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RELACIÓN ENTRE EL LAGO DE MANAGUA (NICARAGUA) Y LAS AGUAS

SUBTERRÁNEAS DE SU ENTORNO

Antonio Plata Bedmar (*), Luis Araguás Araguás (**), Juan Avilés García (***), Ramón Peña Martínez
(****)

RESUMEN
La posible intrusión de agua contaminada del lago de Managua en los acuíferos que lo rodean ha sido
estudiada utilizando técnicas químicas e isotópicas (deuterio, 18O, tritio y 14C). Estos acuíferos se utilizan
para abastecimiento a la población y, en las zonas de explotación, tienen niveles piezométricos más bajos
que el nivel del lago. El riesgo de intrusión aumentó considerablemente como consecuencia del fuerte
incremento de este último nivel (unos 4 metros) producido por el huracán Mitch en Octubre de 1998. Se
han utilizado datos químicos e isotópicos obtenidos en diferentes campañas desde el año 1985 hasta 1999.
Los resultados obtenidos indican que las aguas subterráneas que se extraen en las proximidades del lago
de Managua (zonas de Las Mercedes, Tipitapa, Chiltepe y laguna de Asososca) no contienen hasta el
momento actual fracciones significativas de agua procedente de dicho lago. Ello se explica por la
colmatación del fondo de este último por los sedimentos depositados. Sin embargo, las concentraciones de
tritio y de carbono-14, así como las características hidroquímicas de las aguas subterráneas indican que los
acuíferos explotados son de libre recarga en la mayoría de los puntos y, por tanto, vulnerables a
contaminación derivada de actividades industriales y urbanas en la zona.

ABSTRACT. The possible intrusion of polluted waters from the Managua lake into the surrounding aquifers
has been studied by applying isotope ( 2H,18O,T and 14C) and hydrochemical techniques. Groundwater
exploited from these aquifers is mainly used for water supply. The concern for water intrusion derives from
the fact that local piezometric levels in several well fields are lower than the lake level. The risk of intrusion
increased significantly as a consequence of the sharp increase in the lake level (about 4 m) due to the
effects of the Mitch hurricane in October 1998. Isotope and hydrochemical contents measured in
groundwater samples since 1985 until 1999 have been used in this assessment. The results obtained
indicate that groundwater exploited in the vicinity of the Managua lake (Las Mercedes, Tipitapa, Chiltepe
and Asososca lake areas) do not contain, until now, significant fractions of lake Managua waters. This is
explained by the progressive siltation of the bottom of the lake by sediments. However, tritium and
carbon-14, as well as hydrochemical contents of local groundwater, indicate that the aquifer can be
considered as phreatic in most areas and therefore, vulnerable to pollution derived from urban and
industrial activities in the area.

PALABRAS CLAVE: Nicaragua, Agua Subterránea, Hidrología Isotópica, Lago Managua

INTRODUCCIÓN

El lago de Managua (también conocido como lago Xolotlán) está situado en las
proximidades de la ciudad del mismo nombre, capital de Nicaragua. El lago tiene una
superficie de 1050 km2, con 58 km de longitud máxima y 32 km de anchura máxima.
El volumen del agua almacenada gira en torno de 10 10 m3, lo que da una profundidad
media de unos 9,5 metros. La profundidad máxima es de unos 30 metros. El lago se
encuentra enclavado, en su mayor parte, en una formación de materiales volcánicos y
ocupa parte del graben de Nicaragua. Hasta 1910, el lago descargaba a través del río
Tipitapa en el lago de Nicaragua, cuyas dimensiones son mucho mayores y que tiene
un nivel del agua situado unos 9 metros más bajo. La conexión hidráulica se
interrumpió en el año indicado debido al descenso de nivel del lago de Managua y ha
sido restablecida recientemente como consecuencia de la elevación de nivel del lago,
producida por el huracán Mitch, que afectó severamente a varios países de la zona a
finales de 1998. Dicha elevación del nivel de las aguas ha sido de unos 4 metros.

La formación donde se encuentra enclavado el lago constituye el acuífero denominado


"Las Sierras de Managua". En realidad la mayor parte de la descarga del acuífero se
produce a través de la evaporación en el propio lago. Un balance hídrico del lago
realizado recientemente (Rozanski, 1999), indica que las mayores aportaciones de
agua al lago están constituidas por agua subterránea (~1.850 Hm3/año), frente a
~1200 Hm3/año aportados por la precipitación directa y la escorrentía. La evaporación
(~2.150 Hm3/año) y salidas de agua subterránea (900 Hm3/año), constituyen las
salidas del sistema.

El agua de este acuífero es


explotada por numerosos
pozos para abastecimiento a la
ciudad de Managua, muchos
de los cuales se encuentran
localizados a escasa distancia
del lago. El agua subterránea
constituye casi el 100% del
agua utilizada para
abastecimiento. Entre estos
últimos destacan los campos
de pozos situados en el
polígono industrial existente
entre el lago de Managua y la
laguna de Asososca, así como
en las zonas de Chiltepe,
Tipitapa y Las Mercedes (figura
1). El agua extraída de este
último campo es utilizada de
forma importante para el
abastecimiento de una buena
parte de la población de
Managua.

 Figura 1. Situación de los principales puntos de agua mencionados en el texto en las inmediaciones del lago de
Managua.

 Aparte de los campos de pozos mencionados anteriormente, existen en las


proximidades del lago de Managua varias lagunas pequeñas, que corresponden, en su
mayoría, a conos de eyección de volcanes extinguidos. Entre estas lagunas, destaca la
laguna de Asososca, antes mencionada, la cual se encuentra situada a unos 2 km de
distancia del lago de Managua. El agua de esta laguna se viene utilizando desde el año
1930 para abastecimiento a la población de Managua. Se trata de una laguna de
aproximadamente 1 km de diámetro y una profundidad máxima comprendida entre 90
y 100 metros. La extracción de agua ha ido creciendo con el tiempo desde
3,8x104 m3/dia en 1930 hasta ~105 m3/dia al comienzo de la década de los años 90.
En los últimos años, dicha extracción ha decrecido debido a la explotación de otras
fuentes alternativas (pozos del acuífero de las Sierras de Managua). En 1933, el nivel
del agua de la laguna era unos 4 metros más alto que el del lago de Managua. Debido
al aumento de la extracción de agua, ambos niveles se equilibraron en 1967. El
descenso del nivel de la laguna fue aumentando en los años siguientes llegando a un
valor unos 5 metros más bajo que el del lago antes de producirse el huracán Mitch y
de unos 8 metros con posterioridad al mismo.

