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FORMACIÓN DE CREENCIAS I

Las creencias son Pensamientos Potencializados a los que les damos mucho valor, un significado y
mucha credibilidad, al punto de que se hacen hábitos en nuestra vida.
Dentro de nuestra mente primero tomamos un PENSAMIENTRO que suele servirnos para tomar
decisiones y cuando lo hacemos estamos aceptando dicho pensamiento, si nos es útil en la decisión que
tomamos o queremos tomar. Esto quiere decir que nos identificamos con ese pensamiento pues
encontramos que tiene valor para nosotros.
Un ejemplo puede ser la idea de que tener el cabello largo es cómodo y se ve muy bien para alguien
joven. Este pensamiento nos lleva a tomar la decisión de dejarnos crecer el cabello. Hacemos esto
porque nos identificamos con este modelo de imagen personal y adquiere valor para nosotros porque nos
gusta y llena nuestras expectativas. Esta idea adquiere un significado para nosotros, cuando tomamos
esta decisión. El significado de ser mi imagen y tener la apariencia que a mí me gusta.
Los pensamientos a los que les damos valor y significado, adquieren credibilidad dentro de nosotros.
Cuando luzco el cabello largo CREEMOS que en efecto es bueno y nos satisface, entonces lo
convertimos en hábito, por tanto al pasar el tiempo se convierte en una CREENCIA personal.
Esto nos lleva a reflexionar, que tenemos creencias que creemos buenas y otras que creemos malas.
Ahora veamos donde se forman nuestras creencias. Nuestro cerebro está compuesto por tres capas de
acuerdo a la evolución. La capa más interna se llama cerebro reptiliano, se cree que compartimos esta
zona con los reptiles, por eso lleva este nombre y es allí donde se forman los instintos, los deseos y los
gustos animales. Esta capa es la que se desarrolla más rápidamente entre los 0 y los 7 años de edad.
Todo lo que aprendemos en esta edad queda grabado y guardado en esta zona cerebral. Esta información
es muy difícil de borrar debido a que esta zona reptiliana no recibe órdenes del cerebro mismo sino del
cuerpo. Aquí es donde aprendemos a manejar nuestro cuerpo y a controlarlo, y dependiendo de las
enseñanzas que nos den estos siete primeros años de nuestra vida, así mismo manejaremos nuestros
impulsos, instintos y órdenes del cuerpo.
La segunda capa del cerebro es la Límbica, una zona que compartimos con los mamíferos y que se
encarga del manejo de las emociones y la afectividad. Esta zona también alcanza un gran desarrollo de
los 0 a los 7 años de edad, y allí formamos nuestros valores afectivos y emocionales con respecto a las
demás personas y nuestro entorno, dependiendo de la educación que nos den nuestros padres en esos
primeros siete años. En esta parte del cerebro también la información es muy difícil de cambiar, ya que
según la psicología, los datos que se ingresan en los primeros 7 años de vida, determinarán en nuestra
vida adulta la clase de personalidad que desarrollaremos y la forma en que procesaremos las emociones
cuando seamos adultos, cuando nos relacionemos con otras personas y con nuestras parejas, ya que estos
vínculos son afectivos y son enseñados de acuerdo a los vínculos que tuvimos de niños y bebes.
Finalmente esta la zona Racional del cerebro, que es la parte más exterior, la cual se forma y desarrolla a
partir de los siete años en adelante y se seguirá desarrollando el resto de nuestras vidas. En esta zona del
cerebro se realiza el Aprendizaje. Es aquí donde racionalizamos las cosas y al llegar a ser adultos
tenemos Conciencia que es básicamente: examinar la información que hay en nuestro cerebro Límbico y
nuestro cerebro Reptiliano, para decidir si esa información que nos han grabado es la que queremos y
debemos tener en nuestra mente o si deseamos modificarla, por medio del aprendizaje.
Entonces volvamos al ejemplo del cabello largo. Cuando somos adultos y tenemos conciencia, esta
creencia de tener el cabello largo y que sea buena o mala para nuestra imagen, que sea cómoda o no, la
examinamos con el examen de conciencia y es probable que encontremos que para muchas personas no
es cómodo, o que para otras no es bueno. Al examinar nuestro cerebro reptiliano y nuestro cerebro
límbico, podemos descubrir que quizás en nuestros años de formación de niños, tuvimos una mala
experiencia al cortarnos el cabello o no nos gustaba ir a la peluquería o nos obligaron, o cualquier otra
cosa parecida, y esta quizás sea la razón por la que tenemos la impresión de que es mejor tener el cabello
largo, nos parece bueno y creemos que es cómodo pero esto demuestra que es probable que creamos
como cierto o verdadero, como bueno o beneficioso, algo que en realidad no lo es, lo cual se llama
prejuicio.
Es aquí donde encontramos la importancia de saber dónde se forman nuestras creencias, como se forman
y como puedo modificarlas para vivir de una manera que sea más acorde a mi bienestar y a mi felicidad.

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