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A mi padre
Contenido
Prólogo xv
20 Cinética 680
20.1 Sinopsis 680
20.2 Rapideces y leyes de la rapidez de una reacción 681
20.3 Características de las leyes específicas de las rapideces iniciales
de las reacciones 685
20.4 Equilibrio para una reacción simple 694
20.5 Reacciones paralelas y consecutivas 696
20.6 Dependencia de la temperatura 702
20.7 Mecanismos y procesos elementales 706
20.8 Aproximación^ de estado estacionario 710
20.9 Reacciones en cadena y reacciones oscilantes 714
20.10 Teoría del estado de transición 719
20.11 Resumen 725
Ejercicios 726
22 Superficies 765
22.1 Sinopsis 765
22.2 Líquidos: tensión superficial 766
22.3 Efectos interfaciales 771
x¡v CONTENIDO
Apéndices 792
1 Integrales útiles 792
2 Propiedades termodinámicas de diversas sustancias 794
3 Tablas de caracteres 797
4 Tablas de correlación infrarroja 802
5 Propiedades nucleares 805
índice 819
Prólogo
Tema: fisicoquímica
"¿Es un tema difícil?"
—Texto completo de un usuario de la red enviado a sci.chem, 1 de septiembre de 1994
ça) que los cursos para estudiantes no graduados no abarcan. Se hace hincapié en
los cálculos matemáticos en virtud de que muchos estudiantes han olvidado cómo
aplicar el cálculo o podrían consultar el repaso. Sin embargo, no me he olvidado que
este libro es un texto de fisicoquímica, no de matemáticas.
Muchos libros de fisicoquímica siguen una fórmula para cubrir los temas principa-
les: 1/3 de termodinámica; 1/3 de mecánica cuántica y 1/3 de termodinámica estadís-
tica, cinética y otros temas. Este libro se rige por la fórmula general. La sección sobre
termodinámica comienza con los gases y culmina con la electroquímica, que abarca
una amplia gama convencional de temas. La sección del capítulo 8 relativa a la mecá-
nica cuántica y sus aplicaciones a átomos y moléculas inicia con una nota de naturale-
za más histórica. Por experiencia, los estudiantes tienen poca o ninguna idea de la
forma en que surgió la mecánica cuántica y, por consiguiente, no reconocen la impor-
tancia de ésta, las conclusiones que se obtienen de ella o, incluso, la necesidad de ella.
Por tanto, el capítulo 9 se concentra en la mecánica precuántica, con el fin de que los
estudiantes comprendan la ciencia clásica y el hecho de que ésta no puede explicar el
universo. Esto conduce a una introducción a la mecánica cuántica y la forma en que
proporciona un modelo útil. Siguen varios capítulos de simetría y espectroscopia. En
los últimos seis capítulos, la obra abarca la termodinámica estadística (no integrada
intencionalmente con la termodinámica fenomenológica), la teoría cinética, la ciné-
tica, los cristales y las superficies. El texto no destina capítulos separadas a la fotoquí-
mica, los líquidos, rayos moleculares, física térmica, polímeros, etc., aunque estos temas
pueden mencionarse a lo largo del texto. Esto no se debe a que he considerado estos
temas de poca importancia; sencillamente no creo que deban incluirse en un libro
de texto de fisicoquímica para estudiantes no graduados.
Cada capítulo inicia con una sinopsis del contenido del capítulo. En otros libros
de texto el estudiante lee a ciegas, sin saber a dónde lo conducen las deducciones y
ecuaciones. De hecho, otros textos incluyen un resumen al final de los capítulos. En
éste, se coloca el resumen al principio del capítulo con el fin de que los estudiantes se
den cuenta de la dirección hacia donde se dirigen y por qué. Se incluyen numerosos
ejemplos a través de los capítulos y se hace hincapié en las unidades en un problema,
que tienen la misma importancia que los números.
Los ejercicios al final de cada capítulo se separan por sección, de tal manera que al
estudiante le sea posible coordinar mejor el material del capítulo con el problema.
Hay alrededor de 1000 ejercicios de final de capítulo para brindar a los estudiantes
la oportunidad de practicar los conceptos aprendidos, Aunque algunas deducciones
matemáticas se incluyen en los ejercicios, el énfasis se concentra en los ejercicios que
obligan a los estudiantes a hacer uso de los conceptos en lugar de deducirlos sencilla-
mente. Esto también ha sido intencional de mi parte. Varias respuestas a los ejercicios
se incluyen en una sección de respuestas en la parte posterior del libro. También se
incluyen ejercicios de final de capítulo, los cuales requieren programas de matemáti-
cas simbólicas, como MathCad o Maple (o inclusive una calculadora avanzada) con
el fin de practicar el manejo de algunos conceptos. Sólo unos cuantos ejercicios por
capítulo requieren habilidades más desarrolladas, las cuales pueden aplicarse como
tareas de grupo.
En el caso de un sistema escolar por cuatrimestres, el material de fisicoquímica casi
se divide de forma natural en tres secciones: termodinámica (capítulos 1-8), mecáni-
ca cuántica (capítulos 9-16) y otros temas (capítulos 17-22). En un sistema semestral,
los profesores quizás contemplen combinar los capítulos de termodinámica con los
últimos capítulos de teoría cinética (capítulo 19) y cinética (capítulo 20) en el primer
periodo e incluir los capítulos 17 y 18 (termodinámica estadística) y los capítulos 21
y 22 (sólidos cristalinos y superficies) con los capítulos de mecánica cuántica en el se-
gundo periodo.
Advertimos al profesor que, en un periodo de un año, debe ser capaz de abarcar
todo el libro —y sentirse libre de complementarlo con temas especiales según crea
conveniente.
PRÓLOGO xvii
A los estudiantes les decimos que, en un periodo de un año deben poder leer la to-
talidad del libro, lo cual también pueden lograr.
Si se desea una enciclopedia de fisicoquímica, éste no es un libro conveniente.
Existen otras obras conocidas que satisfacen dicha necesidad. Espero que estudiantes
y maestros aprecien por igual esta obra como libro de texto de fisicoquímica.
Reconocimientos
Ningún proyecto de esta magnitud es resultado del esfuerzo de un solo individuo.
Chris Conti, antiguo editor de West Publishing se entusiasmó con mis ideas sobre el
proyecto mucho antes de que se redactara algo. Sus expresiones de entusiasmo y apo-
yo moral me animaron durante periodos prolongados de indecisión. Lisa Moller y
Harvey Pantzis, con la colaboración de Beth Wilbur, echaron a andar el proyecto en
Brooks/Cole. Ellos se dedicaron a otras cosas inmediatamente después de que lo ini-
cié, pero tuve la fortuna de contar con Keith Dodson como editor de desarrollo. Se
apreciaron sus aportaciones, guía y sugerencias. Nancy Conti contribuyó con todo el
papeleo, así como con la revisión, y Marcus Boggs, junto con Emily Levitan, estuvie-
ron presente para ver la producción final del proyecto. Admiro el talento de Robín
Lockwood (editor de producción), Anita Wagner (correctora de estilo) y Linda Rill
(editora de fotografía). Me hicieron sentir como el elemento más débil del equipo
(quizás como debe ser). Sin duda hay muchos más en Brooks/Cole que dejan su hue-
lla indeleble en esta obra. Gracias a todos por su ayuda.
En diversas etapas de la preparación de esta obra el manuscrito se probó en clase
con algunos estudiantes de fisicoquímica en la universidad en la que laboro. Las res-
puestas de los estudiantes resultaron fundamentales en este proyecto, ya que no se co-
noce la calidad de un libro hasta que, en realidad, se hace uso de él. La tarea de utilizar
el manuscrito no fue asumida por los estudiantes de forma completamente volunta-
ria, aunque pudieron haber tomado el curso con otro profesor, pero la mayoría de
ellos lo hizo de buena gana y ofrecieron valiosos comentarios. Mi agradecimiento a:
David Anthony, Larry Brown, Robert Coffman, Samer Dashi, Ruot Duany, Jim Eaton,
Gianina Garcia, Carolyn Hess, Gretchen Hung, Ed Juristy, Teresa Klun, Dawn Noss,
Cengiz Ozkose, Andrea Paulson, Aniko Prisko, Anjeannet Quint, Doug Ratka, Mark
Rowitz, Yolanda Sabur, Prabhjot Sahota, Brian Schindly, Lynne Shiban, Tony Sinito,
Yelena Vayner, Scott Wisniewski, Noëlle Wojciechowicz, Zhiping Wu y Steve Zam-
borsky. Quisiera ponderar el esfuerzo de Linnea Baudhuin, estudiante que llevó a
cabo una de las evaluaciones más completas del borrador.
Me gustaría agradecer a mis colegas de facultad Tom Flechtner, Earl Mortensen,
Bob Towns y Yan Xu por su apoyo. Lamento que mi último compañero John Luoma,
quien leyó partes del manuscrito y me hizo varias sugerencias útiles, no vio el final de
este proyecto. Mi agradecimiento también a la Escuela de Artes y Ciencia de la Cleve-
land State University por su apoyo de dos trimestres sabáticos durante los cuales pu-
de avanzar considerablemente en el proyecto.
Los revisores externos proporcionaron sugerencias en diversas etapas. No siempre
pude aplicarlas, pero se apreció su crítica constructiva. Mis agradecimientos a:
David W. Ball
Cleveland, Ohio
(216) 687-2456
d. ball@csuohio. edu
1 Gases y ley cero de la termodinamica
1.1 Sinopsis
1.2 Sistema, alrededores
y estado
1.3 Ley cero de la
termodinámica
1.4 Ecuaciones de estado
G
1.5 Derivadas parciales
y leyes de los gases ran parte de la fisicoquímica puede exponerse desde una perspectiva construc-
tiva: primero se estudian las ideas más simples y en seguida se avanza hacia las
1.6 Gases no ideales
ideas que representan un mayor reto, lo cuál se/asemeja a la forma en que se desarro-
1.7 Más sobre derivadas llaron dichas ideas. Dos de los temas principales de la fisicoquímica —termodinámi-
1.8 Unas cuantas derivadas ca y mecánica cuántica— desembocan con naturalidad en este enfoque.
parciales definidas En este primer capítulo relacionado con la fisicoquímica repasaremos una idea sim-
1.9 Resumen ple de la química general: las leyes de los gases, que son expresiones matemáticas direc-
tas que relacionan las propiedades observables de los gases, y que estuvieron entre las
primeras cuantificaciones de la química, las cuales datan del siglo XVII, época en que
prevalecían las ideas de la alquimia. Estas leyes proporcionaron la primera sugeren-
cia de que la cantidad, cuánto hay, es importante para la comprensión de la naturaleza.
Desde un punto de vista matemático, algunas leyes de los gases, como las de Boyle,
Charles, Amontons y Avogadro, son sencillas; otras pueden resultar muy complejas.
En química, la termodinámica se enfoca al estudio de los sistemas grandes, o ma-
croscópicos. Los sistemas pequeños, o microscópicos, pueden requerir del uso de la
mecánica cuántica. La cinética estudia los sistemas que cambian sus estructuras con
el tiempo. Ahora bien, todas estas áreas se relacionan, en esencia, con la termodiná-
mica, por ello comenzaremos el estudio de la fisicoquímica con esta última.
1.1 Sinopsis
Este capítulo comienza con algunas definiciones, de las cuales una de las más impor-
tantes es la de sistema termodinámica, y cuáles son las variables macroscópicas que lo
caracterizan. Si el sistema que estudiamos contiene un gas, veremos que existen di-
versas fórmulas matemáticas que relacionan las variables físicas que caracterizan a es-
te gas. Algunas de estas fórmulas —llamadas leyes de los gases— son simples, aunque
inexactas. Otras son más complejas pero más exactas. Algunas de éstas, más comple-
jas, cuentan con parámetros que han sido determinados experimentalmente y se han
tabulado para consultarse posteriormente, los cuales podrían no tener un significado
físico. Finalmente, desarrollaremos algunas fórmulas —matemáticas— aplican-
do conceptos elementales de cálculo. Estas técnicas matemáticas serán útiles en capí-
tulos posteriores cuando profundicemos en el estudio de la termodinámica.
1
2 CAPÍTULO 1 Gases y ley cero de la termodinámica
1
Es difícil usar el concepto de equilibrio para definir un sistema. Por ejemplo, una mezcla de H2
y O2 gaseosos quizá no muestre una tendencia notable al cambio, pero no se encuentra en equili-
brio. La reacción entre estos dos gases es tan lenta a temperaturas normales y en ausencia de un ca-
talizador, que no hay cambios perceptibles.
1.3 Ley cero de la termodinámica 3
Ejemplo 1.1
Consideremos tres sistemas a 37.0°C: una muestra de 1.0 L de H2O, 100 L de gas
neón a una presión de 1.00 bar y un pequeño cristal de cloruro de sodio, NaCl. Co-
mente acerca del estado de equilibrio térmico con base en las diferentes dimensio-
nes de los sistemas. ¿Habrá transferencia neta de energía si los sistemas se ponen en
contacto?
Solución
La temperatura es la que determina el equilibrio térmico de los sistemas en cues-
tión, no las dimensiones de éstos. Ya que los tres sistemas se encuentran a la misma
temperatura [es decir, T(H2O) = T(Ne) = T(NaCl)], están en equilibrio térmico
entre sí. Recurriendo a la ley cero, si el agua se encuentra en equilibrio térmico con
el neón, y éste se encuentra en equilibrio térmico con el cloruro de sodio, enton-
ces el agua se encuentra en equilibrio térmico con el cloruro de sodio. Sin importar
las dimensiones relativas de los sistemas, no debería haber transferencia neta de
energía entre cualquiera de los tres sistemas.
La ley cero introduce una nueva idea. El valor de una de las variables que define el
estado de nuestro sistema (las variables de estado) cambia. En este caso, la temperatu-
ra ha cambiado. Finalmente, estamos interesados en la forma en que estas variables
de estado cambian y la forma en que se relacionan estos cambios con la energía de
nuestro sistema.
1.4 Ecuaciones de estado 5
Figura 1.3 El estado de un sistema queda determinado por el valor actual de sus variables, y no por
la forma en que este sistema alcanzó dicho estado. En este ejemplo, los estados inicial y final de los dos
sistemas A y B son los mismos, independientemente del hecho de que el sistema A se encontraba, duran-
te el proceso, a una temperatura y presión más altas.
El último punto con respecto al sistema y sus variables es el hecho de que el siste-
ma no recuerda su estado anterior. El estado de un sistema se determina por los valo-
res de las variables de estado, no por sus valores anteriores o la forma en que
cambiaron. Consideremos los dos sistemas de la figura 1.3. El sistema A se eleva a una
temperatura superior antes de alcanzar T = 200 unidades de temperatura. El sistema
B pasa directamente de las^ condiciones iniciales a las finales. Por tanto, los dos siste-
mas están en el mismo estado. No importa que el primer sistema se encontrara a una
temperatura mayor, el estado del sistema se determina por el valor actual de las varia-
bles de estado, no por su valor anterior o la forma en que alcanzaron el valor actual.
donde la función se representa mediante F(p, V) para destacar el hecho de que las
variables son la presión y el volumen y que el resultado proporciona el valor de la tem-
peratura T. Las ecuaciones semejantes a la ecuación 1.1 reciben el nombre de ecuacio-
nes de estado. También podemos definir ecuaciones de estado que den como resultado
p o V en lugar de T. De hecho, muchas ecuaciones de estado pueden reordenarse alge-
braicamente para obtener alguna de las diversas variables de estado posibles.
Las primeras ecuaciones de estado para los gases fueron determinadas por Boyle,
Charles, Amontons, Avogadro, Gay-Lussac y otros. Estas ecuaciones las conocemos
como las diversas leyes de los gases. En el caso de la ley de los gases de Boyle, la ecua-
ción de estado implica multiplicar la presión por el volumen para obtener un núme-
ro cuyo valor depende de la temperatura del gas:
(1.2)
mientras que la ley de los gases de Charles incluye el volumen y la temperatura:
(1.3)
(1.6)
(1.7)
Las tres leyes de los gases incluyen el volumen, y pueden volverse a escribir de la
siguiente manera:
donde el símbolo <* significa "es proporcional a". Podemos integrar estas tres propor-
ciones en una:
(1.8)
(1.9)
1.4 Ecuaciones de estado 7
Ejemplo 1.2
Calcule el volumen de un mol de un gas ideal a SATP.
Solución
De acuerdo con la ley de los gases ideales y sustituyendo el valor apropiado de R:
Este valor es mayor comúnmente utilizado para un gas a STP (alrededor de 22.4 L),
puesto que la temperatura es mayor y la presión es ligeramente menor.
(1.12)
(1.13)
Figura 1.5 a) Definición de pendiente en una recta. La pendiente es la misma en cualquier punto de
la recta, b) Una curva también tiene pendiente, pero ésta cambia de un punto a otro. La pendiente de la
curva en un punto particular queda determinada por medio de la derivada de la ecuación de la línea.
1.5 Derivadas parciales y leyes de los gases 9
Es posible construir diversas derivadas parciales que relacionan las diferentes variables
de estado de un gas ideal, algunas de las cuales son más útiles o fáciles de entender que
otras. No obstante, cualquier derivada de R es igual a cero, ya que R es una constante.
Puesto que contamos con una ecuación que relaciona p y T—la ley de los gases idea-
les—> podemos evaluar analíticamente esta derivada parcial. El primer paso consiste en
reescribir la ley de los gases ideales de tal manera que la presión aparezca como un so-
lo término en un lado de la ecuación. La ley de los gases ideales se convierte en:
que constituye la derivada parcial que nos interesa. Derivando el miembro derecho:
(1.14)
Es decir que a partir de la ley de los gases ideales podemos determinar cómo cambia
una variable de estado con respecto a otra desde una perspectiva analítica (es decir,
con una expresión matemática específica). La figura 1.6 muestra una gráfica de la
Figura 1.6 Al trazar una gráfica de la presión en función de la temperatura. Consideremos lo que dice la ecuación 1.14.
presión de un gas en función de su tempe- Una derivada es una pendiente. La ecuación 1.14 nos proporciona la gráfica de la pre-
ratura absoluta, obtenemos una recta cuya sión (eje y) en función de la temperatura (eje x). Si tomamos una muestra de un gas
pendiente es igual a nR/V. Desde un pun-
to de vista algebraico, se trata de una gráfi-
ideal, medimos su presión a diferentes temperaturas y a un volumen constante, y tra-
ca de la ecuación p = (nR/V) - T. En zamos una gráfica con los datos, obtendremos una recta. La pendiente de dicha rec-
términos del cálculo, la pendiente de esta ta debería ser igual a nR/V. El valor numérico de esta pendiente dependería del
recta es (dp/dT)Vrn, y es constante. volumen y el número de moles del gas ideal.
Ejemplo 13
Determine el cambio de presión con respecto al volumen en un gas ideal si todas las
demás variables permanecen constantes.
10 CAPÍTULO 1 Gases y ley cero de la termodinámica
Solución
La derivada parcial que nos interesa es:
sólo que esta vez se deriva con respecto a Ven lugar de T. De acuerdo con las reglas
para la derivación, y considerando n, R y Tcomo constantes, obtenemos:
(1.15)
donde V es el volumen molar del gas (por lo general, cualquier variable de estado re-
presentada con una raya en la parte superior se considera una cantidad molar). En el
caso de un gas no ideal, este cociente quizás no sea igual a 1. También puede ser me-
1.6 Gases no ideales 11
Figura 1.7 Comportamiento con respecto a p y V de un gas ideal comparado con el de un gas real.
ñor o mayor que 1. Por tanto, el cociente anterior se define como el factor de compre-
sibilidad Z:
(1.16)
(1.17)
donde JB, C, D,... reciben el nombre de coeficientes vinales, los cuales dependen de la
naturaleza del gas y de la temperatura. La constante, que se representaría con A es
sencillamente 1; así, los coeficientes viriales "comienzan" con la letra B, la cual recibe
el nombre de segundo coeficiente virial. C es el tercer coeficiente virial, y así sucesiva-
mente. Como el denominador, la serie de potencias de V> crece más y más conforme
se incrementa el exponente, los coeficientes sucesivos contribuyen cada vez menos a
la compresibilidad. La única corrección más importante se debe al término £, lo cual
12 C A P Í T U L O 1 Gases y ley cero de la termodinámica
Figura 1.8 a) Compresibilidades de diversos gases a diferentes presiones, b) Compresibilidades del ni-
trógeno a diferentes temperaturas. Observe que en ambas gráficas, las compresibilidades se aproximan a
1 en el límite de la baja presión. (Fuentes: a) J.R Bromberg, Physical Chemistry, 2a. éd., Boston, Allyn y Ba-
con, 1980. Reimpreso con la autorización de Pearson Education, Inc. Upper Saddle River, NJ. b) R.A. Al-
berty, Physical Chemistry, 7a. éd., Nueva York, Wiley, 1987.)
Tabla 13 Segundos coeficientes vina- lo convierte en la medida más importante de la naturaleza no ideal de un gas real. La
les B para diversos gases tabla 1.3 contiene los valores del segundo coeficiente virial de diversos gases.
(en cnrVmol* a 300 K) Las ecuaciones viriales de estado expresadas en términos de la presión en lugar del
Gas B volumen a menudo se escriben no en términos de compresibilidad, sino en términos
Amoniaco, NH3 -265 de la propia ley de los gases ideales:
A$|ón»at ~16
(1.18)
DiexidodecarbonOiCQa -126
Cloro* ÇÎ2 -299 donde los primeros coeficientes viriales no tienen los mismos valores que los coefi-
EtU«no,C2H2 -139 cientes viriales de la ecuación 1.17. Sin embargo, si volvemos a escribir la ecuación
Wi^g^iO^a; 15 1.18 en términos de la compresibilidad, obtenemos:
Metano» CH4 -43
- , $teégçnj^ N2, , .. _ -4 (1.19)
16a
.^te«^^.! -. •-. .. ~ En el límite de las bajas presiones, se puede demostrar que B = B'. Por lo general, el
He^iuorwro de aî^îlre» SF6 -275 segundo coeficiente virial es el término no virial más grande en una ecuación virial;
AgM»jfeP '"' .:"„ ' \ , "1126 así, muchas listas de coeficientes viriales sólo contienen B o B'.
fuent® P,^ Mee ,(«&}* ¡CRC Hmabook of Che-
mistry and Physics, 82a. éd., Boca Eaton (Florida),
CRC Press» 200L Ejemplo 1.4
a
Extraf»oia<lo
Demuestre que B y Bf poseen las mismas unidades con la ayuda de las ecuaciones
1.17yl.l9.
Solución
La ecuación 1.17 indica que la compresibilidad carece de unidades; así, el segundo
coeficiente virial debe cancelar la unidad del denominador del segundo término. Ya
que el volumen se encuentra en el denominador, B debe tener unidades de volumen.
En la ecuación 1.19, la compresibilidad también carece de unidades, así que la uni-
dad para B' debe cancelar el conjunto de unidades de p/RT. Ahora bien, p/RT tiene
unidades de (volumen)"1; es decir que las unidades de volumen se encuentran en el
denominador. Por tanto, B' debe tener unidades de volumen en el denominador;
así, B' también debe tener unidades de volumen.
1.6 Gases no ideales 13
Como consecuencia de las diversas relaciones algebraicas entre los coeficientes vi-
riales en las ecuaciones 1.17 y 1.18, normalmente sólo un conjunto de coeficientes se
tabula y los demás se derivan. Otra vez, B (o B') es el coeficiente virial más importan-
te, ya que su término permite hacer la mejor corrección de la compresibilidad, Z.
Los coeficientes viriales varían con la temperatura, como lo indica la tabla 1.4. De
esta manera, debería haber alguna temperatura a la cual el coeficiente virial B sea
igual a cero. Esta temperatura recibe el nombre de temperatura de Boyley TBy del gas.
A dicha temperatura, la compresibilidad es igual a:
de modo que el gas real actúa como un gas ideal. La tabla 1.5 lista temperaturas de
Boyle de algunos gases reales. La existencia de estas temperaturas de Boyle nos per-
mite utilizar los gases reales para estudiar las propiedades de los gases ideales —si el
gas se encuentra a la temperatura adecuada y los términos sucesivos de la ecuación
virial son insignificantes.
£'.
Un modelo de gases ideales incluye los siguientes supuestos: a) los gases ideales es-
tán compuestos de partículas suficientemente pequeñas comparadas con el volumen
del gas, de modo que se puede considerar que éstas son puntos con volumen nulo en
el espacio; b) no existen interacciones, ya sea de atracción o de repulsión, entre las
partículas individuales del gas. Sin embargo, en último término el comportamiento
de los gases reales se debe a los siguientes factores: a) los átomos y moléculas de gas
tienen dimensiones; b) hay cierta interacción entre las partículas del gas, que puede
ser mínima o grande. Al considerar las variables de estado de un gas, el volumen
de las partículas de gas debería tener algún efecto en el volumen V del gas. Las inte-
racciones entre las partículas de gas tendrían algún efecto en la presión p del gas. Qui-
zá una mejor ecuación de estado para un gas tomaría en cuenta estos efectos.
En 1873, el físico holandés Johannes Van der Waals (figura 1.9) propuso una ver-
sión corregida de la ley de los gases ideales. Es una de las ecuaciones de estado más
simple para los gases reales y recibe el nombre de ecuación de Van der Waals:
Tabla 1.6 Parámetros de Van der presión y se relaciona con la magnitud de las interacciones entre las partículas del gas.
Waals para varios gases La constante b de Van der Waals corresponde a la corrección del volumen y se rela-
a b ciona con las dimensiones de las partículas de gas. La tabla 1.6 contiene las constan-
Gas (atnvL2/mol2) (L/mol) tes de Van der Waals para diversos gases, las cuales pueden determinarse
Acetileno, C2H2 4.390 0.05136 experimentalmente. A diferencia de una ecuación virial, que ajusta el comportamien-
Amoniaco, NH3 4.170 0.03707 to de los gases reales a una ecuación matemática, la ecuación de Van der Waals cons-
Dióxido de 3.592 0.04267 tituye un modelo matemático que pretende predecir el comportamiento de un gas en
carbono, CO2 términos de los fenómenos físicos reales (es decir, la interacción entre las moléculas
Etano,C2H6 5.489 0.0638 del gas y las dimensiones físicas de los átomos).
Etileno,C2H4 4.471 0.05714
Helio, He 0.03508 0.0237
Hidrógeno, H2 0.244 0.0266
Cloruro de 3.667 0.04081
hidrógeno, HC1
Considere una muestra de 1.00 moles de dióxido de azufre (SO2), a una presión de
5.00 atm y que ocupa un volumen de 10.0 L. Prediga la temperatura de esta mues-
Criptón,Kr 2.318 0.03978
tra de gas mediante la ley de los gases ideales y la ecuación de Van der Waals.
Mercurio, Hg 8.093 0.01696
Metano, CH4 2.253 0.0428
Neón, Ne 0.2107 0.01709
Solución
Óxido nítrico, NO 1.340 0.02789
De acuerdo con la ley de los gases ideales podemos formular la siguiente expresión:
Nitrógeno, N2 1.390 0.03913
Dióxido de 5.284 0.04424
nitrógeno, NO2
Oxígeno, O2 1.360 0.03183 y despejar Tpara obtener: T= 609 K. De acuerdo con la ecuación de Van der Waals,
Propano, C3H8 8.664 0.08445 primero necesitamos los valores de las constantes ayb. Éstos se encuentran en la ta-
Dióxido de azufre, 6.714 0.05636 bla 1.6, y son: 6.714 atm • L2/mol2 y 0.05636 L/mol. Por tanto, tenemos que
S02
Xenón, Xe 4.194 0.05105
Agua,H2Q 5.464 0.03049
Fuente: D.R. Lide (éd.), CRC Handbook of Chemistry
and Physics, 82a. éd., Boca Raton (Florida), CRC
Press, 2001.
(1.21)
A presiones muy bajas (es una de las condiciones bajo la cual los gases reales podrían
comportarse de alguna manera como gases ideales), el volumen_del sistema gaseoso
será grande (de la ley de Boyle). Esto significa que la fracción b/V será muy pequeña;
así, de acuerdo con la aproximación por serie de Taylor l/(l-^x) = ( l - x ) ~ 1 ~ l
+ x + x2 + • • • para x «, podemos sustituirla por 11(1 - b/V) en la última expre-
sión para obtener:
cuyos términos sucesivos no se toman en cuenta. Los dos términos con V a la prime-
ra potencia en el denominador se pueden combinar para obtener la expresión:
(1.22)
De esta manera, hemos establecido una relación simple entre las constantes a y b de
Van der Waals y el segundo coeficiente virial B. Además, en virtud de que a la tempe-
ratura de Boyle TB, el segundo coeficiente virial B es cero,
(1.23)
Esta expresión demuestra que todos los gases cuyo comportamiento pueda ser des-
crito mediante la ecuación de estado de Van der Waals (y es posible hacerlo con la
mayoría de los gases, por lo menos en ciertas regiones de presión y temperatura) po-
seen un TB finito y deberían comportarse como un gas ideal a dicha temperatura, en
el caso de que los términos superiores de la ecuación virial sean despreciables.
Ejemplo 1.6
Calcule la temperatura de Boyle utilizando los valores de a y b de la tabla 1.6.
a) He
b) Metano, CH4
Solución
a) En el caso del He, a = 0.03508 atm • L2/mol2 y b = 0.0237 L/mol. El valor propio
de R es necesario para cancelar las unidades correctas; en este caso, utilizaremos
R = 0.08205 L • atm/mol • K. Así, podemos establecer
16 CAPÍTULO 1 Gases y ley cero de la termodinámica
Todas las unidades de litros se cancelan, así como las unidades de moles. Las unida-
des de atmósferas también se cancelan y queda la unidad de K (kelvin) en un deno-
minador del denominador, que se convierte en el numerador. Por consiguiente, la
respuesta final tiene unidades de K, lo que se esperaba para el caso de una tempera-
tura. Si evaluamos la fracción numéricamente, obtenemos:
El valor experimental es de 25 K.
b) Un procedimiento similar para el caso del metano, con a = 2.253 atm • L2/mol2 y
b = 0.0428 L/mol, da como resultado:
Supongamos que aplicamos la ecuación de estado de Van der Waals para determinar la
variación de la presión con respecto a la temperatura, considerando constantes el volu-
men y la cantidad de sustancia de materia. Primero necesitamos volver a escribir la
ecuación de Van der Waals dejando la presión como un solo miembro de la ecuación:
en la que d es la densidad y AO, B0, C0, a, fe, c, a y y son parámetros determinados ex-
perimentalmente. (Esta ecuación de estado es aplicable a gases enfriados o compri-
midos casi hasta un estado líquido.) "La ecuación [...] proporciona datos que
concuerdan razonablemente con la realidad, pero su complejidad disuade de su apli-
cación general." Quizá no en esta era de las computadoras, pero esta ecuación de es-
tado es de todos modos desalentadora.
Las variables de estado de un gas pueden representarse en un diagrama. La figura
1.10 muestra un ejemplo de este tipo de representación a partir de la ecuación de es-
tado.
Figura 1.10 La superficie que aparece en la gráfica representa la combinación de los valores p,
V y T permitidos para un gas ideal de acuerdo con la ley de los gases ideales. La pendiente en ca-
da dimensión representa una derivada parcial diferente (adaptado con autorización de G.K. Ve-
mulapalli, Physical Chemistry, Upper Saddle River (Nueva Jersey), Prentice-Hall, 1993).
18 CAPÍTULO 1 Gases y ley cero de la termodinámica
Observe que las variables que permanecen constantes en la derivada parcial también
lo hacen en la conversión. Las derivadas parciales también se multiplican algebraica-
mente como las fracciones, según lo demuestra el siguiente ejemplo.
Si A es una función de dos variables B y C, la cual se representa A(B, C), y ambas
variables, B y C, son funciones de las variables D y E, lo cual se representa B(D, E) y
C(D, £), entonces la regla de la cadena para derivadas parciales* es:
(1.24)
Esto tiene sentido desde un punto de vista intuitivo por el hecho de que podemos
cancelar 3D en el primer término y dE en el segundo término si la variable que se
mantiene constante es la misma para las dos derivadas parciales de cada término. Es-
ta regla de la cadena recuerda la definición de la derivada total de una función de va-
rias variables.
En los casos de p, V y T, podemos aplicar la ecuación 1.24 para formular la regla
cíclica. Dada una cantidad de gas, la presión depende de V y T, el volumen depende
de p y Ty la temperatura depende de p y V. En el caso de cualquier variable de esta-
do general de un gas F, la derivada total de ésta (que finalmente se basa en la ecua-
ción 1.12) con respecto a la temperatura constante de p sería:
2
Presentamos aquí la regla de la cadena, aunque no la derivamos. En la mayoría de los libros de
cálculo pueden encontrarse las deducciones.
1.7 Más sobre derivadas 19
Podemos reordenar esta expresión pasando uno de los términos al otro miembro de
la ecuación, con lo cual obtenemos:
(1.25)
Ésta es la regla cíclica para las derivadas parciales. Observe que cada término incluye
a p, Vy T. Esta expresión es independiente de la ecuación de estado. Si se conoce cual-
quiera de las dos derivadas, se puede aplicar la ecuación 1.25 para determinar la ter-
cera, sin importar cuál sea la ecuación de estado del sistema gaseoso.
A veces la regla cíclica se reescribe de forma diferente de tal manera que se pueda
recordar con facilidad, transponiendo dos de los tres términos a un miembro de la
ecuación y expresando la igualdad de forma fraccionaria para obtener el recíproco de
una de las derivadas parciales. Una forma de escribir esta expresión sería:
(1.26)
Figura 1.11 Expresión mnemotécnica
para recordar la forma fraccionaria de la
regla cíclica. Las flechas muestran el orden
de las variables en cada derivada parcial Esta expresión podría parecer más complicada, pero tome en cuenta la ecuación
en el numerador y denominador. Todo lo mnemotécnica de la figura 1.11. Existe una forma sistemática de construir la forma
que hay que recordar es incluir en la expre- fraccionaria de la regla cíclica, la cual podría ser útil. La expresión mnemotécnica de
sión el signo negativo. la figura 1.11 funciona para cualquier derivada parcial en términos de p> V y T.
Ejemplo 1*7
Dada la expresión
Solución
El miembro derecho de la igualdad contiene una expresión que incluye a Vy p, a T
y n constantes, pero se encuentra expresada como recíproco de la expresión que
buscamos. Primero podemos obtener el recíproco de toda la expresión:
Ejemplo 1.8
Aplique la regla cíclica para determinar una expresión alternativa para
R^^n^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^H
Solución
De acuerdo con la figura 1.11, debe ser fácil ver que
(1.27)
(1.28)
Como (3V/dp)T es negativo en el caso de los gases, el signo menos de la ecuación 1.28
convierte a K en un número positivo. De nuevo, en el caso de un gas ideal resulta fá-
cil demostrar que K = RTI^V. Tanto en el caso de a como en el de K, el término IIV
se incluye para que las cantidades se vuelvan intensivas (es decir, independientes de
la cantidad de sustancia).3
Ya que las dos definiciones utilizan p, Vy T, podemos aplicar la regla cíclica para
demostrar, por ejemplo, que
3
Recuerde que las propiedades intensivas (como la temperatura y la densidad) son independien-
tes de la cantidad de sustancia, mientras que las propiedades extensivas (como la masa y el volu-
men) dependen de la cantidad de sustancia.
1.9 Resumen 21
Dichas fórmulas son de particular utilidad cuando, por ejemplo, resulta imposible
mantener el volumen del sistema constante. La derivada del volumen constante pue-
de expresarse en términos de derivadas a temperatura y presión constantes, dos con-
diciones fáciles de controlar en cualquier ambiente de laboratorio.
