Sie sind auf Seite 1von 18

Teorías de la infancia: una mirada de la Psicología Critica

Las teorías psicológicas clásicas como la psicología del desarrollo o la teoría del apego, al momento
de conceptualizar, lo hacen casi exclusivamente desde la relación dual madre-niño/a, de manera
un tanto aislada del contexto y ambiente cultural. El campo social en esta área es reducido a
parámetros interpersonales y comunicacionales, mientras que el sistema socio-histórico pasar a
ocupar un lugar de telón de fondo ambiental, desconsiderando su influencia central en la
intermediación y configuración intersubjetiva de este tipo de lazo familiar. En otras palabras,
desde estas corrientes psicológicas, existe una visión estrictamente familiarista del modo de
relación y vínculo entre los padres, las madres y sus hijos/as.

Lo que se pone en juego (...) es el cuestionamiento a la familia tradicional (heterosexual,


monogámica, patriarcal, católica), que la psicología moderna –y especialmente la psicología del
desarrollo- ha contribuido a reproducir a lo largo de la historia como el único modelo de familia (o
la familia ideal).

Considero que no es posible pensar la relación adulto-niño fuera de un contexto sociocultural


determinado. Existen, además, condiciones de género, sexualidad, etnia y clase que orientan y
condicionan el tipo de relación y crianza que establece un adulto con un/a niño/a. Adulto que
también está marcado por una historia social, subjetiva y transgeneracional.

Si nos situamos en el contexto de las sociedades latinoamericanas en el siglo XXI, no es lo mismo la


crianza hacia un niño y una niña en una comunidad mapuche, en una familia pobre, en una familia
monoparental, o en una familia de clase alta. En ese sentido, la crianza es siempre contextual,
responde a condiciones históricas, macro/micro sociales, y a la historia personal de los padres y las
madres (o de los cuidadores respectivos, que pueden ser un abuelo, tío, hermano, etc.).

Lo que se pone en juego cuando tenemos en cuenta estos elementos, entre otras cosas, es el
cuestionamiento a la familia tradicional (heterosexual, monogámica, patriarcal, católica), que la
psicología moderna –y especialmente la psicología del desarrollo- ha contribuido a reproducir a lo
largo de la historia como el único modelo de familia (o la familia ideal). La crianza, en ese modelo
de familia, se ha pensado única y exclusivamente desde la relación entre la madre y el/la niño/a,
universalizándolo a todo tipo de contexto geográfico, histórico, cultural y social. No está de más
recordar que toda teoría responde a su época, y las investigaciones sobre la infancia (crianza,
apego, desarrollo psicológico, etc.) responden a ciertas condiciones históricas particulares. En este
caso, las investigaciones se produjeron con familias bi-parentales de clase media, en países
europeos occidentales desarrollados a mediados del siglo XX. [1]

Considerando el trasfondo social, cultural e histórico actual, es posible identificar ciertos factores
en esos ámbitos que, a mi parecer, inciden directamente en la crianza:

1. Histórico-epocal:

2. Socio-cultural: En este ámbito se entrecruzan formas de concebir y relacionarse con niños


y niñas, las cuales se fundamentan en imaginarios sociales de la infancia, es decir,
supuestos ficticios de cómo debería comportarse un niño y una niña en ciertas situaciones
determinadas. Bajo estos términos, las prácticas de crianza no están exentas de violencia.

El adultocentrismo es una forma de discriminación por rango etario.

Por un lado está el adultocentrismo, en tanto sistema de pensamiento que concibe a los sujetos
catalogados como “menores de edad” (niños, niñas y adolescentes), no como sujetos propiamente
tal, sino que como objetos a disciplinar, controlar y castigar. Este sistema social   se personifica
generalmente en la figura del adulto varón, quien establece una relación desigual de dominación y
subordinación. Desde esta posición social, en la crianza, se valida la violencia (física, psicológica,
sexual, simbólica, etc.) hacia los niños y niñas como una práctica aceptada socialmente.
Especialmente la violencia física manifestada en los golpes, mechoneos, cachetadas, zamarreos,
los cuales se han instalado históricamente como prácticas de crianza con fines correctivos. Que un
adulto golpe a otro adulto con la finalidad de exigirle respeto, no es una práctica habitual ni
validada socialmente. Pero si un adulto (padre, madre) golpea a un niño con la misma finalidad, es
normal, deseable y justificable

La violencia simbólica es otro tipo de violencia que suele pasar desapercibida, la cual se expresa no
dando lugar a las palabras y deseos de los/as niños/as, quedando relegados a la posición de
objetos de protección, invalidándolos totalmente como sujetos de la palabra y derechos.

Por otro lado está el sistema patriarcal. Gracias a los aportes de las teorías feministas, se ha
visibilizado que la relación entre patriarcado e infancia se da a partir de la producción, enseñanza y
reproducción de los roles y estereotipos de género instaurados en distintos espacios e
instituciones (familia, escuela, medios de comunicación, etc.). De esta manera, la crianza hacia los
niños y las niñas no se da de una forma equivalente, sino que se imponen un conjunto de ideas y
representaciones sobre cómo deben ser, actuar, pensar y vestir, a partir de los géneros asignados
por la cultura dado su sexo biológico. Además se les impone la heterosexualidad como la norma
social universal (también conocido como heteronormatividad). Entonces, a partir de los géneros,
se inculcanideas binarias de los intereses, sentimientos, conductas, actividades de los niños y las
niñas. Es decir, niño y niña es equivalente a: azul/rosado/, fuerte/sensible,
independiente/dependiente, racional/emocional, futbol/ballet, short/falda, etc.

 Tal como dijo la filosofía feminista Beatriz Preciado, más que violencia de género, el género de por
sí es violento, ya que impone y condiciona desde la crianza, la identidad sexual del niño/a, no
dando lugar a expresiones distintas del género y la sexualidad, fuera de lógicas patriarcales-
heteronormativas.

3. Transgeneracional: Todo adulto está atravesado por una historia familiar, y en la crianza
siempre hay elementos (recuerdos, vivencias, experiencias) de esa historia que el sujeto
ha registrado en su psiquismo, y se manifiestan, directa o indirectamente, consciente o
inconscientemente, en la relación con el/la niño/a.

 El tipo de relación que un padre/madre establece con un/a niño/a está afectada por una historia
familiar, y las funciones parentales/maternales se sitúan inevitablemente en esta red
intergeneracional .
 

Ahora bien, a pesar de que algo de la historia del adulto que se expresa en la relación con el niño,
la crianza no es una mera repetición mecánica de aprendizajes, vivencias y enseñanzas durante la
infancia, siempre hay nuevas experiencias y encuentros en la relación con un niño. Lo novedoso, lo
creativo, es parte de la infancia. El que suelan hacer preguntas, para los adultos muchas veces son
incómodas, porque nunca se las han hecho y porque tampoco tienen las respuestas. El arte de la
pregunta y de la creación son capacidades inherentes en los niños y las niñas que suelen poner en
cuestionamiento el saber-poder adultocéntrico.

