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Algunas consideraciones en torno a la conformación de la opinión pública

de Estados Unidos con relación a Cuba hasta diciembre de 1999

Autora: MsC. Olga Rosa González Martín


Centro de Estudios sobre Estados Unidos, Universidad de La Habana.

Para hablar de la opinión pública estadounidense con respecto al tema de Cuba


hay que tener en cuenta la historia misma de las relaciones bilaterales entre los
dos países, marcada, desde sus inicios, por el interés de la nación norteña de
apoderarse de la pequeña isla al precio que fuera necesario. Y es que, como dice
el Dr. Esteban Morales, (...) cuando los padres fundadores forjaron a la nación
norteamericana, Cuba estaba incluida, era parte de ese proyecto. Creemos que
no lograban los padres fundadores entonces, pensar en la emergente nación
norteamericana excluyendo del proyecto a la Isla grande situada al sur, a pocos
pasos, y que como se dijo, geopolíticamente hablando, era supuestamente el
resultado de la sedimentación de las arenas del río Mississippi. Por eso, a la par
con la realización del proyecto fundacional de la nación norteamericana, fue
emergiendo también esa parte de la cultura política estadounidense (...) que ha
visto siempre a Cuba como una extensión natural del territorio continental de los
Estados Unidos.1
Desde entonces y hasta la fecha se crearon, idearon y diseñaron diversos
planes. Los distintos intentos y propuestas de compra a España; la conformación
de una política económica hacia la isla que hizo que, aunque España siguiera
siendo la metrópoli, Estados Unidos se convirtiera en su principal socio comercial;
las Doctrinas Monroe y la de la Fruta Madura; la intervención en la Guerra
Hispano-Cubana; la imposición de la Enmienda Platt; el Tratado de Reciprocidad
Comercial; la invasión de Playa Girón, entre otras muchas acciones, dan fe de lo
expresado anteriormente. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos de los

1
Esteban Morales Domínguez: Cuba-Estados Unidos: las esencias de una confrontación histórica,
Biblioteca del Centro de Estudios Sobre Estados Unidos, Universidad de La Habana, 2003, pp.1-2.

1
presidentes que han pasado por el ejecutivo estadounidense, Cuba sigue siendo
una nación libre e independiente.
Las primeras noticias de gran relevancia que se publicaron sobre Cuba con
alcance masivo en el vecino del norte datan de finales del siglo XIX, etapa en la
que surgió y se desarrolló la era del sensacionalismo en el periodismo
estadounidense y en la que la rivalidad entre Hearst y Pulitzer tuvo un papel
decisivo a la hora de la producción noticiosa. Durante estos años también tenía
lugar la Guerra Hispano-Cubana, acontecimiento que Estados Unidos aprovechó
para quitar a España de su camino y apoderarse de la Isla. Para esto, y con la
ayuda de los principales periódicos del país, orquestó una excelente campaña
propagandística que, en esencia, mostraba a Cuba como una pequeña isla
ubicada en el Caribe, colonizada por una potencia europea que había cometido
atrocidades y de la cual no se podía liberar por su debilidad y hasta incapacidad.
Se hizo toda una historia en la que se enfatizaba en la necesidad de que Estados
Unidos interviniera para liberar y salvar a los cubanos del yugo español.2 De esta
manera, se vendió la imagen de los estadounidenses como héroes y la de los
cubanos como aquellos que nada o bien poco hicieron para alcanzar su libertad.
Así, la Guerra Hispano-Cubano-Americana pasó a la historia estadounidense
como la Guerra Hispano-Americana (Hispanic-American War).
Una vez ocupado el territorio cubano, el Gobierno de Estados Unidos consolidó
el control de la Isla con la imposición de la Enmienda Platt en la Constitución de
1901 y con el famoso Tratado de Reciprocidad Comercial. 3 Durante todo este
tiempo, y hasta el triunfo de la Revolución en 1959, Cuba fue una verdadera
neocolonia. Eran ellos los que tomaban las decisiones finales sobre lo que debía
hacerse o no en el país. Por tanto, Cuba ya formaba parte de la nación norteña.
Es por ello, que con la llegada de la revolución en 1959 tiene lugar un cambio
radical en la forma en que los estadounidenses comienzan a ver a Cuba.

