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WE ARE WHAT WE ARE (Español)

by Triku_

Clarke había perdido a Lexa, era irónico después de que por fin reconociese sus sentimientos hacia
ella, irónico que pasara en el mismo día en el que sus almas por fin se unieron.

¿Pero que pasaría si por una extraña razón sus almas se volvieran a unir?

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Capítulo I

Abrió la puerta del Arca, era un día bastante soleado, casi la luz del sol le cegaba por completo, el
buen tiempo se resistía a irse, cuando por fin sus ojos se adaptaron a la luz de fuera pudo verla, ahí
estaba Clarke, su hija, ayudando a cargar uno de los coches que se dedicaban a buscar provisiones.
Una vez más, la mirada de su hija era distante, fría, como sin vida, a Abby se le hacía imposible seguir
viendo así a su hija, viendo como después de todo lo de Lexa su hija había cambiado. No hacía falta
que Clarke le contase nada sobre sus sentimientos sobre Lexa, Abby era su madre, y sabía
perfectamente lo que pensaba y sentía su hija con tan sólo mirar sus ojos. Sabía el por qué Clarke
había decidido quedarse en Polis junto a Lexa, sabía que no era un simple "control" hacia la
comandante, para que esta cumpliese su parte del trato de proteger a los Skaikru, sabía que su
mirada escondía algo más, era una mirada diferente a la que conocía aquella que se encontró la
mañana que Clarke volvió a Arkadia desde Polis, pero más diferente era cuando volvió de la ciudad
de luz.
Desde que Pike no ocupaba el puesto de canciller, Marcus y Abby compartían la toma de decisiones,
el pueblo los eligió una vez que por fin se dieron cuenta de que esa no era la forma de hacer las
cosas. La gente del cielo había llegado a una tierra que no les pertenecía y pretendían hacerse con el
control, ¿Qué clase de locura era esa?

Por fin los demás clanes reconocieron la posición

de los Skaikru, bueno más bien conocieron el poder de Wanheda....

En Arkadia las cosas estaban en calma, el campamento estaba perfectamente organizado; Bellamy y
Lincoln se encargaban de entrenar a los jóvenes y no tan jóvenes, Octavia por su parte se encargaba
de organizar los equipos de búsqueda de provisiones, junto a ella no podían faltar Jasper y Monty, se
habían convertido en unos auténticos rastreadores. En cuanto a Raven, se encargaba de organizar
planos y mapas en el Arca de aquellas zonas que ya habían rastreado, intentaba realizar un gran
puzzle de todas las zonas que conocían de aquella tierra, de la cual ahora formaban parte.

Eran las doce de la mañana cuando se reunieron en el gran salón de Arkadia para tratar los puntos
de la semana, como cada viernes, Marcus, Abby, Raven, Clarke y Octavia se ponían al día y exponían
las necesidades más importantes a tratar.

-Marcus: Bueno, como cada viernes nos encontramos aquí para tratar aquello que veamos
conveniente, ¿alguna pregunta, sugerencia, duda?

-Octavia: En cuanto a la búsqueda de alimentos me gustaría reclutar a un par de compañeros más,


las incursiones cada vez son más lejos y largas, y necesitamos todo el apoyo posible.
-Marcus: Esta bien. Vamos a proponer la idea al resto del pueblo, y si hay algún voluntario no hay
problema en que se una a tus filas.

-Marcus: ¿Raven? Algo que destacar?

-Raven: Nada jefe. Todo controlado. Los mapas y planos están avanzando, y en cuanto a la mecánica
de los coches y Arca todo va estupendo.

-Marcus: Perfecto. Clarke, ¿algo que añadir?

Fue una pregunta

tonta y absurda, sabían que aunque Clarke los acompañaba a todas las reuniones, su mente siempre
se encontraba en otro sitio, nunca había hecho ninguna pregunta, ni había dado ningún tipo de idea,
ninguna aportación. Y eso fue lo que encontró las palabras de Marcus, silencio.
-Abby: Bueno...yo si tengo algo que añadir.

Últimamente los recursos en la enfermería empiezan a escasear, las vendas, gasas, medicinas,
suero...Necesitamos encontrar algún sitio de abastecimiento, algo que sobreviviera al desastre
causado por Alie.

-Raven: No hay nada por el estilo cerca Abby, me temo que estamos en un laberinto en ese tema....

Y para sorpresa de todos, la voz de Clarke apareció en la sala.

-Clarke: Conozco un sitio.

-Raven: ¿Dónde?

-Clarke: Esta algo lejos, el equipo necesitará ir en coche.


-Abby: ¿Un hospital?

-Clarke: Algo parecido. Una especie de base militar subterránea, o eso creo, sólo vi la puerta de
entrada. En realidad, es una mala idea, no sé ni que hay dentro....

-Marcus: Por remota que sea la posibilidad, tenemos que intentarlo.

Raven prepara los mapas. Octavia organiza a los equipos. Abby realiza una lista con todo lo que más
se necesite. El lunes por la mañana partirá el equipo de rastreo.

Cuando salió de la reunión Clarke se encontraba algo abrumada, sabía que tenía que ir con el equipo
de rastreo, era ella la que conocía el punto exacto del recinto, pero es que desde lo de Lexa....Desde

lo de Lexa ella no había salido más allá de los límites de Arkadia. Tendría todo el fin de semana para
pensárselo....

Lunes por la mañana.


Clarke se despertó temprano, como de costumbre, hacía mucho tiempo que no descansaba bien,
que no conseguía dejar su mente en blanco por las noches, o más bien durante todo el día. Pero las
noches, las noches eran lo peor, sentía un vacio que jamás pensaría que pudiese sentir.

Al salir de la estación, contempló que era uno de esos días soleados, de nuevo. Al mirar a su
alrededor pudo observar que casi todo el campamento se encontraba en movimiento, Marcus y
Abby estaban organizando los equipos personales de los equipos de rastreo que saldrían en un rato.
Octavia estaba contando a su gente y organizando los coches, Raven por su parte se encontraba
sumergida entre mapas y papeleos.

-Octavia: Vaya, mira quién ha venido a despedirse, si es la mismísima Wanheda.

Y las palabras de contestación de Clarke resonaron en los oídos de aquellos que se encontraban
presentes.

-Clarke: No vengo a despedirme. Voy con vosotros.

-Abby: Clarke, cielo. ¿Estás segura? No tienes porque hacerlo...

-Clarke: Si mama. Tengo que ir, conozco el sitio, y quizás mi mente necesite una aventura.
-Octavia: Esta bien. Vendrás en mi grupo.

Después de preparar los coches y equipos, las puertas de Arkadia se abrieron.

-Marcus: Estará bien, no te preocupes.

-Abby: Eso espero.

Octavia había preparado dos coches, en uno estaban Miller y su chico, y dos jóvenes más de Arkadia,
expertos ya en las salidas que programaba Octavia. En el coche principal, el de Octavia, viajaban ella,
Clarke, Monty y Jasper.

Llevaban un rato en el coche, Jasper y Monty contaban historias y hazañas suyas bastante cómicas,
mientras que Octavia y Clarke ocasionalmente se miraban y reían sobre aquello que los otros dos
chicos contaban. Parecía como si el estar fuera de Arkadia y rodeada de conversaciones le estuviera
funcionado a Clarke para despejar su mente sobre el tema que le había estado persiguiendo desde
hace tanto tiempo... Pero se hizo el silencio, carteles de "Polis" se dejaban ver a través de los
cristales del coche...

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Capítulo II

Capítulo II

FLASHBACK

Tras la muerte de Lexa y el ascenso de Ontari como nueva comandante, las cosas comenzaron a
cambiar. Aunque en un principio Ontari había respetado la alianza de clanes que Lexa había creado
(le convenía pasar un tiempo de tranquilidad hasta que se adaptase a Polis y a su nueva vida), esto
pronto empezó a romperse. La agresividad y sed de sangre de Ontari se dejaba ver con cada decisión
que esta tomaba.

Y aunque "La sangre pide sangre" siempre había sido el lema de los grounders, hasta ellos mismos
veían que las medidas de la nueva comandante eran desorbitadas. Las penas de muerte eran casi a
diario, castigos corporales, torturados, sangre, sangre y más sangre. Por alguna extraña razón los
líderes de los 12 clanes empezaban a echar de menos las medidas de Lexa. Estaban cansados de
luchas, de perder gente, de vivir en continuo peligro.

Clarke como embajadora de los Skaikru fue reclamada a una reunión de la alianza.

Nada más llegar allí se encontró con Indra, ésta la advirtió de que la situación en Polis estaba algo
tensa, que incluso sería mejor que se marchase de nuevo a Arkadia, aunque hasta Indra sabía que
Clarke no haría algo así.

-Clarke: ¿Qué ocurre Indra? ¿Qué es lo que está pasando?

-Indra: Es complicado. Aquí no podemos hablar con seguridad. Acompáñame.

Marcharon hacia una zona alejada de la plaza central de Polis, era una pequeña casa en ruinas,
apenas había muebles, y la luz del sol no se dejaba ver por aquellas paredes.

-Clarke: ¿Me vas a contar ya

lo que pasa?

-Indra: Están preparando derrotar a Ontari. Quieren acabar con ella.

-Clarke: ¿Quiénes?

-Indra: Todos. Los dirigentes de los clanes no están nada contentos con sus decisiones.

-Clarke: ¿Y pretendes que me marché? ¿Cómo quedaría Arkadia ante el resto de clanes?
No. Tengo que quedarme. Si Ontari cae y con ella la alianza, o más bien lo que queda de lo que creo
Lexa, tengo que estar junto al resto de clanes. Tienen que ver que somos uno más de ellos.

Indra sabía que Clarke tenía razón. Era el momento para que lo Skaikru se unieran por completo al
resto de clanes.

-Indra: Esta bien. Pero prométeme que tendrás cuidado.

-Clarke: Tranquila. Estaré bien.

Y antes de marchase de esa casa en ruinas, Indra le ofreció algo, era ¿un pañuelo? ¿un trapo sucio y
viejo?, ¿para qué querría eso?.

-Indra: A ella le hubiese gustado que tú lo tuvieses.

Clarke se dio cuenta al coger el pañuelo que había algo más. Abrió el pañuelo y lo vio, era el cuchillo,
el cuchillo de Lexa, lo reconocería entre miles. El cuchillo que Lexa portaba cuando se vieron por
primera vez.

Comenzaba a anochecer, los embajadores de los clanes se encontraban en sus respectivos asientos,
incluida Clarke, esperando la llegada de la comandante, ni sabían por qué ésta había reclamado la
presencia de todos ellos.

Se abrieron las puertas y Ontari empezó a avanzar en el pasillo hasta el asiento de la comandante,
de pie frente a los embajadores, ni si quiera se sentó, Clarke lo agradecía ya que no soportaba la idea
de ver a Ontari sentada en el sitio de Lexa. No había

asumido aún la idea, ni quería asumirlo.

-Ontari: Bienvenidos embajadores de los 13 clanes. Voy a ser rápida y concisa.


La unión de clanes queda rota en este momento. Los 12 clanes le deberéis vasallaje absoluto a la
nación del hielo, todo aquel que se oponga conocerá la verdadera muerte.

El silencio se hizo en la sala, todos se miraban atónitos, no comprendían esta decisión, aunque de
cierta forma todos pensaban que ese momento llegaría.

Ontari empezó a avanzar hacia la puerta, la cara de los embajadores era un auténtico poema,
reflejaban dudas, indecisiones, estaban perplejos, parece que con la caída de Lexa y la llegada de
Ontari habían comprendido que la mejor forma de vivir en esa tierra era la unión de clanes, y ahora
todo eso acababa.

Cuando Ontari iba a pasar por el lado de Clarke, lo vio claro, tenía que acabar con esto. Tenía que
mantener la alianza de Lexa viva, tenía que mantener su legado. Así que sin apenas pensarlo, cuando
Ontari estuvo a su altura, Clarke agarró el cuchillo de Lexa y se lanzó sobre ella, le propició un corte
cerca del cuello, en ese momento se quedó perpleja, no sabía por qué había reaccionado así, había
sido una completa locura, estaba perdida, su pueblo estaba perdido, le acaba de declarar la guerra a
la comandante y por consiguiente a la nación del hielo. Pero antes de que pudiese llegar a la
realidad, vio como un embajador se aproximaba hacia ella, pensaba que éste le haría daño ya que
portaba otro cuchillo en la mano, pero para su sorpresa, el ataque no iba destinado a ella, iba
destinado a Ontari, y así un embajador

tras otro le propiciaron la verdadera muerta a la comandante.

Tras todo el revuelo que se formó tras el ataque y muerte de Ontari, Titus habló:

-Titus: La comandante ha muerto.

Debemos empezar el cónclave para elegir nuevo comandante.

Clarke sabía que Titus no haría nada en contra de ella, le prometió a Lexa en el lecho de su muerte
que jamás le volvería a hacer daño. Además, si la condenaba a ella, tendría que condenar al resto de
embajadores...
Tras las palabras de Titus, Clarke se adelantó:

-Clarke: Propongo algo diferente.

Se dirigió hacia el resto de embajadores.

¿Y si acabamos con la elección de comandantes?

Todas la miraban extrañados, Titus como el que más.

Clarke proseguía con sus palabras; No tenemos porque aceptar ordenes de ningún comandante,
nuestra forma de vida ha cambiado, nuestra toma de decisiones pueden ser llevadas de otra forma.

-Titus: Wanheda, ¿Qué propones? Habla claro.

-Clarke: ¿Y si nos gobernamos entre todos?

Una verdadera unión de clanes.

Donde todos decidimos, donde ninguno mande sobre otro.

El resto de embajadores se miraban entre ellos, no sabían que decir ni cómo actuar al respecto.

-Titus: ¿Consideráis apropiada la propuesta de Wanheda?

Marchad a vuestros clanes e informad a vuestros líderes, traed una respuesta en dos días.
Titus y Clarke se miraron y asintieron. Aunque Titus había sido el mentor de los anteriores
comandantes, comprendía que las cosas habían cambiado, y aceptaba la propuesta de Clarke, veía
una decisión sabia como las que tomaba

Lexa y el no había sido capaz de ver en su momento.

FIN DEL FLASHBACK

-Octavia: Me parece increíble que los líderes de los clanes aceptaran tu propuesta.

-Clarke: Al fin y al cabo, ellos también buscaban paz.

-Jasper: Oye Clarke, ¿falta mucho? Necesito estirar las piernas ya.

-Clarke: La verdad es que aún queda bastante, podríamos parar un rato, que Jasper estire las piernas
y comer algo.

Octavia asintió con la cabeza y comenzó a bajar la velocidad del coche.

Pararon en un lugar precioso, junto a un riachuelo, cerca de una extensa llanura, el sol estaba en su
posición más alta, incluso podían sentir como les calentaba la piel tras la ropa.

Todos se sentaron casi formando un círculo, empezaron a abrir sus mochilas y a sacar las
provisiones, la mayoría de ellos no tenía hambre aún, sólo bebieron algo de agua.

En cambio Monty y Jasper si, ellos siempre estaban hambrientos. Y con comida en la boca seguían
contando sus aventuras en el Arca, como se colaban por las instalaciones, como despistaban a los
guardias, se conocían aquel sitio de memoria, era increíble, era como si esos dos jóvenes estuvieran
trasladando al resto a cuando estaban viviendo en el cielo.
Clarke se levantó y se alejó un poco del grupo, se acercó más al rio, y se sentó en una piedra,
observaba el agua, como corría despacio y como se alejaba de allí.

-Octavia: ¿Estás bien? Apenas articulas palabra....

-Clarke: Si. Estoy bien. No te preocupes.

-Octavia: Claro que me preocupo Clarke, eres... eres tú. Eres como mi hermana.

-Clarke: Tranquila enserio. No tienes de qué preocuparte.

-Octavia: Espero que algún día me cuentes lo que pasó en la ciudad de la luz.

Sabes que estoy aquí para escucharte y apoyarte.

Necesitas sacar todo eso que llevas dentro.

Y sin que la morena se lo esperase, la rubia comenzó a hablar...

Clarke: La vi.

Octavia: ¿Qué? ¿A quién?

Clarke: Lexa.

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Capítulo III

FLASHBACK

Desde su vuelta de Polis, estaba claro que Clarke no había sido la misma, era más bien un fantasma
de lo que era, y nadie podía entender muy bien el por qué.

Además cuando la gente le preguntaba sobre algo relacionado a Polis o la antigua comandante, la
joven sólo se dedicaba a mantenerse callada. Estaba claro que no quería hablar del tema, así que la
gente directamente había estado pasando de tratar el tema con ella.

Pero había alguien que la había estado observando, alguien que de cierta forma había compartido el
momento de la pérdida de Lexa, parecía irónico, cómo alguien que apenas conocía a la comandante
había presenciado ese momento de dolor, ese momento en que Clarke no pudo contener lo que
sentía al ver a Lexa morir.

Y ese era Murphy, el era testigo de lo que ambas sentían la una por la otra, de cómo a Clarke le
arrebataban un pedazo de sí misma, había presenciado ese momento de dolor, de angustia y agonía,
además de todos los momentos que vinieron después. Murphy supuso un apoyo para Clarke en Polis
tras la muerte de Lexa y el posterior regreso de ambos a Arkadia. El la respetaba, mantenía su
espacio, pero estaba ahí siempre que notaba que Clarke necesitaba un apoyo, siempre que Clarke se
apartaba del grupo, o se marchaba a su habitación conteniendo las ganas de llorar, el sólo llegaba y
se sentaba a su lado diciéndole un simple: -estoy aquí Clarke, tranquila.

Murphy en esos intentos de consuelo hacia Clarke siempre le contaba alguna de las hazañas que
había vivido en su tiempo
alejado de ellos, los caminos que había recorrido, la gente que había conocido, las costumbres que
había podido presenciar, y también los líos en los que se había metido hasta el que incluso le hizo
prisionero en Polis.

-Murphy: ¿Sabes? ese Jaha está loco! ¿Cómo alguien como él, que nos gobernada puede creerse lo
de la ciudad de luz? Menuda locura!

-Clarke: ¿Ciudad de luz? ¿Me vas a contar otro cuento de los tuyos verdad?

-Murphy: Sabes que no son cuentos, yo siempre digo la verdad. (Mientras sonreía y observaba como
la rubia le devolvía la sonrisa). -Y mientras te haga sonreír, está bien.

-Clarke: Venga, adelante, si estas deseando, ¿qué es eso de la ciudad de luz?, ¿un clan?

-Murphy: ¿Enserio Clarke? ¿No sabes nada de todo eso?

Clarke lo miró frunciendo un poco el ceño y negando con la cabeza.

-Murphy: Buah! Entonces vas a flipar!

Murphy comenzó a contarle todo lo que sabía relacionado con toda esa trama: la mujer de rojo, el
símbolo sagrado, no hay dolor en la ciudad de luz...

-Clarke: El símbolo sagrado es un infinito... por eso lo reconociste cuando Titus sacó el chip del
cuerpo de Lexa...

-Murphy: Exacto! Fue lo que decían cuando lo veían los terrestres y Titus: "el símbolo sagrado, el
símbolo sagrado, bla bla bla....." (mientras hacía muecas con la cara).

-Clarke: Y esas pastillas que dices...¿Te llevan allí?


-Murphy: Eso parece, a veces me tienta el hecho de tener una ¿sabes?

-Clarke: ¿Tienes una de esas pastillas?

-Murphy: Sí, Jaha me la dio, luego me la quitó Titus para

interrogarme y tal, pero yo se la volví a robar entre todo el jaleo de Lexa y cuando... (Murphy no se
dio cuenta de que no debía haber dicho "el jaleo de Lexa") -Dios...lo siento Clarke, yo...

-Clarke: No pasa nada, no te preocupes....Y la gente va a allí ¿y es feliz?

-Murphy: ¿Feliz? Ese sitio es una mentira. Esa roja destrozó el mundo, ella fue la causante de todo. Y
ahora está reclutando gente, para saber qué cosa.

-Clarke: ¿Cómo reclutando gente?

-Murphy: Joder Clarke, has estado más perdida en tu mundo de lo que pensaba.

Jaha ofrece esas pastillas a la gente con el eslogan de "mundo feliz, no hay dolor en la ciudad de luz,
sin muerte", ¿pero te lo crees? ¿piensas que no hay algo detrás?

-Clarke: Tengo que ir.

-Murphy: ¿Qué? Estás loca.

-Clarke: Tengo que ir a sacar a la gente de esa mentira.


Pero en realidad lo que había marcado la mente de Clarke fue: "no hay dolor en la ciudad de luz".
Necesitaba apartar ese dolor de ella, pensaba que en cualquier momento no podría más.

A Murphy no le hacía mucha gracia que Clarke se dirigiese a ese lugar y Clarke por su parte no sabe
en qué momento aceptó que Murphy le acompañase. Quizás sería que el verdaderamente sabía
dónde quedaba el lugar, además había estado bastante tiempo fuera buscándose la vida, sabía por
dónde moverse y dónde no acercarse.

Entre los dos organizaron un plan: Tenían claro que no irían a pie ya que quedaba algo lejos y en
cuanto la gente de Arkadia descubriera que Clarke no estaba allí saldrían en su búsqueda y los
encontrarían muy rápido, así

que su siguiente objetivo fue un coche.

-Murphy: Estás loca Clarke, no podemos coger un coche de Arkadia, ¿qué pretendes? ¿entrar en el
taller y coger el que más te guste así sin más?

-Clarke: Claro que no. Eso sería un suicidio, nos tendrían que abrir la puerta y dejar que nos
fuéramos. Y sabes que eso no va a ocurrir....

-Murphy: ¿Entonces?

-Clarke: Vamos a coger uno que ya esté fuera, un coche de los del equipo de rastreo.

Sé dónde está el equipo que esta fuera del perímetro de Arkadia ahora mismo. Sólo tenemos que
llegar de noche y cogerlo. Es simple.

-Murphy: Claro. Súper simple. (mientras el joven levantaba una de sus cejas)

-Clarke: Bueno, ¿vas a venir o no?


-Murphy: ¿Estás de coña? Jamás me perdería esto!

El plan salió como ambos lo habían planeado, la verdad se sorprendieron bastante, parece que los
equipos de rastreo no eran muy buenos, o quizás ellos eran demasiado buenos, además que contaba
con Murphy que formaba parte de uno de los equipos de rastreo, así que conocía bien los
movimientos de los demás.

Tras un largo camino.....

-Murphy: Bien. Aquí estamos.

-Clarke: Quiero que te quedes atrás. Tengo que hacer esto yo sola. No puedo permitir perder a nadie
más.

-Murphy: Pero...

-Clarke: No hay peros. Dame la pastilla.

Murphy sabía que no tenía opción alguna, sabía que Clarke era bastante cabezota, así que le dio la
pastilla del símbolo sagrado a Clarke.

-Murphy: Aquí te espero. Vuelve o tendré que entrar y arrastrarte de nuevo a Arkadia yo mismo.

Clarke sólo

asintió con la cabeza.

Cuando empezó a avanzar sentía que su vista se comenzaba a nublar, se sentía un poco mareada, e
incluso su estómago empezaba a darle vueltas. Si era la ciudad de luz donde no había dolor ni
sufrimiento, ¿por qué ella se encontraba de esa forma?
La respuesta era sencilla, Alie sabía que Clarke quería destruirla, así que no dejaría que la pastilla
esta vez funcionase correctamente en ese humano, al contrario quería que sufriese, quería
destruirla.

Las calles eran frías, muy distintas a lo que estaba acostumbrado a ver, no había vegetación, grandes
edificios decoraban las calles, el sitio estaba limpio, muy bien cuidado, las personas vestían tan
diferentes, y se veían tan felices y despreocupadas que asustaba a la joven.

No sabía dónde dirigirse, no sabía dónde podría encontrar a Alie, ni siquiera si llegase el momento,
no sabía cómo destruirla.

Mientras observaba todo aquello novedoso a su vista, cruzó la mirada con una de esas personas, era
un hombre, pero éste tenía la mirada diferente, era una mirada furiosa, que acechaba directamente
a Clarke, la joven se puso algo nerviosa y avanzó algo rápido hacia una plaza, quería desaparecer de
la vista de aquel hombre, pero cuando pensó que se había alejado lo suficiente.... Ahí estaba
mirándola de nuevo, y además traía compañía, iba junto a otro hombre de características parecidas,
y al fondo se podían ver unos cinco o seis más, estaba perdida, no sabía qué hacer, ¿en qué
momento tomó esa "fantástica idea"?. Cuando quiso reaccionar, ya se encontraba en el suelo, uno
de los hombres le había tirado, y entre dos la estaban golpeando, el dolor era fuerte y recordaba:
"no hay dolor en la ciudad de luz" ¿Qué clase de broma era esa Jaha?

De repente, el dolor se fue, no, no se fue. De repente se dio cuenta de que ya no la golpeaban ¿qué
había pasado?, solamente podía escuchar golpes y gente peleando, quizás odiaban a otra persona
más que a ella, quizás tenían un nuevo objetivo, así que como pudo y con bastante miedo, alzó la
vista y la vio, no podía ser cierto, aquello era imposible, ¿ahora su mente jugaba con ella? Estaba
viendo a Lexa luchando contra aquellos hombres que la habían estado atacando. No podía ser ella.
No podía.

Pero recordaba perfectamente los movimientos de Lexa, como usaba la espada, como golpeaba,
cuando luchaba parecía que danzaba, tenía una gran facilidad para moverse, además vestía la ropa
de Lexa, la ropa de comandante, su pelo...todo era ella.
¿Pero cómo era eso posible? ¿Se la estaba imaginando? ¿Era una alucinación?

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Capítulo IV

Cuando la morena terminó se dirigió corriendo hacia Clarke, Clarke no podía creerlo, eso no podía
ser cierto, no estaba ocurriendo, y mientras se negaba aquella visión, la sintió, sintió la voz de Lexa
tan cerca a la vez que notaba como rozaban su cara.

-Lexa: Clarke. Clarke. ¿Estás bien? ¿Estás herida?

-Clarke: Esto no es posible.... ¿Cómo...Qué....? No podía articular palabra.

-Lexa: Venga vamos. Tenemos que movernos.

Lexa agarró a Clarke y la sacó de aquella zona. La estaba agarrando, sentía sus manos, y eso
abrumaba más a la rubia.

La cabeza de Clarke daba vueltas, no entendía nada. Estaba allí con Lexa. Con Lexa.
La había visto morir, la sintió morir, sintió como su voz y su vida se apagaba poco a poco. Y ahora
estaba allí corriendo junto a ella, sentía su mano en la cadera, recordaba su olor, escuchando su voz.

-Lexa: Vamos Clarke, por aquí.

Llegaron a un pequeño callejón, Clarke no podía más estaba exhausta, no estaba acostumbrada a
esta clase de aventuras, y más con la emoción que sentía al encontrarse con Lexa. En cuanto se
pararon, Clarke no tardó en lanzarse sobre la morena, la abrazó con fuerza, olía su cabello, podía
escuchar a Lexa como le decía; tranquila Clarke, está bien. Clarke se separó solo unos centímetros
del cuello de Lexa donde respiraba y controlaba las lágrimas, y de repente ahí estaba de nuevo,
observando esos ojos verdes que le hablaban por sí solos. Y sin pensárselo dos veces, la besó. Besó a
Lexa con tal intensidad que pensaba que el mundo se había parado. No existía

nada más, solo ellas dos.

Cuando ambas se separaron, se observaron, Clarke vio como Lexa le sonreía, le parecía preciosa
cuando lo hacía, guardaba pocas escenas de la sonrisa de Lexa, ya que a ésta siempre le había
costado regalarle alguna.

-Clarke: ¿Qué haces aquí? ¿Cómo es esto posible?

-Lexa: No lo sé. Desperté aquí. No sabía dónde estaba.

Pensaba que esto era una especie de infierno personal.

¿Qué haces tú aquí Clarke? No me digas que has muer....

Los ojos de la morena se llenaron de tristeza y lágrimas que estaban a punto de surgir.

-Clarke: No. Yo sólo me tome la pastilla con el símbolo sagrado.


-Lexa: ¿Y por qué?

-Clarke: Tengo que acabar con este sitio. Alie se está llevando a nuestra gente Lexa.

Necesito encontrar su debilidad, como destruirla. ¿Sabes de algo?

-Lexa: No, lo siento....

-Clarke: Lo encontraremos.

Se adentraron en un edificio pequeño, algo escondido, tenían que pasar desapercibidas.

-Clarke: Aquí estará bien.

-Lexa: ¿Estás herida? ¿Te han hecho daño? Déjame que te vea.

-Clarke: Estoy bien no te preocupes.

Pero Lexa se acerco a ella, eso estremeció a la otra, la observó de cerca, esos ojos verdes que ahora
la miraban la hipnotizaban por completo, limpió algo de sangre que Clarke tenía cerca de una de sus
cejas, le levantó el mentón suavemente para observar mejor su cara, cuando sintió que Lexa rozaba
su piel, sintió un cosquilleo por toda ella.

Lexa miro sus ojos, esos ojos azules que siempre le habían cautivado, y después sus labios, Clarke
sabía perfectamente

lo que venía a continuación y esperó impaciente, Lexa la besó lentamente, como si nunca antes lo
hubiese hecho, quería disfrutar ese momento, quería que Clarke sintiera como la necesitaba. Agarró
con una de sus manos el cuello de la rubia mientras seguía besándola, la respuesta de la otra fue
agarrarla por la cadera acercando más sus cuerpos, Lexa abandonó por un momento los labios de
Clarke, ahora se dirigía al cuello de esta, lo besaba con cuidado, con delicadeza, mientras la otra lo
inclinaba despacio para indicarle a Lexa que podía continuar y facilitarle el recorrido. De repente se
escucharon unas voces en la calle, las dos se quedaron quietas y en silencio intentando descifrar lo
que esas voces decían, parecía que Clarke iba a decir algo, pero Lexa se adelantó acercando uno de
sus dedos a los labios de esta mientras pronunciaba un -sshhh.

Cuando el grupo de fuera parecía que se había esfumado, Lexa se atrevió a empezar a hablar de
nuevo.

-Lexa: ¿Te duele algo?

-Clarke: Te dije que estoy bien.

-Lexa: Esta bien. Y ahora, ¿Qué? ¿Cómo acabamos con Alie?

Lexa miraba a Clarke, sabía que ésta quería decirle algo más, lo sabía con tan solo mirarla, siempre
habían conectado tan bien entre ellas que no eran necesarias las palabras cuando estaban juntas.

-Clarke: Lo siento....

-Lexa: ¿Por qué?

-Clarke: Por no haberte salvado....

-Lexa: Clarke, está bien, tú no tuviste la culpa. Ahora estoy aquí...

-Clarke: Te he echado de menos....

(decía con los ojos llenos de lágrimas)


-Lexa: Yo también te he echado de menos

(mientras acariciaba una de las mejillas de la otra)

Se sentaron en el suelo abrazadas, lo más junto posible la una de la otra, necesitaban descansar un
poco, bueno más bien Clarke necesitaba descansar un poco, Lexa se veía cómo si nada, pero lo
importante es que necesitaban pasar un tiempo abrazadas sin importar lo de fuera.

No sabían cuanto tiempo habían pasado ahí, quietas, abrazadas, sin decir palabra, solamente
escuchando la respiración de la otra, ojala el mundo se parase en ese momento, pero tenían que
buscar cómo acabar con Alie, tenían que volver a anteponer a los suyos frente a ellas mismas.

-Clarke: Alie... Tiene que alimentarse de algún sitio, tiene que tener alguna fuente de donde saque su
poder, su energía....

Miraba a Lexa esperando una respuesta, pero ésta la miraba sin poder darle una respuesta correcta,
para ella toda esa realidad era tan nueva que no comprendía nada.

-Clarke: Tiene que ser algún tipo de lugar concreto, un edificio, algo protegido...

-Lexa: ¿Protegido? ...He observado un edificio del que no para de entrar y salir gente

-Clarke: Su ejército. Vamos. Tenemos que llegar hasta allí.

Con cuidado empezaron a adentrarse de nuevo en las calles de la ciudad de la luz, Clarke estaba más
tranquila que la primera vez que recorrió esas calles, ahora Lexa iba a su lado, sabía que la
protegería.

-Lexa: Ahí está.


Decía Lexa mientras señalaba con cierta cautela un gran edificio, la verdad es que era impresionante,
en cierta forma le recordaba al edificio de Polis, claro que este estaba impecable, cubierto por
completo

de cristales que relucían, donde la luz del sol reflejaba con gran intensidad. Y como bien Lexa le
había dicho, su entrada estaba en continuo movimiento, gente que entraba y salía, sin apenas
expresiones, como si fuesen soldados entrenados para la guerra, como si fuesen máquinas.

-Clarke: Hay que entrar.

-Lexa: ¿Y cómo? Mira qué control tienen, nos van a reconocer al instante.

-Clarke: Tiene que haber otra entrada.

-Lexa: La cual estará igual o más vigilada.

-Clarke: No tiene por qué, ¿acaso esperaría que alguien intentará entrar en un "paraíso" para
destruirlo? Vamos, tiene que haber una entrada secundaria o subterránea.

Ambas marcharon con cuidado, sin dejar que el resto de personas/soldados las viesen, en cuanto
más se acercaban al edificio Clarke pudo visionar una puerta diferente, era toda de hierro, nada que
ver con los grandes ventanales de cristal.

-Clarke: Mira (mientras señalaba con la mirada la puerta de hierro).

Lexa sólo asintió con la cabeza.

Cuando estuvieron frente a la puerta, pudieron comprobar que no parecía tan imposible de abrir, no
había candados, ni ningún dispositivo extraño.

¿Sólo estaba echada con llave?


En lo que pensaba como intentar forzar la puerta escucho un ruido, y al centrar su mirada en la
puerta la vio, vio a Lexa que ya había forzado la puerta y que incluso la había logrado abrir.

-Clarke: Eres impaciente eh.

-Lexa: No se me da bien esperar la verdad. (Mientras le regalaba una sonrisa, esas sonrisas que
Clarke había visto un par de veces solamente, pero que le encantaban).

Una

vez dentro del edificio, lo que vieron les dejo un poco atónitas. No era como lo esperaban, esa
puerta daba a un pasillo sin apenas luz ni que decir decoración, y al fondo, una puerta, con un
símbolo...

-Lexa: Es el símbolo sagrado...

Avanzaron por el pasillo hasta llegar a la puerta que efectivamente dibujaba en su puerta el símbolo
sagrado conocido por los grounders. Lexa abrió la puerta exactamente como había hecho con la
anterior. Al empujar la puerta....

-Lexa: ¿Qué es esto?

-Clarke: Es su fuente de alimentación...

Había un gran ordenador en el centro de la sala, conectado con cientos de cables, las paredes
rellenas de numerosas pantallas, aquello era un verdadero centro de control.

Lexa no podía creer lo que estaban viendo sus ojos, esa tecnología era impresionante para ella.
-Lexa: ¿Y ahora qué?

-Clarke: La desconectamos y fin.

Mientras decían estas palabras se escuchaban voces cada vez más fuertes, iban adentrándose cada
vez más cerca por el gran pasillo.

-Lexa: Hazlo ya.

-Clarke: Pero no sé cómo hacerlo, no tengo ni idea, de estas cosas se encarga Monty...

Las voces se aproximaban a la puerta con el símbolo sagrado....

-Lexa: Vamos Clarke, encuentra la forma.

Lexa miró los ojos de Clarke, sentía que era su última oportunidad para contemplarlos.

Clarke se volvió hacia el ordenador.

-Clarke: A veces hay que tomar decisiones drásticas.

Y mientras decía esas palabras levantaba una parte del ordenador, lo que parecía ser la parte más
importante, y lo lanzó contra el suelo. Mientras Clarke hacía ese movimiento rápido sentía como las
voces que habían avanzado por el pasillo hasta casi llegar a la puerta comenzaban a desaparecer, a
la vez que sentía la voz de Lexa con un tono bajo.

-Lexa: Te quiero Clarke....


Cuando Clarke se giró para responderle, su cuerpo se tensó, su corazón y su pecho comenzaron a
acelerarse, su respiración era agitada, y sus ojos se llenaban de lágrimas que comenzaban a brotar.

No estaba. Lexa no estaba. Clarke no podía entenderlo. Había acabado con la ciudad de luz y
también con Lexa. ¿Lexa formaba parte de ese sitio? ¿Lexa lo sabía? ¿Por qué no se lo había
impedido? Demasiadas preguntas en su cabeza. Sus piernas flaquearon y cayó al suelo de rodillas
mientras sus lágrimas recorrían su rostro. Escuchaba de fondo otra voz conocida...

-Murphy: Clarke! Clarke!! Clarke!!! Vamos!! ¿Qué haces? ¿Lo has conseguido?

Murphy tuvo casi que levantarla del suelo, Clarke apenas podía moverse ni articular palabra, la había
perdido por segunda vez, había perdido a la mujer que amaba por segunda vez.

FIN DEL FLASHBACK

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Capítulo V

-Octavia: ¿Lexa formaba parte de la ciudad de la luz?

-Clarke: Sólo sé que estaba allí.

-Octavia: Quizás fuese producto de tu imaginación, producto de Alie.


-Clarke: No lo sé. Parecía tan real entonces, pero ahora que lo cuento suena como una auténtica
locura...

-Octavia: ¿Una locura? Locura es todo lo que hemos estado viviendo desde que vinimos a la tierra,
¿los animales que vemos?, ¿la gente con sangre negra?, ¿Alie?, ¿la ciudad de luz?...

-Miller: Eh chicas! Será mejor que sigamos nuestro camino.

A Octavia y Clarke se les había pasado el tiempo muy deprisa, pero no les importaba, Clarke por fin
se había desahogado, por fin alguien había escuchado su historia, por fin alguien podría entender su
dolor.

Se subieron a los respectivos coches y arrancaron. El coche de Octavia de nuevo iba en cabeza
mientras el siguiente les seguía. El paisaje comenzaba a cambiar, la gran llanura donde habían
pasado el rato anterior desaparecía, ahora se dejaba ver un camino más complicado, con piedras de
distintos tamaños, hasta para los coches resultaba difícil pasar por aquella zona. Veían grandes
árboles, matojos, hasta el clima parecía haber cambiado, ese sol que les quemaba la piel hace un
rato había desaparecido por completo, el cielo estaba nublado, el ambiente era húmedo y incluso se
sentía frío.

-Clarke: Estamos cerca. Sigue a la derecha un par de metros más.

-Octavia: Oye Clarke, ¿cómo sabes de este lugar?, ¿cómo sabes del tal hospital militar subterráneo?

-Clarke: Cuando volvía con

Murphy de la ciudad de luz, nuestro camino nos llegó hasta aquí, la noche nos pilló por sorpresa,
empezó a llover, hacía frío...buscábamos un sitio para refugiarnos, y vimos la puerta de acceso...pero
no pudimos entrar, no teníamos las herramientas para intentar forzar la puerta. Así que tuvimos que
pasar la noche dentro del coche, debajo de una gran tormenta.

El coche de Octavia se detuvo, a los pocos segundos lo hizo el otro.


Los jóvenes comenzaron a bajarse de los coches, Clarke iba en cabeza y se dirigía hacia dónde sabía
que encontrarían la puerta, aquella que resultó imposible abrir la otra vez.

-Clarke: Será mejor que tengamos las herramientas a mano, para evitar volver a los coches.

-Octavia: Ya habéis escuchado. Coged todo lo necesario.

-Miller: Hecho.

Pero cuando Clarke llegó a la puerta su cara cambió. No podría creer lo que estaba viendo, tantas
horas de viaje, tanto tiempo perdido para nada.

-Clarke: Está abierta.

-Octavia: ¿Qué?

-Clarke: Alguien se nos ha adelantado.

-Miller: Entonces, ¿qué? ¿volvemos a Arkadia?

-Clarke: Yo voto por entrar, quiero saber que hay dentro. O más bien que había...

-Octavia: Esta bien, entraremos, pero con cuidado, no sabemos si quién entró puede seguir ahí
dentro.

Clarke abrió la puerta del todo, no lograba ver nada, todo era negro, pero aún así la joven avanzó
hacia el interior, los demás le siguieron. El aire era pesado, el olor a zona esterilizada le venía como
un golpe, recordaba ese olor del quirófano en el Arka, del MW...De repente gracias a los demás
chicos
que encendieron las linternas pudo ver algo, efectivamente era un largo pasillo, sin puertas, sin
ventanas.

-Miller: ¿Pero qué es este sitio? ¿Un pasillo en mitad de la nada? ¿Bajo tierra?

-Octavia: Veamos que hay al final.

Cuando llegaron al final del pasillo, observaron que a mano derecha había unas escaleras que
bajaban hacía un piso inferior.

-Jasper: La cosa se pone interesante! Vaamos!

-Monty: Pero cállate! No sabemos si estamos aquí solos.

-Clarke: Silencio. Monty tiene razón, debemos ser cautelosos.

Bajaron las escaleras con extremo cuidado, sin hacer ningún ruido. Realmente había tensión en ese
momento ¿Qué pasaría si de repente saliera un grupo y los atacase?

Ni pensarlo querían....

Cuando llegaron por fin al piso de abajo, se dieron cuenta de que aquella zona era diferente, había
puertas que daban a distintas salas o habitaciones, ventanales que dejaban ver parte de esas salas,
eran como oficinas, e incluso algunas parecían salas de curas o de revisiones.

-Jasper: Vaya, si que se lo montaron bien aquí abajo...


Al fondo del todo, se dejaba ver una doble puerta, de hiero, con una placa que decía: acceso
restringido. Pero no había ningún mecanismo de cerradura, ni candado, ni llave electrónica, nada.
¿Sería sólo para controlar al personal del lugar?

Octavia que ahora iba en cabeza abrió esa puerta doble.

-Octavia: Genial. El viaje ha servido de algo chicos. Sí señor.

-Clarke: Es un quirófano...

-Octavia: Vamos a llevarnos todo lo que podamos, empezad a coger todo y ponedlo encima de la
mesa de operaciones.

Había

de todo y más, gasas, vendas, utensilios para operar, para suturas, suero, desinfectantes, jeringas...

Mientras el más curioso de ellos, Jasper, no pudo evitar echar una ojeada alrededor de ese gran
quirófano, y hubo algo que llamó su atención...Había unas puertas colindantes a ese sitio, pequeños
habitáculos, abrió uno de ellos, ¿lo qué se encontró? Vaya, eso sí que llamó si atención, una camilla
en el centro, pero era diferente, tenía un especie de mecanismo que podría cerrarse por completo,
como si de una caja se tratase, notaba que el sitio era más frío que fuera, montones de cables
rodeaban la estancia, lo que parecía ser una pantalla, pero se encontraba apagada, un par de
jeringas que suministraban algún tipo de medicamento a algo o a alguien se encontraban esparcidas
también por allí.

-Jasper: Chicos....tenéis que ver esto.

El resto de jóvenes no tardó en acercarse, contemplaron la escena boquiabiertos al igual que hace
unos segundos le había sucedido a Jasper.

-Octavia: ¿Qué demonios es este sitio?


Clarke observó más detenidamente, con la poca luz del sitio, nadie se había dado cuenta, pero Clarke
se fijaba siempre en los pequeños detalles, se agachó para observar más de cerca las jeringas que
andaban en el suelo.

-Octavia: Clarke, ¿qué ocurre?

-Clarke: Sangre negra...

Los demás jóvenes no entendían nada, pero Octavia si, ella conocía la cultura de los grounders, sabía
que la sangre negra era propia de los comandantes.

Miraron el resto de habitáculos, todos se encontraban en situaciones parecidas.

-Monty: Creo que hablo

en nombre de todos cuando digo que no entiendo nada.

-Clarke: Aquí no ha entrado nadie...

-Miller: ¿A qué te refieres Clarke?

-Clarke: Han salido.

-Jasper: ¿Me estás diciendo que lo que fuese o quién fuese que estuviera aquí...esta ahora fuera?

-Clarke: Si...

-Octavia: Vale. Suficiente. Tenemos que largarnos de aquí. Ya.


Cogieron todo lo que habían encontrado y salieron de allí lo más rápido posible.

Se subieron a los coches de nuevo y arrancaron, prácticamente se había hecho de noche, en una
tierra que no conocían y que la verdad después de lo que habían encontrado en el hospital militar les
había dejado un mal cuerpo a todos.

-Octavia: Deberíamos parar. El terreno es peligroso, no hay buena visibilidad, además parece que se
aproxima una tormenta...

-Monty: ¿Vamos a pasar la noche en los coches?

-Octavia: Eso parece.

A los chicos no les entusiasmaba la idea de pasar la noche dentro de esos coches y más en aquella
zona, pero tampoco le apasionaba la otra idea de tener un accidente y tener que volver andando a
Arkadia, así que hicieron caso a Octavia y se resignaron.

La noche fue dura, fría, con tormenta como Octavia había dicho hace un momento, ¿en ese sitio
todas las noches eran así?, apenas pudieron dormir, menos Jasper, el siempre tenía esa gran
facilidad para descansar en cualquier sitio, incluso se le escuchaba algún ronquido de vez en cuando
que provocaba las risas al resto.

Con los primeros rayos del sol, se volvieron a poner en movimiento, lo cierto es que el camino
parecía tan diferente

con algo de luz que parecía increíble. Parecía que el camino de vuelta no se hacía tan pesado como
la ida. Ya incluso habían llegado a la llanura donde se pararon la otra vez a comer algo y descansar.
Así que, decidieron realizar la misma operación.

-Jasper: Vaaya, que ganas tenía ya de salir de ese coche. Me duele todo.
-Monty: No seas tan quejica, te has pasado la noche entera durmiendo.

-Octavia: Y parte de la mañana.

Clarke como con anterioridad se aproximó directamente al río. Le parecía increíble esas vistas, esa
paz y armonía, ojala tuviese un papel y lápiz para poder dibujar, ¿Cuánto tiempo hacía que no
dibujaba? Ah sí...lo recordaba perfectamente, fue aquella vez en Polis cuando dibujó a Lexa mientras
descansaba, conservaba ese dibujo como si de una joya se tratase, el problema es que no era capaz
de mirarlo sin que le brotasen algunas lágrimas. Sin darse cuenta se había alejado bastante del resto
de chicos, se encontraba en la zona más baja del río, ni sabía cómo había llegado allí, se había
perdido por completo en sus pensamientos.

-Clarke: Será mejor que vuelva.

No quería preocupar al resto de sus compañeros, pero justo cuando se disponía a avanzar, notó un
fuerte golpe en la cabeza que acabó tirándola al suelo.

-Miller: ¿Y Clarke?

-Octavia: Tranquilos, la vi dirigirse hacia el rio, necesita su espacio también después de todo por lo
que ha pasado.

-Jasper: Pero deberíamos volver ya, antes de que se nos haga de noche de nuevo...

-Octavia: Sí tienes razón, iré a por ella.

A Octavia casi le da un infarto cuando no encontró ni rastro de Clarke.

-Octavia: ¿Dónde demonios te has metido? Nos vas a meter en un buen lio a todos, joder Clarke!
Bajó todo lo rápido el río, y ni rastro, nada. No estaba. Observó el suelo resignada, Clarke los había
abandonado de nuevo...Pero ella ya era una experta en rastrear, y vio algo que no le gustó nada,
marcas en la arena, marcas que no debían estar allí, pero claro, si alguien le había hecho daño a
Clarke, era listo, había borrado cualquier posibilidad de rastreo.

Octavia volvió con el resto de los chicos.

-Octavia: Tenemos un problema, y grande.

-Monty: ¿Qué ocurre?

-Octavia: Es Clarke, creo que la han cogido.

-Jasper: ¿Cómo que la han cogido? ¿Quiénes?

-Octavia: No lo sé. El rastreo es imposible.

-Miller: ¿Y qué hacemos? No podemos dejarla a su suerte...

-Octavia: Lo sé, lo sé. Dejadme pensar. Después de unos minutos la joven comenzó a hablar: -Vale,
yo me quedaré rastreando la zona, el resto volved a Arkadia, traed un equipo mayor de gente, traed
más subsistencias, tiendas de campaña, hay que movilizar y limpiar la zona.

-Jasper: No vamos a dejarte aquí!

-Octavia: Sabéis que me las apaño bien sola, así que largaos y volved lo más rápido posible con
refuerzos.

-Miller: Yo me quedo contigo jefa. Y no hay negociación que valga.


No te dejaré aquí sola.

Octavia sabía que Miller era bastante bueno, era su segundo en comparación a como los grounders
trataban a los suyos.

-Octavia: Esta bien, Miller puedes quedarte. El resto, largaos ya! Rápido!

Los coches arrancaron y comenzaron a alejarse lo más rápido posible. Octavia y Miller se adentraron
hacía la zona donde por última vez habían visto dirigirse a Clarke, iban a peinar toda la zona sin
descanso, no podrían perder a Clarke de nuevo.

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Capítulo VI

Se encontraba tirada en el suelo, sus manos estaban atadas, algo cubría su boca, la habían
amordazado, la cabeza le dolía bastante, y notaba algo frío cerca de la frente, seguramente sería
algo de sangre del golpe que le habían proporcionado.

Miró a su alrededor, era un sitio oscuro, húmedo, parecía una especie de pequeña cueva, donde
apenas entraba la luz del sol, cuando alzó la vista vio a un hombre, un hombre que no reconocía, su
aspecto era grounder, pelo sobre los hombros, de gran corpulencia, parecía bastante fuerte, la
miraba con unos ojos negros penetrantes.

Cuando dicho hombre comenzó a avanzar hacia ella, se puso bastante nerviosa, no sabía que hacia
allí, ni que quería ese hombre de ella ¿por qué la había atacado?

Pudo observar que tenía unas manos grandes en el momento en que se le aproximaba con ellas
hacia su cara, tenía miedo, su respiración empezaba a aumentar de velocidad ¿qué iba a hacerle?,
para sorpresa de Clarke, el hombre sólo le apartó aquello que le impedía articular palabra.

-Tranquila, no voy a hacerte daño. Me llamo Ian.

Pero por favor, no chilles, si no tendré que volver a taparte la boca.

Clarke permanecía callada, observando al hombre, no podía averiguar a qué clan pertenecía, y eso le
confundía aún más, nada le daba una pista.

-Clarke: ¿De qué clan eres?

-Ian: Uhh, vas rápido eh.

¿Cómo te llamas rubia?

Clarke solamente se limitaba a observarle.

-Ian: Vamos, venga, no querrás que te llame rubia...

-Clarke: Me llamo Clarke.


-Ian:

Así que Clarke...¿de qué clan eres?

-Clarke: Yo pregunté eso antes.

Ian hizo una mueca de sonrisa, esa joven al parecer era bastante valiente y atrevida.

-Ian: ¿De qué clan soy? Es complicado....

Parece que Clarke lo empezaba a comprender, posiblemente estaría ante un desterrado, un ladrón,
o un solitario. Estos vivían fuera de los límites del Heda, sin preocuparse de las reglas ni nada.

-Clarke: Soy Skaikru.

-Ian: ¿Qué..?

-Clarke: Mi clan, soy del clan Skaikru.

-Ian: ¿Skaikru...? Creo que me estas vacilando.... ¿Qué pueblo es ese?

Al parecer ese tal Ian sí que vivía fuera de los límites, ni se había enterado de la llegada de la gente
del cielo, ni de la unión como decimotercer clan de la coalición, nada.

¿Cómo era posible? Si aquello fue casi una revolución....

Clarke la miraba extrañada, algo sorprendida.


Clarke: Somos el decimotercer clan. La comandante nos unió a su coalición.

Ian: Decimotercer clan.....Coalición....¿Qué demonios?

Será mejor que dejemos la conversación, no me gusta que me vacilen.

Por ahora no te voy a amordazar, porque el camino es largo, pero si intentas levantar una palabra
más alta que otra, ya sabes lo que te espera. Vamos, levántate.

Salieron de esa pequeña cueva donde habían estado hablando, cuando llegaron a la entrada, Clarke
pudo observar que no reconocía aquel paisaje, ¿Dónde estaba?, aunque quisiera huir no sabría hacia
dónde tirar... Había demasiados arboles, casi cubrían el cielo, era un bosque muy profundo y
cerrado, hacía frío, se escuchaba algo de viento,

pero apenas se sentía debido al gran número de árboles que les rodeaban.

Arkadia

Los dos coches llegaron a Arkadia rapidísimo, abrieron las puertas del lugar y entraron.

Jasper y Monty corrieron buscando a Marcus y Abby para contarle lo que había pasado.

-Marcus: ¿Cómo que Clarke ha desaparecido? Pero, ¿Cómo es posible?

-Jasper: No lo sabemos, de repente no estaba.

-Monty: Octavia y Miller se han quedado en la zona para rastrear algo...Octavia nos mandó aquí para
conseguir más gente en su ayuda.
-Marcus: Dios mío esto es una locura, ¿Cómo le diré a Abby que su hija ha desaparecido?

De repente notaron la presencia de alguien más en la sala.

-Abby: ¿Mi hija...? Ha desaparecido...

Su cara era de una angustia total, sus ojos se encontraban a punto de soltar un mar de lágrimas, y
justo en ese momento Marcus se aproximó a ella.

-Marcus: Tranquila Abby, la encontraremos. Moveremos todo lo que sea necesario, pero la
encontraremos, te lo aseguro.

Parece que esas palabras tranquilizaron algo a la madre de Clarke, sabía que Marcus era un buen
hombre y que cumplía con sus palabras.

-Marcus: Jasper, Monty, preparad equipos, reunid toda la gente que sea posible, provisiones,
material médico, todo. Avisad a Murphy, que prepare su equipo también.

Y preparaos cuanto antes para partir hacia Octavia.

Monty y Jasper asintieron con la cabeza.

-Monty: Hemos traído bastantes cosas del hospital militar, (mirando a Abby), las descargaremos y
nos pondremos de inmediato a reunir a la gente.

-Abby: Que así sea.

Como
bien había dicho Monty, los jóvenes comenzaron a vaciar lo que habían encontrado en su aventura y
las llevaron a la enfermería donde estaba Abby que inspeccionada aquel material, su cara era de
asombro, todo aquello era increíble, tendrían más que suficientes medios para una larga temporada,
incluso ahora que también ayudaban a grounders heridos.

Antes de salir por la puerta de enfermería y volver a los coches para su misión, Jasper y Monty se
volvieron hacia Abby: La encontraremos. Te lo prometemos Abby.

La madre de Clarke sólo les pudo regalar una leve sonrisa.

-Clarke: Estoy cansada, ¿podemos parar?

