puede afirmar que el hombre blanco probablemente reaccionará con violencia ante una cara negra desconocida. Por tanto, el policía que dispara a un negro desarmado que aparece entre las sombras no es responsable de tal acto. Al fin y al cabo, su cerebro es la entidad llena de prejuicios que reacciona, no él. ¿Es éste el tipo de relato que queremos contar en un juzgado, sobre todo cuando se presenta bajo una apariencia científica? No creo que surta efecto, porque es igual de fácil inventar otra historia diferente a partir de los mismos datos: las neuronas descargan como reacción ante una cara desconocida porque recuerda a la de un vecino desagradable, al malo de una película o a un compañero de trabajo muy antipático. La imagen cerebral aporta datos fascinantes, pero no pruebas incontrovertibles. Al igual que el abogado no debe subestimar las capacidades necesarias para elaborar una buena novela, los neurocientíficos deben quedarse en el laboratorio y dejar los tribunales para los abogados, que construirán su defensa a partir de otro tipo de pruebas. Pero será difícil mantener al margen blanco tiene un prejuicio». Yendo un poco más lejos se puede afirmar que el hombre blanco probablemente reaccionará con violencia ante una cara negra desconocida. Por tanto, el policía que dispara a un negro desarmado que aparece entre las sombras no es responsable de tal acto. Al fin y al cabo, su cerebro es la entidad llena de prejuicios que reacciona, no él. ¿Es éste el tipo de relato que queremos contar en un juzgado, sobre todo cuando se presenta bajo una apariencia científica? No creo que surta efecto, porque es igual de fácil inventar otra historia diferente a partir de los mismos datos: las neuronas descargan como reacción ante una cara desconocida porque recuerda a la de un vecino desagradable, al malo de una película o a un compañero de trabajo muy antipático. La imagen cerebral aporta datos fascinantes, pero no pruebas incontrovertibles. Al igual que el abogado no debe subestimar las capacidades necesarias para elaborar una buena novela, los neurocientíficos deben quedarse en el laboratorio y dejar los tribunales para los abogados, que construirán su defensa a partir de otro tipo de pruebas. Pero será difícil mantener al margen blanco tiene un prejuicio». Yendo un poco más lejos se puede afirmar que el hombre blanco probablemente reaccionará con violencia ante una cara negra desconocida. Por tanto, el policía que dispara a un negro desarmado que aparece entre las sombras no es responsable de tal acto. Al fin y al cabo, su cerebro es la entidad llena de prejuicios que reacciona, no él. ¿Es éste el tipo de relato que queremos contar en un juzgado, sobre todo cuando se presenta bajo una apariencia científica? No creo que surta efecto, porque es igual de fácil inventar otra historia diferente a partir de los mismos datos: las neuronas descargan como reacción ante una cara desconocida porque recuerda a la de un vecino desagradable, al malo de una película o a un compañero de trabajo muy antipático. La imagen cerebral aporta datos fascinantes, pero no pruebas incontrovertibles. Al igual que el abogado no debe subestimar las capacidades necesarias para elaborar una buena novela, los neurocientíficos deben quedarse en el laboratorio y dejar los tribunales para los abogados, que construirán su defensa a partir de otro tipo de pruebas. Pero será difícil mantener al margen blanco tiene un prejuicio». Yendo un poco más lejos se puede afirmar que el hombre blanco probablemente reaccionará con violencia ante una cara negra desconocida. Por tanto, el policía que dispara a un negro desarmado que aparece entre las sombras no es responsable de tal acto. Al fin y al cabo, su cerebro es la entidad llena de prejuicios que reacciona, no él. ¿Es éste el tipo de relato que queremos contar en un juzgado, sobre todo cuando se presenta bajo una apariencia científica? No creo que surta efecto, porque es igual de fácil inventar otra historia diferente a partir de los mismos datos: las neuronas descargan como reacción ante una cara desconocida porque recuerda a la de un vecino desagradable, al malo de una