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Modelos
de implantación
Estos dos tipos básicos de disposición o distribución en planta pueden desdoblarse a su vez en
otros. La figura 2.4 muestra dos tipos de distribución en planta con orientación al proceso, con
ejemplos de tipos de producción que se ajustan a los mismos, y la figura 2.5 ilustra dos tipos
de distribución con orientación al producto y ejemplos de tipos de producción que asimismo se
ajustan a éstos. De acuerdo con las citadas figuras, tendremos los siguientes cuatro tipos
de distribución en planta:
a) Con orientación al proceso (utilizada para procesos poco repetitivos y pocas unidades):
b) Con orientación al producto (utilizada sobre todo para procesos repetitivos y volumen
alto):
Las mayores ventajas de este tipo de disposición se hallan en la posibilidad de llevar a cabo el
proceso con recorridos, tiempos y costes mínimos, lo que en principio exige un producto con alto
grado de homogeneidad (normalización), posibilidad de intercambio de componentes, volumen
de producción elevado, demanda constante y gran organización en el proceso, en especial, en el
tiempo de proceso y el abastecimiento de materiales. La mayor parte de estos aspectos suponen
una falta de flexibilidad y, por tanto, representan inconvenientes, especialmente la necesidad de
que se apliquen a productos muy homogéneos (poca variación) y en volúmenes elevados, ya
que la tendencia actual de los sistemas productivos es la contraria. Dado que este tipo de
disposición requiere, además, una gran organización y sincronización de operaciones, resulta
muy sensible a las incidencias, ya que, en efecto, en caso de que una de las estaciones de
trabajo se detuviera, se detendría todo el proceso.
La tendencia en los actuales sistemas de gestión parte de la base de adaptar la producción a una
demanda variable, producto personalizado y series cortas, para todo lo cual, parece en principio
mejor una disposición flexible, como la orientada al proceso. Sin embargo, la disposición en flujo
lineal tiene un coste mucho más bajo, dado que el proceso puede llevarse a cabo con muchas
menos actividades, manipulaciones, desplazamientos, etc. y con un tiempo de proceso mucho
menor, sobre todo si el producto puede avanzar unidad a unidad. En cambio, en la implantación
de tipo funcional, el producto avanza indefectiblemente por lotes, con lo cual el tiempo que una
unidad de producto debe permanecer en una operación es el necesario para completar las
operaciones de todo el lote. Además, la implantación de flujo lineal tiene una mayor simplicidad
de recorrido del producto.
Estos aspectos son, pues, decididamente favorables a la disposición en flujo lineal, y suponen
que la misma se desarrolla con una proporción mucho menor de actividades que no
añaden valor al producto. Recordemos que otorgamos gran importancia a este aspecto al
describir los procesos descompuestos en sus actividades, tanto de forma descriptiva como
gráfica. Así pues, teniendo en cuenta estas características y la gran importancia que tienen, se
han desarrollado sistemas para aprovechar al máximo las ventajas de la disposición orientada al
producto, pero conjugándolas con el logro de una mayor flexibilidad en su diseño e implantación.
Concretamente, se han desarrollado nuevas formas de disponer el proceso, basadas en el flujo
lineal (y por tanto orientadas al producto) que suponen una solución de compromiso en un
intento de hacerse con las ventajas de los dos tipos de disposición que hemos expuesto. Se
denominan células de fabricación o células flexibles. En ellas pueden llevarse a cabo procesos
para productos distintos que tengan estos mismos procesos (por ejemplo, tallar engranajes o
pintar) o para gamas de un mismo producto, con una disposición en flujo lineal, incluso en el
caso de procesos de fabricación (que son los que más comúnmente se llevan a cabo
en plantas con disposición tipo taller). La flexibilidad puede además incrementarse con acciones
tales como:
Para que ello se produzca en la mínima proporción posible y, por tanto, para que los procesos se
asimilen más a los de orientación-producto, es preciso agrupar previamente los productos en
familias asignadas a células distintas, de forma que cada familia esté formada por productos
suficientemente homogéneos u homogeneizables.
Las características esenciales que pueden hacer decantar la producción por un tipo u otro serán:
Autor: Lluís Cuatrecasas Arbós
Referencia bibliográfica: