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Expediente 1783 -2013 1

APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTE 1783-2013
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, veinte de agosto de dos mil trece.
En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de dieciocho de
abril de dos mil trece, dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y
Antejuicio, en la acción constitucional promovida por el Ministerio Público, por medio de la
Fiscalía contra el Lavado de Dinero u Otros Activos, contra la Sala Tercera de la Corte de
Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente. El postulante
actuó con el patrocinio del agente fiscal Héctor Ovidio Pérez Caal. Es ponente en el
presente caso, el Magistrado Vocal III, Alejandro Maldonado Aguirre, quien expresa el
parecer de este Tribunal.
ANTECEDENTES
I. EL AMPARO
A) Interposición y autoridad: presentado el dieciocho de enero de dos mil trece, en el
Juzgado de Paz Penal de Faltas de Turno del municipio y departamento de Guatemala y
remitido a la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio. B) Acto
reclamado: auto de seis de diciembre de dos mil doce, dictado por la autoridad
reclamada, que declaró con lugar el recurso de apelación interpuesto por la defensa del
procesado Erick Fernando Cojulún o Erick Fernando Galeotti Cojulún contra la resolución
emitida por el Juez Cuarto de Primera Instancia Penal Narcoactividad y Delitos contra el
Ambiente del departamento de Guatemala y, como consecuencia, revocó el auto de
prisión preventiva dictado en su contra, otorgándole varias medidas sustitutivas, dentro
del proceso penal que se le sigue por el delito de Lavado de dinero u otros activos. C)
Violaciones que denuncia: al derecho de defensa y al principio jurídico del debido
proceso. D) Hechos que motivan el amparo: de lo expuesto por el postulante y de las
constancias procesales se resume: D.1) Producción del acto reclamado: a) el Juez
Cuarto de Primera Instancia Penal Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del
departamento de Guatemala, recibió la primera declaración de Erick Fernando Cojulún y/o
Erick Fernando Galeotti Cojulún -ahora postulante- emitiendo autos de procesamiento y
prisión preventiva en su contra, por el delito de Lavado de dinero u otros activos; b)
contra lo anterior, el procesado, interpuso recurso de apelación que conoció la Sala
Tercera de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el
Ambiente -autoridad denunciada- que revocó el auto apelado por resolución de seis de
diciembre de dos mil doce -acto reclamado- y, como consecuencia, le otorgó las medidas
sustitutivas siguientes: i) obligación de presentarse a firmar el libro de sindicados cada
ocho días; ii) prestación de caución económica de cien mil quetzales (Q100,000.00); y iii)
prohibición de salir del país sin autorización judicial. D.2) Agravios que se reprochan
al acto reclamado: estimó que la resolución objetada le causa agravio debido a que se
violó el debido proceso al otorgar medidas sustitutivas a una persona que no acreditó la
procedencia del dinero que llevaba en su automóvil, porque en la práctica forense se ha
podido establecer que en un noventa por ciento de los casos en que se otorgan medidas
sustitutivas por el delito de Lavado de dinero u otros activos, los procesados se sustraen
de la persecución penal y se dan a la fuga aunque se declare su rebeldía, por lo que los
procesos terminan archivados. Manifestó que, en el presente caso, por actuaciones
arbitrarias e ilegales de la autoridad denunciada le ocasionó un agravio evidente, debido a
que por la cantidad de dinero que transportaba el sindicado del cual no dio explicación
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satisfactoria de su procedencia, existe la posibilidad de que se ausente del país, porque