En estas condiciones existe un determinado riesgo de que se produzca la intrusión de


agua del lago de Managua a la laguna de Asososca. La evaluación de este riesgo es
uno de los objetivos del estudio presente. Además de la posible relación entre las
aguas de los dos lagos, se han llevado a cabo numerosos estudios hidrogeológicos para
evaluar el posible riesgo de contaminación de las aguas de la laguna de Asososca por
posible intrusión de aguas contaminadas derivadas del polígono industrial que existe a
entre los dos lagos (Bethune et al., 1996).

El estudio de la relación entre el lago de Managua y las aguas subterráneas de su


entorno se justifica, básicamente, por el elevado grado de contaminación del agua
almacenada en el mismo. Dicha contaminación procede de los vertidos de aguas
residuales de diversas fuentes, entre las que destacan las plantas industriales del
polígono industrial localizado entre el lago y la laguna de Asososca (refinería de
petróleo y fábricas de cloro, cemento, pesticidas, etc.), aguas residuales de un
matadero industrial y de industrias de curtiembres, aguas residuales de la población de
Managua (más de 100.000 m3/dia, productos de lixiviación de las basuras municipales
vertidas en el lago, aguas residuales de la Planta Geotérmica Momotombo para
producción de energía eléctrica y contaminantes de tipos diversos aportados por los
ríos que descargan en el lago. Por ejemplo, se ha publicado que, hasta el año 1979, se
habían vertido al lago unas 25 toneladas de mercurio. El pH del agua del lago subió de
7,9 en 1933 a 9,4 en el momento actual.

El estudio ha sido realizado a través de diferentes campañas de medida y de muestreo


llevadas a cabo entre 1985 y 1999. Los trabajos fueron iniciados por A. Plata dentro
del marco de un Proyecto de Cooperación Técnica subvencionado por el Organismo
Internacional de Energía Atómica (OIEA) dependiente de Naciones Unidas y que tiene
su sede en Viena (Austria). Parte de los resultados a los que se hace referencia han
sido publicados previamente (A. Plata et al., 1994).

2. CONSIDERACIONES GEOLÓGICAS E HIDROGEOLÓGICAS

La información geológica e hidrogeológica disponible para la zona del estudio no es


muy abundante. Existe un número limitado de estudios con la descripción geológica y
litológica detallada del acuífero de las Sierras de Managua, salvo los trabajos de Zoppis
Bracci y del Guidice, (1958), Kuang, (1971) y Aoyama (1993). Incluso, no se conoce
con exactitud la potencia del acuífero. El pozo más profundo perforado en la zona de la
laguna de Asososca, con 185 metros de profundidad, no llegó a alcanzar el substrato
del acuífero. Se especula que el acuífero alcanza profundidades mayores de 500
metros en las zonas próximas al lago de Managua. El substrato de la formación
acuífera, según los trabajos antes citados, está formado por materiales calcáreos y
esquistos del Terciario.

El acuífero está formado por depósitos piroclásticos semiconsolidados de hasta 400-


600m de potencia y edad Pleistoceno, que además incluyen cenizas volcánicas,
ignimbritas lapilli, tobas, pumitas, etc. Se trata de materiales de muy alta
permeabilidad, aunque existen localmente acuíferos colgados de pequeña entidad. El
acuífero en sus conjunto se considera libre, aunque la recarga principal se encuentra
en la zonas más montañosas, donde la precipitación es superior. Por encima de los
materiales piroclásticos se encuentran depósitos de escasa potencia de materiales
aluviales y coluviales del Pleistoceno Superior y Holoceno, los cuales se encuentran
irregularmente distribuidos.

El intensa actividad tectónica y volcánica


de la zona ha producido varias
alineaciones N-S de cráteres de cenizas
que posteriormente han colapsado,
dando lugar a varias lagunas próximas
al lago de Managua (figura 2). En el
entorno de la laguna de Asososca se
encuentran los aglomerados basálticos y
piroclástos, así como los materiales
coluviales de reciente desarrollo. En el
entorno de las estructuras volcánicas
más relevantes se encuentran
materiales muy permeables que
permiten la existencia de acuíferos muy
productivos (pozos con caudales
promedio de hasta 80 l/s). La figura 3
muestra un corte geológico a lo largo de
una dirección N-S, atravesando varios
de los edificios volcánicos colapsados,
que han dado lugar a las lagunas.

 
Figura 2. Extracto del mapa hidrogeológico de Managua, mostrando el marco hidrogeológico en la proximidades del
lago de Asososca. Las formaciones de color verde corresponden a aglomerados basálticos de edad Plio-Pleistoceno.
Las formaciones de flujos piroclásticos holocenos se presentan de color violeta. Finalmente, los materiales aluviales
de relleno se encuentran de color amarillo.
Figura 3. Corte hidrogeológico (en el sentido S-N en la figura 1) desde la Sierra de Managua hasta el lago de
Xolotlán (Managua), atravesando las lagunas de Nejapa y Asososca.

Por razones obvias, se acepta que todos los acuíferos que circundan el lago de
Managua, incluyendo el acuífero Las Sierras de Managua, descargan en este cuerpo de
agua. Aparte de la descarga de estos acuíferos, el lago recibe de los ríos que
descargan en él unos 300-700 hm3/año, entre los que destaca el río Grande, y unos
900 hm3/año como consecuencia de la precipitación directa sobre el lago. La
evaporación potencial de éste ha sido estimada en 1.990-2.050 mm/año (C.J. Reyes
García , 1977; Rozanski, 1999).

Los ensayos de bombeo realizados en la zona proporcionaron valores de la


permeabilidad comprendidos entre 15 y 62 m/d. Los caudales específicos medios de
los pozos giraron en torno de los 7 l/s por metro de abatimiento. La precipitación
media de la zona oscila entre los 850 y 1050 mm/año.

Por lo que respecta a la laguna de Asososca, el volumen del agua almacenada en la


misma es del orden de 40 hm 3. La laguna no recibe contribución alguna por superficie,
salvo la escorrentía de su escasa cuenca. Un estudio realizado durante el período 1972
a 1977 (Anónimo, 1979) mostró que el nivel del agua de la laguna varía de forma
paralela y sin un desfase significativo de tiempo con el nivel del lago de Managua. Sin
embargo, este resultado no significa que el nivel del agua de la laguna se encuentre
controlado necesariamente por el nivel del lago, puesto que los ciclos de precipitación
pueden ser responsables del paralelismo observado entre los niveles de los dos
cuerpos de agua.

3. TÉCNICAS UTILIZADAS

Como indica el título del trabajo, el objetivo primordial del mismo es estudiar la
relación entre el lago de Managua y las aguas subterráneas que se explotan en los
pozos situados en las inmediaciones del mismo, así como en la laguna de Asososca,
con el objeto de determinar la fracción de agua que, eventualmente, procede del lago
y de evaluar el riesgo de intrusión de esta última agua contaminada en las zonas
explotadas de los acuíferos. Las siguientes técnicas han sido utilizadas para conseguir
este objetivo:

1) Análisis químico de los diferentes tipos de aguas involucradas.

