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EL ORDEN JURÍDICO DE POLICÍA

El desarrollo del conocimiento humano, se fundamenta especialmente


en lo que “se puede hacer”, mas no en “lo que se pudo haber hecho”, ni
menos en “lo que se dejó de hacer”, por ello, es preciso anotar que el
"Estado Social de Derecho"1 se cumple a cabalidad dentro de la
aplicación de los parámetros normativos dirigidos principalmente a la
prevención y tratamiento intensivo de las problemáticas sociales que
surgen en una época y región determinados, más que de la represión y
sanción de las mismas.

A falta de estas normas de prevención, cualquier caso –por pequeño


que sea- se podría convertir en el principio de un gran conflicto que no
solo implicaría desgaste para el Estado, sino también deterioro de las
relaciones entre las personas. Igual pasaría, de no existir normas que
determinen tratamientos o procedimientos para contrarrestar las
múltiples controversias, siendo de vital importancia la activa
participación de éstas normas en la PREVENCIÓN del delito, que se

1
En el estado social de derecho, la sociedad se encuentra gobernada por las leyes
establecidas en forma democrática, que protegen los derechos tanto individuales como
sociales y que se aplican uniformemente. Hay cuatro elementos importantes en el
estado social de derecho:
1. Se establece en forma democrática, porque la ley proporciona mecanismos formales
a los ciudadanos para que participen en la elaboración y modificación de leyes, así
como para que supervisen su justa ejecución.
2. Protege los derechos individuales y sociales a través de las leyes.
3. Las leyes se hacen cumplir y las violaciones son sancionadas a través de los
procedimientos y penas establecidos.
4. Las leyes se aplican por igual a todos, sin importar su condición económica, política
o social.
inicia con el desarrollo de conflictos comunes y cotidianos entre las
personas que para evitarlos dependen de la oportuna y acertada
participación, no solo del Estado sino también de toda la ciudadanía.

Es allí en donde nace la visión de la CONVIVENCIA CIUDADANA


como el enfoque primario de la aplicación de ese Estado de Derecho,
pues es en efecto, la premisa que estructura toda esta temática, en
donde la fase policiva, organizada a la altura de una verdadera rama de
la jurisdicción preventiva, con funcionarios, procedimientos y
tratamiento especial legislativo del orden nacional y departamental
propios, que implica la relativa autonomía del derecho procesal policivo
y que a la vez es independiente del enjuiciamiento ordinario.

Es de considerarse, que el fundamento filosófico de las normas


policivas debe responder explícita o implícitamente a los valores y
principios consagrados en la Constitución Política de 1991, desde su
preámbulo en donde se pueden observar valores como convivencia,
trabajo, justicia, igualdad, conocimiento, libertad y paz, que se funden
con los fines del Estado: el servicio a la comunidad, la prosperidad
general, la efectividad de los principios, derechos y deberes, la
participación, entre otros, los cuales establecen las directrices propias
de hacia dónde se quiere llegar, como Estado y como sociedad, lo que
establece una necesidad recíproca en la protección de derechos, en
donde los ciudadanos se convierten en centro y fin de la acción estatal
y por lo tanto, es necesario que las normas policivas garanticen la
convivencia creando condiciones que faciliten el amplio ejercicio de los
derechos y libertades.

En este orden de ideas, las normas policivas son las llamadas a


garantizar la convivencia y el orden público como condición esencial
para el ejercicio de las libertades, con las que se establecen pautas que
permiten ejercer los derechos y libertades sin afectar la convivencia, por
lo que contemplan medidas para la conservación y restablecimiento del
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orden público, las cuales han de ser excepcionales, necesarias,


proporcionales y pedagógicas, que no afecten en lo más mínimo el
desarrollo de los derechos y libertades por parte de las personas y con
ello se protejan los bienes jurídicos generales.

Por lo tanto, el derecho de policía como un concepto nuevo en teoría,


como se podría contextuar, desde la jurisprudencia constitucional, es
perfectamente viable en la práctica, explicable desde el punto de vista
social, que en la actividad diaria se atiene a una serie de desavenencias
jurídicas que requieren la inmediata búsqueda de soluciones,
precisamente porque no se puede desconocer que las situaciones
vivenciales y de cohabitación mismas así lo exigen.

