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ANTÍFONA DE ENTRADA (Flp 4, 4.

5) Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito,


estén alegres. El Señor está cerca.

No se dice Gloria.

Oración colecta. Mira, Señor, a tu pueblo que espera con fe la fiesta del nacimiento de tu
Hijo, y concédele celebrar el gran misterio de nuestra salvación con un corazón nuevo y
una inmensa alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

Del libro del profeta Isaías: 35, 1-6. 10 Esto dice el Señor: "Regocíjate, yermo sediento.
Que se alegre el desierto y se cubra de flores, que florezca como un campo de lirios, que
se alegre y dé gritos de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el esplendor del
Carmelo y del Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan las manos
cansadas, afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los de corazón apocado: ‘!Ánimo! No
teman. He aquí que su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos'. Se iluminarán
entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán. Saltará como un
venado el cojo y la lengua del mudo cantará.
Volverán a casa los rescatados por el Señor, vendrán a Sión con cánticos de júbilo,
coronados de perpetua alegría; serán su escolta el gozo y la dicha, porque la pena y la
aflicción habrán terminado". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Del salmo 145 R/. Ven, Señor, a salvarnos.


- El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; Él proporciona
pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/.
- Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y
toma al forastero a su cuidado. R/.
- A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor
eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R/.

De la carta del apóstol Santiago: 5, 7-10


Hermanos: Sean pacientes hasta la venida del Señor. Vean cómo el labrador, con la
esperanza de los frutos preciosos de la tierra, aguarda pacientemente las lluvias
tempraneras y las tardías. Aguarden también ustedes con paciencia y mantengan firme el
ánimo, porque la venida del Señor está cerca. No murmuren, hermanos, los unos de los
otros, para que el día del juicio no sean condenados. Miren que el juez ya está a la puerta.
Tomen como ejemplo de paciencia en el sufrimiento a los profetas, los cuales hablaron en
nombre del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN Is 61, 1 (cit. en Lc 4, 18) R/. Aleluya, aleluya. El Espíritu del Señor está
sobre mí. Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres. R/.

Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 2-11 En aquel tiempo, Juan se encontraba
en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo, le mandó preguntar por medio
de dos discípulos: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?" Jesús les
respondió: "Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos
andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a
los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por
mí". Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan:
"¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? No. Pues
entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un hombre lujosamente vestido? No, ya que los que
visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, yo
se lo aseguro; y a uno que es todavía más que profeta. Porque de él está escrito: He aquí
que yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y te prepare el camino. Yo les
aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el
Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande
que él". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión Hoy en este tercer domingo del tiempo de adviento la Palabra de dios nos
ilumina en este caminar de preparación hacia la solemnidad del nacimiento de nuestro
salvador, motivo de jubilo para todo creyente en Cristo, pues el salvador del mundo se
hace carne y pone su morada entre nosotros.
En la primera lectura el profeta Isaías anima al pueblo con palabras de gozo pues la
salvación esta a punto de llegar. El pueblo que estaba en el exilio verá pronto la salvación,
será de nuevo devuelto a su tierra. Por su parte el evangelio nos presenta a un Jesús que
a comenzado ya su predicación, pero aquel que lo había anunciado y que había
preparado el camino esta en la cárcel lugar donde encontrará la muerte. Pero juan quiere
que sus discípulos queden afianzados en la verdad de que Jesús es el mesías, el que
habría de venir, por eso los manda que le pregunten a Jesús: ¿eres tu el que ha de venir,
o tenemos que esperar a otro?, la salvación a llegado y juan quiere que sus discípulos no
duden en reconocer a Jesús como el enviado del Padre.
Hoy la Palabra de dios nos hace una invitación a cada uno de nosotros, debemos de
reconocer en Jesús al enviado del Padre, vemos como se presenta Jesús haciendo una
serie de señales y prodigios, sabe que su hora de presentarse ante el pueblo a llegado
ahora el que lo anunció a quedado atrás, es la hora de que el pueblo vea al enviado del
Padre, es hora de que cada uno de nosotros preparemos este camino donde
reconozcamos la presencia de Dios, seamos esos discípulos que reconocen al Mesías y
lo siguen. Hay que presentarnos ante Jesús y reconocerlo, no hay que dudar de que
Jesús es nuestro salvador. Preparemos una digna morada donde pueda llegar Jesús,
donde pueda estar cómodo y haga que nuestra vida se transforme y germine la buena
semilla de la Palabra. Descubramos y sorprendámonos ante la salvación que llega, así
como el pueblo esperaba con entusiasmo la liberación y el profeta los anima, así nosotros
preparemos con alegría porque la salvación se acerca a cada uno de nosotros.
Pidamos la intercesión de María la madre de Jesús quien hizo vida la Palabra la lleva en
su seno y nos la ofrece, que así cada uno de nosotros hagamos vida la Palabra la
llevemos en nuestro corazón y después podamos trasmitirla al mundo que esta sediento
de ver a Jesús en el hermano.

Se dice Credo

Oración universal. Oremos hermanos a Dios de quien procede todo bien que escuche
nuestras suplicas y haga que en nuestro corazón se prepare una digna morada para su
hijo. Después de cada petición diremos: Ven, Señor Jesús.

1.- Oremos por el Papa, los Obispos y Sacerdotes para que sean fieles mensajeros y
anuncien con valentía al mundo que la salvación esta ya cerca. Oremos.
2.- Oremos por todos los gobiernos de la tierra, especialmente por los que dirigen nuestra
patria para que busquen caminos que conduzcan al bien de todos los ciudadanos.
Oremos.
3.- Oremos por nuestra Diócesis de Zacatecas en este tiempo en el que estamos
celebrando el Tercer Sínodo diocesano para que iluminados por la luz del Espíritu Santo
busquemos caminos que hagan llegar la luz del evangelio a todos los hombres. Oremos.
4.- Oremos por todos los que nos hemos reunido para celebrar el día del Señor para que
seamos promotores en todos los ambientes de la salvación que Jesús nos trae y nos
preparemos a celebrar con alegría el Nacimiento de nuestro Salvador. Oremos.
5.- Oremos por todos nuestros hermanos que nos han precedido con el signo de la fe y
duermen el sueño de la paz, para que intercedan ante Dios por esta grey que peregrina.
Oremos.

Oremos. Escucha Padre de bondad la oración que tu iglesia te hace, confiando en que
atenderás benigno nuestra suplica, Por Cristo nuestros Señor. Amén.

Oración después de la comunión. Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda
mancha y nos prepare así a celebrar dignamente la Navidad ya próxima. Por Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.

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