1.9 Resumen
En cualquier estudio de la termodinámica, los gases se abordan primero por la sim-
plicidad de su comportamiento. Boyle enunció su ley de los gases relativa a la relación
entre la presión y el volumen en 1662, la cual se convirtió en uno de los más antiguos
principios químicos modernos. Aunque es verdad que no todas las ideas "simples" se
han descubierto, las ideas más directas evolucionaron primero en la historia de la
ciencia. Ya que el comportamiento de los gases era muy fácil de entender, incluso con
las ecuaciones de estado más complejas, éstos se convirtieron en los sistemas elegidos
para estudiar otras variables de estado. Asimismo, la herramienta del cálculo de las
derivadas parciales se aplica con facilidad al comportamiento de los gases. De esta
manera, el análisis de las propiedades de los gases constituye un tema de introducción
adecuado para el estudio de la termodinámica. El entendimiento del estado de un sis-
tema de interés, lo cual incluye las variables de estado aún no expuestas y la utiliza-
ción de las herramientas del cálculo, constituye la esencia de la termodinámica.
Procederemos a la búsqueda de dicho entendimiento en los siete siguientes capítulos.
E J E R C I C I O S DEL C A P Í T U L O 1
1.2 Sistema, alrededores y estado 1.13 La atmósfera de la Tierra está compuesta aproximada-
mente de 80% de N2 y 20% de O2. Si la presión atmosférica
1.1 Una bomba calorimétrica es un recipiente metálico sólido
total al nivel del mar es de alrededor de 14.7 Ib/pulg2 (Ib/pulg2
en el que pueden arder muestras y la cantidad de calor emiti-
significa libras por pulgada cuadrada, unidad común de pre-
da puede medirse conforme el calor eleva la temperatura del
sión que no pertenece al SI), ¿cuál es la presión parcial del N2
agua de los alrededores. Trace un bosquejo burdo del experi-
y O2 en unidades de Ib/pulg2?
mento y rotule: a) el sistema; b) los alrededores.
1.14 La presión superficial de la atmósfera de Venus es de 90
1.2 Señale la diferencia entre un sistema y un sistema cerrado
bar y ésta se encuentra compuesta por 96 % de dióxido de car-
y proporcione ejemplos de ambos.
bono y aproximadamente 4% de otro tipo de gases. Dada una
1.3 Convierta mediante las igualdades listadas en la tabla 1.1 temperatura superficial de 730 K, ¿cuál es la masa del dióxido
los valores dados en las unidades de interés, a) 12.56 L a cm3; de carbono por centímetro cúbico presente en la superficie?
b) 45°C a K; c) 1.055 atm a Pa; d) 1233 mmHg a bar; e) 125
1.15 ¿Cuáles son las pendientes de las siguientes rectas en los
ml_ a centímetros cúbicos; f) 4.2 K a °C; g) 25,750 Pa a bar.
puntos x = 5 y x = 10? a) y = 5x + 7; b) y = 3x2 - Sx + 2; c) / =
1.4 ¿Qué temperatura es más alta? a) O K o 0°C; b) 300 K o 7/x.
0°C; c) 250 K o -20°C.
1.16 Evalúe las derivadas de la siguiente función indicadas en
los incisos a) a f).
1.3 y 1.4 Ley cero de la termodinámica;
ecuaciones de estado
1.5 Una olla con agua fría se calienta en una estufa y cuando
el agua hierve, se coloca un huevo en el agua para cocerlo.
Describa lo que sucede en términos de la ley cero de la termo-
dinámica.
1.6 ¿Cuál es el valor de F(T) para una muestra de gas cuyo vo-
lumen es de 2.97 L y que tiene una presión de 0.0553 atm?
¿Cuál será el volumen del gas si la presión se incrementara a
1.00 atm?
1.7 ¿Cuál es el valor de F(p) para una muestra de gas cuya
temperatura es de -33°C y cuyo volumen es de 0.0250 L?
¿Qué temperatura se necesita para que cambie el volumen a
66.9 cm3?
1.8 Calcule el valor de la constante en la ecuación 1.9 para
una muestra de gas de 1.887 moles a una presión de 2.66 bars,
un volumen de 27.5 L y una temperatura de 466.9 K. Compa- 1.17 Calcule las siguientes derivadas, suponiendo que se
re la respuesta obtenida con los valores de la tabla 1.2. ¿Sor- cumple la ley de los gases ideales.
prende la respuesta al lector?
1.9 Demuestre que uno de los valores de R con sus respecti-
vas unidades es igual a otro de los valores de R con sus diferen-
tes unidades asociadas.
1.10 Utilice los dos valores apropiados de R para convertir de
L-atm a J.
1.11 Los cálculos basados en condiciones STP y SATP utilizan
valores (¿los mismos?, ¿diferentes?) de R. Elija una de las frases
para formular el enunciado correcto y defienda su postura.
1.5 Derivadas parciales y leyes de los gases 1.18 ¿Por qué razón ninguno de los ejercicios anteriores re-
quiere que se calcule una derivada con respecto a R? ¿Es la mis-
1.12 Las presiones de gases en mezclas reciben el nombre de
ma razón detrás del hecho de que no definamos la derivada de
presiones pardales y son acumulativas. 1.00 L de gas He a 0.75
R con respecto a cualquier otra variable?
atm se mezcla con 2.00 L de gas Ne a 1.5 atm a una tempera-
tura de 25.0°C para obtener un volumen total de 3.00 L de 1.19 Si se deja que determinada cantidad de aire salga del
mezcla. Suponiendo que no se da ningún cambio de tempera- neumático de un automóvil, éste modifica su volumen y pre-
tura y que el He y el Ne se comportan aproximadamente co- sión simultáneamente y, como resultado, la temperatura del ai-
mo gases ideales, determine: a) la presión total resultante; b) re cambia. Formule la derivada que representa este cambio.
la presión parcial de cada componente; c) las fracciones mola- (Sugerencia: se trata de una doble derivada, como en el ejerci-
res de cada gas en la mezcla. cio 1.1 6e de esta sección.)
2.1 Sinopsis
2.2 Trabajo y calor
2.3 Energía interna y
primera ley de la
termodinámica
2.4 Funciones de estado
E
2.5 Entalpia
n el capítulo anterior establecimos que la materia se comporta de acuerdo con cier-
2.6 Cambios de las tas reglas denominadas ecuaciones de estado. Ahora podemos iniciar el estudio de
funciones de estado
las reglas que gobiernan el comportamiento de la energía. Aunque nos valdremos prin-
2.7 Coeficientes de cipalmente de los gases como ejemplos, las ideas de la termodinámica se aplican a cual-
Joule-Thomson quier sistema, ya sea sólido, líquido, gas ó cualquier combinación de fases.
2.8 Más sobre capacidades La termodinámica se desarrolló en su mayor parte durante el siglo XIX, después de la
térmicas aceptación de la moderna teoría atómica de Dalton, pero antes de que surgieran las ideas
2.9 Cambios de fase de la mecánica cuántica (lo que implica que el universo microscópico de los átomos y
2.10 Cambios químicos electrones se rige por reglas distintas a aquellas que gobiernan el mundo macroscópico
de las grandes masas). Por lo tanto, la termodinámica tiene que ver fundamentalmente
2.11 Cambio de temperatura con grandes conjuntos de átomos y moléculas. Las leyes de la termodinámica son reglas
2.12 Reacciones bioquímicas macroscópicas. Más adelante, abordaremos las reglas microscópicas (es decir, la mecánica
2.13 Resumen cuántica), pero por ahora recordemos que la termodinámica estudia sistemas que pode-
mos ver, sentir, pesar y manipular con nuestras propias manos.
2.1 Sinopsis
Primero, definiremos trabajo, calor y energía interna. La primera ley de la termodi-
námica se basa en la relación que existe entre estas tres cantidades. La energía inter-
na constituye un ejemplo de una función de estado; esta última posee ciertas
propiedades que, según veremos, la hacen útil. También estudiaremos la entalpia,
otra función de estado, así como los cambios que experimentan las funciones de es-
tado, y desarrollaremos técnicas para calcular cómo cambian la energía interna y la
entalpia durante un proceso físico o químico. Asimismo, introduciremos el concepto
de capacidades térmicas y coeficientes de Joule-Thomson, los cuales se relacionan
con los cambios de temperatura en los sistemas. Concluiremos el capítulo recono-
ciendo los límites de predicción de la primera ley de la termodinámica y el hecho de
que se requieren otras ideas —otras leyes de la termodinámica— para comprender
cómo la energía interactúa con la materia.
Figura 2.1 Cuando se ejerce una fuerza sobre un objeto, no se realiza trabajo hasta que el objeto se
mueve, a) Ya que la pared no se mueve, no se realiza ningún trabajo, b) Se realiza un trabajo como con-
secuencia de que la fuerza actúa a lo largo de cierta distancia.
máticamente se define como el producto punto del vector fuerza F y el vector distan-
cia s:
(2.1)
En esta ecuación, 6 es el ángulo entre los vectores. El trabajo es una cantidad escalar,
no una cantidad vectorial, porque tiene magnitud, pero no dirección. La figura 2.1
muestra a una fuerza que actúa sobre un objeto. En la figura 2.1a, el objeto no se
mueve, así que la cantidad de trabajo es cero (a pesar de la fuerza que se ejerce). En
la figura 2.Ib, un objeto se movió, así que se realizó trabajo.
Las unidades para medir el trabajo son los joules, como en el caso de la energía. Es-
to no carece de ftmdamento: el trabajo es una forma de transferencia de energía. La
energía se define como la capacidad de realizar trabajo, así que tiene sentido el hecho
de que la energía y el trabajo se midan con las mismas unidades.
La forma de trabajo más común que estudia la termodinámica básica se refiere al
cambio de volumen de un sistema. Consideremos la figura 2.2a. Un pistón sin fric-
ción comprime una muestra de gas en un volumen inicial Vj. El gas dentro de la cá-
mara también tiene una presión inicial pr Al principio, lo que mantiene el pistón en
una posición fija es la presión externa de los alrededores, pext.
Si el pistón se eleva (figura 2.2b), el sistema realiza trabajo sobre los alrededores.
Esto significa que el sistema pierde energía en forma de trabajo. La cantidad infinite-
simal de trabajo áwque el sistema realiza sobre los alrededores como resultado de un
cambio infinitesimal de volumen dV> mientras el sistema actúa en contra de una pre-
sión externa constante pext se define como:
(2.2)
Figura 2.2 a) Un pistón sin fricción con un gas encerrado constituye un ejemplo sencillo del trabajo
que realizan los gases ya sea sobre sistemas o sobre los alrededores, b) Trabajo efectuado sobre los alre-
dedores, c) Trabajo efectuado sobre el sistema. En ambos casos la definición matemática de trabajo no
cambia.
26 CAPITULO 2 Primera ley de la termodinámica
(2.3)
En este caso, los límites de la integral son el volumen inicial Vj y el volumen final V{
del proceso. Esto se refleja en la última expresión de la ecuación anterior. Si evalua-
mos la integral dentro de estos límites, obtenemos:
(2.4)
Si la presión externa no es constante a lo largo del proceso, entonces necesitaremos
otra forma de evaluar el trabajo en la ecuación 2.3.
Si utilizamos la atmósfera como unidad de presión y el litro como unidad de vo-
lumen, obtenemos L-atm como unidad de trabajo. Ésta no es una unidad común de
trabajo. La unidad SI para el trabajo es el joule, J. Ahora bien, de acuerdo con los di-
versos valores de Ry los cuales se indicaron en el capítulo anterior, podemos demos-
trar que 1 L • atm = 101.32 J. Este factor de conversión es muy útil para expresar el
trabajo en sus correctas unidades SI. Si el volumen se expresara en metros cúbicos y
la presión en pascales, los joules se obtendrían directamente en virtud de que
Ejemplo 2.1
Consideremos un gas ideal dentro de la cámara de un pistón, como en la figura 2.2,
donde el volumen inicial es 2.00 L y la presión inicial es de 8.00 atm. Supongamos
que el pistón se eleva (es decir, que el sistema se expande) y alcanza un volumen fi-
nal de 5.50 L, oponiéndose a una presión externa constante de 1.75 atm. Suponga-
mos, asimismo, que la temperatura es constante durante el proceso.
a) Calcule el trabajo durante el proceso.
b) Calcule la presión final del gas.
1
Resulta fácil demostrar que las dos definiciones del trabajo son equivalentes. Como la presión
se define como fuerza por unidad de área, la ecuación 2.2 puede reescribirse de la siguiente mane-
ra: trabajo =. ~¿^
fuerza
X volumen = fuerza X distancia, que es la ecuación 2.1.
2.2 Trabajo y calor 27
Solución
a) Primero se requiere el cambio en el volumen, que determinamos de la siguiente
manera:
Para calcular el trabajo que se lleva a cabo contra la presión externa constante, usa-
mos la ecuación 2.4:
La figura 2.3 ilustra una propiedad que a veces se presenta en los gases: el gas se
expande y ocupa un espacio que originalmente se encontraba vacío. En este caso, co-
mo el gas se expande contra un pext de cero, de acuerdo con la definición de trabajo
en la ecuación 2.4, el trabajo que efectúa el gas es igual a cero. Dicho proceso recibe
Figura 2.3 Si un gas se expande y ocu- el nombre de expansión libre:
pa un espacio vacío no se lleva a cabo nin-
gún trabajo. trabajo = O (expansión libre) (2.5))
Ejemplo 2,2
A partir de las condiciones y definiciones del sistema, determine si el sistema efec-
túa trabajo, si se efectúa trabajo sobre el sistema o si no se lleva a cabo ningún tra-
bajo.
a) Un globo se expande conforme una pieza pequeña de hielo seco (CO2 sólido)
dentro del globo se sublima (globo = sistema).
b) Las puertas del compartimiento de carga de la nave espacial se abren y liberan un
poco de la atmósfera remanente (compartimiento de carga = sistema).
c) El CHF2C1, una mezcla refrigerante, se comprime en el compresor de un sistema
de aire acondicionado para tratar de licuarlo (CHF2C1 = sistema).
d) Se descarga una lata de pintura en aerosol (lata - sistema).
e) La misma situación que el inciso d), pero considere que el aerosol es el sistema.
Solución
a) En virtud de que el globo aumenta su volumen, sin duda efectúa trabajo: el sis-
tema realiza el trabajo.
b) Cuando las puertas del compartimiento de carga de la nave se abren en el espa-
cio, el compartimiento se abre al vacío (no un vacío perfecto), con lo que tenemos
una expansión relativamente libre. Por tanto, no se lleva a cabo ningún trabajo.
c) Cuando el CHF2C1 se comprime, su volumen disminuye; así, se efectúa trabajo
sobre el sistema.
28 CAPÍTULO 2 Primera ley de la termodinámica
Si fuera posible, podríamos variar el volumen del gas dentro de la cámara del pis-
tón en pasos infinitesimales, permitiendo que el sistema reaccione a cada cambio in-
finitesimal antes de llevar a cabo el siguiente cambio. En cada paso, el sistema llega al
equilibrio con sus alrededores de tal manera que todo el proceso constituye un esta-
do de equilibrio continuo. (En realidad, eso requeriría una infinidad de pasos para
una variación finita de volumen. Los cambios suficientemente lentos constituyen una
buena aproximación.) Dicho proceso se denomina reversible. Los procesos que no se
llevan a cabo de esta manera (o que no se aproximan de esta forma) reciben el nom-
bre de irreversibles. Muchas ideas termodinámicas se basan en sistemas que pasan por
procesos reversibles. Las variaciones de volumen no son los únicos procesos reversi-
bles. Las variaciones térmicas, mecánicas (es decir, el desplazamiento de una pieza de
materia) y otro tipo de variaciones pueden considerarse reversibles o irreversibles.
Los sistemas gaseosos constituyen ejemplos útiles para la termodinámica, ya que
podemos emplear varias leyes de los gases para calcular el trabajo de la presión y el
volumen cuando un sistema modifica su volumen. Esto sucede especialmente así en
los cambios reversibles, puesto que la mayor parte de éstos ocurren al permitir que la
presión externa e interna se iguale:
Pext = Ant en un cambio reversible
En seguida se puede llevar a cabo la siguiente sustitución en el caso de los cambios
reversibles:
(2.6)
Ahora podemos determinar el trabajo de un proceso en términos de la presión in-
terna.
La presión interna se puede sustituir utilizando la ley de los gases ideales, ya que si
el sistema está compuesto por un gas ideal, debe cumplirse dicha ley. De esta mane-
ra obtenemos
Esta integral tiene una forma estándar, que podemos evaluar. La ecuación se convier-
te en:
(2.7)
(2.8)
Ejemplo 23
Un gas dentro de la cámara de un pistón se mantiene dentro de un baño a tempe-
ratura constante a 25.0°C y se expande de 25.0 mL a 75.0 mL muy, muy lentamen-
te, como lo ilustra la figura 2.4. Si hay 0.00100 moles de gas ideal en la cámara,
calcule el trabajo que efectúa el sistema.
Solución
Ya que el sistema se mantiene en un baño de temperatura constante, el cambio es
isotérmico. Asimismo, ya que el cambio es muy, muy lento, podemos presumir que
el cambio es reversible. Por tanto, podemos aplicar la ecuación 2.7. Así,
El concepto de calor, representado por la letra q, resulta más difícil de definir que
el trabajo. El calor es una medida de transferencia de energía térmica que puede de-
terminarse por medio del cambio en la temperatura de un objeto; es decir, es una for-
ma de seguir la pista del cambio en la energía en un sistema. Ya que el calor es un
cambio de energía, utilizamos las mismas unidades para el calor que para la energía:
joules.
Históricamente, el calor ha sido un concepto difícil de definir. Se pensaba que el
calor era una propiedad de un sistema susceptible de aislarse y embotellarse como si
Figura 2.4 La cámara de un pistón en una solución a temperatura constante sufre una varia-
ción reversible de volumen (véase ejemplo 2.3).
30 CAPITULO 2 Primera ley de la termodinámica
fuera una sustancia. A esta sustancia se le dio incluso un nombre: "calórico". Alrede-
dor de 1780, Benjamín Thompson, más tarde conde de Rumford, registró el calor que
generaba la perforación de cañones de artillería y concluyó que la cantidad de calor
se relacionaba con la cantidad de trabajo realizada durante el proceso. En la década
de 1840, con sus cuidadosos experimentos, el físico inglés James Prescott Joule (figu-
ra 2.5) verificó este hecho. Siendo entonces un cervecero, Joule utilizó un aparato co-
mo el que aparece en la figura 2.6 para realizar el trabajo de mezclar una cantidad de
agua mediante un peso colocado en una polea. Llevando a cabo mediciones cuidado-
sas de la temperatura del agua y del trabajo efectuado como consecuencia del peso
que caía (mediante la ecuación 2.1), Joule pudo sustentar la idea de que el trabajo y
el calor eran manifestaciones del mismo fenómeno (de hecho, la frase: "equivalente
mecánico del calor", todavía se utiliza en ocasiones, y le da énfasis a la relación entre
estos dos conceptos). La unidad SI de la energía, el trabajo y el calor, el joule, recibe
su nombre en honor de Joule.
La antigua unidad de energía, calor y trabajo, la caloría, se define como la cantidad
Figura 2.5 James Prescott Joule (1818- de calor necesaria para elevar la temperatura de exactamente 1 mL de agua en un
1889), físico inglés, cuyos estudios estable- 1°C, de 15°C a 16°C. La relación entre calorías y joules es:
cieron la conversión entre calor y trabajo
como formas de energía y sentaron las ba- 1 caloría = 4.184 joules (2.8)
ses de la primera ley de la termodinámica.
Aunque la unidad SI aceptada es el joule, la caloría todavía se utiliza con frecuencia.
A un sistema puede entrar energía en forma de calor, y esto hace que la tempera-
tura del sistema aumente, o bien la energía en forma de calor puede salir del sistema
y ocasionar una disminución en la temperatura. Por convención, en cualquier cam-
Figura 2.6 Joule utilizó este aparato para medir lo que una vez se
denominó "equivalente mecánico del calor".
2.2 Trabajo y calor 31
Tabla 2.1 Capacidades térmicas bio donde entra calor en un sistema, q es positivo. Por otra parte, si sale calor del sis-
específicas de diversos tema, q es negativo. Por tanto, el signo de q indica la dirección de la transferencia de
materiales calor.
Material c(J/g'K) Para lograr el mismo cambio de temperatura en diversos materiales se requieren
Al 0.900 diferentes cantidades de calor. Por ejemplo, 10 cm3 de hierro se calientan más con
A12O3 1.275 menos calor del que requieren 10 cm3 de agua. De hecho, la cantidad de calor nece-
C2H5OH, etanol 2.42 saria para variar la temperatura es proporcional a la magnitud del cambio de tempe-
C6H6, benceno (vapores) 1.05 ratura, AT, y a la masa del sistema m:
C6H14, «-hexano 1.65
Cu 0.385
q* m- AT
Fe 0.452 Con el fin de convertir una proporción en una igualdad, se requiere una constante de
Fe2O3 0.651 proporcionalidad. En la expresión anterior, la constante de proporcionalidad se re-
H2 (g) 14.304 presenta por medio de la letra c, y recibe el nombre de capacidad térmica específica:
H2O (s) 2.06
q= m- c- AT (2.9)
H 2 O(€),25°C 4.184
H2O(g),25°C 1.864 La capacidad térmica específica es una característica intensiva del material que com-
H2O, vapor, 100°C 2.04 pone el sistema. Los materiales con una baja capacidad térmica específica, como mu-
Hg 0.138 chos metales, requieren poco calor para producir una variación relativamente grande
NaCl 0.864 de temperatura. La tabla 2.1 contiene algunas capacidades térmicas específicas de di-
02 (g) 0.918 versos materiales. Las unidades de la capacidad térmica específica son: (energía)/
(masa • temperatura) o (energía)/(moles • temperatura); así, aunque las unidades SI
del calor específico son: J/g • K o J/mol • K, es común encontrarse con capacidades
térmicas específicas que tienen unidades de cal/mol • °C, o algún otro conjunto de
unidades. Observe que en virtud de que la ecuación 2.9 implica un cambio en la tem-
peratura, no importa si ésta se expresa en unidades de kelvin o grados Celsius.
La capacidad térmica C es una propiedad extensiva que incluye la cantidad de ma-
teria que hay en el sistema; así, la ecuación 2.9 se escribiría de la siguiente manera:
q= C - A T
Ejemplo 2,4
a) Suponiendo que se aplican 400 J de energía a 7.50 g de hierro, ¿cuál será el cam-
bio de temperatura? Utilícese c = 0.450 J/g • K.
b) Si la temperatura inicial del hierro es de 65.0°C, ¿cuál es la temperatura final?
Solución
a) De acuerdo con la ecuación 2.9,
Despejando AT:
Ejemplo 2.5
Con respecto al aparato de Joule de la figura 2.6, suponga que un peso de 40.0 kg
(que experimenta una fuerza de 392 newtons debida a la gravedad) desciende una
distancia de 2.00 m. Las paletas sumergidas en el agua transfieren la disminución de
32 CAPÍTULO 2 Primera ley de la termodinámica
Solución
De acuerdo con la ecuación 2.1, podemos calcular el trabajo que el peso al caer efec-
túa sobre el agua:
trabajo = F • s = (392 N)(2.00 m) = 784 N-m = 784 J
En este cálculo, aplicamos el hecho de que 1 joule = 1 newton X 1 metro. Si todo el
trabajo que se realiza sirve para calentar el agua, tenemos que:
Éste no es un gran cambio de temperatura. De hecho, Joule tuvo que arrojar el pe-
so muchas veces antes de observar cambios de temperatura détectables.
bio de energía se convierte en trabajo o en calor y nada más. Este hecho puede expre-
sarse matemáticamente de la siguiente manera:
A17= q+w (2.11)
La ecuación 2.11 es otra forma de enunciar la primera ley. Note tanto la sencillez co-
mo la importancia de esta ecuación. El cambio en la energía interna de un proceso es
igual al trabajo más el calor. Sólo trabajo o calor —o ambos— acompañan un cam-
bio en la energía interna. Ya que sabemos cómo medir el trabajo y el calor, podemos
rastrear los cambios en la energía interna total de un sistema. El siguiente ejemplo lo
ilustra.
Ejemplo 2.6
Una muestra de gas cambia su volumen de 4.00 L a 6.00 L contra una presión ex-
terna de 1.50 atm, y simultáneamente absorbe 1000 J de calor. ¿Cuál es el cambio de
energía interna del sistema?
Solución
Ya que el sistema absorbe calor, su energía se incrementa; así, podemos escribir que
q = +1000 J. De acuerdo con la ecuación 2.4 relacionada con el trabajo:
Note que q y w tienen signos opuestos y que el cambio total en la energía interna es
positivo. Por tanto, la energía total de nuestro sistema gaseoso se incrementa.
Inicio
Figura 2.7 Analogía para la definición de función de estado. En ambos casos, a) subir directamente
por la montaña y b) ascender por ella en espiral, el cambio total de altura es el mismo y, por tanto, es in-
dependiente de la trayectoria: el cambio de altura constituye una función de estado. No obstante, la dis
tancia recorrida total depende de la trayectoria, por lo que no sería una función de estado.
(2.13)
no obstante,
La misma relación existe para la mayoría de las otras funciones de estado (sólo hay
una excepción, que analizaremos en el siguiente capítulo). Las diferenciales dwy dq
reciben el nombre de diferenciales inexactas, lo cual significa que sus valores integra-
dos w y q dependen de la trayectoria. Por el contrario, dU constituye una diferencial
exacta, lo cual quiere decir que su valor integrado A U es independiente de la trayec-
toria. Todos los cambios en las funciones de estado son diferenciales exactas.
Otra forma de explicar las ecuaciones 2.13 consiste en observar que
*[N. del T.] Ya que el sistema no tiene un trabajo o un calor inicial, ni un trabajo o calor final
2
Aunque en esta primera parte nos hemos enfocado en el trabajo relacionado con la presión y
volumen, existen otros tipos de trabajos, como el eléctrico y el gravitacional. En este caso supone-
mos que ninguno de estos trabajos están presentes durante el proceso.
36 C A P Í T U L O 2 Primera ley de la termodinámica
Ejemplo 2.7
Una muestra de gas de 1.00 L a 1.00 atm de presión y 298 K, se expande isotérmica
y reversiblemente a 10.0 L. Después se calienta a 500 K, se comprime a 1.00 L y en-
tonces se enfría a 25°C. ¿Cuál es el valor de A U para el proceso total?
Solución
A U= O para el proceso total. Recordemos que una función de estado es una varia-
ble cuyos valores dependen de las condiciones instantáneas del sistema. Ya que las
condiciones inicial y final del sistema son las mismas, el sistema tiene el mismo va-
lor absoluto de energía interna (cualquiera que sea), así que el cambio total de ener-
gía interna es cero.
2.5 Entalpia
Aunque la energía interna representa la energía total de un sistema y la primera ley
de la termodinámica se basa en el concepto de energía interna, ésta no siempre es la
variable con la que mejor se puede trabajar. La ecuación 2.15 muestra que el cambio
en la energía interna es exactamente igual a q —si el volumen del sistema permanece
constante en un proceso particular. Sin embargo, en muchos procesos es difícil garan-
tizar la condición experimental del volumen constante. La presión constante, consi-
derando que muchos experimentos se llevan a cabo en contacto con la atmósfera,
resulta con frecuencia un parámetro experimental más sencillo.
A la entalpia se le representa con el símbolo H. La definición fundamental de en-
talpia es:
H= U+pV (2.16)
El término p en la ecuación 2.16 es la presión del sistema, pint. La entalpia también es
una función de estado. Como en el caso de la energía interna, el valor absoluto de la
entalpia no se puede conocer, pero es posible determinar sus cambios, dH:
dH=dU+d(pV) (2.17)
La forma integrada de esta ecuación es:
AH = Aí/+A(pV) (2.18)
Mediante la regla de la cadena, podemos volver a escribir la ecuación 2.17 de la si-
guiente manera:
dH = dU+pdV+ Vdp
En un proceso a presión constante (que es más frecuente en los experimentos de la-
boratorio), el término V dp es cero en virtud de que dp es cero. De acuerdo con la de-
finición original de dU, la ecuación se transforma en:
dH = dq+ dw + p dV
dH= dq- pdV+pdV
dH = dq (2.19)
En términos de los cambios totales de un sistema, la ecuación 2.19 puede integrarse
para obtener el siguiente resultado:
AH=g
Ya que el proceso ocurre a presión constante, la última ecuación se expresa como la
ecuación 2.15 de la siguiente manera:
AH=qp (2.20)
2.5 Entalpia 37
Ya que los cambios de energía de muchos procesos se miden bajo condiciones de pre-
sión constante, el cambio de entalpia en un proceso normalmente es más fácil de medir
que el cambio de energía interna. Así, aunque la energía interna es la variable más fun
damental, la entalpia se presenta con más frecuencia.
Ejemplo 2.8
Indique qué función de estado es igual al calor en cada proceso descrito.
a) La combustión de una muestra en un calorímetro de bomba, una cámara rígida
metálica en la que se queman muestras para determinar el calor asociado al proceso.
b) La fusión de un cubo de hielo en una tasa.
c) El enfriamiento del interior de un refrigerador.
d) El fuego en una chimenea.
Solución
a) A partir de la descripción, podemos suponer que un calorímetro de bomba es un
sistema con un volumen constante; por lo tanto, el calor que genera la combustión
de una muestra es igual a A17.
b) Si la tasa se expone a la atmósfera, está bajo la presión del aire, que es general-
mente constante, por lo que el calor asociado al proceso es igual a AH.
c) Un refrigerador no cambia de volumen al enfriar la comida, así que la pérdida de
calor desde el interior es igual a A17.
d) El fuego en una chimenea normalmente se encuentra en contacto con la atmós-
fera, así que el calor generado también constituye una medida de AH.
Ejemplo 2.9
Un cilindro, que se llena con 0.0400 moles de un gas ideal, se expande reversible-
mente de 50.0 mL a 375 mL a una temperatura constante de 37.0°C. Conforme lo
hace, absorbe 208 J de energía en forma de calor. Calcule q, w, A17 y AJFí para el pro-
ceso.
Solución
Ya que entran al sistema 208 J, la cantidad total de energía se eleva 208 J; así, q -
+208 J. Con el fin de calcular el trabajo, podemos aplicar la ecuación 2.7:
Podemos emplear la ecuación 2.18 para calcular Afl, pero necesitamos determinar
las presiones inicial y final para obtener A(pV). De acuerdo con la ley de los gases
ideales:
38 CAPÍTULO 2 Primera ley de la termodinámica
Asimismo:
AH=OJ
Aunque los cambios en las dos funciones de estado son iguales (y cero) en este ejem-
plo, éste no siempre es el caso.
Ya que Aff es una función de estado común, basamos las definiciones de algunos
términos en la entalpia, no en la energía interna. El término exotérmico se aplica a
cualquier proceso en el que Afí es negativo. En este caso, la energía sale del sistema
hacia los alrededores. El término endotérmico se refiere a cualquier proceso en el que
AH es positivo. En este caso, el sistema absorbe energía de los alrededores.
(2.21)
2.6 Cambios de las funciones de estado 39
Figura 2.8 Una ilustración de que el cambio total en U puede descomponerse en un cambio con res-
pecto la temperatura (representado por (dU/dT)v) y un cambio con respecto al volumen (representado
por (dU/dV)T).
Así, dU tiene un término que varía con la temperatura y otro que varía con el volu-
men. Las dos derivadas parciales representan pendientes en la gráfica de (7 en función
de Ty V. El cambio infinitesimal total en Uy dUy puede expresarse en términos de di-
chas pendientes. La figura 2.8 ilustra una gráfica de U en la que las pendientes se en-
cuentran representadas por las derivadas parciales.
Recordemos que existe otra definición para dU: dU = dq+ dw = dq - p dV. S
igualamos estas dos definiciones de dU:
(2.22)
Para evaluar el calor total, integramos ambos miembros de esta ecuación infinitesi-
mal para obtener:
(2.25)
La igualdad final se deduce del hecho de que A [7= q para un cambio a volumen cons-
tante. La ecuación 2.25 es la forma más general de un cambio a volumen constante. No
obstante, si la capacidad térmica es constante a lo largo del intervalo de temperaturas
(para intervalos de temperatura que no impliquen cambios de fase), ésta puede extraer-
se de la integral para obtener:
(2.26)
Ejemplo 2.10
Evalúe A U para 1.00 mol de oxígeno, O2, que pasa de -20.0°C a 37.0°C a volumen
constante, en los siguientes caso^( A [/tendrá unidades de J).
a) Se trata de un gas ideal con Cy = 20.78 J/mol-K.
b) Se trata de un gas real con un valor determinado experimentalmente Cv = 21.6
+ 4.18 X 10~3T- (1.67 X 105)/T2.
Solución
a) Ya que suponemos que la capacidad térmica es constante, podemos aplicar la
ecuación 2.27, en la que el cambio en la temperatura es de 57°:
En este caso, estamos utilizando la unidad para Cy, que incluye la unidad mol en el
denominador.
b) Ya que la capacidad térmica varía con la temperatura, integramos la expresión de
la ecuación 2.25. También convertimos nuestras temperaturas a kelvin:
Observe la pequeña diferencia entre las respuestas. Dichas diferencias pueden per-
derse en las cifras significativas de los cálculos (como en este caso), pero en medi-
ciones muy precisas, sí se notarían.
Existe una conclusión adicional relacionada con los cambios de energía. Conside-
re el cambio A U en el proceso ilustrado en la figura 2.9: un sistema aislado que cons-
ta de un gas ideal dentro de una cámara, se abre una válvula y el gas se expande y
ocupa un espacio vacío. Como se trata de una expansión libre, el trabajo realizado es
cero. El aislamiento evita el intercambio de calor entre el sistema y los alrededores, así
que también q = 0. Esto significa que A17= O en este proceso. De acuerdo con la ecua
ción 2.21, esto implica que
Salvo la posible coincidencia de que los dos términos pudieran anularse uno a otro,
el miembro derecho de la ecuación será igual a cero sólo si ambos términos son cero.
La derivada del primer término (dU/(dT)Vfnoo es igual a cero, ya que la temperatura
constituye una medida de la energía del sistema. Conforme la temperatura varía, por
supuesto que también la energía cambia; esto es lo que implica una capacidad térmi-
ca diferente de cero. Por tanto, dT, el cambio en la temperatura, debe ser igual a cero,
y el proceso es isotérmico. Ahora bien, consideremos el segundo término. Sabemos
Figura 2.9 La expansión libre adiabá-
que dV no es igual a cero, ya que el gas ideal se expande, y al hacerlo varía su volu-
tica de un gas ideal nos permite extraer men. Para que el segundo término sea igual a cero, la derivada parcial()000(dU/(dV) Tde-
algunas conclusiones interesantes relacio- be ser cero:
nadas con A U. (Consulte la explicación en
el texto.) (2.28)
La derivada indica que en el caso de un gas ideal, el cambio en la energía interna con
respecto a las variaciones de volumen a temperatura constante debe ser igual a cero.
Ya que suponemos que en un gas ideal las partículas individuales no interactúan
entre sí, un cambio en el volumen del gas ideal (que tendería a separar más las par-
tículas, en promedio) no altera la energía total si la temperatura se mantiene constan-
te. De hecho, la ecuación 2.28 constituye uno de los dos criterios que debe cumplir
un gas para considerarse un gas ideal, y que son: a) se rige por la ley de los gases idea-
les expresada en forma de ecuación de estado (como se analizó en el capítulo 1), y b)
que posee una energía interna que no cambia si la temperatura del gas tampoco lo
hace. En el caso de los gases reales, la ecuación 2.28 no se cumple y la energía total va-
riará si hay un cambio en el volumen. Esto se debe a que en los gases reales sí existen
interacciones entre los átomos y moléculas.