Debido a que en lo cotidiano surgen situaciones de intranquilidad que


vulneran libertades y derechos ajenos, lo cual motiva la intervención de
una autoridad preventiva que dirima de manera inmediata esas
controversias, a fin de evitar dificultades mayores que posiblemente se
lleven ante una jurisdicción ordinaria en procesos de difícil
desenvolvimiento, en tanto que la justicia policiva bien puede evitarlos
en una segura etapa conciliatoria cuando su ritual normativo no
concluya con una decisión final2.

Es importante destacar que son principios fundamentales del proceso


policivo la oralidad, la gratuidad, la inmediación y concentración de
pruebas y audiencias, la liberalidad apreciativa de los medios
probatorios entre los más interesantes, que si bien no se encuentran
inmersas en la norma nacional de policía, si se hace a través de las
normas departamentales, que generalmente se han convertido en
procedimentales, pero que tiene en cuenta la línea jurisprudencial y
legal del orden general, lo que en otras palabras se puede decir, que el

2
LIBARDO ORLANDO, Riascos Gómez. La Jurisdicción Civil Policiva En El Derecho
Colombiano. http://akane.udenar.edu.co/derechopúblico/DePOLICIA_II.pdf

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proceso policivo se alimenta del derecho civil y administrativo, para
poder ejercerse de manera cotidiana.

Con esta obra se permite hacer el primer acercamiento a aquella


especulación teórica, que desde antaño ha rondado sobre el tema, a fin
de darle una base jurídico-procesal a esta especie de “jurisdicción”
preventiva, recogida en la única obra a nivel nacional denominada
"Código Nacional de Policía" (Decreto Ley 1395 de 1970), pero que,
debido a los cambios sociales y a las manifestaciones propias de cada
región de Colombia ha venido siendo complementada con normas
departamentales y locales, que propenden por el mantenimiento,
restablecimiento y conservación del orden social.

ALGUNOS CONCEPTOS BÀSICOS

Dentro del derecho policivo, se manejan algunos términos que, con el


ánimo de poder dar una mayor comprensión al tema, es necesario
hacer algunas definiciones básicas y así familiarizarnos con esta rama
del derecho tan fundamental en nuestra cotidianidad.

1. La Convivencia Ciudadana
El vocablo CONVIVENCIA significa “vivir en comunidad”. El vocablo
CIUDADANA viene de “ciudadano” que hace referencia aquellos que
viven en una sociedad reglada. Uniendo los conceptos, se puede
plantear que la CONVIVENCIA CIUDADANA es “el conjunto de
relaciones cotidianas para convivir en sociedad”.

No obstante, en la Constitución Colombiana desde el mismo preámbulo


determina la convivencia como un derecho de todos los ciudadanos, en
la cual se proclama un reconocimiento por el otro y esto se da por la
actuación ética que se debe dar en cada uno de los individuos que
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estructura el mismo Estado independiente de su condición social puede


reclamar respeto y reconocimiento no sólo por parte del pueblo, sino
también por parte de sus gobernantes. Toda persona, como ser único
irrumpe siempre en la existencia de los demás y esa presencia será
siempre diferente a la de cualquier objeto, por ende, exige un trato
especial, meramente humano.

Se reconoce que el hombre no es solamente comunidad, sino también


sociedad. No sólo es amor afectivo, sino también acción social y política
para construir un mundo más humilde en que el otro pueda ser
verdaderamente hombre y realizarse plenamente. Descarta el
preámbulo, por consiguiente, toda forma de conflicto y de indiferencia
para una convivencia ciudadana.

Pero el desarrollo, prevención y mantenimiento de esta convivencia, se


da a través de las normas básicas de armonía social, las cuales se
encuentran contenidas en el Código Nacional de Policía, y que son de
utilidad para el policía, el inspector, el funcionario común de la
administración, quienes apoyan a los ciudadanos cuando se acercan a
buscar solución a las diferentes controversias que se presentan en el
diario trasegar de la vida, pero que requieren de esa otra parte para
lograr generar esa sensación de buen vivir.

