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DEDICATORIA

Dedico este trabajo y todo el esfuerzo puesto en su

elaboración a nuestros grandes maestros, mis

padres, que con su amor y apoyo incondicional me

han ayudado y han sido nuestro ejemplo para

poder enfrentarnos a los distintos problemas que

se nos han presentado a lo largo de nuestras vidas

y es por eso que hoy esperamos que se sientan

muy orgullosos de nosotros al ver nuestro trabajo

mediante el cual se muestra inmensa gratitud.

1
AGRADECIMIENTO

Como trabajo humano que es, no tiene intención

de perfección, sin embargo, es claro que como

estudiantes para la elaboración de este trabajo no

solo hemos recurrido a la información tecnológica

o bibliográfica sino a la ayuda de diversas

personas que han sido de vital importancia para el

entendimiento y han sido guía de la búsqueda del

conocimiento. Agradecemos el gran esfuerzo y

entusiasmo con que se nos brindó el apoyo, lo cual

nos ha servido como parte de nuestra inspiración

para poner empeño a nuestro trabajo; entre ellos y

en especial a los docentes, por su apoyo y guía en

la elaboración de una monografía A todos gracias

por formar parte de nuestra investigación y la base

de nuestro aprendizaje.

ÍNDICE

2
DEDICATORIA....................................................................................................................1
AGRADECIMIENTO..........................................................................................................2
INTRODUCCIÓN................................................................................................................3
CONFLICTO SOCIO AMBIENTAL EN MINERIA........................................................4
1. Antecedentes Del Tema De Estudio..............................................................................4
2. Potencial Minero Y Conflictividad En América Latina..............................................5
3. Concepto De Conflicto Ambiental Y Socioambiental..................................................6
4. La Situación Del Sector Minero En El Perú.................................................................7
5. Los Conflictos Socioambientales En El Perú................................................................9
6. Alcance De La Comunicación En Los Conflictos Mineros........................................11
7. Conflictos Vinculados Al Impacto Ambiental De La Actividad Minera..................16
8. Conflictos Socioambientales En Minerías...................................................................19
9. Posibles Soluciones Al Conflicto Socioambiental.......................................................20
9.1. El Desarrollo Del Marco Legislativo E Institucional Que Regula Los Aspectos
Ambientales Y Sociales En El Perú.............................................................................20
9.2. Caminos Para La Transformación Positiva Del Conflicto Socioambiental..............22
9.2.1. Lecciones para construir el futuro y la viabilidad del desarrollo sostenible La
Constitución contiene un mandato de desarrollo sostenible......................................23
9.2.2. Los desafíos legales e institucionales para el desarrollo sostenible...................24
9.2.3. Una alternativa para el desarrollo de los aspectos legales e institucionales de la
gestión ambiental..........................................................................................................26
CONCLUSIONES...............................................................................................................28

INTRODUCCIÓN

Los recientes acontecimientos de la segunda huelga amazónica, con los hechos trágicos
del 5 de junio ya conocidos, ha despertado una creciente preocupación acerca de la

3
razón del conflicto, de sus motivaciones y sobre la naturaleza del movimiento social
indígena que visto en perspectiva, es el más grande despliegue de fuerzas de la mayoría
de pueblos amazónicos hasta la fecha.

La causa más visible del conflicto ha sido motivada por la aplicación de un paquete de
Decretos Legislativos en el marco del Tratado de Libre Comercio, sin la consulta a las
comunidades nativas de acuerdo al convenio 169 de la OIT y porque vulnera los
derechos a la identidad cultural, sin embargo, cabe precisar, que en la selva peruana se
vienen presentando conflictos sociales constantes desde hace por lo menos toda la
década del 2000. En todo caso, queda claro que estos DL fueron el factor que impulsó
un conjunto de protestas y descontentos que ya se estaban desarrollados desde antes.

En un periodo de tres años un total de 23 zonas fueron escenarios de intensos conflictos


sociales que entraban en una fase de actividad o de latencia. En ese mismo periodo, se
realizaron dos huelgas nacionales indefinidas, siendo esta última el más prolongado (55
días) y más trágico por la muerte de 34 personas (24 policías y 10 nativos). Loreto tuvo
el mayor número de casos, aunque las regiones de Amazonas y Madre de Dios son los
que tuvieron los casos de conflictos más violentos e intensos.

CONFLICTO SOCIO AMBIENTAL EN MINERIA

1. Antecedentes Del Tema De Estudio

Inicio presentando algunos antecedentes sobre el conflicto ambiental, para exaltar


la forma en que los dilemas del desarrollo que inicialmente planteaban para el tema

4
ambiental una discusión prioritariamente naturalista y técnica, más no cultural,
pasan hoy a demandar en el tema del conflicto socioambiental análisis que
recuperen la perspectiva humana del desarrollo.

La situación ambiental del país mantiene una estrecha relación con el tipo de
desarrollo predominante en nuestra sociedad. Históricamente, el modelo de
desarrollo imperante ha sido el económico, basado en la explotación de recursos
naturales (Salis 1999). Nuestro país ha tenido y tiene una clara vocación por un
crecimiento económico basado en la exportación de bienes primarios, como los
productos pesqueros, minerales, agroindustriales, etcétera, y esto ha privilegiado a
ciertos sectores económicos, lo que ha dado lugar a la conformación de un modelo
de crecimiento particular (Gonzáles de Olarte 1997). Este tipo de desarrollo se
consolidó aún más a partir de la década del 90 con la adopción del programa de
ajuste estructural y la consecuente promulgación de diversas leyes que apoyan e
incentivan a la inversión privada, en particular extranjera. Esto favoreció que el país
tuviera altas tasas de crecimiento económico, a pesar de la crisis financiera que
atraviesa el mundo. Sin embargo, este crecimiento no ha sido percibido de igual
forma para todos y todas e incluso en algunos casos quienes han percibido que su
calidad de vida ha empeorado o se han visto amenazados, por ello surgen los
conflictos.

2. Potencial Minero Y Conflictividad En América Latina

Durante las últimas décadas, la actividad extractiva, específicamente la minería, ha


experimentado un proceso de expansión a nivel global. En los últimos diez años,
los presupuestos de inversión en exploración aumentaron en 800% y la cotización
de los principales metales se triplicó.

