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SISTEMA FINANCIERO COMPARADO

SISTEMA FINANCIERO ESPAÑOL

El sistema financiero español ha sido el resultado de un proceso de modernización estructural


impulsado por las autoridades económicas desde mediados de los años setenta, y
desarrollado, en lo fundamental en los ochenta y noventa. La actuación que eran llevadas a lo
largo del tiempo ha combinado los principios de liberalidad y de competitividad, con la
intención de fortalecer la solvencia de los intermediarios, en un contexto de una creciente
integración con el resto del mundo.

El ingreso de España en la CE fue decisivo para avanzar en esa dirección, con anterioridad ya
se habían identificado las principales imperfecciones del circuito financiero español. En
concreto, los diversos programas económicos formulados en los últimos años setenta y
primeros ochenta incluían menciones expresas a la necesidad de reformar el sistema
financiero como parte de un proyecto de modernización integral de la estructura económica
español.

En consecuencia, durante los años posteriores, se fue adoptando un amplio conjunto de


medidas, entre las que destacan la liberalización de los tipos de interés y de las comisiones
bancarias en un marco de transparencia informativa; la desaparición del coeficiente de
inversión obligatoria de las entidades de crédito; la práctica eliminación del crédito oficial
concedido en condiciones distintas de las de mercado; la reducción del coeficiente de caja; el
cambio de los esquemas de supervisión hacia criterios cautelares no intervencionistas; la
liberalización de la operativa bancaria y el refuerzo de la solvencia de las entidades; la
homogeneización del tratamiento regulatorio de todas las entidades de crédito; la reforma
integral de los mercados de valores; el perfeccionamiento de los sistemas de pagos y la total
apertura al exterior de toda la operativa financiera.

Si bien la mayor parte de las reformas iniciales tuvo por objeto el sistema crediticio, por ser el
núcleo del sistema financiero de la época, pronto se hizo patente la necesidad de acometer la
modernización de los mercados de valores. Antes de 1988, España no contaba con una
estructura sólida de mercados de valores organizados. El sistema financiero español estaba
constituido, fundamentalmente, por su sistema bancario que, hasta cierto punto, venía
funcionando con unos esquemas similares a los del alemán. Aparte de la falta de unos
mercados de valores desarrollados, ambos sistemas compartían, entre otras características, el
carácter universal de sus entidades bancarias, el alto grado de implicación.

Antes de 1a reforma de 1988, el mercado de va10res español ya contaba con un ámbito de


negociación de pagarés de empresa y, sabre todo, con un Mercado muy desarrollado de deuda
publica anotada a1 margen de 1a balsa, que, can e1 tiempo, se ha convertido en el mercado
más importante del país. Su eficaz funcionamiento, su notable nivel de transparencia y liquidez
han favorecido la atracción de los inversores internacionales, contribuyendo de ese modo a la
financiación del déficit público y a la política de deuda del Tesoro. Al propio tiempo, este
Mercado es un elemento clave de la instrumentacion de la política monetaria y la referencia
básica para el resto de los mercados de valores que, en mayor o menor medida, han emulado
algunas de sus innovaciones institucionales, organizativas y operativas.

Al progreso del Mercado de deuda vino a sumarse el impulso modernizador de la Ley de


Reforma del Mercado de Valores de 1988, dotando a nuestro Mercado de valores de ciertos
elementos característicos de los anglosajones. Par ello, en la actualidad, el sistema financiero
español presenta una configuración institucional y operativa que 10 sitúa en una posición
intermedia entre el británico y el alemán. De todos modos, su relativo distanciamiento inicial
del modelo alemán se ha reducido después de la reforma de los mercados de valores
germanos de 1989.

SISTEMA FINANCIERO BRITANICO

Como es sobradamente conocido, Gran Bretaña cuenta con la plaza financiera europea más
importante. Aunque la City ha perdido en las últimas décadas parte de su liderazgo mundial,
en favor, básicamente, de Nueva York y de Tokio, mantiene una posición predominante entre
los sistemas financieros del viejo continente.

Hasta los últimos años sesenta, estuvieron vigentes algunas prácticas que desvirtuaban el
mecanismo británico de asignación de recursos financieros. Entre ellas, figuraban la fijación no
competitiva de los tipos de interés bancarios, la reserva del mercado hipotecario en favor de
las Sociedades de Crédito para la Construcción y los esquemas de comisiones mínimas en los
mercados de valores. Con el fin de eliminar esas imperfecciones, las autoridades acometieron
un proceso de desregulación y liberalización operativa, que incluyó, entre otras medidas, la
plena apertura al exterior del sistema financiero británico.