2) Determinación de los isótopos estables del agua deuterio y oxígeno-18.

3) Determinación de la concentración del tritio natural, principalmente, de origen


termonuclear.

4) Datación de las aguas subterráneas por medio del carbono-14.

4. QUÍMICA DEL AGUA

4.1 Medida de la conductividad

La conductividad eléctrica de los distintos tipos de aguas involucradas en el estudio ha


sido medida en las campañas realizadas en 1985 y 1999. Los resultados obtenidos se
muestran en la tabla 1. Por lo que respecta al lago de Managua, se observa que la
salinidad del agua experimentó una disminución considerable entre 1985 y 1999. La
explicación de ello se tiene en los elevados caudales de aguas superficiales de baja
salinidad que llegaron al lago durante el periodo en el que pasó por la zona el huracán
Mitch. La mayor conductividad observada en el lago en la zona situada frente al
polígono industrial, tanto en 1985 como en 1999, se explica por el vertido de aguas
residuales procedente de las firmas ubicadas en el mismo. Estas firmas utilizan, en su
mayor parte, aguas bombeadas del acuífero, que tienen una salinidad menor que las
del lago. Como se verá más adelante, este vertido afecta también a la composición
isotópica del agua (concentraciones de deuterio y oxígeno-18).

La conductividad del agua de la laguna de Asososca se ha mantenido durante el


período 1985 a 1999 en valores muchos más bajos que los mostrados por el lago de
Managua, lo cual sugiere la ausencia de una conexión hidráulica entre ambos cuerpos
de agua. El pequeño aumento de conductividad observado en este período puede tener
explicaciones diferentes, incluyendo, diferentes épocas del año en los que se hicieron
las medidas, cambios en los patrones de flujo o errores de calibrado de los equipos de
medida.

Las aguas de los pozos profundos de la zona industrial y que han sido perforados a
máquina, dieron conductividades muy parecidas a la del agua de la laguna de
Asososca, indicando, asimismo, una ausencia de conexión hidráulica con el lago de
Managua. Lo mismo puede decirse de los pozos de los tres campos de pozos
mencionados: Las Mercedes, Chiltepe y Tipitapa, los cuales se encuentran situados a
sólo varias decenas o centenares de metros de distancia del borde del lago.

Punto de medida Año 1985 Año 1999


Lago de Managua frente al polígono industrial 1635 (2) 930
Lago de Managua en zona restante 1870 (4) 1293 (6)
Laguna de Asososca en superficie 375 503
Laguna de Asososca en el fondo 402 498
Pozos profundos del polígono industrial 440 (3) 530 (3)
Pozo del campo Las Mercedes 520 569
Pozo del campo de Chiltepe 590 617
Pozo del campo Tipitapa 575 581

Tabla 1. Conductividad eléctrica de diferentes puntos de agua. Valores expresados en m S/cm para una
temperatura de 25° C. Las cifras entre paréntesis indican el número de datos promediados, en caso de ser más de
uno.

Por otra parte, la figura 4 muestra la


distribución de los valores de
conductividad de las aguas
subterráneas y superficiales (lagunas
de Asososca y Acahualinca y lago de
Managua) medidos en 1985 en la zona
donde se encuentra el polígono
industrial antes mencionado. Los pozos
existentes en este polígono mostraron
conductividades muy variables que
oscilaron entre 0,4 y 2,69 mS/cm.
Los valores más elevados de la
conductividad se deben, fundamentalmente, a la contaminación de las aguas
subterráneas por los vertidos atmosféricos de gases clorurados de carácter ácido
realizados regularmente por una industria del polígono.

Figura 4. Distribución de la conductividad del las aguas subterráneas y superficiales en la zona comprendida entre
la laguna de Asososca, el polígono industrial y el Lago de Managua en 1985.

 
Esto quedó plenamente demostrado a través de la correlación existente entre la
conductividad y el pH del agua (Plata et al., 1994): las aguas de mayor conductividad
presentaban valores del pH más bajos y concentraciones más elevadas del ion cloruro.
Las conductividades más bajas correspondían a pozos en los cuales había sido aislado
el llamado acuífero superficial de la zona.

4.2. Composición química del agua

Análisis químicos completos de


los diferentes tipos de aguas
involucradas en el estudio fueron
realizados en el laboratorio del
OIEA en muestras tomadas
durante la campaña de 1985. La
tabla 2 recoge los resultados de
las muestras más
representativas. Por otra parte, la
figura 4 muestra un diagrama de
Piper elaborado con los datos de
la tabla 2 correspondientes a los
componentes mayoritarios.

 
Figura 5. Diagrama de Piper elaborado a partir de los datos de la tabla 2. Los puntos que aparecen al lado de la
muestra PPM-4 corresponden a la laguna de Asososca.

 
El análisis de estos resultados permite hacer las siguientes observaciones:

1) Los pozos PPM-4, PP-21 y PP-25 se encuentran dentro del polígono industrial. Pero
el primero de estos pozos tiene sus filtros localizados en el acuífero profundo mientras
que los otros dos captan, asimismo, las aguas superficiales contaminadas. Ello justifica
la elevada salinidad de estos dos pozos.
2) Las aguas contaminadas de los pozos PP-21 y PP-25 se caracterizan por tener
concentraciones muy elevadas del ión Cl-, originadas por los vertidos de gases
clorurados a la atmósfera.

3) El agua del lago de Managua tiene concentraciones iónicas mucho más elevadas que
las de las aguas subterráneas no contaminadas del acuífero profundo. Dicha agua se
caracteriza por una elevada concentración relativa de los iones alcalinos frente a la de
los iones alcalino-térreos.

4) La concentración de SiO2 en el agua del lago de Managua es mucho menor que en


las restantes aguas subterráneas de la zona. Lo contrario sucede con la concentración
de boro. La elevada concentración de este elemento encontrada en el lago de Managua
debe estar relacionada con el vertido de aguas geotérmicas residuales procedentes de
la Central Eléctrica de Momotombo.

5) La elevada concentración de hierro detectada en el pozos PPM-4 y P-21 está


relacionada con la corrosión por ataque químico de la tubería de revestimiento. Este
pozo llevaba unos 10 años cerrado y sin uso en el momento de tomar la muestra de
agua. Sin embargo, no es coherente tal abundancia de hierro y la presencia de
nitratos, ya que estos iones son incompatibles (el hierro sólo se encuentra en
concentraciones significativas en medios reductores)

6) La composición química del agua subterránea no contaminada de la zona del


polígono industrial (pozo PPM-4) es, prácticamente, idéntica a la del agua de la laguna
de Asososca, de lo que se deduce que ambas tienen la misma fuente de recarga.

