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PUCE-Maestría en Bioética

Ética de la Relación Clínica

Nombre: Justin Sánchez Carvajal

Fecha: 9 de julio, 2020

Tarea 3: Micro-ensayo, comentario.

Humanización de la atención sanitaria

Los orígenes del ser humano se remontan a varios milenios atrás y, a pesar de eso, no ha
logrado superar la fragilidad de su existencia espiritual y corporal, pues, incluso después de
tanto tiempo, este perece y es olvidado. Esto no quiere decir que no haya luchado por
cambiar las cosas, pues casi simultáneamente fue desarrollando estrategias que le permitan
trascender esta fragilidad; la solución para el primero fue la religión, que le permitía darle
un destino a su alma luego del deceso, y para el segundo nació la medicina, que poco a
poco fue logrando cuidar del cuerpo, pero al mismo tiempo, se olvidó del hombre que lo
habita. Ahora, intentamos recuperarlo.

La medicina contemporánea se ha instrumentalizado y tecnificado de tal manera que


hemos podido dar solución a la mayoría de los malestares que aquejan el cuerpo enfermo,
pero esta misma tecnificación, aparto al ser humano que ejerce la medicina, de aquel que
viene en busca de ella. Pero esa des-humanización, no se debe solo a la implicaciones
implícitas en el desarrollo de este campo, sino que vienen acompañadas de otras más
(Santos, 2003).

Podemos agrupar algunas de las razones de la deshumanización en la atención sanitaria


en al menos cinco categorías: factores sociológicos, factores relacionados al
funcionamiento de la estructura sanitaria, factores relacionados con el personal de atención,
factores relacionados con los pacientes o usuarios, y factores relacionados con el desarrollo
de la medicina. Abordemos brevemente cada uno de ellos.

Al hablar de factores sociológicos, podemos decir en un primer momento, que dada la


pluralidad cultural que nos ha puesto en escena la globalización, se torna difícil estructurar
un sistema de valores homogéneos que permitan facilitar la interacción entre individuos,
especialmente si estos provienen de tradiciones morales diferentes; esto ha provocado que
demos un salto, de mantener relaciones interpersonales a relaciones interindividuales, en las
que la empatía, la simpatía, y el verdadero encuentro con el otro se ha perdido, evitando
que se los sujetos de esa relación se sumerjan en un espacio de verdadera comunicación y
humanización; así mismo, en la atención sanitaria, los dos ser humanos que entran en
interacción, siguen el mismo patrón.

Por otro lado, la estructura y el funcionamiento de la atención sanitaria también


representa dificultades a la hora de humanizar la atención, pues, por un lado, esta estructura
está fragmentada, de manera que un usuario es atendido brevemente por una gran cantidad
de personal de la salud, especialmente si el enfermo necesita cuidados específicos, pues
deberá atravesar un largo camino hasta ser atendido por un llamado especialista; así mismo,
su funcionamiento trae consigo limitaciones derivadas de la excesiva burocratización, el
manejo gerencial de los centros de salud, y los paradigmas que enmarcan a la atención
sanitaria como instrumento comercial, especialmente en su relaciones con las
farmacéuticas.

Otro de los factores que deshumanizan la atención sanitaria, proviene del mismo
personal sanitario; sabemos que en más de un caso, los profesionales no son entrenados
durante su formación para el encuentro con otras subjetividades, esto suele suceder debido
un desequilibrio en la malla curricular de las universidades, dado que entrenan al personal
sanitario con experticia en curar enfermedades, pero menos en sanar enfermos. Así mismo,
surgen dificultades relacionadas con la subjetividad del personal sanitario, de su accionar
defensivamente, de sus dudas frente a vocación, de su personalidad, de sus aspiraciones,
entre otras, que le hacen apartarse de los sujetos que acuden en su consulta.

Uno de los factores más importantes que han deshumanizado la atención sanitaria son
las relacionadas con los propios pacientes o usuarios. No solo el personal de salud
deshumaniza la atención. Las personas que asisten a consulta clínica, suelen deshumanizar
la atención cuando deshumanizan al personal de salud. Por un lado la desconfianza en este,
lo hace actuar a la defensiva, por otro lado, las desmesuradas expectativas, y el inadecuado
ejercicio de su autonomía acorralan al médico, exigiéndole resultados que muchas veces
escapan de las capacidades de la ciencia misma o de la naturaleza de una enfermedad,
impidiendo una vez más que el encuentro de verdadera comunicación entre estos dos
sujetos.

Finalmente, como ya hemos mencionado antes, el avance de la medicina y su


tecnificación, el uso de nuevos instrumentos, entre otras cosas, aparta al personal sanitario
del usuario, pues interrumpe el recurso más importante que existe en la atención clínica, a
saber, la relación paciente-médico, que en ocasiones suele ser más curativa que la
aplicación de los métodos y las estrategias en sí mismas. Por lo que habrá que re-pensar
hasta qué punto podemos permitir que estas nuevas formas de practicar la medicina
distancien a los dos sujetos de la relación clínica que como seres humanos son los únicos
podrán re-humanizar la atención sanitaria.

REFERENCIAS

Santos, A. (2003). Humanización de la atención sanitaria: retos y perspectivas.

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