En la actualidad, los mercados de valores ingleses son la base de un sistema financiero


marcadamente liberal e integrado internacionalmente. La presencia del sector público en el
sistema es mínima, y los mecanismos de supervisión y control incluyen importantes dosis de
autorregulación.

Por otro lado, el sistema bancario británico se ha venido caracterizando históricamente, no


solo por su escaso intervencionismo público, sino también por su elevado nivel de
internacionalización, por mantener una clara separación entre las actividades de banca
comercial y banca de negocios, y, dada su tradicional aversión hacia los riesgos industriales,
por su reducida presencia en el capital de las empresas no financieras.

Sin embargo, el desplazamiento de las preferencias de los inversores hacia la adquisición de


valores mobiliarios, particularmente tras las privatizaciones llevadas a cabo durante la pasada
década, ha estimulado los procesos de desintermediación y debilitado la clásica separación
funcional entre bancos comerciales y de inversión. Así, la desintermediación bancaria ha
forzado una revisión de los usos de la banca comercial que, dentro de los límites legales, ha
entrado a operar, directa o indirectamente, en los mercados de valores, iniciando una
incipiente aproximación al modelo de banca universal. En paralelo, se observa la formación de
conglomerados empresariales complejos, constituidos por bancos, sociedades de crédito a la
construcción, compañías de seguros, fondos de inversión y brokers de los mercados de valores.

En líneas generales, el sistema británico parece estar registrando un acercamiento, en algunos


aspectos, al modelo continental, con un sistema bancario menos especializado, con la
implantación de grupos financiero-bancarios y con una superestructura regulatoria de carácter
prudencial, que ha reforzado los mecanismos de supervisión y control preventivos, y que ha
contemplado los criterios de transparencia, de ética profesional y de protección del pequeño
inversor.

SISTEMA FINANCIERO ESTADOUNIDENSE

El sistema financiero en Estados Unidos es un mundo aparte si lo comparamos con la Unión


Europea o el Reino Unido. Mientras la Unión Europea concentra el poder en un número de
entidades consolidadas y consideradas líderes, en Estados Unidos existen un gran número de
instituciones financieras operando.

Estados Unidos experimentó su cambio de modelo económico en la década de los 80, este
cambio supuso un gran nivel de endeudamiento y un progresivo deterioro de las instituciones
financieras.

Las restricciones fronterizas impedían el paso de los bancos hacia fuera de sus fronteras, lo
que hacía imposible la competitividad.

Hoy transcurridos casi 30 años, la situación ya está equilibrada y las fusiones, acuerdos y
alianzas estratégicas han aumentado espectacularmente y, únicamente en Hawai sigue vigente
la prohibición de la banca interestatal. En el resto de los estados, está permitido operar en
diferentes estados bajo una sola marca.

Reserva Federal

Es conveniente recordar que, a pesar de la crisis económica y la lenta recuperación de la


economía estadounidense, es uno de los mayores poderes financieros del mundo.

El sistema financiero en Estados Unidos se controla a través de la Reserva Federal, entidad del
gobierno que funciona bajo el procedimiento operativo relativo a los Bancos Centrales.

Vamos a realizar un repaso por las operaciones más frecuentes y su forma de acceder a ellas.

Cuentas bancarias

Como norma general, necesitará 100 dólares de ingreso, su tarjeta sanitaria y su documento
de identificación, siendo aceptado como tal el pasaporte y/o licencia de conducir.

Se contemplan varias modalidades de cuentas a fin de satisfacer todas las necesidades de los
clientes, dependerá por lo tanto del uso que vaya a darle, las necesidades que tenga y los
objetivos que pretenda satisfacer.
Tipos de cuentas bancarias

Checking Account: Una cuenta corriente caracterizada por la permisividad de uso de cheques.
Este tipo de cuentas, contempla la vinculación de una tarjeta de débito, la mayor parte de
entidades no cobra intereses por el mantenimiento de este tipo de cuentas

Money Market: Este tipo de cuentas también permiten el uso del cheque y son cuentas de
ahorro en las que el cliente deposita sus ahorros a cambio de una remuneración. No son
cuentas líquidas en su totalidad ya que únicamente permite seis retiradas mensuales siendo
tres de ellas con cheque

Savings Account: Otra modalidad de cuenta bancaria destinada al ahorro. En este caso un
ahorro más exhaustivo ya que no permiten el uso de cheque aunque si, de tarjeta de débito