Procesos de subjetivación, pliegue,

En el campo del “Ser”, con la caída de la modernidad, todo está en duda. Las teorías con las que
contamos no parecen ayudarnos demasiado ya que las mismas no pudieron separarse de las
claves analítico-politicas de las que forman parte, ellas mismas son efecto de una epistemología
evolucionista, eurocéntrica y fono-falo-centristas.

Hay cuestiones que son insoslayables para un clínico y más particularmente para alguien que hace
clínica con niños: cómo piensa los procesos de subjetivación. ¿Cómo piensa lo que sucede con el
niño, con su existencia, desde el inicio y durante el proceso de vivir? ¿Evoluciona?, ¿se estructura?,
Qué es lo que permanece y que es lo que cambia? ¿Qué es lo que hace que alguien se reconozca
como siendo él mismo y que conserve ciertos modos de vivir que muchas veces generan
sufrimiento? Estas preguntas son las preguntas de la clínica, de la filosofía y de las disciplinas
sociales , cada vez menos disciplinares y más heterogéneamente conectadas, constituyéndose en
un campo complejo de problematización en torno a temáticas de subjetividad.

Los binomios que definían las diferentes posiciones ya no se sostienen en un mundo complejo.
Innato/ adquirido; individual /social; naturaleza /cultura; interioridad/ exterioridad; Ser/Devenir;
Monadismo/Dualismo, dejaron de ser opciones para pensar la subjetividad. Solo podemos dar
cuenta de cómo se ha constituido esta subjetividad colonial-moderna y de cómo deberá ser
sometida a procesos de deconstrucción.

La psicologia del desarrollo plantean como verdades universales ciertos modos evolutivos,
jerárquicos ascendentes, etc y el psicoanálisis con el desarrollo del Psy complex propone también
modos universales centrados en el complejo de Edipo y en la relación del triángulo edipico para
pensar los modos de desarrollo del aparato psíquico y de sus estructuras.

La revolución del pensamiento sistémico consistió en desplazar (ampliar. zoom) la mirada a la


relación existente entre el fenómeno y el contexto especifico en el que sucede. La idea de
totalidad emergente de la relación otorga significado y sentido.

A partir de los descubrimientos de la física quántica los objetos, antes unidades elementales, se
piensan como sistemas y así emerge la idea de organización hasta ahora sofocada por la de
totalidad. El sistema se concibe como una emergencia de interrelaciones que devienen
organizacionales. Toda interrelación dotada de cierta estabilidad o regularidad toma carácter
organizacional y deviene, produce un sistema. La organización es la relación de las relaciones,
produce sus elementos y sus bordes y a la vez mantiene este sistema.

El discurso de la modernidad había convertido en sustantivo (la organización) lo que es proceso


Verbo (actividad organizativa.

La idea de autoorganización es retomada por Deleuze y Guattari en mil mesetas y en que es la


filosofía reafirmando otra de las conexiones con Bateson y el pensamiento sistémico.

La vida para D necesita ser entendida como un proceso activo de diferenciación que tiene
capacidad de autoorganización , Esta idea conecta con los trabajos de Maturana y Varela sobre la
autopoiesis en los que enfatizan la recursividad implicada en la vida. Caracteriza funcionamiento
de la vida como una autoproducción dinámica de los sistemas vivientes.

Los procesos de individuación intensiva ocurren mediante la autoorganización; las diferencias en


intensidad ponen en movimiento flujos de materia y energía; los individuos poseen una apertura y
una capacidad de afectar y ser afectados y de formar ensamblajes heterogéneos con otros
individuos ( animales, humanos, biológicos, artificiales, etc)

En esta visión de la vida el sujeto humano es conceptualizado como una parte de una gran
ecología, un pieza en una maquina mucho mas compleja. La unidad análisis es el agenciamiento. El
sujeto es una emergencia mas que un fenómeno en si mismo, es un epifenómeno, una entidad
emergente. El sujeto debe ser conceptualizado como íntimamente conectado a su circunstancias,
conectado en la medida en que cualquier búsqueda de una escencia interna está condenada al
fracaso, ya que se basa en distinciones forzadas y arbitrarias.

Entendemos el proceso de subjetivación como esta permanente proceso de organización en el


caos, de trascendencia en inmanencia. Cada ser no agencia con un exterior que esta ya dado.
Agencia, pliega con algunos aspectos parciales de ese infinito (afuera) y en ese pliegue y
despliegue constante va individuándose y autoorganizandose subjetivándose .

Volvamos a la pregunta inicial: como pensar los procesos de subjetivación? No existe otra
identidad que la diferencia y de esta manera es esencia de lo existente, que existe por que difiere.
Solo hay devenir, fluir incontrolable” Acontecer es devenir y el devenir arrastra todo planteo
óntico posible”

¿Algo en lo que al menos provisoriamente podemos acordar es que “Se nace” Que es lo que
nace?: una singularidad. Cuando alguien nace decimos “una vida comienza”. En realidad, la vida
comenzó mucho antes y seguirá mucho después. Podemos decir que lo que sucede es que la vida
se afirma. Roux biólogo Este ser viviente crece “absorbiendo” la exterioridad. “Una pluralidad que
tiene actividades muy diversas quiere ‘conservar’-se, no como identico a sí mismo, sino como
‘viviente’ –comandando-obedeciendo-nutriéndose-creciendo-”

Entonces, somos una singularidad, un pliegue del afuera ( en el sentido de Blanchot. Ver Krausse
cap X) Un afuera que no es exterior, opuesto a interior, Recordemos la formación del tubo
embrionario. Es el repliegue de las fuerzas sobre sí misma. El movimiento a través del cual el
exterior constituye interior y que va a constituirse como nuevo modo de subjetivación.
Foucault en su conferencia …. Traido por Deleuze en su clases en Vincenes propone que la
subjetivación resulta de las relaciones de lucha, de oposición y también de compromiso entre los
tres ejes que en estos últimos trabajo llamará tres ontologías : la ontología del saber la ontología
del Poder y la ontología del sí mismo.

El producto de la subjetivación no es el sujeto, tampoco el yo, el producto de la subjetivación es el


sí mismo.

“En el pliegue nunca hay un sujeto a descubrir sino una subjetivación a operar y no es el si mismo
de un yo. No hay un retorno al dualismo. No se trata de encontrar un adentro que se opondría al
afuera, no se trata de reconstruir una lentitud que se opondría la velocidad, no se trata de rehacer
un yo que se opondría a un no yo sino que se trata de constituir el interior del exterior, la lentitud
de las velocidades, el adentro del afuera”.

