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22 DE ABRIL:
Nuestras lecturas en esta clase se han de referir a las mutaciones de los espacios
públicos, el deterioro del sentido de civilidad, el impacto en el modo que nos relacionamos
con el territorio, la proliferación de espacios desterritorializados (que Augé llama no-
lugares) y su funcionalidad con los procesos globalizadores.
Iniciaremos el análisis del texto de Bauman, que retoma el análisis de las dimensiones
que estudiamos en el primer texto de Ortiz, Espacio/Tiempo, pero ahora ya situados en el
marco de la Cultura Contemporánea.
3-¿Por qué afirma el autor que el shopping no puede recrear la idea de comunidad?.
25 DE ABRIL
En el caso del artículo que estamos analizando, Bauman recurre a una noción de Sennett
sobre la CIVILIDAD.
Esas reformas que hizo Haussmann van a constituir los principios de la espacialidad
moderna con el surgimiento de las multitudes modernas.
¿Cuál fue uno de los múltiples desafíos que tuvieron que afrontar los urbanistas que
acompañaron las reformas del XIX? Sennett dirá que fue el de lograr evitar el conflicto
cuando multitudes de extraños se enfrentaran por primera vez en un mismo
escenario y de manera cotidiana. ESE APRENDIZAJE LO DA LA CIVILIDAD Y SURGE
EN LOS ESPACIOS PUBLICOS MODERNOS COMO LA PLAZA PUBLICA, LA GRAN
ESCUELA DE LA CIVILIDAD.
Además, les hago una advertencia por una confusión que he visto que se repitió en
algunos pocos casos en otra comisión: en la primera tipología de EPNC que propone el
autor (con los ejemplos de La Défense y los shoppings), los han identificado
diferencialmente a ambos como “urbanos” y “no civiles” respectivamente. Sin embargo, en
tanto que en ambos casos son espacios en que se inhibe la civilidad, lo correcto es decir
que ambos son “no civiles”; sólo que en un caso se alude al espacio abierto de la calle
y en otro a un espacio cerrado y privatizado. Pero en ambos casos hemos dicho que se
trata igualmente de EPNC.
2) Shoppings
3)
4)
1) Ahora veremos a algunas características de las plazas públicas que han perdido el
carácter de la civilidad, pues espacios inhóspitos o interdictorios hay muchos (cuando
Bauman habla de La Plaza de la Defense, es sólo un ejemplo, no una categoría). En
el DOCUMENTO DE TRABAJO: Espacios Públicos No Civiles, les dimos algunos
ejemplos más cercanos: las plazas públicas que fueron cementadas durante la dictadura
del 76. Una emblemática en Buenos Aires por todo lo que ella implica en el corazón de la
vida universitaria y juvenil de la UBA fue la Plaza Houssay.
Esta plaza se construyó en el predio del viejo Hospital de Clínicas, la demolición empezó
en 1975 y se inauguró en 1980. Qué características sobresalían en el diseño: un espacio
frío, expulsivo, puro cemento, un lugar de paso, no para interactuar. Una estrategia
tendiente a desalentar el encuentro, las aglomeraciones estudiantiles, en un momento en
que tres personas conversando en la calle podían ser acusadas de subversión.
5) Cuando Bauman habla de espacios vacíos, ¿qué ejemplos se les ocurren a Uds al
respecto? (ejemplos de la propia realidad). Aclaración: los espacios vacíos no se
limitan a los espacios de marginalidad o vulnerabilidad que utiliza como ejemplos
Bauman).
27 DE ABRIL
En primer lugar quiero hacer un comentario. Las observaciones que hago sobre las respuestas que
se formulan tienen como objetivo aclarar, ampliar puntualizar alguna temática y generalmente
destacar algunas debilidades en las intervenciones con la finalidad de corregirlas. Por lo tanto,
dichas intervenciones forman parte ineludible del proceso de intercambio en los Foros para la
construcción de conocimientos (del mismo modo esta dinámica se lleva a cabo en las clases
presenciales).