Certificates of Deposit: Este producto es un producto de ahorro e inversión en el que se


garantiza el cobro de los intereses por un plazo de tiempo predeterminado y fijado al
momento de contratarlo. Durante ese periodo no se pueden retirar los fondos. Existen
entidades que permiten la recuperación de los fondos antes de la caducidad del producto pero
repercuten una comisión conocida como “comisión de penalización”

Cuentas Libres: Este tipo de cuentas ofrece la operativa bancaria más habitual en la línea de
banca Low Cost. Bajo coste y total liquidez

Elección del banco

Lo primero que debe tener muy claro antes de lanzarse a buscar un banco con el que trabajar
en Estados Unidos es qué tipo de operativa necesita, qué está buscando.

Dependiendo del uso que le vaya a dar a la entidad, será recomendable optar por una u otra.
Sin embargo, como consejos generales y al margen de sus circunstancias específicas, le
recomendamos que opte por una entidad con una gran red de ATM para minimizar los costes
aplicados a las retiradas de efectivo.

Asegúrese que se trata de una entidad federal y asegurada, no opte por entidades off-Shore
que, si bien pueden ofrecer intereses y condiciones muy apetecibles, no están regulados ni
protegidos por lo que no garantizan la estabilidad de sus ahorros.

Si tiene la posibilidad, le recomendamos que priorice las entidades con plataformas de e-


banking; podrá realizar operaciones básicas con su cuenta y sus tarjetas de crédito y débito
ahorrándose comisiones e intereses.

Tarjetas Bancarias

Una vez que determine el tipo de banco que necesita y la cuenta bancaria que se adapta a sus
necesidades, deberá evaluar la tenencia de una tarjeta bancaria. Es una forma más cómoda y
existen varias clases de tarjetas bancarias pensadas para adaptarse a las distintas necesidades
de los clientes:

Tarjetas de débito o tarjetas ATM, este tipo de tarjetas son aquellas cuyas operaciones se
cargan de forma inmediata en la cuenta bancaria del cliente.

Tarjetas de crédito, este tipo por el contrario, realiza las operaciones a crédito y se pagan al
mes siguiente en la fecha de pago pactada al momento de la firma del contrato. Contempla la
posibilidad de fraccionar el pago en cuotas e importes mínimos a los en que la entidad aplica
una tasa de interés en concepto del préstamo y anticipo de los fondos.

Tarjetas monedero, una relativamente reciente modalidad de tarjeta que contiene un chip
recargable. Este tipo de tarjetas son ideales para jóvenes y como regalo original ya que el chip
se carga con una cantidad determinada y la tarjeta estará operativa hasta que se agoten los
fondos disponibles.

Tarjetas comerciales, este tipo de tarjetas es emitido por las tiendas comerciales,
hipermercados, agencias de viajes, gasolineras, etc.

Con las tarjetas bancarias emitidas por los bancos de Estados Unidos se pueden realizar
retiradas de efectivo y compras en todos los países del mundo.

Debe saber que si usted viaja a Estados Unidos, las entidades bancarias tienen adaptado su red
de cajeros automáticos y TPV´s a las tarjetas Visa, American Express, Discover Card y Master
Card.

Solicitar una tarjeta en Estados Unidos

Los requisitos básicos para solicitar una tarjeta bancaria en USA son tener la mayoría de edad
cumplida, poder presentar una tarjeta sanitaria, ser residente en Estados Unidos y tener un
contrato laboral, así como un historial de crédito carente de deudas impagadas.

Cheques de viaje

Este instrumento financiero permite su cambio por dinero en efectivo y en la divisa del país
donde usted se encuentre. Son emitidos por bancos y su cambio también se realiza a través de
los bancos aunque, en algunos países, hoteles y comercios están habilitados para cambiarlos.
Para cambiar un cheque de viaje, sólo deberá demostrar quien es usted a través de su
pasaporte. Al igual que con las tarjetas bancarias, los cheques de viaje son dinero, por lo que
ante una situación de robo, pérdida o extravío debe notificar inmediatamente a su banco que
procederá a la anulación y abono en su cuenta corriente del valor del cheque.

Como principal desventaja, se destacan las comisiones inherentes a su emisión y, a diferencia


que en EEUU, no todos los países los aceptan.

FUENTES:

LOS SISTEMAS FINANCIEROS NACIONALES Y ES ESPACIO FINANCIERO EUROPEO, Carlos Chulia;


Banco de España - Servicio de Estudios, Documento de Trabajo 9413

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