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EL ESTADO

1. NATURALEZA GREGARIA Y SOCIABLE DEL HOMBRE

(y) Se sostiene que la sociedad va surgiendo surge como consecuencia de la naturaleza


gregaria del hombre y en esta medida, conforme al desarrollo de los grupos sociales y a
su desenvolvimiento en el tiempo. En sus comienzos se concibe al hombre como un
simple recolector de productos de la tierra y como tal se siente poseedor o dueño de los
frutos que recolecta para sí y de su familia, pero cuando se asocia con otros va formando
grupos colectivos en cuyo seno cambia el concepto de propiedad individual para definirla
como propiedad colectiva, de todos los componentes del grupo social.

(y) Queda claro que el hombre es gregario por naturaleza e indudablemente siente la
necesidad de ser colaborativo y para su desarrollo y satisfacción de se requiere del
concurso de sus semejantes. Su visión es una existencia feliz y así lo manifiesta al
momento de razonar. En su formación y desenvolvimiento en la vida social va creando
cultura de acuerdo con sus modos de interactuación y los aportes individuales de los
actores del grupo. De esta manera, encontramos al hombre como la piedra básica de la
pirámide social.

(y) Ahora bien, en la vida del hombre encontramos elementos que lo caracterizan como
ser que tiene aspiraciones y metas que alcanzar o concretar, que van más allá del
cuidado y conservación de la vida y de la conservación de la especie, como establecer la
organización de la sociedad que le permita alcanzar la plenitud de una vida placentera y
feliz

(y) En este proceso, encontramos una estructura social de acuerdo al lugar en que los
grupos ocupan en el proceso de producción y distribución de la riqueza, determinando un
modo de vida según la fuerza social y económica, que determina la in fluencia en la vida
política y el interés colectivo. En el tiempo van apareciendo determinadas clases sociales,
unas dominantes económica y políticamente sobre otras que operan en los medios de
producción pero que tienen poca intervención en la distribución de la riqueza. Surge una
sociedad dentro del sistema capitalista dominante, con ideología e intereses que
responden a su propio interés.

(y) De esta manera concluimos que la sociabilidad es la característica esencial del


hombre, esto es, como aspecto definitorio de la condición humana. Su capacidad racional
es intrínseca a su naturaleza y le permite pasar de una comunidad de familias y aldeas
para formar comunidades políticas, formando sociedades organizadas que dan lugar a
estructuras sociales que contemporáneamente llamamos Estado.

(y) Ahora bien, las interactuaciones dentro de la comunidad hace imperioso entre los
hombres de un elemento o instrumento regulador o regulatorio, que indudablemente nos
lleva a la idea del Derecho, que pueda regirlos interiormente y exteriormente según la
conveniencia de la sociedad que integra, esto es dentro de una comunidad social
organizada o comunidad estatal, que unifica los intereses colectivos.
1. PERSONA SOCIEDAD Y ESTADO

1.1. PERSONA

Sostiene José María Diez, que la concepción del Estado es inseparable de la concepción
del hombre, el que se halla unido a sus semejantes por una diversidad de vínculos de
orden físico, moral, social, económico, religioso, de parentesco, vínculos de solidaridad,
de intercambio por división de trabajo, vínculos de familia, relaciones de negocios,
integración, etc. Debemos, por ello, prestar mucha atención a la complejidad de la
realidad social.

Consideramos que la noción de persona es trascendental por ser elemento fundamental


de las Ciencias Jurídicas, pues todo el Derecho se ha creado en razón al interés de la
persona. Ahora bien, el Derecho no repara en el hombre como realidad psico-biológica
sino en lo que es la parte de su conducta, adquiriendo relevancia al estar regulada en el
ordenamiento jurídico.

Desde el punto de vista técnico-jurídico, es una categoría jurídica independiente en


absoluto de toda corporalidad o espiritualidad, de tal modo que es una realidad de hecho
pero a la vez un producto de Derecho, traduciendo una situación jurídica.

1.2. SOCIEDAD

Las aspiraciones humanas son múltiples y de naturaleza distinta entre sí, ya sean
materiales, espirituales o intelectuales, persiguiéndose la manutención de la existencia
por la satisfacción de las necesidades primarias de alimento, vestido y habitación, así
como el desarrollo físico-mental se satisface por la creación de la Cultura y la asimilación
general de la misma.

