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K

AÑO I Madrid 30 de Marzo de 1921 Núm. 6

V L
Redacción: Monteleón, 7, 3.°
TR A N ú m e r o suelto: 30 céntimos

R O E S Í A - C R Í T I C A - A R X

RAMOrvilSMO La piedad de los poetas


Lia c o n s u l t a . Una nueva primavera creada por la piedad de los poetas, cubrirá de rosas recortadas
de la luz de la lampara, las calles de la ciudad. Los ojos que velaban difundirán por to-
Aquel hombre vino a mi consternado, triste^ das partes, su azul desmigajado de los algodones de la madrugada. Primavera existia
con los ojos fijos como al que le duelen todas ya en sus cimas y ahora será tan solo por haberse abierto las ventanas, una prodigali-
las muelas y todos los dientes incisivos y col- lad exterior. Los árboles no florecerían si la piedad de los poetas no los hubiese dotado
millos, es decir un dolor duro y sonoro como de las hojas que faltan en sus libros: ni esos pájaros tendrían alas tan audaces si ellos no
cuando todos los niños de la casa en fila, gol- hubiesen lanzado a los aires sus plumas rotas. Primavera, tu naces, del ritornelo fre-
pean con sus veinticuatro manos también todas
cuente de sus rimas; esto lo saben todas esas mujeres que no leen sus versos y que aho-
las teclas del piano y le duele al piano toda la
dentadura, las teclas negras y careadas y las te-
ra sin embargo sueñan ante esas ediciones primaverales del libro, la flor, el pájaro, y e/
clas ligeramente amarillas de no gastar cepillo abanico, que ellos leen con sus dedos ciegos.
ni polvos de bicarbonato. Vuestro arte, oh poetas, logra en retorno de vuestra piedad, un triunfo supremo y
—Nicesito que me extraiga usted—me dijo — múltiple; pues esa rosa que ellos ponen sobre su regazo está hecha de vuestra blanca no-
aquello de; che, esa acuarela verde que embelesadas admiran, es la misma que yace olvidada en los
Vamonos juntos del brazo museos, el rio en que contemplan su imagen es el mar mol deshelado de los escultores y
hasta la próxima aldea hasta ese blanco féretro que las apiada, con su color de hoja seca entre lo verde es el nido
que todo el mundo nos vea otoñal de vuestro primer poema malogrado.
como marido y mujer... R. CANSINOS ASSENS
Y me lo cantó con la dulce entonación de bar-
carola y sueflo con que eso se canta.
—He llegado a no poder ptnsar sino a través
ra
Realmente nuestia figura en la cama es figu-
de ahogados con el agua hasta el cuello.
ei poema de las manos.
de esa canturía melancólica, repetidora, que
aduerme a mi alma como a un niflo a todas ho- "...EUiíenciBflelisiiiiiiislariis.»
ras... Tengo ya la repugnancia de esa capsula
de veneno sentimental,.. {E. Ribera Chevrémont.)
Me gusta describir con el bastón hacia lo alto
Yo silenciosamente cogi por junto a la conte-
y como para cazar estrellas ese cono que se des- Las manos de los muertos