La relación con uno mismo tal como la entiende Foucault debe ser independiente tanto de las
formas de saber incluida la conciencia como de las relaciones de poder. Deriva de ellas pero
deviene independiente. Cuando la subjetivación se produce se organiza como existencia estética.
Cuando ha adquirido su autonomía el poder no va a parar de intentar recuperarla, de hacer de ella
su propio objeto. Hizo falta que el poder varíe para apropiarse del sujeto que había adquirido su
autonomía Pero he aquí que la subjetivación va a variar su vez escapando de las nuevas formas del
Poder y del saber.

Si la subjetivación implica una larga duración no es porque cese de variar, sabemos que no cesa
de variar.

¿En qué medida estos modos de subjetivación, que tienen su regla propia, entran en relación con
nuevas luchas a tal punto que se podría decir como fórmula que toda transformación de las
relaciones sociales implican modos nuevos de subjetivación?

Es en la clínica de niños donde el devenir, la diferencia, el cambio constante es tal vez más
evidente. La velocidad aún es muy intensa, el cambio vertiginoso y por eso las fuerzas que se
movilizan para afectarlo, no siempre del modo más potente, son enormes. Todos (terapeutas,
padres, educadores, jueces), todos “sabemos” lo que quiere el niño, que “le conviene”, cuál es “su
bien”. Sin duda la tarea a la que nos abocamos a veces con total brutalidad es a hacer de él ese ser
lento que debe ser para no morir. Pero él se aferra a su potencia. Por eso, dice Agamben, lo que
resulta insoportable de la infancia es su absoluta inmanencia.

Las tres preguntas entonces en la clínica de niños: ¿qué sabe- qué piensan los otros que sabe?

¿Qué puede? ¿ qué piensan los otros que puede? Qué fuerzas lo capturan? Y qué es? En qué modo
de subjetivación esta? Qué si mismo se está plegando? Qué posibilidad de independizarse-
resistir- compromiso-? ¿Cuál es su modo de existencia y qué efectos tiene sobre su potencia?

Que sabe, que puede, que posibilidad de resistirse e independizarse para hacer un modo de
existencia estética
Si tengo en cuenta los procesos de incorporación y de resistencia presentes no puedo pensar en
un niño pasivo moldeado por el afuera , que solo interioriza relaciones de objeto o modos de
relación con los adultos, en su proceso de conformación del si mismo. Pienso en ese niño
participando activamente en procesos de regulaciones multiples con su medio.

Entendiendo como medio no a su familia ni siquiera a su madre o a los adultos que lo cuidan. Su
medio entendido como Uexcul medio asociado o tampoco como lo que esta afuera. Voy a pensar
con bateson concepto ecosistemico .

objetos parciales o totales.

La teoría general de los sistemas sostiene que la tendencia del sistema es a la unificación en sus
diferentes formas: homeostasis- equifinalidad- totalidad. Entonces ¿cómo es posible un cambio?
Las alternativas parecen ser cambios tendientes a la reproducción de la totalidad o la destrucción
del sistema.

El principio sistémico de totalidad sostiene que todo está relacionado con todo, de modo tal que
un cambio en una parte afecta al todo. Se piensa al sujeto participando de un juego relacional que
lo atrapa en una trama cuya densidad hace más o menos difícil su individuación.

Pensar el sistema como una totalidad implica pensar en una estructura y una organización que
sólo puede tolerar un quantum finito de cambios posibles. Recordemos el principio de
equifinalidad y la amenaza que implica el cambio organizacional para el sistema.

Esta conceptualización, está todavía ligada a la idea de estructura, en el que las relaciones son
dependientes e interiores a los términos. No hay independencia, no hay autonomía posible de los
términos ya que lo elementos contienen en sí la estructura del todo. Las partes están co-
implicadas y su continuidad y cohesión están aseguradas por la totalidad. Las partes remiten al
todo ya que encuentran su posibilidad de acción en relación al todo. De esta manera los devenires
son tendencia, evolución, no abren a la indeterminación sino a un movimiento ininterrumpido
hacia la totalidad.

En el ámbito de la terapia de familia los modelos estructurales han sostenido que la estructura
funcional debía ser mantenida para el sano desarrollo emocional de los miembros de una familia,
particularmente de los niños y adolescentes . Esto significaba que los límites que diferenciaban un
subsistema de otro, la jerarquías entre ellos etc…, debían ser cuidadosamente resguardadas por
los terapeutas. Así, había que cuidar que los padres no pierdan su lugar de autoridad, que no se
diluyan los límites que establecen la adecuada diferenciación con los hijos, que mantengan sus
acuerdos al interior de la pareja para no confundir a los hijos con sus diferencias y que, cuando un
miembro familiar faltara, esa función debía ser cubierta con otra persona capaz de llevarla a
cabo. Muchos terapeutas (sistémicos y de otras líneas) siguen sosteniendo su práctica en estos
principios ya que se han naturalizado e instituido como verdades universales e incuestionables:
“Un padre es un padre, un hijo es un hijo, y las cosas no deben confundirse si queremos una
sociedad sana”. En este universo de lo uno y donde cada cosa es claramente distinta de la otra,
hay poco lugar para lo heterogéneo, los matices, la diferencia.

Otro concepto clínico, para ejemplificar el pensar desde esta perspectiva sería el “ciclo de vida
familiar”. Fundado en una idea de familia nuclear tradicional, unidad que evoluciona hacia la
generación de nuevos seres que luego se independizarán y formarán sus propias familias. Si este
proceso se traba, si ese movimiento evolutivo se detiene, el síntoma aparece denunciándolo. La
idea que sustenta estas conceptualizaciones es la idea de evolución, que sigue un camino
predeterminada como sana o funcional. Este camino se dirige hacia la diferenciación y
autonomización progresiva de los “hijos”, al modo de las células que se diferencian y luego se
dividen una y otra vez para seguir cumpliendo las funciones que permiten que nos mantengamos
vivos. En la cibernética de primer orden se sostenía que si esto no ocurre el sistema se destruye.
Posteriormente con la teoría del caos y la cibernética de 2º orden se introduce la opción de la
bifurcación. Sin embargo no es claro cómo es posible esa mutación. De dónde saldrían esos
elementos capaces de armar algo distinto si cada uno de ellos contiene la información del todo.
Aun en la conceptualización de sistemas complejos de Edgard Morin se sostiene esta idea de
totalidad con la visión hologramática del sistema. “El todo está en la parte y la parte está en el
todo” Para referirse a que las partes se relacionan en la producción de la totalidad y a su vez cada
parte tiene la información del todo, del mismo modo que cualquier célula de nuestro cuerpo
contiene la información genética de la totalidad.

