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All content following this page was uploaded by Camilo Fernández Cozman on 16 December 2018.
Resumen
La obra de Jorge Luis Borges reflexiona sobre la traducción literaria a través del empleo
Giovanni Bottiroli se precisan los estilos separativo, distintivo y confusivo para analizar
Abstract
The work of Jorge Luis Borges reflects on literary translation through the use of styles
of thought. On the basis of the approaches of the Rhetoric of Giovanni Bottiroli the
separative, distinctive and confusive styles are necessary to analyze the work of Borges,
who distinguishes between the literal and the periphrastic translation, besides
manner of a Latin American writer who distinguishes himself from the European
authors.
Keywords: Translation-style-metaphor-literal-periphrastic
Jorge Luis Borges es uno de los grandes intelectuales latinoamericanos del siglo
XX. Fue, sobre todo, cuentista, poeta y ensayista. Quisiéramos, en este artículo, analizar
de qué manera Borges reflexionó en torno a la tarea de verter un texto literario desde un
idioma de origen a una lengua meta; es decir, resulta pertinente interrogarse sobre la
concepción acerca de la traducción literaria que posee Borges cuya influencia ha sido
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inmensa en la literatura en lengua castellana. Asimismo, se trata de observar el
Walter Benjamin, en un clásico ensayo sobre el tema (“La tarea del traductor”)
afirmaba, sin ambages, que la mala traducción “es una transmisión inexacta de un
transparente, no oculta el original, sino que deja caer plenamente sobre este el lenguaje
caso, es el traductor, el puente entre dos culturas, el que aporta, con su interpretación, en
“encontrar en la lengua a la que se traduce una actitud que pueda despertar en dicha
lengua un eco del original” (83). Uno de los casos más interesantes es el del poeta
Tomás Albaladejo señala que "[l]a traducción es, por la diversidad de lenguas,
necesario analizar las competencias que ha de tener el traductor literario, quien debe
poseer, por lo menos, una competencia lingüística pasiva en la lengua de partida (hecho
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Asimismo, dicho traductor tiene que manifestar una competencia técnica en lo que
concierne al análisis del discurso con el fin de examinar rigurosamente los componentes
estructurales de este último. Por ejemplo, las ideas de Albaladejo tienen valía y
(Fernández 48-49) porque estos últimos formulan la poética de la obra abierta (Eco 63-
llegada.
Los textos de Jorge Luis Borges donde el escritor argentino reflexiona sobre la
traducción literaria son, entre otros, los ensayos “Las dos maneras de traducir” (1926),
“Las versiones homéricas” (1932), “Los traductores de las 1001 noches” (1936); y los
relatos “Pierre Menard, autor de El Quijote” (1939) y “El enigma de Edward Fitzgerald”
(1951).
traducción (como actividad literaria y como texto) y su práctica como escritor” (12).
Hay pocos autores que consideran dicha práctica como esencial para el oficio literario.
considerado esencial reflexionar sobre la traducción como práctica intelectual. Paz, por
traslación de cualquier texto es siempre una operación literaria, pues, en todos los casos,
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palabras, el escritor argentino descree de la teoría de la traducción y, por ende, se dedica
libro de Kristal, Willson indica que “Borges era consciente de que en el cambio de
código lingüístico algunos aspectos podían desaparecer, pero no consideraba que tales
pérdidas fueran indeseables” (106). Por ello, Borges piensa que sí es posible traducir
con éxito los discursos literarios: la idea de que las traducciones son inferiores a los
textos originales procede de una experiencia insostenible porque toda buena obra da la
impresión de ser definitiva e invariable, pero siempre varía en una segunda lectura
(Obras I, 413).
infinito (16). Según Waisman, las traducciones de un escritor deben ser situadas en su
parte de la obra de este como sus ensayos, cuentos y poemas. Para el escritor argentino,
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B) Los estilos de pensamiento y la obra de Borges
tratado filosófico luchan los estilos de pensamiento. El teórico italiano piensa que el
estilo es el lenguaje dividido porque remite a un sujeto fragmentado, idea que asimila
los aportes de Freud cuando desarrollaba la teoría del sujeto que implicaba el
moral) y el ello (el inconsciente). Lacan considera que no hay uno, sino tres registros
del sujeto: lo real (lo imposible de representar), lo simbólico (estrato del lenguaje) y lo
relación con el otro). No hay identidad sin la presencia de la alteridad: no hay un yo sin
el otro. Por eso, el sujeto no es una estructura homogénea, sino que supone una
Bottiroli afirma que hay tres estilos de pensamiento: el separativo, que es rígido,
(167); el distintivo, que implica una inteligencia estratégica que procese las oposiciones
que pone de relieve el caos, multiplica las ambigüedades, tiende a lo cíclico y revela “la
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que la sociología fuera una física social y siguiera los métodos de las ciencias naturales.