En América Latina, a partir de 1990, diversos gobiernos adaptaron su legislación


minera con el fin de atraer inversiones extranjeras, aprovechando la riqueza en
recursos naturales en el territorio (Saade, 2012). Estas nuevas inversiones han
incrementado los ingresos de las empresas mineras y, en consecuencia, los
impuestos recaudados por los Estados. A pesar de que ello ha tenido un impacto
positivo a nivel macroeconómico en la región, también ha generado resistencias a
nivel local alrededor de la actividad extractiva.

5
Entonces, a la vez que trece países de América Latina han conseguido posicionarse
entre los 15 mayores productores de minerales del mundo, se encuentran
encabezando, también, la lista de conflictos sociales. Dicho crecimiento en la
producción a escala mundial implica que, la suspensión temporal de operaciones o
la ocurrencia de algún problema interno en la región (huelgas o accidentes, por
ejemplo) genera un efecto en la cotización de los minerales en las principales bolsas
de los mercados internacionales.

3. Concepto De Conflicto Ambiental Y Socioambiental

El acercamiento histórico sobre el conflicto socioambiental, permite precisar, por


tanto, los siguientes rasgos en torno al concepto, causas, consecuencias y etapas en
las que se desarrolla con mayor frecuencia.

El término conflicto proviene de la palabra en latín “conflictus” que significa


choque.

Hablar de él es referirse a una situación en la que un actor(es) se encuentra en


oposición consiente con otro(s) actor(es) (que pueden personar(s), grupo(s),
organización social o institución), debido a que persiguen objetivos contrarios, lo
que los coloca en extremos antagónicos, en situación de enfrentamiento,
confrontación y lucha.

Por su parte, teniendo en cuenta que el término “ambiental” hace referencia a todo
proceso que expresa una relación entre la naturaleza y la cultura. El conflicto
ambiental se produce en el proceso humano de apropiación y transformación de la
naturaleza y los sistemas tecnológicos que sobre ella intervienen, de dos maneras:

Una: como choque de intereses entre quienes causan un problema ecológico y


quienes reciben las consecuencias o impactos dañinos de dichos problemas… Y
Otra: como desacuerdo o disputa por la distribución y uso de los recursos naturales
entre los pobladores de un territorio determinado. Este tipo de conflictos
ambientales se dan alrededor de la propiedad o posesión sobre los recursos
naturales que necesitan las personas, comunidades y naciones para producir bienes
y servicios que satisfagan sus necesidades.

Por tanto, no es lo mismo hablar de problema ecológico y/o daño ambiental que de
conflicto ambiental. Los dos primeros conceptos se refieren al deterioro de los

6
recursos naturales, es decir a la contaminación de las aguas, del aire, del suelo, del
bosque, fauna, a la erosión y congestión urbana, a la ocupación del espacio público
o a la contaminación visual, entre otros. En resumen el problema ecológico o daño
ambiental describe las situaciones de deterioro y/o agotamiento del medio natural,
mientras que cuando se habla de conflicto ambiental se hace referencia a procesos
sociales suscitados por el desacuerdo que genera la apropiación, distribución y
utilización de los recursos naturales y a la movilización y denuncia contra los
causantes de los daños ecológicos.

Teóricos del conflicto ambiental disertan desde diversas posiciones


epistemológicas, algunos desde concepciones clásicas y otros desde visiones
críticas de la realidad. Los que se ubican en el pensamiento clásico refieren el
conflicto como algo innato a la interacción social, necesario para su evolución
porque vienen generados por la incompatibilidad entre los seres humanos.

Por su parte, los que piensan la realidad de una manera más crítica definen el
conflicto como el resultado de la estructura económica y de poder de la sociedad
capitalista, que se resolverá con el cambio, transformación del modo de relación,
participación de los actores en la sociedad y fundamentalmente en la equidad y
oportunidad para las decisiones en el desarrollo.

Esta última corriente de pensamiento considera que los conflictos ambientales


pueden ser fuente creadora de nuevas opciones, sin que esto signifique la exaltación
del egoísmo, ni exclusivamente la supervivencia del más fuerte. Esta visión
propone que el modelo dominante actual de apropiación, construcción, control y
utilización de la naturaleza debe ser desafiado para evitar que el futuro de esta
sociedad humana siga enfatizando en sus peores aspectos, no sólo la destrucción del
entorno natural, sino también, la desigualdad social, la guerra, el empobrecimiento
biológico y humano, entre otros. (Representantes del pensamiento crítico: Murray
Bookhim y Joan Martínez Alíer).

4. La Situación Del Sector Minero En El Perú

El boom de la minería comienza con la adopción de las reformas neoliberales,


dadas en el marco del Consenso de Washington, que implicaron una gran
transformación

7
de las estructuras políticas y económicas del país. Uno consecuencias de los
aspectos más resaltantes es el impulso que se le dio a la inversión privada y a la
redefinición de los derechos de propiedad de las tierras, lo que implicó muchos
cambios institucionales y normativos, teniendo importantes para el sector minero en
los siguientes años.

La consecuencia de esto es que, en los últimos diez años, la economía peruana


viene mostrando un crecimiento económico sostenido impulsado básicamente por
la inversión privada y esto a su vez por la expansión de la industria minera, lo que
se debe principalmente a la gran inversión de 52 Cuadernos de investigación
Kawsaypacha empresas privadas extranjeras que explotan el mineral y lo llevan a
otros países como materia prima.

En el período 1998-2008, la tasa de crecimiento promedio anual fue de 5.1%


(gráfico 1) y en los últimos cinco años, 2003-2008, la tasa fue de 28% (tabla 1).
Solo en el año 2008, el PIB creció 9.8% a pesar de la crisis internacional que se
inició ese año en EEUU y que repercutió en una menor demanda externa por
nuestros productos locales, pero, aun así, el crecimiento no se detuvo. Dicha crisis
no tuvo mayor impacto en nuestra economía debido a que en los últimos tres años
venía en aumento la demanda interna (consumo privado e inversión privada y
pública).

