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Editorial | Colectivo Materia

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CUADERNOS MATERIALISTAS 1
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Índice

Índice

EDITORIAL 3

ARTÍCULOS

Materialismo, muerte y lenguaje 6


Adela Busquet

Púas-corazas, descamaciones y manos abiertas: diversidades y estremecimientos en las pieles nietzscheanas 16


Andrés Padilla Ramírez

Carl Einstein y las formas de lo visual en la historia del arte 23


Carlos Fisgativa

Khóra: resto irreductible a la soberanía 31


Juan Pablo Sabino

TRADUCCIÓN
La estética de los ritmos 38
Henri Maldiney
Editorial/Colectivo Materia

Editorial
Colectivo Materia

U na p i et r a p unt o e ba st a. 1 2 . ¿C ó m o v iv e n l o s v iv o s c o n l os mu ert o s?
M e g u sta n la s pi edra s M ie nt ra s el ca pi ta l i s mo no de s hu ma n iz ó la
en l os cu erp o s so ci eda d, t od o s l os v iv os e spe ra ba n a lca nz a r la
so bre sa tura ci ó n d el s i ste ma expe rie n cia de l os mu ert o s. E ra su fu tu ro ú l ti m o.
q ue tie nd e a la cr i sta li z a ci ó n P or s í mi s m os, era n in c om pl et o s. A sí, vi vo s y
de mí mu er to s era n i nte rde pe ndi en te s. S ie m pre. S ó l o
de mi s de se c ho s una f or ma ta n p ec ul i a r de eg oí s m o co m o la de
vue lt o s h oy e n día po día ro m per esa i n terd epe nd e n cia . Y
ge ma s re si s te nte s lo s re s ul ta d os ha n sid o d esa st ro s o s pa r a lo s
a l f u eg o viv o s, q ue a h ora c r een q ue l os m uer t o s s o n
de s u s pa la bra s a q uel l o s qu e ha n que d a do e l i mi na d o s.

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Vanna Andreini, Chelidonia John Berger, 12 tesis sobre la economía de los muertos

La sospecha nietzscheana se formula a me- ¿Cuáles sus deseos más perversos? ¿Cuáles más amplio, como la voluntad de poder que
nudo bajo la fórmula de una pregunta: sus fantasías inconfesables? La pregunta in- se pone en juego en el discurso. ¿Habla la
“¿quién habla?”. Sabemos que la pregunta cluye la sospecha marxiana, aquella que piedra? ¿Hablan los muertos? Si es posible
parece inocente pero es por demás subversi- reconduce la pregunta por las condiciones señalar una perspectiva semejante es a fuerza
va. ¿Quién habla? ¿Con qué intereses? ¿Para materiales de enunciación de un determinado de una desubjetivación radical.
qué? ¿Qué mundo sostienen sus palabras? discurso. Y también la freudiana, la que sos-
¿Qué mundos anulan? ¿Qué prácticas son allí pecha de las razones de la consciencia y que La puesta en foco sobre la enunciación, en-
desestabilizadas, recreadas? Y sobre todo, apela a un inconsciente para nombrar lo que tonces, nada tiene que ver con una
¿cuáles son sus prejuicios irrenunciables? Nietzsche a menudo comprende, de un modo reafirmación del sujeto. Más bien, por el con-

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Editorial | Colectivo Materia
trario, señala la ineficacia de tal concepto. A conceptos como piedras que pueden arrojarse demos pensar. La memoria, entonces, ha ten-
la disolución del discurso sobre el sujeto y sus para romper o asentarse para sostener. Pensar dido a desarrollarse más bajo la forma de la
fines ‒en términos generales el posthuma- qué espera la piedra y cómo se acomuna la reacción (callejera, artística, entre otras for-
nismo‒ queremos pensarla aquí como planta. Pensar desde la planta y desde la pie- mas de la perfo colectiva) que bajo la forma
apertura hacia un nuevo materialismo. Esto dra, desde el animal y desde lo muerto. de la elaboración. Repetimos sin parar los
implica el rechazo de la habitual reducción de Invertir como lo hacían los haitianos de la gritos y los piedrazos, prácticamente a las
la escritura y el pensamiento a una suerte de revolución de 1805: no buscar la igualdad mismas personas (o a sus vástagos, o a sus
superestructura que vendría a embellecer entre blancos y negros, sino dar a los blancos apoderados) desde hace casi 50 años, 500
(desde el punto de vista racional) una realidad un tratamiento negro y, entonces, forzando años. Y en la eterna reiteración contraban-
cruda y casi intolerable, o bien a nombrar a un poco el argumento, dar a los conceptos, a deamos lo indispensable para seguir
distancia un real inasible. En este punto cabe los discursos, a las subjetividades un trata- siguiendo: la música, la imagen, la escritura
repetir como un mantra: miento material. en fragmentos, la afectación colectiva.
Los cuadernos materialistas son un espacio de
Psyché es extensa Imaginamos la reivindicación de una enun- investigación y de trabajo exploratorio sobre
ciación súbdita, subalterna, subversiva, problemas vinculados a las múltiples formas
La ideología, la imaginación, la palabra, son subhumana. Enunciación desde lo bajo. Esta de pensar el materialismo hoy. A partir de las

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todas dimensiones materiales de la existencia, serie sólo es posible si se toma en cuenta la coordenadas que proporciona el así llamado
ni supernumerarias ni marcaciones inocuas particular historicidad de latinoamérica: so- “giro materialista” del pensamiento filosófico
de un mundo que estaría (siempre) en otro mos el síntoma de la violencia pura contemporáneo, esta publicación busca ser un
lado. descargada sin cesar durante siglos. Desde espacio de encuentro: un umbral donde se
acá no rememoramos en un proceso de racio- acomunan elementos discretos cuyas co-
Al afirmar la noción de materia, tenemos un nalización o de idealización del pasado, no nexiones forman la textura siempre variable
enemigo en mente: la jerarquización de lo que añadimos uno a uno los hechos con sentido de cualquier lugar. En este “giro materialista”
hay y su determinación teleológica. Un mate- del pasado para lograr un bosquejo del espíri- distinguimos al menos dos campos de trabajo
rialismo que se aboque a la transvaloración tu de nuestro pueblo. Antes bien, nos filosófico.
de toda jerarquía, invirtiendo para distorsio- caracteriza el trauma: nos deja sin aliento el Por un lado recorrer la pregunta por la onto-
nar. Tomar partido por las cosas, tratar a la acontecimiento improbable pero necesario de logía volcada sobre la problematización y
subjetividad como una materia y a las ideas y lo que acaba de pasar y sin embargo no po- distribución de lo que existe (animal, vegetal,

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Editorial | Colectivo Materia
mineral, orgánico o inorgánico, etc.) y las que implica una necesaria revisión del ethos ductibles a la dialéctica y a los conspicuos
lógicas específicas que históricamente se les no ya únicamente humano– como prerrogati- binarismos.
han atribuido. Nos gustaría exponer en este vas de todo lo existente.
espacio las discusiones y ensayos orientados Los artículos publicados en este primer
a desestabilizar estas lógicas diversas en pos Este espacio es, además, concebido como una número fueron presentados en versiones aco-
de nuevas formas de abordar el entrelaza- serie de cuadernos: conjunto de papeles de tadas en el Simposio “Problemas para una
miento, la composición y la acción animal, los trabajo, apuntes de investigación, notas pro- nueva filosofía materialista”, en el marco de
distintos tipos de vegetalidad y la minerali- visorias, marcas bibliográficas, lugar de las II Jornadas del Departamento de Filosofía
dad. Se trata evidentemente de poner en apertura de temas y de formulación de pre- de la Universidad de Buenos Aires. A la vez,
juego nuevas nociones de lo inhumano, el guntas lanzadas a la posibilidad infinita de su forman parte de los avances de la investiga-
deseo, lo sintiente, la agencia, lo inorgánico, discusión. ción que realizan los miembros de los
lo muerto, lo que crece, lo natural, el medio- Así, coexisten en estas páginas palabras de distintos grupos colaboradores.
ambiente. formatos diversos, escritas especialmente
Por otra parte, una inquietud estético-política para la ocasión, textos inhallables, traduccio- Como apertura de la sección dedicada a las
que apuesta por una estética que vuelva in- nes de artículos y ensayos recientes: todos traducciones, ponemos a disposición la ver-
operante el dualismo subordinante ellos remueven, renuevan lo que se piensa sión en español de un artículo del filósofo del

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materia/forma, asumiendo el pasaje del no bajo el nombre de “materia” y movilizan las arte francés Henri Maldiney, autor ineludible
ser al ser que terminó llamándose “arte” y el fuerzas asociadas al “materialismo” en los para pensar la estética francesa contemporá-
lazo comunitario que llamamos “política” – ámbitos ontológico, estético y político irre- nea.

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Artículos | Adela Busquet

Materialismo, muerte y lenguaje


Adela Busquet

Introducción ceptos de ‘escritura’ y ‘lenguaje literario’ en donde subsiste la realidad de la tierra.”1 (Blan-
Blanchot, con la nociones de ‘ritmo’ y ‘discur- chot, 2007: 291) Si las palabras son cosas,
El presente trabajo parte de los conceptos de so’ en Meschonnic. entonces existen, y si existen, subsisten como
‘materialidad’ y ‘negatividad’ en “La literatu- toda existencia, insistiendo y desistiendo en
ra y el derecho a la muerte”, donde Blanchot la nada. Nos remontamos ―tal como lo hace
Materialidad y negatividad del len- Blanchot― al carácter de apertura propio del
distingue, a su vez, dos modos del lenguaje:
el ‘lenguaje ordinario’ y el ‘lenguaje literario’. guaje dasein heideggeriano, cuya existencia se apo-
A partir de algunas ideas blanchotianas sobre ya en la nada, y es justamente por su carácter
este último, intentamos vincular la literatura ¿Qué hace el escritor cuando escribe? ¿Y por abismal (abgrund) que podemos llamarla ex–
a la noción de ‘discurso’ que Henri Meschon- qué se dedica a la tarea de negar el mundo sistencia; apertura, arrojo, posibilidad2. Las

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nic desarrolla en varios de sus libros, por medio de las palabras? Pero, ¿qué son palabras ―al existir― advierten que también
específicamente en La poética como crítica del después esas palabras escritas sobre el papel? ellas mueren, se enferman y se degradan. O,
sentido. El concepto de materialidad, en parti- ¿Qué significa comprender y qué leerlas? dicho de otra manera, las palabras ―ya muer-
cular el término ‘Il y a’ (Hay) que Blanchot Son estas preguntas las que insisten en el artí- tas― resucitan. Así lo dice Blanchot:
concibe propio de la escritura, es articulado a culo “La literatura y el derecho a la muerte”.
lo largo de estas páginas con la noción de Preguntas surgidas de la actividad más El lenguaje de la literatura es la búsque-
común pero a la vez más extraña de aquel da de ese momento que la precede.
‘ritmo’, término central del corpus meschon-
Generalmente, lo llamo existencia;; (…)
niquiano. Si bien ambos autores distan que escribe. Dos puntos nos importan: la ma-
eso que es el fundamento del habla y que
abiertamente en sus concepciones y trayecto- terialidad y la negatividad del lenguaje.
el habla excluye para hablar, el abismo, el
rias, el objetivo de este texto no es ubicarlos Blanchot escribe: “Sí, por fortuna, el lenguaje es Lázaro de la tumba y no el Lázaro de la
como parte de un mismo continuo filosófico, una cosa: es la cosa escrita, un trozo de la corteza, luz del día, el que ya huele mal, el que es
sino únicamente poner en relación los con- una esquirla en la roca, un fragmento de arcilla el Mal, el Lázaro perdido y no el Lázaro

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Artículos | Adela Busquet
salvado y resucitado. (Blanchot, 2007: incierta. En el mismo sentido en que la mate- subjetiva. Hay escritura, hay obra, hay dis-
290). ria al ex-sistir, existe inciertamente, curso que no depende ―únicamente― de su
abismalmente. Y en otro sentido también: la polo ideal, el significado. Polo que remite al
Curiosa resurrección la de volver a existir palabra flor es ―no solo desde la perspectiva uso del sujeto sobre el lenguaje, dado que el
desde la tumba. Las palabras llevan esa mate- de lo que Blanchot llama el ‘lenguaje ordina- modo comunicativo del lenguaje (el ‘lenguaje
ria incierta, nunca del todo dicha, del todo rio’―, una flor muerta (ya lo dice Hegel: “la ordinario’ en términos de Blanchot) sostenido
hecha. Pestilente, escribe Blanchot, y agrega palabra mata a la cosa”), sino que el ‘lenguaje por la garantía de la inmutabilidad del signi-
que no se trata de la salvación, se trata ―bien literario’ sabe que él mismo “está hecho de in- ficado, responde a las metafísicas de la
por el contrario―, de lo que es capaz de mo- quietud, de contradicciones también. Su posición presencia y de la subjetividad, cuyo protago-
rir, de lo que ya está perdido. ¿Qué materia, es poco estable y poco sólida.” (Blanchot, 2007: nista principal es siempre el sujeto.
qué cuerpo, qué carne es la de ese Lázaro que 284) La literatura es ese Lázaro muerto y re- En contraposición al uso privilegiado del sig-
“ya huele mal”? sucitado que existe inciertamente. Hay (Il y nificado, el significante (en sentido
a)3 escritura en el mejor sentido de la inde- saussureano, la parte material del signo) jue-
¡Digo una flor! Pero, en la ausencia en terminación de la materia.4 Lejos de una ga un papel de urgencia en el ‘lenguaje
que la cito (…), convoco apasionadamen-
concepción sustancial, el ‘hay’ que mientan literario’. Si bien Saussure entiende por signi-
te la oscuridad de esa flor, ese perfume
tanto Blanchot como Levinas ―más allá de ficante la grafía y el fonema, desde una
que me atraviesa y no respiro, ese polvo

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que me impregna pero que no veo, ese co- sus diferencias―, refiere a la existencia anó- perspectiva más amplia que recoge sin em-
lor que es rastro y no luz. ¿Dónde reside nima previa a toda categorización objetiva bargo la herencia saussureana, Henri
pues la esperanza de alcanzar lo que re- y/o subjetiva. Existencia impersonal y neutra. Meschonnic comprende la materialidad del
chazo? En la materialidad del lenguaje, Exterioridad pura que no remite a ningún lenguaje no ya como la contracara del signifi-
en el hecho de que las palabras también reverso de ninguna interioridad. Este afuera cado, sino como un conjunto mucho más
son cosas, una naturaleza, aquello que me material que en la partícula Il y a (el uso complejo; el ritmo entendido como la organi-
ha sido dado y me da más de lo que com-
francés del término revela con claridad su zación de la palabra en el discurso.5 En este
prendo de ello. (Blanchot, 2007: 291).
carácter impersonal) evidencia el desliga- sentido, el significante refiere a la unidad
miento de los usos subjetivados de la materia. mínima del discurso, y tal unidad está dada
La materia de la flor que nombro, de la pala-
De este modo el ‘hay’ se asocia a la escritura. en última instancia por el ritmo. Un ejemplo
bra flor en la boca o sobre el papel, es ―dice
Hay escritura en el mismo sentido en que la de esto lo encontramos en el libro Heidegger o
Blanchot― “aquello que me da más de lo que
materialidad es previa a la categorización el nacional-esencialismo (2007), donde Mes-
comprendo de ello”. Una materia, sí, pero

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Artículos | Adela Busquet
chonnic advierte que la unidad mínima de la idealizante del significado, al ignorar la mate- más adelante, Blanchot se pregunta: “¿Dónde
Biblia no es ni la palabra, ni la frase, sino el rialidad constitutiva del sentido, ignora a su comienza en una obra el instante en que las palabras
versículo. Tema que aparejó, entre otras co- vez la parte de existencia concreta que supo- llegan a ser más fuertes que su sentido y el sentido
sas, graves problemas de traducción. ne un discurso. “Con todo el lenguaje corriente más material que la palabra?” (Blanchot, 2007:
(Meschonnic, 2009b). tiene momentáneamente razón en que si la palabra 296) Y en la página siguiente:
Siendo la materialidad del lenguaje no ya la excluye la existencia de lo que designa, todavía se
parte meramente gráfica y/o fónica, la noción relaciona con ella por la inexistencia convertida en ¿Dónde está, pues, la obra? Cada momento
la esencia de la cosa”. (Blanchot, 2007: 284). El tiene la claridad de un hermoso lenguaje
de sentido también pasa a ser reinterpretada.
que se habla, pero el conjunto tiene el senti-
El sentido, que también es ritmo, reside significado, en su idealidad, recobra toda la
do opaco de una cosa que se come y que
―siguiendo a Meschonnic― en lo que una certidumbre que el gato de la realidad en
come, que devora, se engulle y se reconsti-
obra le hace a su lengua y al mundo. (Mes- principio poseía, pero que ahora, en tanto tuye en el vano esfuerzo de cambiarse por
chonnic, 2009a: 34). A fin de cuentas, de esto pura idealidad, se torna incorruptible. Este nada. (Blanchot, 2007: 297).
se trata entender “el ritmo como significante privilegio del significado en la constitución
mayor” (Savino, 2015). Esta fuerza del len- del sentido, conlleva una consecuencia nada Cuando decimos que la literatura está hecha de
guaje que es el ritmo, no se totaliza ni se menor: le quita a la palabra la posibilidad de esa materia resucitada y pestilente, decimos
anticipa como pretende el trabajo ansioso del morir. Aún más, no solo ya no puede morir, primero que es contingente. El sentido (que es

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significado idealizante que totaliza el sentido sino que el significado ―como entidad con- el ritmo de esa obra en particular) ocurre por y
de las palabras. Retrotrayendo el planteo de ceptual idealizada ajena a toda realidad a partir de su valor de contingencia. En el libro
Meschonnic a términos blanchotianos, el concreta― tampoco puede enfermarse ni, por Para un materialismo aleatorio, Louis Althusser
‘lenguaje ordinario’, en cambio, al decir la así decir, pescarse una gripe pasajera. Tan explica el importante lugar que tiene para el
palabra “gato” extrae idealmente su signifi- lejos quedamos del Lázaro de la tumba del materialismo la noción de contingencia. Recor-
cado a partir del gato real (la referencia). Este que nos hablaba Blanchot. dando la lluvia de átomos de Epicuro, sitúa
movimiento idealizante le quita al sentido su No pasa lo mismo con el ‘lenguaje literario’. como comienzo lógico de la materialidad, el
constitución material, diríamos rítmica. Visto “Por otro lado, observa [el lenguaje literario] que la clinamen. Por un error, por una contingencia,
de esta manera, el sentido de las palabras palabra gato no es solamente la no-existencia del una partícula cualquiera se desvía de la ince-
pareciera recaer en una idealidad conceptual gato, sino la no-existencia convertida en palabra, es sante caída en paralelo y choca con otra
independiente del entramado discursivo al decir, en una realidad perfectamente determinada y partícula dando inicio al mundo. De este modo,
que pertenecen. Es así como el movimiento objetiva.” (Blanchot, 2007: 289) Unas páginas por un encuentro contingente, se sale ―dice

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Althusser― de la indiferencia y comienza la (Meschonnic, 2009a: 44) “Más que lo que dice general. Blanchot no escribió para la acade-
existencia del mundo. De allí entonces el lugar un texto, es lo que él hace lo que hay que tradu- mia. Tampoco se mantuvo ahí. No dio clases
central de la contingencia contra la “ley de la cir. Más que el sentido, es la fuerza, el afecto”. en sus aulas ni escribió en sus términos.
necesidad”. Hay mundo, hay materia, hay len- (Meschonnic, 2009a: 56) De este modo la mate- ¿Cómo surge, de dónde o por qué, el carácter
guaje y hay obra porque la teleología empieza a rialidad y la negatividad del lenguaje ―pero tan distinto de la escritura blanchotinana? ¿Es
contarse como fábula.6 (Althusser, 2002). La sería justo a esta altura comenzar a hablar de solo una cuestión de estilo?
contingencia es parte esencial de lo que tanto obra o discurso y no ya de mero lenguaje― im- Si nos atenemos a la crítica que Meschonnic
Althusser como Blanchot y Meschonnic entien- plican una forma de vida (ex–sistencia) detalla en el libro La poética como crítica del
den por materia. atravesada por la negatividad que torna siem- sentido, no habría algo así como “un estilo” en
Luego decimos que hay (il y a) literatura. Así lo pre contingente y en ese sentido, material, a esa cada obra, sino que se trata del discurso que
dice Meschonnic en un gesto todavía más radi- existencia que es lenguaje, discurso. “Estamos cada obra es. Es y no es que “tenga” un dis-
cal: “no hay lenguas maternas, hay obras dando las vueltas a un materialismo sensible curso. La obra es el discurso. El así llamado
maternas”. (Meschonnic, 2009a: 183) Contra la que concierne al lenguaje” (Savino, 2015). Ci- “estilo” de Blanchot no sería un estilo, sería la
tradición heleno-cristina-occidental que hizo tamos una vez más a Meschonnic, ―quien obra misma la que toda ella ―por su sintaxis,
primar la noción de signo a la hora de pensar el advierte que esta unión, para ser precisos, nun- su prosodia y su ritmo― constituye un
lenguaje, Meschonnic afirma: “la Biblia hizo al ca debió desunirse―: “el poema es una forma “máximo de subjetivación” que ―en términos

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hebreo no el hebrero a la Biblia” (Savino, 2015). de vida transformada (o inventada) por una de Meschonnic― es un discurso. Decimos un
Lo que Blanchot llama ‘lenguaje literario’, lo forma de lenguaje, y una forma de lenguaje “máximo de subjetivación” en el sentido en
entendemos ―desde este punto de vista mes- transformada (o inventada) por una forma de que este autor ruso judeofrancés habla del
chonniquiano―, como discurso. Como dijimos, vida”. (Meschonnic, 2009a: 27). sujeto: “No, ninguno de esos es el sujeto del
el sentido no ocurre solamente a partir del poema del pensamiento, que tampoco es el
significado de las palabras, tampoco única- autor, ni el individuo. Sino el trabajo mismo
mente por su mera forma (otro de los polos La escritura y el ritmo de subjetivación del lenguaje que hace que
idealizantes de cierta ‘teoría del lenguaje’), sea el continuo el que lleva, el que atraviesa y
sino que el sentido (que es el ritmo) ocurre Hay una cuestión, no menor, en la escritura transforma todo discurso. El que hace la obra.
por lo que una obra le hace a su lengua. Si de Blanchot. Sabemos que la mayor parte de En el sentido muy simple en que el pensa-
hablamos de traducir, Meschonnic afirma: sus textos y artículos fueron escritos para miento es el que hace al pensador, y no lo
“Se trata de saltar de la lengua al discurso”. revistas de literatura, filosofía y cultura en inverso.” (Meschonnic, 2007: 50). Si el poeta

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Artículos | Adela Busquet
no es el que hace al poema, sino el poema al ciertas ideas sobre la materialidad del lengua- ‘aprehender el poema en su totalidad’.”
poeta, el estilo no es un agregado del poema, je que, a partir de la concepción de discurso y (Meschonnic, 2007: 93).
una decisión ornamental del sujeto que escri- de ritmo en Meschonnic, podemos extender. Meschonnic usa los términos “empírico inde-
be ―porque en estos términos no hay sujeto Para ello, detengámonos en el capítulo “La finido” para hablar del poema. Blanchot usa
que escribe hasta que no hay escrito―, sino apuesta de la teoría del ritmo” en el libro La la palabra “hay” (il y a), como lo neutro, lo
que el presunto “estilo” es lo que hace al poética como crítica del sentido. impersonal, pero sin embargo, siendo este
poema mismo. Pero abandonemos la palabra “hay” pura materialidad indefinida; no de-
estilo que para Meschonnic es perder el tiem- terminada, no identificable, ni identidada.7
po. Se trata del ritmo. No es cuestión de La Teoría crítica del ritmo contra la Esa materialidad primera (lógicamente pri-
agregados ornamentales al sentido. Por el Teoría del signo mera) a partir de la cual (lógicamente a partir
contrario, el modo en el que está escrito un de la cual) ocurren procesos de subjetivación.
texto hace al sentido del texto, es el texto “El ritmo no es el sentido, ni redundancia ni Contingencia de la identidad, pasajerismo.
mismo. sustituto, sino materia de sentido, incluso la Vemos entonces el paralelo entre un autor y
Como adelantamos en el apartado anterior, materia del sentido.” (Meschonnic, 2007: 91). otro. Lo empírico ―pero dejemos a un lado
Meschonnic piensa el sentido del texto dado Y una página después, agrega citando a Paul también esta palabra― la materia, el “hay”
o constituido por el ritmo, es decir, por la Valéry: “Cuando el verso es muy bello ni si- del que habla Blanchot, es lo indeterminado.

