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Salud y aptitud física

Resumen
La temperancia
Sección 4 Otros estimulantes y drogas
Cap. 1
Abstinencia de los deseos carnales
Cuando leemos, escuchamos o pensamos en la expresión “deseos carnales”
comúnmente nuestro cerebro lo relaciona con prácticas sexuales, como si todo lo
carnal tendría que ver con esto, pero no es así. Dicha expresión se refiere en
realidad a todos los deseos que sean contrarios al espíritu. El fruto del espíritu
según Gálatas 5:22-23 es, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; y agrega que contra tales cosas no hay ley.
“Os ruego... que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma”
(1 Pedro 2:11), es el lenguaje que usa el apóstol Pedro. Muchos consideran esta
advertencia aplicable sólo a la licencia; pero tiene un sentido más amplio. Nos
guarda contra toda complacencia perjudicial del apetito o la pasión. Es una
advertencia de las más fuertes contra el uso de estimulantes y narcóticos tales
como el té, el café, el tabaco, el alcohol y la morfina.
No permitáis que se os haga participar en el uso de estimulantes, porque esto no
sólo producirá una reacción y la pérdida de fortaleza física, sino que traerá como
consecuencia la ofuscación del intelecto.—Testimonies for the Church 4:214.
Algunos miran con horror a hombres que han sido vencidos por el licor y andan
haciendo eses y tambaleándose por la calle, cuando al mismo tiempo ellos están
complaciendo su apetito por cosas que difieren en su naturaleza de la bebida
alcohólica, pero que perjudican la salud, afectan el cerebro y destruyen su sentido
elevado de las cosas espirituales.
Del comienzo al fin, el crimen del uso del tabaco y de la medicación con opio y
drogas tiene su origen en el conocimiento pervertido. Miles y decenas de miles de
vidas se pierden por el acto de tomar y comer el fruto venenoso, mediante las
complicaciones de nombres que el común del pueblo no comprende. Dios no
dispuso que el hombre tuviese este gran conocimiento que los hombres dicen ser
tan maravilloso. Están usando los productos venenosos que Satanás mismo ha
plantado para que tomen el lugar del árbol de la vida, cuyas hojas son para la
sanidad de las naciones. Los hombres trafican con licores y drogas que están
destruyendo a la familia humana.—Manuscrito 119, 1898.
Cap.2- Té y café
Este tema causó gran curiosidad en mí, puesto que no sabía a qué té se refería la
hermana Elena. Tuve que investigar cuáles eran los tipos de té, entonces hallé
información de la ciencia que se corresponde con lo que dice la sierva del Señor.
Hablando del té negro:
Estos efectos secundarios pueden ser leves a graves e incluir cefaleas, nerviosismo,
problemas en la visión, problemas para dormir, vómitos, diarrea, irritabilidad,
frecuencia cardiaca irregular, temblor, acidez, mareos, acúfenos, convulsiones y
confusión.
Té verde:
Irritabilidad, insomnio, palpitaciones, mareos, náuseas y vómito, diarrea, dolor de
cabeza, pérdida del apetito. Entre otras contraindicaciones, por su gran contenido
en taninos reduce la absorción de ácido fólico y hierro, por lo que se prohíbe su
consumo a las mujeres embarazadas o en lactancia.

“El régimen alimentario y las bebidas estimulantes de nuestros días no llevan al


mejor estado de salud. El té, el café y el tabaco, son todos estimulantes y contienen
venenos. No sólo no son necesarios, sino dañinos, y debieran ser descartados si
queremos añadir a la ciencia, templanza”. Te, cap. 2.

Al investigar acerca del té blanco no hallé contraindicaciones, por lo que asumí


que Elena se refería al té verde y al negro, posiblemente hayan sido los más
comunes en su época o los únicos conocidos en su entorno hasta el momento.

Lo que hace el té—Penetra en la circulación y reduce gradualmente la energía del


cuerpo y de la mente. Estimula, excita, aviva y apresura el movimiento de la
maquinaria viviente, imponiéndole una actividad antinatural, y da al que lo bebe la
impresión de que le ha hecho un gran servicio infundiéndole fuerza. Esto es un
error.

