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58ο RECENSIONES

el Archivo General de Indias de Sevilla, el publica por Ediciones del Cabildo Insular
Archivo Histórico de la Universidad de La de Gran Canaria, dentro de su cuidada
Habana y el Archivo General de la Admi- Colección de Historia. El proyecto del tra-
nistración de Alcalá de Henares; no obs- bajo de investigación, que ahora se presen-
tante, se consultaron también otros archi- ta convertido en libro, recibió en 1994 una
vos y bibliotecas de indudable interés, de de las ayudas de investigación de la Casa
carácter local y regional, especialmente los de Colón, del Cabildo Insular de Gran
relacionados con instituciones educativas, Canaria, y en 1996 el Premio Especial de
que también ofrecieron abundante infor- Investigación Canarias-América de la
mación para profundizar en el ámbito de misma institución grancanaria. Entendemos
la historia de la educación cubana decimo- que su realización viene a llenar una parce-
nónica y en las relaciones entre España y la de los estudios de la emigración canaria
su ex colonia. en el siglo XIX, en este caso la que se diri-
El libro está formado por nueve capí- gió a Cuba, poco estudiada hasta ahora
tulos, además de por un prólogo, una entre nosotros en el ámbito educativo.
introducción, un amplio anexo bibliográfi- Después de esta publicación ya es posi-
co y los índices correspondientes. El capí- ble afirmar que existió un nutrido grupo
tulo primero estudia la realidad educativa de educadores canarios que contribuyeron
cubana decimonónica, con sus luces y sus al desarrollo pedagógico y cultural de
sombras, con sus carencias y sus frutos y Cuba en el siglo xix, algunos de ellos
aciertos, explicando las dos tesis contra- desde posiciones muy relevantes en la uni-
puestas acerca de la educación colonial que versidad, en las cátedras de instituto, en las
se debatían ya en la época. El segundo escuelas y en importantes colegios de ense-
capítulo está dedicado a la instrucción ñanza privada, pensados para formar a la
popular, para incorporar así la interven- élite dirigente cubana. Una parte de los
ción de Andrés Avelino Orihuela en la crea- educadores canarios se alineaban con las
ción de las escuelas dominicales de La tesis oficialistas en el campo político e ideo-
Habana en torno a 1840. El tercer capítulo lógico, pero otros, como Valeriano Fernán-
se ocupa de los maestros canarios en Cuba dez Ferraz y Teófilo Martínez de Escobar
hasta donde permiten las posibilidades de mantenían posturas heterodoxas, expo-
consulta en los archivos cubanos. niendo y defendiendo las posiciones filo-
El cuarto capítulo estudia la actividad sóficas krausistas y las pedagógicas que
escolar del lagunero José Alonso Delga- propugnaba en España la Institución Libre
do, que fue maestro de la escuela elemen- de Enseñanza.
tal de Regla, y, luego, director de un
importante colegio privado de primaria y MARÍA CONCEPCIÓN ÁLVAREZ
secundaria. El centro del capítulo quinto
es el pintor Valentín Sanz, que fue cate-
drático de Paisaje de la Escuela o Acade-
mia de San Alejandro de La Habana. El PONCE, Aníbal: Humanismo burgués y
sexto capítulo está dedicado a los profe- humanismo proletano. Educación y lucha
sores canarios que ejercieron en la segun- de clases, Buenos Aires, Madrid, Ed.
da enseñanza pública. Los capítulos sép- Miño y Dávila, 2001.
timo, octavo y noveno se ocupan de los
profesores universitarios canarios de las 1898 es fecha señalada en la España de
Facultades de Filosofía y Letras, Derecho finales del siglo xix con el alcance e
y Medicina, respectivamente. impronta de una brillante generación. Y de
Teniendo en cuenta el estado de la cues- este año del que los jóvenes de hoy poco
tión bibliográfica, hay que valorar en toda o nada saben, Daniel Halévy nos hará esta
su importancia la aparición de la obra Pro- reflexión en una panorámica del espíritu
fesores canarios en Cuba durante el siglo francés en la obra de Curtius. En este año
xix, de Olegario Negrín, que ahora se 1910 recordando el 98: «Que sin duda nos

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ha marcado para el resto de nuestra vida que otros la consideren paradigmática.