7) Todas las concentraciones de metales pesados son inferiores a los límites de


potabilidad aceptados por la Organización Mundial de la Salud, con la excepción de la
concentración de manganeso del pozo PP-21, que no resulta explicable.

L. AsososcaL. Asososca
Parámetro L. Managua PPM-4 PP-21 PP-25
(superficie) (fondo)
ph 9,35 8,16 8,93 7,97 7,40 7,87
Cond. 1640 460 468 485 1470 7150
[Ca++] 6,8 17,7 23,2 23,2 103 740
[Mg++] 19,1 7,1 6,8 6,4 17 209
[Na+] 333 62,1 59,8 65,8 161 326
[K+] 48,2 14,4 13,5 14,8 0 70,5
[CO3=] 76,0 0 15,3 0 0 0
[CO3H-] 534 159 151 186 124 192
[Cl-] 202 38,4 34,7 45,5 298 2020
[SO4=] 18,2 30,5 27,7 26,9 126 149
[NO3-] 0 0 0 1,9 1,2 0
[SiO2] 8,5 47,7 50,7 46,9 87,6 55,1
Fe 0,678 2,5x10-3 0,008 5,230 1,050 -
Zn 0,007 <1,4x10 -3
0,011 <1,4x10-3 0,009 -
B 1,980 0,098 0,106 0,109 0,284 -
Cu 0,017 <4x10-3 0,009 0,005 0,006 -
Cd 0,003 <2x10-3 <2x10-3 <2x10-3 0,004 -
Mn 0,072 0,001 0,013 0,123 0,825 -
Hg <10-4 <10-4 <10-4 <10-4 <10-4 -
Pb 0.002 0,006 0,024 0,007 0,008 -

Tabla 2. Resultados de los análisis químicos de muestras de agua tomadas en la zona del estudio en 1985. La
conductividad se expresa en m S/cm a 25° C y las concentraciones iónicas en mg/l.
5. ISÓTOPOS ESTABLES DEL AGUA

5.1 Consideraciones teóricas

Como se sabe, los isótopos estables del agua deuterio ( 2H) y oxígeno-18 (18O)
proporcionan información, entre otras cosas, sobre el origen del agua y sobre las
relaciones entre distintos tipos de aguas. Las moléculas de agua que llevan
incorporados estos isótopos pesados tienen un comportamiento algo diferente al que
tienen las moléculas ligeras más abundantes formadas con 1H y 16O en los diferentes
procesos que tienen lugar durante el ciclo hidrológico. Ello se debe, principalmente, a
la menor presión de vapor de aquéllas moléculas más pesadas. Estas diferencias de
comportamiento dan lugar a lo que se llama fraccionamiento isotópico del agua, que
indica que la composición isotópica del agua que interviene en un determinado proceso
físico o químico es diferente de la del agua resultante.

La composición isotópica del agua se expresa en la forma de desviaciones isotópicas


con respecto a un patrón internacional representativo del agua del mar, que se toma
como cero de la escala y que se conoce por las siglas V-SMOW (en inglés, "Vienna-
Standard Mean Ocean Water"). Este patrón es utilizado por todos los laboratorios del
mundo con el fin de homogeneizar los resultados de los análisis. Dichos resultados se
expresan como desviación isotópica de la muestra con respecto a este patrón, la cual
viene dada por la expresión siguiente:

donde R representa la relación entre el número de moléculas


pesadas (moléculas del tipo DHO o 1H218O) y ligeras (1H216O)
existentes en la muestra.

Uno de los factores más importantes que afectan a la composición isotópica del agua
es el llamado efecto de altitud, el cual está relacionado con la temperatura atmosférica
y hace que las precipitaciones que tienen lugar a cotas más altas tengan
concentraciones menores de estas moléculas pesadas (aguas, isotópicamente, más
ligeras y valores d más negativos). El efecto de altitud asciende, aproximadamente, a
-0,25‰ por cada 100 metros de cambio de altitud para d  18O y a -2,4‰ por 100 m
para D. Debido a las características de la zona del estudio, el efecto de altitud no debe
jugar un papel importante en nuestro caso, porque todas las aguas subterráneas
deben proceder de precipitaciones que ocurren a una cota muy parecida.

Un segundo factor muy importante que determina en muchos casos la composición


isotópica del agua es la evaporación. Debido a la mayor presión de vapor de las
moléculas ligeras, éstas escapan preferentemente a la atmósfera cuando el agua
experimenta evaporación y el agua residual se concentra en los isótopos pesados,
dando valores d menos negativos. En el caso presente, la evaporación afecta,
principalmente, al embalse. Debido a dicha evaporación, las concentraciones de las
moléculas pesadas DHO y H218O aumentan en el embalse y los valores  se desplazan
hacia valores menos negativos, tal como se verá más adelante.
La mayor parte de las precipitaciones y aguas meteóricas del globo tienen
valores  que se ajustan a una línea recta de ecuación  D=8 18O+10. El término 10 se
llama exceso de deuterio y se usa frecuentemente como índice de evaporación del
agua. Su valor se calcula por la expresión D=D-818O. Las aguas que han
experimentado evaporación tienen valores del exceso de deuterio más bajos de 10.

Por otra parte, debido a los cambios térmicos experimentados por la atmósfera a lo
largo del año en zonas de clima templado, las precipitaciones de invierno tienen
valores d más negativos que las que tienen lugar en el resto del año. Ello hace que los
lagos y embalses presenten oscilaciones estacionales de composición isotópica, las
cuales dependen de los caudales que llegan a los mismos y de su composición
isotópica.

De una forma general, puede afirmarse que las aguas subterráneas de una zona
determinada que tienen un origen diferente tienen también una composición isotópica
distinta. Generalmente, lo inverso suele ser también válido, aunque no siempre. Es
decir, aguas con parecida composición isotópica pueden tener un origen diferente,
dependiendo de las condiciones locales.

5.2. Resultados obtenidos e interpretación

Los isótopos estables del agua han sido analizados en diferentes momentos a lo largo
del estudio con el objeto de analizar la evolución de la composición isotópica de los
diferentes tipos de aguas involucradas en el mismo. Los resultados obtenidos para las
muestras de agua más representativas se muestran por separado en la tabla 3. Los
errores típicos de los análisis ascienden, aproximadamente, a ±0,1‰ para  18O y
±1,5‰ para D.

