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LOS DELFINES

Miden entre 2 y 9 metros de largo, dependiendo de la especie de que se trate.


Tienen la cabeza grande, hocico alargado y un orificio respiratorio (espiráculo)
en la parte superior de la cabeza, que les permite respirar y comunicarse. Con
él silban y lanzan ráfagas de sonidos llamadas "clicks", que les permiten
comunicarse entre ellos. La frecuencia de "clicks" difiere de unas especies a
otras.

 
También tienen un órgano especial, situado en la parte superior de la cabeza y
conocido como "melón", que es largo y grasoso, actúa como un radar y les
permite ubicarse en el espacio y cazar. Ese sentido se llama "ecolocalización".

Al ser animales sociales, usan de su voz y su cuerpo para vocalizar, danzar y


saltar. Éstas son formas muy complejas de orientación y comunicación en los
grupos de delfines. Habitan en grandes grupos de individuos (en algunos
grupos se han contabilizado cerca de un millar de individuos), y establecen
fuertes lazos sociales tanto con la familia sanguínea como con otros individuos
de su clan.  Por esta misma regla social, cazan en equipo. Son carnívoros, y se
alimentan principalmente de peces y calamares.

Son los únicos animales, junto al ser humano y los primates, que tienen sexo
no sólo para reproducirse. El período de gestación de las crías depende de
cada especie: la orca, por ejemplo, da a luz a su cría a los 17 meses, en
cambio el pequeño delfín del Amazonas da a luz a los 11 meses. En cada
parto, la hembra da a luz una sola cría.

Los delfines generan un sonido llamado "click", dentro de sus sacos nasales
que se ubican detrás del melón craneal. La frecuencia de los clicks es más alta
que los sonidos que utilizan para comunicarse, y difiere según la especie. El
melón actúa como un lente que enfoca el sonido en una fina señal que se
proyecta enfrente del animal. Cuando el sonido golpea un objeto, parte de la
energía del sonido se refleja de vuelta hacia el delfín. El cráneo del delfín
recibe el eco, y el tejido graso del melón transmite el sonido al cerebro.

Tan pronto como el eco es recibido, el delfín genera otro click. El lapso de
tiempo entre el click y el eco permite al delfín evaluar la distancia que media
entre él y el objeto, y la variación de la señal acústica que recibe el delfín le
permite evaluar la dirección donde se ubica el objeto. Así, emitiendo clicks y
recibiendo continuamente las ondas sonoras, el delfín puede detectar los
objetos y ubicarse en el entorno.

El sistema de ecolocalización de los delfines es extremadamente sensitivo y


complejo. Usando sólo su sentido acústico, el delfín "nariz de botella" puede
discriminar objetos prácticamente idénticos que difieren un 10% o menos en
área o volumen. Y pueden hacer esto en un ambiente muy ruidoso, y ejecutar
incluso complejas tareas simultáneamente, como silbar y ecolocalizarse, o
localizar objetos cercanos y lejanos al mismo tiempo.

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