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Antropología Forense. Carrera de Licenciatura en Antropología, FFyH, Universidad Nacional de Córdoba.

Curso 2017

DOCUMENTANDO EL CONTEXTO EN UNA ESCENA DEL CRIMEN AL AIRE LIBRE: POR QUÉ
IMPORTA?

Dennis Dirkmaat

Texto original: Dirkmaat, Dennis. 2012. Documenting Context at the Outdoor Crime Scene: Why Bother? En: A
Companion to Forensic Anthropology, First Edition. Edited by Dennis C. Dirkmaat. Blackwell Publishing Ltd.
Published 2012 by Blackwell Publishing Ltd. Traducido para la catedra por Yamila de la Arada (2017)

INTRODUCCION

Los protocolos de aplicación de las leyes para procesar escenas en espacios cerrados están bien
establecidos (DeForest et al.1983 ; Fisher and Fisher 2003 ; Gardner 2005 ; Miller 2003;
Saferstein 2009 ; Swanson et al. 2006 ) y proveen de reconstrucciones de eventos pasados
científicamente validadas y que pueden ser utilizados para la defensa en la corte. Los protocolos de
aplicación de las leyes para procesar escenas en espacios abiertos, sin embargo, son básicamente
inexistentes. Las razones de esta situación no son claras. Quizás existe una idea de que las escenas
en espacios abiertos contienen demasiadas variables, incluyendo su tamaño, que no permite la fácil
distinción de la evidencia significativa para el ámbito de lo forense de aquella natural. Tal vez
demasiados “agentes”, tales como animales, la lluvia, la nieve, e incluso la gravedad, conspiran en
modificar la escena desde el momento de la depositación del cadáver. A menudo estos factores
hacen que la reconstrucción acertada de los eventos que rodearon el incidente parezca casi
imposible. Cualesquieran sean las razones, está claro que las escenas al aire libre no son procesadas
con los altos estandares con que se procesan las escenas en espacios cerrados. Antes de rendirnos,
debemos hacer un esfuerzo por encontrar un método o práctica que intente producir resultados
comparables. Si los resultados no son encontrados en los métodos para las escenas en espacios
cerrados que han sido modificadas, vamos a tener que buscar en otros sitios para ver si otros
métodos pueden producir resultados comparables con los de estas investigaciones.

LA INVESTIGACION FORENSE DE LAS MUERTES

En la típica investigación de una muerte sospechosa, el abordaje multidisciplinario es utilizado para


responder a las cuatro preguntas universales: 1) quién es la víctima?; 2) Cómo murió?; 3) Cuáles
fueron la circunstancias que rodearon la muerte?; 4) Hubo algún/os involucrado/s, y de ser así,
quién/es fue/ron?. Cada agente de la ley y los especialistas forenses tienen roles específicos en esta
situación. La investigación es conducida a la escena del crimen así como más allá de la escena inicial
por medio de entrevistas y de la documentación del contexto (Swanson et al. 2006 ).

LAS ETAPAS DE LA RECOPILACION DE DATOS

La investigación típica de un individuo recientemente fallecido incluye tres etapas diferentes de la


recolección de datos: en la escena, en la autopsia, y en el laboratorio. La información recolectada
en la escena del crimen (etapa 1), relativa a cómo el cuerpo está ubicado en relación a otras
evidencias, va a ser de interés para el análisis y la interpretación de las condiciones de los restos
durante el examen postmortem llevado a cabo durante la autopsia (etapa 2). La recopilación de
datos final (etapa 3) comprende el análisis de la evidencia forense relacionada al cuerpo y a la escena
en el laboratorio. El médico forense considera la información recolectada durante las tres etapas
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para la determinación final de la causa, circunstancias, y manera de muerte. El éxito en cada etapa
está íntimamente vinculado al éxito de la/s etapa/s previa/s. si la etapa inicial no está correctamente
analizada y documentada, las etapas subsecuentes sufren un efecto domino.

Los protocolos de los exámenes patológicos y la mayoría de los análisis de laboratorio de evidencia
forense están bien establecidos (DeForest et al. 1983 ; James and Nordby 2003 ; Spitz and Spitz
2006 ; Swanson et al. 2006) y están más allá del alcance de este capítulo.

El foco está puesto en el procesamiento de la escena del crimen, específicamente en las al aire libre.
Sin embargo, antes de que consideremos los protocolos de recuperación en las escenas al aire libre
y de que determinemos si vale la pena el esfuerzo y el tiempo invertido, examinaremos qué es lo
que se espera de una recuperación rigurosa de la escena en espacios cerrados y determinaremos si
se pueden aplicar las lecciones aprendidas a la recuperación de las escenas al aire libre.

INVESTIGACIONES CRIMINALES Y PROCESAMIENTO DE LA ESCENA DEL CRIMEN EN ESPACIOS


CERRADOS

En las escenas del crimen en espacios cerrados, los investigadores entrenados en las escenas del
crimen conducen la documentación de evidencia y la reconstrucción de las circunstancias de la
muerte. Toda la evidencia potencial en el cuarto es dejada sin disturbar hasta el registro de la
ubicación y orientación precisa relativa del cadáver, de otras evidencias, y de las características de
la habitación. El foco no está puesto en el reconocimiento ni en la recolección de evidencia física en
la escena, sino en el cuidadoso registro de la precisa posición relativa de la evidencia física. El
contexto y la asociación de la evidencia es considerado tan importante como la evidencia en si
misma. La suposición del trabajo es que si el contexto está cuidadosamente registrado, por ende
muy preciso y exacto, las reconstrucciones científicamente defendibles de las secuencias de eventos
pasados pueden ser creadas. La recolección de información del contexto se extrae de las notas
escritas, fotografías, y de un croquis de la escena. De todas maneras, la cadena de custodia, el
registro del camino de la evidencia a través de las manos de los agentes de la ley, científicos
forenses, y del sistema legal, comienza con la descripción de la evidencia in situ (Saferstein 2007).
Continúa con el examen postmortem del cuerpo, el análisis en el laboratorio de la evidencia, y la
eventual presentación en la corte. El mejor ejemplo de la evidencia “fuera de contexto” es el de la
evidencia que ha sido movida antes de la documentación total en la escena del crimen. Esta
transgresión de los protocolos de recuperación apropiados puede tener consecuencias directas en
el litigio exitoso del caso desde que existe la posibilidad de que la evidencia sea considerada como
inadmisible en la corte.