Ahora bien, una vez que formulo dichas observaciones, ignorarlas ya forma parte del proceso de
evaluación que aplicamos a lo largo de la cursada para obtener la regularidad de la misma. Hago
esta aclaración por algunas respuestas que se hicieron a posteriori de mi última intervención y
designan la primer variedad de EPNV o categorizan la cantidad de los mismos incurriendo en
los mismos errores que he señalado en la oportunidad que menciono.
Entonces, habiendo dispuesto cuales son los EPNC, nos restaría completar la tipología
con los no-lugares y los espacios vacíos (los templos de consumo los analizaremos
fuertemente con el texto de Beatriz Sarlo).
De lo que ustedes han manifestado, el “no-lugar”, categoría acuñada por Marc Augé,
abarca de algún modo a los dos ejemplos de la tipología inicial de EPNC, tanto a los
espacios de tránsito (Augé ejemplifica con las autopistas y aeropuertos) y de consumo (se
ejemplifica también con los shoppings).
El núcleo básico de definición del no-lugar, está en que por oposición a la idea de “lugar”
antropológico, está en que no tiene identidad, relación e historia. Es preciso además
de meramente repetir esto, poder comprender qué quiere decir el autor con cada uno de
dichos términos. Respectivamente y de modo sintético, podemos decir: no hay sentido
de pertenencia ni de diferencia cultural (identidad), no hay genuina interacción y
comunidad (relación), ni nada que conecte con la tradición singular de un pueblo u
otro (historia).
Nosotros somos civitas que nos movemos por trayectorias: de la casa al trabajo, del
trabajo a la facultad, de la facultad al club, del club a la casa. En fin, nos movemos
armando una cartografía de nuestro andar y, en el mismo, invisibilizamos lugares. No
tienen que ser estos "barrios marginales" o "villas emergencias". Como dice María
Eugenia, puede ser Barrio Parque al que categorice como "espacio vacío".
27 DE ABRIL
1) ¿Cuáles son las diferencias más importantes, según Sarlo, entre las grandes
tiendas que crecieron en el contexto del capitalismo de producción o industrial y
los templos de consumo en la actualidad? (Sarlo los denomina capitalismo mercantil
local y globalmente expansivo p: 31)
Agrego: hay infinidad de ejemplos, en la mutación paulatina que va ocurriendo con el
surgimiento de las grandes tiendas, tienen en Netflix la serie Mr. Selfridge que trata sobre
este período y la aparición de tiendas. Sólo para tener en cuenta: en la segunda mitad del
siglo XIX, en el caso de París en el contexto de las grandes reformas de Haussmann, se
empieza a construir una sutil pedagogía de la mirada, todavía de manera incipiente. La
mirada comienza a ser atrapada por las vidrieras de los lugares comerciales. Esto será
fundamental para la evolución del capitalismo que deberá despegarse del mecanismo de
que la mercancía sólo se adquiere por su valor de uso (con esta lógica el capitalismo
hubiera tenido serias limitaciones). Si tienen la oportunidad de ver la serie mencionada
hay una escena en el primer capítulo, en el cual el protagonista le pide a la vendedora de
una tienda que le muestre las variedades de guantes para poder elegir: la empleada de la
tienda le dice que eso no está permitido, no está bien visto, no puede exhibir la
mercancía, esto merecía una sanción social! ¡Esto situado a principios del siglo XX! Esto
sólo a modo de ejemplo para poder ver en clave comparativa como exhibían /exhiben las
mercancías.
2) Deben seleccionar dos categorías de análisis que trabaja la autora para poder
argumentar porqué los templos de consumo son los espacios emblemáticos del
capitalismo de consumo. (Ej de categoría que utiliza Sarlo "La mercancía como
celebrity", pero esto no significa que deban utilizar la que mencioné como ejemplo).