Mayo Febrero Febrero Mayo Diciembre


Punto de muestreo
1985 1987 1991 1997 1999
Lago de Managua
1,95/8,6 - - - -3,63/-31,3
(frente zona industrial)
Lago de Managua2,43/11,0 -0,08/-4,7
- - -2,09/-16,2
(en otros puntos) (8) (20)
Laguna Asososca (superf.) -5,65/-40,3 - -6,19/-41,6 - -5,23/-35,1
Laguna Asososca (fondo) -6,13/-43,3 - - - -5,40/-36,2
-6,90/-48,3 -7,33/-49,1 -6,37/-40,4
Pozos profundos de zona industrial -7,31/-50,6 - -6,60/-47,3 - -6,73/-46,8
-7,33/-48,6 -7,41/-48,6 -6,63/-45,6
-6,75 -7,06/-46,6
Pozos zona Chiltepe - - -6,92/-43,5
(6) (2)
-7,18 -7,31/-46,7
Pozos zona Las Mercedes - - -7,22/-46,6
(10) (2)
Pozos zona Tipitapa - -6,28 (5) - - -6,25/-44,5

Tabla 3. Resultados de los isótopos estables oxígeno-18 y deuterio (d 18O /d D) obtenidos para las muestras de
agua más representativas en las diferentes campañas de muestreo. Los resultados del año 1997 han sido
transcritos de Rozanski (1999). Las cifras entre paréntesis indican el número de muestras que han sido
promediadas, cuando éstas han sido más de una.

Los datos de la tabla 3 muestran claramente que la composición isotópica del agua del
lago de Managua es completamente diferente de la que tienen las aguas subterráneas
de la zona del estudio, incluyendo entre éstas el agua de la laguna de Asososca. Los
valores d de signo positivo o escasamente negativos del agua de este lago se deben al
enriquecimiento isotópico inherente al proceso de evaporación. Con anterioridad a la
llegada del ciclón Mitch (21 de octubre a 1 de noviembre de 1998), las únicas pérdidas
de agua de este lago se producían en virtud de este último proceso. En estas
condiciones, los cambios de composición isotópica del agua del lago estaban
gobernados por los caudales que llegaban al mismo, principalmente, a través de los
ríos Sinecapa y Viejo.

Debido a que estos ríos aportan aguas con valores d más negativos que los del agua
del lago ( D alrededor de –38 ‰ y  18O alrededor de –6 ‰), estas últimas tomaban
valores  más negativos en períodos de fuertes lluvias y a la inversa. Esta es también
la razón del fuerte cambio de la composición isotópica del agua del lago observado
entre Mayo de 1997 y Diciembre de 1999. Sin duda, este cambio se debió a la llegada
al lago de grandes volúmenes de agua procedentes de las precipitaciones provocadas
por el huracán Mitch. Aceptando para el volumen de agua del lago antes de este
huracán un valor igual a 1010 m3, un cambio de la desviación  18O de –0,08 ‰ a –2,09
‰ con agua de aproximadamente –6 ‰ implica un aporte al lago de 4x10 9 m3 de
agua. Para una superficie media de éste igual a 1050 km 2, este volumen habría
producido un aumento de nivel de 3,8 metros, el cual es similar al observado (unos 4
metros). El aporte de agua al lago sería algo mayor que el indicado anteriormente si se
considera el enriquecimiento isotópico producido en el lago desde la finalización del
ciclón hasta el momento del muestreo. Este enriquecimiento hace que, en lugar de un
valor de d 18O de -2,09 ‰, deba tomarse para el cálculo un valor algo más negativo,
concretamente, el que tenía el agua al finalizar el ciclón, el cual se desconoce.

Los valores más negativos de la composición isotópica del agua del lago en la zona
situada frente al polígono industrial se explica, como ya se ha señalado, por el vertido
de aguas residuales extraídas del acuífero local para uso industrial.

La elevada diferencia de composición isotópica del agua del lago con respecto a las
aguas subterráneas de la zona hace que los isótopos estables del agua sean
herramientas de gran valor para estudiar cualquier proceso de intrusión del agua de
dicho lago en los campos de pozos próximos al mismo y en la laguna Asososca. Los
datos de la tabla 3 indican que las aguas subterráneas de los puntos muestreados han
conservado una composición isotópica, prácticamente, constante durante los últimos
15 años, lo cual demuestra la ausencia de un proceso de intrusión de agua del lago
Managua. Tal como ha sido demostrado por A. Plata et al. (1994), la pequeña
diferencia de composición isotópica del agua de la laguna de Asososca con respecto al
resto de las aguas subterráneas analizadas se explica perfectamente por la propia
evaporación del agua de ésta. La relación entre el volumen del agua almacenada en la
laguna y el volumen medio anual extraído de esta última proporcionaba en 1985 un
tiempo de renovación del agua de unos 400 días. La evaporación producida durante
este período de tiempo justifica plenamente el cambio de composición isotópica. De
igual forma, la composición isotópica menos negativa observada en la laguna en 1999
con respecto a la de años anteriores se explica por la disminución del volumen de agua
extraído de la misma. Esta disminución del volumen extraído implica un tiempo de
renovación más largo y, por tanto, una evaporación relativa mayor.

Por otra parte, la figura 6 muestra el diagrama


que relaciona las desviaciones isotópicas d D y
d 18O. Se observa que todas las muestras
analizadas se ajustan, más o menos, a una
línea de evaporación de pendiente igual a 6,1.
Ello sugiere que todas las aguas de la zona del
estudio, tanto subterráneas como superficiales,
proceden de precipitaciones con una composición media que corresponde a los valores
aproximados  D = -50 ‰ y  18O = -7,5 ‰ (punto de intersección de la línea de
evaporación con la línea meteórica mundial).

 
Figura 6. Relación entre las abundancias isotópicas d D y d 18º de las muestras de aguas subterráneas y
superficiales en la zona comprendida entre el Lago de Managua y la laguna de Asososca.

 6. TRITIO

6.1. Consideraciones teóricas

Como se sabe, el tritio es isótopo del hidrógeno de número de masa 3, es decir, 3H.


Pequeñas actividades de tritio, son producidas de forma natural en la alta atmósfera a
partir de determinadas reacciones nucleares inducidas por los neutrones liberados en
la misma por la radiación cósmica de origen extraterrestre. Este tritio natural se
incorpora al ciclo del agua como precipitación en forma de agua tritiada (THO),
produciendo concentraciones muy pequeñas pero que son medibles perfectamente con
las técnicas de medida de que se dispone en la actualidad.

Sin embargo, durante los últimos 45 años, las precipitaciones de todo el globo y,
principalmente, las del Hemisferio Norte, han contenido concentraciones de tritio muy
superiores a las producidas de forma natural, debido a los ensayos nucleares
realizados en la atmósfera, principalmente, durante las décadas de los años 50 y 60
(ensayos termonucleares). Este tritio ha producido el marcado natural de todas las
aguas meteóricas del globo y, por tanto, también de los acuíferos donde se produce
una renovación rápida del agua.

Debido al origen reciente del tritio termonuclear y al corto período de


semidesintegración de este isótopo (12,43 años), el tritio se utiliza en Hidrología para
identificar aguas modernas, es decir, aguas infiltradas en el subsuelo a partir del año
1952, fecha en que se iniciaron los ensayos termonucleares. Las aguas de
precipitaciones anteriores a este año tendrían en la actualidad concentraciones
difícilmente detectables.