En conclusión, vemos lo mucho que se espera de la recuperación de evidencia de la escena del


crimen en espacios cerrados. La meta de estas recuperaciones no es sólo la documentación de la
posición final de la evidencia física relativa a otra evidencia o a la escena (contexto y asociación),
sino también apuntar a la reconstrucción certera de eventos y de cualquier modificación de la
escena. Estas escenas están manipuladas por investigadores forenses que rutinariamente reciben
un extenso entrenamiento en el registro y la recopilación de la evidencia física en las escenas del
crimen en espacios cerrados. Adicionalmente, muchas de las investigaciones de los agentes de la
justicia así como también de los especialistas forenses y de la literatura están dedicadas a este tema.
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Siguiendo con la recuperación de la escena, los restos de la víctima son llevados a la morgue para
los exámenes de patología forense (denominados autopsia forense) con las metas explícitas de
proveer la identidad de la víctima a través de las características únicas del tejido cutáneo como las
huellas digitales, los tatuajes, etc. (Spitz 2006 ) y de determinar la causa de muerte (Wright 2003a
). La causa de muerte hace referencia a la causa específica o a la secuencia de eventos vinculados
con la muerte del individuo; cientas han sido descriptas (Spitz and Spitz 2006). La evaluación final
de la identidad y la causa de muerte es por lo general auxiliada o corroborada por análisis
conducidos por expertos en otros ámbitos forenses relacionados, tales como odontología forense y
dactilografía (para la identidad de la víctima), toxicología forense, balística, entomología forense, e
incluso antropología forense. Estos análisis tienen validez científica porque el contexto de la
evidencia está bien documentado y es bien conocido. Adicionalmente, la localización, posición y
orientación del cuerpo en la escena juega un papel importante en la determinación final de la causa
de muerte.

El médico forense debe entonces asimilar toda la información recolectada por los agentes de la ley,
el patólogo forense, y los varios expertos forenses para proveer de una probable y defendible
determinación de la identidad de la víctima y la manera de muerte. Las opciones disponibles para el
médico forense para la manera de muerte incluye: homicidio, suicidio, natural, accidental, y
desconocida. Nuevamente, el contexto del cuerpo es crucial para la determinación apropiada de la
manera de muerte (Wright 2003b ).

Finalmente, son los abogados y el fiscal quienes después determinan si las leyes han sido vulneradas,
qué leyes específicas están implicadas, y cuál es el curso apropiado de acción para el
direccionamiento de esas transgresiones. La decisión de tratar de acusar a los perpetradores en una
corte, sin embargo, a menudo viene del “peso de la evidencia”; esto es cuánta evidencia está
disponible y si ha sido colectada, documentada, y analizada apropiadamente y que pueda ser
utilizada efectivamente en la corte.

En resumen, la clave para el correcto funcionamiento del mecanismo de investigación y del proceso
es que la información completa sea apropiadamente recolectada y analizada durante todos los
niveles de investigación, comenzando por el propio procesamiento de la escena. Está claro que los
protocolos de investigación empleados durante el procesamiento de las víctimas encontradas en
escenas del crimen en espacios cerrados típicamente conducen a resultados exitosos.

LA PERCEPCION DE LA APLICACIÓN DE LA LEY EN LAS ESCENAS DEL CRIMEN EN ESPACIOS


ABIERTOS

Cuando la escena del crimen está localizada al aire libre, sin embargo, hay un gran número de
factores extrínsecos que pueden afectar la escena y potencialmente dejar futil cualquier intento
para documentar completamente e interpretar la escena ( Figura 2.1). Estos factores pueden incluir
perturbaciones geológicas, ambientales, vegetales, y animales que pueden alterar la escena y la
disposición final de la evidencia. Exposiciones prolongadas de los restos humanos al ambiente y a
los animales habitando ese territorio puede llevarnos a la suposición de que el rango y la
profundidad de información comparable y recuperable en las escenas en espacios cerrados se ha
separado hace ya tiempo de las escenas de espacios al aire libre.
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Figura 2.1 Vista superior de restos humanos antes de la recuperación (arriba) y mapa plano de los
restos (abajo)

La lluvia y la nieve pueden “lavar” evidencia o correrla de su lugar original. Esto significa que el
contexto original de los restos al momento de su depositación ha sido alterado. Por qué preocuparse
entonces? Patrones significativos o útiles a ser revelados a partir de los restos dispersos no son
discernibles a partir de la simple observación. La percepción es, por lo tanto, que son irrecuperables
o que ni siquiera existen. De este modo, cualquier esfuerzo considerable en relación a la limpieza
cuidadosa del sitio y destacando cuidadosamente la localización de la evidencia podría ser una
pérdida de tiempo y de recursos limitados. Como resultado de esta línea de pensamiento, el
procesamiento de la escena al aire libre a menudo se ve reducida a tomar algunas fotografías del
cuerpo o de las partes del cuerpo, seguidas por la recolección azarosa dentro de un periodo de
tiempo razonable de tantos huesos como sean vistos en la superficie. A menudo, esto se lleva a cabo
sin conocer qué elementos esqueletales fueron dejados atrás o asumiendo que los elementos
perdidos fueron removidos por animales. En algunos casos, los cuerpos enterrados son removidos
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usando una pala o alguna otra herramienta. Adicionalmente, por más de que el cuerpo haya estado
en la escena por meses o años, existe un imperioso deseo de llevar el cuerpo a la morgue tan pronto
como sea posible.

