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EXPEDIENTE No.

364-90

APELACION DE SENTENCIA DE AMPARO

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Integrada por los Magistrados Adolfo González


Rodas quien la preside, Jorge Mario García Laguardia, Epaminondas González Dubón,
Gabriel Larios Ochaita, Josefina Chacón de Machado, Ronán Arnoldo Roca Menéndez y
Ramiro López Nimatuj. Guatemala, veintiséis de junio de mil novecientos noventa y
uno. Se tiene a la vista, para dictar sentencia, el planteamiento de Inconstitucionalidad
General Total de Ley, promovido por Federico Alfonso Polá de la Peña, quien actuó con
el patrocinio de los Abogados Rodrigo Rosenberg Marzano, Alfredo Rodríguez Mahuad y
Mario Roberto Fuentes Destarac. El accionante impugna la Ley de Compensación
Económica por Tiempo de Servicio, Decreto 57-90 del Congreso de la República,
publicado en el Diario Oficial el veintidós de noviembre de ese año.

ANTECEDENTES:

I. FUNDAMENTOS JURIDICOS DE LA IMPUGNACION

Invocando el principio de prevalencia constitucional, plasmado en los artículos 44


párrafo tercero, 175 párrafo primero de la Constitución Política de la República; 3, 114
y 115 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, el postulante
sostiene: a) el Decreto 57-90 del Congreso de la República es inconstitucional por
violar los artículos constitucionales 5, 152, 153, 154, 178, 180, 183 incisos a) y c);
118 del Decreto 37-86 del Congreso de la República. En su apoyo, expuso los
siguientes argumentos: a) el Congreso de la República aprobó la Ley de Compensación
Económica por Tiempo de Servicio (Decreto 57-90) y la remitió al Presidente de la
República para su sanción y promulgación, el diecisiete de octubre de ese año, pero no
lo sancionó ni lo devolvió dentro de los quince días de la fecha en que lo recibió. El
Decreto en mención se tuvo por sancionado, pero no se promulgó dentro de los ocho
días siguientes, apareciendo publicado en el Diario Oficial el veintidós de noviembre de
mil novecientos noventa por disposición del Presidente de la República, violándose con
ello los artículos citados, puesto que él no está facultado para publicar decretos o leyes
que no sancionó y promulgó oportunamente, por lo que lo hizo "en franca
contravención" a lo dispuesto en los artículos constitucionales y ley citada. El decreto
objetado no fue publicado por orden del Congreso de la República dentro de los ocho
días siguientes al vencimiento de los quince dentro de los cuales el Presidente de la
República debió vetarlo o sancionarlo y luego publicarlo; tampoco fue publicado
íntegramente, ya que no consta que el Congreso de la República ordenara su
publicación para surtir los efectos legales respectivos, por lo que se contravinieron los
artículos constitucionales 141, 178, 180 y 118 del Decreto 37-86 del Congreso de la
República ya citado; b) los artículos 1, 2, 3, 4, 5 y 6 del decreto en mención, son
inconstitucionales, pues violan los artículos 4, 15, 39, 40, 102 inciso o) y 130 de la
Constitución Política de la República, porque, según se desprende de su texto, el
importe de la compensación económica por tiempo de servicio se calcula tomando
como base los salarios devengados con anterioridad a la vigencia del Decreto
impugnado, obligando al empleador al cálculo de la compensación sobre una base de
alcance retroactivo, imponiéndole una obligación para la cual no se había creado
ningún fondo para cubrirla; que el fondo de la compensación económica por tiempo de
servicio, se debe constituir con el equivalente de la doceava parte del monto total de
los salarios efectivamente pagados, el cual incluye aquellos salarios que haya de
vengado el trabajador con anterioridad a la vigencia del Decreto en mención, por lo
que los artículos 1 y 2 del mismo, tienen efecto retroactivo; c) al establecer que dicho
fondo se depositará exclusivamente en el Banco de los Trabajadores, le otorga un
privilegio prohibido constitucionalmente, ya que veda a las demás instituciones
bancarias el derecho de captar dichos recursos. El artículo 6 de dicho Decreto, al
establecer el pago de la compensación por tiempo servido, además del pago de la
indemnización, constituye una evidente violación constitucional. No obstante que dicho
decreto norma que el empleador debe constituir un fondo en cuenta de ahorro, el que
es propiedad de éste, dispone que el mismo es inamovible para el empleador,
provocando que él no pueda, como propietario del mismo, obtener su uso y disfrute
pues establece en su artículo 4 que el uso y disfrute del fondo y sus intereses,
obteniendo financiamiento, será en beneficio del trabajador, cuando al empleador
corresponde la propiedad del dinero depositado hasta la terminación de la relación de
trabajo, lo que provoca "una clara expropiación al empleador".

II. TRAMITE DE LA INCONSTITUCIONALIDAD

No se decretó la suspensión provisional; se corrió audiencia por el término de ley al


Ministerio Público, Presidente de la República y Congreso de la República, habiéndola
evacuado únicamente el Ministerio Público y el Congreso de la República. Vencida la
audiencia, se señaló día y hora para la vista, ocasión en la cual presentaron sus
alegatos dicho Ministerio y el solicitante de la inconstitucionalidad.