Reitero: desde esta perspectiva es difícil vislumbrar la producción de lo nuevo, de lo discontinuo,


de lo inesperado. La idea de acontecimiento no puede ser pensada sino relacionada con la de
multiplicidad. Por tanto, es necesario pensar por otro lado que las cosas se relacionan unas con
otras de muchos modos diferentes. No hay una relación que las encierre a todas, no hay un ser
que contenga a todos los demás.

En la multiplicidad 1 hay discontinuidades y en consecuencia siempre hay algo que se escapa. Lo


que se escapa es lo que hace el movimiento, lo que crea, lo que innova. No niega los procesos de
unificación y de composición, sino que reconoce el carácter contingente dadas las innumerables
posibilidades.

La idea de multiplicidad no niega el sistema, lo propone como tendencia a la unidad constituida


por una malla de redes de relaciones superpuestas, múltiples, sin cierre, condición de posibilidad
de la emergencia, de lo nuevo como devenir permanente. La idea de multiplicidad va ligada a la
noción de infinito.

Deleuze Guattari descubren la categoría de multiplicidad en la obra de Freud y su continuidad en


la noción de objetos parciales de Klein. Retoman la noción de objetos parciales rebautizándola en
la noción de maquina deseante, las cuales se presentan como una serie de multiplicidades
intensivas que se conectan entre sí de modo rizomático y se distribuyen por la superficie del
cuerpo sin órganos y que se resisten a ser totalizadas en el organismo. Las multiplicidades resisten
a ser totalizadas o jerarquizadas.

Deleuze cuestiona la teoría Kleiniana de objetos parciales apoyándose en una fuerte crítica a la
noción de totalidad y una afirmación de la multiplicidad.
1
Multiplicidad: concepto Deleuze Guattari…..
En las máquinas deseantes todo funciona al mismo tiempo, en una suma que nunca reúne sus
partes en un todo. Maurice Blanchot ha sabido plantear el problema con todo rigor, al nivel de una
máquina literaria: ¿cómo producir, y pensar, fragmentos que tengan entre sí relaciones de
diferencia en tanto que tal, que tengan como relaciones entre sí a su propia diferencia, sin
referencias a una totalidad perdida o una resultante o incluso una por llegar?

Sólo la categoría de multiplicidad, es capaz de dar cuenta de la producción deseante: la producción


deseante es multiplicidad pura, es decir, afirmación irreductible a la unidad. Estamos en la edad de
los objetos parciales, de los ladrillos y de los restos o residuos. Ya no creemos en estos falsos
fragmentos que, como los pedazos de la estatua antigua, esperan ser completados y vueltos a
pegar para componer una unidad que además es la unidad de origen.

No hay una evolución de las pulsiones que las haría progresar, con sus objetos, hacia un todo de
integración, como tampoco hay una totalidad primitiva de la que derivarían. Melanie Klein hizo el
maravilloso descubrimiento de los objetos parciales, este mundo de explosiones, de rotaciones, de
vibraciones. Sin embargo, ¿cómo explicar que fracase en la lógica de estos objetos? En primer
lugar, ocurre que Melanie Klein los piensa como fantasmas y los juzga desde el punto de vista del
consumo, y no como producción real. Asigna mecanismos de causa (como la introyección y la
proyección), de efecto (gratificación y frustración), de expresión (lo bueno y lo malo), que le
imponen una concepción idealista del objeto parcial. No lo vincula a un verdadero proceso de
producción como podría ser el de las máquinas deseantes. En segundo lugar, Melanie Klein no se
desembaraza de la idea de que los objetos parciales esquizo-paranoides remiten a un todo, ya
original en una fase primitiva, ya por llegar en la posición depresiva ulterior (el Objeto completo).
Los objetos parciales, por tanto, le parecen extraídos de personas globales; y no sólo entran en
totalidades de integración concernientes al yo, el objeto y las pulsiones, sino que además ya
constituyen el primer tipo de relación objetal entre el yo, el padre y la madre. Ahora bien,
precisamente es ahí donde todo se decide a fin de cuentas. Es por completo cierto que los objetos
parciales tienen en sí mismos una carga suficiente como para hacer estallar a Edipo y destituirle de
su imbécil pretensión de representar el inconsciente, de triangular el inconsciente, de captar toda
la producción deseante. La cuestión que aquí se plantea no es en modo alguno la de una
importancia relativa de lo que podemos llamar preedípico con res-pecto a Edipo (pues
«preedípico» todavía presenta una referencia evolutiva o estructural con Edipo). La cuestión es la
del carácter absolutamente anedípico de la producción deseante. Pero por conservar el punto de
vista del todo, de las personas globales y de los objetos completos — y tal vez también por querer
evitar lo peor con respecto a la Asociación Psicoanalítica Internacional que escribió sobre su
puerta: «que nadie entre aquí si no es edípico»—, Melanie Klein no utiliza los objetos parciales
para hacer saltar la picota de Edipo, sino al contrario, los utiliza o finge utilizarlos para diluir Edipo,
para miniaturizarlo, multiplicarlo, esparcirlo en la primera infancia.

El psicoanalista nunca pregunta: «¿Qué son para ti tus máquinas deseantes?», sino que exclama:
«¡Responde papá-mamá cuando te hablo!» Incluso Melanie Klein... Entonces toda la producción
deseante es aplastada, abatida, sobre las imágenes parentales, alineada en las fases pre-edípicas,
totalizada en Edipo: de este modo, la lógica de los objetos parciales es reducida a nada. Edipo se
convierte desde ahora para nosotros en la piedra de toque de la lógica. Pues, corno ya lo
presentíamos al principio, los objetos parciales sólo en apariencia son extraídos de las personas
globales; son producidos realmente por extracción sobre un flujo o una hylè no personal, con la
que comunican al conectarse con otros objetos parciales. El inconsciente ignora las personas. Los
objetos parciales no son representantes de los personajes parentales ni de los soportes de
relaciones familiares; son piezas en las máquinas deseantes, que remiten a un proceso y a rela-
ciones de producción irreductibles y primeras con respecto a lo que se deja registrar en la figura
de Edipo.

Un niño no juega sólo a papá-mamá. También juega al brujo, al cow-boy, al policía y al ladrón, al
tren y los coches. El tren no es forzosamente papá, ni la estación mamá.

Es evidente que la presencia de los padres es constante y que el niño nada puede sin ellos. Pero
éste no es el problema. El problema radica en saber si todo lo que le concierne es vivido como
representante de los padres. Desde su nacimiento, la cuna, el seno, la tetina, los excrementos, son
máquinas deseantes en conexión con las partes de su cuerpo. Nos parece contradictorio decir a la
vez que el niño vive entre los objetos parciales y que lo que capta en los objetos parciales son las
personas parentales incluso en pedazos. En rigor, no es cierto que el seno sea tomado o extraído
del cuerpo de la madre, pues existe como pieza de una máquina deseante, en conexión con la
boca, extraído de un flujo de leche no-personal, escaso o denso. Una máquina deseante, un objeto
parcial no representa nada: no es representativo. Más bien es soporte de relaciones y distribuidor
de agentes; pero estos agentes no son personas, como tampoco estas relaciones son
intersubjetivas. Son simples relaciones de producción, agentes de producción y de
antiproducción.