6.2. Resultados obtenidos e interpretación

El tritio natural del agua fue medido en 13 muestras tomadas en 1985 y en 7 muestras
tomadas en 1999. Los resultados obtenidos se presentan en la tabla 4, expresados en
unidades de tritio (UT). Como se sabe, la unidad de tritio equivale a una relación T/H
igual a 10-18 en número de átomos. Las equivalencias con otras unidades de
radiactividad son:

1 UT = 3,1927 x 10-3 Ci/m3

1 UT = 0,11813 becquerelios/litro (Bq/l)

El error estadístico de las medidas para las muestras tomadas el año 1985
correspondiente a la desviación estándar fue de 0,8 UT, lo cual limita seriamente la
validez de estos resultados.
Muestras tomadas en 1985 Muestras tomadas en 1999
Punto Concentración Punto Concentración

Lago Managua frente al Polígono Industrial 1,5±0,8 Lago de Managua 1,46±0,17

Lago Managua en otros puntos (4 muestras) 2,7±0,8 - -


L. Asososca (fondo) 0±0,8 L. Asososca 0,60±0,15
Pozo PPM-2 0±0,8 Pozo de zona Las Mercedes 0,00±0,14
Pozo PPM-4 0±0,8 Pozo de zona Tipitapa 0,85±0,16
Pozo PPM-5 0±0,8 Pozo de zona Chiltepe 0,92±0,16
Pozo PP-15C 0,3±0,8 - -
Pozo PP-21 0,7±0,8 PP-21 (Refinería) 0,31±0,14
Pozo PP-69 0,5±0,8 - -
Pozo PE-46 0,7±0,8 - -

Tabla 4. Concentraciones de tritio medidas en las muestras de agua tomadas en 1985 y 1999. Valores expresados
en UT.

UT Año UT Año UT Año UT Año UT


 Año
1953 2,3 1962 85,7 1971 17,2 1980 4,7 1989 2,6
1954 28,6 1963 277,2 1972 12,4 1981 4,9 1990 2,3
1955 4,2 1964 161,2 1973 10,3 1982 3,4 1991 2,4
1956 13,7 1965 74,6 1974 11,8 1983 3,3 1992 2,1
1957 11,3 1966 45,7 1975 9,0 1984 4,0 1993 2,6
1958 41,6 1967 27,9 1076 7,0 1985 3,1 1994 2,8
1959 42,7 1968 20,7 1977 7,5 1986 3,0 1995 2,0
1960 14,6 1969 20,8 1978 8,0 1987 3,1 1996 1,7
1961 12,9 1970 18,7 1979 5,5 1988 2,9 1997 1,7

Tabla 5. Concentraciones de tritio estimadas para las precipitaciones locales de los últimos años expresadas en
unidades de tritio (UT).

Para poder interpretar de forma correcta los valores de concentración de tritio


obtenidos, es necesario conocer las concentraciones de las precipitaciones de la zona
del estudio durante los últimos 45 años, es decir, desde la fecha en que se iniciaron los
ensayos termonucleares a cielo abierto. No existen datos directos sobre la
concentración de tritio de las precipitaciones locales. Sin embargo, éstas pueden
estimarse a partir de los datos publicados por la red OIEA-OMM para estaciones
próximas a la zona del estudio. El resultado de esta estimación, basado en los datos
conocidos para una estación de esta red existente en El Salvador y en un modelo
general válido para el Hemisferio Norte elaborado por A. Plata, se muestra en la
tabla 5. Los valores indican concentraciones medias anuales de las precipitaciones
válidas para el año a que se refieren. Las concentraciones referidas al momento del
muestreo tienen que corregirse por desintegración radiactiva. Se observa que estas
concentraciones han sido desde el año 1956 han sido superiores a unas 2 UT, incluso
una vez corregidas por desintegración radiactiva.
En relación con las muestras tomadas en 1985, hay que indicar que todos los pozos se
encontraban dentro del polígono industrial existente entre el lago de Managua y la
laguna de Asososca. Asimismo, la muestra de lago Managua fue tomada frente a este
polígono. La menor concentración de tritio encontrada en el Lago de Managua frente al
polígono industrial se debe al vertido de aguas residuales de las industrias procedentes
del acuífero y, por ello, con una concentración de tritio nula o muy baja. La
concentración encontrada para los cuatro puntos restantes, con un valor medio de 2,7
UT, es coherente con las concentraciones de las precipitaciones medias de los años
anteriores, según indican los datos de la tabla 5.

Los resultados obtenidos para las aguas subterráneas profundas, incluyendo dentro de
éstas al agua de la laguna Asososca, no contenían en 1985 una proporción importante
de aguas procedentes de las precipitaciones anteriores al año 1954, como refleja su
nula concentración de tritio. Se trata de aguas con una conductividad próxima a 400 m
S/cm y, por tanto, procedentes, exclusivamente, del acuífero profundo. Lo contrario
sucede con los pozos PP-15C, PP-21, PP-69 y PE-46, donde las pequeñas
concentraciones de tritio reflejan la presencia de fracciones significativas de aguas
procedentes del llamado acuífero superior, lo cual es confirmado asimismo por la
mayor conductividad de estas aguas.

Por lo que respecta a las muestras de agua tomadas en 1991, se observa, en primer
lugar, que la concentración obtenida para el lago Managua (1,46 UT) es coherente con
los datos de la tabla 5. La concentración media de las precipitaciones asociadas al
huracán Mitch debe haber sido próxima al valor anterior. Lo mismo puede decirse del
agua que existía en el lago con anterioridad a este huracán. En efecto, la
desintegración radiactiva del tritio de las aguas de las precipitaciones de los últimos
15 años conduce a valores de concentración muy próximos a 1,5 UT.

La laguna de Asososca dio un valor de 0,60 UT, la cual indica la presencia de una
fracción significativa de agua procedente de precipitaciones posteriores al año 1954
mezclada con agua de precipitaciones anteriores. En principio, puede suponerse que el
componente moderno se encuentra formado por una mezcla de aguas procedentes de
las precipitaciones de los últimos 20 años, es decir, de precipitaciones posteriores al
año 1980. La concentración media de tritio en estas precipitaciones, corregidas por
desintegración radiactiva hasta el año 2000, asciende a 1,5 UT. Por tanto, la fracción
de esta agua moderna existente en la laguna sería igual a 0,6/1,5=0,4, es decir, del
40%. Lógicamente, una parte de esta agua moderna estaría aportada por las
precipitaciones que tienen lugar en la pequeña cuenca de drenaje de la laguna. Pero,
debido a la pequeña superficie de esta cuenca, este tiene que ser un componente
minoritario. La mayor parte de esta agua moderna debe proceder de la infiltración en
los niveles superiores de la formación volcánica (acuífero superior). A pesar de ello, la
contribución de las aguas subterráneas someras de la zona del polígono industrial
resulta insignificante, como demuestran los otros trazadores naturales del agua. Esto
se explica por la permanente depresión piezométrica existente en esta zona como
consecuencia de la extracción de agua para usos industriales.

