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III DE TEOLOGIA
INFORME-RESUMEN DE LECTURAS
En la discusión de la doctrina católica sobre la Trinidad, el papa León señaló que "La Iglesia está
acostumbrada manera más adecuada, a atribuir al Padre esas obras de la Divinidad en el que
sobresale el poder, al Hijo aquellas en las que sobresale la sabiduría, y aquellos en los que el
amor supera a el Espíritu Santo ". Sin embargo, enfatizó la unidad de las tres personas divinas,
que no deben ser honrados por separado en el culto divino, ni para ser considerado como
actuando por separado en la obra de santificación.
“Es necesario orar e invocar al Espíritu Santo, para cada uno de nosotros debe en gran medida su
protección y su ayuda. Cuanto más un hombre es deficiente en sabiduría, débil en fuerzas,
cargado abajo con problemas, con tendencia al pecado, por lo que más debería volar a Aquel que
es la fuente incesante de la luz, fuerza, consuelo, y la santidad “.
- El misterio de la Trinidad
- Es el más grande de todos los misterios (principio y fin)
- Cuando se habla de la Trinidad, conviene hacerlo con prudencia y humildad (se suele
confundir-la Iglesia enseña un solo Dios)
- el culto tributado a los Santos y Ángeles, a la Virgen Madre de Dios y a Cristo, redunda
todo y se termina en la Trinidad.
- Cuando se hace referencia a una persona de la trinidad, están explícitamente todas las tres
personas (un solo Dios)
Apropiaciones
1. la Iglesia acostumbra atribuir al Padre, las obras del poder; al Hijo, las de la sabiduría; al
Espíritu Santo, las del amor. (también los atributos divinos)
2. así como las tres Personas divinas son inseparables, así obran inseparablemente.
3. el Padre, que es principio de toda la Trinidad, es la causa eficiente de todas las cosas, de
la Encarnación del Verbo y de la santificación de las almas. (Jesús y Espíritu Santo) todas
las personas de la trinidad se relacionan entre sí, con un mismo fin.
En las almas
si Cristo es la cabeza de la Iglesia, el Espíritu Santo es su alma: «Lo que el alma es en
nuestro cuerpo, es el Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia»
En los sacramentos
El bautismo, sacramento en el que, arrojado del alma el espíritu inmundo, desciende a
ella por primera vez el Espíritu Santo. «Lo que nace del Espíritu es espíritu»
Con más abundancia se nos da el mismo Espíritu en la confirmación, por la que se nos
infunde fortaleza y constancia para vivir como cristianos.
El Espíritu Santo es Don de Dios.
Dios, por medio de su gracia, está en el alma del justo en forma más íntima e inefable,
como en su templo
En la inhabitación
Este Espíritu se le da el apelativo de Santo, también porque, siendo el primero y eterno
Amor, nos mueve y excita a la santidad, que en resumen no es sino el amor a Dios.
Somos llamados Templos del Espíritu Santo. Pues lo recibimos de Dios y habita en
nosotros.
En los impíos también encontramos el poder y sabiduría divinos. Pero en los justos actúa
plenamente el Espíritu Santo dando dones (celestiales) y carismas.
«El corazón tiene una cierta influencia oculta, y por ello al corazón se compara el Espíritu
Santo que invisiblemente vivifica a la Iglesia y la une»
EXHORTACIONES
Foméntese el conocimiento y amor del Espíritu Santo
Cada día hay que empeñarnos en conocerle, amarle y suplicarle (hay que huir del pecado,
que es la ofensa contra el Espíritu Santo), puesto que muchas personas son muy escasos
los conocimientos de él. Es la tarea de los sacerdotes catequizar y profundizar sobre el
Espíritu Santo para quitar tal ignorancia.
Todo lo que somos y tenemos es de la bondad del Espíritu Santo. También se puede
ofender con los mismos dones que él mismo nos da, cuando abusamos de ellos.