[...]. Nuestra vida ya ha superado su punto Ponce sigue sirviendo para explicar este
álgido. Hemos dejado atrás la edad en que lapsus». Afirma Claudio Lozano en el
el alma es maleable, nuestros recuerdos ya interesante prólogo a la presente edición.
nos dominan, ya no tendremos otra opor- Así, en la primera obra aludida: Huma-
tunidad». Es también el año del grito nismo burgués y humanismo proletario,
de Les loups de Romain Rolland, el fin de Ponce hace un recorrido por el «mundo
Mallarmé... Y el nacimiento de Aníbal humanista». Diferentes voces se asocian a
Ponce en Argentina. la de nuestro autor. Desde Erasmo hasta
Hasta su desaparición en México (1938) Romain Rolland aprovechando efeméri-
no dejó de legarnos textos donde la cali- des, varios personajes se vinculan a su
dad de la escritura rivaliza con una prodi- texto y advierten a sus lectores de la supe-
giosa riqueza en la expresión de sus ideas. ración de este humanismo burgués por el
Sin farragoso academicismo, amenidad en proletario. Su victoria y el camino lleva-
el discurso, Ponce nos desvela en estas do a cabo por el humanismo. Un huma-
obras todo un mundo crítico asociado a su nismo muy discutido a lo largo de la his-
pensamiento. Educado en los parámetros toria y siempre en boca de los analistas
intelectuales vinculados a las ideas socialis- muy diluido la verdad sea dicha. ¿Un
tas, este educador-intelectual fue uno de retorno a la apelación de los textos anti-
los primeros introductores del marxismo guos? —Edad Media, Renacimiento—
en su país natal. Resaltar su figura nos Confianza entre los poderes del hombre,
parece legítimo dentro de este espacio lati- girar la vista al cielo... Distintos y vario-
noamericano y en este tiempo de realce de pintos humanismos.
un mensaje hoy en día puesto en cuestión. Ponce apoya sus palabras con la ayuda
Una corriente de erudición enmarca el dis- de una colección de ilustrados: desde
currir de sus palabras desde el otro lado Bocaccio, Taine, Gentile, Monnier, Gilson,
del mar. Y en este otro espacio, que sería Gide, Marx... Para, por ejemplo, afirmar-
el nuestro por ejemplo, bienvenidos sean nos de la herida del humanismo burgués
aquellos historiadores que ponen de nuevo en esta frase: «Después de haber batallado
entre nuestras manos obras dignas para no varios siglos para arrancarle al feudalismo,
caer en el olvido. entre otros privilegios, el privilegio de la
Volver al pasado con Ponce dentro de cultura, la burguesía se alzaba ahora frente
la pluralidad de las orientaciones del siglo al pueblo para defenderlo como suyo, con
XX. La asociada a nuestro autor ocupó sitio igual desprecio de las grandes masas».
importante en el panorama de las elites Unos abanderados de la burguesía dichos
como de las masas populares para dar un humanistas contra el feudalismo.
nuevo giro a la sociedad existente. Entre O como fiel ejemplo de abanderado
país de origen y país de exilio se forma el suena el nombre de Erasmo. Aquel hom-
intelectual, como una pausa entre dos bata- bre de las «interlíneas» eso sí con arte. Ese
llas, recoge sus apuntes para transmitirnos arte: «[...] sutil que lo mismo le permitía
como alumnos un poco de su sabiduría. introducirse que zafarse; esa manera entre
Donde aquellas dos obras reunidas en inocente y humilde para presentar las obje-
un volumen: «[...] alcanzan el rango de efe- ciones o las disculpas; ese procedimiento
mérides en la historia de las ideas y de la tan personal para insinuar sin concluir, es
educación, y no sólo en América Latina lo que va a hacer de su Elogio de la locura
[...]» y su autor debe ser estudiado como: el grito de guerra del humanismo».
«[...] un jalón de nuestra historia y un inte- Un grito de guerra que seguirá Ernest
resante aporte a la evolución de las ideas Renan, como fiel representante de la clase
argentinas e iberoamericanas. [...] La suya burguesa —nos dirá Ponce—, Renan que
es una inflexión metodológica y una da paso a una nueva versión del drama sha-
opción historiográfica apenas explorada kesperiano La Tempestad transportándonos
entre nosotros, y su conocimiento evitará entre elfos y hadas: «Bajo las mascaradas
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y los símbolos, todos los sueños del huma- Siempre se vuelve a Shakespeare. Y a
nismo, todas las concepciones que ya vimos Marx. Éste «consideraba la obra entera de
en Bruno o en Erasmo». Y ahora cómo Shakespeare como a un modelo de creación
dormirse al final del camino olvidando la realista, estimando en él sobre todo su
lucha que parece ser es lo que hizo Eras- amplia concepción de los trozos de vida,
mo. En medio de la tempestad las figuras sus ricas y complejas descripciones de
de Próspero, Calibán y Ariel vuelven en caracteres y de ambientes, su manera
Renan para dar paso con Romain Rolland de situar los personajes entre la pugna de
al humanismo proletario. El enlace con las clases sociales».