29 de abril
Han trabajado muy bien sobre el texto de Beatriz Sarlo! Les voy a marcar un punto que tienen que
tener en cuenta de aquí hacia adelante en todas las lecturas que haremos: trabajar en clave
comparativa.
En el caso de Sarlo el tema de las grandes tiendas y los shoppings tiene de trasfondo uno de los ejes
trasversales de nuestra asignatura: el capitalismo. Y allí la autora hace una clara referencia a las
diferencias entre el capitalismo mercantil local y globalmente expansivo (nosotros lo
llamaremos capitalismo de producción y capitalismo de consumo).
Ahora bien, quiero destacar una idea que Sarlo desarrolla que es entropía para poder distinguir
cada uno de los modelos.
La entropía es el desorden, es el caos que fluye en las grandes ciudades modernas que, más allá de
la racionalización de sus estructuras, son caóticas: millones y millones diariamente nos vemos en
ellas (se acuerdan lo de civitas).
Bien, cuando la autora cita a Roberto Arlt para analizar las características de las grandes tiendas,
queda claro que las mismas formaban parte del paisaje urbano, del andar en la ciudad. Solo con ver
las imágenes que les pusimos en el DOCUMENTO DE TRABAJO para imaginarnos Harrods u
otras grandes tiendas en Buenos Aires (para los que viven en ciudades más pequeñas estas formas
de mercantilización de los objetos se observan en la proliferación de las “galerías”)
Finalmente, quiero resaltar que la UNIDAD 2 está atravesada por tres temas que se encuentran
inscriptos en cada uno de los textos que abordaremos:
1) Lugares-No lugares
3) Procesamiento de la otredad.
Entonces, ya les he subido la segunda clase de esta unidad que tiene como texto de lectura
obligatoria un artículo de Maristella Svampa. Allí analizaremos una nueva problemática ligada a las
transformaciones de la cultura urbana: los procesos de fractura espacial y fragmentación social que
han cambiado sustancialmente el modelo urbano de inclusión social que fue un horizonte de
referencia en nuestras ciudades durante gran parte del siglo XX. Esto es la proliferación de los
barrios cerrados a partir de los años 90 convirtiéndose en enclaves privados donde históricamente se
asentaron los sectores populares.
4 de mayo
Recuerden que hemos leído –tanto en Bauman como en el artículo que les escribió el
Prof. Valiente sobre los “no lugares”- que, los shopping como los otros tipos de no lugares
son definidos por Marc Augé como espacios producto de la sobremodernidad. Son
espacios que se definen por ser carentes de historia, no relacionales y además no son
referentes identitarios. En ellos se despliega lo que el autor denomina contractualidad
solitaria. Este nuevo tipo de soledad se experimenta a través de la mediación textual.
Entonces, a modo de resumen quiero señalarles que las grandes tiendas, los pasajes y
las galerías de mediados del siglo XIX y siglo XX formaban parte de la ciudad. De acuerdo
con Sarlo esas grandes tiendas se entretejían con la ciudad. El shopping, en cambio,
genera la ilusión de independizarse de la ciudad. De hecho, apunta a garantizar una
determinada regularidad. El modelo del shopping, según la autora, viene a asegurar
ciertos requisitos que se le exigen a la ciudad. Es decir, vienen a asegurar dimensiones
tales como orden, claridad, limpieza y seguridad, las cuales ya no pueden ser
garantizadas por la ciudad, sobre todo por las ciudades de los países pobres.
Debemos apreciar también, que esa sociabilidad entre iguales, no tiene nada que ver, o
más bien es el opuesto de la “sociabilidad pura” con que Bauman definía la civilidad;
esto es, contra la idea de estar “entre iguales”, una sociabilidad que admita la diferencia,
la interacción con la “otredad”. Por eso podemos hablar de los shoppings como EPNC.