Es entre los objetos parciales y en las relaciones no familiares de la producción deseante que el
niño siente su vida y se pregunta qué es vivir, incluso si la cuestión debe «relacionarse» con los
padres y no puede recibir una respuesta provisional más que en las relaciones familiares.

Michel Foucault ha podido señalar hasta qué punto la relación de la locura con la familia estaba
basada en un desarrollo que afectaba al conjunto de la sociedad burguesa del siglo XIX y que
confiaba a la familia funciones a través de las que se evaluaban la responsabilidad de sus
miembros y su culpabilidad eventual. Ahora bien, en la medida que el psicoanálisis envuelve la
locura en un «complejo parental» y encuentra la confesión de culpabilidad en las figuras de auto-
castigo que resultan de Edipo, el psicoanálisis no innova, sino que concluye lo que había empezado
la psiquiatría del siglo XIX: hacer aparecer un discurso familiar y moralizado de la patología mental,
vincular la locura «a la dialéctica semi-real semi-imaginaria de la Familia», descifrar en ella «el
atentado incesante contra el padre», «el sordo estribo de los instintos contra la solidez de la
institución familiar y contra sus símbolos más arcaicos». Entonces, en vez de participar en una
empresa de liberación efectiva, el psicoanálisis se une a la obra de represión burguesa más
general, la que consiste en mantener a la humanidad europea bajo el yugo del papá-mamá, lo que
impide acabar con aquél problema

Bowlby : apego

Reflexión crítica a las teorías tradicionales sobre el desarrollo infantil. Visibilizar como los enfoques
dominantes, detrás su status “científico” sirven para controlar el comportamiento de la familia,
marginar a la clase trabajadora y a las mujeres de etnias minoritarias y para patologizar sus
experiencias como madres. El modo como incluimos o excluimos la cultura de nuestras lecturas así
como las representaciones de los niños y las niñas en la sociedad, son acciones políticas con
efectos disciplinadores.

Es necesario deconstruir los discursos universalistas y generalistas de la psicología del desarrollo y


educacionales, asi como revisar los estudios acerca de la infancia para detectar los efectos
colonizadores sobre nuestras prácticas. Es en esta línea que nos proponemos reexaminar nuestras
ideas acerca de los procesos de subjetivación, algunas ideas de Klein en psicoanálisis, la teoría del
apego, e incluso nuestras propias conceptualizaciones y prácticas.

El apego puede considerarse se ha convertido en una perspectiva influyente sobre el desarrollo


infantil, las prácticas de crianza de niños y la práctica clínica.

Después de siglos en los que la imagen de "lo natural" se ha utilizado para circunscribir regular las
estructuras de la sociedad, los sistemas de crianza y particularmente la posición de las mujeres en
relación con los niños, se ha generado un escepticismo legítimo con respecto a las formas de
investigación que proponen la coproducción de aspectos biológicos junto con los sociales y
políticos.

Los sociólogos y antropólogos de la familia han situado la teoría y las evaluaciones del apego como
parte del 'software' discursivo que opera el 'hardware' de la vigilancia biopolítica y la disciplina de
la crianza de los hijos en el estado (por ejemplo  , LeVine, 2014  ).  De  Oakley (1971)  a  Koffman
(2015). Las académicas feministas también han descrito las teorizaciones sobre el apego animadas
por un deseo conservador de responsabilizar a las mujeres y controlar su modo de crianza,
presentándola como una cuestión relacionada con el bien futuro de la nación. 

En una sociedad en la que las mujeres tienen responsabilidades primarias de cuidado, el


comportamiento de apego de los bebés demanda disponibilidad de las madres, y esto aparecerá
como un apoyo a las ideologías conservadoras de género.  Además, la forma en que el sistema de
apego hace que el bebé busque una figura de apego familiar y discriminada como la solución para
su angustia.    A nivel macro, esto se alinea y puede usarse como munición retórica para ideologías
económicas conservadoras, que tratan el surgimiento del individuo autosuficiente como un
proceso que ocurre naturalmente en las familias y no requiere recursos sanitarios, sociales o
políticos

Guattari sugiere que una perspectiva etológica reconoce que "el niño, como una totalidad orgánica
individualizada, solo constituye una intersección entre los múltiples componentes materiales,
biológicos, socioeconómicos y semióticos que la atraviesan" (2011 [1979]: 160). 

La disposición de un bebé a buscar protección de su cuidador o cuidadores cuando está alarmado


no es un mecanismo unilateral sino un ensamblaje que se realiza de manera diferente en
diferentes contextos micro-sociales, y que a su vez da forma a los mismos .   El individuo, en
nuestra perspectiva, no es anterior a su entorno, sino que está codeterminado con él, constituido
dentro y a través de la interacción de patrones de afectos, de movimientos y de cambios de los
cuerpos que se dan en las relaciones.  La implicación en términos de cómo deberíamos entender el
'sistema de apego' es que la realidad de dicho sistema, como las clasificaciones a través de las
cuales se describen sus variaciones, no preexiste a los contextos,  procesos e interacciones a través
de las cuales ocurre. 

Esto implica que la teoría del apego se ha utilizado para afirmar el valor afectivo de la familia a
expensas del de su medio asociado, ya que para  Deleuze y Guattari (1984 [1971]) precisamente la
familia es fundamental para la colonización del deseo de producción capitalista.  La crítica de la
territorialización capitalista (a través de la familia), sin embargo, no debe entenderse mal como
una crítica de la territorialización per se, o desechar el valor de los aspectos conservadores en el
contexto más general de la producción deseante.

La vida resuelve problemas, no solo adaptándose, es decir modificando su relación con el entorno
(lo que puede hacer una máquina), sino modificándose a sí misma.  (  Simondon, 2009 [1989]  : 7)

Hablar sobre 'apego' se ha vuelto, de alguna manera, fácil.  Eso no significa que no sea importante
lo que se ha dicho al respecto asi como tampoco desconocer el peligro que conllevan. Como
enfatizó Robbie en su argumentación en los que el deseo de las ciencias sociales por “lo real”
(Duschinsky, 2014) provoca una alianza política contingente entre psicología, neurociencias y
muchas otras disciplinas de intervención relacionadas con la infancia.