película o a un compañero de trabajo muy antipático. La imagen cerebral aporta datos fascinantes, pero no pruebas incontrovertibles. Al igual que el abogado no debe subestimar las capacidades necesarias para elaborar una buena novela, los neurocientíficos deben quedarse en el laboratorio y dejar los tribunales para los abogados, que construirán su defensa a partir de otro tipo de pruebas. Pero será difícil mantener al margen blanco tiene un prejuicio». Yendo un poco más lejos se puede afirmar que las imágenes, y los abogados aspiran a utilizar pronto toda esa información como prueba en los tribunales. No obstante, hasta el momento nos encontramos ante otro ejemplo de investigación sobrevalorada: es interesante, sin duda, pero no concluyente como para utilizarla en la incriminación de una persona. Es improbable que tal investigación llegue a tener la especificidad y la fiabilidad de las pruebas de ADN o de las huellas dactilares. Sin embargo, no cabe duda de que nos disponemos a entrar en la era de la incriminación cerebral. La neurolas imágenes, y los abogados aspiran a utilizar pronto toda esa información como prueba en los tribunales. No obstante, hasta el momento nos encontramos ante otro ejemplo de investigación sobrevalorada: es interesante, sin duda, pero no concluyente como para utilizarla en la incriminación de una persona. Es improbable que tal investigación llegue a tener la especificidad y la fiabilidad de las pruebas de ADN o de las huellas dactilares. Sin embargo, no cabe duda de que nos disponemos a entrar en la era de la incriminación cerebral. La neuro las imágenes, y los abogados aspiran a utilizar pronto toda esa información como prueba en los tribunales. No obstante, hasta el momento nos encontramos ante otro ejemplo de investigación sobrevalorada: es interesante, sin duda, pero no concluyente como para utilizarla en la incriminación de una persona. Es improbable que tal investigación llegue a tener la especificidad y la fiabilidad de las pruebas de ADN o de las huellas dactilares. para la a11toincriminación que la imagen cerebral) están ya autorizadas. El cerebro es el órgano que permite la actividad men tal como el lenguaje y la palabra hablada. En algunos test, se plantean al cerebro preguntas que la persona se niega a responder y se descubren respuestas basadas en lo q11e el in<livi<luo experimentó con anteriori<la<l o en lo que sien te en el momento Je la prueba. C omo sucede con el ADN, ¿se requerirán tales <latos en el futuro? ¿En qué momento el derecho Je la socie<la<l a conocer el estado mental Je un a persona para la a11toincriminación que la imagen cerebral) están ya autorizadas. El cerebro es el órgano que permite la actividad men tal como el lenguaje y la palabra hablada. En algunos test, se plantean al cerebro preguntas que la persona se niega a responder y se descubren respuestas basadas en lo q11e el in<livi<luo experimentó con anteriori<la<l o en lo que sien te en el momento Je la prueba. C omo sucede con el ADN, ¿se requerirán tales <latos en el futuro? ¿En qué momento el derecho Je la socie<la<l a conocer el estado mental Je un a persona para la a11toincriminación que la imagen cerebral) están ya autorizadas. El cerebro es el órgano que permite la actividad men tal como el lenguaje y la palabra hablada. En algunos test, se plantean al cerebro preguntas que la persona se niega a responder y se descubren respuestas basadas en lo q11e el in<livi<luo experimentó con anteriori<la<l o en lo que sien te en el momento Je la prueba. C omo sucede con el ADN, ¿se requerirán tales <latos en el futuro? ¿En qué momento el derecho Je la socie<la<l a conocer el estado mental Je un a persona para la a11toincriminación que la imagen cerebral) están ya autorizadas. El cerebro es el órgano que permite la actividad men tal como el lenguaje y la palabra hablada. En algunos test, se plantean al cerebro preguntas que la persona se niega a responder y se descubren respuestas basadas en lo q11e el in<livi<luo experimentó con anteriori<la<l o en lo que sien te en el momento Je la prueba. C omo sucede con el ADN, ¿se requerirán tales <latos en el futuro? ¿En