Mitología hindú, del siglo 4 a.

C y su protagonista es RAMA, una reencarnación del dios VISHNU

(autor: Valkimi)

Comienza con el demonio Ravana, que antes de llamarse Ravana y antes de ser un demonio, fue
una criatura que vivió cientos de años en profunda meditación, recitando el mantra OM para
purificarse. Pero fue tanta la paz mental que alcanzó que empezó a perder la mente y cuando se
cansó de esperar a que los dioses le hablaran, comenzó a cortarse cada una de sus 10 cabezas
como sacrificio a los dioses, como compensación por todo el tiempo que esperó por esta
respuesta. Justo cuando se iba a corta la 10° cabeza, el dios Brahma, dios creador, decide
escucharlo y le dice ok por tu entrega y meditacion, te voy a conceder un deseo. Al encontrarse un
poco trastocado por todo lo que estaba viviendo, le pide que lo convierta en la criatura más
poderosa del universo. Brahma le dice que no puede concederle aquello porque no puede hacerlo,
y Ravana le pide ser invencible contra cualquier cosa en el universo (ni dios ni demonios). Le
vuelven a crecer las 10 cabezas y desde ahí se llama Ravana (al que le temen todas las criaturas)
porque empieza a destruir todo a su paso, las moradas de los dioses menores y comerse todo lo
que encuentra a su paso. Los dioses acuden preocupados a VISHNU (el dios de todos los dioses)
porque ninguno de ellos podía destruirlo. Vishnu les dice que no se preocupen porque en su deseo
nunca se mencionó que no podía ser derrotado por un mortal, así que va a encarnar en un mortal
y lo va derrotar él mismo.

Vishnu encarna en el hijo de un rey. Este rey tiene otros 3 hijos (BHARATA, SHATRUGHNA Y
LAKSHMAN) pero Vishnu encarna en el 4to hijo, RAMA, es el único hijo que nace de color azul.
Este color de piel para su madre significa que él se parece mucho a los dioses pero nunca nadie lo
relacionó con VISHNU ni con nadie. RAMA crece junto a sus hermanos muy normalmente,
formándose como guerreros (armas y arco) al igual que todos en el pueblo. Rama y Bharata se
acercan mucho más al lado de la meditación y la convivencia con los animales que sus hermanos,
pero eran igual de buenos en el arte de la guerra. Su paz llega a tal punto que los acoge un sabio,
sacerdote de Brahma, porque confía en que se convertirán en grandes hombres y ambos
hermanos demuestran ser muy buenos en este arte.

Aprende a enfrentarse a los demonios, evoluciona, crece, conoce a Sita que también es la
reencarnación de un dios. Se enamoran, se casan. Ravana secuestra a Sita porque está enamorado
de ella. Rama empieza una búsqueda muy larga, y finalmente la encuentra. Y finalmente termina
desterrando a Sita y muere solo, de la tristeza.

El sacerdote tiene un demonio en su casa que lo atormenta. Él no puede atacarlo porque hizo un
voto de no poder usar la violencia, por lo que Rama saca su arco, lo tensa y le dispara al demonio,
asesinándolo. Su maestro le agradece su acción, pero le advierte que algún día ese asesinato que
cometió va a tener consecuencias.

El sabio lleva a los jóvenes a una competencia en un pueblo (para ver quien puede levantar el arco
de Shiva), muchos lo intentan, nadie puede, y estos dos príncipes lo intenta. Solo Rama, el
guerrero azul, lo logra con mucha facilidad. Eso es un buen augurio y el rey de este reino le
entrega a su hija, Sita (que también es encarnación de una diosa, Lakshmi) para que se casen. La
boda ocurre en el pueblo de Rama. El romance entre estos dos jóvenes es muy hermoso, y su
padre está tan contento con la felicidad de su hijo que decide bajarse de su cargo de rey y dárselo
a Rama, a pesar de que no era el primogénito. Todo el pueblo está feliz, los nombran rey y reina,
pero la mamá del primogénito reclama a su padre por qué le dio el trono a Rama y no a su hijo.
Entonces el rey, que quería mucho a sus esposas, la escucha y dice ok, entonces qué quieres que
hagamos con Rama. Ella dice que lo exilien por 14 años, pero que su hijo sea el rey. Con el dolor de
su corazón, Rama y Sita aceptan el mandato de su padre y su exilio. Pero su hermano Lakshman
decide acompañarlos para que no se vayan solos de su pueblo.