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Construcciones alternativas:
Apuntes sobre las relaciones entre arqueología,
patrimonio cultural y diversidad
Resumen
El objetivo de este artículo es analizar los abordajes arqueológicos contemporáneos sobre las
relaciones entre el patrimonio cultural y la diversidad. Mostraremos que tales abordajes permiten que
se entiendan los mecanismos de poder que activan el patrimonio cultural y las luchas por los usos del
pasado.
Abstract
The aim of this paper is to analyze the contemporary archaeological approaches on cultural
heritage and diversity. It is proposed that the archaeological approaches on cultural heritage and
diversity allow us to understand the power relationships that structured cultural heritage and the
struggles for the uses of the past.
(...) no hay nada más quieto que el rencuentro con la construcción; después, cuando hice
excavaciones experimentales, él podría haberme escuchado, aunque mi manera de excavar
produzca poco rumor (...).
(Franz Kafka. La Construcción)
1
Laboratorio Multidisciplinario de Investigación Arqueológica - Instituto de Ciencias Humanas -
Universidad Federal de Pelotas, Brasil; Investigador del CNPq.
2
Laboratorio Multidisciplinario de Investigación Arqueológica - Instituto de Ciencias Humanas -
Universidad Federal de Pelotas, Brasil.
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Lúcio Menezes Ferreira y Jaime Mujica Sallés
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Apuntes sobre las relaciones entre arqueología, patrimonio cultural y diversidad
Los acervos, como índices de significa- den hoy a recusar la «visión de la autoridad»
ción del patrimonio, son inventados por los sobre el pasado, formulando sus propias
medios que se emplean para formarlos; por políticas de representación y gestión del
los procedimientos que los reúnen como patrimonio cultural. Ese fenómeno, que pue-
conjunto de poses transmisibles para me- de ser observado a escala mundial, condujo
morias sociales, susceptibles de reconocer- a una transformación radical en las meto-
los como suyos, de organizarlos, de darles dologías de investigación y de administración
coherencia. O sea, de hacerlos vivos por la del patrimonio cultural (Smith e Waterson
pulsación de la memoria. Los acervos son 2009; Ferreira 2011). En el final de los años
incomprensibles fuera de las narrativas y pro- 1990, la arqueóloga Linda Tuhiwai Smith
cedimientos que los consubstancian y que (1999) conceptuó esa transformación como
permiten articularlos como legados; en los descolonización metodológica.
términos del tropismo patrimonial del an-
tropólogo Joel Candau (2009), los acervos La diversidad inscripta en artefactos y
se efectivizan como socio- transmisores de monumentos
lugares, paisajes y poblaciones.
Al hablar de acervos y sus imbricaciones Vamos, ahora, al segundo movimiento.
con el patrimonio cultural, es inevitable Como hemos afirmado arriba, notemos
acordarse (¡para seguir con los verbos de la que los dos movimientos del estudio arqueo-
memoria!) de los museos. Como aparatos lógico de las relaciones entre patrimonio
mnemónicos, los museos desafían, con sus cultural y diversidad confluyen. Al final, en
acervos, la finitud: prometen nueva vida a todas las líneas de investigación aquí des-
los objetos, dotándolos con el alma patri- criptas se manifiestan la diversidad y el po-
monial. Los museos, exhibiendo sus acer- der. En todas ellas vemos la diversidad sien-
vos, reinventan las memorias de los visitan- do contemplada y mecanismos de poder
tes. Así, la divulgación museológica del pa- activando el patrimonio cultural: en las po-
trimonio debe ser estudiada según las for- líticas públicas, sus variadas instituciones y
mas, políticas y científicas, de identifica- conjuntos de legislaciones locales e interna-
ción y gestión de los acervos; evaluándose cionales; en las políticas de acervos y de la
cómo los diversos públicos que frecuentan memoria; en la confrontación y uso del pa-
los museos los experimentan y disfrutan. De trimonio cultural por las comunidades; en
ese modo, en la estera del antropólogo James la proposición de descolonizar las metodo-
Clifford (1988), se puede argumentar que logías arqueológicas.