-Ian: Vaya vaya, menuda guerrera estas hecha eh.

-Clarke: No soy una guerrera como vosotros, mi pueblo no es cómo el resto.

-Ian: Sí claro tu pueblo, los Skeikro.

-Clarke: Skaikru.

Ian se rio de nuevo. Clarke no entendía la burla, ¿qué demonios pasaba con ese tipo?

Nadie podía haber estado tan alejado de la realidad, en todos lados se vio la llegada de la gente del
cielo, por el amor de dios, bajaron del cielo!

-Ian: Anda vamos, estamos ya cerca, descansarás cuando lleguemos.

-Miller: Es imposible rastrear...Quién se la llevó sabía perfectamente lo que hacia...


-Octavia: Joder...

-Miller: ¿Cómo la vamos a encontrar Octavia?

-Octavia: No lo sé, además estamos cerca de los límites.

Aunque ya no había Heda que controlase todo, si no que era un consejo de todos los líderes, los
límites se respetaban, salir de ellos era peligroso, la gente que vivía fuera era diferente al resto, se
buscaban la vida como fuera, eran agresivos,

sanguinarios, más que los propios grounders...Pero respetaban los límites, nadie cruzaba, ni ellos, ni
los grounders, respetaban ese acuerdo.

Ian: Ya estamos aquí. Ahora podrás descansar Skaikru.

Clarke se dio cuenta de que lo decía con un tono burlón.

Con todo ese paisaje tan oscuro apenas adivinaba hacia donde iban, pero finalmente lo vio, había
una puerta, parecida al del hospital militar, entraron, efectivamente era otro especie de búnker,
había algo de luz, pequeñas antorchas se disponían por el pasillo, no daba tanto miedo como en el
que había estado anteriormente, lo que si le daba miedo era el que encontraría allí, o más bien, a
quiénes encontraría....

De repente apareció una mujer, alta, su cuerpo era delgado, pero se le veía fuerte, su cabello tenía
unas cuantas canas, vestida de negro al igual que Ian, su mirada igualmente penetrante la miraba.

-¿Quién es ella? Decía la mujer.

-Ian: La encontré, podría servirnos de ayuda.

-De ayuda ¿para qué?


-Ian: Ya sabes, informarnos de todo lo que ha estado pasando y de cómo están las cosas.

-No sé si a los demás les va a gustar la idea...

-Ian: Les convenceré, no hay problema

-Y bien, ¿de qué clan es?

-Ian: Es complicado....No la entiendo muy bien. Dicen que forma parte del decimotercer clan, que
son los Skaikru, y que forman parte de la coalición...

Y mirando a Clarke la mujer le preguntó con una mirada desconcertante:

-¿La coalición? ¿Quién formó esa coalición? ¿Cuándo?

Clarke no daba crédito, no solamente Ian parecía de otro mundo, esa

mujer también, no podía creer lo apartados que se encontraban de la realidad.

Clarke solamente sonrió en gesto de incredulidad.

La mujer volvió a hablar:

-¿Qué te hace tanta gracia, rubia?

-Clarke: No sé si realmente habéis estado tan alejados del mundo o me estáis vacilando...
La mujer se abalanzo hacía Clarke, asistiéndole un puñetazo.

-Ian: Ey Noa! Vale ya! Esto no es necesario.

-Noa: Se está riendo de nosotros, ¿no lo ves?

-Ian: Oye no sabemos cómo están las cosas, ¿y si es verdad lo que dice?

Noa miraba a la joven Clarke, con una mirada que si fuese posible la fulminaría.

-Noa: ¿Quién es el comandante? ¿Quién manda ahora? ¿De qué clan es?

Mientras miraba a Clarke.

-Clarke: Ya no hay comandante.

-Ian: ¿Qué?

-Clarke: Todos los clanes toman las decisiones juntos, no hay nadie superior al resto.

Ian y Noa se miraban incrédulos.

-Noa: ¿Quién fue el último comandante?

-Clarke: Ontari. De la nación del hielo.

-Ian: ¿Qué ocurrió con ella?


-Clarke: Murió.

-Noa: ¿Quién fue el comandante anterior a la dicha Ontari?

-Clarke: Lexa kom Triku.

Ian y Noa se miraron, asintieron, levantaron a la joven del suelo y la llevaron a una pequeña
habitación, había una camilla, un escritorio, una silla, eso realmente era una sala de reconocimiento
médico.

-Ian: Puedes descansar un rato.

Y mientras se dirigía a la puerta se giró hacia Clarke.

Ian: Por cierto, Clarke, no hagas nada estúpido. Realmente quiero saber de qué trata todo esto, y tú
podrías ayudar.

En cierto modo Clarke también sentía curiosidad. ¿Quiénes eran estas personas? ¿Cómo habían
estado tan apartados de la realidad? Además si intentaba escapar... ¿Hacia dónde iría? Fijo que el
lugar estaba repleto de seguridad, y no podría escapar fácilmente, además que no le gustaba la idea
de ganarse a aquella gente como enemigos.

=================

Capítulo VII
Había pasado bastante rato desde que Ian había dejado a la joven en aquella habitación, Clarke en
cierto modo lo agradecía, agradecía un momento de descanso, había podido descansar las piernas,
no estaba acostumbrada a andar tanto, y más después de que llevase meses sin salir del Arka, se
encontraba intranquila, nerviosa, confusa, de cierta forma quería volver a ver a Ian, parecía un buen
tipo y quería respuestas al igual que ella.

De repente, se escuchaba algo de ruido fuera, unas voces se acercaban a la puerta, ¿vendrían a por
ella? Clarke intentaba tranquilizarse, pero no podía evitar ponerse algo nerviosa, la puerta se abrió.

-Ian: Bueno, vamos a ver de qué va todo esto.

Clarke alzó la vista, y no pudo creer a quién vio detrás de Ian. Su cuerpo se paralizó, su boca empezó
a secarse, su respiración era agitada, parecía que su corazón le iba a salir del pecho, una lágrima
recorría su mejilla, notaba como las manos le empezaban a temblar.

-Ian: Aquí tienes a tu Heda.

Clarke no daba crédito, dios mío, no podía ser cierto, era....era Lexa. ¿Cómo era eso posible? La
había perdido por dos veces, y de nuevo la tenía enfrente. Realmente quería lanzarse hacia Lexa,
quería abrazarla, besarla, sentir su olor, sus brazos rodeándola, pero algo era diferente. La expresión
de Lexa no emitía ninguna emoción parecida a la que Clarke estaba sintiendo, no era la chica que
lloró mientras se besaban el día que se iban a separar, su mirada sólo le trasmitía frialdad, su gesto
era duro, le recordaba

a la primera vez que la vio en su tienda, sentada en el trono, agarrando el cuchillo que ahora ella
misma tenía bajo su propiedad. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Su mente estaba jugando con ella
de nuevo? ¿De qué trataba todo eso?

-Ian: ¿Qué ocurre Clarke? ¿Algo va mal?

A Clarke le costaba articular palabra, pero por fin pudo decir algo.
-Clarke: No...no, no es posible....

Mientras negaba con la cabeza, notaba como sus piernas le fallaban, pero Ian llegó rápido hacia ella
y la pudo sostener, ayudándola a sentarse en una silla.

Clarke notaba la mirada de Lexa, siempre sabía cuando ella la miraba, y aunque ahora parecía que
esa no era su Lexa, seguía sintiendo como sus ojos se clavaban en ella.

-Ian: Clarke, ¿estás bien?

Ian se preocupaba de la joven, no entendía la perplejidad de la situación. Sabía que la chica Skaikru
no era tan fuerte como los grounder, pero también había podido conocerla mejor en su travesía, y
sabía que Clarke era de voluntad fuerte, ¿por qué aquello la estaba atormentando tanto? ¿qué
ocurría?

Clarke se levantó de repente de la silla, se dirigió hacia Lexa, esta retrocedió unos pasos al ver como
la rubia venía hacia ella, pero finalmente se dispuso a encararla, Ian iba a parar a Clarke, pero Lexa
levantó la mano en símbolo de que dejara a la rubia actuar.

Clarke estaba apenas unos centímetros de Lexa, la observaba, no podía apartar su mirada de
aquellos ojos verdes que tanto le habían dicho con anterioridad, pero no encontraba a su Lexa en
ellos, eran distantes, no le decían nada.

Lexa notó como

Clarke agarró su mano, intentó desprenderse de ella, pero una parte de ella misma le dejó hacer.

-Clarke: Estabas....muerta

Lexa frunció el ceño.


-Ian: ¿Qué estás diciendo Clarke?

-Clarke: Lexa murió.

-Lexa: Es imposible, ni caso Ian. Noa tenía razón, esta chica nos está tomando el pelo.

-Ian: Vamos Clarke, ¿es qué no la ves?

Y con lágrimas en sus ojos...

-Clarke: Murió, sé lo qué digo.

-Lexa: Así que morí ¿no? ¿Acaso te das cuenta de la estupidez que estás contando? ¿Es qué estás
loca? ¿No ves que estoy aquí? Mientras la agarraba del brazo.

-Clarke: Tu estómago.

-Lexa: ¿Qué?

-Clarke: Tienes que tener una cicatriz, moriste por un disparo de bala en el estomago.

Lexa miró a Ian con un rostro preocupado.

Clarke se dio cuenta de la situación perfectamente.

-Clarke: La tienes ¿verdad?


Lexa sólo pudo levantar su camiseta, y ahí estaba, la cicatriz que aquella rubia había mencionado.

-Ian: Pudo haberse hecho esa cicatriz de cualquier forma, eso no demuestra nada Clarke.

Ahora era Lexa la abrumada, necesitó sentarse en la camilla, no entendía nada.

Sólo escuchaba a Ian y Clarke de fondo (-no eso es imposible, es que no ves qué está viva?, -Estoy
contando la verdad, ¿qué ganaría mintiendo?, -Puedes saber lo de la cicatriz por cualquier
motivo...es imposible lo que dices Clarke, no tiene lógica!)

-Lexa: ¿Quién me disparó?

Clarke e Ian dejaron de discutir entre ellos cuando escucharon la voz de Lexa de fondo.

-Clarke: Fue un accidente.

-Lexa: ¿Quién fue?

-Clarke:

Titus.

-Lexa: ¿El maestro? ¿Por qué?

-Clarke: Ya he dicho que fue un accidente.

Lexa se levantó de la camilla y salió de la habitación, se tuvo que apoyar en la pared de fuera, no
comprendía nada.
-Ian: Clarke quédate aquí. Tenemos mucho de qué hablar.

Clarke asintió con la cabeza, ahora estaba segura de que no iba a abandonar ese sitio. Quería hablar
con Lexa a solas, no entendía nada de todo aquello, no entendía cómo es que estaba viva, ni como
no la podía recordar.

Habían pasado horas, quizás ya era otro día, Ian la había visitado a traerle algo de comer y de beber
esas horas atrás, también le informó de la situación, de cómo todos andaban perplejos ante las
palabras que Clarke había soltado.

¿Todos? ¿Quiénes eran todos? ¿Cuántos había? ¿Qué hacía Lexa con ellos?

La puerta se abrió de nuevo, Clarke se incorporó rápidamente de la camilla al ver la silueta de Lexa
entrar.

-Lexa: ¿Necesitas algo?

-Clarke: No, estoy...estoy bien, gracias.

Lexa se disponía a marcharse cuando de la boca de Clarke comenzaron a surgir nuevas palabras.

-Clarke: Si que necesito algo.

Lexa se giró de nuevo hacia Clarke y la miró.

-Clarke: Necesito hablar contigo.

-Lexa: Hablaremos más tarde, hay una reunión con el resto.


El resto de equipos había llegado ya a la zona donde Clarke había desaparecido, por suerte habían
traído los mapas y planos de Raven, esto les permitiría hacer un mejor barrido de las zonas, poder
dividirlas y asegurarse un mejor rendimiento.

-Octavia: Está bien, haremos

cuatro grupos, que nadie se separe de su grupo, a cada uno se le asignará una zona, y al final del día
tendremos que volver todos al punto de encuentro. ¿Entendido?

El resto asintió. Se dispusieron en grupos como Octavia había ordenado y comenzaron a dividirse el
terreno.

-Murphy: Yo iré contigo.

Octavia sabía que Murphy y Clarke tenía una muy buena relación, de cierta forma Clarke en esos
meses parecía haber encontrado en Murphy el hermano que nunca tuvo.

-Octavia: Está bien, pero nada de hacerte el héroe, si te pasa algo Clarke me mata.

Ian entraba de nuevo en la habitación donde se encontraba Clarke.

-Ian: Vamos, tenemos reunión.

Clarke se levantó y acompañó a Ian fuera de la habitación, no se había dado cuenta, pero aquel sitio
era enorme, más grande de lo que se imaginaba, avanzaron por un gran pasillo que a su vez daba a
más pasillos, realmente parecía un laberinto subterráneo.

Llegaron hacia una puerta, la cual Ian abrió de inmediato, era una gran sala, con una mesa central,
rodeado de sillas, al menos unas 15, pero solamente ocupaban 4, ¿esos eran todos? ¿sólo cuatro
personas?, sólo reconocía a Lexa y a Noa como era de esperar, no tenía ni idea de quiénes eran el
resto, había una mujer más aparte de Lexa y Noa, era rubia, tanto que su pelo casi era de color plata,
parecía casi de la misma edad que Lexa, otro hombre completaba el grupo, era rudo, fuerte,
moreno, algo más joven que Ian.

-Ian: Bueno a Lexa y Noa ya las conoces. Ella es Kat y el Josh.

Clarke, por favor, siéntate.

-Noa: Así que...Viste a Lexa morir...

-Clarke: Así es.

-Noa: Pero ahora está aquí viva (enfatizó esa última palabra) entre nosotros.

¿Me puedes explicar cómo es eso posible Clarke?

-Clarke: Yo tampoco lo entiendo, estoy tan sorprendida como lo podéis estar vosotros.

Noa la miraba con cierto desprecio, con furia, no le caía nada bien Clarke, pensaba que les estaba
engañando. Ian se dio cuenta de la tensión.

-Ian: Bueno, calma. Será mejor que Clarke nos cuente lo que nos interesa, ¿no?

Clarke miraba a Ian esperando preguntas y preguntas. Pero alguien se le adelantó.

-Josh: Cuéntanos eso de la coalición, de la unión de clanes.

-Kat: El decimotercer clan, ¿de dónde habéis aparecido?


-Josh: ¿Cómo fue posible la unión de los clanes?

-Kat: Ninguno se soportaba entre ellos...¿Cómo fue?

-Josh: ¿Quién lo logró?

-Clarke: Bueno...emmm...

-Ian: Con calma chicos. Dejadle respirar, ¿vale?

A Clarke le caía bien Ian, definitivamente se veía un buen tipo, incluso lo veía protector con ella, le
regaló una leve sonrisa, y a la vez la sentía de nuevo, sentía la mirada de Lexa, de nuevo sobre ella, la
observó por unos segundos, esos ojos verdes no le apartaban la vista, dios mío, estaba a punto de
derrumbarse de nuevo....

-Noa: Nos vas a contar algo, ¿o qué?

-Clarke: Yo...lo siento. Sí claro.

Clarke les contó todo, respondió todas las preguntas que estos le hicieron, acerca de los Skaikru, de
la coalición, del decimo tercer clan, de cómo estaban las cosas en Polis. Todo y más. Aunque había
cosas que no podía responder ya que ella era prácticamente nueva en esas tierras, y algunos de ellos
hacían referencia a tiempos pasados, bastante pasados...
=================

Capítulo VIII

Ahora le tocaba el turno a Clarke, no sabía si estos le responderían, pero tenía que intentarlo...

-Clarke: ¿Quiénes sois? ¿De dónde habéis salido?

Ósea...¿Por qué estáis aquí apartados, escondidos?

-Kat: Es complicado...

-Josh: En cierta forma ni nosotros lo sabemos...

Se hizo el silencio en la mesa, a la espera de que alguien dijese algo más.

-Lexa: Estábamos en un sitio parecido a este. Hacía frio. Había máquinas, cables, todo era confuso,
teníamos agujas en el cuerpo.

Pronto Clarke lo comprendió.

-Clarke: El hospital militar...

-Ian: ¿Qué?
-Clarke: Vosotros, estabais en un hospital subterráneo. Estuve allí con los míos, había sangre negra
en las pequeñas habitaciones, era como Lexa lo estaba describiendo...

Clarke no daba crédito. La confusión en el resto de grupo también se hizo notar, se escuchaba hablar
entre ellos, pero la mente de Clarke no paraba de dar vueltas.

-Lexa: Clarke, Clarke, ¿qué ocurre?

-Clarke: Sangres negras....Sois un grupo reducido....Resguardados...Sois importantes...

-Noa: Esta perdiendo la cabeza....

-Clarke: Claro joder, ¿cómo no me había dado cuenta antes?

Todos la miraban en ese momento, la rubia incluso se había levantado de la silla.

-Clarke: Todos sois comandantes.

-Ian: Sabíamos que Noa lo era, por qué Kat la reconoció como su Heda anterior, y por su parte Noa la
reconoció como una de sus novicios. Con tu llegada descubrimos que Lexa podría ser otra... ¿Pero el
resto también? Suena un poco

a locura Clarke...

-Clarke: Lo sé...
En mitad de la nada....

-Murphy: Llevamos días rastreando la zona, cada día se hace más imposible...

-Octavia: Calla Murphy.

-Murphy: Es cierto O. Yo también quiero encontrarla, pero no hay ni rastro...

Jasper y Monty que también iban en el mismo grupo que ellos asintieron con la cabeza.

-Jasper: ¿y si sólo estamos perdiendo el tiempo?

-Monty: Shhhhh

-Octavia: ¿Enserio? Vaya ánimos tenéis, ella jamás os hubiese dejado tirados!

Vergüenza debería daros...

Y sin más Octavia se adelantó al grupo unos metros siguiendo su labor.


Clarke se encontraba en otra sala del refugio subterráneo, le habían dejado moverse por aquel sitio
sin problema, estaba inmersa en un libro que había encontrado bastante interesante, era de arte,
sus favoritos, de Da Vinci, le hubiese encantado ver alguna obra de ese artista en vivo, no en esas
fotos, era una pena todo lo que la humanidad había perdido....

-Lexa: ¿Te gusta el arte?

A Clarke le pilló de sorpresa esa visita, después de la reunión que habían tenido el día anterior no
había cruzado palabra ni mirada con Lexa. Pero ahí estaba Lexa de nuevo, mirándola, observando lo
que estaba haciendo.

-Clarke: Si, la verdad es que mucho.

-Lexa: ¿Y también dibujas?

Clarke recordó la mirada de Lexa cuando en Polis pilló el dibujo que le había hecho mientras dormía,
y una sonrisa se escapó de sus labios.

-Lexa: ¿He dicho algo gracioso?

-Clarke: No, lo siento, es que he recordado algo...

Sí, me gusta dibujar.

-Lexa: Espero que me enseñes algo...

-Clarke: Claro, tengo unos dibujos en Arkadia.


Los ojos de ambas conectaron, parecía que los ojos de Lexa dejaban traspasar algo más, ¿estaba
ante un resquicio de su Lexa?, no apartaba la mirada, Clarke no sabía si podría seguir aguantándole
la mirada sin lanzarse sobre ella, y de repente, los ojos de Lexa por un segundo bajaron a sus labios
¿era eso posible? ¿Lexa acababa de mirarle los labios?

Su respiración se aceleraba por momentos, deseaba ver el siguiente paso de Lexa, necesitaba el
siguiente paso de Lexa, si Lexa no se lanzaba lo haría ella.

-Ian: Bueno, ¿qué? ¿se lo has contado ya?

Interrumpió Ian en la sala.

¿Enserio? ¿Ahora Ian? Uff, a veces era tan inoportuno....(pensaba Clarke)

Lexa apartó la vista de los labios de Clarke.

-Lexa: Nos vamos Clarke.

-Clarke: ¿Cómo que nos vamos?

-Lexa: Si, nos has servido bien, has resulto nuestras dudas.

Ahora te llevaremos a tu hogar. Es lo justo.

-Clarke: ¿Nos vamos todos?

-Ian: Así es. El resto ha decidido volver a sus clanes, va a ser chocante para la gente, pero....¿qué
hacemos? ¿será gracioso a qué si?
-Clarke: Y vosotros... ¿qué haréis?

-Ian: Yo aún no lo sé....decidiré sobre la marcha.

-Clarke: ¿Y tú Lexa?

-Lexa: Supongo que volveré a Polis.

La mirada de Clarke se llenaba de tristeza, ella quería que Lexa se quedara en Arkadia, pero ni
siquiera Lexa tenía su memoria de vuelta, ¿por qué no recordaba nada? Ojala lo hiciese, fijo que así
Lexa decidiría

quedarse junto a ella.

Los primeros rayos de luz del sol aparecían entre los huecos de los árboles, los pájaros empezaban a
cantar, una leve brisa rozaba su cara, era algo fría, pero soportable.

-Ian: Según nos ha contado Clarke su campamento está a unos días a pie. Así que cuanto antes
salgamos...

-Noa: Antes nos desharemos de ella.

Clarke miró a Noa, y está la respondió la mirada con cierta picardía y una ceja levantada. No
entendía el odio que Noa le tenía, no había hecho nada, no les había atacado, ni había intentado
escapar, es más les había ayudado.

-Lexa: Vamos. Dejaros de piques innecesarios.

De cierta forma el camino a Clarke no se le estaba haciendo nada pesado, no estaba realmente
cansada, contando que iba con guerreros entrenados desde pequeños que podían soportar
cualquier adversidad, les aguantaba bien el ritmo. Quizás era el tener a Lexa de vuelta lo que le
motivaba a avanzar.

-Josh: Debemos buscar un sitio para pasar la noche.

-Ian: Tienes razón, y debemos buscarlo ya antes de que se aproxime más la noche.

Finalmente encontraron lo que parecía ser un refugio abandonado, primero entró Noa con Lexa
mientras los demás esperaban fuera, una vez que examinaron el lugar salieron fuera para invitarlos a
entrar.

-Noa: Despejado. Podéis pasar. Lexa y yo nos vamos a buscaros algo de comida.

¿Por qué se llevaba a Lexa? Deseaba tener otro momento a solas para hablar con ella, necesitaba
buscar otra conexión con ella como la anterior antes de que Ian las interrumpiese.

-Ian: Vamos Clarke, pasemos dentro.

Una vez dentro Clarke no pudo evitar observar a Josh y Kat, se miraban, se acercaban e incluso
bromeaban

-Clarke: Ellos, ¿están....? Ya sabes...

-Ian: ¿Juntos? No lo sé....Pero cada vez se acercan más. Me alegro por ellos la verdad.

-Clarke: Pensaba que para vosotros el amor era debilidad.

-Ian: ¿Aún siguen con esa tontería?


-Clarke: ¿No piensas igual?

-Ian: Claro que no. Menuda estupidez. Y aunque suene cursi decirlo, creo que el amor es capaz de
mover el mundo.

-Clarke: Realmente me caes bien.

-Ian: Gracias, tu también me caes bien, Clarke Skaikru.

Mientras fuera Noa y Lexa andaban por esas tierras en busca de algo que cenar, la noche estaba al
caer, el sol casi no se dejaba ver, los pájaros ya no cantaban, el frío era cortante, además un fuerte
viento empezó a soplar.

-Lexa: Tendremos que conformarnos con lo que ya tenemos...

-Noa: Podemos aprovechar un poco más la luz del sol.

-Lexa: Vamos Noa, no seas cabezona ¿sí?

Noa se resigno y comenzó a volver por donde habían venido, en dirección al pequeño refugio.

-Noa: ¿Por qué la llevas a casa?

-Lexa: ¿Qué?

-Noa: A la rubia, ¿por qué la ayudas?

-Lexa: Se llama Clarke.


-Noa: Como sea...

-Lexa: Siento que tengo algo pendiente con ella... Si pudiese recuperar mi memoria, creo que todo
encajaría...

-Noa: Si todos pudiésemos recuperarla....

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Capítulo IX

Clarke no recordaba en qué momento después de cenar algo había logrado quedarse dormida,
cuando alzó la vista el resto ya estaban despiertos, todos excepto Josh, se ve que le gustaba dormir,
miro por la habitación pero no estaba, Lexa no estaba. De repente Ian la miró y comprendía lo que la
rubia buscaba.

-Ian: Esta fuera.

Clarke salió del lugar y efectivamente encontró a Lexa mirando al horizonte, parecía concentrada,
desconectada del lugar, o eso pensaba ella...

-Lexa: ¿Has dormido bien, Clarke?

-Clarke: Si.
Ni siquiera Lexa había girado la cara, pero sabía que era Clarke la que había salido del refugio, ¿cómo
había hecho eso?

-Clarke: ¿Y tú?

Le decía mientras poco a poco se acercaba a ella.

-Lexa: No puedo quejarme, realmente no sé cómo era mi vida antes en Polis. No sé cómo de
confortable era mi habitación o mi cama, así que... (Mientras le regalaba una leve sonrisa a Clarke?

Y ahí estaba, otro de los puntos de Lexa que lograba debilitar a Clarke, su sonrisa, cuanto la había
echado de menos, así que sin darse cuenta a Clarke se le escapó unas palabras....

-Clarke: Era cómoda

-Lexa: ¿El qué? ¿mi cama?

A Clarke le empezaba a subir un calor directo del pecho hacia la cara, se moría de vergüenza, ¿pero
qué había dicho? ¿por qué dijo eso? Por alguna extraña razón no quería que Lexa se enterase de lo
que ellas habían tenido, no por ahora, no quería hablar de sus sentimientos con ella mientras Lexa
no tuviese de vuelta su memoria, si es que algún día lo conseguía....

-Clarke:

Tu habitación (respondió rápidamente).

-Lexa: Así que estuviste en la habitación de la comandante...

-Clarke: Si. ¿Qué ocurre?


-Lexa: No todo el mundo tiene acceso a esa habitación, el comandante no permite la entrada a
cualquiera....

Clarke sabía que ahora vendría una pregunta, no quería escucharla, no sabría que responder, se
empezó a poner nerviosa y más sintiendo esos ojos verdes clavados en ella.

-Ian: Bueno ¿qué? ¿seguimos?

Dios mío, agradecía tanto la intervención de Ian, había llegado como un milagro a socorrerla, hasta
deseaba lanzarse a abrazarlo.

-Lexa: ¿Estáis ya todos listos?

-Ian: Así es.

Y sin más siguieron su camino, parece que ese día la jornada iba ser bastante tranquila, se alejaban
del clima de bosque, frío y humedad, en cambio se encontraban con ciertos claros, pequeñas
mesetas de vez en cuando, a lo lejos incluso parecía escucharse el agua correr, estaban cerca a un
río, pero no era el río que Clarke conocía, ni donde aunque ella no sabía, sus amigos se encontraban
acampados intentado encontrarla.

-Noa: Descansemos un poco y cojamos agua para seguir el camino.

-Kat: Estupendo! Me voy al agua de cabeza! ¿Quién se apunta?

-Josh: Yo voy!

-Clarke: Yo también me apunto.


Por alguna extraña razón Lexa les seguía también. Nada más llegar a un pequeño estanque formado
por la contención de agua, Kat y Josh se quedaron en ropa interior y se metieron en el agua.

-Kat: Vamos! El agua está estupenda!

Clarke realmente no sabía qué hacer, así que se acercó lentamente al agua,

la tocó con sus manos, realmente la temperatura del agua era genial, se mojó un poco el cuello y la
cara, cuando alzó la vista pudo ver a Lexa ya metida en el agua cerca de los otros dos comandantes
pero mirándola a ella, y ahí estaba de nuevo, esa mirada que la desarmaba por completo.

-Kat: Venga Clarke no te hagas de rogar!

Clarke empezó a quitarse la ropa para quedarse en ropa interior como los demás, pero estaba muy
nerviosa, sentía como la mirada de Lexa no se apartaba, como si ella misma la estuviese desnudando
con la mirada. Finalmente se metió en el agua, y vaya que si Kat tenía razón, el agua estaba increíble,
se sentía genial.

El nerviosismo de Clarke era casi extremo ¿por qué Lexa no dejaba de mirarla? Por dios no podía
más con esa situación. Para intentar disimular hablaba con Kat, de cómo era su clan, su gente, como
había sido su tiempo mientras era comandante, la verdad es que ambas se llevaban muy bien. Y
cuando por fin tuvo el valor de mirar hacia Lexa, esta ya no estaba allí, no sabía en qué momento se
había largado.

-Ian: ¿Os habéis refrescado ya lo suficiente? Venga, tenemos que seguir.

Siguieron su camino, repitieron las hazañas de la noche anterior, buscar refugio, esta vez sería una
simple cueva, buscar comida, ahora los cazadores fueron Noa e Ian.

Clarke miró a Lexa, parecía distinta, algo distante...


-Clarke: ¿Hoy no sales a cazar?

-Lexa: No.

-Clarke: ¿Noa no te ha avisado?

Lexa ni le respondió, se dirigió a la salida de la cueva y se sentó en un pequeño tronco que había en
la entrada.

Clarke la siguió ¿qué le ocurría? ¿le había pasado algo?, se sentó en el mismo tronco donde estaba
Lexa, la verdad es que el tronco no era muy grande, por lo que ambas estaban bastante cerca, sus
piernas prácticamente se rozaban.

-Clarke: ¿Estás bien? ¿Qué te pasa?

-Lexa: ¿Acaso puede importarte?

-Clarke: ¿Te he hecho algo? ¿He dicho algo que te haya molestado?

-Lexa: ¿Por qué no me dejas tranquila y vas a hablar con Kat?

Clarke no daba crédito, ¿era Lexa celosa? Ósea, Lexa estaba celosa...

Se le escapó una pequeña risa, le encantaba ver así a Lexa, nunca había visto esa faceta suya, pero
le encantaba.

-Lexa: Y ahora te ríes de mi...


-Clarke: No, no, yo sólo no entiendo...

-Lexa: ¿No entiendes qué?

-Clarke: Será mejor que vuelva dentro.

Lexa no entendía lo que una parte de ella sentía, no entendía por qué empezaba a sentir una cierta
forma de atracción hacia Clarke, ¿por qué le molestaba lo que hiciese o no?

El siguiente día fue algo duro para Clarke, Kat con la que había hecho una buena amistad
abandonaba el grupo para quedarse en su clan, le acompañaba Josh, ellos realmente habían
conectado.

-Ian: Vaya, fíjate, ¿bonito el amor eh? Mientras observaba a Lexa.

-Lexa: ¿Qué? Ellos... ¿están juntos?

-Noa: Venga ya Lexa, hasta yo me había dado cuenta.

Lexa estaba algo sorprendida, pero también respiraba tranquila, aliviada, sonreía, Kat y Clarke no
tenían nada más que una buena amistad, ¿pero por qué sentía eso? ¿por qué le alegraba aquello?

Siguieron su camino al

despedirse de Kat y Josh. De nuevo seguirían su rutina de días anteriores, buscar refugio, comida....
Esta vez era al aire libre, no era un mal sitio, Lexa y Clarke se quedaron solas ya que nuevamente
Noa e Ian buscaban la comida.

Lexa solamente observaba a Clarke, estaba tumbada mirando al cielo, ninguna decía nada. Lexa se
preguntaba a sí misma: ¿qué era esa sensación? Quería saber que le unía a Clarke, ¿por qué una
parte de ella le empujaba a estar cerca de Clarke? Había tantas cosas que no sabía...y tampoco se
atrevía a preguntar a Clarke, pero de algún rincón de su cuerpo sacó fuerzas y comenzó a dirigir
algunas palabras a la otra.

-Lexa: Clarke, ¿puedo preguntarte algo?

-Clarke: Claro, ¿qué quieres saber?

-Lexa: Me gustaría saber cosas sobre mí, sobre lo que tú sabes y yo no recuerdo...

-Clarke: Vale, a ver en que puedo ayudarte. ¿Qué es lo último que recuerdas?

-Lexa: El día de mi ascensión como Heda. Recuerdo la ceremonia, y cómo el espíritu del antiguo
Heda me eligió.

-Clarke: No recuerdas nada de tu mandato....

-Lexa: No...

-Clarke: Pues tenemos trabajo pendiente.

Le dijo esto mientras le dedicaba una leve sonrisa a Lexa, se levantó de donde estaba tumbada y se
acercó a ella, sentándose a su lado, parecía que a la chica no le incomodaba nada su presencia,
incluso parece que la tensión que días anteriores proyectaba empezaba a desaparecer, ¿Lexa
comenzaba a confiar en ella? ¿Podría recuperarla de nuevo? Deseaba más que nadie volver a tenerla
de vuelta por completo, pero no podría estresarse,

al menos la tenía allí con ella ¿quién se lo iba a decir unas semanas atrás? A veces pensaba que era
un sueño y que en cualquier momento iba a despertar. De repente la voz de Lexa volvió a sonar.

-Lexa: Había alguien en mi vida, Costia, ¿qué ha sido de ella? ¿Cómo está?
Entre todas las preguntas que podía hacerle, tuvo que empezar por esa...

Clarke no sabía que responderle ¿le mentía? No quería verla sufrir... pero tampoco podía mentirle,
no podía mentir a esos ojos verdes que la miraban pidiéndole refugio.

-Lexa: Dime la verdad.

En cierto modo, Clarke supo que Lexa percibía que algo iba mal.

-Clarke: Lexa...Yo, lo siento. Siento decirte esto, de verdad. Costia, está muerta.

La cara de Lexa era de dolor, eso había pasado y no lo recordaba, no recordaba sus últimos
momentos con la mujer que amaba, una lágrima cayó por sus mejillas, Clarke la vio y se la quitó con
uno de sus dedos.

-Clarke: Lo siento mucho, estoy aquí para apoyarte y escucharte, puedes contar conmigo.

No sabía de dónde estaba sacando fuerzas, le partía ver a Lexa de esa forma, quería abrazarla contra
ella, decidle que todo pasará, que volvería a enamorarse, a decirle que eran felices, pero no podía,
no sabía como Lexa se tomaría eso, no quería asustarla.

-Lexa: ¿Cómo fue? ¿Qué le ocurrió?

-Clarke: Según lo que sé, es que la reina de la nación del hielo la cogió para hacerte daño.

-Lexa: La mataré. Esto no va a quedar así. Tengo que acabar con ella.

-Clarke: Ya lo hiciste.
-Lexa: ¿Maté a la reina del hielo?

-Clarke: Sí...y créeme fue impresionante.

-Lexa: ¿Estabas allí?

-Clarke: Sí, vi como mandaste una lanza contra su pecho en mitad de la plaza de Polis.

-Lexa: Por lo que veo estabas muy presente en mi vida... ¿Por qué estabas en Polis, Clarke? ¿Por qué
estabas en la plaza cuando maté a la reina del hielo?

-Clarke: Yo....

¿Debería decírselo ya? ¿Debería decirle que la quería? ¿Qué estaba allí porque sentía cosas por ella?
¿Por qué quería protegerla? Dios....

-Clarke: ...soy la embajadora de Arkadia. Mi deber era estar en Polis cuando reunías a los trece
clanes.

Se hizo el silencio durante un momento...

-Lexa: ¿Conoces a Anya?

Y ahí va...otra pregunta facilita, por dios ¿todo en la vida de Lexa había sido sufrimiento?

-Clarke: Ella....
Y no tuvo que terminar la frase cuando Lexa asintió con la cabeza, sabía lo que seguía
perfectamente.

-Lexa: ¿Cómo fue? ¿Tuvo una buena muerte?

-Clarke: Murió a mi lado, intentando llevarte un mensaje.

Clarke observó como Lexa dirigía una mano hacía su frente, su cara era una mezcla entre
preocupación y dolor.

-Clarke: ¿Qué pasa, estás bien?

Cuando Lexa levantó la vista y miró sus ojos pudo ver por unos segundos esa mirada, la mirada que
Lexa le regalaba siempre que miraba sus ojos, era diferente que cuando miraba a cualquier otro,
sabía cuando Lexa estaba enfadada, cuando se le podía hablar, solo con mirarla a los ojos.

Lexa apartó la vista de Clarke.

-Lexa: Sólo me he mareado un poco. Esas palabras me han resultado familiares.

=================
Capítulo X

Mientras en Arkadia.

Abby y su equipo cada vez estaban más atareados, la unión de clanes les proporcionó más pacientes,
realmente eso no le importaba, le gustaba su trabajo, y ahora con el tema de Clarke en cierta forma
le servía para despejar su mente, para mantenerla alejada de su hija de cierto modo.

-Abby: Necesitas reposo o ese tobillo no terminará de curarse nunca. (decía a uno de sus pacientes)

Marcus entraba por la puerta dispuesto a ayudar una vez que había cumplido con sus funciones
como hacia a diario.

-Marcus: ¿Puedo echar una mano?

-Abby: Tranquilo, todo está controlado. ¿Sabes algo de Clarke y los chicos?

-Marcus: Octavia ha contactado conmigo esta mañana, pero no hay novedades.

Aparecerá, tranquila, de eso estoy seguro.

-Abby: ¿Y cómo estás tan seguro?

-Marcus: Es Clarke. Sabe lo que hace. Es una líder.

De vuelta en mitad de la nada.


Noa, Ian, Lexa y Clarke estaban descansando después de cenar algo, todos parecían dormir,
igualmente siempre estaban en guardia, eran auténticos soldados.

Con los primeros rayos de luz se ponían en pie. Ver amanecer al aire libre era realmente precioso y
más en aquel lugar, era increíble, que vistas, hasta Noa parecía feliz, y no era la única que lo había
notado.

-Ian: Vaya Noa, ¿eso que se dibuja en tu cara es una sonrisa?

-Noa: Claramente sí. Hoy vuelvo a mi clan, y lo más importante, os pierdo de vista.

-Ian: En el fondo nos vas a echar de menos, ¿a qué si?

(Mientras se acercaba a Noa y hacia como que quería

abrazarla)

-Noa: Ni se te ocurra!!

Clarke no pudo evitar dejar escapar una leve sonrisa.

-Lexa: Anda vámonos ya, y dejad los arrumacos para más tarde.

Llevaban gran parte de la jornada caminando cuando Noa se paró, al fondo, muy en el fondo se veía
lo que parecía un pequeño poblado.
-Noa: Al fin. Aquí estoy. (con cierto nerviosismo)

-Ian: Tranquila, todo irá bien.

Noa se giró hacia los tres acompañantes que quedaban, su mirada parecía más sincera que nunca,
relajada, con rasgos de felicidad.

-Noa: Tened cuidado. Y no seáis imprudentes.

Fue despidiéndose con el apretón de manos típico grounder, primero Ian, después Lexa, y por último
y para sorpresa de todos, también de Clarke, a la cual le pilló muy pero que muy de sorpresa.

-Clarke: Que nos volvamos a encontrar.

Esa frase, esa frase de nuevo taladró en la mente de Lexa como había pasado la anterior noche
cuando habló con Clarke, esa misma sensación, pero esta vez venía acompañada de imágenes:
estaba oscuro, era de noche, acompañada de guardias, y frente a ella podía ver a Clarke y a un gran
ejército alrededor, preparados para luchar. Clarke tenía el pelo más corto, su chaqueta era de un
color azul oscuro, su mirada hacia ella era de decepción, sus ojos estaban llorosos, Clarke le pedía
por favor que no hiciese eso, que no los abandonara...

-Ian: Lexa ¿qué ocurre?

Clarke y Noa también se dieron cuenta de que algo no iba bien.

-Clarke: Vamos a dejar que se siente y tome aire.

-Lexa: Estoy bien, tranquilos, no ha sido nada.


Cuando

Lexa por fin se recuperó, Noa marchó hacia su poblado, y los demás siguieron su camino hacia
Arkadia.

Clarke por su parte sabía que algo ocurría en Lexa, había visto algo parecido la noche anterior, así
que sin pensárselo dos veces aprovechó que Ian iba unos cuantos metros por delante para
preguntarle.

-Clarke: ¿Qué te ha ocurrido antes?

-Lexa: Nada. (dijo de una forma seca)

-Clarke: Sé que algo ocurre, y estás en tu derecho de no querer contármelo.

Pero quizás podría ayudarte. (mientras la miraba esperando una respuesta).

-Lexa: Ha sido esa frase...que nos volvamos a encontrar.

-Clarke: ¿Te ha resultado familiar?

-Lexa: Más que eso. Han venido imágenes a mi cabeza. Y no sé que es real y que no.

-Clarke: ¿Y qué has visto?

-Lexa: A ti.
Por un momento Clarke era la abrumada ahora, ¿estaban volviendo recuerdos a la mente de Lexa?
¿qué es lo que había recordado? ¿qué nos volvamos a encontrar? ¿Cuándo se despidieron en Polis
antes de que la besara? Pero antes de pronunciar palabra, Lexa volvió a hablar.

-Lexa: Creo que te fallé.

-Clarke: El Monte Weather.... (dijo con un tono de voz muy flojo)

-Lexa: ¿Decías?

-Clarke: No nada.

-Lexa: Clarke, no está bien que me mientas cuando no puedo recordar nada, no me confundas más
por favor. Cuéntamelo.

-Clarke: Es complicado créeme.

-Lexa: Nos queda camino aún para llegar a Arkadia...

-Clarke: Íbamos a luchar juntas para salvar a nuestro pueblo, ya que los hombres de la montaña los
tenían dentro. Pero en último momento te ofrecieron un trato,

no luchar y te devolverían a tu gente, mientras los míos seguirían bajo su mando.

-Lexa: ¿Y acepté?

-Clarke: Si....

-Lexa: Oh dios...debes odiarme.


-Clarke: Intente odiarte, aquello realmente me destrozó, confié en ti...

-Lexa: Y... ¿después fuiste embajadora de tu clan? ¿en Polis? ¿cómo ocurrió todo eso?

-Clarke: Supongo que las dos volvimos a confiar la una en la otra.

Estaban tan cerca de Arkadia que no quisieron parar a descansar, comieron y bebieron algo por el
camino sin más.

-Ian: Clarke, si lo necesitas podemos parar, no hay ningún problema.

-Clarke: No tranquilo, estoy bien, tengo ganas de llegar ya. Mi madre tiene que estar muy
preocupada.

-Ian: Tened cuidado por donde pisáis, estas piedras son resbaladizas.

Y mientras Ian pronunciaba esas palabras se escuchó a alguien caer, era Lexa, no llegó a caerse del
todo ya que apoyó una de sus manos contra el suelo, lo que le provocó un pequeño corte en la
palma de la mano.

-Clarke: Podrías tener algo de cuidado (Mientras la miraba levantando una de sus cejas)

Déjame que le eche un vistazo a eso...

-Lexa: Estoy bien, no es nada.

-Clarke: Enséñame la mano.


Lexa obedeció a la rubia y levantó la mano para que ésta la mirase bien. Clarke sostuvo la mano de la
otra con mucha delicadeza, sentía una leve descarga, cómo su corazón empezaba a acelerarse un
poco, ¿le ocurriría lo mismo a Lexa? Se moría de ganas por saber que pensaba y sentía la otra.

-Lexa: ¿Ves? Nada de qué preocuparse.

-Clarke: Cuando lleguemos a Arkadia te curare bien eso.

A lo lejos en mitad de la nada, en medio de las montañas y del bosque, vieron el Arka, o bueno lo
que quedaba de ella tras el aterrizaje forzoso que había tenido tiempo atrás, rompía por completo el
paisaje, esa gran estructura metálica era impresionante a los ojos de Lexa e Ian.

-Clarke: Impresiona ¿eh?

-Ian: Vaya Clarke, si que caísteis del cielo. Tuvo que ser fuerte....

-Clarke: Mucha gente murió.

-Lexa: ¿Y por qué bajasteis?

-Ian: Qué directa...¿no?

-Lexa: No me malinterpretes, es sólo que si sabíais que la llegada iba a ser peligrosa...

¿Por qué no os quedasteis arriba?

-Clarke: El oxígeno se acababa, nos quedaba poco tiempo arriba, así que nos mandaron a mí y a
otros chicos a comprobar si podríamos sobrevivir aquí.
-Ian: Así que erais los afortunados.

-Clarke: ¿Afortunados? (Mientras se le escapaba una leve sonrisa)

Éramos los condenados, estábamos presos, digamos que fue un castigo.

-Lexa: ¿Estabas presa?

-Clarke: Sí. Eso dije.

-Lexa: ¿Y por qué?

-Ian: Eso Clarke ¿qué hiciste?

-Clarke: Más bien no me dejaron hacer, pero no me apetece hablar de eso ahora mismo.

=================

Capítulo XI
En Polis

El ambiente estaba movido, ajetreado, los ciudadanos parecían sorprendidos, había tensión, cierto
nerviosismo e incredibilidad, los rumores de que los comandantes estaban volviendo a sus tribus
recorría la capital de los grounders. Esa noticia estaba recorriendo los rincones de Polis y explotando
como la pólvora.

En una pequeña sala de la torre central, había dos hombres discutiendo, uno de ellos era Titus, el
otro un comerciante como otro cualquiera de los que andaban por Polis, pero aseguraba que estaba
escuchando sobre la vuelta de los comandantes en las distintas tribus, cómo aseguraban a ciencia
cierta que eso estaba ocurriendo.

-Titus: Es imposible! Eso es una locura!

-Comerciante: Sólo te estoy contando sobre lo que todo el mundo habla, maestro.

No me juzgues a mí por ser el emisario.

-Titus: ¿Te das cuenta de la barbaridad qué estás soltando? ¿Me estás diciendo que los antiguos
comandantes, han vuelto de la verdadera muerte y están regresando con sus clanes?

De repente, la líder de los Triku, Indra, entraba por la puerta de dicha habitación.

-Indra: Lo siento maestro, no sabía que se encontraba reunido. Regresaré más tarde.

-Titus: No Indra, espera. ¿Has escuchado lo que dice este hombre? Dice que los comandantes están
regresando de la muerte.

-Indra: No sólo lo dice él. Los rumores son cada vez mayores.
Aseguran que los heda Noa, Kat y Josh han vuelto a sus clanes.

La cara de sorprendido de Titus no podía ser mayor, Indra, una fiel guerrera triku, la cual había
acompañado

a Lexa durante su mandato le estaba diciendo lo mismo que el comerciante.

-Titus: ....¿Lexa? ¿Ha vuelto con vosotros, con los Triku?

-Indra: No maestro. Ella no está allí.

-Titus: Si los demás supuestamente están volviendo...¿por qué ella no?

Era la más fuerte heda de los que he servido.

-Indra: Discúlpeme maestro, pero si Lexa hubiese vuelto creo que antes de con los Triku iría a otro
sitio....

-Titus: Arkadia.

La líder de los Triku asintió con la cabeza. La cara de Titus era realmente un poema, ¿qué hacer?
¿hacerle caso al comerciante? ¿a Indra? Eso era una completa locura, pero si Lexa había vuelto, tenía
que verla.

-Titus: Está bien. Tendré que comprobar los rumores. Marcharé hacia Arkadia, posiblemente como
bien has dicho Indra será el lugar dónde se dirija primero.

-Indra: Yo te acompañaré maestro.


En Arkadia

Estaban ya muy cerca de las puertas, Clarke estaba algo nerviosa, había pasado días sin ver a su
madre, en cierto modo se sentía apenada por ella, se había marchado sin contar con la aprobación
completa de ella, había abandonado (contra su voluntad) el grupo de rastreo ¿cómo lo estaría
pasando sin saber nada de su hija? Además volvía con dos comandantes, uno de ellos Lexa, su
pueblo la reconocería, ¿qué pasaría? ¿cómo se tomarían eso? Mientras la mente de Clarke daba
vueltas y vueltas a todas esas preguntas...

-Lexa: Menudo desastre tenéis aquí montado.

-Clarke: ¿Desastre?

-Lexa: Sí. No tenéis ningún vigilante a los alrededores. ¿Cómo sabréis cuando

os ataquen?

-Clarke: Eso ya no funciona así, ya no nos atacamos entre los clanes.

-Ian: ¿Enserio? Ahora sí que no doy crédito...¿los clanes no se matan entre ellos?

-Clarke: Así es, solamente nos ayudamos unos a otros.

(mientras tocaba en la puerta de Arkadia)

-Ian: Vaya, sí que lo hiciste bien (observando a Lexa)


Una rendija se abrió, seguramente sería el guardia de turno para comprobar quién había tras la
puerta. Para sorpresa de Clarke le encantaba quién había tras ella, era Lincoln, al joven Triku le
tocaba hacer guardia en ese momento.

-Lincoln: ¿Clarke? No me lo puedo creer!! (cuando Lincoln observó la compañía que esta traía...) -No
puede ser! ¿Lexa?

-Lexa: Lincoln....

La puerta se abrió de inmediato, el joven Lincoln no daba crédito, estaba frente a su Heda de nuevo,
la que consideraban muerta ahora estaba junto a Clarke y a otro tipo que no reconocía. Lincoln
abrazó a Clarke, y le tendió la mano a Lexa para saludarla como hacían los grounders, esta acepto el
saludo de vuelta.

-Lincoln: ¿Cómo es posible....? (mientras observaba a Clarke)

-Lexa: Hacia tiempo que no te veía amigo.

-Clarke: ¿Lo recuerdas?

-Lexa: Claro, entrenábamos en la aldea juntos hasta que fui llamada a Polis.

No se habían dado cuenta, pero la gente del lugar los estaba observando, más bien observaban a
Lexa, todos tenían cara de sorprendidos, aquello les parecía imposible.

En lo que avanzaban hasta el interior del Arka, los susurros eran continuos:

-Mira, es Heda. -¿Cómo es posible que Lexa esté aquí? -Murió.

-¿La comandante?
-Ian: Parece que por aquí eres algo conocida.

-Clarke: Buscaré a mi madre, conociéndola fijo que nos quiere hacer un reconocimiento a los tres, y
cuanto antes lo hagamos mejor.

Lexa e Ian sólo se limitaban a seguir la estela de Clarke, aquel lugar les era tan nuevo, tan diferente,
además la gente de allí dentro tampoco dejaba de quitarle el ojo a Lexa a la vez que susurraban.

Llegaron a una gran sala, había camillas por toda la estancia, grandes armarios, Abby estaba de
espaldas parece ser que limpiando algún tipo de material de enfermería.

-Clarke: ¿Mama?

Al escuchar la voz de su hija a Abby se le cayó al suelo lo que estaba limpiando, se volvió y la vio, era
su hija, estaba bien, no estaba herida, y lo más importante estaba allí con ella, de vuelta en casa. La
abrazo fuerte, tanto que a Clarke parecía incomodarle.

-Clarke. Ya está bien mama, tenemos visita...

Abby ni se había dado cuenta de que Clarke había llegado con alguien más, cuando miró al fondo de
la sala, vio a un hombre alto, parecía fuerte, a su lado una joven de cabello oscuro.

-Abby: ....¿Lexa? (mientras miraba a su hija con cara de incredibilidad)

¿Cómo es que está aquí? ¿Es real? Dios me estoy volviendo loca...

-Clarke: Tranquila, es real, y si tú estás perdiendo la cabeza, todos lo estamos haciendo. Es


complicado mama, muy complicado.
-Abby: Déjame que os eche un vistazo. (sin poder apartar la vista de Lexa)

-Clarke: Sabía que dirías eso, pero yo estoy bien mama, enserio, nada de qué preocuparse, me han
cuidado bien (en lo que observaba

a Lexa e Ian).

¿Por qué no le echas un vistazo a Ian, mientras yo curo la mano de Lexa?

Lexa había olvidado por completo su herida, apenas era nada, un rasguño, eso no necesitaba ningún
tipo de cuidado. Sabía de heridas, sabía la gravedad que podría causar un corte, una herida en
batalla, alguna infección, pero aquello sólo era un rasguño.

-Abby: Esta bien, pero luego me tienes que dejar que te mire a ti, ¿trato?

-Clarke: Vaaale...

(decía con resignación, cuando a su madre se le metía algo en la cabeza ....)

Clarke comenzó a preparar lo necesario para curar la herida de Lexa, en lo que Abby ya había
empezado el reconocimiento de Ian.

-Clarke: Ven, siéntate, déjame que mire tu mano.

-Lexa: No es nada...

Clarke la miró arqueando una de sus cejas y le señalaba una de las camillas. Lexa se acercó con
resignación y se sentó al lado de la rubia que ya la esperaba con esos instrumentos. Comenzó a
limpiarle la mano, Lexa sentía el contacto de Clarke, sus manos cálidas rozando su piel, empezó a
sentir algo de calor, sentía como sus mejillas empezaban a ponerse algo rojas, sin darse cuenta se
sorprendió a ella misma sonriendo ¿qué narices le estaba pasando? Mientras, con mucho cuidado
Clarke curaba la herida, se dio cuenta de que Lexa tenía razón, la herida era solamente un rasguño.

-Lexa: ¿Ves? Te lo dije, no era nada. No me iba a morir por esto.

Clarke levantó la mirada, sus ojos brillosos miraban los de la morena.

-Clarke: ¿Puedes hablar de algo que no sea tu muerte?

Y ahí estaba de nuevo:

esa sensación que Lexa ya había experimentado con anterioridad, su cabeza se nublaba, algún que
otro pinchazo sobre su frente ¿vendría algún recuerdo con imágenes? ¿o esta vez sólo
experimentaría esa sensación de familiaridad?

-Clarke: Lexa, Lexa, eh mírame, ¿son recuerdos de nuevo? (en lo que agarraba la cara de la morena y
la levantaba hacía sus ojos, y los vio, vio los ojos de su Lexa, esos ojos de complicidad).

Parecía que el rostro de Lexa se relajaba de nuevo, su respiración volvía a ser normal, ya que cada
vez que tenía una de estas experiencias se alteraba.

-Clarke: ¿Has visto algo?

La morena agachó la cabeza mientras tomaba una bocanada de aire, y comenzó a hablar.

-Lexa: Estabas allí, de nuevo, en una habitación, era de noche, tu pelo esta vez era largo, casi cómo
ahora, vestías de azul, me cambiabas una venda de la mano, me diste las buenas noches y me
marché...

¿Fue real? (mientras volvía a levantar la cabeza y observaba los ojos de la rubia).
-Clarke: Sí. Fue real.

El silencio se hizo entre ellas, solamente se miraban, la mano de Clarke aún sostenía la de Lexa, pero
ahora la acariciaba suavemente, Clarke observó como la morena iba a realizar algún movimiento con
la mano que tenía libre....

-Abby: Bueno. Ian está perfecto. Lexa te toca.

Clarke separó su mano de la de Lexa y dejó que ésta se levantara.

