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ARQUITECTURA NACIONAL
Facultad de Ingeniería
La historia del Perú nos deja claro que lo que hoy somos, tenemos y hacemos es el
resultado de la herencia de las culturas anteriores a la nuestra y, sino que además resulta de
una mezcla de influencias internacionales que incidieron a su vez desde las primeras
culturas hasta hoy en día, y sobre todo de su aplicación a sus nuevas necesidades que
surgen. A lo largo del desarrollo de la cultura peruana, la arquitectura se va visto envuelta a
profundos cambios, desde las culturas preincaicas hasta el siglo xx es indudable los
cambios que han surgido. Ver lo que hoy son los edificios peruanos hace surgir cuestiones,
por ejemplo, qué factores han intervenido en la transformación de la arquitectura peruana
para dar como resultado los edificios contemporáneos que hoy no solo observamos sino
percibimos.
Desde el Antiguo Perú, cuando inició la formación de los primeros hombres en nuestro
territorio, la arquitectura surgió como respuesta a las necesidades de subsistencia. La
arquitectura es una necesidad que el ser humano ha satisfecho desde sus inicios, pues la
subsistencia como necesidad primigenia ha conllevado a la intervención de su espacio para
protegerse de los agentes ambientales. La subsistencia es una necesidad vital para el
hombre, con el afán de satisfacerla es que comienza hacer arquitectura. Ramírez (2001) nos
explica así: “Como el mundo en su estado natural no es habitable, al hombre no le basta su
condición individual para sobrevivir, por necesidad tiene que reinventar el mundo. Inventa
una segunda piel protectora que le brinde un espacio habitable donde pueda conservar,
producir y reproducir su vida. Una piel que le brinde la comodidad, la seguridad y el deleite
que requiere para poder vivir plenamente. A esa segunda piel le damos el nombre de
ARQUITECTURA”. Entonces para este periodo las construcciones estaban enfocados a
las tipologías residenciales para satisfacer su necesidad de refugio. El desarrollo y progreso
de estas viviendas dependían de las actividades que realizaban para satisfacer su necesidad
de alimento. Como menciona Ramírez (2001): “. Es principalmente la abundancia de
recursos marinos o por lo contrario las nuevas oportunidades que da la agricultura junto con
la caza, las que hayan influido en la decisión de algunas comunidades para adoptar el modo
de vida sedentario y convertir los campamentos en aldeas ocupadas de manera permanente
durante todo el año”.
Para el desarrollo autónomo de la cultura peruana, iniciando desde las culturas pre incas,
los pobladores se enfrentaron a una nueva necesidad, aparece la religión. Es aquí que el
peruano antiguo, ya no estaba enfocados a construir solo viviendas como refugio para su
subsistencia, sino ahora siente la necesidad espiritual de creer en lo divino, y es como
aparece nuevas funciones laborales, uno de ellos los sacerdotes. Carlos Williams (1981)
menciona: “En los años siguientes la sedentarización permitió la existencia y
aprovechamiento de los "ocios" de los pobladores, lo que determinó un importante
desarrollo tecnológico, un notable incremento de los conocimientos y un perfeccionamiento
de la organización social de las comunidades aldeanas. Todo ello significó una mejora en
las condiciones de vida y, consecuentemente, un notable aumento demográfico que tuvo su
correlato inmediato en la proliferación de los asentamientos poblacionales”. Esta nueva
necesidad conllevó a la construcción de nuevos espacios que representen la espiritualidad,
la protección divina, lo sobrenatural. Así aparece una nueva tipología arquitectónica, muy
diferente a la vivienda, el templo. Esta tipología implicaba nuevas características
constructivas, pues ya no era una mera vivienda sino un espacio que reflejara la
monumentalidad. Ramírez (2001) menciona: “…la así denominada “revolución neolítica”
es la aparición simultánea en la costa y en la sierra, a partir de la segunda mitad del IV
milenio a.C., de edificios de monumental envergadura y uso ceremonial. Algunos de estos
edificios son mucho más imponentes en tamaño que todo lo que se ha construido después
hasta la conquista española, e incluso hasta los tiempos modernos. Cuando se compara los
resultados de la “revolución neolítica” en diferentes áreas del mundo donde se formaron las
civilizaciones prístinas resulta claro que sólo en el Perú se observa el surgimiento
generalizado de variadas tradiciones regionales de la arquitectura monumental que
anteceden a veces por más de mil años la aparición de la cerámica”. Para este tiempo las
construcciones eran hechas de barro y adobe principalmente, empleando los materiales más
próximos que encontraban en su entorno.
En el periodo del incario, se realizaron impresionantes obras que dieron una gran
importancia durante la extensión de su territorio. Aunque es cierto que no todo lo que
aplicaron fue “propio” de ellos, su habilidad para asimilar, procesar, difundir, ordenar y
administrar el sistema andino en un amplio territorio, hizo del incario una cultura rica en
muchos aspectos, esto se debió en gran medida a los conocimientos que lograron asimilar
de diferentes culturas anteriores en el territorio andino y las influencias de otras en
territorios externos, supieron administrar de forma óptima todo lo descubierto, y fue
asimilado de tal forma que terminó potenciando lo que ya poseían. Principalmente se
caracterizó por presentar tipologías arquitectónicas que desempeñaban una determinada
función administrativa y/o social y ceremonial, a su vez se diferenciaban por las
características y elementos constructivos que implicaban su edificación. En cuanto a sus
características constructivas, utilizaron la piedra labrada, madera, paja y/o tejados para su
construcción, además presentaban plantas rectangulares, techos a doble agua, y
generalmente no eran de grandes dimensiones a diferencia de las Kallankas. En ese sentido
los Incas tomaron únicamente lo que tenía valor para ellos y lo adoptaron dándole su propio
estilo, siendo su originalidad creadora una muestra de la gran fuerza y personalidad de su
cultura. Ello lo evidencia las tipologías arquitectónicas que caracterizaron su trama urbana,
como son las Kanchas y las Kallankas, que poseen el sello incaico, pues estas edificaciones
respondieron a las necesidades de su propio territorio, condicionadas a sus características
físicas y sociales, además de seguir con la tradición de emplear materiales constructivos
propios del lugar.