ra mi bastón de muletilla y busí ando en su cj-
cribe con las cañas para cazar murciélagos, nos hablan en un lenguaje desconocido.
beza la cclalización número 5i, que es donde
esta la cmemoria cantabile> según Wort le di
@ @ @
un golpe de martillo con el puño y le deje sin Son la Xindescifrable que gravita eternamente
el «vamonos juntos del brazo». Los miserables debían ser escupidos hasta sobre nuestros cerebros.
por las fuentes.
Bl jugador. Todo se esfumó en Wan Dyk,
m m ® su melena de aire, sus ojoi de Salomé.
El pobre jugador arruinado se paseaba por los Debían hacerse las coronas crn esas ramas de
jardines con las niiiios trenzadas a la espalda, hojas negr s que describe la luna sobre el sue- Todo menos sus manos,
atado como por la Guardia civil. lo, desgajándolas al pasar por entre los árboles. que dejó olvidadas como dos camelias
Era en los jardines donde disuadía más a su en su paleta.
imaginación de las imágenes del juego y sólo
cuando en el invierno las hojas hacen remoli- Los dos lirios
nos cüiuo en los «caballitos' se acordoba de las — Ese tic-tac tiene una cojera—dije oyendo que florecieron en los estepas siberianas,
salas de juego. aquel reloj. son las manos de Sacha Yegulev,
Para amortigiar un poco su voraz deseo de que él enterró en la noche blanca,
jugar se jugaba el montón de perras chicas que cuando se apagaron sus ojos cercados de ceniza.
los hijos le echaban en los bolsillos antes de Las chimeneas de fábrica son como los gran-
que saliera de casa, en la ruleta de los barqui- des cañones contra la aviación. Siervas de Dios.
llos, atraído por el circulo de los colorines y lo» Vuestros cisnes desmayados
números, alimentándose con el ruido de la ba- no pueden nadar hacia El.
llena rascando la barandilla de la caja. Se hundieron en el fango del mundo
Era conmovedor ver jugar y jugar a los bar- Cuando en el paseo del Domingo, oyen las y flotarán como fantasmas en mi memoria.
quillos a aquel hombre de vejez prematura que criadas el timbre de las bicicletas creen que las
después regalaba los largos bambús de barqui_ llaman sus señoritos.
Manos de sal
Uos, a todos los niños del jardín. que deshace y avenía el Delor,
caminos del alma...
Greguerías r ¡ u e v e o i t a s . Lo que llevamos dentro de la cabeza es me- Yo escucho el silencio de vuestro sileocio,
tal en fusión. A veces sentimos escalofríos co- la palabra muda de vuestra palidez.
Pierrot y Arlequín se desafiaron con las cru- mo si se nos fuese a enfriar o a solidificar ¡Que Yo siento el aroma que no tenéis
ces de madera de colgar la ropa. (Esto lo pensé susto!...—Cuando nos muramos sentiremos to y la risa que lloráis...
hoy colgando un traje ed la despensa de mi ar- do el metal consolidado y como en lingotes.— Oh, nobles manos, largas y pensativas.
mario de tuna.) RAMÓN GOMEN DE LA SERNA. PÉREZ DOMENEGH.
VLTRA