-Ian. Os espero aquí (Ian se había tumbado en una de las camillas)

Abby ante la mirada de su hija hacía el reconocimiento a Lexa, quería comprobar que Lexa
verdaderamente estaba bien.

-Abby:

Vale, parece que todo está perfecto. ¿Puedo saber cómo moriste?

-Lexa: Clarke dice que fue un disparo.

-Abby: ¿También has perdido parte de tu memoria?

-Lexa: Así es.

Clarke se introdujo en la conversación.

-Clarke: Pero está recordando cosas (su madre la miró)


¿Puede que la recupere del todo?

-Abby: No lo sé hija. Los temas de la memoria son complicados, hay casos de gente que nunca la
llegó a recuperar, otros sí...Depende de cada persona y de cada caso.

Dirigiéndose a Lexa la doctora le hizo un par de recomendaciones, que no dudase en visitarla ante
algún problema, alguna dolencia, si se encontraba mal, cualquier cosa. Lexa asintió con la cabeza y le
dio las gracias.

-Clarke: Así que ahora me toca a mí ¿no?

-Abby: Vamos (mientras señalaba la camilla).

-Lexa: Estaré junto a Ian fuera.

Como suponía Abby le echó una buena charla a su hija, Clarke no estaba ahora para todo eso, pero
sabía que su madre tenía razón, y estaba en todo su derecho de recriminarle todo y más.

-Lexa: ¿Has decidido ya qué hacer?

-Ian: ¿A qué te refieres?

-Lexa: ¿Vas a volver a tu clan? ¿A Polis?

En ese momento por la puerta de la enfermería entró una chica Skaikru, su piel algo tostada, de
cabello oscuro, una cazadora roja. Se dirigía hacia ellos dos a la vez que decía en voz alta mirando a
Lexa, no me lo puedo creer! Lexa estaba un poco cansada ya de que todo el mundo se dirigía a ella
con palabras parecidas a esa, y más cuando no reconocía a esas personas.
Clarke aparecía frente a la chica tras hablar con su madre.

-Clarke: Raven!

-Raven: Clarke joder! Menos mal que estas bien!

(a la vez que se lanzaba a abrazar a la rubia)

Los rumores están por todo el Arka, necesitaba comprobarlos por mí misma (observando a Lexa)

-Clarke: Pues ya ves, tú misma lo estás viendo ya.

-Raven: Buah, tienes que contarme todo, pero todo. Pero antes tengo que ir a por tu madre,
tenemos reunión, y vamos todos (mirando a Lexa e Ian), exigencias de Marcus.

Se dirigían hacía la sala de reuniones, Ian y Lexa iban detrás de Clarke, Raven y Abby.

-Ian: Me voy a quedar aquí.

-Lexa: ¿Aquí en Arkadia? ¿Por qué?

-Ian: Motivación personal (sonreía y miraba a Raven)

=================
Capítulo XII

-Marcus: Es un placer tenerte entre nosotros de nuevo Lexa (decía esto con un gesto sereno y
amable, extendiéndole el brazo cómo símbolo de saludo).

La joven le dio las gracias y le correspondió el saludo, aquel hombre le había brindado tranquilidad y
respeto con su mirada, de cierta forma algo dentro de ella sabía que podía confiar en él.

Tras la sorpresa de Marcus de volver a encontrarse con Lexa, con la comandante que les había
proporcionado el incluirse dentro de la unión de pueblos. Clarke comenzó a contar todo lo que sabía
con la ayuda de Ian y de Lexa, intentaban entre todos encajar las piezas, lograr descifrar aquello,
¿cómo había sido posible eso? ¿cómo era posible el hecho de estar de nuevo frente a Lexa y a otro
comandante?

Y mientras dentro de la sala las preguntas iban a venían...se abrió la puerta mientras se escuchaba:
-Esto es imposible....

Los participantes de la conversación se giraron y encontraron a Titus junto a Indra, los dos se
encontraban inmóviles, observando a Lexa, el silencio se hizo en la estancia.

De repente, los dos clavaron sus rodillas al suelo agachando la cabeza, en muestra de fidelidad hacia
la joven.

-Lexa: Levantaos, no soy vuestra comandante.

-Titus: Sentimos interrumpir la reunión (a la vez que observaba a Marcus), solamente queríamos
comprobar por nosotros mismos los rumores de los que todo el mundo habla.

-Ian: ¿Se habla de nosotros? Interesante...


Titus e Indra ni se habían percatado de la presencia del hombre, pero esa voz le resultaba familiar a
Titus.

-Titus:

Ian kom Triku....

-Ian: Hacia tiempo que no te veía viejo amigo.

-Clarke: ¿Os conocéis?

-Titus: He sido maestro de cinco comandantes, Ian fue el primero de ellos.

Marcus le ofreció a Titus y a Indra el quedarse allí, quizás entre todos pudieran sacar algo en
concreto.

-Lexa: Bueno, maestro, ¿tienes alguna teoría de cómo es posible esto?

-Clarke: ¿Qué hay de diferente para que hayan podido volver?

-Titus: No lo sé...estoy igual de sorprendido que vosotros, yo sólo me encargaba de traspasar el


espíritu del comandante al siguiente elegido.

-Abby: ¿El espíritu del comandante?

-Clarke: Es un chip que se les implantaba en la nuca.

-Abby: ¿Un chip?


-Titus: Era el espíritu del comandante! Las enseñanzas de todos ellos estaban unidas.

Se pasa de comandante a comandante, así ha sido siempre.

-Raven: Joder! Claaro!

-Clarke: ¿Qué ocurre Raven?

-Raven: El chip o espíritu del comandante, lo que sea, es una memoria, una jodida memoria, por eso
ellos no recuerdan nada, porque desde el momento en que se la instalaban, era el chip el que
procesaba la información, una vez que se desconectaba de su fuente, quedaba ahí almacenado todo.

-Ian: Ya me he perdido...¿Estás diciendo que el espíritu del comandante tiene la memoria de todos
los Heda?

-Raven: Así es.

-Ian: Entonces sólo hay que volver a ponérnoslo para recuperar la memoria.

-Clarke: Pero Lexa está recuperando parte de su memoria.

-Raven: Es que no es incompatible, ellos siempre han sido la fuente, por así decirlo, sus recuerdos
siguen

ahí, sólo hay que rascar un poco.

-Lexa: Y... ¿Cómo es posible que estemos aquí, con nuestro cuerpo?
(mientras observaba a Titus)

-Titus: No tengo ni idea. Yo sólo me encargaba de finalizar el ceremonial de despedida.

-Clarke: ¿En qué consistía?

-Titus: Una vez que el cuerpo del comandante era venerado y respetado, el protector de la llama
debía ayudarlo a finalizar su camino, se depositaba su cuerpo en una zona ceremonial del bosque
cercano a Polis, dónde posteriormente era recogido por los ancestros.

-Clarke: ¿De qué murieron Ian, Kat, Josh y Noa?

-Titus: Josh fue herido de gravedad durante una revuelta, pero lo que acabó con él al parecer fue la
posterior infección. Kat por su parte sufrió una caída desde su caballo mientras luchaba contra un
grupo de contrarios. Noa fue asesinada por su propio amante, e Ian fue asesinado en batalla, una
lanza le atravesó el pecho.

-Ian: Vaya panorama...

-Abby: ¿Había otros comandantes que muriesen de otra forma?

-Titus: Claro, algunos nunca despertaron de su sueño, otros les falló el corazón, o su respiración se
les fue apagando.

-Clarke: ¿Qué piensas mama?

-Abby: Los que despertaron son aquellos que tuvieron una muerte no natural. Muertes provocadas,
y si decís que estaban en aquel hospital militar subterráneo...

-Clarke: Los llevaban allí después de que Titus los llevase al bosque...
-Abby: .....y así poder tratarlos.

La reunión finalmente terminó, la verdad es que habían puesto casi todo lo que tenían sobre la
mesa, y algunas cosas empezaban

a encajar, que no es que tuvieran sentido, pero al menos encajaban. De cierta forma algo o alguien
(posiblemente roja) recogían a los comandantes que podía salvar, los sanaba y mantenía en aquel
lugar. Posiblemente su objetivo sería tener grandes guerreros para ese ejército que parecía estar
montando, pero ahora todo eso caía por su propio peso, ya que Clarke tiempo atrás había acabado
con la ciudad de luz.

Después de la reunión

Clarke se encontraba fuera hablando con Raven, poniéndola al día de todo lo que había pasado,
Titus e Indra se habían marchado hace unos minutos de nuevo a Polis, debían confirmar esos
rumores de los que todo el mundo hablaba. Por su parte, Ian y Lexa se encontraban aún dentro del
edificio junto a Marcus y Abby, según Raven, les iban a proponer que podían quedarse en Arkadia, o
por sí lo contrario decidían partir hacia el clan Triku, estos les ofrecerían los medios necesarios, qué
mínimo ya que habían traído de vuelta a Clarke sana y salva.

Las puertas de Arkadia se abrían de nuevo para esta vez dejar paso a los equipos de ayuda de
Octavia y compañía ya que Marcus había avisado a los chicos de la vuelta de Clarke, si no ni por
asomo hubiesen vuelto. Clarke los observaba de lejos uno a uno, quería ver si estaban bien, si
estaban heridos era algo que no podría perdonarse. Y entre todos ellos lo vio, vio a Murphy que se
dirigía con paso ligero hacia la rubia, y cuando llegó a la altura de esta la abrazo incluso levantándola
del suelo.

-Murphy: Ya te vale Clarke, menudo susto joder.

-Clarke: ¿Enserio pensabas que te ibas a librar

de mi tan fácil?
En ese momento Ian y Lexa salían por la puerta también encontrándose con la escena, no sabía por
qué razón, pero a Lexa aquello no le hacía gracia, alguien estaba abrazando con fuerza a Clarke y le
estaba haciendo sonreír. Ian pronto se dio cuenta de la situación, y acercándose a Raven que estaba
allí al lado...

-Ian: ¿Quién es el chico que abraza a Clarke?

Lexa escuchaba atentamente, le interesaba lo que aquella chica podría decir, le interesaba bastante
la verdad.

-Raven: Bueno...ellos, digamos que han tenido una relación un tanto compleja (mientras sonreía)

-Lexa: ¿Relación?

-Raven: Murphy es uno de los chicos que bajó con Clarke en la nave que el Arka mandó, al principio
no se llevaban muy bien, prácticamente no se llevaban, incluso Murphy se marchó del grupo, iba en
solitario, pero no sé cómo ambos volvieron juntos de Polis tras ......(hizo una leve parada) tu muerte,
y desde entonces se llevan genial.

Pero bueno, volvamos a lo importante, ¿qué habéis decidido? ¿os quedáis con nosotros?

-Ian: Claro que sí, nos quedamos!

Lexa lo miró atónita, ella aún no había decidido nada, ¿por qué Ian había hablado por ella? Ian le
echo uno de sus brazos por encima y la apartó unos metros de Raven.

-Lexa: ¿Por qué has dicho eso sin contar conmigo?

-Ian: Claro que he contado contigo. Se lo que quieres, pero te cuesta asumirlo, así que decidí tomar
yo la iniciativa.
-Lexa: ¿Cómo vas a saber lo que quiero si ni siquiera me has preguntado?

-Ian: Pero he visto como la miras.... (dirigiendo

una mirada a Clarke que ahora se encontraba hablando con Octavia y ayudando a vaciar los coches
de sus compañeros).

-Lexa: No sabes de lo que hablas.

-Ian: Ya claro, si no tengo razón...vengas vamos, márchate, no te lo voy a impedir.

El día fue avanzando en Arkadia, obvio que Lexa ni se le había pensado abandonar el lugar, había
algo dentro de ella que le decía que se quedase en aquel sitio. Pero eso mismo le cabreaba, quería
su memoria de vuelta, quería poder encajar todas las piezas, quería saber por qué todo lo
relacionado a Clarke le afectaba así, en cierto modo parecía tener claro el por qué, pero se lo negaba
continuamente: -No puede ser, el amor es debilidad, tras conocer lo de Costia, tenía más claro que
nunca el lema que Titus siempre les recordaba mientras entrenaban en Polis. Además estaba ese
chico, el tal Murphy, Clarke parecía feliz a su lado, así que lo decidió, se quedaría en el Arka, pero
intentaría alejarse todo lo posible de la rubia, no podía permitirse que esos sentimientos siguieran
aflorando. El amor es debilidad se repetía una y otra vez en su cabeza.

El día fue avanzando, Marcus les ofreció a Ian y Lexa habitaciones a cada uno para que se
acomodasen y descansaran un poco, no había problemas en cuanto a habitaciones, ya que la
mayoría de los chicos del Arka preferían dormir al aire libre, de cierta forma les agobiaba dormir allí
encerrados, además el clima se lo permitía sin problema.

Lexa como se prometió a sí misma, había estado evitando encontrase con Clarke, además sabía que
al día siguiente también lo tendría fácil,

ya que Marcus les había propuesto ayudar a Raven con los mapas que estaba realizando, ¿quién
mejor que ellos? Se conocían aquella tierra como las palmas de sus manos, no cabe duda que a Ian le
entusiasmaba la idea, en cambio a Lexa....¿pasar el día entre papeles? No era lo que más le
entusiasmaba la verdad...Ella siempre había sido una persona de acción, además no contaba con la
motivación personal como era el caso de Ian.

De repente se escuchó como alguien golpeaba en su puerta, se levantó a abrirla, con la sorpresa de
encontrase a Clarke detrás de ella.

-Lexa: ¿En qué puedo ayudarte? (dijo con un tono algo seco y cortante).

-Clarke: Más bien quería saber en qué puedo ayudarte yo.

Lexa no podía apartar la vista de los ojos azules de la otra, al igual que la otra no podía apartar los
suyos de los ojos verdes, Clarke vio cómo los ojos de Lexa bajaron por un segundo hacía sus labios,
volviendo a subir rápidamente hacia sus ojos.

-Lexa: ¿Qué?

-Clarke: Que si necesitas algo....

-Lexa: No, no, no, gracias, estoy bien. ¿Algo más?

-Clarke: No. Sólo que si en algún momento necesitas cualquier cosa mi habitación está justo al frente
de la tuya, ¿vale?

-Lexa: Vale.

Clarke se giró y se dirigió a su habitación, mientras Lexa por su parte cerraba su puerta y apoyaba su
cabeza contra ella, quería evitar a Clarke todo lo posible, pero ahora la tenía en la habitación de
enfrente, apenas a unos metros de distancia. En la otra habitación Clarke entraba y al cerrar la
puerta imitó sin saberlo la acción de la morena, su cabeza apoyaba contra la puerta, ¿qué demonios
había pasado ahí? Fueron sólo unos segundos lo que habían estado hablando, pero vaya segundos,
la tensión casi puede con ella, casi se lanza a los labios de Lexa, pero Clarke no quería asustar a Lexa,
no sabía como la morena podía reaccionar ante eso, necesitaba más tiempo, más tiempo para
intentar descubrir si Lexa sentía algo, si aún sin haber recuperado su memoria por completo había
algo dentro de ella que le pudiese indicar el camino.

=================

Capítulo XIII

Los días siguientes en Arkadia fueron tranquilos, Clarke volvió a la enfermería cada día a ayudar a su
madre, Ian y Lexa ayudaban a Raven. La enfermería y el taller de Raven estaban en alas
completamente contrarias, por lo que a lo largo del día Lexa y Clarke ni se cruzaban, el problema era
por la noche, Lexa esperaba fuera del edificio hasta que calculaba que Clarke ya se encontraba en su
habitación para entonces ir ella a la suya.

Lexa evitaba el acercamiento hacia Clarke a toda costa, no sabía qué clase de sentimientos sentía
hacía esa chica, ni el por qué, ni en qué momento habían empezado. La verdad es que le había
funcionado un par de noches, pero esa noche....

Lexa ya se dirigía dentro del edificio, camino a su habitación, todo parecía despejado, no veía a
Clarke, así que supuso que ya se encontraba durmiendo, abrió la puerta y antes de que pudiese
cerrarla, algo o más bien alguien, se lo impidió.

-Clarke: ¿Puedo pasar?


-Lexa: La verdad es que ya iba a descansar...

-Clarke: Quizás si no te acostases tan tarde, si no pasaras tanto rato fuera y vinieras directa a
dormir....

Lexa no podía creer lo que estaba escuchando, Clarke sabía perfectamente lo que había estado
haciendo todos estos días... Clarke se metió en la habitación sin ni siquiera el consentimiento de la
otra.

-Clarke: Me estas evitando.

La morena sólo agachó la mirada apartándola de Clarke.

-Clarke: Ni me lo niegas. ¿Crees que así se trata a la gente? ¿Tan mal me he portado contigo? ¿He
hecho algo

que te haya molestado?

Todas esas preguntas taladraban la cabeza de Lexa.

-Lexa: ¿A qué viene esto? ¿Todas estas preguntas? No entiendo nada Clarke.

-Clarke: Ese es el problema, qué no entiendes nada, y no haces por entender!

(A la vez la rubia se adelantaba hacia Lexa, la otra sólo podía retroceder hasta alcanzar la pared con
su cuerpo, ya no tenía escapatoria, no podía seguir huyendo).

-Lexa: Eres injusta conmigo...(se atrevió a decir la morena a tan sólo unos centímetros de Clarke).
-Clarke: ¿Injusta? (a la vez que sonreía de manera irónica)

-Lexa: Sabes que he perdido mi memoria y hay cosas que se me escapan, que no puedo entender ni
relacionar.

-Clarke: La habrás perdido sí, pero nunca fuiste nada tonta ¿sabes?

¿Tanto te cuesta ahora encajar las piezas?

Clarke vio en la mirada de Lexa dudas, incluso sus ojos se volvieron cristalinos, cómo si la verdad
comenzase a salir a flote, comenzaba a negar un poco con la cabeza, sabía que aquello no estaba
bien, "..el amor es debilidad" le habían enseñado desde muy joven, "..un líder siempre tiene que
estar solo..." . Lexa no podía pensar con claridad, todas esas frases le inundaban la mente, pero a la
vez sentía cómo su corazón empezaba a acelerarse, cómo si su propio cuerpo le quisiera dar la
respuesta a sus dudas.

Vio de nuevo cómo miraba sus labios, y sin esperar que sus ojos volvieran a conectar con los suyos,
Clarke tomó la iniciativa, la besó. Ya no podía más.

Sus labios encontraron los de la morena, los besó suavemente, mientras pasaba

una de sus manos por el cuello de esta, se despegó unos segundos de ella para observarla, pero sin
dejarle reaccionar volvió a unir sus labios a ella, esta vez el beso era más intenso, las ganas de Clarke
de besar a Lexa habían estado contenidas mucho tiempo, ahora sus dos manos agarraban su cuello
mientras la besaba, Lexa en ningún momento había hecho un resquicio de separarse de ella, es más,
la intensidad con la que Clarke la besaba parecía haber traspasado a la morena, y ella le respondía
con la misma intensidad.

No sabía cuánto tiempo llevaban así, sentía a Clarke, sentía sus labios besándola con fuerza incluso
con rabia, sentía su calor y su olor, su piel se erizó en el momento en que Clarke unió sus labios.
Sentía cómo la rubia metía una de sus manos bajo su camiseta, acariciando su abdomen, ahora su
mano viajaba a su espalda y subía un poco dirección a su cuello, pudo sentir como su espalda se
arqueaba, sentía como su cuerpo necesitaba a Clarke, quería sentirla, quería tenerla aún más cerca,
la agarró por la cintura atrayéndola más hacia ella, sus cuerpos no podían estar más juntos. Pero
aunque Lexa quería más de Clarke, no podía evitar pensar en "el amor es debilidad", perdía la
concentración del momento ¿qué estaba haciendo? ¿qué hacia besando a Clarke cuando se había
prometido alejarse de ella por completo?

Y sin más, Lexa apartó los labios de ella y le hacia un gesto de negación con la cabeza.

Clarke la miraba sorprendida a la vez de desilusionada.

-Lexa: Será mejor que te marches (le dijo con un todo leve y casi

entrecortado)

-Clarke: ¿Es lo que quieres....?

Lexa sólo asintió con la cabeza, dicho esto la rubia abandonó la habitación, en lo que la morena se
sentaba en su cama algo consternada.

Lexa había logrado quedarse dormida después de haber estado dándole mil vueltas a lo que había
ocurrido con Clarke, de repente se incorporó de un salto sosteniendo su frente con la mano, estaba
soñando, soñando con Clarke, pero esos pinchazos volvían a su cabeza, ¿era de nuevo un recuerdo?
Pero ahora no podía ir a preguntárselo a la rubia, no en mitad de la noche, no después de lo
ocurrido, no a contarle lo que había visto...

En su sueño o recuerdo, había visto y sentido como se besaban, como era ella la que se adelantó a
besar a la otra, esta vez el pelo de Clarke era más corto, y aunque le correspondió en un principio el
beso, después se apartó de ella diciéndole que aún no estaba preparada.

Clarke y Raven se encontraban en el gran salón dónde todos comían, siempre quedaban junto a
Octavia, Lincoln, Bellamy y Murphy.
-Clarke: Oye ¿Y Murphy? (mientras miraba al resto de sus compañeros)

-Octavia: ¿No lo sabes?

-Clarke: ¿Le ha pasado algo?

-Octavia: No, no, está bien. Pero hoy le tocaba salir fuera junto a un pequeño grupo.

-Clarke: ¿Y tú estás aquí?

-Octavia: Lexa se ofreció a ir con ellos, y la verdad le tomé la palabra, no me apetece ahora mismo
pasar más días fuera, quiero pasar un tiempo aquí, (a la vez que sostenía la mano de Lincoln).
Además confío en ella, ¿quién mejor para cuidar de ellos que una experta en

el terreno?

Definitivamente Clarke había asustado a Lexa por completo, temía esa reacción, y es la que había
conseguido con el beso de anoche.

-Raven: ¿Ocurre algo Clarke?

-Clarke: No nada, sólo he recordado que tenía algo pendiente en la enfermería.

Fuera de Arkadia.

La expedición de Murphy y compañía a la que Lexa se había unido, sólo era de comprobación,
querían comprobar los perímetros, ver que todo estaba bajo control, sin ningún altercado, aún así
pasarían unos días fuera, lejos de Arkadia. Lexa lo necesitaba para así poder despejar su mente, para
intentar aclarar todo.
Mientras los demás dormían, Murphy y Lexa decidieron quedarse vigilando fuera de las tiendas,
junto a un fuego. No podía creer que estuviese ahí con ese tipo, el tipo que hacía feliz a Clarke...

-Murphy: Bueno, qué, ¿cómo te va con Clarke?

Murphy no pudo evitar preguntar, siempre había sido muy directo, y ahora no iba a ser menos
aunque de la mismísima ex comandante se tratase.

-Lexa: ¿Con Clarke, dices? (lo miró con cara de pocos amigos)

-Murphy: Sí, ya sabes, la chica rubia de Arkadia, la que secuestrasteis, os ayudo, y ahora casi le
niegas la palabra, esa misma.

Lexa realmente estaba sorprendida de cómo ese chico tenía el valor de hablarle así.

Se atrevió a contestarle.

-Lexa: Yo podría preguntar lo mismo, ¿no crees?

-Murphy: ¿El qué?

-Lexa: Qué cómo te va con Clarke, parecéis muy íntimos. (decía sin apartar la mirada del fuego)

El chico no pudo evitar soltar una carcajada, mientras Lexa lo miraba con incredibilidad,

¿qué había dicho tan gracioso?

-Murphy: No me lo puedo creer, la mismísima Heda celosa.


-Lexa: ¿Qué narices estás diciendo? ¿Celosa de qué?

-Murphy: Vamos venga Lexa, no me fastidies, se te nota a leguas. Te has delatado.

Esto le va a encantar a Clarke (a la vez que se frotaba las manos y sonreía)

-Lexa: ....y si fuese así, ¿por qué le iba a encantar a Clarke?

El joven la miró, sabía que no tenía el derecho a contárselo, pero le dolía ver a su amiga sufriendo, es
más le dolía también ver a Lexa de ese modo, se ponía en su situación y no le hubiese gustado nada
que la gente no le contase la verdad ante la pérdida de memoria.

-Murphy: ¿Sabes? No debería contártelo yo... Pero creo que esto ya está llegando muy lejos...Y sé
que ya lo sabes, pero te cuesta enfrentar tus sentimientos, y no te culpo, cada uno es como es. Así
que....¿Realmente quieres escuchar lo que te voy a decir?

La joven por un momento dudó, pero ya estaba cansada, estaba cansada de no poder encajar ese
gran puzzle, quería escuchar de otra persona lo que ella hacía tiempo parecía comprender.

-Lexa: Cuéntamelo.

-Murphy: Está bien, allá va. Sé que esto me va a costar una bronca con Clarke, pero....vosotras dos
digamos que... estabais unidas, tenías una relación especial, no sólo de amistad, teníais sentimientos
la una por la otra.

Lexa confirmaba lo que su corazón le venía diciendo desde el momento que la vio, sabía que había
algún tipo de conexión entre ellas, que no era solamente esa relación Heda/embajador que Clarke le
había dicho.
Su cara dejaba ver algo de asombro, pero también se dejaba ver una pequeña sonrisa dibujándose
en sus labios. ¿Era eso posible? ¿Clarke tenía sentimientos hacia ella? ¿Había dejado a alguien entrar
en su vida, después de lo de Costia? Recordaba todo lo que sentía por ella, ¿Clarke había logrado
llenar ese mismo espacio?, numerosas preguntas rondaban su cabeza en ese momento.

-Lexa: ¿Y tú como sabes eso? ¿Por qué nadie me ha dicho nada?

-Murphy: La gente verdaderamente no os vio como pareja, aunque era más que evidente que ambas
sentíais cosas la una por la otra, además después de perderte Clarke no habló con nadie del tema,
no era capaz de recordarte sin echarse a llorar.

Yo sé esto porque fui testigo de lo que sentíais, estaba en la habitación cuando moriste, cuando
Clarke intentaba por todos los medios evitar que te desangraras, taponando la herida con sus
propias manos a la vez que evitaba no romperse a llorar delante de ti, cosa que le fue
imposible....Porqué incluso en esa situación, lo único que intentabas era que Clarke estuviera bien, le
decías que no tuviese miedo, que todo estaba bien, hiciste jurar a Titus sobre tu lecho de muerte
que protegería a Clarke por encima de cualquier cosa, y aunque Clarke se resignaba a dejarte
marchar, lo único que pudo hacer es darte una despedida en paz, "que nos volvamos a encontrar"
fueron sus últimas palabras hacia a ti antes de despedirse con un beso.

Ella quedó completamente rota, mientras se llevaban tu cuerpo no podía apartar la vista de la cama
dónde había intentado salvarte la vida que ahora estaba cubierta de tu sangre negra.

-Lexa: ....¿Por qué no me ha dicho ella nada? (mientras notaba como una lágrima corría por su
mejilla).

-Murphy: Tiene miedo. Miedo a que la comandante que hay en ti antes de conocer a Clarke se
asuste, miedo a que no recuperes tu memoria del todo, a que aunque te tenga de vuelta no te tenga
realmente, supongo que, miedo a perderte de nuevo.

Lexa no podía articular palabra, era consciente de todo el dolor de Clarke, de todo lo que había
tenido que aguantar y soportar, realmente era una chica fuerte y con valor.

La admiraba.
-Murphy: ¿Demasiada información, verdad?

-Lexa: Demasiadas piezas de golpe....pero gracias, de verdad Murphy, te lo agradezco.

-Murphy: Bueno espero que estés allí cuando Clarke vaya a matarme por contarte todo.

=================

Capítulo XIV

En Arkadia.

El día comenzaba como siempre, la verdad es que aquello se había vuelto algo monótono para
Clarke, levantarse, asearse, vestirse, abrir la puerta de su habitación, observar la puerta de Lexa que
estaba justo en frente, avanzar hacia el salón para tomar un café y marcharse a la enfermería para
comenzar la jornada junto a su madre y los demás médicos y ayudantes.

La joven no preguntaba directamente a Marcus sobre el grupo de exploración, ya que el hombre


cada día hacia una visita a la enfermería para comprobar que todo estuviese bien y su madre era la
que preguntaba por ellos. Todos los días era la misma respuesta:

-Están bien, siguen avanzando en el terreno, traerán nueva información con la ayuda de Lexa y eso
le encantará a Raven. Pero la información de ese día era diferente: -Anoche decidieron volver ya, así
que supongo que a lo largo de la mañana aparecerán por aquí.
A Clarke le dio un pequeño vuelco el corazón, vería de nuevo a Lexa después de días, después del
beso que no pudo evitar darle, ¿y ahora qué pasaría? ¿qué pensaría Lexa de todo aquello? ¿seguiría
escondiéndose de nuevo de ella?

Fuera del edificio estaban Raven e Ian, cada día que pasaba los dos se estaban acercando más y más,
había conexión entre ellos realmente. Raven quería solucionar un problema con una de las antenas
que conectaba con los equipos de localización de los coches, mientras comprobaba la señal desde un
monitor, Ian se ofreció para subir a una torre donde se encontraba la antena, y aunque no sabía de
aquellos

instrumentos lo único que necesitaba era las indicaciones de Raven.

-Raven: Muévela un poco más hacía la derecha, pero con cuidado!

-Ian: Si general!

-Raven: Deja de burlarte de mí! -Un poco más a la derecha!

En ese instante, el pie de Ian resbaló del escalón y su cuerpo se desplomó hacia el suelo.

-Raven: Ian! Dios mio! (mientras corría hacía el)

-Qué alguien me ayude a llevarlo dentro!!

Dentro de la enfermería, Clarke, Abby y los demás escuchaban voces en tono elevado que se
acercaban de forma rápida a ellos. Un par de jóvenes portaban el cuerpo de Ian inmóvil con Raven
detrás bastante alterada.

-Clarke: Ian! ¿Qué ha ocurrido?


-Raven: Se ha caído de una de las torres....yo sólo...se ofreció a ayudarme...

-Clarke: Tranquila Raven, se pondrá bien.

Tras comprobar al estado de Ian, Abby y Clarke salieron fuera de la enfermería donde se encontraba
Raven.

-Abby: Raven, se va a poner bien. Ha sido un golpe duro, pero parece que no es nada grave,
seguramente cuando despierte note un gran chichón en su cabeza y algo de dolor, poco más.

-Raven: ¿Puedo pasar a verlo?

-Abby: Claro que si, sin ningún problema, pasa cielo.

Una vez dentro de la enfermería, Clarke decidió quedarse junto a su amiga, notaba que estaba algo
nerviosa y alterada, quería estar cerca por si necesitaba algo.

-Clarke: Puedes irte a descansar si quieres, yo tengo que quedarme aquí, así que puedo vigilarlo sin
problema.

-Raven: Me gustaría quedarme, si no hay problema.

-Clarke: Claro que no hay ningún

problema, pero, contéstame a algo...

-Raven: Claro, dime.

-Clarke: ¿Desde cuándo, Ian y tu....?


Raven soltó una leve sonrisa mientras miraba a Clarke.

-Raven: Supongo que el roce hace el cariño...

-Clarke: Me alegro por ti de verdad, Ian es un tipo estupendo. Y tú mereces ser feliz. (mientras
abrazaba a su amiga con fuerza).

Al mismo tiempo las puertas de Arkadia se abrían de nuevo, era el equipo de Murphy y Lexa, volvían
de su aventura, mientras bajaban de los coches y descargaban los equipos, un grupo de guardias que
estaban descansando a un lado de las puertas, hablaban sobre un accidente que se había producido
hace apenas un rato, Lexa sólo consiguió escuchar dos palabras: Clarke y enfermería. En ese
momento se le vino el mundo encima, su corazón se acelero, notaba que sus manos empezaban a
temblar, ¿Clarke estaba herida? Tenía la necesidad de saber de ella, de saber cómo estaba, de si
estaba herida.

Corrió hacia la enfermería, iba tan rápido que se chocó con un par de chicos por los pasillos, cuando
llegó a la puerta la abrió de golpe y para su sorpresa vio a Clarke sentada junto a Raven, parecía que
estaba bien, pudo respirar con tranquilidad, pero debía asegurarse. Así que se acercó a ella con paso
ligero mientras Clarke no le quitaba la vista de encima y cierta cara de asombro.

-Lexa. ¿Estás bien? (se atrevió a preguntar la joven con cierto nerviosismo)

Con cara de no entender nada Clarke le contestó:

-Clarke: Sí, estoy bien. ¿Por qué? ¿Qué pasa?

-Lexa: He escuchado al llegar que había ocurrido un accidente...yo...pensé

que...
Clarke observó la cara de preocupación de la otra, incluso cómo si estuviese asustada, así que no
dudo en coger una de sus manos con las suyas. Su conexión piel con piel de nuevo estaba
funcionando, Lexa podía sentir un escalofrío por todo su cuerpo al sentir el roce de las manos de
Clarke en la suya. Sus ojos volvieron a conectar, no podían apartarse la mirada, incluso olvidando
que Raven estaba justo allí. Clarke se atrevió a romper ese momento.

-Clarke: Ha sido Ian, ha caído de una de las torres, pero se va a poner bien, estamos esperando que
despierte.

Lexa se giró y lo vio, también observó la cara de preocupación de Raven y dirigiéndose a ella le dijo:

-Lexa: Se pondrá bien, es un cabezón, tiene una cabeza muy dura como para que un simple golpe le
afecte.

Quería animar un poco a Raven con sus palabras y parece que había funcionado ya que la joven le
regaló una sonrisa.

En ese mismo momento escuchó de repente a Ian quejándose, se estaba despertando por fin, las
tres chicas se dirigieron hacia la camilla donde estaba, en el camino las manos de Clarke soltaron la
de Lexa, no se había dado ni cuenta que las manos de Clarke seguían manteniendo la suya cautiva.

-Clarke: Ian, ¿me escuchas? ¿estás bien?

Ian no contestaba sólo se apreciaban gestos de dolor en su cara.

-Clarke: Ian, vamos, ¿puedes oírme?

-Ian: Si, Clarke, si, deja de hablar tan alto, la cabeza me va a explotar.

Las tres chicas respiraron aliviadas al escuchar las palabras de Ian, Raven cogía una de sus manos
mientras lo observaba.
-Raven: Has perdido

tu título de trepador ¿eh?

-Ian: Complemente, pero hay algo que he recuperado (a la vez que sonreía)

-Clarke: ¿Un chichón en la cabeza?

-Ian: Burlaros lo que queráis, pero tengo mi memoria de vuelta.

-Clarke: ¿Enserio?

-Ian: Y tanto, lo recuerdo todo, recuerdo el día de mi ascensión, mi mandato, mis decisiones, las
batallas, luchas, todo.

-Raven: ¿Ha sido por el golpe? (observando a Clarke)

-Clarke: No tengo ni idea, mi madre fijo que quiere saber del tema.

-Ian: Oye Lexa, ¿cómo va tu memoria? si quieres te subo a la torre y te tiro (decía en tono burlón)

-Lexa: Muy gracioso (dedicándole una mirada fulminadora)

-Clarke: Vale, suficiente, será mejor que descanses, porque mi madre no tardara en venir a verte y
hacerte miles de preguntas.

Lexa apartó a Clarke de los otros dos suavemente agarrándola del brazo.
-Lexa: ¿Podemos hablar?

-Clarke: Claro. ¿Qué ocurre?

-Lexa: A solas... (mientras observaba a Raven e Ian, que aunque estuvieran en la misma habitación
estaban en otro mundo)

-Clarke. Si claro. Pero ahora no puedo, tengo que terminar el turno, si quieres después...

-Lexa: Esta bien, te espero en mi habitación.

Clarke había terminado el turno en la enfermería, llevaba todo su turno algo nerviosa tras la
proposición que Lexa le había realizado. Había visitado a Ian de nuevo, había comprobado si este
necesitaba algo, aunque sabía que no teniendo a Raven al lado, se despidió de su madre regalándole
un beso en la mejilla, abrió la puerta de la enfermería y comenzó a andar por el largo pasillo que le
dirigía a las habitaciones, en concreto a la habitación de Lexa, conforme avanzaba la joven se ponía
algo más nerviosa, y sin darse cuenta, ahí se encontraba, parada frente a la puerta, sin poder
reaccionar, una parte de ella estaba asustada ¿y si lo que Lexa le quería decir es que se alejase
completamente de ella? ¿y si realmente la había asustado? pero, ¿y si su Lexa había vuelto? esa
mañana había visto a una Lexa preocupada por ella, una Lexa que quería hablar con ella a solas, su
mirada era de complicidad, de preocupación, cuando la miró en la enfermería, ¿qué había pasado?
¿qué le había ocurrido fuera? ¿habría recuperado la memoria completamente? Cómo pudo sacó el
valor necesario y tocó dos veces en la puerta, esperó a que Lexa le diese permiso para entrar.

-Lexa: Adelante.

Al abrir la vio, estaba sentada en su cama, con el rostro sereno, tranquilo, sus ojos no se apartaban
de ella, estaba realmente preciosa, tenía su pelo completamente suelto cayendo sobre los dos
hombros, cerró la puerta cuando ya estaba dentro, y se quedó parada frente a la joven.

-Clarke: ¿Y bien?
-Lexa: Siéntate por favor.

=================

Capítulo XV

Esta aceptó la invitación de la otra que la miraba sin aparta la vista ni un segundo de ella. Incluso
parecía intimidarle, era una mirada diferente pero que ya había visto antes. Una vez que se sentó en
la cama, la morena se acercó un poco más hacia ella sin quitarle los ojos de encima en ningún
momento, poniendo un tanto nerviosa a la rubia.

-Clarke: Tú dirás (dijo con un tono leve)

-Lexa: Clarke, lo sé, lo sé todo.

-Clarke: ¿Todo...? ¿Has recuperado tu memoria? (mostrando una cara de asombro y alegría)

-Lexa: No, y no sé si a este ritmo la llegaré a recuperar, sólo he tenido que encajar cosas. Organizar
las piezas.
Pero Clarke se dio cuenta rápidamente.

-Clarke: Murphy, ¿verdad? Cuando lo pille....

-Lexa: No lo vayas a pagar con él, simplemente me ha contado lo que necesitaba saber, me ha
confirmado lo que hace tiempo sospechaba...

-Clarke: ¿Lo que hace tiempo sospechabas...?

-Lexa: La primera vez que te vi cuando Ian te secuestró, tus ojos me gritaban, estaban rotos siempre
han querido decirme algo más, algo que tu boca no se atrevía, tus palabras y acciones todo este
tiempo, además llevabas mi cuchillo.

-Clarke: ¿Lo reconociste? ¿Por qué no me lo quitaste?

-Lexa: Claro que lo reconocí, me lo regaló Anya cuando me entrenaba, y no te lo quité por qué no
sabía si yo misma te lo había dado, no entendía nada de la situación...

-Clarke: Me lo dio Indra, tras... tu muerte.

-Lexa: Que así sea, tuyo es ahora. (a la vez que sonreía y levantaba una de sus cejas).

El

silencio se apoderó de la habitación, la tensión prácticamente era palpable, sólo había miradas, y
ahora fue Lexa la que se adelantó a coger una de las manos de Clarke mientras la rubia la observaba
sonriendo.

No podía creer que estuviese con Lexa en su habitación tras que esta descubriese por fin lo que le
había estado ocultando, le parecía increíble que no huyese de ella, que no huyese de sus
sentimientos. Estaba dispuesta a dar ella misma el siguiente paso, estaba dispuesta a demostrarle de
nuevo a Lexa lo que sentía por ella, no quería perder más tiempo, no ahora que la otra sabía la
verdad, ahora que la tenía de nuevo con ella.

Pero de repente se escuchó un ruido altísimo que alertó a ambas.

-Lexa: ¿Qué es ese ruido?

-Clarke: Es la sirena del Arka, estamos en peligro. Alguien nos ataca.

-Lexa: Quédate aquí. (mientras se levantaba rápidamente de la cama y cogía su espada)

-Clarke: Pero tengo que salir, tengo que ayudar...

-Lexa: Clarke, por favor, quédate.

Lexa prácticamente le suplicó con la mirada que no saliese de allí, no sabían a lo que se enfrentaban
y no estaba dispuesta a poner en peligro a Clarke. Así que abrió la puerta de su habitación con la
espada en mano en dirección a la calle, el ajetreo por los pasillos del Arka era extremo, la gente no
paraba de entrar y salir del edifico, carreras, voces altas, los jóvenes que descansaban fuera se
refugiaban dentro, los guardias intentaban organizar aquello, pero todo era un absoluto caos,
encontró a Lincoln que se dirigía también hacia fuera en uno de los pasillos.

-Lexa:

¿Quiénes atacan?

-Lincoln: Creo que son desterrados.

-Lexa: Vamos, tenemos que proteger a esta gente.


Lincoln y Lexa salían por la puerta, acompañados de Octavia, se les sumó Ian.

-Lexa: No deberías estar aquí Ian, aun estas recuperándote.

-Ian: ¿Y perderme la diversión? Estás loca si piensas que sólo te vas a divertir tu!

El grupo salió fuera, contempló por unos segundos la situación, aquello era una auténtica batalla
campal, los enemigos eran un grupo bastante grande, decidieron dividirse, Lincoln y Octavia por un
lado, esa pareja era realmente explosiva luchando junta, Lexa e Ian por el otro, a parte los guardias
del Arka intentaban hacer su parte también, entre espadazo y espadazo y cada vida que Lexa iba
quitando, había observado otras caras conocidas, pudo reconocer entre la multitud a Murphy y
Marcus que también estaban en mitad de la batalla, es más le quitó prácticamente a Murphy uno de
encima que había conseguido tirarlo al suelo y tenía casi un cuchillo puesto en el cuello.

-Lexa: Podrías tener más cuidado ¿sabes?

-Murphy: Eso mismo digo yo...gracias.

Y mientras ayudaba a éste a levantarse del suelo, pudo ver a Clarke, había salido fuera aunque Lexa
le había pedido que no lo hiciera, en lo que miraba a la rubia, un enemigo pudo con ella y la tiró al
suelo, pero Lexa rápidamente se lo quitó de encima sin problemas, se levantó corriendo buscando a
Clarke entre la gente, pero no la veía, ¿dónde se había metido? Estaba justo ahí! Miraba
desesperadamente para todos lados, era imposible que hubiese desaparecido de su vista

tan rápido, avanzaba en todas direcciones a la vez que proporcionada unos cuantos golpes hacia los
enemigos, en su cabeza se hizo el silencio, sentía como se desesperaba por no verla, por no
encontrarla, estaba abrumada y bastante nerviosa. Por fin la pudo ver, estaba sentada, con sus
manos apoyadas en el suelo y se empujaba con las piernas hacia atrás, estaba alejándose de uno de
los desterrados que se le echaba casi encima, se encontraba cada vez más cerca, la rubia estaba muy
nerviosa, agarraba el cuchillo de Lexa pero no estaba lo suficientemente cerca como para poder
propiciarle un golpe efectivo al enemigo, tenía que esperar que estuviese más cerca, pero su
nerviosismo crecía por momentos a la vez que el hombre se le acercaba cada vez más y más. Era
ahora o nunca, o se abalanzaba ya sobre él, o estaba pérdida, pero justo en ese momento pudo
observar como un filo de espada cortaba el cuello de su enemigo, bañándola prácticamente en
sangre.
-Lexa: Te dije que te quedarás en mi habitación.

-Clarke: Me has bañado en sangre!

-Lexa: De nada. (a la vez que ayudaba a Clarke a ponerse de pie)

Al fin parecía que la situación estaba controlada, Clarke se marchó a la enfermería junto a su madre
para ayudar a los heridos, milagrosamente no había muertes entre las filas del Arka, posiblemente el
enemigo no contó con las armas de los Skaikru ni con que en sus filas contaban con dos
comandantes.

Lexa e Ian ayudaban a limpiar la zona, apartar los cuerpos, a organizar el sitio y tranquilizar a la
gente. Una vez terminado todo lo que había por hacer Marcus

les agradeció su labor y les invitó a que fuesen a descansar, sabía que sin la ayuda de ellos dos el
resultado hubiese sido bastante distinto.

Avanzaban por el pasillo de vuelta a sus habitaciones y por el camino se encontraban con algunos
que les agradecían su labor, la gente se había dando cuenta de que realmente ellos no eran el
enemigo, que allí eran uno más y lo acababan de demostrar.

-Ian: Noche movidita eh

-Lexa: Podría haber sido un caos...

-Ian: Lo sé, esta gente no está preparada. Deberíamos hacer algo al respecto.

-Lexa: Tienes razón, deberíamos hablar con Marcus y fortalecer el lugar al igual que a los guardias.
Ian se quedó en su habitación, estaba un pasillo antes que la de Lexa, la joven seguía avanzando,
analizando todo lo que había pasado esa noche en su cabeza, tenía que descansar para aclarar sus
ideas, pero antes decidió pasar por la habitación de Clarke, que aunque había comprado que estaba
bien quería asegurarse. Tocó a la puerta y esperó a que le diesen permiso para entrar, pero en lugar
de eso, la puerta se abrió, y detrás de ella encontró la mirada de Clarke.

-Clarke: Vamos, pasa.

-Lexa: ¿Estás bien? ¿Estás herida?

-Clarke: Estoy bien, tranquila.

-Lexa: Deberías haberme hecho caso...Si te hubiese pasado algo...

-Clarke: Pero no, ya ves que estoy bien, no tienes de que preocuparte.

Ambas se miraban, encontraban en la mirada de la otra tranquilidad.

-Lexa: Quería decirte que a partir de mañana vas a tener que sacar unas horas todos los días para mí.

-Clarke: ¿Y eso?

-Lexa: He comprobado que no eres de las que hace caso, y puede que no haya sido la primera vez....y
si vuelve a ocurrir algo parecido a lo de esta noche, debes estar preparada para defenderte y atacar.

A partir de mañana te entrenaré cada día.


Y sin dejar que la rubia contestase, la morena se giró hacia la puerta para abandonar la habitación,
pero antes de salir volvió su vista hacía los ojos de la rubia.

-Lexa: Buenas noches Clarke.

-Clarke: Buenas noches Lexa.

=================

Capítulo XVI

La mañana siguiente en Arkadia trascurría con normalidad, cada uno realizaba sus tareas y deberes
diarios, los equipos de rastreo en este caso decidieron permanecer en la zona por si había otro
intento de ataque, tendrían que contar con el mayor número posible de gente. Así que Octavia y
Murphy se encontraban esa mañana en la zona destinada como gimnasio, dónde entrenaban. Por su
parte Raven estaba haciendo unos retoques a una de las radios, Clarke se encontraba con su madre
en la enfermería atendiendo algunas lesiones producidas por el ajetreo de la noche anterior. Ian y
Lexa se habían reunido con Marcus, tenían algo que proponerle.

-Marcus: Así que... ¿queréis entrenar a los chicos?


-Ian: Así es.

-Lexa: Después de lo ocurrido anoche, nuestras habilidades pueden servir de ayuda.

-Marcus: La verdad es que no es mala idea...quizás sea la mejor idea.

-Ian: Entonces ¿qué? ¿eso es un sí?

-Marcus: Creo que sí. Es un sí.

Los tres se dirigieron hacia el gimnasio para informar a los jóvenes de la decisión que habían
tomado.

-Marcus: Así que ya sabéis, todos aquellos que estén interesados a partir hoy Ian y Lexa se
encargaran de los entrenamientos.

Mientras Ian y Lexa organizaban la zona, dividían a los chicos en grupos, Octavia y Murphy se
miraron.

-Octavia: ¿Qué me dices?

-Murphy: Yo no perdería la oportunidad, no todos los días te puede entrenar un comandante....

-Ian: ¿Y bien? ¿Algún voluntario para el primer día? (Decía mientras observaba a todos los jóvenes
que se habían quedado

en la zona habilitada como gimnasio). -Venga va, alguno tiene que tener interés en intentar derribar
a la ex comandante.
Lexa inmediatamente miró al otro con cara de no saber qué demonios pretendía el otro.

Lo apartó hacía atrás e intentado que los chicos no escucharan lo que decían...

-Lexa: ¿Cómo que derribar a la ex comandante?

-Ian: Es una motivación para ellos.

-Lexa: ¿Una motivación dices?

-Ian: Claro, a ti te conocen, algunos saben cómo luchas, les motiva enfrentarse a ti, a mi en cambio
no me conocen de nada...

-Lexa: Perdona pero a ti también te han visto luchar (levantando una de sus cejas).

-Ian: Venga ya, no me seas aburrida...

Mientras comentaban esto casi en silencio, uno de los chicos se levantó entre todos poniéndose al
frente.

-Ian: Vaya, vaya, mira, el primer valiente! Enhorabuena joven! Dime cómo te llamas.

-Bellamy: Me llamo Bellamy.

-Murphy: ¿Qué pretende tu hermano Octavia?

-Octavia: Eso me gustaría saber a mí, Lexa le va a patear el culo en un segundo.


-Ian: ¿Qué tal un cuerpo a cuerpo para empezar? (mientras observaba a Bellamy y a Lexa).

Los dos asintieron con la cabeza a la vez que se preparaban en posición. Lexa pudo ver en la mirada
de Bellamy un cierto odio, pero no lo culpaba, no sabía toda la historia, pero los había traicionado
anteriormente y aunque parte de su gente ya la había perdonado, era consciente de que otros tanto
no. Tampoco iba a intentar provocar más odio hacia ella, así que pasaría el enfrentamiento sin
provocaciones y de una forma tranquila y segura. Bellamy

empezó a girar alrededor de ella, por lo que la ex comandante empezó a imitar el movimiento, de
repente el joven se echó con furia y fuerza sobre la posición de ella, pero lo único que se encontró
fue con que la joven esquivó su movimiento moviéndose hacia un lado ligeramente, casi sin
inmutarse, provocando la caída de Bellamy al suelo. Las risas y aplausos no tardaron en llegar
haciendo eco en la sala. El joven se levantó rápidamente negando la mano que Lexa le ofrecía para
incorporarse, notó como su furia era incluso mayor, ella desde luego no pretendía eso, pero
tampoco iba a permitir ganarse por él. Esta vez Bellamy optó por lanzarle directamente un puñetazo
hacia la cara, pero nuevamente fue inútil, Lexa lo esquivó con total normalidad, intentó nuevamente
abalanzarse hacia ella, y volvió a caer al suelo, una vez en el suelo con la pierna intentó golpear los
pies de la joven, pero esta nuevamente con un movimiento rápido volvió a esquivar su ataque. El
joven hecho una furia se levantó y se dirigió hacia la salida tirando parte del material que había a un
lado de la estancia. A todo esto los demás que estaban allí pronunciaban enérgicamente: Heda,
Heda, Heda.

-Ian: A eso le llamo yo no tener paciencia. Y está claro que es lo que no se puede hacer en una
batalla. Y mucho menos abandonar. Aquel que durante un entrenamiento con nosotros se le ocurra
abandonar y salir por esa puerta... un consejo: que no vuelva a entrar.

-Lexa: Suficiente. Todo el mundo a colocarse por parejas, vamos a empezar con lo más básico estos
días para preparad vuestra base.

Había

llegado la hora del almuerzo, como de costumbre Clarke y Raven se encontraban en la mesa de
siempre, contándose como les había ido la mañana.

-Raven: Oh, aquí estáis! Vamos venid, sentaos.


Clarke alzó la vista y pudo ver a Ian y Lexa acercarse a la mesa donde ellas se encontraban. Ian se
sentó junto a Raven, y por su parte Lexa lo hizo al lado de Clarke.

-Ian: Marcus nos ha dicho que querías vernos.

-Raven: Así es, mirad tengo un problema con esta zona (decía mientras sacaba lo que parecía ser un
pequeño boceto de un mapa), no sabemos que hay en esa zona, los equipos aún no han podido
llegar allí, y tampoco queremos llevarlos hacía una trampa, sería de gran ayuda si sabéis algo de esta
zona.

Clarke observaba a Lexa intentando que esta no se diese cuenta, observaba su perfil, la forma de su
mandíbula, su cuello, estaba tan concentrada que apenas escuchaba las palabras de Raven que
quedaban muy al fondo de su pensamiento, pero hubo algo que la sacó de su nube. Sintió el roce de
la rodilla de Lexa junto a la suya, ¿lo había hecho a propósito? ¿o sólo fue consecuencia de que Lexa
se inclinara para ver mejor el pequeño boceto de Raven?, posiblemente no había sido a propósito,
ya que recordaba como Lexa siempre había respetado su espacio, apenas recordaba alguna caricia
de Lexa hacia ella, sólo el día que por fin Clarke se rindió ante la morena, el día que no pudo más y
decidió entregarse a ella, en un momento recordó cada caricia que Lexa le regaló, el roce de sus
manos, las caricias por su espalda, sus labios en el cuello...Si era a propósito o no,

la rodilla seguía manteniendo contando con la suya, sólo la apartó cuando se marchó junto a Ian, no
sin antes mirarla y decirle:

-Lexa: ¿Nos vemos luego en el gimnasio?

-Clarke: Sí claro.

Una vez que Clarke y Raven se encontraban de nuevo a solas en la mesa, no pudo contenerse las
ganas de preguntarle a su amiga por lo que acababa de pasar.

-Raven: ¿Nos vemos en el gimnasio? ¿A qué ha venido eso?


-Clarke: Lexa va a entrenarme.

-Raven: ¿A entrenarte, en solitario?

-Clarke: Si...¿qué pasa?

-Raven: Pues que Ian y Lexa desde esta mañana se dedican a entrenar a todos, ¿por qué Lexa lo
haría contigo en solitario? (mientras miraba a Clarke con cara de picardía).

-Clarke: Siempre has sido muy directa, ¿por qué no sueltas la pregunta ya?

-Raven: Tienes razón. Venga va. ¿Qué hay entre vosotras dos eh?

-Clarke: Verdaderamente no hay nada.

-Raven: Venga ya Clarke, no estoy ciega, nadie de aquí está ciego, sólo hay que ver como os miráis, si
casi os coméis con la mirada, el ambiente se centra en vosotras cuando entráis en una habitación, la
tensión se podría cortar con un cuchillo.

-Clarke: Es enserio Raven, no tenemos nada... (la miraba con ojos sinceros que parecían quererle
decirle algo más).

-Raven: ¿Pero....? Siempre hay un pero.... (agarrando la mano de la rubia).

-Clarke: A ver es complicado....pero, digamos que Lexa y yo antes de que ella muriese éramos felices.

-Raven: ¿Felices?

-Clarke: ¿Te lo tengo que explicar todo? ¿Enserio? Sabes a lo que me refiero.
-Raven: ¿¿Os liasteis?? No jodas!