la taxonomía del «sistema arte-cultura» es Recordando a Derek Gillman (2010),
etnocéntrica, pues divide los acervos entre la idea de patrimonio cultural gravita en tor-
colecciones de arte y etnográficas, relegan- no a la órbita de la filosofía política. El pa-
do las cosmologías y anhelos identitarios de trimonio cultural es bueno para gobernar a
las comunidades. los pueblos (Ferreira 2009). Sus lides con el
Los vínculos entre patrimonio cultural y pasado suscriben nociones de gubernamen-
comunidades delinean, por fin, la tercera lí- talidad en el presente. En los términos de
nea de investigación. Las comunidades, en Deleuze y Guattari (1980), el patrimonio cul-
las últimas décadas, se volvieron influyentes tural es eje de las máquinas de guerra y de
gestores del patrimonio cultural. Como di- los aparatos de captura: él territorializa y
cen Schofield y Johnson (2006), ellas tien- desterritorializa continuamente las identida-
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Apuntes sobre las relaciones entre arqueología, patrimonio cultural y diversidad
des culturales planificando, así, las formas del país (Mbunwen-Samba 2001). Durante
de soberanía política. Por lo tanto, aunque una de las más cruentas fases de la guerra
el futuro pueda habitar la memoria (Martín civil en Liberia, en 2003, el Museo Nacional
2000), es siempre al presente que el patri- local fue devastado. En 2008 se iniciaron los
monio cultural se dirige. Es bueno para pen- trabajos de restauración del Museo, pues, en
sar las relaciones de poder materializadas la concepción del actual gobierno liberiano,
en una sociedad. Es por eso que la arqueo- la institución era testigo de parte de la políti-
logía, en rigor, nunca trabaja con socieda- ca cultural y de la memoria oficial que el Pre-
des muertas; como investigación hecha para sidente Ellen Johnson-Sirleaf planeó perso-
y en el presente, ella institucionaliza el pa- nalmente (Rowlands 2008).
trimonio; se refiere, pues, a nosotros mis- Se puede decir que, después de 2001,
mos, seamos o no descendientes de los pue- adquirimos una más precisa y aguda con-
blos que habitaron el sitio estudiado, pues ciencia del carácter selectivo que guía las
la disciplina siempre trabaja, para usar una políticas de representación del patrimonio.
expresión de Derrida, en medio de la «efec- Dos eventos marcaron ese año: la destruc-
tividad viva del presente» (Derrida 1994). ción de numerosos artefactos, incluyendo
El abordaje en arqueología sobre las articu- dos gigantescas estatuas budistas en Afga-
laciones entre patrimonio cultural y diversi- nistán, y el ataque al World Trade Center,
dad, por lo tanto, es entrecruzado por los ambos perpetrados por el régimen Talibán.
conflictos sociales y está siempre permeado Según la arqueóloga Lynn Meskell (2002a)
por relaciones de poder. las estatuas budistas representaban para el
Daremos algunos ejemplos de cómo el Talibán un sitio de memoria negativa —el
trabajo arqueológico requiere, necesaria- acto iconoclasta objetivaba conjurar el re-
mente, posicionarse en medio de los con- cuerdo monumental de la diferencia religiosa
flictos contemporáneos y, en los casos más en Afganistán, cuyas marcas el Talibán de-
extremos, entre los disparos de la guerra y seaba borrar de las líneas oficiales de la iden-
de la destrucción programada y sistemática tidad nacional que albergaba. Todavía, de
del patrimonio cultural. Equivale a decir: en acuerdo con Lynn Meskell, para buena par-
medio de la destrucción de la diversidad cul- te de los medios de comunicación, de los
tural que el patrimonio cultural comporta. arqueólogos y profesionales del patrimonio
En 1992, nacionalistas hindúes, apoyán- en Occidente, el acto iconoclasta represen-
dose en los resultados de excavaciones arque- tó, a su vez, una herencia negativa —una ci-
ológicas, demolieron mezquitas en India, con catriz permanente en la memoria, al recor-
la justificación de que ellas se erigieron so- dar los males del fundamentalismo y de la
bre los vestigios de sus legendarios héroes. intolerancia, las perversidades de la ortodo-
Serbios y croatas, durante la guerra de Yugos- xia política y de la violencia simbólica.
lavia, se destruyeron no sólo con armas de La herencia negativa fue invocada nue-
fuego, sino también simbólicamente, cada vamente a propósito del World Trade Center.