no basta con acreditar su arraigo sino que debió considerarse que por el tipo de delito
que se presume cometió, se espera imponerle una pena que no da lugar a ser
conmutable o sustituida en ninguna forma por otra que no sea la prisión preventiva, por
lo que puede sustraerse del proceso o fugarse. Además, en el presente caso, su libertad
sólo se debió otorgar si estaban debidamente acreditados todos los extremos que
desvanecieran los hechos por los que se le juzga o hasta que desaparecieran los
elementos de obstaculización para la averiguación de la verdad y el peligro de fuga, los
cuales aún están latentes, porque el tipo penal que se le imputa tiene pena de seis a
veinte años de prisión y no es susceptible de otorgamiento de ninguna medida sustitutiva.
D.3) Pretensión: solicitó que se le otorgue el amparo promovido y, como consecuencia,
se suspenda en forma definitiva la resolución que constituye el acto reclamado. E) Uso
de procedimientos y recursos: ninguno. F) Casos de procedencia: invocó los
contenidos en los incisos a), d) y h) de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad. G) Ley que estima violada: citó los artículos 12 y 204 de la
Constitución Política de la República de Guatemala.
II. TRÁMITE DEL AMPARO
A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceros interesados: a) Erick Fernando
Cojulún o Erick Fernando Galeotti Cojulún, sindicado; y b) Juan Alberto Osorio, abogado
defensor. C) Remisión de Antecedentes: expedientes: a) apelación ochocientos
dieciséis - dos mil doce (816-2012) de la Sala Tercera de la Corte de Apelaciones del
ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente; y b) cero un mil sesenta y
nueve - dos mil doce - cero cero quinientos treinta y ocho (01069-2012-00538) del
Juzgado Cuarto de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente
del departamento de Guatemala. D) Pruebas: a) las admitidas por el Tribunal de
Amparo de primer grado. E) Sentencia de primer grado: la Corte Suprema de Justicia
Cámara, de Amparo y Antejuicio, consideró: “(…) El argumento del postulante se reduce
a que las personas sindicadas por el delito de lavado de dinero u otros activos no pueden
acceder a medidas sustitutivas porque se sustraen al proceso y luego se debe declarar su
rebeldía, además de haber considerado que el procesado no ha demostrado la
procedencia del dinero que le fue incautado. En principio la naturaleza jurídica de las
medidas sustitutivas contempladas en el artículo 264 del Código Procesal Penal, señala
taxativamente cuáles son los delitos que tienen prohibición para su otorgamiento, entre
los cuales no se encuentra el delito de lavado de dinero u otros activos, a lo cual debe
agregarse que el artículo 27 de la Ley del Fortalecimiento de la Persecución Penal,
Decreto 17-2009 del Congreso de la República, que contenía la prohibición de otorgar
medidas sustitutivas en los delitos en los cuales la pena fuera inconmutable, fue
declarado inconstitucional en sentencia del ocho de febrero de dos mil once, emitida por
la Corte de Constitucionalidad en el expediente mil novecientos noventa y cuatro - dos mil
nueve. De esa cuenta, el otorgamiento de medidas sustitutivas en el delito en cuestión
queda suspendido únicamente a lo establecido en los artículos 262 y 263 del Código
Procesal Penal, los cuales señalan las circunstancias que debe tomar en cuenta el
juzgador para su otorgamiento en relación a los peligros de fuga y obstaculización para la
averiguación de la verdad, siendo éstas, según el primer artículo citado: „1) Arraigo en el
país, determinado por el domicilio, residencia habitual, asiento de la familia, de sus
negocios o trabajo y las facilidades para abandonar definitivamente el país o permanecer
oculto. 2) La pena que se espera como resultado del procedimiento. 3) La importancia del
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daño resarcible y la actitud que el sindicado o imputado adopta voluntariamente frente a