Podemos proceder de la misma forma con un cambio de la infinitesimal de la en-
talpia, dH. Ya hemos dicho que utilizaremos la temperatura y la presión en el caso de
la entalpia. De ahí que
(2.29)
donde podemos definir una capacidad térmica a presión constante Cptal como cuando
definimos Cv. Ahora podemos definir nuestra capacidad térmica en términos de H:
(2.30)
42 CAPÍTULO 2 Primera ley de la termodinámica
La ecuación 2.30 implica que podemos sustituir Cpen la ecuación anterior para ob-
tener
dH = Cp dT
Esta expresión podemos integrarla para determinar el cambio de entalpia relativo a
la variación de temperatura:
(2.31)
\dp ]T
Sistema adiabático
Figura 2.10 Experimento isoentálpico de Joule y Thomson. El libro proporciona esta explicación.
lados se encuentran fijas, debemos estar conscientes de que el gas experimenta una
caída en la presión conforme se le fuerza a pasar de un lado a otro.
En el lado izquierdo se lleva a cabo trabajo sobre el gas, el cual contribuye positi-
vamente al cambio total en la energía. En el lado derecho, el gas realiza trabajo y con-
tribuye negativamente al cambio total en la energía. El trabajo neto w lleva a
neto que
cabo el sistema después de que se impulsa completamente el primer pistón es:
nw
Igualando las dos expresiones de%cto
eto, tenemos:
= U
2 ~ fi
Puesto que la entalpia del gas no cambia, el proceso recibe el nombre de proceso
isoentálpico. ¿Cuáles son algunas consecuencias de este proceso isoentálpico?
Aunque el cambio de entalpia es cero, el cambio de temperatura no lo es. ¿Cuál es
el cambio de temperatura que acompaña la caída de la presión en este proceso isoen-
tálpico? Es decir, ¿cuál es (9T73p) H? Podemos en realidad medir experimentalmente
esta derivada mediante un aparato como el de la figura 2.10.
Ehl coeficiente de Joule-Thomson |XjTse define como el cambio en la temperatura de
un gas con presión en un estado de entalpia constante:
(2.34)
Una aproximación útil de esta definición es la siguiente:
44 C A P Í T U L O 2 Primera ley de la termodinámica
En el caso de un gas ideal, JJLJT es exactamente cero, ya que la entalpia depende exclusi-
vamente de la temperatura (es decir que a un estado de entalpia constante, la tempe-
ratura también es constante). No obstante, en el caso de los gases reales, el coeficiente
de Joule-Thomson no es cero y el gas cambiará de temperatura debido al proceso
isoentálpico. Recordemos la regla cíclica de las derivadas parciales:
(2.35)
Esta ecuación confirma que fjuJT es cero en el caso de un gas ideal, ya que (3fí/3p)T es
cero en el caso de un gas ideal; sin embargo, no para los gases reales. Además, si me-
dimos jJLJT en el caso de los gases reales y conocemos, asimismo, sus capacidades tér-
micas, podemos aplicar la ecuación 2.35 para calcular (3H/3p)rpara un gas real, que
es una cantidad (el cambio de entalpia conforme la presión cambia, aunque a tempe-
ratura constante) difícil o imposible de medir por experimentación directa.
____^____^___^__^_^^
t¿^^^n^9^Su^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^M
Si el coeficiente de Joule-Thomson para el dióxido de carbono, CO2, es 0.6375
K/atm, calcule la temperatura final del dióxido de carbono a 20 atm y 100°C, cuan-
do se le impulsa a través de una pared, hasta alcanzar una presión de 1 atm.
Solución
De acuerdo con la fórmula aproximada del coeficiente de Joule-Thomson:
En este proceso, Ap es igual a -19 atm (el signo negativo significa que la presión es-
tá bajando 19 atm). Por tanto, tenemos que
Dioxicio At oitbonu
1 — — 2.4130 1.2900 0.8950 0.6490 0.4B90 0.3770
20 —
—
-0.0140 1.4020 0.8950 0.6375 0.4695 0.3575
60 — -0.0150 0.0370 0.8800 0.6080 0.4430 0.3400
—
100 —
-0.0160 0.0215 0.5570 0.5405 0.4155 0.3150
—
140 — —
0.0183 0.0115 0.1720 0.4320 0.3760 0.2890
180 — —
-0.0228 0.0085 0.1025 0.3000 0.3102 0.2600
200 — — -0.248 0.0045 0.0930 0.2555 0.2910 0.2455
Nitrrigfjio
1 1.2659 0.6490 0.3968 0.2656 0.1855 0.1292 0.086B 0.0558
20 1-1246 0.5958 0.3714 0.2494 0.1709 0.1173 0.0776 0.0472
60 0.0601 0.4506 0.3059 0.2088 0.1449 0.0975 0.0628 0.0372
100 0.0202 0.2754 0.2332 0.1679 0.1164 0.0768 0.0482 0.0262
140 -0.0056 0.1373 0.1676 0.1316 0.0915 0.0582 0.0348 0.016B
ISO -0.0211 0.0765 0.1120 0.1015 0.0732 0.0462 0.0248 0.0094
200 -0.0284 0.0587 0.0906 O.OR91 0.0666 0.0419 0.0228 0.0070
Helio'
p(atm) 160 K 200 K 240 K 280 K 320 K 360 K 400 K 440 K
<200 -0.0574 -0.0594 -0.0608 -0.0619 -0.0629 -0.0637 -0.0643 -U.0645
Fiimtt: R.11. Perry * D-W. umn. Pf^y's Chemical Ettguuen' Handtwok. 6a. «d. Nueva York, McGraw-Hill. 19R4.
"Debijo dc Hi uim h varfa pocoel valor dc i* , paid d helm (jKinmmo. obttrvt quc IPS daU» Jtllirlm rsifln en L
jH'i.iiut.i-, Kelvin).
(2.36)
variables (otras derivadas también se han expresado como derivadas parciales). Co-
mo dH = dqp, podemos sustituir el miembro izquierdo de la ecuación para obtener:
(2.37)
(2.39)
(2.40)
Los gases como el argón, neón y helio poseen capacidades térmicas a presión cons-
tante de alrededor 20.8 J/mol-K, lo cual no sorprende. Los gases inertes más ligeros
constituyen buenas aproximaciones de los gases ideales.3
Los gases ideales poseen una capacidad térmica que no depende de la temperatu-
ra; para los gases reales esto no funciona así. La mayoría de los intentos por expresar
la capacidad térmica de los gases reales se valen de una serie de potencias en cualquie-
ra de las dos siguientes formas:
C p = a+bT+cT2
Cp=a+bT+Y2
donde a> by cson constantes determinadas experimentalmente. El ejemplo 2.10, jun-
to con la ecuación 2.31, ilustra la forma adecuada de determinar cambios en las fun-
ciones de estado utilizando capacidades térmicas de esta forma.
3
La teoría cinética de los gases también predice que para las moléculas diatómicas ideales_p mo-
léculas lineales, Cv = f R; por consiguiente, para las moléculas no lineales ideales, Cv = \R. Cp es \R
y fjR, respectivamente (incluimos este caso para ilustrar que la termodinámica no sólo se puede apli-
car a los gases monoatómicos).
48 C A P Í T U L O 2 Primera ley de la termodinámica
ya que el calor es exactamente igual a cero. De la ecuación 2.21, también sabemos que
(2.41)
Ejemplo 2.12
Considere 1 mol de un gas ideal a una presión inicial de 1.00 atm y una temperatu-
ra inicial de 273.15 K. Supongamos que éste se expande adiabáticamente contra una
presión de 0.435 atm hasta que su volumen se duplica. Calcule el trabajo, la tempe-
ratura final y el A U del proceso.
Solución
Primero debe determinarse la variación del volumen en el proceso. A partir de las
condiciones iniciales, podemos calcular el volumen inicial y, posteriormente, su va-
riación:
De acuerdo con las propiedades de los logaritmos y evaluando cada integral dentro
de sus límites, obtenemos el siguiente resultado para el caso de un proceso adiabáti-
co reversible:
(2.44)
(2.45)
50 CAPÍTULO 2 Primera ley de la termodinámica
Podemos reordenar la ecuación que relaciona los volúmenes y las temperaturas ante-
riores para obtener:
(2.46)
(2.47)
(2.48)
f¿^^^n^fff^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^m
En un cambio adiabático reversible en 1 mol de un gas monoatómico inerte, la pre-
sión varía de 2.44 atm a 0.338 atm. Si la temperatura inicial es de 339 K, ¿cuál es la
temperatura final?
Solución
De acuerdo con la ecuación 2.48,
4
Cp y Cv poseen distintos valores para los gases poliatómicos ideales; así, y también posee un va-
lor diferente en dichos casos. Aquí no abordaremos más este tema.
5
Los cambios de presión también pueden provocar cambios de fase. Este fenómeno lo estudia-
remos en el capítulo 6.
2.9 Cambios de fase 51
A 0°C , el H2O puede existir ya como sólido o como líquido. En virtud de que no hay
AÍ la ecuación 2.9 no se aplica a este caso. Más bien, la cantidad de calor generada
es proporcional a la cantidad de materia. La constante de proporcionalidad se llama
calor de fusión, A^H, de tal forma que tenemos una ecuación más simple:
q=m- Afo.H (2.50)
La palabra fusión es sinónimo de "derretimiento". Si la cantidad m se expresa en gra-
mos, AfuSH tiene unidades de J/g. Si la cantidad de materia (o sustancia) se expresa en
moles, la ecuación 2.50 se escribe más adecuadamente de la siguiente manera:
y AfusH constituye una cantidad molar con unidades de J/mol. Como el congelamien-
to y el derretimiento son procesos opuestos, las ecuaciones 2.50 y 2.51 son válidas pa-
ra ambos. El proceso mismo indica si es más adecuado tomarlo como de tipo
exotérmico o endotérmico. En el caso de la fusión (o derretimiento), debe introdu-
cirse calor en el sistema, de forma que el proceso es endotérmico y el valor de AH en
el proceso es positivo. En el caso de la congelación, se debe extraer calor del sistema;
así, el proceso es exotérmico y el valor de AH es negativo.
Ejemplo 2.14
El calor de fusión AfosHpara el agua es de 334 J/g.
a) ¿Cuánto calor se requiere para derretir 59.5 g de hielo (aproximadamente un cu-
bo grande de hielo)?
b) ¿Cuál es el valor de AH en este proceso?
Solución
a) De acuerdo con la ecuación 2.50,
q = (59.5 g)(334 J/g)
q = 1.99 X 104J
b) Como debe introducirse calor al sistema con el fin de pasar del estado sólido al
líquido, el AH en este proceso debería reflejar el hecho de que es de naturaleza en-
dotérmica. Por tanto, AH = 1.99 X 104J.
Los cambios de volumen cuando se pasa del estado sólido al líquido, o del líquido
al sólido, normalmente son insignificantes; así que AH « AL7(el agua constituye una
excepción por razones obvias, pues se expande aproximadamente 10% cuando se
congela). Por otra parte, la variación de volumen al pasar de un estado líquido a un
estado gaseoso (o de sólido a gas) es considerable:
H2O (€, 100°C) > H2O (g, 100°C)
Al pasar de líquido a gas, el proceso recibe el nombre de vaporización, de nuevo la tem-
peratura permanece constante mientras se presenta el cambio de fase, y la cantidad de
calor necesaria es nuevamente proporcional a la cantidad de materia. Ahora, la cons-
tante de proporcionalidad se denomina calor de vaporización, AvapH, pero la forma de
la ecuación para calcular el calor que se requiere es semejante a la ecuación 2.50:
q = m - AvapH para cantidades en gramos (2.52)
o a la ecuación 2.51:
q = n - AvapH para cantidades en moles (2.53)
52 C A P Í T U L O 2 Primera ley de la termodinámica
El calor asociado con el proceso inverso, llamado condensación, también se puede cal-
cular con la ayuda de las ecuaciones 2.52 y 2.53 tomando en cuenta el hecho de que
de nuevo tendremos que considerar la dirección del flujo del calor. Cuando se deter-
mina el trabajo realizado en un proceso de vaporización o sublimación, es frecuente
ignorar el volumen de la fase condensada, que normalmente es insignificante compa-
rado con el de la fase gaseosa. El siguiente ejemplo lo ilustra.
»PaTjT^^v4^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^H
Calcule q, w, Aff y A U para la vaporización de 1 g de H2O a 100°C y 1.00 atm de
presión. El Avapífdel H2O es de 2260 J/g. Suponga un comportamiento de gas ideal.
La densidad del H2O a 100°C es de 0.9588 g/cm3.
Solución
De acuerdo con la ecuación 2.52, el calor y Afí en el proceso se calcula directamente:
q = (1 g)(2260 J/g) = 2260 J en el sistema
q = AH = +2260 J
Para calcular el trabajo, necesitamos la variación de volumen en la vaporización. En
el proceso H2O (€) —> H2O (g), la variación de volumen es:
De acuerdo con la ley de los gases ideales, calculamos el volumen del vapor de agu
a 100°C = 373 K:*
[N. del R.T.] Se trata de 1 g de agua, por esto el resultado es de 0.0555 mol
2.10 Cambios químicos S3
lares de los materiales. Por ejemplo, el agua tiene un calor de vaporización inusual-
mente grande para una molécula tan pequeña, debido al fuerte enlace de los puentes
de hidrógeno entre las moléculas del agua. Se necesita mucha energía para separar las
moléculas individuales de agua (que es más o menos lo que sucede durante el proce-
so de vaporización), y el elevado calor de vaporización refleja este hecho.
AnmH=Hf-Hi
A TJ __ TT TJ
^rxn-*1 -^productos ^reactantes
Figura 2.11 Interpretación gráfica del enunciado: "en un proceso químico, ArxnHes la diferencia en-
tre las entalpias totales de los productos, menos las entalpias totales de los reactantes" a) Reacción exo-
térmica, ya que la energía total del sistema cae (lo cual significa que la energía es cedida), b) Reacción
endotérmica, ya que la energía total del sistema sube (lo cual significa que la energía ingresa al sistema).
54 CAPÍTULO 2 Primera ley de la termodinámica
6
E1 estado estándar de un elemento es la sustancia pura a 1 bar (antes, 1 atm), y si es necesario,
se especifica la forma alotrópica. Aunque no existe una temperatura estándar específica, muchas
obras de consulta emplean 25.0°C como la temperatura designada.
2.10 Cambios químicos 55
no es la reacción de formación del N2O5, ya que los reactivos no son los elementos que
componen el N2O5. Con el fin de tabularlos, la mayoría de los valores de AfH se mi-
den con respecto al estado estándar de los reactivos; así, dichos valores por lo genera
se indican como a Affí° (° indica el estado estándar ).
Ejemplo 2,16
Determine si las siguientes reacciones constituyen reacciones de formación; de no
ser así, señale la razón. Suponga que las reacciones ocurren en condiciones estándar
a)H 2 (g) + i0 2 (g)-*H 2 0(€)
b) Ca (s) + 2 Cl (g) -> CaCl2 (s)
c) 2 Fe (s) + 3S (romboide) + 4O3 (g) -» Fe2(SO4)3 (s)
d) 6C (s) + 6H2 (g) + 302 (g) -> C6H1206 (s) (glucosa)
Solución
a) Sí, se trata de la reacción de formación del agua en estado líquido.
b) No, la "forma estándar" del cloro es una molécula diatómica.
c) No, la "forma estándar" del oxígeno como elemento es la molécula diatómica. El
O3 en la fórmula es el ozono (una forma alotrópica).
d) Sí, se trata de la reacción de formación de la glucosa.
Note que, por definición, la entalpia de formación de los elementos en sus estado
estándar es exactamente igual a cero. Esto se debe a que, sin importar cuáles sean la
entalpias absolutas del producto y del reactivo, su valor es el mismo. Así, el cambio en
la entalpia de la reacción es cero. Por ejemplo,
Br 2 (€) >Br2(€)
es la reacción de formación del bromo elemental. Ya que no hay cambio de identidad
química durante la reacción, el cambio de entalpia es cero y decimos que Affí° = O
para el bromo elemental. Lo mismo sucede en el caso de todos los elementos en sus
estados estándar.
La razón de que nos concentremos en las reacciones de formación es a causa de
que son los cambios de entalpia en las reacciones de formación los que se tabulan y
se utilizan para determinar los cambios de entalpia de procesos químicos. Esto se de-
be a que cualquier reacción química puede expresarse como la combinación algebrai-
ca de reacciones de formación. Por tanto, la ley de Hess dicta la forma de combinar
los valores de Affí°.
Como ejemplo, analicemos la siguiente reacción química:
(2.54)
¿Cuál es el valor de Arxnff° en esta reacción química? Podemos dividir esta reacción
en reacciones de formación para cada reactante y producto del proceso:
(a)
(b)
(c)
56 C A P Í T U L O 2 Primera ley de la termodinámica
Un vistazo a los valores de las tablas muestra que Affí° [Fe2O3], Affi°[SO3 (€)] y AfíF
[Fe2(SO4)3] son de -826, -438 y -2583 kj por mol de compuesto, respectivamente.
Así, el Arxní/° de la reacción en la ecuación 2.54 es:
De nuevo, la expresión general tiene que ver con condiciones estándares y no están-
dares, así como todos los valores se refieren al mismo conjunto de condiciones. El
apéndice 2 contiene una amplia tabla de entalpias (estándares) de formación, la cual
debe consultarse para resolver problemas que requieren energías de reacciones de
formación. Las ecuaciones 2.55 y 2.56 eliminan la necesidad de realizar un análisis
completo de la ley de Hess para cada reacción química.
Ejemplo 2.17
La oxidación de la glucosa, C6H12O6, constituye un proceso metabólico fundamen-
tal en casi todo tipo de vida. En las células se lleva a cabo a través de una serie com-
pleja de reacciones de enzimas catalizadoras. La reacción general es la siguiente:
2.10 Cambios químicos 57
Solución
Los valores de Affí del CO2 (g) y H2O (1) son de -393.51 y-285.83 kj/mol, respec-
tivamente. Por tanto, recurrimos a la ecuación 2.55 y encontramos que:
En expresiones semejantes a esta, es importante tomar nota de todos los signos ne-
gativos. Evaluando la expresión, obtenemos:
d(pV) = d(nRT) = dn • RT
(2.60)
En el caso de la ecuación 2.60, no se exige que la presión y el volumen sean cons
tantes.
Ejemplo 2.18
Un mol de etano, C2H6, se quema con un exceso de oxígeno a presión constante y a
600°C. ¿Cuál es el valor de A [/del proceso? La cantidad de calor que genera la com
bustión de 1 mol de etano es de 1560 kj (es decir que se trata de una reacción exo
térmica).
Solución
En este proceso a presión constante, AH = q; así, AH = -1560 kj. Este valor es nega-
tivo porque se emite calor. Para determinar RThn necesitamos la reacción química
balanceada. En el caso de la combustión del etano en oxígeno, dicha ecuación es:
En este ejemplo, Arxn[7y ArxnH son apenas diferentes. Esto demuestra que parte del
cambio en la energía total se ha convertido en trabajo y el resto en calor.
Ejemplo 2.19
Determine Afí500 en la siguiente reacción a 500 K y presión constante:
Sustancia O, A f H(298K)
CO 29.12 -110.5
H2O 33.58 -241.8
CO2 37.11 -393.5
H2 29.89 CU)
donde las unidades de Cp son J/mol-K y las unidades de AfH son kj/mol. Suponga
cantidades molares.
Solución
Primero tenemos que llevar el CO y el H2O de 500 K a 298 K, un Aide -202 K. Pa-
ra un mol de cada uno, el calor (que es igual al cambio de entalpia) es igual a:
Figura 2.13 Hidrólisis del trifosfato de adenosina (ATP, por sus siglas en inglés) para formar difosfa-
to de adenosina (ADP, por sus siglas en inglés) y fosfato inorgánico.
7
E1 capítulo 8 contiene una discusión más detallada del pH.
62 C A P Í T U L O 2 Primera ley de la termodinámica
Ahora bien, concluimos esta sección con una advertencia. Muchos libros de texto
simplifican la reacción de la ecuación 2.61 de la siguiente manera:
ATP í=* ADP + fosfato ArxnH°' = -24.3 kj (2.62)
(Es frecuente en química orgánica o biológica que los procesos químicos complejos
se representen utilizando exclusivamente las especies químicas importantes.) Para el
principiante, la reacción representada en la ecuación 2.62 sugiere que la molécula del
ATP se divida en moléculas de ADP y de fosfato y que se liberan 24.3 kj de energía.
Sin embargo, en química básica deberíamos aprender que siempre se requiere energía
para romper un enlace químico; esta reacción debería ser endotérmica, no exotérmi-
ca. ¿Cómo puede romperse un enlace químico y desprenderse energía?
La razón de la confusión radica en la ausencia de la molécula de H2O. Se rompen
y se forman más enlaces de los que implica la ecuación 2.62 y, con la inclusión del
agua (como en la ecuación 2.61), el cambio total de entalpia de la conversión ATP —>
ADP es negativo. La confusión surge cuando las reacciones complejas se simplifican
y el lector desapercibido no se da cuenta de las consecuencias de dicha simplificación.
¿La lección? Incluso los procesos bioquímicos complejos se rigen por los concep-
tos de la termodinámica.
2.13 Resumen
La primera ley de la termodinámica tiene que ver con la energía. La energía total de
un sistema aislado es constante. Si la energía total de un sistema cerrado cambia, pue-
de manifestarse como trabajo o calor, no de otra forma. Ya que la energía interna U
no siempre es la mejor forma de rastrear la energía de un sistema, definimos la ental-
pia, H, que puede ser una función de estado más conveniente. Como muchos proce-
sos químicos ocurren en condiciones de presión constante, la entalpia a menudo
resulta más conveniente que la energía interna.
Existen muchas formas matemáticas de rastrear los cambios de energía de un sis-
tema. Los ejemplos propuestos en este capítulo se basan en su totalidad en la prime-
ra ley de la termodinámica. Muchos de ellos exigen determinada condición, como
una presión, un volumen o una temperatura constantes. Aunque esto pudiera pare-
cer inconveniente, al definir los cambios en un sistema de esta manera, podemos cal-
cular el cambio en la energía de nuestro sistema. Éste es un objetivo importante de la
termodinámica. Como veremos en el siguiente capítulo, este no es el único objetivo
de importancia.
La otra misión de la termodinámica se encierra en la pregunta: ¿qué procesos tien-
den a presentarse por sí mismos, sin ningún esfuerzo (es decir, sin trabajo) de nues-
tra parte? En otras palabras, ¿qué procesos son espontáneos? La primera ley de la
termodinámica no nos permite responder la pregunta en forma absoluta. Esto se de-
be a que no puede hacerlo. Varias investigaciones y experimentos han demostrado que
la energía no constituye el único interés de la termodinámica. Hay otros temas igual
de relevantes, y resulta que dichos temas desempeñan un papel esencial en la forma
en que vemos nuestro universo.
f JI R C I C I O S DEL C A P Í T U L O 2
2.2 Trabajo y calor 2.14 ¿Cuál es el cambio en la energía interna cuando un gas
2.1 Calcule el trabajo que lleva a cabo una persona que ejerce se contrae de 377 mL a 119 mL bajo una presión de 1550 torr,
una fuerza de 30 N (N = newtons) para mover una caja 30 me- y al mismo tiempo se enfría eliminando 124.0 J de energía tér-
tros si la fuerza: a) es exactamente paralela a la dirección del mica?
movimiento, b) se orienta a 45° en la dirección del movimien- 2.15 Calcule el trabajo relacionado con la compresión reversi-
to. ¿Tienen sentido las magnitudes relativas? ble isotérmica de 0.245 moles de un gas ideal de 1.000 L a 1
2.2 Explique en sus propias palabras por qué el trabajo que mL , si la temperatura es de 95.0°C.
efectúa un sistema se define como el negativo de p A y no co-
2.16 Calcule el trabajo que efectúa 1.000 mol de un gas ideal
mo el positivo de p Al/.
que se expande reversiblemente de 1.0 L a 10 L, a 298.0 K. En
2.3 Calcule en joules el trabajo que realiza un pistón que se seguida determine la cantidad de trabajo realizado cuando el
mueve reversiblemente pasando de un volumen de 50 ml a gas se expande irreversiblemente contra una presión constan-
450 mL contra una presión de 2.33 atm. te externa de 1.00 atm. Compare los dos valores y coméntelos.
2.4 Calcule en joules el trabajo que se requiere para inflar un
2.17 Supóngase que un cambio en un sistema gaseoso es de
globo de 5 mL a 3.350 L contra una presión atmosférica están-
naturaleza adiabática e isotérmica. ¿Cuál piensa que será el
dar (los pulmones llevan a cabo trabajo cuando se expanden).
cambio en la energía interna con respecto a dicho cambio?
Suponga un proceso reversible.
2.5 Consulte el ejercicio 2.4. Determine si el trabajo sería ma- 2.4 y 2.5 Funciones de estado; entalpia
yor o menor en caso de que se llevara a cabo contra diferentes
presiones externas calculadas: a) en la cima del monte Everest; 2.18 La distancia entre el centro de San Francisco y el de Oa-
b) en el fondo del Valle de la Muerte; c) en el espacio, d) ¿Qué kland es de 9 millas (aproximadamente 14.48 km). Sin embar-
sucedería si el proceso fuera irreversible? go, un automóvil que viaja entre los dos puntos recorre 12.3
millas (19.79 km aprox.). ¿Cuál de estas dos distancias es aná-
2.6 Calcule la capacidad térmica de un material si se requirie-
loga a una función de estado? ¿Por qué?
ran 288 j de energía para calentar 50.5 g de este material de
298 K a 330 K. ¿Cuáles son las unidades? 2.19 ¿Es la temperatura una función de estado? ¿Por qué?
2.7 El fluoruro de hidrógeno líquido, el agua líquida y el amo- 2.20 Un pistón comprime reversible y adiabáticamente 3.88
niaco líquido tienen calores específicos relativamente altos pa- moles de un gas ideal a una décima parte de su volumen ori-
ra tan pequeñas moléculas. Conjeture sobre las posibles ginal y en seguida lo vuelve a expandir a su volumen original.
razones. Repite el procedimiento un total de cinco veces. Si la tempera-
2.8 Una pieza de 7.50 g de hierro a 100.0°C se arroja en 25.0 tura inicial y final del gas es de 27.5°C, calcule: a) el trabajo to-
g de agua a 22.0°C. Suponiendo que el calor que pierde el hie- tal; b) el AL/total del proceso.
rro es igual al calor que gana el agua, determine la temperatu-
2.21 Muchos gases comprimidos se envasan en cilindros me-
ra final del sistema formado por el hierro y el agua. Considere
tálicos pesados y grandes, cuyo peso requiere carros especiales
una capacidad térmica del agua de 4.18 J/g-K y del hierro de
para transportarlos. Un tanque de 80.0 L de gas nitrógeno pre-
0.45 J/g-K.
surizado a 172 atm se deja al sol y se calienta de su tempera-
2.9 Con respecto al aparato de Joule de la figura 2.6, si se con- tura regular de 20.0°C a 140.0°C. Determine: a) la presión final
sidera una masa de agua de 100 kg (alrededor de 100 L), un dentro del tanque; b) el trabajo, el calor y el AL/ del proceso.
peso con una masa de 20.0 kg y una caída de 2.00 metros, cal- Considere un comportamiento ideal y que la capacidad térmi-
cule cuántas caídas se requieren para elevar la temperatura del ca del nitrógeno diatómico es de 21.0 J/mol-K.
agua 1 .OÓ°C. La aceleración debida a la gravedad es de 9.81
m/s2. (Sugerencia: véase el ejemplo 2.5.) 2.22 ¿Bajo qué condiciones AL/ será exactamente igual a cero
en un proceso cuyas condiciones iniciales no son las mismas
2.10 Hay quienes han argumentado que las máquinas de los
que las finales?
cohetes no funcionarán como consecuencia de que los produc-
tos gaseosos de esas máquinas, que impulsan la nave contra el 2.23 Un globo se llena con 0.505 moles de gas y se contrae re-
vacío del espacio, no llevan a cabo ningún trabajo y, por tan- versiblemente de 1.0 L a 0.10 L a una temperatura constante
to, la máquina no propulsará en absoluto al cohete. Refute es- de 5.0°C. Al hacerlo, pierde 1270 J de calor. Calcule w, q, AL/y
te argumento. (Sugerencia: tómese en cuenta la tercera ley del AH del proceso.
movimiento de Newton.)
2.24 Evaporar un gramo de agua en estado líquido requiere
2.11 Verifique la ecuación 2.8. 2260 J a la temperatura del punto normal de ebullición de
100°C. ¿Cuál es el valor de AH en este proceso? ¿Cuál es el tra-
2.3 Energía interna y primera ley bajo, dado que el vapor de agua se expande contra una pre-
de la termodinámica sión de 0.988 atm? ¿Cu$l es el valor de AL/ en este proceso?
2.12 La afirmación "la energía no se crea ni se destruye" a ve-
ces se emplea como equivalente de la primera ley de la termo- 2.6 Cambios de las funciones de estado
dinámica. No obstante, hay algunas inexactitudes en el 2.25 Si los infinitesimales de la energía interna dependieran de
enunciado. Vuélvalo a formular para hacerlo más preciso. la presión y del volumen, ¿cuál sería la ecuación del cambio in-
2.13 Explique por qué la ecuación 2.10 no se considera una finitesimal en la energía interna dil? Escriba una expresión si-
contradicción de la ecuación 2.11. milar para dH, suponiendo las mismas variables.
Ejercicios del capítulo 2 63
2.26 Un refrigerador contiene aproximadamente 17 pies cúbi- 2.44 En la órbita terrestre, un globo aerostático lanza un peso
cos o aproximadamente 480 litros de aire. Suponiendo que el y asciende a una mayor altura. Si la presión inicial dentro del
aire se comporta como un gas ideal con un Cv de 12.47 globo es de 0.0033 atm y éste asciende a una altura donde la
J/mol-K, ¿cuál es el valor del cambio en U al enfriarse el aire de presión es de 0.00074 atm, ¿qué fracción cambia la tempera-
la temperatura ambiente normal (22°C) a la temperatura del tura absoluta? Considere que el globo se llena con helio, una
refrigerador (4°C)? Considere una presión inicial de 1.00 atm. buena aproximación de un gas ideal, y que el cambio es de na-
2.27 ¿Cuáles son las unidades de cada término de la ecuación turaleza adiabática.
del Qdel inciso b) del ejemplo 2.10?
2.28 Comenzando con la ecuación 2.27 y la_definición origi- 2.9 y 2.10 Cambios de fase y químicos
nal de entalpia, derive el hecho de que Cp = Q + R.
2.45 Considere la variación de volumen y calcule AHy Al/ pa-
2.29 Deduzca que (9H/9p)rtambién es igual a cero en el caso
ra exactamente 1 g de hielo que se convierte en 1 g de agua a
de un gas ideal.
presión normal. La densidad del hielo a 0°C es de 0.9168
2.30 Definir isobárico, isocórico, isoentálpico e isotérmico. g/mL; la densidad del agua a 0° es de 0.99984 g/mL
¿Puede un cambio en un sistema gaseoso ser ¡sobárico, ¡soco-
rico e isotérmico al mismo tiempo? ¿Por qué? 2.46 ¿Cuánto trabajo lleva a cabo 1 mol de agua que se con-
vierte en 1 mol de hielo a 0°C a presión estándar? Emplee las
2.7 Coeficientes de Joule-Thomson densidades del ejercicio anterior.
2.31 A partir de la regla cíclica que incluye al coeficiente de 2.47 ¿Por qué son peores las quemaduras de vapor que las de
Joule-Thomson, deduzca la ecuación 2.35. agua incluso si el H2O se encuentra a la misma temperatura en
2.32 La ley de los gases ideales es la ecuación de estado de un ambas fases? (Sugerencia: tome en cuenta el calor de vaporiza-
gas ideal. ¿Por qué no se aplica para determinar (37/9p)H? ción del agua.)
2.33 En el caso de un gas que se rige por la ecuación de esta-
2.48 ¿Cuántos gramos de agua a 0°C se fundirán como resul-
do de Van Der Waals, la temperatura de inversión puede apro-
tado de la condensación de 1 g de vapor a 100°C?
ximarse con la expresión 2a/Rb. De acuerdo con la tabla 1.6,
calcule las temperaturas de inversión del He y el H2, y compá- 2.49 Los horticultores de cítricos rocían a veces sus árboles con
relas con sus valores de 40 K y 202 K, respectivamente. ¿Cuá- agua si se espera que la temperatura descienda por debajo de los
les son las consecuencias de estas temperaturas de inversión 32°F (0° Celsius) con la esperanza de que esto evite que el fruto
con respecto a la licuefacción de estos gases? se congele. ¿Por qué los granjeros piensan de esta manera?
2.34 Calcule la temperatura final de un mol de gas a 200.00 2.50 Trace un diagrama como el de la figura 2.11 para ¡lustrar
atm y 19.0°C conforme éste se impulsa a través de una tapa- el cambio de entalpia en la reacción química
dera porosa hasta alcanzar una presión de 0.95 atm. El JJLJT del
gas es de 0.150 K/atm.
2.35 Con relación al ejercicio 2.34, ¿cuan exacta piensa que es que es de naturaleza exotérmica por 74.8 kj/mol.
su respuesta y por qué?
2.51 Determine el AHrxn(25°C) de la siguiente reacción:
2.36 Alguien propone que el coeficiente de Joule-Thomson
también puede definirse como
2.52 Determine el AHrxn(25°C) de la siguiente reacción:
Temperatura Q
(K) (|/mol-K)
300 20.8
400 20.9
500 21.2
600 21.8
700 22.4
800 23.1
900 23.7
1000 24.3
1100 24.9
3.1 Sinopsis
3.2 Límites de la primera ley
3.3 Ciclo de Carnot
y eficiencia
3.4 Entropía y segunda ley
de la termodinámica
3.5 Más sobre entropía
3.6 Orden y tercera ley
de la termodinámica
A unque las herramientas matemáticas y conceptuales que nos proporcionan la
ley cero y la primera ley de la termodinámica son muy útiles, necesitamos más.
Existe una pregunta fundamental que estas leyes no pueden responder: ¿ocurrirá
3.7 Entropía de reacciones un proceso dado espontáneamente? En los capítulos anteriores no apareció ninguna
químicas referencia a la espontaneidad, que constituye un concepto importante. La termodi-
3.8 Resumen námica ayuda a comprender la espontaneidad de los procesos, una vez que incorpo-
ramos dos herramientas de esta ciencia; éstas son la segunda y tercera leyes de la
termodinámica.
3.1 Sinopsis
Así como la primera ley de la termodinámica es de gran utilidad, también tiene sus
límites. Hay algunas preguntas que esta ley no puede responder. Primero considera-
remos algunas limitaciones de la primera ley. En seguida introduciremos el concepto
de eficiencia y veremos cómo se aplica a las máquinas, que son dispositivos que con-
vierten calor en trabajo. La segunda ley de la termodinámica se puede expresar en tér-
minos de la eficiencia, así que en este punto introduciremos la segunda ley.