En el 2008, de acuerdo a las cifras oficiales del Ministerio de Energía y Minas, se


invirtió en minería 1,704 millones de dólares (Minem 2009); en el 2009, 2,760
millones de dólares (ídem 2010) y se proyecta que para el 2010, la inversión será
aproximadamente de 5 mil millones de dólares (Gala 2010). Como se puede
observar, la crisis financiera mundial no afectó la inversión en el sector, aunque en
2003-2008, la tasa de crecimiento de la inversión minera ha venido decreciendo.

8
Montos De Inversión Minera En El Perú, 1998-2008
(US$ millones)

Fuente: Ministerio de Energía y Minas (2009).

Tabla 1: Monto de inversión minera en el Perú, 2003-2008

Fuente: MINEM (2010).

En el Perú, existen diversos tipos de minería: gran, mediana y pequeña minería.


Dentro de este último tipo se tiene a la minería formal y la informal (o artesanal).
Existe actualmente poca información sobre este tema, aunque se reconoce su
importancia en las actividades económicas locales. La investigación sobre minería
artesanal es muy incipiente aún y no es posible conocer a cabalidad los impactos
ambientales y sociales, positivos y negativos que esta actividad genera.

5. Los Conflictos Socioambientales En El Perú

Desde el año 2004, los conflictos socioambientales han ido en aumento,


representando actualmente alrededor del 50% de los conflictos sociales en el país.
El periodo de análisis de esta investigación está comprendido entre enero del 2008
y enero del 2009 y los datos que se muestren de ahora en adelante se referirán a este
periodo.

De acuerdo a la base de datos creada a partir de los reportes de la Defensoría del


Pueblo, se han encontrado 144 casos de conflictos socioambientales en el periodo

9
mencionado. Es importante señalar que en los reportes no se puede distinguir
claramente los motivos de los conflictos, en el sentido de cuáles son reales y cuáles
son temores o percepciones. Lo cierto es que las personas entran en la esfera de lo
público al mostrar su descontento reflejando un temor o preocupación frente a la
vulneración de sus derechos fundamentales. Sin ánimo de generalizar, en algunos
pasajes de este capítulo, se toman algunas citas textuales de entrevistas que pueden
complementar lo expresado en los gráficos y/o cuadros a nivel de las percepciones
de la población.

En nuestra actual Constitución y en la de varios países, se plantea el derecho


fundamental de toda persona a vivir en un ambiente equilibrado y adecuado. Los
motivos de los conflictos socioambientales, señalados en los reportes de la
Defensoría reflejan esta demanda. Las poblaciones perciben que uno de sus
derechos fundamentales vivir en un ambiente equilibrado y adecuado está siendo
vulnerado o amenazado cuando se asienta o hay interés de una empresa extractiva
de asentarse cerca de los lugares donde los pobladores hacen uso de sus recursos
naturales.

Como se puede observar en el gráfico 3, los motivos de conflicto reflejan las


relaciones entre la sociedad y la naturaleza, y expresan que lo que está en juego es
el tipo de desarrollo local de las poblaciones involucradas, así como su calidad de
vida. La presencia de la actividad minera genera una competencia con los
pobladores por el uso de los recursos, se producen nuevos “encuentros entre
distintas geografías, entre distintas territorialidades, entre actores sociales que antes
no se conocían y entre distintos modelos de desarrollo y de vida”.

Motivos Principales De Los Conflictos Socioambientales

10
El hecho que los principales motivos de conflicto sean el temor a la contaminación
ambiental (36.8%) y el temor a la contaminación del agua (23.6%) expresan
también el temor a perder la continuidad de sus dinámicas locales y de sus modos
de vida. Pero, además, exigen una mejora en la calidad de los recursos para su
subsistencia diaria y para asegurar la misma para el uso de las siguientes
generaciones. Castro y otros (2010: 131) al respecto señalan lo siguiente:

 El reciente desarrollo de la minería aparece como el escenario donde se


evalúa y valora el papel de la producción tradicional agropecuaria, el de las
nuevas relaciones sociales y políticas y donde se piensa también el futuro.
 Otro motivo importante de conflicto es la afectación en la tierra, sobre todo
por la tensión que existe entre el uso del suelo y subsuelo. Los pobladores
defienden este recurso porque es su principal espacio de producción, así
como también su espacio social y cultural, y ante la aparición de industrias
extractivas en general, rechazan su presencia por temor a que sea
contaminado y también por temor a perderlo. Este tema se acentúa frente a
la inseguridad de la tenencia de la tierra, ya sea porque no cuentan con título
de propiedad o porque las empresas pueden hacer uso de la ley de
servidumbre minera.

6. Alcance De La Comunicación En Los Conflictos Mineros

Sobre la base del análisis de la tipología de conflictos, se presenta un abordaje los


mismos desde el enfoque comunicativo, partiendo de su relevancia en la
construcción de percepciones a lo largo del relacionamiento entre la actividad
minera y las comunidades. Las expresiones y formas de canalizar los intereses en
conflicto, así como los recursos utilizados en este sentido, sin duda, constituyen
asuntos de estudio para la comunicación.

Empezando por las operaciones mineras, como se ha mencionado, existe un claro


descontento por la escasez de beneficios percibidos por las poblaciones aledañas a
la actividad. Dado el modelo económico exportador de materia prima, la actividad
tiene bajo impacto en la generación de empleo directo a nivel local y
encadenamiento productivo. Sin embargo, dicho descontento no sólo se estaría
encontrando en Perú. En otros países de la región como Colombia y México, a
pesar de que en los últimos años la industria minera ha contribuido de forma más

11
dinámica en la creación de nuevos empleos, su participación con respecto al total
continúa siendo baja.

En Perú, el promedio nacional de los niveles de pobreza, de extrema pobreza, de la


brecha y de la severidad de la pobreza mostró una tendencia hacia la baja entre
2002 y 2010; no obstante, los departamentos mineros que más aportan arrojan
resultados mixtos respecto a la brecha entre sus respectivos indicadores de pobreza
con el promedio nacional. Por ejemplo, si bien los departamentos de Cajamarca,
Ayacucho, Pasco y La Libertad disminuyeron sus niveles de pobreza y severidad de
pobreza, continuaron siendo mayores al promedio nacional. Asimismo, si bien se ha
logrado mantener los niveles de pobreza por debajo el promedio nacional en
departamentos como Ancash, Ica, Arequipa, Moquegua, Lima y Tacna, la
desigualdad del ingreso no se ha logrado corregir en la misma proporción.