No le entristezcamos
Espíritu Santo es espíritu de verdad, si alguno falta por debilidad o ignorancia, tal vez
tenga alguna excusa ante el tribunal de Dios; mas el que por malicia se opone a la verdad
o la rehúye, comete gravísimo pecado contra el Espíritu Santo.
no basta huir de todo lo que es inmundo, sino que el hombre cristiano debe resplandecer
en toda virtud, especialmente en pureza y santidad
CARTA ENCÍCLICA
DIVINO AFFLANTE SPIRITU
DEL SUMO PONTÍFICE
PÍO XII
SOBRE LOS ESTUDIOS BÍBLICOS
El documento teológicamente más importante sobre la sagrada Escritura emanado por pío
XII fue la encíclica Divino Afflante Spiritu, del 30 de septiembre de 1943. El motivo o,
mejor dicho, la ocasión de la nueva encíclica fue la celebración del cincuentenario de la otra
gran encíclica Providentissimus, de León XIII.
Pasa luego a examinar los criterios que ayudan y educan para una recta interpretación del
texto sagrado.
Por inspiración del Espíritu Santo se escribieron los textos bíblicos que conformo las
sagradas escrituras. este tesoro que es fuente y divina norma de la doctrina sobre la fe, la
Iglesia debe de custodiar, defendido de toda falsa y perversa interpretación.
En tiempos modernos, corrían peligro en cuanto a su origen y su recta exposición, la
Iglesia tomó a su cuenta defenderlas y protegerlas todavía con mayor diligencia y
empeño.
el sacrosanto Sínodo Tridentino pronunció con decreto solemne que deben ser tenidos por
sagrados y canónicos los libros enteros con todas sus partes
el concilio Vaticano, a fin de reprobar las falsas doctrinas acerca de la inspiración,
declaró que estos mismos libros han de ser tenidos por la Iglesia como sagrados y
canónicos, porque son escritos con la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios por
autor y como tales fueron entregados a la misma Iglesia»
Más adelante algunos escritores no estaban de acuerdo con la inerrancia (en orden físico e
histórico) de las sagradas escrituras. Es por eso que León XIII en su carta encíclica
Providentissimus Deus, reprobó aquellos errores y afianzó con preceptos y normas
sapientísimas los estudios de los divinos libros. (Estadios bíblicos)
Lo primero que hizo León XIII fue exponer la doctrina de la verdad contenida en los
sagrados volúmenes y vindicarlos de las impugnaciones. Declaró que no hay
absolutamente ningún error cuando el hagiógrafo, hablando de cosas físicas, «se atuvo
(en el lenguaje) a las apariencias de los sentidos»
la íntima constitución de las cosas visibles que de nada servían para su salvación.
Defendieron de sus impugnaciones la fidelidad histórica de la Sagrada Escritura.
León XIII tenía claro que gracias al racionalismo, descubrimientos y excavación
seguirían saliendo nuevos interrogantes contra las sagradas escrituras, pero nos invita a
defender y a no dejar contaminarla e invita a los sacerdotes profundizar en ellas, leer,
meditarla y exponerlas.
León XIII animo a los estudios bíblicos y conformo una comisión en donde se
profundizar sobre las sagradas escrituras y las exegesis de los padres, doctores y sumos
pontífices de la Iglesia.
Frutos del pensamiento de León XIII: Pio X Instituyó «los grados académicos de
licenciado y doctor en Sagrada Escritura..., que habrían de ser conferidos por la Comisión
Bíblica». Luego dio una ley «sobre la norma de los estudios de Sagrada Escritura que se
ha de guardar en los seminarios de clérigos». Y para terminar impulso un centro de
estudios más elevados en Roma, fundó el Pontificio Instituto Bíblico. (encargados los
jesuitas)
Pio XI decreto que nadie podía dar clases en los seminarios de las sagradas escrituras sin
un título del pontificio Instituto bíblico. También que nadie se concediese el beneficio de
explicar al pueblo las sagradas escrituras sin una licencia o un título. Además, exhorta a
los obispos a enviar a estudiar a los mejores seminaristas al Instituto bíblico.
Pio XI encomendó a los monjes benedictinos las investigaciones para lo que se le dio el
nombre de vulgata.
Se recomienda orar con el estudio de la biblia, orar a la predicación, orar la pía lectura y
meditación de las sagradas Biblia. Se advirtió que «en estas páginas se ha de buscar el
alimento con que se sustente, hasta llegar a la perfección, la vida del espíritu». Se invita a
que toda familia tenga la biblia y oren con la lectura y mediten con ella.
nos animan más a profundizar en las sagradas escrituras. Se ha impulsado muchas
iniciativas como por ejemplo las semanas bíblicas.
