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He tenido la oportunidad de viajar y hablar con estudiantes de escuelas
secundarias y universitarios sobre qué es lo que necesitan exactamente para
tener éxito financiero. En estas conversaciones siempre formulo las siguientes
tres preguntas:
Nadie nunca ha alzado la mano. Claramente todos los estudiantes quieren ser
exitosos y creen que pueden llegar a serlo, pero ninguno ha recibido algún tipo
de educación al respecto, por parte de sus padres o del sistema educativo. No
existen cursos que enseñen los principios básicos, ni tampoco cursos
estructurados sobre literatura financiera. Estamos educando niños a ser
analfabetas financieros y a fallar en la vida.
¿Te extraña que la mayoría de personas vivan día a día esperando el siguiente
pago? ¿Te parece raro que la mayoría de personas acumulen mas deudas que
activos? ¿Te extraña que la mayoría de personas tengan tantas dificultades
para pagar matrículas universitarias y que los préstamos estudiantiles sean
actualmente el tipo de deuda de consumo más grande?
Lo que es peor es que los niños están aprendiendo del sistema educativo, los
políticos y los medios de comunicación. Les han enseñado que los ricos son
corruptos y codiciosos, que tienen demasiada riqueza y esta debe ser
redistribuida.
El hecho es que los pobres son pobres porque tienen muchos malos hábitos.
Los mejores padres enseñan a sus hijos a pensar en el éxito, mientras que los
malos padres enseñan hábitos que llevan a la pobreza. No existe una brecha
de riqueza, existe una brecha entre los padres. No tenemos desigualdad de
riqueza, tenemos desigualdad de padres.
Tanto los padres como las escuelas necesitan trabajar en conjunto para
enseñar buenos hábitos a los niños. Existen hábitos específicos y a
continuación encontrarás algunos ejemplos.