qué momento el derecho Je la socie<la<l a conocer el estado mental Je un a persona deberían abstenerse los tribunales Je justicia. Los profesionales más sofisticados -abogados. escritores y tal vez algunos especialistas en sal11<l mental, pero pocos neurocientíficos, o tal vez ninguno- afirmarán que la neurociencia puede leer las mentes Je manera fiable. Cuan Jo la acusación o la defensa presente las interpretaciones de las pruebas físicas, parecerá que ca<la represen tación Je un <letermina<lo model o J e activi<la<l cereb ral se corresponde necesariamente con una acción inevitable. No hay na<la más alejado <le la \'e r<la<l . La coincidencia <lel ADN es casi una garantía Je que una persona <letermina<l a intervino en un crimen. En cambio, la lectura Je los estados men tales es una cuestión diferente. A los abogados les e ncantan las p ruebas físicas y los jurados creen en ellas. El jurado resolvió que J ohn Hinckley, 1 r. , era demen te, en parte porque un psiquiatra Je Harvar<l observó en una tomografía que el tercer \'entrículo Jel cerebro Je Hinckley era más grande Je lo nonnal y declaró que, por tanto. padecía esquizofrenia. Pero tener una i<lea -aunque sea una i<lea esquizofrénica- no equdeberían abstenerse los tribunales Je justicia. Los profesionales más sofisticados -abogados. escritores y tal vez algunos especialistas en sal11<l mental, pero pocos neurocientíficos, o tal vez ninguno- afirmarán que la neurociencia puede leer las mentes Je manera fiable. Cuan Jo la acusación o la defensa presente las interpretaciones de las pruebas físicas, parecerá que ca<la represen tación Je un <letermina<lo model o J e activi<la<l cereb ral se corresponde necesariamente con una acción inevitable. No hay na<la más alejado <le la \'e r<la<l . La coincidencia <lel ADN es casi una garantía Je que una persona <letermina<l a intervino en un crimen. En cambio, la lectura Je los estados men tales es una cuestión diferente. A los abogados les e ncantan las p ruebas físicas y los jurados creen en ellas. El jurado resolvió que J ohn Hinckley, 1 r. , era demen te, en parte porque un psiquiatra Je Harvar<l observó en una tomografía que el tercer \'entrículo Jel cerebro Je Hinckley era más grande Je lo nonnal y declaró que, por tanto. padecía esquizofrenia. Pero tener una i<lea -aunque sea una i<lea esquizofrénica- no equ deberían abstenerse los tribunales Je justicia. Los profesionales más sofisticados -abogados. escritores y tal vez algunos especialistas en sal11<l mental, pero pocos neurocientíficos, o tal vez ninguno- afirmarán que la neurociencia puede leer las mentes Je manera fiable. Cuan Jo la acusación o la defensa presente las interpretaciones de las pruebas físicas, parecerá que ca<la represen tación Je un <letermina<lo model o J e activi<la<l cereb ral se corresponde necesariamente con una acción inevitable. No hay na<la más alejado <le la \'e r<la<l . La coincidencia <lel ADN es casi una garantía Je que una persona <letermina<l a intervino en un crimen. En cambio, la lectura Je los estados men tales es una cuestión diferente. A los abogados les e ncantan las p ruebas físicas y los jurados creen en ellas. El jurado resolvió que J ohn Hinckley, 1 r. , era demen te, en parte porque un psiquiatra Je Harvar<l observó en una tomografía que el tercer \'entrículo Jel cerebro Je Hinckley era más grande Je lo nonnal y declaró que, por tanto. padecía esquizofrenia. Pero tener una i<lea -aunque sea una i<lea esquizofrénica- no equ deberían abstenerse los tribunales Je justicia. Los profesionales más sofisticados -abogados. escritores y tal vez algunos especialistas en sal11<l mental, pero pocos neurocientíficos, o tal vez ninguno- afirmarán que la neurociencia puede leer las mentes Je manera fiable. Cuan Jo la acusación o la defensa presente las interpretaciones de las pruebas físicas, parecerá que ca<la represen tación Je un <letermina<lo model o J e activi<la<l cereb ral se corresponde necesariamente con una acción inevitable. No hay na<la más alejado <le la \'e r<la<l . La coincidencia <lel ADN es casi una garantía Je que una persona <letermina<l a intervino en un crimen. En