COCINA T R A N V Í A S POEMAS URBANOS

A BARRADAS Con el fusil al hombro los tranvías


patrullan las avenidas VERBENA
Frente a la gran ventana que da a marzo Prora del imperial bajo el velamen
de cielos de balcones y fachadas Las luces se persiguen
la bella cocina despereza sus cacerolas
heridas por el primer brote primaveral por entre los girones de la noche.
verticales cual gritos Biombos japoneses
Es curioso velan las claridades de la luna.
Carteles clamatorios ejecutan Los cohetes de aceite
En el invierno sucio de la cocina
su prestigioso salto mortal desde arriba estallan en círculos concéntricos
una luz de verano juega con las legumbres
Dos estelas estiran el asfalto sin ruido.
(de colores
y el trolley violinista Sobre el rompeolas
como si dijera: «Buenos días»
estalla la tormenta.
Oh los limones como gotas de sol va pulsando el pentagrama en la noche El arco iris de lús risas
a punto de caramelo y los flancos desgranan
paletas momentáneas y sonoras extiende sus banderas al viento
y sobre el carrousel de la democracia
Los boquerones nadando en sus fuentes JoRGE-Luis BORGES.
son latidos ahogados canta la niarsellesa de la calle.

Y en un plato seis huevos VIERNES SANTO BURDEL


como blancos recuerdos puestos
A Carlos España
Acaso sean así los recuerdos calcinados! Rasga la negra celosía de encaje El chai de la pobreza
la aguda saeta de unos ojos cuelga sobre los hombros de la estancia.
Es bello todo en pleno día Uesarmonía del amor.
Las mujeres llevan ramilletes
Entre la sombra reluciente
El gato se yergue orgulloso de corazones sobre el pecho
resbalan las arañas del hastío.
con su cielo nocturno sobre el lomo
sus heridas abiertas Los muros filman el nocturno desfile.
El cielo ávido de mejillas son cumo rojos incensarios En el rojo soiá del gabinete
en la muda oración de la tarde Nuestro Seño; el Diablo
La canción oriental del sol rompe el azul innacesible
sobre un ramo de flores Renace la prima era
en las trémulas ánforaü de unos senos de la niebla que envuelve la orfandad de
Y luces de otros días (las almas
y la mística rosa de la carne
que juegan músicos gratuitos
palpita entre las llamas ERNESTO LÓPEZ FARRA.
junto al tren de las doce de la hornilla
Fuegos fatuos de amores! de sv c.'ino
y profano anhelo de eternidad VLTRA no tiene director. Se rige por
Yo salgo a la ventana esperando a algún HUMBERTO RIVAS. un comité directivo anónimo.
(pájaro
que me traiga en el pico el verano de
(sus manos
KALEIDOSCOPIO
A TRAVÉS D— L-AS . I M U E I V A S REVISXAS EXTRAIMU E H A S
MIS PASOS
tL'Espiit Nouvcau>, perfecta e interesantísi- R'Jeanneret. Estudios musicales de H. Prunle-
Mis pasos se distancian ma Revista intemacumal de Estética, constituye res, H. Collet sobre Erík Satie, y E. L, Fomal-
hacía la ciudad como palabras pronun- el más halagador ejemplo de la imposición triun- geat. Nuevos manifiestos futuristas de Marine"
(ciadas fal que hoy logran los módulos pictóricos, lite- ttí. La nueva poesía alemana y el expresionismo
rarios y musicales del Arte Nuevo, en sus fron- por Ivan Ooll y Raymond Lenolr. Y éntrelas
dosas ramificaciones inlermundiiiles. Paul Der- «rubriques» novísimas, instauradas por «L'Es-
¿Quién ha llamado familiar prit Nouveau» que explorará todos los sectores
mée uno de los mas agudos espíritus líricos y
al paisaje sin habla? teorizantes de hoy, pleno de optiuiismo y de un estéticos de la vida moderna: el cinematógrafo
fecundo ímpeiu accional, actúa de turibulario por B, Tokine y Louis Delluc, de los nuevos li-
Soy el acorde extraviado que se ha oído máximo, anunciando nuestra entrada en una bros por Céline Arnauld, el teatro porLemalre,
y en vano busca en el aire su nido época grandiosa, y coordinando los esfuerzas las revistas por F. Divoire y otros interesantísi-
constructores de una valiosa y juvenil pléyade mos originales que armonizan «1 conjunto gran-
Pero entre las ramas clamatorías vanguardista, dotada de un admirable sentido dioso de «L'Esprit Nouveau».
crítico que ilumina las páginas de su incompa- Nicolás Beauduin el cosmsgoníco poeta que
el día resbala como una caricia
rable Revista. A deitacar en ci conjunto selecto ya en 1913 laníára su primer grito futurista, en
de los primeros sumarios: Luminosos estudios poemas exaltadores del vértigo vlbracionista y
Y yo ando sobre la pintura de Cézanne, Seurat, Picasso, de los aspectos maquinfsticos, ha evoluciouado
ando Oreco, La fresna^e y la estatuaria de Llpchitz, actualmente, y tras la experiencia demoledora
ante e; paisaje porBisslere, Salm m, Gocteau, etc., ornados de de cinco años en las trincheras, hacia un idea-
enfermo de los días de mi vida! numerosas reproducciones y tricromías. Teori- lismo remansado d« modernísima estructura.
zaciones eslóticas de Paul ücrmée y Ozenfant Til transición se advierte en sus poemas «F«n-
J. RIVAS PANEDAS.
VL TRA