Quince años de combate donde Ponce nos El apoyo shakesperiano y marxista
entrevé el cambio para darnos cuenta que: para resaltar la confianza en la vida y en
«Siglos de educación burguesa impedían el los valores humanos en los cuales creía. De
descubrimiento de esa verdad tan limpia». mercaderes y/o humanistas nos ha habla-
Proteger ideas y no: «[...] palabras sin sus- do. Y finalizando el curso, Ponce apela al
tancia, cascaras vacías». Y encontrarlas optimismo a pesar de la contemplación de
bajo «[...] la corteza de este mundo nuevo, este sombrío paisaje sociocultural de su
cuyo aspecto rugoso no nos inspiraba con- época. Podríamos añadir: y del nuestro.
fianza. Y comprendí entonces que esa Aníbal Ponce como una «fiesta del
dureza era necesaria para protegerlas», intelecto», lo inteligible devenido delecta-
dice Rolland. Es decir entre este mundo ción, sobre las facultades críticas de un
naciente que le «refrescaba el alma» y este espíritu cultivado, pensado en la combati-
otro mundo «senil que todavía le tenía vidad, la lucha... y para nosotros los inte-
aprisionado». rrogantes. Y por imperativo de su propia
Volviendo como siempre a: las grandes fuerza creativa nos lleva a reflexionar
cuestiones se tienen que discutir entre éli- sobre la Educación y lucha de clases: una
tes o entre el pueblo. ¿O entre los dos? Es segunda obra y otras lecciones. Para
el debate. El apogeo, revés y decadencia demostrarnos «la existencia de un comu-
del humanismo. Es la discusión eterna. nismo como origen prehistórico de todos
Erasmo y las élites, asociación al credo del los pueblos conocidos» a partir de unos
humanismo y su perduración. ¿Rolland trabajos de Morgan sobre los indios nor-
entre dudas? Y Ponce entre «¿exultante teamericanos, Ponce recurre a establecer
optimismo?» afirma: «El hombre, por el un panorama educativo a lo largo de la
contrario, se modifica con las circunstan- historia a través la comunidad primitiva
cias que lo educan y con las circunstancias para enlazar con el nombre antiguo en
que él transforma». Esparta, Atenas y Roma. Seguir la evolu-
Afirmaciones ciertas pero ¡oh! cuánto ción de la educación en el hombre feudal,
pronunciadas para malas interpretaciones. renacentista, llegando a la tan nombrada
La entrada del mundo de la cultura para el «Nueva educación» para plantear su unión
pueblo, nombrando a Ehrenburg y su con la educación burguesa para enfatizar
novela El segundo día de la creación: «Las los escondites de esta relación subterrá-
extrañas palabras de los versos llenaban su nea de poder económico con una forma
mundo, y Kolka maravillado, prestaba de educación propia a los intereses de esta
atención a esos rumores. Además de las clase social.
cosas, comprendía que existían las palabras Donde la educación en esta SOCIEDAD
y que las palabras viven con una vida que PRIMITIVA «no estaba confiada a nadie en
les pertenece». No es necesario añadir especial, sino a la vigilancia difusa del
que el recorrido del texto es la explicación ambiente». Y cómo estas clases sociales
a la adhesión a este universo sensible del que llegaron a ser «privilegiadas» desem-
sentido amplio de la cultura humanitaria. peñaron al principio «funciones útiles».