Para ello, se debe fomentar una concepción política, social y cultural en


los ciudadanos, en la cual prime la observancia de las leyes para
mejorar la calidad de las relaciones cotidianas, la prudencia para
adaptarse a la vida en sociedad y la promoción de vínculos de, para
que se desarrollen las mejores condiciones de seguridad y buena
convivencia en las actividades ciudadanas.

En términos generales, se puede plantear que la convivencia


ciudadana, se concibe como la condición política y social que permite la
construcción colectiva de la paz integral, mediante la formación y

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consolidación del consenso para el fortalecimiento del Estado Social de
Derecho, con asiento en la legitimidad, la gobernabilidad y la
democracia, teniendo como pilares la solidaridad y la autorregulación de
sus comportamientos para convivir en armonía 3.

La Convivencia Ciudadana tiene dos elementos Estructurantes, que son


la solidaridad y la autorregulación, de los cuales podemos decir que la
primera “Implica el compromiso por parte de todas las personas de
prestarse apoyo mutuo”4, y la segunda ”Es el reconocimiento que hace

3
Manual de Convivencia Ciudadana para Medellín, Decreto 1324 de 2006,
Consideraciones.
4
Ibídem, Artículo 7: Art. 7. La solidaridad como elemento esencial de la convivencia.
Implica el compromiso por parte de todas las personas de prestarse apoyo mutuo, lo
cual es elemento esencial para la “Cultura ciudadana para la convivencia”.
En caso de riesgos, de accidente, agresión, atentado, incendio, catástrofe o cualquier
otra situación que ponga en riesgo la vida o la integridad de las personas, son
comportamientos que favorecen y fortalecen la solidaridad. Entre otros, los siguientes:
1. Llamar al número único de prevención, emergencias y seguridad 1-2-3, cuando se
detecten actividades que puedan implicar hechos que constituyan obstáculo para la
convivencia.
2. Realizar las acciones necesarias para prevenir y atender los accidentes que
puedan causar daño a alguien.
3. Brindar ayuda a las personas que lo requieran, en circunstancias de riesgo.
4. Colaborar con las entidades públicas o privadas, que tengan como objeto la
protección de las personas, cuyos derechos hayan sido vulnerados o se encuentren
en situación de riesgo.
5. Ceder la vía a patrullas de policía, ambulancias y carros de bomberos o a cualquier
otro vehículo que preste servicios sociales, paramédicos o de urgencias.
6. Apoyar a quienes lleguen a la ciudad de Medellín en situación de desplazamiento
forzado, para que acudan a las autoridades nacionales y municipales y se integren a
los programas que tengan esta finalidad, indicándoles el derecho de registrarse en la
Defensoría del Pueblo, la Red de Solidaridad, la Personería Municipal, la Oficina
Permanente de Derechos Humanos o la Unidad de Orientación y Atención a los
desplazados (UAO).
7. Orientar a las personas de las comunidades étnicas que llegan a la ciudad, hacia la
Gerencia Indígena de la gobernación o al técnico de etnias en la alcaldía, con el fin
de ofrecerles el plan retorno, y en caso de enfermedad, remitirlos a la unidad de
salud.
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la persona de sus fortalezas, debilidades y habilidades para construir


lazos sociales, en búsqueda del mejoramiento de la calidad de vida de
los ciudadanos en general”.5

2. Policía
Al igual que su cognado “política”, proviene del latín polītīa que, a su
vez, desciende de la palabra griega politeia y, en última instancia, de