Llama la atención la nula concentración de tritio encontrada en el agua del pozo del
campo de Las Mercedes, lo cual indica una ausencia total de agua procedente de las
precipitaciones de los últimos 45 años.

El resto de los pozos contenían concentraciones comprendidas entre 0,31 UT y 0,96


UT, indicando, como en el caso de la laguna de Asososca, la presencia de fracciones
significativas de aguas procedentes de las precipitaciones posteriores al año 1954
mezcladas con aguas de edad anterior a este año.

7. CARBONO-14

7.1 Consideraciones teóricas

La datación de las aguas subterráneas mediante el método del carbono-14 constituye,


en la actualidad, una de las aplicaciones más extendidas y conocidas en Hidrología
Isotópica. El método se basa en la incorporación de carbono-14 de fuentes
atmosféricas al carbono inorgánico disuelto (DIC = CO 2(aq) + HCO3- + CO32-) o a la
fracción orgánica disuelta (DOC) en el agua subterránea y en la medida de la actividad
residual de carbono-14 en la muestra de agua a ser datada. La premisa principal, es
que, al menos una fracción del carbono disuelto recuperado en las muestras de agua
subterránea, derive del CO2 atmosférico y que, una vez que el agua se infiltra en el
acuífero y se interrumpe el contacto con la atmósfera, el contenido de carbono-14
decrece, entre otros factores, según la ley de desintegración radiactiva.

A efectos prácticos, la "edad" del agua subterránea corresponde al periodo de tiempo


transcurrido desde que la porción de agua analizada ha estado aislada de la atmósfera
o, más concretamente, desde que se produjo el último aporte de carbono-14 de origen
atmosférico. Mientras que el tritio (t 1/2=12,33 años) permite investigar la dinámica de
aguas de hasta unos 100 años (o identificar la presencia de un componente reciente en
aguas antiguas), el carbono-14 (t1/2=5760 años) posibilita la identificación de aguas
recargadas en los acuíferos hace unos 40.000 años.

Sin embargo, la complejidad de la química del carbono, que permite aportes de este
elemento al agua subterránea a través de diferentes mecanismos, hace que sean
necesarias varias correcciones para distinguir la fracción de carbono derivado de la
atmósfera o de la respiración de las plantas, del que procede de carbonatos (u otros
materiales con carbono) presentes en el acuífero, y que habitualmente carecen de
carbono-14. Dado que las concentraciones de carbono-13 y carbono-14 cambian de
forma proporcional durante las reacciones química o de intercambio iónico, el isótopo
estable del carbono mencionado ha sido utilizado como la herramienta habitual para
cuantificar la fracción de carbono derivada de la interacción del agua con los materiales
que forman el acuífero. Por tanto, para una caracterización correcta de la dinámica de
las aguas subterráneas es necesario conocer los factores fundamentales que controlan
la evolución hidroquímica del sistema, así como los procesos que modifican los
contenidos de carbono-14 y carbono-13 de las aguas subterráneas.

La actividad de carbono-14 en una muestra se expresa como porcentaje de carbono


moderno, (PCM) con relación a un patrón internacional denominado "Carbono
Moderno", cuya actividad se define como el 95% de la actividad de carbono-14 del
patrón de ácido oxálico del National Bureau of Standards (NBS) en el año 1950. Este
valor corresponde aproximadamente a la actividad de carbono-14 de la madera que
crecía hacia 1890, es decir, en la época en que la actividad de carbono-14 en el  14CO2
no estaba afectada de forma evidente por las emisiones de combustibles fósiles. Dicho
valor equivale a, aproximadamente, 13,56 dpm/g (desintegraciones por minuto por
gramo de carbono). Valores alrededor de 100 PCM corresponden a aguas recargadas
en los últimos 1.000 a 2.000 años; valores superiores a 100 PCM indican la presencia
de aguas de los últimos 50 años, cuando el CO2 atmosférico ha sido contaminado con
carbono-14 procedente de las explosiones nucleares. Aguas subterráneas carentes de
carbono-14 se han encontrado en grandes acuíferos confinados.

La abundancia natural media de carbono-13 en materiales terrestres es del orden de


1,11% frente al 98,89% de carbono-12. Al igual que con el oxígeno-18 y con el
deuterio, los contenidos de carbono-13 se expresan con la notación delta, es decir,
como diferencia en tanto por mil respecto a un patrón internacional, en este caso
Vienna Pee Dee Belemnite (V-PDB). Por tanto, en la naturaleza pueden encontrarse
valores positivos y negativos expresando el contenido de carbono-13. Valores
negativos indican que la relación 13C/12C es inferior a la del patrón de referencia y lo
contrario para muestras con valores positivos.

La relación 13C/12C entre los diferentes materiales varía hasta un 10% entre unos
compuestos y otros como resultado de los procesos de fraccionamiento isotópico en las
reacciones químicas y en los procesos de intercambio. Valores de  13C en torno al 0
‰ corresponden a carbonatos de origen marino (el patrón procede de un carbonato
marino); valores entre 0 y –6‰ pueden encontrarse en carbonatos continentales; el
CO2 atmosférico presenta hoy en día contenidos próximos a –7,5‰; y las plantas,
materia orgánica y CO2 derivado de la respiración, se sitúan en un rango comprendido
entre –14‰ y -29‰, siendo –25‰ el valor más habitual.

El carbono-13 es un buen trazador de la evolución del carbono en las aguas


subterráneas, puesto que existe una gran diferencia en el contenido isotópico de las
fases involucradas en las reacciones químicas habituales. El amplio rango de variación
entre las fuentes orgánicas e inorgánicas, permite cuantificar la fracción de carbono
que deriva de cada tipo de fuente.

7.2. Resultados obtenidos e interpretación

El carbono-14 y el carbono-13 han sido analizados con el fin de obtener información


sobre la edad de las aguas subterráneas, donde las concentraciones de tritio eran
nulas o muy bajas. Desgraciadamente, sólo pudieron analizarse dos muestras de agua,
que corresponden, respectivamente, al pozo PP-2 del campo de pozos Las Mercedes y
al agua del fondo de la laguna de Asososca. Los resultados obtenidos fueron los
siguientes:

Carbono-14 (% de C  13C en
Muestra
moderno) ‰
Pozo PP-2 38,0±0,8 -6,79
Laguna de
80,1±1,6 -14,1
Asososca

TABLA 6. Actividad de 14C y abundancia de 13C en una muestra del pozo PP-2 y otra de la Laguna de Asoscosa
Las dos muestras de agua presentan diferencias considerables en sus concentraciones
de carbono-14 y carbono-13. La desviación isotópica d 13C obtenida para el agua de la
laguna de Asososca refleja la presencia de una fracción elevada de carbono biogénico
(aproximadamente, el 56 %), lo cual resulta coherente con un origen subterráneo del
agua y una limitada evolución química. Por otra parte, como veremos a continuación,
la elevada concentración de carbono-14 indica que se trata de aguas derivadas de
precipitaciones recientes, lo cual explica la presencia de tritio en la muestra tomada en
el año 1999.