III. RESUMEN DE LAS ALEGACIONES DE LAS PARTES

A. De lo expuesto por el Ministerio Público se resume: a) que no se puede atacar de


inconstitucionalidad una ley por el sólo hecho de no haberse observado los términos
señalados en el artículo 178 de la Constitución Política de la República, pues la
inconstitucionalidad de una ley debe entenderse cuando contraría normas
constitucionales, extremo que no se da en el presente caso, siendo lo procedente hacer
uso de los recursos administrativos respectivos o plantear un amparo, situación que no
se dio. b) Considera que no se ha violado el artículo 15 de la Constitución Política de la
República, pues no podría llamarse retroactiva una ley creada para el futuro, ya que al
entrar en vigor el decreto mencionado, se tendría que cumplir con lo ordenado en él.
Tampoco existe discriminación o privilegio al ordenar que dicho fondo se constituya en
el Banco de los Trabajadores puesto que, de conformidad con el Decreto Ley 383,
dicho Banco fue creado para velar por el bienestar de los ciudadanos,
fundamentalmente los de menores recursos económicos, fomentando el ahorro y
sistemas de cooperación que permitan facilitar los medios que satisfagan las
necesidades de los trabajadores, así como la seguridad de sus ahorros, la que en este
caso se cumplirá al constituir en él, el mencionado fondo. Que siendo un ahorro para
los trabajadores es una determinación lógica, que pueda ampliarse dándole trato
preferencial tal como lo establece el artículo 3 del mismo decreto. c) El artículo 102
inciso o) de la Constitución Política de la República, tampoco fue violado, pues es muy
claro el artículo 6 del Decreto impugnado, respecto a que la creación de este fondo es
para una compensación a que tiene derecho el trabajador por prestar su servicios al
patrono, una "especie de jubilación" al final de su labor. Siendo una "especie de
ahorro" para el trabajador el cual se incrementa con su salario. Que no viola el artículo
39 de la Constitución Política de la República, pues desde que ese fondo se constituye,
con parte del salario efectivamente pagado al trabajador, deja de ser propiedad del
empleador para pasar al fondo de compensación económica por el tiempo servido por
el trabajador lo que hace que sea inamovible, asegurando así que esa prestación sea
utilizada para el fin para el que fue creada. B. De lo argumentado por el Congreso de
la República se resume: a) el presupuesto necesario para la consistencia de una acción
de inconstitucionalidad, estriba en la existencia de una violación parcial o total de
normas constitucionales por una ley, reglamento o disposición de carácter general,
extremos que no se dan en el Decreto 57-90 del Congreso de la República el cual
refleja un hondo sentido de justicia social, que debe regir su esencia de estricta
prestación laboral. b) Que el interponente alega vicio en el procedimiento de sanción y
promulgación del decreto aludido, cita artículos constitucionales que nunca se dejaron
de cumplir e invoca la violación al artículo 118 de la Ley Orgánica y de Régimen
Interior del Congreso de la República; en este caso habiendo el Organismo Ejecutivo,
sancionado por omisión, y publicado el Decreto 57-90, el Congreso de la República ya
no tenía razón para actuar como lo establece el artículo ya indicado, por lo que no
existe alteración o contravención alguna de la Constitución Política de la República. c)
La Ley de Compensación Económica por Tiempo de Servicio, prevé la obligatoriedad de
su cumplimiento a casos futuros, resultando intranscendente hablar de retroactividad,
ya que el tiempo de servicio es el hecho que genera la obligación. La afirmación del
interponente de que existe vulneración del artículo 15 de la Constitución Política de la
República, equivale a aseverar que los incisos o) y s) del artículo 102 de ese cuerpo
legal, sólo serían efectivos desde la fecha de la promulgación de la Carta Magna, lo que
pondría en riesgo la seguridad jurídica y el derecho humano de acceder al trabajo con
las garantías de permanencia y estabilidad laboral, lo que nos haría retroceder en
cuanto al derecho adquirido de los trabajadores. d) Respecto al artículo 6 del citado
Decreto, el Congreso de la República se fundó en que el derecho de trabajo acepta la
indemnización como el resarcimiento económico al daño o perjuicio ocasionado por
despidos injustificados, entanto que la compensación es el reconocimiento de los
servicios prestados por un trabajador, por lo que lo dispuesto en el decreto aludido, se
equipara a las cajas de compensación del Derecho Laboral comparado, permaneciendo
inalterable la indemnización. También debe indicarse que tal decreto no limita la
igualdad y la dignidad de los guatemaltecos, pues su contenido responde a principios
de derecho laboral, de manera que el trabajador tenga un respaldo económico para
subsistir a la eventual cesantía garantizándole una mayor estabilidad laboral. Al
constituir como depositario del fondo respectivo al Banco de los Trabajadores, se aplicó
el Decreto Ley 383, que señala como su principal objeto, el desarrollo económico y
promoción del bienestar de los trabajadores fomentando el hábito del ahorro; por lo
que no hay violación a los artículos constitucionales a que se refiere el accionante. e)
Aunque el artículo 39 de la Constitución Política de la República establece la garantía
de la propiedad privada como un derecho de la persona, también es garantía que tal
derecho debe ejercerse no sólo para el progreso individual sino también para el
desarrollo nacional en beneficio de todos los guatemaltecos, por lo que no existe
expropiación de dinero, pues lo que la ley regula, es el "pago" que el patrono debe de
hacer al trabajador como contraprestación a la ya dada por el laborante y que se
denomina "tiempo de servicio"; por lo que tampoco se da la violación aludida por el
accionante. C. El veinte de diciembre de mil novecientos noventa, esta Corte reconoció
la calidad con que actúa Luis Maximiliano Siguenza Vargas como Representante de la
"Federación Sindical de Empleados Bancarios de Guatemala" a la que se tuvo como
"tercero opositor" dentro de la acción de inconstitucionalidad; evacuó la audiencia
correspondiente en forma voluntaria, interviniendo en el proceso bajo el carácter antes
indicado, y expuesto se resume: a) tanto la sanción como la promulgación de que fue
objeto el Decreto 57-90 del Congreso de la República, está enmarcado dentro de las
normas constitucionales toda vez que tal decreto no fue vetado y devuelto al Congreso
de la República para que considerara objeciones del Ejecutivo, por lo que no se
contempla dentro de los requisitos exigidos en el artículo constitucional 179 y por
consiguiente su promulgación no es inconstitucional, pues está dentro de las funciones
asignadas al Presidente de la República. b) El Decreto aludido, es una ley de carácter
general cuya aplicabilidad deviene de la conclusión de un contrato o relación de
trabajo; que el Decreto impugnado, en ninguno de sus artículos prescribe que su
eficacia se extiende a hechos consumados anteriores a su sanción y promulgación, por
lo mismo éste no puede ser objeto de acción de inconstitucionalidad. c) La constitución
del fondo de compensación económica representa un procedimiento que tiene por
objeto hacer efectiva la aplicación de la ley; este fondo constituye la expresión de la
prestación laboral que contiene la ley en mención, porque es propio de la naturaleza
del Banco de los Trabajadores la función de custodiar ese dinero, en beneficio de los
trabajadores, por lo que no puede afirmarse que tal depósito establezca un
"privilegio"; ni que se pretenda establecer un monopolio que "vede a las demás
instituciones de depósito y crédito de poder captar dichos recursos, compitiendo en
beneficio de los usuarios". d) Que el accionante confunde la compensación económica
por tiempo de servicio con la indemnización, lo cual no es correcto, puesto que la
indemnización constituye el pago que el empleador debe hacer al trabajador en virtud
de ejercer una acción contraria a lo establecido en el contrato de trabajo y que pone f
in a la relación laboral de manera injustificada, siendo así la indemnización una sanción
pecuniaria y no una prestación; la compensación económica por tiempo de servicio sí
constituye una prestación, o sea un beneficio para el trabajador y no una sanción, por
lo que no existe inconstitucionalidad en los artículos aludidos por el accionante. Aunque
el interponente manifiesta que el decreto en mención constituye una clara expropiación
al empleador, el Decreto impugnado no infringe los artículos 39 y 40 de la
Constitución, porque ni implícita, ni explícitamente viola el derecho de disfrute de la
propiedad privada, pues la constitución del fondo constituye un mecanismo para hacer
efectiva la prestación, al suceder la terminación de la relación laboral; que los
intereses que devengará tal fondo, deben ser para los trabajadores, ya que a su
cuenta ha sido depositado el fondo relacionado. D. El Congreso, el Ministerio Público y
la Federación Sindical solicitaron que se declare sin lugar la inconstitucionalidad
promovida, se condene en costas al interponente y se imponga a sus abogados la
multa máxima. E. En la vista el accionante reiteró los argumentos expuestos en su
interposición. El Ministerio Público, ratificó lo expuesto en su memorial presentado al
evacuar la audiencia que le fuera conferida. El Presidente de la República, el Congreso
de la República y la Federación Sindical de Empleados Bancarios de Guatemala, no
presentaron alegatos.