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combinación de su sintaxis y su prosodia. quiera se piensa en entender. Ya no es una Y Meschonnic agrega que eso indeterminado
Esta concepción del ritmo proviene de la tra- señal, es un hecho.” (Meschonnic, 2007: 92). es un discurso porque no hay teoría que sea
dición hebrea, específicamente de los El ritmo entendido como hecho, hechura, es completa. Y además, porque las fronteras del
masoretas, los encargados de gestualizar y la materia de sentido. Desde este punto de poema son difusas. ¿Dónde empieza y dónde
cantar la biblia. “Se llama texto vocalizado y vista, lo principal es la materia, el ritmo, su termina un poema? Si como dijimos la obra
ritmizado al texto masorético, porque fue fuerza: la unión de sintaxis, prosodia y ritmo, ya no es señal, sino un hecho, la materia
establecido por los masoretas, cuyo nombre elementos todos ellos que conforman el dis- misma. Pero a la vez, la obra es lo que le hace
significa “transmisores”, de masorá, “transmi- curso. Y este discurso es “Anti-unidad, el un discurso a una situación determinada ―lo
sión”, para que no se pierda el saber oral.” ritmo es una anti-totalidad. Es lo empírico que le hace la obra al momento, a la época―,
(Meschonnic, 2009a: 59). No es la pretensión indefinido que impide que una poética hege- entonces ¿dónde empieza y dónde termina?
de este trabajo hacer un desarrollo acabado liana se realice. Una poética hegeliana quiere Hablamos, como lo hace Meschonnic, de fun-
de la noción de ritmo, sino aproximarnos a cionamiento. La obra es funcionamiento,

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Artículos | Adela Busquet
actividad (energeia). Nunca producto (ergon). mas, las dotes no son nada. Mientras no Pero Meschonnic habla también de unidad. El
(Meschonnic, 2007: 29). En este sentido los habiéndose sentado en la mesa, no haya poema es una unidad porque el discurso es
escrito una obra, el escritor no es escritor
límites del poema son necesariamente indefi- tan material y concreto como cualquier mate-
y no sabe si tiene capacidades para llegar
nidos, aunque sigamos hablando de una ria. Como cualquier piedra en el camino que
a serlo. Solo tiene talento después de
unidad. El poema es una unidad indefinida. haber escrito, pero lo necesita para escri-
hace tropezar cualquier pie. No cualquier pie,
Está hecha en la vida y de la vida, de la histo- bir. (Blanchot, 2007: 273). sino alguna piedra a algún pie. También
ricidad y su incidencia es histórica. “El ritmo hablamos de una ética de la contingencia que
es la inscripción de un sujeto en la historia.” No es mera retórica la cuestión paradojal. Si nada tiene que ver con la arbitrariedad ni la
(Meschonnic, 2007: 94). Es funcionamiento en así fuera, no habríamos corrido la ‘teoría del necesidad. El ritmo es la palabra que nos
vez de origen, y el funcionamiento es también signo’ del lugar de equivalente privilegiado ayuda a comprender, según Meschonnic, la
el ritmo: el modo de calzar y hacerle doler el de la ‘teoría del lenguaje’. Como se trata de incidencia del poema que hace al poema
pie a la época. Aunque no es menos cierto una teoría crítica, una ‘teoría del discurso’ mismo. No está por fuera de la materialidad
que el pie del poeta duela. Es porque siem- donde se invierte ‘origen’ por ‘funcionamien- de la obra ser lo que ella (la obra) le hace a su
pre sus zapatos tienen un talle de más o de to’, hablamos ―siguiendo a Meschonnic―, de época. En este sentido se ve claramente lo que
menos, que en realidad, el que escribe tiene la imposibilidad de demarcar clara y distin- veníamos diciendo: el funcionamiento es la
algo para decir (de más o de menos) en su tamente los límites de un discurso hecho por materia.

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época. Pero ciertamente, no es que tenga algo su ritmo. Es decir, el hecho (la hechura) del Hagamos un breve paréntesis respecto a la
para decir, es que el poema (que no tiene) le ritmo, el cómo está hecho y lo que el ritmo cuestión de la materialidad. Corremos el ries-
hará los pies más chicos o más grandes al hace. “El ritmo es así el elemento antropoló- go que corre alguna filosofía: hablar sobre,
poeta. Y es porque el poeta no tenía zapatos gico capital en el lenguaje, más que el signo: hablar de. Desde un punto de vista materialis-
que empezó con todo esto de escribir, diga- porque fuerza la teoría de signo, e impulsa ta, podríamos pensar que la definición
mos, un poema. Movimiento paradójico que hacia una teoría del discurso. Sobrepasando a temática no es suficiente si se intenta abordar
nos recuerda a Blanchot recordando a Hegel: los signos, el ritmo abarca al lenguaje con un tema. Más en este caso, donde intentamos
todo lo que puede implicar de corporal.” pensar el vínculo entre materialismo y len-
Desde su primer paso, dice poco más o (Meschonnic, 2007: 74) Nuevamente, el ritmo guaje. La pregunta que nos hacemos es la
menos Hegel, el individuo que quiere es- es materia de sentido, incluso la materia del siguiente: ¿Podemos hablar de materialidad
cribir está detenido por una
sentido. mientras sostengamos un lenguaje que des-
contradicción: para escribir, le hace falta
piensa, entre otras cosas, algo tan primero
el talento para escribir. Pero en sí mis-

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como la puntuación? ¿Alcanzaría con hablar anécdota ―citando a Hugo Savino que cita a curso como inscripción de un sujeto.
sobre el ritmo, sobre la puntuación, sobre la Néstor Sánchez: “esos libros que se pueden O el sujeto mismo. Esta unidad solo
materia? Seguimos a Meschonnic en esto: la contar por teléfono” (Savino, 2016) ― enton- puede ser fragmentada, abierta e in-
definida. (Meschonnic, 2009a: 74).
materia se hace, porque es lo que un discurso ces otra parte del trabajo filosófico que resta
le hace a la lengua. En este sentido, Meschon- es―a nuestro entender― la puntuación, el
Volvemos a recalcar que para Meschonnic el
nic trabaja un concepto de materialidad que aliento, la sintaxis, la prosodia, a fin de cuen-
sujeto es el sujeto del poema, el ‘máximo de
fronteriza el idealismo y el empirismo. Ni tas, el ritmo. Y el ritmo, como ya hemos dicho
subjetivación’ que hace a un discurso.8 Así
uno ni el otro, sino la materia pensada como que dice Meschonnic, no es la contraparte del
como escribe Blanchot: “El escritor no se halla,
un ‘hacer’, como una actividad (energeia) que contenido (para dejar de izar la bandera de
no se realiza más que por su obra; antes de su
no puede reducirse al concepto de ‘acto in- los dualismos), sino que es la indisociabilidad
obra, no sólo ignora quién es, sino que él no es
tencional’, en el sentido de ser el ejercicio de figura y fondo, de forma y contenido, y
nada. Solo existe a partir de su obra, pero enton-
consciente de un sujeto. Sino que al estar dando un salto más: de individuo y sociedad.
ces, ¿cómo puede existir su obra?” (Blanchot,
hecha de lenguaje, la obra es también lo que Ahí ocurre entonces la subjetivación máxima
2007: 273).
la lengua, la época y su circunstancia, le de un discurso ―que es el poema― lo que
Pensar estas cuestiones nos lleva a lo que
hacen a ella misma. La hacen, podríamos de- podemos llamar “la materialidad” (el algo
Meschonnic dice que hace la metafísica greco-
cir. Aunque, sin embargo, la obra no es que hace algo sobre otro algo) que invoca-
heleno-occidental: “uno más uno igual a to-

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


tampoco la mera combinación de los elemen- mos. El ‘hacer’ es el elemento ―si pudiésemos
do” (Meschonnic, 2009a: 156). No es
tos epocales, sino que está hecha de lo que nombrarlo de ese modo― más crucial a la
dividiendo y luego sintetizando en un tercer
ella [la obra] le hace a la época. La acción hora de pensar el ‘máximo de subjetivación’
término el modo de pensar que tanto Mes-
―podríamos llamarla, inscripción― de una que un poema, una obra, un discurso, es.
chonnic como Blanchot asumen en sus obras.
fuerza en otra. En este sentido, recuperamos Retomando el hilo conductor de este aparta-
La indeterminación como aporía ―como irre-
lo que Meschonnic recupera de Spinoza: afec- do, decíamos que la teoría del discurso ―que
soluble que mientras tanto incide en su
ciones en lugar de conceptos. Por eso, esta es teoría del ritmo―:
circunstancia― supone evitar el autoritarismo
breve sospecha de estar hablando ―todavía
que supone la solución. Si la materia no está
bajo el amparo del significado― sobre la mate- Obliga a pasar del sentido como tota-
lidad-unicidad-verdad en el sentido
solucionada ―en el sentido de resuelta, defi-
ria. En algún sentido diríamos que no existe
en que no es más ni totalidad, ni uni- nida e identificable―, sino que la hay, hay
discurso que verse sobre algo, sobre el “tema”
dad, ni verdad. No hay unidad del materia, o más bien, hay y no haría falta
de aquello que se escribe. Si el tema es la
ritmo. La única unidad sería un dis- agregarle ningún sujeto ni predicado, en la

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Artículos | Adela Busquet
intransitividad del hay, ―como dijera Barthes En fin, estas son las preguntas que atraviesa cómo no se ajusta el pie al talle más pequeño
del escribir―, hay y no es problema su resolu- la obra de Henri Meschonnic y que vemos, de zapato.
ción. En la misma línea Meschonnic escribe: desde el punto de vista de la crítica a los cri-
terios, muy cercana a algunos de los
El ritmo del sentido como sentido del interrogantes que Blanchot escribe tanto por
sujeto impone no aceptar más esta la vía del “aquello que está diciendo”, como
Bibliografía:
repartición, de lo ‘sonoro’ y de la
―y seguimos siendo inevitablemente dualis-
‘imagen’, que apenas más varía con Althusser, L. (2001) Para un materialismo aleato-
tas― por la vía del ritmo, “el modo en que
respecto a la de la forma y el fondo. rio, Trad. Pedro Fernández Liria. Ed. Arena
está dicho lo que se dice”, es decir, estricta-
La crítica del ritmo es la crítica en Libros: Madrid.
primer lugar de los criterios. Hay cri-
mente, lo dicho. Lo dicho, esto es, su sentido,
el sentido que está dicho y hecho por el ritmo. Blanchot, M. (2007) La parte del fuego, “La lite-
terios de la métrica. ¿Del ritmo, hay?
ratura y el derecho a la muerte”, Trad. Isidro
El ritmo es el sentido de lo imprevisi- Y hablamos ritmo para abandonar de una vez
Herrera. Ed. Arena libros: Madrid.
ble. (Meschonnic, 2007: 94). la palabra estilo9, estilete10, lo que se estila, o
quizá, citando Espolones de Jacques Derrida, Billi, N. (2014) “La cosa escrita. Materialismo y
Criticar los criterios va de esto: así como nos para “protegerse con su espolón contra la lenguaje en Maurice Blanchot”, Actuel
Marx/Intervenciones, nº 16 “Voces, silencios y
preguntamos por el comienzo y el final de un amenaza aterradora, ciega y mortal (de lo)
escrituras del materialismo”. Universidad

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poema, vale repreguntar: ¿dónde empieza la que se presenta, se ofrece a la vista con obsti-
ARCIS: Santiago de Chile, p. 69-89.
narrativa y sigue la poesía? ¿Qué es un géne- nación: la presencia, y por consiguiente, el
ro? ¿Dónde comienza el significado y dónde contenido, la cosa misma, el sentido, la ver- Billi, N. (2016) Modos de morir. Impersonalidad,
materialismo y constitución de la subjetividad en
el significante? ¿El sentido y la fuerza? ¿La dad (...)”11. (Derrida, 1981; 20). Si el ritmo
la obra de Maurice Blanchot. Tesis Doctoral. Fa-
figura y el fondo? ¿El contenido y la forma? nada tiene que ver con el estilo12, en el sentido
cultad de Filosofía y Letras de la Universidad
¿La lengua y el discurso? ¿El sujeto y el poe- de que no se acostumbra a la costumbre, a lo
de Buenos Aires (inédita).
ma? ¿El no sujeto y el poema? ¿El autor y el que se acostumbra ―sino al contrario, el ritmo
Derrida, J. (1981) Espolones, Trad. M. Arranz
individuo? ¿El individuo y la sociedad? ¿El es lo que desacostumbra, lo que interrumpe
Lázaro. Ed. Pre-Textos: Valencia.
cuerpo y el alma? ¿El entendimiento y la sen- una costumbre―, tampoco hablaríamos del
sibilidad? ¿La razón y el afecto? ¿La fuerza y valor cultural de una obra en su época. Por- Meschonnic, H. (2009a) Ética y política del tra-
el sentido? ¿El sentido y el afecto? ¿La idea y que no se trata de valores, ni de productos ducir, Trad. Hugo Savino. Ed. Leviatán:
Buenos Aires.
el modo de estar dicha? (ergon) culturales, se trata de incidencia. De

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Artículos | Adela Busquet
------------------------, (2009b) Heidegger o el na-
cional-esencialismo, Trad. Hugo Savino. Ed. 1. Todas las citas del artículo “La literatura y el derecho de existencia que es pre-personal y que pertenece al
a la muerte” respetan las bastardillas del texto ámbito de lo indeterminado.)” (Billi, 2014: 70).
Arena: Madrid.
original. 4. En su tesis doctoral Modos de morir. Impersonalidad,
2. Si bien la interpretación de Blanchot respecto a la materialismo y constitución de la subjetividad en la obra
------------------------ (2007) La poética como crítica
nada no puede ser homologada tan simplemente a de Maurice Blanchot, Noelia Billi explica en relación a
del sentido, Trad. Hugo Savino. Ed. Mármol la interpretación heideggeriana de la misma, ciertos la temática del Il y a: “Aquí, como en otras partes de
Izquierdo Editores: Buenos Aires. pasajes de “La literatura y el derecho a la muerte” su obra, el hay es el vehículo de lo impersonal que
nos muestran la herencia heideggeriana en Blanchot. se diferencia tanto del ser como de la nada,
------------------------, (1982) Critique du rythme: Sabemos que la noción de “lo neutro” que atraviesa generando un doble efecto: por una parte, arruinar
anthropologie historique du langage. Lagrasse: la obra blanchotiana no es semejante a la noción de la lógica binaria que, a la vez que opone
“Nada” en Heidegger. Por el contrario, lo neutro excluyentemente ser y nada, los conjuga para que en
Verdier. intenta desmarcarse de la acepción prístina y sociedad digan la totalidad; por otra parte, muestra
sagrada que el Ser y la Nada parecen implicar en una vía distinta para eludir la positividad del
Michon, P. (2011) « A Short History of
Heidegger. Lo neutro supone el cese del penduleo fundamento sin por ello recaer en la negatividad
Rhythm Theory Since the 1970s », Rhuthmos, 6 entre el Ser y la Nada. Es más bien una diferencia o absoluta. Siendo el hay un efecto de difracción,
décembre 2011. Recuperado de: interrupción no superadora de la pureza de ambos impide que ser o nada sean idénticos a sí o puedan
términos. Sobre el tema, ver Billi, 2016: 147-150. constituirse como la negación del otro. Desde cierta
http://rhuthmos.eu/spip.php?article462
Citamos a Blanchot: “¿Dónde está el final? ¿Dónde está perspectiva, incluso podría decirse que el hay como
Savino, H. (2015) “En el lenguaje, siempre es aquella muerte que es la esperanza del lenguaje? afirmación cumple en desnaturalizar la ligazón
Pero el lenguaje es la vida que lleva consigo la (dialéctica o no) entre presencia y ausencia.”
la guerra, conversaciones con Hugo Savino”. muerte y se mantiene en ella. (…), la literatura como 5. “I define rhythm in language as the organization of
Blog: Lobo suelto. Recuperado de: el habla común, comienza con el fin, que es lo único the marks through which the signifiers, whether

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capaz de permitirnos comprender. Para hablar they are linguistic or extra-linguistic (in the case of
http://anarquiacoronada.blogspot.com.ar/20 debemos ver la muerte, verla detrás nuestro. oral communication), produce a specific semantics,
15/11/en-el-lenguaje-es-la-guerra.html Cuando hablamos nos apoyamos en una tumba, y distinct from the lexical meaning, and that I call the
ese sepulcro vacío es lo que produce la verdad del signifiance : i.e. the values that belong to one
Savino, H. (2016) “Entrevista a Hugo Savino, lenguaje, pero al mismo tiempo el vacío es realidad discourse and to only one. These marks can be
y la muerte se hacer ser. (…). Es por eso por lo que located on any level of language : accentuation,
el lenguaje sirve para vivir, no para comuni-
se puede decir que hay ser, porque hay nada: la prosody, lexicon, syntax” (Meschonnic, 1982: 216-17)
car”, por Augusto Munaro. (2016). Blog: Lobo muerte es la posibilidad del hombre, es su (Traducción tomada de Michon, 2011)
suelto. Recuperado de: oportunidad, por ella nos queda el porvenir de un 6. Dice Althusser en Para un materialismo aleatorio: “Los
mundo acabado; la muerte es la mayor esperanza de atributos caen en el espacio vacío de su
http://anarquiacoronada.blogspot.com.ar/20 los hombres, su única esperanza de ser hombres.” determinación como gotas de lluvia que no se
16/09/entrevista-hugo-savino-el- (Blanchot, 2007: 297). pueden encontrar más que en ese paralelismo
3. “Como es conocido, Blanchot y Lévinas comparten la excepcional, en este paralelismo sin encuentro, sin
lenguaje.html referencia a un “hay” (en francés, il y a) aunque con unión (del alama y el cuerpo) que es el hombre, en
orientaciones y valoraciones que, eventualmente, este paralelismo asignable pero minúsculo del
son divergentes. Ambos pensadores, sin embargo, pensamiento y el cuerpo, que todavía no es más que
conciben el “hay” como el hecho factual de la el paralelismo, puesto que en él como en todas las
existencia impersonal y/o neutra (esto es, un modo cosas, 'el orden y al conexión de las cosas es el

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Artículos | Adela Busquet

mismo que el orden y la conexión de las ideas'. Un conceptos de la lengua (…) la estilística es la sería la mujer.” (Derrida, 1981: 32).
paralelismo sin encuentro, en suma, pero que es ya ausencia de método disfrazada de método (…). La
en sí mismo encuentro debido a la estructura misma estilística contemporánea, por el contrario, cuando
de la relación entre los diferentes elementos de cada se ocupa de la literatura, se queda en el
atributo.” (Althusser, 2002: 42). psicologisismo de la elección. Mientras que las cosas
7. En la entrevista “En el lenguaje, siempre es la guerra, serias no empiezan, en literatura como en todo, más
conversaciones con Hugo Savino” (2015), Savino – que cuando ya no se tiene elección. (…). La poética
principal traductor de Meschonnic al castellano-, ya no es estilística como tampoco lo es la crítica
explica que la puja por la definición es una puja por literaria. Su trabajo no es de interpretación ni de
la identidad. Y el afán por la identidad conlleva, juicio de gusto sobre tal o cual obra. Sino, en tal o
necesariamente, el olvido del cuerpo, de la materia. cual obra, el reconocimiento de su modo de
Dicho con sus palabras: “El cuerpo interviene significar, de su historicidad y el examen de sus
cuando vos como lector o como escritor o como propios conceptos obrando en la lectura de una
sujeto de una práctica no te dejás llevar al terreno obra. Es por eso que su pregunta no es la del
del tentador. El “tentador” siempre te quiere llevar a sentido, esa escolástica: saber si el sentido está en el
su terreno. Vamos a ponerlo como figura de texto o en el lector. Ya que el sentido es una relación.
adversario: siempre quiere que te definas. Esa No está en comprender solo, sino también y en
definición es identitaria: ¿qué sos?, ¿judío?, primer lugar en el modo de significar. Y sobre todo,
¿boliviano? Entonces te tenés que definir como en literatura, como en el lenguaje en general por otra
boliviano. Ahí ya estás en el terreno del tentador parte, no es tanto el sentido el que cuenta, como el
que te incita a tener una identidad y que no te modo de significar.” (Meschonnic, 2007: 195).
muevas más de ahí. Entonces la lectura empieza 10. “Pero también de un estilete, incluso de un puñal.