cual demoliendo los monumentos de sus res- Meses después del ataque, se seleccionó la
pectivos oponentes (Layton & Thomas 2001). basura y los despojos oriundos de las torres
La herencia arqueológica de la porción in- gemelas para una exposición pública en
glesa de Camerún, que incluye edificios his- Smithsonian Institution, el Museo Nacional
tóricos y sitios prehistóricos, es programáti- de los Estados Unidos, con sede en Was-
camente excluida por el gobierno francófilo hington. Se creó, por medio de los destro-
zos —maletines de ejecutivo retorcidos, pan- en la materialidad, se puede decir que las
tallas de computadora y muebles quema- personas mueren cuando se les destruyen
dos—, una memoria oficial de la tragedia, los artefactos y monumentos que las repre-
manipulando o intentando manipular, el do- sentan y con los cuales ellas se imaginan a sí
lor de los parientes de las víctimas y del mismas y al mundo. No sorprende, por lo
público en general (Shanks et al. 2004). Más tanto, que las políticas públicas de patrimo-
recientemente todavía, se erigió, en Ground nio cultural, en sus multifacéticos juegos con
Zero del World Trade Center, un museo, para la diversidad, sean atravesadas por conflic-
aguzar la memoria del ataque y, como regla tos (Skeates 2000), recorriendo la ruta in-
en las retóricas patrimoniales contemporá- tempestiva de las «herencias disonantes», de
neas, para la explotación turística. los usos del pasado como fuente de recur-
En el mundo contemporáneo, y éste es sos económicos y simbólicos (Tunbridge y
un proceso que remonta al siglo XVIII (Pou- Ashworth 1995).
lot 2008), la gubernamentalidad presupone
la administración del pasado, aunque sea del Proyectando construcciones
pasado reciente, como en el caso del Ground alternativas: el trabajo arqueológico al
Zero del World Trade Center o, para hablar lado de las comunidades
en otros términos, el gobierno de los vivos
requiere la administración de la historia del El pasado, por lo tanto, es siempre con-
presente, o sea, del patrimonio cultural. Esto frontado. El patrimonio cultural, aún en con-
porque las naciones y comunidades se ins- textos de miseria ocasionados por la guerra
piran en el pasado para fundar significados civil, integra las deliberaciones y anhelos
culturales en el presente; rutinariamente in- públicos, como es el caso, hoy, en Sierra
corporan objetos y lugares asociados a sus Leona (Basu 2008). Y aunque salgamos de
memorias sociales y a las narrativas que los paisajes despedazados por las guerras
crean y sustentan (Bradley & William 1998). civiles, observaremos que las comunidades
De esa forma, la destrucción programática se preocupan por los resultados de las in-
de la herencia y de la diversidad del Otro es vestigaciones arqueológicas y por las subse-
perpetrada, sobre todo, pero no exclusiva- cuentes representaciones del patrimonio
mente, en contextos de guerra civil y con- cultural tejido por ellas. Los indígenas del
flicto étnico: actos «iconoclastas» que pre- territorio amazónico, en Brasil, ejercen pre-
tenden elidir la memoria social del oponen- sión creciente sobre arqueólogos e institu-
te y toda su carga de diversidad cultural. ciones públicas, manifestando ansiedad en
Guerras y conflictos devastan no sólo relación con el destino de los artefactos y
los cuerpos de las personas, sino también, los usos del conocimiento arqueológico (Ne-
según el arqueólogo Alfredo Gonzáles-Rui- ves 2006:74). En Bolivia los movimientos
bal, los soportes materiales donde se inscri- indígenas contra la explotación del gas na-
ben sus memorias. Tanto más en el mundo tural por las multinacionales se inspiran en
contemporáneo, donde los gestos de preser- visiones arqueológicas alternativas del pasa-
var o destruir el patrimonio se tornan accio- do, interpretaciones aviesas que los clasifi-
nes cotidianas que se refuerzan mutuamen- can como refractarios a la modernidad (Ko-
te (Holtorf 2006; Debary 2010). Ahora jan y Angelo 2005). Resumiendo, varios
bien, admitiendo, desde una mirada arqueo- grupos indígenas, cuyas pletóricas historias
lógica, que las relaciones sociales se entrañan fueron cubiertas por estereotipos y políti-
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Apuntes sobre las relaciones entre arqueología, patrimonio cultural y diversidad
terizan las comunidades (Hamilakis y Anag- para la búsqueda de sitios, o simples «peo-
nostopoulos 2009). No se trata, por lo tan- nes» en las excavaciones. La tentativa es ni-
to, de educación patrimonial, al modo como velar las relaciones de poder entre arqueó-
está siendo practicada, por ejemplo, en Bra- logos y comunidades y descentrar la autori-
sil (Ferreira 2010b). En la etnografía arqueo- dad de la institución arqueológica.