CONSIDERANDO:

-I-

De conformidad con el artículo 157 constitucional la potestad legislativa corresponde al


Congreso de la República, la que debe ejercerse dentro del marco de la Constitución
Política que es la ley fundamental en que se sustenta el ordenamiento jurídico, con el
fin primordial de realizar el bien común (Artículos 1, 152 y 171 inciso a) de la
Constitución). Sobre esta declaración del texto constitucional se basa el régimen
democrático y representativo vigente del que dimanan dos consecuencias: a) el
reconocimiento de que el Congreso de la República es el depositario de la potestad
legislativa en su ejercicio ordinario; y b) la jerarquía especial de las leyes emitidas por
el mismo, como expresión de la voluntad soberana del pueblo a través de sus
representantes, sometida a la supremacía de la Constitución. La superlegalidad
constitucional tiene su origen en la fuente especialísima de donde proviene, el Poder
Constituyente, lo que le da carácter de superioridad sobre todas las demás normas,
inspirándose en los siguientes principios político- constitucionales: la soberanía popular
como base de la organización política, la primacía de la persona humana sobre las
instituciones del Estado y el régimen de legalidad solamente justificado por su
legitimidad. Como esta Corte ha sostenido, la preeminencia de la Constitución se
plasma, entre otras, en dos características privilegiadas, a saber: a) es la norma
fundamental del ordenamiento jurídico en la que deben basarse las demás
disposiciones que lo integran; y b) tiene jerarquía de ley suprema. Por eso, la función
legislativa asignada al Congreso debe ejercerse bajo el marco de la Constitución, y
ésta prevalece sobre cualquier otra ley, de manera que aquéllas que la contraríen
devienen ineficaces. Uno de los controles por los que cobra eficacia esta preeminencia
constitucional es la acción conferida a las personas, para denunciar ante un tribunal
constitucional, los vicios que encuentren en las leyes o demás disposiciones de
carácter general que signifiquen una contravención a los mandatos constitucionales,
con el objeto que el tribunal se pronuncie sobre ellos, y de ser procedente, declare
inconstitucional la disposición impugnada; declaratoria que tiene como efecto que esta
última quede sin vigencia. La acción directa de inconstitucionalidad procede contra
leyes, reglamentos o disposiciones de carácter general que contengan vicio parcial o
total de inconstitucionalidad, y procura que la legislación se mantenga dentro de los
límites que la propia Constitución ha fijado, excluyendo del ordenamiento jurídico las
normas que no se conforman con la misma, anulándolas "ex nunc", con efectos "erga
omnes" (artículos 267 constitucional; 133 y 134 de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad). Es esta Corte de Constitucionalidad el Tribunal
instituido para ese fin, asignándole la ley suprema, como función esencial, la defensa
del orden constitucional. El análisis para establecer la compatibilidad entre la Ley y la
Constitución debe ser eminentemente jurídico, sin sustituir el criterio del legislador
sobre la oportunidad o conveniencia de las decisiones tomadas; su función es de
intérprete, no de legislador. Por otra parte, el examen de la constitucionalidad puede
comprender tanto las denuncias de ilegitimidad de las normas por vicios materiales
como la de los actos legislativos por vicios formales. En nuestro sistema se recoge el
principio de que todos los poderes públicos están sometidos a la norma fundamental y
fundamentadora de todo el orden jurídico y, en consecuencia, quedan sometidos al
control de constitucionalidad no solamente las normas de rango legal objetivadas
externamente, sino también los procesos legislativos, "interna corporis" que deben
ajustarse a las normas que la Constitución prescribe. Los actos y las normas que
tienen su origen en decisiones de los poderes legítimos tienen una presunción de
legitimidad, lo que trae como consecuencia el considerar como excepcional la
posibilidad de invalidarlos; situación que especialmente se manifiesta cuando se trata
del órgano legislativo, que no sólo representa directamente la voluntad popular, sino
que, además, dispone de distintas alternativas a la hora de legislar, siempre dentro del
marco fijado por el constituyente. Puede declararse la inconstitucionalidad cuando es
evidente la contradicción con la Constitución y existan razones sólidas para hacerlo.
Cuando no haya bases suficientes se debe respetar la decisión del Congreso, porque de
acuerdo con el principio democrático, es el único autorizado para decidir las políticas
legislativas que el constituyente dejó abiertas. La Corte debe declarar la
inconstitucionalidad cuando su contradicción con el texto constitucional es claro; en
caso contrario, es conveniente aplicar el principio de conservación de los actos políticos
y la regla básica en la jurisdicción constitucional: in dubio pro legislatoris.

-II-

El postulante plantea dos causas de inconstitucionalidad que deben tratarse


separadamente: una, la inconstitucionalidad total de la Ley por pretendidos defectos
en su sanción y promulgación; otra, varias inconstitucionalidades parciales
substantivas que atacan el contenido de sus diversas disposiciones. Por razón
metodológica debe tratarse previamente la primera, ya que de estimarse procedente
no tendría objeto considerar los otros motivos.
-III-

La base fáctica de la petición de declaración de inconstitucionalidad total por razón de


forma, que invoca el peticionario, consiste en que el Presidente de la República no
sancionó ni devolvió el Decreto 57-90 al Congreso de la República dentro de los quince
días contados desde la fecha en que lo recibió y apareció publicado en el Diario Oficial
el veintidós de noviembre de mil novecientos noventa, por disposición del Presidente, a
través del Secretario General de la Presidencia. De ello deduce que tal decreto fue
promulgado por el Presidente en franca contravención a lo que disponen los artículos
141 y 183, inciso e), de la Constitución Política y, consecuentemente, viola lo que
dispone el artículo 5 de dicha Constitución. Agrega que el Presidente debió cumplir con
lo estipulado en el artículo 118 del Decreto 37-86 del Congreso. Para la debida
consideración de este planteamiento, es conveniente examinarlo a la luz de la
organización constitucional del Estado de Guatemala. Corresponde al Congreso de la
República la potestad legislativa, con la atribución de decretar, reformar y derogar las
leyes. Esta facultad legislativa se complementa con la función asignada al Presidente
de la República, Jefe del Organismo Ejecutivo, de sancionar y promulgar las leyes. Pero
estas funciones, que dan al Ejecutivo cierto control político de la función legislativa, no
pueden entorpecer al Organismo Legislativo en el ejercicio de sus potestades, porque
en tal caso se supeditaría la potestad legislativa del Congreso a la voluntad, actividad o
inactividad del Ejecutivo, lo que sería frontalmente contrario al principio de la
independencia y no subordinación de los poderes, principio básico del sistema
democrático contenido en la Constitución. Esta razón es suficiente para llegar a la
conclusión de que la negativa expresa o tácita del Presidente de la República a cumplir
con sus funciones de sancionar y promulgar las leyes, no puede enervar la potestad
legislativa del Congreso de la República. Pero la Constitución no ha dejado este
problema sujeto a interpretación ni a solución doctrinaria o política, sino que lo
resuelve en términos formales y explícitos. Efectivamente, dispone que, "aprobado un
proyecto de ley, pasará al Ejecutivo para su sanción y promulgación", de manera que
no queda a voluntad de este Organismo el sancionar y promulgar la ley, sino que debe
hacerlo, ya que el Congreso se lo envía para tales efectos, salvo el derecho de veto
que la Constitución confiere al Ejecutivo como un medio de control político sobre la
actividad legislativa. Acudiendo al principio de independencia y no subordinación de los
poderes, se reafirma que la falta de ejercicio del derecho de veto no puede enervar, de
ninguna manera, la potestad legislativa del Congreso. En el presente caso, el
Presidente del Congreso informa que el proyecto de decreto pasó por todas sus etapas
legales, se aprobó con la mayoría requerida, se emitió como corresponde y se envió al
Ejecutivo; por lo que el Congreso de la República ejerció su potestad legislativa
correcta y completamente. El Presidente de la República recibió el decreto, no lo vetó
durante los quince días que tenía para el efecto y no ordenó su publicación dentro de
los ocho días siguientes, sino que se hizo con posterioridad. En esta situación el
decreto quedó sancionado tácitamente y debía promulgarse. Este deber se cumplió
después de transcurrido el término correspondiente. El problema planteado se reduce,
por consiguiente, al hecho de que la publicación de la ley se hizo con retraso y no fue
ordenada por el Congreso de la República, sino por el Ejecutivo. Sobre el particular
cabe considerar que la Constitución establece dos supuestos, a saber: a) el previsto en
el artículo 178, segundo párrafo, que dice: "Si el Organismo Ejecutivo no devolviere el
decreto dentro de los quince días contados desde la fecha de su recepción, se tendrá
por sancionado y deberá promulgarse como ley dentro de los ocho días siguientes"; y
b) el previsto en el artículo 179 que se refiere a la devolución del decreto cuando ha
sido vetado por el Ejecutivo. El artículo dice: "Devuelto el decreto al Congreso, éste
podrá reconsiderarlo o dejarlo para el período siguiente; si no fueren aceptadas las
observaciones hechas por el Ejecutivo y el Congreso ratificare con el voto de las dos
terceras partes de sus miembros, el Ejecutivo deberá necesariamente sancionar y
promulgar el decreto dentro de los ocho días siguientes de haberlo recibido. Si el
Ejecutivo no lo hiciere, el Congreso ordenará su publicación, para que surta efectos
como ley de la República." En el caso contemplado en el artículo 178, la norma
constitucional no dice quién deberá ordenar la publicación pues se limita a determinar
que si el decreto no es vetado en determinado lapso, dimana la consecuencia de
tenerlo por sancionado y debe ser promulgado. La obligación de mandarlo a publicar
sigue siendo del Ejecutivo porque para ese fin le es enviada la ley y, además, porque
es una de las funciones que la propia Constitución otorga al Presidente de la República
conforme lo dispuesto en el inciso c) del artículo 183. En el supuesto del artículo 179 la
Constitución faculta expresamente al Congreso para ordenar la publicación de la ley
vetada que ha sido posteriormente ratificada, si el Ejecutivo se negare a sancionarla y
publicarla, situación que no ocurre en el planteamiento que se examina. Ahora bien, en
el primer caso, el Congreso, por aplicación analógica, podría ejercer la facultad que le
otorga el citado artículo 179, en el evento de que el Ejecutivo no devolviera el decreto
emitido por el Congreso y tampoco lo sancionara y, como consecuencia, lo dejara sin
publicar; es decir, que el Organismo Legislativo ejerce una función subsidiaria, cuando
ordena la publicación de la ley. Debe señalarse que los ocho días a que se refieren los
artículos citados, constituyen un plazo de naturaleza no perentoria. Por estas razones,
esta Corte considera que el hecho que el Decreto 57-90 del Congreso de la República
haya sido sancionado tácitamente y publicado por el Ejecutivo después de transcurrido
el plazo de ocho días -naturaleza no perentoria- no incide en que se declare su
inconstitucionalidad.