Esta coalición puede identificar el apego con la 'causa' de una serie de comportamientos.  Reaviva
el sueño de una explicación sencilla y por qué no, cómoda de lo complejo a través de lo simple.  Por
lo tanto, un vínculo de apego 'desorganizado / desorientado' se convierte en una certeza que
autoriza

nuestras intervenciones y pensamos desplegar una serie de equivalencias que crean y estabilizan
un cierto objeto de intervención. Lo que está en juego no es tanto qué es el apego sino cómo está
siendo usado.  Aquí hay un ejemplo: “cuando los niños no han disfrutado de un apego seguro,
tienen dificultades para desarrollar vínculos afectivos satisfactorios, suelen ser violentos, presentan
un mal relación con las figuras de autoridad, no se ajustan a las reglas y tienen malas relaciones
con sus padres.  Más tarde, cuando son adultos, muchas veces terminan siendo despóticos, y
corren el riesgo de caer en la delincuencia y la drogadicción”

Esta afirmación en una entrevista televisiva relacionada con un caso de un grupo de jóvenes que
cometieron un acto delictivo en Argentina, muestra ejemplarmente el uso del apego como una
forma de esconder y simplificar la heterogeneidad de fuerzas en juego,entre los objetos y cuerpos
que circulan por campos de interés tan diferentes como el comportamiento infantil, la
delincuencia, genética humana, alteridad, derecho, etc. Este es un uso preocupante porque
implementa el apego como un

predictor y explicación causal lineal y única.


Son bien conocidos también los promesas y bondades que el buen apego sugiere. El vínculo seguro
entre el bebé y sus cuidadores promueve su autonomía, desarrollo emocional, identidad y
autoestima, proporcionando ella con las bases para enfrentar la vida futura de una mejor manera. 

Pero, ¿qué podemos decir sobre esa operación que inmediatamente convierte el apego en algo,
(una cosa) buena o mala?

Es necesario un trabajo crítico de deconstrucción y exponer los intereses detrás de los usos del
apego también conlleva el riesgo de una forma más sutil e insidiosa de cosificación. 

Cartografias y genograma

A partir de la constitución de “ la familia” como objeto de estudio, el genograma como


instrumento se ha institucionalizado como una de sus prácticas más recurrentes en el abordaje de
las familias en consulta, estudio y presentación de casos, investigación etc.

El genograma, como cualquier técnica supone una teoría, y las teorías son modos de explicar la
creación, la constitución, la composición de un objeto. Y por lo que se ha visto, un objeto se
construye histórica - y geográficamente -, lo que hace que las teorías y por ende las técnicas se
modifiquen.

Ahora bien, ¿Qué es un genograma? Sucintamente es un formato para dibujar un árbol familiar
que registra información sobre los miembros de la familia y sus relaciones, teniendo en cuenta por
lo menos tres generaciones. Sin embargo, podemos observar cómo esta misma técnica según
diferentes tradiciones científicas puede adquirir diversos matices.

Los primeros artículos publicados en Estados Unidos que se refieren al genograma se ubican a
partir de 1976. Esto no quiere decir que no se utilizara anteriormente, sino que el interés en
complejizar esta herramienta, entrenar a los profesionales y por lo tanto generalizar el uso de este
instrumento para evaluar a las familias se vio incrementado a partir de fines de la década de 1970.
En 1985, McGoldrick y Randy publican el primer libro que se ha editado sobre la técnica del
genograma. Intentan consensuar los parámetros del gráfico junto a otros sectores de la salud
mental norteamericana, y es el modelo de genograma que ha sido mayormente utilizado como
referencia en el área. En líneas generales, las variables tenidas en cuenta por estos autores para la
confección del genograma son: la estructura familiar -biológica y legal -, el registro de
información (nombres, edad, fechas, ocupación, etc.), el tipo de relaciones (fusionado, unido,
conflictivo, separado, distante ), roles familiares, sucesos de vida, ciclo de vida familiar y contexto
de redes de la familia. Al poseer estos datos puede luego interpretarse el genograma. Las
categorías que utilizan para la interpretación son: la estructura familiar -composición del hogar,
constelación fraterna -, la adaptación al ciclo vital, la repetición de pautas a través del tiempo,
sucesos de la vida y funcionamiento familiar -cambios, transiciones, traumas, sucesos sociales,
económicos o políticos -, pautas vinculares, equilibrio familiar -estructura, roles, nivel y estilo de
funcionamiento, recursos.
El genograma norteamericano solo toma los aportes de la teoría sistémica, básicamente de la
teoría de los sistemas familiares de Murray Bowen.

En Argentina, el genograma articula los desarrollos sistémicos a la larga tradición psicoanalítica


presente en el país. Principalmente se observan en el texto de Canevaro algunos desarrollos
implícitos de Pichon Rivière, como el esquema referencial, o conceptos psicoanalíticos kleinianos,
de fuerte impronta en las teorizaciones argentinas. Este texto también discute con el concepto de
estructura de Lèvi-Strauss, representado en las teorizaciones sobre la familia de Isidoro Berenstein.
Pero fundamentalmente plantea una articulación entre estructura y proceso donde integra ambas
teorías en un mismo corpus.

El trabajo con la Familia de Origen (FO) del alumno, a través de la configuración del genograma y
en la supervisión directa e indirecta, es una vía que tradicionalmente se ha venido utilizando en el
campo de la formación en psicoterapia familiar. Sobre todo, a partir de los primeros trabajos de
Bowen en la creación del genograma (Bowen 1980). Solamente en los primeros escritos de Bowen
(1978) se hace mención a un trabajo directo con los familiares de los alumnos en formación
cuando él dirigía simultáneamente la docencia y la terapia familiar nuclear de algunos de sus
alumnos. Con motivo del primer encuentro de la National Family Conference en los Estados Unidos
en marzo de 1967, este ilustre pionero de la investigación multigeneracional presentó por sorpresa
durante una comunicación la investigación acerca de su propia familia de origen, luego publicada
como un trabajo anónimo. Esta técnica era usada como un modo de destriangularlos de sus
problemáticas y favorecer su propia diferenciación. el propio Bowen (1978): “En 1971 trabajar con
las propias familias de origen ha sido una de las partes más importantes del programa de
formación”

En Italia, la escuela de Andolfi informa de una experiencia de convocatoria de la familia de origen


de un alumno en formación, como ejemplo de la “familia normal” (Cardinali y Guido, 2003). Mara
Selvini Palazzoli (2004) en su libro Reinventar la Psicoterapia, a propósito de la formación personal
del terapeuta escribe: “Estamos probando llevar directamente a estos grupos el punto de vista de
los mismos familiares, superando una limitación de fondo de la actual formación relacional:
aquella de pedirles a los pacientes lo que nosotros mismos nunca hemos experimentado.” (pág.
233). La idea no es por cierto nueva, basta pensar que ya en 1969 Mara Selvini en el prólogo al
libro Psicoterapia Intensiva con la Familia, de Boszormenyi-Nagy y Framo (1997) hablaba de
preparar a los futuros terapeutas familiares con un análisis realizado “en el contexto de su propio
grupo familiar.

