Sie sind auf Seite 1von 8

La eclesiología del buen pastor y su permanencia con las ovejas.

Por: Jesús Piedra Barboza. (2014)

Yo soy el Buen Pastor en el contexto de “la hora”.

Todo el conjunto del IV evangelio lleva al lector a esperar con ansía cada vez más
creciente el momento de “la hora” y el discurso del Buen Pastor no es la excepción a la
regla; y en este sentido es necesario reconocer la sutileza pedagógica del redactor final,
que valiéndose de los signos y de sus respectivos discursos va preparando al lector para
que este al llegar a “la hora” reconozca la obra del amor latente en la gloria de Dios
presente en el crucificado.

Abordado desde el contexto de los relatos de la pasión, podría ser fácil caer en la
tentación de afirmar que este relato es un anuncio de la pasión, pero al compararlo con
los anuncios hechos en los sinópticos (Cf. Mc 8,31-38; 9,30-37; 10,32-45; Mt. 12, 38-45;
16, 21-28; 20, 17-28; Lc. 9,22-27. 44-45) solo podrías encontrar algunas semejanzas
escriturísticas al primer anuncio hecho por Mt 12, 38-45, en el que curiosamente también
Jesús se dirige a las autoridades judías.

Aunque considero interesante profundizar más en este respecto, por cuestión de espacio
no será posible, pero no puedo concluir este apartado sin señalar algunas ideas con las
cuales se puede comprender mejor “la hora”.

1. En comparación con Mt 12, 38-45 este relato va dirigido a las autoridades judías,
que buscan deslegitimizar la actividad de Jesús, a la que Jesús responde
duramente señalándoles como usurpadores de la autoridad divina. En el contexto
de esta contestación se señala alegóricamente y en órdenes diversos, la
sepultura, la conversión de los paganos, la superación de la antigua alianza, la
condena de los que lo niegan y la resurrección.

2. La referencia al buen pastor, está en claro paralelismo con “la hora” con la cual da
una explicación necesaria, dando a entender que la glorificación del Padre
consistía en el rescate de las ovejas, y no en la muerte del pastor.

3. “La hora” interpretada desde esta perícopa es el momento del amor, amor del Hijo
por el Padre, del Padre por el Hijo y del Hijo por los suyos, amor que se motiva
porque los suyos conocen el amor del Hijo por el Padre.

4. “La hora” que Jesús anhela es la máxima manifestación del amor del Hijo por el
Padre, que se concreta en el rescate de las ovejas, que es una obra de iniciativa
absolutamente divina y sin precedente, por lo que la crucifixión no es un arrebato
de la vida de Jesús por parte de los judíos y los romanos aliados, sino que es una
entrega de la vida del Hijo en lugar de las ovejas, y una entrega de vida del Padre
que hace permanecer en la existencia al Hijo y es por este motivo que el Hijo
puede recobrar lo que libremente a dado.
Yo soy el buen pastor en perspectiva eclesiológica.

a. Esta perícopa en otros pasajes (referencias).

Ciertamente la referencia la pastor y las ovejas no es una idea nueva en labios de Jesús,
frecuentemente fue usada en Israel bajo dos interpretaciones muy entrelazadas. Una de
ellas hace referencia a Dios que como pastor dirige a su pueblo y la otra para hablar del
rey, elegido por Dios para apacentar a su pueblo, ejemplos de ello son textos como Mi.
2,12-13; Sal. 95,7; 23; Ez. 34,2-3; 37,24; Is. 40,11; Jer 23,1-6; Za 11,7-17; Mc. 6, 34; Lc
13, 22 ss; 15,1-10; I P. 2,25; 5, 2-4.

b. Yo soy el buen pastor vrs los ladrones y los no pastores.

En el conjunto de la perícopa encontramos cuatro grupos básicos, a saber, el buen pastor,


las ovejas, los falsos pastores o ladrones y los lobos, pero en este análisis nos enfocamos
en dos grupos que regulan el dinamismo de los diversos grupos.

En este discurso salta el antagonismo entre el buen pastor, el cual es único y mantiene un
trato intimo con sus ovejas, por este motivo es que se conocen íntimamente. Son
múltiples las referencias bíblicas en términos de alianza, mismo que también es utilizado
en el IV evangelio. Por este motivo el buen pastor es aquel que está dispuesto a hacer
alianza con sus ovejas.