En esos casos, los restos son luego llevados a la morgue para el examen postmortem, y varios
materiales de evidencia que han sido recolectados en la escena son necesariamente distribuidos en
los departamentos del laboratorio. Sin embargo, en este caso, a diferencia de la escena en espacios
cerrados, muy poca data va a estar disponible para la reconstrucción de las circunstancias de la
muerte desde el momento en que muy poca o ninguna información acerca del contexto fue
recolectada en la escena. Reconstrucciones anecdóticas de qué pasó en la escena tienden a
reemplazar a las reconstrucciones de eventos defendibles que han sido típicamente provistos por
medio de los protocolos para el procesamiento de las escenas del crimen en espacios cerrados.

PUEDEN LOS METODOS DE RECOPLICACION EN ESPACIOS CERRADOS SER APLICADOS EN ESCENAS


AL AIRE LIBRE?

Asumamos, sin embargo, que de hecho son patrones útiles y significativos en el aparente desorden
disturbado de huesos situados en espacios abiertos. ¿Podremos aplicar los métodos de
recuperación para contextos en espacios cerrados a contextos en espacios abiertos y esperar el
mismo resultado que si lo hiciéramos en escenas en espacios cerrados? Una revisión de la literatura
de aplicación de la ley (e.g., Gardner 2005 ; James and Nordby 2003 ; Saferstein 2007 , 2009
; Swanson et al. 2006 ) y regímenes de entrenamiento revelan, sin embargo, que no hay protocolos
de recuperación comprensivos derivados del correcto desarrollo de los métodos para espacios
cerrados. Aparte de unas pocas referencias a búsquedas en espacios abiertos, que son obsoletos e
ineficientes, y la discusión acerca de cómo procesar las huellas del calzado y de las ruedas (Bodziak
2003a , 2003b ),no hay una discusión específica de las escenas al aire libre; es ampliamente
ignorada.

POR QUÉ NO LA ARQUEOLOGIA FORENSE?

Hay una disciplina fuera del marco de la aplicación de la ley que tiende a extraer grandes cantidades
de información de las escenas al aire libre. Ese campo es la arqueología. La arqueología es el “estudio
del pasado humano, basada en la evidencia material ( artefactos, ecofactos, restos humanos) y su
contexto”. (Stewart 2002 : 2). Interesantemente, las metas del procesamiento de la escena del
crimen y las de la arqueología son las mismas: reconstruir y entender eventos pasados. Esto es
llevado a cabo en ambas disciplinas a través de la cuidadosa consideración del contexto de la
evidencia relativa a la escena (Dirkmaat and Adovasio 1997 ; Fisher and Fisher 2003 ; Hester et al.
1997 ; Hurst Thomas 1998 ; Joukouwsky 1980 ; Stewart 2002 ).

Se ha sugerido que los protocolos eficientes y efectivos delineados por la arqueología pueden ser
efectivamente aplicados a escenas del crimen en espacios abiertos (Connor and Scott 2001 ;
Dirkmaat and Adovasio 1997 ; Haglund 2001 ; Hochrein 2002 ; Krogman and İş can 1986
; Sigler-Eisenberg 1985 ; Skinner and Lazenby 1983 ; Stoutamire 1983 ) en la disciplina que une
a la antropología forense y a la arqueología. Esa disciplina es la antropología forense. Es hora de
evaluar esa atribución. En lugar de presentar una lista de actividades que deben ser realizadas en
una escena del crimen en espacios abiertos, es necesario justificar el uso de esos métodos y
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comparar los resultados con aquellos derivados del procesamiento apropiado de las escenas en
espacios cerrados.

PRINCIPIOS ARQUEOLOGICOS CONTEMPORANEOS

Como fue descripto arriba, la meta primaria de la arqueología es “obtener un conocimiento válido
acerca del pasado” (Shennan 2004 : 3). Tanto en la práctica como en la teoría, la arqueología y la
criminalística comparten el objetivo de la documentación sistemática, recolectando e
interpretando evidencia física con el propósito de comprender los factores que afectan la historia
deposicional de esa evidencia (Dirkmaat and Adovasio 1997 ).

David Hurst Tomas ha sugerido que la arqueología opera en tres “niveles jerárquicos de teoría
arqueológica”: alto, mediano, y bajo (Hurst Thomas 1998). El primer nivel, denominado nivel bajo
de teoría, puede ser creado a partir de un conjunto de datos arqueológicos básicos -el “registro
material” (Shafer 1997)- que han sido recuperados. Esta información va a ser utilizada para
direccionar preguntas tales como: 1) ¿Quién estuvo involucrado en la creación de esta situación?;
2) Cuáles son las muestras materiales de esos individuos? 3) Cuántos conjuntos de datos(por
ejemplo: artefactos, ecofactos, información paleoclimática) de esas actividades están disponibles?;
4) Dónde, específicamente, ocurrió el evento?; 5) en qué punto particular de tiempo (cuándo)
sucedió?. El nivel medio de teoría (Shafer 1997) apunta a direccionar cómo el registro arqueológico
fue formado por actores humanos, un abordaje defendido por Binford (1983) (por ejemplo, cómo
las cosas transcurrieron en un tiempo y locus particular?). El enlace entre el comportamiento
humano y la cultura material resultante ocurren en este nivel. Finalmente, el tercer nivel (nivel
avanzado de teoría) se pregunta por qué ese evento ocurrió, buscando y delineando procesos y
explicaciones. La meta es identificar las leyes generales (denominadas patrones nomotéticos) que
pueden ser usados para explicar el pasado (Hurst Thomas 1998 ; Shafer 1997 ).

