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Alipio Polo, Helen María 1514100616

ARQUITECTURA NACIONAL

DOCENTE: ARQ. Mg. CHIROQUE CESPEDES CARLOS


ALBERTO

Escuela de Arquitectura y Urbanismo

Facultad de Ingeniería

Universidad Nacional de Trujillo

LA NUEVA VISIÓN ARQUITECTÓNICA COMO RESPUESTA A LAS


CRECIENTES DEMANDAS DEL TERRITORIO PERUANO CONTEMPORÁNEO

La historia del Perú nos deja claro que lo que hoy somos, tenemos y hacemos es el
resultado de la herencia de las culturas anteriores a la nuestra y, sino que además resulta de
una mezcla de influencias internacionales que incidieron a su vez desde las primeras
culturas hasta hoy en día, y sobre todo de su aplicación a sus nuevas necesidades que
surgen. A lo largo del desarrollo de la cultura peruana, la arquitectura se va visto envuelta a
profundos cambios, desde las culturas preincaicas hasta el siglo xx es indudable los
cambios que han surgido. Ver lo que hoy son los edificios peruanos hace surgir cuestiones,
por ejemplo, qué factores han intervenido en la transformación de la arquitectura peruana
para dar como resultado los edificios contemporáneos que hoy no solo observamos sino
percibimos.

Desde el Antiguo Perú, cuando inició la formación de los primeros hombres en nuestro
territorio, la arquitectura surgió como respuesta a las necesidades de subsistencia. La
arquitectura es una necesidad que el ser humano ha satisfecho desde sus inicios, pues la
subsistencia como necesidad primigenia ha conllevado a la intervención de su espacio para
protegerse de los agentes ambientales. La subsistencia es una necesidad vital para el
hombre, con el afán de satisfacerla es que comienza hacer arquitectura. Ramírez (2001) nos
explica así: “Como el mundo en su estado natural no es habitable, al hombre no le basta su
condición individual para sobrevivir, por necesidad tiene que reinventar el mundo. Inventa
una segunda piel protectora que le brinde un espacio habitable donde pueda conservar,
producir y reproducir su vida. Una piel que le brinde la comodidad, la seguridad y el deleite
que requiere para poder vivir plenamente. A esa segunda piel le damos el nombre de
ARQUITECTURA”. Entonces para este periodo las construcciones estaban enfocados a
las tipologías residenciales para satisfacer su necesidad de refugio. El desarrollo y progreso
de estas viviendas dependían de las actividades que realizaban para satisfacer su necesidad
de alimento. Como menciona Ramírez (2001): “. Es principalmente la abundancia de
recursos marinos o por lo contrario las nuevas oportunidades que da la agricultura junto con
la caza, las que hayan influido en la decisión de algunas comunidades para adoptar el modo
de vida sedentario y convertir los campamentos en aldeas ocupadas de manera permanente
durante todo el año”.

Para el desarrollo autónomo de la cultura peruana, iniciando desde las culturas pre incas,
los pobladores se enfrentaron a una nueva necesidad, aparece la religión. Es aquí que el
peruano antiguo, ya no estaba enfocados a construir solo viviendas como refugio para su
subsistencia, sino ahora siente la necesidad espiritual de creer en lo divino, y es como
aparece nuevas funciones laborales, uno de ellos los sacerdotes. Carlos Williams (1981)
menciona: “En los años siguientes la sedentarización permitió la existencia y
aprovechamiento de los "ocios" de los pobladores, lo que determinó un importante
desarrollo tecnológico, un notable incremento de los conocimientos y un perfeccionamiento
de la organización social de las comunidades aldeanas. Todo ello significó una mejora en
las condiciones de vida y, consecuentemente, un notable aumento demográfico que tuvo su
correlato inmediato en la proliferación de los asentamientos poblacionales”. Esta nueva
necesidad conllevó a la construcción de nuevos espacios que representen la espiritualidad,
la protección divina, lo sobrenatural. Así aparece una nueva tipología arquitectónica, muy
diferente a la vivienda, el templo. Esta tipología implicaba nuevas características
constructivas, pues ya no era una mera vivienda sino un espacio que reflejara la
monumentalidad. Ramírez (2001) menciona: “…la así denominada “revolución neolítica”
es la aparición simultánea en la costa y en la sierra, a partir de la segunda mitad del IV
milenio a.C., de edificios de monumental envergadura y uso ceremonial. Algunos de estos
edificios son mucho más imponentes en tamaño que todo lo que se ha construido después
hasta la conquista española, e incluso hasta los tiempos modernos. Cuando se compara los
resultados de la “revolución neolítica” en diferentes áreas del mundo donde se formaron las
civilizaciones prístinas resulta claro que sólo en el Perú se observa el surgimiento
generalizado de variadas tradiciones regionales de la arquitectura monumental que
anteceden a veces por más de mil años la aparición de la cerámica”. Para este tiempo las
construcciones eran hechas de barro y adobe principalmente, empleando los materiales más
próximos que encontraban en su entorno.