En argentina, Maria Rosa Glasserman fue pionera en el desarrollo de trabajos con el genograma
del terapeuta como parte de la formación en terapia familiar y estas experiencias aún siguen
integrando el plan de estudios de los estudiantes de postgrado en terapia sistémico relacional de
nuestra institución.

La terapia sistémica también se vio limitada por las claves analítico políticas de la época.
1- Influidos por el familiarismo del paradigma psicoanalítico dominante y aceptando el rol de
la misma en la producción de subjetividad. Problema destacado por la psicología critica. El
colonialismo que reduce los diferentes modos de crianza a un solo tipo de familia la
familia occidental burguesa .

2- Como vemos el genograma es la representación que recortó la familia como objeto de


estudio, haciendo sinónimos a sistema y familia, limitando las lecturas de contexto y
medio en el que se produce la subjetivación a lo familiar y tal vez otros sistemas pero solo
secundariamente.

3- La lectura de lo familiar se vuelve estructural y solo remite a la familia biológica y sobre


ella acepta variaciones. No parte de la diferencia sino de la diversidad.

4- Ciclo vida familiar otra lectura que universaliza y limita el desarrollo a un solo modo
natural/normal de evolución

5- hay solo un modo de transmisión Jerárquica, lineal y vertical descendente.

6- Paradigma normalizador de distancias, roles, funciones adecuadas etc

7- Las relaciones son entre Unidades. Personas que se relacionan con otras personas de un
modo X (distante, aglutinado etc. Como si no fuera posible tener diferentes relaciones
entre las mismas personas dependiendo de la situación. Hay un solo modo de ser padre y
un solo modo de ser hijo.

Cuando un terapeuta familiar establece contacto con una familia o pareja en consulta, casi
inmediatamente comienza a dibujar en su cuaderno de notas el genograma. Saca su mapa y
empieza a llenar los casilleros con datos. Allí recorta y define por donde habrá de circular en sus
próximos encuentros. Las lecturas posibles, la descripción de problemas y también las soluciones.

En este acto su capacidad y posibilidad de pensar relaciones, de establecer otros trayectos empieza
a verse limitada por ese paradigma, sus preguntas referirán a él a sus teorías y difícilmente podrá
deshacer esa rostridad. Anulará su capacidad de ver el gesto que lo lleve a otro agenciamiento
posible.

Cartografiar

Como dijimos antes a diferencia de seguir mapas ya trazados en el espacio terapéutico podrían
emerger nuevas y singulares practicas cartográficas. Vagar, tejer, errar, viajar pueden ser verbos
que aproximan a la idea de
Las cartografías a diferencia del mapa no están dadas, emergen al mismo tiempo que recorremos
el paisaje. La diferencia entre vagar por una ciudad desconocida y hacer un tour, es permitir que
algo pase en lo que pasa.

Contra la insistencia de algunos en leer lo humano bajo el signo de las estructuras de parentesco,
Deligny tiene la paciencia de querer hacerlo a la luz de la “estructura de la red”, bajo las
características del rizoma (dirían Deluze y Guattari). Los trayectos hacen una red, y esa red no
tiene otro objetivo que aprehender las ocasiones que el azar ofrece, pero ocasiones que solo
aparecerían una vez que, en el vagar, algo sea encontrado. Por lo tanto, no se trata de encontrar
lo que ya existe, ni tampoco lo que se busca, pero sí de crear a través de ese vagar aquello que se
encuentra. Vagar es un infinitivo que debe permanecer en tanto tal, para preservar, dice Deligny,
su extrema riqueza, y sólo se lo consigue en la medida en que el espacio permanece vago, o debe
ser “desocupado”.

Cuando tratamos de deshacernos de nuestros mapas y permitirnos vagar dejarnos sacar del
territorio conocido para trazar nuevos trayectos y quizá abrir nuevos mundos de referencias. Digo
tratamos de deshacernos porque los mapas están en nosotros, pero si estamos abiertos, podemos
ser dignos del acontecimiento.

Aquello que se nos aparece como un error puede ser pensado como un indicador claro de que un
mapa nos está operando, de que no estamos pensando, de que estamos sobre imponiendo
nuestra representación a lo que sucede, a la situación. Es necesario no aplastar esa emergencia
con teorías o atribuciones de resistencia o de falta de posibilidad de ver y que nosotros vamos a
iluminar.

Preocupado por la dicotomización de subjetividades como normal / anormal, Deligny realizó una
serie de programas residenciales para niños y adolescentes con autismo a los que él llamó
"intentos" (tentativas). En la búsqueda de un modo de ser que les permitiera existir, sin tener en
cuenta ninguna concepción particular de la humanidad (Deligny 2015, 79)donde ninguna
subjetividad estaba sujeta o era más dominante o normalizada que otra.

Deligny y, en 1967, se trasladó a las montañas de Cévennes donde vivió hasta su muerte el 18 de
septiembre de 1996. Es ahí, que Deligny exploró por completo su larga preocupación por la
cartografía. El método era simple, pero profundo. Al principio, “trazan un mapa básico del lugar de
vida, organizado alrededor de puntos de referencia de la vida cotidiana, como la cocina, el baño,
los dormitorios, el pozo de agua, etc. A continuación, “ponen una hoja transparente para trazar los
movimientos realizados en el territorio ” durante el día . Así, mientras que el primer mapa marca
puntos, el segundo trazado consiste en líneas que mapean los movimientos de los conocidos como
"presencias cercanas", que indican acciones como cocinar o sacar agua del pozo. Estas líneas son
generalmente rectas y de carácter práctico. Pero también hay otras líneas que son “curvas,
repetitivas, yendo a ninguna parte ”en particular. Estas líneas trazan los viajes de los niños autistas
y “Deligny llama a estas líneas no utilitarias lignes d’erre (líneas errantes), un concepto que
captarán la atención de Deleuze y Guattari "(44), particularmente por la forma en que El ritmo
emerge de ellos.

Pensar los procesos de subjetivación como cartográficos, es diferente a pensar en sujetos que
recorren territorios. Se trata del proceso de subjetivación que se produce en el trayecto que como
dijimos antes no está prefijado y por lo tanto está ligado a la idea de vagar y a la de
acontecimiento. Otro concepto que podemos ir entramando es el de territorio ya que la cartografía
como método propone la idea de un territorio que no está dado, sino que se construye a medida
que se recorre, pero tampoco el sujeto tampoco está dado. No hay sujeto recorriendo un territorio
ni siquiera sujeto y medio. “el territorio es más que el organismo y el medio, y la relación entre los
dos Deleuze y Guattari (1987, 504). Así como el medio ambiente no es el territorio el mapa
tampoco lo es.