2
Miralys Sánchez Pupo: La prensa norteamericana llama a la guerra, 1898, La Habana, Editorial
de Ciencias Sociales, 1998.
3
Para un análisis más detallado y profundo de la verdadera significación del Tratado de
Reciprocidad Comercial ver Francisca López Silveira: Historia de las Relaciones de Estados
Unidos con Cuba, Selección de Lecturas, Artículo del doctor Oscar Zanetti, “El Comercio Exterior
de la República Neocolonial”, La Habana, Ediciones Ministerio de Educación Superior, 1985, pp.
24-53.

2
Con el triunfo de la Revolución, Cuba se convirtió en la dueña de su propio
destino. Las distintas medidas adoptadas por el Gobierno Revolucionario no
fueron bien recibidas en la Casa Blanca y se produce una ruptura total de las
relaciones entre los dos países. Mas, a la opinión pública de Estados Unidos, y a
la del mundo también, se le dice que es el nuevo Gobierno de La Habana el que
pone punto final a casi dos siglos de “buenas relaciones” con Washington. Desde
entonces, y hasta la fecha, los líderes revolucionarios han sido satanizados por los
medios estadounidenses y la imagen que se ha dado sobre los cubanos es la de
un pueblo que vive bajo la “represión” de un “dictador” que no respeta los más
elementales derechos humanos, que no permite elecciones libres y democráticas
y que no pretende abandonar el poder bajo ningún concepto;4 los exiliados en
Miami son las víctimas que han logrado escapar de la “tiranía” y los
contrarrevolucionarios que viven en la Isla son los disidentes que abogan
pacíficamente por una Cuba libre y democrática.5
Como regla general, la opinión pública de Estados Unidos se ha conformado
gracias a la imagen manipulada, distorsionada e inexacta que se ha venido
ofreciendo con relación a lo que sucede en la Isla desde hace ya varios años. Esto
ha provocado que, en su gran mayoría, los ciudadanos estadounidenses tengan
una opinión desfavorable sobre Cuba. Sin embargo, a pesar de que esta es la

4
Para ampliar sobre el tema de la imagen de Cuba en Estados Unidos ver, entre otros, los
artículos del investigador cubano Alfredo Prieto González: “La prensa y la opinión pública
norteamericana hacia América Latina”, Cuadernos de Nuestra América, Vol. VI, No. 12, enero-
junio, 1989; “Cuba en la prensa norteamericana: la conexión cubana”, Cuadernos de Nuestra
América, Vol. VII, No. 15, julio-diciembre, 1990; “Cuba en los Medios de Difusión
Norteamericanos”, Revista Temas, No. 2, abril-junio, 1995; Olga Fernández: “La Gran Prensa
Norteamericana Editorializa a Cuba: Años 90”, ponencia presentada en la XXII Conferencia de la
Latin American Studies Association (LASA), Marzo 16-18, 2000, Hyatt Regency, Miami, Florida;
William H. Flanigan y Nancy H. Zingale: “Forty Years of United States Public Opinion toward Cuba”,
ponencia presentada en evento sobre elecciones presidenciales del año 2000 en Estados Unidos,
Centro de Estudios sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana, Cuba; Bill Solomon:
“Cubriendo Cuba: la crisis de los balseros. Agosto-septiembre de 1994”, Revista Temas, No. 20-21,
enero-junio, 2000; del mismo autor: “Self Reflections: U.S. Press Coverage of Cuba”, ponencia
presentada en la American Sociological Association Conference, 2000.
5
Para profundizar en el tema ver Reinaldo Taladrid y Lázaro Barredo, El Chairman Soy Yo,
Ediciones TREBOL, 1994; Jesús Arboleya Cervera: La Contrarrevolución Cubana, La Habana,
Editorial de Ciencias Sociales, 2000; Hernando Calvo Ospina y Katlijn Declercq, ¿Disidentes o
Mercenarios?, Casa Editora Abril, 2003; Rosa Miriam Elizalde y Luis Báez: Los Disidentes,
Editora Política, 2003; Arleen Rodríguez y Lázaro Barredo: El Camaján, La Habana, Editora
Política, 2003.

