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12 de junio de 2020
INTRODUCCIÓN.
El Derecho Penal es una parte del sistema jurídico constituido por un conjunto de
normas y principios que limitan el poder punitivo del Estado, describiendo que
comportamientos son delitos, la pena que les corresponde y cuando se debe aplicar
una medida de seguridad, a fin de proteger los bienes jurídicos fundamentales de la
sociedad.1
Entonces con base en lo anterior se puede afirmar que, el fin esencial o primordial
que justifica la presencia del derecho penal dentro de una sociedad, entendiéndolo
como un instrumento del sistema de control social que tiene un Estado democrático,
es por una parte proteger y resguardar los bienes jurídicos relevantes y de esta
forma garantizar la seguridad y coexistencia en la sociedad. Y por otra parte
asegurar los derechos esenciales de las personas frente al Estado.
Si bien el derecho penal tiene como objetivo tutelar los bienes jurídicos de la
sociedad, esto no tiene un carácter absoluto puesto que no debe proteger todos los
bienes jurídicos, sino solo aquellos indispensables para la vida social, y solamente
frente a los ataques mas lesivos o dañosos; entonces el merecimiento de protección
penal deriva del significado atribuido al bien (su importancia social) y la gravedad
de sus diversas formas de ataque (intensidad de sus afecciones).2
2. Justificación de la pena.
Cabe destacar que Becaria en su obra, objeto de la columna señaló que: “si la
geometría fuera adaptable a las infinitas y oscuras combinaciones de las acciones
humanas, debería haber una escala correspondiente de penas que se graduasen
de la mayor hasta la menos dura”. Es menester recordar que por una parte, el
Estado debe reaccionar frente a un ataque efectuado a bienes jurídicos socialmente
relevantes, en este sentido, el principio de proporcionalidad justifica la existencia de
una sanción penal. Por otra parte, la gravedad de la pena debe guardar relación con
la gravedad del hecho injusto cometido, desde otra perspectiva, este principio
determina la graduación de la pena.
La pena siempre debe tener un fin o una función útil, ya sea a la sociedad o al mismo
sujeto que ha cometido un delito.
Entonces respecto al sentido y límites de la pena estatal constituye plantearse dos
interrogantes: “¿Cómo y bajo qué presupuestos puede justificarse qué el grupo de
hombres asociados en el Estado prive de libertad alguno de sus miembros o
intervenga de otro modo, conformando su vida, en su existencia social? 3. Para
responder aparecen las teorías de la pena, tales como teorías retributivas o
utilitarias, teorías de prevención general o de prevención especial, teorías absolutas
o relativas. (Serán desarrolladas posteriormente).
Quienes sostienen las teorías de justificación de la pena mencionadas en el párrafo
anterior, incurren en la confusión entre función y fin, o bien, entre el ser y el deber
ser de la pena. Por lo tanto se sugiere la idea de qué la pena posee un efecto (antes
que un fin) retributivo o reparador, o que ella previene (antes que deba prevenir)
los delitos, o que reeduca (antes que deba reeducar) a los condenados, o que
4 Ferrajoli, Luigi, articulo de revista Poder y Control, “El Derecho penal mínimo”
5 Ferrajoli, Luigi, “El derecho penal mínimo”
6 Durán, Mario. “Justificación y legitimación político criminal de la pena”.
7 Corte Suprema. “Fallo Causa Rol Nº 5019-2006, de 2º de diciembre de 2006”
8 Garrido Montt, Mario, “Derecho penal, parte general. Tomo I”.
9 Mir Puig, “introducción a las bases del Derecho Penal”
particulares usurpaciones; y tanto más justas son las penas, cuanto es más sagrada
e inviolable la seguridad, y mayor la libertad que el Soberano conserva a sus
súbditos” 10.
Existen principios limitadores al poder punitivo del Estado, los cuales constituyen
una garantía a las personas frente a la posible arbitrariedad estatal, facilitando la
convivencia, la dignidad y seguridad de las mismas.
Existen otros principios que limitan al ius puniendi del Estado, desarrollados a
continuación:
13Cavada, Juan Pablo “Efectos del agravamiento de las penas frente a la comisión de los
delitos”
se apunta a crear alternativas a la cárcel, suprimir o reemplazar las penas cortas
por otras de mayor utilidad y humanizar lo más posible el tiempo de encierro.
El autor de la columna señala que lo anterior era uno de los pensamientos más
contundentes de Beccaría. Agregando, que el autor de la obra “de los delitos y de
las penas”, propuso reformas en las leyes, en la administración de justicia y sobre
todo, el perfeccionamiento de la educación, estimándola como el más seguro, pero
más difícil medio de evitar los delitos.