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cuando resistís al tentador que te quiere hacer Con su ayuda se puede, por supuesto, atacar
hablar, te quiere hacer decir como si tuvieras algún cruelmente lo que la filosofía encubre bajo el
poder, el poder que él tiene. Digamos: la resistencia nombre de materia o matriz, para dejarla marcada
empieza cuando vos lográs situar en qué lugar estás. con un sello o una forma, pero también para repeler
Ahí empieza la resistencia, la lectura te diría.” una forma amenazadora, mantenerla a distancia,
8. “La cuestión del ritmo mantiene lo inseparable de reprimirla, protegerse de ella –plegándose entonces,
una teoría del lenguaje y de una teoría de la o replegándose, en retirada, detrás de los velos.”
literatura. Ya que si un sujeto puede ser unidad de (Derrida, 1981:18).
ritmo, si un discurso puede ser unidad de ritmo, 11. “El estilo puede también protegerse con su espolón
sólo es posible cuando un sujeto se inscribe al contra la amenaza aterradora, ciega y mortal (de lo)
máximo en su discurso, inscribe al máximo su que se presenta, se ofrece a la vista con obstinación:
situación en un discurso, que se convierte en su la presencia, y por consiguiente, el contenido, la
sistema -coacción máxima. Mientras que la mayor cosa misma, el sentido, la verdad – a menos que esto
parte de los discursos están inscriptos en una no sea ya el abismo desflorado en todo este
situación, solo se comprenden con ella.” desvelamiento de la diferencia.” (Derrida, 1981: 20).
(Meschonnic, 2009a: 75). 12. “Ella (se) escribe. En ella revierte el estilo. Más aún:
9. “También la estilística no conoce más que la lengua. si el estilo era el hombre (como el pene sería, según
Cuando habla de un texto literario, lo hace con los Freud, “el prototipo normal del fetiche”) la escritura

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Artículos | Andrés Padilla

Púas-corazas, descamaciones y manos abiertas:


diversidades y estremecimientos en las pieles nietzscheanas
Andrés Leonardo Padilla Ramírez

En el tercer cambio de piel: totalizante que, o bien pretende construir(se) que se zarpa, ensaya, navega y también se nau-
Ya se me parte y muda la piel
una coraza inmunizada ante todo lo extraño de fraga, haciendo de las moradas y de lo
después de digerir tanta tierra,
con nuevo impulso, de tierra ya está ávida sí, o que descarnando(se) y desollando(se) bru- provisional el riesgo siempre abierto, no por
la serpiente en mí. talmente ansía el arribo definitivo a un arkhé en ello menos necesario, del pensar-vivir.
Ya me arrastro entre la piedra y la hierba
tanto Tierra Firme de la Verdad (dos movi-
hambriento sobre torcidas huellas,
para comer lo que siempre he comido, mientos quizás complementarios de un modo
¡tú, tierra, tú, alimento de serpientes! de habitar el mundo que, en su dermatopatofo- De la piel de erizo a las manos abier-

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Friedrich Nietzsche bia1, anhela un recinto definitivamente tas
aséptico, impermeable e inmune a la duda, a la
Se arriesga la piel en tanto ficción interpretativa sospecha y, por supuesto, a los múltiples y di- ¿Cómo nos reencontramos a nosotros mismos?
y posible senda a la hora de recorrer esta “espe- versxs otrxs), el filósofo alemán encarna- ¿Cómo le es dado al hombre conocerse?
cie de laboratorio de pensamiento filosófico” embarca-arriesga el pensamiento-vida en un Es ésta una cuestión oscura y enigmática; y si la lie-
bre tiene siete pieles,
(D’Iorio, 2004) en que se (des)constituye ince- incesante ensayo-experimento abierto al inmi- el hombre puede arrancarse la suya siete veces seten-
santemente el deviniente corpus nietzscheano. nente contagio, al temblor y zozobra del errar, ta veces, sin poder por ello decir aún:
A partir de ella consideramos que es posible «éste eres tú verdaderamente, ya no se trata de un
al perenne mudar de piel. Estremecimientos de
mero envoltorio».
rastrear en Nietzsche una revalorización de la pieles vulnerables que continuamente se expe-
materialidad sin por ello reducirse el pensa- aunen2 a lxs otrxs; pieles que protegen pero que Friedrich Nietzsche
miento-vida a una suerte de mecanicismo a su vez se contaminan, se parten, se hieren, se
último y desecante. Frente a un êthos filosófico cuartean y cambian. También piel de mar en la

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Artículos | Andrés Padilla
La figura de la piel en el corpus del pensamiento dimentación de queratina que acaba en defen- juntos es la cortesía y las buenas cos-
nietzscheano se hace presente a lo largo de su siva punta aguda. De púas que resguardan está tumbres. En Inglaterra a quien no se
pensamiento-escritura3. El concepto piel, como revestido el erizo: figura y animal caro a Scho- mantiene a esa distancia se le grita: keep
your distance! —Debido a ella la necesi-
la piel misma, se descama y renueva incesan- penhauer, maestro y educador, al igual que
dad de calentarse mutuamente no se
temente a lo largo de la obra del filósofo Richard Wagner (aquel defensor a ultranza, a
satisface por completo, pero a cambio
alemán, dando cuenta de la plasticidad y trans- través de su proyecto metafísico-estético-ético-
no se siente el pinchazo de las púas.—
figuración que opera en los conceptos mismos político, de una originariedad germana acecha- No obstante, el que posea mucho calor
y que impide una sedimentación definitiva de da desde el exterior por la decadencia y por lo interior propio hará mejor en mante-
sentido o una univocidad que detenga, de una no-alemán), de un metafísico joven Nietzsche. nerse lejos de la sociedad para no
vez por todas, la fluidez y el carácter deviniente causar ni sufrir ninguna molestia
de toda metáfora que tan sólo, por su conti- Un grupo de puercoespines se apiñaba (Schopenhauer, 2013 [1851]: 665)
nuado uso, ha perdido su fuerza sensible y se en un frío día de invierno para evitar
ha hecho “verdad” Nietzsche, (1998 [1873]: congelarse calentándose mutuamente. Cortesía y buenas costumbres o “autárquicamen-
Sin embargo, pronto comenzaron a te” mantenerse aislado. Ser políticamente correcto
25). Palabras, pues, que no guardan ni recubren
sentir unos las púas de otros, lo cual les
algún sentido escondido al amparo de ser ara- o tal vez configurar el idiotes privilegiador de sus
hizo volver a alejarse. Cuando la nece-
ñado, desgarrado, hecho tiras: “como si este intereses privados. Sociedad de individuos
sidad de calentarse les llevó a acercarse

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


mundo de cosas dichas y queridas no hubiese monádicos y calculadores. Las pieles no se rozan,
otra vez, se repitió aquel segundo mal;
conocido invasiones, luchas, rapiñas, disfraces, de modo que anduvieron
de acá para
no se molestan, no se irritan, no se contagian. El
astucias” (Foucault, 2008:11). Arriesguemos, allá entre ambos sufrimientos hasta espacio que me corresponde se salvaguarda
pues, pieles: la piel pua, la piel que descama, la que encontraron una distancia media- recurriendo a un pacto/cálculo entre intereses.
piel de la mano abierta. na en la que pudieran resistir mejor. — Keep your distance dicta el imperativo: mantengo
Así la necesidad de compañía, nacida lo propio, mantienes lo propio. Sociedad cons-
del vacío y la monotonía del propio in- truida por individuos que, a posteriori de su
La púa-coraza terior, impulsa a los hombres a unirse; individualidad, se ponen de acuerdo en su
pero sus muchas cualidades repugnan- forma de asociarse, en establecer el contrato
tes y defectos insoportables les vuelven
La púa que rechaza todo exterior-amenazante; que protege y salvaguarda las correctas distan-
a apartar unos de otros. La distancia in-
espina que, en su defensa, nada deja acercar- cias entre ellos y las propiedades de cada uno.
termedia que al final encuentran y en
palpar. La púa es piel dura: skleros-dermos, se- Lógicas del aseguramiento, radicales inmuni-
la cual es posible que se mantengan

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Artículos | Andrés Padilla
zaciones (o, en todo caso, contagios controla- nada nos puede sacudir ni golpear tan do/alcanzando fondos últimos, tierra firme,
dos) que mantienen lo extraño a distancia, la fácilmente; por lo menos ya no se sufre esencias, fundamentos6.
penuria por fuera. El erizo. También un joven como cuando uno recibe disparos des-
de ambos lados, desde el interior y
Nietzsche, schopenhaueriano-wagneriano, que Nos hemos desembarazado de muchas
desde el exterior. — Mi vida doméstica representaciones –Dios, vida eterna, jus-
no sólo se constituye y se escribe metafísica-
(…) tendrá que convertirse en una ticia redistributiva en el más allá y en la
mente4 sino que pide perdón por aplicarse
fuerte y dura piel para mí, me hace fe- vida presente, pecado, redentor, necesi-
metáforas animales, que ofrece disculpas por liz imaginarme en mi concha de dad de redención-; una especie de
quizás traspasar y no mantener claros y distintos caracol. Sabe que por usted y por algu- enfermedad pasajera exige que se cubran
los “límites” de lo humano. Un Nietzsche de nos pocos saco las antenas siempre con los huecos, la piel tirita un poco de frío,
piel dura que anhela proteger lo propio de lo amor, perdone la metáfora animal porque antes estaba revestida en tal sitio
que externamente lo amenaza, que no ve la (Nietzsche, 2009: 110)5. (Nietzsche 2008: 349 / NF-1876, 23[110]).
curación de sí exclusivamente en su cuerpo, un
joven filólogo metafísico devenido puerco espín Humano, demasiado humano: desenmascaramien-
o caracol. La piel que descama
tos de idealismos. El filósofo acá descarna,
arriesga gestos genealógicos, contrapone el senti-
Nosotros, me refiero a usted y a mí, Nietzsche en 1876 comienza la escritura de
do histórico a desplegamientos meta-temporales.

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nunca sufrimos de forma puramente cor- Humano, demasiado humano, y con él la piel des-
Su labor: rastrear los escondites donde el ideal
poral, sino que todo está entreverado cama su púa, su metafísica, su ‘cosa en sí’. La
tiene su casa (sus mazmorras, su última seguri-
con crisis espirituales, de manera que dermis reconoce su carácter de transitoriedad y
dad, sus bajos fondos). Proceder que acompaña
no puedo concebir cómo podré volver también de superficie deviniente de inscripción
a estar sano recurriendo sólo a farma-
también los años de Aurora y la Ciencia jovial:
de valores, verdades y representaciones: toda
cias y dietas. Creo que usted sabe y mantengámonos en la superficie, pero desapren-
interpretación, incluyendo las metafísicas, consti-
cree en esto tan firmemente como yo, damos el asco de dar cuenta que lo que recubre
tuyen revestimientos existenciales que posibilitan
¡y que le estoy diciendo algo que está nuestra existencia es un producto siempre a mer-
determinados modos de vida humanos, siempre
de sobra! El secreto de toda curación ced de crítica-disección:
para nosotros es conseguir una cierta demasiado humanos. Êthos nietzscheano de sos-
dureza de piel, dada nuestra gran vul- pecha y develamiento, de remoción de pieles-
Purificación del alma: Lo estéticamente
nerabilidad y capacidad de sufrimiento sedimentos sin por ello desollarse buscan- ofensivo del interior del hombre sin piel
interior. Desde el exterior al menos, ya –masas sanguinolentas, heces intestina-

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Artículos | Andrés Padilla
les, vísceras, todos esos bichitos que tuales ‘verdades’, por decirlo así, como La piel es producto de no se sabe qué
están sorbiendo, chupando –informes o una piel que te disimulaba y embozaba fuerzas y pulsiones, una especie de se-
monstruosos o grotescos y, además des- mucho que aún no te estaba permitido dimentación que por partes
agradables para el olfato. Así que ver. Cuando ejercemos la crítica no es constantemente se va desprendiendo y
¡olvídalo! Lo que de ahí sale produce ver- nada arbitrario ni impersonal –es, por lo reconstituyendo de nuevo. (Nietzsche,
güenza (heces, orina, saliva, semen) (…) menos muy a menudo, la prueba de 2010: 659 / NF-1880, 6 [339]).
cuanto menos sabe un hombre acerca del que en nosotros hay allí fuerzas vivas e
organismo, tanto más piensa junto carne impulsoras que expulsan una corteza. En el denominado Nietzsche maduro (ubicado
cruda, descomposición, hedor y gusanos. (Nietzsche,1985 [1882]: 179). a partir del Así habló Zaratustra en las periodiza-
El hombre, mientras no tiene forma, es
ciones tradicionales (Fink, 1996; Colli, 1983;
repugnante para sí mismo –hace cual-
Vattimo, 1996) la piel deviene un ethos que
quier cosa para no pensar en ello. Los Piel de manos abiertas
posibilita el contagio y que no constituye una
idealistas del amor son entusiastas de las
formas bellas, quieren engañarse y sue-
aversión histérica ante la posibilidad del mis-
Púa-coraza, piel que descama. Pero también mo. La piel acá da cuenta de una continua
len indignarse ante la idea del coito y del
semen. Todo lo desagradable, molesto, piel de manos abiertas. La piel ahora da cuenta desapropiación, imposibilidad de detención o
lo demasiado intenso lo ha atribuido el de la voluntad de poder en tanto fuerzas dis- de forjar una totalidad y unidad definitivas. La
hombre a ese interior del cuerpo: si- gregantes y constructivas. No es un resguardo piel revela su incapacidad de dar cuenta de

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tuando tanto más arriba la vista, el oído, apolíneo ante un fondo dionisiaco (una inmu- lógicas perentorias de apropiación y asegura-
la figura, el pensamiento. Lo repugnante nidad puesta como dique ante esa Voluntad de miento de cuerpos singulares o de colectivos-
tenía que ser ¡el origen de la desdicha! - poder disgregadora); tampoco es retirada a tiras nacionales. Imposible que la piel resguarde una
¡Desaprendamos el asco! (Nietzsche, 2005 en un movimiento crítico en busca de funda- verdad ahistórica, un sentido último, un arkhé
[1908]: 90).
mento-mundo verdadero. La piel es umbral, que se conserve siempre intacto-prístino y que
superficie en tensión, zona peligrosa en tanto otorgue razón de ser o jerarquías definitivas a
Sólo algunos pocos son lo bastante ser-
lugar de incesante despojo de propiedades: una todo lo existente. Aquella primera hostilidad
pientes para librarse de esa piel un día
(Nietzsche, 2000 [1881]: 255). detención pasajera siempre despidiéndose o ante lo extraño del Nietzsche-Púa da paso en
arribando, habitar el pasaje, trazar un puente este último Nietzsche a una piel expuesta a
Pero tal vez aquel error de entonces, hacia otros puentes. posibles contaminaciones que no pretenden ser
cuando tú eras otro –siempre eres otro-, asimiladas-desactivadas en síntesis tranquili-
te era tan necesario como todas tus ac- zadoras ni en mismidades originarias. La piel

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Artículos | Andrés Padilla
no se hace látex ni configura recintos asépticos Pieles incapaces de dominación y apropiación (Nietzsche, 2010 [1967]: 215; NF-1883,
definitivos. Tampoco por ello se dan homoge- de aquel otrx, amistades en (des)encuentros 7 [195]).
nizaciones o indiferenciaciones. No se da la incesantes, moradas en (de)construcción incle-
El rechazar, el no-dejar-acercarse a las
comunidad como un encuentro entre iguales mente en medio de territorios de vida-
cosas, es un gasto –no haya engaño en
que aseguran su propia identidad (grupo de pensamiento que, como el mar, siempre se dan
esto-, una fuerza derrochada en finali-
idénticos puercoespines salvaguardando el (des)estructurantemente activos. Es pues ahora
dades negativas. Simplemente por la
espacio que les es propio), sino como esa que el perfume de la rosa espinosa schopen- continua necesidad de defenderse
(im)posible comunidad-amistad de los diferen- haueriana, de igual forma que los idílicos días puede uno llegar a volverse tan débil
tes7 que, como las naves nietzscheanas, al en la asegurada-reconfortante-reafirmadora que ya no pueda defenderse. –
mismo tiempo que se encuentran ya están en casa de Tribschen propiedad de los Wagner, Supongamos que yo saliese de casa y
inminente despedida: deviene, pues, el amargo perfume cadavérico encontrase, en vez del tranquilo y aris-
de la púa histérica de erizo, pero también per- tocrático Turín, la pequeña ciudad
LA AMISTAD DE LAS ESTRELLAS: Somos mite el paso hacia la piel siempre expuesta de alemana: mi instinto tendría que blo-
dos barcos y cada uno tiene su meta y quearse para rechazar todo lo que en él
las manos abiertas.
su rumbo; bien podemos cruzarnos y penetraría de ese mundo aplastado y
celebrar juntos una fiesta, como lo cobarde. ¿No tendría yo que conver-
El rechazo de lo extraño, no dejar al estí-
tirme en un erizo? –Pero tener púas es

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


hemos hecho –y los valerosos barcos mulo actuar como fuerza formadora –
estaban fondeados luego tan tranquilos una dilapidación, incluso un lujo do-
sino contraponerle una piel dura, un
en un puerto y bajo un sol, que parecía ble, cuando somos dueños de no tener
sentimiento hostil: para la mayoría,
como si hubiesen arribado ya a la meta púas, sino manos abiertas… (Nietzsche,
una necesidad para su conservación. Pe-
y hubiesen tenido una meta. Pero la 2005 [1908]: 56).
ro el santo más rico vive entre los
fuerza todopoderosa de nuestras tareas criminales como en su elemento. La li-
nos separó e impulsó luego hacia dife- bertad de espíritu de la moral llega a su
rentes mares y regiones del sol, y tal límite cuando alguien siente el estímu- Epílogo: La piel del mar
vez nunca más nos veremos –tal vez lo por lo extraño sólo como perjudicial,
nos volveremos a ver, pero no nos re- no como estimulante. Quien es rico en Quizás lo que con Nietzsche se arriesga es una
conoceremos de nuevo: ¡los diferentes su santidad, ése se siente entre los más vida-pensamiento peau-ética (a la vez que una
mares y soles nos habrán transforma- malvados como en su casa; y todo re- poética): un hacer de la superficie, que conti-
do! (Nietzsche, 1985 [1882]: 162). chazo es cosa de indigentes.
nuamente se estremece, una forma de habitar,

20
Artículos | Andrés Padilla
un modo de vida que siempre está, en su sedi- Nietzsche Philosophie de l’esprit libre. Paris, Édi- ––. Digitale Kritische Gesamtausgabe Werke und
mentación, despidiéndose. Una descamación tion Rue D’Ulm. Briefe. Edición Crítica Digital basada en el tex-
de la púa en manos-abiertas. Un mar abierto, to crítico de G. Colli y M. Montinari Berlin /
Fink, E. (1996), La filosofía de Nietzsche, Madrid,
New York, de Gruyter 1967. Editada digital-
fértil en islas, pero nunca el mar epicúreo de Alianza.
mente por Paolo D’Iorio. En:
residencia sosegada: “sólo alguien que sufre Foucault, M. (2008), Nietzsche, la genealogía, la http://www.nietzschesource.org/
continuamente ha podido inventar tal felicidad, historia, trad. J. Vázquez, Valencia, Pre-textos.
la felicidad de un ojo para el cual el mar de la Rodriguez Marciel, C. (2011) Nancytropías. To-
Nancy, J. (2003), Corpus, trad. P. Bulnes, Ma- pografías de una filosofía por venir en Jean-Luc
existencia se ha quedado en calma, y que ahora
drid, Arena Libros. Nancy, Madrid, Editorial Dykinson.
ya no puede saciarse de mirar su superficie y la
Nietzsche, F. (1998 [1873]), Sobre verdad y men- Schopenhauer, A. (2013 [1851]). Parerga y para-
multicolor, delicada y estremecida piel del
tira en sentido extramoral, trad. L. Valdés y T. lipómena, trad. P. López de Santa María,
mar” (Nietzsche, 1985 [1882]: 58-59). Si Paul
Orduña, Madrid, Tecnos. Madrid, Editorial Trotta, Volumen II.
Celan acierta en decir que ““La poésie ne s’impose
pas, elle s’expose” (“la poesía no se impone, se ––. (2000 [1881]), Aurora, trad. G. Cano, Ma- Vattimo, G. (1996), Introducción a Nietzsche,
drid, Biblioteca Nueva. Barcelona, Península.
expone”) quizás tan sólo nos resta a nosotros
por enunciar-traducir: Ni la piel ni la poesía se ––. (1985 [1882]), La ciencia jovial, trad. J. Jara,
imponen, ambas se exponen. Caracas, Monte Ávila Editores. 1. Caracterizamos como dermatopatofobia el temor

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


angustioso y la aversión exagerada a las
––. (2005 [1908]), Ecce Homo, trad. A. Sánchez enfermedades o a las lesiones de la piel.
Pascual, Madrid, Alianza Editorial. 2. Nancy construye el neologismo expeausition debido a
Bibliografía la identidad fonética que se da en francés entre
––. (2009 [1967]), Correspondencia III (Enero de exposición y expeausition. Si bien reconocemos que
1875 – Diciembre de 1879), trad. A. Rubio, Ma- en español se ha traducido expeausición por
Colli, G. (1983), Introducción a Nietzsche, Méxi- expielsición optamos por mantener el neologismo
drid, Editorial Trotta. en aras de conservar la identidad fonética. Nancy
co, Folios Ediciones.
(2003: 28). Rodríguez Marciel (2011: 60)
––. (2008 [1967]), Fragmentos Póstumos. (1875- 3. ‘Haut’ (piel) aparece 128 veces en la Digitale Kritische
Cragnolini, M. (2006), Moradas nietzscheanas:
1882), trad. M. Barrios y J. Aspiunza, Madrid, Gesamtausgabe, versión digital de la edición crítica
del sí mismo, del otro y del “entre”. Buenos alemana de la obra competa de Nietzsche editada
Editorial Tecnos, Volumen II.
Aires, Ediciones La Cebra. por Giorgio Colli y Mazzino Montinari. La primera
––. (2010 [1967]), Fragmentos Póstumos. (1882- aparición del término se da en 1868 en carta a Paul
D’Iorio, P. (2004), “Système, phases, chemins, Deussen (casi 4 años antes de la publicación de El
1885), trad. M. Barrios y J. Aspiunza. Editorial
strates”. En: D’Iorio, P. – Ponton, O. (eds.), nacimiento de la tragedia en 1872) y su última
Tecnos. Madrid, Volumen III. aparición se da en Ecce Homo (libro cuyas últimas
modificaciones, siguiendo lo relatado por Andrés

21
Artículos | Andrés Padilla

Sánchez Pascual, tienen lugar el 29 de diciembre de


1888, pocos días antes del “derrumbe” psicológico
del filósofo en Turín).
4. El nacimiento de la tragedia (1872) es el libro escrito por
Nietzsche para esta época schopenhaueriano-
wagneriana. Libro que reproduce, por una parte, el
esquema filosófico-metafísico de Schopenhauer
aplicado al origen de la tragedia en Grecia, y que,
por otra parte, constituye un homenaje a Wagner en
tanto paradigma de redención y renacimiento
cultural mediante el resurgimiento del mito
germano originario.
5. Carta de Nietzsche a Malwida von Meysenburg con
fecha de 11 de Agosto de 1875.
6. Publicado en 1878, Humano, demasiado humano
representa un libro-espada de su ruptura con
Wagner quien, con su Obra de arte total plantea el
retorno a lo originario: aquel principio idéntico al
que siempre cabe la posibilidad de recurrir (no sólo)
en épocas de decadencia. “Con él [con Humano
demasiado humano] me liberé de lo que no pertenecía
a mi naturaleza. No pertenece a ella el idealismo: el

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


título dice ‘donde vosotros veis cosas ideales, veo yo
-¡cosas humanas, ay, sólo demasiado humanas’ (…)
Cuando por fin tuve en mis manos el libro acabado
mandé dos ejemplares también a Bayreuth. Por un
milagro de sentido me llegó al mismo tiempo un
hermoso ejemplar del texto de Parsifal. Este cruce
de los dos libros – a mí me pareció oír en ello un
ruido ominoso. ¿No sonaba acaso como si se
cruzasen espadas?”. (Nietzsche, 2005 [1908]: 92-94).
7. Para un mayor desarrollo del tema de la comunidad
en Nietzsche desde la temática de la amistad:
Cragnolini (2006: 125-132).

