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Hablar de la evolución acerca de cualquier tema u objeto implica referirse a un

lapso de tiempo durante el cual se ha percibido un cambio en dicho objeto o
tema, perceptible tanto para uno mismo como para los demás en forma
objetiva, es decir, de forma física y comprobable.

En este sentido, cabe mencionar al objeto del cual se ha hablado en mayor

medida dentro del contexto de la evolución , el cual es el hombre. Él ha pasado
del lenguaje monosilábico en el primitivismo hasta el internet en la actualidad,
en un lapso de tiempo relativamente corto, si consideramos que su presencia
en la Tierra es mínima comparada con la edad del planeta.

Decía que el lenguaje monosilábico y gestual de las primeras etapas fue el

punto de inicio de muchas cosas, entre todas ellas, de un lenguaje más
complejo y, a la par del mismo, de una forma de comunicación propia que le
haría trascender respecto a las demás especies. Me refiero al lenguaje. Esta
herramienta humana pasó poco a poco de ser un código que contenía unas
cuantas expresiones breves, casi siempre imitativas de sonidos animales,
hasta ser un universo exclusivo de señales tales como las de humo, o las
pinturas rupestres y las estatuillas en piedra y madera; cada uno de ellos era
un signo que se ocupaba como mensaje complejo. Estos símbolos requerían
para su fabricación algo de experimentación en el novedoso ámbito de la
tecnología, por ello, f ue en estas primeras manifestaciones de inteligencia
súper desarrollada y en avanzada, como surge un lenguaje más elaborado, que
sirvió para unir a los hombres y Ê
ÊÊ
la invención de técnicas que
transformarían los recursos naturales. Fue así fue como surgió la tecnología:
como una necesidad de unir a los hombres a través de sus ideas, y estas a su
vez surgieron como consecuencia de la necesidad de Ê Ê a afrontar
situaciones riesgosas, incluso algunas que ponían a la especie en peligro de
extinción.
ca particularidad de las Tecnologías de la Educación es que ha servido desde
entonces como un medio para conducir a los hombres hacia la solución de
necesidades inmediatas, urgentes. Por ejemplo, las cabezas olmecas de las
cuales no se sabe aún lo que pudieran haber significado, sí se reconoce que
transmitían algo ejemplar, había cierta pedagogía en ellas, al expresar a través
de sus rasgos un mensaje muy peculiar. Digamos que, porque para esculpir un
objeto de piedra de tales magnitudes, se requirió de una muy ensayada
tecnología, que seguramente requirió aprenderse perfectamente. Era una
tecnología tal que, para muchos investigadores, requirió previamente de una
abstracción especial, notable en aquél periodo . Desde luego que, para
conseguir tal perfección, requirieron de técnicas especiales, así como también
requirieron técnicas para codificar el mensaje que se contendría en la figura de
las mismas, el cual seguramente era un mensaje específico y para nada
ambiguo, mismo que, hasta la fecha, no se sabe cier tamente lo que pudo
significar. Pero el legado ahí está, como muestra de lo que el hombre puede
llegar a hacer para comunicar se.

Por eso es que la tecnología de la educación va de la mano con el afán de

comunicar; siento que no se puede dar lo uno sin lo otro, y que deberíamos
estar conscientes de ello. Ahora en cambio, la tecnología se está poniendo al
alcance de todos, y eso es bueno, sin embargo, trae serias consecuencias
también: nos hemos acostumbrado a la evolución acelerada de la misma. Es
por eso que a las nuevas generaciones no les sorprende tanto el comunicarse
con personas del otro lado del planeta a la velocidad de un rayo; están
perdiendo la capacidad de asombro que aún nos queda a las generaciones
maduras. Ellos ya esperan los inventos que por lógica tendrán que aparecer, y
que cien años atrás serían increíbles, como la comunicación a través de
hologramas de las personas.

Esa pérdida es lamentable, digo, porque al principio las tecnologías para la

comunicación y la educación estaban en concordancia con lo natural. Alguien
podría decir: ³¿y eso qué?´. Bien, lo natural no solo fue el origen sino que
marcó la pauta a seguir: los problemas se resuelven porque en cierta forma nos
comunicamos con la naturaleza y aprendemos de ella; esto es, lo natural y lo
humano han tenido desde por principio una causa común: evolucionar.