Destacan los departamentos de Cajamarca y Pasco, pues a pesar de constituir los


primeros productores de oro, plomo, plata y zinc, también son los que se encuentran
en los primeros lugares de pobreza y desigualdad del ingreso. En la región Pasco se
han generado movimientos migratorios importantes debido a la actividad minera
durante los últimos 60 años, los que han implicado que buena parte de la población
oriunda o emigre en busca de oportunidades o permanezca en los caseríos rurales
en situación de pobreza extrema. Es lamentable encontrar que existen distritos en la
región que actualmente superan las 15,000 personas y no cuentan con
infraestructura de agua y saneamiento básica.
Entonces, se estaría evidenciando que no existe necesariamente una relación
directa entre la actividad minera y la reducción de la pobreza en las comunidades.
Más aún, se dan casos de zonas con tradición minera en donde no necesariamente
se ha logrado acceder a los servicios básicos como agua potable, luz eléctrica,
salud, educación, etc. En ese sentido, las empresas que quieran contribuir de forma
significativa a elevar la calidad de vida de la población aledaña a sus operaciones
enfrentan un importante desafío en la generación de condiciones previas. Ahora
bien, buena parte de las empresas sostiene haber incrementado su cuota de empleo
local y llevado a cabo proyectos sociales en las comunidades aledañas a sus
operaciones. Entonces, ¿Qué es lo que está faltando?

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Se presenta a continuación un gráfico resumen de la problemática y posteriormente
el desarrollo de cada punto.

Fuente: Propia

Como se ha mencionado previamente, existen casos de poblaciones


tradicionalmente mineras que presentan aún necesidades básicas insatisfechas. En
gran medida, ello se debe a una distribución ineficiente de la renta minera, la misma
que ha dificultado que los recursos obtenidos se conviertan en bienes de capital que
eleven la calidad de vida de las comunidades. Dicha problemática se encuentra
directamente relacionada con la ausencia de capacidades en los gobiernos locales y
también a la presencia de corrupción a diferentes niveles.

Asimismo, resulta relevante la debilidad organizativa en las comunidades y la


ausencia de liderazgos representativos que canalicen los intereses de la población.
Suele suceder que, los líderes demandan iniciativas poco sostenibles a la empresa y
encuentren dificultades para planificar el desarrollo de la comunidad.

Respecto a la empleabilidad, se puede reconocer que el sector minero ha


incrementado notablemente el requerimiento de personal técnico en la última
década. Sin embargo, dicha demanda no necesariamente tiene impacto en la
economía de las comunidades, pues a causa de los niveles de pobreza que presentan

13
las mismas se suele contratar personal de la ciudad más cercana o de la capital de
provincia. Esta situación suele generar descontento en la comunidad, dado que sólo
tendría oportunidad de acceder a oportunidades de empleo no calificado, las cuales
se van reduciendo conforme avanza el ciclo de vida de la operación.

Al respecto, es importante tomar en cuenta que el empleo indirecto generado por la


minería no tiene impacto en la reputación de las empresas. Dada la magnitud de
procesos tercerizados en la industria, son los proveedores y contratistas quienes van
a tener un impacto significativo en la generación de empleo y consumo de
productos / servicios locales. Sin embargo, dicha dinamización económica,
generalmente, no es reconocida por las comunidades y las empresas tampoco se
preocupan por sistematizarla y ponerla en valor.

Por otro lado, pasando al ámbito de las actividades de exploración, se puede


reconocer que el desarrollo de los conflictos con proyectos mineros expresa los
desafíos que enfrenta la nueva minería en Perú. Se vienen presentando
cuestionamientos no sólo a las actividades de la empresa en específico sino a los
estudios de impacto ambiental, se reclaman mecanismos de consulta y participación
ciudadana, y se exige mayor fiscalización ambiental.

Los casos suscitados en los últimos años nos demuestran que existen existe un
rechazo a la minería en comunidades aledañas a actividades de exploración. Si bien
el conflicto de interés puede ser diferente en cada caso, es posible identificar cuatro
causas recurrentes: los mitos y percepciones negativas sobre el potencial impacto
de la minería, la escaza credibilidad del discurso sobre la “nueva minería” que
promueven las empresas y el Estado, el relacionamiento inefectivo por parte de las
empresas, y la presencia de grupos con interés político que dificultan el diálogo.

14
Fuente: Propia

En primer lugar, los mitos y percepciones negativas sobre el potencial impacto


ambiental de la minería se encuentran directamente relacionados con el escaso
manejo de información en las comunidades. Ha sido recurrente la discusión por el
uso de los recursos, siendo un argumento clave la escasez de agua destinada a usos
agropecuarios y a consumo humano en áreas rurales, a pesar de que la minería
realice un uso cada vez más eficiente del recurso en la actualidad. Y es que los
grandes proyectos se han establecido frecuentemente en zonas de extrema pobreza,
donde la agricultura, la pesca y la ganadería han sido la principal fuente de recursos
por décadas. En estas zonas el recurso hídrico tiene un valor no sólo ambiental, sino
también económico, social y cultural; por tanto, cualquier impacto potencial en él
genera la movilización de las comunidades.

En segundo lugar, desde hace varios años las empresas y el Estado vienen
intentando comunicar un esquema de desarrollo sustentado en una “minería
responsable”, basándose en que la actividad minera es, hoy en día,
tecnológicamente avanzada y sujeta a controles de calidad. Sin embargo, tal
discurso no tiene credibilidad en el contexto de las comunidades.

Dicho discurso asegura que la actividad se mueve dentro de los márgenes


establecidos internacionalmente respecto de temas de contaminación y tiene
controles de seguridad y calidad. Esta minería es generadora de recursos y, por
extensión, se constituye en un motor de la economía regional por los impuestos que

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paga, dado que estos permiten el desarrollo de obras desde el Estado. Asimismo,
emprenden proyectos / programas de inversión social en beneficio de la población y
la sociedad, a través de los cuales generan una contribución al desarrollo local.