De esta manera podemos conceptuar la Sociedad como la unión o agrupación de seres


humanos que, motivados por diversos fines, generan entre sí vínculos y relaciones
comunes, o acuerdo de voluntades y coordinación de esfuerzos y medios. Es, pues, la
convivencia de seres libres e inteligentes que, en forma conjunta, cooperan de manera
permanente y estable a la consecución de un bien común. En otros términos, la reunión
de hombres expresada en la unión de esfuerzos concurrentes de modo permanente para
la consecución de fines comunes.

De otro lado, existen requerimientos o necesidades consustanciales al grupo y que por su


naturaleza se oponen a la satisfacción librada a la iniciativa individual, tal como el orden,
la seguridad pública, la defensa o la justicia, pues las limitaciones individuales están en la
potestad del grupo y no de los individuos aisladamente. Nadie puede, por ejemplo,
hacerse justicia por sí mismo, pues si ello sucediera se atentaría contra la misma
sustancia social.

De este modo surge la obligación del grupo para satisfacer cierto tipo de requerimientos
excluyendo o limitando la actividad de los individuos en dicha tarea. Es al grupo a quien le
corresponde la tipificación de tales necesidades, así como la selección de los medios y de
los sistemas más adecuados, para atenderlos y solucionarlos.
1.3. ESTADO

1.3.1. Orígenes y Evolución

(y) Todas las comunidades de hombres organizadas han atravesado largos procesos para
llegar a la condición de Estado, como una de las formas más significativas y acabadas de
organización social hasta ahora conocidas, aun cuando los gobiernos temporales en el
tiempo hacen que se esté recusando su existencia por el abuso de los grupos de poder
dominantes e influyentes en el desempeño de los gobernantes. Es innegable en los seres
humanos las ansias o aspiraciones de ejercer mando, pero en buenos términos esta
capacidad de mandar no es otra cosa que el ejercicio de autoridad, más no la pretensión
o deseo ilegítimo y poco civilizado de dominación.

(y) Las sociedades se han organizado jurídica y políticamente en un territorio determinado


para asegurar la subsistencia de todos sus integrantes, en el entendido que se trata de un
conjunto de personas que busca la satisfacción de los intereses de todos sus integrantes.

(y) El estado no ha sido siempre la organización jurídica y política que conocemos. En


estos términos, no podemos considerar en buenos términos a los estados que se
formaron en la antigüedad, porque carecían de legitimidad, por cuanto surgían cuando el
tirano se apoderaba de determinado territorio atropellando la voluntad de la población y
sus propios vínculos, sentimientos y tradiciones. Antes que estados eran imperios que
basaban su dominio en el abuso del poder adquirido por la fuerza, avasallando la cultura
de pueblos.

(y) Históricamente, es a partir del siglo VIII a.c. que se tiene conocimiento de la existencia
de pueblos o civilizaciones gobernados por monarquías que se sucedían y perpetuaban
por herencia, a través de familias conocidas como dinastías imperiales, en las cuales al
monarca o emperador se le consideraba como señor absoluto y dador de las leyes que
regían la monarquía. Era muy limitada la capacidad de las personas súbditas al monarca,
pues los gobernantes constituían una clase privilegiada con todos los derechos sobre los
súbditos.

(y) Los poderes señoriales dominantes van desapareciendo con la civilización griega, al
aportar una concepción distinta de Estado. Su estructura organizativa basada en la polis o
ciudad permitió la participación vinculante de la población, que entendía el concepto del
interés colectivo y que el territorio que ocupaba le pertenecía y por tanto su defensa le
concernía. Se consideraba a la población con ciudadanos libres tomando parte en las
funciones de gobierno, aun cuando la participación ciudadana se establecía de acuerdo a
las clases sociales y éstas en función de la riqueza

(y) Al aparecer la economía basada en el régimen feudal desaparece la noción del interés
colectivo, predominando más bien los lazos de carácter personal, dando lugar a que los
jefes locales tengan poder significativo, recio y fuerte, lo que permitía que ejerzan poder
para recaudar tributos, tener su propia moneda y hasta administrar justicia y tener su
propio ejército, todo lo que hacía que el poder central sea débil aun cuando tenía
apariencia de legitimidad.