lógica, el primero a educarse es el arqueó- El arqueólogo, en esa perspectiva, es co-
logo. Se invierte, pues, el desnivel de poder laborador de la comunidad. Se va desvane-
entre la arqueología y las comunidades. No ciendo, en ese cuadro metodológico, la ima-
es el arqueólogo que educa, unilateralmente, gen tradicional del arqueólogo: el extranjero,
a la comunidad, sino es quien aprende con aliado de la administración colonial (recor-
ella: en el trabajo etnográfico, dialoga sobre demos, por ejemplo, el personaje Creighton
los anhelos de identidad de la comunidad; de Rudyard Kipling), que se apropia de los
pasa a conocer también las cosmologías lo- materiales arqueológicos locales y define, en
cales y sus significaciones de la materiali- vía de mano única, la diversidad cultural de
dad y del paisaje. Descubre (descubrir en la la humanidad. Al contrario: aquí, como en
doble acepción de inventariar e inventar) la cualquier reflexión antropológica, la cosmo-
pluralidad de significados que las comuni- logía del arqueólogo contrasta con la cosmo-
dades atribuyen a los artefactos y sitios ar- logía de la comunidad; el arqueólogo, en ese
queológicos. La etnografía arqueológica, de contrapunto, no sólo se reinventa cultural-
esta forma, tiene fundamento simultáneamen- mente, sino que descubre, en el mismo paso,
te político y epistemológico. Nos hace pen- la pluralidad de significados que reposa so-
sar la diversidad cultural como relación per- bre los artefactos, los monumentos y el pai-
manente entre pasado y presente y, también, saje.
sobre las tecnologías de gobierno promovi- Ese trabajo con las comunidades es vi-
das por la activación del patrimonio cultural. tal. Como refiere Barbara Little, la arqueo-
Otra tarea metodológica de esos cam- logía trae beneficios públicos (2002). Las
pos arqueológicos es integrar la comunidad comunidades, en el mundo, precisan, sin
en todas las etapas de la investigación ar- duda, de hospitales, escuelas y empleo. Pero
queológica: desde la formulación del pro- necesitan también del pasado y de la admi-
yecto de investigación, elaborado en conso- nistración del pasado; o sea, necesitan del
nancia con las demandas de la comunidad, patrimonio cultural, pues sus identidades,
hasta la prospección, sondaje, excavación en sus variadas manifestaciones de diversi-
de sitios arqueológicos, curaduría y análisis dad, no prescinden del pasado. Mejor sería
de la cultura material en laboratorio. Se tra- decir que no prescinden del presente, toda
ta, por lo tanto, de preparar las comunida- vez que patrimonio cultural es cultura viva.
des para manejar su patrimonio arqueoló- Es un artefacto, una pieza de la cultura ma-
gico, con sus propias manos y cerebros. Las terial contemporánea (Tilley 2006), y como
políticas de representación del patrimonio tal debe ser vivido; es constituido y forma-
arqueológico, sus formas de extroversión, do por las representaciones y cosmologías
explotación y administración son, también, de las comunidades, con todas las marcas
decididas conjuntamente entre las comuni- de la diversidad humana.
dades y los arqueólogos. Las comunidades, La arqueología puede contribuir positi-
en ese proceso, no son más «informantes»; vamente para la vivificación del patrimonio
sus miembros no son meros guías locales cultural y de la diversidad. Al final, discute
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Apuntes sobre las relaciones entre arqueología, patrimonio cultural y diversidad
los mecanismos de dominación por medio Díaz-Andreu, M. 2007. A World History of Nineteenth
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