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Santiago 1938
Pero a pesar de los derroches de alegría, ¿Es el cubano sobre todo el negro
cubano, un ser radicalmente feliz y contento de su existir? Este constante “y a
mi que me importa” ¿Son signo verídicos de felicidad? A esta pregunta no
podemos responder sino después de comprender más o menos de una sutil
psicología del negro cubano a lo que por ahora nos vamos a asentir más o
menos más específicamente.
Al explicar estas razones de ser del choteo, hemos tropezado a menudo con la
objeción de que, si ellas fueran ciertas, implicaría que el choteo no existiría
antes de la dominación española. Se sorprenden que el carácter nacional haya
podido cambiar en tan poco tiempo. Pero no hay que sorprenderse, pues la
explicación es muy sencilla. Sabemos por la dialéctica que el carácter nacional
haya cambiado en tan poco tiempo. Pero no hay que sorprenderse de la
rapidez de las transformaciones y tenemos un ejemplo: Alemania antes y
después del año de 1870. Poco antes de la guerra franco prusiana o los
caricaturistas ingleses que tenían de costumbre la de dibujar la Alemania
como un soñador común, un hombrecillo sumergido bajo su pesada gorra.
Hacía años que la idea del Alemania aguerrida había desaparecido en años.
Todavía tenemos un ejemplo más vigente en este mismo pueblo. El cambio
efectivo en algunos años, desde el alemán pre-hitleriano hasta el ario cien por
cien de estos días. En el caso cubano, había por cierto, en los tiempos de
colonia, todas las indicaciones de un temperamento risueño, inclinado a
tomar la vida ligeramente, pero el choteo, tal como nosotros lo conocemos no
existía. No podía existir en vista del hecho que es el producto de ciertas
circunstancias específicas que no habían podido desarrollarse. Cualquier país,
que como Cuba, haya pasado a través de tantas experiencias en tan pocos
años - Guerra de los 10 años, guerra de independencia, compenetración de los
yanquis, a través de la industria entera, trayendo como consecuencia
transformaciones en la estructura social, en menos de 80 años- no puede dejar
de esperar cambios de carácter nacional.
Hemos visto aquí la primera razón del choteó, y esta tiene un carácter
nacional. Veremos ahora la segunda razón, que es la racial. Para
comprenderla, tendremos que hacer primeramente un corto análisis de lo que
es el prejuicio racial.
Vemos que los prejuicios no tienen nada de innatos, aunque en el caso del
cubano de color presenta unas características especiales, que no aparecen en
los demás países en donde hubo mezcla de razas. Para contarlas, nos bastará
examinar brevemente la historia de las relaciones de raza en este isla –
historia bastante corta, pues la primera proclamación de la abolición de la
esclavitud de los negros en Cuba, solo aparece en el año de 1868, persistiendo
esta en la practica durante varios años – y de compararla con la de los EUA o
algunos países coloniales
Hay países donde existen negros sin haber prejuicios raciales: la república de
Haití nos ofrece un ejemplo, u en menor grado la Rep. Dominicana. Estas son
repúblicas, donde el elemento de color es claramente el dominante, el
prejuicio si existiera, tendría más bien que tornarse contra los blancos que son
una minoría y de muy poca importancia. En los EUA y en ciertas colonias, el
problema es conocidísimos, y todas las precauciones han sido tomadas en sus
constituciones, para mantener a los negros en una posición inferior. En tales
países, el negro se da cuenta de lo que tiene contra el, puede reconocer al
enemigo, sabe contra quien hay que luchar y comprende con agruparse
políticamente para representar sus reivindicación especial es y exigir sus
derechos de igualdad. El negro de los EUA esta consciente de su posición –
una posición bastante trágica--- y nos lo revela en todo, hasta en la música,
que casi siempre está teñida de melancolía y es sorprendente el contraste la
música de los negros con los blancos.
Hemos visto que la teoría niega que el negro la presidencia de país, y vemos
que en la práctica ni siquiera puede llegar a ser conductor de tranvías. De este
estado de cosas surge su indiferencia’, su sentido de imposibilidad de
defenderse por los medios de agrupación política contra su mal, en contraste
pleno con los EUA. Aquí se ha acordado dar al negro todo lo que pedía, y a
pesar de ello , no ha recibido nada, todos sus objetivos han sido alcanzados
teóricamente, pero en la práctica sigue igual que antes.
Así el negro cubano recibe la misma educación y pasa por las mismas
influencias que el blanco. Sus pensamientos están formados según la misma
forma. Esto quiere decir que en cuestión de amor el ideal negro puede ser
Afrodita, Ninón de Enclos o Mary Pickford, pero no será nunca una diosa
Carabalí.
Todo lo que ve, todo lo que lee y estudia lo han dado un concepto de estética
de acuerdo con aquellas, y nada en su cultura ha aproximado la belleza ideal a
la única mujer con quien el prejuicio le permite tener relaciones sexuales: la
negra. Al contrario, en los libros ha leído y en las películas que ha visto, la
negra aparece siempre como criada, cuya fealdad y ridiculeces están
conscientemente subrayadas. Aun la historia le sigue discutiendo el collar de
la Reina Saba. El resultado de todo esto viene a ser, que la generalidad son los
cubanos negros se encuentran en la imposibilidad de nutrir un amor
romántico por una mujer de su propio color.