Nuestro estudio de las máquinas sugerirá una nueva función de estado, deno-
minada entropía. Utilizando esta definición como punto de partida, deduciremos al-
gunas ecuaciones que nos permitirán calcular los cambios de entropía de varios
procesos. Después de considerar otra forma de definir la entropía, estableceremos la
tercera ley de la termodinámica, que convierte a la entropía en una función de esta-
do sin igual en la termodinámica. Por último, consideraremos los cambios de entro-
pía de reacciones químicas.
En este capítulo centraremos nuestra atención casi exclusivamente en la entropía
del sistema, y no en la de sus alrededores. La mayoría de los procesos que nos intere-
san tienen que ver con alguna forma de interacción entre el sistema y sus alrededo-
res; sin embargo, el sistema mismo sigue siendo la parte del universo que nos interesa.
efectúen algún trabajo sobre el sistema. Por ejemplo, si se deja caer una piedra desde
la altura de la cintura, dicha piedra caerá espontáneamente. Cuando se oprime la vál-
vula de una lata de aerosol para cabello, el gas sale espontáneamente. Cuando se co-
loca sodio metálico en un frasco lleno de cloro gaseoso, ocurre espontáneamente una
reacción química en la que se produce cloruro de sodio.
Sin embargo, una piedra en el suelo no salta espontáneamente a la altura de la cin-
tura. El aerosol para cabello no vuelve espontáneamente a la lata a una alta presión y
el cloruro de sodio no reacciona espontáneamente para convertirse en sodio metáli-
co y moléculas diatómicas de cloro gaseoso. Éstos constituyen ejemplos de cambios
no espontáneos, que se pueden lograr llevando a cabo algún tipo de trabajo. Por ejem-
plo, el cloruro de sodio se puede fundir y hacer pasar a través de él una corriente eléc-
trica, con lo cual se generaría sodio y cloro; no obstante, en este caso estamos
forzando a que ocurra un proceso no espontáneo. Éste no ocurre por sí mismo. Co-
mo último ejemplo, consideremos la expansión libre, adiabática e isotérmica de un
gas ideal. El proceso es espontáneo, pero ocurre sin que haya cambio alguno en la
energía del gas en el sistema.
¿Cómo podemos predecir si un proceso será espontáneo? Consideremos los tres
casos anteriores. Cuando una piedra cae, pasa a un estado de energía potencial gravi-
tatoria más bajo. Cuando el gas a alta presión reduce su presión, el fenómeno se
acompaña de una disminución de la energía. Cuando reaccionan el sodio y el cloro,
la reacción exotérmica implica que se desprende energía y el sistema total ha pasado
a un estado menor de energía. Por lo tanto, hacemos la siguiente conjetura: los pro-
cesos espontáneos ocurren si la energía del sistema se reduce. ¿Es suficiente esta defi-
nición y nos permite predecir adecuadamente un proceso espontáneo? ¿Puede
aplicarse este enunciado general a todos los procesos espontáneos?
Consideremos el siguiente proceso:
Esta reacción absorbe tanta energía de los alrededores (por lo que es claramente en-
dotérmica) que puede convertir agua en hielo, lo cual constituye el punto más impor-
tante de la demostración. El sistema (es decir, la reacción química) incrementa su
energía, pero también es espontánea.
La conclusión es que una reducción en la energía en un sistema no es suficiente en
sí misma para predecir si un proceso será espontáneo en el sistema. La mayoría de los
cambios espontáneos, pero no todos, van acompañados de una reducción de la ener-
gía. Por tanto, una reducción de la energía en un cambio no es suficiente para deter-
minar si éste es o no espontáneo.
Desafortunadamente, la primera ley de la termodinámica tiene que ver exclusiva-
mente con cambios de energía. Ahora bien, hemos visto que la consideración de los
cambios de energía sin más resulta insuficiente para determinar si los cambios en el
sistema son espontáneos. ¿Significa esto que la primera ley de la termodinámica está
equivocada? ¡No! Únicamente significa que la primera ley sola no puede resolver es-
ta cuestión particular.
La termodinámica nos proporciona otras herramientas con las que podemos estu-
diar los procesos. El estudio de estas herramientas no sólo amplía el campo de apli-
cación de la termodinámica, sino que nos permite recorrer un largo camino en busca
68 CAPÍTULO 3 Segunda y tercera leyes de la termodinámica
de una respuesta a la pregunta: ¿es espontáneo este proceso? En este capítulo intro-
duciremos y desarrollaremos dichas herramientas, además de que estudiaremos una
respuesta muy específica en el siguiente capítulo.
Figura 3.1 Diagrama moderno del tipo de máquina que Carnot tomó en consideración para su ciclo.
El depósito de alta temperatura suministra la energía para echar a andar la máquina, la cual lleva a cabo
trabajo y pasa la energía restante al depósito de baja temperatura. Los valores de Centrada» w\ 7 Calida son
mayores o menores que cero con respecto al sistema.
3.3 Ciclo de Carnot y eficiencia 69
del ciclo. En el caso de un sistema gaseoso ideal, los pasos del ciclo de Carnot son los
siguientes:
1. Expansión isotérmica reversible. Para que esto ocurra, el sistema debe absorber
calor del depósito de alta temperatura. Definiremos esta cantidad de calor co-
mo ql (representada mediante Entrada en 1a figura 3.1), y la cantidad de trabajo
que lleva a cabo el sistema como w^
2. Expansión reversible adiabática. En este paso, q - O, pero puesto que se trata d
una expansión, la máquina lleva a cabo trabajo. El trabajo se define como w2.
3. Compresión isotérmica reversible. Para que este paso resulte isotérmico, el sis-
Volumen tema debe emitir calor hacia el depósito de baja temperatura, el cual represen-
Figura 3.2 Representación del ciclo de
Carnot realizada por un sistema gaseoso.
tamos con q3 (en la figura 3.1 se representa como qsaiida)- En este paso, la
Los pasos son los siguientes: 1) expansión cantidad de trabajo se denotará w3.
isotérmica reversible, 2) expansión adia- 4. Compresión adiabática reversible. El sistema (es decir, la máquina) vuelve a las
bática reversible, 3) compresión isotér- condiciones originales. En este paso, q es cero nuevamente, y se lleva a cabo tra-
mica reversible, 4) compresión adiabática
reversible. El sistema termina con las mis-
bajo sobre el sistema. Esta cantidad de trabajo se representa con w4.
mas condiciones con las que comenzó; el Como el sistema ha vuelto a las condiciones originales, A17= O para el proceso to
área contenida dentro de la figura de cua-
tro lados representa el trabajo presión-vo-
tal, de acuerdo con la definición de función de estado. Según la primera ley de la ter-
lumen (o simplemente trabajo p — V) que modinámica,
se realiza durante el ciclo. (3.1)
Otra forma de expresar esto consiste en tomar en cuenta todo el trabajo que se lleva
a cabo durante el ciclo, así como todo el flujo de calor del mismo:
(3.2)
(3.3)
así que
(3.4)
Ahora definimos eficiencia e como la razón negativa del trabajo efectuado en el ciclo
con respecto al calor que proviene del depósito de alta temperatura:
(3.5)
Así, la eficiencia constituye una medida de la cantidad de calor que entra en la má-
quina y se convierte en trabajo. El signo negativo vuelve positiva la eficiencia, ya que
el trabajo efectuado por el sistema tiene un valor negativo, pero el calor que entra al
sistema tiene un valor positivo. Podemos eliminar el signo negativo sustituyendo
wcido de acuerdo con la ecuación 3.4:
(3.6)
Ya que ql es el calor que entra al sistema, éste es positivo. Como q$ es el calor que sa-
le del sistema (hacia el depósito de baja temperatura de la figura 3.1), éste es negati-
vo. Por tanto, la fracción q3/ql será negativa. Además, se puede argumentar que el
calor que abandona la máquina jamás será mayor que el calor que entra en ella. Es-
te hecho violaría la primera ley de la termodinámica, que indica que la energía no
puede crearse. Por ello, la magnitud \q^lqi\ jamás será mayor que 1; por lo contrario,
siempre será menor que 1 (e igual a 1, si no se lleva a cabo ningún trabajo). Si com-
binamos todos estos enunciados, concluimos que:
La eficiencia de una máquina siempre tendrá un valor entre O y 1.
70 C A P Í T U L O 3 Segunda y tercera leyes de la termodinámica
Ejemplo 3.1
a) Determine la eficiencia de una máquina de Carnot que absorbe 855 J de calor, lle-
va a cabo 225 J de trabajo y cede la energía restante en forma de calor.
b) Trace un diagrama como el de la figura 3.1, que muestre las cantidades exactas
de calor y trabajo transferidas de un lugar a otro en la dirección adecuada.
Solución
a) De acuerdo con las dos definiciones de eficiencia y tomando en cuenta los signos
correctos del calor y trabajo:
Existe otra forma de definir la eficiencia en términos de las temperaturas de los de-
pósitos de alta y baja temperaturas. En el caso de los pasos isotérmicos 1 y 3, el cam-
bio en la energía interna es cero, dado que (3U/dV)T = 0. Por tanto, q = — wpara los
pasos 1 y 3. De acuerdo con la ecuación 2.7, para un gas ideal,
(3.7)
(3.8)
Los subíndices A, B, C y D para los volúmenes representan los puntos inicial y final
de cada paso, como lo indica la figura 3.2. Talta y Tbaja constituyen las temperaturas de
los depósitos de alta y baja temperaturas, respectivamente. En los pasos adiabáticos 2
y 4, podemos aplicar la ecuación 2.47 para obtener:
Si igualamos las dos expresiones del volumen, que son iguales a T^JT^:
(3.9)
3.3 Ciclo de Carnot y eficiencia 71
Las ecuaciones 3.7 y 3.9 pueden dividirse para obtener una nueva expresión para la
razón q3/qi'.
Si sustituimos esta expresión en la ecuación 3.6, obtenemos una ecuación para la efi-
ciencia en términos de las temperaturas:
(3.10)
(3.11)
Observe que q3 es el calor que pasa al depósito de baja temperatura, mientras que ql
es el calor que proviene del depósito de alta temperatura. Por tanto, cada fracción
J
En la práctica, otros factores —incluyendo los mecánicos— reducen la eficiencia de la mayoría
de las máquinas.
72 C A P Í T U L O 3 Segunda y tercera leyes de la termodinámica
contiene calor y temperatura de partes relacionadas del universo que se estudia. No-
te que la ecuación 3.11 incluye todos los calores del ciclo de Carnot. El hecho de que
estos calores, divididos entre las temperaturas absolutas de los dos depósitos implica-
dos, sumen exactamente cero, resulta de interés. Recordemos que el ciclo comienza y
se detiene en las mismas condiciones del sistema. Ahora bien, los cambios en las fun-
ciones de estado los dictan exclusivamente las condiciones del sistema, no la trayec-
toria que sigue el sistema hasta llegar a dichas condiciones. Si un sistema comienza y
se detiene en las mismas condiciones, los cambios generales de las funciones de esta-
do son exactamente iguales a cero. La ecuación 3.11 sugiere que en los cambios rever-
sibles, una relación entre el calor y la temperatura absoluta constituye una función de
estado.
(3.12)
El subíndice "rev" en el cambio infinitesimal del calor, dq> especifica que se trata de
calor asociado a un proceso reversible. La temperatura, T, debe estar en kelvins. Si in-
tegramos la ecuación 3.12, obtenemos:
(3.13)
(3.14)
La ecuación 3.14 demuestra que la entropía posee unidades de J/K. Éstas parecen uni-
dades poco comunes, pero son las correctas. Recordemos, asimismo, que la cantidad
de calor en un proceso depende de la cantidad de sustancia, en gramos o moles, y al-
gunas veces la unidad de la entropía es J/mol-K. El ejemplo 3.2 muestra cómo incluir
la cantidad en la unidad.
Ejemplo 3.2
¿Cuál es el cambio de entropía de 1.00 g de benceno, C6H6, que hierve reversible-
mente en su punto normal de ebullición de 80.1 °C a una presión constante d
1.00 atm? El calor de vaporización del benceno es de 395 J/g.
Solución
Ya que el proceso se lleva a cabo a presión constante, para éste AvapH es igual al ca-
lor, q. Ya que la vaporización es un proceso endotérmico —es decir, que entra ener-
gía al sistema, el valor del calor es positivo. Finalmente, 80.1°C son 353.2 K. De
acuerdo con la ecuación 3.14:
3.4 Entropía y segunda ley de la termodinámica 73
Se pueden definir otros procesos cíclicos con diferentes etapas o condiciones. Sin
embargo, se ha encontrado que ningún proceso conocido es más eficiente que un ci-
clo de Carnot, que se define en términos de etapas reversibles. Esto significa que cual-
quier cambio irreversible constituye una conversión de calor en trabajo menos
eficiente que un proceso reversible, ya que un ciclo de Carnot se define en térmi-
nos de procesos reversibles. Así, en cualquier proceso arbitrario:
Çarb — ^Carnot
Esta ecuación puede reordenarse para obtener las variables de calor y temperatura re-
lacionadas con los dos depósitos dentro de las mismas fracciones (es decir, Entradacon
Talta y Calida con Tbaja). También resulta conveniente volver a clasificar las temperatu-
ras o los calores para destacar las etapas del ciclo de Carnot implicadas. Por último,
eliminamos la designación arb. (¿Puede el lector reproducir las etapas?) Así, la expre-
sión anterior se simplifica de la siguiente manera:
En el caso del ciclo completo con varios pasos, podemos escribir esta expresión en
forma de suma:
Conforme cada paso se reduce cada vez más, el signo de suma puede sustituirse por
un signo de integral; así, la expresión anterior se convierte en:
(3.15)
para un ciclo completo. La ecuación 3.15 constituye una forma de enunciar lo que se
conoce con el nombre de teorema de Clausius, en honor a Rudolf Julius Emmanuel
Clausius, físico alemán de Pomerania (ahora parte de Polonia), quien demostró esta
fórmula en 1865.
74 C A P Í T U L O 3 Segunda y tercera leyes de la termodinámica
Figura 3.3 Representación de un proceso con un paso irreversible (véase la explicación en el texto).
La mayoría de los procesos reales pueden describirse de esta manera, lo cual asigna a la entropía un lugar
significativo en la comprensión de los procesos reales.
1 Z
La expresión que aparece dentro de la segunda integral es, de acuerdo con la defini-
ción de la ecuación 3.12, dS. Si invertimos los límites de la segunda integral (de tal
manera que ambos términos se refieran al mismo proceso que se lleva a cabo en la
misma dirección, y no en direcciones opuestas), la expresión se convierte en — dS. Por
tanto, tenemos que 2 2
i
Si invertimos el procedimiento y generalizamos para cualquier paso, sencillamente
eliminamos los límites específicos:
(3.16)
y luego integrar:
para una capacidad térmica constante. Si evaluamos la integral dentro de los límites
de la temperatura y aplicamos las propiedades de los logaritmos, obtenemos:
(3.18)
Ahora podemos sustituir, ya sea p o dV, aplicando la ley de los gases ideales. Si susti-
tuimos p en términos de V (es decir, p = nRT/V):
(3.19)
(3.20)
Ya que la entropía es una función de estado, el cambio de entropía se rige por las
condiciones del sistema, no por la forma en que éste llegó a dichas condiciones. Por
tanto, cualquier proceso puede dividirse en pasos más pequeños; la entropía de ca-
da paso puede evaluarse mediante el creciente número de expresiones de AS, y el
AS en el proceso total consta de la combinación de todos los AS de los pasos indi-
viduales.
Ejemplo 3.3
Determine el cambio total de entropía en los siguientes procesos utilizando
1.00 mol de He:
He (298.0 K, 1.50 atm) > He (100.0 K, 15.0 atm)
La capacidad térmica del He es de 20.78 J/mol-K. Supongamos que el helio se com-
porta como gas ideal.
Solución
La reacción total puede dividirse en dos partes:
Paso 1: He (298.0 K, 1.50 atm) -> He (298.0 K, 15.0 atm)
(cambio en el paso relacionado con la presión)
Paso 2: He (298.0 K, 15.0 atm) -> He (100.0 K, 15.0 atm)
(cambio en el paso relacionado con la temperatura)
3.5 Más sobre entropía 77
AS, = -19.1 £
En el segundo paso —isobárico—, utilizamos la ecuación 3.18:
J 100.0 K
AS2 = Cln — = (1.00 mol)( 20.78 In
-* i mol-K/ 298.0 K
AS2 = -22.7^
El cambio total de entropía es la suma de los dos; así, el proceso global consiste en la
combinación de los dos pasos. Nosotros obtenemos AS = -19.1 + (-22.7) J/K =
-41.8 J/K.
Ya que Vtoi es mayor que Vj o V2 (porque ambos gases se expanden), los logaritmos
de las fracciones volumétricas siempre serán positivos (los logaritmos de números
mayores que 1 son positivos). La constante de la ley de los gases ideales siempre es po-
sitiva, y el número de moles de cada gas también es positivo. Por tanto, los cambios
individuales de entropía serán positivos en su totalidad y la combinación de los dos
componentes para obtener AS en el proceso de mezcla
(3.21)
siempre será positivo. Por consiguiente, de acuerdo con la segunda ley de la termodi-
námica, la mezcla de dos (o más) gases siempre será un proceso espontáneo si ocu-
rre en un sistema aislado.
78 CAPÍTULO 3 Segunda y tercera leyes de la termodinámica
Figura 3.5 La mezcla de dos gases puede dividirse en dos procesos individuales, en los que el gas 1 se
expande y penetra en la sección de la derecha y el gas 2 se expande y penetra en la sección de la izquierda.
Existe otra forma de generalizar la ecuación 3.21. Si dos o más muestras de gas tie-
nen la misma presión y temperatura, sus volúmenes son directamente proporciona-
les al número de moles del gas presente. La fracción molar de gas í, x¿, se define como
la razón del número de moles de gas ¿, niy y el número total de moles de gas, n^^:
(3.22)
(3.23)
donde AmezclaS recibe el nombre de entropía de mezcla. Ya que x¡ siempre es menor que
1 —para dos o más componentes—, su logaritmo siempre es negativo. El signo ne
gativo que forma parte de la ecuación 3.23 implica que la entropía de mezcla siem-
pre es una suma de términos positivos y que el AmezclaS total siempre es positivo.
Ejemplo 3.4
Calcule la entropía de la mezcla de 10.0 L de N2 con 3.50 L de N2O a 300.0 K y
0.550 atm. Suponga que los volúmenes se pueden sumar; es decir, que Vioi = 13.5 L.
Solución
Necesitamos calcular el número de moles de cada componente en la mezcla resul-
tante. Dadas todas las condiciones, podemos aplicar la ley de los gases ideales para
calcularlas:
3.6 Orden y tercera ley de la termodinámica 79
Puesto que el número total de moles es de 0.223 mol + 0.078 mol = 0.301 mol, aho-
ra podemos calcular las fracciones molares de cada componente:
(Observe que la suma de las fracciones molares es de 1.000, como se requiere.) Po-
demos utilizar la ecuación 3.23 para determinar AmezdaS:
A mezcla S=+1.43|
Note que en este problema se utilizan dos diferentes valores de R, que es la constan-
te de la ley de los gases ideales. En cada caso, la elección se determinó por las unida-
des necesarias para resolver esa parte del problema.
Ejemplo 3.5
La entropía absoluta del Fe (s) a 25.0 °C y presión estándar es de 27.28 J/mol-K.
¿Aproximadamente cuántas posibles combinaciones de estados existen para un
conjunto de 25 átomos de Fe bajo dichas condiciones? ¿La respuesta sugiere la ra-
zón por la que el sistema se limita sólo a 25 átomos?
Solución
De acuerdo con la ecuación de Boltzmann para la entropía:
¡lo cual constituye un enorme número de estados posibles para apenas 25 átomos!
Sin embargo, la muestra se encuentra a una temperatura relativamente alta, 298 K.
En capítulos posteriores veremos que este hecho implica una gran cantidad de ener-
gía cinética para este pequeño sistema.
Ejemplo 3*6
Explique el siguiente orden de entropías molares absolutas a 298 K:
Solución
Si aplicamos la idea de que la entropía se relaciona con la cantidad de estados que
puede alcanzar el sistema, entonces podemos argumentar inmediatamente que un
sistema en fase sólida debería contar con menos estados. Por tanto, el sistema sóli-
do debería tener la mínima entropía de los tres materiales dados. De los dos restan-
tes, ambos materiales son gases. No obstante, un gas se encuentra compuesto por
moléculas diatómicas, mientras que el otro se encuentra compuesto de moléculas
con seis átomos. Se puede argumentar que la molécula diatómica tendrá menos es-
tados disponibles que la molécula hexatómica; así, S[NO(g)] probablemente será
menor que S[N2O4(g)]. El lector puede comprobar este orden consultando una ta-
bla de entropías experimentales para compuestos (como la del apéndice 2).
Figura 3.8 La entropía puede cambiar a causa de una reacción, al igual que la entalpia. En este caso,
la entropía de los productos es menor que la de los reactivos, así que ArcnS es negativo.
Los cambios de entropía en procesos químicos pueden estudiarse desde una perspec-
tiva análoga a la ley de Hess.
Ejemplo 3.7
De acuerdo con la tabla del apéndice 2, determine el cambio de entropía en la si-
guiente reacción química, la cual ocurre a presión estándar y a la temperatura esta-
blecida:
Solución
De la tabla, S°[H2 (g)] = 130.7 J/mol-K, S°[O2 (g)] = 205.1 J/mol<K y S°[H2O,
(€)] = 69.91 J/mol-K. Teniendo en cuenta que la reacción química balanceada pro-
porciona las razones molares de los reactivos y los productos, la ecuación 3.27 da
como resultado:
Es decir que durante la reacción, la entropía disminuye 326.7 J/K. ¿Tiene sentido es-
to en términos de la entropía como medida del número de estados disponibles? La
reacción química balanceada da como resultado 3 moles de gas que reaccionan pa-
ra formar 2 moles de líquido. Se podría argumentar que la fase condensada tendrá
menos estados disponibles que los que tendría un gas y que el número real de mo-
léculas disminuye. Por tanto, resulta razonable una reducción en la entropía.
minos del número de moles de sustancia, nos proporciona una forma para determi-
nar AS en un proceso en el que la temperatura varía:
(3.18)
Al igual que para la evaluación de Aff a diferentes temperaturas, contamos con un es-
quema para determinar AS a diferentes temperaturas:
1. Aplicar la ecuación 3.18 para evaluar el cambio de entropía para los reactivos
conforme éstos pasan de una temperatura inicial a una temperatura de referen-
cia, normalmente de 298 K.
2. Utilizar las entropías de los datos tabulados para determinar el cambio de en-
tropía de la reacción a la temperatura de referencia.
3. Aplicar nuevamente la ecuación 3.18 para evaluar el cambio de entropía para
los productos conforme éstos pasan de la temperatura de referencia a la tempe-
ratura original.
El cambio de entropía a la temperatura especificada es la suma de estos tres cambios
de entropía. Estamos obteniendo ventaja del hecho de que la entropía constituye una
función de estado: el cambio es determinado por el cambio de condiciones, no por la
forma en que el sistema llegó a dicho estado. Por tanto, nuestro proceso de tres pasos,
que equivale a llevar a cabo el cambio en un solo paso a la temperatura establecida, tie-
ne el mismo cambio de entropía que el proceso de un paso. (La suposición consiste en
que la capacidad térmica, C, no varía con la temperatura. En realidad lo hace, pero pa-
ra pequeños valores de A Testa suposición constituye una buena aproximación.)
Los procesos en fase gaseosa que ocurren bajo presiones no estándar también se
calculan fácilmente en términos de las presiones o volúmenes variables del sistema.
Las siguientes dos ecuaciones se dedujeron antes en este capítulo.
Ejemplo 3,8
¿Cuál es el cambio de entropía de la reacción
Ejemplo 3.9
¿Cuál es el cambio de entropía de la reacción
a 25 °C y 300 atm? Suponga que las cantidades molares se basan en la reacción quí-
mica balaceada, y que un cambio de presión no afecta la entropía del agua en esta-
do líquido (es decir, AS3 = 0).
Solución
Este ejemplo es semejante al ejemplo 3.8, salvo por el hecho de que la presión no es
estándar. Como AS3 se considera aproximadamente igual a cero, sólo necesitamos
evaluar los AS de los primeros dos pasos:
1. El cambio de entropía conforme la presión de los reactivos pasa de 300 atm a la
presión estándar de 1 atm es:
3.8 Resumen
En este capítulo hemos introducido una nueva función de estado: la entropía. Ésta
tendrá un impacto sin igual en nuestro estudio de la termodinámica. No se trata de
una energía, como la energía interna o la entalpia: es una función de estado de otra
clase, en una cantidad diferente. Una forma de verla es, de acuerdo con Boltzmann,
como una medida de la cantidad de estados que puede tener un sistema.
En último término, la definición de entropía nos lleva a una idea que hemos de-
nominado segunda ley de la termodinámica: en un sistema aislado, cualquier cambio
espontáneo ocurre con un incremento simultáneo de la entropía del sistema. La de-
finición matemática de entropía, en términos del cambio de calor en un proceso re-
versible, nos permite deducir muchas expresiones matemáticas que podemos aplicar
para calcular el cambio de entropía en un proceso físico o químico. El concepto de
orden nos dirige a lo que llamamos la tercera ley de la termodinámica: la entropía ab-
soluta de un cristal perfecto a la temperatura de cero absoluto es exactamente igual a
cero. Por tanto, podemos hablar de entropías absolutas de materiales a temperaturas
diferentes de cero K. La entropía se convierte —y así seguirá siendo— en la única fun-
ción termodinámica de estado para un sistema que podemos conocer de forma ab-
soluta (compare este hecho con las variables de estado como p, V, Ty n, cuyos valores
también podemos conocer de manera absoluta).
Iniciamos este capítulo con la cuestión de la espontaneidad. ¿Ocurrirá un proceso
por sí mismo? Si el sistema se encuentra aislado, tenemos una respuesta: ocurrirá
espontáneamente si la entropía se incrementa. Ahora bien, la mayoría de los procesos
no se encuentran aislados en realidad. Muchos sistemas permiten el flujo de energía
hacia adentro y hacia fuera (es decir, son sistemas cerrados, no aislados). Con el fin
de contar con una prueba verdadera y útil de espontaneidad, necesitamos considerar
los cambios de energía, así como los de entropía. En el siguiente capítulo incluiremos
estas consideraciones.
E J IR Cl Cl O S DEL C A P Í T U L O 3
T(K) Cp (cal/K)
Ejercicious de matematicas simbollcas 13.74 0.171
16.25 0.286
3.44 Formule expresiones para calcular el trabajo y el calor pa- 20.43 0.626
ra los cuatro pasos de un ciclo de Carnot. Defina las condicio- 27.73 1.615
nes iniciales para la presión y el volumen de cierta cantidad 41.11 4.346
(1 mol, digamos) de gas ideal y calcule w y q para cada paso 52.72 7.032
en el ciclo y el trabajo y calor totales del mismo. Demuestre
68.15 10.48
que AS = O para el ciclo, si éste se lleva a cabo de forma rever-
82.96 13.28
sible. Quizás sea necesario especificar otras variables.
95.71 15.33
3.45 Determine numéricamente A5 en el caso del cambio iso- Fuente: G. N. Lewis y M. Randall,
bárico de temperatura de 4.55 g de galio metálico conforme Termodinámica, rev. de K. Pitzer y
éste se calienta de 298 K a 600 K, si su capacidad térmica mo- L. Brewer, Nueva York, McGraw-
lar se encuentra determinada por la expresión Cp = 27.49 - Hill, 1961.
4.1 Sinopsis
4.2 Condiciones de
espontaneidad
4.3 Energía libre de Gibbs
y energía de Helmholtz
4.4 Ecuaciones de variables
C
naturales y derivadas
parciales omenzamos el capítulo anterior con la pregunta: ¿ocurrirá espontáneamente un
4.5 Relaciones de Maxwell proceso? Aunque introdujimos el concepto de entropía como base para respon-
derla, en realidad no la resolvimos completamente. La segunda ley de la termodiná-
4.6 Aplicación de las mica se aplica estrictamente a un sistema aislado, en el que no ocurre ningún otro
relaciones de Maxwell
cambio perceptible en alguna función de estado termodinámica. En dichos sistemas,
4.7 Enfoque en AC los procesos espontáneos ocurren si van acompañados de un incremento en la entro-
4.8 Potencial químico y pía del sistema. Pero la mayoría de los sistemas no se encuentran aislados (de hecho,
otras cantidades molares el único sistema en verdad aislado es el universo en su totalidad) y la mayoría de los
parciales cambios implican más de una variación de la entropía. Muchos procesos ocurren con
4.9 Fugacidad un cambio simultáneo en la energía. Recordemos la idea de que la mayoría de los
4.10 Resumen cambios espontáneos son exotérmicos. Muchos cambios endotérmicos también son
espontáneos. En termodinámica, una definición apropiada de un proceso espontáneo
toma en cuenta ambos cambios en la energía y en la entropía.
4.1 Sinopsis
Comenzaremos este capítulo con un análisis de las limitaciones de la entropía. Luego,
definiremos la energía libre de Gibbs y la energía de Helmholtz. Por último, demos-
traremos que en la mayoría de los procesos químicos, la energía libre de Gibbs pro-
porciona una prueba estricta de espontaneidad o no espontaneidad de ese proceso.
Las energías de Gibbs y Helmholtz, que recibieron su nombre en honor de los pro-
minentes termodinamicistas, son las últimas energías que serán definidas. Estas defi-
niciones, aunadas a la utilización adecuada de la derivación parcial, nos permitirán
deducir un rico conjunto de relaciones matemáticas, algunas de las cuales autorizan
la aplicación de toda la fuerza de la termodinámica en diversos fenómenos, como las
reacciones químicas, el equilibrio químico y —lo más importante— las predicciones
de sucesos químicos. Hay quienes emplean estas ecuaciones como prueba de que la
fisicoquímica es una ciencia compleja. Quizás sea mejor verlas como prueba de que
la fisicoquímica se aplica ampliamente a la química en conjunto.
como medida de espontaneidad está limitada en su aplicación, ya que tiene que ver
sólo con sistemas aislados en los que no se lleva a cabo ningún tipo de trabajo y que
son adiabáticos; de modo que tanto w como q son cero. Sin embargo, reconocemos
que muchos procesos ocurren con w ± O y/o q =£ 0. Lo que en realidad buscamos e
una forma para determinar la espontaneidad en condiciones experimentales que con
frecuencia se presentan en la realidad. Estas condiciones son la presión constante (ya
que muchos procesos ocurren cuando se exponen a la presión atmosférica, que por
lo general es constante en el curso del experimento) y la temperatura constante (que
es la variable de estado más fácil de controlar).
También se pueden utilizar la energía interna y la entalpia para determinar la es-
pontaneidad bajo condiciones adecuadas. Consideremos la ecuación 4.1. Ya que w =
O y q - O, el proceso ocurre a [/constante, y podemos representar el cambio infinite
simal de entropía dS con estas variables de estado constantes:
(4.2)
Los subíndices U y Vindican que las variables se mantienen constantes. Determine-
mos diferentes condiciones de espontaneidad para distintas condiciones. El teorema
de Clausius para un cambio espontáneo es:
Por claridad, eliminamos la especificación "ext" de la variable presión. Los dos térmi-
nos p dVse cancelan y dan como resultado:
dH- Vdp- TdS<Q
para un cambio espontáneo. Si este cambio ocurriera bajo condiciones de presión y
entropía constantes, entonces dp y dS serían iguales a cero; así, la condición de espon-
taneidad sería:
(dH)^ < O (4.4)
De nuevo, ésta no es una condición de espontaneidad útil, a menos que podamos con-
servar el proceso isoentrópico. Ya que py S deben ser constantes con el fin de que el
cambio de entalpia actúe como condición de espontaneidad,py S constituyen las va-
riables naturales para la entalpia. Sin embargo, la ecuación 4.4 sugiere la razón por la
que muchos cambios espontáneos son exotérmicos. Muchos procesos se llevan a cabo
contra una presión constante: la de la atmósfera. La presión constante es la mitad del
requisito para que los cambios de entalpia dicten la espontaneidad. No obstante, no es
suficiente, ya que en muchos procesos el cambio de entropía no es cero.
Observemos la siguiente tendencia. La ecuación 4.1 —las condiciones de espon-
taneidad para la entropía— establece que el cambio de entropía es positivo en un
proceso espontáneo. Es decir que se incrementa la entropía. Por otra parte, las condi-
ciones de espontaneidad para la energía interna y la entalpia, ambas medidas de la
energía de un sistema, requieren que el cambio sea menor que cero: la energía del sis-
tema disminuye en cambios espontáneos. Los cambios relacionados con el incremen-
to de entropía y la reducción de energía generalmente son espontáneos si se presentan
las condiciones adecuadas. Sin embargo, aún carecemos de una prueba específica de
espontaneidad para la presión y temperatura constantes, nuestras condiciones expe-
rimentales más útiles.
Ejemplo 4,1
Indique si los siguientes procesos pueden definirse como espontáneos bajo las si-
guientes condiciones.
a) Un proceso en el que AHes positivo Vy p constantes.
b) Un proceso isobárico en el que A U es negativo y AS es 0.
c) Un proceso adiabático en el que AS es positivo y el volumen no varía.
d) Un proceso isobárico e isoentrópico en el que AH es negativo.
Solución
a) La condición de espontaneidad requiere que AHsea negativo si la presión y la en-
tropía son constantes. Ya que no conocemos las restricciones sobre p y S, no hay nin-
gún requisito que indique que este proceso deba ser espontáneo.
b) Para un proceso isobárico, Ap = 0. También contamos con que A U es negativo y
AS = 0. Desafortunadamente, la condición de espontaneidad de A U negativo re-
quiere una condición isocórica (es decir, A V= 0). Por tanto, no podemos decir que
este proceso deba ser espontáneo.
c) Un proceso adiabático indica que q = 0; si el volumen no cambia, tenemos que
A F = 0. Por tanto, w = O y A [7 = 0. Las constantes U y V nos permiten aplicar l
prueba estricta de espontaneidad de entropía: si AS > O, el proceso es espontáneo
Como sabemos que AS es positivo, el proceso debe ser espontáneo.
d) Un proceso isobárico e isoentrópico implica que Ap = AS = 0. Éstas son las va-
riables adecuadas para aplicar la prueba de espontaneidad de entalpia, que requie-
re que AH sea menor que cero. Éste, de hecho, es el caso; así, este proceso debe ser
espontáneo.
92 C A P Í T U L O 4 Energía libre y potencial químico
Observe que en el ejemplo anterior todos los procesos pueden ser espontáneos. Sin
embargo, sólo los dos últimos deben ser espontáneos de acuerdo con las leyes de
la termodinámica como las conocemos. La diferencia entre "puede" y "debe" es im-
portante para la ciencia, pues ésta reconoce que cualquier cosa podría ocurrir. No
obstante, se concentra en lo que va a ocurrir. Estas condiciones de espontaneidad nos
permiten determinar lo que ocurrirá.
Esta ecuación implica ciertas variables naturales, esto es T y p, de tal manera que la
siguiente condición de espontaneidad es:
(4.8)
¡Esta es la condición de espontaneidad que hemos buscado! Por tanto, haremos las si-
guientes afirmaciones, aunque quizás de forma prematura. En condiciones de pre-
sión y temperatura constantes:
el proceso es espontaneo
el proceso no es espontáneo (4.9)
el sistema se encuentra en equilibrio
Ya que G -(y A) son funciones de estado, estas afirmaciones reflejan el hecho que
J dG = AG, no G.