-Clarke: Shhhh, no hace falta que se entere todo el mundo Raven.

Pero sí, nos liamos, y bueno...hubo más que eso. Además no fue sólo atracción física ¿sabes?, yo la
quería, pero no fui capaz de decírselo, un minuto después la perdí...

Y ahora con lo de su pérdida de memoria y tal...es complicado, es bastante complicado...

-Raven: Ay cielo,....tú tranquila, ¿sabes por qué? Porque las almas gemelas están destinadas a estar
juntas, así que disfruta de tú tiempo con ella, además puedes ver esta situación como un regalo.

-Clarke: ¿un regalo? ¿bromeas?

-Raven: Claro. No todo el mundo puede enamorarse de su alma gemela por segunda vez ¿no crees?
(regalándole una sonrisa a la rubia, provocando una leve sonrisa en ella también).

Posiblemente Raven tenía razón, había tenido la suerte de recuperar a Lexa, de volver a tenerla con
ella, sabía que antes de todo sentía algo por ella, ¿por qué ahora no podía ser posible? ¿por qué no
iba a poder enamorarse de ella de nuevo? Realmente en ella nada había cambiado, estaba claro que
su pérdida le había hecho daño y había cambiado una parte de ella, pero ahora con su vuelta se
sentía bien, se sentía segura y capaz de todo de nuevo, como cuando estaba a su lado. Ella no era de
las que pensaba que el amor era debilidad, para nada, el amor era lucha, era fuerza, era poder.
=================

Capítulo XVII

Clarke se encontraba ayudando a su madre en la enfermería, colocando y organizando parte de los


materiales médicos, la verdad es que por ahora contaban con bastantes provisiones. El día no había
sido nada interesante, lo único que le motivaba era la reunión que tendría con Lexa después de que
cumpliera su trabajo en la enfermería.

Su turno estaba por acabar, y ella cada vez se ponía más y más nerviosa.

Avanzaba ya por el pasillo que le dirigía al gimnasio con gran cantidad de preguntas en su cabeza:
¿qué le habría empujado a Lexa para decidir entrenarla? ¿había algo más? ¿querría pasar tiempo
con ella? ¿y si se había arrepentido? ¿y si.....?

Pero todas esas preguntas se esfumaron cuando abrió la puerta y la encontró allí, estaba sentada en
uno de los bancos que apoyaban en las paredes de la habitación, sus ojos rápidamente conectaron.

-Lexa: Llegas tarde.

-Clarke: No sabía que teníamos hora fijada (mirándola a la vez que le regalaba una sonrisa).

Clarke pudo observar como a Lexa se le escapaba también una leve sonrisa mientras apartaba
levemente la mirada de ella. Lexa se levantó y se acercó a ella, pero no lo suficiente como Clarke
hubiese deseado. Parecía que Lexa quería dejar claro que ahí era una entrenadora, era su parte
Heda la que estaba allí dentro, no Lexa.
-Lexa: Quiero que entiendas que esto es entrenamiento. Y para que un entrenamiento funcione,
tanto aprendiz como profesor deben conocerse y saber del otro. Así que es posible que te haga
ciertas preguntas a lo largo de las sesiones...

Así

que Lexa quería saber de ella, ¿podría ser una de las razones por las que había decidido entrenarla?

-Clarke: Me parece correcto. ¿Empezamos? (dirigiéndose a la zona dónde estaban las armas para
entrenar).

-Lexa. No. Vas muy rápido Clarke. Primero hay que empezar por otros aspectos, no puedes lanzarte
directamente a por las armas, eso ya es algo más avanzado.

-Clarke: Pues tú dirás. (colocando sus brazos en jarra alrededor de su cintura)-

-Lexa: Empecemos por la postura.

-Clarke: La postura....?

-Lexa: ¿Nunca has entrenado, nada?

-Clarke: No. Primera pregunta, ahora me toca a mí.

-Lexa: ¿Qué?

-Clarke: Me has hecho una pregunta y te he respondido, ahora me toca a mí preguntar.

¿Trato?
Lexa la miraba con cierta cara de asombro a la vez que sonreía, la verdad es que Clarke sabía jugar
bien sus cartas. La morena sólo pudo asentir mientras se acercaba a ella. Clarke pudo sentir como
estaba en su espalda y desde atrás le hablaba, casi le susurraba...

-Lexa: Las piernas deben estar firmes. La postura recta (mientras tocaba su abdomen y su espalda a
la vez en un intento de corregirle la posición).

A Clarke le estaba costando muchísimo lograr lo que Lexa le pedía, las piernas para empezar
prácticamente le temblaban, al sentir el roce de sus manos en su abdomen y espalda su cuerpo se
erizó por completo, puso sentir un escalofrío cuando Lexa decidió seguir hacia sus hombros y
posteriormente hacia su cuello. Una mezcla de sensaciones entre calor, necesidad, agobio se
volcaban de golpe en su cuerpo.

-Lexa: La

mirada al frente.

Para Clarke era demasiado en un momento, necesitaba cortar eso de alguna forma, necesitaba un
respiro, necesitaba volver a recuperar la compostura y terminaría perdiendo los papeles en su
primera clase.

-Clarke: ¿A qué edad empezaste a entrenar? (soltó casi escupiendo la pregunta, casi sin pensar, fijo
que tendría preguntas más interesantes, pero fue la primera que sus labios pudieron soltar en ese
momento).

Lexa se apartó de ella, se alejó de la espalda y volvió a encontrase con sus ojos.

-Lexa: A los siete años.

-Clarke: ¿A los siete años? ¿Pero por qué tan joven?


-Lexa: Shhh. Sólo una pregunta Clarke, ese es el trato ¿no?, ahora me toca a mí.

El siguiente paso es más bien una comprobación, quiero ver cómo de fuerte eres, así que vamos,
intenta tirarme al suelo.

-Clarke: No voy a tirarte al suelo...

-Lexa: Así que piensas que me puedes tirar....interesante.

-Clarke: Está bien.

La rubia se acercó a ella, puso sus manos en las hombros de la otra e intentó empujarla, pero le era
imposible, realmente Lexa era más fuerte de lo que aparentaba, apenas pudo lograr moverla un
centímetro del lugar.

-Lexa: ¿Ves cómo la postura es importante? Inténtalo de nuevo.

De nuevo Clarke lo intentó, pero esta vez una de sus manos agarraba el brazo de la otra para logar
un mayor apoyo, pero nada, imposible.

-Lexa: ¿Por qué te apresaron en el Arka mientras estabais en el cielo?

-Clarke: No quiero hablar de eso ahora (soltó a Lexa y se apartó un poco).

-Lexa: Tienes que soltar todo fuera Clarke, necesitas

ser fuerte física y más importante aún, mentalmente.

-Clarke: No...
-Lexa: Vamos Clarke, inténtalo.

-Clarke: Digamos que tenían miedo de que hablase...(sentándose en un banco)

-Lexa: ¿Sobre qué? (se sentó a su lado)

-Clarke: Mi padre sabía que el Arka se estaba muriendo por decirlo de cierta forma, que nos
estábamos quedando sin oxígeno, él quería contarlo a todos. Quería que supieran la verdad, pero lo
ejecutaron...los que mandaban tenían miedo de lo que la verdad pudiese provocar al resto. Y
bueno...yo sabía los planes de mi padre, iba a cumplir su plan ¿sabes?, pero me cogieron a tiempo,
me encerraron, y después me mandaron de vuelta a la tierra.

La joven no puedo evitar unas lágrimas mientras contaba la historia, aunque en cierto modo se
sentía aliviada, aliviada de haber contando la historia a alguien que le importaba.

-Lexa: Clarke...yo, lo siento. No quería hacerte recordar algo así.

Clarke puso sentir como Lexa agarraba su mano mientras pronunciaba esas palabras, le daba calma,
se sentía cómoda, se sentía segura.

-Clarke: No te preocupes, es sólo que lo echo de menos...

-Lexa: Será mejor que dejemos el entrenamiento por hoy. ¿Te parece? Es mejor que vayas a
descansar.

Ya en su habitación, tumbada en la cama Clarke pensaba sobre lo que había sucedido hace un rato,
sabía que Lexa era una de esas personas que le costaba mostrar sus sentimientos, por eso quizás
había preferido cortar la conversación y el entrenamiento, pero aún así había estado a su lado,
escuchando su historia mientras intentaba reconfortarla.
De repente escuchó cómo alguien llamaba a la puerta, se levantó a abrir, y para su sorpresa ahí
estaba Lexa.

-Clarke: ¿Quieres pasar?

-Lexa: No. Yo sólo quería decirte que....si necesitas algo o alguien puedes tocar en la puerta de la
vecina de enfrente, ¿vale?

-Clake: Vale, y gracias, es todo un detalle.

Sus miradas volvieron a conectar, como tantas otras veces, pero esta vez había algo más, algo más
de complicidad, aproximación, fue un momento de conexión como los que Clarke recordaba con
anterioridad, podía observar como los ojos de Lexa estaban prácticamente vidriosos, al igual que ella
sentía los suyos de igual forma, y aunque Clarke deseaba más que nunca lanzarse de nuevo hacia
Lexa, no iba a hacerlo, esperaría, esperaría a que fuese la otra quién diese el primer paso en esta
ocasión, no quería provocar de nuevo una huída de la ex comandante.

-Lexa: Buenas noches, Clarke.

-Clarke: Reshop, Heda.

Lexa notó igualmente esa complicidad, pero por una extraña razón decidió cortar esa conexión por
el momento, y ya de camino a su habitación pudo sentir de nuevo esa sensación que invadía su
cabeza cuando algún recuerdo quería volver a ella, los pinchazos en la zona de su frente volvían,
parece que cada vez eran más fuertes, apenas pudo abrir la puerta de su habitación, tuvo que
sentarse contra su puerta, fuera en el pasillo, a esperar que se pasase esa sensación.
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Capítulo XVIII

A la mañana siguiente, los equipos de búsqueda y rastreo estaban preparados de nuevo, con la
ayuda que Raven había obtenido de Ian y Lexa sobre sus mapas, habían planeado una salida, no muy
compleja, sólo saldría un coche esta vez, cuando lo normal era mínimo dos, pero Marcus se había
encargado de que aunque marchase sólo un coche este fuese lo suficientemente efectivo, así que
dispuso el grupo con la ayuda de Octavia, Murphy, Ian, Lexa y la propia Octavia, acompañados de los
planos de Raven.

Todo estaba casi listo, diez minutos les dio Octavia al grupo para encontrase de nuevo junto al
coche, y este fue el momento escogido por Lexa para avanzar con paso ligero hacia donde sabia que
encontraría a Clarke. Abrió la puerta de la enfermería, y ahí estaba, limpiando y organizando algún
tipo de material, la joven se sobresaltó y acudió a ella.

-Clarke: ¿Estás bien? ¿Qué haces aquí?

-Lexa: Tranquila, sí, estoy bien. Sólo quería informarte de que me voy.

-Clarke: ¿Te vas...?

-Lexa: Voy con Octavia en un equipo para rastrear una zona que Raven tiene pendiente.

Así que el entrenamiento de hoy tendrá que esperar para el próximo día.
Clarke respiró aliviada, por un momento pensaba que Lexa se marchaba de verdad, que volvería con
los suyos, que la dejaría de nuevo.

-Clarke: Vale, está bien, sólo prométeme que tendrás cuidado.

La morena asintió con la cabeza y se marchó de allí camino al coche cómo Octavia había ordenado
minutos atrás.

Comenzaban a dejar Arkadia fuera del alcance de su

vista, el coche avanzaba perdiéndose por el camino, el escenario cada vez se hacía más complicado,
había unas pequeñas dunas elevadas que provocaron al grupo dejar el coche por un momento y
continuar a pie hacia la zona específica. Octavia y Murphy iban delante, la verdad es que se movían
bien fuera de Arkadia, era algo que estaba sorprendiendo a los otros dos, eso no significaba que
estuviesen alerta en cada momento, y aunque estaban pendiente a cada ruido, sonido, a cada
espacio, no les impedía hablar en algunos momentos.

-Ian: Y ¿qué, cómo va tu memoria? ¿Mejora?

-Lexa: Bueno, digamos que se toma la cosa con calma (sin apartar la vista de Murphy Y Octavia).

-Ian: ¿No has recordado nada más desde que estamos en Arkadia?

-Lexa: Sí, he tenido leves recuerdos, pero algo específicos.

-Ian: ¿Específicos...? ¿A qué te refieres?

-Lexa: Básicamente son recuerdos con Clarke.

-Ian: Así que Clarke es tu ancla.


-Lexa: ¿Mi ancla? (mirándolo algo perpleja)

-Ian: Sí, hablé con Raven del tema, y piensa que puede haber dos tipos de recuperar la memoria, uno
es tener a alguien o algo que te una a esos recuerdos, en tu caso Clarke, y la otra mi opción, más
rápida y sencilla, golpe en la cabeza! Si quieres podemos probar la segunda opción...

-Lexa: Creo que prefiero esperar antes un poco...(mientras los dos se miraban riéndose)

Una vez habían llegado a la zona, la decepción se hizo con el grupo, la verdad es que en aquella zona
no había absolutamente nada, había sido un autentico fracaso esa salida, habían perdido tiempo y
gasolina para nada, aunque

la verdad era algo normal, no siempre tenían suerte, y aunque contaban con Ian y Lexa que conocían
bien las zonas, aquello podía haber cambiado tanto en tan poco tiempo que era imposible de
adivinar cómo podría estar cualquier lugar a ciencia cierta.

En Arkadia la gente pasaba la noche fuera, dentro del perímetro, había pequeñas fogatas, la gente se
reunía en grupos, comían, bebían, charlaban, todo estaba tranquilo.

Clarke y Raven estaban juntas, algo nerviosas, esperando noticias del grupo que había salido,
esperando noticias de Lexa e Ian, sentadas en un grupo junto a Jasper y Monty, recordando cosas de
cuando estaban en el cielo, como siempre, esos dos no se cansaban de contar sus hazañas una y otra
vez. De repente vieron movimiento en las puertas de entrada, los guardia se disponían a abrirlas,
dejando entrar el coche que dirigía Octavia.

Llegaron a Arkadia casi al anochecer ya que no decidieron parar a descansar, el puesto de piloto
había estado pasando de Octavia a Murphy a lo largo del día.

El coche entró y los que había dentro de él empezaron a bajarse, Lexa no llevaba ni un segundo
fuera, apenas le dio tiempo a levantar la vista, cuando sintió cómo alguien se abalanzaba sobre ella,
abrazándola con fuerza.
-Ian: Vaya, eso sí que es un recibimiento.

-Raven: Anda ya, no seas envidioso (mientras la morena le regalaba otro abrazo)

Lexa al principio se sorprendió, pero se dejó abrazar. La cara de Clarke estaba sobre uno de sus
hombros y pudo escuchar como la joven le decía que había estado preocupada, en ese instante no
pudo resistirse

a devolverle el abrazo, aprovechando para oler su pelo, para respirar de ella, para poder sentirla
cerca. Sintió como Clarke se despegaba de ella, no quería que se rompiera ese momento, quería
seguir así un poco más.

-Clarke: Lo siento...a veces soy algo impulsiva. (separándose de Lexa).

-Lexa: Eso es una de las cosas que me gustan de ti.

Clarke sólo pudo responderle con una leve sonrisa, no sabía dónde meterse, se había lanzado a los
brazos de Lexa sin ningún miramiento, sin ni siquiera pensar que Lexa quizás se lo podría haber
negado, en cambio encontró a una Lexa que lo aceptó sin problema y que incluso le había dicho que
le gustaba esa parte de su personalidad.

Al día siguiente cuando Clarke abrió la puerta del gimnasio se encontró con Lexa, estaba entrenando
con su espada, realizando movimientos al aire, le parecía increíble la habilidad que tenía para
moverse, apenas parecía ningún esfuerzo para ella, era tan simple cómo respirar. Cuando se dio
cuenta de la presencia de la rubia paró, parecía más seria que la última vez que se vieron la noche
anterior, pero rápidamente recordó las palabras que le había dicho el día que empezaron el
entrenamiento: "en esa habitación eran entrenador y aprendiz".

-Clarke: Tú dirás Heda, ¿de qué trata hoy el asunto?

-Lexa: Clarke, ya no soy heda... Y hasta que no superes el primer escalón no avanzaremos. Así que,
como el día anterior, intenta moverme.
-Clarke: Pero eso es una chorrada....

-Lexa: Una chorrada que no logras superar. Quiero ver tu fuerza, de lo que eres capaz.

Clarke lo

intentó un par de veces, y nada, no lo conseguía. Lexa se dio cuenta que quizás necesita provocar en
cierto grado a la otra, así que sin pensárselo empezó a lanzarle pequeños ataques verbales.

-Lexa: Así que eres la embajadora de tu pueblo, aquella que los representa...y no eres capaz de
moverme del sitio....interesante, ¿no crees?

Clarke sabía que Lexa estaba intentando provocarla, no quería ni iba a caer en su juego.

-Clarke: Se lo que pretendes conseguir y no voy a entrar en tu juego.

-Lexa: Solamente te estoy ofreciendo la realidad, no eres capaz de sacar la fuerza necesaria, vamos
Clarke. Busca la manera, busca el momento que te enfadase de verdad. Sácalo.

La rubia sólo pudo apartarse de ella, y mientras agachaba la mirada negaba con la cabeza.

-Lexa: ¿Quizás fue que te abandonase en el monte Weather? ¿Qué no pudiste defender a tu pueblo?
¿Qué los abandonaste? ¿Qué le fallaste a tu madre, a tu gente?

Clarke no pudo más, sabía que lo hacía para provocarla, y lo había conseguido, se lanzó sobre ella,
poniendo una mano sobre su cuello, la empujó contra la pared, la miraba con lágrimas en los ojos,
estaba a punto de romper a llorar, Lexa la observaba, observaba como Clarke estaba a punto de
derrumbarse, había hecho que Clarke sacase su furia, ¿pero a qué precio?

-Clarke: ¿Sabes cual fue ese momento? ¿Sabes cuando fue que no pude más?
¿Cuándo mi corazón no pudo más? Cuando te perdí! Me abandonaste! Me había entregado a ti, y
segundos después tu sangre cubría mis manos, no pude hacer nada por ti, me dejaste....

-Lexa: ....Lo siento.

Sin más Clarke abandonó el lugar dejando a Lexa allí parada, mientras nuevamente su mente se
nublaba, otra vez esa sensación, cada vez parecía que las ráfagas de recuerdos venían más
continuas, ¿sería verdad eso que decía Ian, de qué Clarke esa su ancla?

Quedó sentada durante un rato en el suelo, apoyando su espalda a la pared, su mente le decía que
debía dejar a Clarke procesar aquello, pero su corazón le pedía a gritos que fuera tras ella, que
comprobase como estaba.

Clarke por su parte atravesó el pasillo lo más rápido que pudo, llegó a su habitación y se echó en la
cama, lo que le había confesado a Lexa era verdad, ese fue el momento en el que sintió que no podía
más, cuando renunció a cualquier tipo de sensación, de sentimiento, le habían arrebatado todo,
quizás si no se hubiese negado tanto hacia lo que sentía por ella, podrían haber disfrutado de más
tiempo juntas, pero no, tuvo que alargar el encuentro todo lo posible, hasta que no pudo más, en el
momento en que entró a la habitación de Lexa y la vio tan preciosa, con el pelo cayendo hacia uno
de sus hombros, esos ojos que le decían que por favor se quedase con ella...que le gritaban más
bien. Y fue cuando casi sus labios pronuncian que la quería cuando se dio cuenta de que la
necesitaba, que necesitaba sentirla, sentir sus labios, su caricias, y quería que ella lo supiera, quería
demostrárselo, habían estado tan unidas en ese momento que a veces sentía que la tenía a su lado
de nuevo, y aún así, no fue capaz de decirle que la quería, se arrepentía cada momento de nunca
poder haberle dicho esas palabras a Lexa, esas dos palabras.

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Capítulo XIX
Sus lágrimas caían por su rostro mientras estos pensamientos viajaban y atravesaban su cabeza sin
poder descansar con claridad, pero el ruido de que alguien tocaba a la puerta le hizo despertar de
ellos. No tenía intención de abrir, no quería ni ver ni escuchar a nadie, no tenía ganas de hablar, ni
de aguantar a nadie.

-Lexa: Clarke...si estás ahí, ábreme por favor.

Se limpió las lágrimas y abrió la puerta, la vio de frente a ella, su cara reflejaba pena y cierto dolor.

-Lexa: ¿Estás bien?

-Clarke: Sí. (mientras intentaba aguantar las lágrimas que comenzaban a brotar de nuevo).

-Lexa: ¿Puedo pasar?

Clarke se apartó de la puerta para dejarle pasar, entró en la habitación y se sentó en la cama.

-Lexa: Acompáñame por favor.

Esperó que la rubia se sentase en la cama, aunque esta no era capaz de mirarle a la cara, sentía que
quería evitarle la mirada a toda costa.

-Lexa: Siento haberte forzado tanto, no pretendía hacerte daño, de verdad que lo siento.

Por favor, mírame.


-Clarke: Tú no tuviste la culpa de morir (dijo en un tono flojo y algo ronco). Así que más bien soy yo
la que debo pedirte perdón por el numerito que te he montado.

-Lexa: No debes pedir perdón sobre lo que sientes, ha tenido que ser duro para ti.

(agarró su cara suavemente para que sus ojos contactaron de nuevo).

Clarke no pudo evitar unas lágrimas que caían sobre sus mejillas, Lexa rápidamente las apartó, su
siguiente paso fue abrazarla.

-Lexa: Tranquila, ahora estoy aquí (decía susurrándole

al oído).

Sus cuerpos se separaron por un momento, Clarke no pudo evitar mirar sus labios, no sabía cómo
podría contenerse una vez más, aguantaba sus ganas, volvió a mirar los ojos verdes que no se
apartaban de ella. Lexa ahora agarraba sus manos con suavidad, las acariciaba, sentía el calor de
estas. Y sin que se lo esperase, sintió como los labios de Lexa tocaban los suyos, le pilló por sorpresa,
no los esperaba, y menos que invadieran su espacio de esa forma, sin darse cuenta comenzaba a
llorar de nuevo, le hizo llorar al besarla tan lento.

Se separaron por un momento, Lexa la miraba, sus pupilas estaban dilatadas, apenas le salían las
palabras...

-Lexa: No recuerdo completamente lo que sentía por ti....

Clarke sintió un gran pinchazo en su corazón, la tristeza le invadía, cada vez veía más lejos que Lexa
pudiese recuperar su memoria.

-Lexa: ...pero sé lo que siento ahora, y si esto es sólo una parte de lo que sentía, vaya Clarke, créeme
que me da miedo.
No podía creerlo, ¿Lexa le había confesado que tenía sentimientos hacia ella? No sabía que decirle,
así que decidió actuar, lanzando un ataque frontal hacia ella, hacia sus labios, de nuevo se unieron,
la rubia no pudo evitar pasar a besar el cuello de la otra, sus labios se volvían a encontrar una y otra
vez mientras Lexa la agarraba por la cintura para acércala más a ella, fue el momento en que Clarke
decidió quitarle la camiseta y recorrer su cuerpo con su mirada mientras se mordía el labio, Lexa
repitió la jugada mientras acariciaba la espalda de la otra, lentamente, muy

lentamente, la piel de Clarke se erizaba, su espalda se encorvaba, no pudo más y se lanzó sobre ella,
desprendiéndose ambas de la ropa que le quedaba unieron sus cuerpos, sus manos jugaban mil
batallas, entre caricias y besos se fundieron en una sola, habían perdido la noción del tiempo
mientras examinaban sus cuerpos una y otra vez, disfrutando cada minuto de cada detalle de la otra.

Terminaron las dos abrazadas, mirándose a los ojos, Clarke le pidió callada que se quedase a dormir,
sólo con la mirada que se quedase esa noche con ella.

-Clarke: He echado de menos tu olor....

A la mañana siguiente Lexa despertó en la cama de Clarke, observó a su lado y la encontró, su cara
reflejaba paz, tranquilidad, se podría pasar horas observándola, había echado tanto de menos
tenerla cerca...Se atrevió a apartarle un mechón de pelo que caía cerca de su frente para así
observarla mejor, bajó su mano acariciando su cara muy suavemente, cuando sus ojos viajaron a los
de la otra pudo ver que estaba despierta.

-Lexa: Lo siento, no quería despertarte.

-Clarke: Tranquila. ¿Has dormido bien?

-Lexa: Bastante bien la verdad (regalándole una de esas sonrisas que tanto adoraba Clarke).

-Clarke: Me alegro (lanzándose a besarla)

-Lexa: ¿Me enseñas algún dibujo tuyo?


-Clarke: ¿Qué?

-Lexa: Me dijiste que una vez que estuviéramos en Arkadia me enseñarías algún dibujo tuyo....

-Clarke: Cierto, y lo prometido es deuda.

La joven se levantó de la cama y se dirigió a una pequeña mesa que se encontraba cerca de la cama,
abriendo

uno de los cajones que tenía, agarró una carpeta de color marrón, y volvió con ella a la cama.

-Lexa: Vaya, están muy bien Clarke, se te da realmente bien esto.

-Clarke: Gracias, pero ya casi no dibujo... no desde que...

-Lexa: ¿Desde este dibujo? (Señalando el dibujo que Clarke le había hecho tiempo atrás en Polis
mientras se había quedado dormida en el sillón de su habitación).

Te pusiste algo nerviosa cuando te pille con él, no puedes negármelo.

-Clarke: Bueno la verdad es que...Espera...¿lo recuerdas?

Lexa no pudo evitar sonreír a Clarke y mirándola a los ojos le dijo...

-Lexa: Clarke, digamos que posiblemente lo que pasó anoche fue un gran desencadenante de mis
recuerdos....

-Clarke: Y eso...¿quiere decir...? Oh dios mio! Tú memoria! ¿La has recuperado?


-Lexa: Sí. No sé en qué punto, pero esta mañana desperté con todo claro, todas las piezas encajadas.
Clarke...siento haberte dejado con ese dolor, pude sentirlo mientras te despedías de mi....yo no
quise eso para ti.

La verdad es que Clarke se encontraba bastante desconcertada, por fin tenía completamente a Lexa
a su lado.

-Clarke: Eso ya no importa, te tengo a mi lado de nuevo (abrazándose con fuerza a Lexa).

Desde que Lexa e Ian se unieron a Arkadia, las reuniones que se llevaban los viernes contaban con
dos nuevos miembros, era bueno para el grupo contar con sus experiencias, con sus conocimientos
sobre la zona, los recursos, las medidas que podían o no tomar...Pero ese día además contaban con
la presencia de Indra, la líder

del pueblo Triku, la que había luchado al lado de Lexa en tantas ocasiones, había llegado a Arkadia
para reunirse con ellos.

-Marcus: Hoy nuestra reunión tiene un tema externo que tratar, Indra tiene algo que contarnos,
adelante, te escuchamos.

-Indra: Mi pueblo está siendo atacado.


-Lexa: ¿Qué? ¿Desde cuándo?

-Indra: Desde hace dos días, las noticias aún no han llegado a ningún otro clan porque estábamos
todos controlando la lucha. He decidido viajar hasta aquí porque vuestro pueblo es el más cercano, y
quizás con la ayuda de vuestras armas podemos disuadirlos de que abandonen su cruzada.

-Ian: ¿Quiénes están atacando Indra?

-Indra: Son desterrados, es un grupo grande, nunca había visto uno de tal dimensiones, parece como
si todos se hubiesen reunido.

-Lexa: Yo lucharé a tu lado Indra, junto al pueblo Triku.

-Ian: Yo también me apunto.

-Marcus: No iréis solos, parte de nuestra gente se unirá a vuestra causa.

Así que sin más levantó la reunión para preparar todo lo necesario antes de la salida.

Clarke paró a Lexa antes de que pudiese salir de la sala, la agarró del brazo y espero a que la sala se
quedase sólo con ellas.

-Clarke: No me gusta esto. No quiero que vayas.

-Lexa: Clarke, sabes que tengo que ir, no puedo dejarlos como si nada, son mi pueblo...

Sin más Clarke se marchó de allí, dejándola sola. Mientras fuera se preparaba todo, había varios
grupos que cargaban varios coches con todo lo necesario, armas, comida, utensilios, medicinas,
incluso médicos se habían unido a la causa. Lexa e Ian estaban fuera
viendo como todo quedaba listo.

-Octavia: En quince minutos partimos. Os quiero a todos aquí, sin demora.

-Indra: Has aprendido bien Octavia del pueblo celeste, eres todo un orgullo como mi segunda.

Lexa volvió al edificio al escuchar las palabras de Octavia, tenía que encontrarse con Clarke, la buscó
en la enfermería, en ambas habitaciones, pero nada, y de repente lo vio claro, caminó con paso
ligero hacia el gimnasio, y al abrir la puerta allí la encontró, sentada en el suelo con la espalda contra
la pared. Se sentó a su lado observándola, sin recibir respuesta de la rubia, ni si quiera una mirada.

-Lexa: Clarke, sabes que tengo que ir... (agarrando su mano).

-Clarke: Lo sé, eso es lo que me cabrea. Que nuestra gente siempre estará por encima.

-Lexa: Sabes que eso no es así... ellos ahora me necesitan, necesitan ayuda.

-Clarke: Diga lo que diga no voy a conseguir que cambies de idea, lo sé, así que al menos prométeme
que tendrás cuidado (levantó la cara mirándola a los ojos).

-Lexa: Volveré a ti. Te lo prometo.

Antes de levantarse Lexa le regaló un tímido beso en la comisura de los labios, cuando estaba a
punto de salir por la puerta pudo sentir como Clarke agarraba y tiraba de su brazo girándola hacia
ella, uniendo sus labios con un beso intenso, se separaron por un segundo en búsqueda de aire para
volver a unirse, Clarke tiraba del cuerpo de la otra hacia ella, tenía la necesidad de sentirla todo lo
cerca posible, colocó sus manos sobre el cuello de Lexa mientras no paraba de besarla, bajando
hacia el cuello, podía sentir como su temperatura aumentaba, un cosquilleo recorría su espalda al
sentir las manos de Clarke esta vez por su espalda, sentía su respiración fuerte mientras no paraba
de besarla, sus manos comenzaban a bajar más, hacia su cintura....Lexa se apartó lentamente de
ella, mirándola a los ojos que intentaban contener las lágrimas.
-Lexa: Es mejor que esto pare aquí Clarke...Sabes que no podremos contenernos y tengo que irme
ya...

Clarke sólo asintió con la cabeza, sabía que Lexa tenía razón, además también sabía que nada la
retendría de ayudar a su pueblo, así que sin más la dejo marchar.

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Capítulo XX

Habían decidido ir todos en los coches, ya que tardarían menos en llegar al clan Triku, en la parte
trasera de uno de ellos se encontraban Lexa e Ian, el joven se encontraba observando todo el paisaje
minuciosamente, examinaba cada detalle.

-Ian: Como ha cambiado esto...

Lexa ni le respondió, estaba completamente sumergida en sus pensamientos, con la mirada pérdida,
sin ni siquiera mirar por la ventanilla del coche.

-Ian: Gracias por ignorarme (mientras le daba un leve codazo).


-Lexa: ¿Qué? ¿Qué ocurre?

-Ian: Estás preocupada...¿es por ella? ¿es por Clarke?

Lexa seguía sin responder, su mirada seguía fija al mismo punto.

-Ian: Es fuerte y lo sabes, no debes preocuparte tanto, ahora debes centrarte.

Y tras decir aquello, Ian se giró de nuevo a observar por la ventanilla, para su sorpresa pudo escuchar
las palabras de Lexa.

-Lexa: Ella...ha sufrido bastante ya, si me ocurriese algo....quizás debí quedarme en Arkadia, pero no
podía abandonar a los triku....

Ian con suavidad pero firmeza puso su mano sobre uno de los hombros de Lexa.

-Ian: Tranquila, yo te protegeré (mientras dejaba escapar una sonrisa).

-Lexa: ¿Enserio? ¿Tú? Entonces mejor me bajo ya del coche... (devolviéndole la sonrisa al joven).

Llegaron al campamento Triku más rápido de lo esperado, dejaron los coches fuera de las murallas
de madera que lo rodeaban para adentrarse a pie. Nada más entrar por las puertas pudieron
observar la cara de incredibilidad y sorpresa de los que allí habitaban, sabían de los

rumores de la vuelta de los comandantes, pero no daban crédito a ellos hasta que por fin la vieron,
vieron a su ex comandante, Lexa kom Triku, con forme más avanzaban en el campamento las
miradas de los habitantes eran mayores, los susurros pasaron a un nivel más alto, a Lexa la situación
le estaba empezando a ser incómoda, ya que recordaba que antes de su muerte la tensión entre los
pueblos era fuerte y más entre los Triku, ya que en cierto modo los dejó de lado para proteger a los
Skaikru, no sabía lo que su gente pensaba de ella, no sabía que pensaban de su vuelta, ni que en
esos momentos estuviese pisando su terreno de nuevo. Tenía una lucha interna de sentimientos,
sobre el lugar, sobre su gente, sobre su aceptación o no.

Llegados a un punto, de entre todos ellos salió un hombre algo mayor, posicionándose justo frente
a Lexa, cortándole el paso, su pelo pintaba canas, con una larga y espesa barba cubriendo su cara,
una gran cicatriz cubría parte de su ceja y avanzaba hacia la parte baja de su ojo, su rostro sereno,
algo intimidante.

La acción del hombre no dejó indiferente a nadie, para la sorpresa de todos los presentes, éste
acercó su brazo a Lexa en forma de saludo, como hacían los grounders, a la vez que pronunciaba las
siguientes palabras: -Es un placer volver a verte Lexa Kom Triku. Lexa devolvió el apretón de manos
al hombre, respondiéndole con: -Es un placer poder volver a mi tierra.

Mientras en Arkadia.

El día pasaba como otro cualquiera, cada uno se dedicaba a lo suyo, sin ningún acontecimiento que
destacar,

últimamente la cosa se había vuelto bastante monótona.

Clarke había pasado la mañana en la enfermería, ayudando a su madre y a los demás, y como de
costumbre a la hora de comer se encontró con Raven en el comedor, se sentaron en su mesa de
siempre que poco a poco se fue llenando de sus otros compañeros, Jasper, Monty y Bellamy,
ocupando los sitios que últimamente habían estado ocupando Octavia, Murphy, Ian y Lexa,
realmente esto a las chicas no les molestaba ya que quizás con las aventuras de estos sus mentes se
centraran otra cosa que no fuese el pueblo Triku, y la batalla que se les aproximaba a Lexa e Ian.

En efecto el rato estaba pasando de una forma amena, tranquila, los chicos contaban algunas
anécdotas a los que Raven se unía de vez en cuando, Clarke por su parte sólo se limitaba a asentir y
esbozar alguna leve sonrisa de vez en cuando, prácticamente no estaba dentro de la conversación,
sólo escuchaba algunas palabras sueltas de vez en cuando. Hasta que unas palabras llamaron su
atención.

-Clarke: ¿Qué?

-Bellamy: Qué no sé cómo por qué confiáis de nuevo en Lexa, por qué confías tú de nuevo en ella.
Nos la va a volver a jugar, te volverá a hacer daño Clarke, ella no es cómo nosotros.

A la rubia esas palabras le sentaron cómo si alguien clavase un puñal afilado dentro de su estomago.
Raven quiso intervenir para intentar desviar el tema, pero era tarde.

Clarke lanzó una de esas miradas, de esas que todos conocían, de las que cuando Clarke lanzaba, lo
único que podías era intentar refugiarte de todo lo que te venía encima.

-Clarke:

¿Qué no es cómo nosotros? A ver explícate Bellamy. (dijo con un tono serio y bastante cortante).

-Bellamy: No quería que te enfadaras Clarke...es sólo que, intento protegerte...

-Clarke: ¿Protegerme dices? ¿Acaso me protegiste cuando intente arreglar las cosas y me pusiste
unas esposas? ¿Cuándo sin pensártelo me pretendías entregar a Pike? ¿Cuándo no te importaba
nuestra gente y jugaste a las guerras en una batalla que sabías que no ganarías? ¿Cuándo a pesar de
que Lexa, la que no es cómo nosotros, según dices tú, paró una guerra tu seguiste en tu lucha
personal contra el mundo?
El silencio se hizo en la mesa de una forma absoluta mientras Clarke seguía mirando a Bellamy con
cara de seguir retándole, débilmente Bellamy intento decir algo nuevamente, pero Clarke volvió al
ataque.

-Clarke: ¿Sabes qué? Ahórrate tus palabras, porque para mí no valen nada.

Abandonó el comedor hecha una furia, no sabía dónde dirigirse exactamente, andaba por los pasillos
todo lo rápido que podía, necesitaba salir de allí, necesitaba tomar aire fresco, necesitaba despejar
su mente, dejar que su rabia se fuera, se encontraba en tal estado que ni si quiera podía escuchar la
voz de Raven que la llamaba desde atrás, y fue cuando se encontraba en el exterior que tomó una
bocanada de aire y pudo relajarse un poco cuando sintió la presencia de su amiga cerca que
acercaba una de sus manos a su hombro.

-Raven: Cielo, ¿estás bien?

-Clarke: ....sí. No entiendo por qué Bellamy es capaz de decir eso, sé que Lexa nos la jugó en el
Monte Weather, pero....

-Raven:

...pero eso fue hace tiempo, después demostró con creces su apoyo hacia nosotros, su apoyo a ti
Clarke. No le des importancia a las palabras de Bellamy, no merecen tu angustia. Ellos van a volver,
te lo digo yo.

Clarke se giró hacia su amiga y la abrazó, menos mal que la tenía a ella allí, se había convertido en un
gran pilar para ella, quién se lo iba a decir después de todo lo que habían pasado...
En el clan Triku

En la tienda más grande se encontraban Ian, Lexa e Indra, pertenecía a esta última, ya que tenía el
puesto de general de esa tribu, al igual que en tiempos de cuando Lexa era comandante, la tienda
decorada con telas rojizas y pieles de algún que otro animal, algunas velas para lograr visibilidad ya
que la noche les había alcanzado, sentados junto a una mesa pequeña se encontraban Indra e Ian,
Lexa por su parte se encontraba de pie, andando de un lado hacia otro de la estancia.

-Ian: ¿Sabéis cuantos son?

-Indra: A ciencia cierta no, parece que cada día se les unen más.

-Ian: ¿Y sabéis dónde tienen su campamento?

-Indra: Fuera de los límites, sólo los atraviesan para atacar y vuelven.

-Lexa: No.

-Ian: ¿A qué te refieres?

-Lexa: Tienen que tener un equipo cerca, que les informe de la situación, el viaje desde los límites es
bastante largo cómo para jugársela sin saber la situación...

-Indra: Pero no hemos visto a ninguno cerca Heda.

-Lexa: Eso no quiere decir que no estén, y por cierto ya no soy tu Heda Indra, ya lo sabes.
Antes de que alguno pudiese decir una palabra más, escucharon

gritos fuera de la tienda, un guarda entró rápidamente algo acelerado: -Siento interrumpir, están
aquí.

Los tres salieron cómo la pólvora, fuera todo era descontrol, mientras algunos de los suyos
intentaban luchar, mujeres y niños corrían a refugiarse, los enemigos eran feroces, sanguinarios,
estaban aniquilando todo a su paso, además iban pegando fuego a cada cosa que encontraban, sin
pensárselo dos voces, los tres guerreros se dispusieron en batalla por separado, se le sumaron otros
guerreros triku, ofreciéndoles refuerzos.

Entre enemigo y enemigo que Lexa iba derrotando, observó a lo lejos una madre con su hijo
refugiada bajo un carro mientras uno de los enemigos intentaba sacarla fuera, la joven ni se lo pensó
y se lanzo en carrera hacia allí, pero antes de llegar observó como el hombre sacaba a la fuerza al
niño de aquel escondrijo mientras su madre gritaba llorando, el enemigo levantó su espada para
propiciarle un toque de muerte al niño...pero de repente algo se lo impidió, su espada no tocó al
niño, Lexa había llegado a tiempo tirándose sobre él, refugiándolo bajo su cuerpo, se levantó con
suma rapidez a la vez que con una patada tiraba a ese hombre al suelo, propiciándole después la
muerte.

Cuando se aseguró de que madre e hijo estaban bien, observó a su alrededor, ya nadie luchaba, todo
parecía bajo control, no quedaba ningún enemigo en pie, pero el poblado estaba destrozado
completamente, casas y tiendas quemadas, muertos y sangre decoraban las calles, los ojos de Lexa
se encontraron con los de Ian e Indra, los tres con mirada

de desilusión, asombro y pena. Ayudaron posteriormente a intentar poner un cierto control para
pasar la noche, apagar los fuegos, curar a los heridos más graves, y el resto de la noche intentarían
descansar un poco ya que el día siguiente sería agotador...

Una vez llegaron a la tienda de Indra de nuevo.

-Ian: Ha sido un golpe muy duro....niños, mujeres, ancianos...


-Lexa: ¿Cómo es posible que llegasen hasta aquí sin ser vistos? ¿No tenéis centinelas?

(Elevando el tono dirigiéndose a Indra)

-Indra: Claro que tenemos, pero ya lo dije antes, no sabemos cómo llegan sin ser vistos.

-Ian: Pues está claro que tienen una forma, y les funciona.

A la mañana siguiente se pusieron rápidamente manos a la obra, necesitaban poner el poblado en


funcionamiento lo más rápido posible. Ayudaban en primer lugar a reunir los cuerpos en la plaza
central, dónde tanto gente triku como enemigos serían quemados según sus tradiciones, unos
reparaban cómo podían las estructuras, otros habían salido a por provisiones, de caza, ya que con el
fuego las despensas del poblado se habían destruido, y con ello parte de sus alimentos, algunos por
su parte se dedicaban a los heridos, pero estos eran más numerosos de lo que pensaban y ellos sólo
contaban con un sanador.

-Lexa: Es mucho trabajo, nos va a llevar más de lo que esperaba.

-Ian: Lo sé, por eso me adelanté y pedí ayuda.

-Lexa: ¿Ayuda? ¿A quién?

Y mientras le realizaba estas preguntas observó cómo las puertas del poblado se abrían, dejando
paso a un grupo de personas recibidos por Indra de forma amigable.

-Lexa: ¿Enserio Ian? ¿Los Skaikru? ¿Por qué los metes aquí? Sabes que es peligroso.

-Ian: Relájate. Ellos son los más cercanos que tenemos, sabes que nos ayudaran sin problema,
además sus curanderos y tecnología nos servirá muy bien de ayuda. Además tranquila, Clarke no
tiene por qué estar entre ellos (sabía que eso era lo que realmente le preocupaba a la joven).
-Lexa: Eso es por qué no la conoces de verdad.

=================

Capítulo XXI

Y efectivamente, cuando el grupo Skaikru avanzaba la vio, vio a Clarke entre el grupo, cuando sus
miradas se unieron, ambas aceleraron el paso para encontrarse, y cuando se tuvieron apenas a unos
centímetros las dos lanzaron una pregunta sobre la otra:

-Clarke: ¿Estás bien?

-Lexa: ¿Qué demonios haces aquí?

La cara de asombro de Clarke desconcertó a Lexa, sabía que eso no era un buen saludo y más
conociendo a la rubia.

-Lexa: Yo...Lo siento, estoy bien. Es que no quiero que estés aquí Clarke, esto es peligroso. Estamos
en guerra.
-Clarke: No es la primera vez que estoy en una. (dijo con un tono seco y cortante).

-Lexa: Esto no es seguro, no tenemos el control.

-Clarke: Nos haremos con él. Voy a ayudar a Niko y otros médicos que han venido de Arkadia con los
heridos, cuando terminé vendré a por ti, quiero echarte un vistazo, y no me vale un "estoy bien" por
respuesta, ¿entendido?

A Lexa sólo le quedó la opción de asentir sin poner ninguna oposición a la joven, cuando se ponía
seria, sabía que no había forma de hacerle cambiar de idea.

El resto del día fue pasando, Triku y Skaikru trabajando más unidos que nunca, a los ojos de Lexa era
algo fascinante, eso era lo que ella había deseado con la unión de clanes, que en un momento de
necesidad los demás acudiesen en ayuda, sin condiciones, sin promesas, por voluntad propia. El
pueblo Skaikru ayudaba a los suyos como iguales, las casas y tiendas parecían estar controladas al
igual que los heridos, tras el ceremonial donde los cuerpos de los fallecidos

eran quemados, todos los presentes se sentaban formando pequeños grupos, mezclándose ambos
grupos, no había diferencias, hablaban y hasta parecía que bromeaban mientras cenaban y bebían
algo tras el largo día que habían pasado.

Lexa se acercó a Marcus que se encontraba en uno de esos grupos acompañados por gente de
Arkadia, del campamento Triku y de Indra, el hombre se levantó al ver como la ex comandante se
acercaba a ellos.

-Lexa: Gracias Marcus, la labor del pueblo Skaikru nos ha servido de gran ayuda, te lo agradezco
enormemente.

-Marcus: No tienes que darnos las gracias, ahora estamos juntos en todo esto, tu gente es mi gente
Lexa. (mientras apoyaba su mano en el hombro de la joven).

Lexa hizo un gesto de dolor al notar el roce de la mano de Marcus.


-Marcus: ¿Estás herida? Deberías dejar que Clarke le eche un vistazo a eso...

-Lexa: No, estoy bien, es sólo un arañazo (pero Lexa recordó la anterior noche, cuando apartó al niño
de la espada de aquel hombre, era evidente que la espada le había alcanzado a ella, pero con todo el
ajetreo ni se había dado cuenta, ni si quiera había sentido el dolor).

Cuando quiso abandonar la escena, se encontró con los ojos de Clarke, que la miraba regañándola
sin decir ni una palabra.

-Clarke: Vamos (fue lo único que dijo la joven)

Lexa la acompañó a una pequeña tienda que le habían asignado a la rubia para descansar los días
que pasara allí.

-Clarke: Te dije que vinieras a buscarme para mirar si tenías alguna herida.

-Lexa: Estoy bien, no tengo nada.

-Clarke:

¿Enserio? Acabo de ver tu gesto de dolor frente a Marcus. Vamos siéntate (señalando hacia una
pequeña cama que había al fondo de la tienda).

-Lexa: Clarke, no es necesario, enserio, me encuentro bien, deberías descansar.

-Clarke: ¿Podrías hacerme un favor?

-Lexa: Claro, dime, ¿qué necesitas?


-Clarke: Que me hagas caso alguna vez.

Lexa se dio cuenta de que estaba empezando a cabrear a Clarke, así que lo único que hizo fue
acercarse hacia la cama y sentarse mientras veía como la rubia preparaba algunas vendas, gasas, y
demás.

La rubia se acercó hacia donde estaba Lexa, sentándose a su lado.

-Clarke: Necesito que te gires hacia el lado para ver bien la herida.

Lexa esta vez le hizo caso sin rechistar.

-Clarke: Lexa, la camiseta.

-Lexa: ¿Qué?

-Clarke: Tienes que quitártela, como voy a curarte entonces...

-Lexa: Sí, lo siento.

Clarke observaba la espalda de Lexa lentamente mientras esta se quitaba la camiseta, alzó la vista
hacía la parte del hombro y observó como sangre negra, ya seca, caía hacía abajo, a la vez que se
dejaba ver un buen corte.

-Clarke: Vaya....

-Lexa: ¿Qué ocurre?

-Clarke: Tienes un buen corte la verdad, puede que necesite sutura.


-Lexa: Haz lo que tengas que hacer.

Lo primero que hizo Clarke fue coger un par de trapos limpios con agua para limpiar la espalda de la
joven y poder ver con claridad la herida, una vez que había terminado esa tarea, agarró un pequeño
bote que contenía una especie de desinfectante que habían logrado preparar junto al curandero de
la aldea, lo extendió

poco a poco y muy despacio sobre la herida, la gasa apenas tocaba la espalda de Lexa, era un simple
roce.

-Clarke: ¿Duele?

Lexa negó con la cabeza ante la pregunta.

-Clarke: Ahora voy a suturar, ¿vale?

La morena volvió a asentir con la cabeza. Sentir las manos de Clarke nuevamente en su piel la ponía
bastante nerviosa, quería volverse y besarla con fuerza, sentirla de nuevo, pero debía dejar que
Clarke terminase de curarla.

-Clarke: Es increíble, ¿cómo puedes no quejarte? (mientras tapaba la herida después de haber
terminado todo el trabajo).

-Lexa: El dolor físico es sólo dolor, acaba pasando (mientras sonreía a la joven).

Por cierto, ¿has terminado ya? Necesito hacer algo...

-Clarke: Sí ya está listo (la decepción la invadía, pensaba que Lexa pasaría la noche con ella, hacía
días que no se veían, y quería hablar con ella, quería besarla).
Observó cómo Lexa se giraba hacia ella y cuando quiso darse cuenta los labios de la morena se
encontraron con los suyos, besándola con fuerza, tirando de su cuerpo hacia ella, agarrándola por la
cintura, sus labios empezaron a recorrer el cuello de la rubia, suavemente mientras sentía como la
respiración de esta se aceleraba.

-Clarke: Pensaba que tenías algo que hacer.... (casi susurrando).

-Lexa: Ya lo estoy haciendo (sin dejar de recorrer con sus labios el cuerpo de la otra).

Le quitó la camiseta mientras observaba su cuerpo, echándose sobre ella a la vez que Clarke dejaba
caer su cuerpo sobre la cama, sentía como la otra recorría su cuerpo con necesidad,

por el cuello, el pecho, su abdomen, su piel se erizaba y su espalda se arqueaba.

-Clarke: ...vas a matarme (mientras mordía su labio).

-Lexa: No quisiera eso la verdad.

Y volvía a los labios de Clarke, besándolos ahora con suavidad, se deshizo de la ropa que aún las
cubría y tapó sus cuerpos con una manta, recorrió su cuerpo entero entre caricias hasta detenerse
en la parte baja de los muslos, subió lentamente hasta sentir por fin a Clarke, por su parte la rubia
buscaba los labios de ella, besándola mientras un pequeño gemido se escapaba de sus labios, sentía
a Lexa dentro de ella, y sentía como su cuerpo se aceleraba cada vez más, la necesitaba, necesitaba
más de ella.

En un movimiento rápido Clarke fue la que consiguió llevar las riendas, sobre el cuerpo de la ex
comandante recorría suavemente su piel mediante besos y caricias, besaba con fuerza sus labios,
deslizando la acción a través de su cuello y clavícula, sus manos recorrían su pecho y abdomen
mientras sentía como la piel de la morena se erizaba.

Mientras el recorrido de sus labios seguía bajando notaba como la respiración de la otra
aumentaba, pequeños gemidos se escapaban de sus labios, sus manos buscaron su objetivo
mientras sus labios volvían a conectarse con pasión. Notó como el cuerpo de la morena se tensaba,
levantándose un poco para volver a caer sobre la cama, acompañado de un gemido unido de su
nombre. Se recostó sobre ella, sintiendo como su respiración comenzaba a estabilizarse, como su
cuerpo ya relajado seguía manteniendo calor.

-Clarke: Vaya comandante,

parece que has perdido fuerza ¿no?

La joven morena apartaba un poco del pelo de la rubia que cubría parcialmente su cara, y
observándola a los ojos le dijo;

-Lexa: No deberías retar a un comandante, Clarke.

Ahora era ella la que se posicionaba sobre la rubia, cubría su cuerpo con mil caricias y besos, jugaba
con su lengua sobre su piel caliente, apenas sin avanzar hacia los puntos clave, quería provocarla,
llevarla hasta el límite. Cuando sus manos llegaban hasta su abdomen volvían a subir hacía su cuello
en un movimiento lento que estaba provocando mil reacciones en la rubia.

-Clarke: Acaba con esto ya...

-Lexa: No, aún no, no hay prisa Clarke... (decía mientras comenzaba a recorrer con sus labios el
pecho de esta).

La ex comandante dominaba el cuerpo de la rubia, mientras que esta sólo se dejaba hacer, quería
sentirla, había deseado tanto tener de nuevo sus manos recorriendo su cuerpo, sentir su olor sobre
ella, sus labios...No pudo evitar gemir cuando notó como se acercaba el placer, como su cuerpo
experimentaba nuevamente esa sensación bajo el cuerpo de Lexa, como sus manos recorrían sus
partes más íntimas proporcionándole sensaciones que agitaban su cuerpo y lo hacían estremecer.

-Lexa: Creo que lo podemos dejar en empate, ¿Qué te parece? (mientras volvía a los labios de Clarke
regalándole un beso rápido).
-Clarke: Me parece correcto, empate. (sonriendo en la boca de Lexa mientras le correspondía con
otro beso rápido).

Nunca os suelo dejar mensajes por aquí a aquellos que dedicáis un poquito de vuestro tiempo a leer
la historia, pero la ocasión creo que la merece. Tengo que pediros disculpas por no haber actualizado
antes, pero es que he tenido un problema con el archivo donde iba escribiendo la historia,
conclusión se me han borrado los capítulos que tenía preparados para subir, así que estoy volviendo
a reescribirlos, pero ando un poco mal de tiempo, así que lo siento de verdad por la tardanza.

Pd: Creo que a la historia ya no le queda mucho, espero que os este gustando y si no es el caso, lo
siento, esta hecha con toda mi buena intención.

Saludos y gracias de nuevo por vuestro tiempo.


=================

Capítulo XXII

Ya había amanecido y se encontraban Ian, Lexa y Clarke en la tienda de Indra junto a ella también, la
conversación giraba en torno a los ataques que el pueblo Triku había estado soportando a duras
penas. Sobre una gran mesa casi al centro de la tienda se encontraban extendidos gran cantidad de
mapas, bastante antiguos, donde se reflejaba el terreno cercano al pueblo, Indra, Ian y Clarke
observaban con determinación sobre estos, mientras Lexa se encontraba recorriendo a paso lento la
estancia sin decir una palabra, sin ni siquiera unirse a la conversación que mantenían los otros tres.

-Ian: ¿Por dónde demonios se moverán...?

-Indra: Desaparecen sin más tras los ataques.

-Clarke: La gente no desaparece así como así, está claro.

-Ian: Tendremos que estar más atentos la próxima vez, reforzaremos las entradas, el número de
guardias, además ahora contamos con el pueblo skaikru.

-Lexa: No. No vamos a sentarnos a esperar un nuevo ataque, no vamos a poner al pueblo skaikru en
peligro también (mientras se detenía y miraba a los tres).
-Ian: ¿Y qué propones?