-IV-

Las disposiciones del Decreto 57-90 del Congreso tachadas de inconstitucionalidad,


porque a juicio del solicitante violan preceptos constitucionales, son: A. El artículo 1
que se impugna de retroactividad, dice: "Cuando se concluya un contrato o relación de
trabajo, el empleador pagará al trabajador una compensación económica por tiempo
de servicio, cuyo importe habrá de calcularse conforme al procedimiento establecido en
los artículos 82, 90 y 93 del Código de Trabajo y el artículo 9 del Decreto Número 76-
78 del Congreso de la República". La regla general es que la ley es de aplicación
inmediata y que rige para el futuro a partir de su promulgación; que se aplica en el
presente, que no puede ser aplicada al pasado y que rige los efectos posteriores a su
vigencia, aunque deriven de hechos anteriores a ella. La retroactividad consiste en la
traslación de la aplicación de una norma jurídica creada en un determinado momento,
a uno anterior al de su creación, por lo que se contemplan ciertas situaciones fácticas
pretéritas que estaban reguladas por normas vigentes al tiempo de su realización.
Existe cuando la nueva disposición legal vuelve al pasado para apreciar condiciones de
legalidad de un acto, o para modificar los efectos de un derecho plenamente realizado.
Son leyes retroactivas aquéllas que vuelven sobre los efectos ya consumados bajo el
imperio de una ley anterior, y el sólo hecho de hacer referencia al pasado no es
suficiente para calificarlas como tales, porque son las consecuencias nuevas las que se
rigen por la ley nueva. El artículo 15 de la Constitución Política dice que la ley no tiene
efecto retroactivo, salvo en materia penal cuando favorezca al reo. En armonía con esa
disposición, el artículo 7 de la Ley del Organismo Judicial dice: "La ley no tiene efecto
retroactivo ni modifica derechos adquiridos". No existe en el ordenamiento jurídico
guatemalteco ningún precepto que defina o determine cuándo una ley deba calificarse
de retroactiva; sin embargo, la última norma transcrita hace referencia a los derechos
adquiridos, que es uno de los conceptos que sirve de fundamento a ciertas corrientes
doctrinarias para explicar los alcances del principio de la no retroactividad de la ley. La
legislación guatemalteca, puede afirmarse, ha optado -entre las diversas teorías- por la
de los derechos adquiridos, la que tiene, como todas las demás sobre esta materia,
una conceptualización todavía imprecisa. Para que una ley sea retroactiva, es
indispensable que obre sobre el pasado y que lesione derechos plenamente adquiridos
bajo el amparo de leyes anteriores, para modificarlos. El derecho adquirido existe
cuando se consolida una facultad, un beneficio o una relación en el ámbito de la esfera
jurídica de una persona; por el contrario, la expectativa de derecho es la esperanza o
pretensión de que se consoliden tales facultades, beneficios o relaciones; en tal caso,
el derecho existe potencialmente, pero no ha creado una situación jurídica concreta, no
se ha incorporado en el ámbito de los derechos del sujeto. Por esto, el principio de
irretroactividad sólo es aplicable a los derechos consolidados, asumidos plenamente, a
las situaciones agotadas o a las relaciones jurídicas consagradas; y no a las simples
expectativas de derechos ni a los pendientes o futuros. Como ha asentado el Tribunal
Constitucional de España: "La potestad legislativa no puede permanecer inerme ni
inactiva ante la realidad social y las transformaciones que la misma impone, so pena
de consagrar la congelación del ordenamiento jurídico o la prohibición de modificarlo.
Obvio es que al hacerlo ha de incidir, por fuerza, en las relaciones o situaciones
jurídicas preexistentes, mas sólo se incidiría en inconstitucionalidad si aquellas
modificaciones del ordenamiento jurídico incurrieran en arbitrariedad o en cualquier
otra vulneración de la norma suprema... la invocación del principio de irretroactividad
no puede presentarse como una defensa de una inadmisible petrificación del
ordenamiento jurídico... Lo que prohibe el artículo 9.3 es la retroactividad entendida
como incidencia de la nueva ley en los efectos jurídicos ya producidos de situaciones
anteriores, de suerte que la incidencia en los derechos, en cuanto a su proyección
hacia el futuro, no pertenece al campo estricto de la irretroactividad" (Sentencias
99/1987 de once de junio; 42/1986 de diez de abril y 129/1987 de dieciséis de julio).
El principio debe aplicarse con suma prudencia, y relacionarse con el esquema general
de valores y principios que la Constitución reconoce y adopta, así como con el régimen
de atribuciones expresas que corresponden a los diversos órganos constitucionales.
Planiol afirma al respecto: "La ley es retroactiva cuando ella actúa sobre el pasado; sea
para apreciar las condiciones de legalidad de un acto, sea para modificar y suprimir los
efectos de un derecho ya realizado. Fuera de esto no hay retroactividad, y la ley puede
modificar los efectos futuros de hechos o de actos anteriores sin ser retroactiva". Como
ha asentado esta Corte, no hay retroactividad en "la disposición que regula situaciones
pro futuro pero que tienen su antecedente en hechos ocurridos con anterioridad". El
postulante acusa la inconstitucionalidad del artículo 1 de la ley. Argumenta: "el importe
de la compensación económicas se calcula tomando como base los salarios
devengados con anterioridad a la vigencia del Decreto número 57-90 del Congreso de
la República de Guatemala, obligando al empleador al cálculo de la compensación
sobre una base de alcance retroactivo". Como se desprende de la lectura del texto del
artículo citado, éste prevé un pago del patrono al trabajador, "cuando se concluya un
contrato o relación de trabajo"; es decir, regula una situación futura, posterior a la
vigencia de la ley, por lo que no se le da a ésta un efecto retroactivo. Que la base del
cálculo del monto de la compensación sea la cuantía de los salarios devengados, antes
o después de ta vigencia, no quiere decir que la ley se aplique retroactivamente, sino
solo determina cómo se debe efectuar tal cálculo.El pago de la compensación
únicamente lo contempla la ley para cuando, posteriormente a su vigencia, ocurra la
conclusión de un contrato de trabajo, por lo que el artículo referido no transgrede el
artículo 15 constitucional. Debe, además, tenerse en cuenta que la relación o contrato
de trabajo es de tracto sucesivo, esto es, que sus efectos se producen de una manera
continua, de modo que la nueva ley rige el contrato a partir de la fecha de su
promulgación. La disposición legal impugnada tiene respaldo en lo que preceptúa el
artículo constitucional 102 que contiene los derechos sociales mínimos que
fundamentan la legislación del trabajo, entre los que se encuentra el derecho a la
indemnización en los casos contemplados en el inciso O)del citado artículo, cuya parte
final dice: "Para los efectos del cómputo de servicios continuos se tomará en cuenta la
fecha en que se haya iniciado la relación de trabajo, cualquiera de ésta sea." B. Igual
objeción se hace al artículo 2 que dice: "Con la finalidad de cubrir en cualquier