Lo importante para destacar y distinguir en relación a esto, es que en aquel modelo de las
grandes tiendas, éstas “formaban parte de la ciudad, se entretejían con ella” (muchas
tienen de hecho la forma de un “pasaje”, como una virtual calle interior del entramado
urbano, como podemos apreciar aún hoy por ej. en muchas galerías en el centro porteño)
Ahora debemos marcar el contraste con el caso que nos ocupa luego en el texto, el de los
shoppings. El shopping pertenece “a la era del capitalismo global y expansivo”. Y hay
una diferencia clara que liga con la temática general de esta segunda Unidad, en relación
con la temática urbana y de la civilidad: lejos de formar parte o estar entretejida la ciudad,
el shopping rompe con ésta, marca una discontinuidad con lo urbano, con el espacio
público; en ello afirma su identidad y valor y su eficacia. “El shopping
busca independizarse de la ciudad y reinar sobre ella desde una diferencia
irreductible”. Es como si los shoppings conformaran parte de una trama interconectada
de no lugar global, desterritorializado; ya totalmente desanclado de los espacios locales.
Les reitero: lo fundamental aquí, en la distinción entre el modelo de las grandes tiendas
del siglo XIX, y el del shopping desde fines del siglo XX, está en la relación con la
ciudad y lo urbano, el corte o no con el espacio público.
30/04/2020
Entonces, iniciaremos el análisis del texto de Maristella Svampa con las siguientes
consignas:
3 DE MAYO
Como ustedes lo han expresado, Maristella Svampa, afirma que el tema de las
urbanizaciones cerradas tiene antecedentes en nuestro país que vienen desde las
primeras décadas del siglo XX. Sin embargo, hay muchas diferencias entre el fenómeno
de "privatización de la vida" implicado en urbanizaciones que caracterizaron a los sectores
de clases altas en nuestro país y el fenómeno que estudia Svampa.
En relación con las preguntas que habíamos formulado antes, en primer lugar, sobre el
“nuevo tipo societal”, ello alude a un renovado aumento de las distancias sociales, ligado
a nuevos mecanismos de (auto)regulación que dan origen a formas privatizadas de la
seguridad y de la integracion social. El ensanchamiento de la brecha social reordena
posiciones y separa a “ganadores” y “perdedores”, que respectivamente podemos
identificar, por un lado, con clases altas y clases medias ascendentes (por ello se habla
de un modelo de integración “hacia arriba”) ligadas a nuevas profesiones del capitalismo
post-industrial (élites planificadoras, sectores gerenciales, profesionales, intermediarios
estratégicos, etc.); y por otra parte con clases medias descendentes y
obreros descalificados y precarizados laboralmente.
Respecto de las formas de sociabilidad de los nuevos barrios privados, efectivamente hay
una recreación de la sociabilidad barrial, pero la autora habla de una “sociabilidad del
entre-nos”: a diferencia de la idea de “civilidad” de Bauman, supone aquí un criterio tácito
de homogeneidad social intra muros, con un rechazo de los grupos sociales que viven
extra muros y del espacio de la ciudad. Una idea de comunidad basada en
la “seguridad” y el rechazo de la otredad. En dicho marco la autora detalla la idealización
de un orden familiar con “libertad puertas adentro”, modelo de “autonomía
protegida” del que luego se describen las patologías de niños socializados dentro de una
“burbuja”.
Seguimos trabajando sobre el artículo de Svampa que encierra los tres ejes que
atraviesan la Unidad 2:
a) Lugares-No lugares
b) Procesamiento de la otredad
4 DE MAYO
4-Describa las diferencias entre las formas de sociabilidad clásica de las clases altas y las
de los nuevos enclaves fortificados.