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Artículos | Carlos Fisgativa

Carl Einstein y las formas de lo visual en la historia del


arte

Carlos Fisgativa

Carl Einstein enfrenta las teorías estéticas y la objeto del goce o de crítica y que, además, el servicio del aseguramiento interno y del for-
historia del arte combativamente. Escribió arte es un elemento configurador de la reali- talecimiento del burgués con posesiones. Este
obras literarias, análisis de pinturas, así como dad. Las consideraciones metodológicas arte proporciona al burgués la ficción de la
reflexiones metodológicas acerca de la visión, soportan esta perspectiva de la historia del rebelión estética” (Einstein, 2008, p. 37).
de las obras, del rol del artista, de la recep- arte que crítica la temporalidad progresiva en
ción y de la crítica. Se explora a continuación los relatos y en la clasificación de las obras. En el texto “Anotaciones” de 1914 se postula

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


otra noción de lo visual de carácter dinámico Lo cual es un rasgo común con otros pensa- que el arte determina la visión y la ordena en
y no representativo, partiendo de la refuta- dores como Aby Warburg y Walter Benjamin. torno a leyes, que la visión supone la memo-
ción a la visión adiestrada y a las nociones ria del arte visto y de los modos en que se
abstractas que determinan algunos modos del han organizado las nociones visuales. Conse-
Anotaciones metodológicas
ver en la historia del arte. Esto conmociona cuencias de esto son: 1) que el arte no tendría
las nociones de temporalidad y de espaciali- como función dar cuenta de una visión ya
dad, al igual que la posición del sujeto, sea En sus reflexiones teóricas, Einstein se dirige dada y ajena a las obras. 2) Que las diversas
artista o espectador, y de la obra como acaba- contra la estética aburguesada que asume el configuraciones de lo visual son la memoria o
da y cerrada. Esto permite sostener que en los arte como un goce normalizado. En “Sobre el historicidad del arte y de la visión. 3) Que el
escritos de Carl Einstein se proponen modos arte primitivo” de 1919 se advierte ya el arte trastorna las nociones convencionales y
de lo visual que no se centran en la visión carácter ideológico de los juicios estéticos: abstractas del espacio. 4) Una crítica del psi-
abstracta de un sujeto para quien el arte es “La obra de arte europea sigue estando al cologismo reinante en las teorías estéticas,

23
Artículos | Carlos Fisgativa
que hacen de las condiciones del observador Existen las obras, existe el arte, en esto consis- percepción visual frente a lo biológico y a lo
lo determinante de la visión y de las obras. te el realismo de la obra y la autonomía de la psicológico. Una autonomía tal exige un mo-
Ello le permite a Einstein afirmar que: do de conocer independiente que transforma
el mundo, que ocurre en la obra y no en el
El arte se convierte en una fuerza efi- proceso de creación, de observación ni en un
caz en tanto sea capaz de ordenar la
sustrato metafísico, abstracto e ideal (Eins-
visión con arreglo a unas leyes. Con
tein, 2008, p. 30). Asimismo, se señala que el
demasiada frecuencia se confunden
el arte no se ocupa de objetos sino de las con-
las variantes psicológicas del obser-
vador del arte con las leyes figuraciones de la visión. Esto sustenta la
propiamente dichas, fusionando in- crítica a la visión automatizada u organizada
genuamente al observador con la ejemplificada claramente por esa “antítesis
obra de arte (2008, p. 29). del arte” que “se llama hoy exposición” (Eins-
tein, 2008, p. 33).
De este modo se evita que la condición del
sujeto que juzga o es afectado por la obra de El autor también se pregunta por la relación
arte sea determinante, que se extrapolen pro- entre escritura (crítica y teoría) y las obras

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


cedimientos desde la lógica y que la arte: “Si la pintura cesa por completo, lo que
psicología asuma a la obra como efecto y pro- se hace en el lienzo es literatura hueca, propia
ceso exclusivamente suyo. Además, hay que de un estudiante de enseñanza media” (Eins-
agregar que un método de pensamiento ba- tein, 2008, p. 33). En tal caso se pinta como
sado en la simplicidad no puede determinar comentando la teoría filosófica del arte o la
la creación artística, haciendo de la obra el ideología que “convierte cada cuadro en la
reverso de un juicio y de una ideología. La metáfora de un teorema que va más allá de él:
simplicidad no es una forma ni coincide con los cuadros acaban por ser comentarios a una
lo originario, “es la visión y el modo de filosofía del arte” (Einstein, 2008, p. 35). Caso
hablar del burgués, quien en la oración prin- opuesto es el de un pintor como Braque,
cipal siempre dice ‘buenas tardes’ en un quien “evita las ideas, con cuya ayuda las
prado siempre verde” (Einstein, 2008, p. 34).

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Artículos | Carlos Fisgativa
personas pequeñas a menudo tratan de salvar El concepto de objeto que se expresa con ide- De la misma manera, Einstein reconsidera la
la tediosa pintura (Einstein, 2008, p. 55). as inmutables, ajenas a la dinámica de los relación entre lo religioso y el arte, sus aspec-
Tal y como indica Julia Kelly (2007) en “Dis- procesos psicológicos, pero las percepciones tos auráticos o comunitarios, cuestionando
cipline and indiscipline: the ethnographies of visuales no responden a la estabilidad de esta entonces los límites que el academicismo po-
Documents”, en estos escritos tempranos se noción de objeto, por lo cual es insuficiente ne a la imaginación religiosa. Es esta una
destaca el componente formalista de las in- para pensar las obras de arte en sus transfor- “perspectiva de la creación artística mitológi-
vestigaciones de Einstein (p. 7). Pero en el maciones. Sin embargo, no solo el objeto es ca” (Amargós, 2008 p. 89) que trasciende lo
posterior encuentro con otras perspectivas cambiante, el espacio y el tiempo también son lógico y lo individual y que tuvo en conside-
como la del bajo materialismo batailleano, esa dinámicos. Esta noción del espacio como fun- ración al ocuparse del arte africano como de
indagación por las formas debe convivir con ción psicológica dinámica cuestiona la las vanguardias.
aquello no representativo ni imitativo que es percepción visual y las representaciones con-
lo informe (Bataille, 1991). La convergencia figuradas según leyes psicológicas habituales.
de estas perspectivas tan heterogéneas en la No obstante, resulta más difícil pensar el es- El arte africano ante la historia
revista Documents es explicada por Fumio pacio de manera que no sea una base rígida y
Chiba (2007) gracias a una “dialéctica de las continua en la cual se disponen objetos u Negerplastik (1915) es un texto acompañado
formas”. obras. de 119 láminas de esculturas y máscaras afri-

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


En el primer número de Documents publica- Por otra parte, el autor señala que los cuadros canas que trastoca los fundamentos de los
do en 1929, se editó el texto “Aforismos y el arte concentran sueños y también otros juicios estéticos o críticos respecto al arte afri-
metódicos”, el cual es un escrito denso y procesos psicológicos que enfrentan lo fugaz cano, y por lo tanto, cuestiona las nociones de
punzante que define la historia del arte por el del tiempo, planteando alternativas a la perspectiva, de lo plástico, de lo pictórico
combate de las experiencias visuales, los es- muerte que no consisten solo en idealizar o dominantes en la historia del arte. En este
pacios inventados, las figuraciones de las exorcisar: “Estas formas repetidas continua- libro, Einstein aborda las cuestiones de espa-
formas. De acuerdo con lo anterior, la visión mente y firmemente afianzadas derivan de la cio y de los medios de la producción artística
se construye en la relación de tensa lucha angustia ante lo invisible y ante la desapari- dando una nueva significación a estos objetos
entre espacios, objetos y temporalidades, ca- ción repentina que supone la muerte” ya materialmente existentes que también es
da uno de ellos determinados (Einstein, 2008, p. 55). Las formas del arte son propiciada por las vanguardias de principios
alternativamente para lograr dar cuenta de la entonces la historia de esas resistencias ante del siglo XX.
historicidad del arte y de la visión. la muerte, la memoria de estas luchas.

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Artículos | Carlos Fisgativa
Son tres hipótesis las que guían el texto y las son considerados primitivos porque no re- ello, las obras son autónomas y trascendentes
imágenes: la resistencia del arte africano al presentan de modo naturalista ni dan cuenta incluso para quien la realiza, son objetos de
modelo de tiempo evolutivo, que se evita su de un progreso evolutivo en la representa- veneración, de adoración desde una distancia
reducción a una cultura desaparecida, ajena e ción. Los intentos de legitimar el arte africano inconmensurable que excluye al espectador,
inaccesible, y por último, no clasificarlo en un desde disciplinas como la antropología o la
estadio inicial de evolución artística (Einstein, etnografía no agotan estos hechos artísticos.
1915, p. V). Estos objetos difíciles de catalogar Puesto que la clasificación en relación al lugar
es excedida por las constantes migraciones
que mezclan los tiempos y los estilos (Eins-
tein, 1915, p. VI). Estos enfoques ponen en
detrimento la objetualidad y los aspectos
formales de las obras al abordarlas en rela-
ción con el ambiente en el que supuestamente
emergieron.
Estas obras también causan extrañeza a los
historiadores del arte europeo porque no

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


obedecen a la visión en perspectiva. Por lo
cual no se adaptan a lo pictórico y la espacia-
lidad geométrica, que subsume lo escultural y
lo tridimensional en orden a comunicar la
emoción entre creador y espectador con me-
dios pictóricos (Einstein, 1915, p. IX).
Esto supone una concepción del espacio que la recepción gozosa y el tacto, a pesar de que
desemboca en teorías de lo escultórico a par- se presentan en un espacio inmediato a la
tir de la perspectiva o de la conmoción y que sensación, no fragmentario y cerrado, en con-
eliminan la distancia hacia las cosas, mientras cordancia con un poderoso realismo formal
que en el arte africano se encuentran formas (Einstein, 1915, pp. XIII-XIV) que puede in-
esculturales puras (Einstein, 1915, p. XI), por terpretarse como abstracto. Esto impide que

26
Artículos | Carlos Fisgativa
sea el receptor o el teórico quien determina como construcción formal expresa modos del Según lo anterior, se debe integrar el espacio
de modo reversible el proceso creativo, des- ver y las leyes de la visión que aportan un disperso sin ser representado como algo
andando un camino que pasa por la obra conocimiento de lo inmediato y por lo tanto móvil y expresar el movimiento por una for-
no requieren de esas mediaciones (Einstein, ma inmóvil que no responde a una
1915, p. VIII). dimensión temporal en progresión, puesto
El arte africano tiene un modo tridimensional que es excluida por la simultaneidad espacial.
de ver que posibilita un análisis formal acerca La historia de la forma se ha centrado en los
de la creación del espacio y de la visión. La procesos psicológicos del creador o del ob-
visión está predeterminada por la religión, servador abyecto haciendo de la obra un
por ello no hay retratos (Einstein, 1915, p. mediador entre sujetos, por lo tanto la mate-
XIV), no es una visión bajo la voluntad de un ria era representada como una masa que
sujeto, el espectador no orienta las partes de obtiene su determinación según la visión y en
la obra desde una perspectiva frontal limpia. perspectiva y la especialidad geométrica, pe-
La obra de arte africana es forma autoconte- ro para un abordaje formal como el de
nida, tautológica por ello “no significa nada, Einstein, que evita ser abstracto o idealista,
no es un símbolo” (Einstein, 1915, p. XV), son quedan entonces preguntas por resolver:

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


obras de un realismo formal en el que se da lo ¿cómo es posible la representación visual
trascendente y metafísico, que unen la inten- como una totalidad dada de modo inmedia-
sidad y la distancia. to?, ¿cómo entender la relación entre materia
Dejando de lado el aspecto metafísico y reli- y forma? “¿qué es forma en el volumen?”
gioso inherente al arte africano, es posible (Einstein, 1915, p. XVIII).
indagar por la naturaleza formal de la visión.
Es así como Einstein plantea que el arte afri-
cano ha encontrado una solución a los Las formas visuales del cubismo
problemas del espacio tridimensional en
“una dimensión formal” (Einstein, 1915, p. En “Notas sobre el cubismo” publicado en
XIX). 1929, Einstein comenta sobre la relación de la
hasta llegar a la posición de creador. La obra vanguardia con la historia, relación que no se

27
Artículos | Carlos Fisgativa
basa en el calendario, sino en la técnica y las
formas de las obras. Ello le permite hacer Fueron los cubistas los que quebran- Se transforman las nociones tempora-
planteamientos teóricos teniendo en cuenta la taron el objeto, siempre idéntico a sí les de movimiento en una
pintura de Braque, Picasso, Juan Gris o Fer- mismo, es decir, la memoria en la simultaneidad estática donde los
elementos primordiales de los mo-
nand Léger. Sostiene que el cubismo analítico cual las nociones se adaptan unas a
otras. Su mérito principal consiste en vimientos contrastantes están
disocia las nociones pictóricas desencade-
haber destruido las imágenes comprimidos. Dichos movimientos
nando una crisis del color y la consecuente
mnemónicas (Einstein, 2008, pp. 48- se dividen en diferentes campos de
modificación de lo visual y lo espacial: formas en los cuales se disgrega y se
49).
“Hacia 1908, comenzamos a no estar ya satis- rompe la figura. En lugar de ofrecer
fechos de las soluciones puramente como antes un grupo de diversos
pictóricas” (Einstein, 2008, p. 48). Esta es una Esto abre la posibilidad de la visión autóno- movimientos objetivos, se crea un
crisis de la figuración y de un modo de perci- ma a partir de observaciones diferenciales de grupo de movimientos ópticos subje-
bir que “tiene su origen precisamente en la perspectivas múltiples de acuerdo con una tivos. La luz y el color se utilizan en
pintura impresionista y cubista, que nos visión no focalizada en el espectador y que no un sentido tectónico, para apoyar la
abrevia de modo naturalista a partir de expe- construcción (Einstein, 2008, p. 50-
muestran lo que percibimos ópticamente co-
riencias normalizadas. Por esta razón, no 51).
mo relativo” (Einstein, 2008, p. 90-91).

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


Las obras cubistas desestabilizan lo figurati- procede a la repetición naturalista de formas
vo, el cuerpo, los objetos y el espacio. Por biológica, sino que da lugar a la invención Los impresionistas habían disgregado los
ejemplo, la pintura de Braque “destruye defi- formal, separándose de la visión automatiza- objetos a través del color, pero los cubistas los
nitivamente la realidad reciamente da, de la imitación de objetos que obstaculiza disgregan por lo tectónico, seleccionando
restringida, que se limitaba a objetos norma- la figuración alucinatoria y su concentración momentos decisivos para una contracción
lizados y previamente existentes” (Einstein, de los procesos psicológicos. En vez de la pictórica no objetiva, de este modo se altera
2008, p. 65). La desintegración de los objetos semejanza naturalista, se trata de una pro- la temporalidad sucesiva y se altera el espacio
lleva a una búsqueda de un espacio no natu- fundidad que superpone los planos sin que no corresponde a la profundidad geomé-
ral. Se separa, entonces, la imagen del objeto jerarquizarlos, de movimientos ópticos subje- trica. Todos estos son aspectos comunes al
y hace del cuadro una realidad con condicio- tivos que apoyan una construcción tectónica arte africano y al cubismo.
nes propias: de espacios y formas:

28
Artículos | Carlos Fisgativa
El volumen y la masa no son lo mismo, la
masa corresponde a la profundidad en la que
se simula un objeto, mientras que el volumen
es figurado como plano según la simultanei-
dad de perspectivas y movimientos. De
manera que “el factor decisivo es el volumen,
que no es idéntico a la masa, porque el volu-
men es una totalización de movimientos
ópticos discontinuos. Así el continuo conven-
cional del cuerpo se rompe…” (Einstein,
2008, p. 47). Son los campos de forma los que
dislocan el objeto en tanto unidad determi-
nada por un sujeto:

Para nosotros la forma es algo es-


pontáneo […] Está claro que la forma

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


que no imita modelos preconcebidos
no puede ser verificada, del mismo
modo que tampoco puede ser demos-
trado u milagro o un sueño. Ahora el
único criterio de la pintura es encontrar
la forma, es decir, preguntarse qué
aporta el pintor a lo real de una reali-
dad todavía desconocida […] Esto
En algunos comentarios sobre el cubismo y ellos “una disciplina de la alucinación: el
significa que la forma es un conjunto
sobre Picasso publicados originalmente en caudal de los procesos psicológicos es, por así
de analogías esporádicas, mientras que
Documents, Einstein sostiene que las pinturas decirlo, repelido por el dique estático de las
el objeto supone la entumecida sedi-
mentación de los procesos firmemente cubistas no son cuadros retóricos, descripti- formas” (Einstein, 2008, p. 163). Asimismo,
asegurados (Einstein, 2008, p. 67). vos ni imitativos, sino míticos y basados en que “las alucinaciones de Picasso están
“alucinaciones tectónicas”, que se advierte en férreamente protegidas por sus formas. Co-

29
Artículos | Carlos Fisgativa
rresponden a cortes precisos de su obsesión” estético y que además no se rigen por teleo- Joyce, C. (2011). Georges Braque et
(Einstein, 2008, p. 170). Lo que supone un logías o progresiones a partir de un origen, l’anthropologie de l’image onirique de Carl
registro que no es de novela, que elimina el sino que remiten a lo alucinatorio, a lo mi- Einstein. Revista Gradhiva, 14, 145-163.

drama de los personajes, de la invención y de tológico, a lo religioso y a lo trascendente; Kelly, J. (2007) Discipline and indiscipline: the
la intimidad psicológica. Algo similar está en entendiendo por esto, todo aquello que exce- ethnographies of Documents. Papers on Surrea-
juego cuando se dice de Braque que: de la subjetividad burguesa. lism, 7. Recuperado de:

http://www.surrealismcentre.ac.uk/papersof
Bibliografía surrea-
Toda alucinación provoca la destruc-
ción del yo consciente, y el hombre lism/journal7/acrobat%20files/articles/
surge al experimentar que la verda- Amargós, J. (2008). Carl Einstein: vanguardia Kellypdf.pdf
dera poesía es un proceso universal y crítica de la vanguardia. Revista de filología
incesante que tiene lugar dentro de alemana, 16, 87-110.
cada uno, más allá de la voluntad y Bataille, G. (1991) Informe. Documents: volume
del conocimiento (Einstein, 2008, p. 1, 1929. Paris: Éditions Jean-Michel Place. P
Lista de imágenes
55). 382
Lámina tomada de Negerplastik, número: 1.
Chiba, F. (2007). De la dialectique des formes

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


dans la revue Documents. Pleine Marge, 45, Lámina tomada de Negerplastik. Número: 89.
Los planteamientos teóricos y metodológicos
propuestos por Carl Einstein ofrecen modos 157-178. Lámina tomada de Negerplastik. Número:
de ver alternativos que cuestionan la tempo- De Luelmo Jareño, J. M. (2014). Carl Einstein 101.
ralidad progresiva, el espacio geométrico o y el umbral heurístico de la pintura. Daímon. Braque, F. (1929) Nature morte.
perspectivo. También fragmentan la unidad Revista Internacional de Filosofía, 61, 23-37.
Picasso, P. (1928) Le peintre et son modèle.
sustancial o idéntica del sujeto y de los obje- Einstein, C. (1915). Negerplastik.
tos. Lo que para el autor es común al cubismo Leipzig:Verlag der weissen Bücher.
pictórico y al arte africano, lo que tiene como Einstein, C. (2008). El arte como revuelta. Escri-
resultado que el arte exceda lo individual y la tos sobre las vanguardias (1912-1933). Madrid,
determinación lógica. Por ende, se recurre a España: Lampreave & Millán.
formas autónomas del arte que no se corres-
ponden con las formas del juicio lógico

30
Artículos | Juan Pablo Sabino

Khóra: resto irreductible a la soberanía


Juan Pablo Sabino

Uno no termina de explicitarse en las traduccio- pintar,


Restaba una quinta combinación, y nes” (Giovanetti, M.A. et Al., 2011). dibujar,
Dios se sirvió de ella para trazar el escribir,
plan del universo (Platón, 2013). δια redactar,
a través, componer,
Los artistas Miguel Ángel Giovanetti y Luis separados, inscribir,
Espinosa, en julio del 2011, presentaron en el en dos partes, de-signar,
Centro Cultural Recoleta una obra conjunta en pedazos, registrar
titulada Fragmentar el Universo (Giovanetti, través de,

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


M.A. y Espinosa, L., 2011). La obra pictórica por, δια-ζω-γραϕω
se inspiró en el Timeo de Platón. Espinosa por entre,
cuenta que al leer por primera vez la frase de entre atravesar,
Platón se detuvo sobre la misma al descubrir pasar a través de…
la brecha que abría, especialmente hacia el ζω lo viviente
final cuando la acción que realiza el demiur- vivir, (con)
go sobre el universo es pintar. Aunque el estar en vida, escritura, grabado, simbolización…
mismo Espinosa reconoce la problematicidad pasar la vida
que hay en las posibles traducciones, él fuer- Escribir, narrar, grabar el cuerpo viviente,
za la interpretación hacia el trazo del pincel. γραϕω atravesándolo… o simplemente atravesar lo
“La bella palabra en griego se lee: diazoo- arañar, viviente con la escritura, con la narración, con
graphóon, que contiene ese rasgo gráfico que grabar,

