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¿CUÁL ES EL NÚMERO DE LA BESTIA Y A QUIÉN REPRESENTA?

Por: Víctor Gamboa Delgado


El libro del apocalipsis es el libros más temido por los neófitos en la sagrada escritura, su
simple nombre evoca temor, pánico, muerte, fin del mundo etc. Sin embargo, sabemos que no
es así, es todo lo contrario, este libro es un libro de anhelo, de confianza, en que algún dia
vendrá nuestro Glorioso Jesucristo nuevamente a realizar el juicio final.
En el libro antes mencionado en el capítulo 13,18 San Juan habla de un número, el número de
la bestia, y que este representa a alguien, vamos a derrumbar mitos malintencionados
provenientes del mundo protestante. Para entender este texto, necesitamos de la historia y de
la exegesis, puesto que este texto en realidad carece de cualquier evento mitológico, diabólico
o profético para nuestro futuro. Aquí el texto:
“Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es
número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”. (Apo. 13,18)
1. La bestia no es Satanás o el diablo, como muchos creen, pues claramente el texto bíblico
dice: “pues es número de hombre”, y Satanás no es hombre, es un ángel.
2. No es el papa, como afirman las sectas, pues este personaje (la bestia) está en contra de la
iglesia y de Cristo. El papa, por el contrario, es el vicario de Cristo, máxima autoridad de la
iglesia de Jesús y principal difusor del evangelio a las naciones.
3. El número que aparece en el original no era 666 sino 616 ΧΙϚ.
Me interesa profundizar en el tercer punto, en Egipto, en Oxirrinco, Grenfell y Hunt
encontraron un códice con 26 fragmentos en el que incluye el famoso texto bíblico de
Apocalipsis 13,18 escrito en griego. La novedad es que no aparece el clásico 666 sino el 616,
y de acuerdo a la crítica textual y a la datación del papiro, este fragmento sería el más antiguo
y fiel al original del Nuevo Testamento. La datación lo fecho para el siglo III.
Ahora nos toca analizar ¿Qué significa ese número?
Decíamos que era número de un hombre, ¿Qué hombre?, veamos:
Los romanos expresaban con números el valor de las letras, y por ende, de los nombres. De
esta forma, el 616 ΧΙϚ es un acrónimo DCXV que significa: Domitius (o Domitianus) Caesar
Xti Violenter Interfecit, lo cual traducido quiere decir: “Domicio (o Domiciano) Cesar mató
vilmente a Cristo.
¿Quién era Domicio?
Este era el nombre del emperador Nerón, antes de que el emperador Claudio lo adoptara
como hijo suyo. Entonces podría ser Nerón, sin embargo, en paréntesis aparece el nombre de
Domiciano, según los exegetas, el más apropiado sería Tito Flavio Domiciano, por dos
razones:
1. El libro del apocalipsis fue escrito por un autor anónimo llamado Juan en torno al 90 dc, y la
fecha de muerte del emperador Domiciano fue en el 96 dc.
2. El emperador Domiciano tenía un apodo “la bestia humana”, lo que parece indicar que el
evangelista se estaba refiriéndose a él. Este emperador evidentemente mató a muchos
cristianos.
¿Entonces cuando apareció el 666?
Todo parece indicar que este número fue muy posterior, según los exegetas, este apareció en
el siglo IV con San Jerónimo en la famosa Vulgata Latina. Veamos el acrónimo:
DCLXVI. Este acrónimo vendría a significar: Domitius (o Domitianus) Caesar Legatos Xti
Violenter Interfecit: que traducido es: Domicio (o Domiciano) César mató vilmente a los
enviados de Cristo.
Incluso, san Ireneo ya hablaba del 616 y no del 666.
Entonces valdría la pregunta ¿A qué emperador se refiere ahora?
Según los eruditos, se refiere al emperador Juliano que vivió entre el 330 al 363.
Conclusión:
La interpretación de este texto les corresponde a los eruditos, a la crítica textual, a la
exégesis, la arqueología y a la historia. Lamentablemente, muchos ignorantes han tomado
este texto para desprestigiar vilmente a la iglesia ignorantemente. Ya la señora y enferma de
mente Elena G. White voluntaria o involuntariamente acuñaba este valor numérico del
apocalipsis al papa malinterpretando el titulo papa de Vicarius Christi, sin embargo la justicia
Divina se encargó de cobrar “justicia”, pues su nombre también da 666 si se le añade
caracteres numéricos.
En todo caso, vemos que ni lo uno ni lo otro. Este valor es histórico y ya se manifestó la gran
Bestia del Apocalípsis y fue el emperador Domiciano en el famoso 616.
La flecha roja apunta a χιϛ (616), "el número de la bestia" en el P115

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Hay que situarse en el contexto histórico: los primeros pasos del


cristianismo y las persecuciones a que eran sometidos sus seguidores por
parte de los emperadores romanos. Si traducimos del hebreo César de los
romanos (Qysr rwmyn) la gematría arrojaría el número 666; pero si
traducimos César de Roma (Qysr Rwm) el resultado es 616. Además, en la
numeración latina el 666 se escribe DCLXVI, considerado un acrónimo de la
expresión Domitius Caesar Legatos Xti Violenter Interfecit, o sea, “El césar
Domicio mató vilmente a los enviados de Cristo”.
No está claro a quién hace alusión el nombre Domicio; lo más obvio sería
Domiciano, un emperador que se distinguió especialmente en el acoso a los
cristianos, pero la mayoría de exegetas se decantan más bien por Nerón,
otro que también se esforzó en ello y que se llamaba Domicio antes de ser
adoptado por Claudio. De hecho, en la gematría, la suma de los caracteres
hebreos Nero Cáesar da 666, pero en latín es frecuente sintetizar las
expresiones y el nombre del emperador se resumía como Nro, que al
pasarlo al hebreo da 616.

La datación de la redacción del Apocalipsis, que a priori podría ser una pista


para saber a quién se refiere, no aclara mucho. Unos dicen que es posterior
al suicidio de Nerón en el 68 d.C. y anterior a la destrucción del Templo, que
tuvo lugar dos años después. Otros los sitúan en la parte final de la etapa
de Domiciano, entre el 95 y el 96 d.C. Hay quien da una vuelta de tuerca al
asunto al sugerir una identificación entre los dos césares en la mente de los
cristianos perseguidos. Y luego está la leyenda, muy difundida en las
provincias orientales y recogida por Suetonio, de que Nerón no habría
muerto en realidad y regresaría; es más, se sabe que hubo tres impostores
que se autopresentaron como Nerus redivivus.
Pero es que otra palabra de la cita del Apocalipsis, la “marca de la Bestia”
en algunas traducciones, usa el término griego charagma, normalmente
aplicado a monedas, documentos y al sello imperial con que se rubricaban
éstos. Como quiera que uno y otras llevaba la faz del césar, ésta era
omnipresente, lo que debía resultar doblemente ominoso para sus
perseguidos porque, además, tampoco podían evitar su uso. Únicamente en
el año 66, durante la primera rebelión contra Roma, los judíos acuñaron su
propio dinero; gobernaba Nerón y, como decíamos antes, fue
aproximadamente la época en que San Juan escribió su obra.

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