El direccionamiento de las preguntas de nivel bajo comienza con las buenas y exactas técnicas de
excavación arqueológica, utilizadas en la recuperación de evidencia in situ. Esta metodología
permite un entendimiento completo de la relación (espacial y temporal) entre la evidencia, la
escena, y el ambiente. James Adovasio (comunicación personal; Dirkmaat y adovasio 1997) sugiere
que la excavación arqueológica apropiada tiene tres responsabilidades primarias e independientes:

1) Definición de la estratigrafía y la estratificación del sitio. La estratificación hace referencia a


la secuencia actual observable de capas de depositación (por ejemplo, las páginas en un
libro) mientras la estratigrafía es la suma total de los procesos que produce estas capas
acumuladas (por ejemplo, la historia). Toda estratificación adhiere a ciertas “reglas” o leyes
básicas, a menudo denominados principios de Steno, que inculye las leyes de superposición,
horizontalidad original, continuidad lateral, y relaciones entrecruzadas (ver DIrkmaat y
Adovasio 1997). La clave para entender la estratigrafía es la identificación exitosa y la
diferenciación del estrato individual. Esto requiere habilidades para la excavación y atención
al detalle. Por ejemplo, muchos de los estratos individuales dentro de depósitos en el alero
en Meadowcroft, Avella, Pennsylvania, eran muy finos y requirieron de la excavación con
hojas de afeitar (Carlisle and Adovasio 1982 ).
2) Establecimiento del “contexto”. El contexto es el lugar y el tiempo en el espacio de un objeto
y que incluye tanto coordenadas físicas como temporales. La documentación y el
entendimiento del contexto es crucial. Comienza con la documentación cuidadosa de la
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posición de cualquier y cada uno de los objetos dentro de un estrato relativo a todos los
otros objetos en todos los otros estratos (Joukowsky 1980).
3) Demostración de “asociación”. La asociación significa que dos o más objetos entraron en el
registro arqueológico en el mismo momento o cerca del mismo momento como
consecuencia del mismo proceso, evento, acción, o actividad. La asociación es el concepto
más difícil de probar para un arqueólogo. Solo después de que el contexto ha sido
establecido por medio de un manual preciso o un mapa computarizado es posible de
establecer que ítems entraron en el registro depositacional como resultado del mismo
proceso, y desde ahí, qué elementos están asociados.

Estas tres responsabilidades requieren absolutamente metodologías, principios, y prácticas


arqueológicas muy buenas de excavación. Una vez que el contexto y la asociación han sido
satisfactoriamente establecidos, el arqueólogo puede entonces moverse para direccionar las
preguntas de medio nivel y, finalmente, generar teorías de nivel mas alto.

Esta perspectiva en el cómo extraer informacion y responder preguntas tales como “como, cuando
y donde” de contextos en espacios abiertos que usualmente contiene solo evidencia efímera de
actividades pasadas es de valor obvio cuando se considera como extraer información de escenarios
forenses al aire libre con evidencia relativamente reciente. Cada conjunto de preguntas solo puede
ser respondido con certeza si las preguntas de los niveles previos han sido propiamente
direccionadas.

En resumen, las metodologías de documentación y recuperación comprensiva de la escena son


rutinariamente empleadas por arqueólogos en sitios al aire libre para maximizar la eficiente y
acertada colección de una extensa variedad de data. El objetivo de los esfuerzos de la excavación y
recuperación no es simplemente la exposición y la colección de artefactos, sino la detallada
reconstrucción de eventos pasados. Por lo tanto, es imperativo documentar apropiadamente el
marco contextual de cada artefacto, tanto como documentar y recopilar evidencia del momento
del marco ambiental y climático. Solo luego de eso, las asociaciones y los artefactos pueden ser
establecidos y la historia construida. Aquí hay lecciones para el procesamiento de escenas forenses
al aire libre.

LA ESCENAS FORENSES AL AIRE LIBRE

Muchas preguntas necesitan ser respondidas cuando un cuerpo es encontrado en una localización
inesperada: Cómo y cuándo llego el cuerpo a la escena?, hubo individuos involucrados?, de ser así,
Cuántos?, Quiénes eran?, Volvieron a modificar o disturbar los restos?, y si la persona fue asesinada,
la mataron en la escena donde se encontró el cuerpo o fue asesinada en otro lugar?. La recuperación
del conjunto de restos humanos en cualquier escena del crimen debe ser abarcada con el propósito
expreso de responder la mayor cantidad de estas preguntas. Nuevamente, en el mismo camino de
la arqueología, esto se reduce a la cuestión de los esfuerzos para reconstruir y entender los eventos
pasados.

Está claro también que tanto en las investigaciones arqueológicas como en las forenses, los objetos
en sí mismos recuperados de esas escenas (artefactos, restos humanos, evidencias) no pueden
responder ninguna de estas preguntas sin un completo conocimiento de su lugar en el contexto
ubicado en el tiempo y el espacio. Para una perspectiva forense, la evidencia sacada de una escena
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en un espacio cerrado sin ser cuidadosamente documentada, tiene muy poco valor ante la justicia.
Es sorprendente que estas cuestiones basales son olvidadas o dejadas de lado en escenas del crimen
en espacios abiertos.

Se puede argumentar que, en casi todas las instancias, el registro comprensivo del contexto en las
escenas al aire libre, especialmente en la forma de mapas cuidadosamente dibujados de la
distribución espacial de la evidencia, puede proveer información significativa con respecto a la
posición original y la orientación del cuerpo al momento de la depositación, estimación del tiempo
desde el momento de la muerte, y la identificación de factores que alteren al cuerpo desde el
momento de la muerte. Tales anotaciones apuntan a responder las cuestiones importantes
discutidas con anterioridad.

DEFINIENDO EL CONTEXTO EN LA ESCENA AL AIRE LIBRE

El uso de la palabra “contexto” en las escenas del crimen en espacios abiertos se relaciona a: 1) los
objetos primarios de interés (por ejemplo la evidencia física, incluyendo el cuerpo y los elementos
asociados); 2) los seres bióticos circundantes (plantas y animales), geofísicos (sedimentos,
características geomorfológicas, y el agua), y los factores climáticos (temperatura, precipitación, y
humedad); y 3) el paso del tiempo desde que la evidencia entró en la escena (el contexto
temporal).Debe haber un intento de documentar el interjuego de estos factores en su localización
forense desde el momento en que la víctima y, de ser relevante, los perpetradores, entraron en la
escena, el tiempo en el que el cuerpo fue colocado en la escena, hasta el momento de la
recuperación.