3
percepción que tienen, es necesario aclarar que el tema Cuba no constituye un
interés de primera línea para ellos, sino que sale a relucir en momentos de crisis
(Ver Anexo 1).6
Como se aprecia en el gráfico, la opinión pública de Estados Unidos no ha
considerado a Cuba como un problema importante para su país en los últimos 40
años, excepto en determinados períodos de décadas específicas que estuvieron
marcados por un incremento en la dinámica del conflicto bilateral entre los dos
países. Así, tenemos los principios de los 60 como el momento en que más se
habla de Cuba y eso no es por gusto. En el año 1960 se establece el bloqueo
comercial contra Cuba, en enero del 1961 se rompen las relaciones diplomáticas y
consulares y en abril tienen lugar los bombardeos sorpresivos contra los
aeródromos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba en
el que perdieron la vida varios jóvenes combatientes y en cuyo duelo Fidel
proclamó el carácter socialista de la Revolución y declaró, además, el estado de
alerta para la nación horas antes de que se produjera el ataque a Playa Girón, 7
primera gran derrota militar que sufrió Estados Unidos en América.
Ya en el año 1962 surge la Crisis de Octubre o Crisis de los Misiles,8 hecho
éste que tuvo un gran impacto internacional y que puso al mundo al borde de una

6
Tomada de William H. Flanigan y Nancy Zingale, Ob. cit. Los autores aclaran que el esquema se
hizo a partir de distintas encuestas hechas por la Gallup donde se preguntó “¿Cuál es el problema
más importante que enfrenta el país hoy?” o alguna que otra variación de la misma pregunta.
Asimismo informan que muchas de las encuentas fueron hechas por la Gallup para el Chicago
Council on Foreign Relations (Consejo de Relaciones Exteriores de Chicago). El hecho de que
aparezcan las letras “a” y “b” se debe a que en las encuestas de donde se extrajo la información,
“Cuba” estaba combinada con otros países. Las fechas de las encuestas hechas por la Gallup,
utilizadas en la elaboración de la figura, son las siguientes: 1960, Junio, Julio, Agosto, Septiembre
y Octubre; 1961, Febrero, Mayo, Julio y Diciembre; 1962, Abril, Junio, Septiembre y Diciembre;
1964, Marzo, Abril, Junio, Julio, Agosto, Septiembre y Octubre; 1965, Marzo, Agosto, Octubre y
Noviembre. Por su parte, los años en que se realizaron las encuentas para el Consejo de
Relaciones Exteriores de Chicago son: 1978, 1982, 1986, 1990, 1994, 1998. Además de éstas,
también fueron utilizadas las siguientes encuestas: 1963, National Opinion Research Center,
Diciembre; 1972, Gallup, Mayo; 1994, Hart and Teeter, Diciembre.
7
Ver, entre otros, Juan Carlos Rodríguez: The Bay of Pigs and the CIA, Ocean Press, 1999; Fidel
Castro y José Ramón Fernández: Playa Girón, Pathfinder, 2001; Fidel Castro: Fidel Castro Habla
de Playa Girón, Ocean Press y Editora Política, 2001; Eugenio Suárez Pérez y Acela Caner
Román: Fidel: Días de Girón, Ciudad de La Habana, Ediciones Verde Olivo, 2001; Conferencia
“Girón: 40 Años Después”, Conferencia de Académicos y Actores Históricos Cubanos y
Norteamericanos, Documentos de los Archivos Cubanos, 2001.
8
Ver, entre otros, Con la Razón Histórica de Baraguá: 1962 Crisis de Octubre, Editora Política,
1990; Carlos Lechuga: Cuba and the Missile Crisis, Ocean Press, 2001; Eugenio Suárez Pérez y

4
guerra nuclear, aunque hay que puntualizar que la crisis como tal fue el resultado
de las continuas acciones hostiles de Estados Unidos hacia Cuba. Como dice el
doctor Esteban Morales: la comúnmente llamada Crisis de los Mísiles en los
Estados Unidos no fue, como ya históricamente se ha pretendido hacer ver,
un momento en que a partir solamente de la presencia de los cohetes
nucleares en Cuba, se puso el mundo al borde de la Tercera Guerra Mundial,
sino más que eso, el momento en que Estados Unidos tuvo que enfrentarse
con las consecuencias acumuladas de todos sus actos de agresión contra
Cuba. 9
El criterio de que Cuba era una amenaza para la seguridad del continente se
había empezado a fabricar desde mucho antes de la Crisis 10 y se reforzó aún más
después de la alianza Cuba-URSS, a partir de la cual la Isla podía adquirir
equipamiento militar para su defensa. Sin embargo, es durante estos años tensos
que los norteamericanos experimentan en carne propia la posible amenaza que
Cuba significaba para ellos, idea ésta que se mantuvo presente hasta que en los
años 90 se declarara públicamente que tal amenaza para la seguridad nacional de
Estados Unidos no existía. Además de todo esto, antes de ser asesinado,
Kennedy hace ilegales los viajes de los ciudadanos de Estados Unidos a la Isla,
eliminando así todo tipo de posibilidad de que pudieran constatar de primera mano
lo que realmente sucedía en Cuba y llegaran a formarse sus propios criterios con
relación a la Revolución y a Fidel.
Luego, la guerra de Viet Nam desplazó a Cuba como tema de interés relevante
y no reaparece más hasta finales de la década del 70 y principios de los 80,
aunque ya nunca más con la fuerza de los 60. En el año 80, debido a la
incoherencia de la política migratoria de Carter y a las concesiones hechas a los
sectores de la extrema derecha cubano-americana, Cuba decide abrir sus
fronteras y permite que todo aquel que quiera ir hacia el territorio de Estados