La relación del buen pastor es una relación que se basa en la comunicación, por lo que
se puede deducir que el pastor es el Padre, que entra en comunicación con su rebaño por
medio de la puerta (Jesús) que al mismo tiempo es la voz del pastor. En este sentido los
discípulos conocen al Padre porque escuchan su voz que le revela, en palabras de la
comunidad Juanica, solo pueden conocer al Padre aquellos que conocen a su logos.

Otra característica de esta relación es que en ella los que son propiedad del pastor se
sienten protegidas, pero no encerradas, por el contrario andan libremente, sin estar
atados por la ley y en esta relación encuentran alimento, ¿podría ser entendido como la
Palabra que alimento o como referencia eucarística? Sería una cuestión para otro
momento.

En perspectiva eclesiológica podemos anotar que las características del pastor leídas en
el contexto de la alianza, pueden ser entendidas en relación con el Padre que ama y por
este motivo se da a conocer a los suyos a través de Jesús (Cf. Jn. 14, 8-11) esta alianza
repercute en la comunidad y al mismo tiempo la identifica como una comunidad que sabe
reconocer a Jesús en medio suyo y les hace ser una comunidad libre ante la ley, que se
alimenta de Cristo mismo y que por tener este alimento es una comunidad generadora de
vida plena y unida, ya que el lobo no puede dispersarles.

Con respecto a los ladrones o los no pastores, hay que señalar en primer lugar que
existen varios, en oposición al único buen pastor. Estos se caracterizan por no acercarse
a la comunidad a través de Jesús que es la puerta, sino que se acercan a la comunidad
para aprovecharse de ella, las palabras que ellos usan son desconocidas para el rebaño,
puesto que en ellos no está el amor que realiza la presencia trinitaria en el sino del
rebaño.

Los frutos de estos no pastores, como lo reconoce también la primera carta de Pedro, son
el robo de los bienes de la comunidad, ya que estos no pastores se creen en el derecho
de dirigir a la comunidad y por este servicio que es propio del buen pastor, exigen a
cambio ser mantenidos sin dar nada a la comunidad. Otro fruto es que sus acciones
provocan la muerte de la comunidad, es decir, que les aparta de la vida verdadera
otorgada por Jesús, haciendo que se pierdan del rumbo ¿pudo haber sido el caso de los
secesionistas? Es posible, pero no es este el lugar para discutirlo. Por fin, el último fruto
de estos no pastores es la destrucción de la comunidad que se dispersa; al no encontrar
al logos, a quien pertenecen, provocando que cada oveja busque al pastor por su rumbo,
separándose del rebaño lo llevan a la dispersión hasta destruir al único y gran rebaño.

Ahora bien, la relación del rebaño con estos no pastores es una relación impersonal,
estos ladrones no conocen por su nombre a cada oveja, puesto que no son de este redil,
de esta comunidad, sino que van de comunidad en comunidad, presentándose como
profetas o misioneros, por este motivo no tiene relación íntima con cada comunidad y sus
palabras causan confusión en los discípulos que no reconocen sus enseñanzas con lo
que han recibido por los testigos directos.

Otro escándalo que provoca la relación de los no pastores con el rebaño, está en su
testimonio, ya que los ladrones incitan a los miembros de la comunidad a darlo todo por
ellos, pero ellos les esclavizan con sus “mandamientos” que exigen que la comunidad los
proteja pero ante las persecuciones que se sobrevienen sobre la comunidad ellos huyen y
no dan testimonio de su pertenencia a Jesús, esta actitud es motivo de dispersión y
desunida.

Es más, cuando la comunidad se escandaliza por su relación con estos no pastores es la


que atrae al lobo y lo introduce en el dinamismo del relato, el lobo (que también actúa en
manada) contrario al rebaño es la causa de la dispersión, el lobo es el culpable de que
los discípulos no permanezcan unidos a la vid.

Implicaciones concretas para la comunidad.