Por su parte Hegel habla de una retribución jurídica, y en base a ella, justifica la
pena en la necesidad de reparar el derecho con una violencia contraria que
restablezca el orden violado. La esencia de la pena estaría en la negación de la
negación del derecho. La voluntad especial del delincuente se opone a la
voluntad general del ordenamiento jurídico. La pena entonces se impone como
una forma de anular esta voluntad especial. El adjudicar fines preventivos a la
pena, significaría denigrar al hombre, tratándolo como un ser irracional, como a
un “perro con un palo, en lugar de respetar su honor y libertas”14
Éstas teorías tienen una doble variante: una preventiva especial, que se dirige
su atención al delincuente concreto castigado con una pena esperando que ésta
tenga en él un efecto resocializador. Aquí podemos mencionar como ejemplo la
Ley 20.084 que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes
por infracción a la ley penal; Y una variante preventiva general, que se interesa
por la colectividad en su conjunto, esperando que la pena y su ejecución, por un
lado, sirvan para intimidar a los delincuentes potenciales y por otro, contribuyan
a robustecer la conciencia jurídica de todos.
5. Estado actual del derecho penal chileno, desde una perspectiva del
derecho comparado.
En este punto se analizará por una parte, la expansión del Derecho penal y por otra
parte, la ejecución de la pena, tanto en la normativa chilena como en la legislación
de otros países.
En la columna don Carlos Kunsemuller señala que “Beccaría utiliza falsas ideas de
utilidad. En el concepto se comprenden las leyes que llámense no preventivas sino
medrosas de los delitos; que nacen de la tumultuaria impresión de algunos hechos
particulares, no de meditación considerada de inconvenientes y provechos de un
decreto universal.” Agrega, se trata de “leyes diseñadas para crear la imagen de
una seguridad aparente, sobre todo en el tiempo cercano a la ejecución del hecho
que motiva la mirada reacción”.
A lo que se refiere el autor en el párrafo anterior, es que en los últimos años tanto
Es innegable que existe una expansión en el Derecho penal, esto se traduce en que
ha ido aumentando su ámbito de intervención, ya sea creando figuras típicas, bienes
jurídicos o ampliando el campo de aplicación de los tipos penales. Dicha expansión
encuentra su causa en el cambio social, en los avances tecnológicos y científicos
del ultimo tiempo, los cambios económicos y también los medios de comunicación.
Debido a lo anterior, la función de ultima ratio del derecho Penal, la cual hace que
el instrumento penal no sea utilizado de manera indiscriminada o arbitraria ha sido
desplazada por un abusivo uso del sistema Penal, convirtiéndose en un recurso
cada vez mas común y rápido para reglamentar diversos fines.
Al respecto el jurista Carl Ludwing Von Baer manifiesta que: “Allí donde llueven las
leyes penales continuamente, donde entre el público a la menor ocasión se eleva el
clamor general de que las cosas se remedien con nuevas leyes penales o
agravando las existentes, ahí no se viven los mejores tiempos para la libertad, pues
toda ley penal es una sensible intromisión en la libertad, cuyas consecuencias serán
perceptibles también para los que la han exigido de modo más ruidoso, allí pueden
pensarse en la frase de Tácito: pessima republicana, plurimae leges”.
Cabe preguntarse: ¿Qué piensa la sociedad sobre la expansión del derecho penal?.
CONCLUSIÓN.
El tratado de los delitos y las penas constituye una base del pensamiento penal
contemporáneo. Los planteamientos de Beccaría tales como la facultad de
sancionar, la legitimidad y fines de las penas y los excesos del poder absoluto de
los monarcas han influido trascendentalmente en el derecho penal occidental. Tal
como lo observa el connotado jurista italiano Calamandrei, citado por el autor de la
columna analizada, quien lo describió como un hombre de acción que por sí solo,
armado únicamente de su pequeño libro, abatió los patíbulo y arrancó las puertas
de las prisiones para hacer que entrar en ellas un rayo de humana piedad.
BIBLIOGRAFÍA.
Ferrajoli, Luigi; artículo de revista Poder y Control; “El Derecho Penal mínimo”.
Cavada, Juan Pablo; “Efectos del agravamiento de las penas frente a los delitos”.
Alemania, 1976; “Ley sobre la ejecución de la pena privativa de libertad y de las medidas
privativas de libertad de mejoramiento y seguridad”.