-Lexa: Salir y rastrear, tiene que haber alguna señal, alguna pista que nos indique algo.

Se reforzará igualmente el poblado, Indra necesito que prepares un equipo que vaya fuera conmigo,
tú te quedarás aquí por si se produce algún ataque poder preparar una buena defensa y ataque.

-Ian: Vámonos ya entonces, no debemos perder más horas de luz.

Los cuatro salieron de la tienda, Indra se dirigió a organizar el equipo que la ex comandante le

había pedido, mientras que Ian y Lexa se dirigían hacia la zona la cual tenían destinada para
mantener y cuidar los caballos. Sabía que Clarke les seguía, sabía que la rubia los iba a acompañar,
pero también sabía que era una labor algo peligrosa, no sabía lo que podría o no encontrase fuera,
tenía que persuadirla o al menos intentarlo para que se quedase dentro del poblado junto a los
suyos, junto a las armas del pueblo skaikru que eran bastante efectivas en un momento rápido.

-Lexa: Ian, adelántate, ahora mismo te alcanzo. (mientras se giraba y agarraba suavemente la mano
de Clarke). ¿Podemos hablar?

-Clarke: Claro, ¿qué ocurre?

-Lexa: Tú no tienes, te vas a quedar aquí.

-Clarke: Ah no, yo voy con vosotros, no me voy a quedar aquí esperando sin hacer nada.

-Lexa: Clarke...es más seguro estar aquí, lo sabes...

-Clarke: Es que me da igual si es más o menos seguro, voy con vosotros y fin.
-Lexa: He dicho que te quedas aquí y ya está. No hay nada más que hablar.

-Clarke: ¿Me estás dando una orden, comandante? (dijo con una voz fría y una mirada un tanto
desafiante hacia la morena).

-Lexa: No, no, Clarke...Lo siento, no quería hablarte así, es sólo que...Clarke por favor, quédate aquí
(agarrando con suavidad las dos manos de esta y mirándola con total complicidad), no sabemos que
hay fuera, la gente aquí aún necesita tu ayuda, por favor...

-Clarke: Pero...Sabes que puedo ayudar, se valerme por mi misma.

-Lexa: Lo sé, créeme que lo sé. Mira, hagamos un trato (acariciando suavemente con una de sus
manos la mejilla

de Clarke), esta salida iré con Ian, si hay una próxima iremos tu y yo, ¿vale? Pero déjame comprobar
primero que hay fuera...

-Clarke: Vale, vale, está bien. Pero vete antes de que me arrepienta.

Lexa le dio un beso fugaz en los labios y se dirigió a paso ligero hacia donde se encontraría con Ian
para montar los caballos y salir fuera para intentar encontrar algo que los acercase a aquellos que
los estaban atacando.

Fuera del campamento Triku

Lexa, Ian y el grupo que había preparado Indra decidieron inspeccionar el perímetro más cercano y
poco a poco alejarse para poder captar el máximo terreno posible. Durante horas recorrieron de
norte a sur, de este a oeste, sin encontrar nada, ninguna señal que les indicase cualquier
movimiento o actividad cercana a esa zona, solo algunas huellas de animales fue el premio que
tuvieron.
-Ian: Esto es...increíble, no hay nada. ¿Cómo lo hacen? (decía mientras observaba a una Lexa
bastante callada y seria), ¿Lexa? ¿Estás aquí o qué?

-Lexa: Será mejor que volvamos antes de que la luz del día termine por desaparecer.

En el campamento Triku

Durante el día, Clarke se había dedicado a ayudar en todo lo posible junto a los demás skaikru y
triku, ayudaban a reforzar de nuevo algunas estancias, a cambiar algunos vendajes y limpiar algunas
heridas, incluso ayudó a preparar la comida que estaba destinada para todos los presentes. Cuando
todo estaba en relativa paz, Indra la invitó a su tienda a esperar al grupo que se encontraba fuera.
Ciertamente nunca había tenido ninguna relación lo bastante amistosa con la mujer, sabía

que era una gran guerrera, con coraje y que su lealtad a Lexa había sido infranqueable, recordó
como en su primer encuentro incluso le pidió a Lexa matarla ella misma y acabar con la disputa entre
skaikru/grounder, de entre todos los grounder que había conocido, estaba claro que Indra era la que
más respeto le daba, pero también es cierto que había conocido otra parte de Indra, una Indra que
había ayudado, cuidado, protegido e incluso enseñado a Octavia como su propia segunda, y eso era
algo muy importante para la cultura grounder, ser la segunda de un general como Indra implicaba
fuerza y una gran responsabilidad a tus espaldas que Octavia había sabido cumplir a la perfección.

Observaba ya dentro de la tienda como los mapas seguían sobre la gran mesa, se dirigió hacia ellos
en un esfuerzo de intentar ver algo que se le escapase, algo que pudiese marcar la diferencia.

-Indra: Wanheda (ofreciéndola una copa con algo de vino, la cual aceptó gustosamente, no todos los
días Indra te ofrecía algo y menos en su propia tienda).

-Clarke: Gracias Indra. ¿Crees que encontraran algo?

-Indra: Si alguien tiene posibilidad de encontrar alguna pista, sin duda son ellos. Lexa ha sido sin
duda nuestra mejor Heda, desde muy pequeña destacaba a ojos de todo el mundo.
Observó como Indra estaba involucrada en la conversación y que incluso parecía cómoda con ella en
aquella tienda, las vueltas que da la vida...pensó. Así que haciéndose con un poco de valor decidió
alargar aquella conversación.

-Clarke: ¿Desde cuándo conoces a Lexa?

-Indra: Desde que ella tenía unos

7 años, ya te he dicho que empezó a destacar muy pronto.

-Clarke: Me comentó que a esa edad empezó su entrenamiento, ¿Qué hay de su familia?

-Indra: No estoy aquí para hablar de la vida de Lexa, además creo que son cosas que deberías
preguntarle a ella directamente.

Sabía que Indra tenía razón, si quería saber algo más de la vida anterior de Lexa, estaba claro que
debería preguntarle a ella misma, es sólo que tras la recuperación de la memoria de la joven no
habían tenido tiempo apenas de hablar, además, Lexa era la típica persona que se guardaba tras un
muro de hormigón y recordaba cómo le costaba sacarle alguna información. Así que volvió su mirada
hacia los mapas que minutos antes estaba comprobando cuando de pronto Lexa e Ian entraron en la
tienda.

-Ian: Eso no va a servirnos de nada Clarke.

-Clarke: ¿Qué ocurre? ¿Hay algún rastro? ¿Alguna pista?

Observaba a Ian como se dirigía hacia una pequeña mesa donde anteriormente Indra había
preparado los vasos con vino, observó cómo se servía un poco y bebía. Por su parte, Lexa dejó caer
su cuerpo sobre un asiento cercano a la mesa, mientras miraba a un punto fijo en el suelo.

-Ian: Nada, no hay nada, ni rastro, absolutamente nada.


De pronto uno de los guardias entró en la tienda haciendo saber a los presentes que un mensajero
había llegado hasta sus puertas, el cual Indra decidió recibir.

Era un chico alto, con el pelo largo recogido, se le notaba acelerado, posiblemente había llegado
corriendo hacia allí.

-Indra: ¿Y bien? ¿Quién eres y quién te manda?

-Mensajero: Soy Andre, del clan del Lago, mi líder me manda en busca de ayuda, nuestro pueblo ha
sido atacado hace unas horas, por gente que no reconocemos de ningún clan.

-Indra: Nuestra posición es igual, nosotros también hemos sido atacados, aún nos estamos
recuperando, ¿Cómo pretende tú líder que os ayudemos? Mejor márchate y ayuda a tu pueblo en
combate.

-Andre: Pero...

-Indra: Pero ¿qué? (le interrumpió Indra mientras avanzaba con paso ligero hacia él)

-Ian: Déjalo hablar Indra. Continúa chico.

-Andre: Vosotros contáis con dos comandantes, con el pueblo skaikru y con Wanheda, tenéis
superioridad, necesitamos de vuestra ayuda.

-Ian: El chico tiene razón, tenemos que ayudarlos, podemos hacerlo Indra.

-Indra: Salgamos de aquí, te ofreceré algo de comida y bebida, y hablaremos de vuestra situación.

-Clarke: Lexa.. ¿qué ocurre?


Pero esta no le contestaba, mantenía su mirada fija en aquel punto. Agarró suavemente su cara para
que se encontrase con sus ojos.

-Clarke: ¿Qué pasa?

-Lexa: Desaparecen Clarke...No hay nada...No se puede luchar contra algo que no se puede
encontrar. Es como si la tierra se los tragase y así no podemos ayudar a nadie...

-Clarke: Eso es!

Lexa la miró con cara de no entender nada, observó como la rubia se acercaba hacia los mapas, y
como Indra e Ian se posicionaban a su lado.

=================

Capítulo XXIII

-Clarke: Arkadia está aquí, ¿cierto? (observando a Lexa la cual se había levantado y dirigido hacia la
mesa).
-Lexa: Sí....

-Clarke: Y el clan Triku ¿está aquí?

-Lexa: Así es. ¿En qué piensas...?

-Clarke: Se están moviendo, primero fue Arkadia, después Triku, ahora el clan del Lago, se mueven
hacía allí (señalando la dirección que los ataques estaban siguiendo).

-Lexa: No controlamos cómo se mueven, pero si sabemos hacia donde lo hacen...(regalándole una
sonrisa de complicidad).

-Ian: Esa cabecita rubia vale lo suyo!

-Clarke: Tenemos que volver a Arkadia, coger los planos y mapas actualizados de Raven, puede que
así tengamos ventaja sobre la situación. Además ya que podemos saber cuál será su siguiente paso
podemos preparar un equipo de skaikru y alcanzar la zona rápidamente con los coches.

-Lexa: Suena muy bien Clarke.

-Ian: Definitivamente adoro a mi rubia!

-Lexa: ¿Tú rubia? (se atrevió a decir Lexa, más bien esas palabra se escaparon de su boca sin que
pudiese controlarlas).

-Ian: Yo la encontré primero, nuestro primer encuentro fue muy romántico, ¿a que sí?
(achuchándola de los hombros hacia su cuerpo).
-Clarke: Si, mucho, mi cabeza aún recuerda tú romántico golpe hacia ella (mientras levantaba una de
sus cejas).

-Ian: Eres muy exigente Clarke (escapándose una gran carcajada). Pero tranquila Lexa, no me mires
así, yo soy más de morenas, además tengo una chica muy muy guapa esperándome no muy lejos de
aquí.

-Lexa: No está bien que un guerrero

sea tan...bromista (mirando con seriedad a ambos que se encontraban frente a ella).

-Ian: No seas aburrida, además dime, ¿Cuánta gente ha tenido una segunda oportunidad?
Aprovéchala Lexa!

Habían decidido partir al amanecer a Arkadia para recoger y comprobar los mapas y planos que
Raven había estado organizando, más que nada por simple conocimiento de la zona, para saber más
sobre los terrenos, las materias que podían obtener de ellos y cómo moverse... pero que sin saberlo
se iban a convertir en una gran baza.

Y aunque tanto Clarke y Lexa contaban con una tienda para cada una en el clan Triku, estas
decidieron pasar la noche juntas, sabían que se necesitaban la una a la otra, era una sensación que
cada vez se hacia más grande, necesitaban sentirse cerca, y aunque a ojos de todos Lexa siempre
había sido una mujer implacable, algo fría y distante, Clarke sabía que detrás de todo eso había una
chica muy parecida a ella, pero que le había tocado vivir una vida dura y sin contemplaciones. Lo
supo casi en el momento en que la conoció, le dio la oportunidad de una unión entre sus pueblos,
sabía que la perdida de gran número de su gente por un misil la había tocado, pero fue en el
momento en el que se atrevió a besarla cuando se dio cuenta de cómo era realmente bajo esa
fachada que guardaba ante la gente, pudo observar como la comandante de los trece clanes no
pudo evitar llorar cuando por fin se decidió a entregarse a ella, como sus ojos no daban crédito ante
esa situación. Y ahora estaban ahí, tumbadas juntas, sentía la respiración de la ex comandante
contra su cuello que se

encontraba acurrucada junto a ella.


No sabía si estaba durmiendo, pero se sentía con el valor de preguntarle a Lexa sobre su pasado,
sobre la vida que había tenido antes de llegar a ser comandante.

-Clarke: ¿Lexa?

-Lexa: ¿...si?

-Clarke: Quiero preguntarte algo...

-Lexa: ¿Y no lo estás haciendo ya? (levantando un poco la cabeza para encontrase con los ojos azules
que le devolvieron la mirada), ¿Qué ocurre Clarke?

-Clarke: Es sólo que no sé nada de ti, nada de la Lexa de antes...

-Lexa: ¿Y qué quieres saber? (recostándose de nuevo sobre Clarke)

-Clarke: Me preguntaba cómo era tu vida antes de ser comandante, cómo fue tu infancia.

-Lexa: Tuve una buena infancia si es lo que quieres saber, aunque todo cambió a los 7 años, cuando
descubrieron que era sangre negra.

-Clarke: ¿Cuándo lo descubrieron?

-Lexa: Cuando un sangre negra nace, tiene que ser informado al guardián de la llama, el
campamento donde nací era pequeño y algo apartado, básicamente se dedicaba a la agricultura y a
realizar pequeños intercambios con otros puntos, no era un sitio muy importante a decir verdad.
Nunca un sangre negra había salido de él. Pero bueno, supongo que siempre hay una primera vez.

-Clarke: Y esa fuiste tú.


-Lexa: No...fue mi hermana.

-Clarke: ¿Tú hermana? ¿Tienes una hermana?

-Lexa: Sí, ella era mayor que yo tres años, pero hace tiempo que no sé nada de ella...

-Clarke: ¿Qué ocurrió?

-Lexa: Mi madre tuvo que informar de que su primogénita era sangre negra, no le gustaba la idea,
pero eran las normas. Cuando yo

nací, descubrió que yo también lo era, supongo que no soportaría la idea de que sus dos hijas
podrían llegar al cónclave y tuvieran que luchar entre ellas, así que decidió ocultar que yo era otra
sangre negra, pero en una de las visitas que realizaba Titus para comprobar a los futuros elegidos,
aunque mi madre siempre intentaba que yo pasase desapercibida en las visitas....ese día me metí en
problemas y llegué a casa...sangrando, no sabía que Titus estaría allí...nunca olvidaré la cara de mi
madre...

-Clarke: ¿Ella....?

-Lexa: No, no murió, no en ese momento, también llevo años sin saber de ella... Titus por alguna
extraña razón le perdonó la vida por el delito de haberme ocultado, quizás el que tuviese que
entregar a sus dos hijas le pareció suficiente dolor....

-Clarke: ¿Qué ocurrió después?

-Lexa: Nos llevaron a Polis, mi hermana tenía la edad para entrar al cónclave, a mi aún me faltaban
tres años, pero a Titus no le importó, tras hacernos unas pruebas decidió sin dudar que yo tenía que
formar parte. Nuestro comandante fue duradero, hasta parecía inmortal, se libraba de todas las
batallas, hasta que un día no despertó. Ese día fue todo un descontrol en Polis, el cónclave se reunió,
Titus organizó todo, nosotros estábamos algo aterrados la verdad, después de tantos años se habían
forjado lazos de unión entre nosotros, aunque no muy fuertes ya que Titus se ocupaba de ello, el
amor es debilidad decía siempre, así que evitaba que estuviésemos demasiado tiempo juntos.
Fui superando pruebas, tanto físicas como mentales, gané a algunos

de mis compañeros, otros luchaban entre ellos, parecía que el destino se reía de de mí. Ahí estaba
yo, frente a Luna, mi hermana, las dos que habíamos sobrevivido, las dos que íbamos a luchar por el
espíritu del comandante. En las luchas que manteníamos en los entrenamientos o quedábamos
empate o una leve diferencia era la que marcaba a la ganadora, además estaba claro que no iba a
luchar con mi propia hermana a muerte, pero sin darme cuenta, se arrodilló ante mí, me juró lealtad
y me pidió que acabase con eso, todo esto bajo la mirada de Titus que observaba cada uno de
nuestros movimientos, supongo que lo que vino después no le gustó mucho, sabía que yo era de
cierta forma la favorita de Titus, siempre decía que yo era especial, además había llegado donde
otros con menos edad y menos entrenamiento, así que no me lo pensé y utilicé eso a mi favor.

Le di la libertad a Luna, le permití marcharse, era eso o acabar con ella ya que se había arrodillado
ante mí, otorgándome a mí el cargo. Luna salió de la sala y no la he vuelto a ver, no sé qué fue de
ella, ni donde está, siempre se oyen rumores e historias, pero bueno...supongo que esa era la vida
del comandante, estar alejado de aquellos a los que amas, así que lo acepté sin más. Era lo mejor
para ella.

-Clarke: ¿La echas de menos?

-Lexa: Claro que la echo de menos, no soy tan fría Clarke...

-Clarke: Cómo es que nunca las has buscado....

-Lexa: El amor es debilidad, ¿recuerdas?, un comandante tiene que estar solo....

-Clarke: Podríamos buscarlas. Saber que ha sido de ellas, alguien tiene que saber algo.

-Lexa: Sí, claro, estamos en la situación más propicia para ello (incorporándose un poco para
regalarle una sonrisa a la vez que la besaba).
-Clarke: Pero cuando todo acabe....sería una buena aventura, ¿no crees? (mientras no dejaba de
mirar esos ojos verdes en los que siempre se perdía).

-Lexa: Podría ser (agarrándola con fuerza y estrechándola contra su cuerpo), ahora descansa,
mañana será un día largo.

=================

Capítulo XXIV

Cuando llegaron a Arkadia, lo primero que hicieron fue ir en busca de Raven, no querían perder
tiempo, quería comprobar el trabajo que había estado realizando la joven todo este tiempo y si les
serviría para lo que Clarke tenía en mente.

Andaban por los pasillos a paso ligero, sin hablarse, sólo en busca de su objetivo: el taller donde
Raven trabajaba largas horas a lo largo del día. Al abrir la puerta ahí estaba, cómo cada día si no
tenía nada que hacer fuera o reparar cualquier sistema, coche, herramienta...

-Raven: Vaya! ¿Cuándo habéis llegado? ( a lo que Ian se acercaba a ella regalándole un tierno beso).

-Ian: Justo ahora mismo.


-Raven: Pues si que teníais ganas de verme eh (mientras observaba también a Lexa y Clarke que se
encontraban paradas observando la escena de ambos).

-Clarke: Necesitamos todos los planos y mapas que has estado haciendo.

-Raven: ¿Qué ocurre?

-Clarke: Necesitamos comprobarlos con los antiguos que traemos del clan Triku.

-Raven: Lexa, detrás de ti, en esa estantería esta todo, acércalo por favor (mientras le indicaba con la
mano).

La joven ex comandante cogió todos aquellos papeles y los desplegó sobre una mesa bastante
grande que se encontraba en el centro de la habitación destinada a taller, prácticamente siempre
estaba cubierta de mil cosas, herramientas, utensilios, parecía un auténtico caos, pero era el caos de
Raven, un caos organizado. Entre Raven e Ian habían despejado todo lo posible de todo por lo que
estaba cubierta.

-Clarke: Aquí esta!

Lo sabía! Mirad! (con sus manos indicaba un recorrido en ambos mapas sobre la misma zona).

-Lexa: ¿Qué es eso?

-Raven: Son túneles que hemos ido encontrando todo este tiempo.

-Clarke: Se mueven bajo tierra, de ahí que no haya ni rastro de ellos (levantaba su cara para observar
la cara de Lexa en la que ligeramente se empezaba a dibujar una leve sonrisa).
-Ian: Parece que los tenemos, ¿no?

-Lexa: Prepararemos equipos, localizaremos los túneles cerca del clan del lago, el ataque fue ayer
por lo que aún deben estar cerca. Los tenemos (asintiendo con la cabeza mientras observaba al otro
ex comandante).

Se dirigían hacia la sala donde encontrarían a Marcus, el cual había vuelto a Arkadia también con
ellos, debían informarles de lo que habían descubierto, cuando Bellamy apareció ante los ojos de los
tres, con cara de sorprendido observó a Clarke, detalle que no paso desapercibido por Lexa.

-Bellamy: Clarke, ¿podemos hablar? (agarrándola ligeramente del brazo)

Mientras Ian continuaba su camino, no se dio cuenta que dejaba atrás a las otras dos mujeres.

-Clarke: Tu y yo no tenemos nada de qué hablar.

-Bellamy: Por favor, será sólo un momento.

Lexa observaba la escena, deseaba quitar la mano de Bellamy que se mantenía sosteniendo el brazo
de Clarke.

-Clarke: Que sea rápido, tengo cosas importantes que hacer de verdad. (Observando a Lexa). Ahora
os alcanzo, empezad sin mí.

A Lexa no le agradaba la idea de dejar a Clarke atrás, pero no le quedó más remedio que acatar la
decisión de la rubia. Con paso ligero

entró poco después a la sala encontrándose con Marcus e Ian que ya hablaban sobre el tema.

-Clarke: ¿Y bien? (miraba a Bellamy para que este empezase a hablar)


-Bellamy: Yo...siento que estemos así Clarke, nunca quise molestarte ni incomodarte, de verdad, lo
siento.

-Clarke: Pues para no quererlo lo hiciste muy bien...¿no crees?

-Bellamy: Yo solo quería y quiero protegerte.

-Clarke: ¿Sabes? Deberías dejar de pensar en proteger a todo el mundo, todos somos supervivientes
aquí, creo que es algo más que evidente.

-Bellamy: Lo sé...pero, no puedo evitarlo, no puedo evitar proteger a la gente que me importa
(mientras agachaba levemente la cabeza hacia el suelo).

Mientras en la sala con Marcus....

-Marcus: Ya lo sabéis, podéis contar con todo lo que necesitéis de Arkadia, no habrá ningún tipo de
problema, podéis incluso llevar alguno de los coches para llegar más rápido.

-Lexa: Necesitamos gente de Arkadia que vaya a informar a los clanes cercanos sobre la situación,
para que se preparen y anticipen sobre lo que pueda pasar, no sabemos realmente lo que nos vamos
a encontrar.

-Marcus: Yo me encargo de organizar a los informadores, contad con ello.

-Ian: Gracias Marcus, eres un hombre honorable.

-Lexa: Siempre lo ha sido, sus palabras siempre fueron sinceras hacia mí.
Sin más salieron de la sala para disponerse a preparar las cosas para el viaje que les esperaba,
mientras Marcus se quedaba en la sala organizando a los informadores como ya les había prometido
a ambos.

Andaban por el pasillo que les había llevado hasta allí, dónde

un rato anterior había dejado a Clarke hablando con Bellamy.

-Ian: Creo que no necesitaremos a mucha gente, las armas de los skaikru son muy certeras, ¿no
crees?

-Lexa: Tienes razón, creo que podremos controlar la situación.

En mitad del pasillo....

-Clarke: Mira, será mejor que dejemos esto, ¿vale? No pasa nada, yo te perdono por lo que pasó, se
que querías protegerme, pero no necesito protección, ¿me entiendes? Puedo valerme por mí
misma.

-Bellamy: Sí, tienes razón... (levantando la cabeza para encontrase con los ojos de Clarke que lo
observaban con cariño, pero quizás un cariño que él no entendió bien...). Y sin dudarlo se lanzó hacia
ella, se lanzó a sus labios, atrapándolos con algo de fuerza, mientras la sostenía con ambos brazos.

-Clarke: ¿Pero qué haces? (Despojándose bruscamente de los brazos que la estaban aprisionando).

-Bellamy: Yo pensaba que....

-Clarke: Bellamy no, por dios, no, jamás podría haber algo entre nosotros, yo no...yo no siento eso
por ti, yo estoy enamorada de.... (cuando se quiso dar cuenta observo cómo justo detrás de Bellamy
se encontraban Lexa e Ian, quiénes la miraban con sorpresa, a la mirada de Lexa se le sumaba una
gran decepción, había tristeza en sus ojos).
-Lexa: Vamos, salgamos de aquí (dirigiéndose a Ian).

-Clarke: Lexa...Lexa, yo no, déjame explicarte (agarrando su brazo mientras pasaba cerca de ella).

-Lexa: No. (soltando el agarre de su mano sobre su brazo). Ni lo intentes.

Salía a paso ligero del lugar, necesitaba salir de allí, de esos pasillos que la estaban aprisionando, su
pecho se encogía, sentía angustia y empezaba a costarle respirar, necesitaba aire como quién
conserva su obsequio más preciado. Sus pues seguían avanzando una vez fuera del edificio, cuando
se quiso dar cuenta se encontraba en las puertas del campamento de Arkadia pidiendo a uno de los
guardias que las abriera.

Una vez fuera del campamento siguió avanzando, ya a un paso más lento, hasta que una voz le hizo
parar en seco.

-Ian: ¿Podrías parar un momento?

-Lexa: ¿Qué haces aquí? ¿Por qué me sigues?

-Ian: ¿Qué por qué te sigo? Me preocupo por ti Lexa.

-Lexa: Déjame en paz, regresa dentro.

Ian se posicionó justo delante de ella, ya que en ningún momento la ex comandante tuvo
intenciones de girarse y encontrase con la cara de su amigo.

-Ian: Oye, yo también lo he visto ¿vale? Pero no sabemos qué ha pasado antes...

-Lexa: Sólo me faltaba eso, conocer todos los detalles!


-Ian: Mira yo...

Pero fue cortado rápidamente antes de decir las siguientes palabras al observar como la mano de
Lexa se levantaba pidiendo que parase de hablar. Sabía que con ese gesto la conversación ya estaba
más que acabada.

-Lexa: Regresa dentro, prepara todo y nos vemos aquí fuera ¿de acuerdo?

-Ian: Deberías hablar con ella...

-Lexa: Ian. Por favor. Suficiente.

Sin más el hombre dejó a Lexa allí fuera mientras se adentraba en el campamento nuevamente a
realizar lo que ella le había pedido, sabía que había recibido un buen golpe, y eso verdaderamente le
preocupaba ya que Lexa no era de las que sacaba a relucir sus sentimientos.

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Capítulo XXV

Clarke se quedó en el pasillo sin inmutarse, las palabras que Lexa le había dicho más la mirada que
vio, la habían dejado sin saber cómo reaccionar. No había visto a una Lexa enfadada en ese
momento, en los ojos de la ex comandante había leído una autentica decepción. No la culpaba ante
la escena que había visto, pero no podía entender el que no la dejase expresarse, en cambio se había
largado dejándola allí. Una mano sobre su hombro la volvió a traer a la realidad.
-Bellamy: ¿Clarke? ¿Me oyes?

-Clarke: Déjame en paz (mientras comenzaba a andar en dirección a la salida).

-Bellamy: Clarke yo no quería.... (siguiéndola de cerca).

-Clarke: Yo no quería ¿qué? Joder Bellamy, te considero como un hermano mayor, ¿cómo has
podido pensar en algo más? ¿en qué momento te he dado esperanzas?

Jamás he jugado contigo y lo sabes!

-Bellamy: Lo sé...es que, lo siento de verdad, estaba muy confundido...

-Clarke: Sólo déjame tranquila, necesito buscar a Lexa.

Cuando salió del edificio se encontró que Ian entraba por las puertas grandes de Arkadia, miró a su
alrededor pero no había ni rastro de Lexa, lo único que veían sus ojos era cómo la gente comenzaba
a trabajar en lo que parecían los equipos que dispondrían para partir a su destino en breves
momentos. Observó como Marcus ordenaba a algunos de los suyos, como Octavia preparaba los
grupos una vez más, Raven por su parte se acercaba a Ian para entregarle parte de los mapas que
habían estado observando nada más llegar. Pero nada, ni rastro

de la ex comandante. Así que sin pensárselo se acercó a Ian.

-Clarke: ¿Dónde está?

-Ian: Ahora no Clarke.

-Clarke: ¿Qué dónde está?


-Ian: No Clarke, ella no quiere verte, no ahora, dale tiempo, ya sabes cómo es...

-Raven: ¿Qué está pasando aquí?

-Clarke: Es Lexa, ha habido un mal entendido. Ian, por favor...

-Ian: Tú misma sabes que es mejor dejarla que se relaje, déjala que piense fríamente, y quizás
cuando volvamos de la misión podáis hablar.

-Clarke: No, no voy a esperar a volver, yo voy con vosotros.

-Ian: Oh no, tú te quedas aquí. Las dos os quedáis aquí (observando a Raven).

-Clarke: Lo que ti digas.

Se alejó de los dos dirigiéndose nuevamente hacia el interior del edificio, parándose antes a la altura
de Octavia que seguía fuera organizando todo.

-Raven: Sabes que va a ir con vosotros, ¿verdad?

-Ian: Lo sé....

Clarke avanzaba decidida otra vez, pero esta vez hacia la enfermería dónde sabía que encontraría a
su madre, había tomado una decisión y tenía que comunicársela, además en el tiempo que habían
vuelto ni se la había cruzado aún. Abrió la puerta de la estancia destinada a la enfermería y allí la
encontró sumergida en su labor, estaba curando lo que parecía una quemadura no muy grave, la
dejó terminar sin interrumpirla, una vez que Abby acabó, se acercó hacia ella, la cual ni siquiera se
había percatado de la presencia de su hija.
-Clarke: Mama

-Abby: Clarke, cariño, ¿Cuándo has llegado? (regalándole un abrazo a su hija).

-Clarke: Apenas hace

un rato. Sólo quería pasar para decirte que me marcho con los demás.

-Abby: Me parece bien que vengas a informarme, ya que no puedo hacer nada para que te quedes al
margen, ¿verdad?

-Clarke: Tengo que ir...tengo que ayudarles.

-Abby: Lo sé cielo, pero, ocurre algo más.... (agarrando con sus manos la cara de su hija). ¿Qué pasa
cielo?

-Clarke: Nada. Todo está bien, de verdad no te preocupes.

-Abby: Soy tu madre, se cuando te pasa algo o no...pero está bien.

Sólo prométeme que tendrás cuidado.

La joven asintió con la cabeza y le dio un beso en la mejilla a su madre antes de volver a salir del
edificio y encaminarse hacia los equipos que prácticamente ya estaban preparados.

Un grupo de jinetes y algunos coches de Arkadia partían hacia la zona del clan del lago, cuando se
quisieron dar cuenta se encontraban prácticamente dentro del perímetro de este. Algunos bajaron
de sus caballos mientras que los coches comenzaron a aminorar la velocidad. Debían estar atentos,
tanto por los atacantes como por los habitantes de la propia zona, no querían parecer unos intrusos.
-Ian: Lexa (levantando su mano señalando lo que parecía la entrada principal).

-Lexa: Vamos, no debemos perder más tiempo.

Una vez situados a las puertas, esperaron por algún guardia que les diese permiso para entrar, el
cual no se hizo esperar.

-Lexa: Soy Lexa kon Triku, vengo acompañada por parte de mi pueblo y del pueblo skaikru en vuestra
ayuda. (Un momento fue lo que escuchó a través de las puertas).

Cuando las puertas se abrieron dejaron ver a un hombre,

algo mayor en el que se apreciaba fuerza a pesar de los años que caían sobre él. Su pelo corto
prácticamente cubierto de pelo blanco con unos ojos azules oscuros. "Bienvenidos, podéis pasar, por
cierto podéis llamarme Hors".

-Ian: Queremos ver a vuestro líder.

-Lexa: Es el líder, lo recuerdo.

-Hors: Oh Lexa, muchacha, es un placer volver a verte.

-Lexa: Lo mismo digo Hors.

-Hors: Pero vamos, pasad! Estaréis cansados del viaje. Debéis perdonad el desorden del
campamento, pero tras los ataques....Por cierto, veo que traéis compañía... (mientras avanzaba
junto a Lexa e Ian por el campamento los demás entraban poco a poco también).

-Lexa: Puedes fiarte de ellos, te doy mi palabra.


-Hors: Lo sé, lo sé, yo nunca estuve en contra de ellos, los skaikru son como nosotros, humanos que
añoran tener un hogar, ¿no es cierto? No sé cuál es el problema con no dejarles estar, esta tierra no
le pertenece a nadie, solamente somos pasajeros, además aquí hay sitio para todos!

-Ian: Cierto! Hors, creo que usted y yo nos vamos a llevar muy bien...

Hors fue enseñando el campamento a sus invitados, los destrozos que habían causado los atacantes,
las bajas humanas, los heridos, y aunque todo parecía bastante controlado era evidente de que
necesitaban alguna ayuda para recuperarse del todo. Designó cabañas para todos, ya que tenían
suficientes, y dispuso una reunión al aire libre para que todos disfrutaran de algo de comida y
bebida. Como desde hace algún tiempo, las líneas que dividían Triku de Skaikru se habían
desdibujado, se mezclaban una vez más entre ellos, conversando,

comiendo, e incluso se podría escuchar alguna risa.

Sentados junto a uno de los fuegos principales se encontraban Lexa, Ian y Hors, hablaban sobre
cómo se había producido el ataque, cuantos atacantes eran y si pensaba si volverían al lugar.

-Hors: Bueno, yo ya me marcho, tengo algunas cosas que atender. Nuevamente, es un placer teneros
aquí con nosotros.

-Lexa: De nada Hors, ayudaremos en lo que podamos.

Cuando el líder del agua se marchó, le tocó el turno a Ian.

-Ian: Sabes que te está mirando ¿verdad?

-Lexa: Lo sé, pero no puedo mirarla, no aún.

-Ian: Pero ¿porqué? Tienes que hablar con Clarke ya, sabes que ella no tiene la culpa...
-Lexa: Si la miro me perderé de nuevo en sus ojos y cederé...

-Ian: Demonios Lexa! ¿Y cuál es el problema?

-Lexa: Déjalo, me voy a descansar (levantándose y dejando a Ian con las palabras en la boca).

-Ian: Que te crees tú eso...

Pudo observar como Clarke se levantaba de su sitio y se dirigía a paso ligero siguiendo la estela por
donde Lexa había pasado hace unos segundos, se levantó de su sitió y la paró a mitad de camino.

-Ian: ¿A dónde vas?

-Clarke: Tú qué crees, no voy a esperar más, así que aparta Ian.

-Ian: De eso hablaba, vamos, ve por ella.

Un sonido de alarma alertó al campamento, la gente comenzaba a correr, algunos se refugiaban en


sus cabañas, otros buscaban sus armas, se subían a sus caballos y comenzaban a escucharse gritos
de guerra que cruzaban el campamento entero.

-Ian: Oh no....
Siento la tardanza por subir este capítulo, pero últimamente estoy algo liada y encima wattpad no
acompañaba ya que no me funcionaba correctamente.

Lo dicho, lo siento, y nuevamente gracias a todos aquellos que seguís leyéndome, os merecéis un
monumento, os merecéis una Heda para vosotros/as enterita!

Pd: Ya sé que no suelo dejar mensajes por aquí, pero cualquier sugerencia, duda, comentario son
aceptados.

=================

Capítulo XXVI
El ataque fue cortado rápidamente, esta vez se hicieron con ellos, quizás no contaban con las armas
de los skaikru, más rápidas y eficaces que ellos mismos. Apenas algunas bajas entre la gente del
campamento.

-Lexa: ¿Y Clarke, donde esta? (acercándose a Octavia).

-Octavia: Estaba....estaba justo aquí a mi lado.

-Clarke: Necesito ayuda! (gritaba no muy lejos de la escena).

Ambas se giraron para intentar adivinar desde donde procedía la voz de la rubia, cuando la
encontraron corrieron hacia ella que estaba situada junto a Ian.

-Lexa: ¿Estás bien? ¿Estás herida? (a la vez que sostenía con cuidado su cara entre sus manos).

-Clarke: Estoy bien, es Ian, le han herido.

-Ian: Venga ya, esto no es nada, es sólo un cortecito.

-Clarke: Necesito llevarlo a un sitio para que descanse y curarle.

Entre Lexa y Octavia ayudaron a Ian a levantarse, tenía una herida no muy grave sobre la zona del
muslo de la pierna derecha, pero le impedía apoyarla por completo. De camino hacia una de las
cabañas, Lexa pudo observar como un joven del clan del lago sostenía en lo alto un gran cuchillo con
el que iba a rematar a un atacante que se encontraba de rodillas.

-Lexa: No!! Espera!

El joven del cuchillo la miraba sorprendido.


-Lexa: ¿Podéis llevarlo vosotras? No tardaré.

Las dos jóvenes asintieron con la cabeza y siguieron su camino.

Lexa por su parte se acercó al joven que ya estaba acompañado por Hors.

-Hors: ¿Qué ocurre Lexa?

-Lexa: No podemos acabar con él, no aún al menos.

-Hors: ¿Qué

pretendes muchacha?

-Lexa: Quiero ver a tu líder (observando al atacante que ahora la miraba con cara de sorpresa).

Lexa había dejado ir al atacante con la condición de que hablase con su líder, quería una reunión con
él, sabía cómo tratar con casos así, una simple amenaza y caería. Le había dicho al atacante que o se
reunía con ella en el plazo de dos días máximo, o los trece clanes caerían sobre él y los suyos, que ya
sabían cómo localizar al grupo y la única salida que tenía era llegar a un acuerdo con ella. No estaba
segura si eso realmente funcionaria, pero no le quedaba de otra, tendría que provocarlos, hacerles
salir del agujero donde estuvieran.

-Lexa: ¿Cómo está? (dijo entrando en la cabaña donde se habían llevado a Ian).
-Clarke: Ha perdido algo de sangre pero se pondrá bien (levantando la mirada y encontrándose con
los ojos de Lexa que ni siquiera la estaban mirando a ella, en su lugar observaba a Ian).

-Ian: Estoy bien, enserio, este cortecito no va a acabar conmigo.

Lexa asintió con la cabeza y salió de la cabaña, no quería afrontar a Clarke en ese momento, no se
sentía preparada y más con los hechos que acababan de pasar.

-Clarke: Lexa, espera (dijo la joven que había salido de la cabaña siguiéndola).

Pero Lexa por su parte no hizo caso a las palabras de Clarke y se dirigió hacia su propia cabaña
mientras escuchaba a la joven que la llamaba una y otra vez, ella continuaba con paso ligero hasta su
destino.

-Lexa: Clarke, ahora no ( una vez ya dentro de su cabaña y de espaldas a la

rubia).

-Clarke: ¿Ahora no? ¿Y cuándo? (acercándose a ella) Tenemos que hablar y lo sabes...
(posicionándose esta vez justo enfrente de ella, observó cómo su mirada se dirigía a cualquier punto
en concreto menos a ella misma) Lexa mírame, mírame por favor. (Con su mano suavemente
acarició una de sus mejillas).

-Lexa: Clarke... (fue lo único que dijo antes de volver a conectar con los ojos de la rubia) Yo...no
quiero, no quiero sentirme así (a la vez que agarraba la mano de la rubia que acariciaba su mejilla).

-Clarke: ¿Y cómo te sientes? (mientras observaba los ojos ya vidriosos de la otra).

-Lexa: Destrozada ....y no puedo permitirme esto (mientras soltaba un suspiro y apartaba la mano de
Clarke de su cara) Es mejor que esto...
-Clarke: No, ni se te ocurra terminar la frase (a la vez que agarraba con fuerza sus dos manos)
Después de todo por lo que hemos pasado, después de perderte, de recuperarte... ¿me vienes con
eso?

-Lexa: Sabes que es lo mejor (mientras una lágrima comenzaba a caer por su mejilla).

-Clarke: Tienes miedo, y no te culpo, yo también lo tuve, y aguante hasta el último momento, ¿para
qué? Para perderte en el mismo día, ¿sabes cuántas veces me lo reproché? ¿Cuántas veces me dije
idiota? ¿Cuántas veces me he odiado a mí misma?

Pero ¿sabes? Me da igual lo que decidas, porque voy a seguir a tu lado, voy a insistir, voy a luchar
por ti, esta vez no me voy a quedar de brazos cruzados, ya no.

-Lexa: Pero Bellamy.... (no pudo terminar la frase cuando fue interrumpida).

-Clarke: ¿Bellamy? Vamos...¿enserio

Lexa? Sabes mejor que nadie la historia. No siento nada, escúchame (mientras la agarraba
suavemente del cuello para que la mirase) no siento absolutamente nada por él, estaba confundido
y se precipitó, fin de la historia. Yo te amo Lexa, te amo a ti.

Para Lexa no hizo falta nada más, la mirada sincera de Clarke, sus ojos que siempre le decían la
verdad, que siempre hablaban por ella, sabía que le estaba siendo sincera, encima esas últimas
palabras pronunciadas por la joven la habían terminado de desarmar por completo, y cuando se
quiso dar cuenta sus labios ya habían conectado, se besaban intensamente.

-Lexa: Yo también te amo Clarke (le dijo pegada a sus labios los que seguía besando y que tanto
había echado de menos).
El plazo de reunión se cumplía hoy, Lexa estaba en el sitio propuesto esperando alguna noticia de los
enemigos. No le había dicho nada a nadie sobre lo que tenía en mente, era mejor así, mientras todos
estaban ayudando en el clan del agua, además gracias a esos dos días habían tenido una mini tregua.
Cuando ya se iba a volver y renunciar sobre el plan, observó al hombre que había dejado marchar
hace unos días, pero iba solo, no había rastro de nadie más.

-Lexa: ¿Y tú líder? (Dijo Lexa mientras se acercaba al hombre, eso sí estando completamente
pendiente de todo alrededor, con los sentidos completamente alerta, si algo le pasase justo en ese
momento nadie sabría lo que había ocurrido con ella, y eso en cierta forma la estaba aterrorizando,
no quería que Clarke pensase que la había abandonado, no quería hacerle sufrir

de nuevo).

-Dice que se reunirá contigo, en este lugar (entregándole un papel), pero sólo contigo. Si alguien te
acompaña las cosas acabaran mal.

-Lexa: Está bien, ¿Cuándo quiere reunirse? (cogiendo el papel que el hombre le ofrecía).

-Esta misma noche, y recuerda, ven sola.

Sabía que tenía que enfrentarse a esa reunión ella sola, no podía poner en peligro a nadie, pero
tenía que contarle a alguien lo que iba a hacer, por si algo le pasase, alguien debería contarle a
Clarke sobre lo sucedido. A su mente sólo le vino una persona; Ian. Se lo contaría a él, sólo a él, y si
en caso de que las cosas terminasen mal sabía que el cuidaría de Clarke.

-Ian: Estás loca. Completamente loca (mientas hacia un esfuerzo por levantase de la cama en la que
estaba tumbado).

-Lexa: Tengo que hacerlo y lo sabes (a la vez que ponía una de sus manos sobre el pecho de Ian para
indicarle que se recostara). Si algo me pasase, quiero que seas tú quien se lo diga a Clarke, cuídala
por mí.
-Ian: No digas eso ni en broma ¿me oyes?

-Lexa: Prométemelo.

-Ian: Si no fuese por esta herida en la pierna ahora mismo te patearía el culo.

-Lexa: Prométemelo (volvió a insistir).

-Ian: Esta bien, te lo prometo, pero más te vale que regreses aquí sin un rasguño, porque si no la
rubia se va a encargar de ti en cuanto se entere.

Pudo escabullirse del campamento sin ser vista, y con la ayuda de Ian tenía a Clarke entretenida
mientras ella se dirigía al encuentro con el líder de los enemigos. Mientras se acercaba al lugar pudo
ver

una pequeña hoguera con un solo hombre, era el hombre al que perdonó la vida.

-Has venido sola.

-Lexa: Ese era el trato, ¿no?

-Sígueme.

Siguió al hombre mientras se mantenía alerta de cualquier peligro o ataque, anduvieron por el
bosque durante bastante rato, hasta llegar a una pequeña explanada donde pudo ver un par de
tiendas montadas, dónde la central destacaba del resto. Se adentró en ella cuando su acompañante
le dio la señal. Nada más entrar se topó de frente con un hombre, alto, moreno, con una barba
espesa, una gran cicatriz partía una de sus cejas.

-A sí que tú eres la comandante.... (dijo estas palabras mientras la miraba con superioridad).

-Lexa: ¿Y tú eres?

-Soy el líder, pero puedes llamarme Enam (mientras seguía observándola de arriba abajo).

-Lexa: ¿Qué es lo que quieres? (sin apartar la vista del hombre y de cada movimiento que realizaba)

-Enam: ¿Qué es lo que quiere todo hombre? Poder, quiero ser el más poderoso, quiero que tiemblen
con mi sola presencia, quiero que todos se arrodillen ante mí. Quiero ser el comandante. Quiero ser
tú.

-Lexa: Ya no hay comandante. Eso se acabó.

-Enam: Eso ya lo veremos (le contestó con un tono algo burlón).

-Lexa: Por mucho que quieras serlo, la gente ni te aceptará, ni tan siquiera eres sangre negra.

-Enam: ¿Cómo....? Ah...vaya, encima eres buena observadora (dijo el hombre mientras observaba
una herida de su mano que mostraba el color de su sangre). Pero, ¿quién te dice a ti que no tengo a
un sangre negra de mi parte?

-Lexa:

Eso no es posible, además debería pasar antes por un cónclave.


-Enam: ¿Y si ya ha pasado por el cónclave? (Le contestó mientras sonreía con malicia).

-Lexa: Luna....

-Enam: Mente rápida.

-Lexa: Ella no aceptaría tal cosa.

-Enam: No lo entiendes. No necesito que lo acepte, sólo necesito llegar al poder a través de ella, y
una vez tenga lo que quiero....bueno ya sabes lo que pasaría a continuación.

-Lexa: Suéltala.

-Enam: Estás loca si piensas que te voy a hacer caso. Pero siempre podemos llegar a un acuerdo
entre nosotros (Dijo mientras se sentaba).

-Lexa: ¿Qué propones?

-Enam: Podemos hacer que esto quede entre nosotros, ¿qué te parece un combate cuerpo a
cuerpo? Tú y yo, nadie más. Nuestra gente no tiene porque seguir cayendo.

-Lexa: ¿Qué ganas con eso?

-Enam: ¿Derrotando a la heda más fuerte que hemos tenido? ¿Dices que gano con eso? Poder, todo
se basa en el poder.

-Lexa: ¿Y si yo gano?
-Enam: Si tú ganas, permíteme que lo dude (dijo con un tono jocoso), todo se acaba, ¿acaso piensas
que toda esta gente es tan lista cómo seguir adelante una vez su líder haya caído? Pero créeme, eso
no ocurrirá. Ahora bien, ¿lo aceptas o no?

-Lexa: Quiero ver antes a Luna.

-Enam: Está bien, es lógico. Venga acompáñame (dijo mientras se levantaba y se dirigía a la salida de
la tienda).

Se dirigieron a una de las tiendas contiguas, una de menor tamaño, con dos guardias en la entrada,
su mirada se dirigió a uno de ellos, era una mujer, más o menos de su estatura que apartó
rápidamente su mirada de ella. Entró justo detrás de él para comprobar que había otros dos
guardias cerca de una mujer.

-Enam: Bueno aquí la tienes. Se educada y saluda.

-Lexa: Luna. (Esta estaba sentada en el suelo al fondo de la tienda).

-Luna: ¿Lexa? (Dijo la joven con cara de incredibilidad mientras sentía que sus ojos se empezaban a
cubrir de lágrimas).

La joven intento correr hacia Lexa, pero rápidamente fue parada por los guardias que la custodiaban.

-Enam: Ah no, nada de reencuentros y esas cosas. Ahora respóndeme heda (remarcando esa última
palabra), ¿aceptas o no? (extendiendo su brazo).

-Lexa: Acepto (dijo mientras observaba a Luna y extendiendo su brazo para encontrarse con la del
hombre que la había retado).
Por cierto, capítulillo dedicado a @micalove17 y a @PaulaPascualdelRio , lo prometido es deuda.
Gracias por animar!

Capítulo cortito después de tanto tiempo sin actualizar, lo siento de verdad, los siguientes espero
hacerlos un poco más largo, además comentar que a esto le queda ya poquito, espero que sigáis
hasta el final. Saludos!!

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Capítulo XXVII
Salió disparada de la tienda después de acordar con Enam el día y lugar del duelo, posiblemente se
había apresurado a tomar la decisión, pero era algo razonable, así terminaría de una vez todo esto, y
además el hecho de que su enemigo contase con su propia hermana no era algo que le hiciese
mucha gracia.

No puedo evitar volver a mirar esos ojos del guardia que se encontraba en la puerta del líder
enemigo. Sabía que le eran familiares, que ya los había visto antes. ¿Pero dónde? Un recuerdo, más
bien una imagen, chocó contra sus pensamientos. Esos ojos mirándola con tristeza y furia a la vez.

-Lexa: ¿Sarah? ¿Eres tú?

-Sarah: Así es (contestó con rotundidad).

-Lexa: Vaya, no sabes lo que me alegra verte, aunque sea en estas circunstancias, no sabía nada de ti
desde... (cortó sus propias palabras). -¿Cómo es que estás aquí?

-Sarah: ¿Y a ti qué más te da donde este?

-Lexa: Me preocupa que hayas elegido este bando. Puedo ayudarte, ven conmigo ahora y prometo
protegerte.

-Sarah: ¿Protegerme dices? Creo que eso es algo que no se te da muy bien. Debiste hacerlo con ella,
debiste protegerla, lo prometiste. (Dijo la guardia con lágrimas en sus ojos que amenazaban con
salir).

-Lexa: Yo...

-Sarah: No. No quiero escuchar ninguna palabra más de ti. Lárgate.


Lexa volvió sobre sus pasos, sobre el camino que había seguido con el hombre que la llevó hasta
Enam. A la vez que los pensamientos y la decisión que había tomado empezaban a chocar en su
mente, varios

recuerdos empezaban a empujar abriéndose paso entre ellos.

Flashback

-Lexa: Estoy bien maestro. No es nada.

-Titus: Me das demasiados problemas Lexa, si no fuese porque eres especial, ya habría renunciado a
tenerte aquí en Polis. (Dijo el hombre mientras agarraba a la joven de uno de sus brazos) -Dejemos
que Adara eche un vistazo a ese brazo.

Adara era una de las curanderas de Polis, vivía en una casa humilde alejada de la torre del Heda y su
labor básicamente era el cuidado de los sangre negra.

-Adara: ¿Otra vez tu por aquí? (Dijo la mujer mientras observaba a Lexa entrar hacia la sala que
estaba destinada a su trabajo).

-Lexa: Estoy bien, es Titus que ya sabes cómo es...


-Adara: Lexa, cielo, ya tienes quince años, debes serenarte un poco y dejar de meterte en líos. Ahora
ven y siéntate, deja que te eche un vistazo (dijo la mujer mientras señalaba una banqueta cerca de
ella).

-Lexa: Enserio que no es nada, es sólo un rasguño en el brazo (contestó mientras se acercaba a la
mujer).

-Adara: Eso lo tendré que decidir yo, ¿no crees? (decía mientras observaba el brazo de la joven) Pero
parece que sí, que tienes suerte, es sólo un rasguño, nada de qué preocuparse.

Mientras tanto se empezaron a escuchar unas voces que cada vez se acercaban más a la puerta de la
habitación en la que estaban.

-Adara: Esas deben ser mis niñas.

-Lexa: ¿Tus niñas? No sabía que tenías hijas...

-Adara: Sí. Tengo dos, Costia es la mayor, es de tu edad, y Sarah es dos años menor que su hermana.

La verdad es que se portan bien, no tienen nada que ver contigo (dijo la mujer mientras le sonreía).
-Pasad, tranquilas, dejad que os presente (comentó la mujer al ver que sus hijas se quedaban
paradas en la puerta), ella es Lexa, es una de las sangre negra, es de las más aventajadas, fijo que
algún día será nuestra Heda. Lexa, esta es Costia (dijo la mujer mientras señalaba a una de sus hijas,
de pelo castaño, más claro que el suyo, sus ojos marrones claros hacían juego con su melena), y esta
es Sarah (tenía el pelo algo más oscuro que su hermana, aunque compartían prácticamente el
mismo tono de color en sus ojos).

-Lexa: Es un placer (comentó Lexa mientras se levantaba de la banqueta y dirigía sus ojos hacia las
dos hermanas, concretamente más hacia la mayor) -Espero volver a vernos.

-Adara: Oh claro que sí, eso está hecho. Les voy a enseñar mi labor aquí, para que cuando sean
mayores puedan ayudar igual que yo.
Misteriosamente las visitas de Lexa hacia Adara aumentaron, prácticamente se dejaba ver por allí
por cualquier rasguño, cosa que antes se hubiese negado por completo. La relación entre las tres
muchachas cada vez iba más en aumento, y las miradas, roces y sentimientos hacia Costia fueron
creciendo sin darse cuenta, sentimientos que se agolpaban en su pecho y pedían salir fuera. Fue
inevitable la unión entre ambas. Y aunque Titus se negaba ante esa situación, por el contrario
contaban con el pleno apoyo de Adara. Les era suficiente para mantenerse unidas.

-Sarah: ¿No habéis pensando nunca que ocurriría si atacasen Polis?

(Dijo la hermana mejor dirigiéndose tanto a Costia como a Lexa que se encontraban a su lado sobre
un edificio antiguo, al que le gustaban ir para contemplar la ciudad).

-Costia: Sería horrible.

-Lexa: Lucharemos.

-Sarah: Para ti es fácil decirlo, eres una gran luchadora. ¿Pero nosotras?

-Lexa: No tenéis de que preocuparos (dijo mientras agarraba una mano de cada hermana), yo os
protegeré, os lo prometo (mientras le regalaba un casto beso a Costia que se encontraba junto a
ella).
Los años fueron pasando, y la relación entre Lexa y Costia se hizo más fuerte, tenían una serie de
escondites repartidos por Polis en donde pasaban su tiempo juntas. Para Costia era más fácil
escaparse, su jefe por así decirlo era su propia madre, y una vez que había terminado sus labores
tenía el tiempo que quisiera para ella. Su hermana Sarah en cambio había decidido cambiar el rumbo
de su profesión, llevaba tiempo entrenando para formar parte de la guardia. Por su parte Lexa
estaba cada vez más empeñada en demostrarle a su maestro que el amor es debilidad no era cierto,
se esforzaba día a día para demostrárselo, de su cónclave ella era la que más destacaba, tanto en
batalla como en tácticas y situaciones adversas.

Cuando se convirtió en Heda demostró su fuerza completamente al resto, demostró que el tener a
Costia a su lado no le hacía más débil. Demostró ser implacable ante la toma de decisiones, por muy
difícil que fuesen.