4.3 Energía libre de Gibbs y energía de Helmholtz 93
Ejemplo 4.2
Calcule el cambio de la energía de Helmholtz para la compresión isotérmica rever-
sible de un mol de un gas ideal de 100.0 L a 22.4 L. Suponga que la temperatura es
de 298 K.
Solución
El proceso descrito constituye el tercer paso de un ciclo de tipo Carnot. Ya que el
proceso es reversible, se cumple la igualdad AA = w. Por tanto, necesitamos calcu-
lar el trabajo en el proceso. Éste se encuentra dado por la ecuación 2.7:
Dado que muchos procesos pueden ocurrir de forma isotérmica (o por lo menos
volver a sus temperaturas originales), podemos deducir las siguientes expresiones pa-
ra AA y AG:
Ejemplo 4.3
Determine ArcnG (25 °C = 298.15 K) en la siguiente reacción química, utilizando
ambos métodos para el cálculo de ArcnG y demuestre que éstos llevan a la misma
respuesta. Suponga condiciones estándar. El apéndice 2 en la parte posterior del li-
bro proporciona una lista de los diversos datos termodinámicos.
Solución
Los siguientes datos se obtuvieron del apéndice 2:
(¿Es razonable este resultado tomando en cuenta lo que deberíamos saber sobre la
entropía?) Para combinar ArcnH y ArcnS necesitamos hacer compatibles las unida-
des. Convirtamos ArcnS en unidades que contengan kilojoules:
de acuerdo con la ecuación 4.13. Si aplicamos la idea de los productos menos reac-
tivos y utilizamos los valores AfG de la tabla, obtenemos:
A
ArcnG = -474.26 kj
Esto muestra que cualquier forma de evaluar A G es adecuada.
Si comparamos estas dos ecuaciones, los términos que multiplican dS deben ser igua-
les, así como los términos que multiplican dV. Es decir que
(4.18)
(4.19)
La ecuación 4.18 establece que el cambio en la energía interna, conforme varía la en-
tropía a volumen constante, es igual a la temperatura del sistema. La ecuación 4.19
muestra que el cambio en la energía interna, conforme varía el volumen a entropía
constante, es igual al valor negativo de la presión. ¡Qué fórmulas tan fascinantes! Es-
to significa que en realidad no tenemos que medir el cambio de energía interna en
función del volumen siendo constante la entropía —si conocemos la presión del sis-
tema, el valor negativo de ésta es igual al cambio. Puesto que los cambios representan
las pendientes de las gráficas de la energía interna en función de la entropía o el vo-
lumen, sabemos cómo son las pendientes que corresponden a nuestro sistema. Así, si
conocemos cómo varía U con respecto a S y V, también conocemos el valor de Ty p
para nuestro sistema.
Además, muchas de dichas derivadas parciales que no se pueden determinar expe-
rimentalmente pueden construirse. (Ejemplo: ¿podríamos idear un experimento en
el que la entropía permaneciera constante? A veces resulta extremadamente difícil ga-
rantizarlo.) Las ecuaciones como 4.18 y 4.19 eliminan la necesidad de hacer eso: por
ejemplo, éstas nos indican matemáticamente que el cambio en la energía interna con
respecto al volumen, siendo constante la entropía, es igual al valor negativo de la pre-
sión. No hay necesidad de medir la energía interna en función del volumen. Todo lo
que necesitamos es medir la presión.
Finalmente, en muchas derivaciones se presentarán derivadas parciales como és-
tas. Ecuaciones como la 4.18 y la 4.19 nos permiten sustituir variables de estado sim-
ples por derivadas parciales más complejas. Este hecho será de gran utilidad en
nuestro posterior análisis de la termodinámica y dará cuenta en parte de la verdade-
ra fuerza de ésta.
Ejemplo 4.4
Demuestre que la expresión en el miembro izquierdo de la ecuación 4.18 tiene uni-
dades de temperatura.
Solución
Las unidades de U son J/mol, y las unidades de la entropía son J/mol-K. Los cam-
bios de U y S también se describen mediante dichas unidades. Por tanto, las unida-
des de la derivada (que es un cambio de [/dividido entre un cambio en S) son:
(4.21)
DedA:
(4.22)
(4.23)
y de dG:
(4.24)
(4.25)
(4.26)
Ejemplo 4.5
¿Cuál es la expresión para H, suponiendo que conocemos el comportamiento de G
(es decir, las derivadas parciales contenidas en las ecuaciones 4.24 y 4.25)?
Solución
Podemos aplicar la ecuación
4.5 Relaciones de Maxwell 99
para obtener H:
la cual nos da H.
Vale la pena destacar de nuevo la utilidad de las ecuaciones de las variables natu-
rales. Si conocemos cómo varía uno de los diversos tipos de energía en términos de
sus variables naturales, podemos aplicar las diversas definiciones y ecuaciones de las
leyes de la termodinámica para formular expresiones de cualquier otro tipo de ener-
gía. Las matemáticas de la termodinámica se están volviendo, de hecho, poderosas.
(4.27)
(4.28)
La función F(x, y) cambia con respecto a x y con respecto a y. Supongamos que nos
interesa determinar el cambio simultáneo de F con respecto a xy a yy es decir, que de-
seamos conocer la segunda derivada de F con respecto a x y a y. ¿En qué orden debe-
mos llevar a cabo la diferenciación? Desde el punto de vista matemático, no tiene
importancia. Esto significa que existe la siguiente igualdad:
(4.29)
100 CAPÍTULO 4 Energía libre y potencial químico
B «ffi^jm P^if»^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^B
¿La siguiente expresión se considera una diferencial exacta?
Solución
Si utilizamos la ecuación 4.28 como modelo, por analogía podemos encontrar:
Por definición, la diferencial original constituye una diferencial exacta. Por tanto, no
importa el orden en que derivemos T(p, V), ya que la derivada doble de cualquier
forma da como resultado el mismo valor.
(4.30)
^sto equivale a decir que el valor de una integral de una función de estado es independiente de
la trayectoria, una idea que se utilizó en el capítulo 2.
4.5 Relaciones de Maxwell 101
(4.31)
(4.32)
(4.33)
En cada una de estas relaciones, conocemos las derivadas parciales internas de ambos
miembros de las ecuaciones: éstas se encuentran expresadas en las ecuaciones 4.18-
4.25. Si sustituimos las derivadas parciales internas de la ecuación 4.30, obtenemos:
o, más bien,
(4.34)
Esta es una relación sumamente útil, ya que no necesitaremos medir el cambio de vo-
lumen con respecto a la entropía, a presión constante, porque éste es equivalente al
cambio isoentrópico de la temperatura con respecto a la presión. Observe que hemos
perdido toda relación directa con cualquier tipo de energía.
Mediante las ecuaciones 4.31-4.33, también podemos deducir las siguientes expre-
siones:
(4.35)
(4.36)
(4.37)
Ejemplo 4.7
m¿^^^n^EW^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^E^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^M
Determine (dS/d\OrP ara un Bas <lue se rige Por una ecuación de estado de Van der
Waals.
Solución
La relación de Maxwell en la ecuación 4.36 muestra que (dS/dV)T es igual a
(dp/dT)v. De acuerdo con la ecuación de Van der Waals,
Ejemplo 4.8
En el capítulo 1 demostramos que
Solución
La derivada de interés es (dS/d V)r, que de acuerdo con la ecuación 4.36 es igual a
( dp/d T) y. Si utilizamos el coeficiente de expansión y la compresibilidad isotérmica,
obtenemos:
Éstas no parecen las unidades adecuadas para la entropía y el volumen. Sin embar-
go, si notamos que:
(4.38)
Aquí hemos cambiado el orden de los términos. ¿Por qué resulta útil esta ecuación?
Porque una vez que conocemos la ecuación de estado (por ejemplo, la ley de los ga-
ses ideales), conocemos V, Ty la variación de Vcon respecto a Ta presión constan-
te, información que podemos utilizar para calcular la variación de la entalpia con
respecto a la presión a temperatura constante sin tener que medir la entalpia.
La derivada de la entalpia en la ecuación 4.38 se puede utilizar junto con el coefi-
ciente de Joule-Thomson, jjijT. Recordemos que, de acuerdo con la regla cíclica de las
derivadas parciales,
(4.39)
Ejemplo 4.9
Aplique la ecuación 4.39 para determinar el valor de juijT para un gas ideal. Supon-
ga cantidades molares.
Solución
Para un gas ideal, la ecuación de estado es la ley de los gases ideales:
Si sustituimos,obtenemos
Ahora bien, de acuerdo con la ley de los gases ideales, RT/p es igual a V. Si sustitui-
mos, tenemos que:
Ejemplo 4.10
A partir de la ecuación de las variables naturales para dUy deduzca una expresión
que indique la dependencia isotérmica de la energía interna con respecto al volu-
men, (dU/dV)^0.en términos de propiedades mensurables (T, Vo p) y a y/o K.Su-
gerencia: Use la regla cíclica de las derivadas parciales (véase capítulo 1).
Solución
La ecuación de las variables naturales para dl/es (a partir de la ecuación 4.14)
donde se muestra la relación que existe entre los coeficientes a y K con las deriva-
das en esta ecuación de la regla cíclica. La derivada parcial de en medio incluye a p
4.7 Enfoque en AC 105
Ahora tenemos lo que se requería: una ecuación para (3U/dV)Ten términos de pa-
rámetros fácilmente mensurables experimentalmente: la temperatura T, la presión
p y los coeficientes a y K.
El ejemplo 4.10 nos deja una importante lección. La facilidad para deducir expre-
siones matemáticas como esta —que dan como resultado cantidades en términos de
valores determinados experimentalmente— es uno de los principales recursos de las
matemáticas de la termodinámica. Éstas constituyen una herramienta útil. Es cierto
que pueden tornarse complejas; sin embargo, podemos saber y decir mucho sobre un
sistema con la ayuda de estas herramientas y, en última instancia, esto constituye la
esencia de la fisicoquímica.
4.7 Enfoque en AG
Hemos visto cómo varían U> Hy S con respecto a la temperatura. En el caso de las
dos energías, los cambios con respecto a la temperatura reciben el nombre de capaci-
dades térmicas, y hemos deducido diversas ecuaciones para_el cambio en S con res-
pecto a la temperatura (como la ecuación 3.18, AS = n • C • ln(Tf/T{)y o la forma
integral anterior a la ecuación 3.18 para una capacidad térmica no constante). Ya que
insistimos en que G es la función de estado de energía más útil, ¿cómo varía G con
respecto a la temperatura?
A partir de la ecuación de las variables naturales de dG, encontramos una relación
entre G y T:
.01 Ip
Recordemos que -S está definida por la derivada parcial de la ecuación 4.40. Sustitu
yamos:
Ahora, nuevamente reordenemos pasando todos los términos que incluyen G al pri-
mer miembro:
(4.41)
Aunque esta expresión parece difícil de resolver, introduciremos una sustitución que
la simplificará de forma indirecta. Consideremos la expresión G/T. La derivada de és-
ta con respecto a T a p constante es:
o bien,
(4.42)
Las ecuaciones 4.42 y 4.43 son dos expresiones de lo que se conoce como ecuación de
Gibbs-Helmholtz. Si llevamos a cabo una sustitución [es decir, si u = 1/T, du =
-(1/T2) dT, y así sucesivamente], podemos demostrar que la ecuación 4.43 también
puede expresarse de la siguiente manera:
(4.44)
Ejemplo 4.11
Q^^n^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^B
Aproximando la ecuación 4.44 mediante la siguiente expresión:
dado que A G (25 °C, 1 atm) = -474.36 kj y A/í -571.66 kj. Suponga la presión y
Afí constantes.
Solución
Primero debemos evaluar A(1/T). Si convertimos las temperaturas a kelvin, encon-
tramos que:
Este valor se compara con el valor de -439.2 kj, que se obtuvo volviendo a calcular
AH(100 °C) y AS( 100 °C) usando un método del tipo de la ley de Hess. La ecuación
de Gibbs-Helmholtz hace menos aproximaciones y se esperaría que proporcione
valores más exactos de AG.
En el caso de los gases ideales, podemos aplicar la ley de los gases ideales y sustituir
V:V=nRT/p;zsí,
(4.45)
Ejemplo 4.12
¿Cuál es el cambio en G en un proceso en el que 0.022 moles de un gas ideal pasan
de 2505 lb/pulg2 a 14.5 lb/pulg2 a la temperatura ambiente de 295 K?
Solución
La aplicación directa de la ecuación 4.45 da como resultado:
(4.46)
4.8 Potencial químico y otras cantidades molares parciales 109
En el caso de los sistemas que cuentan con más de un componente químico, tendre-
mos que agregar un subíndice al potencial químico (normalmente un número o una
fórmula química) para especificar de qué componente se trata. El potencial químico
para un solo componente ^ supone que únicamente varía la cantidad del z-ésimo
componente, «¿, y que las cantidades de los demás componentes rijj =£ ¿, permane-
cen constantes. Por tanto, la ecuación 4.46 se expresa de la siguiente manera:
(4.47)
(4.48)
La suma incluye tantos términos como distintas sustancias haya en el sistema. A ve-
ces la ecuación 4.48 recibe el nombre de ecuación fundamental de la termodinámica
química, ya que abarca todas las variables de estado relacionadas con las condiciones
y las cantidades.
El potencial químico |xf constituye el primer ejemplo de una cantidad molar par-
cial. Expresa el cambio en una variable de estado, la energía libre de Gibbs, en fun-
ción de la cantidad molar. En sustancias puras, el potencial químico es sencillamente
igual al cambio en la energía libre de Gibbs del sistema, conforme la cantidad de sus-
tancia varía. En sistemas de más de un componente, el potencial químico no es igual
al cambio en la energía libre del material puro, en virtud de que cada componente
interactúa con el otro, lo cual afecta la energía total del sistema. Si todos los compo-
nentes fueran ideales, esto jamás sucedería, y las cantidades molares parciales serían
las mismas para cualquier componente del sistema.2
Como consecuencia de las relaciones que existen entre las diversas energías defini-
das por la termodinámica, el potencial químico también puede definirse en términos
de otras energías, aunque en este caso se mantienen constantes diferentes variables de
estado:
4.51
2
Las cantidades molares parciales pueden definirse para cualquier variable de estado. Por ejem-
plo, el cambio molar parcial de entropía 5, se define como:
4.49
cualesquiera que sean las condiciones que permanezcan constantes. Asimismo, un volumen molar
parcial V¡ se define como:
w«i/r,p
El volumen molar parcial constituye un concepto particularmente útil en el caso de las fases con-
densadas. También es la razón por la que la mezcla de 1 L de agua y 1 L de alcohol da como resul-
tado una disolución cuyo volumen no es de 2 L (en realidad es poco menos de 2 L): desde el sentido
estricto de la termodinámica, los volúmenes no se suman directamente, lo que sí sucede con los vo-
lúmenes molares parciales. [Note que las cantidades molares parciales (excepto en el caso de jx) po-
seen el mismo simbolismo que las cantidades molares; es decir, la raya sobre la variable. Así, e
necesario tener cuidado cuando se utilicen estas dos cantidades.]
110 CAPÍTULO 4 Energía libre y potencial químico
(4.52)
(4.53)
4.9 Fugacidad
Introduzcamos nuestra aplicación de la termodinámica a las reacciones químicas, de-
finiendo la fugacidad, una medida de la naturaleza no ideal de los gases reales. Pri-
mero, justifiquemos la necesidad de definir dicha cantidad.
En el desarrollo de una teoría, trabajamos con materiales ideales, justamente lo
que hemos hecho en el caso de la termodinámica. Por ejemplo, en todos estos capí-
tulos hemos utilizado por lo general "gases ideales". Sin embargo, no hay tal cosa co-
mo un verdadero gas ideal. Los gases reales no obedecen la ley de los gases ideales y
se describen con ecuaciones de estado más complejas.
Como se esperaba, el potencial químico de un gas varía con respecto a la presión.
Por analogía con la ecuación 4.45,
(4.54)
Podemos escribir estas dos ecuaciones de otra forma, reconociendo que los signos A
en G y JJL representan un cambio; así, podemos escribir A G o AJJL como Gfinal - Ginicial
0
Gfinal ~~ ^inicial'
Supongamos que en el caso de las dos ecuaciones, el estado inicial es alguna presión
estándar, como 1 atmósfera o 1 bar (1 atm = 1.01325 bar, así que el error que se in-
troduce es muy pequeño si se utiliza la unidad 1 atm, que rio pertenece al SI). Deno-
taremos las condiciones iniciales con un símbolo ° y le pondremos la cantidad de
energía inicial sobre el miembro derecho de la ecuación. Eliminamos el subíndice "fi-
4.9 Fugacidad 111
(4.56)
La segunda ecuación muestra que el potencial químico varía con respecto al logarit-
mo natural de la presión. Una gráfica de JJL en función de p tendría una típica forma
logarítmica, como lo muestra la figura 4.4.
Sin embargo, las mediciones de los gases reales muestran que la relación entre JLJL
y p no es tan exacta. A muy bajas presiones, todos los gases se aproximan al compor-
tamiento ideal. A presiones moderadas, dado un potencial químico, la presión es más
baja de la que se espera. Esto se debe a que las moléculas del gas real se atraen ligera-
mente y la presión medida es más baja que la ideal. A presiones muy altas, para un
Figura 4.4 Una idea de la forma en que
se vería una gráfica del potencial químico potencial químico dado, la presión es más alta que la que se espera, como consecuen-
JÜL en función de la presión p en el caso de cia de que las moléculas del gas se aglomeran tan densamente que comienzan a repe-
un gas ideal. lerse. La figura 4.5 muestra el comportamiento real del potencial químico en función
de la presión real de un gas.
En el caso de los gases reales, la termodinámica define una presión a escala deno-
minada fugacidad, f, de la siguiente manera:
(4.57)
donde p es la presión del gas y c|> se denomina coeficiente de fugacidad. El coeficiente
de fugacidad carece de dimensiones; así que la fugacidad tiene unidades de presión.
En el caso de los gases reales, la fugacidad es la descripción propia del comportamien-
to del gas; así, la ecuación en términos del potencial químico se escribe mejor de la
siguiente manera:
(4.58)
Conforme la presión del gas se reduce cada vez más, el comportamiento de cualquier
gas real se torna cada vez más ideal. En el límite de la presión cero, todos los gases se
comportan como gases ideales y sus coeficientes de fugacidad son iguales a 1. Este
se escribe de la siguiente manera:
Figura 4.5 En el caso de los gases rea-
les, a presiones altas el potencial químico
es más alto del que se espera como conse-
¿Cómo determinamos la fugacidad experimentalmente? Comenzamos con la
cuencia de las fuerzas de repulsión entre ecuación fundamental de la termodinámica contenida en la ecuación 4.48:
las moléculas. A presiones moderadas, el
potencial químico es más bajo del que se
espera como consecuencia de las fuerzas
de atracción entre las moléculas. A presio- En el caso de un solo componente (de tal manera que la suma incluya un solo térmi-
nes muy bajas, los gases tienden al com- no) que pasa por un proceso isotérmico, esta expresión se convierte en:
portamiento ideal.
(En breve veremos la razón por la que recurrimos nuevamente a los gases ideales.) Si
restamos estas dos expresiones, obtenemos:
donde hemos factorizado dp fuera de los dos términos del miembro derecho. Si inte-
gramos, obtenemos:
(4.59)
(4.60)
Esta podría parecer una expresión complicada, pero consideremos lo que representa.
Una integral es un área bajo una curva. La primera integral es el área bajo la gráfica
del volumen molar parcial en función de la presión. La segunda integral es el área
bajo la gráfica del volumen molar ideal en función de la presión. La resta de las dos
integrales es, por tanto, sencillamente la diferencia de las áreas de las dos gráficas entre
p = 0y algún valor dep diferente de cero. Dividamos este valor entre RTy tendremos
el logaritmo del coeficiente de fugacidad 4>. Por tanto, las fugacidades se determinan
midiendo sencillamente los volúmenes de cantidades conocidas de gases bajo con-
diciones isotérmicas y comparándolos con el volumen ideal esperado. La figura 4.6
constituye un ejemplo de una representación gráfica de un estudio de esta naturaleza.
La ecuación 4.60 también puede evaluarse en términos de la compresibilidad Z
para un gas real. No la deduciremos, sino que sencillamente presentaremos el resul-
tado. (Se puede encontrar la deducción en P.W. Atkins y J. de Paulo, Physical Che-
Figura 4.6 Una forma sencilla de mistry, 7a. éd., Nueva York, Freeman, 2002, p. 129.)
determinar el coeficiente de fugacidad de un
gas real consiste en trazar una gráfica del
volumen real del gas a varias presiones y (4.61)
compararlo con el volumen ideal esperado
del gas. El coeficiente de fugacidad se rela- Si conocemos la ecuación de estado de un gas y su compresibilidad en términos de la
ciona con la diferencia de área bajo las cur-
vas (lo cual se indica por medio de la ecuación de estado, podemos sustituir Zen la ecuación 4.61 y evaluar la integral. O
porción sombreada del diagrama). Véase bien, puede trazarse una gráfica de la compresibilidad y determinarse la integral mi-
la ecuación 4.60. diendo numéricamente el área bajo la gráfica de (Z- l)/p en función de p.
4.9 Fugacidad 113
Figura 4.7 Gráfica de (Z — l)/p en función de la presión en el caso de un gas real. El área bajo la cur-
va entre O y alguna presión p proporciona el logaritmo del coeficiente de fugacidad <j> del gas a dicha pre-
sión. Los datos representados corresponden al neón a 150 K.
La figura 4.7 muestra dicha gráfica para el neón a 150 K. La fugacidad del neón a
cualquier presión es igual al área bajo esta curva de cero a dicha presión.
Ejemplo 4.13
Calcule la fugacidad de 100 atm de gas argón a 600 K, suponiendo que su compre-
sibilidad se encuentra representada adecuadamente por la ecuación virial truncada
Z = 1 + B'pIRT. B' para el Ar a 600 K es de 0.012 L/mol (de la tabla 1.4). Comente
la respuesta.
Solución
De acuerdo con la ecuación 4.61,
4.10 Resumen
Hemos expuesto las dos últimas cantidades de energía, la de Helmholtz y la libre de
Gibbs. Ambas se encuentran relacionadas con la cantidad máxima de trabajo que
puede llevar a cabo un sistema. Cuando las cuatro energías se expresan en términos
de sus variables naturales, puede deducirse un número sorprendente de relaciones
útiles, aplicando adecuadamente las derivadas parciales. Estas derivadas, entre las
cuales se encuentran las relaciones de Maxwell, son de gran utilidad porque nos per-
miten expresar directamente cantidades difíciles de medir en términos de los cambios
en las variables de estado, las cuales sí pueden medirse con facilidad.
Hemos definido el potencial químico JJL. Éste recibe el nombre de cantidad molar
parcial debido a que se trata de una derivada parcial con respecto al número de moles
de materia en nuestro sistema. Podemos definir otras cantidades molares parciales;
JJL es la primera, dada su utilidad cuando consideramos reacciones y equilibrios quí-
micos.
Por último, definimos fugacidad como una descripción necesaria de los gases rea-
les y mostramos la forma de determinar experimentalmente la fugacidad de una ma-
nera relativamente simple. Decimos que es relativamente simple en virtud de que
pudimos deducir muchas expresiones a partir de los conceptos fundamentales de la
termodinámica y aplicarlos para obtener información sobre nuestro sistema, que de
otra manera hubiera resultado inaccesible.
E JE R CI CI OS D E L C A P I T U L O 4
que corresponde a la hidrogenación del benceno para formar donde a es el coeficiente de expansión térmica y K representa
ciclohexano: la compresibilidad isotérmica. Sugerencia: escriba una expre-
sión de la variable natural para dS en términos de Vy Ty sus-
tituyalas en algunas de las expresiones. Será necesario aplicar
¿Podría predecirse que esta reacción es espontánea a T y p las relaciones de Maxwell y la regla de la cadena de las deriva-
constantes? Utilice los datos del apéndice 2. das parciales.
4.26 Cuando los cambios en las condiciones de un sistema 4.39 Utilice la ecuación 4.45 como ejemplo y determine una
son infinitesimales, utilizamos los símbolos d o d para indicar expresión para A>4 conforme varía el volumen.
un cambio en una variable de estado. Cuando los cambios son
finitos, utilizamos el símbolo A para indicarlos. Reescriba las 4.8 y 4.9 Potencial químico y fugacidad
ecuaciones de las variables naturales 4.14-4.17 en términos de 4.40 ¿Por qué no hay una variable n en la ecuación 4.54 co-
cambios finitos. mo en el caso de la ecuación 4.45?
4.27 La ecuación 4.19 indica que 4.41 ¿Cuál es el cambio en el potencial químico de un siste-
ma si se añade un mol de O2 a un sistema que ya contiene un
mol de O2? Quizás la mejor respuesta sea que "no hay cam-
bio". ¿Por qué?
Si consideramos la variación de AL/, la modificación en el cam- 4.42 ¿Es [L una variable extensiva o intensiva? ¿Qué hay acer-
bio de la energía interna, podemos expresar este hecho (con- ca del volumen molar parcial? ¿Qué hay de la entropía molar
sulte el problema anterior donde aparece un argumento parcial?
análogo) de la siguiente manera:
4.43 Escriba la ecuación fundamental de la termodinámica
química para un sistema que contiene 1.0 mol de N2 y 1.0 mol
de02.
Demuestre que esta fórmula es consistente con la primera ley 4.44 Calcule el cambio molar de potencial químico de un gas
de la termodinámica. ideal que se expande 10 veces su volumen original a: a) 100 K,
y b) 300 K.
4.28 En un proceso isoentrópico, ¿cuál es el cambio aproxi-
mado en AL/ si un sistema que consiste en 1.0 mol de gas, pa- 4.45 Calcule el cambio de potencial químico de un gas ideal
sa de 7.33 atm y 3.04 L a 1.00 atm y 10.0 L? Sugerencia: véase que pasa de 1.00 atm a 1.00 bar a 273.15 K. ¿Cuál es la mag-
el problema anterior. nitud de la cantidad absoluta del cambio?
4.46 ¿Puede aplicarse la ecuación 4.61 para calcular $ en el
4.29 Aplique la ley de los gases ideales para demostrar la re-
caso de un gas ideal? ¿Por qué?
gla cíclica de las derivadas parciales.
4.47 ¿Cuál de los siguientes compuestos, en cada par de sis-
4.30 Demuestre que en el caso de un gas ideal,
temas, piensa el lector que tiene mayor potencial químico?
a) 1.0 mol de H2O (€) a 100 °C o 1.0 mol de H2O (g) a 100 °C.
b) 10.0 g de Fe a 25 °C o 10.0 g de Fe a 35 °C.
4.31 Demuestre que c) 25.0 L de aire a 1 atm de presión o la misma cantidad de ai-
re pero comprimida isotérmicamente a 100 atm de presión.
4.48 Utilice la ecuación 4.46 para sustentar el hecho de que
donde a es el coeficiente de expansión y K es la compresibili- el potencial químico absoluto jx tiene un valor positivo para
dad isotérmica. cualquier sustancia.
4.32 Evalúe (dil/dV)T para un gas ideal. Utilice la expresión del 4.49 De los gases de helio y oxígeno, ¿cuál se espera que se
desvíe más del comportamiento ideal a la misma alta presión?
ejemplo 4.10. ¿Tiene sentido esta respuesta?
¿Se trata del mismo gas que se esperaría que se desviara más
4.33 Determine una expresión para (dp/d5)T en el caso de un del comportamiento ideal a una presión moderada? ¿Qué pa-
gas ideal y en el de un gas de Van der Waals. saría a una presión muy baja?
116 Ejercicios del capítulo 4
4.50 Supongamos que un gas tiene una ecuación de estado Presión (bar) Compresibilidad
que se asemeja a una versión abreviada de la ecuación de esta-
do de Van der Waals:
1 1.0000
5 1.0020
p(V + nb) = nRT 10 1.0041
Deduzca una expresión para (|> en el caso de este gas (véase 20 1.0091
ejemplo 4.13). 40 1.0181
60 1.0277
80 1.0369
100 1.0469
Ejercicios de matematicsa simbollcsa 200 1.0961
4.51 Utilice la ecuación 4.39 para determinar un valor numé- 300 1.1476
rico para el coeficiente de Joule-Thomson JJLJT/ para el dióxido 400 1.1997
de azufre, SO2/ a 25 °C, suponiendo que éste se comporta co- 500 1.2520
mo un gas de Van der Waals. Las constantes de Van der Waals Fuente: R.H. Perry y D.W. Green, Perry's Chemical En-
pueden localizarse en la tabla 1.6. gineers Handbook, 6a. éd., Nueva York, McGraw-Hill,
1984.
4.52 La siguiente tabla contiene las compresibilidades del gas
Evalúe el coeficiente de fugacidad <)> y compare el valor que se
nitrógeno, N2/ en función de la presión a 300 K.
obtuvo con el valor de <)> en el ejemplo 4.13.
5 •químico
5.1 Sinopsis
5.2 Equilibrio
5.3 Equilibrio químico
5.4 Disoluciones y fases
condensadas
5.5 Cambios en las
E
constantes de equilibrio
l equilibrio químico constituye un tema fundamental en química: es el punto du-
5.6 Equilibrio de aminoácidos rante el curso de una reacción química en el que ya no hay cambio neto en la
5.7 Resumen composición química del sistema. Uno de los triunfos de la termodinámica consiste
en que se puede emplear para comprender el equilibrio químico.
Si nos detenemos brevemente y lo pensamos, muy pocos procesos químicos en
realidad se encuentran en equilibrio químico. Considere las reacciones que se llevan
a cabo en las células del cuerpo. Si éstas se encontraran en equilibrio, ¡ni siquiera po-
dríamos estar vivos! Muchas reacciones químicas que ocurren a gran escala no se en-
cuentran en equilibrio, o de otra manera los fabricantes de productos químicos no
estarían elaborando nuevos productos químicos para vender.
Entonces, ¿por qué damos tanta importancia al equilibrio? Por una razón: un
sistema en equilibrio es aquel que podemos comprender por medio de la termodiná-
mica. Asimismo, aunque casi todos los sistemas químicos de interés no se encuentran
en equilibrio, este concepto constituye un punto de partida. El concepto de equilibrio
químico tiene la misma base que para comprender los sistemas que no se encuentran
en equilibrio. Entender este concepto constituye uno de los aspectos centrales para
comprender la química.
5.1 Sinopsis
En este capítulo introductorio definiremos equilibrio químico. La energía libre de
Gibbs es la que nos resulta de mayor utilidad porque los procesos a Ty p constantes
(condiciones que se pueden establecer fácilmente) tienen a dG como condición de es-
pontaneidad. Por tanto, relacionaremos la idea de equilibrio químico con la energía
libre de Gibbs. Las reacciones químicas se llevan a cabo hasta un cierto grado de
avance , así que definiremos el grado al que lo hacen como medio de expresar la for-
ma en que progresa una reacción conforme los reactivos se convierten en productos.
Utilizaremos esta medida como ayuda para definir el equilibrio químico.
Ya que G se relaciona con el potencial químico, veremos cómo éste se relaciona con
el equilibrio. También estudiaremos la forma en que la constante de equilibrio se con-
vierte en una característica de cualquier proceso químico. Averiguaremos la razón
por la que sólidos y líquidos no contribuyen numéricamente en lo que se refiere a los
118
5.2 Equilibrio 119
5.2 Equilibrio
La roca ubicada en la ladera de la montaña de la figura 5.1a no se encuentra en equi-
librio, ya que de acuerdo con las leyes de la física, ésta debe rodar espontáneamente
montaña abajo. Por otra parte, la roca de la figura 5.Ib se encuentra en equilibrio
como consecuencia de que no se espera ningún cambio espontáneo adicional. Más
bien, si queremos que este sistema cambie, tendremos que hacer trabajo sobre él; pe-
ro entonces el cambio no es de naturaleza espontánea.
Ahora consideremos un sistema químico. Pensemos en un cubo de sodio metáli-
co de 1 cm3, colocado en un vaso de laboratorio con 100 mL de agua. ¿Este sistema se
encuentra en equilibrio? ¡Por supuesto que no! Si intentamos colocar un centímetro
cúbico de sodio en agua, debería ocurrir una reacción química espontánea y de algu-
na manera violenta. El estado del sistema, según se describió originalmente, no se en-
cuentra en equilibrio químico. Sin embargo, ahora no se trata de una pregunta de
energía potencial gravitatoria; se trata de una pregunta de reactividad química. Deci-
mos que este sistema de Na en H2O no se encuentra en equilibrio químico.
El sodio metálico reaccionará con el agua (que está en exceso) a través de la si-
guiente reacción:
2Na (s) + 2H2O (€) > 2Na+ (ac) + 2OH" (ac) + H2 (g)
Una vez que la reacción ha concluido, no habrá más cambio en la identidad química
del sistema y ahora éste se encuentra en equilibrio químico. En cierto modo es co-
mo la montaña y la roca. El sodio colocado en agua representa a la roca colocada en la
ladera de la montaña (figura 5.1a) y la disolución acuosa de hidróxido de sodio (que
constituye una descripción exacta de los productos de la reacción anterior) represen-
ta la roca en la parte más baja de la montaña (figura 5.Ib).
Consideremos otro sistema químico, en este caso una muestra de agua, H2O, y
agua pesada, D2O, en un recipiente sellado (recordemos que el deuterio, D, es el isó-
topo de hidrógeno que posee un neutrón en su núcleo). ¿Es ésta una descripción de
un sistema en equilibrio? Resulta interesante saber que este sistema no se encuentra
en equilibrio. Con el tiempo, las moléculas de agua interactuarán e intercambiarán
átomos de hidrógeno; así, finalmente la mayoría de las moléculas tendrán la fórmula
HDO —resultado que con facilidad se puede verificar experimentalmente utilizando,
digamos, un espectrómetro de masas. (Dichas reacciones, denominadas reacciones de
intercambio de isótopos, constituyen una parte importante de la investigación quí-
mica moderna.) Este proceso se ilustra en la figura 5.2. Otros procesos como la pre-
cipitación de una sal no insoluble a partir de una disolución acuosa también
constituyen ejemplos de equilibrio. Hay un equilibrio constante entre iones que se
Figura 5.1 a) Una roca en la ladera de una montaña representa un sistema físico simple que no se
encuentra en equilibrio, b) Ahora la roca se encuentra en la parte más baja de la montaña, es decir, en su
nivel mínimo de energía potencial gravitatoria. El sistema se encuentra en equilibrio.
120 CAPÍTULO 5 Introducción al equilibrio químico
Figura 5.2 Algunas veces resulta difícil saber si un sistema se encuentra en equilibrio químico. Una
mezcla equimolar de H2O y D2O —agua y agua pesada— podría parecer que se encuentra en equilibrio
cuando se les mezcla inicialmente, ya que ambas sustancias son sencillamente agua. Pero en realidad se
da un intercambio de hidrógeno en la mezcla de isótopos de hidrógeno entre las moléculas del agua. En
equilibrio, la molécula predominante es el HDO.
precipitan a partir de la disolución y los iones que se disocian del sólido y se integran
a la disolución:
Ejemplo 5.1
Describa si las siguientes situaciones son casos de equilibrio estático o dinámico.
a) El nivel del agua en un estanque de peces conforme el agua pasa constantemente
a través de un filtro.
b) Una mecedora que ha dejado de balancearse.
c) El ácido acético, un ácido débil que se ioniza sólo 2% en una disolución acuosa.
d) Una cuenta bancaria que mantiene un saldo promedio mensual de $1000 a pe-
sar de los numerosos retiros y depósitos.
