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Cómo Fortalecer el Sistema Inmune Emocional

Lo ha comprobado la ciencia y lo comprobamos nosotros cada día: las


emociones se contagian. El ejemplo más extremo son las estampidas
humanas. Un par de personas gritan y salen a correr, desatan el pánico y se
forma una estampida de personas sin razón. Incluso a veces, las
consecuencias pueden llegar a ser muy desagradables. Por eso es importante
fortalecer el sistema inmune emocional.
Sin llegar a los extremos del ejemplo anterior, diariamente comprobamos
cómo los estados emocionales se contagian. Lo debemos a las neuronas
espejo, que imitan y se apropian de las emociones ajenas. Por eso el grupo
incide tanto sobre el individuo y por eso nuestra mejor defensa es tener un
sistema inmune emocional en buen estado.
“Como el contagio de una enfermedad, el contagio de la confianza puede
generar más confianza”.
-Marianne Moore-

Algunos son más impermeables al estado de ánimo del grupo. Pueden


permanecer más o menos inmutables frente a este. La capacidad de resistir a
esas influencias depende del estado de nuestro sistema inmune emocional. Si
es fuerte, hay mayor independencia. Si es débil, nos contagiamos más
fácilmente. ¿Cómo fortalecer este sistema entonces? Estas son algunas
claves para lograrlo.
La conciencia fortalece el sistema inmune emocional
Está bien que nos dejemos contagiar de la alegría y del optimismo ajeno. Lo
que no es muy aconsejable es permitir que se nos pegue el estrés, el
aburrimiento o el pesimismo. Desafortunadamente algunas emociones
negativas, como la angustia, se contagian más fácilmente que las positivas.
Una manera de fortalecer el sistema inmune emocional, e impedir que nos
dejemos llevar por el estado de ánimo de los demás, es comenzar por
nosotros mismos. ¿Qué emociones son las que priman en nuestro día a día?
¿Cuáles son las emociones que contagiamos a los demás?
Bolas representando emociones y el sistema inmune emocional
Exagerar las señales de buen humor
Lo más aconsejable es comenzar por ejercer mayor control sobre nuestras
emociones. Nada mejor para esto que inducirnos a nosotros mismos hacia
estados de ánimo positivos. Mantenernos de buen humor nos hace más
fuertes.
Una técnica válida es la de exagerar un poco. Sonreír, aún sin tener ganas de
hacerlo. Dar las gracias al universo y a la vida por todo, aunque ese todo sean
solo pequeñas cosas que hay en nuestro día a día. Ser especialmente
amables con quienes no solemos serlo. Esto fortalece nuestro sistema
inmune emocional.
Evitar la crítica y la lucha por el poder
Nada envenena más las emociones que ubicarse en el plan de criticar a los
demás y cotillear. Ese ejercicio es muy negativo. Hoy lo promovemos y
mañana somos víctimas de él. No propiciemos ambientes pesados o
negativos.
Las luchas por pequeños poderes también desgastan mucho. Estar por
encima de los demás no tiene ningún mérito. Siempre estamos encima de
unos y debajo de otros. Es inevitable. En cambio, con esas peleas por
imponernos o evitar que se nos impongan, derrochamos vitalidad y solo
conseguimos envolvernos en una atmósfera densa y negativa.
Mujer hablando a otra al oído y debilitando el sistema inmune emocional de
la otra joven
Enfocarse en lo que se hace bien
La mejor manera de fortalecer nuestro sistema inmune emocional es
convirtiéndonos en promotores de emociones positivas y estados de ánimo
alentadores. Para lograr esto, lo más aconsejable es enfocarnos en todos los
aspectos buenos de nosotros mismos. De nuestra personalidad y nuestras
acciones.
Sin darnos cuenta, los demás también corresponderán con nuestra buena
actitud. Así mismo, de manera imperceptible, y sin proponérnoslo siquiera,
vamos a empezar a ver lo mejor de los demás. Es una técnica que rara vez
falla. Implica simplemente enfocarnos en lo mejor, en lo bueno. Esto siempre
trae grandes beneficios.
Aprender a comunicar los sentimientos negativos
Es inevitable que de cuando en cuando nos asalte una de esas emociones
pesadas y negativas que nos afectan y afectan a los demás cuando las
propagamos. Estrés, depresión, ira, rencor o cualquiera de esos sentimientos
nada positivos que están en el amplio abanico de nuestra mente.
En primer lugar, lo recomendable en esos casos es intentar reducir la
intensidad de esa emoción. Tomarse 5 minutos para respirar profundamente
es una buena idea. Esto nos oxigena y contribuye a equilibrar nuestro
organismo. Como consecuencia de ello también se estabilizan nuestras
emociones. Luego, pensar detenidamente cuál es la mejor manera de
expresar lo que sentimos, de la forma más constructiva posible.
Figura fortaleciendo su sistema inmune emocional
Todas estas técnicas no tienen otro propósito que el de fortalecer nuestro
sistema inmune emocional. Si nos convertimos en luz, recibiremos luz de los
demás. Nunca debemos olvidar que lo que hacemos por los otros, lo
hacemos también por nosotros mismos.
Contagio emocional: ¿Cómo transmitimos nuestras emociones a los demás?

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