Queda enfatizado tanto en el contexto de la criminalística como en el de la arqueología que el


proceso de recuperación de la evidencia física o los artefactos efectivamente destruyen el contexto.
Como resultado, es imperativo que la documentación acertada y comprensiva del escenario
contextual de cada artefacto sea completada durante la recuperación. Los procedimientos
estándares de documentación en la investigación arqueológica de un sitio o escena incluye las
descripciones del entorno biótico, geofísico, y ambiental, así como también las especificidades de
las asociaciones de todas las evidencias físicas en todo el marco contextual. Estos detalles son
documentados por medio de notas escritas, imágenes fotográficas y videográficas, y mapas
detallados de la distribución espacial de la evidencia relativa a la topografía y otras características
del entorno físico. Los protocolos de documentación y las metodologías claramente igualan lo
requerido para el procesamiento acertado de las escenas forenses. Tales procedimientos producen
una mayor riqueza en la información que por lo general es crucial para la resolución del caso.

ARQUEOLOGIA FORENSE

La arqueología aplicada a las escenas del crimen y al procesamiento del recién fallecido, ha sido
denominada antropología forense. Serias discusiones acerca de los componentes y de la utilidad de
la arqueología forense ha sido desarrolladas desde 1980 (Lovis 1992 ; Morse et al. 1983Skinner
and Lazenby 1983 ) y ha sido probado que siempre hay información importante a ser recogida en
las escenas al aire libre (Dirkmaat and Adovasio 1997 ;Dirkmaat and Cabo 2006 ; Dirkmaat et
al. 2008 ; Dupras et al. 2006 ; Galloway et al. 2001 ; Komar and Buikstra 2008 ). Además, la
reconstrucción de los eventos pasados en las escenas del crimen en espacios abiertos puede ser tan
minuciosa y de largo alcance como en las escenas en espacios cerrados. Es la opinión y la experiencia
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de este autor que cuando los esfuerzos son hechos para documentar cuidadosamente una escena
el aire libre, especialmente en relación a los procedimientos de mapeo, estos van a permitir revelar
patrones de distribución espacial de la evidencia e información relevante acerca de la escena del
crimen.

Los tipos de evidencia e información que pueden ser obtenidos al emplear protocolos arqueológicos
forenses incluyen: 1) la localización original y la posición del cuerpo al momento de su
emplazamiento en la escena del crimen; 2) la identificación de agentes tafonómicos responsables
de la dispersión de los restos y la explicación de por qué los restos no estaban donde deberían estar;
3) el número máximo de elementos esqueletales y evidencia; y 4) una idea más certera de cuánto
tiempo el cuerpo ha estado en el sitio. Esto se hace por medio de la magia y por medio de cientos
de personas? No!. La arqueología forense , como una disciplina conceptual, está basada en
principios arqueológicos contemporáneos aprobados que han sido desarrollados y usados por los
arqueólogos en el último siglo. Para reconstruir los eventos pasados en los contextos de los espacios
al aire libre, algunas modificaciones son requeridas por la naturaleza de la evidencia y de las
consideraciones legales.

EJEMPLO DE CASO

Quizás la mejor forma de ilustrar la importancia del contexto para la interpretación final de la escena
del crimen en espacios abiertos sea la descripción de un caso forense reciente (figura 2.2). Vamos a
comparar y contrastar los resultados de dos potenciales opciones de recuperación de la escena que
se podrían haber llevado a cabo. Aunque algunos detalles han sido cambiados para proteger a la
víctima, los componentes del caso no son atípicos.

Hacia el final de la primavera en Pennsylvania, la policía fue dirigida hacia una escena donde el
cuerpo de una adolescente fue depositado supuestamente 15 veranos antes (figura 2.2 a).
Atravesando un sector cubierto de maleza espesa a lo largo de una calle rural en una granja privada,
un oficial de la policía observó lo que parecía ser parte de un cráneo humano. El área inmediata
también sirvió como depósito de un ciervo de cola blanca que había sido atropellado en la ruta
(Odocoileus virginianus ), junto a otros animales. La decoloración por el sol de los huesos y las
carcasas con presencia de tejido seco estaban esparcidos por todo el borde del camino. Dos
opciones principales estaban disponibles para los oficiales en esta coyuntura.

OPCION 1: LA RECUPERACION NO ARQUEOLOGICA

La primera opción consiste en limpiar la maleza más grande que se encuentra sobre el cuerpo sin
preocuparse por ningún resto de maleza o de hojas que los esté cubriendo. Se toman fotografías de
los huesos visibles en la superficie alrededor del cráneo, luego de lo cual, cualquier hueso hallado
en el área inmediata será recolectado. Después, toda la evidencia es colocada en un body bag y es
enviada a un patólogo forense para la autopsia.
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Figura 2.2- Detalles del caso de estudio. A) vista general del sitio de interés para la recuperación
arqueológica; b) limpiando los escombros superficiales del sitio y exposición de los restos óseos
humanos; c) extracción de datos sobre la localización del hallazgo por medio de GPS; d) mapa del
sitio desarrollado con sistema de información geográfica; e) exposición de cráneo (exhibiendo un
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trauma) y mandíbula; f) exposición final de los restos; g)procedimiento de mapeo; h)mapa final; i)
restos esqueletales en el laboratorio.

El patólogo forense después separa los huesos humanos de los de animales (aunque no esté muy
seguro con respecto a algunos huesos, especialmente los rotos) en el examen postmortem. El foco
está puesto en el cráneo. Muchos de los huesos de la cara están separados del cráneo y exhiben
fracturas significativas (figura 2.2 e). Desafortunadamente, no todos los huesos están presentes en
el ensamblaje en la mesa de autopsias. El patólogo forense le consulta a la policía si los huesos
estaban separados al momento del descubrimiento, o si se pudieron haber roto al momento del
levantamiento del cráneo, o durante el transporte del cráneo en el bodybag a la sala de autopsias.
Nadie puede responder con el 100% de certeza.