8. Orientar a nacionales y extranjeros, que lleguen a la ciudad, para facilitar su


ubicación y movilidad.
9. Colaborar con las autoridades y la comunidad, en las acciones tendientes a
preservar la seguridad y la convivencia ciudadanas.
10. Denunciar ante las autoridades competentes, la violación de los derechos
humanos.
5
Ibídem, Artículo 8: Reconocimiento que hace la persona de sus fortalezas,
debilidades y habilidades para construir lazos sociales, en búsqueda del mejoramiento
de su calidad de vida, de todos los habitantes de la ciudad de Medellín.
El término autorregulación, va indisolublemente unido a los vocablos auto-gestión y
auto-gobierno, que nos conlleva a la inclusión y promueve la pluralidad de grupos
sociales, comunidades y de la sociedad en sí.
La autorregulación, contribuye al establecimiento de nuevas formas de relación, entre
los ciudadanos, a través de la concertación, los acuerdos y la participación de todos,
sin que por ello, se pierda la libertad y la individualidad, situaciones que garantizan los
progresivos avances de la sociedad.
La autorregulación posibilita un ambiente de seguridad y confianza, producidas por la
armonía que prima al interior de determinado grupo social o comunidad específica.
El ejercicio constante de la autorregulación se puede cultivar a través de la
incorporación de unas actitudes de comportamiento, entre las que se pueden destacar
las siguientes:
Autocontrol. Entendido como el manejo adecuado de las emociones y la contención
oportuna de los impulsos perjudiciales.
Confiabilidad. Comportamiento honesto acorde con las normas en cada una de las
áreas de desempeño: profesional, personal, familiar y comunitario.
Prudencia. Ser responsables frente a los actos propios, disfrutando del ejercicio de los
derechos, sin vulnerar los derechos de los demás.
Adaptabilidad. La actitud flexible que se debe asumir para afrontar el cambio.
Innovación. Fomentar nuevas dinámicas sociales en búsqueda de la convivencia.
Motivación. Estimular nuestras fortalezas para avanzar hacia las metas propuestas.

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polis6. Polītīa significaba administración civil o gobierno y, según Pierce
y Cook, los romanos usaban la palabra para referirse a la condición del
Estado7. En el latín medieval emergió una variante —polītia— que
devino en el término francés “police”8 que quiere decir “el gobierno de
una ciudad”, equivalente a “el orden público y la seguridad ciudadana”,
pero que puede tener los siguientes significados, así:

 Buen orden que se observa y guarda en las ciudades y repúblicas


cumpliéndose las Leyes para su mejor gobierno.
 Cuerpo encargado de velar por el mantenimiento del orden público y
la seguridad de los ciudadanos bajo las ordenes de las autoridades
políticas.
 Cortesía, buena crianza, urbanidad en el trato.
 Limpieza y aseo.

En fin, al ser derivada de la antigua Grecia, en donde la POLIS era la


denominada Ciudad-Estado y para los griegos ésta representaba la
perfecta organización formada por todos los ciudadanos, quienes
cumplían y ejercían sus derechos y obligaciones como un verdadero
conjunto social, siendo por lo tanto, que se encuentra en esta misma
palabra confundido el orden social, la limpieza, el buen trato y la
cortesía ciudadana, así como el cumplimiento a las normas y demás.

Para el profesor LEON DUGUIT, en un sentido general POLICÍA es: “el

Cumplimiento de la norma. Nace por la convicción interna y no por temor a una


sanción.
6
REV. W.W. SKEAT, Etymologycal Dictionary of the English Language, Clarendon
Press, Oxford, 1882, sub voce “police”. Aunque esta fuente se refiere a la lengua
inglesa, veremos que lo dicho en el texto es aplicable también a otras lenguas
romances.
7
L. PEIRCE & H. C. COOK H, Manual to the Constitution of the United States
Annotated, The Michie Company, Charlottesville, Virginia, 1938, p. 52.
8
J. AYTO, Dictionary of Word Origins, Arcade Publishing, Little, Brown & Company,
Nueva York, 1990, p. 402.
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servicio que tiene por objeto hacer reinar el orden, la tranquilidad y


seguridad en el interior del grupo social y en el territorio ocupado por
él”. Apareciendo en esta definición los principales fines que se propone
el Estado en la razón ser de su organización, presentándose como un
servicio público encaminado a dirigir las libertades ciudadanas para una
civilizada convivencia de todos los habitantes, garantizándose así el
ejercicio de los derechos pero, al mismo tiempo, regulándolos para
evitar que se abuse de ellos.

Siguiendo los parámetros establecidos en el Artículo 2º de la Carta


Magna, mediante el cual se dictan los fines esenciales del Estado y se
ordena “las autoridades de la República están instituidas para proteger
a todas las personas en vida, honra, bienes, creencias y demás
derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes
sociales del mismo Estado así como de los particulares”, surge
entonces la función administrativa de policía.