31
Artículos | Juan Pablo Sabino
el discurso… atravesar lo viviente con el pin- mente atravesado) por la interpretación de El dodecaedro está compuesto por doce
cel… Nombrar. otro…? pentágonos, treinta lados y sesenta ángulos.
Escribir, narrar, pintar, ¿son acaso sinónimos Las figuras simétricas y los números enteros,
de simbolizar? Vivimos buscando la huella originaria del son marcas claras y distintas de la finitud, de
Simbolizar dejando solamente el trazo, no el primer trazo. Mitologizamos la naturaleza en lo medible, lo calculable, lo configurable. Pe-
tránsito. el arte, en la religión, en la filosofía, en la ro, a la vez, la construcción misma abre al ojo
Simbolizar sin dejar rastro del significado, ciencia, en la búsqueda incansable de lo pro- la percepción infinita de perspectivas. La fini-
tampoco del significante. to-originario. Pareciera ser que necesitamos tud contiene geométricamente a la infinitud.
Acaso, ¿simbolizar no es hacer cultura?, ¿no imperiosamente creer que aconteció un trazo ¿Podríamos aventurarnos a decir que el
es atravesar lo viviente irrumpiendo sobre original, quizá esa sea la huella imborrable de número doce ha guardado en su impenetra-
todo concepto posible de “lo natural”? ¿No es un acceso imposible que no se deja represen- ble simbología el secreto inconfesable de la
el modo en que los espectros están? No exis- tar bajo ninguna forma de simbolización, comunidad? El cinco rompe las regularidades
ten, hay espectros. pero que está presente en toda creación bajo pretendidas por el dodecaedro, ya que desde
El filósofo italiano Giorgio Agamben en su el modo de la sustracción. Hay trazo. Hay la filosofía pitagórica, la sabiduría hebrea, las
libro Homo Sacer I recupera las nociones de primer trazo. metafísicas alemanas contemporáneas; los
zõé y bíos distinguiendo a zõé como la expre- sistemas ternarios están directamente conec-

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


sión del mero hecho de vivir común a todos Dos tados con los misterios divinos de lo
los seres vivientes; y bíos como la forma o ¿Existe un número infinito de mun- sobrenatural y los sistemas cuaternarios con
manera de vivir propia de un individuo o dos o solamente un número las evidencias científicas de la humanidad,
limitado? El que reflexione atenta-
grupo (Derrida, 2010). pero los sistemas quinquenarios parecieran
mente sobre lo que precede,
dejar un resto que no deja constituirse en to-
comprenderá que no se puede soste-
Acaso ¿el trazo sobre la/lo viviente es el talidad.
ner la existencia de un número
tránsito de zõé a bíos? infinito, sin que esto arguya descono- Es una curiosidad que la evolución haya em-
cimiento de cosas que nadie puede parentado los sistemas de poder
¿Dejar huella en el cuerpo, es en definitiva la ignorar ¿Pero no hay más que un contemporáneos con la figura geométrica
marca provisoria del trazo…? ¿de cualquier mundo, o es preciso admitir que hay antigua que no permite la totalización: El
cuerpo y de cualquier trazo…? ¿es un ser cinco? (Platón, 2013). pentágono. Palabra que carga en sí misma un
cualsea que se deja atravesar (o es tiránica-

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Artículos | Juan Pablo Sabino
valor simbólico social, político e histórico que otro movimiento, ni otra forma, que pensador argelino-francés se pregunta si ese
pareciera acariciar la pretendida totalidad. la forma y el movimiento de los seres discurso compete al mito. ¿Si sostenemos la
Palabra que abre nuestros sentidos; que hace que él encierra (Platón, 2013). polarización logos/mythos, accedemos al pen-
estallar nuestros cinco sentidos dejándolos a samiento de la khôra? (Derrida, 2011a).
la espera del sentido… Quizá haya sido Platón el primer pensador en Afirma –más adelante– que el pensamiento
Son doce pentágonos tentando la representa- intentar desafiar la lógica binaria del sí y del de la khôra excede la polaridad, sin duda aná-
ción imposible de la totalidad: finitud- no. Derrida sospecha que Platón designa bajo loga del mythos y el logos. Luego, nos propone
infinitud, infinitud-finitud. Dos pares bina- el nombre del khôra aquello que desafía la omitir la traducción de khôra. Entiende que es
rios simétricamente relacionados por la «lógica de no-contradicción de los filósofos». necesario dejar la palabra sin un nombre que
oposición que parecieran permitir la cons- Pues, habría allí una «lógica distinta de la nos aleje de su sentido original para liberar el
trucción dialéctica de una realidad total. Sin lógica del logos» (Derrida, 2011a). Y agrega: término griego de las redes de interpretación
embargo, el tercero permanece excluido en la “La khôra no es «sensible» ni «inteligible»: en que quedan atrapadas todas las traduccio-
relación dodecaedra. El cinco y el doce bus- pertenece a un «tercer género» («triton genos», nes: lugar, sitio, emplazamiento, región,
cando complementarse en la perfección 48e, 52a). Ni siquiera puede decirse de ella comarca; madre, nodriza, porta-matriz, re-
infinita de una geometría finita. que no es ni esto ni aquello, o que es a la vez ceptáculo (Cf.: Derrida, 2011a).
esto y aquello. No basta con recordar que no Khôra no es ni del orden del eidos ni del orden

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nombra ni esto ni aquello”(Derrida, 2011a). de los mimemas. Ella1 es informada por eidos.
Tres Introducir en el Timeo la noción de khôra in- Las imágenes del eidos que vienen a impri-
tentando nombrar aquello que no es sensible mirse en ella, que así no es, no pertenece a los
Todo esto es perfectamente aplicable pero tampoco inteligible ¿no pareciera ser dos géneros de ser conocidos o reconocidos.
al principio que contiene todos los acaso el intento de forzar en el lenguaje la Ella no es, y ese no-ser puede sino anunciarse,
cuerpos en sí mismo. Es preciso lla- posibilidad de un tercer género? Y tentar al es decir, además, no dejarse atrapar o conce-
marle siempre con el mismo nombre, lenguaje ¿no es acaso tentar al ser, a la reali- bir, a través de los esquemas antropomórficos
porque no muda jamás de naturale- dad, a la naturaleza, a los dioses? Derrida del recibir o el dar. Hay khôra pero no existe.
za. Recibe continuamente todas las
afirma que tal como está presentado, el dis- Khôra no es un receptáculo, o soporte o sub-
cosas en su seno, sin tomar absolu-
curso sobre la khôra no procede del logos jectum que da lugar a la recepción o
tamente ninguna de sus formas
natural o legítimo; sino de un razonamiento concepción o a dejarse concebir por otro. Sin
particulares. Es el fondo y la sustan-
cia de todo lo que existe y no tiene híbrido, bastardo, incluso corrompido. El embargo, khôra recibe para darles lugar a to-

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Artículos | Juan Pablo Sabino
das las determinaciones, pero no posee nin- o, para ser más rigurosos, del tipo on- perfección, pero que muestra y representa los
guna como propia. Las posee, las tiene; tológico. Ese tipo es a la vez desafiado pretendidos ideales de una belleza monádi-
porque las recibe, pero no las posee como y reactivado por lo mismo que parece ca…
darle lugar. Aún deberemos recordar
propiedades de su propiedad: no posee nada Hay mythos del dodecaedro, hay logos del
más adelante, con una insistencia
propio. No es, hay. No hay más que una khôra dodecaedro, pero también, hay resto, restancia.
más analítica, que si hay lugar o,
por divisible que sea. Sin embargo, el referen-
según nuestro lenguaje, lugar dado,
te de esa referencia, no existe. Hay khôra, pero dar lugar no equivale aquí a regalar
Khôra nos sucede, y nos sucede como
la khôra no existe (Cf.: Derrida, 2011a). el nombre. Y cuando un nombre vie-
un sitio. La expresión dar lugar no
ne, dice en el acto más que el
remite al gesto de un sujeto donador,
No hay en ello nada fortuito. Khôra nombre, lo otro del nombre y lo otro
soporte u origen de algo que vaya a
recibe, para darles lugar, todas las a secas, cuya irrupción, justamente,
darse a alguien. (Derrida, 2011a)
determinaciones, pero no posee nin- anuncia. Ese anuncio aún no prome-
guna propia. Las posee, las tiene, te, y tampoco amenaza. No promete
Acaso no será la noción platónica de khôra ese
porque las recibe, pero no las posee ni amenaza a nadie [personne]. To-
tercer género discursivo, creacional, que se davía ajeno a la persona, sólo nombra
como propiedades, no posee nada
resiste a ingresar en la totalidad de cualquier la inminencia, y aun así una inmi-
propio. No «es» otra cosa que la su-
lógica binaria. Pensar khôra como resto del nencia ajena al mito, al tiempo y a la
ma o el proceso de los que viene a

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inscribirse «sobre» ella, con motivo
pensamiento occidental nos muestra ya en el historia de toda promesa y toda
de ella, directamente en su motivo, origen del mismo una grieta, una fisura, por amenaza posible (Derrida, 2011a).
pero khôra no es el motivo o el soporte la cual la verdad muestra una falla, una hen-
presente de todas esas interpretacio- didura. Cuatro
nes, aunque, no obstante, no se Mythos y Logos. Mundo de lo figurativo y de
reduzca a ellas. Sencillamente, ese lo no-figurativo. Mundo de la representación La deconstrucción no es un método,
exceso no es nada, nada que sea y se o una herramienta que se aplique a
y de la no-representación. La verdad y la no-
diga ontológicamente. Esa ausencia algo desde afuera. La deconstrucción
verdad. Estos binarismos no agotan, no des-
de soporte, que no se puede traducir es algo que sucede y que sucede en el
bordan, la esencia de las cosas… quizás el
en soporte ausente o en ausencia co- interior; hay una deconstrucción en
dodecaedro sea emblema o paradigma del funcionamiento dentro de la obra de
mo soporte, provoca y resiste toda
determinación binaria o dialéctica,
tercer género excluido que no se deja repre- Platón, por ejemplo. Como bien sa-
todo reconocimiento de tipo filosófico sentar bajo las formas geométricas de la ben mis colegas, cada vez que

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Artículos | Juan Pablo Sabino
estudio a Platón trato de encontrar perando encontrar en él alguna heterogenei- método exorbitante y querer guardar los se-
alguna heterogeneidad en su propio dad: “Para ser fiel a Platón, y esta es una cretos sagrados de la filosofía bajo la
corpus, y de ver cómo, por ejemplo, señal de amor y respeto por Platón, debo ana- interpretación unívoca de la razón. Sin em-
dentro del Timeo el tema del Khôra es
lizar el funcionamiento y la disfunción de su bargo, estos caprichos muchas veces dejan
incompatible con el supuesto sistema
obra” (Derrida, 2009). En este sentido, Derri- pasar por alto algunas cuestiones que la se-
de Platón (Derrida, 2009).
da encuentra en el tema de Khôra una riedad filosófica debiera no dejar allanar en
incompatibilidad con el supuesto sistema de las verdades. En ese sentido, la tarea que em-
Derrida con su concepción sobre la decons-
Platón. Es decir, Khôra viene a ser una cate- prende Derrida en sus tres ensayos sobre la
trucción nos invita a interpretar la técnica de
goría que se hace presente en la teoría temática del nombre: Pasiones, Salvo el nombre
la lectura como un modo de observación
madura de Platón y que ofrece una diferencia y Khôra, nos ofrece desde distintas perspecti-
constante donde una y otra vez, cada vez,
que impide la totalización del sistema. Como vas una mirada a cuestiones metafísicas
retornando eternamente a lo mismo, se pro-
expresa John D. Caputo en “Kkôra: tomar en inactuales donde nuestra tarea principal pa-
duce, sucede, acontece, el surgimiento de la
serio a Platón” (Derrida, 2009), el problema reciera tener que ser mantener viva la
différance. En la totalidad de sentido que pare-
de Khôra es uno de los puntos más oscuros pregunta, el preguntar. El Timeo nombra
ciera encerrar y/o encriptar un texto, el
pero a la vez más luminosos de la teoría Khôra a esa «cosa» que no es nada de aquellos
eterno retorno de la lectura provoca y abre
platónica. Podríamos suponer que para un a lo cual parece «dar lugar». No da jamás na-
una pluralidad, una heterogeneidad, de sen-

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


occidental del siglo XXI no es un problema da. Ni siquiera ofrece los paradigmas ideales
tidos que las interpretaciones logocentristas
pensar lo inteligible o lo sensible. No es un de las cosas o las copias que un demiurgo
habían dejado “encerrados” en su pretendido
problema pensar, Dios y la materia. El reino insistente inscribe en ella. Se muestra, se es-
pathos objetivo sobre la verdad. Volver a leer
de los cielos y el mundo terrenal. Esos son conde, se vuelve completamente inaccesible,
a Platón, volver a leer a Aristóteles, empezar
binarismos que nos acompañan desde el de un modo insensible, impasible pero sin
de nuevo cada vez: “…debemos leerlos una y
“modo propio” en que percibimos el mundo. crueldad. No hay discurso, palabra, logos que
otra vez y siento que, no importa cuán viejo
Un “modo propio” performateado a partir pueda acceder o aproximar su «hay». Khôra
sea, estoy en el umbral de la lectura de Platón
del cual hemos naturalizado ese modo de desalienta, ella «es» lo mismo que desarma
y Aristóteles. Los adoro y siento que debo
mirar, de leer y de comprender el mundo. El los esfuerzos de persuasión, y cualquiera
empezar una y otra vez. Es una tarea que está
problema sigue siendo, pensar Khôra. La te- querría tener el valor de creer o el deseo de
ante mí, delante de mí” (Derrida, 2009). Con
nacidad del logocentrismo lleva a querer hacer creer: por ejemplo, en las figuras, tro-
este espíritu emprende una y otra vez, cada
arropar a Derrida de falta de seriedad en su pos seducciones del discurso. Esta increíble e
vez, una lectura sobre el Timeo de Platón es-

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Artículos | Juan Pablo Sabino
improbable experiencia es también, entre Derrida provoca el pensar contemporáneo geofísica. Pareciera no ser aquello en lo cual se
otras dimensiones, política. Anuncia o mejor, poniendo en la escena de debate de la filosof- encuentran un sujeto, tampoco un objeto.
sin prometerla, una apuesta a prueba de lo ía, una vez más, el debate griego por el arkhé. Pero se encuentra en nosotros. Allí se anida
político (Cf.: Derrida, 2011a). En este sentido, nos obliga a invocar un pre- esa necesidad equívoca de reconocerlo, y a la
Acaso, ¿puede ser Khôra la palabra que viene origen olvidado que quedó estructuralmente vez, de deshacerse de él. Khôra persiste impa-
a evidenciar la imposibilidad de una metafí- perdido en su memoria. ¿Podríamos decir siblemente ajena a todo lo que ocupa su lugar
sica de la presencia que encierre todo los pensar el no-ente, pensar el no-ser? y se siente y juega en ella (Cf. Derrida, 2011b).
sentidos? Acaso, ¿puede ser Khôra la noción Khôra seguirá siendo secreto, mudo, impasi-
para nombrar el sinsentido de la pura poten- Cinco ble, ajeno a toda historia, a toda
cialidad de una materia primera que no tiene periodización, a toda epocalización. “La khôra
ningún grado de formalidad ni materialidad? -… o alguna khôra (cuerpo sin cuerpo, es anacrónica, «es» la anacronía en el ser; me-
Aquello que no se puede representar pero cuerpo ausente pero cuerpo único y jor, la anacronía del ser. Anacroniza el ser”
lugar de todo, en lugar de todo, in-
«hay». El vacío en cuanto tal. La sustracción (Derrida, 2011a). Calla, no para mantener
tervalo, sitio, espaciamiento). ¿Diría
de lo real y de lo ideal. Acaso ¿puede pensar- reservada o retirada una palabra, sino porque
usted también de khôra, como lo hac-
se que Khôra viene a ser una categoría que persiste en su ajenidad a la palabra, sin que
ía en un murmullo hace un instante,
opera como resto tanto de los idealismos co- «salvo su nombre»? Todo en secreto pueda decirse siquiera. Y allí, permanece bajo

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


mo de los materialismos y no permite ni la se juega aquí, puesto que ese empla- la forma del secreto. En cuanto secreto es lo
binarización, ni la totalización, de estos sis- zamiento desplaza y desorganiza que es, una palabra, ajena a la palabra. El
temas interpretativos? Acaso ¿puede intuirse también nuestros prejuicios onto- secreto es intratable. Todo secreto se mantie-
que una noción tal como aquella que nombra topológicos, en particular la ciencia ne impasiblemente ahí, a distancia, fuera de
el tercer género y permanece presente sus- objetiva del espacio. Khôra está ahí, alcance. Por lo cual no puede no respetárselo,
trayéndose desde la fundación de la filosofía, pero más «aquí» que cualquier quiérase o no, sépase o no2.
«aquí»… (Derrida, 2011b).
esté operando mesiánicamente como la resis- En el lugar de un secreto absoluto. Ahí estaría
tencia a cualsea forma de soberanía? Acaso, la pasión. No hay pasión sin secreto, este se-
Pareciera ser que ese lugar nombrado, traído
¿puede representarse aquello que no se deja creto, pero no hay secreto sin esa pasión. En el
a la palabra, no tiene nada de objetivo ni de
inscribir dentro de lo sensible ni dentro de lo lugar del secreto: allí donde, sin embargo, todo
terrestre. Pareciera no corresponder a ningu-
inteligible como resistencia de la zôê a toda está dicho y el resto no es nada, nada más que
na geografía, a ninguna geometría, ni
forma posible de bios? resto (Derrida, 2011c)...

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Artículos | Juan Pablo Sabino
Khôra permanece en el secreto, lo que se sus- Derrida, Jacques (2011c), Pasiones, trad. Hora-
trae en el nombrar, resistiendo todo cio Pons, Buenos Aires, Amorrortu, 2011.
binarismo, toda dialéctica. Derrida, Jacques (2011b), Salvo el nombre, trad.
Día y noche. Sol y Luna Horacio Pons, Buenos Aires, Amorrortu.
Materialismo, idealismo… Derrida, Jacques (2010), Seminario La bestia y el
Vida, muerte… soberano. Volumen I (2001-2002), trad. Cristina
Khôra resiste lo viviente, hay. De Peretti y Delmiro Rocha, Buenos Aires,
El ser en el «hay», Manantial.
«hay» fuera de toda dialéctica viviente.
«Hay». 1 A esta altura afrontamos la incómoda situación de
inscribir Khôra en un género del lenguaje castellano
existente sólo por una torpeza estética, ni del orden
de la lingüística ni del orden de la ontología. Dice
Derrida “ahora decimos khôra y no, como siempre lo
quiso la convención, la khôra, e incluso, como
Bibliografía
habríamos podido hacerlo por precaución, la
palabra, el concepto, la significación o el valor de
Platón (2013), Timeo, trad. Patricio de Azcára- «khôra»”, ver: Derrida, 2011a.
2 Aquí se busca poner en tensión los sentidos que

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


te, Buenos Aires, Losada. Derrida pone en juego entre Khôra y secreto. (Cf.
Derrida, 2011b).
Giovanetti, Miguel Ángel y Espinosa, Luis
(2011), Fragmentar el universo, ver:
https://www.google.com.ar/webhp?sourcei
d=chrome-instant&ion=1&espv=2&ie=UTF-
8#q=diazoograf%C3%B3n

Derrida, Jacques (2011a), Khôra, trad. Horacio


Pons, Buenos Aires, Amorrortu.

Derrida, Jacques (2009), La deconstrucción en


una cáscara de nuez, Buenos Aires, Prometeo
Libros.

37
Traducción | Henri Maldiney

La estética de los ritmos*


Henri Maldiney

* “L’Esthétique des rythmes” (1967) en Regard, parole, espace. Paris: Cerf, 2013, p. 201-230.

El destino del arte y el nacimiento vivencia suficientemente bella. ¡Pero que la luz que lo iluminará. El arte supo ser esa luz
multitud de artistas no se haga ilusiones! en la que el espíritu se conocía a sí mismo
del ritmo
Schiller nos previene contra ello: “[entre como espíritu. Fue lo más vivaz de la vida.
ellos] hay muchos buenos e inteligentes; pero Pero el arte sólo vive del espíritu mientras el
El filósofo es un perturbador. He allí su rasgo
todos cuentan por uno solo, ya que están go- espíritu vive del arte. Luego el espíritu su-
común con el artista, si es cierto, como dice G.
bernados por el concepto. Triste es el imperio peró esa forma de sí mismo, dejó de

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


Braque, que el arte fue hecho para perturbar
del concepto: con mil formas cambiantes no constituirse y comunicarse bajo una forma
y que la ciencia tranquiliza. Perturba la buena
hace sino una, indigente, vacía!” (Tabulae Vo- sensible en las obras de arte. Desde entonces
consciencia, incluso y sobre todo científica.
tivae cit. en Hegel 1953). tuvo que realizarse y expresarse en las con-
Pero empieza por sacudir la propia. Desde
Hegel es el filósofo del concepto, pero el con- ductas y las situaciones humanas que son su
este punto de vista la estética es ejemplar. Su
cepto hegeliano no es una idea fija; y los existencia efectiva, y conocerse en ellas como
primera pregunta pone en juego tanto su
versos que cita de Schiller toman entonces sujeto y objeto de su mundo. El rol del arte es
propia existencia como la de su objeto. La
otro sentido, todavía más grave para el arte. únicamente ordenar el decorado de la vida,
pregunta es ¿puede el arte morir? El arte ¿debe
El concepto es el sentido que gobierna todo a una vida cuyo sentido se decide fuera de él.
morir? –”Está muerto” responde Hegel. Esta
través de todo. No es un sentido ya hecho que La estética debe ceder su lugar a la ética.
constatación del deceso se presta a la ironía.
espera ser develado, sino un sentido que se Casi al mismo tiempo que Hegel, su amigo de
Data de hace un siglo y medio, durante el
efectúa él mismo en la historia del mundo y juventud, el del pacto de Tubinga, Hölderlin,
cual el arte tuvo –y tiene todavía- una super-
que, produciéndose en ella, produce allí la sostenía un lenguaje contrario:

38
Traducción | Henri Maldiney
“Lo que perdura, lo fundan los poetas” tente. De poeta en poeta, de existente en exis- El artista es ese hombre. En el origen no es en
(“Andenken” comentado en Heidegger, 1962: tente, lo Abierto de Hölderlin tiene su absoluto distinto de usted, ya que “como us-
99-194). resurgimiento en R. M. Rilke en la octava ted, dice Paul Klee, fue arrojado en un
La estética es también una ética. Ethos en grie- Elegía de Duino: mundo donde debe orientarse mal que bien”
go no quiere decir solamente manera de ser (Klee, 1924); se diferencia, sin embargo, en
sino permanencia. El arte suministra al hom- Ven con todos sus ojos las criaturas que busca una salida en ese mismo origen, a la
bre una permanencia, es decir un espacio lo Abierto. Sin embargo, nuestros que accede poniéndola en obra, pero con una
donde tenemos lugar, un tiempo donde es- ojos condición: que su obra en sí misma esté en un
están como al revés y colocados
tamos presentes –y desde ellos, agenciando estado de origen perpetuo.
alrededor de se salida libre
nuestra presencia en el todo, nos comunica- De cualquier modo, el primer momento es,
como trampas. [...]
mos con las cosas, los seres y nosotros como indica Klee, el de estar perdido. El es-
Los hombres nunca, ni siquiera un
mismos en un mundo, eso que llamamos habi- día, tar-perdido es la situación del hombre en el
tar. ante sí tienen el espacio puro espacio del paisaje, primera forma del “Nin-
“Poéticamente el hombre habita…” (Hölder- donde la flor al infinito se abre. guna parte sin no”. El espacio del paisaje
lin, “En bleu adorable…”). ¿Y cuál es esa Siempre está el mundo alrededor. Y debe su significación precisa y su estatuto
permanencia? Hölderlin lo dice en las tres nunca psicológico y existencial al análisis que Erwin