momento el monto que corresponda por tiempo de servicio del trabajador, todo
empleador que ocupe los servicios de tres o más trabajadores, deberá constituir en el
Banco de los Trabajadores en cuenta de ahorro, un fondo de Compensación Económica
por Tiempo de Servicio, con tasas de interés preferencial. Este fondo se constituirá en
el equivalente a la doceava parte del monto total de la planilla o nómina mensual de
salarios efectivamente pagados." Que la aplicación de la Ley no es retroactiva, resulta
de la propia redacción del artículo que estipula que el empleador "deberá" constituir un
fondo de compensación, y que éste "se constituirá", todo en futuro, o sea que la ley no
obliga a efectuar depósitos por planillas o nóminas pagadas con anterioridad a la
vigencia de la ley. C. Manifiesta también el solicitante, en relación a este artículo, que
"al establecer que el Fondo de Compensación Económica por Tiempo de Servicio
solamente es posible constituirlo en el Banco de los Trabajadores, le otorga a éste un
privilegio prohibido por disposición constitucional"; por lo que, a su juicio, "contraviene
lo que disponen los artículos 4 y 130 de la Constitución Política de la República de
Guatemala". El artículo 4 de la Constitución, que garantiza la igualdad y libertad de los
seres humanos y les impone el deber de una conducta fraternal, no tiene que ver con
esta materia. El 130 prohibe los monopolios y privilegios; obviamente no se trata de
un monopolio porque el citado Banco no está absorbiendo una actividad comercial en
perjuicio de la economía nacional; por lo que debe examinarse si constituye un
privilegio. Por mandato del inciso k) del Artículo 119 de la Constitución, el Estado tiene
la obligación fundamental de "proteger la formación de capital, el ahorro y la
inversión". Tratándose de fondos destinados a hacer pagos a los trabajadores, el
Estado, ante un fondo de reserva para pagos futuros, puede elegir el Banco que
considere conveniente, y es lógico que el legislador designara al de los Trabajadores,
ya que conforme a la Ley Orgánica de esta institución Bancaria (artículo 4 del Decreto-
Ley 383, modificado por el artículo 3 del Decreto 21 -69, del Congreso de la
República), el objeto principal del Banco es promover el bienestar de los trabajadores
mediante el fomento del ahorro regular y sistemático por parte de éstos, y la
utilización de los recursos que la Institución posea o pueda obtener para satisfacer
preferentemente sus legítimas necesidades de crédito", y en concordancia con esa
norma, el artículo 3 de la ley impugnada, establece que el fondo "podrá destinarse
para la ampliación de la cobertura crediticia a los trabajadores", por lo que no
constituye un privilegio para tal Banco que en él se hagan los depósitos de referencia,
sino responde al objeto principal de esta institución. Finalmente, sobre este punto cabe
considerar que la existencia de monopolio o de privilegio requiere que determinadas
actividades se realicen en perjuicio de la economía nacional, conforme lo previsto en el
artículo 130 constitucional, circunstancia que no se presenta en el caso que se
examina. Por ello, tampoco procede declarar esta inconstitucionalidad. D. Afirma el
solicitante que el artículo 6 del Decreto 57-90 del Congreso, al establecer el pago de la
compensación por tiempo servido además del pago de la indemnización, constituye
una evidente violación del mandato constitucional establecido en el artículo 102 inciso
o), de la Constitución Política de la República de Guatemala, que establece que "la
indemnización actual existirá en tanto la ley no establezca otro sistema más
conveniente que le otorgue mejores prestaciones"; esta disposición constitucional
impone la obligación del empleador de indemnizar con un mes de salario por cada año
de servicios continuos cuando despida injustificadamente o en forma indirecta aun
trabajador, en tanto la ley no establezca otro sistema más conveniente que le otorgue
mejores prestaciones. La última parte de esta disposición constitucional se refiere a un
sistema que substituya al de indemnización, pero no impide que por ley se concedan
otras prestaciones. Para interpretar el inciso o) no debe olvidarse que forma parte de
un artículo que se refiere a los "derechos sociales mínimos que fundamentan la
legislación del trabajo", por lo cual no pueden ser excluyentes de derechos adicionales
que dicha legislación otorgue a los trabajadores; pues la Constitución no establece
derechos "máximos" de los trabajadores, que serían los que no podrían rebasarse por
ley. En consecuencia, no procede declarar esta inconstitucionalidad. E. Se objeta el
artículo 4 del Decreto impugnado argumentando que viola el 39 de la Constitución
Política de la República, dado que el contenido del artículo cuestionado como
inconstitucional regula la disponibilidad de los bienes, y está claramente prohibiendo la
disposición de los mismos y que "al vedarle el derecho al empleador del uso y disfrute
de sus bienes, viola lo que dispone el artículo 40 de la Constitución Política de la
República de Guatemala." A este respecto debe señalarse, en primer lugar, que desde
el momento en que el dinero depositado está destinado a ser entregado al trabajador
al concluir la relación de trabajo, dicho dinero ya no pertenece al empleador, por lo
que el argumento parte de una base inexacta. En segundo lugar, debe recordarse que
la disponibilidad de la propiedad no es absoluta, porque de conformidad con el artículo
39 de la Constitución "toda persona puede disponer libremente de sus bienes de
acuerdo con la ley", por lo que el régimen de esa disponibilidad está remitido a la ley,
categoría que tiene el Decreto que se impugna. En tercer lugar, no se trata de una
expropiación, sino de un anticipo para aseguramiento de pago, por lo que no puede
invocarse el artículo 4 de la Constitución que se refiere a la "expropiación de propiedad
privada", y no a las medidas para asegurar el cumplimiento de las obligaciones que
impone la Ley. Por las razones anteriores es improcedente declarar la
inconstitucionalidad demandada. F. También se pide la declaratoria de
inconstitucionalidad del artículo 5 del Decreto 57-90 del Congreso de la República,
aunque sin dedicarle un razonamiento específico, sino sólo impugnándolo en relación
con los argumentos esgrimidos contra los otros artículos. El impugnante considera que
el monto de los pagos anticipados hecho para el aseguramiento de la obligación de
cubrir la compensación a los trabajadores sigue perteneciendo al empleador hasta que
llegue el momento de entregarlo al trabajador. De las características legales de esta
compensación resulta lo contrario, pues es, como ya se dijo, un pago anticipado a
favor de los trabajadores; y como la entrega efectiva a ellos se efectúa a un plazo
indeterminado, los intereses pertenecen a tales trabajadores. Es una aplicación de la
regla general de que cuando hay acreditamiento, los intereses pertenecen al
acreditado y no al acreditante, ya que es aquél a quien se le posterga el disfrute del
dinero. Por lo tanto, tampoco puede accederse a declarar la inconstitucionalidad por
este motivo.