Acela Caner Román: Fidel: Crisis de Octubre, Ediciones Verde Olivo, 2002; Resumen de la
Conferencia sobre la Crisis de Octubre realizada en Ciudad de La Habana en el año 2002.
9
Esteban Morales Domínguez: Crisis de los Misiles o Crisis de Octubre, Biblioteca del Centro de
Estudios Sobre Estados Unidos, Universidad de La Habana, p. 19.
10
John Elliston: Psywar on Cuba: The declassified history of U.S. anti-Castro propaganda, Australia,
Ocean Press, 1999.

5
Unidos se vaya. El puerto que se utilizó como punto de partida fue el del Mariel y
por el mismo abandonaron el país unas 125 000 personas. Este fue un
acontecimiento importante, pues a pesar de no haber sido la primera gran ola
migratoria después del año 195911 sí fue un punto importante en la dinámica de
las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Es en esta década que el
Departamento de Estado de Ronald Reagan decide incluir a Cuba entre los países
patrocinadores del terrorismo, haciendo que los estadounidenses vieran que esa
isla que en los años 60 fue capaz de apuntar cohetes nucleares contra ellos
también era un país terrorista capaz de hacer cualquier cosa que pudiera
afectarlos.
Después de esto, Cuba vuelve a ser desplazada de la lista para aparecer
nuevamente a mediados de la década del 90. En el año 1994 tiene lugar la Crisis
de los Balseros que obliga a Estados Unidos a sentarse a la mesa de
negociaciones con Cuba para valorar el tema de los acuerdos migratorios, y en el
año 1996 Cuba derriba las avionetas del grupo de extrema derecha Hermanos al
Rescate, radicado en el Sur de la Florida, por haber violado el espacio aéreo
cubano. La visita del Papa Juan Pablo II12 y el intercambio de juegos de baseball
entre Cuba y los Orioles de Baltimore también fueron momentos importantes
porque si bien lo publicado sobre Cuba no fue todo lo positivo que se hubiera
querido sí se puso en tela de juicio, posiblemente por primera vez en su historia,
la efectividad de la política de Estados Unidos hacia la Isla.
Con relación al bloqueo económico contra Cuba y hasta finales de los 90 casi
un 50% de la población norteña se mostraba a favor de las llamadas sanciones
económicas, un 42% se oponía y aproximadamente el 10% no tenía opinión. 13
Aquí es necesario aclarar que antes de la década del noventa las preguntas de las
encuestas relacionadas con las sanciones económicas no eran comunes ni

11
Entre 1959 y 1965 emigran a los Estados Unidos 290 000 personas, de las cuales, algunos
fueron niños sacados de la isla a través de la Operación Peter Pan. Ver Félix López, “Emigración:
Pronósticos del Tiempo”, Ediciones Abril, 1998.
12
Se podía esperar quizäs una mayor divulgación de esta visita en los medios estadounidenses
pero tan importante evento se vio opacado por el escándalo de Mónica Lewinsky y el posible
impeachment contra el presidente William Clinton.
13
Mark Gillespie: “Americans Support Resumption of Diplomatic Relations with Cuba, but support is
down from last year”, Gallup News Service, May 11, 2000.