taiíle d'Asie» y «1914-1919> que acaba de pu- timos números 6, 8 y 9 al Salón de Otoño, a Danzí, Schneeberger de las nuevas díreccione
blicar en su gran revista trimestral «¿a Vce des Cézanne y al Saión de indt pendientes, respec- pictóricas y G. Khan, Saint-Pol Roux, Tr. Kling-
LettreS' recientemente reanudada De orienta- tivamente, insertando iníftiesantísimas repro- sor, Vildrac Paul Fort y Han Ryner que mezclan
ción francamente vanguardista, aunque sin es- ducciones de Derain, MatiSj.., Friese, Moreau, sus poemas con amenos comentarios a las ac-
tar unil.teralmente afiliada, sus sumarios reve- H Rousseau, etc. acompañauas de esludios tualidades estéticas.-Q. de T.
lan un cqu iibrio de selección ecléctica. En los críticos por Gasquet, ¡H. Sschvvob, A, Salmón,
vulúments segundo y tercero de U nueva serie W. Qeorge, Dealunay, Eiie Faure, Denis, etcé-
leemos, a más de los indicados poemas de Beau- tera etc., firmas que con iras igualmente pr«s-
duin, utios de Canudo, Soupauit, Ary, Justman
Iván Ooli, Jean Pauihan, etc. Diversos artículos
iigiosas forman *1 cuadro de sus colaboradores
habituales.
PRIMAVERA
de Wiiliain Spetii, M. de Fararaond, G. Polti, Jean Cocteau cacarea enfático y desafiador en
A. Mercerau, P. A. Birut, etc. Y en 1Í> parte cri- su pintoresca hoja volante Le Coq. Rodeado de La tiltima nieve sobre tus hombros
tica bien nutrida y selecta, luminosos estudios los six músicos audaces lanza cohetes, incen-
de Aluert Gieizes, Jean Cassou sobre «Cubismo ¡oh amada vestida de claro!
diorios y muecas ingeniosas. Rayrnond Radi-
y poesía>, Waldemar Ceoige sobre «Cubismo y guet, otro poeta sumamente joven, llena tam-
sensibilidad», Q. Sauvebois sobre teinai inte- bién de alocuciones subversivas los huecos teó- El tiltimo arco—iris
lectuales, y ü . Turpin y A Sciineeberger sobre ricos, marginados de leyendas y apotegmas sin- hecho abanico entre tus manos
novedades pictóricas. Composii-iones y retratos téticas en líneas traversales de gran expresivis-
grabados en madera por Üleízcs, Ch, Orlof y mo tipográfico.
Qaliien decoran las nobles páginas de «La Vie Los últimos extraordinarios del ameno y vi- Mira:
des Lettres». Agradezcamos finalmente la alu- vaz «Crapou¡llot> parisino, aparecen dedicados
sión encomiástica y enumeración detenida que al Salón de Independientes y al Cinema con su- El hombre que mueve el manubrio
N, Beauduin hace de nuestras figuras y publica- gestivas colaboraciones de Qalticr-ijoisstére,
ciones uttraistas, en su parunámica sección in- Varagnac, Arnou», Marx, Lemoine, etc etc. enseña a cantar a los pájaros nuevos
ternacional de «L'Esthétique vivante». En La Revue de I'Epoque qüt dirige acertada-
En los últimos números publicados de i - mente Marcellü Fabri prevalece un juvenil es- La primavera es el poema
/Imour de/'y4/í», titulo que, como dice su di- píritu serenamente crítico, visible en sus más
rector Luis Vauxcelles, más que una directriz es
De nuestro hermano el jardinero
preclaros colaboradores: Canudo que defienáe
ya un ideal, un programa -ha dedicado sus úl- el Cinema, Divoirey Voirol que hablan de la JUAN LAS.