cambio, la lectura Je los estados men tales es una cuestión diferente. A los abogados les e ncantan las p ruebas físicas y los jurados creen en ellas. El jurado resolvió que J ohn Hinckley, 1 r. , era demen te, en parte porque un psiquiatra Je Harvar<l observó en una tomografía que el tercer \'entrículo Jel cerebro Je Hinckley era más grande Je lo nonnal y declaró que, por tanto. padecía esquizofrenia. Pero tener una i<lea -aunque sea una i<lea esquizofrénica- no equdeberían abstenerse los tribunales Je justicia. Los profesionales más sofisticados -abogados. escritores y tal vez algunos especialistas en sal11<l mental, pero pocos neurocientíficos, o tal vez ninguno- afirmarán que la neurociencia puede leer las mentes Je manera fiable. Cuan Jo la acusación o la defensa presente las interpretaciones de las pruebas físicas, parecerá que ca<la represen tación Je un <letermina<lo model o J e activi<la<l cereb ral se corresponde necesariamente con una acción inevitable. No hay na<la más alejado <le la \'e r<la<l . La coincidencia <lel ADN es casi una garantía Je que una persona <letermina<l a intervino en un crimen. En cambio, la lectura Je los estados men tales es una cuestión diferente. A los abogados les e ncantan las p ruebas físicas y los jurados creen en ellas. El jurado resolvió que J ohn Hinckley, 1 r. , era demen te, en parte porque un psiquiatra Je Harvar<l observó en una tomografía que el tercer \'entrículo Jel cerebro Je Hinckley era más grande Je lo nonnal y declaró que, por tanto. padecía esquizofrenia. Pero tener una i<lea -aunque sea una i<lea esquizofrénica- no equdeberían abstenerse los tribunales Je justicia. Los profesionales más sofisticados -abogados. escritores y tal vez algunos especialistas en sal11<l mental, pero pocos neurocientíficos, o tal vez ninguno- afirmarán que la neurociencia puede leer las mentes Je manera fiable. Cuan Jo la acusación o la defensa presente las interpretaciones de las pruebas físicas, parecerá que ca<la represen tación Je un <letermina<lo model o J e activi<la<l cereb ral se corresponde necesariamente con una acción inevitable. No hay na<la más alejado <le la \'e r<la<l . La coincidencia <lel ADN es casi una garantía Je que una persona <letermina<l a intervino en un crimen. En cambio, la lectura Je los estados men tales es una cuestión diferente. A los abogados les e ncantan las p ruebas físicas y los jurados creen en ellas. El jurado resolvió que J ohn Hinckley, 1 r. , era demen te, en parte porque un psiquiatra Je Harvar<l observó en una tomografía que el tercer \'entrículo Jel cerebro Je Hinckley era más grande Je lo nonnal y declaró que, por tanto. padecía esquizofrenia. Pero tener una i<lea -aunque sea una i<lea esquizofrénica- no equHo\c:T r\ Lr\ DETECc:T(lN DE !\lENTTRA.S El engaño, o el alejamiento intencionado Je la ver<la<l, ha <la<lo lugar a diversas investigaciones neurocientíficas recientes, si bien es un tema qu e interesa a la psicología <les<le hace tiempo. En 1 996, V. S. Ramachan <lran expuso los resultados Je sus investigaciones con pacientes que sufrían derrames en el hemisferio derecho y negaban su parálisis ( u na especie Je autoengaño) al declarar que «no les apetecía mm·er [u Ho\c:T r\ Lr\ DETECc:T(lN DE !\lENTTRA.S El engaño, o el alejamiento intencionado Je la ver<la<l, ha <la<lo lugar a diversas investigaciones neurocientíficas recientes, si bien es un tema qu e interesa a la psicología <les<le hace tiempo. En 1 996, V. S. Ramachan <lran expuso los resultados Je sus investigaciones con pacientes que sufrían derrames en el hemisferio derecho y negaban su parálisis ( u na especie Je autoengaño) al declarar que «no les apetecía mm·er [uHo\c:T r\ Lr\ DETECc:T(lN DE !\lENTTRA.S El engaño, o el alejamiento intencionado Je la ver<la<l, ha <la<lo lugar a diversas investigaciones neurocientíficas recientes, si bien es un tema qu e interesa a la psicología <les<le hace tiempo. En 1 996, V. S. Ramachan <lran expuso los resultados Je sus investigaciones con pacientes que sufrían derrames en el hemisferio derecho y negaban su parálisis ( u na especie Je autoengaño) al declarar que «no les apetecía mm·er [u Ho\c:T r\ Lr\ DETECc:T(lN DE !