Y retornar a los conocimientos conquis- A partir de aquí, vemos cómo van cam-
tados por la humanidad. Y la utilización biando las relaciones sociales, cómo el
clasista o no de las obras de los clásicos. poder se va generando en una clase que
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detendrá la educación-instrucción según mitad del siglo vi, los adjetivos «bueno» y
los intereses de su clase. Es importante «malo» no servían para clasificar el valor
resaltarlo y de hecho lo hace Ponce, para moral, sino para designar las clases supe-
hablarnos de la lucha de clases sin concien- riores e inferiores». Y precisamente a par-
cia de ella en un principio. Existencia de tir del siglo V, de esta clase de educación
contradicciones pero no de manifestacio- de la que habla Aristófanes en Las Nubes
nes claras sino «insidiosas», anotando la se pide una «Nueva educación» para este
separación de clases en sí y clase para sí. «nuevo hombre». Por el comercio y cierto
Aquí llegamos a la conciencia de clase que desarrollo, la vida toma un rumbo distin-
sabe lo que «quiere y a lo que aspira». to. Los intereses comunes darán paso a
En este volumen vemos también cómo intereses individuales. Los tiempos van
nuestro autor va recogiendo de otros auto- cambiando. Se criticará el rigor militar y
res y sus obras múltiples pasajes para afi- veremos cuándo «los telares empezaron a
nar su demostración. Para su mundo pri- andar solos y las cítaras a sonar sin citaris-
mitivo serán Descamps Letourneau, Engels, tas». Cómo la técnica cambiará las relacio-
Krieck, Durkheim, Gompertz... Para Es- nes sociales.
parta y Atenas: Bujarin, Berard, The- ROMA también «pasó como todos los
ophraste, Guillaume, Plutarco, Platón... Y pueblos conocidos a la sociedad de clase
con Roma las aportaciones de: Paul Louis, fundada en la esclavitud». Primeros tiem-
Boissier, Quintiliano, Pottier, Salomone, pos de la República, tiempos de «vieja edu-
Tácito, Suetonio... Y Weber, Cicotti, cación», de hombre de «bien», de ideal de
Calmette, Bloch, Renan, Montesquieu, romano como «hombre de las clases go-
Cutius... para contrastar sus ideas sobre el bernantes a quien la educación ha dado las
hombre feudal. El repaso a la educación cualidades necesarias no sólo para cuidar y
del hombre burgués es apelado junto a: acrecentar los intereses de esas clases, sino
Anatole France, Compayré, Diderot, para defenderlos también contra las ame-
Wickert... y la «Nueva educación» pa- nazas del populacho amotinado».
ra Buisson, Lavisse, Wyneken, Gentile... Es el tiempo del gran «orador» distin-
Parece una lista enciclopédica. Pero lo que to del «filósofo». Siguiendo terror y casti-
es importante resaltar en estos escritos de gos reverenciado por Catón, por Tácito...
Ponce es la gran cantidad de información el hombre de «bien», y el desprecio por el
que va añadiendo a su discurso, sin que trabajo tanto en Grecia como en Roma. Y
nos pesen los personajes y dichos de sus otra vez la necesidad de una «Nueva edu-
lecciones. Que al fin y al cabo son lo que cación» se comienza a notar en Roma en
son: un gozo para el lector amante de la este iv siglo. Como un siglo atrás en Gre-
buena lectura. cia. La importancia del censor en los roma-
Una lectura que seguiremos viendo nos «complemento del gobierno... examen
cómo en ESPARTA y ATENAS va «[...] des- de vida y costumbres» para Plutarco.
tacando poco a poco el carácter de clase Avance para el retor: Augusto, Vespasiano,
de la educación de los griegos» diferen- Adriano... eso sí para la enseñanza supe-
ciando las dos educaciones. Virtudes gue- rior con el añadido privilegio para las cla-
rreras con dura disciplina. Así «La Grecia ses «altas».