Viendo las líneas epifisarias en algunos de los huesos, el patólogo indica que los restos son similares
a los de un individuo juvenil. Sin embargo, en relación con la determinación del sexo, el tamaño
pequeño de los huesos puede deberse a la juventud o al sexo femenino. Una característica
importante que pudo haber sido utilizada para identificar positivamente al individuo fueron dos
incisivos superiores astillados registrados antemortem en el presunto individuo. No se había
completado el trabajo de las características dentales previas. Los incisivos no estaban presentes en
los restos recuperados. Probablemente, fueron dejados en la escena, dado que poseen una sola raíz
y que se desprenden fácilmente de su alveolo durante el proceso de descomposición. Partiendo de
que posiblemente pasaron 15 años desde que el cuerpo fue depositado en el sitio del
descubrimiento, el análisis de ADN mitocondrial será requerido, una opción muy cara y que
consume mucho tiempo.

Sin embargo, antes de enviar los huesos para los análisis genéticos, los investigadores determinan
que un refinamiento en el perfil biológico sería de ayuda. Los huesos son colocados en una caja y
enviados a un antropólogo forense, quien puede develar otra información útil.

La caja con huesos llega al laboratorio del antropólogo forense. La cuestión principal sigue siendo la
identidad del individuo. Los huesos revelan que el individuo era una mujer blanca, de entre 15 y 20
años, con una estatura de entre 162-172 cm (figura 2.2 i). Esto coincide con el perfil de la persona
que la policía estaba buscando. Sin embargo, la identificación positiva de los restos continúa y el
análisis del ADN mitocondrial se sigue requiriendo.

Y que hay acerca de estas preguntas…?

Además de direccionar el perfil biológico, otras preguntas deben ser hechas: estaban los restos
totalmente en la superficie desde el momento de la depositación, o tal vez habían sido total o
parcialmente enterrados?, los restos pudieron haber estado en el sitio por 15 años?, alguien volvió
al sitio y movió los restos para esconder evidencia?, la pérdida de algunos elementos estaría
indicando la remoción de los mismos por parte del victimario?, el cuerpo pudo haber estado en otro
lugar por un tiempo antes de ser retirado y trasladado a este sitio, indicando en ese caso un entierro
secundario?, y cómo fue colocado el cuerpo en el sitio: hacia arriba, hacia abajo, extendido, o en
posición fetal? Estas son todas preguntas importantes desde que el perpetrador provee de una
descripción de los eventos.

Y pueden estas preguntas ser respondidas con los huesos en una caja?
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Todas estas preguntas hacen referencia a qué paso con el cuerpo desde y durante su depositación
en la escena del crimen. El estudio de la manera en que estos factores postdepositacionales afectan
a los restos ha sido denominado tafonomía forense (descrito más completamente en los capítulos
1, 24 y 25 de este volumen). La tafonomía forense requiere del análisis de los restos sumado a la
evaluación del marco contextual del que han sido recuperados. En este escenario, ninguna de las
preguntas de la tafonomía forense pueden ser respondidas con algún respaldo científico; estamos
forzados a depender de la conjetura y la evidencia anecdótica.

OPCION 2: RECUPERACION ARQUEOLOGICA FORENSE

En lugar de remover apresuradamente los restos con muy poca consideración por la documentación
del contexto, la justicia ha decidido conseguir la ayuda de un antropólogo forense o un arqueólogo
forense para conducir el proceso de la escena al aire libre. Aunque cada escena es única, ciertos
procedimientos básicos son comunes a cada escena de recuperación arqueológica forense en
espacios abiertos. Esto incluye limpiar la maleza más gruesa que se encuentre sobre los restos, así
como las pequeñas ramas y los restos de hojas. Ninguna de la evidencia es movida en este punto.
Los antropólogos forenses también son valiosos durante este proceso por su rol en la evaluación de
la importancia de los elementos. En este caso, los restos humanos fueron separados de los de
animales en el sitio en tiempo real. Esta “habilidad” incrementa la eficiencia de los esfuerzos del
proceso desde que evidencia extraña (en este caso, huesos de animales) no entra en el proceso de
la cadena de custodia.

A lo largo del proceso, tres tipos de información son rutinariamente recolectadas para documentar
el contexto: 1) la documentación escrita; 2) la documentación fotográfica; 3) el mapeo detallado de
la escena y de la distribución espacial de la evidencia.

Paso 2: documentación del contexto a través de protocolos escritos y fotográficos

La documentación escrita sirve como un diario de los eventos asociados con la recuperación: quién
está haciendo qué cosa, en qué momento, y qué fue encontrado. El segundo rol de la documentación
escrita es el de registrar completamente el marco contextual general de la escena incluyendo la
topografía, vegetación, la cantidad de sombra, etc. La recolección de esta data es mejor realizada si
se utilizan formularios estandarizados así se recaba la misma información de todos los sitios. Esto
permitirá formular comparaciones intra e intersitios que podrán revelar patrones previamente
ocultos de la misma forma en que lo hace el mapeo del crimen. Los protocolos fotográficos ahora
incluyen imágenes digitales exclusivas, útiles porque permiten adherir metadata relacionada con la
imagen (como las configuraciones de las cámaras, la impresión de la fecha en la foto, etc). Son
obtenidas, entonces, la documentación de las actividades sumada a las imágenes in situ de la escena
y de las evidencias.

Paso 3: documentación del contexto a través de los protocolos de mapeo

El tercer tipo de registro del contexto es a través de un mapeo en tres dimensiones de la escena y
del área circundante. Esto se realiza a nivel global por medio de unidades de GPS (sistemas de
posición global). El área inmediata alrededor de la escena es documentada a través de instrumental
más sofisticado, incluyendo la estación total electrónica y las mediciones en grados con el GPS. Los
softwares de sistemas de información geográfica (GIS) también pueden ser utilizados para producir
un mapa del perímetro de la escena (figuras 2.2 c, d). El tercer nivel de mapeo se lleva a cabo por
Antropología Forense. Carrera de Licenciatura en Antropología, FFyH, Universidad Nacional de Córdoba. Curso 2017

medio de mapas dibujados a mano mostrando la posición y la orientación de cada elemento y


fragmento de evidencia encontrados in situ en la escena del crimen.

