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Aun cuando la contabilidad no sea precisamente el lugar más obvio para empezar
a abordar los problemas ambientales generales a los que se ha hecho referencia,
o incluso para tratar la relación particular entre negocios y ambiente, sin duda es
cierto que puede contribuir en mucho el que los contadores tengamos con una
conciencia ecológica para echar a andar muchas de las iniciativas ambientales
que se han propuesto para solucionar esta problemática.
El contador, ya sea como miembro de una organización o como trabajador
independiente, no debe ser visto solo como un mero experto en sistemas de
información financiera, o en cuestiones fiscales, o en cualquiera de las áreas de su
actuación, sino también como un ente interesado en la agenda ambiental. Ya no
es tiempo de creer que las cuestiones ambientales no tienen nada que ver con la
contabilidad, pues tal parece que esa es la actitud que tradicionalmente muchos
contadores adoptan porque estamos acostumbrados a trabajar con cifras o con
"hechos que pueden ser expresados en términos monetarios" de conformidad con
los principios de contabilidad generalmente aceptados en los que se basa nuestra
profesión. Es urgente ampliar nuestro criterio de ética profesional y convertirnos en
verdaderos "contadores amigos de la ecología".
El papel del contador es de suma importancia para ayudar a las organizaciones y
a los clientes para los que trabaja, a ser más sensitivos o amigables con el
ambiente, pero tiene que convertirse primero a sí mismo en un defensor y
protector ambiental.
En el ámbito profesional, surge la pregunta sobre cómo puede el contador cumplir
con esta responsabilidad social cuando los negocios para los que presta sus
servicios, en cualquiera de las áreas o campos de su actividad, son los que
establecen sus propias políticas de negocios en las que los aspectos ambientales
en muchos casos no forman parte de sus prioridades. Y más aún, cómo incorporar
a sus valores éticos la protección del ambiente. He aquí precisamente donde
puede comenzar la labor del contador, al proponer a sus clientes o empleadores el
establecimiento de una política ambiental que les permita cumplir con la
responsabilidad social que como negocios también tienen ante las comunidades
en las que se encuentran establecidos.
Hoy, a nivel mundial, muchas empresas se han dado cuenta que para ser más
competitivas y ganar mayor proporción en su participación en el mercado de
bienes y servicios, tienen que considerar dentro de sus políticas de negocios a la
protección del ambiente como aspecto prioritario y como parte fundamental para
alcanzar el desarrollo sustentable. Es más, muchos de los clientes o consumidores
de los productos o servicios que ofrecen han empezado a exigir que estos sean
"ambientalmente amigables", es decir, que no contaminen ni causen deterioro o
destrucción al ambiente. Esto implica que para administrar el impacto ambiental de
las actividades de los negocios, aun cuando representa una idea nueva para
muchos de ellos, es necesario cambiar tanto la cultura de negocios como los
sistemas de administración de los mismos, es decir, la administración del
ambiente debe integrarse como parte de sus actividades normales diarias.
El rol del Contador para ayudar a las empresas a ser más sensibles en temas
ambientales recae en cinco fases. La primera fase se relaciona con los sistemas
contables actuales y su evolución para identificar áreas medio ambientales
relacionadas con gastos e ingresos. En la segunda fase, se incorporan los
elementos ambientales a los sistemas financieros. Por ejemplo: el sistema de
planeación, el proceso de presupuesto de capital, análisis de escenarios,
valoración de inversiones, evaluación de riesgos y decisiones financieras.
La tercera fase hace referencia a que los sistemas contables deben anticipar los
riesgos potenciales sobre cambios abruptos en la agenda ambiental de la
empresa. Esta fase afecta, por ejemplo, al cambio del periodo de recuperación si
los costos de energía suben, demandas legales por contaminación y la valoración
de los costos de oportunidad de tomar o no inversiones ambientales. La cuarta
fase hace referencia a la revelación de información ambiental al público
inversionista y partes relacionadas. El Contador Público es capaz de desarrollar
nuevas formas para medir el desempeño, controlarlo y reportarlo para fines
internos y externos.
http://www.ambiente-ecologico.com/revist63/elisag63.htm
https://www.youtube.com/watch?v=SnO4bjRghGk
https://www.nytimes.com/es/2017/12/22/calentamiento-global-fenomenos-clima-extremo/
http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-95182009000300011
http://contaduriapublica.org.mx/2018/10/15/contabilidad-ambiental-desafios-y-cambios-
para-el-contador-publico/