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MÁS DE UN MILLÓN DE PERSONAS CONSUMEN DE MANERA

DESTRUCTIVA
“Si no estás creando, sólo estás destruyendo” - Cesar Fajardo

El desarrollo del consumismo empieza desde el siglo pasado con el


surgimiento del capitalismo, la revolución industrial y la publicidad. En este
mundo existen dos tipos de personas; las que consumen y por otra parte; están
las que crean. Todos hacen parte de las primeras y, esto es porque todo el
tiempo se está consumiendo cualquier bien o servicio. “El afán de poseer y
acaparar mercancías, incluso si podemos prescindir de ellas sin afectar nuestra
cotidiana existencia e impactar en el nivel de vida, se ha convertido en una
verdadera obsesión” (El heraldo). Es aceptable satisfacer las necesidades que
son primarias o urgentes como educación y cultura; alimento y salud; vivienda y
ropa; entre otras…, pero es intolerante destruir el planeta por caprichos
egoístas que en gran parte se derivan de un consumismo desmedido. En
continuación a lo anterior la revolución industrial ha sido uno de los principales
causantes del desarrollo de un consumismo agresivo. “El consumismo provoca
la destrucción del planeta por su vínculo a la contaminación del aire, agua y
suelo”. Rusiñol, J. (21 de agosto, 2015). Las personas consumistas se sienten
desgraciadas cuando no pueden comprar el objeto o la experiencia deseada,
pero cuando lo consiguen se sienten igualmente insatisfechas y desgraciadas.
En contraste, el consumismo no es un modo adecuado ni inteligente de lograr la
felicidad.

Desde la llegada de la revolución industrial a mediados del siglo XVlll, se


originó un aumento increíble de la capacidad de producción, se empezaron a
fabricar bienes en serie y esto se da con la ayuda de las novedosas máquinas y
el carbón que les permitía funcionar; de esta manera inicio un nuevo esquema
de consumo que ha venido haciéndose más vigoroso a través de los años. Los
productos se presentan como desechables, ya que frecuentemente se
promueve una renovación de ellos (por ejemplo los teléfonos celulares y
automóviles), haciendo la versión anterior obsoleta y generando más productos.
Es indiscutible sosegar el favor que la revolución industrial le ha hecho a la
humanidad en las últimas décadas, para el desarrollo de productos en tiempo
real, sin embargo es una necedad tratar de encubrir los daños que le ha
ocasionado al planeta y a la humanidad.

Gracias a los recursos se pueden cubrir muchas necesidades en nuestro


diario vivir, la tierra se puede trabajar para procesar diversos productos y
servicios que al final del día resultan satisfacer necesidades principales o
complementarias para la existencia del individuo. En los primeros tiempos de la
humanidad, el uso de los recursos naturales tenía la tarea de cumplir con
necesidades principales como alimentación, vestimenta y vivienda; lo cual no
causaba ningún impacto ambiental. Además de que la población era poca y no
tenía el efecto de hacer grandes cambios el planeta. Llenar el ocio de las
personas con el desarrollo exponencial de nuevos productos y servicios para
tratar de cubrir necesidades complementarias es realmente escalofriante.
Implica una mayor utilización de recursos naturales y deterioro del planeta. La
contaminación del aire, agua y suelo; no es ningún remanente satisfactorio para
las generaciones venideras, las cuales encontraran un planeta contaminado y
agotado de recursos.

La riqueza material es el camino hacia la felicidad absoluta, tener


capacidad económica para adquirir posiciones materiales puede llegar a ser
completamente nocivo y satisfactorio para el ser humano. Así se asume una
noción de felicidad por tener cada vez más y más. La creencia de que consumir
es determinante en la identidad y status de la persona ante la sociedad, origina
un libertinaje o una sensación abstracta de lo que es sentirse feliz y, es la más
pura verdad ¿por qué? Cuando el individuo adquiere cosas materiales se llega
a sentir completo porque asocia ese bien material como un logro más en su
proyecto de vida. Lo absurdo es que un logro es una instancia del tiempo, una
vez culminada esa instancia, el vacío vuelve y la felicidad que se obtuvo en ese
instante se difumina. El pensamiento pluralista de que el consumismo es el
camino hacia la felicidad ha dejado un amargo sabor de boca; al enfrentarse a
la dura realidad al dedicar una vida en acumular bienes innecesarios. De
acuerdo con National Geographic News, “existen alrededor de 1.7 miles de
millones de personas en el planeta que pertenecen a la clase consumista que
acumulan bienes incensarios”. Resulta evidente que quienes dedican su vida a
este tipo de actividad se convierten en las personas más infelices e
insatisfechas intentando llenar su corazón de cosas que en realidad no
necesitan para sentirse feliz.

Pensar en el futuro que va a recibir la próxima generación es aterrador si


no se controla el consumismo. Seguramente se encontraran con un planeta
explotado hasta el máximo y sin recursos. Sin embargo, se podría colocar un
punto final a este desasosiego, las personas deben de hacer uso de la
consciencia al tomar con más seriedad este asunto. Lo que se debería hacer,
es preguntarse si realmente se necesita ese bien o producto, antes de llegarse
a consumir y, realizar una proyección hacia el futuro de los daños que esté
repercutiría en el planeta si se consume de manera bruta. Por otra parte las
industrias no van a minimizar sus niveles de producción, pero su cuota de
mercado, o sea la personas, pueden disminuir y estandarizar los niveles de
consumismo obligando a estás a llevar en decline su producción.

Referencias
Zapata, J. A. (21 de 08 de 2015). Quéretaro. Obtenido de
http://www.eluniversalqueretaro.mx/content/consumismo-y-medio-ambiente

Por Oscar Danilo Sanabria Sogamoso

Link del video: https://www.youtube.com/watch?v=fjHpZqPDuJw

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