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


primeras palabras de un poema: lo que en ninguna parte y sin estorbo; Straus realizó sobre ello un estudio acerca de
lo puro, sin control, que se respira las formas de lo espacial publicado en el “Ner-
y se sabe infinito y no se ansía.
Komm! ins Offene! venartz” en 1930 (Straus, 1930). El espacio del
[¡Ven! ¡en lo Abierto!] [...]
paisaje o el paisaje (ya que en él el espacio y
¿Qué es el Destino? No más que eso:
el mundo son uno) comienza antes de la pin-
siempre
Para cuántos esa palabra: Abierto está cerrada, tura de paisaje que lo revelará. Plenitud
estar delante y nada más, delante
es indiferente o letra muerta, porque justa- envolvente del medio de la cual estamos aquí,
mente es voz viva y la vida no es para ellos Solo escapa al estar-delante y al destino aquel es la espacialidad primordial que no implica
más que una falta de ortografía en el texto de que no comienza poniendo el mundo en pers- ningún sistema de referencia, ni coordenadas
la muerte, en el contexto de las configuracio- pectiva, y que no hace de su presencia un ni punto origen. En el paisaje, estamos inves-
nes objetivas, en las que el hombre se objeto, para exhibirla en el escaparate o en- tidos por un horizonte que se vincula cada
tematiza y deviene un objeto –y no un exis- cuadrarla por medio de una representación. vez con nuestro aquí. Ahora bien, la relación

39
Traducción | Henri Maldiney
aquí-horizonte excluye toda sistematización estoy aquí más que a lo largo del espacio bajo la “geometría obstinada”, “medida de la tie-
del espacio que nos brindaría referencias. el horizonte respecto del cual estoy presente a rra”.
Cuando caminamos en el espacio del paisaje todo, y por todas partes fuera de mí. “Es im-
estamos siempre en el origen, en el aquí abso- posible, escribe Straus, que el espacio “[…] lentamente las placas geológi-
luto. Ninguna vista dominante, ninguna regla geográfico se despliegue alguna vez a partir cas se me aparecen […]. Todo cae con
de transformación, nos permite determinar del paisaje en el que estamos despistados aplomo […] Comienzo a separarme
del paisaje, a verlo”. (Gasquet, 1926:
los emplazamientos entre sí en un conjunto (fuera de toda ruta posible), y donde en tanto
136)
orientado. La idea de progresión no tiene que hombres estamos perdidos.” (Straus,
ningún sentido en el paisaje. No nos despla- 1935: 336).
Luego es la “catástrofe”. Todo el
zamos a través de él, sino que andamos en él Que esa perdición es el primer momento del equilibrio se derrumba en la irrepri-
de aquí a aquí, envuelto por el horizonte que, arte, nadie lo ha dicho mejor que Cézanne: mible irrupción del espacio. “Las
como el aquí, continuamente se transforma a tierras rojas salen de un abismo”.
sí mismo. En este encaminarse de aquí-ahora En ese momento no soy sino uno con “Veo. Por manchas. La placa geológi-
en aquí-ahora, no solo caminamos sin objeti- mi cuadro. (=No el cuadro pintado ca […] el mundo del dibujo se
vo, sino que nuestra marcha se libera de los sino el mundo por pintar) Estamos en derrumbó como en una catástrofe.
un caos irisado. Estoy ante mi moti- Un cataclismo se lo llevó.” (Gasquet,
esquemas motores mínimos que dan a nues-

CUADERNOS MATERIALISTAS 1 | 2016


vo, me pierdo en él… Germinamos. 1926: 136)
tra vida, a través del flujo temporal, el
Me parece, cuando la noche descien-
aspecto de una historia, y ella se integra en el
de, que no pintaré y que jamás pinté. “Abismo” dice Cézanne. Paul Klee dice: “Ca-
espacio, sin cuidar ninguna orientación o (Gasquet, 1926: 136)
os”. El abismo es lo abierto del caos, que es
medida preliminar dada en el espacio geográ-
apertura. La primera respuesta al abismo es
fico. Entre el espacio del paisaje y el espacio Ninguna distancia entre el mundo y el hom-
el vértigo. En el vértigo somos presa de todo
geográfico, está toda la diferencia entre el bre, entre esa lluvia cósmica donde Cézanne
el espacio, él mismo abismado en sí mismo en
camino y la ruta. Pero solo camina en pleno “respira la virginidad del mundo” y “ese
una fuga universal en torno de nosotros y en
paisaje el verdadero caminante abierto a la amanecer de nosotros mismos ante la nada”
nosotros. El vértigo es una inversión y una
extensión que se abre ante él, y que anda, que no puede albergar las “manos errantes de
contaminación de lo cercano y lo lejano. Para
donde sea, por el mundo entero. Mi relación la naturaleza”. Pero en un segundo momento,
el hombre presa del vértigo en un precipicio,
con el paisaje es circular. Me envuelve bajo un Cézanne se encuentra, gracias al dibujo, con
el arriba, costado protector y próximo, se en-
horizonte determinado por mi aquí; y yo no

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Traducción | Henri Maldiney
dereza hasta volverse inclinado y vibra con origen del mundo. ¿Dónde está la diferencia? He aquí un hombre parado en un pólder de
un movimiento de expulsión sin fin, mientras Klee la formula así: “Un punto en el caos: el Holanda. ¿Qué es de él si se pone a prueba en
que el abajo en primer lugar se cruza incluso punto gris establecido salta sobre sí mismo su entorno? –Un hombre desbordado por el
con una lejanía cada vez más profunda y que hacia el campo donde crea el orden… Desde espacio que, por doquier, lo envuelve y lo
comienza bajo los pies. El cielo bascula con la él irradia el orden, así desvelado, en todas las atraviesa, que lo asedia con toda su presencia;
tierra en un remolino sin prisa. Ni el hombre dimensiones” (Klee, 1964: 4). Entre ese haz perdido entre la inmensidad descubierta del
es el centro, ni el espacio el lugar. No hay allí. enmarañado de líneas aberrantes donde la cielo y la extensión irradiante de la tierra a lo
El vértigo es el automovimiento del caos. En una mirada está sin asidero, a través del cual Paul largo de sus pasos. Que intente acoger y re-
de sus lecciones básicas en la Bauhaus, Paul Klee ilustra el caos (Klee, 1964: 2), y la propa- coger aquí, en su conciencia de sí o en una
Klee llama al caos un “no-concepto” (Klee, gación del espacio a partir de un origen palabra significante, el espacio omnipresente
1964: 3). No está equilibrado con nada, “resta instaurado en un salto, no hay otra cosa que en cuya amplitud él tiene lugar. O que intente
eternamente sin peso ni medida”. “Siendo Ritmo. Es a través de él que se opera el pasaje sencillamente expresar con un gesto o un
nada o nada siendo”, ignorando el principio del caos al orden. “En el comienzo era el rit- grito la vivencia de la hipoteca que las lejan-
de las contradicciones, “su símbolo gráfico es mo” dice Hans von Bülow. El Ritmo es la ías del paisaje ejecutan sobre su presencia
el punto que no es propiamente un punto: el segunda respuesta al abismo. próxima; que intente en síntesis compararse
punto matemático. Su símbolo sensible es el En el Ritmo, lo Abierto no es apertura sino con el espacio donde él existe, y enfrentará su

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gris.” El caos es el punto gris que no es ni patencia. El movimiento no es ya de hundi- impotencia, se enfrentará a sí mismo como
blanco ni negro, ni caliente ni frío, ni alto ni miento sino de emergencia. Tres veces en la presencia fracasada: el espacio es incompara-
bajo, “punto no dimensional, perdido entre historia de la pintura, el espacio del paisaje ble.
las dimensiones”. Hegel lo llama la noche del ha llegado a su desvelamiento en lo Abierto: Ahora bien, véase en el museo de Amsterdam
concepto y le agrega esta cosa extraña: que el una vez en China con el paisaje “Montaña(s) el Paisaje de pólder de Jan Van Goyen. Allí, el
concepto es, en su noche, “el secreto creador y agua(s)” de los Song, otra vez en el siglo fracaso es superado, la trascendencia sor-
de su nacimiento” (Hegel, 1951: 528). Paul XVII con los más grandes paisajistas holande- prendida. El mundo –”Tierra y Cielo”, como
Klee dice lo mismo con otro lenguaje, que el ses, una vez más en la tonalidad en China “Montaña(s) y agua(s)”- comunica
mundo nace del punto gris por el propio ca- impresionista con los paisajes de Cézanne, de consigo en lo abierto aquí convocado –y allí
os. “El momento cosmogenético está ahí: la Van Gogh y de Seurat, las tres veces por el estamos. Así como los pintores chinos hablan
fijación de un punto gris en el caos.” Así el ritmo ¿salido de qué abismo? La experiencia de la triple perspectiva de las montañas: de
mismo punto que representa el caos está en el puede responder. arriba hacia abajo, de abajo hacia arriba, y en

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Traducción | Henri Maldiney
el alejamiento, podemos aquí hablar de una acontecimiento de una sensación en la
triple perspectiva, es decir de tres éxtasis del proximidad es advenimiento del fondo total ¡Respirar! ¡Oh, invisible poema!
espacio: extensión, alejamiento y altura, uni- del mundo, como cuando en una vuelta por Cambio puro y continuo de nuestro
propio ser y el espacio del mundo.
das en una única apertura del espacio en la la calle, un rostro, una voz, un baño de sol
Equilibrio
unidad de un mismo ritmo. Tierra y cielo se sobre una pared o la corriente del río, desga-
donde rítmicamente acaezco.
constituyen allí en su fibra espacial por un rran de un golpe la película de nuestro film
tejido de transparencias y opacidades, salidas cotidiano, nos dan la sorpresa de ser y de ser Única ola cuyo
de encuentros discontinuos de un gris colo- ahí. Lo Real es eso que no esperamos –y que mar progresivo soy
reado, con el doble valor de cálido y frío, y siempre, sin embargo, está ya siempre ahí.
con un matiz de fondo –encuentros articulados Por medio de una sensación cuya apariencia Así desaparece el estar-delante. El ritmo deja
en un mismo ritmo sobre la base de dos gamas no está cortocircuitada por el aparecer se rea- a lo Abierto ser. Si el arte no debe todo al
cromáticas, una cálida y otra fría, se recortan liza la Urdoxa, la creencia originaria en lo Concepto, debe todo al ritmo. Ahí se separan
sin cesar sobre la base continua de un púrpu- Real: “Hay [il y a] y ahí estoy [ j’y suis]”. la lógica y la estética. Y confundirlas en una
ra renaciente. Para eso, hace falta igualar a Así en los dos extremos de la experiencia, el doctrina del arte, es de una ignorancia tan
través de una simple mirada los dos lugares espacio (como el tiempo) solo es mi morada grave como confundir –cuando se caza a Mo-
desiguales igualmente inigualables: el espacio porque obliga a existir. ¿Cómo dar lugar a esa by Dick- la cabeza de un cachalote con la de

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del mundo y aquel de la mínima sensación. superación que es la existencia, en una obra una ballena blanca, colgados a la vista de
Por un lado, arrojados al mundo en una si- donde ella mora totalmente, donde nuestra todos por Melville en los dos flancos del “Pe-
tuación obsidional donde, sin embargo, inigualable presencia tiene su permanencia? quod”.
tenemos un compromiso ligado al asedio, ¿Cómo igualar lo inigualable? El arte nace de
existimos en el peligro del espacio (y del esta coerción de lo imposible. Y el ritmo es la
tiempo) como San-Miguel-en-el-peligro-del- verdad de esa comunicación primera con el De la forma al ritmo
mar. Surgido del mundo entero en la surrec- mundo, en la que consiste esencialmente la
ción vertical de su cuerpo, punto de de donde la estética toma su nombre, la sen- Sólo hay estética del ritmo.
exclamación dirigido al medio de las cosas en sación en la que el sentir se articula con el Sólo hay ritmo estético.
la sorpresa del “hay” [il y a] y de ser ahí moverse. R. M. Rilke no dice otra cosa cuan- Estas dos proposiciones no son una el reverso
[d’y´être], el hombre busca protegerse a partir do en el Soneto a Orfeo comienza con ¡Atmen! de la otra. Ya que la palabra estética1 no tiene
de sus lejanos extremos. Por otro lado, el (=Respirar). el mismo sentido en ambas.

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Traducción | Henri Maldiney
En la segunda, donde se toma en el sentido luz consistente del láser exige el em- mento: esta línea de Piero della Francesca por
más amplio y primitivo, estética se refiere al pleo de cristales impuros, un ritmo ejemplo. Es a la vez recorrido y contorno, vía
griego (=sensación) y comprende todo el verdadero es incompatible con la y límite, cursiva y estable: “Dos en uno gra-
medida exacta de sus elementos fun-
campo de la receptividad sensible. Decir que cias a la unión”. Pero en esa unión, es la
dantes.2
todo ritmo es estético es decir que la expe- forma la que anima la imagen –que no es co-
riencia del ritmo –en la que lo encontramos pia. Los frescos de Arezzo, la Vue de Delft de
Acabamos de hablar de ritmos y de formas, y
ahí y como él “tiene lugar”- pertenece al orden Vermeer, una infanta de Velázquez no son
el lenguaje del arte los pone siempre en cues-
del sentir (y de la comunicación del sentir). fotografías, siquiera sublimadas. ¿Qué es lo
tión. Sus vínculos son ambiguos, pero el
Pero una estética del ritmo o de los ritmos se que las distingue de ellas? –El modo en que la
esclarecimiento de esa ambigüedad constitu-
relaciona únicamente con la dimensión del imagen se da, el cómo de su aparecer. En una
ye el primer acercamiento al ritmo. Dejemos
arte y de lo bello, y su campo se limita a la fotografía la imagen se produce –por su cons-
entonces al arte ser y veamos cómo formas y
sensibilidad artística. Este movimiento de lo titución- a partir del objeto del que es imagen.
ritmo se articulan en él. Así sorprenderemos
extenso a lo estrecho ¿es progresivo y conti- Requiere –y eso alcanza para su definición- la
al ritmo en obra en el funcionamiento de las
nuo? ¿O tiene por el contrario ruptura y salto intencionalidad de su modelo. Por el contrario,
formas.
–más o menos fraccionados- de un dominio a el surgimiento de la Vue de Delft, donde los
¿Qué es una forma en pintura, una forma en
otro, es decir, discontinuidad y mutación tres elementos del cielo, la tierra y el agua
un cuadro? Jean Paulhan (1962) llama infor-

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entre la estética sensible y la estética artística? comparecen en un mismo deslizamiento de la
mal a un arte donde el acto de pintar y el acto
Nuestra tesis es: extensión –cuyos “formantes” puramente
de ver ya no se rigen a partir de imágenes de
“El arte es la verdad de lo sensible porque el fenoménicos (reflejos, sombra, luz) están es-
las cosas. Informal es entonces el antónimo de
ritmo es la verdad de la αἴσθησις”. tructurados por “fonemas” puramente
figurativo, y forma el sinónimo de figura.
Para que se comprenda, no el sentido aún, pictóricos, articulando una única y misma
Extraña deformación, ya que en ninguna pin-
sino la dirección del sentido de lo que llama- diástole del espacio– tiene lugar en la sorpresa
tura, figurativa o no, la imagen es la forma.
mos aquí la verdad, decimos: y el asombro. Algo en ella supera la toma, la
Tampoco en principio la forma es una purifi-
toma objetiva, la captura de un objeto en
cación de la imagen o (inversamente) su
El arte es la perfección de las formas imagen.
modulación, es decir, en ninguno de los dos
inexactas que escapan, por un lado, Las estructuras de las imágenes pictóricas
al concepto, por otro, al espacio y
casos, una “epítesis”. Imagen y forma son
(salvo en el academicismo) nunca son las de
tiempo matemáticos. Y así como la dos. Y sin embargo, no hay más que un ele-
sus mal llamados modelos. En una obra figu-

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Traducción | Henri Maldiney
rativa, la imagen no tiene por función esen- moldeada de cabo a rabo por las estructuras representativa” de acuerdo con la cual es
cial imitar, sino aparecer (con lo que esa de la obra en funcionamiento, es decir, ani- imagen, y una dimensión “genética-rítmica”
palabra, tomada de modo absoluto, conlleva mada y constituida por las formas. Aquí la que realiza precisamente una forma. El ritmo
de contradictorio, en esta exigencia de aper- regla es clara: en una gran obra de arte, no se de la forma dirige y asume la movilidad de la
tura abrupta, hecha de evidencia y de trata de un elemento: punto, línea, superficie, imagen, y determina la tonalidad afectiva de
inmotivación). Este surgimiento constituye el color, que no pertenece al espacio total, antes acuerdo con la cual –antes que cualquier re-
irreprimible momento donador de la obra de y en vistas de pertenecer a una imagen local. presentación objetiva sensible- asediamos el
arte. Ese fue el sentido y el sinsentido de la Esta ley se manifiesta con evidencia ahí don- mundo de un modo significativo por medio
iconoclasia que, en Bizancio, percibió la po- de la obra está más desnuda, especialmente de la imagen. Urde el espacio (y el tiempo)
tencia de las imágenes sin reconocerles su en los tres grandes grabadores: Hercule Seg- con una significación existencial, es decir con
fundamento. Los mosaicos de Ravenne o de hers, Durero, Rembrandt. una presencia significante. Así sucede en la
Salónica no son un teatro de sombras huma- Determinada línea de Seghers, antes de defi- Batalla de Uccello que está en Londres: ten-
nas o divinas. Ahí transfiguración significa nir una imagen (un pliegue de terreno, por siones contrarias de una forma casi circular,
rigurosamente metamorfosis: cambio de for- ejemplo) –y en relación y acción recíproca con se mueven a sí mismas en el límite del esta-
ma en el nivel de la existencia sorprendida. Y todas las otras líneas (horizontales sobre to- llido, y con una vertical que es a la vez la
es la forma de la existencia, inseparable de su do) que no tienen nada que ver con aquel negación y la salida, comprometida por un

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sentido, que se encuentra, en ese momento, pliegue, e incluso con ningún otro- cifra el abanico de oblicuas a través de la circulari-
transformada. Estas obras nos abren al mo- espacio entero del grabado; y es ahí, en el lu- dad permanentemente sustraída del cuadro,
mento perpetuamente otro donde la procesión gar de todas las líneas articuladas, apertura brota en la diástole resolutiva de un instante
de la luz sin forma encuentra y abriga en el de la extensión, auge del horizonte –el todo suspendido… el corcoveo solemne de un
espacio mismo de su propagación, la conver- conjugado en la tensión única de fuerzas con- caballo de Uccello.
sión de las líneas de contornos discontinuos, trarias- donde todas las imágenes se dan. Poco importa que el arte sea figurativo o,
generadoras de formas y, a través de ellas, de Si, entonces, el arte figurativo pone en movi- como se dice, abstracto. El auténtico arte abs-
las imágenes. En el acto originario donde “se miento imágenes, solo se mueve en el acto de tracto no se contenta con sustituir signos por
exponen”, ellas conllevan un momento apari- las formas. El acto de una forma es aquel por imágenes; si propone signos es configurados
cional. Ahora bien, este momento no depende el cual una forma se forma: es su autogénesis. y superados por el gesto de la forma. Figura-
del objeto sino de la mirada. Mirada de aquel Una forma figurativa tiene entonces dos di- tivo o no, el arte vive de la vida de las formas
que está ahí presente3 y cuya presencia está mensiones: una dimensión “intencional que genera.