hizo de un poema de Francis Ponge. El primer texto que analizaremos es “Las dos
Los clásicos concebían a la metáfora, según Borges, como “una obtención de verdad
poética, que, una vez agenciada, puede (y debe) ser aprovechada por todos” (Textos
258). Borges cuando alude a la metáfora como portadora de una verdad poética que
pudiera ser aprovechada por todos, está enfatizando la naturaleza cognitiva de dicho
literarias. El escritor emplea un tropo (metáfora o metonimia) y este instaura una verdad
Esa es la idea de la metáfora de los escritores clásicos con la cual Borges se identifica
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parcialmente porque recordemos que Borges, en un texto de 1921 de su primavera
Así cuando un geómetra afirma que la luna es una cantidad extensa en las tres
prefiere definirla como un gato que anda por los tejados. En ambos casos se
tiende un nexo desde la luna (síntesis de percepciones visuales) hacia otra cosa:
(Apuntaciones 275-276).
Como decía Nietzsche, “el mundo verdadero terminó por convertirse en una
fábula” (El crepúsculo 65). Borges asume dicha concepción en un texto ultraísta que, no
interpretaciones, no hay datos, idea sostenida por Gianni Vattimo (108) en el contexto
realidad a la manera de Nietzsche y concluye con una analogía entre la luna y una serie
de relaciones espaciales.
con ideas clasicistas. Por ejemplo, Martín Adán emplea el soneto vanguardista, en
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Travesía de extramares, donde confluyen metáforas de ruptura con un cierto equilibrio
sextina.
(practicada por las mentalidades clásicas) a la traducción literal (defendida por los
Desdeñarán los localismos, las rarezas, las contingencias” (Borges Textos 258). Por el
contrario, los románticos no creen en el hombre arquetípico ni fuera del tiempo, sino
Cicerón (77), escritor clásico, quien descree de la traducción palabra por palabra y, por
ello, desconfía de la traslación literal. Según Borges, el traductor debería verter las
llegada.
Cuando Borges aboga por las traducciones perifrásticas de los clásicos revela el
funcionamiento del estilo distintivo y se aleja del régimen separativo que se evidencia
en las traslaciones literales de los románticos. Estos últimos, al decir del escritor
argentino, son rígidos y tratan de reproducir, casi al pie de la letra, aquello que se
expresa en el texto original. Sin embargo, en los años veinte del siglo pasado, hemos
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vanguardista que cuestiona la poética modernista de Rubén Darío y multiplica las
ambigüedades. En otras palabras, en los años veinte, luchan los estilos distintivo y
Borges intenta una revaloración del oficio del traductor: “Ningún problema tan
consustancial con las letras y con su modesto misterio como el que propone una
condenatorio adagio italiano Traduttore, tradittore, Borges opone el estilo distintivo que
supone confrontar las traducciones con la versión original, además de abordar la célebre
querella del homerismo, donde sobresalen las figuras de Francis William Newman
perifrástica). Newman desea retener del original todas las peculiaridades verbales; por el
contrario, Arnold prefiere “la severa eliminación de los detalles que distraen o detienen”
(Borges Obras I, 415) del texto en la lengua de llegada. Sin embargo, el estilo confusivo
aparece cuando Borges afirma de modo categórico: “lo único cierto es la imposibilidad
este caso, el escritor argentino comprueba que es improbable trazar los límites entre la
creación individual de un autor y aquello que es parte del lenguaje en tanto patrimonio
las prácticas escriturales trazando diferencias insalvables: el autor del texto original está
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en un peldaño elevado, mientras que el traductor está condenado a verter de modo
mientras que el segundo revela la ausencia de límites entre el patrimonio del lenguaje y
Obras I, 413). La producción de un poeta o cuentista, por ejemplo, solo está constituida
únicamente es alguien que corrige de manera incesante: publicar significa dejar una
versión del cuento o poema que puede ser reelaborada en una edición posterior de la
obra.
“Repito que ninguna y que todas” (Obras I, 416). Esta respuesta tiene la estructura de
claridad o a una eterna fugacidad. Borges no toma partido, en particular, por alguna
traducción, sino que valora a todas a la vez e impregna con un velo de escepticismo la
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El relato que analizaremos lleva por título “Pierre Menard, autor del Quijote”.