Ahora ¿Que van a hacer? Su despertar amoroso ha sido el de soñar con los
escalones de seda de Roma, más tarde su pasión fue para Margarita Gautir,
hoy es quizá Greta Garbo a quien adoran. ¿Podrían sublimar estos
sentimientos y encaminarlos hacia mujeres negras? En muchos casos es
demasiado pedir, y esta incapacidad de idealizar a la negra tiene a menudo,
para el cubano de color, consecuencias funestas. Como le han prohibido soñar
con la blanca, y sabe además que no puede alcanzar alguna nunca pero como
siempre siente la, pero como se siente también en la necesidad del imperiosa
de alzar su amor por sobre el nivel que le está permitido, no es raro que se
dirija hacia el hombre blanco a ver. Si la mujer blanca es siempre para él
inaccesible, el hombre blanco a veces no lo es, y a pesar de todo lo que esto
implica, para un negro siempre es un paso más arriba.
Naturalmente no queremos sugerir con esto que todos los negros están
pervertidos, solo que lo están en un cierto número. Esta perversión se
encuentra en lo contrario, muy reducida entre las mujeres negras, pues no hay
existido las mismas razones de corrupción y perversión que en el hombre, la
negra cubana no se halla en las mismas circunstancias que su hermano de
raza. Como para ella el hombre blanco es siempre accesible a todo lo que da el
matrimonio legal, no tiene necesidad de aspirar a la mujer blanca para
sublimar su amor. En cuanto a la cubana blanca, ella no buscará negra, pues
en todo lesbianismo existe, aunque una vaga e imprecisa, una intención
romántica, y una cubana blanca no podrá sublimar el amor con una negra.
Es estas últimas páginas, hemos dado a conocer las dos razones principales =
la nacional y la racial= responsables de producir el estado de ánimo del que
resulta el choteo. Vemos que, si diseminamos el choteo, encontramos que se
compone de un gran número de ingredientes, de los cuales los más
destacados son la: indiferencia, la indolencia y la falta de preocupación por
que constituye la falta de moral burguesa. Todos estos rasgos, que están
mucho más desarrollados en el cubano de color que en el blanco, expresar un
sentido destructivo del humor, una filosofía derrotista de resignación, que ha
sido creada en el cubano, para enfrentaste con una situación a lo que no se
sabe cómo remediar. El negro en particular ha tomado la posición – pésima
por cierto= de despreciar y descuidarlo todo, de una manera que hacer
recordar a los pintores franceses. Keyserling ha dicho de ellos, que siempre
pintaron mujeres feas porque las holandesas son así, y que si hubieran
pintado mujeres bellas hubieran propagado un ideal estético que solo serviría
para recordares perpetuamente su inferioridad.
El choteo es fatalista y destructivo, y ha llevado a los negros de Cuba a un
pesimismo estéril. Cuando expresa una filosofía defensiva v surte el mismo
efecto que el humor en la filosofía griega, confrontada con el mal romano.
Esta incomprensión del mal y esta ceguera en cuanto medio es debido a que
Cuba aun es un país semicolonial y como tal un pueblo en el que la conciencia
de clase no se ha alcanzado mucho desarrollo. Un verdadero partido de clase,
con profunda base de masas, falta en Cuba. Lo que hay que combatir, sobre
todo en los obreros negros, es la falsa ilusión, de igualdad que les ofrecen
ciertas organizaciones, como la iglesia católica, la francmasoneria, etc.
Seducido por esta ilusión, el negro, al igual que el obrero blanco, cree haber
encontrado ya la igualdad y deja distraer su atención lejos de los objetivos de
la lucha revolucionaria.
Cuando el negro cubano llegue a entender esta cosa- y cada día la entiende
más= abandonará su inútil actitud de quejarse de los blancos en tanto de
blancos y de ver en ellos sus opresores. Se dirigirá contra su verdadero
enemigo, el capitalismo, comprenderá que tiene que aliarse con el obrero
blanco, el campesino pobre y todas las capas desposeídas de la población,
para luchar contra el poder de la burgués, será cuando la revolución triunfe,
una piel negra no podrá ser desventaja para nadie. Ese día el negro, como la
mujer, dejará de ser una entidad inferir, para transformarse en un ser libre y en
una verdadera conciencia humana.
El choteo, afin de cuentas, no es más que una rebeldía del inconsciente contra
todo el convencionalismo impuesto por la moral burguesa, al igual que el
humor inglés y todos los demás. Cuando todos estos falso valores haya
desaparecido con el advenimiento de la sociedad socialista, el choteo cubano
y el humoe inglés habrán de desaparecer también, pues ya no tendrán razón
de ser., aunque esto no quiere decir, en modo alguno, que se dejará de reír.
Todo lo contrario ¿Es que los niños no se ríen? Para hacerlo, ellos no necesitan
que una cosa les parezca ridícula, o que se exprese en una forma contraria a su
vida y a su economía, ni tienen necesidad de sentir que están satisfaciendo
una pequeña o estéril vergüenza. Ellos se ríen sencillamente de una manera
genuina y espontánea. Así nos reiremos nosotros también.