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El concepto de belleza facial está ligado al equilibrio y la armonía. De ahí que cada
rostro tenga proporciones únicas y que no haya caras iguales. Qué se entiende por
rasgos armónicos. Qué retoques hacer sin cambiar las facciones.
Es innegable que una cara armoniosa debe tener ciertas características que hacen
que el todo luzca atractivo en su conjunto. Respecto de esto, podemos señalar que
hay algunos rasgos faciales que son sinónimo de belleza, y que resultan llamativos:
una piel suave y luminosa, mejillas redondeadas, frente equilibrada (ni muy ancha,
ni demasiado pequeña), ojos seductores y sin arrugas alrededor, mentón suave y
nariz acorde a la forma y el tamaño de la cara.
Higiene facial
Aunque limpiemos nuestra piel todos los días, siempre quedan restos que exigen
un tratamiento más profundo. La limpieza facial profesional completa nuestros
pequeños rituales de limpieza cotidianos. No es un sistema para parecer más joven;
su objetivo es limpiar en profundidad células muertas y feas espinillas y tonificar los
músculos de la cara gracias a los masajes.
Es un básico de la estética por sí misma, para que la piel esté bonita, es necesario
que siempre haya una buena limpieza. Además es el paso previo imprescindible
antes de todo tratamiento específico facial. Dependiendo de la carencia y necesidad
de cada piel, diagnosticaremos una higiene facial específica y adecuada.
En qué consiste el tratamiento la higiene facial
Una limpieza facial puede durar entre 50 minutos y 90 minutos. La básica tiene tres
partes distintas; limpieza propiamente dicha, masaje tonificante y nutrición:
Limpieza facial: para ello se aplican distintos productos que limpian la parte
superficial de la cara. A continuación se abren los poros mediante vapor para drenar
las impurezas gracias a productos especiales. Cada piel (seca, grasa o mixta)
necesitará un tipo de producto distinto.