La influencia del café es hasta cierto punto la misma que la del té, pero su efecto
sobre el organismo es aún peor. Es excitante, y en la medida en que lo eleve a uno
por encima de lo normal, lo dejará finalmente agotado y postrado por debajo de lo
normal. A los que beben té y café, los denuncia su rostro. ... No se advierte en el
rostro el resplandor de la salud.—Joyas de los Testimonios 1:195, 196.

Las drogas
“Una práctica común que es peligrosa—Una práctica que prepara el terreno para
un gran acopio de enfermedades y de males aun peores es el libre uso de drogas
venenosas. Cuando se sienten atacados por alguna enfermedad, muchos no quieren
darse el trabajo de buscar la causa. Su principal afán es librarse de dolor y
molestias. Por tanto, recurren a específicos, cuyas propiedades apenas conocen, o
acuden al médico para conseguir algún remedio que neutralice las consecuencias
de su error, pero no piensan en modificar sus hábitos antihigiénicos. Si no
consiguen alivio inmediato, prueban otra medicina, y después otra. Y así sigue el
mal.—El Ministerio de Curación, 88.

La vida sencilla o la farmacia—Miles de personas que están enfermas podrían


recuperar la salud, si, en lugar de hacer depender su vida de la farmacia, eliminaran
todos las drogas y vivieran en forma sencilla, sin usar té, café, alcohol o especias
que irritan el estómago y lo dejan débil, incapaz de digerir aun el alimento más
simple sin un estímulo. El Señor desea dejar brillar su luz en rayos claros y
distintos para todos los que están débiles y enfermizos.—Medical Ministry, 229.

Los que quieren complacer su apetito y luego sufren por causa de su


intemperancia, y toman drogas para aliviarse, pueden estar seguros que Dios no
intervendrá para salvar la salud y la vida que tan temerariamente se expone al
peligro”.

Al leer muchos de estos textos pareciera que se prohíba el uso de medicinas, sin
embargo, la mensajera del Señor hablaba del uso de drogas como medicinas y en
forma deliberada, no de drogas controladas como las que hoy en día son comunes.

De todas formas, no es correcto descuidar la salud para luego requerir el uso de


medicinas. Lo correcto sería el uso de lo natural para que no sea necesario optar
por un tratamiento basado en los químicos.

Las drogas como recurso estimulante no debe consumirse por nadie que quiera
mantener sano el templo del Espíritu Santo.
Sección 5 Bebidas embriagantes más suaves
Cap.1- Importancia de los hábitos de estricta temperancia
Este capítulo inicia dejando claro por qué debemos ser temperantes. Lo hace a
través de la historia de Sansón, un nazareo, una persona que debía guardarse todo
lo que dañara sus facultades físicas porque estaba destinado a una misión especial:
liberar al pueblo de la mano de los filisteos.
Las especificaciones del cuidado de este hombre fueron dadas para cumplirse
desde antes de su nacimiento, y así lo hizo su madre.
Entre las indicaciones del Ángel de Jehová estaban: “Ahora, pues, no bebas vino ni
sidra, ni comas cosa inmunda”. Jueces 13:4.
Si quieres estar listo para realizar con eficacia y eficiencia las tareas que Dios te ha
designado, las mismas restricciones de Sansón respecto al vino y la sidra son para
ti. Más adelante veremos porqué.
Cap. 2- Efectos psíquicos de las bebidas embriagantes suaves.
“Las tendencias heredadas despertadas por el vino y la sidra—Para las personas
que han heredado el apetito por los estimulantes, no es seguro en ninguna manera
beber vino o sidra en el hogar, porque Satanás las está instando continuamente a
complacerse. Si ellas ceden a sus tentaciones, no saben dónde se detendrán; el
apetito exige que se lo complazca, y es complacido para ruina de ellos. El cerebro
se obnubila, la razón ya no sostiene las riendas, sino que las afloja quedando a
merced de la concupiscencia. El libertinaje abunda y se practican vicios de casi
cualquier clase como resultado de complacer el apetito por el vino y la sidra”.—
Christian Temperance and Bible Hygiene, 32, 33.