él. 4) El comportamiento del sindicado o imputado durante el procedimiento o en otro
procedimiento anterior, en la medida que indique su voluntad de someterse a la
persecución penal; y 5) la conducta anterior del imputado‟. En relación al peligro de
obstaculización y para decidir sobre su aplicación, el segundo artículo citado señala que se
tendrá en cuenta para su aplicación, la grave sospecha de que el imputado pueda: „1)
Destruir, modificar, ocultar, suprimir o falsificar elementos de prueba. 2) Influir para que
coimputados, testigos o peritos informen falsamente o se comporten de manera desleal o
reticente. 3) Inducir a otros a realizar tales comportamientos‟. Al otorgar medidas
sustitutivas al sindicado, la Sala cuestionada hizo referencia detallada a cada uno de los
elementos que tomó en cuenta para beneficiarlo, al haber considerado que demostró el
debido arraigo al establecer su residencia, su lugar de trabajo y la nacionalidad
guatemalteca, habiendo considerado además, que el peligro de fuga no quedó
debidamente presumido y que la procedencia del dinero sea de origen ilícito. En las
circunstancias anteriormente señaladas, es al juzgador en forma exclusiva, a quien
corresponde evaluarlas para luego decidir sobre el otorgamiento de medidas sustitutivas.
Cabe agregar que la prisión preventiva es la excepción, de acuerdo al contenido del
artículo 14 del Código Procesal Penal, el cual señala que las disposiciones que restringen
la libertad del imputado deben interpretarse restrictivamente, prohibiendo la
interpretación extensiva y la analogía mientras no favorezcan la libertad del Sindicado.
Cabe agregar, que en cuanto al argumento de que, el sindicado no ha probado la
procedencia lícita del dinero que se le incautó; es en el desarrollo del proceso penal en el
cual se debe establecer tal circunstancia y no en la primera declaración, porque antes de
ello se tiene únicamente indicios sobre la comisión de un ilícito penal, y debe ser en el
transcurso del proceso que se establezca el origen ilícito o no del dinero incautado. En
tanto eso sucede, debe presumirse la inocencia del sindicado, con fundamento en el
artículo 14 constitucional. Por último la Corte de Constitucionalidad, al dictar la sentencia
en la inconstitucionalidad anteriormente citada considero: „… En efecto la norma
constitucional confiere al titular del tribunal que conoce del proceso la facultad de decidir
en ejercicio de la función jurisdiccional que le ha sido encomendada por el propio texto
supremo, acerca de la procedencia de la prisión preventiva en el caso concreto, debiendo
constatar la existencia de información sobre la comisión de un determinado delito y sí
concurren motivos racionales suficientes que le hagan creer -al juez y únicamente a éste-
que el imputado lo ha cometido o ha participado en su comisión, debiendo agregar que,
conforme a la legislación ordinaria que desarrolla el texto constitucional, deberá también
establecer sí las circunstancias del caso denotan la viabilidad o no de imponer aquella
medida, para lo cual habrá de verificar si se dan los supuestos legales que determinan su
procedencia (artículos 259, 262 y 263 del Código Procesal Penal, entre otros). En tal
sentido, la norma que se enjuicia hace caso omiso de la potestad delegada en el juzgador
por la Constitución, determinando que, sin importar lo que éste pueda constatar e,
incluso, ignorando las circunstancias específicas del caso bajo juzgamiento, la prisión
preventiva deberá ser decretada siempre, por imperativo legal, ante la sindicación por
delito cuya pena sea inconmutable. La situación anterior determina la infracción del
precepto contenido en el artículo 13 de la Constitución, por inobservancia del mandato en
él establecido, lo que desemboca en la supresión de una facultad encomendada
exclusivamente al juez de la causa, pues sólo éste, conforme a las circunstancias del caso
concreto y atendiendo a las normas aplicables, es quien deberá decidir sobre la
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pertinencia y legalidad de aplicar determinada medida cautelar o, en su caso, la no