Función dirigida a mantener el orden público y la pacífica convivencia


social, aplicando de manera exclusivamente preventiva y
ocasionalmente represiva, las normas de ordenamiento social que
regulan el normal comportamiento de los individuos, fomentando la
disciplina ciudadana a fin de eliminar algunas perturbaciones en sus
diferentes aspectos, tales como los de tranquilidad, seguridad,
moralidad y salubridad públicas; situaciones éstas que diariamente
cumple la institución Policía Nacional, ciñéndose a lo normado en el
Artículo 1 del C. N. de Policía y valiéndose para ello de unos medios
propios y bajo los lineamientos y dirección de la Constitución Nacional,
las Leyes, Las Convenciones, los Tratados Internacionales, los
reglamentos que sobre la materia se dicten y los principios generales
del derecho, salvaguardando y respetando con ello los derechos
fundamentales y la dignidad humana, siendo éste el fortín de un Estado
Social de Derecho como el que se promulga en la Carta Magna
colombiana.

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Teniendo en cuenta lo anterior, se ha de entender entonces que, la
POLICÍA es una función y no un órgano estatal, pues esta es parte de la
función administrativa, que como tal puede ser ejercido por cualquiera
de los tres órganos del poder con el único objeto de procurar y
promover el bienestar general.

Entiéndase que la palabra POLICÍA de la que aquí se habla, y se


seguirá hablando en el presente libro, no compete exclusivamente al
cuerpo armado como tal, sino que corresponde a todos los funcionarios
con esta calidad, competencia y atribución administrativa.

3. Poder de la Policía
Hace referencia al poder que tiene el Estado para limitar los derechos
reconocidos por la Constitución mediante la ley o los reglamentos.
Dicho de otra forma, es la facultad de expedir Leyes y Reglamentos de
Policía, que tienen por objeto la regulación de la libertad ciudadana en
términos establecidos por la Constitución Política; o también se puede
decir que, es la facultad legislativa para promover el bienestar general y
regular los derechos individuales, reconocidos por la Ley.

De otra manera, se puede plantear que el poder de policía se manifiesta


mediante la expedición de normas tendientes a asegurar y promover el
orden social, el bienestar colectivo, la prosperidad y la felicidad de todos
los ciudadanos, mediante la restricción de la actividad individual, la cual
si no fuera controlada, podría llegar a atentar contra las mismas
personas, la sociedad en general y el Estado como tal.

“El desarrollo de ciertas actividades, individuales y colectivas, han


determinado una acción del gobierno en cumplimiento de sus funciones
propias, como la defensa de los intereses de la comunidad, el orden
institucional, la seguridad y el bienestar, de cuya práctica comprende los
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que jurídicamente se denomina como poder de policía” (LEOPOLDO


MELO)9

Tienen la potestad para poder Ejercer el Poder de Policía:


El Presidente de la República, El Congreso de la República en el ámbito
Nacional:
El Gobernador y la Asamblea Departamental en el Departamental
El Alcalde y el Consejo Municipal en lo Local

La Corte Suprema de Justicia en Sentencia del 21 de abril de 1982


Magistrado Ponente Dr. Manuel Gaona Cruz, al decidir sobre una
demanda de inconstitucionalidad en contra de los Artículos 20, 57, 100
y 180 del Código Nacional de Policía, hace unas precisiones sobre los
vocablos poder, función y actividad de policía, los mismos que fueron
recogidos en su parte considerativa por la Sentencia C-24 de 1994 por
la Corte Constitucional, al decidir sobre la constitucionalidad de varios
Artículos del mismo Código, de lo cual se expresó:

“...1. Distingue nuestra legislación entre poder de policía, función de


policía y mera ejecución policiva
“El poder de policía entendido como competencia jurídica asignada y
como potestad política discrecional, es la facultad de hacer la ley
policiva, de dictar reglamentos de policía, expedir normas generales,
impersonales y preexistentes, reguladoras del comportamiento
ciudadano que tienen que ver con el orden público y la libertad.