6
frecuentes, a pesar de que el bloqueo estaba vigente desde 1960. Hasta 1989,
Cuba había sido capaz de mantenerse y de desarrollarse gracias al intercambio
comercial que tenía con el antiguo bloque socialista y la otrora Unión Soviética.
Sin embargo, al desaparecer éstos Cuba se quedaba sin alternativa y sin opciones
para evadir las sanciones económicas en su contra. Con sus principales socios
económicos desaparecidos y con Estados Unidos que emergía como única super
potencia en un mundo unipolar se esperaba que Cuba cayera también. Estados
Unidos quiso acelerar más el proceso endureciendo su política hostil contra la Isla
al aprobar la Ley Torricelli primero y la Helms-Burton después. De ahí, el interés
de los que hacen las encuestas en incluir preguntas sobre las sanciones
económicas y su posible efectividad.
Por su parte, el comportamiento de la opinión pública estadounidense en torno
al reestablecimiento de las relaciones diplomáticas entre La Habana y Washington
es otro de los temas que ha ocupado la atención de los estudiosos. Las distintas
encuestas que se han hecho al respecto, demuestran que las cifras aumentan o
disminuyen según la dinámica del conflicto (Ver Anexo 2).14
Como ejemplifica el gráfico, en la década del 70 se evidencia que un porciento
bastante elevado de la población estadounidense estaba a favor de que se
reestablecieran las relaciones diplomáticas entre los dos países. Esto obedece a
que fue en esa etapa que se dieron algunos pasos positivos como la eliminación
de las prohibiciones de viajes de los norteamericanos a Cuba, la apertura de las
Secciones de Intereses en ambos países y la firma de acuerdos marítimos y
pesqueros. Por otro lado, tampoco hubo un enfrentamiento directo que marcara un

14
Tomada de William H. Flanigan y Nancy Zingale, Ob. cit. En este caso, los autores explican que
para hacer el gráfico se basaron en los datos que obtuvieron a partir de una muestra mucho más
amplia de encuestas en las que las preguntas también eran mucho más variadas. Asi, para el tema
de las relaciones diplomáticas utilizaron las siguientes encuestas: 1972, Gallup, Mayo; 1974,
Gallup, Octubre; Louis Harris and Associates, Diciembre; 1977, Gallup, Mayo; 1978, NBC News,
Octubre; 1990, Gallup, Octubre; 1994, Gallup, Octubre; 1996, Gallup, Abril; 1997, Yankelovich,
Marzo; 1998, CBS News Monthly Poll #3, Enero; Program on Internationl Policy, Febrero; 1999,
Gallup, Mayo. Para las relaciones diplomáticas y el comercio hicieron uso de: 1975, Roper, Enero;
1977, CBS News, New York Times, Abril; 1978, CBS News, New York Times, Junio; 1982, Gallup,
Octubre; 1986, Gallup, Octubre; 1998, CBS News Monthly Poll #3, Enero. En el caso de las
sanciones económicas acudieron a: 1994, Yankelovich, Octubre; 1996, CBS News, New York
Times, Octubre; 1997, Yankelovich, Marzo; 1998, CBS News Monthly Poll #3, Enero; Program For
International Policy, Febrero; Gallup, Octubre; 1999, Gallup, Mayo.

7
incremento de las tensiones en el conflicto bilateral. Sin embargo, ya para finales
de esa década y principios de los 80 se produce un declive en la línea que
responde a la crisis del Mariel. Luego se mantiene más o menos estable hasta
mediados de los 90 en los que vuelve a descender por la Crisis de los Balseros y
el derribamiento de las avionetas de Hermanos al Rescate en 1996.
Somos del criterio de que la conformación de la opinión pública estadounidense
en torno al caso cubano ha estado definida por tres elementos fundamentales:
primero, la Crisis de Octubre; segundo, la prohibición de los viajes de los
ciudadanos norteamericanos a Cuba y; tercero, la propaganda que se ha ejercido
por parte de sus principales medios de comunicación en contra de la Revolución y
de sus líderes, en la que han desempeñado un papel importante la presencia de
los representantes de la comunidad cubanoamericana del Sur de la Florida.
Se conoce que, por lo general, el alto nivel educacional de los norteamericanos
no se traduce en niveles elevados de interés o de información sobre otros países y
mucho menos de sus líderes, al menos que, como dijimos anteriormente, haya
una crisis. No obstante, una vez resuelta, tienden a olvidar lo sucedido. Sin
embargo, con el nombre de Cuba no ha pasado eso. Y en esto tuvo un papel
decisivo la Crisis de Octubre y su impacto en la sociedad norteamericana. Si no
hubiese habido una Crisis como la que hubo, los medios nunca hubieran logrado
sembrar una imagen tan negativa sobre un país y su líder o, al menos, nunca
hubieran logrado mantenerla durante tantos años. El emplazamiento de los misiles
soviéticos en territorio cubano le vino muy bien a los planes de propaganda de
Estados Unidos, pues la idea de que la Cuba comunista podría atacar a los
Estados Unidos y acabar con la vida de los norteamericanos se podía explotar
muy bien. La tensión, el temor a perderlo todo, caló muy bien en la psique de los
norteamericanos que vieron en Cuba al país con la capacidad militar suficiente
como para borrarlos de la faz de la tierra. Y este detalle es muy importante porque
lo que definió la imagen negativa de la opinión pública estadounidense en torno a
Cuba fue el temor, el miedo a que la vida les cambiara por completo, hasta el
punto de llegar incluso a perderla, si se usaban los misiles para atacarla. Cualquier
cosa que Cuba decidiera hacer con los misiles afectaría no solo la vida social o

