la
sociedad? Los valores se van incorporando
desde la infancia por medio de la familia,
el grupo de amigos o en la escuela y serán
éstos valores los que durante el proceso
de desarrollo y maduración de los niños
vayan formando su identidad hasta la
edad adulta, es decir, el aprendizaje de
valores desarrollará las normas de
conducta y las actitudes según las que nos
comportaremos en la vida diaria y que
estarán de acuerdo con todo aquello que
creemos que es correcto.
En definitiva, valores como el respeto, la
igualdad, la tolerancia, o la libertad son
tan deseados por la sociedad del siglo XXI
porque son una de las mejores
herramientas que tiene el ser humano
para relacionarse con la sociedad.
La lectura hace que los valores que se
encuentran encerrados en los libros se
vayan desarrollando en los niños de una
forma firme, a la vez que también se va
aprendiendo una buena ciudadanía.
Los personajes que aparecen en los
cuentos, historias o poemas tienen un
papel fundamental en el tema que nos
ocupa, ya que éstos funcionan como
modelo para los niños. En las historias
suelen aparecer dos tipos de personajes,
los que comúnmente llamamos “buenos”
y “malos”. Los “buenos” suelen generar
atracción, admiración y orgullo en niños,
jóvenes y adultos y tienden a transmitir
valores positivos. Por el contrario los
“malos” son personajes detestados y
alejados de lo que nos gustaría ser.
Estos dos tipos de personajes hace que en
las historias pueda haber en ocasiones
valores enfrentados (los positivos y los
negativos), esta confrontación lejos de
ser negativa, puede ser muy beneficiosa
para el proceso de desarrollo y
maduración de niños y jóvenes, puesto
que les lleva a darse cuenta que existen
diferentes opciones, y que estas opciones
conllevan distintas consecuencias. Todo
este cotejo de valores, en definitiva a lo
que nos lleva es a un fortalecimiento del
proceso de toma de decisiones.
Estos personajes, los “buenos”, el mayor
beneficio que generan es que
engrandecen valores dignos de ser
realizados y pueden hacer que nazca un
deseo de querer alcanzar esos valores.
Cabe mencionar que la lectura nos acerca
a otras formas de pensar, de actuar y de
sentir, es decir, nos lleva al conocimiento
1
de otros valores que no tienen porque ser
los nuestros, desarrollando así la
capacidad crítica y haciendo al lector
cada vez más autónomo y libre.
El dominio de la lectura y su práctica
habitual también nos ayuda a mejorar el
área intelectual. Mientras leemos, sin
darnos cuenta, estamos interiorizando el
uso de las reglas ortográficas y
gramaticales propias de nuestra lengua.
Una lectura continuada en el tiempo no
sólo es un aporte de cultura, sino que
también es una práctica beneficiosa para
desarrollo de la capacidad de memoria y
concentración.
La interiorización de reglas ortográficas,
el aprendizaje de vocabulario, una buena
memoria y concentración suelen ser una
buena base para combatir una baja
autoestima y una falta de seguridad en
niños, jóvenes y adultas.
Imaginación y creatividad también se ven
mejoradas con una buena lectura, ya que
se favorece la capacidad para afrontar
situaciones y resolver conflictos.
Por todo ello ¿Cuál es el verdadero valor
de leer? Difícil pregunta que posiblemente
obtendría tantas respuestas como
habitantes hay en el planeta Tierra. Como
habitante de la Tierra me gustaría
compartir mi respuesta personal a cuál es
el verdadero valor que proporciona la
lectura:
“La LIBERTAD”. Libertad para ser
críticos, Libertad para comprender lo que
el mundo nos puede ofrecer, Libertad de
tomar nuestras propias decisiones,
Libertad para ser nosotros mismos”.
FAD. 2008