“2. Colígese de lo precedentemente expresado:
“El poder de policía es normativo: legal o reglamentario. Corresponde a
la facultad legítima de regulación de la libertad. En sentido material es
de carácter general e impersonal. Conforme al régimen del Estado de
derecho es, además preexistente”.
9
FRANCISCO HENAO DUQUE, Juez Departamental de Policía de Antioquia,
memorias conferencia de derecho policivo 2011, Personería de Medellín.

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Conforme a lo previsto en la Constitución Nacional y, ceñido al criterio
optado por la Honorable Corte Suprema de Justicia en la sentencia
referida en el artículo anterior, el poder de policía entendida como la
facultad de expedir normas tendientes a mantener el buen
comportamiento ciudadano, regulando el orden público y las libertades
ciudadanas, radica esencialmente en el Congreso de la República como
máximo órgano legislador, a quien compete ordinariamente hacer las
leyes; pero de manera excepcional y con referencia a las normas
policivas, la misma Constitución y la Ley, facultan a las Asambleas
Departamentales para que dicten normas de policía, reglamentando el
ejercicio de la libertad en todo aquello que no sea materia de
disposición legal; normas éstas que son de carácter general y
cumplimiento obligatorio, recogidas en reglamentos subsidiarios o
supletorios que se han constituido en el soporte legal para la existencia
de los Códigos Departamentales de Policía o de Convivencia
Ciudadana.

4. Función de Policía
Es la gestión administrativa que se ejerce dentro de los términos que
señala el poder de policía, es decir, dentro de las normas jurídicas
dictadas por los titulares de este poder (legislador, Asamblea, Consejo
municipal) y es la función que lleva a cabo un Alcalde o un Inspector de
Policía. En un sentido más objetivo, se puede expresar que la Función
de Policía es: el ejercicio de la fuerza pública sobre los hombres y las
cosas para defender la organización social existente en un momento
histórico y determinado.

Vista de ésta forma, la función de policía es la más antigua que haya


ejercido el Estado como tal, pues al estudiar Estados antiguos como los
egipcios, los hebreos y los griegos, se observa como característica
general, que utilizaron la fuerza para el mantenimiento del orden,
El Derecho Policivo en Colombia

imponiéndose siempre la ley del más fuerte; en ese entonces el


gobierno y la policía se confundían en uno solo como un cuerpo físico e
institucional, bajo el imperio de los guerreros, a quienes competía
defender tanto el orden externo como el interno de la sociedad.

En este orden de ideas, la imposición del Estado a través de la fuerza,


para recuperar el orden interno de su sociedad, ha sido una necesidad,
porque la imposición, conservación, mantenimiento o transformación del
orden, implica una lucha constante contra la tendencia de perturbarlo o
violarlo por parte de los mismos ciudadanos, que generalmente tiende a
que se le reconozcan sus derechos por encima de los derechos de los
demás, en donde se debe aplicar la coerción para poder hacer
reconocer y respetar los derechos ajenos, que de una u otra forma
hayan sido vulnerados.

Por tanto, la Función de Policía consiste en aplicar las medidas


necesarias para la protección del orden público y la seguridad,
tranquilidad, salubridad y moralidad de los habitantes, pero en especial
su seguridad individual.

En la Sentencia ya tratada, sobre el particular expresó:

“...1. Distingue nuestra legislación entre poder de policía, función de


policía y mera ejecución policiva.

“La función de policía es la gestión administrativa concreta del poder
de policía, ejercida dentro de los marcos impuestos por éste; la
desempeñan autoridades administrativas de policía, esto es, el cuerpo
directivo central y descentralizado de la administración pública, como
un superintendente, un alcalde, un inspector. El ejercicio de esta
función no corresponde, de principio, a los miembros de los cuerpos
uniformados de policía.

25
“2. Colígese de lo precedentemente expresado:

“La función de policía es reglada y se haya supeditada al poder de
policía. Supone el ejercicio de competencias concretas asignadas por
éste a las autoridades administrativas de policía. Más repárese en que
dicha función no otorga competencia de reglamentación, ni de
regulación de la libertad.