El punto álgido de tensión era una revuelta que estaba comenzando por parte de la Nación del Hielo,
querían poder, querían

el poder que Lexa tenía, y esta obviamente se negaba a entregar ante una reina que se negaba a
intentar llegar a ningún acuerdo y que jugaba con la vida de su pueblo.

El momento que cambió los acontecimientos en la vida de Lexa fue una mañana que llegaba de
pasar unos días fuera tras reunirse con uno de los clanes que había decidido unirse a su coalición.
Tenía que hacer acto de presencia ante Titus, para que éste le informase de lo sucedido en su
ausencia esos días, aunque se moría de ganas de volver a ver en primer lugar a Costia.

Nada más encontrase con su maestro contempló que algo no estaba bien.

-Lexa: Titus, ¿qué ocurre?

-Titus: Lexa, yo...no sé cómo ha ocurrido, lo siento yo... (dijo el hombre con temblor en sus palabras).
-Lexa: ¿Qué está pasando? (le contestó mientras elevaba el tono de su voz).

-Titus: Es Costia...

-Lexa: ¿Dónde está? (dijo esta vez con un tono casi gritándole)

-Titus: Ella...Lexa, la nación del hielo mandó su cuerpo sin vida a Polis.

Fue en ese momento cuando entendió las palabras que su profesor siempre le había dicho , el amor
es debilidad, su mundo se derrumbó ante la pérdida de Costia, no podía no quería creérselo, le
habían arrebatado a la persona con la que tanto había compartido, la persona a la que había amado.

Fin flashback

-Clarke: Ian, ya vale, no seas quejica, esa herida no está peor.

-Ian: Pero ¿qué te cuesta volver a echarle un vistazo?

-Clarke: La acabo de mirar hace 10 minutos (le decía


mientras se cruzaba de brazos) -A ver, que pasa, cuéntamelo.

-Ian: ¿Qué te cuente qué?

-Clarke: Aquí está pasando algo, así que o me lo cuentas, o cuando lo averigüe te vas a enterar.

-Ian: No sé de qué me hablas....

-Clarke: Vale, cómo quieras. Allá tú. (Dijo mientras se dirigía a la salida de la tienda).

-Ian: ¿Dónde vas? (Le preguntó rápidamente).

-Clarke: A ver a Lexa.

-Ian: Espera, Clarke, espera. Ay ay ay (Dijo intentado fingir un dolor).

-Clarke: ¿Enserio Ian? ¿De nuevo? (Contestó Clarke mientras lo miraba desde la puerta de la tienda.

-Ian: Pero que te cuesta ayudar a un viejo amigo...

-Clarke: Estás intentado entretenerme....

-Ian: ¿Qué dices? (Contestó rápidamente).

-Clarke: Me estás entreteniendo aposta (Decía mientras se acercaba a Ian), -¿Dónde está?
-Ian: ¿Dónde está quién?

-Clarke: Ian, se acabó el teatro. ¿Dónde está Lexa? Y contesta ya que me estoy empezando a
enfadar.

-Ian: Vale vale, pero no lo pagues con el mensajero (Dijo mientras levantaba los brazos) -Ha ido a
encontrarse con el líder del bando enemigo....

-Clarke: ¿Qué? No puede ser....no es cierto ¿verdad? (Contestó en un tono alto y alterada).

-Ian: Ojala no fuese cierto...Pero es una cabezona, ya lo sabes Clarke.

-Clarke: No me lo puedo creer ¿en qué demonios está pensando? Cuando la vea...

-Ian: Pues... (Comentó mientras le hacia un gesto con la cara señalando la entrada de la tienda).

Al mirar hacia el lugar que Ian le había indicado, pudo observar a Lexa, que se encontraba estática

observándola.

Se acercó hacia ella con paso rápido y decidido.

-Clarke: Tú y yo, ahora, en tu tienda. (Dijo la rubia mientras salía por la tienda dejando a Lexa atrás).

Clarke espero que la ex comandante entrase en la tienda de esta para encararla.

-Clarke: ¿En qué demonios estabas pensando? (mientras dirigía una dura mirada hacia la otra).
-Lexa: Era lo necesario.

-Clarke: ¿Lo necesario dices? ¿El qué? ¿Encontrarte tú sola con el enemigo? (decía mientras
comenzaba a andar de un lado a otro de la tienda) -No lo entiendo, de verdad que no lo entiendo.

-Lexa: Clarke... Tenía que hacerlo. Tenía que intentar parar todo esto sin más muertes...(dijo
mientras se acercaba lentamente hacia la rubia, acortando algo de distancia)

-Clarke: No, no me vengas con esas historias. No puedes hacer lo que quieras, ya no, ¿no te
planteaste consultármelo siquiera? (se aproximó un poco para encararla) - ¿No pensaste en mí?

-Lexa: Por eso mismo Clarke, quería que esto acabase, quería que dejaras de estar en peligro. No
podía permitir que te hiciesen daño... (dijo mientras levantaba una de sus manos para acariciar la
mejilla de la rubia).

-Clarke: No deberías haberlo hecho así (comentó con un tono ya más relajado).

-Lexa: En ese momento sólo actué, supongo que el corazón ganó a la cabeza.

Fueron las últimas palabras que Clarke necesitó para terminar de acortar la distancia entre ellas,
acarició su labio inferior antes de que sus labios encontrasen los de la morena, fue un beso lento que
fue transformándose en otro que reflejaba la necesidad de la una sobre la otra.

-Clarke: No vuelvas a hacer algo así (dijo mientras paraba de besarla y apoyarse con su frente en la
de la otra). No puedo perderte otra vez.

-Lexa: Clarke...Hay algo que debo contarte (mientras se despegaba un poco del contacto que
mantenían) -Ven, siéntate conmigo (acompañándola junto a ella a la cama).

-Clarke: ¿Qué ocurre? (preguntó mientras tomaba asiento)


-Lexa: Es sobre el encuentro con el líder, hemos hecho un trato (a la vez que se sentaba junto a la
rubia y tomaba sus manos)

-Clarke: ¿Qué tipo de trato...?

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Capítulo XXVIII

-Lexa: Clarke...no te pongas así. (Dijo intentando calmarla).

-Clarke: ¿Qué no me ponga así? ¿Pero te estás oyendo? (Decía mientras no paraba de andar por la
estancia).

-Lexa: Escúchame...

-Clarke: No! Escúchame tú a mí. (Dijo mientras se paraba justo delante de la ex comandante). No
tienes bastante con planear un encuentro con el enemigo, no, eso no es suficiente, encima vas tú
sola (recalcando esas dos últimas palabras) y te encuentras con él, pero claro, eso no es suficiente
¿verdad?, así que, ¿qué más puedes hacer? Ah sí, claro! Acepto un duelo con él! Es estupendo!
-Lexa: Tenía que hacerlo.

-Clarke: ¿Tenías que hacerlo? Es que...no me lo creo, no me creo todo esto. ¿Acaso estás bromeando
o algo?

Pero sólo obtuvo silencio por parte de Lexa.

-Clarke: Ya veo ya...

-Lexa: Clarke...lo siento.

-Clarke: Un lo siento no va a arreglar todo esto. Estoy cansada de que te expongas, cansada del
miedo que siento con todo esto. No puedo, no puedo más.

Tras estas últimas palabras se dispuso a salir de allí, pero fue parada, sintió cómo la mano de Lexa la
agarraba por el brazo.

-Lexa: Clarke, por favor....

-Clarke: No Lexa, déjame.

Soltó el agarre con la ex comandante para salir de tienda de ésta.

Necesitaba tomar aire, no daba crédito a la conversación que acababa de tener. Otra vez tendría que
enfrentarse a la opción de poder volver a perderla.
Lexa salió igualmente a los pocos minutos, con destino hacia la tienda del que se había

convertido en su amigo y apoyo, Ian.

Cuando entró lo encontró sentado en la cama, como si estuviera esperándola.

-Lexa: ¿Mala noche?

-Ian: Creo que la tuya va peor, ¿no es así? Anda bien y siéntate. (Mientras le hacía un gesto con la
mano al lado suyo).

Lexa aceptó la invitación y se sentó junto a él.

-Lexa: La he cagado Ian.

-Ian: A ver, cuéntame, ¿qué has hecho ya?

-Lexa: Intenté hacer lo mejor para todos, así que acepté un trato con el enemigo para evitar más
muertes y sangre, un solo duelo, él y yo. Pero....

-Ian: ¿Clarke?

-Lexa: No se lo ha tomado muy bien....

-Ian: ¿Y qué esperabas? No puedes intentar solucionar las cosas tú sola, ahora tu vida va unida a
alguien más.
-Lexa: Yo sólo intentaba acabar con todo de una vez por todas.

-Ian: Tus intenciones son buenas, pero afectan a los que te queremos.

-Lexa: Oh, venga ya ¿tú también?

-Ian: ¿Qué pasa? Te tengo aprecio sí, ¿hay algún problema en eso? Y no me hace gracia que hayas
tomado esa decisión. No me quiero imaginar por lo que pueda estar pasando ahora mismo la
rubia....

-Lexa: No puedo rendirme ahora, no puedo echarme atrás, lo sabes.

-Ian: Claro que no puedes, eso sería un desastre. Así que vas a despejar tu mente, vas a entrenar, y a
pelear contra él como nunca antes has hecho.

-Lexa: ¿Y Clarke?

-Ian: ¿Me pides consejo amoroso? (Dijo mientras sonreía ante la mirada de su compañera). Tú
misma sabes la respuesta, ya sabes lo que tienes que hacer.

-Lexa: Buenas noches Ian. (Dijo mientras se levantaba

de la cama).

-Ian: Buenas noches Heda.


Como bien le había dicho Ian, ella sabía perfectamente cómo actuar frente a Clarke. Debía dejarle un
tiempo, un tiempo prudente para que asentara sus ideas y su furia ya que estaba muy enfadada con
ella, lo pudo ver en su mirada, era algo casi mágico entre ellas, tan sólo les bastaba mirarse a los ojos
para saber cómo estaba la otra. Prácticamente se trasmitían todo con la mirada, en ocasiones una
siempre mirada era más que suficiente para entender la postura de la otra.

Durante el día siguiente no la había visto, aunque eso no quería decir que no supiese de ella. Sabía
que aún estaba en el campamento del lago, que seguía allí ayudando en las labores. Sabía por Ian
que había pasado por la tienda a echarle un vistazo a su herida, que aún estaba algo, más bien
bastante enfadada.

Quería verla, quería hablar con ella, quería arreglar toda esa situación, pero no quería forzarla.
Cuando pensó fríamente lo que había decidido, se dio cuenta de que Clarke tenía toda la razón,
estaba en su derecho de estar enfadada con ella, si fuese Clarke la que hubiese elegido el trato....no
quería ni pensarlo.

La noche llegó y compartía junto a una lumbre en mitad del campamento la cena con Ian, el cual ya
se encontraba bastante mejor de su lesión.

-Ian: ¿Aún no habéis hablado? (Dijo mientras pegaba un mordisco a un trozo de carne).

-Lexa: No. Aún no.

-Ian: Bueno, dale algo más de tiempo (agarró una copa que tenía para beber de ella), aunque yo,
sinceramente te hubiese pateado el trasero,

que quieres que te diga, y espera que me termine de curar.... No te libras.

-Lexa: ¿Me estás amenazando? (Contestó levantando una de sus cejas con gesto de incredibilidad)

-Ian: ¿Yo? Que va, sólo dejo que mis ideas fluyan, ¿sabes? Dicen que es malo guardarse las cosas.
-Lexa: No sé cómo te aguanto....

-Ian: Porque me amas, ese es el secreto. (Dijo esta vez mientras se levantaba del tronco que les
había servido de asiento). Yo me marcho ya a descansar, y tú no deberías tardar mucho tampoco,
deja de torturar a esa cabecita tuya.

-Lexa: Lárgate de mi vista, pesado.

Ian tenía razón, desde que salió del campamento enemigo a u cabeza no habían parado de llegar
cientos de ideas, pensamientos y recuerdos que chocaban unos con otros. Era todo un completo
laberinto, del cual no lograba encajar nada y no encontraba la salida.

Necesitaba ordenarlos, necesitaba desconectar para despejar su mente y prepararse para la pelea,
para preparar su lucha.

Fue en ese momento cuando recordó algo, más bien a alguien.

Flashback

-Lexa: No puedo más.... (Decía mientras se encorvaba y colocaba una mano sobre su costado).

-Anya: ¿Crees que tu enemigo te daría un respiro? (Contestó mientras que con uno de los palos de
entrenamiento golpeó las piernas de la joven, provocando que cayera al suelo).

-Lexa: Anya! Necesito un descanso.... (Decía esta vez desde el suelo).


-Anya: Mírala, la que apuntaba hacia lo más alto aquí tirada (Decía esta vez mientras giraba a su
alrededor señalándola con el palo).

-Lexa: Llevamos

horas así, sabes que tengo mi pierna mal del otro día....

-Anya: Oh, espera, y ahora se escusa. ¿Te crees que me importa? ¿Te crees que a tu enemigo le va a
importar? Buscará cualquier debilidad y no tendrá compasión (Dijo esta vez mientras hacía presión
sobre la pierna mala de Lexa).

-Lexa: Aaahhh (Gritó sin poder contener el dolor que estaba sintiendo).

-Anya: Eso es, grita! Así le darás más ánimos a tus enemigos! Serás débil, fracasaras, acabarás
muerta a la primera de cambio. No mereces que pierda mi tiempo entrenándote.

Lexa sintió en ese momento una rabia que la removió por dentro completamente, sabía que Anya
decía todo eso para provocarla, llevaban ya mucho tiempo entrenando juntas, así que la conocía
bastante bien. Sabía qué clase de juego estaba empezando Anya, pero no pudo controlarse.

Con su pierna buena hizo un movimiento brusco a la vez que con uno de sus brazos buscaba su palo
de madera en el suelo, el cual había quedado tirado cerca de ella.

Hizo que Anya perdiese el equilibrio cuando recibió el golpe de Lexa con su pierna, y cuando quiso
levantarse para volver a atacarla, la tenía justo señalándola con el palo.

-Anya: Por fin! Y aquí está mi sangre noctura favorita! (Dijo esta vez Anya pero ya con una sonrisa en
su cara). Hoy te ha costado bastante eh (Comentaba mientras se levantaba agarrando una de las
manos de Lexa).
-Lexa: Te dije que estaba cansada.

-Anya: No puedes permitirte el estar cansada Lexa. Escúchame (dijo mientras agarraba la cara de
Lexa entre sus manos), cuando estés en combate, cuando pienses que no te quedan opciones,
piensa ¿qué es lo que más quieres?

-Lexa: Sobrevivir.

-Anya: Exacto Lexa, sobrevive.

Fin del flashback

Había perdido la noción del tiempo sumergida en esos recuerdos, ni se había dado cuenta de que
prácticamente todo el mundo se había retirado ya, ni de qué alguien se había sentado a su lado,
sustituyendo la presencia de Ian.

-Clarke: Estás muy concentrada.

Las palabras de la joven la trajeron de nuevo a la realidad.

-Lexa: Estaba pensando, más bien recordando.

-Clarke: ¿En qué?

-Lexa: Anya.
Hubo unos minutos de silencio. Como si ninguna quisiera seguir con la conversación.

-Clarke: Se que lo que has decidido lo has hecho por todos nosotros, una parte de mi lo entiende,
créeme. Pero otra te quiere abofetear.

-Lexa: No te culpo.

-Clarke: Quiero que sepas...que te voy a apoyar ¿vale? De nada sirve el estar así, cuando no
podemos solucionar nada de esta manera.

-Lexa: Gracias, no sabes lo que significa para mí...

-Clarke: Déjame terminar (Decía esta vez mientras agarraba una de las manos de la ex comandante),
pero yo no...no voy a ir Lexa, no voy a ir a ese duelo. No puedo volver a pasar por esto. No otra vez.
(Terminó por decir con los ojos vidriosos).

-Lexa: Está bien, es tu decisión y la acepto. No pasa nada.

-Clarke: Prométeme que regresarás.

-Lexa: Lo haré (Dijo mientras apretaba con fuerza la mano de la otra). Te lo prometo.
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Capítulo XXIX

La noticia de que Lexa pelearía contra el enemigo en un duelo a muerte se empezó a extender por el
clan del lago, las noticias habían llegado hasta a la propia ex comandante. No es que lo considerase
un secreto, tarde o temprano se sabría, pero era algo que de cierta manera la atormentaba por el
simple hecho de que pudiera estar rondando por la cabeza de Clarke. La conocía, sabía que algo no
iba del todo bien, Clarke la había perdonado, o intentado arreglar las cosas demasiado pronto.

Varios pensamientos habían rondado su cabeza durante toda la noche, cayendo en la posibilidad de
que Clarke pudiese hacer algo. Era Clarke, todo era posible.

Se levantó casi con un impulso de la cama en la que apenas había descansado debido a la lucha
interna que tenía en su propia cabeza. Se vistió lo más rápido posible y se dirigió en busca de la
rubia.

Lo primero que se le vino a la mente fue el que seguramente iría a visitar a Ian por lo de su pierna,
Clarke estaba al tanto de su evolución aunque Ian le reprochaba siempre que ya estaba bien, incluso
desde el primer minuto en que sintió el acero sobre su pierna.

Entró a la tienda de Ian, lo encontró atándose los cordones de las botas sentando sobre su propia
cama.

-Lexa: ¿Y Clarke? (Dijo rápidamente llamando la atención del joven).

-Ian: Buenos días a ti también (Contestó mientras alzaba la vista hacia ella).
-Lexa: ¿Ha estado aquí ya? ¿Te ha mirado la herida? (Volvió a insistir Lexa).

-Ian: No, ella aún no ha pasado por aquí, es muy pronto.

A Lexa

esa respuesta no le sentó nada bien, aunque sabía que Ian tenía razón, era demasiado pronto,
apenas los primeros rayos de sol empezaban a dejarse ver.

-Ian: ¿Qué ocurre? Tu cara me dice que algo no va bien....

-Lexa: Clarke y yo estuvimos hablando anoche, creo que se solucionó nuestro problema, pero sabía
que algo no iba bien....

-Ian: Dale tiempo mujer, aunque las cosas se arreglen a veces es necesario algo de tiempo.

-Lexa: No es eso Ian, fue su actitud, fue...fue muy ¿buena? No sé si me explico... Clarke no hubiese
dado su brazo a torcer tan rápido. Además no la he visto desde anoche, no ha venido a dormir a mi
tienda.

-Ian: Es normal que siga enfadada, pero ante la situación haya querido poner un poco de paz entre
vosotras. No te preocupes, fijo que habrá dormido en la tienda de Octavia.

-Lexa: ¿Qué no me preocupe....? Es Clarke...

-Ian: Oh venga ya Lexa, ¿qué piensas? ¿qué se ha largado? ¿qué nos ha dejado tirados aquí? Ella no
haría eso, ella es una luchadora. La he visto.

-Lexa: Por eso mismo. Como se haya atrevido a ir.... (Dijo mientras levantaba una de sus manos para
apretarla contra su frente).
-Ian: ¿A ir?... Espera... ¿Me estás diciendo que Clarke ha ido a encontrarse con, cómo era...Enam?
¿Estarás bromeando...?

-Lexa: Ella es impredecible. Tengo que encontrarla.

Sin esperar la contestación de Ian salió de su tienda, y tal cómo su amigo le había comentado, pensó
que si no había pasado la noche con ella, lo más lógico es que estuviese junto a Octavia con la que
mantenía una buena relación.

No

hizo falta llegar hasta la tienda de la morena, puesto que se la encontró de camino.

-Lexa: ¿Ha pasado Clarke la noche contigo? (Le preguntó a la morena casi cortándole el camino).

-Octavia: ¿Clarke? ¿Conmigo? ¿De qué hablas Lexa? Ella me dijo que iba a hablar contigo.

-Ian: Joder.... (Comentó el joven que había seguido la estela de Lexa). -Esto no pinta bien...nada bien.

-Lexa: Tengo que ir a por ella, tengo que llegar antes, quizás no hace mucho que salió.

-Octavia: ¿De qué habláis?

-Ian: Lexa hizo un trato con el enemigo, un duelo a muerte, se lo contó a Clarke, y ahora piensa que
Clarke ha ido sola a encontrarse con él, yo no lo veía posible, pero ahora ya la cosa me mosquea un
poco.... (Dijo Ian intentado resumir brevemente la historia a la joven mientras Lexa asentía con la
cabeza tras sus palabras).

-Octavia: Definitivamente no conoces bien a Clarke, Ian. Vamos a por ella.


Horas antes.

No podía seguir enfadada con Lexa, entendía la postura de la morena, posiblemente ella habría
hecho lo mismo, habría tomado la misma decisión que ella. Exponerse ella en lugar de su pueblo
para así evitar más derramamiento de sangre y muertes.

Pero lo que no estaba dispuesta es que Lexa una vez más tomará ella sola la decisión, que sólo a ella
le afectase el rumbo de la historia. Se negaba por completo. Así que sin pensarlo decidió zanjar el
tema con la ex comandante, hablaría con ella, la tranquilizaría, conocía a Lexa y sabía que estaría
preocupada por la situación de ambas, aunque era una persona algo fría y distante,

ella había logrado tirar ese muro de contención unas cuantas veces, sabía que ella era su debilidad al
igual que la ex comandante la suya.

Le resultó en cierta forma fácil hacer creer a Lexa que todo iba bien, que entendía su postura y
decisión, y que la respetaría. Demasiado fácil. Quizás el hecho del estado de concentración al que
debía someterse y su preparación, había hecho que la ex comandante se convenciera con facilidad.

Había observado durante su pelea en la tienda que Lexa portaba un pequeño papel, se trataba de un
pequeño boceto sobre el lugar donde podría encontrar el campamento enemigo, según le había
comentado la propia Lexa tras que Clarke le preguntase como había dado con él finalmente.

Así que tras la conversación frente al fuego con ella, y observando que Lexa mantenía su sitio en el
lugar, se dirigió a la tienda de la ex comandante, en busca del dichoso plano. Rebuscó lo mínimo
entre todo, entre todos los papeles y mapas que se extendían sobre una de las mesas centrales de la
tienda, intentó colocar todo en su sitio de nuevo, no quería que Lexa sospechase. Se maldecía una y
otra vez cada vez que encontraba un papel que no era, cada vez que se le hacia más imposible dar
con él. Levantó la vista dejando vagar su mirada por toda la estancia, y entonces la vio, vio la larga
chaqueta que Lexa solía llevar, se acercó a ella, rebuscó en sus bolsillos hasta dar con lo que
buscaba. Agradeció enormemente el buen clima que estaban teniendo últimamente y que la ex
comandante no llevase la chaqueta puesta justo esa noche.

Salió de la tienda

con sumo cuidado, evitando encontrarse con Lexa o con alguien que pudiera asociarla junto a la
tienda en la que había estado buscando su preciado tesoro.

Observó con calma a lo lejos que Lexa seguía junto al fuego, por lo que entendió que no había
tardado tanto. Esperó a lo lejos hasta que la morena decidió volver a su tienda a descansar para
aprovechar salir del campamento en busca de su objetivo. Debía encontrase con quien Lexa había
hecho el trato, debía cambiar dicho trato, o al menos intentarlo. No iba a quedarse de brazos
cruzados nuevamente sin hacer nada mientras Lexa arriesgaba su vida de nuevo. No podía
permitirlo.

Ya una vez fuera del campamento, aprovechando un cambio de guardias para evitar ser vista y así
ganar algo más de tiempo antes de que se dieran cuenta de su salida, intentó situarse. Ella había
pasado tiempo fuera, buscándose la vida como la famosa Wanheda, pero esos territorios era
desconocidos para ella, por lo que le resultó bastante complicado sólo el hecho de intentar encajar
su posición con la del mapa.

Cuando se quiso dar cuenta los primeros rayos de sol empezaban a extenderse sobre el cielo, rafagas
de claridad empezaban a adentrarse entre el frondoso bosque de grandes árboles. Debía darse prisa,
había perdido demasiado tiempo, se quejaba de no conocer bien aquel territorio, posiblemente
hasta incluso podría haberse perdido e ir en dirección apuesta a su objetivo.

Por su parte el trío formado por Lexa, Ian y Octavia llevaban rato rondando los alrededores, habían
estado siguiendo la pista de Clarke, la rubia había estado evitando
dejar un rastro de sus pasos, pero para el trió era pan comido, eran expertos sobre el terreno, sabían
por dónde y cómo moverse, y sobretodo cómo rastrear.

-Lexa: Va directa al campamento enemigo, debemos darnos prisa, si ha llegado ya...(decía agachada
cerca del suelo observando una posible pisada).

-Octavia: Tranquila, la encontraremos antes (le respondió la joven mientras apretaba el hombro de
la ex comandante en un gesto de intentar tranquilizarla).

-Lexa: Vamos a aligerar el paso, el sol pronto terminará de salir y eso le dará más ventaja para
moverse sobre el terreno.

Dicho y hecho, los tres intensificaron sus pasos, casi trotaban, se movían velozmente entre el
bosque, saltando y esquivando ramas, intentaban a la vez hacer el menor ruido posible, ya casi
estaban en suelo enemigo y no querían provocar ningún mal justo en estos momentos cuando ya
tenían un trato.

Lexa paró prácticamente en seco cuando a lo lejos pudo observar una cabellera rubia, algo
agazapada junto a unos arbustos, observando hacia el campamento enemigo que ya se dejaba ver
fácilmente ante sus ojos. Lo que le paró el corazón fue el comprobar que había alguien más justo al
lado de Clarke, alguien que al parecer la propia rubia ni se había percatado de su presencia.

Clarke observaba escondida entre unos arbustos el campamento por el cual había pasado horas
buscando, al fin lo tenía ante sus ojos, al fin podría hacer algo por su pueblo, pero sobretodo por
Lexa. Estaba tan metida en sus pensamientos e ideando un plan que lograse funcionar que no se
percató de la presencia de una figura que se encontraba prácticamente a su lado.

-Vaya, vaya, al parecer a alguien le gusta vigilar a sus vecinos.


Fueron las palabras que hicieron que Clarke volviese a la realidad abandonando el laberinto de ideas
que se estaba formando en ese momento en su cabeza, logrando que cayesen todas como un
castillo de arena.

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Capítulo XXX

-Vaya, vaya, al parecer a alguien le gusta vigilar a sus vecinos.

Clarke sintió como le temblaban las piernas cuando pudo escuchar esas palabras justo a su lado, no
reconocía la voz, y estaba cerca del campamento enemigo, por lo que estaba claro, la habían
descubierto. No sabía qué hacer, cómo reaccionar ni qué decir, por un momento su mente parecía
completamente nublada, no era capaz de encontrar una salida a la situación sobre la que ella misma
se había precipitado de cabeza. Se atrevió a incorporarse un poco, pero sintió un hierro afilado cerca
de su cuello, posiblemente se tratase de un cuchillo.

-No, no. Despacio. Vas a hacer lo que yo te diga, te vas a levantar muy lentamente y a soltar todas
las armas que tengas, ¿entendido?

Clarke sólo pudo asentir con la cabeza en un gesto ligero. Seguía abrumada intentando buscar una
solución rápida ante el problema que había explotado delante de su propia cara.
El trío formado por Lexa, Ian y Octavia observaban la escena sin saber qué hacer, pero fue en el
momento en que Lexa vio cómo apuntaban a Clarke con un arma, cuando sus pies comenzaron a
andar por si solos, no podía permitir que le pasase nada a Clarke. Sin darse cuenta fue parada por
Ian, que la agarraba fuertemente de un brazo y la volvía a esconder de la posible vista del enemigo.

-Ian: ¿Qué demonios pretendes? ¿Estás loca? -Le espetó el joven.

-Lexa: Suéltame! Maldita sea! -Contestó ella bastante enfadada.

-Ian: ¿Acaso tienes un

plan?

-Lexa: ¿Pero te estás oyendo? Suéltame Ian! Es Clarke!! (Decía mientras luchaba por soltarse del
amarre del joven, al no poder lograrlo no se lo pensó, le asisto un puñetazo en la cara para
descolocarlo) -Lo siento (Le dijo mientras una vez liberada de su amarre corría hacia la escena donde
se encontraba Clarke en peligro.

Estaba claro que no tenía un plan, claro que no, pensaba encontrar a Clarke de camino, en ningún
momento pasó por su cabeza la escena que estaba sucediendo ante sus ojos, pero era Clarke, algo
improvisaría, no podía quedarse de brazos cruzados observando desde la distancia.

-Ian: ¿Por qué no la has parado? (Le preguntó enfadado a Octavia que había observado la escena por
completo).

-Octavia: ¿Yo? ¿A Lexa? No pienses que estoy tan loca cómo tú.... Además yo también voy.
-Ian: No, espera! Octavia escúchame, puede que la cosa se complique si ve que somos más, vamos a
darle un voto de confianza a Lexa.

-Octavia: Como algo le pase a Clarke...

-Ian: ¿Es que pensáis que yo no aprecio a la rubia o qué demonios? (Dijo en un tono bastante
enfadado ya) -Estás cosas hay que pensarlas bien, vamos a mantener la distancia observando si la
cosa se complica, y si es así, no dudaremos en intervenir.

Clarke se levantaba muy lentamente, cuando de pronto pudo sentir que su enemigo tiraba
fuertemente de ella, agarrándola mientras sostenía el cuchillo muy pegado a su cuello. Durante ese
rápido movimiento, pudo reconocer la voz de Lexa cerca a la escena, lo que hizo por un momento
que su acelerado corazón

bajase el ritmo.

-Lexa: Eh, eh, tranquilo ¿vale? No voy a atacar ni nada (Decía Lexa con sus manos levantadas
acercándose muy despacio hacia la escena).

En una rápida ojeada observó que Clarke se encontraba bien y más cuando la rubia asintió con la
cabeza muy levemente tras observar la cara de preocupación de la ex comandante.

-Lexa: ¿Por qué no bajas el cuchillo y hablamos? (Decía todo esto aún con las manos en alto) -Ha sido
culpa mía, estábamos rastreando una pieza de caza y decidimos separarnos, esto es una confusión...

Fue cortada rápidamente por quién tenía a Clarke.


-¿Te piensas que soy estúpido? Eres la ex comandante, y esta supongo que es Wanheda, ¿verdad? La
gente dice que apenas os separáis, sólo hay que unir cabos...

-Lexa: Sí, sí, tienes razón, lo somos. Pero lo que te he dicho es cierto, no estamos buscando ningún
problema, solo suéltala y nos marcharemos.

-Ni de coña. Estáis junto a nuestro campamento, fijo que a nuestro jefe esta información le interesa,
y más si le llevo una prueba. (Decía mientras apretaba el cuchillo más fuerte sobre el cuello de
Clarke).

Lexa observó cómo la presión del cuchillo sobre la garganta de Clarke prácticamente le impedía
tragar saliva, e incluso pudo ver cómo una pequeña gota de sangre empezaba a recorrer el cuello de
la rubia.

-Lexa: Podemos arreglar esto entre nosotros, estoy segura de ello. (Decía mientras avanzaba un poco
más hacia ellos).

-Ni se te ocurra moverte un centímetro más o le corto el cuello aquí mismo. No mejor no, mejor me
la

llevo al campamento, los chicos quizás se la pasen bien con ella.

¿Tú qué dices rubia? ¿Te apuntas? (Dijo mientras sonreía con algo de chulería y pegando su cara
muy cerca de la de Clarke).

Lexa no pudo evitarlo más, aunque parecía calmada ante la situación, su cuerpo ardía, su
temperatura se elevaba por momentos ante la ira que sentía al observar a Clarke en peligro, había
intentado controlarse, llevar la situación por otro camino, pero le fue imposible. Aprovechando que
el tipo parecía entretenido en burlarse de la situación, y que Clarke no le apartaba la mirada,
observando directamente a sus ojos verdes, aquellos ojos que tanto le habían dicho solamente con
mirarla en tantas ocasiones...
-Lexa: Agáchate! Ahora!! (Gritó Lexa mientras lanzaba un cuchillo que había tenido escondido entre
una de sus mangas, directo a su objetivo, impactando directamente a la cabeza del tipo mientras
Clarke desde el suelo lo observaba desplomarse).

Lexa se acercó rápidamente para comprobar que Clarke estaba bien, la sangre que se dibujaba en su
cuello era sólo un rasguño, por lo que respiró aliviada.

-Clarke: Lexa...yo... (Decía Clarke mientras agarraba con sus manos la de la ex comandante que
inspeccionaban su herida ladeando un poco su cuello)

-Lexa: Ha sido una irresponsabilidad por tu parte Clarke.

-Clarke: ¿Lo mío es irresponsabilidad, y lo tuyo?

-Ian: Eh, eh. Relajaos, no es el momento ahora de broncas ¿vale? (Decía Ian que se aproximaba a la
escena junto a Octavia). -Hay que pensar que hacer con él. (Dijo mientras señalaba el cuerpo del
hombre

tirado en el suelo).

-Octavia: ¿Qué hacer con él?

-Lexa: No podemos dejarlo aquí, sospecharían, y no tardarían en echarnos la culpa. (Comentó Lexa
mientras se incorporaba del suelo y observaba a su alrededor para comprobar que no había nadie
más observando la escena).

-Ian: Pensemos.... (Decía mientras llevaba las manos a la cabeza y observaba el cuerpo del enemigo
ya muerto tirado en el suelo).

-Octavia: Podemos enterrarlo. (Sugirió casi apenas en un susurro).


-Lexa: Los animales lo destaparían.

-Ian: El río. Lo llevaremos al río y que la corriente haga el trabajo.

-Clarke: No sé si eso está del todo bien (Comentó Clarke que ya se encontraba incorporada también
del suelo).

-Lexa: Lo haremos. No hay de otra, si lo descubren se echará a perder mi pacto con su líder y todo
esto no habrá servido de nada.

Una vez que se habían deshecho del cuerpo de la forma en la que habían acordado, volvieron al
campamento del lago. Durante todo el trayecto prácticamente ninguno de ellos articuló ninguna
palabra, la tensión era prácticamente palpable, sobre todo entre Lexa y Clarke.

-Lexa: Es evidente que lo que ha pasado hace un rato se queda entre nosotros (Dijo a los otros tres
ya una vez dentro del campamento).

Los demás solo asintieron y observaron como Lexa avanzaba con paso ligero hacia su tienda, sin
articular ni una sola palabra más.

Clarke no dudó en seguirla, adentrándose también en la tienda unos segundos más tarde,
encontrándose a la ex comandante parada, apoyada con sus brazos en la mesa principal,

con la mirada fija y perdida sobre algún mapa o papel al que no le mostraba la mínima atención, se
encontraba totalmente perdida en sus propios pensamientos.

-Clarke: Lexa... (Dijo la rubia con un tono suave acercándose a ella, mientras en un intento de llamar
la atención de la otra rozaba con su mano uno de sus hombros).

La única respuesta que obtuvo fue el sentir como el cuerpo de la ex comandante se tensaba aun más
ante su contacto.
-Clarke: Tenemos que hablar. No podemos actuar como dos niñas y dejar las cosas sin hablar, vamos
Lexa.

-Lexa: ¿Quieres hablar? (Comentó mientras se giraba sobre sí misma para encontrarse a Clarke de
frente) -Hablemos. Hablemos de la estupidez que has hecho, de la imprudencia que has cometido,
podrías haber arruinado todo, haber provocado de nuevo los ataques de los enemigos (Decía con un
tono algo elevado y bastante enfadada). -Podrías haber logrado que te hiciesen daño o que incluso
te matasen, demonios Clarke, ¿en qué estabas pensando?

-Clarke: En ti. Pensaba en ti. (Contestó mientras observaba como el gesto de Lexa se relajaba ante
sus palabras).

-Lexa: Eso es una tontería, no puedes tomar decisiones solamente por una persona Clarke.

-Clarke: ¿Una tontería? Me preocupo por lo que pueda pasarte, tengo miedo de que...yo solo quería
intentar buscar una alternativa.

-Lexa: Fue una mala decisión y lo sabes.

-Clarke: No me vengas con que fue una mala decisión cuando tu tomaste la peor de todas. No, no,
escúchame (Dijo mientras con un gesto de su mano mandaba callar a Lexa que intentaba

responderle) -Si pensabas por un momento que me iba a quedar de brazos cruzados, estás muy
equivocada, no iba a permitir que arriesgases tu vida de nuevo.

-Lexa: Pues tienes que aceptarlo.

-Clarke: No lo voy a aceptar, y si tengo que volver a salir de este campamento cien veces, lo haré. No
me lo vas a impedir.
-Lexa: ¿Me estás desafiando Clarke? (Preguntó mientras acortaba distancias entre ellas).

-Clarke: Si quieres tomártelo como un desafío, hazlo. (Contestó Clarke muy cerca de la boca de la ex
comandante, la cual ahora tenía prácticamente pegada a la suya).

Justo al terminar de escuchar las palabras de Clarke, Lexa cogió a ésta por el cuello, hundiendo sus
dedos entre su pelo, acercándola todo lo posible a ella para besarla. Clarke por su parte la agarraba
por la cintura para unir sus cuerpos todo lo posible mientras profundizaba el beso, jugando con sus
lenguas, explorándose la una a la otra.

Mientras Lexa atacaba su cuello, Clarke ladeaba éste para proporcionarle un mejor acceso, la ex
comandante dejaba un surco de besos y pequeños mordiscos en el camino que iba desde la oreja al
cuello de la rubia, provocando en ella el no poder evitar dejar escapar algún que otro gemido de
placer.

Cuando se quiso dar cuenta, la ex comandante intercambió su posición con la de ella, poniéndola
contra la mesa a la que en un movimiento rápido subió a ella sin en ningún momento dejar de
saborear la piel de la rubia. Se debatieron en una lucha mientras se libraban de las prendas
superiores que cubrían sus cuerpos, mientras Clarke acariciaba la espalda de la ex comandante,

esta le empezaba a dedicar tiempo a su pecho, acariciándolos con su boca o sus manos,
intercambiando posiciones, los propios sonidos que emergían de los labios de Clarke animaban a
Lexa a continuar en cierto modo torturándola.

Clarke tiró más del cuerpo de Lexa hacia ella, colocándola todo lo posible entre sus piernas que
demandaban cada vez más roce entre ellas. Pasando ahora a ella a dedicarle tiempo al pecho de la
ex comandante, jugando lentamente con ellos y su lengua, observando como la morena se mordía el
labio inferior ante la excitación. Por su parte Lexa comenzaba a acariciar las piernas de Clarke, desde
la parte más exterior del muslo hasta la más interior, subiendo y bajando provocando nuevos
gemidos en la rubia. Pasó a acariciar su parte más íntima aún con la ropa inferior puesta, mientras
Clarke atacaba ferozmente sus labios, con pasión y necesidad, saboreándolos, dejando incluso
pequeños mordiscos en ellos, pasando lentamente su lengua sobre ellos.

-Clarke: Me encantan tus labios... (Dijo en un momento que se retiró a tomar más aire para
continuar besando a Lexa, a la vez que pasaba sus dedos sobre ellos acariciándolos).
-Lexa: Baja. (Clarke la miraba con cara de no entender sus palabras). -Baja de la mesa (Dijo esta vez
la ex comandante mientras le ofrecía la mano para ayudarla). -Vamos a otro sitio más cómodo.

La tumbó sobre la cama, sentándose a horcajadas encima de ella tras haberse desnudado ambas por
completo. Comenzó a rozar su cuerpo con el de la otra mientras observaba como la respiración de
Clarke comenzaba a intensificarse, se tumbó

junto a ella, comenzando a besar de nuevo sus labios, su mandíbula, su barbilla, su clavícula, toda la
piel posible que tenía a su alcance, mientras con una de sus manos exploraba su parte más íntima de
una forma lenta, observando cómo Clarke la miraba con deseo, con las pupilas completamente
dilatadas. Entró dentro de ella, decidió no torturarla más, alternando movimientos lentos y rápidos
consiguió rápidamente que llegase al orgasmo. Pero sin apenas dejar que se recuperase decidió
seguir explorando esta vez jugando con su lengua, dejando todo un camino de besos desde su boca
hasta su parte más íntima, lamiendo y succionando sentía cómo el cuerpo de Clarke demandaba más
de ella, sintió cómo la rubia la agarraba por el pelo mientras ella seguía proporcionándole placer sin
interrupciones. Con una de sus manos libres además jugaba con los pechos de Clarke, intentando
darle el máximo placer posible. Notó cómo su cuerpo se tensaba y comenzaba a recibir pequeñas
descargas que le indicaban que nuevamente había llegado al orgasmo. Todo esto acompañado de
gemidos, sonidos guturales e incluso algún que otro Lexa que fueron escapándose de los labios de
Clarke.

Se tumbó a su lado, observándola mientras la rubia aún tenía los ojos cerrados e intentaba controlar
su respiración, dibujándose una sonrisa en sus labios.

-Clarke: ¿Qué miras? (Preguntó sin abrir aún los ojos)

-Lexa: Me encanta tu sonrisa.

-Clarke: Comandante, eres una cursi (Contestó Clarke ya con los ojos abiertos, mientras se lanzaba
hacia ella besándola y riéndose). -Así no vas a quitarme el enfado (Dijo esta vez mientras se
acurrucaba contra Lexa, haciéndose un hueco entre su hombro y su cuello, haciendo que su
respiración chocase directamente contra la ex comandante, le encantaba estar así, sentir su
respiración y a la vez percibir su olor).
-Lexa: Pensaba que lo ha pasado hace un momento te había quitado el enfado, aunque sólo fuese un
poquito (Comentó mientras sonreía y acariciaba la espalda de la otra haciendo dibujos imaginarios
con sus dedos).

-Clarke: ¿Así pretendes que se me quite el enfado? Pues vas a necesitar muchos intentos... (Contestó
mientras dejaba un beso en el cuello de la morena).

-Lexa: Créeme que no me molesta la idea (Decía mientras sonreía y dejaba un beso sobre el pelo de
Clarke). -Entiendo tu postura Clarke, enserio que la entiendo, sé que lo que sientes por mí te ha
movido a hacer lo que has hecho, porque es exactamente lo que me movió a mí a aceptar el duelo.
Quería que todo acabase, quería que por fin fueses feliz.

Sintió como Clarke se incorporó un poco para observarla directamente a los ojos, observó como los
ojos azules que la miraban comenzaban a estar cristalinos por las lágrimas que amenazaban con
salir.

-Clarke: Abrázame fuerte (Dijo mientras le dejaba un beso suave sobre sus labios para
posteriormente volver a su postura original, sintiendo la respiración de Lexa junto a la suya).

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Capítulo XXXI

Lexa se encontraba sentada en el filo de la cama, a medio vestir, se ataba las botas con lentitud,
mientras su cabeza no podía dejar de pensar en el duelo con el enemigo, con Enam, el cual sería al
día siguiente. La ex comandante había decidido que sería mejor llegar con anterioridad al
campamento enemigo, por lo que marcharía lo antes posible, quizás hasta pasaría la noche allí, sabía
que era algo arriesgado el pasar tantas horas en suelo enemigo, pero así podría estar algo
descansada del viaje, ya que de igual modo dormir iba a dormir poco. El solo pensar en Clarke y en la
preocupación que tendría ella en su lugar, le hacía perder completamente el sueño, se volvería loca
si sus posiciones estuvieran intercambiadas.

Clarke, no podía dejar de pensar en ella, no podía sacar de su mente a esa rubia que le había traído
de cabeza desde el primer momento que la vio entrando en su tienda pidiendo una tregua, una paz
entre los dos bandos. Ella no aceptaba treguas, no aceptaba condiciones, ella era la que ponía las
condiciones y los demás solamente debían respetar y aceptar sus órdenes.

Pero con Clarke todo era diferente. Pensó en cómo su vida había cambiado de una forma tan radical
en tan poco tiempo, en como la sangre pide sangre había pasado a un segundo plano y en cómo el
amor es debilidad sólo era una estúpida frase sin sentido.

Sintió cómo unos dedos comenzaban a recorrer su espalda aún desnuda, dibujando encima de su
tatuaje, trayendo de nuevo sus pensamientos a la realidad.

-Clarke:

De todos tus tatuajes es mi favorito. (Dijo mientras seguía trazando círculo a círculo toda la tinta de
la espalda de Lexa).

-Lexa: Estaba pensando en hacerme otro. (Contestó mientras giró un poco su cara para observar a
Clarke aún tumbada en la cama).

-Clarke: ¿Ah sí? ¿Y ya sabes el qué? (Preguntó mientras se incorporaba y colocaba ambas piernas
rodeando el cuerpo de la ex comandante, sentando justo detrás, pegando aún su cuerpo desnudo al
de la morena).

-Lexa: Ya lo verás, es sorpresa. (Decía mientras jugaba con las manos de Clarke que habían pasado a
rodearla también sobre su vientre).

-Clarke: No me gustan las sorpresas. (Contestó mientras dejaba pequeños besos sobre la espalda de
la morena).
-Lexa: ¿Ah no? Pues nada, entonces lo mantendré oculto... (Comentaba esta vez mientras terminaba
de vestirse).

-Clarke: ¿De verdad piensas que podrías ocultarme algo así? (Mientras ayudaba a Lexa a terminar de
vestirse, aún sentadas sobre la cama).

-Lexa: Supongo que no es muy factible... (Dijo esta vez ya la ex comandante de pie en frente de
Clarke).

Clarke solo negó con la cabeza mientras extendía sus manos hacia las de Lexa que cuando las agarró
tiró de ellas para que su cuerpo cayese sobre el suyo propio.

Lexa tuvo que apoyarse sobre sus propios codos en la cama mientras su cuerpo respiraba justo
encima del de Clarke, mientras que la rubia la rodeaba con sus piernas por la cintura.

-Clarke: Podríamos quedarnos un ratito más aquí. (Dijo mientras mordía su labio inferior y sonreía de
forma pícara).

-Lexa: Clarke... Tenemos

que levantarnos... (Contestó con poca gana).

-Clarke: ¿No te apetece quedarte aquí conmigo? (Preguntó dejando un beso lento sobre la labios de
la morena).

-Lexa: Me quedaría aquí contigo para siempre. (Contestó mientras continuaba el beso que había
empezado la rubia).

-Clarke: Oh comandante, cada vez estás más cursi. ¿Dónde está la heda que yo conocí? (Comentaba
risueña Clarke mientras comenzaba a meter sus manos por debajo de la camiseta de Lexa).
-Lexa: ¿Cursi? (Dijo levantando una de sus cejas y parando las manos traviesas de Clarke) -Anda
vístete y desayunamos algo (Contestó mientras dejaba un beso rápido sobre sus labios y se
levantaba para que Clarke pudiese vestirse).

Ian y Octavia se les habían unido al desayuno en su propia tienda. Mantenían animadamente una
conversación entre los tres, ella hacía rato que había desconectado prácticamente, sólo se dedicaba
a observar a Lexa, a su Lexa, parecía muy concentrada, perdida en sus propios pensamientos, solo
intervenía en la conversación para soltar algún monosílabo como sinónimo de seguir en ella, la había
visto así de concentrada muchas veces, pero había algo esta vez que era diferente.

Se maldecía una y otra vez por no poder hacer nada por cambiar la situación, por invertir todo lo que
iba a pasar en tan poco tiempo. Lexa le había comentado que se marcharía antes de lo previsto hacia
el campamento enemigo y en ese momento creyó morir, sabía que lo haría, sabía que no se iba a
echar hacia atrás, que sería consecuente con sus actos y sus palabras, pero eso

no quitaba que la realidad le pareciese una completa bomba a punto de estallar en su propia cara.

También sabía que no tenía más remedio que aceptar la decisión de Lexa, tenía razón en que su
intento de fuga y plan, el cual ni lo tenía planeado, había sido una autentica estupidez, sólo le
quedaba resignarse a volver a ver a Lexa enfrentarse en un combate a muerte. No quería ni pensar
en la posibilidad de volver a perderla, de volver a perder a esos ojos verdes que ahora mismo
estaban perdidos sobre una copa en la mesa. Y cómo si la hubiese estado llamando mentalmente,
Lexa reaccionó y conecto su mirada verde a la suya. Quería tener un rato más con la ex comandante
antes de que se marchara, solo para ellas, y parecía de nuevo cómo si sólo con las miradas pudieran
comunicarse, Lexa invitó a Ian y Octavia a verse dentro de un rato y que la dejasen sola mientras
terminaba de preparar sus cosas.

La observó acompañarlos hacia la entrada de la tienda mientras comentaba algo con ellos, que
prácticamente no llego a escuchar, más que nada porque su mente solo se limitaba a seguir a Lexa
con la mirada sin accionar por así decirlo ningún tipo más de acción en su cerebro.
Vio como se acercó hacia ella, hacia donde estaba sentada, hincando una de sus rodillas en el suelo y
cogiendo sus manos con las suyas.

-Lexa: ¿Qué ocurre Clarke?

Sentía que su mundo se derrumbaba, el solo hecho de escuchar su nombre saliendo de sus labios
había hecho que sus ojos se pusieran vidriosos, amenazando con dejar caer alguna lágrima.

-Lexa: Eh, está bien. Todo va a estar bien.

Escuchó mientras sentía como ahora las manos de Lexa se apoderaban de su cara, haciendo
mantener el contacto con sus ojos.

-Clarke: Dime que no voy a perderte. (Se atrevió a decir mientras sentía una lágrima caer sobre su
mejilla).

-Lexa: Clarke, no me vas a perder. (Contestó mientras con sus pulgares limpiaba las lágrimas que
empezaron a escaparse de los ojos de Clarke).

-Clarke: ¿Por qué estás tan segura?

-Lexa: Es un secreto. (Dijo esta vez Lexa con una sonrisa en sus labios).

-Clarke: No me hace gracia...

-Lexa: Anda ven. (Comentó mientras se levantaba del suelo y ofrecía sus manos a Clarke para que se
pusiera de pie junto a ella). ¿Me das un abrazo?
A Clarke no le hizo falta responder con palabras, se lanzó hacia ella, rodeando su cintura, pegando su
cara contra el pecho de la ex comandante.

-Clarke: No puedo ir, creo que no soportaría ver algo así de nuevo. (Mientras seguía pegada al
cuerpo de Lexa).

-Lexa: Tranquila, cómo ya te dije, no pasa nada. (Contestó mientras con sus manos apartaba un poco
la cara de Clarke de su pecho para dejarle un leve y suave beso en los labios). -Cuando vuelva te
contaré el secreto, ¿vale?

-Clarke: Más te vale, porque quiero saberlo. (Dijo la rubia mientras era ahora ella la que comenzaba
el beso).

Tras haberse despedido de Clarke en la tienda, tal como habían decidido, no era necesario volver a
hacerlo delante de todo el campamento, ella seguía siendo reservada en cuanto a su vida privada,
no como Clarke, que prácticamente le daba igual o le importaba bien poco el resto del

mundo.

Había dado unas indicaciones a Octavia que también se quedaría en el campamento del Lago ya que
decidió partir sola con Ian. Le encomendó a la chica prácticamente vigilar en todo momento a Clarke,
no quería llevarse ninguna otra sorpresa, y aunque Clarke le había prometido que se mantendría al
margen, no estaba completamente segura.

El camino junto a su amigo estaba siendo silencioso, lo cual no le parecía mal del todo, Ian le caía
bien, para que negarlo, pero a veces podía ser un poco molesto, nuevamente por lo mismo, ella era
una persona reservada, interactuaba lo mínimo con el resto, justo lo necesario, en cambio Ian era
todo un charlatán. El silencio era tan absoluto que hasta el ruido de sus propios pasos pisando la
tierra empezaba a parecerle incomodo, así que fue ella misma la que hizo romper ese silencio.
-Lexa: ¿En qué piensas que te tiene la lengua tan quieta?

No obtuvo respuesta sonora, sólo un leve movimiento de hombros que le indicaban una cierta
actitud de desgana.

-Lexa: ¿Enserio? Esto sí que es grave....

-Ian: Esto es una locura Lexa.

-Lexa: No empieces Ian....

-Ian: Debería luchar yo por ti.

-Lexa: No. (Dijo mientras levantaba una de sus manos enfrente de él) -Es mi decisión y soy yo la que
se va a enfrentar, no voy a permitir ninguna tontería Ian, si quieres puedes volver al campamento
del Lago, por mi no hay problema, enserio.

-Ian: Ni de coña te voy a dejar sola aquí. (Contestó mientras quedaban parados al filo de un leve
montículo desde el cual se observaba ya el campamento enemigo).

Parecían

cómo si la estuviesen esperando, la gente la observaba caminar por el campamento junto a Ian, los
escuchaba hablar en tono bajo cuando pasaban alrededor de algún grupo. Había niños que la
miraban, ancianos, jóvenes...gran cantidad de enemigos que la observaban pero sin maldad en su
mirada, más bien parecían asombrados e ilusionados, algo muy extraño pensó para sí misma la ex
comandante.
Observó cómo una niña de unos siete u ochos años de edad se acercaba a ella con paso tranquilo, no
rápido, pero tampoco lento, observando con algo de miedo a su alrededor, cómo asegurándose de
que alguien o algo que le daba miedo no la estuviese vigilando.

En un primer momento pensó en alejarse del camino de la niña y seguir su paso ligero hacia donde
sabía que estaba la tienda de Enam. Pero otra parte de ella quería saber de qué se trataba todo
aquello.

Se agachó un poco cuando tuvo a la niña a su alcance.

-¿Has venido a ayudarnos? (Dejó escapar la niña de sus labios)

-Lexa: ¿Qué? ¿A ayudaros? (Contestó la ex comandante con algo de asombro).

-Por favor heda....

Observó como los ojos de la niña se volvían vidriosos antes de que una mujer, que parecía su madre,
se la llevara de la escena regañándola con algo de miedo dibujado en su rostro.

-Ian: Vaya, eso ha sido raro.... (Comentó el joven apenas susurrando cuando Lexa volvió a
incorporarse a su altura).

Llegaron a la tienda de Enam, y estuvieron esperando hasta que le dieron permiso para entrar.
Cuando entraron algo llamó su atención, Enam no estaba solo, no sólo estaba
acompañado por dos guardias, había un grupo de personas acomodados en sillas alrededor de una
gran mesa. Cuando se quiso dar cuenta los reconoció a todos, se trataba de los embajadores de los
demás clanes.

-Enam: Espero que no te haya importado que invitase a unos amigos a nuestro gran acontecimiento.
(Dijo nada más la vio entrar por la puerta junto a Ian).

-Lexa: No tiene importancia. (Contestó muy seria la joven, pero preocupada por el hecho de la
presencia de los embajadores allí, ¿estarían apoyando a Enam? ¿se rompería la unión de clanes? Mil
preguntas rondaban su cabeza de nuevo).