aplicación de alguna de estas (artículo 264 del Código Procesal Penal). Es así como la
regulación normativa atacada interviene indebidamente en cuestiones que la Constitución
ha delegado en el criterio del titular del órgano jurisdiccional, siendo a éste al único que
se ha autorizado para decidir sobre la viabilidad o no de dictar, según sus consideraciones
y estimaciones concretas, auto de prisión. En tal sentido, la supresión de la facultad
jurisdiccional para decidir sobre la aplicación de la prisión preventiva, según las
circunstancias del caso, se traduce en injerencia en el ejercicio de la función
encomendada, exclusivamente, a los tribunales de justicia, conforme lo determina
específicamente el citado artículo 13 constitucional en armonía con la norma contenida en
el artículo 203 del mismo texto supremo (…) se aprecia la proporcionalidad que debe
imperar al considerar el interés general por una persecución penal efectiva, esto es, el
aseguramiento del resultado satisfactorio del proceso, y la restricción o limitación a los
derechos del imputado, cuestión que determina la compatibilidad existente entre la
utilización de la prisión preventiva en el proceso penal, observando su carácter de medida
excepcional y precautoria y el respeto a la presunción de inocencia que la propia
Constitución garantiza…‟. Las anteriores consideraciones llevan a la conclusión que, es al
juez de la jurisdicción ordinaria a quien corresponde evaluar las circunstancias que
influyen en el otorgamiento o no de las medidas sustitutivas, no siendo atribución de un
tribunal constitucional decidir sobre tal aplicación, pues ello conlleva a sustituir la función
de juzgar que la Constitución Política de la República de Guatemala otorga a los tribunales
de justicia en el artículo 203. Como resultado de las anteriores consideraciones, el amparo
debe denegarse por ser notoriamente improcedente (…)”. Y resolvió: “(…) Deniega por
notoriamente improcedente el amparo planteado por el Ministerio Público, a través de la
Fiscalía Contra el Lavado de Dinero u Otros Activos, por medio del abogado Héctor Ovidio
Pérez Caal y en consecuencia: a) no condena en costas al solicitante ni impone multa al
abogado patrocinante por lo considerado; (…)”.
III. APELACIÓN
El Ministerio Público, por medio de la Fiscalía de Asuntos Constitucionales, Amparos y
Exhibición Personal, apeló, reiterando los argumentos expuestos en el escrito inicial de la
acción constitucional que instó, y agregó que la autoridad reclamada, al arribar a la
decisión objetada, se apartó de la ley procesal penal especialmente del contenido del
artículo 5, y se extralimitó en el ejercicio de sus atribuciones porque dejó sin efecto la
prisión preventiva que garantizaba la presencia del imputado en el proceso.
IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA
A) El Ministerio Público, por medio de las Fiscalías Contra el Lavado de Dinero u
Otros Activos y de Asuntos Constitucionales, Amparos y Exhibición Personal,
argumentó que no comparte el criterio expresado en la sentencia del Tribunal de Amparo
de primer grado que denegó la acción constitucional que solicitó, porque en casos de
delitos de impacto con penas de prisión inconmutables y especialmente cuando las
personas son detenidas con grandes sumas de dinero, se está ante una situación que
requiere de un análisis profundo y lógico para no caer en imprecisiones que repercuten
indudablemente en el debido diligenciamiento de los procesos. Requirió que se otorgue el
amparo promovido. B) Juan Alberto Osorio, y Erick Fernando Cojulún, terceros
interesados, manifestaron que la resolución emitida por la autoridad cuestionada fue
conforme a Derecho, porque actuó en ejercicio de sus facultades y los fundamentos de su
decisión los hizo conforme a lo establecido en el artículo 203 constitucional, sin causar
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agravio alguno. Indicó, también, que lo que el amparista pretende es constituir al amparo
en una instancia revisora de lo resuelto por la jurisdicción ordinaria. Manifestó que la
resolución recurrida cuenta con los elementos necesarios de fundamentación y
motivación. Solicitó que se deniegue el amparo.
CONSIDERANDO
-I-
No procede el amparo si la autoridad contra la que se reclama ha actuado dentro
de la esfera de sus facultades, y sin que el ejercicio de éstas viole derechos que la
constitución Política de la República de Guatemala, los tratados internacionales y las leyes
garantizan.
Resulta improcedente otorgar amparo, cuando un órgano jurisdiccional al
determinar la viabilidad de un recurso de apelación que conoció, señaló con precisión los
aspectos en que se fundamentó para revocar el auto apelado y ordenar el otorgamiento
de medidas sustitutivas.
-II-
En el presente caso, se considera necesario señalar que:
a) El postulante indica como acto reclamando la resolución de seis de diciembre
de dos mil doce, dictada por la autoridad cuestionada, que revocó el auto de prisión
preventiva dictado contra Erick Fernando Cojulún y/o Erick Fernando Galeotti Cojulún por
el delito de Lavado de dinero u otros activos y, como consecuencia, ordenó el
otorgamiento de varias medidas sustitutivas consistentes en: i) obligación de presentarse
a firmar el libro de sindicados cada ocho días; ii) prestación de caución económica de cien
mil quetzales (Q100,000.00); y iii) prohibición de salir del país sin autorización del juez
contralor.
b) La entidad postulante centró sus argumentos en que la pena que se espera
imponer al sindicado por el delito de Lavado de dinero u otros activos no da lugar a ser
conmutable o sustituida en otra forma que no sea la prisión, por lo que no debió
revocarse esta, debido a que el sindicado no demostró la procedencia lícita del dinero
incautado y puede sustraerse del proceso penal.
Consta en las actuaciones que la autoridad reclamada al declarar con lugar el
recurso de apelación, consideró: “(…) al proceder al análisis del auto impugnado
contenido en la grabación de audio confrontado con lo argumentado por el recurrente
consideramos que nuestro ordenamiento adjetivo penal, adecuado a las tendencias
modernas del proceso penal, que consideran a la prisión preventiva como una condena
anticipada, la admite sólo cuando resulte absolutamente indispensable para asegurar la
presencia del imputado en el proceso. Así mismo prevé los casos de excepción para su
aplicación indicando que en delitos menos graves no será necesaria la prisión preventiva,
salvo que exista presunción razonable de fuga o de obstaculización de la averiguación de
la verdad, así mismo señala el artículo 264 del mismo cuerpo legal que el juez o tribunal
competente, que conozca de un caso, podrá de oficio imponerle al imputado, alguna o
varias de las medidas sustitutivas, que considere pertinentes; de lo anterior los que
juzgamos en esta instancia observamos que el auto impugnado inobserva el principio de
fundamentación regulado en el artículo 11 Bis del Código Procesal Penal, al carecer de
una clara y precisa fundamentación de la decisión del juez a quo, pues en su
razonamiento no sustenta jurídicamente el porqué consideró en su momento la existencia
del peligro de fuga; toda vez que consta que en la audiencia de mérito que el sindicado
demostró el debido arraigo al demostrar circunstancias como su residencia, lugar de
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trabajo y que es de nacionalidad guatemalteca; en tal virtud consideramos que siendo el


