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Maestría en Educación con Orientación en

Innovación y Tecnologías Educativas

Ontología de la Educación
Facilitador:
Dra. Rosalba Sánchez Dromundo

Unidad 1: Educación, Concepto de Hombre y Anthropos


Narración Actividad #2

Alumnos:
Lilia Isabel Almada Ramos
Lizette Espinosa Utrera
Moisés Hiram Lara Ramos
Mirta Clavel Pech Vazquez

Mayo 31 del 2020.


Introducción

La educación a través de la historia de la humanidad ha buscado satisfacer las


necesidades cognitivas, psicomotrices, emocionales y culturales, tanto individual como
socialmente de cada persona que se involucra en estos procesos. Este hecho ha llevado
a una evolución educativa en distintos contextos y lugares mediante la implementación
de sistemas que tienen la intención de desarrollar y formar seres con diversas
características, capaces de llevar a cabo acciones abstractas y concretas dentro del
mundo y la realidad que los rodea.

La práctica educativa que se ejecuta en las distintas instituciones de todos los


niveles tiene la misión de orientar, guiar y enseñar todo lo indispensable para que las
alumnas y alumnos encuentren respuestas a sus propias incógnitas acerca de quiénes
son, qué hacen aquí, cuáles son sus propósitos en la vida y cómo relacionarse con los
demás.

Como docentes somos responsables de realizar una práctica que logre todo lo
propuesto para crear seres que vayan más allá de solo ser, esto únicamente se puede
conseguir adquiriendo una reflexión ontológica de la educación. La siguiente narrativa
describe de qué manera se percibe esta rama de la filosofía dentro de una práctica
educativa.
Narración

La práctica educativa ha evolucionado considerablemente en las últimas décadas,


esto a los diversos estudios y análisis de las metodologías educativas. Todos estos
estudios, cambios y adaptaciones han sido para buscar un óptimo aprendizaje del ser
humano, del hombre. Por tal, iniciemos definiendo que es el hombre.

Iniciemos citando la aportación de DuocUc (2010) donde afirma que la educación


le es propia al ser, debido a que solamente el hombre es capaz de educarse. Entonces
si solamente podemos educar al hombre, ¿que convierte al hombre en un ser tan
especial? Debemos iniciar tomando en cuenta que el hombre es un ser de relaciones,
como mencionaba en sus obras Freire. El ser es un ser abierto, libre, capaz de conocer
su realidad, por lo tanto, capaz de estar con el mundo, discernir y trascender, tal como lo
señala Álvarez (2005). Estas cualidades son las que buscamos inculcar en nuestros
alumnos de la actualidad, se intenta crear seres capaces de relacionarse, dialogar con
otros seres, poder criticar, poder afrontar a las situaciones propias de la realidad, de tal
manera que afronten y tomen decisiones en conjunto y diálogo con otros seres para así,
comprender el contexto en el que se encuentran y puedan integrarse lo cual traerá como
consecuencia el crear cultura e historia.

Desgraciadamente los tiempos modernos, muestran deficiencias en la generación


de alumnos y seres abiertos, libres, críticos, pensantes y trascendentales. El sistema
educativo y social ha deshumanizado a los seres, es decir, ha convertido en objetos a
los alumnos, en donde no tienen puntos de vista propios, se basan en percepciones de
los demás, en las decisiones que otros toman por ellos, y sobre todo viven en el mundo,
pero no con el mundo. Como menciona Altarejos (2011): “En un animal o en una planta,
su crecimiento está predeterminado, y sólo es modificado por una influencia exterior; así,
por ejemplo, un árbol puede crecer torcido por el empuje de fuertes y constantes vientos,
y un animal puede llegar a variar su dieta natural por la ausencia de los elementos
nutritivos necesarios. Existe así una conformación de su naturaleza, fruto de agentes
extrínsecos que deciden su modo de ser y de obrar. Dejado en su ambiente propio, el
animal crece naturalmente según su especie. En el ser humano, por lo contrario, lo
natural es precisamente trascender su ambiente dado, ir más allá de las influencias
recibidas; y esto se debe al sentido inmanente de su crecimiento, fruto de su naturaleza
racional.”

Debemos entender que la educación es un proceso humano y cultural, es por eso


que nuestra función como docentes es de gran importancia para generar alumnos ser,
no alumnos objeto. Si el alumno no es ser, el mundo cultural e histórico pierde sentido
humano, como lo menciona Álvarez (2005).