LEYES APLICABLES:

Artículos citados y 4, 39, 40, 119, 130, 267, 268 y 272 inciso a) de la Constitución
Política de la República; 1, 2, 3, 5, 7, 133, 134, 137, 139, 142, 150 y 163 inciso a) de
la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad; 82, 90 y 93 del Código
de Trabajo; 5, 6, 9, 22, 141 y 143 de la Ley del Organismo Judicial; 1, 8 y 31 del
Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad.

POR TANTO:

La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas, declara: I.


Sin lugar la inconstitucionalidad planteada; II . Condena en costas al interponente e
impone a cada uno de los abogados auxiliantes, Rodrigo Rosenberg Marzano, Alfredo
Rodríguez Mahuad y Mario Roberto Fuentes Destarac, multa de quinientos quetzales
(Q.500.00), pago que deberán hacer en la Tesorería de esta Corte, dentro de los cinco
días siguientes de la fecha en que quede firme este fallo y en caso de incumplimiento
se les cobrará por la vía legal que corresponda; III. Notifíquese.

ADOLFO GONZALEZ RODAS, PRESIDENTE. JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA,


MAGISTRADO. EPAMINONDAS GONZALEZ DUBON, MAGISTRADO. GABRIEL
LARIOS OCHAITA, MAGISTRADO. JOSEFINA CHACON DE MACHADO,
MAGISTRADO. RONAN ARNOLDO ROCA MENENDEZ, MAGISTRADO. RAMIRO
LOPEZ NIMATUJ, MAGISTRADO. GUILLERMO ROLANDO DIAZ RIVERA,
SECRETARIO GENERAL.

EXPEDIENTE No. 364-90

VOTO RAZONADO DE LA MAGISTRADO JOSEFINA CHACON DE MACHADO

Se solicitó la declaratoria de inconstitucionalidad del Decreto 57- 90 del Congreso de la


República por razones de forma y de fondo.

Esta Corte declaró la inexistencia de vicios de inconstitucionalidad en el mencionado


Decreto, opinión que no comparto por las razones siguientes: a) En cuanto a la
inconstitucionalidad de forma: el artículo 178 de la Constitución, en su segundo párrafo
estipula: "SI EL ORGANISMO EJECUTIVO NO DEVOLVIERE EL DECRETO DENTRO DE
LOS QUINCE DIAS CONTADOS DESDE LA FECHA DE SU RECEPCION SE TENDRA POR
SANCIONADO Y DEBERA PROMULGARSE COMO LEY DENTRO DE LOS OCHO DIAS
SIGUIENTE". Estimo que en el proceso de formación y sanción de la ley de mérito se
violó el trámite establecido en la norma transcrita, por cuanto que, al no ser
sancionada ni vetada por el ejecutivo dentro de los quince días de haberla recibido, se
produjo la sanción tácita cuyo efecto constitucional es que debió promulgarse dentro
de los ocho días siguientes. Siendo que el Congreso envió el Decreto al Ejecutivo el
diecisiete de octubre de mil novecientos noventa y fue publicado el veintidós de
noviembre de ese año, es claro que no se hizo dentro de los ocho días establecidos en
la Constitución. En la sentencia de esta Corte se afirma que el hecho de que el
Ejecutivo haya publicado la ley después de los ocho días mencionados no es
determinante para establecer la inconstitucionalidad. No comparto ese criterio, pues tal
plazo ha sido instruido por la Constitución por razones de seguridad jurídica y tiene por
objeto que Organismo Legislativo, quien es el interesado en que el Decreto se
promulgue, pueda ejercitar, dentro de ese plazo, su derecho de ordenar tal
promulgación ate una actitud negligente del Ejecutivo que no sancionó ni vetó,
debiendo hacerlo. Si dentro de los mencionados ocho días no se ordena la publicación,
vencerá el plazo para hacerlo, y la consecuencia de tal omisión será que ya no podrá
publicarse, pues no puede pretenderse que los decretos tácitamente sancionados
permanezcan indefinidamente en espera de ser promulgados; si esa hubiera sido la
intención de la norma constitucional no hubiera fijado plazo alguno, simplemente
hubiera establecido la orden de promulgar como leyes de la República los decretos que
hubieren sido tácitamente sancionados. Por la razón considerada opino que el artículo
178 de la Constitución Política se violó en el proceso de creación de la ley mencionada;
y, no siendo posible establecer diferentes grados en la violación de las normas
constitucionales, no comparto el criterio de esta Corte en cuanto a que el
incumplimiento de un plazo constitucional en el proceso de creación de determinada
ley no incida en su constitucionalidad. La existencia o inexistencia de
inconstitucionalidad en una norma que infringe la Ley Fundamental no puede depender
de una mayor o menor violación de la misma; el caso es que la Constitución
simplemente se cumple o se infringe. b) En cuanto a la inconstitucionalidad de fondo,
mi criterio es que el Decreto de mérito viola el artículo 15 constitucional que prohíbe
que las leyes proyecten sus efectos hacia el pasado al establecer que "LA LEY NO
TIENE EFECTOS RETROACTIVOS...," por las razones siguientes: Cuando se entabla una
relación obrero patronal ambas parte lo hacen sobre bases pactadas, conocidas, y de
acuerdo a sus intereses. Al surgir una ley laboral modificar las relaciones entre ambos
a partir del momento en que entre en vigor; de esa manera, cualquiera de los dos
puede decidir si continúa o no con dicha relación, de acuerdo al sistema de libertad
que debe imperar en un régimen democrático. Si el empleador decide no continuar con
ella pagar al trabajador todas sus prestaciones y de esa forma ninguno ser afectado en
sus derechos. Ello es posible solamente si la nueva ley y todos sus efectos se
proyectan hacia el futuro, sin afectar los derechos previamente adquiridos al amparo
de leyes y contratos anteriores. Por el contrario, si la nueva ley proyecta sus efectos a
situaciones ocurridas ante su entrada en vigor, si se modifican derechos plenamente
adquiridos al amparo de normas jurídicas vigentes en la época en que la relación se
desenvolvió, se incurrir en la aplicación retroactiva prohibida por la constitución de la
República. La ley es retroactiva si se aplica a consecuencia cumplidas de supuestos
realizados antes de su entrada en vigor y la Constitución prohíbe los efectos
retroactivos de cualquier ley, salvo cuando en materia penal favorezca al reo; no
establece excepciones en ninguna otro materia, y, por consiguiente, por muy necesaria
e importante que pudiera ser una ley, sus efectos jamás pueden afectar situaciones
pasadas, ello con el objeto de proteger uno de los valores fundamentales sobre los que
se elige el ordenamiento jurídico: la seguridad; si no existe seguridad el Derecho no es
m s que una ilusión. La ley de Compensación Económica es un beneficio otorgado a los
trabajadores de acuerdo al mandato constitucional de crear instituciones y leyes que
los favorezcan; pero, como toda ley, al entrar en vigor deber proyectar sus efectos
hacia el futuro por mandato constitucional, sin afectar derechos adquiridos antes de su
vigencia. Al establecer la ley de mérito que el importe de la compensación económica
habrá de calcularse tomando en cuenta el momento del inicio de la relación laboral se
est n afectados derechos ya adquiridos durante el tiempo anterior a la vigencia de la
citada ley, modificando situaciones jurídicas concretas y no simples expectativas de
derecho. En la sentencia se afirma que la ley no es retroactiva cuando afecta derechos
pendientes o futuros, simples expectativas, esperanzas o pretensiones, situaciones en
que exista potencialmente un derecho; y, que, por el contrato, cuando los derechos ya
han sido consolidados, asumidos plenamente, integrados al ámbito jurídico de una
persona y son modificados por una ley posterior, existe retroactividad; tal es
precisamente ese caso, en que derechos ya adquiridos, plenamente consolidados e
incorporados al patrimonio de una persona vienen a ser modificados por una ley
posterior, cuyos efectos van a retrotraerse a épocas anteriores a su vigencia.
Bonnecase afirma que hay retroactividad cuando la ley modifica o extingue una
situación jurídica concreta; no la hay, dice, cuando limita o extingue una situación
abstracta creada por la ley precedente. Para determinar si se trata de una situación
jurídica abstracta o concreta habrá que establecer si se ha producido el supuesto que
determina el nacimiento de la consecuencia y si ésta ya se ha realizado o si es una
simple expectativa; en el presente caso, el supuesto es la relación laboral surgida al
amparo de determinada ley; la consecuencia es la prestación del servicio por parte del
trabajador y el pago de las prestaciones por parte del empleador, todo lo cual ya
sucedió al amparo de leyes anteriores; se trata de situaciones jurídicas concretas ya
ocurridas, que vienen a ser modificadas por una nueva ley; configurándose, así, la
retroactividad prohibida por la Constitución. No hay aplicación retroactiva cuando la ley
nueva se aplica a simple expectativa de adquirir un derecho, pero es obvio que la
prestación del servicio por parte del trabajador y el pago de las prestaciones legales
por parte del patrono, ya fueron cumplidas al amparo de la ley anterior, y, por
consiguiente, al calcular el monto de la compensación desde el inicio de la relación
laboral no se están afectando expectativas de derechos o derechos potenciales o
futuros, como se afirma en la sentencia, sino derechos adquiridos e integrados al
patrimonio del empleador; con ello, en mi criterio, se viola el artículo 15 constitucional
que prohíbe los efectos retroactivos de la ley, y uno de los valores fundamentales del
derecho: la seguridad jurídica.