8
política de los Estados Unidos sino la cotidianidad misma de sus ciudadanos,
hecho que ocurrió realmente. Si hay algo que pueda describir hasta cierto punto la
incertidumbre vivida durante esos días es la frase de y si muero mañana. Ya no se
trataba de un problema político, se trataba de una posible tragedia humana. Los
medios supieron hacer muy bien su labor, marcada históricamente por la
manipulación. Se trataba de llegar hasta lo más profundo de los sentimientos y
aspiraciones de un pueblo cuya cultura no admite el peligro y mucho menos la
amenaza.
Durante los años noventa un número cada vez creciente de norteamericanos
comenzó a pronunciarse en favor del reestablecimiento de las relaciones
diplomáticas con Cuba. En esta década, se permitió que grupos vinculados a los
sectores de la educación, la religión, los deportes, el arte, la cultura y los negocios
de Estados Unidos vinieran a Cuba. Si bien es cierto que este intercambio people
to people (pueblo a pueblo) se aprobó como mecanismo ideológico y de
persuasión para influir sobre determinados sectores de la población cubana que
se verían afectados por las nuevas transformaciones económicas que la Isla
tendría que adoptar para poder sobreponerse a la crisis, tampoco es menos cierto
que este intercambio permitió que los representantes de estos sectores de la
sociedad norteamericana conocieran y experimentaran de cerca la realidad
cubana, dándoles así la posibilidad de valorar y de evaluar la política de su país
con relación a Cuba.
Por otro lado, esto permitió que surgieran otros actores en el debate sobre
Cuba al interior de la sociedad norteamericana que le han restado protagonismo a
los grupos de extrema derecha de la comunidad cubano-americana que hasta ese
momento eran, junto a los medios, el otro factor importante en torno a la
conformación de la opinión pública de Estados con relación a Cuba. El simple
hecho de poder venir, ver lo que es Cuba, interactuar con los cubanos, les permite
a los estadounidenses comparar la información que han estado recibiendo sobre
Cuba en los últimos 40 años con lo que realmente ven y sienten cuando vienen.
Sin la posibilidad de poder viajar a la Isla y constatar con sus propios ojos la
experiencia revolucionaria cubana, los norteamericanos se quedan sin referente

9
alguno para poder formarse sus propios criterios. Por consiguiente, se ven
obligados a buscar ese referente a partir de las informaciones que les puedan dar
otras fuentes. Y es aquí donde entran los usualmente llamados poderosos medios
de comunicación.
La manipulación que ha ejercido el ejecutivo sobre los medios, marcada desde
sus inicios por la confrontación Este-Oeste, ha tenido su parte también en la
conformación de la opinión pública de Estados Unidos en torno al caso de Cuba,
pues desde principios de los 60 se establecieron las pautas de lo que sería el
discurso contra la Isla. Desde 1959 se empezaron a realizar campañas
propagandísticas en contra de la Revolución y de sus líderes. En la elaboración de
las mismas, tanto el ejecutivo como la CIA tuvieron los papeles fundamentales.
Era necesario hacerle creer a la opinión pública mundial que había problemas en
Cuba. Entre sus planes más exitosos estuvo la creación de un exilio donde se
“refugiaban” no sólo los batistianos sino cubanos de todas las clases. Es por ello
que las noticias de tipo humano y las historias de vida debían destacarse para que
se viera que a Cuba no la habían abandonado sólo los ricos sino la gente de
pueblo que también se oponía a las medidas que se estaban tomando. La invasión
de Playa Girón debía darse a conocer como un conflicto entre cubanos sin que
mediara la intervención de los Estados Unidos.
La idea de una Revolución que comenzó con “fusilamientos masivos” a
criminales de guerra luego de juicios sumarísimos y que después se convirtió en
una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos estuvo presente tanto
en el discurso político como en el informativo hasta terminada la Guerra Fría. La
presencia militar de Cuba en algunos países africanos también fue muy bien
utilizada en los planes propagandísticos que comenzaron a mostrar a Cuba como
un “satélite” de la URSS, socavando así cualquier posibilidad de que se viera el
proceso revolucionario como algo auténtico y exitoso, sino más bien como un
sistema parasitario incapaz de articular estrategias de desarrollo político,
económico y social independientes a las de la antigua Unión Soviética.
Con el fin de la Guerra Fría y con la tranquilidad de que ya la Isla no constituía
una amenaza para los Estados Unidos, la imagen de Cuba comienza a perfilarse a