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EMPRESA SAGARRA =z==i:n
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V INXeLERANeiñ ' £a obra genial, la creación «uprema de D. SI. Grifíitl)


o mierpreiiiíia gor iiorina ii coosiance laliiiaiige, Oorolliii ilsp, Mt iliars ii oíros ooiloeolos arlisias 9
9 hn 1.1 t.iiip.ia sala del Capitol lugar donde se había reunido lo más selecto de l<j Repiiblica americana,
p.jra preienci.ir ¡a prueba oiiciai de «IntuLrancia», y al finalizar la proyección hubo unos instantes de recogi-
<i miciilü, de cni.jción leligiOia. Poco después estallaba una triple y airouadora salva de aplausos en houor de
9 David W. Ciriffith, el rii.ígo de la cinematografía.
Mr. Wilsun llamó a .-u palco a üriffith para felicitarle:
o
O —iNo he visiu—aijo ei i'ieaiUente de los Estados Unidos—una obra tan magnifica, tan excelsa como la
que acaba de proyt^Ctarse. Dudo mucho que nadie pueda superarle a uated en fuerza creadora, y aiin me
auevo a suponer que no habrá quien le iguale.
O —Señor Prebiiente—contebtó üriífuh—he puesto en «Intolerancia» mi amor a la cinematografia y mis
enlubiasmoi de ¡nuchci años. Yo mismo creo que ao podié hacer nunca una obra de la importancia de esta cinta.
üriffuh situó la acción de su obra genial en cuatros niomenios, que pudieran titularse en esta forma: <La
O destíucióu de babilonia»; «lil drama del Calvario»; La noche de San tíariolomé» y «La intolerancia moderna».
La disirucion de la Ciudad bíblica por las tropas de Ciro da la sensación de la ¡una salvaje con que se
acometían los guerreros salvajes de aquellos tiempos.
Viene después la época del Redentor, con sus bellas paráboias puestas en acción y la tragedia del Monte
Calvario, donde Cristo redimió al mundo.
Los tiempos de los Médicis duiante cuyo reinado ocurrió !a cruel noche do San Bartolomé, en la que
miles de hugonotes perdieron la vida por la vesanía tic un rey, hállaase admirablemente reflejados.
O En la época moderna se desarrolla un drama valiente, audaz, emocionante, con todas las travesuras de
de procedimientos escénicos que llevan el clásico sello amcricanu.
Cuanto se puede decir de grandiosidad, de valentía, de audacia, de arte sublime, de realismo escénico
9
en la época babilónica, son abjeiivos tímidos comparados con la realidad. No se ha visto una cosa igual.
TODOS LOS DÍAS, TARDE Y NOCHE
VLTRA

ios socialistas, las princesas y los barones, son


OTOÑO PU E RTO encantadores.
Todos vosotros sois encantadoret, sois finí-
Despojemos de sus envases Ai Catmen Barradas. simos, espirituales y deliciosos.
los específicos Pero Tristán Izara os dice: él bien querría ha-
para mantener en lo posible cer otra cosa, pero prefiere seguir siendo un
Las embarcaciones flotantes Idiota, nn farsante y un embaucador.
la inquieta ornamentación estival miran el mundo del revés
Tosen las rocas Sed sinceros un momento: lo que acabo de
mientras se fuman sus negros cigarrillos. deciros ¿es encantador o idiota?
en los arambeles de las carreteras
por la fatiga de los caminos largos
Beben las bocas terreas Guirnaldas de puentes metálicos SILOGISMO COLONIAL
los incipientes fríos subdiale» Arboleda acuática
en los desnudos abandonados Nadie puede escapar a la suerte
buscando una embriaguez cataléptica Pirámides de frutos del sur Nadie puede escapar a DADA
de bostezos extáticos Banderines de rail colores. Sólo Dada puede haceros escapar de la suerte.
Quebradas las copas últimas Me debéis ptas 194,50,
engendran su ancíias doloridas
a ilor de piel Los marineros subidos en las antenas TRISTÁN TZARA.
Los mont> s caminan mondan radiogramas y mandarinas.
(Tradución de i. Rivas Panedas.)
apoyados en sus báculos temblorosos
entre monótonos quejidos El barco que entra, canta
e informándose mutuamente con voz de barítono,
acerca de su salud A P A R I C I Ó N (1)
¿Dónde están los doctores?
El cocinero baldea la cubierta La luna se afligía. Serafines llorando
Envueltos en estornudos
con la adormidera de su acordeón. en la calma de flores vaporosas, soflando
se apresuran azorados
a asimilarse todas las terapéuticas con el arco en los dedos, sacaban de sus violas
de los llaiitüs entrecortados La tarde, equilibrista japones i, sollozos que zozaban lo azul de las corolas
y miden con sus suspiros, ha cerrado su sombrilla de colores. —De tu beso primero era el bendito día,
las distancias vitales Gustosa en torturarme mi vaga fantasía
que se enrollan en los h ,spitales se embriagaba discretas con el perfume triste
Y el portuguesito arrodillado, que aún sin pesar ni dejo, tras cogerle, subsiste
Bajo el «Despáchese» en abreviatura se arranca de la garganta
recetan las fórmulas en aquel corazón que un Ensueño ha cogido
los plumones de un fado. con la mirada fija en el envejecida
«para tomar a cucharadas»
y los jocosos boticarios ISAAC DIL VANDO-VILLAR. pavimento iba; entonces en tus rayos luciendo
regalan sus muecas agudas el sol de aquella turde, apareciste siendo
a los sanos en peligro en la calle. Creí ver el sombrero rlmbado
desde los escenarios de sus mostradores del hada de mis sueflos de niflo muy mimado
(De nuestros colaboradores extranjeros,) cuando dejaban caer sus manos mal cerradas
nieve de blancos ramos de estrellas perfumadas.