Solución
a) Ya que la materia en equilibrio —el agua— se encuentra en constante movimien-
to, se trata de un ejemplo de equilibrio dinámico.
b) Una mecedora detenida, no se mueve en absoluto en un nivel macroscópico; así
que se trata de un ejemplo de equilibrio estático.
c) La ionización del ácido acético constituye una reacción química y, como en el ca-
so de todas las reacciones químicas en equilibrio, es de naturaleza dinámica.
5.3 Equilibrio químico 121
d) Como el dinero entra y sale de la cuenta, aun cuando el saldo mensual promedio
mantiene la cantidad equilibrada de $1000, se trata de un equilibrio dinámico.
53 Equilibrio químico
En el caso de una reacción química que ocurre en un sistema cerrado, las especies que
tienen determinada identidad química inicial ("reactivos") cambian a otra identidad
química diferente ("productos"). En el capítulo anterior, indicamos que la energía li-
bre de Gibbs depende de la cantidad de cualquier sustancia y definimos el potencial
químico como el cambio en la energía libre de Gibbs con respecto a la cantidad de
sustancia:
Ya que G varía con respecto a cada ni9 no debería sorprendernos que durante el trans-
curso del proceso químico, el total de la energía Ubre de Gibbs del sistema completo
cambie.
Definamos ahora el grado de avance í; como medida del progreso de una reacción.
Si la cantidad de moles de la í-ésima especie química del sistema en el tiempo t = O e
rcí)0, el grado de avance £ está dado por la expresión
(5.1)
mAi^fnTn^m^J^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^M
La siguiente reacción se forma con las cantidades iniciales de cada sustancia que
aparece en seguida.
En cada uno de los siguientes casos, demuestre que, sin importar qué especie se uti-
lice para determinar £, el valor de éste es el mismo.
a) Todo el P4 reacciona para formar productos.
b) Todo el PH3 reacciona para formar reactivos.
Solución
a) Si 2.0 moles de P4 reaccionan, no queda P4; así «p4 = 0.0 mol. Del H2, habrán reac-
cionado 12.0 moles y habrán quedado 6.0 moles de H2 (nH2 = 6.0). Esto da como
resultado 8.0 moles de PH3, que además del mol inicial producirá ttPÍÍ3 = 9.0 mol
De acuerdo con la definición de £ y utilizando los valores adecuados de cada espe-
cie química:
Observe que hemos empleado valores positivos o negativos de v¿, según correspon-
da, y que el grado de avance tiene unidades de moles.
b) Si todo el PH3 reacciona, nPH3 será cero y H2 y P4 habrán ganado 1.5 moles y 0.25
mol, respectivamente. Por tanto,
Estos ejemplos deberían convencernos de que £ tiene el mismo valor sin importar
la especie que se utilice y, por tanto, es una forma consistente de seguir el curso de
una reacción química. Además, vemos que £ es positivo cuando un proceso químico
se desplaza hacia la derecha de la reacción y negativo cuando se desplaza a la izquier-
da de la reacción.
Cuando una reacción se lleva a cabo, las cantidades n{ cambian. El cambio infini-
tesimal en cada cantidad, dniy puede expresarse en términos de la actividad median-
te la ecuación 5.1:
(5.2)
Conforme el valor nv cambia, también lo hace la energía libre de Gibbs del sistema, de
acuerdo con la ecuación 4.48 del último capítulo:
5.3 Equilibrio químico 123
Ya que la variable del grado de avance es la misma para todas las especies, podemo
dividir ambos miembros entre di para obtener
(5.3)
Ejemplo 53
En un recipiente sellado se lleva a cabo la siguiente reacción:
Al principio hay 3.0 moles de NO2 y no hay N2O4. Escriba dos expresiones para el
grado de avance de la reacción y una expresión que debe ser satisfecha para que se
dé el equilibrio químico.
Solución
Es posible escribir una expresión para £ en términos de NO2 o N2O4:
(5.5)
(5.9)
Ejemplo 5.4
En el caso de las cantidades molares, la energía de Gibbs estándar de la siguiente
reacción a 25 °C es de -457.14 kj:
En un sistema en el que pHi = 0.775 bar, pU2 = 2.88 bar y pH2O = 0.556 bar, deter-
mine ArcnG. Utilice 1.00 bar como presión estándar.
Solución
Primero, formulemos la expresión adecuada de Q. De acuerdo con la ecuación 5.9,
la reacción química balanceada y las condiciones dadas:
Como ArcnG° posee un valor característico para un proceso químico, el valor del co-
ciente de reacción Q en el equilibrio también tendrá un valor característico; éste reci-
be el nombre de constante de equilibrio de la reacción y le daremos el nuevo símbolo
K. Por tanto, la ecuación anterior se expresa de la siguiente manera:
(5.10)
bien, un proceso queda equilibrado por un proceso inverso. Para indicar que una
reacción, junto con su inversa, ocurren simultáneamente, normalmente se utiliza un
signo de flecha doble ^ cuando se escribe una reacción, en lugar de una sola flecha.
Las constantes de equilibrio se pueden utilizar para determinar el grado de avan-
ce de reacciones, como lo muestra el siguiente ejemplo.
EDFGGGSDF.5
En el caso de la reacción en fase gaseosa,
^T^^^^^^KJQL^^^^^^^^^^^^^^^^^^^H
Solución
a) La siguiente tabla muestra las cantidades iniciales y en el equilibrio de las sustan-
cias que intervienen en el proceso:
El lector podría verificar el valor de £ empleando cualquiera de las otras tres sustan-
cias de la reacción.
b) En equilibrio, ArcnG es igual a cero. ¿Por qué? Porque ésta es una forma de defi-
nir el equilibrio: el cambio instantáneo en la energía libre de Gibbs es cero cuando
la reacción se encuentra en equilibrio. Esto es lo que significa la igualdad de las
ecuaciones 4.9.
c) ArcnG°, por otra parte, no es cero. ArcnG° (note el símbolo °) es la diferencia en la
energía libre de Gibbs cuando los reactivos y productos se encuentran en su estado
estándar de presión y concentración. ArcnG° se relaciona con el valor de la constan-
te de equilibrio por medio de la ecuación 5.10:
Ejemplo 5.6
El yodo molecular se disocia convirtiéndose en yodo atómico a temperaturas rela-
tivamente moderadas. A 1000 K, un sistema de 1.00 L contiene inicialmente 6.00 X
10~3 moles de I2 y la presión de equilibrio final es de 0.750 atm. Precise las cantida-
des de equilibrio de I2 e I atómico; calcule la constante de equilibrio y determine i;
si el equilibrio en cuestión es:
Suponga un comportamiento de gas ideal bajo estas condiciones. Utilice atm como
la unidad estándar de la presión.
Solución
Ya que este ejemplo es un poco más complicado, diseñemos una estrategia antes de
comenzar. Supongamos que parte del yodo molecular se disociará —denotemos es-
ta cantidad con x— y que la cantidad de yodo atómico, dado por la estequiometría
de la reacción, será igual a +2x. En el caso de un volumen de 1.00 L a 1000 K, pode-
mos aplicar la ley de los gases ideales para determinar presiones parciales. Tenemos
que restringir cualquier posible respuesta al hecho de que plz + pl debe ser igual a
0.750 atm.
Construyamos una tabla para este ejemplo:
Cantidad I, 21
3
Inicial 6.00 X 10~ mol O mol
Equilibrio 6.00 X 10~3 - x + 2*
128 CAPÍTULO 5 Introducción al equilibrio químico
Por claridad, hemos eliminado las unidades de las variables. Usted debe poder reco-
nocer las unidades que lleva cada valor. Estas presiones representan las presiones
parciales de las especies en el equilibrio en esta reacción. Las emplearemos en la ex-
presión de la constante de equilibrio:
Esta segunda ecuación, en la que se entiende que las unidades son atm, se puede re-
solver inmediatamente. Si evaluamos cada expresión fraccionaria, encontramos que
En el último paso hemos limitado nuestra respuesta final a tres cifras significativas.
Si queremos la cantidad en el equilibrio de I2 y de los átomos I, necesitamos resol-
ver las expresiones correspondientes. En el caso del número de moles de reactivos y
productos, tenemos que:
De nuevo, por claridad, hemos omitido las unidades. Es fácil ver que la suma de las
dos presiones parciales es igual a 0.750 atm. La constante de equilibrio se calcula
mediante las siguientes expresiones:
Esto concuerda con una reacción cuyo equilibrio se ubica entre los reactivos puros
y los productos puros.
(5.12)
(5.13)
Esta expresión se puede aplicar sin importar el estado del reactivo o producto par-
ticular.
En el caso de las fases condensadas —es decir, sólidos y líquidos— y de los solutos
disueltos, existen diferentes expresiones para la actividad, aunque la definición de la
ecuación 5.11 es la misma para todos los materiales. En el caso de las fases condensa-
130 CAPÍTULO 5 Introducción al equilibrio químico
das, la actividad de una fase particular, a una temperatura específica y una presión es-
tándar, se representa por medio de JJL •*. En el capítulo anterior, encontramos que
donde V{ es el volumen molar del í-ésimo material. Reordenemos esta expresión pa-
ra obtener:
Ejemplo 5.7
Determine la actividad del agua en estado líquido a 25.0 °C y 100 bar de presión. El
volumen molar del H2O a esta temperatura es de 18.07 cm3.
Solución
De acuerdo con la ecuación 5.14, tenemos lo siguiente:
Observe que la actividad del líquido se aproxima a 1, aun a una presión que es 100
veces el valor de la presión normal. Por lo general, esto es cierto en el caso de fases
condensadas a las presiones que normalmente se encuentran en sistemas químicos.
Por tanto, en la mayoría de los casos las actividades de las fases condensadas pueden
aproximarse a ly así no hacen ninguna contribución numérica al valor del cociente
5.4 Disoluciones y fases condensadas 131
Las fracciones molares pueden relacionarse con otras unidades definidas de con-
centración. La relación matemática más estricta se da entre la fracción molar y la mo-
lalidad, miy y es
donde M¿ es el peso molecular del disolvente en gramos por mol, y el factor de 1000
en el numerador permite la conversión entre gramos y kilogramos. En las disolucio-
nes diluidas, la fracción molar del soluto es pequeña comparada con 1, así que el x{
en el denominador puede omitirse. Despejando xiy obtenemos:
Por consiguiente, la actividad de los solutos en una disolución diluida puede expre-
sarse de la siguiente manera:
Ya que M¿ y 1000 son constantes, el término del logaritmo puede dividirse en 2 tér-
minos, que incorporen, uno estas constantes y el otro el coeficiente de actividad y la
molalidad:
Los dos primeros términos del miembro derecho de la ecuación pueden combinarse
para formar un "nuevo" potencial químico normal, que designaremos jm,*. Así, la
ecuación anterior se convierte en:
Si comparamos esta expresión con la ecuación 5.11, obtenemos una redefinición útil
de la actividad de los solutos disueltos:
(5.16)
La ecuación 5.16 implica que es posible emplear las concentraciones para expresar el
efecto de los solutos disueltos en las expresiones del cociente de reacción y la cons-
tante de equilibrio. Para eliminar las unidades de a¿, dividimos esta expresión entre la
concentración molal normal de 1 mol/kg, representada por m°:
(5.17)
132 CAPÍTULO 5 Introducción al equilibrio químico
Ejemplo 5.8
¿Cuál es la expresión adecuada para la constante de equilibrio en términos de pre-
siones en el caso del siguiente equilibrio químico? Suponga que las condiciones se
acercan a las presiones estándares.
Solución
La expresión correcta de la constante de equilibrio es:
Las demás especies en equilibrio son fases condensadas y, si nos aproximamos a las
presiones normales, no influyen en el valor numérico de K.
Ejemplo 5.9
¿Cuál es la expresión correcta para la constante de equilibrio del siguiente equilibrio
químico, en términos de la concentración y las presiones parciales? Este equili-
brio es parcialmente responsable de la formación de la lluvia acida en la atmósfera.
Solución
La expresión adecuada del equilibrio es:
Cuando esta ecuación se aplica a una reacción química bajo condiciones de presión
estándar, ésta puede volver a escribirse de la siguiente manera:
5.5 Cambios en las constantes de equilibrio 133
£ constituye una constante y los dos signos negativos se cancelan. Esta ecuación pue-
de reordenarse para obtener la ecuación de Varít Hoff.
(5.18)
Una descripción cualitativa de los cambios en K depende del signo de la entalpia de
reacción. Si ArcnHes positiva, Kse incrementa conforme Tse incrementa y se reduce
conforme T se reduce. Por tanto, las reacciones endotérmicas se desplazan hacia los
productos al aumentar la temperatura. Si Arcnfí es negativo, el aumento de la tempe-
ratura reduce el valor de K y viceversa. Por consiguiente, las reacciones exotérmicas
se desplazan hacia los reactivos al aumentar la temperatura. Las dos tendencias cua-
litativas concuerdan con el principio de Le Chatelier, esto es, que el equilibrio que se
somete a una acción perturbadora externa se desplazará en la dirección que reduzca
al mínimo el efecto de dicha acción.
Una forma matemática equivalente de la ecuación de Van't Hoff es:
(5.19)
Ésta resulta útil porque implica que una gráfica de In Ken función de I/T tiene una
pendiente de -(Arcnf/°)/]?. Los valores de Arcníí pueden determinarse gráficamente
midiendo las constantes de equilibrio en función de la temperatura (compare esto
con la gráfica análoga de la ecuación de Gibbs-Helmholtz; ¿qué diferencias y simili-
tudes hay entre las dos gráficas?). La figura 5.4 muestra un ejemplo de esta gráfica.
Es posible determinar una forma de la ecuación de Van't Hoff que nos permita ha-
cer mejores predicciones desplazando las variables de la temperatura a un miembro
de la ecuación 5.18 e integrando ambos miembros:
Figura 5.4 Gráfica de la ecuación de Van't Hoff de acuerdo con la ecuación 5.19. Esta clase de gráfi-
cas constituyen una forma de determinar ArcnH.
134 CAPÍTULO 5 Introducción al equilibrio químico
(5.20)
Podemos aplicar esta expresión para calcular los valores de las constantes de equili-
brio a diferentes temperaturas tomando en cuenta el cambio en la entalpia estándar;
o podemos calcular el cambio de la entalpia estándar si conocemos la constante de
equilibrio a dos diferentes temperaturas, en lugar de trazar una gráfica de los datos
como se sugiere con la ecuación 5.19.
Ejemplo 5.10
La dimerización de una proteína tiene las siguientes constantes de equilibrio a las
temperaturas indicadas: K(4 °C) = 1.3 X 107,K(15°C) - 1.5 X 107. Calcule la en-
talpia estándar de reacción para este proceso.
Solución
De acuerdo con la ecuación 5.20 y recordando convertir nuestras temperaturas a
kelvins, tenemos que:
ATS SDASE5252MnignheasswrweaCTIONODFendn:
Ejemplo 5.11
En el ejemplo 5.6, las presiones parciales de equilibrio de I2 e I en la fase gaseosa fue-
ron de 0.235 y 0.515 atm, con un valor de la constante de equilibrio de 1.13. Supon-
5.6 Equilibrio de aminoácidos 135
Solución
Si la presión se reduce repentinamente a 0.500 L de forma isotérmica, entonces las
presiones parciales de I2 e I se duplican a 0.470 y 1.030 atm, respectivamente. En res-
puesta a esta acción perturbadora, el equilibrio se desplazará para reestablecer el va-
lor propio de la constante de equilibrio, que es de 1.13. Nuestras cantidades iniciales
y de equilibrio son:
Presión (atm) I2 ^ 21
Inicial 0.470 1.030
Equilibrio 0.470 + x 1.030 - 2x
Ésta posee dos raíces: x = 1.203 y x = 0.110. La primera raíz resulta imposible física-
mente, ya que tendríamos una expresión negativa para I. Por consiguiente, x = 0.110
constituye la única solución algebraica aceptable, y nuestras presiones finales son:
El lector puede verificar que estos valores aún proporcionan el valor correcto de
la constante de equilibrio. Observe que la presión parcial de I se ha reducido con
respecto a su presión original, duplicada instantáneamente, y que la presión parcial
de I2 se ha elevado —de acuerdo con el principio de Le Chatelier.
Por último, observemos que si se añade un gas inerte a un equilibrio en fase gaseo-
sa, pueden suceder dos cosas, dependiendo de las condiciones. Si el hecho de añadir el
gas inerte no altera las presiones parciales de las especies en fase gaseosa (digamos, que
más bien el volumen se incremente), la posición del equilibrio no cambia. Sin embar-
go, si la presión del gas inerte altera las presiones parciales de las especies de fase ga-
seosa, entonces la posición de equilibrio cambia, según lo ilustra el ejemplo 5.11.
donde R representa los diferentes grupos R que distinguen diversos aminoácidos. Pa-
ra todos los aminoácidos existirá una serie de equilibrios entre los distintos iones, cu-
yos grados de equilibrio dependen de la presencia —o ausencia— de iones libres H+
provenientes de otras fuentes —como otros ácidos—:
(5.21)
La constante de equilibrio í^ es la constante de equilibrio para la disociación acida
involucrada en la ionización del grupo -COOH. La constante de equilibrio K2 es la
constante de equilibrio de la disociación acida en la pérdida de H+ a partir del gru-
po -NH3+ (los iones H+ se han eliminado de la ecuación 5.21 por cuestiones de cla-
ridad). La presencia o ausencia de H + , no obstante, dictará el grado de cada equilibrio
en la ecuación 5.21.
Por sencillez, en las tablas normalmente se incluye el logaritmo negativo de los va-
lores de K. El logaritmo negativo —base 10— de la constante de equilibrio se repre-
senta mediante pK:
(5.22)
La tabla 5.1 contiene los valores de los pK para los aminoácidos en las proteínas.
Cuando el pH de la disolución permite la existencia de los aminoácidos en su forma
de zwiterión, este pH recibe el nombre de punto isoeléctrico de dicho aminoácido. En
Tabla 5, t Valores pIC para muchos casos, el punto isoeléctrico se encuentra a la mitad de dos pK, pero éste no
los aminoácidos es el caso con aminoácidos que tienen otros grupos ácidos o básicos. Como lo indica
aiiitedidto P^t P^a la tabla 5.1, los aminoácidos tienen un comportamiento variable en disoluciones
Ácido'^fiftó 1MB 9.60 acuosas. Lo importante aquí consiste en que los procesos de equilibrio son importan-
Á¿a$|tótóimco 2.19 9.67 tes para la química de los aminoácidos y, por extensión, para la química de las proteí-
Alaaua. 2.34 9*69 nas.
Arpaiaa 2,17 9,04 El concepto de equilibrio también es importante en los procesos bioquímicos tales
Asptragim 2.02 8,80 como el intercambio de O2/CO2 en la hemoglobina (por ejemplo, véase el ejercicio 5.7
Citóla Í.96 10.28 al final de este capítulo), el enlace de pequeñas moléculas a cadenas de DNA —como
Feaflitaam 1.83 9.13 podría ocurrir en el proceso de transcripción— y la interacción de sustratos y enzi-
Glicina 234 9.60 mas. Los efectos de la temperatura son importantes en el proceso de desnaturalización
Glutamina 2,17 943 de las proteínas. Es obvio que las ideas de este capítulo se pueden aplicar ampliamen-
Histirfíia 1,82 9,17 te a todas las reacciones químicas, aun a las que son muy complejas.
Isoleucína 2.36 9,60
Leticina 2.36 9,60
Lisina 2,18 8,95 5.7 Resumen
Metiottina 2.28 -9,21 El equilibrio químico se definió en términos de una energía libre de Gibbs mínima
Ptoiaa L99 10,60 con respecto al grado de avance de la reacción. Ya que la energía libre de Gibbs se re-
Sefiaa 2,21 9.15 laciona con el potencial químico, podemos emplear las ecuaciones que incluyen el
Tiroitia 2JO 9.11 potencial químico para deducir algunas ecuaciones relacionadas con las condiciones
Treouína 2.09 9.10
IHptétoo 2,83 939
Valiim 232 9,62 *La palabra zwiterión proviene de la palabra alemana zwitter, que significa "híbrido".
5.7 Resumen 137
5.2 y 5.3 Equilibrio y equilibrio químico 5.8 1.00 g de sacarosa, C12H22On, se disuelve completamen-
te en 100.0 mL de agua. Sin embargo, si se añadieran 200.0 g
5.1 ¿Puede una batería con voltaje considerarse un sistema en
de sacarosa a la misma cantidad de agua, sólo 164.0 g se di-
equilibrio? ¿Qué hay acerca de una batería muerta? Justifique
solverían. Escriba las reacciones de equilibrio para ambos siste-
cada conclusión.
mas y haga comentarios sobre las diferencias entre éstas.
5.2 ¿Cuál es la diferencia entre un equilibrio estático y un 5.9 Si los gases de N2, H2 y NH3 se encontraran contenidos en
equilibrio dinámico? Proporcione diferentes ejemplos a los que un sistema en el que la presión total fuera de 100.0 bar, enton-
aparecen en el texto. ¿En qué se asemejan los dos tipos de ces los términos p° en la ecuación 5.9 serían ¡guales a 100.0 bar.
equilibrio? ¿Esto es verdadero o falso? Explique su respuesta.
5.3 ¿Qué sistema en cada par representa, de forma óptima, 5.10 Determine ArcnC° y ArcnC en el caso de la siguiente reac-
especies en equilibrio bajo condiciones de temperatura y pre- ción a 25°C, utilizando los datos del apéndice 2. Las presione
sión estándares? Esté atento el lector para justificar su elección. parciales de los productos y los reactivos aparecen en la ecua-
ción química.
a) Rb y H2O o Rb+ y OH~ & H2
b) Na y CI2 o NaCI (cristal)
c) HCI y H2O o H+ (ac) y Cl~ (ac) 5.11 En química de la atmósfera, la siguiente reacción quími-
d) C (diamante) o C (grafito) ca convierte SO2, el óxido predominante del azufre que provie-
ne de la combustión de materiales que contienen S, en SO3,
5.4 Las disoluciones supersaturadas pueden formarse disol- que puede combinarse con H2O para formar ácido sulfúrico
viendo más soluto del que normalmente se disolvería en una —lo cual contribuye, por consiguiente, a la lluvia acida:
disolución. Sin embargo, estas disoluciones son inestables por
naturaleza. Una partícula de cristal de acetato de calcio,
Ca (C2H3O2)2, precipita el exceso de soluto a partir de una diso- a) Escriba la expresión para K en el caso de este equilibrio.
lución supersaturada de acetato de calcio. Cuando el exceso de b) Calcule el valor de AC° para este equilibrio, utilizando los va-
soluto ha terminado de precipitarse, se establece un equilibrio lores de AfC° del apéndice 2.
químico. Escriba las ecuaciones químicas de dicho equilibrio, c) Calcule el valor de K para este equilibrio.
así como la reacción química neta que ocurre en general.
d) Si se encierran 1.00 bar de SO2 y 1.00 bar de O2 en un sis-
5.5 La siguiente es una reacción química entre el zinc metáli- tema, en presencia de SO3 líquido, ¿en qué dirección se des-
co y el ácido clorhídrico en un sistema cerrado: plazará el equilibrio?
5.12 Supongamos que en una reacción ocurre el equilibrio
cuando las presiones parciales de los reactivos y los productos
Si las cantidades presentes al inicio son de 100.0 g de zinc y tienen un valor de 1 bar. Si el volumen del sistema se duplica-
150.0 mL de HCI 2.25 M, determine los valores máximo y mí- ra, todas las presiones parciales tendrían un valor de 0.5 bar.
nimo posibles de £ en esta reacción. ¿Seguiría en equilibrio el sistema? ¿Por qué?
5.6 La siguiente es una reacción con condiciones iniciales 5.13 Demuestre que /(= K112 si los coeficientes de una reac-
(cantidades de cada sustancia): ción química balanceada se dividieran entre dos. Dé un
ejemplo.
5.14 La reacción química balanceada para la formación del
amoniaco a partir de sus elementos es:
a) Determine £ si 1.5 moles de P4 reacciona para formar pro-
ductos. a) ¿Cuál es el valor de ArcnC° para esta reacción?
b) ¿En este caso es posible que £ sea igual a 3? ¿Por qué? b) ¿Cuál es el ArcnC para esta reacción si todas las especies tie-
5.7 La hemoglobina en la sangre establece rápidamente un nen una presión parcial de 0.500 bar a 25 °C? Suponga que las
equilibrio con el oxígeno en forma de gas. El equilibrio puede fugacidades son iguales a las presiones parciales.
representarse de la siguiente manera: 5.15 Las respuestas del ejercicio 5.14 deberían demostrar que
la alteración de la presión parcial modifica el ArcnC instantáneo,
aun cuando la razón de las presiones parciales permanece igual
donde "heme" representa la hemoglobina y "heme-O2" repre- (es decir, 1:1:1, de acuerdo con las condiciones de presión es-
senta el complejo hemoglobina-oxígeno. El valor de la cons- tándar, es igual a 0.5:0.5:0.5 según las condiciones dadas). Es-
tante de equilibrio en esta reacción es de aproximadamente to sugiere la interesante posibilidad de que, bajo determinada
9.2 x 1018. El monóxido de carbono también se enlaza con la presión parcial p igual para todos los componentes, la reacción
hemoglobina mediante la siguiente reacción: se invierta; es decir, que el ArcnG instantáneo se vuelva negativo.
Determine p para este equilibrio (para encontrar la respuesta se-
rá necesario aplicar las propiedades de los logaritmos, según se
Esta reacción tiene una constante de equilibrio de 2.3 x 1023. explicaron en el capítulo). ¿Esta respuesta tiene alguna impor-
¿Cuál de los equilibrios de reacción se desplaza más hacia los tancia para aquellos que trabajan con gases a altas o a bajas
productos? ¿Esta respuesta justifica la toxicidad del CO? presiones? ¿Qué piensa el lector?
5.20 Supongamos que la reacción del ejemplo 5.5 ocurre en A partir de los datos, calcule Arcnft° para la reacción.
un vaso de laboratorio de 20.0 L. ¿Serían diferentes las canti- 5.27 En una reacción cuyo cambio de entalpia estándar es de
dades en el equilibrio? ¿Qué hay acerca de £ en el equilibrio? -100.0 kj, ¿qué temperatura se requiere para duplicar la cons-
tante de equilibrio a partir de su valor a 298 K? ¿Qué tempera-
5.4 Disoluciones y fases condensadas tura se requiere para incrementar la constante de equilibrio en
5.21 Escriba las expresiones correctas para la constante de un factor de 10? ¿Qué sucedería si el cambio de entalpia están-
equilibrio en las siguientes reacciones. dar fuera de -20.0 kj?
a) 5.28 Considere el siguiente equilibrio:
b)
¿Cuál es el efecto sobre el equilibrio de cada uno de los si-
c)
guientes cambios? (Quizás sea necesario calcular algunas ental-
pias estándar o cambios en la energía libre de Gibbs para
5.22 El AfC° del diamante, una forma cristalina del carbón ele- responder estos incisos.)
mental, es de +2.90 kj/mol a 25.0 °C. Proporcione la constan- a) La presión aumenta por reducción en el volumen.
te de equilibrio para la reacción
b) La temperatura disminuye.
c) La presión se incrementa como consecuencia de añadir gas
Sobre la base de la respuesta, haga conjeturas sobre la forma- nitrógeno, N2.
ción natural del diamante.
5.29 Demuestre que las ecuaciones 5.18 y 5.19 son equiva-
5.23 Las densidades del grafito son de 2.25 y 3.51 g/cm3, res- lentes.
pectivamente. De acuerdo con la expresión:
5.6 Equilibrio de aminoácidos
5.30 De los aminoácidos que aparecen en la tabla 5.1, ¿cuál
de ellos debería tener un punto isoeléctrico próximo a 7, el
y la ecuación 5.14, calcule la presión necesaria para que ArcnC pH del agua neutra?
sea igual a cero. ¿Cuál es la fase sólida estable del carbón a pre-
sión alta? 5.31 Determine las concentraciones de las tres formas iónicas
de la glicina presentes, si se utilizan 1.0 mol de glicina para for-
5.24 El buckminsterfullereno, C60, es una molécula esférica mar 1.00 L de disolución acuosa. pK^ = 2.34, pK2 = 9.60.
formada por hexágonos y pentágonos de átomos de carbono, ¿Es necesario hacer alguna otra suposición para simplificar los
cuya estructura se asemeja a la de una cúpula geodésica. Nor- cálculos?
Un sistema inicia con 10.0 mol de CH4y 3.75 mol de Br2 y 0.00
mol de los dos productos. Trace una gráfica de £ en función de la constante de equilibrio tiene un valor de 4.33 x 10~2 a de-
la cantidad de cada producto y reactivo. Comente las diferen- terminada temperatura elevada. Calcule las concentraciones
cias que se observen en la gráfica. de equilibrio de todas las especies si la cantidad inicial de SO3
fuera de:
5.33 En el caso de la reacción en fase gaseosa
a) 0.150atm
b)0.100atm
ArcnC° es igual a -457.18 k). ¿Cuál es la apariencia de una grá- c) 0.001 atm
fica de AC en función de In Q (In Q varía de -50 a +50) a 25 °C?
Varíe la temperatura y averigüe si la gráfica se ve sustancial-
mente diferente a distintas temperaturas.
6.1 Sinopsis
6.2 Sistema de un solo
componente
6.3 Transiciones de fase
6.4 Ecuación de Clapeyron
6.5 Ecuación de
E
Clausius-Clapeyron
n el capítulo anterior se introdujeron algunos de los conceptos del equilibrio. En
6.6 Diagramas de fase este y en el siguiente capítulo se ampliarán dichos conceptos, conforme los apli-
y regla de las fases
quemos a cierto tipo de sistemas químicos. Nos concentraremos en los sistemas más
6.7 Variables naturales simples, aquellos que consisten de un solo componente químico. Podría parecer ex-
y potencial químico traño que dediquemos mucho tiempo a dichos sistemas simples, pero existe una ra-
6.8 Resumen zón; las ideas que desarrollemos relacionadas con estos sistemas simples, se aplican a
los más complejos. Cuanto más completos sean los conceptos básicos elaborados,
más fácil será aplicarlos a los sistemas reales.
6.1 Sinopsis
Muy pocas clases de equilibrio pueden tomarse en cuenta para los sistemas de un solo
componente, pero ellos proporcionan las bases para comprender el equilibrio de los
sistemas multicomponentes. Primero definiremos componente y fase. Aprovecha-
remos algunas fórmulas matemáticas del capítulo anterior para deducir nuevas expre-
siones que podamos utilizar para estudiar el equilibrio de los sistemas de un solo
componente. En dichos sistemas simples, los métodos gráficos para ilustrar este tipo de
equilibrio —diagramas de fase— resultan de utilidad. Analizaremos algunos ejemplos
sencillos de diagramas de fase y discutiremos la información que nos suministran. Por
último, introduciremos una ecuación simplificadora que recibe el nombre de regla de
las fases de Gibbs, que también es útil para los sistemas multicomponentes.
Por otra parte, una mezcla de limaduras de hierro y polvo de azufre está formada
por los dos componentes: hierro y azufre. La mezcla pudiera parecer que consta de
un solo componente, pero una mirada de cerca revela dos distintos materiales en el
sistema con propiedades únicas. Esta mezcla de Fe-S es, por lo tanto, un sistema de
dos componentes. La frase "químicamente no homogéneo" se utiliza para describir
sistemas multicomponentes.
Una disolución constituye una mezcla homogénea. Ejemplos de disoluciones in-
cluyen el agua salada [NaCl (s) disuelto en H2O] y la aleación llamada latón, que es
una disolución sólida de cobre y cinc. Las disoluciones son un poco más difíciles de
estudiar, ya que los componentes aislados quizás no tengan la misma identidad quí-
mica cuando se encuentran en disolución. Por ejemplo, NaCl (s) y H2O (€) son dos
componentes químicos, pero el NaCl (ac) consta de los iones Na+ (ac) y Cl~ (ac) y de
un exceso de disolvente H2O. Cuando utilicemos disoluciones como ejemplo de sis-
tema, seremos explícitos al definir los componentes del sistema. Aun cuando las di-
soluciones sean homogéneas, en este capítulo no estudiaremos las propiedades de
éstas.
En este capítulo estudiaremos sistemas de un solo componente —es decir, siste-
mas con la misma composición química. Sin embargo, existe otra forma de describir
el estado de un sistema además de la composición química de éste. Sabemos que la
materia se encuentra presente en tres diferentes formas. Una fase es una parte de
la materia que tiene un estado físico uniforme y diferenciado de las demás fases. Quí-
micamente, reconocemos las fases sólida, líquida y gaseosa. También estamos cons-
cientes de que una sustancia química puede tener más de una forma sólida, y que
dicha forma constituye una fase sólida distinta. Los sistemas de un solo componente
pueden presentarse simultáneamente en una o más fases, y aplicaremos los concep-
tos de equilibrio del último capítulo para comprender las transiciones de fase en estos
sistemas.
Ejemplo 6.1
Identifique la cantidad de componentes y fases en cada sistema. Suponga que no hay
más componentes en el sistema que los indicados.
a) Un sistema que contiene hielo y agua.
b) Una solución 50:50 de agua y etanol, C2H5OH.
c) Un tanque presurizado de dióxido de carbono que contiene líquido y gas.
d) Un calorímetro de bomba con una bolita de ácido benzoico, C6H5COOH (s), y
25.0 bar de gas O2.
e) El mismo calorímetro de bomba después de la explosión, en el que el ácido ben-
zoico se convirtió en CO2 (g) y H2O (€), suponiendo un exceso de oxígeno.
Solución
a) El agua congelada contiene H2O en estado sólido y líquido, así que hay un solo
componente y dos fases.
b) Tanto el agua como el etanol son líquidos, así que sólo hay una fase de dos com-
ponentes.
c) Como en el caso del agua congelada, el dióxido de carbono presurizado con lí-
quido y gas en un tanque consta de un solo componente químico en dos fases.
d) En un calorímetro de bomba que no ha explotado, la bolita sólida y el oxígeno
constituyen dos componentes y dos fases.
e) Después de la explosión, el ácido benzoico se quema para formar gas de dióxido
de carbono y agua en estado líquido. En la presencia de exceso de O2, hay, por lo tan-
to, tres componentes en dos fases.
6.2 Sistema de un solo componente 143
Ahora analicemos algo que nos resulta tan obvio que no le prestamos la debida
atención. La fase estable de un sistema de un solo componente depende de las condi-
ciones del sistema. Utilicemos el agua como ejemplo. Cuando hace frío en el ambien-
te, podría nevar (vemos H2O en estado sólido), pero cuando hace más calor, llueve
(vemos H2O en estado líquido). Para preparar espagueti tenemos que hervir agua
(hacer que el H2O se convierta en gas). La temperatura del sistema determina la fase
estable del H2O. Esta idea es obvia para la mayoría. Lo que no podría parecemos tan
obvio es el hecho de que la fase de cualquier sistema de un solo componente depen-
da de todas las condiciones del sistema. Dichas condiciones son: la presión, la tempe
ratura, el volumen y la cantidad de materia en el sistema.