En el periodo del incario, se realizaron impresionantes obras que dieron una gran
importancia durante la extensión de su territorio. Aunque es cierto que no todo lo que
aplicaron fue “propio” de ellos, su habilidad para asimilar, procesar, difundir, ordenar y
administrar el sistema andino en un amplio territorio, hizo del incario una cultura rica en
muchos aspectos, esto se debió en gran medida a los conocimientos que lograron asimilar
de diferentes culturas anteriores en el territorio andino y las influencias de otras en
territorios externos, supieron administrar de forma óptima todo lo descubierto, y fue
asimilado de tal forma que terminó potenciando lo que ya poseían. Principalmente se
caracterizó por presentar tipologías arquitectónicas que desempeñaban una determinada
función administrativa y/o social y ceremonial, a su vez se diferenciaban por las
características y elementos constructivos que implicaban su edificación. En cuanto a sus
características constructivas, utilizaron la piedra labrada, madera, paja y/o tejados para su
construcción, además presentaban plantas rectangulares, techos a doble agua, y
generalmente no eran de grandes dimensiones a diferencia de las Kallankas. En ese sentido
los Incas tomaron únicamente lo que tenía valor para ellos y lo adoptaron dándole su propio
estilo, siendo su originalidad creadora una muestra de la gran fuerza y personalidad de su
cultura. Ello lo evidencia las tipologías arquitectónicas que caracterizaron su trama urbana,
como son las Kanchas y las Kallankas, que poseen el sello incaico, pues estas edificaciones
respondieron a las necesidades de su propio territorio, condicionadas a sus características
físicas y sociales, además de seguir con la tradición de emplear materiales constructivos
propios del lugar.

Durante el periodo de la dominación española, las tipologías existentes en la arquitectura


colonial destacaban principalmente las viviendas, la Iglesia y el convento, también se
encontraban en menor grado los cabildos, los hospitales y asilos, colegios y obras militares.
La imponedora presencia de la Iglesia no solo se reflejaba por el gran número de
edificaciones que existían de esta tipología, sino también por el orden espiritual, intelectual
y material que presentaba además estas grandes obras por otro lado, fueron la principal
fuente de trabajo para los distintos profesionales de esa época. Estos factores hicieron del
templo la tipología arquitectónica con mayor jerarquía en la época colonial. Esto reflejó una
nueva visión a la arquitectura. La arquitectura, al igual que el urbanismo colonial, fue
tomada como una extensión de la arquitectura europea en tierra americana en los siglos
XVI al XIX, donde sufrió una serie de transformaciones en aspectos sociales, económicos,
bajo la influencia del barroco español y debido a los factores geográficos y climáticos que
sufrió el territorio. Aquí la arquitectura prehispánica influyó considerablemente en la
arquitectura virreinal, aunque relativamente se circunscribió, pues los cambios que se
realizaron a la arquitectura ya existente en el Perú, se sumaron a ella sin “transformar” la
esencia de la arquitectura de ese tiempo, considerándose a los nuevos principios aportes
peruano-indígenas. Una muestra de ello son las viviendas populares, que presentaron una
decoración característica de la arquitectura mestiza, evidenciando su influencia hispánica,
por otro lado, el uso de materiales y procedimientos autóctonos reflejaron la influencia
prehispánica, la mezcla de estas dos tendencias, le dieron una característica propia y
específicamente peruana a la arquitectura, sin dejar su sustancia y naturaleza propia de las
edificaciones virreinales; así la arquitectura virreinal peruana destacó por su originalidad y
vigor en las obras arquitectónicas, reflejando una conciliación entre la arquitectura indígena
y con las tendencias hispanas. Como menciona Benito (2011): “… la arquitectura
contribuyó a su modo a la formación de la peruanidad, no porque ella fuera en todos los
casos quehacer de las mayorías, sino porque de ella usaron los pueblos, en una
comunicación diaria, cara a cara, los edificios, ostentando su rostro permanente; y las
gentes, adecuando su comportamiento al marco arquitectónico en que actuaban.”