\lENTTRA.S El engaño, o el alejamiento intencionado Je la ver<la<l, ha <la<lo lugar a diversas investigaciones neurocientíficas recientes, si bien es un tema qu e interesa a la psicología <les<le hace tiempo. En 1 996, V. S. Ramachan <lran expuso los resultados Je sus investigaciones con pacientes que sufrían derrames en el hemisferio derecho y negaban su parálisis ( u na especie Je autoengaño) al declarar que «no les apetecía mm·er [uHo\c:T r\ Lr\ DETECc:T(lN DE !\lENTTRA.S El engaño, o el alejamiento intencionado Je la ver<la<l, ha <la<lo lugar a diversas investigaciones neurocientíficas recientes, si bien es un tema qu e interesa a la psicología <les<le hace tiempo. En 1 996, V. S. Ramachan <lran expuso los resultados Je sus investigaciones con pacientes que sufrían derrames en el hemisferio derecho y negaban su parálisis ( u na especie Je autoengaño) al declarar que «no les apetecía mm·er [u Ho\c:T r\ Lr\ DETECc:T(lN DE !\lENTTRA.S El engaño, o el alejamiento intencionado Je la ver<la artritis». Rarnachandran especulaba que en los individuos normales el hemisferio izquierdo recurre al autoengaño para tratar pequeñas anomalías e imponer coherencia, pero cuando la anomalía traspasa un determinado umbral, el hemisferio derecho interviene para generar un «carn. bio de paradigma». Según esta hipótesis, la negación (y consiguiente racionalización que conduce al engaño) se da en el hemisferio izquierdo, mientras que el derecho regula la cantidad de engaño permitido. De hecho, cierto grado de autoengaño puede res ultar beneficioso.(' Por ejemplo, la autoprornoción , o la creen cia de que uno es mejor que la mayoría, puede ayu dar al individuo a tener una visión más positiva d el mun do. El 80 % de los estudiantes de enseñanza media afirma que tiene capacidades de liderazgo mejores que la media, y el 94 %artritis». Rarnachandran especulaba que en los individuos normales el hemisferio izquierdo recurre al autoengaño para tratar pequeñas anomalías e imponer coherencia, pero cuando la anomalía traspasa un determinado umbral, el hemisferio derecho interviene para generar un «carn. bio de paradigma». Según esta hipótesis, la negación (y consiguiente racionalización que conduce al engaño) se da en el hemisferio izquierdo, mientras que el derecho regula la cantidad de engaño permitido. De hecho, cierto grado de autoengaño puede res ultar beneficioso.(' Por ejemplo, la autoprornoción , o la creen cia de que uno es mejor que la mayoría, puede ayu dar al individuo a tener una visión más positiva d el mun do. El 80 % de los estudiantes de enseñanza media afirma que tiene capacidades de liderazgo mejores que la media, y el 94 % artritis». Rarnachandran especulaba que en los individuos normales el hemisferio izquierdo recurre al autoengaño para tratar pequeñas anomalías e imponer coherencia, pero cuando la anomalía traspasa un determinado umbral, el hemisferio derecho interviene para generar un «carn. bio de paradigma». Según esta hipótesis, la negación (y consiguiente racionalización que conduce al engaño) se da en el hemisferio izquierdo, mientras que el derecho regula la cantidad de engaño permitido. De hecho, cierto grado de autoengaño puede res ultar beneficioso.(' Por ejemplo, la autoprornoción , o la creen cia de que uno es mejor que la mayoría, puede ayu dar al individuo a tener una visión más positiva d el mun do. El 80 % de los estudiantes de enseñanza media afirma que tiene capacidades de liderazgo mejores que la media, y el 94 % artritis». Rarnachandran especulaba que en los individuos normales el hemisferio izquierdo recurre al autoengaño para tratar pequeñas anomalías e imponer coherencia, pero cuando la anomalía traspasa un determinado umbral, el hemisferio derecho interviene para generar un «carn. bio de paradigma». Según esta hipótesis, la negación (y consiguiente racionalización que conduce al engaño) se da en el hemisferio izquierdo, mientras que el derecho regula la cantidad de engaño permitido. De hecho, cierto grado de autoengaño puede res ultar beneficioso.