II
Las investigaciones y excavaciones también han ayudado en los estudios bíblicos. Todos
estos códices hallados nos han permitido profundizar en las exegesis de los padres de la
Iglesia. se ilustra con innumerables ejemplos el modo de hablar, narrar y escribir de los
antiguos.
se invita al trabajo a los exegetas católicos, y se les señaló sabiamente cuál era el modo y
método de trabajar. Se enseña el espíritu que debe tener el exegeta para su trabajo.
Agustín, recomienda el estudio de las lenguas antiguas y el volver a los textos primitivos.
Tener cuidado de poseer un texto exacto. La crítica textual, Se ha convertido en un
insigne instrumento para editar con más pureza y esmero la divina palabra.
Hacer versiones en lengua vulgares de las sagradas escrituras, para mejor acceso y
provecho.
Ya con los aportes antes mencionados el exegeta de emprender el santo oficio de
interpretar sabiamente las sagradas escrituras. Han de procurar distinguir bien y
determinar cuál es el sentido de las palabras bíblicas llamado literal, por medio del
conocimiento de las lenguas, valiéndose del contexto y de la comparación con pasajes
paralelos.
El exegeta debe tener en cuenta el magisterio y los padres de la Iglesia. (todas las
herramientas ser utilizadas; historia, filosofía, arqueología) pero mostrar principalmente
la doctrina teológica.
La sagrada escritura para ser interpretada debe ser una experiencia de fe, no basta con
saber, hay que orar con ella. También para una mejor interpretación hacer uso de las
reflexiones de los padres de la Iglesia.
Se puede decir que ya los padres de la Iglesia han interpretado de la mejor manera la
sagrada escritura y que no hay nada más que decir, pero nuestros interpretes han
planteado nuevos problemas, que exigen nueva investigación, nuevo examen y estimulan
al estudio activo del intérprete moderno.
El escritor sagrado al componer el libro es órgano o instrumento del Espíritu Santo, con
la circunstancia de ser vivo y dotado de razón, rectamente observan que él, bajo el influjo
de la divida moción, de tal manera usa de sus facultades y fuerza, que fácilmente puedan
todos ver «la índole propia de cada uno y, sus singulares caracteres y trazos»
el exegeta debe esforzarse por averiguar cuál fue la propia índole y condición de vida del
escritor sagrado, en qué edad floreció, qué fuentes utilizó, ya escritas, ya orales, y qué
formas de decir empleó.
la norma principal de la interpretación, es aquella en la cual se averigua con precisión y
se define qué es lo que el escritor pretendió decir (buscar el verdadero sentido)
el intérprete debe trasladarse mentalmente a aquellos remotos siglos del Oriente, para
que, ayudado con los recursos de la historia, arqueología, etnología y de otras disciplinas,
discierna y vea con distinción qué géneros literarios quisieron emplear
así también las palabras de Dios, expresadas en lenguas humanas, se hicieron semejantes
en todo al humano lenguaje, excepto el error
el exegeta debe tener también en cuenta el género literario empleado por el hagiógrafo
(forma de decir o genero)
Con León XIII, se suscitaron cuestiones contra la autenticidad, antigüedad, integridad y
fidelidad histórica de los libros sagrados. Para resolver estas cuestiones que la ciencia nos
plantío, nos valimos de la misma ciencia para resolverlo y dar respuesta (fe y razón)
aunque la ciencia de los estudios bíblicos nos ha brindado grandes respuestas, aun
singuen saliendo nuevos interrogantes que quedan sin resolver pero que algún día
llevaremos a abordar.
No hay que tener miedo de hablar de las cuestiones sin resolver. Los sacerdotes deben de
prepararse bien en oración con la Palabra, meditando y sacando sus reflexione, sus
homilías, sus exhortaciones para darle al pueblo una mejor explicación de los sagrados
libros y de esa manera que los fieles también se interesen por escudriñar las escrituras y
los lleve a vivir santamente.
En los seminarios deben profundizarse en las sagradas escrituras, tarea que tienen los
formadores, para salgan sacerdotes que beban de la fuente y prediquen de la mejor
manera.
Porque, como dijo el Estridonés, «ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo». No hay nada
mejor que la meditación y ciencia de las Escrituras
CARTA ENCÍCLICA
DOMINUM ET VIVIFICANTEM
DEL SUMO PONTÍFICE
JUAN PABLO II
SOBRE EL ESPÍRITU SANTO
EN LA VIDA DE LA IGLESIA
Y DEL MUNDO
El Papa Juan Pablo II ha escrito tres grandes encíclicas sobre las tres Personas de la Trinidad:
sobre el Hijo (Redemptor Hominis), sobre el Padre (Dives in misericordia) y sobre el Espíritu
Santo (Dominum et Vivificantem).