Por otro lado, en el inicio del periodo republicano la arquitectura peruana estuvo
influenciada por la arquitectura neoclásica de influencia inglesa e italiana. El neoclásico
como símbolo de la Republica, determinó qué los elementos arquitectónicos se emplearían
en las edificaciones, pues algunos de estos elementos se adaptaron a los que ya existían, o
tenían variaciones como en la materialidad, según lo que usaban en nuestro territorio o los
nuevos materiales que se estaban impulsando, como el vidrio. Una tipología característica
fueron las grandes casonas, estas tenían comúnmente un balcón cerrado por donde se
lograba mirar la calle, estos miradores tenían celosías, que posteriormente pasaron a ser
balcones con galerías de vidrio, también se empleaban ventanas de guillotina con rejillas.
Estos cambios se debieron principalmente por los hechos sociales y económicos que
sucedían en nuestro territorio y alrededor del mundo, los cuales incidían en la manera de
vivir de los peruanos. Uno de estos hechos fue la intensificación de enfermedades de origen
europeo, lo cual produjo que arquitectos e ingenieros de la época, ya no se enfocaron en la
construcción de iglesias, sino en la construcción de una nueva tipología que cubriera su
necesidad de sanidad: Los Hospitales. Otro hecho, muy importante, fue la revolución
industrial, que trajo como consecuencia la aparición de nuevos materiales de construcción,
como el vidrio (que anteriormente se mencionó), el concreto y el acero, aunque en un inicio
pocas edificaciones comenzaron a emplearlos, con el tiempo la mayoría de estas cambiaron.
Asimismo, otra consecuencia fue la migración hacia las ciudades principales del Perú, no
solo de extranjeros sino de ciudadanos andinos, por la búsqueda de nuevas oportunidades
para satisfacer sus necesidades, ya que los centros urbanos eran fuentes de trabajo y foco de
equipamientos que la población requería como necesidad básica. Esto produjo un
“hacinamiento” en las ciudades de la costa principalmente, por consiguiente, el
asentamiento de barriadas en las periferias de la ciudad.

La necesidad de dar respuesta a las preocupaciones higiénicas, la búsqueda del confort o el


desordenado crecimiento demográfico produjo la evolución de la arquitectura que tratará de
presentar soluciones cada vez más válidas y que respondieran a las demandas de la
población. Durante este periodo, no solo destaca la utilización de nuevos materiales, sino la
aparición de nuevos movimientos como el racionalismo arquitectónico, además se vincula
nuevas tecnologías, tipologías materiales, nuevas modelos urbanistas, programas sociales y
culturales.

Para el siglo XX, la arquitectura moderna era identificada como arquitectura de vivienda,
pues la necesidad de poder resolver el problema de las migraciones al interior del país, se
hizo un tema polémico para los arquitectos modernos, quienes abogaban por romper con lo
tradicional, referido al ornamento, es así que comenzaron a crear edificaciones que
respondía al uso al que estaban destinado. Como menciona William J.R. Curtis: "El
modernismo es como una lente que permitió a los arquitectos latinoamericanos mirar las
cosas de modo muy distinto, rechazar la arquitectura romántica neocolonial y abrirse al
gran mundo sin perder de vista el pasado, pero dándole un nuevo enfoque". Aunque las
ideas iniciales tuvieron buenas intenciones de solucionar el problema, las ideas urbanísticas
del movimiento moderno resultaron desastrosas para muchas ciudades, por buscar
únicamente resolver los problemas funcionales más básicos de la ciudad, sin dar respuesta a
problemas culturales, económicos o sociales.

Así que se comienza a proponer nuevas soluciones enfocadas a una arquitectura vertical, es
decir, a viviendas colectivas, como las primeras quintas, que permitía albergar varias
familias. Pero al parecer esta nueva tipología residencial, no podía controlar del todo el
crecimiento desordenado de la población, por ello aparecieron nuevas edificaciones como
son las Torres de Limatambo o San Felipe, construcciones que se enfocaron en brindar una
solución a la población sin perder el sentido de comunidad. Estas soluciones
arquitectónicas se fueron desarrollando más ante el problema demográfico, como es el caso
de San Felipe, conjunto residencial que aun brinda las condiciones de vivienda aptas, en
este caso para una clase social media, sin duda esta edificación se convirtió en un icono del
campo residencial del siglo XX, pues innovó por su gran altura y dimensión, además por
las nuevas técnicas constructivas que empleó. Por otro lado, como la mayoría de peruanos
que migraban eran de recursos bajos, se necesitaba brindar una solución para ellos; por
consiguiente, Belaunde Terry, presidente del Perú en ese entonces, promovió proyectos de
vivienda de bajo costo como es el caso de los Barrios Obreros de la Beneficencia Pública y
las obras de la Junta Pro Desocupados. Así también encontramos el proyecto experimental
de vivienda ,PREVI, este proyecto no solo se caracterizó por crear una nueva tipología:
“vivienda progresiva”, sino por innovar en el campo de la construcción, al emplear un
sistema constructivo racionalizado con materiales prefabricado, asimismo por ser una
“mixtura” en cuanto a soluciones para las diversas demandas de los ciudadanos, pues
encontraron una solución ante su problema de vivienda, teniendo espacios humanos que le
permitieran una buena calidad de vida.

