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Nikita Khrushchev

Carta a Fidel Castro


30 de octubre de 1962

Redactado: 30 de octubre de 1962 en ocasión de la llamada "Crisis de los Misiles". En esta carta
el lider sovieto ofrece ayudar a Cuba a defenderse frente a la agresión norteamericana.
Fuente para la presente edición: Crisis de Octubre. Cartas entre Castro y Jrushchov, en
CubaNet.org.
Esta edición: Marxists Internet Archive, noviembre de 2011. Adaptado para marxists.org por
Juan R. Fajardo.
Derechos: CubaNet, se permite su reproduccion "mientras se mantenga la fidelidad de lo escrito".
Al citar el documento favor de nombrar a CubaNet como la fuente original del documento digital.

30 de octubre de 1962

Estimado camarada Fidel Castro:

Hemos recibido su carta del 28 de octubre, junto con los informes de las c onversaciones que usted y
el presidente Dorticós tuvieron con nuestro embajador.

Comprendemos su situación y tomamos en cuenta sus dificultades en este primer estadio después de la
eliminación de la máxima tensión resultante de la amenaza de un ataque por parte de los imperialistas
americanos, que usted esperaba en cualquier momento.

Comprendemos que puede haber surgido ciertas dificultades para usted, como consecuencia de las
promesas que hicimos a Estados Unidos de retirar las bases de cohetes de Cuba a cambio de su promesa
de abandonar sus planes para invadir a Cuba, e impedir que sus aliados del hemisferio occidental lo
hagan, para terminar su llamada "cuarentena" -su bloqueo a Cuba. Este compromiso ha conducido al
final del conflicto en el Caribe, un conflicto que implicó, como usted puede comprender bien, una
confrontación entre superpotencias y su transformación en una guerra mundial donde se hubieran usado
cohetes y armas termonucleares. Según nuestro embajador, algunos cubanos sienten que el pueblo
cubano preferiría otro tipo de declaración, que no tratara la retirada de los cohetes. Es posible que esos
sentimientos existan entre el pueblo. Pero nosotros, políticos y jefes de estado, somos los líderes del
pueblo, y el pueblo no lo sabe todo. Es por eso que debemos marchar delante del pueblo. Entonces, el
pueblo nos seguirá y nos respetará.

Si, entregándonos a los sentimientos populares, nos hubiéramos permitido dejarnos arrastrar por los
sectores más inflamados del populacho, y si nos hubiéramos negado a lograr un acuerdo razonable con el
gobierno de EUA, hubiera estallado la guerra, que hubiera traído como resultado millones de muertes.
Los sobrevivientes hubieran culpado a los líderes por no haber tomado medidas para impedir esta guerra
de exterminio.

La prevención de la guerra y de un ataque a Cuba no dependió solamente de las medidas tomadas por
nuestros gobiernos, sino del análisis y examen de las acciones del enemigo cerca de su territorio. En
pocas palabras, había que considerar la situación en su conjunto.

Alguna gente dice que no consultamos unos con otros suficientemente antes de tomar la decisión que
usted conoce.

En realidad, consideramos que las consultas tuvieron lugar, querido comandante Fidel Castro, dado
que recibimos sus cables, cada vez más alarmantes, y finalmente su cable del 27 de octubre en el que
usted decía que estaba casi seguro de que era inminente un ataque contra Cuba. Según usted, era sólo
cuestión de tiempo: 24 ó 72 horas.

Cuando recibimos este muy alarmante cable suyo, y conociendo su valentía, creímos que la alerta
estaba totalmente justificada.

¿No fue eso consultas por su parte? Nosotros interpretamos ese cable como una señal de máxima
alerta. Pero si hubiéramos llevado a cabo nuestras consultas en tales condiciones, sabiendo que los
belicosos y desenfrenados militaristas de Estados Unidos querían agarrar la ocasión para atacar a Cuba,
hubiéramos estado perdiendo nuestro tiempo y el ataque hubiera tenido lugar.

Creemos que la presencia de nuestros cohetes estratégicos en Cuba ha polarizado la atención de los
imperialistas. Ellos tenían miedo que fueran usados, por lo que se arriesgaron a querer eliminarlos,
bombardeándolos o invadiendo a Cuba. Y debemos reconocer que ellos tenían la capacidad para actuar.
Es por ello, repito, que su sentimiento de alarma estaba totalmente justificado.

En su cable del 27 de octubre usted propuso que deberíamos ser los primeros en llevar a cabo un
ataque nuclear contra el territorio enemigo. Naturalmente, usted comprende a dónde nos hubiera llevado.
No hubiera sido un simple golpe, sino el comienzo de una guerra mundial termonuclear.

Estimado camarada Fidel Castro, encuentro su propuesta equivocada, aunque comprendo sus razones.