10
partir de la dinámica interna de lo que ocurre en el país. Así, surge lo que Prieto
González ha calificado como la tríada mercado-pluripartidismo-elecciones libres.15
El énfasis en que la economía cubana había caído en crisis fue uno de los platos
fuertes en la orden del día. Fundamentalmente, se hizo hincapié en los pobres
resultados que se estaban alcanzando en la industria azucarera y en la reducción
de las importaciones provenientes, en su gran mayoría, de los países socialistas y
de la URSS. De esta manera, se destacaba la dependencia de Cuba de la antigua
Unión Soviética y se demostraba la incapacidad del sistema económico cubano de
satisfacer las necesidades básicas de la población. El tema del bloqueo no fue de
los prioritarios y tampoco lo fueron las reformas económicas adoptadas por la
dirección del país, aunque sí fueron criticadas por no corresponderse con las
recetas neoliberales dictadas por el Fondo Monetario Internacional.
El modelo democrático por el que los estadounidenses se rigen y por el que
además juzgan al resto del mundo exige la existencia de varios partidos políticos
que son los que postulan a los distintos candidatos a la presidencia, aun cuando
en su país son sólo dos los que tienen posibilidades reales de influir en la toma de
decisiones. No obstante, aquel que no siga esta práctica que ellos reconocen
como universal no puede ser considerado como democrático. Y eso es lo que
pasa con Cuba. El hecho de que Cuba no tenga varios partidos políticos y que
reconozca al Partido Comunista como órgano rector de la sociedad cubana es otro
de los temas que forma parte de la imagen que hay del país en Estados Unidos.
Consideran que el proceso electoral en Cuba es un simple mecanismo formal que
permite que siempre salgan electos los mismos, subrayando así la idea de que
Cuba no es una nación democrática, sino una “tiranía”. Por otro lado, la
concepción de que en el país no existen espacios de participación que permitan
un debate público ha sido resaltada por la política de desinformación que se ha
venido desarrollando en torno al caso cubano.
Asimismo, el tema de la violación de los derechos humanos se ha utilizado
como manera de legitimar una oposición minoritaria dentro de la Isla. La imagen

15
Alfredo Prieto González: “Cuba en los medios de difusión norteamericanos, Revista Temas, No.
2, abril-junio, 1995.

11
de que se encarcela a todo aquel que se expresa libremente o que pretende crear
un grupo con el objetivo de elaborar políticas diferentes a las del partido y del
estado comenzó a tomar auge en la segunda mitad de los ochenta, justo antes de
que se llevara el caso de Cuba ante la Comisión de Derechos Humanos de la
Organización de Naciones Unidas (ONU) en Ginebra, acción que han venido
desarrollando sistemáticamente desde entonces y en la que han quedado
ridiculizados más de una vez.
La victimización del disidente, representado comúnmente como intelectual que
se enfrenta al oficialismo imperante en la Isla que defiende concepciones cada vez
más alejadas de la realidad del mundo actual, está muy vinculada a la de la
comunidad cubano-americana radicada en el sur de la Florida. Ambos tienen
como denominador común la lucha en contra del Gobierno Revolucionario aunque
unos sean más radicales que los otros en cuanto a sus posiciones y métodos. El
refugio miamense ha podido exponer su versión sobre la realidad cubana tanto en
el Congreso como en el territorio estadounidense ganando así un espacio público
dentro de los Estados Unidos que le ha permitido convertirse, junto a las agencias
oficiales del Gobierno norteamericano, en uno de los emisores principales a partir
de los cuales se nutre la cobertura informativa sobre Cuba.
En los últimos años se ha notado cierto ¿cambio?, o quizás ¿”avance”
cualitativo?, en cuanto a la forma en que los medios comenzaron a tratar
determinados temas sobre Cuba. De alguna manera, ha habido pronunciamientos
que han puesto en tela de juicio la efectividad del bloqueo y que han denunciado
la irracionalidad de una política agresiva contra Cuba que no ha dado los
resultados esperados.16 Sin embargo, consideramos que en este sentido es
oportuno analizar algunos aspectos que pensamos no deben perderse de vista.
En primer lugar, somos del criterio de que este cambio no marca una ruptura en
la cobertura informativa sobre Cuba, pues la tríada mercado-pluripartidismo-
elecciones libres sigue definiendo las pautas a seguir en las informaciones sobre
la Isla. Por otra parte, este cuestionamiento tampoco ha sido constante sino más

