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PURO BURRITO

Contexto.

Como sociólogo, tenemos la fortuna de trabajar con psicólogos en una de nuestras áreas laborales, y
en otra con enfermeros y médicos.
Somos observadores ahí, extranjeros que tratan de entender esa realidad, lógicas y paradigmas
ajenas a nuestra formación y experiencia. Y ahí vamos conociendo a diversos tipos de personas y
diversos tipos de profesionistas, y hay sectores que son extremadamente valiosos:
Personas muy serias, éticas, congruentes y comprometidas, que hacen bien las cosas; que buscan
refinar su disciplina; que buscan expandir el conocimiento; que se preocupan por el bienestar del
paciente; que se preocupan por el aprendizaje del alumno; que no son ciegos ni tontos y entienden
que las políticas de salud son más grilla, más bisne, que en verdad acciones basadas en evidencias y
método científico.
Que entienden que al Estado no le interesa la salud de la población; que comprenden que los “líderes”
de las áreas sanitarias, son puestos no por su capacidad, cognición y compromiso, sino por ser piezas
que se acoplan a la agenda y a la línea
Si tú conoces a esos elementos positivos que laboran en el área CBS, sabrás a lo que me refiero,
sabrás que ellos no se tragan las mentiras de los medios de comunicación; sabrás que ellos conocen
las entrañas del monstruo hospitalario y testimonian una realidad que no tiene absolutamente nada
que ver con las declaraciones oficiales.
Que hay los derechistas y corruptos, claro, en cualquier lado hay irreflexivos y convenencieros,
aquellos que saben que es más conveniente mimetizarse con el amo; pero dejando de lado ese sector
ordinario, los valiosos reconocen lo falaz del actuar estatal.

Análisis.

Críticos serios a la línea gubernamental, he escuchado que se quejan del pobre papel y argumentos
de aquellos que en la Cultura de Masas, contrastan al Estado.
Defensores del actual régimen, enuncian lo falaz de la oposición en sus enunciados y acciones.
Ambos tienen razón.
Es necesario ubicar -por ejemplo en las Mañaneras-, que los que hablan, tanto los que usan el disfraz
de apologistas, como aquellos que visten el traje de izquierdosos, son de lo más lamentable.
Pero es importante no olvidar que si están ahí, si les prestan el micrófono, si pueden acercarse y
hablar con el máximo mandatario, si salen en la tele, es porque ya pasaron el filtro, tienen el visto
bueno del sistema, son inocuos o fructíferos, por eso están.

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Jamás veremos en esos espacios a estudiosos de la biología, química, enfermería, medicina o
ingeniería petrolera, contrastando los enunciados de los títeres puestos en las diversas dependencias.
Jamás escucharemos a profesionistas con experiencia, señalando lo falaz de las decisiones
gubernamentales.
Jamás veremos que se le dé voz a especialistas no alineados con el Estado.
Jamás estarán ahí, no se dejará pasar a trabajadores serios del área sanitaria, señalando las múltiples
deficiencias, fallos y simulaciones. Revelando la realidad que todo aquel que está en la institución
sabe, pero que callan para no peligrar su situación laboral; sí, la censura, fingimiento y caza de brujas
siguen existiendo.

Los que hablan, son parte del guion.


Los que están bajo los reflectores, ya están siguiendo el libreto.
No dejarán pasar a quien rompa esa visión hegemónica.
Y cuando algún integrante del sector salud -por ejemplo-, que sabe cuan ruines son las condiciones
de trabajo en clínicas y hospitales, externe que no hay equipo ni material ni buenos resultados de las
políticas públicas y sanitarias:
- O es invisibilizado,
- O será descalificado como oposición fifi, ardida, chayotera, moralmente derrotada, neoliberal,
prian, calderonista, que se ponga vitacilina.

En verdad nos merecemos el acentuamiento del control y dominio de los capitales extranjeros.
Lo jugaron brillantemente:
Le dieron el lugar al pseudoizquierdoso, para darle legitimidad a su fraudulento proceso partidista, y
ese mismo monigote, siguiendo la agenda, acentúa la entrega: explotación y expoliación.

Se acentúa el dominio, y a la par se expanden y diversifican las estrategias y herramientas


ensimismantes, la ideologización, el condicionamiento:
Placer, ego, pan; modos de distraer, insensibilizar y ensimismar. Con eso se obtiene el silencio y la
complicidad de las masas.

Por ello, tras el alcohol, la hierba y el mal entendido feminismo, sigue la pedofilia.
Se legaliza, permite, fomenta, facilita y difunde, aquello que puede servir como distractor y distensor,
para relajar el alma del asalariado; lo último que necesita el Poder, es un esclavo enojado.
Y aunque esas gratificaciones físicas y simbólicas produzcan disrupción a la cognición, al Ser y a la
comunidad, eso no les interesa. Por eso en pleno siglo XXI sigue el futbol, la religión, y los refrescos:
hacen daño, debilitan, enferman y matan al indio, pero favorecen el control. Incluso se tiene que
dedicar un poquitín de recursos y personal para paliar las consecuencias de ellos, pero no importa.
Todo sea por enceguecer y controlar a las masas.

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Los millonarios no son malos con los números, saben que lo que se invierta en gratificación explícita e
implícita, directa e indirecta, legal e ilegal, rendirá abundantes frutos.
Y saben que el político entregará a su propia madre, ya ni decir a su tierra y su gente, con tal de
beneficiarse. Hey, comprendan: esas fábricas de chocolate, refrescos y cerveza, no se van a pagar
solas.
Doña Rocío estaría orgullosa; bola de ardidos y envidiosos.
¿Dónde estaban cuando en 1988, siendo Bartlett secretario de Gobernación, se robaba la presidencia
para el PRI?

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