(y) Al surgir la idea del Estado moderno se revaloriza el concepto de la persona humana
y se la concibe como centro del universo; del mismo modo se define al Estado lejos de la
concepción religiosa, desapareciendo por supuesto el feudalismo.
(y) Al constituirse los estados modernos no está en duda su legitimidad, pues surge para
superar el poder de los señores feudales que había dado lugar a sociedades muy
fragmentadas y carentes de un poder central sólido. Se consolidan las monarquías y a la
vez se unifican los territorios, apareciendo los ciudadanos con ciertas formas de igualdad
jurídica. Se orienta el reconocimiento de la libertad individual y el equilibrio de poderes en
una suerte de limitación del ejercicio de la autoridad para evitar el abuso del poder y
garantizar la vida ciudadana en función del interés general y el bienestar general.

(y) Con el estado moderno aparece el concepto de la soberanía del pueblo como titular
del poder representativo.

(y) Luego, durante los siglos XVIII, XIX y XX surge el Estado constitucional, cuya
existencia se reconoce por su regulación en Carta Política de los Estados, con el
propósito de garantizar la declaración y vigencia de los derechos fundamentales y
permitir la vida ciudadana basada en la separación y equilibrio de los poderes públicos.

(y) Conclusión: Existen muchas teorías sobre el origen del Estado, pero lo cierto es que el
hombre tiene la tendencia natural a vivir dentro de una sociedad en la que se ejerza
autoridad con el objeto de organizar y dirigir el esfuerzo de todos hacia el bien común.
Siendo así, podemos concebir a la sociedad como producto de la evolución histórica que
requiere consolidarse en una organización definida como Estado.

1.3.2. Definición de Estado

(y) Es necesario definir al Estado y reconocer su estructura para tener, a


cabalidad, una visión de todos los organismos públicos donde laboran los
trabajadores que tienen al Estado como empleador.

(y) Sin profundizar en el tema, que es propio del Derecho Constitucional, para
llegar al concepto de Estado debemos dejar en claro que el tránsito histórico
debe reconocer a la persona como una identidad primigeniamente viable para
satisfacer por sí mismo sus necesidades básicas o elementales de
alimentación, vivienda y vestido, pero cuando se encuentra formando parte de
una reunión o grupo de personas debe considerarse ya no las aspiraciones
personales de cada individuo integrante del grupo sino las aspiraciones
comunes que involucran a todos los componentes individuales, para garantizar
la subsistencia grupal y su desarrollo en procura de los mejores niveles de
calidad de vida y el aseguramiento de una vida en paz y tranquilidad, que evite
el conflicto y social y asegure, más bien, su permanencia y desarrollo. Nos
encontramos, entonces con el concepto de sociedad, definida como la reunión
de un conjunto de personas con intereses e ideales comunes, que tienen
necesidades consustanciales a la colectividad que conforma y que para su
satisfacción debe comprometer un aparato y mecanismos complejos.

(y) Para la consecución del bien común, la Sociedad genera un poder que
organizativamente deviene en autoridad y que tiene la facultad para imponer
limitaciones y hacerlas respetar. Surge así el Estado como centro de poder
social, materialización del mismo y como fuerza actuante sobre el elemento
material, para garantizar la integridad del elemento formal.
(y) Podemos, igualmente, conceptuar al Estado como la organización jurídica
de la nación, en cuanto ésta constituye una entidad que se concreta cuando
reconocemos que está integrada por las personas que habitan en un territorio
determinado. La nación está formada por el pueblo con sus propios ideales y
propósitos, así como sus tradiciones e intereses comunes de orden político,
económico y cultural, intereses que se conjugan y concentran y luego se
exteriorizan para cohesionarla y concretarla. Esto importa la presencia de
estructuras y organizaciones que en el tiempo se han definido como poderes
públicos dentro de la estructura básica que comprende los poderes legislativo,
judicial y ejecutivo, que se complementa con los gobiernos regionales y locales
o municipales como órganos de gobierno descentralizado, así como los
organismos constitucionales autónomos y los organismos públicos
descentralizados ejecutores, reguladores y técnico especializados.