VOTO RAZONADO DEL MAGISTRADO GABRIEL LARIOS OCHAITA EN EL CASO


DE LA INCONSTITUCIONALIDAD TOTAL DEL DECRETO 57-90 DEL CONGRESO
DE LA REPUBLICA, IDENTIFICADO BAJO EL NUMERO DE EXPEDIENTE No. 364-
90 DE ESTA CORTE .

Por las incidencias socio-económicas del Decreto 57-90 del Congreso de la República, y
por las circunstancias del momento de su aprobación y promulgación, el examen sobre
su inconstitucionalidad no puede prescindir de una evaluación de los criterios que han
determinado la declaratoria de constitucionalidad de la ley. El suscrito Magistrado
considera que, jurídicamente, los dos aspectos principales que inciden en la
inconstitucionalidad del Decreto 57-90 del Congreso de la República, ley de
Compensación Económica, son los vicios de procedimiento en el proceso de formación
de la ley durante el trámite de su promulgación, los que acusaría una
inconstitucionalidad total; y la violación de fondos del artículo 1 de la ley al principio
constitucional de la "no retroactividad" de las leyes, lo que acusa su
inconstitucionalidad parcial.

1. En cuanto a la inconstitucionalidad de la ley por infracciones a normas


constitucionales en el proceso de su formación, es evidente que la Constitución de la
República trae una laguna legal al no prever las consecuencias jurídico-constitucionales
en relación con la promulgación de una ley cuando no habiendo ejercido el Presidente
de la República su derecho de veto dentro de los quince días de recibido el decreto,
tampoco es enviado a su publicación ni por el Presidente, no por el Congreso dentro de
los ocho días posteriores previstos en el artículo 178 de la Constitución Política de la
República.

El Congreso de la República ha considerado como su atribución la publicación de las


leyes no vetadas ni devueltas dentro del plazo de quince días, lo que hace mediante la
emisión de un punto resolutivo contemplado en el artículo 118 de su Ley de régimen
Interior. Ni el Presidente ni el Congreso de la República asumieron la responsabilidad
política de la Promulgación de la Ley dentro del plazo de los ocho días posteriores a su
no devolución o veto; en tal caso, cualquier publicación posterior de la Ley, cuyo
origen presidencial es cuestionado, a resultado en que se ha remitido a esta Corte, vía
la acción de inconstitucionalidad, una responsabilidad política que hay que resolver en
uno u otro sentido con fundamentos y criterios jurídicos. Es ante tal situación que el
suscrito considera que los apoyos de la sentencia para declarar la constitucionalidad
del Decreto impugnado no son convincentes, porque los plazos, por seguridad jurídica,
tienen una razón de ser en la Constitución Política, y a su vencimiento pueden dejar en
suspenso las potestades de los Organos del Estado para publicar la ley con las misma
consecuencias jurídicas. Una ley tampoco puede permanecer indefinidamente
pendiente de su promulgación. Por ello mismo, a contrario sensu, también se cuestiona
su publicación fuera de los términos constitucionales. En todo caso, la razón principal
aducida en la sentencia, se apoya en la potestad legislativa que no puede ser
cuestionada así porque sí, aún con razones de naturaleza extrajurídica que así lo
aconsejen, y en que la presunción debe ser que su publicación fue ordenado por el
Presidente de la República aunque no exista una evidencia escrita al respecto. Por
razones, la sentencia al resolver los aspectos procesales, y que no comparto
totalmente, ante evidentes lagunas constitucionales, se ha inclinado por hacer
prevalecer la validez jurídica de la ley, aún evidentes vicios en el procedimiento de
formación circunscritos a la fase de su promulgación, lo que deja en el suscrito
Magistrado dudas conscientes sobre lo afortunado o desafortunado de la declaratoria
sobre la validez jurídica total de la ley, con la que no participo más allá de un
cincuenta o sesenta por ciento.