La visión sobre las necesidades educativas

Ortega (2004, p. 40) hace referencia a la definición de Navarro donde menciona


que la educación deber ser exigente, el sujeto debe poner más de su parte para aprender
y desarrollar todo su potencial. La institución educativa a la que pertenece comparte
dicha misión e incluye los valores de trabajo en equipo, perseverancia y respeto. El ser
es un ser abierto, es decir, siempre capta los datos de la realidad, por lo tanto, puede
iniciar tareas propias, tareas de libertad para transformar su realidad y por lo tanto
transformarse a sí mismo. Si el alumno se compromete, no se da por vencido y dialoga
con los otros seres de su escuela, tantos alumnos, maestros, directivos, de manera
respetuosa, le ayudarán a comprender su contexto, su entorno haciendo su adaptación
e integración fácil y duradera.

La función del maestro o docente es desarrollar las habilidades necesarias en los


alumnos que les permita organizar de manera planificada y consciente su hacer en el
mundo, tal como lo menciona Astolfi (1997).

Orden social

Sin embargo, este ideal de alumno y de proceso educativo no es tan fácil de lograr
en la práctica. En primer lugar, el docente se enfrenta a lineamientos establecidos, por
ejemplo, en nuestra institución, debemos cumplir estrictamente el plan académico estatal
del cual el alumno será evaluado a fin de curso, dicho resultado determinará si se
promueve de ciclo escolar o no. Esta metodología va en contra de lo que Astofli (1997)
menciona, ya que un simple examen no define el hacer del alumno en el mundo. En
segundo lugar, tenemos la gran problemática de adaptación. La institución que estamos
considerando para esta narrativa está ubicada en San Antonio, Texas, y se enfoca al
área de preparatoria superior, que son los últimos 4 años antes de la universidad. El área
social al que mi escuela pertenece es de escasos recursos, migrantes y en desventaja
social, donde su voz muchas veces es callada y no tienen más que acatar lo que se les
impone, por lo tanto, no hay esa integración, no hay pertenencia, no hay voz, por lo tanto,
no hay trascendencia y no se crea historia ni cultura.

La familia, la comunidad, la sociedad, las empresas, el gobierno, deben formar


parte activa del proceso educativo, del proceso de integración y del proceso de
deshumanización.

Es aquí donde mi escuela se ha planteado una visión de cambio, no sólo


queremos lograr que nuestros alumnos egresen listos para la universidad, sino que
queremos formar alumnos capaces de decidir, de tomar riesgos, de ser responsables por
sus acciones, de comprometerse no solo con ellos mismos sino con su entorno y sobre
todo de maximizar su potencial educativo, humano y deportivo. Tal como lo menciona
Altarejos (2011) el objetivo es persuadir, una enseñanza educativa debe promover a la
acción y ésta llevar al asentimiento o rechazo, pero nunca a la indiferencia.

Hace 3 años, iniciamos una reestructuración en la institución, donde a través de


los deportes se busca lograr el diálogo, sentido de pertenencia, compromiso, respeto,
lealtad y responsabilidad. Una de las problemáticas que identificamos en el alumnado,
es la falta de interacción entre ellos mismos, entre sus padres y familiares, entre los
docentes y su comunidad. Los alumnos vivían conectados al internet haciendo la
interacción y diálogo cada vez más informal e impersonal. De igual manera identificamos
una depresión y agresión por no sentirse incluidos, amados, queridos, lo cual arrojaba
como consecuencia una deslealtad ante todo y falta de compromiso. Bronfenbren-ner
(1987) afirma que los contextos vulnerables ya sea de tipo socioeconómico o cultural
influyen en la forma de cómo se relacionan los estudiantes, por lo tanto, afectan sus
procesos educativos. Es por eso que la institución decidió buscar alternativas de
solución ante esta problemática.
Otra adaptación que se llevó a cabo fue que los maestros en vez de ser docentes,
somos “coaches” educacionales, es decir, tenemos la responsabilidad de formar no solo
alumnos académicamente exitosos, sino que también debemos formar ciudadanos de
excelencia. El alumno no solo tiene que aprender las lecciones de la clase, debe a su
vez comportarse en el día a día como un ciudadano ejemplar. Este método no es posible
sin la ayuda de los padres de familia, la comunidad y el gobierno, quienes apoyan desde
asistiendo a los partidos deportivos de los alumnos, apoyando económicamente para el
material deportivo, así como ofreciendo una retroalimentación en el comportamiento
fuera del plantel educativo. Los coaches (docentes) debemos identificar las necesidades
educativas de los alumnos y adaptar las lecciones a las diferentes inteligencias de los
alumnos, a los alumnos con capacidades diferentes y a alumnos con inteligencia
avanzada, es decir, la misma lección debe ofrecerse en múltiples maneras para que el
alumno pueda tener opciones en la forma aprender y así crear un sentido de
responsabilidad en su aprendizaje. Cabe mencionar que, ante la necesidad de este tipo
de maestros, se ha hecho una capacitación intensiva y constante tanto en metodologías
docentes, situaciones familiares, y maneras de comunicar y entender a nuestros
alumnos.