Al realizar este análisis la autora encuentra cierta afinidad con la sociabilidad de las
clases altas que Monique y Michel Pincon estudian en la sociedad francesa. Estas se
caracterizan por un “colectivismo práctico”, que se vislumbra en cierto control de los
mecanismos de socialización, que incluye ciertos deportes, ciertas escuelas u otras
instituciones, lugares, y tradiciones como lo es el mercado matrimonial. Esta forma de
sociabilidad descripta por los Pincon se caracteriza sobre todo por la contigüidad de los
círculos sociales.
Una diferencia que destaca la autora entre estas formas de sociabilidad, es el aspecto
novedoso de que en estas nuevas formas de sociabilidad, propias de los enclaves
fortificados, urbanizaciones privadas, se desarrollan en un espacio común, que se
establece por encima de toda segmentación interna, vinculando a los “semejantes”. Es la
misma red socio-espacial la que va estructurando y homogeneizando los diferentes
círculos sociales de quienes se van incorporando, “ascendiendo socialmente” (algunos
recientemente “separados” de la gran masa de la clase media)
En primer lugar, la autora explica la relación entre las estructuras emotivas y cognitivas
por un lado, y las estructuras sociales por otro lado. Al verse modificados los modos de
convivencia de las personas y la estructura de los grupos sociales, se modifican también
las funciones psíquicas cognitivas y emotivas, que repercuten en las representaciones de
la “otredad”.
Las nuevas formas de vida que se desarrollan en los enclaves cerrados, determinan
ciertas percepciones del “adentro” y el “afuera” (un adentro cerrado, protegido, seguro; y
un afuera abierto, peligroso, desprotegido). Así se interioriza un código binario, que
reestructura las relaciones con el otro de forma binaria: hay un “nosotros” (los de adentro,
los iguales) y un “otros” (los de afuera, los diferentes) En este contexto que plantea la
autora, los diferentes no son captados como personas, sino como categorías sociales.
(Se me viene como clara ejemplificación las menciones de “Betty, la mucama” –así como
si fuera una sola palabra “Bettylamucama” de los videos del comediante Ezequiel Campa,
en el que el personaje Dicky del Solar parodia a un rugbier de Nordelta)
6 de mayo
Sólo les haré un ordenamiento de lo escrito y les agregaré algunas
fundamentaciones para que las piensen e incorporen.
Los últimos conceptos sobre los que interrogamos luego, con el punto de partida en el
estudio de caso de los barrios privados, nos permiten volver a iluminar y decir algo más
general sobre el reordenamiento general del nuevo tipo societal.
Esta idea se relaciona profundamente luego con el otro concepto que plantea la autora, el
de “autorregulación”. Esto está como supuesto tácito en el trasfondo profundo de todas
las políticas del neoliberalismo, y supone un reordenamiento de las relaciones entre
Estado y sociedad civil: contra la idea de un Estado interventor que regula las relaciones
sociales y la economía, aparece ahora con nueva fuerza la idea de una
sociedad mercantilizada, donde toda la distribución de servicios sociales y urbanos
(educación, salud, vivienda, seguridad, etc.) debe pasar a gestión privada, regida por
una pura lógica de mercado; es decir, por la capacidad de pago (aquello que definía
justamente las antedichas ideas de ciudadanía patrimonial y ciudadano contribuyente).
11 de mayo
La fractura social implica no sólo el hecho de irse a vivir a enclaves fortificados sino,
también, la privatización de la vida.
13 de mayo
Cuando decimos que el neoliberalismo vació de sentido (y de contenido) a las
instituciones sociales, especialmente hablamos de la escuela.
Esa escuela pública en la que muchos nos formamos dónde la heterogeneidad social
articulaba las relaciones interna: iban el hijo del gerente del banco, de la maestra, del
obrero, del tallerista, de la modista, del mecánico, etc. TODOS EN EL MISMO ESPACIO.
Cuando hablamos de fragmentación social nos referimos, justamente, a esta fractura que
se produce en una sociedad como la Argentina.
19 DE MAYO
De ahí que quisiera destacar algunas consideraciones para que las tengan en cuenta en
sus lecturas y correcciones.