Tabla 6.1 Transiciones de fase3 Una transición de fase ocurre cuando un componente puro cambia de fase. La ta-
Término Transición bla 6.1 contiene los diferentes tipos de transiciones de fase, la mayoría de los cuales
Derretimiento debieran parecer familiares al lector. También hay transiciones de fase entre diferen-
(fusión) Sólido —» líquido tes formas sólidas de un componente químico, característica que recibe el nombre de
Ebullición polimorfismo. Por ejemplo, el carbono elemental se presenta en forma de grafito o
(vaporización) Líquido —» gas diamante, y las condiciones para la transición de fase entre las dos formas son bien
Sublimación Sólido -» gas conocidas. El H2O en estado sólido puede adoptar estructuralmente por lo menos
Condensación Gas -» líquido seis diferentes formas sólidas, dependiendo de la temperatura y de la presión. Deci-
Condensación mos que el agua tiene por lo menos seis polimorfos. (Cuando se aplica a los elemen-
(depositadón) Gas —» sólido tos, utilizamos la palabra alotropía en lugar de polimorfismo. El grafito y el diamante
Solidificación son dos alótropos del elemento carbono.) En forma mineral, el carbonato de calcio
(congelamiento) Líquido —» sólido existe ya sea como aragonita o como calcita, dependiendo de la forma cristalina del
a
No hay un término específico para referirse a la
transición fase sólida —» fase sólida entre dos for-
sólido.
mas sólidas deí mismo componente. Para la mayoría de las condiciones constantes de volumen, cantidad de mate-
ria, presión y temperatura, un sistema de un solo componente posee una fase estable
única. Por ejemplo, un litro de H2O a la presión atmosférica y 25 °C normalmente se
encuentra en fase líquida. Sin embargo, bajo las mismas condiciones de presión pero
a 125 °C, un litro de H2O existiría en forma de gas. Éstas son las fases termodinámi
camente estables bajo estas condiciones.
En el caso de un sistema aislado de un solo componente con un volumen y canti-
dad de materia fijos a determinados valores de presión y temperatura, puede existir
más de una fase simultáneamente. Si las variables de estado del sistema son constan-
tes, el sistema se encuentra en equilibrio. Por lo tanto, es posible que existan dos o más
fases en un sistema en equilibrio.
Si el sistema no se encuentra aislado sino únicamente cerrado, entonces puede en-
trar o salir energía en forma de calor de éste. En ese caso, las cantidades relativas de
cada fase cambiarán. Por ejemplo, en un sistema que contiene dimetil sulfóxido sóli-
do (DMSO, por sus siglas en inglés) y DMSO líquido a 18.4 °C y a la presión atmos
férica, cuando se agrega calor al sistema, parte de la fase sólida se derretirá para
formar parte de la fase líquida. El sistema aún se encuentra en equilibrio químico,
aunque las cantidades relativas de las fases cambien (lo que constituye un cambio fí-
sico). Esto también es cierto para otras transiciones de fase. A la presión atmosférica
y 189 °C, el DMSO líquido puede estar en equilibrio con el DMSO gaseoso. Si se agre-
ga o se retira calor, el DMSO pasará de la fase líquida a la gaseosa o de la fase gaseo-
sa a la líquida, respectivamente, mientras se mantiene en equilibrio químico.
Dados un volumen y una cantidad de materia, la temperatura a la que estos equi-
librios pueden presentarse varía con respecto a la presión, y viceversa. Por lo tanto, re-
sulta conveniente identificar ciertas condiciones como puntos de referencia. El punto
de fusión normal es la temperatura a la que un sólido puede estar en equilibrio con su
fase líquida a 1 atm de presión.1 Ya que las fases sólida y líquida se encuentran dema
siado condensadas, el punto de fusión de componentes únicos se ve afectado sólo por
grandes cambios de presión. El punto de ebullición normal es la temperatura a la que
un líquido puede estar en equilibrio con su fase gaseosa a 1 atm. Puesto que el com-
portamiento de una de las fases —la fase gaseosa— depende considerablemente de la
presión, los puntos de ebullición pueden variar mucho, incluso con pequeños cam-
bios de presión. Por lo tanto, necesitamos cerciorarnos de que conocemos la presión
cuando estudiamos procesos de ebullición, sublimación o condensación.
Si la presencia de dos distintas fases en un sistema cerrado de un solo componen-
te representa un proceso en equilibrio, podemos utilizar algunas de las ideas y ecua-
ciones del capítulo anterior. Por ejemplo, consideremos los potenciales químicos de
cada fase de, digamos, un equilibrio sólido-líquido, como el que se ilustra en la figu-
ra 6.1. Suponemos que la presión y la temperatura son constantes. La ecuación de la
variable natural para G (ecuación 4.48) debe satisfacerse; así que
Normalmente cuando hay equilibrio entre la fase sólida y la líquida escribimos lo si-
guiente:
Es decir, que los potenciales químicos de las dos fases son iguales. Abundemos sobre
el tema y digamos que en equilibrioy los potenciales químicos de las múltiples fases del
mismo componente son iguales.
Puesto que estamos considerando un sistema cerrado con un solo componente,
hay otras dos condiciones implícitas para un sistema en equilibrio:
6.3 Transiciones de fase 145
Ejemplo 6.2
Determine si los potenciales químicos de las dos fases indicadas son iguales o dife-
rentes. Si son diferentes, indicar cuál de ellos es más bajo.
a) Mercurio líquido, Hg (€), o mercurio sólido, Hg (s), a su punto de fusión normal
de-38.9 °C.
b) H2O (€) o H2O (g) a 99 °C y 1 atm.
c) H2O (€) o H2O (g) a 100 °C y 1 atm.
d) H2O (€) o H2O (g) a 101 °C y 1 atm.
e) Cloruro de litio sólido, LiCl, o gaseoso a 2 000 °C y una presión normal (el pun-
to de ebullición normal del LiCl es de aproximadamente 1 350 °C).
f ) Oxígeno, O2, u ozono, O3, a STP.
Solución
a) En el punto de fusión normal, las fases sólida y líquida pueden estar en equilibrio.
Por lo tanto, los dos potenciales químicos son iguales.
b) A 99 °C, la fase líquida del agua corresponde a la fase estable; así, juLH2o,€ < M^ag-
c) 100 °C constituyen el punto de ebullición normal del agua; así que a dicha tem-
peratura los potenciales químicos son iguales.
d) A 101 °C, la fase gaseosa corresponde a la fase estable del H2O. Por lo tanto,
M^ag < lJLH2o,€ (note la diferencia que marca 2°).
e) Ya que la temperatura establecida se encuentra por encima del punto de ebulli-
ción normal del LiCl, el potencial químico del LiCl en fase gaseosa es inferior al del
LiCl en fase sólida.
f ) Ya que el oxígeno diatómico es el alótropo más estable del oxígeno, esperamos
que |UL02 < juLo3. Observe que este ejemplo no implica ninguna transición de fase.
(6.4)4)
146 CAPÍTULO 6 Equilibrio en sistemas de un solo componente
(6.5)
En esta expresión, m es la masa del componente del sistema. Estamos utilizando el
subíndice "trans" para representar cualquier transición de fase: fusión, vaporización
o sublimación. Normalmente es responsabilidad de quien resuelve el problema com-
prender la dirección inherente del flujo de calor, ya sea exotérmica o endotérmica, y
utilizar el signo correcto para AtransH.
En términos de moles, la ecuación 6.5 se expresa de la siguiente manera:
(6.7)
Ya que Atransfí representa los valores de AvapHy A^ff que comúnmente aparecen en
las tablas, resulta relativamente fácil calcular el cambio de entropía que acompaña a
una transición de fase. Sin embargo, los valores de Avapff y A^H normalmente apa-
recen en las tablas como números positivos. Esto implica un proceso endotérmico. Só-
lo la fusión y la vaporización son de naturaleza endotérmica; las transiciones de fase
de condensación (de gas a líquido y de gas a sólido) y las transiciones de fase de cris-
talización o solidificación son de naturaleza exotérmica. Cuando se aplica la ecuación
6.7 para calcular el cambio de entropía, la naturaleza endotérmica o exotérmica del
proceso debe determinarse para adoptar el signo correcto de AtransS. El ejemplo 6.3
ilustra este hecho.
Ejemplo 63
Calcule el cambio de entropía para las siguientes transiciones de fase.
a) Un mol de mercurio líquido, Hg, se congela a su punto de fusión normal de
-38.9 °C. El calor de fusión del mercurio es de 2.33 kj/mol.
b) Un mol de tretracloruro de carbono, CC14, se vaporiza a su punto de ebullición
normal de 77.0 °C. El calor de vaporización del tetracloruro de carbono es de
29.89 kj/mol.
148 CAPÍTULO 6 Equilibrio en sistemas de un solo componente
Solución
a) El proceso químico específico que constituye el congelamiento del mercurio es:
Éste ocurre a -38.9 °C o 234.3 K. Cuando la fase líquida pasa a la fase sólida, debe
perderse calor; de esta manera, el proceso es de naturaleza exotérmica. Por lo tanto,
AtransH es en realidad de -2.33 kj/mol o -2 330 J/mol (no se usa el valor positivo
2.33 kj/mol para el A^H del Hg). Para determinar el cambio de entropía tenemos:
Ésta ocurre a la presión atmosférica normal y a 77.0 °C, o 350.2 K. Para pasar de
la fase líquida a la fase gaseosa, debe suministrarse energía al sistema, lo cual signi-
fica que este cambio es de naturaleza endotérmica. Por lo tanto, podemos utilizar
directamente AvapH. En el caso del cambio de entropía tenemos que
En fecha tan temprana como 1884 se observó que muchos compuestos tienen un
AvapS de alrededor de 85 J/mol-K. Este fenómeno recibe el nombre de regla de Trou-
ton. Las desviaciones de la regla de Trouton se presentan en el caso de sustancias con
fuertes interacciones intermoleculares, como el enlace de hidrógeno. La tabla 6.2 con-
tiene una lista de valores de AvapHy AvapS para algunos compuestos. El hidrógeno y
el helio tienen entropías de vaporización muy reducidas. Los compuestos con un en-
lace de hidrógeno fuerte, como el agua (H2O) y el etanol (C2H5OH), tienen entropías
de vaporización más altas que las esperadas. La tabla 6.2 también contiene valores de
AfusHy AfosS para estos compuestos.
Por analogía respecto a la expresión de la variable natural para G, si se cuenta con una
cantidad total de sustancia constante, el cambio infinitesimal de JJL, d|Ji, conforme
la presión y la temperatura varían infinitesimalmente, se encuentra dada por la ex-
presión:
(6.8)
(Compare esta expresión con la ecuación 4.17.) Si el equilibrio multifásico experi-
mentara un cambio infinitesimal en To p, el equilibrio cambiaría infinitesimalmen-
te, pero aún permanecería en equilibrio. Esto significa que el cambio en |xfasel sería
igual al cambio en |JLfase2. Es decir que
6.4 Ecuación de Clapeyron 149
(6.9)
Ejemplo 6.4
Calcule la presión que se requiere para fundir agua a -10 °C si el volumen molar del
agua en estado líquido es de 18.01 mL y el volumen molar del hielo es de 19.64 mL.
El valor de AS para este proceso es de +22.04 J/K; puede suponer que estos valores
permanecen relativamente constantes con respecto a la temperatura. Se necesitará
el siguiente factor de conversión: 1 L-bar = 100 J.
Solución
El cambio en el volumen molar de la reacción
Tenemos que utilizar el factor de conversión dado para obtener una unidad de pre-
sión reconocible:
Ya que 1 bar es igual a 0.987 atm, se requieren 1 330 atm para reducir el_ punto de
fusión del agua a -10 °C. Se trata de una aproximación, ya que A V y AS serían li-
geramente diferentes a -10 °C que a O °C (el punto de fusión normal del hielo), o a
25 °C (la temperatura termodinámica común). Sin embargo, ésta constituye una
buena aproximación, ya que A V y AS no varían mucho a lo largo de dicho peque-
ño intervalo de temperaturas.
Ejemplo 6.5
Estime la presión necesaria para obtener diamante a partir de grafito a una tempe-
ratura de 2 298 K, es decir, con AT= (2 298 - 298) K = 2 000 K. (Esta conversión la
consiguió, a nivel industrial, por primera vez General Electric en 1955.) Utilice la si-
guiente información:
Solución
De acuerdo con la ecuación de Clapeyron,
(6.11)
(6.12)
Ejemplo 6.6
¿Qué presión se requiere para cambiar el punto de ebullición del agua de su valor a
1.000 atm de 100 °C (373 K) a 97 °C (370 K)? El calor de vaporización del agua e
de 40.7 kj/mol. La densidad del agua en estado líquido a 100 °C es de 0.958 g/mL 7
la densidad del vapor es de 0.5983 g/L. Será necesario utilizar la relación 101.32 J -
1 L-atm.
152 CAPÍTULO 6 Equilibrio en sistemas de un solo componente02540
Solución
Primero calculemos el cambio de volumen. Para LOO mol de agua con una masa
de 18.01 g, el volumen del líquido es de 18.01/0.958^ 18.8 mL. Para 1.00 mol de
vapor, el volumen es de 18.01/0.5983 = 30.10 L. AV es de 30.10 L - 18.8 mL =
30,08 L por mol de agua (observe las unidades de los volúmenes). Aplicando la
ecuación 6.12, obtenemos:
Si también suponemos que el gas se rige por la ley de los gases ideales, podemos sus-
tituir RT/p en lugar del volumen molar del gas:
(6.14)
Ejemplo 6.7
Todos los líquidos tienen presiones de vapor características que varían con respecto
a la temperatura. La presión de vapor característica del agua pura a 22.0 °C es de
19.827 mmHg y a 30.0 °C es de 31.824 mmHg. Utilice estos datos para calcular el
cambio de entalpia por mol para el proceso de vaporización.
Solución
Debemos expresar las temperaturas en kelvin, las cuales equivalen a 295.2 y 303.2 K.
De acuerdo con la ecuación 6.14:
Ejemplo 6.8
La presión de vapor del mercurio a 536 K es de 103 torr. Estime el punto de ebulli-
ción normal del mercurio, en el que su presión de vapor es de 760 torr. El calor de
vaporización del mercurio es de 58.7 kj/mol.
Solución
De acuerdo con la ecuación de Clausius-Clapeyron, tenemos que
Otra forma de enunciar este hecho consiste en calcular el logaritmo inverso en am-
bos miembros de la ecuación para obtener:
Ejemplo 6.9
La línea entre las fases sólida y líquida en el diagrama de fase del H2O de la figura
6.3 es justo una recta, lo cual indica una pendiente constante. Utilice las respuestas
del ejemplo 6.4, la fusión del hielo, para calcular el valor de la pendiente de dicha
recta.
Solución
Recordemos que una de las definiciones de pendiente de una recta es Ay/Ax El eje
y representa a la presión y el eje x a la temperatura; así, en el caso de Ap/AT espera-
mos una pendiente cuyas unidades son: bar/K o atm/K. El ejemplo 6.4 demos-
tró que se requieren 1.35 X 103 bar para alterar el punto de fusión del agua en
-10 °C, que equivalen a -10 K. Por lo tanto, Ap/AT es igual a (1.35 X 103 bar)/
(-10 K) o -1.35 X 102 bar/K. Ésta es una pendiente bastante grande.
Otro aspecto que debemos notar en el ejemplo es que la pendiente es negativa. Ca-
si todos los compuestos tienen una pendiente positiva para la recta de equilibrio só-
lido-líquido, ya que los sólidos tienen un volumen menor que el que tiene la misma
cantidad de líquido. La pendiente negativa constituye una consecuencia del incre-
mento de volumen que experimenta el H2O cuando se solidifica.
Figura 6.4 Diagrama de fase para el
La recta de equilibrio solido-gas representa aquellas condiciones de presión y tem-
dióxido de carbono, CO2. Observe que
conforme la temperatura del CO2 sólido se peratura en las que ocurre la sublimación. En el caso del H2O, obviamente la subli-
incrementa a presión estándar, el sólido mación ocurre a presiones más bajas que las normales. (La sublimación del hielo
pasa directamente a la fase gaseosa. El CO2 ocurre con más lentitud a presiones normales, razón por la cual, con el tiempo, los
líquido es estable sólo cuando la presión se cubos de hielo se reducen de tamaño en el congelador. La llamada quemadura por
incrementa.
congelamiento de los alimentos es provocada por la sublimación del hielo que se en-
cuentra en éstos. Ésta es una razón por la que es importante envolverlos muy bien.)
Sin embargo, en el caso del dióxido de carbono, las presiones normales son suficien-
temente bajas para que se dé la sublimación. La figura 6.4 muestra un diagrama de
fase para el CO2, en el que se indica la ubicación de 1 atm. El CO2 líquido es estable
sólo bajo presión. Algunos cilindros de dióxido de carbono tienen presiones tan altas
que, en realidad, contienen CO2 líquido.
La recta de equilibrio líquido-gas representa las condiciones de presión y tempera-
tura en las que estas fases existen en equilibrio. Note que ésta tiene la forma de una
ecuación exponencial; es decir, p * eT. Esto concuerda con la ecuación 6.16. La línea de
vaporización del diagrama de fase constituye una gráfica de la ecuación de Clapeyron
o de la ecuación de Clausius-Clapeyron; no obstante, observe que esta línea finaliza a
determinada presión y temperatura, como lo muestra la figura 6.5. Es la única línea
Figura 6.5 Punto triple y punto crítico que no tiene una flecha en su extremo para indicar que se prolonga. Esto se debe a que
del H2O. La línea de equilibrio líquido-gas más allá de cierto punto las fases líquida y gaseosa ya no se distinguen. Este punto re-
es la única que termina de acuerdo con de- cibe el nombre de punto crítico de la sustancia. En dicho punto, la presión y la tempe-
terminado conjunto de condiciones para
ratura reciben el nombre de presión crítica pc y temperatura crítica Tc. En el caso del
todas las sustancias. En el caso del H2O, la
línea termina en 374 °C y 215 bar. A pre- H2O, pc y Tc tienen valores de 218 atm y 374 °C. Arriba de esta temperatura, ninguna
siones con temperaturas más altas, no hay presión puede forzar a las moléculas de H2O a adoptar un estado líquido definido. Si
diferencia entre las fases "líquida" y "ga- el H2O en el sistema ejerce una presión superior a pc, entonces aquélla no puede exis-
seosa". tir como líquido o gas definido (puede existir como sólido si la temperatura es sufi-
156 CAPÍTULO 6 Equilibrio en sistemas de un solo componente
Tabla 6.3 Temperaturas y presiones cientemente baja). El estado del H2O recibe el nombre de supercrítico. Las fases super-
críticas para diversas sus- críticas son importantes en algunos procesos industriales y científicos. En particular,
tancias existe una técnica denominada cromatografía de fluidos supercríticos, en la que los
Sustancia r c (K) fe (bar) compuestos se separan utilizando CO2 supercrítico u otros compuestos como "disol-
Amoniaco 405.7 111 ventes" ( Tcy pc tienen valores de 304 K y 73 bar en el caso del CO2).2 La tabla 6.3 con
Hidrógeno 32.98 12.93 tiene condiciones de puntos críticos para algunas sustancias.
Metano 191.1 45.2 Es digno de mención otro punto en el diagrama de fase. La figura 6.5 muestra un
Nitrógeno 126 33.1 conjunto de condiciones en las que sólido, líquido y gas se encuentran en equilibrio
Oxígeno 154.6 50.43 entre sí. Estas condiciones reciben el nombre de punto triple. En el caso del H2O, el
Azufre 1314 207 punto triple es de 0.01 °C, o 273.16 K, y 6.11 mbar, o aproximadamente 4.6 torr. Co
Agua 647,3 215,15 mo el H2O es tan común, su punto triple se reconoce internacionalmente como un
patrón (estándar) de temperatura verificable. Todos los materiales poseen puntos tri-
ples, un conjunto único de condiciones de presión y temperatura en los que las tres
fases pueden existir en equilibrio entre sí.
El diagrama de fase del H2O se emplea con frecuencia como ejemplo por diversas
razones: se trata de un material común, y el diagrama de fase muestra algunas carac-
terísticas poco usuales. La figura 6.6 muestra un diagrama de fase ampliado, del com-
puesto H2O. Uno de los puntos notables consiste en que en realidad existen diversos
2
Un método de descafeinización de granos de café utiliza CO2 supercrítico.
Figura 6.6 Este diagrama de fase del agua se extiende a temperaturas y presiones superiores a las de la
figura 6.3. Observe que existen diversas estructuras cristalinas posibles del H2O sólida, la mayoría de
las cuales existen sólo a altas presiones. Recientemente se han descubierto dos nuevas estructuras sólida
de H2O.
6.6 Diagramas de fase y regla de las fases 157
Figura 6.7 El diagrama de fase del helio, He, no requiere un amplio intervalo de tem- Figura 6.8 Diagrama de fase del carbono, que muestra
peraturas. Observe que el He sólido no existe a menos que las presiones sean altas. el punto en el que el alótropo grafito es estable y en el
que el alótropo diamante es estable.
tipos de H2O sólida, es decir, de hielo. No obstante, observe las escalas de temperatu-
ra y presión. Probablemente no encontraremos estas formas de hielo fuera del labo-
ratorio.
La figura 6.7 muestra dos diagramas de fase del helio. Ya que éste es un gas a tem-
peraturas inferiores a 4.2 K, el eje de temperaturas de este diagrama no tiene un am-
plio intervalo de temperaturas. En el otro extremo, la figura 6:8 muestra un diagrama
de fase del carbono. Observe las regiones en las que el diamante es la fase estable.
Aunque en química la presión y la temperatura son las variables comunes del dia-
grama de fase, también el volumen se puede localizar sobre un eje en una gráfica de
diagrama de fase, como lo muestra la figura 6.9. También hay diagramas de fase tri-
dimensionales que incluyen la presión, el volumen y la temperatura; la figura 6.10
muestra un ejemplo.
Los diagramas de fase son muy útiles para comprender la forma en que actúan los
sistemas de un solo componente, bajo un cambio de condiciones: sencillamente se
traza una gráfica del cambio en el diagrama de fase y se observan las transiciones de
Figura 6.9 Ejemplo de un diagrama de fase de temperatura y volumen. A cierta pre- Figura 6.10 Un diagrama de fase tridimensional
sión P, el diagrama de fase especifica la fase que debe estar presente, excepto entre Vj y V2 puede representar las fases presentes en un sistema
(para la presión indicada). Bajo estas condiciones, puede estar presente una cantidad va- para conjuntos dados de presiones, temperaturas y
riable de fase líquida (área sombreada) y todavía satisfacer las condiciones dadas de Ty volúmenes.
P. En parte debido a esta ambigüedad, los diagramas de fase de temperaturas y volumen
no son tan frecuentes como los diagramas de fase de presión y temperatura.
158 CAPÍTULO 6 Equilibrio en sistemas de un solo componente
fase que ocurren con relación a dicho cambio. Los diagramas de fase de un solo com-
ponente son particularmente fáciles de interpretar.
Ejemplo 6.10
Utilice el diagrama de fase del CO2 (figura 6.4) para describir los cambios de fases
conforme se llevan a cabo los siguientes cambios de condiciones.
a) 50 K a 350 K, a una presión de 1.00 bar
b) 50 K a 350 K, a una presión de 10 bar
c) 1 bar a 100 bar, a una temperatura de 220 K
Los diagramas de fase de sistemas de un solo componente resultan útiles para ilus-
trar una idea simple, que contesta una pregunta que se plantea con frecuencia: ¿cuán-
tas variables es necesario especificar para determinar la fase o fases del sistema
cuando éste se encuentra en equilibrio? Estas variables reciben el nombre de grados
de libertad. Lo que necesitamos saber es cuántos grados de libertad se requiere espe-
cificar para caracterizar el estado del sistema. Esta información es más útil de lo que
nos imaginamos. Como la posición de las transiciones de fase (en particular las tran-
Figura 6.13 Ilustración del cambio siciones que incluyen la fase gaseosa) pueden cambiar rápidamente con respecto a la
especificado en el ejemplo 6.10c.
presión por la temperatura, es importante conocer cuántas variables de estado deben
definirse.
Consideremos el diagrama de fase de dos dimensiones para el H2O. Si supiéramos
que el sistema sólo contiene H2O en equilibrio y que ésta se encuentra en la fase só-
lida, entonces cualquier punto de la región sombreada de la figura 6.14 tendría las
mismas posibilidades. Habría que especificar tanto la temperatura como la presión
del sistema. Sin embargo, supongamos que hay H2O sólida y líquida en el sistema en
equilibrio. Entonces sabemos que las condiciones del sistema deben estar indicadas
por la línea que separa la fase sólida de la líquida en el diagrama de fase. Sólo es ne-
cesario especificar la temperatura o la presión, ya que si se conoce una, se puede ob-
6.7 Variables naturales y potencial químico 159
tener la otra (porque el sistema, con dos fases en equilibrio, debe tener condiciones
correspondientes a las de la línea). La cantidad de grados de libertad se ha reduci-
do como consecuencia del incremento del número de fases en el sistema.
Supongamos que nuestro sistema contiene H2O en sus tres fases en equilibrio. No
necesitamos especificar ningún grado de libertad porque únicamente hay un solo
conjunto de condiciones bajo las cuales esto puede ocurrir. En el caso del H2O, es-
tas condiciones son 273.16 K y 6.11 mbar (véase figura 6.5: sólo hay un punto en el
diagrama de fase en el que sólido, líquido y gas se encuentran en equilibrio, lo cual
corresponde al punto triple). Existe una relación entre el número de fases en equili-
brio y el número de grados de libertad necesarios para especificar el punto en el dia-
Temperatura grama de fase que describe el estado del sistema.
Figura 6.14 Si todo lo que sabemos En la década 1870-1879, J. Willard Gibbs (de quien tomó su nombre la energía li-
con respecto a un sistema es que el H2O se bre de Gibbs) dedujo la relación simple entre el número de grados de libertad y el nú-
encuentra en estado sólido, entonces cual-
quier conjunto en condiciones de presión mero de fases. En el caso de un sistema de un solo componente,
y temperatura en el área sombreada repre-
sentaría condiciones posibles del sistema. Grados de libertad = 3 - P (6.17)
Será necesario especificar dos grados de li-
bertad para describir el sistema. donde P representa el número de fases en equilibrio. La ecuación 6.17 constituye una
versión simplificada de lo que,se conoce como regla de las fases Gibbs. De acuerdo con
esta interpretación, la regla supone que una de las variables de estado del sistema,
normalmente el volumen, pueden determinarse a partir de las otras (a través de una
ecuación de estado). El lector podría verificar el hecho de que esta ecuación simple
proporciona el número correcto de grados de libertad para cada una de las situacio-
nes descritas.
(6.18)
(6.19)
(6.20)
Esta expresión es similar a la ecuación de variables naturales de G. También podemos
escribir la ecuación de la derivada a partir de las ecuaciones 6.18 y 6.19 en térmi-
nos del cambio en el potencial químico, AJUL. Esta cuestión será más importante cuan-
160 CAPÍTULO 6 Equilibrio en sistemas de un solo componente
do analicemos las transiciones de fase; las ecuaciones 6.18 y 6.19 pueden rescribirse
de la siguiente manera:
(6.21)
(6.22)
rodemos aplicar estas ecuaciones para predecir la dirección del desplazamiento de
un equilibrio en el caso en que las condiciones de T o p cambien. Consideremos la
transición de fase de sólido a líquido. Normalmente los líquidos poseen mayor entro-
pía que los sólidos; así, pasar de sólido a líquido implica un incremento en la entropía
y el signo negativo en el miembro derecho de la ecuación 6.21 significa que la pen-
diente de la gráfica de JJL en función de Tes negativa. Por lo tanto, conforme se incre-
menta la temperatura, el potencial químico se reduce. Ya que el potencial químico se
define en términos de la energía —en este caso, la energía libre de Gibbs— y, puesto
que los cambios espontáneos tienen variaciones negativas en las energías libres de
Gibbs, conforme la temperatura se incrementa el sistema tenderá a pasar a la fase con
menor potencial químico: la fase líquida. La ecuación 6.21 explica la razón por la que
las sustancias se derriten cuando la temperatura aumenta.
En el caso de la transición de la fase líquida a gaseosa se aplica el mismo argumen-
to. En este caso, la pendiente de la curva normalmente tiene un valor más elevado
como consecuencia de la diferencia de entropía entre las fases líquida y gaseosa, que
es mucho mayor en magnitud que la diferencia entre las fases sólida y líquida. Sin em-
bargo, el razonamiento es el mismo y la ecuación 6.21 explica la razón por la que los
líquidos se convierten en gases cuando la temperatura aumenta.
Los efectos de la presión en equilibrio dependen de los volúmenes molares de las
fases. De nuevo, la magnitud del efecto depende del cambio relativo en el volumen
molar. Entre sólido y líquido, los cambios de volumen por lo general son muy peque-
ños. Por eso los cambios de presión no alteran sustancialmente la posición de equili-
brio entre sólido y líquido, a menos que el cambio en la presión sea muy grande. Sin
embargo, en el caso de las transiciones de líquido a gas (y de sólido a gas en la subli-
mación), el cambio en el volumen molar puede ser del orden de los cientos o miles
de veces. Los cambios de presión tienen efectos considerables en las posiciones rela-
tivas de los equilibrios de fase que tienen que ver con la fase gaseosa.
La ecuación 6.22 concuerda con el comportamiento de las fases sólida y líquida del
agua. El agua constituye una de las pocas sustancias cuyo volumen molar sólido es
mayor que su volumen molar líquido.3 La ecuación 6.22 implica que un incremento
en la presión (Ap es positivo) dirigiría el equilibrio de fase hacia la fase que tiene un
volumen molar menor (ya que en el caso de los cambios espontáneos, la energía libre
de Gibbs se reduce). En el caso de la mayoría de las sustancias, un incremento en la
presión dirigiría el equilibrio hacia la fase sólida. No obstante, el agua es una de las
pocas sustancias químicas (el bismuto elemental es otra) que en estado líquido es más
densa que en estado sólido. Al término AV relativo a la ecuación 6.22 es positiva
cuando pasa de líquido a sólido; así, en un proceso espontáneo (es decir, AJJL es nega-
tivo), un incremento en la presión implica pasar del estado sólido a líquido. Este com-
portamiento en realidad es poco común —pero concuerda con los principios de la
termodinámica.
Ejemplo 6.11
En términos de las variables de las ecuaciones 6.21 y 6.22, indique lo que sucede con
los siguientes equilibrios cuando se imponen los cambios dados en las condiciones.
Suponga que las demás condiciones se mantienen constantes.
3
Otra forma de expresar esto consiste en decir que una cantidad determinada de líquido es más
densa que la misma cantidad de sólido.
6.7 Variables naturales y potencial químico 161
Solución
a) El cambio en el volumen molar para la reacción, como se encuentra escrita, es de
-1.63 mL. Ya que Ap es positivo y un proceso espontáneo va acompañado por un
AJJL negativo, la expresión Ajui/Ap será negativa en general. Por lo tanto, el equilibrio
se desplazará hacia la dirección del AV negativo; así, el equilibrio se dirigirá hacia
la fase líquida.
b) Ya que A Tes negativo y el proceso espontáneo va acompañado por un AJJL nega-
tivo, la expresión Ajm/ATserá positiva. Por lo tanto, la reacción se llevará a cabo en
la dirección que indica un AS negativo (como consecuencia del signo negativo en la
ecuación 6.21). El equilibrio se desplazará en la dirección del glicerol sólido.
c) Ajp es negativo; así, la reacción se moverá espontáneamente en la dirección del
cambio positivo en el volumen. El equilibrio se desplazará hacia la fase de la calcita.
d) A Tes positivo, y AJJL, en el caso de la transición espontánea, debe ser negativo;
así, el equilibrio se desplaza hacia la dirección de la entropía creciente: hacia la fase
gaseosa.
(6.23)
Sin embargo, ya que se trata de la misma relación que la ecuación 4.37 deducida de
la ecuación de las variables naturales para G, no nos ofrece ninguna información nue-
va y útil.
6.8 Resumen
Los sistemas de un solo componente resultan de utilidad porque permiten ilustrar al-
gunos de los conceptos de equilibrio. Si nos valemos del concepto de que el potencial
químico de dos fases del mismo componente debe ser el mismo si se van a colocar en
equilibrio en el mismo sistema, estamos en posibilidad de aplicar los principios de
la termodinámica para determinar primero la ecuación de Clapeyron, y posterior-
mente la ecuación de Clausius-Clapeyron. Las gráficas de las condiciones de presión
y temperatura para los equilibrios de fase constituyen las formas más comunes de
diagramas de fase. Hemos empleado la regla de las fases de Gibbs para determinar la
cantidad de condiciones que necesitamos conocer para especificar el estado preciso
de nuestro sistema.
En el caso de los sistemas con más de un componente químico, hay otras cuestio-
nes que es necesario tomar en cuenta. Disoluciones, mezclas y otros sistemas multi-
componentes pueden describirse mediante algunas de las herramientas descritas en
este capítulo; pero, como consecuencia de la presencia de componentes múltiples, se
requiere más información para escribir el estado preciso. En el siguiente capítulo ana-
lizaremos algunas de estas herramientas.
E J E R CICI O X DD E L C A P I T U L O 6
6.2 Sistemas de un solo componente 6.13 ¿Cuál es el valor A5 para la conversión isotérmica de
6.1 Determine el número de componentes en los siguientes benceno líquido, C6H6, a benceno gaseoso en su punto de ebu-
sistemas: a) un témpano de H2O pura; b) bronce, una aleación llición de 80.1 °C? ¿Concuerda esto con la regla de Trouton?
de cobre y estaño; c) metal de Wood, una aleación de bismu- 6.14 Estime el punto de fusión del níquel, Ni, si su AfusH es
to, plomo, estaño y cadmio (se le utiliza en los sistemas de ro- 17.61 kj/mol y su Afus5 es de 10.21 J/mol-K. (Compárese este
ciado para el control de incendios); d) vodka, una mezcla de dato con el punto de fusión medido de 1 455 °C.)
agua y alcohol etílico; e) una mezcla de arena y azúcar. 6.15 Estime el punto de ebullición del platino, Pt, si su AvapH
6.2 El café es un extracto de grano tostado, elaborado con es de 510.4 kj/mol y su Avap5 es igual a 124.7 J/mol-K (Compa-
agua caliente. Éste posee muchos componentes. Algunas em- re este dato con el punto de fusión medido de 3 827 ± 100 °C.)
presas comercializan el café instantáneo, que se elabora se- 6.16 En el patinaje sobre hielo, se supone que la navaja del
cando por congelamiento café preparado. Explique, desde la patín ejerce suficiente presión como para derretir el hielo, de
perspectiva de los componentes, por qué el café instantáneo tal manera que el patinador se desliza suavemente sobre una
pocas veces tiene la cualidad del café preparado fresco. fina película de agua. ¿Qué principio termodinámico está im-
6.3 ¿Cuántos diferentes sistemas de un solo componente pue- plicado? ¿Puede el lector hacer cálculos aproximados para de-
den formarse a partir de hierro metálico y gas cloruro? Supon- terminar si éste es, de hecho, el mecanismo activo en el
ga que los componentes son químicamente estables. patinaje sobre hielo? ¿Funcionaría el patinaje si se llevara a ca-
6.4 Explique cómo pueden existir las fases sólida y líquida de bo sobre otros sólidos de acuerdo con este mecanismo?
una sustancia en el mismo sistema cerrado adiabático en equi-
6.4 y 6.5 Ecuaciones de Clapeyron
librio. ¿Bajo qué condiciones pueden existir las fases sólida y
y Clausius-Clapeyron
gaseosa en equilibrio?
6.17 ¿En qué supuesto se basa la integración de la ecuación
6.5 Se coloca agua en estado líquido a la temperatura am-
6.11 para obtener la ecuación 6.12?
biente dentro de una jeringa, que en seguida se sella. El émbo-
lo de la jeringa se hace descender, y en algún punto se forman 6.18 ¿Implica la expresión djXfasel = cf|Xfase2 en la derivación de
burbujas de vapor de H2O. Explique por qué podemos afirmar la ecuación de Clapeyron que sólo se considera un sistema ce-
que el agua hierve. rrado? ¿Por qué?