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Traducción | Henri Maldiney
“Werk is Weg” dice Paul Klee, “La obra es el Entonces entre Gestalt y Gestaltung, entre la forma es en ambos casos solo una
camino” Una obra es el camino de sí misma. forma tematizada como estructura y la forma aproximación. σχῆµμα se define como
No existe más que para franquear el camino en acto, está toda la diferencia del ritmo. Ges- una “forma” fija, realizada, postulada
de su propia formación. También Klee la lla- taltung y ritmo están ligados. Auténticos o de algún modo como un objeto. Por

ma, en alemán, no Gestalt (=forma, deficientes, sus estatutos respectivos son pa- el contrario, ῥυθµμόός en función de
los contextos en que se da, designa la
estructura) sino Gestaltung (= formación, or- ralelos. La lengua aquí nos instruye. El
forma en el instante que es asumida
ganización formadora). “La teoría de la alemán Gestaltung no tiene comúnmente el
por lo que se está moviendo, móvil,
Gestaltung se ocupa de los caminos que llevan sentido activo que le da Paul Klee. No tiene
fluida: conviene al pattern de un ele-
a la Gestalt (forma). Es la teoría de la forma generalmente el sentido de un proceso y de mento fluido, a una letra
pero de tal modo que pone el acento sobre la una “morfogénesis”, sino aquel de un corte arbitrariamente modelada, a un ves-
vía que lleva a ella” (Klee, 1964: 17). Esa vía operado en el proceso, de una vista instantá- tido que arreglamos a voluntad, a la
no es externa a la forma misma, ya que es la nea. Por un extraño pero significativo disposición particular de un carácter
de una génesis. “La génesis como movimien- encuentro, sucede lo mismo con el griego o de un humor. Es la forma improvi-
to a la vez formal y formador, dice Paul Klee, ῥυθµμόός (de donde viene ritmo). Al estudiar sada, momentánea, modificable.
es lo esencial de la obra” (ibid.). No hay en- (Benveniste, 1966, p. 333)
la noción de ritmo en su expresión lingüística,
tonces obra “hecha” sino “haciéndose”. En su É. Benveniste muestra y demuestra que, a

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génesis las formas no solo configuran su es- Está en relación con una representación del
pesar del sentido del radical ῥυ (= color) so-
pacio sino que lo configuran temporalmente. universo donde las configuraciones particula-
bre el que ha sido formado, la palabra
Los caminos de la forma son “caminos que res del movimiento se definen como
ῥυθµμόός no designa un fenómeno de circula-
andan” o corrientes sin orillas. Lejos de ser “fluidos”. Pero una configuración que resulta
ción, de flujo, sino la configuración asumida
un vector, referenciable y calculable respecto del arreglo o disposición instantáneos de un
en cada instante determinado por un
de un sistema de referencia permanente, una elemento fluido o fluyente no es un ritmo:
“móvil”. ῥυθµμόός quiere decir entonces for-
forma estética crea su sistema de referencia falta ahí la continuidad interna de una dura-
ma, como σχῆµμα (= esquema). Pero otra ción, y el gesto de lo moviente, en el que el
en cada instante decisivo de su autogénesis.
especie de forma. conjunto de los acontecimientos del tiempo
Una forma, una obra funcionan como un
mundo. No están en el espacio y el tiempo; vivido tiene su coherencia, y esa concordan-
Cuando los autores griegos convier-
sino que –como están en el mundo- el espacio cia en la que la oposición del instante y del
ten ῥυθµμόός en σχῆµμα, cuando
y el tiempo están en ellas. tiempo se suprime, cuando –precisamente en
nosotros incluso lo traducimos por

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Traducción | Henri Maldiney
el ritmo- todo es en Uno, y Uno todas las cosas 333). ῥυθµμόός   es devuelto así a la movilidad, físico; tiene lugar más allá de los fenómenos
(Heráclito, fr. 50). Los ejemplos citados dan no de una corriente sino de una gestualidad físicos, sus elementos fundantes. Dado que es
cuenta de un sentido del ritmo que excede humana. Y he aquí que inmediatamente se “producido”, concepto y hecho forman una
cualquier tipo de percepción figural. Escritu- termina en medida. El movimiento de la unidad. La esencia del ritmo da lugar a cier-
ra y Movilidad evocan en conjunto una letra danza –aquí reglado- está articulado por un tos equívocos que son siempre también
o un caracter moviéndose en su propio traza- metro. El ritmo se sujeta al número. Platón errores de la experiencia, de los cuales el más
do. La antigua caligrafía china conocía una pitagoriza. Su estética reúne la del arcaísmo y común es la confusión entre ritmo y cadencia.
“escritura de hierba” que se movía como la la de la “ley del cristal”4. Es una estética del Clásico, casi oficial, se remonta a Aristóteles
hierba al viento. Este sentido de la forma en número y de la forma, así como su metafísica que así define el ritmo: el orden del tiempo.
formación, en transformación perpetua en el es la del εἶδοςy la de la ἰδέέα que quiere decir: Los propios músicos contemporáneos temen
retorno de lo mismo, es propiamente el senti- forma. La medida introduce el límite (πέέρας) liberarse de este sentido que creen que co-
do del ritmo. Debe ubicarse bajo el signo de en lo ilimitado (ἀπειρον). Entonces el destino rresponde a lo discontinuo –y se encargan de
Heráclito. Pero no en el “todo fluye”; está en dar explicaciones a través de él con las dos
del ritmo se juega entre estos dos extremos:
la alianza sorprendida del “tiempo como niño dimensiones opuestas de la continuidad y de
muere de inercia o por disipación.
que juega” y del “gobierno del todo por me- la discontinuidad del ritmo5. Pierre Boulez, y
dio de todo” (Heráclito, fr. 41). El ritmo está antes que él K. Stockhausen, habla de unida-

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en los remolinos de agua, no en el curso del El ser del ritmo des rítmicas que podemos multiplicar o que
río. podemos dividir, y de sistemas rítmicos que
Pero el sentido del ritmo puede endurecerse. se asientan en las duraciones y los tempi obje-
Así sucede de Heráclito a Platón y de manera ¿Qué es –en rigor– el ritmo? tivamente medibles. Ahora bien, si el ritmo
curiosa. Ya que es hacia ese sentido antiguo Se pueden, se deben determinar científica- supone, y no solamente como obstáculo a
aún innombrado que Platón inclina su defini- mente las condiciones fisiológicas, físicas, sortear, la proporcionalidad o meramente la
ción de ritmo. Él llama “orden del psicológicas, de su aparición, de sus variacio- conmensurabilidad tanto de las duraciones
nes, de su desaparición; pero esto no nos dice como de los tempi, el elemento de su medida
movimiento” al ῥυθµμόός   y lo aplica en prin-
qué es en sí mismo. Cuestión metafísica, res- no es el tiempo estéticamente vivido sino su
cipio a “la forma del movimiento que el
puesta ineficaz, piensan muchos: teniendo el proyección en una imagen espacial objetiva.
cuerpo humano realiza en la danza y a la dis-
hecho, qué importa la esencia.. Pero justa- Pero incluso K. Stockhausen, que pone en
posición de figuras en las que ese
mente el ritmo es en sentido propio meta-
movimiento se resuelve” (Benveniste, 1966:

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Traducción | Henri Maldiney
primer plano el tiempo vivido (Erlebniszeit), La noción de tiempo implicado fue introdu- un discurso, no es cierta para una forma. “El
lo deriva del tiempo objetivo del universo. cida en la lingüística por Gustave Guillaume. signo significa, la forma se significa”, escribió
A decir verdad el ritmo importa al destino “El verbo es un semantema que implica y de una vez por todas H. Focillon (1947: 10).
del espacio sonoro determinado tanto por las explica el tiempo” (Guillaume, 1964a: 47). El Con otras palabras: una forma es su propio dis-
alturas como las duraciones, las intensidades tiempo implicado es el tiempo que un verbo curso. En ella génesis, aparición, expresión
como los tempi, las texturas como los timbres. carga consigo junto con su sentido lexical, un coinciden. Su constitución es inseparable de
Es sobre este conjunto que el ritmo se impo- tiempo inherente al proceso indicado por ese su manifestación y su significación es una con
ne: es la génesis de la plenitud del tiempo verbo. El tiempo implicado constituye lo que su aparecer. Entre ella y nosotros no hay nin-
incluso en el auto-movimiento de ese espacio. los gramáticos llaman el aspecto. Nosotros lo guna interpretación. El acto por medio del
Para definirlo con precisión, partiría del estu- entendemos en un sentido amplio. El tiempo cual una forma se forma es también aquel
dio de Hönigswald, el único filósofo que – implicado no es una simple extensión tempo- que nos informa. Nuestra percepción signifi-
dejando de lado el opúsculo de L. Klages- ral ni tampoco una duración; comporta eso cativa de una forma no tiene otra estructura
tomó el ritmo como tema central de una re- que Bergson llamó “tensiones de duración” y que su formación. Esto quiere decir que una
flexión esencial. presenta analogías con los antiguos tonos de forma se explica a sí misma implicándose. De
Hönigswald define el ritmo como la articula- la música. El proceso implicado por una no- allí –limitándonos a su dimensión temporal–
ción del tiempo por el tiempo, como una ción verbal y por la acción que connota, que el tiempo implicado de una forma, o de

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articulación temporal del tiempo, en la que el puede ser de incidencia o de decadencia, en un ritmo generador de formas, coincida con
Vivir y lo Vivido son uno. No alcanza con aceleración o en detención, en diástole o sísto- su tiempo explicado. O aún: dado que una
que los momentos articulatorios constituyan le, o ser en incidencia sobre el fondo de su forma no existe más que deviniendo ella
un orden, es necesario que ese orden compor- propia decadencia. Al tiempo implicado se misma y que –como lo dice en suma P. Klee–
te una dimensión temporal. Como otros han opone el tiempo explicado: es el tiempo divi- su Gestaltung es una cronogénesis, debemos
tratado o tratarán del ritmo en la poesía y la sible en épocas, pasado, presente, futuro, que decir de las formas estéticas que su cronogé-
música, me limitaré a las artes plásticas. Es el discurso atribuye a la acción y que sitúa la nesis no es sino una con su cronotesis, es
por lo tanto ahí, donde el tiempo es menos acción respecto del momento de la enuncia- decir con la experiencia de su inserción en la
aparente, en la escultura y la pintura, donde ción, como contemporánea, anterior o duración. Así pues, el tiempo del ritmo es un
quiero definir el ritmo. Lo hago en estos posterior al acto que la enuncia. tiempo de presencia y no un tiempo de univer-
términos: El ritmo de una forma es la articula- Pero esta distinción que vale para un signo, so.
ción de su tiempo implicado. por ejemplo una palabra (aquí un verbo) en ¿Cuál es su naturaleza?

47
Traducción | Henri Maldiney
El sistema del verbo justamente lo aclara tiempo que se va, del tiempo que no tiene ritmo. Es en ese presente que tiempo impli-
(Guillaume, 1964b: 184-207). Su cronogéne- aún realizado su ser y del tiempo que, cado y tiempo explicado coinciden. Pero con
sis, la génesis en él de la imagen-tiempo, está habiéndolo realizado, lo arrastra en su de- una condición: que la forma sea forma, que el
orientada –en un derrotero de lo amplio a lo rrumbe. ritmo sea ritmo –que no sean traspuestos
estrecho– del modo cuasi-nominal (infinitivo Ahora bien, el tiempo, del tiempo, no se pue- fraudulentamente como objetos en el tiempo
y participio) hacia el presente del indicativo. de ir o venir más que en relación con un del universo. Solo el presente de una presen-
La imagen-tiempo infinitiva es la de un tiem- límite que opere un corte en el tiempo vecto- cia se explica implicándose. El tiempo del
po indefinido y escalar: el tiempo está en el rial: de ahí la posición del presente como ritmo es tiempo de presencia. “Präsenszeit”
mundo y el mundo en el tiempo. Tiempo límite. Pero ir y venir suponen un doble hori- dice Hönigswald. En él la duración y el ins-
implicado y tiempo explicado se confunden zonte de anterioridad y de posterioridad a tante, lo infinito y lo puntual son idénticos.
ahí. Tal es el tiempo mítico, aquel que los partir de un origen. Es necesario entonces que Un presente tal aporta y despliega su propio
australianos llaman el tiempo del sueño, y de el presente sea originario. Por ello, la relación tiempo – de presencia precisamente- no el
acuerdo con Jung, también el del Inconsciente del presente y el tiempo se invierte. El tiempo tiempo de una sustancia.
inmemorial. Este tiempo tiene justamente su ya no está en el fundamento del presente sino La experiencia del ritmo, en este sentido, es
punto de aplicación y de revelación actuales el presente en el fundamento del tiempo. El una experiencia monádica. El ritmo es fun-
en una singularidad consciente, cuya presen- presente no es ya el cierre instantáneo, sino dado. Reposa sobre elementos “fundadores”.

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cia está en el presente del indicativo. Del apertura de la instancia del tiempo. La crono- Pero esos elementos inversamente son sus-
infinitivo al presente del indicativo, el aspecto tesis, que tiene su origen en este presente, pendidos en el ritmo. No están dados por sí
se transforma de modo en modo. Considere- fundador y discriminador de épocas y de mismos fuera de él. No comunican sino en él
mos la oposición de las dos tensiones modos de existencia, es necesaria para la ex- y por él. Su distribución por inclusión y ex-
contrarias que define en el nivel cuasi nomi- presión de la cronogénesis. clusión recíprocas supone su integración en
nal la pareja incidencia-decadencia. En el Sin embargo, la forma no está nunca en infi- ese medio inobjetivo y real de la presencia,
modo subjuntivo la oposición deviene la de nitivo, en el modo cuasi-nominal. Paul Klee que es el espacio-tiempo rítmico.
un tiempo cinético ascendente (subjuntivo llama “caos” a esta infinición indefinida. La La relación entre el ritmo y sus elementos
atemático presente) y la de un tiempo cinético forma nace como un mundo (cosmos). “El fundadores constituye la cuestión misma del
descendente (subjuntivo imperfecto temáti- momento cosmogenético está ahí: fijación de estilo. Así fue postulada por los historiado-
co). Luego la oposición deviene, en el modo un punto en el caos” o, en el infinitivo, fija- res-estetas de fines del siglo XIX, controlando
indicativo, la de un tiempo que viene y un ción de un presente que es el origen del todo el problema del sentido del arte. En su

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Traducción | Henri Maldiney
gran obra, El estilo, Gottfried Semper, arqueó- Antes de responder es necesario que nos en- sión de Procope– “suspendida del cielo por
logo y arquitecto, asignaba al estilo de una tendamos respecto de la forma. La voluntad una cadena de oro”. Es a través de la materia-
obra tres componentes: el material, la técnica de arte que hace el estilo de las obras no está lidad visible de los esmaltes y los mármoles y
y destino práctico (cf. Semper, 1860-1863). Sus dirigida hacia un sistema de formas consti- del cemento que los une, que los mosaicos de
discípulos identificaron el estilo con la suma tuidas. Una forma no es nada en sí. Una la arquidiócesis de Ravenne irradian el espa-
de las componentes, que eran las resultantes forma no es, existe. No hace número con otros cio, y que pueden inspirar a un poeta del
de las condiciones de fabricación, objetiva- elementos. Es la vía de su puesta en obra. Ahí siglo VI estas justas palabras: “o bien es aquí
mente discernibles en cualquier momento donde es fórmula, modelo, elemento objetivo que ha nacido la luz, o bien es aquí que cauti-
histórico. El estilo procede de un poder que de un repertorio, no hay arte, sino danza de va reina en libertad”.
está en la base del saber y varía de época en esqueletos, no de vivientes. La forma es el Retomamos aquí la afirmación primera de
época. ritmo del material, que accede así a una exis- que el arte es la perfección de las formas in-
A esta perspectiva Alois Riegl le contrapone tencia inédita; y ese ritmo exige una cierta exactas. “La mayor perfección debe ser
hechos significativos. Un mismo estilo se técnica de encuentro (agresividad y simpatía imperfecta –dice de la pintura china un pintor
ilumina por medio de materiales diversos, superadas) con la materia a transformar. El taoísta–, entonces será infinita en su efecto”.
que implican técnicas diferentes y aplicadas a ritmo no es del orden de los elementos fun- Un círculo perfecto, una vertical absoluta son
obras que no tienen el mismo uso. El mismo dadores. Pero no es nada sin ellos. Ni ellos puras objetividades ideales que no asumen

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estilo en Bizancio, anima con un mismo sen- sin él son elementos rítmicos (dotados por para nada, en su infalibilidad matemática sin
tido, vivido al ras de las formas, la ejemplo de otro ritmo remanente). Los tras- conflicto, las incertidumbres de las formas
arquitectura, la escultura, el mosaico, el es- ciende a través de ellos. Suprímase su concretas o inventadas, que hacen del artista
malte, el marfil, las telas y el ceremonial resistencia y se disipa. La pesantez de la pie- más riguroso un hombre que, como dice Dan-
mismo. ¿Qué tienen en común estas artes? dra es –en la apariencia misma– necesaria en te, tiene la rectitud del arte y la mano que
Algo idéntico, inmanente en cada una y sin el ímpetu de la columna o del arco; del mis- tiembla. Delaunay pinta sus “formas circula-
embargo trascendente debido a esa misma mo modo su materia es –en la apariencia res”, el círculo nace de la superación –
identidad. Ese momento idéntico Riegl lo misma– necesaria para la emergencia de la trasgresión y trascendencia– de todas las
llama Voluntad de arte (Riegl 1893; 1901-1923) forma libre en la estatua. Es gracias a la tierra, formas aplazadas, desviadas de sí mismas y
o Querer de la forma (Kuntswille). y en relación y tensión con cimiento universal de su propia continuidad, imperfectas, que se
¿Es entonces la forma la que hace el estilo? de nuestros pasos de peatones, que la cúpula niegan a “circular6“. No hay belleza en el
de Santa Sofía está –de acuerdo con la expre- circuito. La matemática no puede acoger ni

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Traducción | Henri Maldiney
recoger la verdad de lo sensible que solo el Mundo en el Sentir no es reducible a la rela- positivo, la posibilidad de que eso no sea. Es
ritmo asegura. ción Sujeto-Objeto. “El sentir es al conocer lo el camino escéptico de la duda, de la crítica,
¿Qué tipo de realidad, qué modo de ser pose- que el grito es a la palabra“ (Straus, 1935: de la efectuación de las evidencias que pue-
en, en la experiencia rítmica, los elementos 329). Pero la palabra no es la verdad del gri- den confirmar o defraudar la certeza primera.
fundantes? –No son ni acontecimientos del to. Ni la percepción la verdad de la sensación. Es el pasaje de la certeza a la verdad.
universo ni acontecimientos de consciencia. La sensación es fundamentalmente un modo La certeza sensible ignora la puesta en duda.
Por un lado, es imposible percibir en ritmo de comunicación y, en el sentir, vivimos, bajo La relación Yo-Mundo no pasa por la prueba
una serie de sonidos, y percibirlos, al mismo un modo de patencia, nuestro ser-con-el- de la posibilidad del No. Los elementos fun-
tiempo, según las leyes de la física, o más mundo. Pero es a un mundo tal, dado en la dantes del ritmo no son propiamente
generalmente sujetarlos mediante un vínculo relación de comunicación (y no de objetiva- postulados. Son –sin tomar en cuenta la posibi-
categorial. Tampoco se dan –si son percibidos ción) al que pertenecen los elementos lidad de no ser. Hay. Es. Ese si no refuta
rítmicamente– como perfiles sucesivos de una fundantes del ritmo. No se postulan objeti- ningún no. Pero justamente son postulados en
misma cosa o de un mismo estado de la cosa, vamente como hechos o fenómenos del el ritmo. El ritmo es el medio en el que su ser
como hacen, por ejemplo, los ruidos conoci- universo. No son tampoco simples vivencias es liberado de la posibilidad de no-ser, y de
dos de un auto que frena o de una piedra que materiales de consciencia. Pertenecen a ese ser-de-otro-modo. El ritmo, porque es una
rueda. Pero, por otro lado, no son en princi- mundo primero y primordial en el que, por forma de la presencia, un existencial, es por sí

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pio vivencias de la consciencia formando parte primera vez y en cada uno de nuestros actos, mismo garante de realidad. En él real y posi-
de un único y mismo flujo individual. tenemos que vérnosla con la realidad, ya que ble coinciden. Por él el arte no es –como se
¿Entonces? Entonces, es necesario deshacerse la dimensión de lo real es la dimensión co- dice– un imaginario.
de una ilusión teórica, de la ilusión teórica, municativa de la experiencia. Sería importante precisar aquí –pero el tiem-
que consiste en creer que toda la experiencia Aquí se postula una cuestión decisiva donde po falta para ello– cómo incluso nos
humana está estructurada por la polaridad se ponen en juego los vínculos contradicto- comunicamos con el sentir, de un modo pa-
sujeto-objeto. La relación de un sujeto que obje- rios del arte y del Sentir. La sensación es una tente, no con este u otro objeto, sino con el
ta para sí el mundo, y se distingue por eso certeza que pone a prueba su verdad sin po- mundo entero. Cuando Van Gogh habla de
mismo de dicho mundo, no puede negarse. ner en duda la realidad del mundo con el “la alta nota amarilla” por él “alcanzada este
Pero se trata en este caso de una situación cual, a través de ella, nos comunicamos. Pero verano” del año 88 (van Gogh, 1889), o cuan-
derivada respecto de aquella situación prime- no postulamos algo como real más que do Cézanne, tomando a su cochero por el
ra que es la situación sensible. La relación Yo- habiendo previsto y resuelto, en un sentido hombro, en la carreta que lo conduce a su

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Traducción | Henri Maldiney
“motivo”, le grita en una suerte de éxtasis, teórica e irreal del sentir, bajo la forma de un obras pintorescas o diligentemente descripti-
que penetra al otro: “¡Mire! Los azules… los “diferencial de consciencia”. Es evidente, en vas muestran de más respecto del cuadro
azules abajo… bajo los pinos” (Gasquet, 1926: cualquier caso, que el sentir procede por su- cézanniano aparece como demasiado, presa de
121), ni ese amarillo ni esos azules son colores presión en la medida en que procede por la inercia, reducido al estado de partes muer-
de objetos, sino introducción al mundo, lugar elección. Asimismo, el moverse que no solo tas.7 Ellas están muertas, en tanto que,
de encuentro con el mundo de Van Gogh y está siempre acoplado a él, sino que es su habiendo depositado sobre sí todas sus com-
de Cézanne. Forman parte de “esas sensacio- articulación misma. A velocidad siempre placencias, y captando la mirada en el juego
nes confusas que traemos al nacer”. Y de esas creciente, el paso del caballo se transforma, es de su propia definición, no conspiran ya entre
sensaciones, se trata para ellos de hacer una decir, pasa a otra forma: paso, trote, galope, ellas en la respiración de un solo y mismo
obra donde funcione el mundo. No pueden triple galope. Con cada cambio se produce espacio. Cézanne, por el contrario, no admite
ponerlas a la vez “en obra” y “en el mundo” una reorganización integral e instantánea de sino los pocos elementos que bastan (y tan
sino ritmándolas. De ahí la cuestión: de la las sinergias. pocos, en sus acuarelas) para movilizar una
sensación al ritmo ¿hay continuidad o hay El arte también procede siempre por supre- superficie como napa energética, como energ-
discontinuidad? Hemos afirmado ya que hay sión; y, a su vez, en toda cuestión equiparable ía espacializante. Esta energía es tanto más
discontinuidad y salto ya que hay pasaje de o semejante, tanto más se enaltece cuanto más grande cuanto más viva es la contradicción
una certeza a una verdad. suprime. ¿De dónde viene, de hecho, en una entre los elementos. El arte gana en agudeza

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obra de arte la extraña potencia de lo simple? de evidencia y en potencia de resolución (de
–Ella aparece primero como potencia de lo tensiones contrarias) lo que abandona de ri-
Ritmo e instante crítico negativo. Compárese una montaña de Saint- queza y satisfacción inmediatas. Cuando se
Victorie de Cézanne con cualquier otro cua- trata de unir los momentos heterogéneos de
Lo artístico no cubre todo lo estético, es decir, dro o grabado de los siglos XVIII y XIX que un ritmo que articula el espacio y el tiempo
todo lo sensible. Pero lo estético, lo sensible, trabajen el mismo motivo. En cada caso el interiores, y que los comunica en la unidad
no cubre tampoco todas las configuraciones número y la riqueza de los detalles llevan al de una obra, la vía de comunicación más efi-
que son teóricamente posibles. Fechner, a segundo. Mas el cuadro de Cézanne abolió caz no es la más simple ni la más compleja
partir de la idea justa de que a la continuidad todos los demás, como las a luces a las tinie- sino la más imprevisiblemente necesaria. Tal
de lo excitante se opone la discontinuidad de blas, por la evidencia desnuda e irradiante de es, entre diez mil posibles, la línea justa, cuya
la sensación, cometió el error de postular en- su espacio. Dije: Mas. No hay mas. Los dos realidad anula la posibilidad de cualquier
tre los umbrales sensibles una continuidad hechos están vinculados. Lo que aquellas otra; línea más próxima de una línea falsa que

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Traducción | Henri Maldiney
dos líneas falsas entre sí, porque el desvío se En una obra de arte, la forma, incluso estruc- de una articulación viviente, de la Gestaltung
multiplica por su potencia: “un punto de par- tural, es el lugar de encuentro mismo móvil que crea una línea de universo viviente. Co-
tida un li8 de llegada” (proverbio chino). entre un aquí y un allá, focos y un medio. Y la mo ejemplo, he aquí un texto de Yu T’ang,
Así, luego de una primera limitación que es frase de von Weizäcker pude servirnos de pintor de los Song.
elección y que reduce lo sensible a algunos balanza sobre la cuerda rígida –la cuerda más
focos de energía, sobreviene la organización tensa de la lira– donde las artes mayores Para pintar un pez, es necesario que
de la plenitud. Pero plenitud irresumible. Esa hacen su camino. Dos ejemplos alcanzarán en el artista conozca la naturaleza del
plenitud opuesta a la entropía, a la ley de los este sentido. Tomo prestado el primero del pez; pero para alcanzarla, el pintor
debe, utilizando su intuición, acom-
estados más probables, es siempre imprevisi- arte chino, el segundo de Cézanne.
pañar en su nado al pez por medio
ble. Su organización consiste en una En el siglo VI, en China, Sie Ho enuncia, por
del espíritu, compartir sus reacciones
articulación temporal y espacial del espacio y orden de importancia decreciente, los seis
en las corrientes, las tempestades, al
del tiempo, cuyos momentos nodales son en principios de la pintura, de los que solo voy a sol, a los señuelos. Solo un artista que
cada caso lugares e instantes críticos, donde citar los dos primeros: comprende las alegrías y las emocio-
cada obra, cada forma, se demora en ser –o nes de un salmón franqueando un
más bien en ex–istir (más allá de toda medida 1) Reflejar el soplo vital rápido tiene derecho a tomar un
preliminar). es decir crear el movimiento salmón, si no, que lo deje tranquilo.