Actualmente experimentamos una arquitectura contemporánea, con tendencias no solo


habitacionales, pues la creación de estos nuevos conjuntos residenciales originó la creación
de nuevos centros públicos, como centros de comercio, sistemas de transporte, etc. Esto a
su vez generó una significativa demanda de vivienda. Esto generó la construcción de
nuevos inmuebles como departamentos, edificios, etc. Hoy en día la arquitectura
contemporánea, se basa en las ideas como publicidad y el protagonismo de los arquitectos,
que hacen referencia a las cualidades del espacio, del lugar y del clima, porque va en la
búsqueda de nuevos valores culturales y el cuidado del medio ambiente mediante las obras
arquitectónicas. Así lo explica Meza 1997. En el siglo XX, “(…) la arquitectura ha
orientado su camino en forma sustancial hacia debates excepcionales variados, con
múltiples expresiones formales, lingüísticas, simbólicas y materiales, que han generado
gran confusión en la cultura arquitectónica. (…)” Así la nueva visión urgente que busca la
arquitectura contemporánea es proyectar edificios que solucionen los problemas
ambientales, es decir, una arquitectura que sea integrada al medio ambiente, de aquí se
desprende que la arquitectura debe ser entendida como parte de la tarea de humanizar el
entorno y formar una sostenibilidad. Por otro lado, hoy en día la arquitectura urbana es la
gran oferta comercial, ha generado la producción prolífica e imaginativa para crear una
imagen corporativa y atrayente al público consumidor. Un ejemplo claro es la construcción
de distintos centros comerciales en Lima. Entonces la arquitectura de nuestros días se
caracteriza por tener dos caras: orden y desorden a un mismo problema: sobreexplotación
del espacio urbano. Predomina las inversiones urbanas y megaproyectos, modernización de
los servicios y preocupación por la estética. Aunque se inicia una década de renovación
urbana, con nuevas arquitecturas; sin embargo, los estratos sociales y económicos más altos
dan comienzo a una exclusión social en el uso del espacio así se crean estrategias de
diferenciación en el uso del territorio.

En fin, el desarrollo de la arquitectura a lo largo de la historia, ha desarrollado un papel


importante en el desarrollo formativo de la cultura peruana, pues no basta decir que se trata
de crear espacios con sentido, donde los seres humanos puedan desarrollar todo tipo de
actividades o que refleja las costumbres y/o características de la época en la que se
desenvolvió, sino que esta disciplina a partir de su emersión se ha desarrollado y
progresado a la par con el hombre según las necesidades que este iba teniendo,
condicionado por su entono y la herencia de los conocimientos de sus antepasados así como
las influencias exteriores que recibía. Como dice Boris Bernal Mansilla (2015): Las
culturas varían, innovan, crean, según contextos y circunstancias, de acuerdo a ciertos
arquetipos y/o modelos mentales previos … no solo incluyen lo que les ofrece el entorno,
sino que también lo metabolizan según las reglas de su propia sintaxis”. La visión de la
arquitectura peruana de nuestros días demuestra que es el resultado de un largo proceso
evolutivo que ha conjugado lo universal con lo autóctono sin perder la identidad, por los
conocimientos previos al aplicar elementos arquitectónicos, así como técnicas
constructivas, pero que responde a las “necesidades” de los ciudadanos de hoy. Aunque
nuestra arquitectura de hoy, en sentido práctico apunta hacia la oferta comercial, es decir
proyectar “grandes” edificios que conlleven “grandes” benéficos económicos,
predominando las inversiones económicas y los megaproyectos, tiene la buena intención de
una buscar una arquitectura que se integre con el medio ambiente y brindar al usuario
construcciones sostenibles, empleando las tecnologías constructivas, aun con referentes
tradicionales, y así lograr una buena calidad de vida. Esa es la visión de la arquitectura de
nuestros días, quizá dentro de 20 años estaremos hablando de una nueva visión
arquitectónica condicionada por las nuevas demandas del poblador peruano.

BIBLIOGRAFÍA

La Palabra Arquitectura (s.f.). Recuperado, 04 de diciembre de 2018, de:


http://www.dtic.upf.edu/~rramirez/Arponce/LaPalabraArquitectura.pdf

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2018, de: http://www.arqandina.com/pages/general/art05.htm

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http://sisbib.unmsm.edu.pe/exposiciones/fundlima/limaprehisp/talleres3a.htmç

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https://historiaperuana.pe/periodo-autoctono/primeros-sedentarios-peru/

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https://hera.ugr.es/tesisugr/22209712.pdf

Periodos de la arquitectura virreinal (s.f.). Recuperado, 04 de diciembre de 2018, de:


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Arquitectura Moderna Peruana(s.f.). Recuperado, 04 de diciembre de 2018, de:
https://arquitecturadelperu.blogia.com/

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