Llegados a este punto podríamos hacernos una pregunta clave, ¿Qué implicaciones
tenían estas palabras para que la comunidad Juanica las mantuviese hasta la redacción
final? A lo que podemos contestar, por ahora señalando dos implicaciones concretas para
la comunidad.

Primero, esta perícopa nos dice que “cuando ha sacado todas sus ovejas, empieza a
caminar delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz” (V.4). Este
versículo está en clave de discipulado, el cual era sumamente estimado por la comunidad
juanica, pero aporta un elemento que reencontraremos en el capítulo 13, el auténtico
discípulo hace lo que ve hacer a su maestro, por lo que el pastor que va delante de las
ovejas y ofrece su vida, lo hace para darles ejemplo y ellos deben hacer como ha hecho el
pastor, es decir, dar la vida por amor al Padre, al cual conocen por su Palabra, por su
voz.

Este mismo versículo puede ser leído en clave exódica, la cual llenaría de esperanza la
situación de persecución y expulsión que estaba viviendo la comunidad, y motivaría a
hacer lo que ha visto hacer al maestro con alegría, pues él que es el buen pastor va
delante de su rebaño y le conduce a pastos nuevos, donde apacentara a sus ovejas en
libertad y con alimento abundante. Un nuevo éxodo, una nueva alianza, una nueva tierra
prometida.

En segundo lugar, podemos leer el discurso del buen pastor como una exhortación para la
comunidad, que la invita a mantenerse siempre unida, a abrazar en su seno a los
paganos que se van agregando, por la predicación del evangelio, y a cuidarse de los
ladrones y los no pastores, que provocarían dispersión en la comunidad, por lo que podría
pensarse que ya algunas comunidades se habrían dispersado y separado del seno de la
comunidad, por lo que esta exhortación es sumamente importante para poder mantener
en guardia a las comunidades que aún se mantenía fieles.

Permanecer en el contexto de “la hora.”

Si algo queda claro en la parábola de la vid, que es el discípulo de Jesús no puede ir y


venir de un lado a otro, como podría ser el caso de cripto-cristianos o inclusive de los
discípulos de Juan el Bautista, el discípulo que es de los del Señor, permanece en todo
momento junto al maestro. Y es interesante contraponer este discurso con el momento de
“la hora”; ya que el evangelio de San Juan es el único evangelio que da un hecho practico
de esta permanencia en el momento de la pasión, este a diferencia de los sinópticos
coloca a los discípulos en relación directa con el Jesús durante los hechos de la pasión.

Llama la atención que en este evangelio, Jesús es el que ruega que dejen ir a los que le
siguen, pero el “ir” de ellos es un seguimiento del maestro, en palabras del discurso de la
vid, el ir de los discípulos está en clave de permanencia, la comunidad estará donde se
encuentre el maestro. En contraposición con los sinópticos esta inclinación de los
discípulos del IV evangelio, se constata en que en Juan en la cercanía de la cruz, en la
intercalación de escenas entre el interrogatorio de Jesús, por parte del sumo sacerdote, y
las negaciones de Pedro y en un versículo que llama la atención, ya que en el IV
evangelio Jesús ruega por que dejen ir a los demás, y el escritor asegura que ello lo dijo
para no perder a ninguno de los que había recibido. A diferencia de los sinópticos, en los
que los discípulos dejan solo a Jesús, abandonándolo y huyendo, los que le siguen lo
hacen a distancia, manteniendo sus seguridades. Marcos y Mateo verán en esta reacción
de los discípulo el cumplimiento de las escrituras que dicen “heriré al pastor y se
dispersaran la ovejas” (Za. 13,8)

Juan por el contrario les hace permanecer hasta el final, y tal vez el versículo más
interesante los encontramos en el capítulo 18 “interroga a los que escucharon lo que he
dicho” (V.21b). Que no es esta actitud la propia de un discípulo, es decir, escuchar lo que
ha dicho el maestro y estar en capacidad para corroborar sus palabras. Si es así podemos
deducir que en el interrogatorio de Jesús los discípulos permanecen junto a su vid, y dan
testimonio en su favor.

Permanecer en perspectiva eclesiológica.

La imagen de la vid es, entre otras, una imagen comúnmente utilizada en Israel para
referirse al pueblo en general el cual está bajo el cuidado de Dios, a quien pertenece.