2. El otro aspecto que, jurídicamente, no debiera ocasionar dudas sobre la


inconstitucionalidad de la ley es su "carácter retroactivo", lo que se aprecia de la
simple confrontación del artículo 1 del Decreto 57-90 del Congreso de la República con
el artículo 15 de la Constitución Política de la República Esa disposición -artículo 1-
establece que cuando se concluya -termine- un contrato o relación de trabajo el
empleador pagará... una compensación por tiempo de servicio cuyo importe habrá de
calcularse conforme el procedimiento establecido en el artículo 82... del Código de
Trabajo. El artículo 82 citado señala que "Para los efectos del cómputo de servicios
continuos, se debe tomar en cuenta la fecha en que se había iniciado la relación de
trabajo cualquiera que esta sea". Esta frase... "cualquiera que esta sea" referida a la
fecha de iniciación de la relación de trabajo para hacer el cómputo y pagar la
compensación económica hace inconstitucional la disposición legal de mérito. El
artículo 15 de la Constitución Política de la República es claro en cuanto a la
retroactividad de las leyes salvo en materia penal cuando favorezca al reo, a ello no se
opone con carácter de constitucional lo establecido por el artículo 102 inciso o) de la
Constitución Política de la República porque la compensación económica, no constituye
un derecho adquirido, ni es substitutivo del sistema de indemnización al trabajador
actualmente en vigor, como pretende hacer creer la sentencia; en ese caso solamente
operaría retroactivamente dentro de lo previsto en esa disposición constitucional, si la
ley estuviera mejorando el sistema de pago de la indemnización al trabajador, ejemplo
de una ley es que hiciera obligado el pago de la indemnización universal.

Una ley es claramente retroactiva cuando actúa sobre el pasado, cuando sus efectos se
retrotraen al pasado, en el presente caso es más evidente la retroactividad porque los
efectos gravan a una de las partes de la relación jurídica laboral sobre hechos ya
precluídos.

No es válido el argumento de la sentencia de que la retroactividad solamente existe


cuando una ley modifica situaciones pasadas previamente reguladas por la ley, porque
en el caso de la compensación económica la retroactividad de la ley opera al crearse
una compensación con efectos de pago a una fecha anterior al de la vigencia de la ley.

Sostiene la sentencia que nuestro ordenamiento jurídico no tiene una norma que
indique cuando puede calificarse una ley como retroactiva; extraña afirmación para
fundamentar el efecto retroactivo de una ley en el ámbito de lo constitucional en que la
interpretación debe orientarse hacia lo contrario, hacia las libertades; la ley tampoco
es lo que no dice. Lo estipulado por una disposición subsidiaria y secundaria a la
Constitución Política de la República, el artículo 7 de la Ley del Organismo Judicial de
que "la ley no tiene carácter retroactivo, ni modifica derechos adquiridos" refuerza la
evidencia de la retroactividad del Decreto 57-90 en su artículo primero porque como se
menciona ut-supra no está modificando derechos adquiridos sino está creando
retroactivamente un derecho no adquirido, con efecto al pasado en forma coercitiva e
impuesta a una de las partes de la relación laboral.
La norma del artículo 1 del Decreto 57-90 del Congreso de la República no tendría
efecto retroactivo si se hace el cómputo de la compensación económica a partir del
momento en que entra en vigor la ley pero tal como está redactada, no obstante que
el artículo dos da a entender que la constitución de un fondo de compensación
económica es a partir de ahora o de la vigencia de la ley, deja latentes serios conflictos
futuros de naturaleza constitucional en los casos concretos que se vayan presentando
si el cómputo se hace con efectos retroactivos como el expuesto.

La retroactividad de una ley que crea nuevas prestaciones a los trabajadores no


debiera plantear problemas si el órgano que emite la ley es obligado por su carácter
retroactivo, aunque se encontrara al margen de la Constitución, porque está
reconociendo hacia el pasado por si mismo una nueva prestación para sus
trabajadores, sería también el caso de una empresa que otorgase la prestación hacia el
pasado de su libre y soberana voluntad; pero tratándose de una disposición legal de
observancia general obligatoria que incide en relaciones laborales de naturaleza
contínua orientada al sector privado no puede imponer a una de las partes del
contrato, obligaciones que gravan situaciones de la relación laboral ya precluídas en el
pasado. Los problemas legales y prácticos de esta inconstitucionalidad debieran
evitarse mediante la declaratoria de inconstitucionalidad de observancia general pues
en casos concretos se presentarán hacia el futuro, dependiendo de la interpretación
que en su aplicación le den los Abogados, los patronos, los trabajadores, las empresas,
el Banco de los Trabajadores y las autoridades administrativas y judiciales de trabajo,
lo que justificará o no la advertencia de peligros latentes expuestos en este voto
razonado.

Considero que en la parte considerativa de la sentencia que trata de justificar la no


retroactividad de la ley en la interpretación del artículo primero recurre a una labor
ideal de hermenéutica jurídica para fundamentar una posición que trata de demostrar
que es blanco lo que claramente se ve que es negro. Como corolario y conclusión
considero que, con la sentencia: la inconstitucionalidad denunciada por vicio en el
proceso de formación de la ley resulta en una ley jurídicamente constitucional pero
políticamente inconstitucional, mientras que con el carácter retroactivo del artículo 1
del Decreto citado, si bien políticamente la sentencia resulta constitucional, ella no
resiste el análisis de su carácter retroactivo lo que la hace jurídicamente
inconstitucional.

Una sentencia interpretativa, reconociendo el carácter retroactivo del artículo primero,


y haciendo un análisis integral, hubiera resultado en una ley más funcional, sin peligro
de conflictos socioeconómicos .

Si nuestro enfoque estuviera orientado a favorecer a una de las partes lo haría


exclusivamente pensando que la ley es buena y favorable a los trabajadores, pero al
tocar el campo tan sensitivo de lo socioeconómico, ignora a una de las partes de la
relación laboral pasada al darle efecto retroactivo.

EXPEDIENTE No. 364-90.

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, veintisiete de junio de mil


novecientos noventa y uno.

Se tiene a la vista para resolver la solicitud de aclaración presentada por Federico


Alfonso Polá de la Peña, contra la sentencia dictada por esta Corte, el veintiséis de
junio del año en curso, dentro de la Inconstitucionalidad General Total de Ley,
promovida por el solicitante contra la Ley de Compensación Económica por Tiempo de
Servicio, Decreto 57-90 del Congreso de la República; y

CONSIDERANDO:

Que de conformidad con el artículo 147 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de


Constitucionalidad, contra las sentencias y autos dictados en materia de
inconstitucionalidad se puede pedir aclaración o ampliación, para lo cual se estará a lo
dispuesto en el artículo 70 de dicha ley; que a su vez establece que podrá solicitarse la
aclaración cuando los términos del fallo sean obscuros, ambiguos o contradictorios, lo
que no sucede en el presente caso. El solicitante se limita a disentir de los argumentos
expresados en la sentencia del Tribunal Constitucional y por lo tanto, no procede la
aclaración solicitada.

LEYES APLICABLES:

Artículos citados y 1, 2, 3, 4, 5, 7, y 71 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de


Constitucionalidad; 141 y 143 de la Ley del Organismo Judicial (Decreto 2-89 del
Congreso de la República); 2, 14 y 15 del Acuerdo 4-89 de la Corte de
Constitucionalidad.

POR TANTO:

La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas, resuelve: I.


Sin lugar la solicitud de aclaración presentada; II . Notifíquese. ADOLFO GONZALEZ
RODAS, PRESIDENTE. JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA, MAGISTRADO.
EPAMINONDAS GONZALEZ DUBON, MAGISTRADO. GABRIEL LARIOS OCHAITA,
MAGISTRADO. JOSEFINA CHACON DE MACHADO/ MAGISTRADO. RONAN
ARNOLDO ROCA MENENDEZ, MAGISTRADO. RAMIRO LOPEZ NIMATUJ,
MAGISTRADO. GUILLERMO ROLANDO DIAZ RIVERA, SECRETARIO GENERAL.

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