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Una concepción semejante de la forma, en lo 2) Buscar el esqueleto Ya que por más preciso que sea el di-
que tiene de inevitable responde muy bien a la es decir, saber usar el pincel bujo de las escamas, las aletas y los
párpados, el conjunto parecerá muer-
definición que da de la forma biológica V.
La primera parte de cada recomendación en- to.
von Weizsäcker en la “Gestaltkreis”:
uncia la generalidad y por decir así el sentido
del principio; la segunda explicita la signifi- Se trata entonces para el pintor de descubrir
Desde el punto de vista espacial, la
cación técnica, el modo de realización. El las relaciones internas entre la naturaleza
forma es el lugar de encuentro entre
el organismo y la Umwelt; desde el
soplo vital representa a la vez el más univer- (aquí presente en un pez) y el yo (donde la
punto de vista temporal, la forma sal y el más interior de los movimientos: la naturaleza está también presente). Eso no es
debe ser considerada como una géne- respiración cósmica en cuyo acto se abre el necesariamente taoísta, ya que el neo-
sis del presente en todo momento ser mismo de todas las cosas. En el segundo confucionismo dice que todo en la naturaleza,
dado. (von Weizsäcker, 1958: 179) tiempo del principio –que invita a crear el comprendido el Sí-mismo, es la manifestación
movimiento– se trata no ya de lo Abierto sino

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Traducción | Henri Maldiney
del universo. Tenemos entonces aquí al pin- en su recorrido a través de momentos nodales espacio. Articulación de dos fases opuestas
tor chino en medio de cosas y seres: que constituyen el esqueleto. Es el principio del soplo vital, el ritmo es uno, y la contradic-
montañas, árboles, rocas, peces, nados –que de la caligrafía, arte mayor en China. En la ción se resuelve a través de él en el ser en
también pueden en francés ser nombrados en escritura china, el caracter, cuyo trazado cur- suspenso de las cosas entre el si y el no, es
singular, para restituir el sentido de las pala- sivo se anuda en una configuración cerrada, decir, en el Tao.
bras chinas, que no están sometidas a la posee la extrema potencia simbolizante de Segundo ejemplo: Cézanne. Bonnard dijo una
categoría del número. Estos “entes” son de- una singularidad (expresiva). Es el resultado vez: “Con una sola gota de óleo Tiziano pin-
signados por palabras que, en chino, no son de un movimiento de singularización, que taba un brazo de punta a punta; Cézanne
nunca conceptos. Más allá de toda distinción está en las antípodas del movimiento de uni- quiso, por el contrario, que todos sus pasos
del tipo: un pez, el pez, este pez, es su forma versalización concreta que se cumple en el fueran tonos conscientes” (Bonnard, 1942).
única lo que los particulariza. Ella es el órga- soplo vital. Porque el arte se halla en el en- Técnicas del continuo y del discontinuo. La
no de discernimiento. Por el contrario, el cuentro de dos movimientos: unifica la primera, la de Tiziano, obedece al ritmo de
soplo vital universaliza completamente lo expansión del soplo vital y el esqueleto. Es, un mundo en el que la forma humana es el
que la forma particulariza. La forma asila el en cada singularidad como así también en el centro. Ese ritmo unifica las dos dimensiones
“ente” en su particularidad. Pero el soplo todo sin límite, articulación del soplo cósmico de la forma femenina que es a la vez carne y
vital une todas las cosas, desde el interior en el único espacio-tiempo concreto univer- cuerpo. Carne resumida en sí misma, por me-

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mismo de su respiración, en la conspiración sal. Porque la articulación del soplo es el ritmo. dio del deseo que le asigna a su posesión en
del soplo único y universal que, si va al ex- Véase por ejemplo (ejemplo abrupto y sim- el contorno de una forma cerrada, pero cuer-
tremo de su diástole, desaparece en el vacío ple) los kakis, un monocromo de Mou-K’i (Fa- po abierto al espacio del mundo ya que “ese
del Tao. tch-ang). La expansión del espacio irradiada mismo deseo es la quintaescencia de la natu-
Es ahí cuando interviene el segundo princi- en la diástole del instante está articulada allí raleza”. El ritmo suscita el lugar donde estos
pio. El principio de articulación dirige el por medio de un juego de espaciamientos y contrarios se comunican. Pero no es sin em-
manejo del pincel. Cuando bosqueja un trazo desaceleraciones, a la vez medidas e impro- bargo localizable, es omnipresente. El
o una serie de manchas, el pincel no completa bables, entre dos formas evidentes y eludidas conflicto de lo cerrado y de lo abierto, como
un trayecto monótono entre un punto de par- (los kakis). Este juego crea tensiones críticas. su resolución, no tiene lugar en tal o cual pun-
tida y un punto de llegada elegidos Porque esas mismas formas –sobre todo en to de la forma sino en cada pulsión de su
previamente. A la vez exploratoria y conduc- los valores negros- son simultáneamente cen- automovimiento.
tora, la vía que enfoca se analiza a sí misma tros de atracción y de condensación del

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Traducción | Henri Maldiney
La yuxtaposición de tonos coloreados autó- del pintor, Tal impulso no puede sostenerse Estilos y ritmos
nomos es característica del impresionismo. más que en el ritmo.
Pero en ninguna parte la discontinuidad de Que los “pasos” de Cézanne son –como dice Todo encuentro desea un ágora. El ágora del
tonos es, por mucho, tan viva como en la pin- Bonnard– tonos conscientes o, más exacta- arte es lo Abierto. El ritmo tiene lugar en lo
tura de Cézanne. Cada toque es allí mente, en su precisión misma, encuentros de Abierto. Atengámonos a la pintura. Tres
verdaderamente un “melisma” pictórico. No tonos, acontecimientos singulares que se ex- grandes estilos atraviesan la historia, que
se trata de toques en el sentido ordinario de cluyen mutuamente y se refuerzan por corresponden a tres ritmos fundamentales –
unidades elementales que podemos (a causa contraste, he aquí que aclara el secreto y la donde varían, entre uno y otro, el instante
incluso de su estructura) comparar con los inquietud de su “pequeña sensación”. A dife- fundador del tiempo y la patencia de lo Abierto.
“formantes”. Sino que las verdaderas unida- rencia de las notaciones impresionistas, la El encuentro de la presencia y del ser del
des pictóricas, en un cuadro de Cézanne, no sensación de Cézanne es verdaderamente un mundo en el que ésta se presenta se manifies-
son elementos, son acontecimientos –y esos “fenómeno” es decir –en el sentido heidegge- ta en primer lugar en la apertura de un
acontecimientos son encuentros: encuentro riano– un modo del encuentro. Y la Aparecer absoluto. Todas las cosas y todos los
de dos colores, de dos luces, de una luz y una discontinuidad de los encuentros, unida a seres se dan, pues, a partir del muro cósmico,
sombra. Esos acontecimientos a la vez pictó- nuestra condición de peatones moviéndonos único fondo universal, que garantiza su esen-
ricos y cósmicos son los elementos de paso a paso9, es a la vez el obstáculo y el apo- cia, asegurando la evidencia permanente de

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articulación de la pintura cezanniana, y por yo del ritmo en el cual los acontecimientos se la forma cuya “definición” delimita y recoge
decirlo así sus “fonemas”. Tanto más estos comunican entre sí. Al mismo tiempo, el su individualidad material cerrada. El “mu-
son diferentes e incluso contrarios, tanto más hombre habita cada vez el mundo entero en ro” mismo se da con las formas como el
la obra gana en agudeza. Un cuadro de el alejamiento de lo cercano y la proximidad fondo desde el cual estas surgen, sin que se
Cézanne une lo heterogéneo, de acuerdo con de lo lejano. El ritmo es, aquí también, la arti- pueda o se quiera “pasar por detrás” [passer
su sentido de la pintura y del mundo que es, culación del espacio-tiempo del soplo. De allí derrière]. No hay un más-acá del aparecer. He
como él dice, “una religión del paisaje”. La la duda en la certeza, ese temblor a fuerza de allí el verdadero sentido de la ley de la fron-
religión del paisaje reúne en un mismo im- rectitud, que hace sonar el espacio cézannia- talidad: la obra estructura el espacio en torno
pulso eso que no solamente se dispersa entre no como un cristal –en lo Abierto. a ella a la vez que nos mantiene aquí –aquí
“las manos errantes de la naturaleza”, sino donde ella se da integralmente- sin posibili-
que se separa en acontecimientos autónomos, dad de desplazamiento. Un ritmo cerrado de
todos decisivos, en la mirada y la presencia planos ligados a las formas cifra un espacio

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Traducción | Henri Maldiney
absoluto, “el espacio sin destino de la plásti- El tercer estilo del ser pictórico es, en general, cierre no se encuentra en relación directa con
ca” (Straus, 1935: 412-413), sobre la base del el del arte barroco. En la pintura de Rubens, o el espectador sino con el centro en torno al
plano del fondo, a partir del cual todos los en la arquitectura de Gaudí (exceptuando las cual se ordenan los elementos” (1860-1863, v.
otros surgen, aunque él mismo no está hecho insistencias fascinadoras), el instante es el de 1: XXVII) . El cierre es solidario de un marco
más que de su contrapunto, sin tener –por la aparición-desaparición de una forma en me- que define un “terreno de verdad”. El espec-
ello mismo– otro modo de presencia que el tamorfosis en el tiempo entre una y otra. Lo tador, en tal caso, se proyecta en el centro, y
ritmo. Dicho estilo de ser es, por ejemplo, el mismo en el impresionismo de Ravenne (Es- en el límite se abandona a las técnicas de la
del arte sagrado de Egipto y el del arte arcai- cenas de la vida de Cristo en Saint- fascinación (más o menos intro-proyectiva).
co griego. Así pues, en el museo de Atenas la Apollinaire-Neuf) o en el del siglo XIX en su Otras veces, el ritmo se encuentra en relación
estela de Ktesilaos y Theano, con su ritmo de primer momento, o incluso en las acuarelas directa con el espectador y lo obliga de algún
cadencia binaria desmultiplicada, es un equi- de Cézanne –donde él intenta, esta vez, abrir modo a “entrar en la danza”. Es fuera de sí
valente tópico de esta forma de declinación el gesto de la naturaleza. En dicho arte del misma que la obra tiene su origen y su térmi-
conservada por el Greco: el duelo. Asimismo, pasaje, la recepción del mundo en el instante no. Pero ambos salen a la luz del espacio y
son válidos aquí, a título de ejemplos, el arte en que funda el tiempo de la presencia es del instante en el campo de la obra, donde se
del Quattrocento florentino, y en el siglo XIX, simultáneamente abandonada y recogida. El anudan las fibras rítmicas del ser del mundo.
la pintura de Seurat y la época clásica de espacio escapa a sí mismo en diástole pero los Aquí la obra ya no es objeto sino acción.

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Cézanne, cuando “reúne las manos errantes” focos de la obra lo recogen en sístole, de
de la naturaleza en una sístole del mundo. acuerdo a un ritmo expansivo y contraído en
A la inversa, el monocromo Song devela el modulación perpetua. Conclusión
ser del mundo: montaña(s) y agua(s), en lo Atravesando con un corte longitudinal esta
Abierto de su desaparecer. Toda cosa se mani- primera diferencia entre los ritmos mayores, Así pues –y con esto concluimos– el ritmo es
fiesta desapareciendo, como, en la bruma de encontramos otra, igual de profunda, entre la esencia del arte y es su existencia, siendo el
la montaña, una cresta se muestra en el mo- dos tipos de ritmo que se sitúan en dos ex- acto del estilo. En él, ambos son uno, antes de
mento en que retorna a su veladura. Lo real tremos: el de la experiencia y el del “poder toda división. ¿Dónde comienza el ritmo? A
del ente no se da sino en su retirada. Por tan- ser” artísticos. la vez, no importa dónde y solamente en sí
to, esta diástole del instante en la ruptura de Hay una armonía que se llama eurítmica, mismo. Por una parte, la estética artística es
la forma que desaparece nos introduce en el acerca de la cual G. Semper escribió de mane- una limitación en relación con la riqueza de
Tao de la pintura. ra inmejorable: “El ritmo, aquí, consagrado al información de la estética sensible, que recu-

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Traducción | Henri Maldiney
bre todo el campo del sentir, toda la vida en y el salto. Expuesto al espacio, el ritmo lo Guillaume, G. (1964b). “La représentation
“relación”, entendida como “existencia” del iguala al Espacio, del mismo modo en que française du verbe“. Langage et science du lan-
hombre e “in-sistencia” de las cosas (sobre hace de su presente el Tiempo. gage. Paris/Québec : Nizet/Universidad de
Laval, p. 184-207.
él). Por otra parte, el ritmo está acoplado a La experiencia de los ritmos es infinita. Es la
esta vida y no tiene otros elementos fundado- consumación de la presencia sor-prendida Hegel, G. W. F. (1951). Phänomenologie des
res más que los acontecimientos-encuentros [sur-prise]. En tanto el hombre es capaz de Geistes, [Fenomenología del Espíritu]. Sämtliche
que constituyen la fenomenalidad universal. asombrarse, el arte existe. El hombre muere Werke: Jubiläumsausgabe in zwanzig Bänden, vol.
2. Ed. H. Glockner. Stuttgart: Verlag.
No hay situación que no pueda dar lugar a con él.
una posibilidad rítmica. Del mismo modo en Hegel, G. W. F. (1953). Vorlesungen über die
que “la verdad puede caer de cualquier boca, Aesthetik [Lecciones sobre la estética]. Sämtliche
en cualquier momento” (Kafla, 1925), el ritmo Bibliografía Werke: Jubiläumsausgabe in zwanzig Bänden, vol.
12-14. Ed. H. Glockner. Stuttgart: Verlag.
puede nacer a cualquier momento dado. Pero
es él quien se da ese momento, haciéndolo su Benveniste, E. (1966). Problèmes de linguistique Heidegger, M. (1962). Approche de Hölderlin,
presente. El ritmo en ese presente es su propia général, t. 1: La Notion de rythme dans son ex- trad. fr. J. Launay, Paris, Gallimard.
pression linguistique. Paris: Gallimard.
partida. Kafka, F. (1925). Der prozess: Roman. Frankfurt
Dicha paradoja –que es la del tiempo y el Bonnard, P. (1942). « Propos de Pierre Bon- am Main: Fischer Taschenbuch Verlag, 1989.

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instante– es la de la propia Presencia. Ella es nard a Tériade », Verve. Revue Artistique el
Klee, P. (1924). “Acerca del arte moderno”.
su propia posibilidad. Ella es poder-ser. Per- littéraire, vol. V, nº 17-18, 1947.
Teoría del arte moderno. Trad. H. Acevedo.
dida, arrojada, varada allí en el medio de su Boulez, P. (1963) Penser la musique aujourd’hui, Buenos Aires: Caldén, 1976, p. 33-53.
entorno, no se halla ahí (=no está ahí) salvo París, Denoël/Gonthier,
Klee, P. (1964) Das bildnerisch Denken. Schriften
que se halle ahí (=se descubra ahí revelándo- Focillon, H. (1947). La Vie des formes. Paris : zur Form –und Gestaltungslehre,. Ed. J. Spiller.
se). Su ahí no tiene ser más que como punto PUF. Basel/Stuttgart: Schwabe.
crítico, cuya contradicción devora toda posi-
Gasquet, J. (1926). Cézanne. Paris: Bernheim- Paulhan, J. (1962). L’Art informel. Paris,
tividad. El ritmo se articula en instantes jeune. Gallimard.
críticos, soldados unos con otros en el curso
Guillaume, G. (1964a) « Théorie de l’aspect » Riegl, A. (1893). Stilfragen. Grundlegungen zu
de un enriquecimiento mutuo. En cada uno,
en : Langage et science du langage. Pa- einer Geschichte der Ornamentik. Berlin:
una Presencia, forzada a lo imposible y obli-
ris/Québec : Nizet/Universidad de Laval. Siemens.
gada a ser, deviene allí lo que es en la ruptura

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Traducción | Henri Maldiney
Riegl, A. (1901-1923). Die Spätrömische Kunst-
Industrie nach den Funden in Österreich-Ungarn. sostienen guardianes despiertos de los vivos y los de parte a parte, como un presente de otro presente.
muertos” (Heráclito) Así surgen esas formas No podría haber común medida entre instantes
Viena: Kaiserlich-königliche Hof- und
guardianas del ser que Baudelaire nombró en Los críticos. Sólo el ritmo en su génesis los pone en
Staadtsdruckerei. Faros. Pero la presencia del espectador está ella comunicación. Boulez llega a esta observación
misma condicionada por las formas en acto de la capital: “[…] en el tiempo liso se ocupa el tiempo sin
Semper, G. (1860-1863). Der Stil in den obra. Hay ahí un ciclo de la obra y del testigo. medir; en el tiempo estriado, medimos el tiempo
technischen und tektonischen Künsten, oder 4. Expresión de A. Riegl para designar la ley de las para ocuparlo. Las dos relaciones me parecen
praktische Ästhetik, 2 vol. Francfurt/Munich: estructuras tectónicas, regulares como los planos de primordiales en la evaluación teórica y práctica de
los cristales naturales. También el arte de las las estructuras temporales; son las leyes
Verlag f. Kunst u. Wissenschaft/F. pirámides y otras formas del arte sacro egipcio. fundamentales del tiempo en música” (p.102-108).
Bruckmann. 5. La extrema tensión entre las tentativas teóricas de K. Nada hay más legítimo que, para explicitar una
Stockhausen y de P. Boulez dan cuenta de la “técnica musical”, el músico proyecte la experiencia
Straus, E. (1930) Die Formen des Räumlichen en: proximidad inabordable en la que se encuentran musical en el espacio y el tiempo representados.
Psychologie der Menschlichen Welt, Gesammelte respecto del espacio y el tiempo rítmicos. Pierre Pero que no pretenda volver desde esa proyección
Boulez intenta constituir un análogo del tiempo de hacia la existencia. El postulado es aquí que “se
Schriften. Berlin: Springer, 1960.
la presencia, variando las texturas del tiempo ocupa el tiempo”. En otras palabras, el hombre y su
Straus, E. (1935) Von Sinne der Sinne en: objetivo, en tanto pone –no por fuera sino mundo están en el tiempo. Ahora bien la génesis de
simultáneamente- “el acento sobre la variabilidad las formas y el ritmo exigen lo contrario: que el
Psychologie der Menschlichen Welt, Gesammelte del espacio” (Boulez, 1963: 95). Da, a propósito del tiempo esté implicado en cada evento-advenimiento
Schriften. Berlin: Springer, 1960. espacio, una notable definición del continuum: “No musical; que la música sea génesis del presente que
se trata del trayecto continuo “efectuado” de un es tiempo de presencia inevitable para cualquier tiempo
van Gogh, V. (1889). Lettre à Theo van Gogh. punto a otro del espacio (trayecto sucesivo o suma del universo. Pero los teóricos del ritmo lo identifican

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Arles, 24 de marzo. Disponible en: instantánea). El continuum se manifiesta por la con sus elementos fundadores.
posibilidad de cortar el espacio siguiendo ciertas 6. La expresión tourner ronde significa en realidad
http://vangoghletters.org/vg/letters/let752/ leyes; la dialéctica entre continuo y discontinuo pasa “marchar bien”. Elegimos aquí “circular” pensando
letter.html entonces por la noción de corte; incluso diría que el en el sentido que el término adquiere en español
continuum es esa posibilidad misma”. Esta última cuando por ejemplo la policía ordena circular, es
von Weizsäcker, V. (1958). Le Cycle de la struc- frase es cierta, pero en otro contexto, no ya objetivo decir, no detenerse. Elegimos este término para no
ture. Trad. fr. M. Foucault y D. Rocher. Paris: sino existencial. La noción matemática de corte no perder todo el juego de palabras con la ronda y el
equivale a la de momento crítico. Lo continuo no es círculo implícito en tourner ronde. [N. de T.]
Desclée de Brouwer.
la posibilidad activa de su propio corte más que si 7. Sucede, como dice Proust (A la sombra de las
es espacio o tiempo de presencia. Solo la presencia muchachas en flor) “que un escritor utiliza en una
en tanto que poder ser –y que poder ser de otro novela, bajo el pretexto de que son verdaderas,
1. El término es esthétique en ambas proposiciones, ya
modo hasta en su identidad– es su propia “palabras”, personajes que, en el conjunto viviente,
que no tiene distinción genérica visible en francés.
posibilidad. La oposición del tiempo amorfo y del hacen por el contrario peso muerto, la parte
[N. de T.]
tiempo pulsado, del tiempo liso y del tiempo estriado mediocre”.
2. Esta afirmación es paradojal, incluso incomprensible
es también instituida en lo objetivo. Si el tiempo 8. Li: medida china equivalente a 500 m. [N. de T.]
si nos obstinamos en confundir de cerca o de lejos el
amorfo tiene su destino en la estadística de los 9. “A través nuestro otros hombres la naturaleza está
ritmo y la cadencia.
acontecimientos, estos no son encuentros críticos o más en profundidad que en la superficie”
3. “Ante aquel que está ahí presente, se elevan y se
decisivos, ya que estos encuentros deberían diferir (Cézanne).

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Cuadernos materialistas, n° 1, 2016.
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