Inútil agregar que no encaró nunca una transcripción mecánica del original; no
coincidieran –palabra por palabra y línea por línea— con las de Miguel de
identificarse con el autor por traducir y ello lleva a la noción de coincidencia exacta (la
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traslado mecánico del contenido en una forma, en este caso, el alejandrino. Waisman
(109) subraya que el catálogo o archivo de Menard no es nada arbitrario: “La segunda
versión del poema es una reescritura con variaciones, lo que hace de ella una mala
traducción” (Waisman 110). Sin duda, hay una intertextualidad fecunda entre el archivo
de Menard que alude a ciertas obras del siglo XVII y algunos textos de Borges, quien
George Steiner afirma que el relato de Borges “es probablemente el más agudo y
estilo de Borges, que los estudios sobre la traducción de que disponemos, no son más
que comentarios de comentarios” (88). Resulta sintomático que, al decir de Steiner, sea
cuando la obra es de inicios del siglo XVII. El narrador subraya que es una labor cuasi
imposible. ¿Cuál es el método que emplea Menard para realizar tan intrincada labor?
además de “recuperar la fe católica, guerrear contra los moros o contra el turco, olvidar
la historia de Europa entre los años de 1602 y de 1918, ser Miguel de Cervantes”
(Borges Obras I, 844). En la segunda etapa, decide a favor del camino menos
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intrincado: “Ser, de alguna manera, Cervantes y llegar al Quijote” (Borges Obras I,
844).
intentar ser, de alguna forma, Góngora. Traducir a Mallarmé implica ser, en cierto
universo del autor por traducir, sino que tome algo de la personalidad de este, sea algo
así como su doble: recordemos “El otro”, el primer cuento de El libro de arena donde el
narrador se encuentra con su doble y, sentado en una banca, comienza a conversar con
él. Al final se da cuenta de que el Borges viejo se encontró con el Borges joven, o que
todo ha sido solo un sueño interminable. Esta idea borgiana se asocia con una frase de
Francis Ponge que realizó Borges. El texto original lleva por título “De l’eau” y citaré
Plus bas que moi, toujours plus bas que moi se trouve l'eau. C'est toujours les
yeux baissés que je la regarde. Comme le sol, comme une partie du sol, comme
Elle est blanche et brillante, informe et fraîche, passive et obstinée dans son seul
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A l'intérieur d'elle-même ce vice aussi joue : elle s'effondre sans cesse, renonce à
chaque instant à toute forme, ne tend qu'à s'humilier, se couche à plat ventre
sur le sol, quasi cadavre, comme les moines de certains ordres. Toujours plus
bas: telle semble être sa devise : le contraire d'excelsior. (Ponge Le Parti 40)
Se trata de una personificación vanguardista del agua sobre la base del uso de
metáforas orientacionales (Lakoff y Johnson 14). El poeta resalta la metáfora del agua a
partir de un movimiento onírico, de ahí los rasgos surrealistas que se desprenden del
texto de Ponge: el agua se desliza, corroe y luego se infiltra en los objetos. El locutor
ámbito de lo bajo. Bachelard afirma lo siguiente: “De los cuatro elementos, solo el agua
(suelo) y que cumple la función de enfatizar las relaciones espaciales entre los objetos
Más abajo que yo, siempre más abajo que yo está el agua. Siempre la miro con
los ojos bajos. Como el suelo, como una parte del suelo, como una modificación
del suelo.
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Es blanca y brillante, informe y fresca, pasiva y obstinada en su único vicio: el
cada instante a toda forma, sólo tiende a humillarse, se acuesta boca abajo en el
suelo, casi cadáver, como los monjes de ciertas órdenes. Cada vez más abajo: tal
del original en francés y optar por la expresión: “Siempre la miro con los ojos bajos”. El
cuarto acierto es traducir “Á l’intérieur d’elle même” por “En su propio interior”, pues
con la forma pertinente en la lengua de llegada y así desecha la expresión “Al interior de
ella misma” que hubiera signficado un mero calco de la sintaxis francesa en la versión
española.
literaria europea. Por eso, Waisman habla de cómo la periferia se torna irreverente (16)
porque Borges se sitúa en los márgenes (Sarlo 12-17) para desestructurar el edificio de
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las culturas europeas y en ese juego sospechoso y sugestivo radica su extraordinaria
vigencia.
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BIBLIOGRAFÍA
Bachelard, Gaston. El agua y los sueños. México D.F., Fondo de Cultura Económica,
1978.
Cicerón. “El orador perfecto”. Textos clásicos de teoría de la traducción. Comp. Miguel
lectura y traducción de dos poemas de Paul Éluard”. Escritura y pensamiento, núm. 14,
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Jill Levine, Suzanne. “Borges sobre la traducción”. Teoría de la Educación, Educación
Lakoff, George y Mark Johnson. Metaphor We Live By. Chicago and London, The
Ponge, Francis. “Del agua”. Traducción de Jorge Luis Borges. Sur, núm. 147-148-149,
1947, p. 404.
Sarlo, Beatriz. Borges, un escritor en las orillas. Buenos Aires, Seix Barral, 2007.
Waisman, Sergio. Borges y la traducción. Buenos Aires, Adriana Hidalgo Editora, 2005.
Willson, Patricia. “La traducción, otra de las plenitudes de Borges”. Variaciones Borges,
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