de Schiller y Renan, de Ruslin y de Taine, Y seguimos avanzando sin dejar los
continúa seduciendo a los espíritus con sus privilegios de clases, pasando al HOMBRE
mirajes engañosos». Desmontando tabúes FEUDAL, del colono y esclavo al villano y
y mitos literarios como parte importante siervo. Cierta ventaja como ésta. Y en la
del mensaje ponciano. Este recorrido por larga jerarquía de señores y vasallos «el
GRECIA y luego hacia ROMA nos desvela mundo feudal reposaba sobre los hombros
ya las contradicciones que poco a poco se de los siervos como el mundo antiguo
van acentuando cada vez más. Según sobre los hombros del esclavo». El esclavo
Gomperz en Les penseurs de h Grèce: «[...] y el amo, el siervo y el señor. Y el cristia-
en las poesías de Teognis, en la segunda nismo con la proclama de «todos iguales
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ante Dios». Los monasterios adquieren gustaban rodear a Fontenelle». Y «abrir nue-
potencia: económica, social y pedagógica. vos libros para nuevas cuentas» expresado
Del castillo feudal al monasterio. Y del por Rousseau sobre sus «paradojas» sobre el
monasterio a las escuelas catedralicias para retorno a la naturaleza. Y después de siglos
llegar a la universidad, un bien largo reco- de sujeción feudal, la burguesía afirmaba
rrido destruyendo leyendas. Para Isidoro los derechos del individuo. Como premisa
de Sevilla o el Cid. Y el origen de esta necesaria para dar satisfacción a sus intere-
nueva clase social que emerge en la Edad ses». LUCES, razón... el tercer estado y sus
Media aunque con cierta oscuridad —nos teóricos. «Desde la izquierda de los mate-
dirá Ponce— sobresale de la ciudad y de la rialistas hasta la derecha de los fisiócratas».
transformación económica. La pequeña Educación «generosa» de Diderot y «ego-
burguesía invadirá las escuelas primarias y ísta» de Rousseau. Pasa la Revolución con
la grande la universidad. Escuelas munici- unos apuntes destacados para Condorcet y
pales aunque no populares. Y la escolásti- su Rapport: inaugurar escuelas, instruir y
ca hace frente a la decadencia de la menta- no educar, designación de maestros... Cam-
lidad feudal en descenso y auge de la bios en las ideas. También las de Condor-
mentalidad burguesa. ¿Del tiempo de las cet entre la abolición de la Monarquía y la
catedrales al tiempo de las comunas? proclama de la República. Con la Conven-
¿Como anunciaba Elie Faure? ción las modificaciones de rigor. Y Pesta-
Terror religioso y paso al hombre bur- lozzi desmitificado. Que no se propuso
gués desde el RENACIMIENTO al siglo xvm otra cosa que «educar a los pobres para
y como orígenes de las cuatro corrientes que aceptaran de buen grado su pobreza».
pedagógicas: «[...] la que expresa los inte- N o se salva Pestalozzi de las críticas, ni
reses de la nobleza cortesana, la que sirve Herbart que también expresa las ideas de
a la Iglesia feudal, la que refleja los anhe- la burguesía de su tiempo entrando en
los de la burguesía protestante, la que tra- el siglo xix. En cambio oye y aprueba el
duce las tímidas afirmaciones de la burgue-
grito de Sarmiento que denuncia esta
sía irreligiosa».
forma de educar. Para manejar la barreta
Dichos intereses se expresaron en idea-
es necesario saber leer contradiciendo a
les de educación desde el humanismo hasta
Voltaire que no precisaba de hombre pen-
la Revolución, de aquella manera como
sador para cultivar su jardín.
dijo Pierre de la Ramee: «[...] cosa bien
indigna que el camino que conduce a la filo- Pasando del método de explotación
sofía esté cerrado y prohibido a la pobre- feudal hacia el de explotación burguesa.
za». Difusión de escuelas e intereses eco- Un siglo después del plan de Condorcet
nómicos y religiosos. Saliendo a lucha «la ¿dónde está la difusión de las luces y la
milicia jesuítica». Nobles y clases acomo- «enseñanza para todos»? ¿Con la llegada
dadas. Pero no para las clases populares, ni de la «Nueva educación» la plenitud de las
siquiera la pequeña burguesía. El ejemplo aspiraciones burguesas?
de las escuelas populares de Demia. Mer- Se va perfilando la escuela laica. Tan
cado oriental, con América que lo ensan- sólo una «transacción» para Ponce. La
chó y la técnica de la producción. Ahorrar batalla en Francia para separar la Iglesia del
tiempo, estudiar rápidamente y sólidamen- Estado según intereses burgueses. Pero
te con Comenius y Locke y los fisiócratas hasta los reaccionarios pactan. Y pactarán.
con la siempre diferencia en cuestión edu- La separación entre los doctrinarios y los
cativa. Así, «bajo la forma oblicua del deís- metodologistas en cuestión de materias aún
mo, primero; bajo la forma más cruda sigue. Aunque cierto avance propugna la
del escepticismo después; la burguesía se importancia de los dos. Y dejando centros
esforzaba por arrojar a la Iglesia de sus de intereses, comunidades escolares... Mon-
últimos reductos. Aquel "silencio de tessori, Decroly, Ferrière, etc., apóstoles
los espacios" que a Pascal estremecía, ya de la nueva y a veces «vieja» enseñanza, lle-
no impresionaba ni a las marquesas que gamos a la ÚLTIMA LECCIÓN DE PONCE.