Esta última encíclica sobre el Espíritu Santo, data del 18 de Mayo de 1986 y se divide en tras
partes.
En la primera, titulada "El Espíritu del Padre y del Hijo dado a la Iglesia", hace un recorrido
sobre la importancia del Espíritu Santo en la vida y misterio de Jesucristo y en la vida misma de
la Iglesia.
En la segunda parte, "El Espíritu que convence al mundo del pecado", nos descubre cómo sin el
Espíritu Santo es fácil perder la conciencia y noción de pecado y, por lo mismo, la necesidad de
salvación, purificación y limpieza.
La tercera parte, "El Espíritu que da la vida" nos habla de la alegría del Jubileo 2000, que ya se
anuncia, y de la importancia de la Tercera Persona de la Trinidad para hacer posible la unión de
cada hombre con Dios y la unión de la propia Iglesia (Esposa) con Jesucristo (Esposo).
Gracias al Espíritu, cada bautizado, y la Iglesia, pueden esperar y vivir a Dios "en intimidad y en
relación personal", como Esposo.
Introducción
La Iglesia profesa su fe en el Espíritu santo que es Señor y dador de vida. Símbolo de la
Fe, llamado nicenoconstantinopolitano. También se añade que el Espíritu santo hablo a
los profetas. (a través de Jesús)
La Iglesia desde el principio proclama su fe en el Espíritu Santo, como aquel que es
dador de vida y por el cual Dios uno y Trino se comunica al hombre. Esta fe se debe
profundizar en el pueblo de Dios, gracias a las encíclicas y concilios sobre el Espíritu
santo a través de los años se ha cumplido con esta tarea.
La invitación concreta es acércanos al Espíritu Santo dador de vida. Nos ayuda las
Iglesias orientales y sobre todos los padres de la Iglesia que han profundizado en este
tema.
El Espíritu Santo ha sido comprendido mejor en aquella ocasión (I Concilio de
Constantinopla) ejemplo: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la
comunión del Espíritu Santo esté con todos vosotros
Esta encíclica va mantener este orden: al Padre, por Cristo, en el Espíritu Santo.
objetivo principal desarrollar en la Iglesia la conciencia de que, en ella, el Espíritu Santo
la impulsa a cooperar para que se cumpla el designio de Dios, quien constituyó a Cristo
principio de salvación para todo el mundo.
El Espíritu Santo en el drama interno del hombre: la carne tiene apetencias contrarias al
espíritu y el espíritu contrarias a la carne
Leemos en la Carta a los Gálatas: «Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no
daréis satisfacción a las apetencias de la carne. Pues la carne tiene apetencias contrarias al
espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como son entre si antagónicos, de forma que
no hacéis lo que quisierais»
Pablo: Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu. La
contraposición que San Pablo establece entre la vida según el espíritu y la vida según la
carne.
En los textos de San Pablo se superponen y se compenetran recíprocamente la dimensión
ontológica (la carne y el espíritu), la ética (el bien y el mal) y la pneumatológica (la
acción del Espíritu Santo en el orden de la gracia).
tensión y lucha que tiene lugar en el hombre entre la apertura a la acción del Espíritu
Santo, y la resistencia y oposición a él, a su don salvífico. Solo vence aquel que acoge el
don del espíritu santo.
Por desgracia, la resistencia al Espíritu Santo la encontramos en su máxima expresión en
el materialismo (marxismo)
Por principio y de hecho el materialismo excluye radicalmente la presencia y la acción de
Dios, que es Espíritu, en el mundo y, sobre todo, en el hombre por la razón fundamental
de que no acepta su existencia, al ser un sistema esencial y programáticamente ateo.
Este marxismo le va a dar el espacio al ateísmo.
En la contraposición paulina entre el «espíritu» y la «carne» está incluida también la
contraposición entre la «vida» y la «muerte». Y el materialismo lo declara como final
definitivo de existencia humana. Y si esto es así el hombre no tendría sentido el vivir,
porque sería un vivir para morir. El mundo actual, vislumbra aire de muerte, con la
ciencia y la tecnología. (bombas, armas, eutanasia, abortos)