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EL CORAZÓN DE LA CIUDAD DE ANTAÑO

Suenan las campanas en el parque Belisario Porras. El atardecer veraniego en


Calidonia trae consigo el cantar del bronce desde la Basílica Menor de Don
Bosco y una brisa suave, con olor a hierba seca y a mango.
No todos los que están en el parque contemplan la escena. La mayoría avanza
con rapidez. Acaban de salir de sus oficinas e intentan sortear el tráfico
endemoniado de la ciudad.
Pero en el parque, el corazón de Calidonia, no hay ni rastros de la tragedia del
transporte. Allí, en el centro de aquel barrio de antaño, el parque es rey. Robles
que florecen, pinos, palmas, guayacanes y palos de mango adornan sus
jardines, y en el centro, donde las veredas se juntan y forman una cruz, un
monumento de mármol dedicado al expresidente, que gesticula bajo la llama
de dos mujeres desnudas que simbolizan la libertad y la democracia.
El parque es uno de los espacios recuperados en la revitalización de Calidonia,
un proyecto que trastabilla en sus aspiraciones. Por un lado, se recupera este
parque y el Francisco Arias Paredes; por el otro, las aceras aún son ocupadas
por los comercios mientras se construyen otras a paso lento.
En las bancas conversan tres hombres mayores, uno hace reír a dos mujeres,
otro mira perdido el horizonte; dos mujeres gunas hablan en su lengua.
“Tienes que cambiar tu actitud”, aconseja una madre a su hijo en una de las
bancas frente al antiguo Tribunal Electoral. Habla alto, en un intento para que
su voz se imponga sobre el canto frenético de los loros.
Cae la noche y llegan los niños. Juegan alrededor de las bancas, entre la hierba,
sobre las escaleras de mármol.... entre la historia.
Se fundó en octubre de 1916 como uno de los puntos principales de la
Exposición Nacional de Panamá, que no era más que una muestra
internacional de la ciudad. Un evento de una magnitud comparable, en estos
tiempos, a la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en 2019. Para
la exhibición de Porras, invitaron a varias delegaciones a observar el urbanismo
panameño, desarrollado unos años antes por el político. De ahí el nombre:
barrio La Exposición de Calidonia.
El proyecto del presidente tableño fue ambicioso, pero nada extraordinario.
Elaboró un plan maestro a partir de los límites del Casco Antiguo, desde donde
comenzaba una expansión llamada núcleo, que comprendía a Calidonia y Bella
Vista, luego un radio urbano, que llegaba hasta el Obarrio de hoy en día. Y por
último, el extrarradio, que abarcaba hasta los límites del río Matías Hernández.
La plaza fue construida originalmente en honor a Cervantes, con una estatua
que luego pasó a la Universidad de Panamá. En 1924, el mismo año en que
Porras inauguró su monumento a Vasco Núñez de Balboa, la plaza cambió su
nombre de Cervantes a Porras. El monumento lo construyeron casi 25 años
después.
De aquel entorno sobrevive casi todo. Las embajadas de España y Cuba; la casa
de Porras, hoy la Procuraduría de la Nación; el Palacio de Gobierno,
actualmente la Gobernación de Panamá; y el Palacio de Bellas Artes, que ahora
alberga la Procuraduría de la Administración.
Vuelven a sonar las campanas, que se funden con las patinetas que golpean el
mármol. Dos mujeres con chaleco reflectivo le hablan sobre educación vial a
varios chicos. “Hay que cruzar siempre por el paso peatonal”, dice una de ellas
mientras agita un semáforo de cartón que lleva en su mano derecha. La gente
que sale de sus oficinas continúa su desfile hacia la parada de autobuses. No
hay tiempo para reflexionar sobre la vida cuando el tranque apremia. Tampoco
es que pudiesen, pues alrededor del parque no hay un solo lugar donde
tomarse un café.

Referencia
https://www.prensa.com/impresa/panorama/corazon-ciudad-
antano_0_4986251414.html

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