Si leemos el discurso de la vid en esta misma línea, debemos de inclinar nuestra atención
a los frutos que produce esta vid, ya que cuando se utiliza este imagen para referirse a
Israel, se tiende a señalar por lo general al escaso fruto, o al abundante fruto amargo que
produjo, este fruto amargo provoca en Dios un “descuido” que hace que la vid tenga que
sobrevivir por sí misma, tal vez el salmo 80 es una de las más bellas expresiones de esta
concepción.

Sin embargo el discurso de la vid ofrece un elemento nuevo, esta nueva vid, produce
frutos abundantes, y por la respuesta del viñador, que no la abandona, debemos deducir
que estos frutos son dulces.

Ahora bien, al ver con detenimiento el texto descubrimos que este fruto no proviene del
sarmiento sino que es propiedad de la vid, si este fruto es dulce, lo es gracias a la savia
que le comunica la vid a los sarmientos.

Permítaseme insistir en un aspecto que considero importante en nuestra reflexión, y es


que la única manera de recibir la savia (el Espíritu) es por medio de la comunicación, de
ahí que se insista en la permanencia de la palabra, que es la que posibilita la
comunicación (la permanencia en la palabra aparece 4 veces en estos 11 versículos).

Volviendo al discurso hay que señalar que no todo sarmiento está en comunicación con la
vid, aunque todavía este unida a la misma, esta incomunicación es la que imposibilita dar
frutos abundantes, y si diera frutos deberíamos inclinarnos a pensar que dichos frutos
serían amargos, puesto que la savia no es abundante en él.

En este caso el trato es diferenciado en la comunidad, los que permanecen unidos pero
no dan fruto, por un lado, son cortados y echados fuera, es posible que no por obra de la
comunidad, sino que no encontrando vida en ella, se dispersan hasta que la abandonan
por completo (semejante al proceso de secado de una rama, la cual no se seca de una
vez sino que es un proceso). Por otro lado, los que dan fruto son en perseguidos,
expulsados y repudiados por el mundo, esta realidad de la comunidad del discípulo
amado se plasma en este discurso con la referencia a la limpieza, están limpios por la
palabra que han escuchado, y por esta misma palabra son expulsados del mundo.

Permítaseme insistir en que la permanencia, no es un simple estar permanentemente


con… de forma pasiva, sino que debe ser entendido como estar permanentemente en
comunicación con… entrando de esta manera en la dinámica de amor que comunica a
los sarmientos el fruto de la vid.

Es obvio que la vid, produce uvas y no puede producir higos, por lo que se nos hace
necesario plantearnos cuál es el único fruto que produce esta vid, y en este punto las
hipótesis pueden y son abundantes, según la experiencia de cada individuo, pero
personalmente me inclinaría a pensar que el gran y único fruto de esta vid es la vida, por
este motivo la glorificación del Padre en “la hora” no es el sacrificio de la cruz, sino la vida
que atrae a todos hacia aquella vid que se levanta entre cielo y tierra, en este sentido el
fruto abundante que esta vid comunica a sus sarmientos, presentes también en aquella
hora, es la vida abundante, fruto que es dulce si se vive en la comunicación, por medio de
la Palabra, del amor del Padre y la alegría-paz plena.

Resumiendo la permanente comunicación dinámica con el Padre por parte de la


comunidad le permite recibir la savia del Espíritu que les hace portadores del fruto de la
vid, fruto que es la vida abundante. Esta conclusión vista por la comunidad en su realidad
concreta. Le permitió permanecer firme y afrontar todas las circunstancia que se les
venían encima con alegría y paz, sintiéndose amados por el Padre, a través del Hijo, por
medio del Espíritu.

Implicaciones para la comunidad.

Desde este discurso, me gustaría señalar dos implicaciones concretas que la comunidad
del IV evangelio pudo haber deducido.

1. La permanencia con Jesús, no era un simple pertenecer a la comunidad, sino que


conlleva una actitud dinámica, que consiste en una permanente comunicación con
el Padre, comunicación que se da por medio del logos, esta comunicación facilita
el conocimiento de los sarmientos con su labrador, reconocer el tiempo propicio
para dar fruto.