Hemos vivido unos momentos muy graves, una guerra termonuclear global pudo haber estallado. Por
supuesto, los Estados Unidos hubieran sufrido enormes pérdidas, pero la Unión Soviética y todo el
bloque socialista también hubieran sufrido grandemente. Es difícil decir cómo hubieran terminado las
cosas para el pueblo cubano. Ante todo, Cuba se hubiera quemado en los fuegos de la guerra. Sin duda el
pueblo cubano hubiera luchado valientemente pero, también sin duda, el pueblo cubano hubiera perecido
heroicamente. Luchamos contra el imperialismo, no para morir, sino para usar todo nuestro potencial,
perder lo menos posible y más tarde ganar más, vencer y hacer triunfar el comunismo.

Las medidas que hemos adoptado nos han permitido alcanzar el objetivo que establecimos cuando
decidimos enviar los cohetes a Cuba. Hemos obtenido de Estados Unidos el compromiso de no invadir a
Cuba y de no permitir que sus aliados latinoamericanos lo hagan. Hemos logrado todo esto sin una
guerra nuclear.

Nosotros creemos que debemos aprovechar todas las posibilidades para defender a Cuba, para
fortalecer su independencia y soberanía, para impedir la agresión militar, y para evitar una guerra
termonuclear global en esta etapa.

Y hemos triunfado.

Por supuesto, hemos hecho concesioones, hemos hecho algunos compromises. Hemos actuado bajo el
principio de concesines recíprocas. Estados Unidos también ha hecho concesiones, se ha comprometido
públicamente, ante el mundo entero, a no atacar a Cuba.

Por lo tanto, si comparamos un ataque de E.U. y una guerra termonuclear por una parte, y por otra
parte los compromisos hechos: las concesiones mutuas, la garantía de la inviolabilidad de la República
de Cuba, y la evitación de una guerra mundial, entonces yo creo que las conclusiones son claras.

Naturalmente, en la defense de Cuba y otros países socialistas no podemos confiar en la promesa de


E.U. (de no invadir a Cuba). Hemos tomado, y continuaremos tomando, todas las medidas necesarias
para fortalecer nuestras defensas y acumular las fuerzas necesarias para llevar a cabo una respuesta. En
este momento, con las armas que hemos dado a Cuba, es capaz de defenderse por sí misma más que
nunca. Incluso después del desmantelamiento de las bases de cohetes ustedes tienen un armamento
suficiente poderoso para rechazar al enemigo por tierra, mar y aire cerca de su territorio.

Más aún, como usted recordará, afirmamos en nuestro mensaje al presidente de los Estados Unidos el
28 de octubre que "deseamos al mismo tiempo asegurar al pueblo cubano que estamos de su parte y que
no abandonaremos nuestra responsabilidad de ayudar al pueblo cubano". Es claro para todo el mundo
que ésta es una muy seria advertencia que hemos enviado al enemigo.

Usted afirmó en las reuniones que no se puede confiar en los E.U. Por supuesto, usted tiene razón.
Nuestras declaraciones sobre las condiciones de negociación con los Estados Unidos son igualmente
correctas. Derribar un avión de E.U. sobre territorio cubano fue a la postre un acto útil, porque terminó
sin complicaciones. Es una lección para los imperialistas. Por supuesto, nuestros enemigos interpretarán
los hechos a su manera. La contrarrevolución cubana también intentará levantar cabeza. Pero creemos
que usted tiene un control total sobre el enemigo interno sin nuestra ayuda. Lo más importante que
hemos logrado es detener, por ahora, un ataque de los enemigos externos.

Consideramos que el agresor ha sufrido una derrota. Estaba preparando un ataque a Cuba, pero lo
detuvimos y lo hemos obligado a prometer al mundo que no lo hará en este momento. Creemos que ésta
es una gran victoria. Por supuesto, los imperialistas no dejarán de luchar contra el comunismo. Pero
nosotros tenemos también nuestros planes, y tomaremos nuestras decisiones. Este proceso de lucha
durará mientras existan en esta tierra dos sistemas sociopolíticos, hasta que uno de los sistemas, y
sabemos que será nuestro sistema comunista, triunfe en todo el mundo.

Camarada Fidel Castro, hemos decidido enviarle esta respuesta lo más rápido posible. Haremos un
análisis más detallado de lo que ha ocurrido en una carta que le enviaremos pronto. En esa carta haremos
un análisis más profundo de la situación y le daremos nuestra opinión sobre los resultados del arreglo de
la crisis.

En este momento están comenzando las negociaciones para un arreglo y le pedimos nos comunique su
posición. Nosotros, por nuestra parte, lo mantendremos informado sobre el progreso de las
negociaciones y haremos las consultas necesarias.

Camarada Fidel Castro, le deseamos todo el éxito posible, y estoy seguro de que usted lo alcanzará.
Existen aún maquinaciones contra usted. Pero con usted tenemos la intención de dar todos los pasos
necesarios para eliminarlas y contribuir al fortalecimiento y desarrollo de la Revolución Cubana.

Nikita Khrushchev

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