La biblia respalda estas palabras de Elena. Lee con detenimiento el siguiente texto
de Proverbios 23:29-32:

¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas?
¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde?
¿Para quién lo amoratado de los ojos?

Para los que se detienen mucho en el vino,


Para los que van buscando la mistura.
No mires al vino cuando rojea,
Cuando resplandece su color en la copa.
Se entra suavemente;

Mas al fin como serpiente morderá,


Y como áspid dará dolor.

Si queremos vivir vidas santas, debemos apartarnos del consumo del alcohol, ya
que este afectará negativamente el órgano más importante de nuestro cuerpo: el
cerebro. “Cuida tu mente porque de ella mana la vida”.
Cap. 3- Los efectos embriagantes del vino y la sidra
Este capítulo presenta un ejemplo asombroso de los efectos del alcohol. Cita el
relato de Noé luego del diluvio. Cómo luego de la tierra haber sido inundada por
las aguas por causa del pecado, los seres humanos caen en vicios. Sorprendente la
manera en que Elena explica que fue la ingestión del alcohol lo que preparó al
hombre para el consumo de la carne y el desarrollo de deseos animales.
“La gente puede embriagarse tan ciertamente con vino y sidra como con bebidas
más fuertes, y la peor clase de embriaguez es la producida por las bebidas así
llamadas más suaves. Las pasiones son más perversas; la transformación del
carácter es más grande, más decidida y obstinada. Unos pocos vasos de sidra o de
vino dulce pueden despertar un gusto por bebidas más fuertes, y muchos que se
han vuelto borrachos empedernidos han puesto de esta forma el fundamento del
hábito de beber.—The Review and Herald, 25 de marzo de 1884. Un posible
precursor de la embriaguez habitual—Un solo vaso de vino puede abrir la puerta
de la tentación que llevará al hábito de la embriaguez”.—Testimonies for the
Church 4:578.
Cap. 4- El Vino en la biblia
En más de una ocasión la biblia prohíbe rotundamente el uso del vino.
¡Pero Jesús transformó agua en vino en su primer milagro! Sí, pero no dice que
este vino fuese fermentado.
“Fue Cristo quien advirtió a Israel en el Antiguo Testamento: “El vino es
escarnecedor, la cerveza alborotadora; y cualquiera que por ello errare no será
sabio”. Proverbios 20:1. Cristo no suministró semejante bebida. Satanás induce a
los hombres a dejarse llevar por hábitos que anublan la razón y entorpecen las
percepciones espirituales, pero Cristo nos enseña a dominar la naturaleza inferior.
En ningún lugar la Biblia enseña el uso del vino embriagante, ya sea como bebida
o como símbolo de la sangre de Cristo. Apelamos a la razón natural para decidir si
la sangre de Cristo está mejor representada por el jugo puro de uva en su estado
natural, o después que se ha convertido en un vino fermentado y embriagante”.
Cap. 5- Los cristianos y la elaboración de licores
Los que ayudan a producir bebidas alcohólicas que fomentan y educan el apetito
por estimulantes más fuertes, tendrán la recompensa de acuerdo con sus obras. Son
transgresores de la ley de Dios y serán castigados por los pecados que cometen y
por aquellos que cometieron otros influidos por las tentaciones que ellos pusieron
en su camino.
Mateo 18:6 dice: «Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que
creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de
asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.»
Cap. 6- Temperancia y abstinencia total
“Si algo hace falta para apagar la sed, el agua pura tomada poco antes o después de
la comida es todo lo que la naturaleza requiere. Nunca té, café, cerveza, vino o
ninguna bebida alcohólica. El agua es el mejor líquido de que dispongamos para
limpiar los tejidos”.—The Review and Herald, 29 de julio de 1884
El consejo, la exhortación, el mandato es a alejarnos totalmente del consumo de
sustancias nocivas para nuestro cuerpo.
Recordemos el ejemplo de Daniel y sus amigos. Tomemos su voto y hagámoslo
nuestro:
“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del
rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le
obligase a contaminarse”. Daniel 1:8

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