2. El discípulo que permanece de esta manera en la comunidad y en Jesús da como


fruto vida abundante1, la cual se caracteriza por el amor a todos los que le rodean
y por la alegría que irradia al sentirse amado por Dios. Esta manifestación en
medio de la realidad en la que se encontraba le faculta y le identifica como
discípulo (sarmiento) del maestro.

Relación del contenido entre ambos textos y repercusiones en la eclesiología


actual.

Quisiera dedicar este último apartado, para realizar, a manera de conclusión, la relación
que tienen el texto del buen pastor con el discurso de la vid. E iniciaría opinando que la
relación más íntima de estos textos se encuentra en el momento de “la hora”, en la cual
desembocan.

1
La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos.
Visto desde aquí y en perspectiva eclesiológica considero que ambos textos señalan, que
“la hora” no es un arrebato de vida, muy por el contrario es la comunicación de la vida en
su máxima expresión. La esencia divina es la vida y la vida compartida, por lo que su
gloria no puede, bajo ninguna circunstancia, ser vista como privación de la vida. Por lo
que el buen pastor que da la vida y la recobra para rescatar la vida de sus ovejas es
también la vid que hace que sus sarmientos den como fruto esta misma vida que él ha
dado, “les he dado ejemplo para que ustedes hagan como he hecho yo” Jn. 13, 15.

Esta vida es única, como solo uno es el pastor, por lo que para participar de ella es
necesario que el rebaño sea uno, que los sarmientos permanezcan unidos a la vid y es
por este motivo que en el IV evangelio los discípulos no se dispersan a la hora de la
pasión sino que permanecen cerca de la cruz.

Esta unidad se hace palpable en la relación íntima que la comunidad tiene con el Padre, y
por la cual llega a conocerlo, esta relación solo puede ser posible a través del logos, que
es palabra viva y vivificante del Padre, esta comunicación es incesante y permite que las
ovejas reconozcan la voz del pastor, ya que el permanece con ellas y viceversa, el
desconocimiento de los no pastores y la escases de frutos en la vid, es porque esta
comunicación viva no es efectiva, en otras palabras no hay permanencia dinámica entre
ellos.

Por último, la permanencia de las ovejas con su pastor o con la vid, provoca la unidad de
la comunidad, por tal motivo los miembros de la comunidad no solo conocen al Padre, por
medio de su palabra, también se conocen entre ellos, este conocimiento se hace visible
por medio del amor entre los hermanos, amor por el cual el Padre y el Hijo vienen a
habitar en los discípulos y viceversa. La entrega del Espíritu en el momento de “la hora”
es, en este sentido, la reafirmación del conocimiento del Padre, que se llena de gloria al
otorgar la vida que es el fruto de la vid.

En resumen, la relación entre el permanezcan con yo soy el buen pastor, es una relación
dinámica, por la que Jesús lleva al conocimiento del Padre a todos aquellos que
permanecen en unidad con él y con la comunidad, distinguiéndose por el amor y
comunicando, por este medio, vida abundante.

Por fin, que tiene que enseñarnos esta relación en la eclesiología actual, es cierto que
desde el Vaticano II, la eclesiología ha cambiado radicalmente, pero es evidente que su
radicalidad no ha llegado a concretarse en la práctica eclesial, a pesar de los intentos
maravillosos que los pontífices posteriores al concilio, han puesto en marcha.

En este sentido, la eclesiología actual debería enfocarse en la relación con el Padre, pero
una relación familiar y amorosa, como la que es palpable en la relación con el Pastor y las
ovejas o la de la vid y sus sarmientos. Por qué es necesario recordar esto, porque es
cierto que la Iglesia nunca ha olvidado que Jesús nos lleva al Padre, la relación que ha
imperado desde la edad media es contraria a la manifestada por la comunidad juanica, ya
por ejemplo, la relación entre Dios y su nuevo pueblo es una relación de reyes y súbditos,
en la que el pueblo se acerca a Dios con temor, y cumple sus mandamientos para evitar
el castigo que puede traer consigo su incumplimiento.

Este trato familiar y amoroso entre Dios y su pueblo, es el que surge cuando el pueblo
que peregrina permanece en unidad.

Das könnte Ihnen auch gefallen