(' Por ejemplo, la autoprornoción , o la creen cia de que uno es mejor que la mayoría, puede ayu dar al individuo a tener una visión más positiva d el mun do. El 80 % de los estudiantes de enseñanza media afirma que tiene capacidades de liderazgo mejores que la media, y el 94 % artritis». Rarnachandran especulaba que en los individuos normales el hemisferio izquierdo recurre al autoengaño para tratar pequeñas anomalías e imponer coherencia, pero cuando la anomalía traspasa un determinado umbral, el hemisferio derecho interviene para generar un «carn. bio de paradigma». Según esta hipótesis, la negación (y consiguiente racionalización que conduce al engaño) se da en el hemisferio izquierdo, mientras que el derecho regula la cantidad de engaño permitido. De hecho, cierto grado de autoengaño puede res ultar beneficioso.(' Por ejemplo, la autoprornoción , o la creen cia de que uno es mejor que la mayoría, puede ayu dar al individuo a tener una visión más positiva d el mun do. El 80 % de los estudiantes de enseñanza media afirma que tiene capacidades de liderazgo mejores que la media, y el 94 %l, ha <la<lo lugar a diversas investigaciones neurocientíficas recientes, si bien es un tema qu e interesa a la psicología <les<le hace tiempo. En 1 996, V. S. Ramachan <lran expuso los resultados Je sus investigaciones con pacientes que sufrían derrames en el hemisferio derecho y negaban su parálisis ( u na especie Je autoengaño) al declarar que «no les apetecía mm·er [u Ho\c:T r\ Lr\ DETECc:T(lN DE !\lENTTRA.S El engaño, o el alejamiento intencionado Je la ver<la<l, ha <la<lo lugar a diversas investigaciones neurocientíficas recientes, si bien es un tema qu e interesa a la psicología <les<le hace tiempo. En 1 996, V. S. Ramachan <lran expuso los resultados Je sus investigaciones con pacientes que sufrían derrames en el hemisferio derecho y negaban su parálisis ( u na especie Je autoengaño) al declarar que «no les apetecía mm·er [u Sin embargo, no cabe duda de que nos disponemos a entrar en la era de la incriminación cerebral. La neuro las imágenes, y los abogados aspiran a utilizar pronto toda esa información como prueba en los tribunales. No obstante, hasta el momento nos encontramos ante otro ejemplo de investigación sobrevalorada: es interesante, sin duda, pero no concluyente como para utilizarla en la incriminación de una persona. Es improbable que tal investigación llegue a tener la especificidad y la fiabilidad de las pruebas de ADN o de las huellas dactilares. Sin embargo, no cabe duda de que nos disponemos a entrar en la era de la incriminación cerebral. La neuro las imágenes, y los abogados aspiran a utilizar pronto toda esa información como prueba en los tribunales. No obstante, hasta el momento nos encontramos ante otro ejemplo de investigación sobrevalorada: es interesante, sin duda, pero no concluyente como para utilizarla en la incriminación de una persona. Es improbable que tal investigación llegue a tener la especificidad y la fiabilidad de las pruebas de ADN o de las huellas dactilares. Sin embargo, no cabe duda de que nos disponemos a entrar en la era de la incriminación cerebral. La neurohombre blanco probablemente reaccionará con violencia ante una cara negra desconocida. Por tanto, el policía que dispara a un negro desarmado que aparece entre las sombras no es responsable de tal acto. Al fin y al cabo, su cerebro es la entidad llena de prejuicios que reacciona, no él. ¿Es éste el tipo de relato que queremos contar en un juzgado, sobre todo cuando se presenta bajo una apariencia científica? No creo que surta efecto, porque es igual de fácil inventar otra historia diferente a partir de los mismos datos: las neuronas descargan como reacción ante una cara desconocida porque recuerda a la de un vecino desagradable, al malo de una película o a un compañero de trabajo muy antipático. La imagen cerebral aporta datos fascinantes, pero no pruebas incontrovertibles. Al igual que el abogado no debe subestimar las capacidades necesarias para elaborar una buena novela, los neurocientíficos deben quedarse en el laboratorio y dejar los tribunales para los abogados, que construirán su defensa a partir de otro tipo de pruebas. Pero será difícil mantener al margen