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COLECTIVA

Arte

¿Sobrevivirá China al arte contemporáneo?


Alors, la Chine (Entonces, China)
Centro Georges Pompidou. París
Hasta el 15 de octubre

A LORS, la Chine presenta varios centenares de


obras de arte, óleos, acuarelas, vídeos, pelícu-
las, esculturas, performances, películas, maquetas,
que dan una respuesta forzosamente ambigua a ese
riesgo, presentando, a lo largo, lo ancho y lo alto de
mil quinientos metros de exposición, una muestra
del arte chino del último quinquenio.
Desde los legendarios ensayos de Simon Leys, de-
nunciando los estragos devastadores de la dictadura
maoísta, antes, durante y después de la Revolución
Cultural, ya nadie duda en Occidente del carácter
vandálico del comunismo chino: la tiranía política
también era una tiranía de la ignorancia cuartela-
ria, intentando destruir (y consiguiéndolo, en buena
medida) milenarias raíces culturales, persiguiendo
como un crimen cualquier forma de diálogo con las
tradiciones culturales occidentales, asesinado o con-
denando a vastísimos campos de concentración a un
número exorbitante de escritores, artistas e intelec-
tuales... ¿Ha roto China con tan pavorosa herencia?
¿Es China una democracia en el sentido más conven-
cional que se tiene del término en Europa, los
EE.UU. o el Japón? ¿Cuáles son las condiciones de
trabajo y expresión de los escritores, artistas e inte-
lectuales chinos?...
Esta exposición ofrece algunas pistas: queda
Chevaucher le mur (2001), de Weng Fen
claro el talento, la desesperación, la angustia y el es-
panto que se traslucen a lo largo de una infinidad de
obras; es mucho menos evidente el «sentido» de una Queda claro el talento, la das a la cámara; a sus pies, en primer plano, una rea-
floración artística que no es difícil adivinar «sal- lidad inmediata, absurda, caótica, desastrosa, feroz;
vaje» (por la amarga violencia de la tierra baldía desesperación, la angustia y el en el horizonte, una realidad arquitectónica que no
donde nace y prolifera); y parece una evidencia la espanto que se traslucen a lo largo de sabemos si es gloriosa, inhumana, inquietante, sin
«ruptura» brutal, espantosa, feroz, desoladora, con duda desmesurada, echando sus cimientos desco-
un pasado milenario: del gran arte clásico solo se ex- una infinidad de obras munales en una tierra profanada.
ponen tres muestras (tres): un jade de la cultura Otro fotógrafo, Wang Qingsong, recurre al mon-
Liangzu (XXXI-XXXII antes de Cristo), un bronce de taje satírico (con una violencia digna del agit-prop
la dinastía Han (206-209 antes de Cristo) y un poema revolucionario más feroz), con imágenes de formato
de Li Bo caligrafiado durante la dinastía Ming (XV- igualmente enorme (180 x 120 cm), para reconstruir
XVI después de Cristo), testimonios de un pasado un episodio militar imaginario: un comando chino
glorioso y quizá para siempre amenazado. deja tras sí un río de cadáveres, para tomar una cota
de gran altura en la que ondea la bandera de una co-
Modernidades americanas y europeas nocida cadena de hamburgueserías norteamerica-
A través de un óleo satírico sobre Mao, unos dino- nas... Casi todo está dicho: muchos artistas chinos de
saurios gigantes en plástico, unas performances que nuestro tiempo hacen un arte, gran arte, quizá, de-
recuerdan al grupo ZAJ en el Madrid de los prime- sesperado, hipercrítico, mordaz, cínico, brutal, sin
ros setenta del siglo pasado, unas fotografías fami- saber ellos mismos, quizá, como escapar a la pesadi-
liares o los vídeos sobre un nuevo centro comercial los testimonios fotográficos, los vídeos y los docu- lla mao-comunista que destruyó y sembró con el
en una ciudad «moderna», salta a la vista que los jó- mentales reunidos sí que dan una idea bastante odio las antiguas tierras vírgenes, de viejas tradicio-
venes creadores chinos suspiran por las distintas aproximada del apocalipsis vivido y por vivir de los nes milenarias; pero descubriendo, al mismo
modernidades americanas y europeas, pero sus len- creadores chinos: un cataclismo pavoroso. tiempo, despavoridos, que están cayendo de bruces
guajes poseen una ingenuidad no sé si redentora, Hace años que el descubrimiento de un cuadro en una sociedad de nuevo cuño que construye in-
para ellos y para nosotros. excepcional, Last Banquet, 1989 (collage-óleo en tela, quietantes megalópolis (Pekín, Shanghai, Shenz-
Mil quinientos metros cuadrados no son un espa- 152 x 152), de Zhan Hongtu, nos permitió descubrir hen), donde el éxodo rural masivo, el enriqueci-
cio suficiente para poder presentar y descubrir un el pop-político chino: ¿un género?, ¿escuela?, ¿movi- miento repentino, la rapacidad atroz, el desarraigo
lustro de creación artística, en una civilización que miento?, que no ha dejado de crecer y multiplicarse. étnico y la desertización espiritual crean nuevas for-
tiene dos o tres mil años de historia y más de mil mi- Zhan Hongtu parodiaba la célebre Cena de Leonardo mas no sé si inéditas de soledad, amargura y dolor.
llones de habitantes. De ahí la provisionalidad de conservada en la iglesia Santa María delle Grazie de Hay otros infiernos, pero todos parecen hablar del
cualquier intento de síntesis sobre la pintura al óleo Milán. Hoy, un fotógrafo como Weng Fen repite una combate inconcluso entre los Titanes y los Inmorta-
(realista, figurativa, abstracta, expresionista, pop o y otra vez, en grandes formatos (110 x 170 cm), una les, entre la Técnica y el viejo y amenazado Logos.
idealista, etcétera en la China de hoy) o la evolución imagen siempre idéntica y distinta: una joven, que
de la escultura de nuestro tiempo. Por el contrario, adivinamos bella, está sentada en un muro, de espal- Juan Pedro Quiñonero

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Blanco y Negro Cultural / 13-9-2003

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