El mapeo preciso de la escena es una de las partes más importantes de la recuperación. El objetivo
es producir una representación acertada de la escena por medio de un croquis, anotando donde
está localizado cada fragmento de evidencia en relación a los demás, y también los elementos
presentes en la escena. Este objetivo puede ser alcanzado de diferentes maneras. Si los restos están
depositados unos cerca de otros, se puede utilizar una grilla o un punto de referencia. Si los restos
están dispersos, como en un accidente aéreo, la estación total o el GPS pueden ser usados para
registrar la localización precisa de cada elemento esqueletal y evidencia(Dirkmaat and Hefner 2001
). Se le dará una identificación única a cada elemento en la escena para que la localización y
orientación de cada hueso sea conocida y el patrón de distribución espacial de los elementos pueda
ser analizado. En este caso en particular, se siguió el protocolo del punto de referencia para
desarrollar un mapa del sitio (figura 2.2 g, h).

RESUMEN DE LA RECUPERACION

Luego de 5 horas, la escena fue despejada de vegetación y todos los restos humanos (en este caso,
solo huesos), fueron hallados. La posición de cada evidencia fue registrada in situ, por medio de un
mapa detallado de la escena. Se estableció el nexo entre cada hueso y el mapa, así como una
apropiada cadena de custodia.

Interpretación de la escena y los eventos

La recuperación arqueológica forense descripta arriba, combinada con el análisis de los restos en sí
mismos en el laboratorio, detallando cualquier modificación de la superficie, trauma, etc., es el
único camino para el análisis tafonómico forense detallado de la escena y de los restos. La tafonomía
forense no puede ser completada solamente basándose en los huesos. Las interpretaciones acerca
de cómo el cuerpo fue depositado en la escena, la identificación de los agentes tafonómicos
modificando los restos, y la estimación del intervalo postmortem basado en estimaciones científicas
solo se va a poder producir en la complementación del contexto con el análisis de los huesos.

La mayoría de los restos aún se encontraban en su posición anatómica, indicando que el individuo
fue depositado allí poco después del momento de la muerte, y su descomposición se produjo en la
escena. Queda claro que el individuo fue colocado boca abajo en la superficie del sitio. El cuerpo
estaba orientado con la cabeza hacia el Noroeste y los pies hacia el Sudeste. Las piernas se
encontraban completamente extendidas y los brazos flexionados al costado del cuerpo. No hay
indicios de que el cuerpo haya sido removido por algún humano luego de su depositación. Existen
evidencias de que algunos animales han estado involucrados en el movimiento de algunos huesos
de la mano y de los pies de su posición original.

Todos los huesos fracturados de la cara fueron recuperados in situ. Como se utilizaron los protocolos
de recuperación arqueológica forense, no se produjo daño postmortem en los restos luego del
descubrimiento debido a factores relacionados con una pobre excavación, recolección, o
transporte. Esto permitió que se pueda desarrollar un análisis de los traumas, que reveló múltiples
golpes realizados con un elemento contuso en la cara y la cabeza al momento de la muerte.
Antropología Forense. Carrera de Licenciatura en Antropología, FFyH, Universidad Nacional de Córdoba. Curso 2017

La mayoría de los huesos estaban en buen estado, con un daño erosivo muy leve en su superficie.
Estaban manchados de un color marrón oscuro. Sin embargo, uno de los elementos mostró más
degradación en relación con su aclaramiento por la exposición al sol, las rajaduras en su superficie,
y la exfoliación de la capa externa del hueso. Este fragmento sugiere que el intervalo postmortem
fue mucho más largo que entre los 2 y 5 años que sugerían los demás restos mejor preservados.

El análisis osteológico forense de los restos produjo los mismos resultados que lo que se destacaron
en el perfil biológico de la opción 1. Sin embargo, los incisivos superiores fueron recuperados y
permitieron la identificación positiva basada en la odontología forense el día después de la
recuperación. La identificación por medio del ADN mitocondrial, que puede tardar meses, no fue
requerida.

DISCUSION

Es muy probable que la mayoría de los restos humanos situados en espacios abiertos y descubiertos
por otros humanos sean disturbados de alguna manera. Esto puede pasar ante la curiosidad o la
ignorancia de aquel que realizó el descubrimiento. Sin embargo, se deben evitar las disturbaciones
en la escena previas a la recuperación. En muchos casos, el modus operandi ha sido la remoción
rápida de los restos, a menudo bruscamente levantados con palas e incluso con maquinaria pesada,
y acompañada con la documentación no exhaustiva in situ de la escena del crimen. La remoción de
la evidencia de su contexto de depositación primaria con muy poca documentación asociada limita
severamente el análisis resultante y la interpretación de los eventos pasados.

Aunque generalmente se asume que la información relevante para reconstruir el pasado es muy
limitada en las escenas al aire libre, se puede demostrar que esto es un poco erróneo. La aplicación
de los métodos apropiados de recuperación en los contextos al aire libre resulta en la emergencia
de una historia científica, basada en la evidencia. Se debe esperar el mismo estándar de
recuperación forense de la evidencia y de la reconstrucción de los eventos en las escenas al aire
libre que en las desarrolladas en espacios cerrados. Sin embargo, los protocolos de recuperación
para los espacios cerrados aplicados a espacios abiertos no son efectivos. Además, como no existen
los protocolos legales específicos para las escenas al aire libre, debemos recurrir a otras disciplinas.
La arqueología forense provee la solución. Desde la efectiva y eficiente localización del sitio hasta la
rigurosa recolección y documentación de toda la evidencia relevante, las metodologías
arqueológicas forenses estandarizadas aumentan y maximizan la cantidad y calidad de información
atribuida a la escena. La mejor comprensión del contexto en el que se halla el cuerpo ayuda al
sistema judicial y a los especialistas forenses a conducir sus análisis e interpretaciones.
Últimamente, la determinación de la causa y manera de muerte por parte del médico forense se ha
mejorado también. Como se describió en más detalle en otros lugares (Dirkmaat and Adovasio
1997 ; Dirkmaat et al. 2008 ), estos protocolos son efectivos en todas las escenas al aire libre,
desde superficies con mucho esparcimiento (como la descrita arriba) hasta sepulturas clandestinas
(Dirkmaat and Cabo 2006 ; Hochrein 1997 , 2002 ), y desde fosas comunes (Dirkmaat et al.
2005 ; Tuller et al. 2008 ) hasta incendios fatales (DeHaan 2008 ; Dirkmaat 2002 ), o sitios de
desastres masivos (Dirkmaat and Cabo 2009 , 2010 ; Dirkmaat and Miller 2003 ; Kontanis
and Sledzik 2008 ).