Por otro lado, en el inicio del periodo republicano la arquitectura peruana estuvo
influenciada por la arquitectura neoclásica de influencia inglesa e italiana. El neoclásico
como símbolo de la Republica, determinó qué los elementos arquitectónicos se emplearían
en las edificaciones, pues algunos de estos elementos se adaptaron a los que ya existían, o
tenían variaciones como en la materialidad, según lo que usaban en nuestro territorio o los
nuevos materiales que se estaban impulsando, como el vidrio. Una tipología característica
fueron las grandes casonas, estas tenían comúnmente un balcón cerrado por donde se
lograba mirar la calle, estos miradores tenían celosías, que posteriormente pasaron a ser
balcones con galerías de vidrio, también se empleaban ventanas de guillotina con rejillas.
Estos cambios se debieron principalmente por los hechos sociales y económicos que
sucedían en nuestro territorio y alrededor del mundo, los cuales incidían en la manera de
vivir de los peruanos. Uno de estos hechos fue la intensificación de enfermedades de origen
europeo, lo cual produjo que arquitectos e ingenieros de la época, ya no se enfocaron en la
construcción de iglesias, sino en la construcción de una nueva tipología que cubriera su
necesidad de sanidad: Los Hospitales. Otro hecho, muy importante, fue la revolución
industrial, que trajo como consecuencia la aparición de nuevos materiales de construcción,
como el vidrio (que anteriormente se mencionó), el concreto y el acero, aunque en un inicio
pocas edificaciones comenzaron a emplearlos, con el tiempo la mayoría de estas cambiaron.
Asimismo, otra consecuencia fue la migración hacia las ciudades principales del Perú, no
solo de extranjeros sino de ciudadanos andinos, por la búsqueda de nuevas oportunidades
para satisfacer sus necesidades, ya que los centros urbanos eran fuentes de trabajo y foco de
equipamientos que la población requería como necesidad básica. Esto produjo un
“hacinamiento” en las ciudades de la costa principalmente, por consiguiente, el
asentamiento de barriadas en las periferias de la ciudad.
Para el siglo XX, la arquitectura moderna era identificada como arquitectura de vivienda,
pues la necesidad de poder resolver el problema de las migraciones al interior del país, se
hizo un tema polémico para los arquitectos modernos, quienes abogaban por romper con lo
tradicional, referido al ornamento, es así que comenzaron a crear edificaciones que
respondía al uso al que estaban destinado. Como menciona William J.R. Curtis: "El
modernismo es como una lente que permitió a los arquitectos latinoamericanos mirar las
cosas de modo muy distinto, rechazar la arquitectura romántica neocolonial y abrirse al
gran mundo sin perder de vista el pasado, pero dándole un nuevo enfoque". Aunque las
ideas iniciales tuvieron buenas intenciones de solucionar el problema, las ideas urbanísticas
del movimiento moderno resultaron desastrosas para muchas ciudades, por buscar
únicamente resolver los problemas funcionales más básicos de la ciudad, sin dar respuesta a
problemas culturales, económicos o sociales.
Así que se comienza a proponer nuevas soluciones enfocadas a una arquitectura vertical, es
decir, a viviendas colectivas, como las primeras quintas, que permitía albergar varias
familias. Pero al parecer esta nueva tipología residencial, no podía controlar del todo el
crecimiento desordenado de la población, por ello aparecieron nuevas edificaciones como
son las Torres de Limatambo o San Felipe, construcciones que se enfocaron en brindar una
solución a la población sin perder el sentido de comunidad. Estas soluciones
arquitectónicas se fueron desarrollando más ante el problema demográfico, como es el caso
de San Felipe, conjunto residencial que aun brinda las condiciones de vivienda aptas, en
este caso para una clase social media, sin duda esta edificación se convirtió en un icono del
campo residencial del siglo XX, pues innovó por su gran altura y dimensión, además por
las nuevas técnicas constructivas que empleó. Por otro lado, como la mayoría de peruanos
que migraban eran de recursos bajos, se necesitaba brindar una solución para ellos; por
consiguiente, Belaunde Terry, presidente del Perú en ese entonces, promovió proyectos de
vivienda de bajo costo como es el caso de los Barrios Obreros de la Beneficencia Pública y
las obras de la Junta Pro Desocupados. Así también encontramos el proyecto experimental
de vivienda ,PREVI, este proyecto no solo se caracterizó por crear una nueva tipología:
“vivienda progresiva”, sino por innovar en el campo de la construcción, al emplear un
sistema constructivo racionalizado con materiales prefabricado, asimismo por ser una
“mixtura” en cuanto a soluciones para las diversas demandas de los ciudadanos, pues
encontraron una solución ante su problema de vivienda, teniendo espacios humanos que le
permitieran una buena calidad de vida.
BIBLIOGRAFÍA