En cambio, la desviación  13C obtenida para el agua del pozo PP-2 indica que se trata
de un agua que ha experimentado una evolución química considerable desde el
momento de su infiltración. El valor tan poco negativo de esta desviación isotópica
indica de forma inequívoca que la mayor parte del carbono disuelto originalmente por
el agua ha sido substituido por carbono procedente de la formación rocosa que
constituye el acuífero.

En condiciones diferentes a las existentes en la zona del estudio, esta substitución se


explicaría por interacción con los materiales carbonatados del medio a través de
reacciones de disolución, precipitación o intercambio isotópico. Sin embargo,
tratándose de una zona con actividad volcánica residual y con una proporción muy
escasa de rocas carbonatadas, parece más lógico admitir que el desplazamiento de la
desviación isotópica d 13C hacia valores poco negativos se debe a la presencia en la
zona de CO2 de origen endógeno. Lógicamente, este CO 2 no contiene carbono-14 y,
por ello, la concentración de este radioisótopo disminuye de forma paralela.  Las
edades del agua obtenidas con los datos obtenidos utilizando diferentes métodos de
corrección, expresadas en años, han sido las siguientes:

Ingerson/Pearso Gonfiantin Fonte


Muestra Mook Eichinger
n i s
(Muy
PP-2 -2800 500 negativa (-84) (-2760)
)
Laguna Asososca -2900 380 -1500 561 -3270

TABLA 7. Edades radiométricas (años) de las muestras de agua de la tabla 6, de acuerdo a diferentes modelos
geoquímicos de evaluación del agua

Los métodos de corrección de la edad desarrollados por Mook, Fontes y Eichinger


precisan para su aplicación disponer de datos sobre la composición química del agua
analizada. Estos datos no existen para la muestra PP-2. Los valores de la edad
calculada con estos métodos (valores entre paréntesis) han sido obtenidos suponiendo
una composición química del agua igual a la de la muestra PPM-2 de la tabla 2.

Para la muestra de la laguna de Asososca, se han utilizado asimismo los datos de


composición química mostrados en esta tabla.  Las grandes diferencias de edad
obtenidas con los diferentes métodos de corrección se explican por la imprecisión de
los mismos. Generalmente, los métodos de Gonfiantini y de Fontes suelen dar edades
muy elevadas. Lo contrario sucede con los métodos de Eichinger y Mook. Este último
método es demasiado sensible al valor de la desviación isotópica d  13C, lo cual explica
el valor tan negativo obtenido para la muestra del pozo PP-2. El método de Ingerson y
Pearson es poco fiable debido a que no tiene en cuenta el intercambio isotópico entre
el CO2 del suelo y los bicarbonatos disueltos en el agua.

A pesar de lo anterior, puede asegurarse que las dos muestras corresponden a aguas
de infiltración reciente. Los valores de signo negativos son posibles y ocurren cuando el
agua contiene carbono-14 procedente de las explosiones nucleares de los últimos 50
años. Como se sabe, la concentración de carbono-14 en el CO 2 atmosférico y, por
tanto, en los seres vivos en equilibrio con éste, han contenido durante este período
concentraciones de este radioisótopo mucho mayores que las que había con
anterioridad, llegando a alcanzar un valor próximo al 180 % del llamado carbono
moderno.

Estas abundancias isotópicas de 13C y 14C son perfectamente compatibles con los
resultados obtenidos en aguas de 13 pozos del acuífero de las Sierras que fueron
analizadas entre 1990 y 1992 por el OIEA (Araguás et al., 1992). Excepto dos
muestras, el resto de las aguas subterráneas presentan una actividad de 14C
comprendida entre 85 y 100 pCM, lo que refleja la existencia de aguas recientes en
toda la extensión del acuífero y por tanto un régimen de acuífero libre. Los análisis de
tritio de las mismas aguas mostraron valores entorno a 0,5 –1,5 UT, corroborando
estas conclusiones.

Todos estos resultados indican que el llamado acuífero de las Sierras de Managua
funciona, en su conjunto, como un acuífero de recarga libre y no como un acuífero
confinado con zona con recarga localizada exclusivamente en la sierra, como ha sido
admitido por diversos investigadores que han estudiado la hidrogeología local.

8. CONCLUSIONES

La conclusión más importante que se deriva del estudio realizado es que las aguas
subterráneas que son explotadas en los pozos existentes en las inmediaciones del lago
de Managua, así como las extraídas de la laguna Asososca, no proceden, al menos en
una proporción significativa, de este lago. Ello se explica por el hecho de que el fondo
del lago debe encontrarse altamente colmatado por los sedimentos aportados por los
ríos que desembocan en el mismo.

Debido a la fuerte evaporación, el agua del lago de Managua se encuentra altamente


enriquecida en los isótopos deuterio y oxígeno-18 con respecto a las aguas
subterráneas de la zona. Debido a ello, estos dos isótopos son herramientas de gran
valor para identificar cualquier proceso de intrusión de agua del lago en el acuífero. El
seguimiento realizado durante un período de 14 años de las distintas aguas
involucradas en el estudio ha puesto de manifiesto que no existe ningún proceso en
marcha de intrusión del agua del lago y que las aguas subterráneas conservan una
composición isotópica constante. En el caso de la laguna de Asososca, cualquier
proceso de intrusión de agua procedente del lago de Managua, que pudiera producirse
en el futuro puede ser detectado varios años antes en los pozos profundos existentes
en la zona. Tanto las aguas subterráneas que alimentan a la laguna de Asososca, como
al campo de pozos de Las Mercedes , proceden en su mayor parte de la recarga local y
no de una recarga lejana como ha sido admitido por algunos autores. Es decir, el
acuífero donde se encuentran enclavados estos puntos de agua es de libre recarga.
Ello implica una alta vulnerabilidad de las aguas subterráneas de la zona. Por lo que
respecta a la laguna de Asososca, la ausencia de una contaminación importante
procedente de las aguas subterráneas más someras de la zona ocupada por el polígono
industrial se explica por la permanente depresión piezométrica producida en la misma
por la extracción de agua para usos industriales. Puede esperarse que, en los casos de
los campos de pozos de Chiltepe y Tipitapa, la situación sea muy parecida a la
mencionada anteriormente.

BIBLIOGRAFIA

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