(y) Ahora bien, la conceptuación del Estado como la sociedad jurídicamente


organizada alude a que la propia sociedad, por algo trascedente a sí misma,
impone un mandato o conjunto de mandatos que vinculan a sus miembros
componentes; mandatos que constituyen las normas jurídicas de organización
para posibilitar la generación de las normas de conducta que amplían o
restringen la esfera de los derechos y obligaciones de los seres humanos.

(y) Así, encontramos que el Estado es un poder, una fuerza que se limita y
ejercita por sus mandatos, surgidos del grupo y para la satisfacción de los fines
comunes. Es una forma de organización jurídica y política creada para cumplir
el rol que le impone la población con determinados propósitos comunes, en
beneficio de las personas integrantes de sociedad.

(y) Tal como lo sostiene Bielsa (1), el Estado se caracteriza como poder
jurídico, que es la autoridad ejercida para el cumplimiento del rol social. El
concepto Estado presupone la existencia de dos elementos materiales
(población y territorio) y un elemento formal (el poder o imperium). La
preponderancia de éste último es lo que asegura las funciones jurídicas y
sociales.

(y) Para concretar una definición de Estado es insoslayable establecer la


diferencia con el concepto de Nación. Llegamos a sostener que nación es el
conjunto de personas que habitan en un territorio y tienen una serie de
aspectos comunes, convencionales, comunitarios, que se identifican con una
historia común, esto es que comparten tradiciones, cultura, costumbres y
generalmente la misma lengua, raza y religión; en tanto que el Estado es una
forma de organización jurídica y política que ha sido concebida y creada por
personas asentadas en un determinado territorio, que tiene instituciones, leyes
y personas que ejercen la autoridad o poder; podemos decir que es una
organización que cohesiona a la población de un determinado territorio, la cual
queda sujeta a sus leyes y a una autoridad creada para el ejercicio del poder;
lo que quiere decir que se reconoce a un Estado porque en él se reconoce al
elemento territorial delimitado por sus fronteras, dentro del cual habita la
población que tiene un gobierno representado por personas en las que radica
la autoridad o poder estatal. La Nación es un concepto histórico y cultural; el
Estado es un concepto jurídico y político.
(y) Concluimos definiendo al Estado en su concepción jurídico-política, como la
sociedad organizada, con independencia y soberanía reconocidas, con sus
instituciones constituidas para el ejercicio del gobierno sobre la población
residente en un territorio determinado, con sujeción a la Constitución y las
leyes.

(y) Nuestra Carta Política, en su Art. 45°, declara que el poder del Estado
emana del Pueblo y quienes lo ejercen lo hacen con las limitaciones y
responsabilidades que la Constitución y las leyes de la República establecen.
En su Art. 44°, prescribe que son deberes primordiales del Estado, entre otros,
defender la soberanía nacional, garantizar la vigencia de los derechos
humanos, proteger a la población de las amenazas contra su seguridad y
promover su bienestar general, bajo el fundamento de la Justicia y el desarrollo
equilibrado de la Nación.

(y) Por ello, hay que sostener que es fin del Estado mantener y garantizar la
subsistencia del grupo social, su desarrollo, la pacífica convivencia de todos
los integrantes de la organización, y procurar los medios necesarios para el
desarrollo de los individuos en niveles compatibles con la dignidad humana.
Para la realización de estos fines se desarrollan las llamadas funciones del
Estado.

1.3.3. Funciones del Estado

(y) Para poder realizar sus funciones esenciales el Estado debe constituirse, es
decir que debe asumir la responsabilidad frente a los retos que tiene como
organización política y jurídica, estableciendo el conjunto de órganos a través
de los cuales manifieste la voluntad proteger y dar seguridad a la población
para asegurar el desarrollo general y el bienestar general fundamentado en la
justicia y el desarrollo integral y equilibrado de la Nación, tal como lo prescribe
el artículo 44° de nuestra Carta Política; es decir la atención de todos los
requerimientos de la población a través de sus estructuras básicas y los
organismos públicos creados con tal finalidad.