Siguiendo estos lineamientos, se tiene que los funcionarios de Policía, a


quienes se les ha atribuido dicha facultad, cumplen con su función de
acuerdo a las competencias que para tal efecto regula la Constitución
Nacional, el Código Nacional de Policía, los Códigos Departamentales
de Policía y las demás normas que así lo acrediten, en los órdenes
nacional, departamental y local.

5. Actividad de Policía
Es la ejecución del poder y la función de policía, realizada por los
miembros de la Policía Nacional, es decir, el ejercicio reglado de la
fuerza.

La Actividad de Policía consiste en sí, en la competencia de desarrollar


operaciones materiales regladas, de uso de la fuerza pública, y está
necesariamente subordinada al poder y a la función de policía. Son las
primeras autoridades políticas quienes la ejercen, pero por un
fundamento constitucional parcialmente diferente, así: El Presidente de
la República (Art. 189; numeral 3|), los gobernadores (Art. 303 y 296) y
los alcaldes (Art. 315, numeral 2 y 296).

La finalidad de la Policía Administrativa es la conservación o


mantenimiento del orden público. De la Sentencia tratada en los
numerales anteriores, se extrae:
El Derecho Policivo en Colombia

“...1. Distingue nuestra legislación entre poder de policía, función de


policía y mera ejecución policiva

“En cambio los oficiales, suboficiales y agentes de policía, no son jefes
de policía, ya que estos son civiles, por tanto aquellos no expiden actos
sino que actúan, no deciden sino que ejecutan; son ejecutores del
poder y de la función de policía; despliegan por orden superior la fuerza
material instituida como medio para lograr fines propuestos por el poder
de policía; sus actuaciones se tildarían de discrecionales solo debido a
que no son actos jurídicos por no tener competencia para expedirlos,
pero están limitados por actos jurídicos reglados de carácter legal y
administrativo. Una instrucción, una orden, que son ejercicio concreto
de la función de policía, derivado de la competencia atribuida por el
poder de policía, limitan el campo de acción de un agente de policía,
quien es simple ejecutor, quien manda obedeciendo y hace cumplir la
voluntad decisoria del alcalde o inspector como funcionario de policía.

“2. Colígese de lo precedentemente expresado:



“La actividad de policía asignada a los cuerpos uniformados, es
estrictamente material y no jurídica, corresponde a la competencia de
ejercicio reglado de la fuerza y está necesariamente subordinada al
poder y a la función de policía. Por lo tanto, tampoco es reglamentaria
ni menos reguladora de la libertad…”

La Constitución Nacional en su Artículo 218, organizó este cuerpo


armado y de naturaleza civil, como el medio mediante el cual puede
ejercer sus actividades administrativas de prevención y coerción, que le
son competentes según su reglamentación bien sea en el ámbito
nacional, departamental o local.

Ahora, aunque ni la función de policía, ni la actividad de los miembros


de los cuerpos uniformados de policía, son de carácter regulatorios de

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la libertad, sí son esencialmente establecidos por la ley, pues de no
serlo, dichas actuaciones quedarían sueltas, no serían siempre
regladas y constituirían una seria amenaza contra el ejercicio de las
libertades ciudadanas. O sea que, frente a la función y a la actividad
policial, el reglamento en vez de ser obstáculo o negación de la libertad,
es una de sus fuentes válidas y legítimas de garantía; es para mejor
decir, su fundamental asidero.
 
En la cotidiana acción estatal por preservar el orden público, la actividad
material de los funcionarios y de los miembros uniformados de policía
es permanente, inmediata e indeclinable, no se puede evitar ni aplazar
y constituye un constante asecho contra la libertad. Sólo la ley, o en su
defecto, el reglamento, nacional o local, asume la tarea reguladora de
aquélla, aunque necesariamente derivado de competencia
explícitamente asignada, lo que constituye en sí la base normativa que
supedita dicha acción administrativa o material, al ejercicio de la libertad
ciudadana.
 
Así las cosas, se entiende cómo la valiosa competencia autónoma,
supletiva, complementaria o subsidiaria del reglamento de policía, como
la mayor garantía para la libertad la acción policial reglada, siendo el
reglamento por mandato Constitución como competencia reguladora
directa de la libertad, ya que es mucho más grave la carencia de
reglamentación de la actividad policial, que su vigencia.

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