Los mensajes emitidos por el Estado y las empresas contrastan con el referente de
comunidades tradicionalmente mineras que han sido poco beneficiadas por la
minería. A raíz de ello, se genera temor ante la posibilidad de que la actividad
minera no genere un impacto en el empleo local, y que, además, genere un impacto
ambiental en el recurso hídrico que constituye la base para su subsistencia. En esa
línea, suele tener éxito la difusión de testimonios de pobladores afectados por la
minería que hacen referencia al impacto en la calidad y disponibilidad de agua para
la agricultura.

En tercer lugar, las empresas han carecido de una estrategia de relacionamiento


efectivo. Por lo general, se despliega un importante esfuerzo con la zona de
influencia directa, descuidado el nivel provincial y regional que son importantes
también cuando se trata de un proyecto de gran envergadura que llama la atención
de organizaciones de la sociedad civil. Además, en muchos casos la actuación de la
empresa ha sido más reactiva que preventiva. Una vez que surgieron los conflictos,
las empresas han tratado de informar de los alcances del proyecto y los posibles
beneficios para las poblaciones afectadas, en algunos casos luego de suspender las
operaciones e incluso cancelar los proyectos, enfrentado consecuencias económicas
y financieras para los inversionistas. No obstante, el diálogo es más difícil cuando
ya existe un daño, sobre todo cuando es ambiental y cuando se afecta el agua, que
para muchas comunidades es muy valiosa por tratarse de regiones agrícolas y
ganaderas que dependen de este recurso para mantener sus ingresos.

7. Conflictos Vinculados Al Impacto Ambiental De La Actividad Minera

El gran problema al que se enfrenta cualquier país que mantenga actividades


mineras es el de preservar su medio ambiente. Debido a las sustancias químicas
contaminantes que resultan como residuo en varias actividades mineras, los
ecosistemas en muchas regiones se han visto afectados. Muchos trabajos de
exploración y explotación han causado daños, en muchos casos irreversibles, en
zonas de manantiales, acuíferos, ríos, lagunas, entre otras. En lo últimos años, a raíz
del boom en el precio de las materias primas, las ganancias económicas que ha

16
generado la minería han sido extraordinarias, pero observando los casos de impacto
ambiental expuestos por el OCMAL, el daño ambiental también ha sido alto. En la
mayoría de los proyectos mineros que se desarrollan en los tres países en estudio, la
principal preocupación de las comunidades afectadas ha sido los impactos
ambientales existentes y potenciales.

Al analizar los conflictos mineros en Perú expuestos por el OCMAL se confirma


que el impacto ambiental ha sido una de las principales causas de conflictos. Las
mineras se han establecido frecuentemente en zonas de extrema pobreza y junto a
comunidades donde la agricultura, la pesca y la ganadería han sido la principal
fuente de recursos por décadas. La industria minera requiere de cantidades
extraordinarias de agua por lo que muchas comunidades han sufrido la escasez de
este recurso no sólo para desarrollar sus actividades económicas sino también para
satisfacer sus necesidades básicas de agua potable. Lo anterior ha generado un gran
descontento entre la gente por las precarias situaciones en que viven. También se
muestran casos en que las poblaciones disponen de agua, pero con elementos
tóxicos.

Las fuentes de contaminación se han dado principalmente de dos formas: cuando


accidental o deliberadamente se liberan residuos de sus operaciones hacia cuencas,
ríos, lagunas, napas subterráneas etc., es decir hacia las fuentes de los recursos
hídricos y cuando las compañías mineras transportan los residuos tóxicos. Como
resultado de la liberación de restos mineros, así como del transporte de forma
inadecuada, muchas comunidades han estado expuestas a metales pesados (cianuro,
plomo, cadmio, arsénico, mercurio, fierro, manganeso, selenio, entre otros) con sus
respectivas consecuencias para la salud.

17
RECUADRO 1

Un Caso De Impacto Ambiental Con Graves Consecuencias Para La Salud:


Derrame Accidental De Mercurio- Minera Yanacocha, Perú
El 2 de junio del 2000, Perú vivió el mayor desastre ambiental en la historia de la
minería como consecuencia del derrame de mercurio ocurrido en las cercanías de
San Juan, Choropampa y Magdalena. Medidas de seguridad insuficientes para
transportar este elemento tóxico de parte de la compañía tuvieron consecuencias
dramáticas, en especial, para los pobladores de Choropampa (Informe Defensorial
Núm. 62 Perú, 2001). De acuerdo a este informe se comprobó que las autoridades
reaccionaron de forma tardía e ineficiente en el manejo de este desastre además de
que no proporcionaron la información adecuada a los pobladores afectados sobre
las consecuencias del derrame del mercurio sobre la salud y su medio ambiente. Por
otro lado, al no existir una ley para sancionar a los responsables, en este caso la
Minera Yanacocha, no existían incentivos suficientes para que las compañías
mineras respetaran niveles de seguridad mínimos para transportar sustancias
tóxicas. Los primeros días después del accidente se reportaron 755 personas
intoxicadas por mercurio (Informe Defensorial Núm. 62 Perú, 2001) aunque
posteriormente se estimó más de un millar de campesinos afectados por este
derrame. Las víctimas fueron principalmente niñas y niños que recogieron el
mercurio y lo llevaron a sus casas pensando en su reventa. De los 151 kg de
mercurio derramado, solamente 49,1 fue recuperado; lo que implicó un impacto
ambiental para las comunidades afectadas sin precedentes (Informe Defensorial Núm.
62 Perú, 2001). Fue hasta el año 2004 en que se revisó la legislación y se promulgó
la nueva Ley No. 28256 que permitió regular el transporte terrestre de materiales y
residuos peligrosos. Este es un ejemplo de cómo la legislación ambiental ha ido
adaptándose en forma reactiva una vez que han surgido los problemas
desencadenantes de conflictos. “De haber existido una ley que penalizara el mal
manejo de sustancias tóxicas forzando a las empresas a cumplir con las normas de
seguridad estándar se hubiera podido evitar este desastre ambiental”. De acuerdo al
Informe Defensorial Núm. 62, “las autoridades del sector Energía y Minas sólo
actuaron reactivamente frente a un daño ya causado al medio ambiente y a la salud
de numerosos pobladores, y no preventivamente a pesar de las facultades legales”. 18
Fuente: Propia

8. Conflictos Socioambientales En Minerías

El último informe de la Defensoría del Pueblo N.º 68 sobre conflictos sociales,


señala que los conflictos socioambientales han venido aumentando Los conflictos
de distinta intensidad entre población, autoridades de diferentes entidades públicas
y empresas, con información actualizada al 31 de octubre de 2009. El reporte da
cuenta de la existencia de 286 conflictos sociales, de los cuales 219 se encuentran
activos (77%) y 67 en estado latente (23%). Del total de conflictos, 132 son
conflictos socioambientales.