-Enam: Tenía que dejar testigos de mi gran victoria, y claro está, de mi posterior ascenso. (Decía
mientras bebía de una copa sonriente). -Mis guardias os acompañaran a la tienda que os han
preparado, no os pongáis muy cómodos, te quiero en plena acción para mañana.

Salieron de la tienda sin decir ni una palabra más, esperando a que los acompañasen.

Observó cómo una figura femenina conocida se acercaba hacia ellos, era Sarah, y aunque su último
encuentro había sido un completo desastre, esperaba poder encontrar la solución.

-Sarah: Acompañadme.

Los ex comandantes la siguieron hasta llegar una tienda que se encontraba un poco alejada del
centro del campamento, siguiendo la estela de la guardia entraron dentro.

-Sarah: Veo que algunas promesas si las cumples. (Comentó la joven con un tono serio hacia Lexa).

-Lexa: Sarah...sabes que si hubiese estado en mis manos las cosas no habrían acabado así. Si pudiese
cambiar lo ocurrido....

-Sarah:
¿Si pudieses cambiar lo ocurrido? Mi hermana murió mientras tú estás con otra, ¿Qué piensas que
no sé que Wanheda y tú estáis muy unidas? Todo el mundo lo sabe Lexa. Vas a hacer que la maten
cuando descubran que es tu debilidad, como hicieron con Costia.

-Lexa: Han pasado años, no puedes reprocharme que haya seguido adelante con mi vida. Costia no
querría que la situación entre nosotras fuera así.

-Sarah: Ni la menciones! (Dijo la joven casi gritando mientras se lanzaba contra ella agarrándola por
el cuello de la chaqueta).

-Ian: Eh, eh! ¿Qué demonios pasa?

-Lexa: Déjala. (Contestó rápidamente Lexa cuando observó que Ian se acercaba para apartarle a
Sarah de encima).

-Sarah: Ella no merecía eso Lexa... (Dijo la joven con lágrimas en sus ojos, mientras el agarre que
mantenía sobre la chaqueta de Lexa cada vez se volvía más relajado).

-Lexa: Lo sé. (Fue lo único que pudo contestar mientras observaba como la joven comenzaba a
venirse abajo).

La observó mirar hacia arriba en un intento por evitar que algunas lágrimas comenzasen a caer por
sus mejillas, dejando a la vez escapar un suspiro, terminando por tapar su cara con sus propias
manos cuando no pudo cortar su propio llanto.

Lexa sintió la necesidad de abrazarla, de apretarla en sus brazos para que se desahogara, así que sin
valorar cual sería realmente la acción de la otra, lo hizo. Para su sorpresa Sarah aceptó bien el
abrazo, sintiendo como el cuerpo de la joven se relajaba entre sus propios brazos. Sarah era una
buena chica. La había conocido durante años, hasta había sido parte de su propia guardia personal.
Podía llegar a entender su actitud de recriminarle sobre la muerte de Costia, era su propia hermana,
pero no entendía el hecho de qué estaba haciendo en ese lugar con el enemigo.
Cuando sintió como la joven se despegaba con cuidado de ella limpiándose con la mano unas
cuantas lágrimas de su cara, observando cómo su mirada esta vez ya era relajada, no pudo evitar
preguntarle.

-Lexa: Sarah... ¿Qué haces aquí y qué está pasando en este campamento?

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Capítulo XXXII

Sarah decidió contarles la historia, o al menos aquello que conocía con exactitud, no sin antes
comprobar que no había nadie merodeando cerca de la tienda, contaban con la ventaja de que
estaba alejada del centro del campamento, para así ser cuidadosos.

Se sentaron los tres a una distancia muy cercana para evitar que su voz pudiera ser escuchada por
alguien ajeno a la conversación.

-Sarah: Cuando ocurrió lo de mi hermana sabes que salí de Polis, (Decía mientras en un primer
momento miraba a Lexa), no quería seguir estando en aquel lugar, donde prácticamente nos
habíamos criado y todo me recordaba a ella. (Contaba mientras Ian y Lexa escuchaban
atentamente). -Así que me dedique a sobrevivir de aquí para allá, sin rumbo ni destino fijo. Me
llegaron noticias de un pequeño grupo que vivía fuera de los límites de las tierras del comandante,
comentaban que en sus filas tenían a una sangre negra que había decidido abandonar su antigua
vida.

-Lexa: Luna...
-Sarah: Exacto. No lo pensé, me dirigí hacía la zona según lo que me iban comentando por el camino,
me alegraba la idea de volver a ver una cara conocida, de volver a conectar con alguien de mi vida.
Llegué a dicho grupo y me aceptaron sin problemas, claro está tu hermana era su líder, pero no era
autoritaria, más bien era cómo tener a un maestro enseñando a los más pequeños y ayudando a los
más ancianos, mientras los jóvenes se encargaban de mantener el campamento en buenas
condiciones.

-Ian: ¿Y cómo paso ese grupo a convertirse en este?

-Sarah: Ah no, no son el mismo,

bueno en parte sí. (Decía mientras agitaba sus manos). A ver, me explico, es que es algo complicado,
pero bastante sencillo a la vez.

El grupo formado por Luna digamos que fue absorbido por el de Enam, eran salvajes y autoritarios,
pero solo eran unos cuantos, no más de quince. Lo que ocurrió es que Enam animó a unos cuantos
de nuestro grupo a unirse a sus filas, con la esperanza de llegar al poder, de luchar y llegar a Polis. El
caso es que cuando nos quisimos dar cuenta Enam había engordado sus filas, dejando en nuestro
grupo a poca gente que pudiese luchar de verdad. (Hizo una parada en la historia mientras levantaba
su vista dejando escapar un suspiro). -El resto fue un desastre. Organizamos un plan que
pensabamos que podría funcionar, unirnos a Enam, pero era mentira, solo queríamos estar lo más
cerca posible para derrocarlo, para acabar con todo esto.

-Lexa: ¿Mi hermana permitió todo esto?

-Sarah: Tu hermana pensaba que hacia lo correcto, Lexa. Ambas lo pensábamos. Pero de un
momento a otro, Enam tenía a tu hermana bajo su control, a mi no me quedaba más remedio que
unirme a sus filas, para así estar lo más cerca posible de Luna e intentar protegerla. El resto del
campamento tuvo que unirse igualmente a Enam, era eso o morir. Nadie quiere seguir al lado de ese
tipo, pero le temen, temen lo que puedan hacerle a ellos y a sus propias familias.

-Ian: Por eso lo de la niñita Lexa. (Comentó mientras observaba la cara de concentración de la ex
comandante).
-Sarah: ¿Qué niña?

-Lexa: Nada más llegar al campamento se me ha acercado una niña

pidiéndome ayuda.

-Sarah: Esto....esto está mal. Les decimos que tienen que tener cuidado. (Decía la joven mientras
dejaba caer su espalda sobre la silla y acariciaba su frente con una de sus manos).

-Ian: ¿Les decimos?

-Sarah: Prácticamente todos los guardias están en contra de Enam, solo hay un par que lo siguen
verdaderamente. Nos dedicamos a mantener la calma entre ellos. Cuando te vieron llegar ante
Enam, muchos de los mayores te reconocieron, todos ellos te respetan y admiran, un hilo de luz se
despertó en ellos, piensan que si derrotas a Enam obtendrán su salvación y podrán volver a su vida
de antes.

La noche cayó, dejando a Lexa e Ian solos en la tienda, Sarah tuvo que volver para seguir fingiendo
que todo iba bien, debía seguir manteniendo las apariencias aunque todo era una auténtica fachada.

La ex comandante intentó descansar algo, pero le era imposible, al laberinto que tenía en su cabeza
antes de llegar al campamento se le sumaba ahora todo lo que Sarah le había contado, estaba
completamente concentrada en sus pensamientos cuando escuchó un leve ruido, conectó su mirada
a Ian que aún seguía despierto también, asintió con su cabeza como sinónimo de haber escuchado
también el ruido.

Salieron de la tienda, explorando con cuidado a su alrededor, haciendo el mínimo ruido posible.
-Ian: Lo tengo. (Observó como el joven tenía a otro hombre de rodillas bajo sus pies mientras lo
aguantaba con sus brazos). -¿Qué demonios haces aquí? ¿Quién eres?

-Lexa: Ian, suéltalo. (Dijo rápidamente).

El joven

lo miro con cara de no entender nada.

-Lexa: Ian, no es un peligro, vamos suéltalo. (Lexa lo había reconocido, era uno de los embajadores).
-Aún no has contestado a la pregunta de mi amigo (Dijo esta vez Lexa con un tono autoritario).

-Yo solo...solo, venía a informarte de que ningún embajador estamos en tu contra Lexa, fuimos
informados del acontecimiento y no nos quedó más remedio que venir a ver si todo esto era real.

Ian soltó el amarre por completo que tenía sobre el embajador.

-Ian: ¿Y decides venir en plena noche a informar?

-La noche camufla, y no queríamos que pensaras que estábamos a favor de esa alimaña (Contestó
mirando fijamente a Lexa).

-Lexa: Puedes marcharte (Dijo con un tono serio pero tranquilizador mirando directamente al
embajador).
Aunque no había dormido durante toda la noche, y su cabeza no paró de dar vueltas, realmente se
sentía descansada físicamente. Había estado pensando en todos los últimos acontecimientos,
intentando pensar cómo actuar y cómo llegar a controlar mejor la situación, pero en última estancia
Clarke siempre volvía a su cabeza, una y otra vez.

Había aceptado la decisión de la rubia de no acompañarla al campamento enemigo, era su decisión y


tenía que respetarla, pero una parte de ella se moría de ganas por escuchar de nuevo su voz, por
sentir su olor y por perderse en esos ojos azules que tanto llegaban a trasmitirle. Quizás debió
insistir en que la acompañase, en que estuviera junto a ella en esos momentos.

-Ian: ¿No comes nada? (Interrumpió sus pensamientos el joven).

-Lexa:

No. Nunca como nada antes de una batalla.

-Ian: ¿Y quieres que te ayude con algo?

-Lexa: No. Gracias, estoy bien.

-Ian: Deberíamos haber traído algún tipo de armadura, vas muy descubierta. No me gusta. (Dijo
mientras observaba el atuendo de Lexa, la cual iba prácticamente como de costumbre).

-Lexa: Así está bien Ian, me gusta ir ligera, me hace moverme más rápido.

-Ian: Bueno pues, te espero fuera. Cuando estés lista nos vamos.

Lexa sólo asintió con la cabeza mientras se quedaba sola en la tienda, terminando de prepararse,
afilando su espada, poniéndose sus guantes y pintándose el rostro con la pintura negra que la
caracterizaba.
Cuando se sintió preparada salió de la tienda encontrándose a Ian con Sarah. Había llegado hasta ahí
para acompañarlos hacia el lugar donde se produciría el duelo.

Llegaron al lugar, era un sitio descubierto, a uno de los lados del campamento, una gran explanada
sobre la cual desde su posición se observaba gran cantidad de gente rodeando lo que parecía una
plaza central. Sobre una especie de escenario estaban dispuestas unas sillas, y sobre ellas colgaban
los escudos de los distintos clanes. Unos guardias delimitaban la zona donde se iba a producir el
combate.

-Ian: Es como...

-Lexa: Polis (Dijo Lexa terminando la frase).

-Enam: ¿Qué? ¿Os gusta? ¿Está bien o falta algún detalle? (Preguntó Enam que aparecía en escena
justo detrás de ellos).

-Lexa: Veo que se te da bien cuidar de los detalles.

-Enam: Hombre, no todos los días se convierte uno en comandante. (Decía mientras comenzaba

a avanzar hacia el centro de la plaza). -Cuando quieras, Heda. (Hizo un gesto con el brazo invitándola
a unirse a él).

-Lexa: Quiero ver a Luna antes. (Dijo haciendo que Enam parase su recorrido).

-Enam: Oh tranquila, la verás, no te preocupes. (Contestó mientras le guiñaba un ojo y proseguía su


camino).

-Ian: Menudo estúpido.


-Lexa: Ian, contrólate. (Decía mientras observaba a su amigo con un gesto amenazante mirando
hacia el enemigo). -Necesito que me escuches. (Atrayendo su atención).

-Ian: Dime. ¿Qué quieres que haga? ¿Tienes otro plan?

-Lexa: Sólo escúchame. Si algo saliese mal, quiero que cuides de Clarke, ella es muy impulsiva y no
quiero que se ponga en peligro.

-Ian: Lexa...

-Lexa: Prométemelo Ian.

El joven sólo pudo asentir mientras le ofrecía su mano en gesto de lealtad. Lo que no se esperaba es
que Lexa le regalase un abrazo, lo que el aprovechó para aumentar su contacto y casi elevar del
suelo a la ex comandante.

-Lexa: Eres un buen hombre Ian kom Triku. (Dijo Lexa mientras soltaba su amarre y se dirigía junto a
Enam).

Horas antes en el campamento del lago.

Clarke se encontraba en la tienda de Octavia, no era capaz de volver a la que compartía con Lexa. No
sabiendo que ella no estaría allí. Sin darse cuenta llevaba rato dando vueltas, trazando siempre el
mismo camino con sus pies mientras se encontraba perdida en sus propios pensamientos. De vez en
cuando soltaba algún suspiro, se paraba un momento y volvía a la misma labor.

-Octavia: Clarke...
No obtuvo respuesta.

-Octavia: Clarke...

De nuevo nada. Clarke seguía perdida completamente.

-Octavia: Clarke! (Dijo esta vez dando un golpe sobre la mesa para llamar la atención de su amiga).
-Ya vale! Me estás poniendo nerviosa!

-Clarke: ¿Qué? ¿Qué te estás poniendo nerviosa? Imagínate como estoy yo! (Contestó también algo
alterada mientras movía sus brazos). -No puedo, no puedo más. (Decía mientras se llevaba sus
manos a la cabeza y dejaba escapar un suspiro que se perdió en la tienda).

-Octavia: Clarke, escúchame. (Decía la morena mientras se acercaba a ella). -¿Qué quieres hacer?
Sólo dímelo y lo haremos.

La observó directamente a los ojos.

-Clarke: Quiero ir junto a ella. Tengo que estar allí Octavia.

=================
Capítulo XXXIII

Mientras avanzaba hacia la plaza central donde Enam ya la estaba esperando, escuchaba el
murmullo de la gente que los rodeaba, no distinguía ninguna palabra clara, sentía cómo los ojos de
aquella gente se clavaban en ella a su paso, mientras su enemigo sonreía cada vez que la distancia
entre ellos se recortaba.

Intentaba estar lo más alerta posible de todo lo que sucedía a su alrededor, de cada movimiento, de
cada ruido. Observó como Enam decía unas palabras, tras las que las sillas de los embajadores
empezaron a estar ocupadas por sus representantes. Quedando tanto ella como su enemigo justo
enfrente de ellos.

Observó que Enam daba otra señal, esta vez a uno de sus guardias, el cual apareció con alguien
fácilmente reconocible para ella, su hermana Luna. Estaba amordazada y atada de pies y manos con
unas cadenas que le impedían la movilidad. La pusieron justo a un lado, bajo el escenario, ante la
atenta custodia de dos guardias.

Contempló su mirada, una mezcla de tristeza y alegría, tal y cómo posiblemente estuviera reflejando
la suya propia hacia su hermana. Se alegraba de volver a verla, de saber de ella, pero la tristeza de
contemplar su situación y el maltrato por el cual habría tenido que pasar le rompía por dentro, como
si lanzasen un cristal contra el suelo.
Lo siguiente a lo que su cuerpo y mente reaccionaron fue a la voz de su enemigo, llamando su
atención para que diera comienzo el enfrentamiento.

Se alejó un poco de él, observando cómo

se dirigía hacia uno de los guardias que le ofrecía una espada. Ella llevaba hace rato la suya consigo,
la sujetaba en su espalda, la controló en sus manos cuando observó que Enam ya había cogido la
suya y se giraba buscándola con la mirada.

Examinó el movimiento de su enemigo, parecía seguro y confiado. Caminaba con cierta altanería
hacia ella, ganando cada vez más espacio. Alzando alguna que otra palabra, intentando animar al
público, el cual apenas reaccionaba.

Ella en cambio no se movía, lo esperaba sin apartarle la vista de encima.

Lo escuchó decir algo cuando ya lo tuvo lo suficientemente cerca como para alcanzarlo con su
espada en un movimiento rápido, pero se contuvo. Seguía esperando.
Hasta que llegó lo que andaba esperando, que Enam atacará primero.

Observó como levantaba su espada y realizaba un movimiento deslizante delante de ella, apenas se
inmutó del sitio, sólo inclino su cuerpo un poco hacia atrás, dejando que la espada pasase limpia, sin
encontrar ningún obstáculo.

Enam volvió a repetir un movimiento parecido, pero ahora cruzando su espada hacia arriba. Lexa
repitió la jugada, esta vez echando un par de pasos hacia atrás, pero sintiéndose tranquila en el sitio.

Cuando el enemigo intentó por tercera y hasta cuarta vez llegar a herirla sin conseguirlo, pudo
observar que la mirada de Enam comenzaba a cambiar, su mirada relajada y hasta risueña del
principio pasó a ser algo más ruda con el ceño fruncido.

Además se sumaba que a cada movimiento en falso que realizaba y a cada respuesta correcta que el
cuerpo de Lexa realizaba, el público comenzaba

a animarse, se escuchó alguna que otra exclamación y entusiasmo hacia la ex comandante, lo que
hacía que Enam cada vez se enervara más.
Una vez que consiguió poner algo nervioso a su enemigo, fue su turno.

Sin que lo viese venir, Enam recibió un contundente puñetazo por parte de Lexa con la mano que
empuñaba la espada, haciéndolo descolocarse ante la situación, aprovechando para pasar
rápidamente detrás suyo y asistirle una patada detrás de una de sus rodillas y tirarlo al suelo.

Enam quedó con las manos y sus rodillas tocando el suelo, intentó levantarse pero volvió a sentir el
puño de Lexa golpeando su cara haciendo esta vez que escupiera sangre contra el suelo.

Las aclamaciones del público cada vez se hacían mayores, incluso dejando escapar algún que otro
Lexa seguido del heda.

Ante la atenta mirada de Lexa, Enam se levantó, acariciando su barbilla y su labio inferior, del cual se
desprendía algo de sangre.

-Enam: Veo que te he subestimado. (Decía sonriendo dejando ver sus dientes manchados de
sangre).
Lexa no contestó, lo que hizo al hombre cabrearse más al observarla tan fresca frente a él, incluso
sin apenas una pizca de sudor.

Tras dejar escapar un grito, se abalanzó sobre ella con espada en mano nuevamente.

La ex comandante esta vez decidió responder, por lo que el choque de espadas fue inminente,
dejándose sonar por toda la plaza. Mantuvo un par de golpes, llegaron al forcejeo tras el cual en un
movimiento

rápido Lexa se apartó y empujó a Enam contra el suelo. Dejando escapar un gruñido por parte de su
enemigo, perdiendo su espada ante la caída, la recuperó rápidamente para volver a repetir la jugada
atacando nuevamente con su espada.

Lexa contestó con un par de toques más, observando cómo Enam cada vez se ponía más furioso y
comenzaba incluso a perder la paciencia, podía incluso ver que sus ojos le gritaban.

Tras un golpe nuevamente con la empuñadura de su espada, pero ahora hacia la nariz, lo tiró
nuevamente al suelo. Alzó un poco la vista, para observar a su alrededor, buscando la mirada de su
amigo, de Ian, buscando algún gesto en su cara. Pero los ojos que encontró despertaron en ella una
sensación mucho mejor.
Unas horas antes.

Clarke finalmente había decidido ir al campamento enemigo, quizás no estaba preparada para volver
a presenciar algo así, para volver a contemplar como Lexa se jugaba la vida nuevamente, pero algo
dentro de ella le gritaba que tenía que ir, que tenía que correr hacia ella, darle su apoyo, sentir que
estaba con ella en todo momento.

Su amiga Octavia no había dudado en ningún momento de la petición que le hizo, así que las dos sin
pensarlo apenas un minuto decidieron poner rumbo.

Ya se conocían el camino, así que prácticamente no tardaron tanto como esperaban.

Nada más llegar observaron desde una zona prudente que aquello estaba bastante despejado, no
había guardias, y la gente que se veía por las calles eran algunos niños y ancianos.
-Clarke:

Ya ha empezado.... (Dijo apenas susurrando).

-Octavia: ¿Qué? (Preguntó, ya que apenas había escuchado las palabras de su amiga).

De repente escucharon el clamor de lo que parecía un grupo bastante grande.

Las dos asintieron con la cabeza mientras sus piernas comenzaron a correr hacia donde habían
escuchado que provenían las voces.

Observaron nada más llegar que aunque el grupo de gente y el lugar no era excesivamente grande,
el público les tapaba la vista, solo escuchaban golpes de espadas y el nombre de Lexa ser nombrado
por el gentío de vez en cuando.

Se hicieron hueco, apartando a gente como pudieron, hasta llegar a primera fila.
Clarke pudo respirar tranquila al observar que Lexa parecía como si nada, no tenía ningún rasguño,
la veía perfecta. En cambio su enemigo se encontraba contra el suelo, con sangre esparcida por su
cara, aunque aún observaba que estaba vivo.

Contempló como Lexa levantaba su mirada buscando a alguien entre el público, la vio dibujar una
pequeña sonrisa en sus labios cuando sus miradas conectaron.

Lexa se dejó perder un momento en esos ojos azules que sin quererlo hicieron encender una chispa
dentro de ella, dándole más fuerza y empuje aún.

Observó cómo la mirada de Clarke se dibujaba de repente en preocupación y cómo las voces del
público pretendían llamar su atención, por lo que lo dedujo rápidamente, Enam.

Efectivamente, el enemigo se había levantado nuevamente y en un gesto de furia e impotencia lo


veía cómo se volvía a abalanzar hacia ella, esta vez cuerpo a cuerpo, sin espada. Lo esquivó.
Haciendo que cayera de

bruces contra el suelo.


Lexa buscó con la mirada nuevamente, esta vez a Ian. Moviendo sus labios articulando Clarke, pero
sin llegar a pronunciar su nombre e indicándole con la cabeza la posición de la rubia, éste
comprendió lo que la ex comandante le había pedido.

Lo observó moverse entre la gente, hasta alcanzarla y posicionarse a su lado mientras le decía algo.

Dejó espacio para que Enam se volviese a levantar.

-Enam: Oh pequeña....me estás empezando a cabrear. (Decía prácticamente arrastrando sus


palabras y con respiración fatigada).

Lexa seguía manteniendo su postura, seria, observadora y analizando cada movimiento de su


enemigo.

Estaban de nuevo frente a frente, se fijó como le hacía un leve gesto con la cara a alguien detrás de
ella, por lo que se alejó un poco de él para observar hacia donde iba dirigido. Contempló como uno
de los guardias que estaban junto a Luna le daba un golpe en la cara, repitiendo la acción cuando la
joven intentó levantar la vista, lo que hizo que Lexa empezara a arder por dentro.
Sintió caer, cómo perdía el equilibrio ante la mirada de su hermana. Enam había golpeado una de
sus piernas, haciendo que clavase su rodilla en el suelo, sintiendo posteriormente un duro golpe
contra su mandíbula.

Se levantó rápidamente tocando levemente su labio sintiendo algo de dolor y apreciando un rastro
de sangre en sus dedos.

Buscó la posición de Clarke con la mirada, la cual estaba junto a

Octavia e Ian a cada lado. La tranquilizó tan sólo con su mirada.

-Enam: Vamos comandante, ¿te he hecho daño y ahora tienes miedo?

Sabía que estaba intentado provocarla, con palabras e incluso golpeando a su hermana, todo para
que perdiera la concentración.
Enam nuevamente fue contra ella, espada por delante, encontrándose con la suya, con rápidos
movimientos cortaba sus ataques, una y otra vez, sentía cómo su enemigo se cansaba, cómo lo
llevaba hasta el límite. De repente observó nuevamente como Luna era golpeada, lo que le hizo
perder por un momento su concentración, aprovechado por Enam para asistirle una patada en el
estómago que la hizo retroceder e inclinarse para buscar aire. Sintió la rodilla de su enemigo golpear
contra su cara propiciándole un gran dolor. Un golpe detrás de sus rodillas, tal y como ella había
hecho antes con él, haciendo que su cuerpo hiciese contacto con el suelo con una de sus rodillas.

Enam había girado nuevamente a su alrededor, lo tenía justo enfrente, lo sintió así cuando agarraron
su pelo con fuerza, haciendo que echara la cabeza hacia atrás.

Un rodillazo nuevamente contra su cara, esta vez contra su mandíbula, lo que hizo que su cuerpo se
rindiera completamente hacia atrás, tocando el suelo con su espalda.

Su cuerpo pegado al suelo. Sintiendo su respiración algo pesada. La gente ya no vitoreaba ni


aclamaba su nombre.

Clarke había estado observando la escena sin poder evitar que unas lágrimas

rebeldes comenzaran a descender hacia sus mejillas. Intentó correr hacia Lexa, pero Ian la paró.
-Ian: Clarke no. No puedes. (Decía mientras la agarraba de los dos brazos con fuerza).

-Clarke: Ian...Es Lexa. No puedo perderla, no otra vez. (Contestó mientras sus lágrimas se
precipitaban más seguidas). Suéltame por favor, suéltame.

-Ian: Clarke, no te voy a dejar ir. Ella no quiere eso.

-Clarke: Ian por favor....

La única respuesta que obtuvo fue la del joven haciendo que enterrase su rostro contra su pecho,
agarrándola con fuerza, intentando que evitara ver la escena.

Lexa sintió cómo rápidamente Enam se sentaba a horcajadas sobre ella, asistiéndole un par de
puñetazos con la empuñadora de su espada.

-Enam: ¿Aún no tienes palabras para mí? (Dijo pegado a su oído). -Bueno, quizás deba sacártelas de
alguna forma.
Sintió el acero de la espada de Enam clavándose sobre la zona de su hombro.

Encerró un grito de dolor en su garganta, haciendo que eso no animara a su enemigo, tal y cómo la
habían enseñado.

-Enam: ¿Y ahora qué? Al final resulta que no eras para tanto....fíjate. Pensaba divertirme un rato más
contigo, una lástima.

Su mente desconectó por un momento completamente del exterior, se encerró en sí misma,


sintiendo su propia respiración, la cual sentía cada vez más pesada.

Recordó una escena, unas palabras:

-Anya: Cuando estés en combate, cuando pienses que no te quedan opciones, piensa ¿qué es lo que
más quieres?
-Lexa: Sobrevivir.

-Anya: Exacto Lexa, sobrevive.

Lexa sonrió. Pensó en su gente, en los que ahora se habían convertido en sus amigos, en Ian, en su
hermana, en su Clarke.

Enam aún seguía encima de ella, su espada seguía clavada cerca de su hombro mientras el hombre
decía palabras al público, intentando ganarse el respeto de los presentes.

-Lexa: Enam. (Dijo en un tono flojo, para que se acercase a ella, llamando su atención).

Observó como el hombre la miraba con cara de sorpresa, quizás no esperando ninguna acción por su
parte, acerco su cara para escuchar mejor las palabras de la ex comandante.
-Lexa: ¿Sabes qué? Me he cansado de juegos. (Dijo ya con un tono más contundente).

Tras pronunciar estas palabras, Lexa quitó la espada que tenía clavada con la mano del brazo que
tenía libre, soltando un gemido de dolor, atravesando el cuello de su enemigo en un movimiento
rápido.

El cuerpo de Enam cayó a su lado, aún con sus piernas enredadas sobre su cuerpo, mientras se
libraba de su amarre y se incorporaba, empezó a sentir cómo la gente comenzaba de nuevo a
murmurar, levemente hasta alcanzar de nuevo el clamor.

En el otro lado de la plaza, Ian había estado evitando que Clarke viese la escena atrapándola contra
su pecho con fuerza para evitar algún movimiento en falso por parte de la rubia, cumpliendo la
promesa que le había hecho rato antes a Lexa, sintiendo cómo las lágrimas de la joven caían sobre su
camiseta.

-Ian: Clarke! Clarke! Mira! (Dijo apartándola de su agarre). -Es increíble.

Clarke alzó la vista con miedo ante la posible escena que pudiese encontrarse.
Sus ojos volvieron a conectarse con los de Lexa, la cual caminaba a paso ligero hacia ella. Clarke salió
a su encuentro también, chocando sus cuerpos a mitad de camino.

-Clarke: ¿Estás bien? (Preguntó mientras con sus manos agarraba con suavidad la cara de Lexa).

-Lexa: He estado mejor, pero me pondré bien. (Contestaba mientras rodeaba a la rubia con sus
brazos por su cintura).

Conectó sus labios con los de Lexa con sumo cuidado, tenía un corte en su labio inferior, y tenía algo
de miedo por provocarle aún más dolor. Fue un beso suave y cuidadoso mientras escuchaban a sus
espaldas las exclamaciones de todos, una mezcla entre ánimos, palmas, Lexa y Heda.

Se despegaron un poco, aun manteniendo el contacto chocando sus frentes, sintiendo la respiración
de la otra mientras no podían evitar sonreír.

Clarke de repente observó que a Lexa le comenzaba a cambiar el gesto de su cara, entre nerviosismo
e incertidumbre, la sintió temblar, perdió la fuerza de sus piernas, la agarró fuerte para evitar el
golpe contra el suelo mientras gritaba su nombre al observar que los ojos de la ex comandante se
habían cerrado de golpe.
Lo siguiente fue ruido, voces, gente corriendo hacia ellas, Octavia agarrándola, intentando apartarla
del cuerpo de Lexa, Ian levantando el cuerpo del suelo, y un guardia que le indicaba al joven hacia
donde llevar el cuerpo de la morena.

=================

Capítulo XXXIV

Octavia arrastraba de ella prácticamente. Corrían tras Ian que portaba el cuerpo de Lexa en sus
brazos y del guardia que iba en cabeza indicándoles el camino a seguir. Su mente estaba nublada por
completo, cuando sintió que el cuerpo de Lexa caía frente a ella su cuerpo y mente perdieron por
completo la labor de reaccionar.

No podía ser, no otra vez.


Retumbaba en su cabeza una y otra vez.

Entraron a lo que parecía una tienda, no prestó mucha atención al lugar, sólo observaba el cuerpo
de Lexa sobre Ian. Las voces entre ellos eran constantes, aunque su mente no podía analizar nada,
sus ojos seguían clavados en el cuerpo inmóvil de la ex comandante.

Observó como Ian tumbó con sumo cuidado el cuerpo de Lexa sobre una cama, tras las indicaciones
de una mujer que ya se encontraba en el lugar.

Observó a la mujer con gesto serio, preocupada e incluso con los ojos vidriosos. Podría decirse que
hasta se quedó también paralizada.

La observó dar indicaciones tanto a Ian como al guardia, descubriendo que su nombre era Sarah.

La mujer desplegó sobre la cama, donde Lexa estaba tumbada, un paño dónde se podían ver una
serie de instrumentales. Alcanzó un pequeño cajón que tras abrirlo descubrió que estaba repleto de
pequeños botecitos, recordándole a aquellos que solían llevar los sanadores grounders, tal como
Lincoln o Niko.

Inconscientemente y muy despacio sus pies fueron acercándose a la cama, observando todo desde
muy de cerca, contempló como el pecho de Lexa

aún se movía, por lo que respiró aliviada.

La mujer descubrió la herida de Lexa, observándola con detenimiento tras escuchar lo que había
pasado. Cogió un pequeño cuchillo que introdujo muy poco en la herida, casi rozándola nada más.
Acercó la hoja del cuchillo a su lengua. En ese momento Clarke lo comprendió.

-Clarke: ¿La han envenenado? (Dijo atrayendo la atención de la mujer).


-Sí. Me temo que sí. (Dijo escupiendo al suelo). -Hay que trabajar rápido, si no... (Contestó haciendo
una pausa).

-Clarke: Vamos entonces. ¿Qué puedo hacer? (Su cuerpo reaccionó por completo, cómo si una
descarga eléctrica le hubiese atacado directamente, no estaba dispuesta a perder de nuevo al amor
de su vida).

-¿Ella es fuerte? -Preguntó la mujer.

Clarke asintió con la cabeza al igual que el resto de acompañantes.

-Entonces necesito que entre todos la agarréis con fuerza. Tengo que limpiar la herida a fondo y no
va a ser agradable. Y si se mueve puedo provocarle más daño.

Mientras Ian, Sarah y Octavia se encargaban de impedir movimiento por parte del cuerpo de la ex
comandante en brazos, tronco y piernas, Clarke se sentó cerca de ella, agarrando con cuidado su
cabeza e inclinando su cuello, ofreciéndole una mejor visión a la mujer.

Fijó sus ojos por completo sobre la mujer y lo que estaba realizando. Se deshizo de la parte de la tela
de la camiseta que le impedía acceder a la zona herida.

Observó como echaba un líquido sobre la hoja de un pequeño objeto cortante. Sintió como los ojos
de la mujer conectaban con los suyos antes de iniciar

su labor.

Realizó un corte leve para tener más acceso a la herida y a la zona afectada por el veneno.

El cuerpo de Lexa apenas se inmutó.


Con un paño limpio, en el cual había vertido parte del contenido de uno de los botes que había
sacado con anterioridad, comenzó a limpiar en la herida, intentando absorber la sangre y por lo
consiguiente la sustancia que le había provocado a Lexa estar en esa situación.

Cada vez que la incursión en la zona afectada se hacía más profunda, el cuerpo de la ex comandante
empezaba a reaccionar bajo sus brazos. Inconscientemente pretendía librarse del amarre que le
estaban provocando. Tuvo que hacer presión con una de sus manos sobre la parte alta del pecho de
Lexa para evitar que se siguiera moviendo.

-Tenéis que agarrarla, tengo que terminar esto rápido. (Comentó la mujer mientras seguía dedicada
a la herida).

Los movimientos de Lexa se hacían cada vez más fuertes.

Abrió sus ojos conectando con los suyos. La miraba intentando buscar alguna respuesta.

-Clarke: Ey, tranquila, todo va a estar bien. (Decía mientras acariciaba con la mano que no tenía
ocupada su cara). -Solo aguanta ¿sí? Yo voy a estar aquí.

Volvió a cerrar sus ojos tras asentir levemente con la cabeza.

No sabía cuánto tiempo había pasado tras la intervención que habían realizado sobre Lexa. Seguía a
su lado, sentada en una silla que Ian le había ofrecido.

Ian, Octavia, Sarah y la mujer que los había ayudado se encontraban también en la tienda. Los
escuchaba hablar, pero sin prestar atención
a sus palabras.

Sintió una nueva presencia en la estancia. Alzó la vista para encontrarse con una mujer que
observaba afligida a Lexa, acompañada por la mujer a la que pertenecía la tienda y había ayudado a
Lexa.

-¿Cómo está? (Preguntó la nueva sin apartar su vista de Lexa).

-Estas horas son cruciales, tiene que rechazar el veneno de su cuerpo. (Respondió la otra mujer).

-¿Es normal que esté sudando? (Volvió a preguntar la primera mujer).

-Es buena señal, quiere decir que está luchando.

No sabía por qué, pero la conversación entre esas dos mujeres la estaba poniendo nerviosa. Estaban
ahí plantadas hablando de la mujer que amaba y ella ni las conocía.

-Clarke: ¿Quién eres y qué haces aquí? (Inquirió la rubia levantándose dirigiéndose a la recién
llegada).

-Perdón, debí presentarme antes, no era mi intención molestarte. Soy Luna, soy la ...

-Clarke: La hermana de Lexa (Terminando ella misma la frase).

-Luna: Así es, siento si mi presencia te molesta, pero llevo mucho tiempo sin verla.

-Clarke: No, no. Yo...lo siento, es que...todo esto es...


-Luna: Tranquila, no necesito explicaciones. (Decía mientras con un gesto tranquilizador colocaba
una de sus manos sobre su hombro). -¿Te importa si me quedo un rato aquí?

-Clarke: No hay problema.

Mientras Clarke recuperaba su sitio en la silla, Luna se sentaba a los pies de la cama, observando a su
hermana. Observó que la otra mujer seguía allí, y aunque había sido testigo de toda la conversación,
no había intervenido, en cambio sus ojos seguían

clavados en Lexa. Vio como se arrodillaba, cerca de la cara de Lexa, acariciando con suavidad su
rostro, mientras una lágrima que había escapado de sus ojos comenzaba a resbalar por su cara.

-Luna: Se pondrá bien mamá.

-Clarke: ¿Mamá? (Preguntó asombrada la rubia mientras sus ojos se clavaron más en esa mujer, la
cual ahora apartaba con su mano las lágrimas de su cara).

-Lo siento, con todo lo que ha pasado y tan rápido no he tenido tiempo de presentarme. (Decía la
mujer mirando directamente sobre los ojos de Clarke que la miraban asombrada). -Me llamo Antía, y
soy la madre de estas dos.

-Clarke: Dios mio...Ella no sabía de vosotras, y ahora estáis aquí...

-Antía: Las cosas fueron complicadas, ahora lo importante es que ella despierte.

Ian y Octavia pasaban de vez en cuando, animándola y comprobando el estado de la ex comandante.


Luna se había marchado hace rato junto a Sarah, sobre la cual también le habían contado quien era.
La hermana de Lexa tenía que volver para organizar el campamento tras la muerte de Enam, no sin
advertir que la avisaran de cualquier novedad.

-Antía: ¿Le has puesto la dosis ya? (Preguntó la mujer que nuevamente volvía junto a ellas).

Antía le había dejado a cargo de suministrar a Lexa pequeñas dosis cada cierto tiempo, para así
evitar infección, o en su caso que fuese de menor grado.

-Clarke: Sí. (Contestó mientras observaba a la mujer acercarse nuevamente a Lexa).

-Antía: He salido a buscar una planta que ayudaría a bajar la fiebre, pero me ha sido imposible...
(Decía mirando con

tristeza a su hija).

Clarke se sentó al otro lado de la cama, quedando enfrente de la mujer, con el cuerpo de Lexa en
medio de ambas.

-Clarke: Ella se pondrá bien. (Decía mientras agarraba una de las manos de la mujer). -Es una
luchadora.

-Antía: ¿Es irónico, no? Después de tanto tiempo vuelvo a tener a mis niñas juntas... (Hizo una
parada dejando escapar un suspiro) -Pero una de ellas lucha entre la vida y la muerte.

Clarke intentaba buscar las palabras apropiadas para contestar a la mujer, pero fue sorprendida con
una pregunta.

-Antía: ¿La quieres? (Preguntó la mujer observando directamente a sus ojos).

-Clarke: Sí. La quiero.


-Antía: Ella ha sufrido mucho, siempre ha sido más reservada que su hermana, y aunque yo no he
podido estar todo el tiempo que he querido a su lado, se que ha tenido malos momentos. He
deseado tanto estar a su lado mientras cargaba con la responsabilidad de ser comandante y de
perder a la gente de su alrededor....

Clarke apretó suavemente sus manos, en un síntoma de hacerle saber su apoyo y comprensión. La
mujer a cambio le sonrió levemente mientras quitaba una lágrima que caía por una de sus mejillas.

-Antía: Voy a salir nuevamente ¿vale? A ver si hay suerte, sé que la dejo en buenas manos.

Estaba pérdida en sus pensamientos, mirando a la nada, mientras movía sus manos nerviosa
golpeando sobre sus muslos. Se empezaba a desesperar, Lexa no había hecho amago de despertar,
no había vuelto a abrir los ojos, y su cuerpo no había hecho ningún movimiento inconsciente.

-Lexa: Clarke....

Rápidamente

su vista conectó con ella, con esa voz que había escuchado casi en un susurro. Se acercó hacia ella,
clavando sus rodillas en el suelo mientras una de sus manos cogía una mano que Lexa le ofrecía, y la
otra acariciaba su cara.

-Clarke: Ey. (Dijo mientras no pudo evitar dejar escapar un par de lágrimas).

-Lexa: No llores... (Decía mientras sus ojos se volvían vidriosos también).


-Clarke: Es de felicidad. (Apoyando su mano sobre la mejilla de la ex comandante y acercándose para
dejar un leve beso en sus labios). -Vaya susto me has dado. (Dijo aún pegada a sus labios, sonriendo
y dejando escapar algunas lágrimas más).

-Lexa: Lo siento...

-Clarke: Eh, ya está, tranquila. Ya te regañaré cuando te recuperes (Contestó sonriendo levemente,
intentando animar un poco a la ex comandante).

Clarke hizo el amago de levantarse para volver a la silla y dejarla descansar. Pero Lexa agarró con
más fuerza su mano.

-Lexa: Quédate aquí, conmigo.

Clarke asintió, tumbándose junto a ella mientras acariciaba con delicadeza su pelo, dejándole un
suave beso.

No supo en qué momento le venció el sueño, pero un ruido cercano a ella la despertó.

Aún estaba junto a Lexa, observó a su alrededor, se trataba de Antía que recogía algo del suelo.

-Antía: Lo siento, se me ha caído. (Dijo mientras se levantaba con un pequeño botecito en sus
manos). -¿Cómo sigue? (Preguntó esta vez mirando a Lexa).

-Clarke: Ha despertado, hace un rato.

-Antía: ¿De verdad? (Observó brillo en los ojos de la mujer).

-Clarke: Sí, sí, ha estado hablando un poco incluso. (Decía mientras acariciaba suavemente la frente
de Lexa). -Ya no tiene fiebre.
-Antía: Es una muy buena noticia. (Decía sonriendo). -Hay otra cama detrás de esas telas (Dijo
señalando el lugar), por si quieres descansar mejor.

-Clarke: Aquí estoy bien, gracias.

-Antía: Sabía tu respuesta desde antes de preguntarte. (Dijo la mujer sonriendo). -Voy a preparar
algo de comer, necesitas reponer fuerzas.

Ian y Octavia la convencieron para dejar un rato a Lexa descansar sola y así ella tomar algo de comer.
Aunque aseguraba no tener hambre, en el momento en que dio el primer bocado su estomago se
abrió por completo, apareciendo un hambre atroz. Le sentó bien comer, se sentía más fresca y
despierta. También le vino bien despejar un poco su mente mientras conversaba con sus amigos y
Antía. Incluso se permitieron algunas risas tras escuchar algunas de las historias de Ian. Era un
hombre que había vivido bastantes experiencias y no se cortaba a la hora de contarlas ante nadie.

Giró su cabeza, mirando hacia la zona cubierta por unas telas donde se encontraba la cama donde
Lexa descansaba. Sonrió al comprender que Lexa seguía junto a ella, que seguía a su lado.

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Capítulo XXXV
Se despertó aún dolorida, observó la estancia dónde se encontraba. Ni rastro de Clarke aunque
juraría que había estado con ella, juraría que la había calmado, que habían hablado e incluso
dormido juntas.

Se incorporó un poco, sentándose en la cama mientras observaba la zona afectada de su hombro.


Observó el vendaje que tenía puesto y apretó un poco con su mano para comprobar el dolor. No era
muy agudo, pero quizás sí lo suficiente para evitarle realizar un movimiento contundente.

Escuchó unas voces no muy lejos de ella, incluso risas. Entre ellas pudo reconocer con claridad la voz
de Clarke. Se alivió al saber que sí, que la chica había estado junto a ella en todo momento.

Se incorporó por completo y avanzó hacia las voces, con paso lento. Iba descifrando dichas voces a
cada paso, junto a Clarke estaban Ian y Octavia, pero había otra más que no terminaba de asimilar
aunque le era algo conocida.

Se encontró a los cuatro comiendo, manteniendo una conversación, prácticamente era Ian el que
hablaba.

-Lexa: ¿Mamá? (Preguntó con incredibilidad al observar de donde provenía la voz que no terminaba
de descifrar).

Los cuatro se giraron por completo, conectando su mirada con la de ella.

-Clarke: Lexa, ¿qué haces? No deberías estar levantada. (Dijo acercándose a ella rápidamente y
haciendo que se apoyase en ella).

Observó como su madre no le apartaba la vista mientras avanzaba hacia ella.

-Antía: Lexa...cielo. (Terminó por acercarse todo lo posible a su hija, esperando alguna reacción por
su parte).

-Lexa: Yo pensaba que...pensaba que ya no....

-Antía: Shhh, estoy aquí, estoy bien. (Cogió una de las manos de Lexa para darle seguridad).

Para sorpresa de todos, Lexa levantó el brazo dónde no tenía la herida del hombro para atraer a su
madre hacia ella, regalándole un corto abrazo.

Sintió cómo su madre respiraba su aroma, incluso la sintió suspirar.

-Antía: Ven, será mejor que comas algo, tienes que recuperarte. (Dijo la mujer señalando la mesa
donde se encontraban Ian y Octavia).

Lexa camino hacia ellos, ayudada por Clarke.

-Lexa: Estoy bien. (Mirando a Clarke que se sentaba a su lado, incluso sin que la rubia hubiese
formulado la pregunta).

Su madre le puso algo de comida, y aunque durante un momento los comentarios y risas habían
cesado, rápidamente Ian rompió el silencio.

-Ian: Oye, verdaderamente eres buena luchando eh.

Lexa levantó su vista del plato para sonreírle a su amigo que la miraba también sonriente.

-Lexa: ¿Quieres que te de unas clases?

-Ian: Pues creo que las aceptaría eh, no te creas.


-Lexa: ¿Y Luna? (Preguntó ahora Lexa conectando su mirada con la de su madre). ¿Ella está bien?

-Antía: Sí, sí, está bien. Solo que anda bastante ocupada con organizar de nuevo el campamento.

-Octavia: Dice que la gente quiere agradecerte lo que has hecho por ellos.

-Lexa: No tienen nada que agradecerme.

El silencio se hizo de nuevo sobre la mesa.

-Ian: Bueno, entonces...¿Cuándo empezamos con las clases?

-Lexa: Ian, no te voy a dar clases, eres un pesado.

-Ian: Oh

venga ya. No me parece correcto que en esta mesa solo haya disfrutado de tus clases personales
Wanheda. (Dijo el hombre intentando hacerse el ofendido cruzando sus manos sobre su vientre).

-Clarke: ¿Celoso? (Preguntó antes de que Lexa pudiese decir una palabra).

-Ian: Mejor me voy a descansar un rato (Contestó provocando la risa de todas las demás presentes).

Tras conversar un rato más con su madre y escuchar cómo y dónde había estado, obedeció los
consejos de ella y de Clarke de que debía descansar, no sin asegurarse que la rubia estaría con ella, a
su lado.
-Lexa: ¿Me vas a regañar ya? (Preguntó mientras tenía a Clarke a su lado, sintiéndola en el hueco de
su cuello y abrazándola por la cintura).

-Clarke: ¿Y de qué serviría? (Contestó sin moverse de su posición.) ¿Cuál era el secreto que me
tenías guardado? Ese que me mencionaste antes de irte, del por qué estabas tan segura de que
ganarías.... (Decía ahora mientras acariciaba suavemente el vientre de Lexa sobre su ropa).

-Lexa: Sabría que ganaría porque por nada del mundo quería perderte. Iba a volver a ti a toda costa.
(Acariciaba cuidadosamente el pelo de Clarke).

Clarke se incorporó un poco para dejarle un corto beso en los labios para después volver a su
posición inicial.

-Clarke: ¿Qué vas a hacer? Digo....cuando te recuperes y eso... (Intentaba tantear el terreno, no
sabía cómo preguntarle si volvería a Arkadia con ella o se quedaría ahora allí junto a su hermana y
madre, las que había recuperado de nuevo después de tanto tiempo).

-Lexa: ¿Qué

voy a hacer...? (Imitó la pregunta algo dudosa). -Dirás, ¿qué vamos a hacer? Ahora somos dos ¿no?
No voy a volver a tomar una decisión yo sola, Clarke.

Clarke sintió una sensación muy agradable en su interior, Lexa las asociaba ya en pareja
completamente, las decisiones debían ser tomadas por ambas, cómo una sola.

-Clarke: Quizás deberíamos volver a Arkadia, mi madre debería echarte un vistazo en el hombro...
Pero está el tema de tu familia y no quiero apartarte de ellas... (Se incorporó un poco para observar
el gesto de la morena).

-Lexa: Iremos a Arkadia. (Contestó totalmente decidida mirándola a los ojos, conectando de nuevo
sus miradas, sabiendo que esa decisión era mucho más que una visita a Abby para que comprobase
su brazo). Pero, ¿te importaría si se lo comento a mi hermana y madre? Por si quieren venir.
-Clarke: Lexa. ¿Cómo me va a importar? No digas tonterías. (Tras acariciarle suavemente la cara y
dejarle otro beso ya algo más dedicado en los labios, se volvió a recostar en ella, ahora entrelazando
sus dedos).

Al día siguiente se despertó mucho mejor, había planeado ir con su madre y Luna al centro del
campamento para ver cómo andaba todo.

Mientras paseaba junto a las dos mujeres, recibió gestos y miradas de agradecimiento por todos con
los que se iba cruzando, algunos niños se le acercaron, reconoció a uno de ellos, era el que
primeramente se le acercó nada más llegar al campamento, pidiéndole ayuda.

-Luna: ¿Ves? Te lo dije, para ellos eres muy importante, eres su salvadora.

-Lexa: Luna...no digas tonterías.

-Luna:

Es cierto! ¿Es que no lo ves? ¿Estás ciega?

-Lexa: Tú has hecho mucho más por ellos todo este tiempo.

-Luna: Pero tú eres la que finalmente los ha liberado.

Se adentraron en la tienda de Luna para tomar algo y seguir hablando más relajadamente.

-Luna: Voy a prepararos una tienda cercana a la mía, para que estéis más cómodas. (Llenaba unas
copas) -Y a ti también mamá. Las más cercanas a la mía.

-Lexa: Yo...Yo me vuelvo a Arkadia.


-Luna: ¿Qué? ¿Por qué? Ya no le debes nada a nadie. ¿Es qué no quieres estar con nosotras, Lexa?

-Antía: Luna. Ya vale.

-Luna: No mamá! Estamos juntas después de tanto tiempo y ¿te vas?

-Lexa: Lo siento...Tengo que ir con Clarke.

-Luna: ¿La prefieres a nosotras? (Dijo en un tono ya bastante más enfadada).

-Antía: Luna! Suficiente!

-Luna: Claro que la prefiere!

-Lexa: No se trata de preferir! (Alzó la voz esta vez Lexa). La quiero, Luna, la quiero! ¿Lo entiendes?
No quiero alejarme más de ella, quiero estar a su lado. (Se calmó un poco tras soltar todo esto de
golpe). -Además, vosotras podéis venir, las cosas han cambiado, ya no hay comandante, nadie os va
a negar la entrada a Arkadía, no si vais junto a Clarke.

-Luna: No voy a dejar a mi pueblo, Lexa.

-Lexa: Y lo entiendo. Pero yo...yo no puedo quedarme aquí. Tienes que entenderlo.

La tensión era prácticamente palpable entre ambas, por lo que Antía decidió intervenir
rotundamente.

-Antía: Escuchadme las dos. Luna, tu hermana merece ser feliz por una vez, Clarke la hace feliz, lo he
visto, la quiere y es correspondida. A mí también me duele tener que dejar ir de nuevo a mi hija,
pero esta vez es diferente, Lexa tiene razón, podemos ir a verla, ella puede venir, no hay ningún
impedimento en eso, por una vez las tres podremos ser felices. (Agarró a sus hijas, una de cada
mano, recibiendo un leve apretón de cada una, dándole la razón).
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Capítulo XXXVI

Nada más llegar al campamento Skaikru, Clarke prácticamente tiró de ella, en busca de Abby, para
que mirase su herida.

-Abby: Pues todo parece perfecto, la herida parece limpia, tendremos que seguir vigilándola....
(Agarró la mano de Lexa y empujó con suavidad su hombro). -La movilidad parece la adecuada, pero
es algo que tendremos que comprobar cuando la herida esté totalmente curada.
-Clarke: ¿Todo bien? (Preguntó la rubia que en ningún momento se había despegado del chequeo
que su madre le estaba realizando a Lexa).

-Abby: Todo bien. (Dijo su madre con total afirmación y seguridad).

Habían decidido estar un rato a solas, por lo que decidieron ir a la habitación de Clarke, así
aprovecharían ambas para descansar un rato.

Las dos estaban sobre la cama, Lexa apoyaba su espalda contra la pared y Clarke se recostaba sobre
ella mientras entrelazaban y acariciaban sus manos.

-Clarke: ¿Crees que esto va a ser ahora siempre así? (Preguntó sin apartar la vista de su mano y de la
de la ex comandante).

-Lexa: No lo sé....pero supongo que habrá que aprovecharlo aunque no debemos relajarnos.
(Acariciaba con su mano libre el pelo rubio de la otra).

Se relajaron por un momento quedándose las dos dormidas, pero un par de golpes sobre la puerta
las puso de nuevo en alerta.

Clarke se levantó a abrir ante la atenta mirada de Lexa.

-Ian: Ha venido gente de Polis, tenemos reunión. (Dijo el joven sin apenas entrar en la habitación).

Se dirigieron junto a Ian hacía la sala donde


solían reunirse, aparte de los que siempre solían estar, les acompañaba Titus.

-Lexa: ¿A qué se debe tu presencia, Titus? (Dijo Lexa sin tomar asiento).

-Titus: Verás, los clanes están un tanto alterados ante los últimos acontecimientos...(Paró un
momento su discurso para utilizar las palabras adecuadas). -Tras tu victoria con el enemigo, la gente
se pregunta qué pasará con ese nuevo pueblo. Quieren convocar una reunión, para decidir entre
todos.

-Clarke: ¿Cuándo será dicha reunión?

-Titus: Mañana mismo. Tiene que ser lo antes posible para evitar cualquier altercado. Cualquier
movimiento en falso podría romper este tiempo de paz que hemos tenido.

-Clarke: Está bien, iré.

-Titus: El pueblo reclama que Lexa también este presente.

-Lexa: Yo no soy ningún embajador, no tengo un papel ahí.

-Titus: Es lo que el pueblo pide, Lexa.

-Lexa: De acuerdo. Mañana estaremos ahí.


Decidieron tomar camino justo al amanecer, llegarían con tiempo de sobra sin duda ya que iban en
uno de los coches de Arkadia. Las acompañaba Octavia e Ian nuevamente, uniéndose también
Murphy.

Iban las dos sentadas juntas en la parte de atrás, mientras Murphy prácticamente roncaba. Lexa
observaba por la ventanilla mientras Clarke sostenía una de sus manos.

-Clarke: ¿No querías venir? Te noto rara...