Como ya lo dijimos antes al hablar de subjetivación, para empezar hay caos, no estructura. La
estructura y el medio son inmanentes, emergentes y contingentes ,en lugar de imponerse desde
arriba o desde afuera. El caos es el "medio ambiente de todos los ambientes" (Deleuze y Guattari
1987, 313). Milieus, que no deben ser confundido con los territorios, proporciona una cierta
salvaguardia contra el caos, aunque aún no han alcanzado consistencia.

El término francés “Milleu” tiene al menos 3 connotaciones que para (Deleuze y Guattari 1987,
xvii) deben combinarse : 1- se refiere a “entorno” o al medio ambiente o ecosistema; 2- también a
lo que está entre dos puntos, en el medio de una relación binaria ; y 3- se utiliza en la ciencia para
referirse a una sustancia que tiene la capacidad de transferir energía de un lugar o fuente a otro y,
como tal, denota movimiento.

Ese medio adquiere consistencia en la territorialización que se produce y produce subjetividad por
acción de recorrer (recordemos concepto de autoorganización). Ese territorio indisociable de la
subjetividad indistinguible, se produce por 3 tipos de lineas cartograficas las dos primeras de
segmentación (estratificacion del caos) y la tercera caracterizada por la desterritorialización
absoluta : 1) "la línea molar o rígida ", 2) la molecular o flexible" y es reconocida por su tendencia
a la desterritorialización, y 3) la "línea de vuelo" que no está segmentada (Deleuze y Guattari 1987,
195-97). El aspecto molar indica los componentes principales de nuestras vidas y contribuye
típicamente a lo que percibimos como nuestra identidad, por ejemplo, raza, sexo y género,
profesión, nacionalidad y así sucesivamente, el molecular es más imperceptible, "viajando a
velocidades más allá de los umbrales de percepción habituales u ordinarios” (Deleuze y Guattari
1987, 196) y, por lo tanto, denota líneas de desterritorialización que puede producir variaciones en
la red de la organización molar. El tercer tipo de línea: líneas susceptibles de variación y
modificación (el Cosmos), convirtiéndose en líneas de vuelo. Las cartografias de Deligny destacan
las interrupciones de las relaciones de poder normativas, en lugar de producirlas y reproducirlas y,
en consecuencia, permiten la creación, o emergencia, de lo genuinamente nuevo

D &G destacan,al menos, cinco aspectos de estas líneas en cuanto se relacionan con las dos
consideraciones principales de subjetividad ya nombradas: los sujetos y el medio.

1)“Es un asunto de cartografía; 2) no tiene “nada que ver con el lenguaje”; 3) no tiene “nada”
hacer con un significante ”; 4) no tiene "nada que ver con una estructura"; y 5) las “líneas son
inscriptas en un cuerpo sin órganos, es en sí misma una línea abstracta sin figuras imaginarias ni
funciones simbólicas: lo real de la BwO ”2(Deleuze y Guattari 1987, 203).
2
4 El cuerpo sin órganos (BwO) es un término que Deleuze y Guattari toman prestado de Antonin Artaud
(1947). En A Thousand Plateaus, explican la BwO en términos de un huevo en formación que puede verse
como un "mapa de intensidad" (Deleuze y Guattari 1987, 164) consistente en una distribución de
densidades, intensidades y umbrales que tienen ciertas tendencias y capacidades que aún no están
Al hablar de territorializacion /desterritorialización hace, para mi, necesario referir a la idea de
ritornello para pensar la relación entre lo organizante y lo desorganizante(caos/organización) no
como “cosas”opuestas sino como procesos presentes en el fluir de lo vital.

Como lo expresa Guattari (2011, 107), un el niño canta en la noche porque "teme a la oscuridad" y
"busca recuperar el control de eventos que se desterritorializaron demasiado rápido,
"proliferando" en el lado del cosmos y lo Imaginario ". Así, el canto, o más bien, el volver al canto
(el ritornello o el eterno volver) permite que del caos surja un ambiente para el niño. El ambiente
surge a través del ritmo; por lo tanto, solo existe un medio "en virtud de una repetición periódica,
pero uno cuyo único efecto es producir una diferencia por la cual el medio pasa a otro medio”
(Deleuze y Guattari 1987, 314). Es necesario aclarar que no es la repetición, lo que produce
diferencia a través del ritmo, ya que eso implicaría una estructura a priori. Más bien, es la
diferencia (o el caos) lo que es rítmico, por lo que esa diferencia es sustantiva en lugar de un
producto. Para repetirlo una vez más: la diferencia es constitutiva, lo que significa que ese medio y
el ritmo surgen de la diferencia en lugar de la diferencia que se produce por la interacción entre el
medio y el ritmo que hablaría de la diversidad. Diferencia no es diversidad. Se da diversidad, pero
diferencia es aquella por la cual lo dado se da, como diverso. Todo lo que sucede y todo lo que
aparece se correlaciona con órdenes de Diferencias: diferencias de nivel, temperatura, presión,
tensión, potencial, diferencia de intensidad.

En el trabajo cartográfico, como dijimos antes, es la oportunidad de la aparición del gesto que
amplificado lleve a la desterritorialización, y es el ritornello la posibilidad de reterritorializar, de
pasar de un agenciamiento a otro . Deleuze y Guattari explican el pasaje de un conjunto a otro (o
de una viñeta a otra) como el movimiento de la función a la expresión. Se basan en el
comportamiento del tallo de la hierba de los pinzones australianos explicar su posición. Durante el
cortejo, explican, el ave macho en realidad no hace un nido, pero, en cambio, "se limita a
transportar materiales o imitar la construcción de un nido " y corteja a la hembra" sosteniendo un
trozo de hierba en su pico o simplemente picoteando en ella (Deleuze y Guattari 1987, 324). El tallo
de hierba, ya no se usa para su función, a saber, la construcción de nidos (una función
territorializadora), se ha desterritorializado y se ha convertido en un elemento de cortejo. En
consecuencia, el tallo de la hierba es un convertidor de agenciamiento porque "es un componente
del paso de un ensamblaje a otro” (Deleuze y Guattari 1987, 325), de la Función a la expresión.

Es necesario el movimiento para pasar de la función a la expresión, de la territorialización a la


desterritorialización: movimiento, o, como Deligny podría decir, el gesto más leve. El picoteo en la
hierba, sin ofrecerla, es un ejemplo del gesto más leve, de un conjunto convertidor. Y cuando la
psicoterapia se aleja de su función, incluso en lo más mínimo, para ser expresiva, actúa como un
convertidor de ensamblaje.

completamente formadas o pre-estructuradas.


BwO trata así de cómo podemos crear un mapa de intensidades en nuestras vidas y formas en las que
estas intensidades circulan y permanecen abiertas al cambio, a los encuentros casuales o, alternativamente,
se cierran bajo el movimiento y se convierten en sistemas cerrados.
[1]Burman, E (1994). La Deconstrucción de la Psicología Evolutiva. Editorial VISOR DIS, S.A, Madrid.

Das könnte Ihnen auch gefallen