La mayoría ubicados en los departamentos de Puno, Cajamarca y Ancash,


departamentos en los que la inversión minera y las concesiones han ido en aumento.
En general los conflictos se dan por el incumplimiento de las empresas mineras de
acuerdos o convenios a los que arribaron con las comunidades.

En todo caso los conflictos van en aumento.

Desde el congreso se han tenido iniciativas legislativas a fin de que los derechos de
los pueblos indígenas y comunidades sean tomados en consideración, se han
propuesto iniciativas legislativas para hacer efectivo el derecho a la consulta previa
y la aplicación en la legislación nacional de los alcances del Convenio 169 de la
OIT que pese a estar ratificado por el Estado Peruano desde 1994 aún no se ha
incluido propiamente en la elaboración de normas y no se ha aplicado cabalmente.

19
La reivindicación del territorio de los pueblos indígenas es una de las demandas
más importantes de las Organizaciones Amazónicas y de las comunidades andinas.

Los conflictos están latentes y pese a las iniciativas de mesas de diálogo y


comisiones investigadoras no hay soluciones claras que busquen y promuevan un
reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, más aún desde la política
de gobierno hay una invisibilizarían de las poblaciones indígenas.

En ninguno de los discursos presidenciales desde el 2006 se ha incluido a las


comunidades, en ninguno de los planes de desarrollo elaborados desde el ejecutivo
se las tiene en consideración como tal con el pleno reconocimiento de sus derechos
a una cultura propia e identidad pese a que estos derechos están reconocidos por la
Constitución Política del estado de 1993.

9. Posibles Soluciones Al Conflicto Socioambiental

9.1. El Desarrollo Del Marco Legislativo E Institucional Que Regula Los


Aspectos Ambientales Y Sociales En El Perú

Este proceso se dio de manera formal a partir de 1990, en un proceso que


debido a la sectorialización de la autoridad ambiental ha tenido diferentes
intensidades en los diferentes sectores. El devenir natural del proceso de
desarrollo legislativo e institucional supone la necesidad de avanzar en la
gestión de conflictos por la vía de recomendaciones que institucionalicen los
mecanismos de cautela de intereses ambientales y sociales.

El crecimiento económico en los países amazónicos, salvo el caso de Brasil y


su sur industrializado, depende, en gran medida, de la extracción intensiva de
recursos naturales, especialmente los no renovables como los minerales y el
petróleo.

El proceso de globalización ha favorecido a que las inversiones, con el apoyo y


patrocinio de gobiernos nacionales y agencias multilaterales, intensifiquen la
demanda por recursos naturales, particularmente en zonas de frontera como los
Andes y la cuenca amazónica.

Por ejemplo, desde 2003, cuando el Estado peruano redujo las regalías que
pagaban las empresas petroleras, se produjo un incremento constante de la

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actividad petrolera en la Amazonía peruana, que pasó de ocupar una superficie
equivalente al 13% en 2004 a cubrir casi el 70% de la región entre 2007 y
2010. Otros factores que han influido sobre la expansión de la actividad
petrolera en nuestro territorio, han sido el boom de crecimiento de China e
India (2005 en adelante) y el incremento del precio del petróleo, que llegó a
cifras récord en 2008. Cada año el gobierno del Perú suscribe más contratos
petroleros, otorgando lotes sobre grandes extensiones de bosques.

Esta expansión está caracterizada por una pobre gestión ambiental por parte del
Estado, acompañada de insuficientes recursos para funcionar a un nivel
adecuado y un sistema de control ambiental flexible; mientras que la gestión
social es voluntaria, es decir el Estado no tiene un estándar mínimo, no se exige
estudios de impacto social, tampoco el monitoreo del cumplimiento de los
acuerdos con las comunidades y además no se aplican sanciones por
incumplimiento.

Esta expansión de grandes inversiones y megaproyectos, intensivos en capital


sobre áreas social y ambientalmente vulnerables, tiene un enorme potencial de
generar problemas socioambientales. Esto ha conducido a conflictos con
organizaciones campesinas, rurales, indígenas, ambientales, de Derechos
Humanos, de desarrollo y sus aliados internacionales cuya causa se ha visto
impulsada por un marco legal internacional donde los derechos económicos,
sociales y culturales; ambientales y de pueblos indígenas han ganado
importancia y legitimidad.

Las posibilidades de resolver estos conflictos y lograr alcanzar un consenso


duradero han estado limitadas por el debilitamiento de la Estado nación, a
través la privatización y las posiciones ideológicas asociadas sobre el papel del
Estado. Las legislaciones nacionales han andado muy detrás de la evolución de
los acuerdos internacionales de Derechos Humanos y las expectativas sociales
asociadas al respeto de su identidad y derechos, mientras que las agencias
gubernamentales han carecido de los recursos y habilidades para mediar
exitosamente disputas sumamente complejas desde lo administrativo hasta lo
político.

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Sin embargo, si bien estos conflictos ambientales no han prevenido la
expansión continua de la explotación de los recursos naturales de la región; por
lo menos han contribuido a mejorar la legislación ambiental; a través de un
creciente reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas; y del inicio
del establecimiento de regulaciones más adecuadas sobre el aprovechamiento
de los recursos naturales y su gestión ambiental efectiva por razones sociales y
ambientales.

9.2. Caminos Para La Transformación Positiva Del Conflicto Socioambiental

Una propuesta de construcción de legitimidad y gobernabilidad en la región


debe considerar como tema central la asimetría entre los actores empresariales
y los actores comunales, por ejemplo, del universo de alrededor de 51 contratos
vigentes al 2013, 30 contratos en exploración se encuentran suspendidos por
razones de fuerza mayor; 18 en la obtención de permisos; 7 por razones
sociales y 5 por otras causas. Mientras que hay 3 lotes en explotación con
algunas actividades suspendidas por razones de fuerza mayor; 2 por razones
sociales y 1 por obtención de permisos, precisamente el lote 88.