NO ESCUPÁIS EN EL SUELO Qua me he tiecho encaniador, EsÉFANO MALLARME.

simpático y delicioso (Traducción de Mauricio Bacarisse.)

Desde ahora Me duermo muy tarde, me suicido en un 65


los que anden más despacio por 100. Tengo la vida muy barata, no es para EISTU ARI O
llegarán antes mi sino un 30 por 100 de la vida. Mi vida tiene
Y hasta nuevo aviso un 30 por 100 de la vida. Le faltan brazos, bra- Sobre los glaciares senecios
ciérranse las velaciones mantes y algunos botones. En un í por 100 es- y las cresterías cárdenas
en los palacios de columnas encendidas tán destinados a un estado de estupor semi-lú-
¿No veis cómo lloran los árboles cido, acompañado de crepitamientos de idiotis- cantan descensionalmente
Lloran para reir mo. Estos 5 por 100 se llaman Dada. las espumas embriagadas
porque son guerreros Estaba, hece algunos días, en una reunión de una sinfonía frígida y arácnida
como botellas de licores imbéciles. Había mucha gente. Todo el mundo
postradas en sus lechos y febriles era encantador. Tristán Izara, un personajillo Circuitos de gaviotas
ofreciéndonos besos putativos insignificante e idiota, daba una conferencia so- diademan los mares sonámbulos
Esta cadena de sepelios bre el arte de hacerse encantador. El era, por
se romperá algún día otra parte, encantador. Iodo el mundo es en- Sobre la nieve lumínica
y todos los perennes cantodor. Y espiritual. Es delicioso ¿no es ver- féminas de jersey reman con los skis
bailaremos la rumba de alegría. dad? Todo el mundo, por otra parte, es delicio- trenzando las corrientes imantadas
su. Nueve grados sobre cero. Es encantador
CESAR A. COMET. ¿no es verdad? No, no es encantador. Dios no Balidos eróticos
está en las alturas No está siquiera en el Bo- naufragan en el estatuario del silencio
tín (1). Pero es sin embargo encantador.
Los embajadores, los poetas, los condes, los De mis ojos a tus senos
príncipes, los músicos, los periodistas, los acto- nieva el arco-iris lácteo
res, los literatos, los directores, las costureras.
ORO DEL RHIN Y en la noche oceánica
yo extraigo mi áncora
de un segmento lunar
(1) Estadista francés, autor dtl Almanaque
de comercio de París, sus departamentos y prin- GUILLERMO DE TORRE'
CERUECERri) CAFIY RESTAURAIIT pales eiudades del mundo, y cuyo nombre se
hizo común para designar dicha publicación,
llamada también «de las quinientas mil direc-
PlazadeSantaHna.lO cloaes.»
(1) De las obras completas de Verlaine, pro
zimas a publicarse.
«:>wiB:

Rafael Caro Raggio\lsditonial


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