En relación con las preguntas que habíamos formulado antes, en primer lugar, sobre
el “nuevo tipo societal”, ello alude a un renovado aumento de las distancias sociales,
ligado a nuevos mecanismos de (auto)regulación que dan origen a formas privatizadas
de la seguridad y de la integración social.
El concepto ya dijimos que remite al hecho de constituir una suerte de mundo paralelo
despegado de la ciudad, una trama o circuito de espacios privatizados que tiene una base
en el barrio privado y conecta también con otros espacios físicos y sociales de trabajo,
recreación y sociabilidad.
A medida que los leía y observaba algunos de sus ejemplos, pensé en el corredor norte
en la ciudad de Buenos Aires y conurbano de Buenos Aires: tenemos los countries,
barrios privados y residencias exclusivas, desde el nuevo Nordelta a Pilar o San Isidro;
luego también espacios de consumo, como pueden ser shoppings y centros comerciales
como el DOT o Unicenter; también zonas de recreación y sociabilidad, como los boliches
de Costanera norte y todo el eje de bares de los nuevos Palermos; aparte también ciertas
vías optimizadas de acceso a la ciudad, que incluyó la nueva autopista Illia que conecta
con el centro urbano, e incluso un tren específico más exclusivo, el “tren de la Costa”; y
todo ese circuito confluye en enclaves privilegiados en el mismo centro porteño, desde las
más tradicionales Recoleta y zonas de Retiro, hasta un nuevo barrio para yuppies como
fue Puerto Madero; donde no casualmente, hay un tranvía que conecta con las oficinas de
empresas financieras y de servicios gerenciales, y con universidades privadas como la
nueva sede de la UCA, etc.
Me parece interesante compartir con Uds esta concepción, para visualizar cómo las
formas de no civilidad y de rechazo del otro, y de privatización de los espacios, no sólo
dependen del ejemplo más evidente y obvio del country con sus muros; sino también una
serie de demarcaciones más o menos visibles de los espacios dentro del cuerpo de la
ciudad, y de actitudes y modalidades de organización de los encuentros, intercambios y
sociabilidad, que también tienden de modos más sutiles a esta lógica de privatización y
segregación socio-espacial.
En cada caso, vemos que hay un provecho en la relación con esos otros: sea el provecho
material del empleado que trabaja para uno (en condiciones que aún a día de hoy
configuran formas agudas de servilismo); sea el provecho simbólico de poder afirmar
nuestra superioridad (socioeconómica y moral) frente al pobre “bueno” que acepta su
lugar y espera la ayuda benefactora o el “derrame” de algo de nuestra propia riqueza, o
de afirmar lo mismo negativamente frente a la presunta amenaza del pobre “malo” que
protesta (el cliché mediático del “piquetero”)
Los últimos conceptos sobre los que interrogamos luego, con el punto de partida en el
estudio de caso de los barrios privados, nos permiten volver a iluminar y decir algo más
general sobre el reordenamiento general del nuevo tipo societal.
La figura del ciudadano “contribuyente”, procura imponer al Estado una virtual posición de
“cliente”(o sea, más propia de la lógica de mercado), como pagador a ser retribuido,
portador de patrimonio; por ende no realmente como “ciudadano”, es decir, como portador
de derechos (porque esta última categoría, claro está, incluiría a todas las clases sociales
en pie de igualdad; algo intolerable para la lógica competitiva y presuntamente
“meritocrática” del mercado)
Todos ellos abordan, desde distintas perspectivas, el tema que nos convoca en
esta ocasión. Esperamos sus intervenciones.
7 de mayo
CONSIGNAS SOBRE LOS TEXTOS Y DOCUMENTOS DE TRABAJO:
1- ¿Cuál es el fenómeno que analiza Margulis en su artículo? ¿En qué contexto histórico
lo hace?