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Hace balance de las reformas educativas: Para la continua reinterpretación del


«[...] en la Grecia del siglo V a.C. con pensamiento de lo humano y lo social,
los sofistas, en la Roma del siglo πι con los Ponce gracias a la historia encuentra la
retores, en el feudalismo del siglo XI con ocasión de una reflexión empujada hacia el
las universidades, en el Renacimiento del hombre mediante su Humanismo burgués.
siglo xvi con los humanistas. En todos esos Humanismo proletario. Y su Educación y
casos las reformas de la educación han lucha de clases proyectada en lo social. Sin
sucedido a transformaciones o a vuelcos olvidar la mirada en su contexto sociocul-
sociales, a modificación en el equilibro en tural, es bien evidente. Pero no por ello
las clases sin ruptura de su equilibrio». pierde valor su grito en nuestras socieda-
Última lección con el consiguiente sig- des donde tanta energía perdemos hacia la
nificado social que podría generar la llega- Nada. Es el grito de siempre. Al que os
da de este principio del siglo XX y su hora sumamos intentando a salir a flote en este
presente. Lo hace mirando la Rusia de 1917 mundo de mentiras. Un mundo que bien
con el fervor propio de una visión espe- nos vale de vez en cuando ver retratado
ranzadora de cambio social. Lo propio con toda lucidez en obras como las de
cuando la historia aún no ha alcanzado Aníbal Ponce. Porque nosotros también
determinados espacios y tiempos de refle- como Adriano, en su palabra escrita hemos
xión que hoy sí están a nuestro alcance. Y escuchado la voz humana...
si «Por boca de sus mismos ministros la
ROSA TARRATS DEL REY
burguesía reconoce siglo y medio después
de la revolución que sus escuelas no ase-
guran a las masas el mínimo necesario de
enseñanza». Otros dirán que elimina los Pozo ANDRÉS, Ma del M. del: Curriculum
«más ineptos». Y así hemos seguido hasta e identidad nacional. Re generadonis-
hoy. La diferenciación entre revolución en moSy nacionalismos y escuela pública
materia de educación y reforma sigue. (i8po-ip3p), Madrid, Biblioteca Nueva,
Entre «híbridos» cada vez más se mueve el 2000, 314 p p .
mundo educativo y humanitario. Y las cla-
ses dominantes siempre existentes aunque Resulta de gran interés para mí tener la
eso sí con mucha sutilidad. oportunidad de valorar la aportación his-
Avances, retrocesos. Unión del huma- tórico-pedagógica de la profesora e inves-
nismo con la educación y clases sociales. tigadora María del Mar del Pozo Andrés
Desde la teórica a la práctica. Estas dos por razones que tienen que ver con preo-
obras forman parte de un todo siempre en cupaciones académicas que me ocupan
el aire de unas reflexiones donde la histo- desde hace años. Ya en nuestro concurso-
ria bien vale una supervisión para intentar oposición a la plaza de profesor titular de
poner orden a este mundo educativo siem- universidad, allá por el año de 1988, pre-
pre en cuestionamiento. Un recorrido que sentamos como tema de programa un tra-
siempre da que pensar como Adriano bajo de investigación que consistía en una
avanzando en la educación romana. O en primera aproximación a las relaciones entre
este otro, el de sus Memorias en las pala- regeneracionismo y educación en Castilla
bras de Marguerite Yourcenar que precisa- y León y sus implicaciones con el incipien-
mente a la hora de su desaparición se pre- te regionalismo castellano. Desde entonces,
guntaban sobre su figura de humanista. nuestra preocupación por el movimiento
Adriano, teniendo a su alcance tres medios regeneracionista no sólo no ha decaído,
para evaluar la existencia humana: «[...] el sino que se ha incrementado, como puede
estudio de mí mismo..., la observación de comprobarse a través de un elenco consi-
los hombres... y los libros, con los errores derable de trabajos sobre el mismo o parte
particulares de perspectiva que nacen entre del mismo, dado que nuestro centro de
sus líneas... la palabra escrita me enseñó a análisis es más bien el regeneracionismo
escuchar la voz humana...». social.

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