-Lexa: Iba a venir de todos modos acompañándote, no te preocupes. (Alzó su mano para dejarle un
beso). -Es sólo que esto de la reunión no me termina de convencer....

Las puertas de lo

que solía ser el salón del trono estaban abiertas, se escuchaban voces desde lo lejos, por lo que ya
debía haber algún que otro embajador allí.

Se detuvo un momento justo antes de entrar, sintió algo de nervios. Al parecer Clarke se dio cuenta
de la situación, se acercó a ella y agarró una de sus manos. No hizo falta nada más, la mirada de
Clarke le proporcionaba esa tranquilidad que necesitaba.

Nada más entrar examinó la estancia. Estaba igual que la recordaba, igual que cómo la solían
preparar para reuniones así, las sillas de los distintos clanes repartidas por la sala y al fondo el trono,
que ahora nadie ocupaba.

Titus se aproximó hacia a ellas, dándole las indicaciones, dejando que Clarke se sentase en su
perteneciente asiento y ofreciéndole a Lexa que lo acompañara en su posición cercana al trono, la
que el hombre solía ocupar. Cada uno a un lado del trono, observaba a los embajadores, quería
averiguar que pensaban a través de sus expresiones, los conocía, así que realmente podía intuir algo,
sabía que el asunto se complicaría. Tenía ese presentimiento.

-Titus: Estamos aquí reunidos hoy para tratar los últimos acontecimientos que han ido sucediendo
durante semanas, pero concretamente los últimos días. (Paró su discurso por un momento). -Cómo
bien sabéis Lexa kom Triku acabó con la amenaza que nos acechaba. Y ahora pedís una reunión para
aclarar qué pasará con esa nueva gente y sus condiciones. (Hizo otra breve parada). -Bien, podéis
hablar.

Dio el turno de palabra a los embajadores, que poco a poco fueron exponiendo sus ideas.

-No conocemos

a esa gente, no sabemos nada de ellos, no creo que sea buena idea permitir que se unan. (Dijo uno
de ellos).

-Clarke: Eso es una escusa barata. ¿Queréis conocerlos? Bien, yo os indico el camino. (Contestó
Clarke mostrando su opinión un tanto enfadada).

Lexa seguía al margen, ella no era una embajadora, ella no tenía que opinar, solo estaba allí como
una invitada.

-Wanheda (Dijo otro de los embajadores llamando la atención de Clarke), entre ellos hay asesinos y
ladrones, no podemos exponernos de esa forma.

-Clarke: En todos los clanes hay gente de esa calaña, no es nada nuevo por favor.

-¿Y si los dejamos entrar y la cosa sale mal? ¿Quién aceptará la responsabilidad? (Sugirió otro casi sin
dejar a Clarke terminar sus palabras).

-Esto es una locura, no debemos dejar que se unan, todos lo sabemos. (Terminó diciendo otro de
forma tajante).
Había intentado mantenerse al margen, pero ya no pudo más.

-Lexa: ¿Estáis hablando de permitir o no entrar a esta gente a la unión? (Dijo con tono serio) -La
unión que yo intente crear sin juzgar a ninguno de vosotros, sin plantearme si había asesinos o
ladrones (dijo intentando imitar las palabras de uno de los embajadores) -¿De qué clase de
responsabilidad me hablas? (Se dirigió al embajador que había propuesto la pregunta). -¿Esa misma
responsabilidad que aceptaste tú cuando parte de tu pueblo se sublevó e intento atacar Polis? ¿De
esa me hablas? Por qué yo recuerdo que dijiste que no eras el cuidador de nadie y que no podías
controlar a todo tu pueblo. (Contestó encarándose

al embajador). -Sois unos hipócritas, os acepté a cada uno de vosotros, a cada uno de vuestros
pueblos y a cada una de vuestra gente, sin importar las consecuencias, ¿Qué tenía ciertas dudas?
Obvio que sí, es un paso importante que dar, pero eso no me echó para atrás. (Se dirigió a todos los
de la sala). -¿Y ahora pretendéis dejar a un pueblo, que fijo que ha estado sufriendo más que todos
vosotros, por miedo? (Paró un momento su discurso para observar uno a uno a los embajadores).
-Señores, el miedo no sirve para nada si no sois capaces de conquistarlo.

La sala quedó en absoluto silencio tras sus palabras. Nadie quería intervenir, era cómo si se hubiesen
quedado sin palabras.

-Heda, Heda, Heda. (Comenzó a decir uno de los embajadores con un tono bajo, intentando motivar
al resto).

-Heda! Heda! Heda! (Cada vez el título se mencionaba con más exaltación).

Clarke y ella se miraban sin entender nada, no entendían la actitud de los embajadores.

Titus la agarró por uno de sus brazos y la llevó a la terraza que quedaba tras el trono mientras los
embajadores seguían conversando ya de una forma animada.

Clarke parecía haberse quedado para intentar entender y buscar que es lo que pretendían.
-Lexa: ¿Qué es esto Titus?

-Titus: Lexa, el pueblo te quiere de nuevo como comandante.

-Lexa: ¿Y me lo dices ahora? Lo sabías, ¿verdad? (No esperó que el hombre le contestase). -No. Ya no
hay comandante, todo funciona bien así.

-Titus: Pero Lexa...

-Lexa: He dicho que no, Titus. (Dijo con tono serio sin dejar terminar al

hombre su frase).

-Titus: Piensa en tu madre y Luna.

Lexa se volvió para observarlo cuando ya se dirigía hacia la sala de nuevo.

-Titus: Sé que están en ese campamento. Si tú fueras la comandante podrías introducirlo


completamente en la alianza sin importar lo que el resto dijese, tal como hiciste con los Skaikru,
piénsalo Lexa.

Se quedó pensando las palabras del hombre, parada sin entrar aún en la sala.

-Titus: Hazlo por ellas.

-Lexa: Tengo que hablarlo con Clarke.

-Titus: No Lexa, no hay tiempo, mira como están, es una decisión que hay que tomar ya, lo sabes.
Entraron los dos a la vez prácticamente en la sala de nuevo, los embajadores se sentaron de nuevo
en sus sitios, mientras Clarke no le apartaba la vista, cómo si supiera que algo iba a cambiar.

-Titus: Silencio! Cómo habéis demandado hace apenas unos minutos...

Observó el gesto de Clarke que era totalmente confuso, la miraba buscando una explicación.

-Titus: Tenéis ante vosotros de nuevo a Heda, Lexa Kom Triku.

Tuvo que sentarse de nuevo en su antiguo trono, ante la atenta mirada de todos que no tardaron en
mostrar su alegría ante la decisión, en cambio el gesto de Clarke era todo lo contrario.

-Lexa: Marchaos (Y cómo si no hubiese pasado el tiempo, mando que la dejaran sola, refiriéndose a
todos los presentes). -Tú no, Clarke. (Le dijo cuando vio que se levantaba también de su asiento).

Esperó que todos se hubiesen marchado para hablar a solas con la rubia.

-Lexa: Clarke, ¿qué piensas? (Dijo intentando llamar la atención de la muchacha).

-Clarke: ¿Qué pienso? (Se giró para contestarle, ya que se encontraba de espaldas, mirando hacia la
puerta). -Pienso que la hipócrita aquí eres tú. (Contestó con un tono duro y seco). -¿Este era tu fin,
verdad? Volver a sentarte en ese jodido trono. Sin importar nuevamente nada más, sin contarme si
quiera lo que ibas a hacer.

-Lexa: Eso no es así, Clarke. (Contestó en un tono tranquilo y relajado, intentando calmar los ánimos
de la rubia). -Esto me ha sorprendido a mí igual que a ti.

-Clarke: ¿Y tengo que creerlo? ¿Ahora qué? Tú aquí y yo de vuelta a Arkadia.

-Lexa: Pensaba...pensaba que te quedarías a mí lado. (Dijo dudosa).


-Clarke: ¿Aquí? No. (Contestó rotundamente). -Es tu decisión ¿no?, la que has tomado sola, pues la
aceptas tú sola. (Dijo antes de salir con paso ligero de la sala).

Hola gente. Si aún seguís por aquí leyendo tras tantos capítulos.... merecéis el trono vosotros sin
duda alguna!

Gracias nuevamente por leer y comentar.

Deje un pequeño comentario en el capítulo anterior, pero por alguna extraña razón no se llegó a
publicar... así que bueno, lo suelto ahora: el siguiente capítulo lo más seguro que sea el capítulo
final. Lo único que os puedo proponer es si queréis un pequeño epílogo después o lo dejamos como
quede, estoy dispuesta a leeros y escuchar sugerencias.

Saludos nuevamente y gracias a todos! :)


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Capítulo XXXVII

Había pasado casi un mes, un mes desde que vio salir a Clarke por la puerta de la sala del trono y no
saber nada más de ella. Casi un mes sin verla, sin sentirla, sin escuchar su voz, sentía que una parte
de ella cada vez se apagaba más y más.

Los primeros días habían sido los más duros, rechazar el cargo y salir corriendo hacia Arkadia era el
pensamiento que rondaba en su cabeza durante todo el día. Pero pensaba en que tenía que
proteger a su familia, les debía eso.

Cuando las cosas empezaron a relajarse, y los distintos clanes fueron aceptando al nuevo clan, en el
cual su hermana Luna era la líder, la cosa se complicó. Su mente vagaba por todos los recuerdos y
momentos que había compartido con Clarke, se preguntaba cómo estaría, cómo habría pasado esos
días, se maldecía una y otra vez ante la idea de que pudiera sentirse como ella misma se sentía en
ese momento, destrozada y rota por dentro.

Un día que no pudo más, antes de salir fuera de su habitación, golpeo sin querer una de las mesas
que había en la estancia, lo que hizo que cayera al suelo. Ese simple gesto la hizo enfurecer.
Comenzó a destrozarlo todo, a tirar por el suelo todo lo que encontraba a su paso, las pequeñas
mesas, las figuras, la ropa de cama, las velas...

Sintió que alguien entraba sin permiso a su habitación, lo que la hizo parar repentinamente su labor
de destrozar todo a su paso.
-Titus: Heda. (El hombre observó con algo de miedo la escena). -Los embajadores han llegado para la
reunión.

Y entonces comprendió su mal humor. Era

el día en que el clan de Luna aceptaba la alianza, marcando su piel como el resto de embajadores.
Era el día en que vería a Clarke de nuevo después de tantos días, era el día en que tendría que luchar
contra la mirada azul que tanto echaba de menos y se moría por ver.

Nada más entrar en la sala del trono realizó una mirada furtiva hacia el lugar que solía ocupar Clarke,
pero no la encontró, era Marcus quien ocupaba su lugar.

La hizo tanto arder por dentro como respirar tranquila. Sí que quería ver a Clarke, pero no sabía si
tendría el valor para enfrentarla y eso en parte la atemorizaba.

Tras la ceremonia y haber despedido de nuevo a los embajadores y a su propia hermana, le pidió a
Marcus que la acompañase un momento.

Decidió mantener la conversación en un sitio más tranquilo y relajado, en un primer momento pensó
en su propia habitación, pero recordó el desorden que había provocado justo esa misma mañana,
por lo que pasaron a una pequeña sala continua, algo pequeña pero que contaba con un par de
viejos sillones y una mesa central. Algunas viejas estanterías y muebles se encargaban de decorar la
estancia.

-Lexa: Perdona que la reunión sea aquí, pero bueno, ahora mismo es el mejor lugar. (Dijo dándole
paso primeramente a Marcus, el cual aceptó sin dudar). -Toma asiento por favor.

Esperó que el hombre se acomodase para empezar con su cuestionario.

-Lexa: ¿Cómo están las cosas en Arkadia? ¿Algún problema? ¿Necesitáis alguna ayuda? (Preguntó
algo dudosa, ya que su investigación privada no iba por ahí principalmente).
-Marcus: Heda.

-Lexa:

Marcus, puedes llamarme Lexa, lo de Heda es sólo un formalismo que tú no tienes que adoptar.
(Dijo con total sinceridad).

-Marcus: Entonces, fuera de formalismos.... ¿Por qué no me preguntas lo que realmente quieres
saber? (Observó que el gesto de Lexa se tensaba y decidió tomar el mando). -Está bien, dentro de lo
que cabe. Trabaja con su madre, la ayuda en la enfermería y también pasa tiempo con Raven e Ian.
Pero....está apagada Lexa, no es la misma, creo que se ha dejado hundir, no sé si me explico... No ha
vuelto a salir a explorar, no nos acompaña en las reuniones, y si lo hace no colabora... Deberías...(se
inclinó un poco en el sillón para estar más cerca de Lexa que se encontraba en el de enfrente).
-Deberías hablar con ella, solucionar las cosas. Mira no se qué pasó, pero está claro que tenéis que
solucionarlo, no podéis simplemente dejar todo así como así.

-Lexa: Las cosas son complicadas (Se frotó suavemente la frente con una de sus manos). -No tengo el
cargo porque así lo quiera, era un formalismo para mantener la unión.

-Marcus: ¿Ella lo sabe? ¿Sabe esto que me estás contando?

-Lexa: No me dejó explicarme en su momento, ¿por qué iba a dejarme hablar ahora? Después de
tanto tiempo....

-Marcus: ¿Y ya está? ¿Te rindes? Lexa, la chica que yo conocí no se rendía ante nada, la chica que yo
conocí era astuta cómo la que más, fuerte y decidida. Si la quieres, lucha.

Tras despedir también a Marcus y dar órdenes de que no la interrumpiesen más, se dirigió a su
propia habitación, empezó a recoger el desastre

que ella misma había originado, pensando en cómo todo se le había ido de las manos de un
momento a otro, sin ni siquiera ser consciente, sin pensarlo Clarke se escapó de su vida, su propia
vida se le escapó de entre sus dedos.
De todas las noches que había pasado desde que Clarke la dejó sola, juraría que esa estaba siendo la
peor, no podía dormir, no era capaz de conciliar el sueño. La mayoría de las veces dormía por
inercia, su cuerpo agotado desistía y caía rendido a los brazos de Morfeo, pero esa noche estaba
siendo una de esas noches, esas noches en las que sentía un agujero en su pecho, un dolor punzante
en su estómago y una angustia que recorría todo su cuerpo. Todos los hechos y situaciones que
había vivido con Clarke aparecían en su mente una y otra vez, desde que la vio entrar en su tienda,
pasando por la situación de peligro que habían vivido con el gigante gorila, cuando la abandonó en el
Monte Weather, cuando la volvió a recuperar tras la leyenda de la gran Wanheda, los momentos en
Polis, los momentos en aquella misma habitación donde finalmente se habían entregado la una a la
otra.

Saltó prácticamente de la cama, sudando, se puso la primera prenda que tuvo a mano y salió a su
propia terraza. Apoyada en el viejo muro desde el cual divisaba no solo Polis, sino también el resto
de tierras que sus ojos eran capaces de ver en mitad de la noche.

Sus ojos viajaron al cielo, hacia las estrellas, desde dónde una noche observó caer un objeto
envuelto en llamas, descubriendo que posteriormente le entregaría al amor de su vida. Y entonces,
entonces lo

decidió.

No esperó a que amaneciese, se vistió con su ropa habitual de comandante, y antes de salir de su
habitación se sentó a escribir algo en unos cuantos papeles.

Cuando terminó, se dirigió a Titus, el cual desde muy temprano organizaba todo en la torre del
comandante. Le indicó unas cuantas órdenes y le entregó los papeles que había estado rellenando
ella misma minutos antes.

Fue hacia los establos, ensilló uno de los caballos, se echó la capa roja que solía llevar siempre
asociada a su atuendo por la cabeza, cubriéndose, indicándole al caballo que corriese, que corriese
todo lo posible, necesitaba llegar cuanto antes a su destino.
En Arkadia.

Para Clarke los días pasaban por pasar. Un día más era un día menos en el que pensaba que el dolor
que sentía al dejar a Lexa se iría pasando, día a día comprobaba que ese pensamiento era
totalmente falso, una auténtica mentira perdida en su propia cabeza.

Los días cada vez se hacían más duros, su humor había cambiado por completo, ella misma lo
notaba, notaba que sus contestaciones dejaban a veces sin palabras a sus amigos e incluso a su
propia madre a la cual ayudaba para intentar matar el tiempo.

No salía a explorar, no quería reunirse con nadie, cuando lo hacía era casi por obligación, no quería
aceptar ninguna noticia de Polis, no quería saber nada de ese lugar que le había robado de nuevo a
su amor.

El tiempo que no pasaba en la enfermería lo pasaba en su habitación, completamente sola, aunque


en ocasiones decidía ayudar a Raven y a Ian, más que nada por cambiar

un poco de aires cuando sentía que su cabeza iba a explotar, ya que las aventuras que Ian contaba la
entretenían, pero por otra parte tener a Ian al lado le dolía, era un gran amigo sí, pero le recordaba
inevitablemente a Lexa.

Estaba limpiándose las manos después de realizar una cura a un joven que había tropezado y se
había lastimado una mano cuando su madre llamó su atención.

-Abby: Clarke, no puedes seguir así.

Clarke la observó de medio lado y siguió limpiándose las manos.


-Abby: Clarke, cielo. (Dijo tocando su brazo intentando llamar su atención). -Esto te está
destrozando. Tiene que haber una forma de solucionarlo. Tienes que hablar con ella.

-Clarke: No hay solución. No hay nada que hablar. (Dijo tajantemente girándose para tener a su
madre completamente frente suya).

-Abby: Pero cielo, ella te quiere...

-Clarke: Eso no lo sabes! (Gritó cortando las palabras de su madre).

-Abby: Ahí te equivocas, claro que lo sé Clarke. Vi cómo te miraba, cómo ha cuidado de ti todo este
tiempo, hay que ser un ciego para no darse cuenta del amor que os tenéis las dos.

-Clarke: Ella prefirió quedarse allí mamá. Ni me consultó. (Una lágrima mezcla de rabia y dolor
comenzó a caer libremente por su mejilla).

-Abby: Tiene que haber una explicación cielo, tiene que haberla.

-Clarke: No mamá, no. (Dijo limpiándose un par de lágrimas que habían acompañado a la primera).

-Abby: ¿Acaso ya no la quieres? (Preguntó con tacto su madre).

-Clarke: ¿Qué? Claro que la quiero, la amo mamá. La amo! ¿Crees que no me he contralado

cientos de veces ante la idea de salir corriendo a Polis? ¿De gritarle que la amo y que vuelva
conmigo? (Se echó el pelo hacia atrás con sus manos). -Cientos mamá, cientos de veces. Pero no, no
puedo soportar más dolor. Si me dijese que no.... (Rompió a llorar dejándose abrazar por su madre).

-Abby: Ya está cielo, tranquila. (La meció contra su pecho). -Shh, tranquila, tranquila mi vida.
En mitad del bosque.

El caballo de Lexa trotaba todo lo más rápido posible, el viento a su paso chocaba contra su cara,
incluso teniendo que esquivar un par de ramas que de no ser así chocarían contra ella.

Los primeros rayos de sol comenzaban a salir, aún la claridad era prácticamente nula y no divisaba
bien su objetivo, aunque sabía que no debería de tardar mucho en encontrarlo.

Mientras seguía cabalgando las palabras que dejó escritas a Titus volvieron a su mente, no sabía si
realmente serían aceptadas, pero tenía su objetivo más claro que nunca y no iba a renunciar.

Con una copia de esta epístola, les hago saber a todos los clanes y a sus embajadores, que yo, Heda
Lexa Kom Triku, rechazó mi cargo de inmediato, no sin antes dejar clara una última petición que
debe ser aceptada cómo la última voluntad del último comandante.

Posterior a estas palabras y de efecto inmediato, se volverá a llevar a cabo un consejo de ancianos y
embajadores para la toma de decisiones y para valorar posibles problemas futuros, tal y cómo
Wanheda y Titus proyectaron tiempo atrás.

Lexa Kom Triku.


Tuvo que parar casi de golpe

cuando divisó apenas a unos metros las puertas de Arkadia. Se bajó del caballo y llamó para ser
atendida por los guardias.

Dejó el caballo atado a un lateral dentro del campamento cuando ya había pasado al interior.
Observó que prácticamente no había nadie en el exterior, aún era muy temprano, solo se movían
pequeños grupos que posiblemente iban a salir a explorar esa misma mañana y algunos guardias
que se paseaban y charlaban entre ellos.

Observó que uno de los guardias se adentró al edificio nada más llegar ella, posiblemente a avisar a
Marcus de su presencia, no era normal que la comandante llegase casi en mitad de la noche, sin
guardias ni escolta, solamente ella con su caballo.

Se armó de valor para lo que iba a realizar a continuación, no sabía que contestación obtendría, no
sabía ni si quiera cómo estaba la situación, ni qué pensaría ella de todo esto. Le temblaban las
piernas y en sus manos el sudor del nerviosismo que sentía empezaba a aparecer.

-Lexa: Clarke Griffin! Clarke Griffin! (Gritó sin entrar en el edificio).

Las voces alertaron al resto que estaban allí preparándose y organizando sus equipos, los que hasta
el momento estaban ajenos a su llegada.

Entre ellos estaban Octavia y Murphy que tras observar a la comandante se miraron entre ellos y
asintieron con la cabeza.

Murphy corrió hasta dentro del edificio mientras Lexa seguía gritando el nombre de su amiga. Corría
por los pasillos como alma que lleva el diablo, chocándose con algún que otro guardia a su paso.
Tocó desesperado a la puerta de su amiga mientras la
llamaba prácticamente a gritos.

Cuando abrió la puerta la encontró medio dormida con el pelo algo revuelto, pero vestida
totalmente de calle, posiblemente se habría quedado dormida sin darse cuenta.

-Clarke: ¿Qué demonios te pasa Murphy? (Dijo irritada). -Joder, es muy temprano, déjame en paz.

-Murphy: Oh no cariño, vas a venir conmigo pero ya! (La agarró de la mano tirando de ella). -Vamos
Clarke, date prisa. (Decía mientras se movían por los pasillos de Arkadia).

-Clarke: ¿Pero qué es lo que pasa Murphy? Joder, suéltame! (Gritó intentando librarse de su
amarre).

-Murphy: Vale, vale. Te suelto, pero acompáñame por favor.

-Clarke: Está bien, vamos. (Dijo resignándose). -¿Pero me puedes contar que es lo que pasa?

-Murphy: Ya lo verás, es mejor que sea sorpresa.

A su paso los pasillos del lugar se iban llenando de más y más gente, reconocía a algunos de sus
amigos que le sonreían amigablemente, lo cual ella no entendía el por qué.

Se paró en seco cuando pareció reconocer la voz de Lexa llamándola, negó con la cabeza, era una
autentica locura.

-Murphy: Vamos Clarke. (Tiró suavemente de ella para que continuase la marcha).
No podía ser, la voz de Lexa cada vez era más clara, era ella, claro que era ella, la estaba llamando a
gritos. Lo comprobó con sus propios ojos cuando salió por la puerta y un último Clarke fue cortado
cuando sus ojos conectaron.

Estaba vestida de comandante, en mitad del campamento. La gente estaba esparcida por alrededor,
expectante y observando la escena, sin intentar perderse ningún detalle.

Sus

pies no reaccionaban ante la presencia de Lexa, sólo podía pensar en qué estaba haciendo ella allí, a
aquellas horas y gritando su nombre.

Sintió un pequeño empujón por parte de Murphy que la accionó para acercarse a ella.

Cuando la tuvo al alcance sentía cómo su pecho se aceleraba y casi tenía que controlar su
respiración, y más aún cuando Lexa le ofreció las dos manos para que las cogiese, hecho que su
cuerpo voluntariamente aceptó.

-Lexa: Clarke. Te preguntarás que es todo esto... (Dijo algo nerviosa). Sólo déjame hablar, déjame
que suelte todo de una vez y ya después podrás decir o hacer lo que quieras. (Realizó una pequeña
parada tras un corto suspiro). -Sé que las cosas han sido difíciles entre nosotras, muy difíciles a decir
verdad. Sé que he cometido errores y que no he tomado las mejores decisiones. Sé que
posiblemente hayas pasado este tiempo por un infierno, lo sé porque yo he estado viviendo en él
todo este tiempo que hemos estado separadas. No sé lo que va a ocurrir, ni si quiera sé la decisión
que vas a tomar, y realmente estoy aterrada. (Sonrió brevemente cómo símbolo del nerviosismo que
tenía). -Pero hay algo que tengo clarísimo, Clarke, quiero pasar mi vida a tu lado, quiero compartir
todo contigo, quiero que mis decisiones no sean sólo mías, quiero que sean nuestras, quiero poder
dormir y despertar a tu lado, quiero embriagarme de tu olor cada día, quiero sentir tu voz y tu risa
cada minuto que me quede de vida. No me importa nada más, he dejado Polis, he dejado todo, no
quiero nada si no es contigo. Y si hay algo que tengo más claro aún, es que te amo Clarke Griffin.

Estuvo conteniéndose durante todo el discurso que Lexa estaba pronunciando frente a ella, agarraba
sus manos con más fuerza con cada frase que salía de su boca. En un principio intentó contener las
lágrimas pero a mitad no pudo contenerse más y les dio vía libre, pero fue cuando pronunció esas
palabras, te amo Clarke Griffin , cuando no pudo más y se lanzó directamente hacia ella, rodeándole
el cuello con sus brazos y chocando sus labios con los suyos, fundiéndose en un beso delicado y lleno
de cariño, simbolizando todo lo que habían pasado juntas y todo por lo que ahora estaban
dispuestas a pasar, juntas, unidas, sintiéndose como lo que eran, como almas gemelas.

Despegaron brevemente sus labios al sentir los aplausos y júbilo de todos los que aparte de ellas
habían vivido la escena.

Sus frentes seguían manteniendo el contacto mientras prácticamente sonreían cada una en la boca
de la otra.

La tenía de vuelta, estaba junto a ella, había renunciado a todo y le había hecho una declaración
públicamente, no podía esperar nada más, aunque sabía que ella aún tenía algo más que hacer.

La agarró suavemente de la cara con sus dos manos manteniendo el contacto directo con sus ojos,
verde y azul unidos de nuevo.

-Clarke: Yo también te amo Lexa.

FIN

Hola queridísimos lectores!


Pues hasta aquí la aventura, hasta aquí mi pequeño homenaje a esta gran pareja.

Espero que no os haya defraudado, lo he hecho absolutamente con todo mi cariño y dedicación.

Gracias a todos por leer, por comentar y por seguir la historia hasta el final.

Pd: Habrá epilogo sí. Lo prometo, pero me llevará unos días porque aún tengo unas ideas rondando
en la cabeza.

May we meet again (¿?)

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Epílogo

Sentada junto a un pequeño lago que pasaba justo detrás de la gran estructura que era Arkadia. Se
había convertido en uno de sus lugares favoritos. Sus piernas cruzadas manteniendo una postura
erguida. Se sentía bien en aquel lugar, podía pensar y aclarar sus ideas en plena naturaleza,
sintiendo la pequeña brisa y escuchando el agua correr y golpear levemente contra alguna que otra
piedra.

Su firmeza de dejar esta vez por decisión propia el cargo de comandante, fue la más acertada, lo
tuvo claro desde el primer momento, desde el primer instante en que vio los ojos de Clarke
envueltos en una pequeña capa de lágrimas que amenazaban salir mientras su declaración iba
tomando impulso.
La Lexa de hace unos años jamás hubiese tomada una decisión así, dejar el cargo por una mujer, por
amor, era algo impensable, pero Clarke se había convertido en una excepción, en su excepción. La
vida a su lado estaba siendo maravillosa, tenían sus altibajos, sus broncas y demás, pero era algo
normal, las dos eran mujeres de carácter, nacidas para mantener el poder y el control. Lo mejor sin
duda eran las reconciliaciones, sonrió pensando en ellas, en cómo después de cada bronca, en cómo
después de horas e incluso alguna vez algún día sin hablarse, el sólo contacto del verde con el azul
era la chispa suficiente para que las dos se rindieran la una a la otra, y las horas de total despego
entre ambas pasaban a horas de total contacto, donde la piel de ambas se fundían en una sola.

Su mente voló cómo en numerosas ocasiones en las que pasaba

en ese lugar, recordando algunos de los momentos que habían compartido juntas durante esos
años.

6 meses después de la declaración.

-Clarke: Podría hablar con Markus para que nos ofreciera una habitación más grande para las dos.
(Dijo Clarke mientras en sus manos mantenía un viejo blog y un carboncillo).

-Lexa: ¿Por qué? (Preguntó curiosa).

-Clarke: Este sitio es algo pequeño para ambas.

-Lexa: A mí me parece perfecto. (Decía Lexa desde la cama donde estaba tumbada).

-Clarke: Tú habitación en Polis era el triple que esta. Y no te muevas. (Dijo con un tono algo
amenazante estas últimas palabras).
-Lexa: Estás tardando mucho esta vez. (Contestó resoplando).

-Clarke: Quiero hacerlo perfecto.

-Lexa: Siempre te salen perfectos.

-Clarke: Bueno pues este dibujo quiero que sea aún más perfecto. No te muevas (Volvió a insistir la
rubia).

Clarke guardaba una pequeña carpeta donde iba coleccionando los dibujos que iba realizándole a lo
largo de esos meses. A veces sin ni siquiera darse cuenta, cómo ocurrió la primera vez en Polis,
mientras descansaba un poco o dormía. También tenía unos cuantos que había realizado mientras se
perdía en sus movimientos entrenando o simplemente pensando con la mirada pérdida. Pero otras
veces, cómo era el caso, Clarke decidía dibujarla porque sí, y a ella solamente le quedaba aceptar.

10 meses

-Lexa: Vamos Clarke! Tienes que mantener el ritmo. (Decía a Clarke intentando animarla).

-Clarke: No puedo más, te juro que

no puedo más. (Contestaba echándose una mano sobre el costado y otra sobre el pecho). - ¿Que
parte de que no nací para esto no entiendes? (Decía mientras intentaba recuperar el aliento). -Yo no
me entrenaba, no corría, no luchaba. ¿Qué más ejemplos quieres?
-Lexa: Venga vamos, un par de vueltas más. (Dijo mientras se acercaba a ella, colocándose por detrás
y empujándole suavemente con sus manos sobre la cintura). -Vamos, vamos, vamos.

-Clarke: De verdad que no Lexa. Necesito descansar. (En un movimiento rápido se giró, quedando
cara a cara con ella).

-Lexa: Tienes que acabar primero el entrenamiento.

-Clarke: Déjame descansar un poquito. (Decía mientras ponía cara de niña pequeña y le dejaba leves
besos sobre ambas mejillas para terminar sobre sus labios).

-Lexa: Algún día esta clase de trucos dejará de funcionarte conmigo. (Le dijo advirtiéndola con una
sonrisa en los labios).

-Clarke: Algún día. (Dijo mientras se colgaba a su cuello con sus brazos y se perdían en un nuevo
beso esta vez más intenso).

14 meses

El frío había llegado, los cambios de temperatura habían sido constantes durante un tiempo hasta
que por fin el clima cálido los abandonó.

Ambas estaban sentadas, juntas sobre un tronco viejo, pegadas a un fuego y arropadas por una
manta que las cubría a ambas apartándolas del frío, lo suficiente para poder disfrutar de la noche
estrellada.
-Clarke: ¿Cómo se unen las parejas en la cultura grounder? (Preguntó mientras seguía mirando al
pequeño fuego).

-Lexa: ¿A qué

te refieres? (Contestó Lexa mirándola intentando adivinar su pregunta).

-Clarke: Digo, cuando dos personas se unen para el resto de sus vidas. Ya sabes. (Contestó algo
nerviosa moviendo sus manos pero sin apartar su mirada del fuego, evitando el contacto directo con
los ojos de Lexa).

-Lexa: Hay un pequeño ritual, bastante íntimo, sólo las dos personas que se van a unir.

-Clarke: ¿Y ya está?

-Lexa: Los más ancianos mantienen la idea de unión además con algo que marque ambos cuerpos.
(Observó la mirada de Clarke que la observaba algo confundida). -Como por ejemplo un tatuaje,
otros han usado directamente el fuego o cortes, cualquier cosa vale.

-Clarke: ¿Conoces el ritual?

-Lexa. Sí. Tuve que conocer todos los aspectos de la cultura grounder antes de ser comandante, era
uno de los requisitos, y Titus se encargaba bien de hacer su trabajo.

Pasaron unos minutos más en silencio mirando a la nada, sólo sintiendo la presencia de la una junto
a la otra.

-Clarke: Quiero unirme contigo. (Se giró para observar mejor el gesto de su cara).

-Lexa: Clarke... ¿Es enserio? (Preguntó algo confusa).


-Clarke: Totalmente. (Contestó con algo de nerviosismo). -Sí tú quieres, claro...

-Lexa: Ven aquí. (La agarró suavemente de la cara para besarla con delicadeza). -Claro que quiero.

15 meses

Estaban en una pequeña tienda que habían montado fuera de Arkadia, no muy lejos, pero lo
suficiente para tener la intimidad necesaria.

Sentadas una enfrente de la otra sobre un par de mantas tiradas en

el suelo que las separaba del contacto directo con la tierra, y un par de velas les daba la suficiente
luz.

-Lexa: ¿Estás nerviosa? (Preguntó risueña a Clarke que la miraba sin apartar la vista de aquello que
estaba haciendo).

-Clarke. No. Claro que no. (Dijo con voz temblorosa).

-Lexa: Pues yo sí, y mucho. (Rió contagiando también a la rubia). -Tranquila.

-Clarke: Eso de estar viéndote calentando el cuchillo sobre el fuego no me tranquiliza mucho...
-Lexa: ¿Confías en mí? (Observó cómo Clarke afirmaba con la cabeza mientras seguía mirando
aquello que hacia). -Tengo que calentar la hoja del cuchillo para matar algún que otro germen, tú
mejor que nadie lo sabes.

-Clarke: Eso no es lo que me preocupa, me preocupada el cuchillo en cuestión.

-Lexa: Es casi de la familia. (Dijo sonriendo y tendiéndolo sobre un trozo de tela roja).

El cuchillo en cuestión era aquel que Lexa mantenía el día que se conocieron, aquel que Indra le
entregó a Clarke después de que se volvieran a encontrar tras la no muerte de Lexa, aquel que desde
entonces estaba en posesión de Clarke.

-Lexa: ¿Lista? (Preguntó extendiendo su mano para que Clarke la cogiese).

-Clarke: Lista. (Contestó extendiendo también la suya, al encuentro de Lexa).

Colocó la mano de Clarke sobre la suya propia, con la palma hacia arriba. Cogió el cuchillo y ante la
atenta mirada de Clarke hizo una leve incisión en la palma, brotando un poco de sangre. Después le
tendió el cuchillo a ella para que hiciese lo mismo sobre una de sus manos.

Cuando las dos

tuvieron la incisión hecha, Lexa cogió el trozo de tela roja, agarró con su mano la de Clarke y las lió
con el trozo de tela, uniendo las dos manos.

-Lexa: Amarte no formaba parte de mi plan, es más, el amor ya no estaba dentro de mis planes, e
incluso a pesar de eso, hiciste que me enamorase absoluta y completamente de ti. Hiciste caer todas
y cada una de mis barreras, y por dos veces. Clarke, yo, Lexa kom triku juro lealtad anti ti. Prometo
cuidar de ti y permanecer a tu lado en cada momento, que nuestras vidas no vuelvan a separarse
jamás.
Observó la mirada algo cristalina de la rubia, dando por seguro que si ella pudiese observarse sus
ojos tendrían la misma expresión.

-Clarke: Me enamoré de ti. De cada una de tus cosas, de la forma en que me sonríes, de la forma en
que me besas, de la forma en que tus ojos me buscan y me hablan, de la forma en la que me atrapas
y envuelves por completo. Yo Clarke kom skaikru juro lealtad anti ti. Estaré a tu lado hasta mi último
aliento porque ahora tengo más que claro que la vida es algo más que sobrevivir.

Lexa se acercó a ella para besarla con total delicadeza pero con pasión mientras sus manos aún
seguían unidas.

-Lexa: Ya está. ¿No ha sido para tanto verdad? (Dijo mientras soltaba el amarre de la tela sobre sus
manos)

-Clarke: ¿Ya está? (Preguntó asombrada Clarke). -Pensaba que habría algo más.

-Lexa: Hay que guardar esto, como prueba de nuestra unión. (Dijo doblando la tela con cuidado).
-Ahora simbólicamente tu sangre y mi sangre están unidas. (Decía mientras sostenía la mano de
Clarke sobre

la suya). -Y bueno aún queda otro tipo de unión, ya me entiendes. (Dijo sonriente).

-Clarke: Ese tipo de unión fijo que me va a gustar más que rasguen mi piel para el tatuaje, ¿verdad?

-Lexa: Posiblemente. (Contestó risueña mientras dejaba su cuerpo caer sobre su espalda, ya que
Clarke se había abalanzado sobre ella).
De camino al campamento del lago.

-Clarke: ¿Y allí hay alguien que sabe hacerlo bien? (Preguntó un tanto nerviosa).

-Lexa: Sí. Ya hable con mi madre sobre el tema y dice que tienen a alguien que sabe hacerlo bien, no
te preocupes. (Le dijo sonriendo).

-Clarke: Me preocupa marcar mi piel con algo feo...llámame rara.

-Lexa: No es feo porque tú lo has diseñado.

-Clarke: Pero puede quedar feo si no saben pasarlo a la piel.

-Lexa: Clarke, relájate.

En una vieja tienda del campamento del lago.

-Lexa: Este es el diseño. (Dijo Lexa entregándole a un hombre un papel dibujado por Clarke. Habían
decidido llevar el mismo diseño y en el mismo sitio. Era algo sencillo, las iniciales de sus nombres
envueltas y encajadas pareciendo un símbolo). -¿Crees que podrás hacerlo bien?

-Por supuesto. -Contestó el hombre. -¿Quién va primero?

-Clarke: Yo. Prefiero pasar el dolor rápido. (Soltó rápidamente anteponiéndose a Lexa).
-Bien, siéntate. ¿En qué zona irá?

-Clarke: Justo aquí. (Dijo señalándose el antebrazo).

-Lexa: ¿Qué te parece? (Preguntó entusiasmada una vez que las dos tenían sus tatuajes).

-Clarke: Vaya, es genial. Me encanta! (Contestó entusiasma mirando

la tinta sobre su piel) -Creo que podría acostumbrarme a ese dolorcito por hacerme un par de ellos
más.

-Lexa: Relájate ¿sí? No te vayas a llenar ahora de tinta.

20 meses

La llevaban entre Murphy y Octavia a la enfermería. Habían salido de exploración, buscando nuevos
recursos y nuevos lugares sobre los que descubrir algo que les fuese útil, pero mientras descendían
por una pequeña zona resbaladiza no pudo controlar bien su cuerpo y acabó cayendo al suelo.

-Clarke: ¿Qué demonios? (Preguntó nada más ver a Lexa entrando a la enfermería acompañada por
sus dos amigos, los que ahora se habían vuelto inseparables también de Lexa).

-Lexa: No es nada, no te preocupes. (Dijo con un tono calmado intentando que no se alterase).

-Octavia: Ha caído, no nos ha dejado examinarla, ya sabes que es una cabezota...


-Murphy: A ver si tú la haces entrar en razón.

Cuando sus amigos abandonaron la enfermería, la mirada de Clarke se clavó directamente en ella.

-Clarke: ¿Y bien? ¿Estás herida? ¿O vas a hacer que te desnude como la última vez para descubrirlo?
(Preguntó con un tono serio).

-Lexa: Creo que tengo algo en la pierna, pero no es grave. (Se resignó a contarle sabiendo que tenía
todas las de perder).

-Clarke: Bien. Quítate el pantalón y túmbate en la camilla.

-Lexa: No hace falta que uses ese tono tan serio conmigo, sabes que haré lo que me pidas. (Decía
acomodándose ya en la camilla mostrando su pierna herida. Era un pequeño rasguño en la parte
baja, junto al gemelo).

-Clarke: ¿Qué harás lo

que te pida? Que yo recuerde te pedí que no salieras fuera hasta estar totalmente recuperada.
(Contestó mientras limpiaba la zona herida).

-Lexa: Eso fue hace meses Clarke. Estoy bien y lo sabes, además esto no es nada, tú más que nadie lo
sabes.

El resto del tiempo en lo que Clarke se dedicaba a curarla fue en absoluto silencio.

-Clarke: Listo. Te puedes quitar el vendaje esta noche misma, no es grave. (Dijo seria sin mirar a los
ojos a Lexa).
-Lexa: Clarke, mírame. (La agarró suavemente de su mano cuando pretendía marcharse). -No me
gusta estar así contigo. Mírame. (Suavemente agarró el mentón de Clarke para que sus ojos
conectaran con los suyos). -No te enfades conmigo. (Dijo dándole un pequeño beso sobre los labios).

-Clarke: Eres... (Suspiró antes de seguir con lo que iba a decir). -Estas cosas no siempre te van a
funcionar... ¿lo sabes? (Dijo alzando una de sus cejas).

-Lexa: Pues tendré que aprovecharlo todo el tiempo posible. (Contestó sonriendo y dándole otro
beso en los labios, pero ya más dedicado).

25 meses

Regresaban a Arkadia después de una corta expedición sobre unos terrenos a los que Raven les
había comentado que quizás pudieran encontrar algo interesante. Ciertamente había un pequeño
edificio subterráneo, pero con nada de valor.

Siempre que volvía lo primero que hacia es ir a ver a Clarke. Al ser temprano estaría en la enfermería
ayudando a su madre. Preferiría asearse y cambiarse de ropa, pero lo primero era lo primero.

-Clarke: Lexa! (Dijo algo nerviosa cuando

la vio entrar por la puerta). -Te esperaba más tarde.

-Lexa: Sí, estábamos frescos por lo que decidimos avanzar durante la noche también. (Observaba el
semblate serio pero algo intranquilo de la rubia). -¿Qué ocurre Clarke?

-Clarke: ¿Ocurrir? Nada. Todo bien. Perfecto.


-Lexa: Clarke...

-Clarke: ¿Puedes sentarte? (Sugirió).

-Lexa: No, no quiero sentarme. ¿Qué ocurre? (Se estaba empezando a impacientar ante no saber de
que se trataba).

-Clarke: Vale. Está bien, ven. (Le dijo mientras le tendía la mano para que la agarrase).

Clarke la llevo hacia una pequeña parte reservada de la enfermería, retiro unas cortinas algo viejas
dejando ver una camilla con unas cuantas mantas.

-Lexa: ¿Y bien? (Preguntó confundida).

-Clarke: Acercate. (Le dijo apretando su mano para que se acercara más a ella y hacia un extremo de
la camilla).

-Lexa: ¿Es...un bebé?

-Clarke: Sí. ¿A que es precioso? (Dijo totalmente entusiasmada con una sonrisa en sus labios).

-Lexa: Es un bebé, todos lo son, Clarke. (Contestó devolviéndole la sonrisa). -¿De quién es?

-Clarke: Ese es el caso.... No es de nadie.

-Lexa: De alguien tiene que ser. (Sonrió).


-Clarke: Hace unos días, justo el día que os marchásteis, llegó una mujer, grounder de una pequeña
aldea del campamento Triku. Estaba a punto de dar a luz. Lincoln la socorrió justo en la entrada y la
trajo hasta la enfermería. Ella había perdido mucha sangre, nos contó que estaba sola, que no tenía
familia, su marido había fallecido meses atrás, y nos pidió

que por favor cuidásemos del bebé. (Hizo una leve parada en sus palabras para observar la cara de
Lexa atentamente). -Y bueno, yo me preguntaba si querrías que cuidásemos juntas a la pequeña.

-Lexa: Vaya....Clarke, eso es... (Por un momento no supo que decir, su cuerpo se paralizo y su
garganta se secó por completo, lo último que esperaba encontrarse al llegar sería algo así).

-Clarke: Da igual, no pasa nada. Supongo que lo cuidaremos entre todos los de Arkadia. (Dijo
fingiendo una sonrisa de medio lado).

-Lexa: Ey. Mírame. (Agarró con fuerza sus dos manos). -¿Es lo que quieres? ¿Quieres que cuidemos
de ella? (Clarke asintió con la cabeza ante su mirada). -Entonces, así será.

-Clarke: Pero no quiero que te veas obligada, quiero que sea algo de las dos.

-Lexa: No me siento obligada, no digas eso. Al principio me ha chocado, Clarke, imaginate acabo de
llegar y me sueltas que quieres que cuidemos a un bebé (Sonrió). -Dame una tregua, unos segundos
para que me lo piense.

-Clarke: Entonces... ¿Estás dispuesta?

-Lexa: Si es contigo, estoy dispuesta a todo. (Se fundieron en un dulce beso del que se apartaron
para observar a la pequeña). -¿Es niña?

-Clarke: Así es. Anya. ¿Qué te parece? (Le preguntó mientras seguía agarrando sus manos).

-Lexa: Me parece perfecto.


32 meses

Le habían ofrecido una habitación un poco más grande con la llegada de la pequeña Anya, y desde
luego que no dudaron en aceptarla. Aunque en un principio le aterró la idea de ser madre, con el
paso de los días y el

roce con la pequeña, todo eso cambió, el cariño hacia ella cada día crecía más y más.

Esuchó a Clarke desperezarse un poco ante el leve llanto de la pequeña Anya.

-Lexa: Shhh, tranquila. Ya voy yo. (Le dijo a Clarke dándole un beso en la mejilla y levantándose para
coger a la pequeña).

-Clarke: ¿Seguro?

-Lexa: Segurísimo, vuélvete a dormir. (Le contestó mientras cogía a la pequeña en brazos y con una
manta se tapó tanto a ella como a la pequeña). -Vamos a salir para no despertar a mamá.

Salió de la habitación y con paso tranquilo pero seguro se dirigió hacia fuera del edificio, hacia la
zona del campamento donde ahora algunos con el bueno tiempo salían a dormir allí, aprovechando
un poco la brisa fresca para así conciliar mejor el sueño.

-Lexa: Más te vale que no llores pequeña, cómo los despiertes nos matan. (Dijo sonriéndole a la
pequeña Anya).
Observó cómo la pequeña no apartaba su vista del gran cielo estrellado. Cada noche que le costaba
dormir, la sacaba fuera, le encantaba mirarlas, sus ojos viajaban de un lado para otro hasta quedarse
dormida de nuevo.

-Lexa: ¿Te gustan las estrellas? ¿Sí verdad? (Decía mientras la mecía con cariño dándole un pequeño
beso en la frente). -¿Sabes? Mamá bajó de allí arriba un día cambiando todo a su paso, como un
animal feroz rompiendo todo a su paso. ¿Te ríes? (Preguntó sonriente al ver las muecas de la
pequeña Anya) -Yo también me río ahora, pero no sabes los quebraderos de cabeza que me dio.

54 meses

Después de uno de los entrenamientos

diarios que mantenía por la tarde con Ian, se dirigió hacia su habitación, donde hace un par de horas
había dejado a Clarke y a la pequeña Anya.

Abrió con cuidado por si estaban durmiendo, pero se las encontró tiradas en el suelo, rodeadas de
viejos papeles y carboncillos. Anya desde muy pequeña empezaba a quedarse fascinada por cómo
una de sus madres daba vida a un simple papel, y ella lo único que quería es hacer lo mismo.

-Clarke: ¿Te vas a quedar ahí parada todo el tiempo? (Preguntó risueña Clarke alzando la vista del
papel y mirándola).

-Lexa: Me gusta observaros, que puedo decir.

-Anya: Mami!! (Gritó la pequeña levantándose y corriendo hacia ella).


-Lexa: Hola pequeña. (Dijo sonriendo, alzándola hacia arriba y apretándola contra su pecho). -¿Me
enseñas lo que has dibujado?

-Anya: Sí!

Se sentó en el lugar que antes ocupaba la pequeña, con ella sobre sus piernas mientras ésta le
enseñaba todo lo que había estado realizando.

Clarke se alzó, quedando sentada a su lado.

-Clarke: Te quiero. (Le dijo mientras dejaba un suave beso sobre su mejilla).

-Lexa: Yo también te quiero. (Contestó sonriente devolviéndole el beso, pero éste en los labios).

78 meses

Otra de las curiosidades que había despertado la pequeña Anya era el entrenamiento, aún casi no
era capaz de mantenerse hábilmente de pie, pero le exigía que la llevase a entrenar con ella cada
día. Al principio sólo se limitaba a observarla hacer todos los ejercicios y movimientos, pero poco a
poco la pequeña se atrevía a imitarla,

a duras penas conseguía realizar algún movimiento sin caerse de culo.

-Anya: Jooo. (Dijo una de las veces que fue a parar al suelo).
-Lexa: ¿Qué ocurre pequeña? (Se acercó a ella para ayudarle a levantarse).

-Anya: Nunca seré cómo tú. (Contestó apenada).

-Lexa: Pequeña, aún te queda mucho que aprender. Además, no tienes que ser como yo, tienes que
ser tú misma. (Le sonrió haciendo que la pequeña se sintiera mejor). -Anda vamos, deja que te
ayude.

90 meses

Era una de esas noches calurosas, en las que casi todos los habitantes de Arkadia pasaban parte de
la noche en la zona de acampada. Ellas mismas tenían su propio espacio prácticamente reservado ya
que solían tumbarse ahí cada noche. Y cómo cada noche, Anya en medio de las dos y las tres
mirando al cielo. Era una noche de lluvia de estrellas, una de las que más gustaba a la pequeña Anya.

-Anya: ¿Podemos subir? (Preguntó la pequeña señalando al cielo)

-Clarke: ¿Subir? ¿Para que quieres subir?

-Anya: Mami me contó que tu bajaste de arriba, yo quiero ver eso! (Dijo señalando de nuevo el
cielo).

-Clarke: Eso no se puede cielo... No se puede subir.

-Anya: ¿Por qué?


-Clarke: Por que el gran coche que podía subir ya no esta. Además todo esta aquí abajo (dijo mirando
directamente los ojos de Lexa que la miraban).

120 meses

Practicaba sus movimientos y entrenamientos, no había perdido la costumbre, le gustaba hacer


ejercicio, moverse, sentir sus musculos tensarse y relajarse después. Además el hecho de que había
empezado a entrenar

a Anya de verdad le motivaba muchísimo. No estaban en guerra ni mucho menos, pero quería que
su pequeña estuviese totalmente preparada, nunca se sabe lo que podría deparar el futuro.

-Lexa: ¿Dónde vas así? (Decía riendo cuando vio a su hija aparecer con los ojos pintados tal y como
ella los solía llevar cuando iba a luchar).

-Anya: ¿Algún problema, comandante? (Sonrió de medio lado mientras cogía uno de los palos de
entrenamiento)

-Lexa: ¿Quién te ha pintado? Vale, no me lo digas, tu madre.

-Anya: ¿Vas a seguir hablando o luchamos ya?

-Lexa: Tranquila fiera (Dijo alzando sus manos). -Me recuerdas tanto a alguien.

-Anya: ¿A quién? (Preguntó curiosa).


-Lexa: Ya sabes a quién. Eres igual de cabezota que ella.

-Anya: Pues mamá dice que la cabezota eres tú, a ver si os ponéis de acuerdo antes de volverme
loca. (Decía alzando su palo de entrenamiento). -Vamos comandante, que te estás volviendo una
floja.

134 meses

Ya era de noche, estaba fuera del campamento de Arkadia, sentada mirando hacia un pequeño lago
que cruzaba la parte de atrás. Le gustaba sentarse ahí a pensar en todo lo que había cambiado su
vida.

Sintió cómo alguien le echaba una manta por encima. No le hizo falta girarse, sabía perfectamente
quien era.

-Lexa: Vaya, la legendaria Wanheda sigue siendo sumamente silenciosa. (Dijo sonriendo observando
como Clarke se sentaba a su lado).

-Clarke: Yo más bien diría que un tanto torpe.... (Contestó riendo).

-Lexa: Anda ven aquí. (Alzó un poco la manta con la que Clarke la había tapado

para que pasara dentro y se acurrucara junto a ella. Sintió los brazos de Clarke rodeándola por la
cintura mientras apoyaba suavemente su cabeza sobre su hombro).

-Clarke: Podría tirarme así hasta mañana.


-Lexa: Podría tirarme así lo que me queda de vida. (Dijo volviendo un poco su cara para dejar un
corto beso sobre el pelo rubio que se recostaba junto a ella).

Y ahí estaba sentada de nuevo junto al pequeño lago, 12 años después de que tomara la mejor
decisión de su vida. Recordando y memorizando cada uno de los mejores momentos que había
vivido en lo que de verdad consideraba que estaba siendo su vida.

Abandonar lo que hasta entonces había sido su forma de vida, para dedicarse plenamente a aquello
que hacia latir su corazón. Dedicarse plenamente a la mujer que hacia que su sangre recorriera como
fuego cada centímetro de su cuerpo. Clarke le había vuelto a la vida, a la vida de verdad. Ahora
además su corazón tenía un nuevo ocupante, Anya la había cautivado por completo.

Escuchó unos suaves pasos detrás de ella, sabiendo perfectamente de quien se trataba, como cada
vez que iba en su busca.

-Clarke: Hola comandante. (Dijo dejándose caer a su lado, rodeando su cuello con los brazos y
dejando un beso sobre su mejilla).

-Lexa: Hola Clarke. (Dijo sonriendo y devolviéndole el beso).

-Clarke: Nunca te he preguntado... ¿Cómo es que vienes tanto a este sitio?

-Lexa: Me gusta pensar aquí.

-Clarke: ¿En que?

-Lexa: En cómo has cambiado mi vida.

-Clarke: ¿Y eso es algo bueno?


-Lexa: Muy bueno. (Contestó sonriendo y mirándole directamente a los ojos).

-Clarke: ¿Cambiarías algo?

-Lexa: Quizás el haberte besado antes. Justo en el momento en que entraste por mi tienda por
primera vez.

-Clarke: Te hubiese abofeteado. ¿Lo sabes verdad? (Contestó risueña).

-Lexa: Posiblemente. Pero es un rasgo que estaría dispuesta a pagar. Debería no haber esperando
tanto.

-Clarke: ¿De esperas me hablas? (Sonrió Clarke). -Fuimos un poco lentas si es verdad, pero oye,
míranos, nos ha ido bien ¿cierto?

-Lexa: Cierto. Esto es lo mejor que podría tener. Jamás hubiese soñado con algo así.

-Clarke: Ya sabes (agarró con suavidad su cara entre sus manos). -La vida es algo más...

-Lexa: ... que sobrevivir. (Terminó la frase Lexa mientras unía sus labios junto a ella).

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