2-¿Por qué la ciudad de Buenos Aires es un escenario apropiado para estudiar los
procesos de discriminación social?.
4-Defina, caracterice y diferencie los conceptos de raza y racismo. ¿La noción de raza
sigue teniendo vigencia? Justifique la respuesta.
5-Vincule las nociones conceptuales que estamos analizando (las del teórico y las del
texto e Margulis) a los documentos que hemos adjuntado (narraciones y videos).
11 de mayo
Efectivamente, la investigación de Margulis, que se llevó a cabo entre principios y
mediados de la década de los 90, se ubica en un contexto en el que los resultados de las
políticas neoliberales ya eran ostensibles. En contextos de crisis las sociedades
encuentran en la figura del inmigrante el chivo expiatorio ideal sobre el cual descargar las
angustias y frustraciones (la figura del inmigrante condensa numerosos factores que lo
constituyen en el blanco ideal para el odio y el menosprecio: proviene de otro país, otra
cultura, menor capital cultural, social, ubicación más desventajosa en la escala social, el
color del mestizaje, etc...).
En los 90 las clásicas figuras de la amenaza inmigratoria (por supuesto figuras que se
repiten en todas partes del mundo) se pusieron en juego aqui: "el inmigrante económico"
(vienen a sacar trabajo a los argentinos). El inmigrante delincuente, figura recurrente.
Respecto al "inmigrante económico" trabajos rigurosos del Indec demostraban que,
aunque la población inmigrante aumentara (a fines de los 90) cinco veces, su impacto en
el mercado de trabajo seguiría siendo bajísimo. Pero los imaginarios sociales que son la
base de la discriminación social, los estereotipos no se construyen a partir de certezas
científicas, sino son construcciones sociohistóricas.
Un dato más: los diarios de la prensa hegemónica, por entonces, hablaban del aluvión
(zoológico) inmigratorio (la inmigración no deseada): las estadísticas de la Dirección
Nacional de Migraciones, la que arrojaba los siguientes datos: referido a la radicación
definitiva de extranjeros americanos ente los años 1992 y 1996, el grupo más numeroso
correspondía a bolivianos (93760), pero el grupo que le seguía de cerca, absolutamente
invisibilizado (la inmigración deseada) provenía de dónde? Estados Unidos! con 87154
inmigrantes!.
Y por las dudas que haya algún temor al aluvión: el porcentaje de población de países
limítrofes en la Argentina, desde 1869, ha variado entre un 2% a un 3 %, hasta el censo
de 2010 según el INDEC.
El mito de la argentina blanca, ese largo esfuerzo desde el siglo XIX por invisibilizar a los
otros (descendientes de pueblos originarios, mestizos, afrodescendientes, etc...) ha
resultado exitoso. El mito del crisol de razas es una operación ideológica que encubre,
naturaliza la operación de que posibilitó la legitimidad de uno sólo de esos crisoles, la
argentina blanca, y el ocultamiento de la "otra Argentina", la que no aparece en los folletos
turísticos, la no tan blanca, la más pobre.
Ahora bien, entonces debemos refutar los mitos racistas que se han naturalizados, entre
los que destacamos, en primer lugar, las ideas de que “en la Argentina no hay
racismo”, y correlativamente, que “no hay negros” (ídem también un “país sin indios”),
lo que configura un fuerte imaginario racista.
Margulis admite que es cierto que no lo hay en un plano normativo y legal, advierte en
cambio que “sí hay un fuerte racismo coloquial, social e informal”.
Para terminar el análisis del texto de Margulis, sigue el mismo grupo de alumnos
trabajando:
12 de mayo
1)¿Por qué Grignon distingue dos tipos de racismo? ¿Hay diferencias entre ambas
variedades?
2)La noción de racismo de clase de este autor ¿con cuál o cuáles categorías
conceptuales ya trabajadas se puede relacionar?