16
Olga Fernández: “La Gran Prensa Norteamericana Editorializa a Cuba: Años 90”, ponencia
presentada en la XXII Conferencia de la Latin American Studies Association (LASA), Marzo 16-18,
2000, Hyatt Regency, Miami, Florida.

12
bien ocasional. No obstante, sí reconocemos que editorialmente se produjo un
distanciamiento de determinadas posiciones de algunos medios con relación a las
posiciones del ejecutivo, marcadas, fundamentalmente, por el impacto decisivo
que tuvo la aparición de otros actores a lo interno de la sociedad norteamericana
que han permitido que el debate sobre Cuba se enriquezca y que se empiece a
mirar desde otras perspectivas.
Segundo, el hecho de decir que la política de Estados Unidos contra la Isla no
ha sido todo lo efectiva que se esperaba, no significa que se reconozca la
viabilidad del modelo revolucionario cubano como proyecto de desarrollo para una
nación, ni mucho menos que Cuba haya salido victoriosa y que poco a poco haya
sabido imponerse y crecerse ante los obstáculos que enfrenta día a día, sino que
a pesar de todos los problemas que hay en Cuba, otros países del mundo están
negociando con ella y Estados Unidos, históricamente “el dueño del pastel”, se
está quedando sin nada. Esto simplemente denota una lógica de pensamiento
motivada por un interés comercial, si los otros negocian y ganan dinero, ¿por qué
no hacerlo ellos también?
El tercer elemento a considerar es que además de la motivación económica
está la de ver las inversiones en Cuba como una manera de “debilitar” al Gobierno
Revolucionario, pues así La Habana no podría decir que la política agresiva de
Estados Unidos contra Cuba constituye un obstáculo para el desarrollo de la Isla.
Asimismo, el hecho de que los estadounidenses inviertan en Cuba y estén en
territorio cubano ayudaría a la creación de otros actores sociales a lo interno de la
sociedad cubana que acelerarían el proceso de transición hacia la “democracia”,
según el modelo de Estados Unidos.
A pesar de que hasta cierto punto se haya puesto en duda la política hostil del
Gobierno de Estados Unidos contra Cuba no ha cambiado la imagen que se tiene
sobre nuestro país en los Estados Unidos. De manera general, ésta sigue siendo
bastante negativa y los estadounidenses aún continúan creyendo que el Gobierno
Revolucionario se mantiene en el poder por la “represión” a la que está sometida
la población cubana. Para la gran mayoría de los norteamericanos, Cuba continúa

13
siendo un misterio, una interrogante a la que en muchas ocasiones no saben
cómo dar respuesta.
Como hemos visto en este pequeño trabajo, la conformación de la opinión
pública estadounidense con relación a Cuba a lo largo de más de 40 años ha
estado definida por varios factores, hecho éste que nos permite ver el fenómeno
no como algo aislado sino como un proceso que, como asegura Monzón,17 está
sujeto a transformaciones en las que inciden, entre otros, los grupos, las
instituciones políticas, los medios de comunicación y la cultura.

17
Cándido Monzón: Opinión Pública, comunicación y política. La formación del espacio
público,Madrid, Tecnos, 1996.

14
ANEXO 1

Porcentaje de la Población que Menciona a Cuba como un


Problema Importante para los Estados Unidos entre 1960 y 1998

15
ANEXO 2

Distribución del Apoyo en Favor del Reestablecimiento de las


Relaciones Diplomáticas con Cuba, Oposición a las Sanciones
Económicas y Apoyo a Favor de Mejores Relaciones Comerciales
y Diplomáticas con Cuba entre 1972 y 1999

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