delito de Lavado de dinero u otros activos por el que se encuentra ligado el sindicado al
proceso penal no se encuentra excluido de la aplicación de medidas sustitutivas al
haberse derogado por la Corte de Constitucionalidad el artículo 27 de la Ley de
Fortalecimiento a la Persecución Penal, norma que era una prohibición expresa en los
casos específicos en los que la pena fuere inconmutable, por lo que se debió tomar en
cuenta, que en el presente caso, no quedó debidamente presumido el peligro de fuga y
que la procedencia del dinero sea de origen ilícito como consta en las actuaciones
procesales y que existe suficiente documentación para sustentar el arraigo; razón por la
que consideramos que resulta procedente sustituir la prisión preventiva, mediante la
imposición de medidas de coerción menos graves, pues se debe tomar en cuenta que el
objeto de estas es para asegurar su presencia en el proceso del acusado y que su
aplicación en nada limita la función del ente encargado de la investigación y de los demás
sujetos procesales, ya que su otorgamiento se encuentra dentro de sus facultades
jurisdiccionales y acorde al espíritu que inspira a nuestro Código Procesal Penal (…)”.
El artículo 264 del Código Procesal Penal preceptúa: “Sustitución. Siempre que el
peligro de fuga o de obstaculización para la averiguación de la verdad pueda ser
razonablemente evitado por aplicación de otra medida menos grave para el imputado, el
juez o tribunal competente, de oficio, podrá imponerle alguna o varias de las medidas
siguientes …”.
Conforme la naturaleza jurídica de las medidas sustitutivas estas tienen como
fundamento, garantizar la libertad de la persona excluyendo la prisión provisional, la que
sólo puede decretarse siempre que concurran dos aspectos: a) peligro de fuga; y b)
obstaculización para la averiguación de la verdad. Esa exigencia atiende el principio
procesal favor libertatitis que establece que la libertad es la regla general y su excepción
es la prisión preventiva y que inmediatamente que el imputado ha sido puesto a
disposición del juez y se toma su primera declaración en presencia de su abogado
defensor y después de escuchar la petición del Ministerio Público, únicamente el juez
contralor decidirá su privación de libertad, sí, a su juicio, existen indicios racionales de la
posible comisión de un hecho delictivo y que tampoco existe, un razonable peligro de
fuga o de obstaculización para la averiguación de la verdad por parte del procesado, se
podrán otorgar medidas sustitutivas. Así, el otorgamiento de las medidas sustitutivas a la
prisión, como institución procesal que confiere una facultad exclusiva al juez de la causa,
para otorgarlas en lugar de la prisión, conforme a las circunstancias y atendiendo a las
normas aplicables al caso concreto, le permiten decidir sobre su pertinencia, legalidad y
aplicación o no, como órgano contralor de la investigación.
Esta Corte en sentencia de ocho de febrero de dos mil once, dentro del expediente
un mil novecientos noventa y cuatro – dos mil nueve (1994-2009) consideró: “La
Constitución privilegia siempre la libertad del imputado, lo que se traduce en que, de ser
factible el aseguramiento de los resultados del proceso mediante otros instrumentos
menos gravosos para aquél, son éstos los que deben ser aplicados, situación que inicie en
la naturaleza subsidiaria de la prisión. De esa cuenta, el ordenamiento procesal penal
regula determinadas medidas sustitutivas de la prisión preventiva, disponiendo en los
artículos 264 y 264 Bis del Código de mérito, que éstas habrán de ser aplicadas siempre
que el peligro de fuga o de obstaculización para la averiguación de la verdad pueda ser
razonablemente evitado por su medio. Es así como se comprenden, entre otras, el arresto
domiciliario, ciertas prohibiciones al imputado y la caución económica, medidas que
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restringiendo otros derechos del imputado, tienden a asegurar, por igual el resultado del