De manera que inicialmente algunos de los temas centrales que emergen de los
conflictos socioambientales y afectan las políticas públicas son:

1. La seguridad jurídica afectada por la superposición de derechos entre los


contratos petroleros y los demás derechos preexistentes, desde pueblos
indígenas hasta concesiones de todo tipo;
2. La gestión ambiental afectada por una pobre y remota presencia de la
autoridad ambiental en campo;
3. La gestión social voluntaria sin estándar mínimo legal requerido para
prevenir conflictos socioambientales.
4. La gobernanza poco democrática del Estado peruano que refleja sus
impresiones en el volumen de conflictos sociales que afectan los contratos
de hidrocarburos por carecer de un marco legal requerido para gestión
social temprana, entre otros factores que la afectan.

Estos temas desafían las estructuras sociales y políticas presentes en estas áreas
y demandan adaptación al cambio por parte de la población. Estos desafíos
afectan la calidad de vida y las posibilidades de los pobladores de participar en
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el desarrollo de sus comunidades y espacios geográficos. Desde el enfoque de
los derechos humanos, todos somos protegidos por la ley. Sin embargo en la
práctica no todos somos protegidos de igual manera ante los impactos
ambientales, sociales, culturales y espirituales como sí ocurre en un país
diverso culturalmente como Nueva Zelanda. Más aún, las poblaciones
indígenas generalmente no reciben fondos públicos más allá de programas de
asistencia. De manera que generalmente no se atiende al cumplimiento y
respeto de derechos humanos básicos como salud, la educación, menos aún se
respeta derechos más especializados como el caso de los derechos económicos,
sociales y culturales; los derechos de los pueblos indígenas o los derechos
ambientales. Esta situación es más crítica si tenemos en cuenta que en los
entornos de la ‘frontera amazónica’ el discurso político de los Derechos
Humanos aun no es moneda corriente y tiene que enfrentar la prevalencia de
una visión decimonónica de los Derechos Humanos. En estas condiciones, los
impactos de la inseguridad jurídica, la pobre gestión ambiental y la pobre
gobernanza se ven potenciados, y los niveles de abuso y vulneración de
derechos, en particular de pueblos indígenas, llegan a mostrar casos de
esclavitud, explotación, prostitución entre otros delitos, por ejemplo, en la
minería y tala ilegal.

Más aún, los aspectos sociales claves para la consulta no son analizados
adecuadamente, pues tenemos un todavía defectuoso proceso de evaluación
ambiental, cuyos reglamentos no exigen un estándar mínimo para los temas
sociales, los que son someramente abordados en el estudio de impacto
ambiental. De manera que una serie de ‘ausencias de información relevante’
sobre el entorno social, son un factor adicional, que en un contexto de
superposición de derechos nos ayudan a entender la elevada conflictividad
social, por ejemplo, en el sector hidrocarburos donde más del 50% de lotes
paralizados por una pobre evaluación de temas socioambientales.

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9.2.1. Lecciones para construir el futuro y la viabilidad del desarrollo
sostenible La Constitución contiene un mandato de desarrollo
sostenible.

Este postulado que debe entenderse en el marco del Capítulo II Del


Ambiente y los Recursos Naturales de la Constitución, es decir, las
políticas públicas deben partir de una visión de derechos y
responsabilidades, en la cual la legislación es un medio y no un fin. El
Derecho es la técnica que utilizamos para producir Justicia y
Democracia. Obviamente que todo ello en un marco de equilibrio entre lo
económico, lo ambiental y lo social.

Así debe quedar claro que todos los sectores de la gestión pública están
obligados al desarrollo de una política ambiental que promueva el
desarrollo sostenible, conserve la biodiversidad, conserve las áreas
naturales protegidas y la Amazonía. Este conjunto de mandatos
constitucionales constituye un supremo objetivo de política para los
diferentes sectores de la gestión pública. Debemos superar esa visión
estrecha de que lo vigente en un sector es solo su reglamento sectorial.
Todo el marco legal está vigente y se aplica en la medida que el caso
contenga las variables que cada legislación regula. De manera que toda
acción de la gestión pública debe ordenarse hacia producir un desarrollo
sostenible. Este supremo mandato debe servir de parámetro para medir la
eficiencia y eficacia de las acciones públicas.

Un proyecto de industrias extractivas supone muchas veces un cambio


productivo, impacto ambiental e impacto social. Aquí es importante
reconocer que los proyectos son procesos, así como el proceso de
desarrollo legal e institucional es también un proceso. Hay que conocer y
entender la dinámica de los procesos creando reglas claras que amparen
derechos y cautelen preocupaciones ambientales y sociales en todas las
etapas del proceso de otorgamiento del derecho, exploración, explotación
y finalización de actividades.

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9.2.2. Los desafíos legales e institucionales para el desarrollo sostenible.

Los desafíos del desarrollo sostenible requieren construir un sistema


normativo aun inexistente que supere las limitaciones de lo hecho hasta
ahora y asuma los retos y desafíos que plantean la gestión sostenible de
recursos naturales. Desde Decleris (2000) quien propuso un ‘derecho del
desarrollo sostenible’ hasta propuestas más recientes como Dernbach y
Mintz (2011, 532) hablan de un ‘derecho para la sostenibilidad’. En
general, se trata de asegurar que el cambio de paradigma conceptual
tenga el desarrollo y enraizamiento institucional suficiente y necesario
como para generar cambios efectivos y necesarios para la gestión de los
recursos naturales en el contexto del desafío de la crisis climática que
permita superar nuestro desconocimiento de los procesos ecológicos
esenciales.

Un enfoque necesario para el análisis de los problemas socioambientales


es el enfoque ecosistémico (FAO 2014). De manera complementaria, la
ecología del paisaje4 nos permite una aproximación holística que estudie:
a) estructura, procesos y cambios; b) aspectos jerárquicos y espaciales; y
c) la compleja integralidad de los diferentes factores en el paisaje. Una
aproximación integrada como la investigación y planificación a nivel de
paisajes puede contribuir a superar la sobre especialización y la
fragmentación de las ciencias ambientales que conllevan a esfuerzos
fragmentados para solucionar problemas ambientales.