Aunque la aplicación de la ley y las comunidades medicolegales han reconocido durante mucho
tiempo el valor de los antropólogos fisicos en el análisis de los restos óseos humanos, especialmente
Antropología Forense. Carrera de Licenciatura en Antropología, FFyH, Universidad Nacional de Córdoba. Curso 2017

en la identificación de individuos NN (Spitz 2006 ), los antropólogos forenses han tendido a entrar
a las investigaciones forenses siguiendo la remoción de los restos humanos de la escena, o en
algunos casos (usualmente en casos que involucran el enterramiento de restos) visitaron la escena
durante el levantamiento (Haglund 1991 ; Wolf 1986 ).

Hoy en día, sin embargo, los antropólogos se encuentran con preguntas más sofisticadas
relacionadas con eventos peri y postmortem, y no se puede dar por sentado que estas cuestiones
pueden solo ser direccionadas cuando la correcta documentación de la información contextual es
recolectada con la evidencia física durante la fase de recuperación de la investigación forense. La
solución obvia es, cuando haya presunciones de la aparición de restos humanos en estado de
descomposición, integrar todas las técnicas de recolección de información durante las etapas
incipientes de la investigación. El antropólogo forense entrenado con técnicas arqueológicas es
indispensable en la integración y el cumplimiento de estos objetivos.

Las primeras salidas físicas de estos protocolos arqueológicos forenses son muy sólidas y apuntan a
la creación de mapas de la escena, detallando características topográficas y patrones de la
distribución espacial de la evidencia física. La combinación de 1) mapas precisos, 2) la
documentación, análisis, y la interpretación exhaustiva del contexto, 3) protocolos correctamente
documentados que maximicen la recuperación de la evidencia y establezcan una fuerte cadena de
custodia que vincule la evidencia a la escena, brinda una efectividad que es de valor como evidencia
ante la corte. Reconstrucciones más convincentes de eventos pasados y la posibilidad de corroborar
testimonios tienen un gran potencial para resolver exitosamente algunos casos. Esta metodología
esta mucho más consolidada en el método científico, permitiendo la comparación y el testeo
efectivo del protocolo y un análisis de la evidencia mucho más poderoso y claro.

Desde el punto de vista de la antropología forense, es bastante sorprendente que en muchas


ocasiones se la considere como una disciplina basada en el trabajo de laboratorio. Es común que se
lleven directamente los restos con muy poca descripción y registro del contexto al laboratorio, por
lo que estarían totalmente descontextualizados. Es momento de prestar más atención a la
configuración del contexto en las escenas del crimen en espacios abiertos. Aceptar ciegamente una
caja con restos sin discutir las consecuencias de un registro muy pobre de la escena, implica la
aceptación de unos principios de recuperación poco satisfactorios. El asesoramiento limitado y el
análisis para determinar el perfil biológico guiado por un médico forense realizado en unas pocas
horas no es una buena receta para producir una interpretación de calidad y válida científicamente
sobre la recuperación de los restos.

Sin un entendimiento de dónde los restos fueron encontrados y en qué condiciones, las cuestiones
relacionadas a temas tafonómicos o interpretaciones de las modificaciones en los huesos en
superficie, especialmente en relación a la diferenciación de los traumas postmortem y los
perimortem, no pueden ser respondidas con algún grado de justificación científica, respaldo o
certeza. Con la eventual e inevitable implementación de los estándares de Daubert para la admisión
de los testimonios de expertos en cortes estatales, las interpretaciones antropológicas forenses que
no consideren el contexto pueden potencialmente ser descartadas en una corte, comprometiendo
severamente muchos casos.

Por otro lado, la sugerencia de que la arqueología forense simplemente involucra la aparición en la
escena y asegura que todos los restos humanos sean localizados está mal fundada. La arqueología
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y la arqueología forense operan bajo ciertos principios, métodos, y prácticas que aseguren que el
contexto sea comprensivamente documentado. Un mapa detallado de los restos identificados
individualmente, mostrando su distribución espacial en la escena, es el producto clave, la
producción exitosa que requiere de entrenamiento y experiencia. Si no se consigue un antropólogo
forense, un arqueólogo puede ser llamado para ayudar.

Finalmente, cuando una escena del crimen en un espacio abierto es procesada pobremente (por
ejemplo, cuando las palas y el equipamiento pesado son utilizados como las herramientas de
excavación primarias), las excusas relacionadas a la ignorancia de los métodos disponibles fuera del
marco de la ley no pueden seguir siendo aceptadas. Los detalles contextuales importantes no
podrán ser registrados apropiada o sistemáticamente en la escena, y así serán irremediablemente
perdidos. Las reconstrucciones potenciales de las circunstancias rodeando el momento de la
muerte, o incluso la posición original y la orientación del cuerpo, podría no ser posible; y por ende,
no podrán ser utilizadas como pruebas en la corte. “en cualquier investigación de la escena de la
muerte, una vez que alguien ha removido o disturbado cualquier cosa de la escena, el contexto del
que ha surgido ha sido destruido” (Wolf 1986 :17). La destrucción del contexto en la escena en
espacios cerrados no es tolerada por el sistema judicial. La destrucción del contexto en espacios
abiertos tampoco puede ser tolerada.

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