proceso. (…) el artículo 27 de la Ley del Fortalecimiento de la Persecución Penal, Decreto
17-2009 del Congreso de la República, al establecer la prisión preventiva como única
medida de coerción aplicable en aquellos procesos penales incoados por la supuesta
comisión de delitos cuya pena de prisión sea inconmutable, contraviene el artículo 14 de
la Constitución Política de la República que garantiza el derecho a la presunción de
inocencia, pues, como se ha advertido, no es factible que la legislación ordinaria disponga
la obligatoriedad en la aplicación de aquella medida cuando de la interpretación de
normas constitucionales se aprecia su carácter excepcional y subsidiario (…)”.
En el caso de estudio, la autoridad cuestionada al emitir el acto señalado como
agraviante, determinó que el delito de Lavado de dinero u otros activos imputado al
procesado, no tiene prohibición alguna para el otorgamiento de las medidas sustitutivas
porque, según las constancias procesales y la legislación penal aplicable al caso concreto,
era viable, a su juicio, debido a que no existía peligro de fuga ni de obstaculización por
parte del acusado para la averiguación de la verdad, analizando las razones por las que el
juez de primera instancia no las otorgó, por lo que al haber examinado la resolución
apelada estableció que no quedó evidenciado el peligro de fuga y que existía suficiente
documentación para sustentar el arraigo del procesado, revocando el auto apelado y
resolviendo que era procedente el otorgamiento de algunas medidas por lo que sustituyó
la prisión preventiva decretada por medidas de coerción menos graves. Además,
consideró que su aplicación no limitaba la función del ente persecutor y de los otros
sujetos procesales.
De lo antes considerado, el análisis de las actuaciones, los alegatos de las partes,
la sentencia apelada y las razones expuestas, esta Corte concuerda con la denegatoria de
la acción constitucional emitida por el Tribunal de Amparo de primer grado, debido a que
la autoridad reclamada actuó conforme lo establecido en los artículos 203 constitucional y
409 del Código Procesal Penal, sin producir agravio al postulante, expresando en la
resolución cuestionada la debida fundamentación y los juicios lógico- jurídicos en que la
sustentó, por lo que no violó el derecho y principios jurídicos enunciados. Además, como
tribunal de alzada, la autoridad cuestionada, en apelación puede revisar lo resuelto y
tiene facultad de confirmar, revocar, reformar o adicionar la decisión de su a quo, dentro
de los límites que señala la norma procesal precitada, emitiendo un criterio lógico
valorativo que no es susceptible de ser revisado por medio de la presente acción
constitucional, por lo que el amparo deviene notoriamente improcedente y habiendo
resuelto en igual sentido el Tribunal de Amparo de primer grado, procede confirmar la
sentencia apelada.
LEYES APLICABLES
Artículos citados y 265, 268 y 272, inciso c), de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 8º,10, 42, 48, 60, 61, 66, 67, 149, 163, inciso c) y 185 de la Ley
de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad; y artículos 17 y 34 bis del
Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas, al
resolver declara: I) Sin lugar el recurso de apelación interpuesto por el Ministerio
Público, por medio de la Fiscalía de Asuntos Constitucionales, Amparos y Exhibición
Personal y, como consecuencia, se confirma la sentencia apelada. II) Notifíquese y, con
certificación de lo resuelto, devuélvanse los antecedentes.
Expediente 1783 -2013 8

HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA


PRESIDENTE

ROBERTO MOLINA BARRETO GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR


MAGISTRADO MAGISTRADA

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE MAURO RODERICO CHACÓN CORADO


MAGISTRADO MAGISTRADO

HECTOR EFRAÍN TRUJILLO ALDANA MARÍA DE LOS ÁNGELES ARAUJO BOHR


MAGISTRADO MAGISTRADA

MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ


SECRETARIO GENERAL

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