Por ello, es necesario usar el concepto de complementariedad, basado en


la teoría de partículas de Bohr (1970); pues el paisaje es un compositum,
una construcción basada en diferentes procesos y relaciones de causa-
efecto como también lo ha señalado Coward (2006); así el paisaje no
puede ser entendido cabalmente usando solo una aproximación científica
sectorial, es necesario la integración de diferentes disciplinas de
investigación para investigar complejos geográficos a nivel de paisajes.
Solo entonces los vacíos entre ciencias naturales y sociales pueden ser
unidos. El tránsito de las categorías de la naturaleza hacia las categorías
de la sociedad, la evaluación de las funciones del paisaje y su directo

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relacionamiento con la sociedad requieren la aplicación de conceptos
como los de funcionalidad ecológica, usabilidad y capacidad de carga,
que son algunas de las funciones que deben ser consideradas para atender
a la sostenibilidad que propone la Constitución Política del Perú. Pero
también hay otras funciones que debemos considerar como productividad
biótica, resistencia a erosión de suelos, capacidad de retención de agua,
recarga de agua del subsuelo, protección del agua del subsuelo, funciones
de hábitat y potencial del paisaje para la recreación.

La complejidad de un enfoque de ecología del paisaje nos permite


abordar la complejidad de una sociedad pluricultural desde las
dimensiones económica, social, jurídica e institucional. Así, el paisaje
económico, social, legal e institucional está compuesto por los múltiples
derechos de los actores involucrados tanto en la economía moderna que
promueve el sistema jurídico positivo, así como también está compuesto
por sus interfaces con los derechos propios de las economías
mercantilista y de subsistencia. Es decir que finalmente el paisaje
también tiene una dimensión espiritual y cultural que es importante
entender en la dinámica de los diferentes capitales que podrían verse
afectados por los cambios en las relaciones en el contexto de un
determinado paisaje por las razones que sean.

9.2.3. Una alternativa para el desarrollo de los aspectos legales e


institucionales de la gestión ambiental.

A. Promover principios del derecho ambiental e instrumentos de


gestión ambiental.

El desarrollo a nivel internacional, así como en la legislación


nacional, ha buscado consagrar algunos principios orientadores de la
legislación ambiental que suponen la necesidad de avanzar en una
lógica regulatoria que institucionaliza los temas ambientales y
sociales y crea mecanismos que permitan procesar demandas y
encontrar consensos mínimos en temas previamente no legislados.
Este es un tema que Dowesdell (1994) planteaba ya en 1994.

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En el Perú, el Código del Medio Ambiente y los Recursos Naturales
del Perú introdujo el principio de prevención y su asociado el
principio de control en la fuente; luego introdujo el principio
contaminador pagador, la participación ciudadana en la definición de
la política ambiental y el consiguiente derecho a ser informadas de las
medidas o actividades que puedan afectar la salud humana o el
ambiente, conocido como derecho a saber.

B. Mejorar la gestión ambiental.

Uno de los impactos negativos más serios de tener una autoridad


sectorial es la percepción de que esta autoridad no tiene
independencia en materia ambiental y social. Aquí es interesante
señalar la coincidencia desde ONGs, como Foro Ecológico,
consultores de empresas mineras como Dante Vera (2004) hasta el
sector público con instituciones como a Defensoría del Pueblo y el
propio Ministerio de Energía y Minas. Sin embargo, la Ley General
del Ambiente no resolvió este problema, sino que reiteró la
composición sectorial de la autoridad ambiental nacional.

Exigir manejo de aspectos sociales y culturales Durante la década de


los noventa, el sector minero comenzó a incorporar medidas
ambientales, pero no sociales. El impacto de esa decisión ha sido un
avance lento en temas ambientales que ha descuidado los estándares
de gestión social. Así, mientras se ha dado un desarrollo incipiente en
temas ambiéntales, en temas sociales lo que se ha hecho es mantener
el tema desregulado, es decir lo que se hace es lo que voluntariamente
las empresas deciden. Existen unas guías de relacionamiento
comunitario que no son exigibles legalmente. Más aun no hay norma
alguna en el sector minería que regule la gestión social como sujeto
regulación de la política pública.

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CONCLUSIONES

 La minería ha tomado cada vez mayor importancia como motor de crecimiento


económico para países como Perú. La gran riqueza de recursos naturales con la que
cuentan estos países y las políticas de los gobiernos de abrir sus economías a
capitales extranjeros cumplió con sus objetivos de incentivar al sector minero. Sin
embargo, los beneficios generados por el impulso a este sector han estado
acompañados de numerosos conflictos socioambientales.
 El conflicto surge, por ejemplo, cuando una población observa que actividades
extractivas como la minería afectan su calidad de vida y el medio ambiente en el
que habitan, y deciden organizarse para exigirles a los que lo ocasionan, que
remedien la situación.
 No necesariamente todos los problemas ambiéntales derivan en conflictos, pero si
se da el caso, la canalización de los mismos dependerá de la capacidad que tengan
los actores para organizarse y diseñar estrategias que les permitan neutralizar los
problemas ambientales en los que se sientan Involucrados.
 Las principales causas de conflictos en Perú han estado asociadas a los impactos
ambientales, a los problemas territoriales, vinculados en muchos casos a una falta
de consulta previa e informada, a la violación de los derechos humanos, a una falta
de políticas de RSC y finalmente, a la lucha por obtener mayores beneficios tanto
entre las comunidades y la empresa como entre los niveles local y central de los
gobiernos. Asimismo, se constató con algunos ejemplos que los gobiernos han ido
adaptando en forma reactiva la legislación minera una vez que los conflictos han
surgido.

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 Como resultado de los conflictos, los costos económicos, financieros, ambientales y
sociales se han acrecentado. Lograr un balance entre los beneficios económicos que
genera la actividad minera y al mismo tiempo aminorar, eliminar o evitar estos
conflictos se ha convertido en una prioridad para continuar con el desarrollo de los
proyectos mineros.

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