(y) Dicho esto, las funciones del Estado no son otras que las de seguridad,
justicia y bienestar general en el orden social, económico y cultural, que son
aspiraciones de la comunidad social pero las realiza el Estado, como
organización jurídica de la sociedad. De esta manera concordamos que los
fines del Estado no son otros que los fines de la sociedad y los de ésta son los
fines comunes de las personas que la conforman.

(y) En tal sentido, si bien en forma y sumaria, es oportuno examinar las


principales funciones generales del Estado como organización jurídica de la
sociedad, dejando establecido que la actividad del Estado dirigida al
cumplimiento de sus fines se resume en la clásica trinidad de legislación,
jurisdicción y administración, pero hay otras funciones que debe cumplir a
través de todas las entidades públicas creadas para la atención de áreas
específicas como la defensa y seguridad territorial, de orden interno, de gestión
pública y de control y fiscalización.

a. Función legislativa.
(y) Es la que establece el conjunto de normas para constituir la propia
organización del aparato estatal, así como para regular la conducta o
comportamiento de las personas. Tales normas pueden ser generales o
especiales, formales o materiales.
Cabe mencionar que los órganos administrativos pueden dictar actos con
contenido legislativo, como los reglamentos, que son orgánicamente
administrativos pero materialmente legislativos.

b. Función jurisdiccional.
(y) Es aquella que persigue la solución de litigios o conflictos jurídicos entre
los particulares aplicando las leyes vigentes al caso concreto, cautelando
que cada cual procure lo suyo, o sancionando las contravenciones a las
buenas costumbres y el orden público calificadas como ilícitos penales, con
privación de derechos que corresponda.

c. Función ejecutiva.
(y) Es una actividad que se distingue de la legislativa y jurisdiccional por
ser diversa, pues en un primer momento se diferencian las funciones de
gobierno y de administración y esta última se caracteriza por ser múltiple
en tanto abarca todo lo que hace el estado y no están comprendidas en las
áreas ya mencionadas.
Se reconoce la amplia gama de actividades a cargo de la administración
pública portadoras de los servicios públicos para atender las demandas de
la población,
d. Función Gestora.
(y) Encontramos inclusas en esta función las operaciones de gobierno, de
administración y de fiscalización, que compromete instituciones y recursos
del Estado, promoviendo a la vez a la sociedad civil y al sector empresarial
privado con el propósito de satisfacer las necesidades colectivas e impulsar
el desarrollo de la nación. Importa planificar, organizar y transformar
recursos para proveer servicios públicos de acuerdo a la política
gubernamental, para resolver problemas y satisfacer las necesidades
públicas. Todo ello, como está dicho, a través de un conjunto de entidades
estatales y el concurso de empresas privadas.

e. Función de control.
Tiene que ver con la verificación del buen uso de los recursos
institucionales y los bienes estatales, así como de la actuación de los
funcionarios y servidores públicos en el manejo de las asignaciones
presupuestarias, mediante diversos medios de control concurrente y
posterior y contribuir a la modernización del Estado, mediante acciones de
mejoramiento continuo en las distintas entidades públicas. La actividad de
control procura la transparencia de la gestión pública en las entidades
estatales, asegurando la promoción de valores y la responsabilidad de los
agentes públicos.

f. Función de defensa.
(y) Mediante esta función el Estado garantiza la integridad de la soberanía
nacional dentro de sus fronteras, eso es el mantenimiento de la integridad y
seguridad de la población frente a otros estados que pretendan violar sus
elementos y medios para absorberlo o destruirlo.

g. Función de relaciones exteriores

(y) Es aquella que procura la armonía con entidades semejantes a nivel


mundial, a fin de concertar y mantener vínculos internacionales con otros
estados y con organizaciones que reúnen a países comprometidos con la
cooperación y ayuda mutua, o a prevenir rupturas que puedan derivar en
conflictos o agresiones.

(y) Como se puede apreciar, a tres las funciones básicas del Estado se suman otras que
son encargadas a instituciones creadas con objetivos específicos, como la contraloría de
la república, las fuerzas armadas, la diplomacia peruana, entre otras.

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