Relación entre los elementos

Las actividades del docente, alumno y padres de familia va mucho más allá del
modelo tradicional educativo, exigiendo mucho más de todas las partes involucradas. En
el caso de mi institución, este sistema ha funcionado exitosamente, ya que uno de los
principales problemas de alumnos era no tener el sentido de pertenencia, no se sentían
importantes o reconocidos como individuos. Y a pesar que se le exige mucho más al
alumno, que una escuela tradicional, la respuesta y resultado ha sido muy favorable.

La metodología educativa, el docente, el alumno, padres de familia, comunidad y


gobierno son partes importantes en el proceso educativo de la institución en la que
laboro, pero la trilogía esencial que se considera de primer plano es el método educativo,
el alumno y el docente.
Esta trilogía es de vital importancia, entre el coach y el alumno se busca y fomenta
una relación de respeto, de cooperación, de comunicación, promoviendo la integración y
sentido de pertenencia. Esta relación no solo trae beneficios humanos ya que una vez
establecida una relación alumno/maestro, le ofrece al maestro herramientas para
conocer a sus alumnos y conocer su entorno, lo cual traerá beneficio en el proceso
educativo, ya que como docentes los podemos adaptar a las necesidades específicas de
nuestros alumnos.

Alumno
(el ser)

Mundo Metodología Educativa


(docentes, padres de familia,
comunidad, gobierno. Actividad: enseñanza

Figura 1. La figura ilustra nuestra perspectiva de la trilogía de los


elementos. Autoría propia

Sin embargo, cabe mencionar que no todo ha sido éxito, existe un porcentaje de
alumnos que no les interesa este compromiso, este aprendizaje ni esta metodología, y
basándonos en que el ser es libre, toma las decisiones que no son las que siempre como
docentes esperamos.

Como resultado de esta innovación educativa nuestros alumnos se han vuelto


socialmente más activos, han logrado desarrollar un sistema de pertenencia
increíblemente alto y han desarrollado las relaciones humanas, trayendo amistad y
apoyo.

Este replanteamiento nos indica la importancia de identificar las necesidades


actuales para reconectar, transformar y trascender.
Conclusión

Una intervención intencional del docente sobre la persecución del mundo de los
educandos, ya que va más allá de implementar técnicas de enseñanza.

La práctica educativa hoy en día ha cambiado, lo cual es necesario a que los


involucrados desarrollen las habilidades pertinentes para enfrentar y salir victoriosos de
los desafíos de la vida.

Por eso la interacción entre el docente y el alumno se ve influenciada por su


trayectoria personal, en consecuencia, su impacto abarca varias dimensiones como la
personal, interpersonal, institucional, social, didáctica y ética o moral.

Para que esta práctica sea efectiva y eficaz, se deben elaborar planes y
programas de estudio, tomado en cuenta el contexto social y económico del alumno ya
que alumnos de algunas zonas rurales interrumpen lamentablemente sus estudios.

Como lo menciona Cecilia Fierro la práctica educativa es una praxis social objetiva
e intencional en la que intervienen los significados, las percepciones y las acciones de
los implicados.

En este momento la educación en México enfrenta retos, en los que se tiene que
cambiar la forma de trabajar tanto en docentes como en alumnos, tienen que adaptarse
a la situación actual, sin embargo, no todos están en las posibilidades de hacerlo.
Referencias

⮚ Altarejos, F., y Naval, C. (2011.) Filosofía de la educación (3a. ed.). [Versión en línea].
Recuperado de https://elibro.net/es/lc/uvm/titulos/47101

⮚ Álvarez, L. (2005). La ontología de lo humano del primer Freire. [Versión en línea].


Recuperado de https://elibro.net/es/lc/uvm/titulos/75188

⮚ Ortega, R., Fernández, J. (2014). La Ontología de la Educación como un referente


para la comprensión de sí misma y del mundo. Sophia, Colección de Filosofía de la
Educación, (17),37-57. [fecha de Consulta 27 de Mayo de 2020]. ISSN: 1390-3861.
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=4418/441846098003

⮚ Astolfi, J. (1997). Aprender en la escuela. Chile. Dolmen.

⮚ DuocUC (2010). DuocUC. Recuperado el 21 de octubre de 2014, de DuocUC:


http://www.duoc.cl/etica/fetl003.php

⮚ Bronfenbrenner, U. (1987). The Ecology of Human Development. Barcelona. Polity


Press.

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