13 de mayo
En el caso de Grignon, un primer aporte teórico decisivo es la distinción conceptual
entre “racismo ordinario” y “racismo de clase”. El primero, con fijación en el aspecto
físico, como el color de piel; el segundo, en los signos de una pertenencia de clase
subalterna, como los que denotan el trabajo manual, la “falta de gusto” o modos
burgueses refinados, etc. El segundo caso es el más interesante y provechoso, porque
nos permite analizar las conductas racistas aún en sociedades o épocas como las
nuestras en que la idea de “raza” y el discurso abiertamente racista parecen desterrados o
“políticamente incorrectos”.
Grignon efectivamente llama la atención que ambas formas de racismo comparten las
mismas premisas: una combinación de “estigmatización” + “apartheid”. En cuanto a lo
primero, se trata de una exclusión simbólica; el “estigma” viene a significar la “ausencia
de los signos positivos que expresan la pertenencia a las clases superiores”, y esto
interpretado no como con un origen cultural o social, sino cual si fuere una diferencia
de “naturaleza” (por ej. la “rudeza” del campesino, la “parquedad” de los descendientes
indígenas, etc.). Y el “apartheid”, remite a los mecanismos de segregación social; entre
los cuales el autor destaca dos: los “mecanismos escolares de relegación y de
eliminación” (escuelas y educación de élites; la “seguridad de casta” de ser “elegidos”), y
el “matrimonio y estrategias matrimoniales”, una lógica de endogamia social (acaso en
este aspecto del apartheid, podríamos también referir a las brechas urbanas y las
prácticas de separación espacial en el caso de los barrios cerrados que veíamos en otra
clase con Svampa)
Gringon distingue para su estudio dos formas de racismo: la forma A, “racismo ordinario”,
el rechazo al otro que viene de afuera, que trae otra cultura que es menospreciada, y
propone además la forma B, “racismo de clase” para referirse a la segregación social y
rechazo que sufren aquellas personas que no pertenecen a la clase dominante, y que son
percibidas por esta clase como inferiores, siendo segregadas socialmente, y
estigmatizadas por la ausencia de ciertos signos positivos, (signos “de clase”, como
ciertas condiciones ligadas al buen gusto)
Ambas formas de racismo operan bajo los mismos mecanismos, la segregación social y la
exclusión simbólica.
Siguiendo con este aporte de Svampa, también el concepto que ella toma de Améndola,
de “categorización de la diferencia”, que expone con crudeza como los otros, los
diferentes, no se conciben como personas, sino como categorías.
19 de MAYO
Como bien señalaron en algunos de ustedes, nos interesa destacar que Margulis
considera que la ciudad de Buenos Aires resulta un escenario propicio para analizar el
modo en que se producen los procesos de discriminación social ya que recibe cuantiosos
contingentes de población que a diario ingresan a la ciudad movidos por la necesidad de
trabajar, de ganarse la vida. Esto hace que esas zonas de frontera que resultan ser las
estaciones de tren de la ciudad emitan mensajes. Esos mensajes -en tanto que
observador y estudioso de la cultura- es lo que le interesa investigar a Margulis. En este
sentido observa, entre otras cuestiones, que la discriminación resulta un concepto
apropiado para comprender los modos de segregación de los tradicionales
habitantes de la ciudad hacia estos sectores trabajadores cuyos rasgos y color de
piel evidencian su ascendencia mestiza. Este fenómeno es tan importante de identificar
como complejo en sus alcances ya que, como afirma Margulis, la discriminación es
auxiliar de la pobreza.
Para finalizar quiero destacar que Margulis propone la noción de racialización de las
relaciones de clase para pensar específicamente la realidad de América Latina. Según
observa nuestro autor, en nuestra región el desarrollo de la estructura de clases sociales
tuvo un eje fundamental en la cuestión racial. De allí la importancia de atender al estudio
de todos los conceptos que propone en su texto para abordar el estudio de los
fenómenos propios de la vida en nuestras urbes.