6.6 Si un sistema no es de naturaleza adiabática, entonces és- 6.19 El azufre, que en su forma molecular cíclica tiene la
te permite que no salga calor. Determine cuál es la respuesta fórmula S8, constituye un elemento poco usual en el sentido de
inmediata de un sistema: a) en equilibrio líquido-gas si se ex- que la forma sólida posee dos fases sólidas fácilmente accesi-
trae calor; b) en equilibrio solido-gas si se añade calor; c) en bles. El sólido cristalino rómbico es estable a temperaturas in-
equilibrio líquido-sólido si se extrae calor; d) formado comple- feriores a 95.5 °C y tiene una densidad de 2.07 g/cm3. La fase
tamente por una fase sólida si se extrae calor. monoclínica, estable a temperaturas superiores a 95.5 °C e in-
feriores al punto de fusión del azufre, posee una densidad de
6.7 ¿Cuántos diferentes valores del punto de ebullición nor-
1.96 g/cm3. Aplique la ecuación 6.10 para estimar la presión
mal tiene cualquier sustancia pura? Explique su respuesta.
necesaria para lograr que el azufre de forma rómbica sea la fa-
6.8 Escriba la ecuación 6.2 en una forma diferente pero equi- se estable a 100 °C si la entropía de transición es de 1.00 )/
valente algebraicamente. Explique por qué se trata de una ex- rnol-K. Suponga que AtransS no cambia al modificar las condi-
presión equivalente. ciones.
6.3 Transiciones de fase 6.20 Consulte el ejercicio 6.19. ¿De qué modo se aplica Atrans5
a presión estándar en la condición extrema de presión necesa-
6.9 Identifique y explique el signo de AtransH en la ecuación ria para la transición de la fase establecida? ¿Cuan precisa pien-
6.5 si se le utiliza para: a) una transición de fase de sólido a gas sa que es la respuesta del ejercicio 6.19?
(sublimación); b) una transición de fase de gas a líquido (con-
densación). 6.21 Indique si la ecuación de Clausius-Clapeyron se cumple
estrictamente en las siguientes transiciones de fase.
6.10 Calcule la cantidad necesaria de calor para convertir
100.0 g de hielo a -15.0 °C en vapor a 110 °C. Se necesitarán a) Sublimación del hielo en el congelador.
los valores de la capacidad calorífica del hielo, el agua y el va- b) Condensación de vapor para obtener agua.
por, y los valores de AfusH y Avapft del H2O, que se encuentran c) Congelación del ciclohexano a 6.5 °C.
en las tablas 2.1 y 2.3. ¿Se trata de un proceso exotérmico o
d) Conversión de hielo VI en hielo Vil (véase figura 6.6).
endotérmico?
e) Conversión de oxígeno diatómico, O2 (g), en ozono triató-
6.11 Los cultivadores de cítricos a veces rocían con agua sus
mico, O3 (g).
árboles frutales cuando se espera una helada. Utilice las ecua-
ciones 6.4 para explicar el porqué. f) Formación de diamantes bajo presión.
6.12 ¿Cuál es el cambio numérico del potencial químico de g) Formación de hidrógeno sólido metálico, H2, a partir de hi-
un mol de dióxido de carbono, CO2, conforme varía la tempe- drógeno líquido (la transformación en hidrógeno metálico
ratura? Suponga que estamos considerando el cambio infinite- ocurre bajo megabars de presión y puede formar parte de los
simal en el potencial químico conforme la temperatura cambia planetas gigantes gaseosos como Júpiter y Saturno).
infinitesimalmente comenzando en 25 °C. Referencia: Véase h) La evaporación del mercurio líquido, Hg (€), a partir de un
ecuación 4.40. termómetro roto.
Ejercicios del capítulo 6 163
6.22 Explique con palabras qué pendiente puede calcularse 6.30 ¿A qué presión alcanza los 300 °C el punto de ebullición
con la ecuación de Clapeyron. Es decir, ¿qué medida con res- del agua? Si la presión del océano se incrementa 1 atm cada
pecto a qué otra medida puede calcularse mediante la ecua- 10 m (33 pies), ¿qué profundidad del océano corresponde a
ción 6.9? esta presión? ¿Existen dichas profundidades oceánicas en este
planeta? ¿Cuáles son las implicaciones potenciales de los volca-
6.23 Considere la transición de fase del azufre en estado só-
nes sumergidos en el mar?
lido del ejercicio 6.19. Si AtransH para el caso de la transición
de fase del estado rómbico al monoclínico tiene un valor de 6.31 En el caso de las gotas de agua en estado líquido, las in-
0.368 kj/mol, aplique la ecuación 6.12 para calcular la presión teracciones desiguales de las moléculas del líquido con otras
necesaria para hacer estable la fase rómbica a 100 °C. El ejerci- moléculas del mismo, en la superficie, dan origen a una tensión
cio 6.19 incluye más datos necesarios. ¿Cómo se compara es- superficial, y. Esta tensión superficial se convierte en un com-
ta presión con la respuesta del ejercicio 6.19? ponente de la energía libre de Gibbs total de la muestra. En el
caso de un sistema de un solo componente, el cambio infinite-
6.24 Si se requieren 1.334 megabars de presión para cambiar
simal en G puede escribirse de la siguiente manera:
el punto de fusión de una sustancia de 222 °C a 122 °C en el
caso de una variación volumétrica molar de -3.22 cmVrnol,
¿cuál es el calor de fusión de las sustancias?
donde dA representa el cambio en el área de la superficie de la
6.25 Los llamados paquetes de calentamiento (hot packs) que gota. A presión y temperatura constantes, esta ecuación se ex-
son reutilizables, a veces se valen de la precipitación de aceta- presa de la siguiente manera:
to de sodio o acetato de calcio supersaturados para liberar ca-
lor de cristalización y así proporcionar calor a una persona.
¿Pueden entenderse las condiciones de esta transición de fase En el caso de una gota de agua esférica de radio r, el área A y
en términos de la ecuación de Clapeyron o de la ecuación de el volumen V son de Ani2 y j-rr/3, respectivamente. Por lo tan-
Clausius-Clapeyron? ¿Por qué?
6.26 Cuatro clases de alcohol tienen la fórmula C4H9OH:
(6.24)
1 -butanol, 2-butanol (o sec-butanol), isobutanol (o 2-metil-1 -
propanol) y terí-butanol (o 2-metil-2-propanol). Éstos constitu-
yen ejemplos de isómeros, o compuestos que tienen la misma a) ¿Cuáles son las unidades de la tensión superficial 7?
fórmula molecular, aunque diferentes estructuras moleculares. b) Verifique la ecuación 6.24 calculando la derivada de A y V.
La siguiente tabla proporciona datos sobre los isómeros:
c) Deduzca una nueva ecuación en términos de dV, utilizando
la ecuación 6.24.
Compuesto AvapH (k)/mol) Punto de ebullición normal (°C)
1 -butanol 45.90 117.2 d) Si un cambio espontáneo de fase se acompañara de un va-
2-butanol 44.82 99.5 lor positivo de dG, ¿contribuiría un radio amplio de una gota o
Isobutanol 45.76 108.1
uno pequeño a un valor alto de dC?
terí-butanol 43.57 82.3 e) ¿Qué se evapora con mayor rapidez, las gotas grandes o las
pequeñas?
De acuerdo con la ecuación de Clausius-Clapeyron, jerarquice f) ¿Explica esto el método de aplicación de muchos perfumes
los isómeros de butanol en orden de presión de vapor decre- y colonias a través de los llamados atomizadores?
ciente a 25 °C. ¿Concuerda la jerarquización con cualquier
perspectiva convencional basada en los valores AvapH o los 6.6 y 6.7 Diagramas de fase, regla
puntos de ebullición normales? de las fases y variables naturales
6.27 ¿Cuál es la razón de cambio de la presión conforme va- 6.32 Explique la forma en que se mueven los glaciares, enor-
ría la temperatura (es decir, dp/dT) para la presión de vapor del mes masas de hielo en estado sólido. Sugerencia: Véase ecua-
naftaleno, C10H8, utilizado en las bolas de naftalina, a 22 °C si ción 6.22.
la presión del vapor a dicha temperatura es de 7.9 x 10~5 bar
y el calor de vaporización es de 71.40 kj/mol? Supongamos 6.33 Demuestre que las unidades en cualquiera de los miem-
que se cumple la ley de los gases ideales en el caso del vapor bros de las ecuaciones 6.18 y 6.19 concuerdan.
de naftaleno a dicha temperatura y presión. 6.34 Utilice un diagrama de fase para justificar el concepto de
6.28 De acuerdo con los datos del problema anterior, deter- que la fase líquida puede considerarse una fase "metaestable",
mine la presión de vapor del naftaleno a 100 °C. dependiendo de las condiciones de presión y temperatura del
sistema.
6.29 En estudios que se llevan a cabo a altas temperaturas,
muchos compuestos se vaporizan en crisoles que se calientan 6.35 Utilice el diagrama de fase del agua de la figura 6.6
a altas temperaturas (dichos materiales se clasifican como re- y contabilice el número total de transiciones de fase que se
fractarios). El vapor fluye de un pequeño orificio y entra a un representan.
aparato experimental. Dicho crisol recibe el nombre de celda
de Knudsen. Si la temperatura se incrementa linealmente, ¿cuál
es la fórmula para modificar la presión del compuesto vapori-
zado? ¿Puede explicar el lector por qué es importante tener
cuidado al vaporizar materiales a altas temperaturas?
6.39 La definición del punto crítico de una sustancia requiere 6.44 Reordenar la ecuación de Clausius-Clapeyron (ecuación
dos grados de libertad (dichos grados de libertad son la tem- 6.14), en términos de la presión p2 de un material. Trace la grá-
peratura crítica y la presión crítica). Justifique este hecho a la fica de las presiones de vapor del H2O (el punto de ebullición
luz de la regla de las fases de Gibbs. es de 100 °C, AvapH = 40.71 kj/mol), del neón (el punto de
6.40 Consulte la figura 6.3, la versión no ampliada del diagra- ebullición es de -246.0 °C, AvapH = 1.758 kj/mol), y del Li (el
ma de fase del H2O. Coloque leyendas sobre cada línea en el punto de ebullición es de 1 342 °C, Avaptf = 134.7 kj/mol).
diagrama de fase en términos de la derivada que representa ca- Aunque estos tres materiales son muy diferentes, ¿existen algu-
da una de ellas. nas similitudes en el comportamiento de las presiones de vapor
conforme aumenta la temperatura?
6.41 Repita el ejercicio anterior; en este caso utilice la figura
6.6, el diagrama de fase más completo del H2O.
7.1 Sinopsis
7.2 Regla de las fases
de Gibss
7.3 Dos componentes:
sistemas líquido-líquido
7.4 Disoluciones líquidas
E
no ideales de dos
componentes n el capítulo anterior introdujimos algunos conceptos importantes que pueden
aplicarse a los sistemas en equilibrio. La ecuación de Clapeyron, la ecuación de
7.5 Sistemas líquido-gas Clausius-Clapeyron y la regla de las fases de Gibbs son herramientas empleadas para
y ley de Henry comprender la constitución de los cambios de los sistemas en equilibrio. No obstante,
7.6 Disoluciones hasta ahora sólo hemos estudiado sistemas de un solo componente químico. Esto re-
líquido-sólido sulta limitante, ya que la mayoría de los sistemas químicos de interés cuentan con más
7.7 Disoluciones sólido-sólido de un componente químico. Ellos son los sistemas multicomponentes.
Estudiaremos los sistemas multicomponentes de dos formas. Una de ellas consis-
7.8 Propiedades coligativas
te en ampliar algunos conceptos del capítulo anterior. Haremos esto de forma restrin-
7.9 Resumen gida. La otra forma consiste en construir sobre las ideas del capítulo anterior y
desarrollar nuevas ideas —y ecuaciones— que se apliquen a los sistemas multicom-
ponentes. Este será nuestro objetivo principal.
7.1 Sinopsis
Comenzamos extendiendo la regla de las fases de Gibbs, expresada en su forma más ge-
neral, a los sistemas multicomponentes. Restringiremos nuestro análisis de los sistemas
multicomponentes a los sistemas relativamente simples, aquellos que tienen dos o tres
componentes a lo sumo. No obstante, las ideas que formulemos se aplicarán en gene-
ral, así que no habrá mucha necesidad de estudiar sistemas más complejos. Un ejem-
plo de sistema simple de dos componentes es la mezcla de dos líquidos. Estudiaremos
este fenómeno, así como las características de la fase de vapor en equilibrio con la fase
líquida. Esto nos llevará a un estudio más detallado de las disoluciones, cuyas diferen-
tes fases (sólida, líquida y gaseosa) actuarán como disolventes o como solutos.
El comportamiento de equilibrio de las disoluciones puede generalizarse por me-
dio de enunciados como la ley de Henry o la ley de Raoult, y pueden entenderse en
términos de la actividad, en lugar de la concentración. Los cambios en determinadas
propiedades de todas las disoluciones pueden comprenderse sencillamente en fun-
ción de la cantidad de partículas de disolvente y soluto. Estas propiedades reciben el
nombre de propiedades coligativas.
A lo largo del capítulo presentaremos más formas de representación gráfica efi-
ciente del comportamiento de los sistemas multicomponentes. También incluiremos
nuevas técnicas de dibujo de diagramas de fase, algunas sencillas y otras un poco más
complejas.
166
7.2 Regla de las fases de Gibbs 167
(7.1)
(7.2)
También tenemos el requisito del capítulo anterior de que las temperaturas y pre-
siones que experimentan todas las fases son las mismas: Tfasel = Tfase2 = • • • y pfasei =
pfase2 = • • •. La ecuación 7.2 no implica que las presiones parciales de los componentes
individuales del gas sean las mismas. Significa que cada componente del sistema, in-
cluso los componentes gaseosos, se encuentra sujeto a la misma presión total del
sistema. También supondremos que nuestro sistema permanece con un volu-
men constante (es isocórico) y que conocemos la cantidad total de materia,
usualmente en unidades de moles. Después de todo, el experimentador controla las
condiciones iniciales del sistema, así que siempre comenzaremos conociendo la can-
tidad inicial de materia.
Una vez entendido esto, ¿cuántos grados de libertad deben especificarse para co-
nocer el estado de un sistema en equilibrio? Consideremos un sistema que tiene un
número de componentes Cy un número de fases P. Para describir las cantidades re-
lativas (como las fracciones molares) de los componentes, deben especificarse C — 1
valores (la cantidad del componente final puede determinarse restando). Ya que la fa-
se de cada componente debe especificarse, requerimos conocer (C — 1) • P valores.
Por último, si es preciso especificar la temperatura y la presión, tenemos un total de
(C — 1) • P 4- 2 valores que necesitamos conocer para describir nuestro sistema.
Sin embargo, si nuestro sistema se encuentra en equilibrio, los potenciales quími-
cos de las diferentes fases de cada componente deben ser iguales. Es decir,
Esta expresión debe cumplirse para cada componente, no sólo para el componente
1. Esto significa que podemos eliminar P - 1 valores para cada componente C, para
obtener un total de (P - 1) • C valores. La cantidad de valores que quedan represen-
ta los grados de libertad, F: (C - 1) • P + 2 - (P - 1) • C, o
(7.3
La ecuación 7.3 es la más completa regla de las fases de Gibbs. En el caso de un solo
componente, ésta se convierte en la ecuación 6.17. Observe que esta fórmula se apli-
ca sólo a sistemas en equilibrio. También note que, aunque puede haber sólo una fa-
se gaseosa, como consecuencia de la solubilidad mutua de los gases entre sí, puede
haber múltiples fases líquidas (es decir, inmiscibles) y fases sólidas múltiples (es de-
cir, sólidos independientes no aleados en el mismo sistema).
168 CAPÍTULO 7 Equilibrios en sistemas multicomponentes
¿Cuáles son los grados de libertad que pueden especificarse? Ya sabemos que la
presión y la temperatura son grados de libertad comunes. Sin embargo, en el caso de
los sistemas multicomponentes, también necesitamos especificar las cantidades rela-
tivas de cada componente, por lo común en términos de moles. La figura 7.1 ilustra
Sistema
este hecho en el caso de un sistema simple.
Si hay equilibrio químico, no todos los componentes son en realidad independien-
tes. Sus cantidades relativas se rigen por la estequiometría de la reacción química ba-
lanceada. Antes de aplicar la regla de las fases de Gibbs, necesitamos identificar el
número de componentes independientes. Esto se logra eliminando el componente
dependiente de la consideración. Un componente dependiente es aquel que se forma
Grados de liberate en equil a partir de otros componentes del sistema. En la figura 7.1, el agua y el etanol no se
Temperature
Pression encuentran en equilibrio químico, así que se trata de componentes independientes.
Ssdfhjlkgskd;lfsjdsdflkde un Sin embargo, en el caso del equilibrio:
components (la fraccioj molar de
otro components puedo dertermimats
3 grades de liberated
las cantidades de iones hidrógeno e hidróxido se relacionan por medio de la reacción
A particle de la re de las fases de Gibbsquímica. Por lo tanto, en lugar de tener tres componentes independientes, sólo tene-
+
3 grades de liberated mos dos: H2O y H o OH" (el otro puede determinarse tomando en cuenta que la
reacción se encuentra en equilibrio). Los ejemplos 7.1 y 7.2 ilustran los grados de li-
bertad de un sistema.
Figura 7.1 Sistema multicomponente
simple de agua y etanol. La regla de las fa-
ses de Gibbs también se aplica a este siste-
ma. Ejemplo 7.1
Considere una bebida que contiene una mezcla de etanol (C2H5OH), agua y cubos
de hielo. Suponiendo que estos componentes describen un sistema, ¿cuántos gra-
dos de libertad son necesarios para definirlo? ¿Cuáles podrían ser los grados de li-
bertad?
Solución
Hay dos componentes individuales: C2H5OH y H2O. También hay dos fases, la só-
lida (los cubos de hielo) y la líquida (la disolución de agua y etanol). No hay equili-
brio químico, así que no tenemos que preocuparnos sobre la dependencia entre los
componentes. Por lo tanto, a partir de la regla de las fases de Gibbs, tenemos:
F=C-P+2=2-2+2
F=2
¿Qué podría especificarse? Si la temperatura se encuentra especificada, entonces
conocemos la presión del sistema, ya que también sabemos que el H2O líquido y
sólido se encuentra en equilibrio. Podemos utilizar el diagrama de fase del H2O pa-
ra determinar la presión necesaria si la temperatura está dada. Otra especificación
podría ser la cantidad de un componente. Por lo general, conocemos la cantidad
total de materia en un sistema. Si especificamos la cantidad de un componente, po-
demos hacer una resta para determinar la cantidad del otro componente. Si especi-
ficamos estos dos grados de libertad, definiremos completamente nuestro sistema.
Ejemplo 7.2
El sulfato férrico(III), Fe2(SO4)3, se descompone bajo calentamiento para formar
óxido de hierro(III) y trióxido de azufre a través de la siguiente reacción:
Solución
Hay tres diferentes fases en este equilibrio: una fase de sulfato férrico sólido, una fa-
se de óxido férrico sólido y una fase gaseosa. Por lo tanto, P = 3. Como en el caso de
la disociación del H2O, sólo hay dos componentes independientes en este equilibrio
(la cantidad del tercer componente puede determinarse a partir de la estequiome-
tría de la reacción). Por consiguiente, C = 2. De acuerdo con la regla de las fases de
Gibbs:
F = 2 - 3+ 2
F= 1
Ésta es la razón por la cual necesitamos especificar exclusivamente una fracción molar
en nuestra disolución binaria. La otra fracción molar puede determinarse por resta.
Sin embargo, si el volumen del líquido es menor que el volumen del sistema, en-
tonces hay cierto espacio "vacío". Este espacio no se encuentra vacío, sino lleno con
los vapores de los componentes del líquido. En todos los sistemas en los que el volu-
men del líquido es menor que el volumen del sistema, el espacio que queda se llenará
Sistema con cada componente de la fase gaseosa, según lo muestra la figura 7.2.1 Si el sistema
tiene un solo componente, entonces la presión parcial de la fase gaseosa es caracte-
rística de dos elementos exclusivamente: la identidad de la fase líquida y la tempera-
tura. Esta presión de equilibrio en la fase gaseosa recibe el nombre de presión de vapor
del líquido puro. En una disolución líquida de dos componentes en equilibrio con su
Figura 7.2 Los sistemas con un volu- vapor, el potencial químico de cada componente de la fase gaseosa debe ser igual al
men mayor que la fase condensada siempre potencial químico en la fase líquida:
tendrán una fase de vapor en equilibrio
con dicha fase condensada. Aunque co- jm f (€) = |i¿(g) para / = 1,2
múnmente representamos un líquido en
equilibrio con el vapor, en muchos casos *En muchos casos, se cumple el mismo principio si el sistema tiene una fase sólida que no llene
las fases sólidas también, se encuentran en completamente el sistema. La "quemadura por congelamiento" constituye un ejemplo de que esto
equilibrio con una fase de vapor. sucede, en el caso del H2O sólido.
170 C A P Í T U L O 7 Equilibrios en sistemas multicomponentes
De acuerdo con la ecuación 4.58, el potencial químico de un gas real se relaciona con
determinado potencial químico estándar, más un factor de corrección, en términos
de la fugacidad del gas:
(7.6)
(7.8)
para cada componente i. (En este punto, es importante no perder de vista la corres-
pondencia de los términos y las fases, g o €.) Si suponemos que los vapores actúan
como gases ideales, entonces podemos sustituir la presión parcial, p¡, por la fugacidad,
/, en el miembro izquierdo. Si llevamos a cabo esta sustitución en la ecuación 7.8, te-
nemos:
(7.9)
(7.10)
(7.11)
7.3 Dos componentes: sistemas líquido-líquido 171
(7.12)
donde hemos invertido la ecuación 7.9 y sustituido JULZ (€). Si la disolución fuera
ideal, entonces las cantidades de vapor p¡ de cada componente en la fase de vapor
quedarían determinadas por la cantidad de componente que había en la fase líquida.
Cuanta más cantidad de un componente haya en la mezcla líquida, más vapor de és-
ta habrá en la fase de vapor, pasando de pi = O (que corresponde al hecho de que n
hay componente i en el sistema) a p¿ = pf (que corresponde a todos los componen-
tes í en el sistema). La ley de Raoult establece que, en el caso de una disolución ideal,
la presión parcial de un componente, p¿, es proporcional a la fracción molar del com
ponente en la fase líquida. La constante de proporcionalidad es la presión de vapor
del componente puro pf :
(7.13)
La figura 7.3 muestra una gráfica de las presiones parciales de dos componentes de
una disolución que obedece la ley de Raoult. Las rectas entre la presión parcial cero y
$ son características del comportamiento de la ley de Raoult. (Como lo exige la for-
ma de la recta de la ecuación 7.13, la pendiente de cada recta es igual a la presión de
vapor en equilibrio de cada componente. Las ordenadas en el origen también son
iguales a p* en virtud de que el eje x representa a la fracción molar, que varía de O
1.) El hecho de que una disolución ideal obedezca la ley de Raoult constituye un re-
quisito para definirla; al final de esta sección se presentarán otros requisitos de una
disolución ideal.
Si la disolución es ideal, podemos utilizar la ley de Raoult para comprender los po-
tenciales químicos de líquidos en equilibrio con sus vapores en sistemas de dos com-
Figura 7.3 La ley de Raoult establece ponentes. Reescribamos la ecuación 7.12 sustituyendo en el numerador p¿:
que la presión parcial de un componente
en la fase gaseosa, la cual se encuentra en
equilibrio con la fase líquida, es directa- (7.14)
mente proporcional a la fracción molar de
dicho componente en el líquido. Cada grá- Podemos reordenar el término que incluye al logaritmo aislando los valores caracte-
fica de la presión parcial es una recta. La rísticos pf (la presión de vapor de equilibrio) y pf (la presión estándar):
pendiente de la recta es pf, la presión de
vapor del componente líquido en equili-
brio.
Los primeros dos términos en el miembro derecho son característicos del componen-
te y son constantes a una temperatura dada; agrupamos estos términos en un solo
término constante jm/(g):
(7.15)
(7.17)
Esta expresión tiene la forma de una recta, y - mx + b. En este caso, xl representa la
fracción molar del componente 1 en la fase líquida. Si trazamos una gráfica de la pre-
0.0 0.5 1.0
sión total en función de la fracción molar del componente 1, obtenemos una recta co-
Fracción molar del componente 1 (x.,)
mo la que muestra la figura 7.4. La pendiente sería pf - p2*, y la intersección con el
Figura 7.4 La presión total de una di- eje y, p2*. La figura 7.4 sugiere que hay una variación lineal continua y suave en la pre-
solución ideal constituye una transición sión de vapor total de p* a p2*, conforme varía la composición de la disolución. La fi-
continua de una presión de vapor pura a gura 7.4 también muestra, con líneas punteadas, las presiones parciales individuales
otra.
(compare ésta con la figura 7.3).
Ejemplo 73
Una disolución ideal puede aproximarse utilizando los hidrocarburos líquidos,
hexano y heptano. A 25 °C, el hexano tiene una presión de vapor en el equilibrio de
151.4 mmHg y el heptano de 45.70 mmHg. ¿Cuál es la presión de vapor en el equi-
librio de una disolución molar de hexano y heptano 50:50 (es decir, xl = x¿ - 0.50)
en un sistema cerrado? No importa qué líquido se indique con el subíndice 1 o 2.
Solución
De acuerdo con la ley de Raoult, tenemos:
p! = (0.50)(151.4 mmHg) = 75.70 mmHg
p2 = (0.50)(45.70 mmHg) = 22.85 mmHg
Según la ley de Dalton, la presión de vapor total en el sistema es la suma de las dos
presiones parciales:
ptot = 75.70 + 22.85 mmHg = 98.55 mmHg
•••••••••••^
En analogía con los baños de hielo, hay baños de vapor que se mantienen a tempe-
ratura constante a través del equilibrio entre las fases líquida y gaseosa. Una disolu-
ción de hexano y heptano se utiliza para mantener una temperatura constante de
65 °C en un sistema cerrado con una presión de 500.0 mmHg. A 65 °C, las presio-
nes de vapor del hexano y del heptano son 674.9 y 253.5 mmHg. ¿Cuál es la com-
posición de la disolución?
Solución
Si buscamos la composición de la disolución necesitamos determinar una de las
fracciones molares de la fase líquida, digamos xv Podemos calcular xl reordenando
la ecuación 7.17 algebraicamente:
Observe que las unidades de mmHg se cancelarán; así queda el valor sin unidade
Las fracciones molares carecen de unidades, con lo que concluimos que los calcul*
son correctos. De esta manera,
Este resultado sugiere que nuestra mezcla líquida está compuesta por un poco más
de la mitad de hexano. La fracción molar del heptano sería 1 - 0.5850 = 0.4150, un
poco menos de la mitad.
¿Cuáles son las fracciones molares de los dos componentes en la fase de vapor? És-
tas no son iguales a las fracciones molares de la fase líquida. Utilicemos las variables
y\ 7 72 Para representar las fracciones molares de la fase de vapor.2 Éstas pueden deter-
minarse con la ley de Dalton, que dice que la fracción molar de un componente en
una mezcla gaseosa es igual a la presión parcial de éste divida entre la presión total:
(7.18)
(7.20)
2
En el caso de las disoluciones y sus fases de vapor, por convención, x¡ representa las fracciones
molares de la fase de disolución, y y¡ las fracciones molares de la fase de vapor.
174 C A P Í T U L O 7 Equilibrios en sistemas multicomponentes
Se pueden llevar a cabo sustituciones similares en la ecuación 7.20 para obtener una
expresión como la ecuación 7.19. Como ejemplo, en la mezcla de 0.5850/0.4150 de
hexano y heptano del ejemplo 7.4, las fracciones molares de la fase gaseosa son 0.790
y 0.210, respectivamente, de acuerdo con las ecuaciones 7.19 y 7.20. Observe cuan di-
ferentes son las fracciones molares en la fase gaseosa de las fracciones molares en la
fase líquida.
Podemos adoptar un enfoque ligeramente distinto y deducir una expresión para la
presión total ptot que actúa sobre la disolución en términos de la composición de la fa-
se de vapor. En el caso de los gases ideales, la presión parcial de un gas en una mezcla
es igual a la presión total multiplicada por la fracción molar del gas:
(7.21)
Podemos combinar esta expresión con la ley de Raoult junto con la definición que
ésta proporciona de la presión parcial de un componente de la fase gaseosa para ob-
tener:
Esta ecuación relaciona la presión total ptot, la presión de vapor del í-ésimo compo-
nente p* y las fracciones molares del í-ésimo componente en la fase líquida (x¿) y la
fase gaseosa (yt). Si despejamos ptot, obtenemos:
(7.22)
Para ser consistentes con la figura 7.4, supongamos que i - 1. Si resolvemos la ecua-
ción 7.19 para x1? obtenemos:
(7.22)2)
Hacemos esto porque queremos expresar ptot en términos de la fracción molar del va-
por, no la del líquido, así que necesitamos eliminar Xj. Si sustituimos la ecuación 7.23
en la 7.22, encontramos:
Imagine que tenemos un sistema con una composición de fase líquida particular.
Ésta tendrá una composición característica de fase de vapor, determinada por las
diferentes expresiones anteriores. Podemos utilizar los diagramas de fase de presión-
composición, como el de la figura 7.5, para representar la relación entre la composi-
ción de la fase líquida y la composición de la fase de vapor. Una recta horizontal en
un diagrama como el de la figura 7.5 representa una condición de presión constante
o isobárica. La figura 7.6 muestra una recta horizontal, el segmento AB, que une la lí-
nea de puntos de burbuja y la línea de puntos de rocío para un líquido que tiene de-
terminada fracción molar ;q. En un líquido con la composición indicada, su presión
de vapor en equilibrio se determina subiendo por el diagrama hasta intersecar la lí-
nea de puntos de burbuja en el punto B. Sin embargo, para dicha presión en equili-
brio la composición de la fase de vapor se determina desplazándose horizontalmente
Figura 7.6 Una línea horizontal de
conexión en un diagrama de fase de pre- hasta intersecar la línea de puntos de rocío en el punto A. Dichas representaciones
sión-composición, como ésta, une la gráficas son muy útiles para comprender la relación entre las composiciones de la fa-
composición de la fase líquida con la com- se líquida y de la fase de vapor.
posición de la fase de vapor en el equili-
brio.
l¿t^ ^ l^2^K^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ H
A determinada temperatura, la presión de vapor del benceno puro, C6H6, es 0.256
bar y la presión de vapor del tolueno puro, C6H5CH3, es 0.0925 bar. Si la fracción
molar del tolueno en la disolución es 0.600 y queda algo de espacio libre en el siste-
ma, ¿cuál es la presión de vapor total en equilibrio con el líquido y cuál es la com-
posición de vapor en términos de la fracción molar?
Solución
De acuerdo con la ley de Raoult, podemos determinar la presiones parciales de ca-
da componente:
Para determinar la composición del vapor (en fracción molar), podemos aplicar la
ley de Dalton de las presiones parciales para obtener el siguiente resultado:
Figura 7.7 Una fase de vapor se condensará Figura 7.8 A base de repetidas condensacio-
en un líquido que tiene exactamente la misma nes y vaporizaciones, finalmente puede separarse
composición (línea AC). No obstante, el nuevo lí- del sistema un líquido puro. Este procedimiento
quido no se vaporizará convirtiéndose en un recibe el nombre de destilación fraccionaria.
vapor que tiene la misma composición; más bien,
este nuevo líquido se encontrará en equilibrio con
un vapor que tiene la composición D.
ción con esa composición. Sólo cuando la presión del vapor alcanza la presión de los
alrededores, este líquido de dos componentes se encontrará en su punto de ebulli-
ción. (Este detalle es importante exclusivamente para sistemas abiertos y expuestos a
alguna presión externa pext.)
La recta AB de la figura 7.6 recibe el nombre de línea de unión. Ésta conecta la
composición de la fase líquida con la composición resultante de la fase de vapor de
los dos componentes del sistema.
Supongamos que nuestro sistema se prepara de tal forma que sea posible conden-
sar la fase de vapor en un subsistema más pequeño. ¿Cuál sería la composición de la
nueva fase líquida? Si sólo se condensan los vapores, entonces la composición de
la nueva fase líquida sería exactamente la misma que la fase de vapor original. La fi-
gura 7.7 muestra que esta nueva fase líquida puede representarse en la línea de pun-
tos de burbuja en el punto C. Pero, ahora esta subsecuente fase líquida también tiene
una fase de vapor en equilibrio, cuya composición la da la línea de unión CD de la fi-
gura 7.7. Esta segunda fase de vapor se encuentra incluso más enriquecida en uno de
sus componentes. Si el sistema se prepara de tal forma que se puedan llevar a cabo
evaporaciones y condensaciones múltiples, cada paso entre la línea de puntos de bur-
buja y la línea de puntos de rocío genera una fase de vapor y una subsecuente fase lí-
quida que progresivamente se enriquece cada vez más respecto a un componente. Si
el sistema se prepara de manera adecuada, finalmente se conseguirá una fase líquida
y una fase de vapor que constarán esencialmente de un único componente puro. Los
pasos que conducen a este componente puro se muestran en la figura 7.8. Lo que
ha sucedido es que hemos comenzado a partir de una mezcla de dos componentes y
hemos separado uno de los componentes del otro. Dicho procedimiento recibe el
nombre de destilación fraccionada y es particularmente común en química orgánica.
Cada paso individual, representado por un par de rectas horizontales y verticales, re-
cibe el nombre de plato teórico. En la práctica, los sistemas preparados para llevar a
cabo destilaciones fraccionadas suelen tener desde tres hasta decenas de miles de pla-
tos teóricos.
La figura 7.9 muestra tres arreglos para llevar a cabo destilaciones fraccionadas.
Los primeros dos son aparatos que uno podría ver en el laboratorio, en los cuales se
emplea cristalería, ya sea a microescala o a gran escala. El último es un aparato indus-
trial de destilación fraccionaria. Las destilaciones fraccionadas se encuentran entre
7.3 Dos componentes: sistemas líquido-líquido 177
ponente puro. Note, asimismo, que la línea de puntos de burbuja y la línea de puntos
de rocío han invertido sus posiciones.
Las destilaciones fraccionadas también se pueden ilustrar utilizando diagramas de
fase de temperatura-composición. Una disolución con una composición inicial se
evapora convirtiéndose en un vapor con una composición diferente. Si este vapor
se enfría, se condensa y se convierte en un líquido con la misma composición. Este
nuevo líquido puede establecer un equilibrio con otro vapor con una composición
más enriquecida, que se condensa, y así sucesivamente. La figura 7.11 ilustra el pro-
1.0 ceso por pasos. Ésta muestra tres platos teóricos de forma explícita.
Un requisito para una disolución líquida ideal es que cumpla con la ley de Raoult.
Figura 7.11 Las destilaciones frac- Existen otros cuantos requisitos para una disolución de este tipo. Cuando dos com-
cionadas también pueden representarse ponentes puros se mezclan, no debería haber ningún cambio en la energía interna o
utilizando diagramas de fase de tempera-
entalpia de los componentes:
tura-composición. Este diagrama muestra
el mismo proceso de la figura 7.8. ¿Puede
explicar el lector la diferencia entre las dos (7.25)
representaciones del mismo proceso?
(7.26)
Si la disolución se mezcla bajo condiciones de presión constante (que normalmen-
te constituye una restricción que se puede aplicar), entonces la ecuación 7.26 impli-
ca que:
El mezclado es, por lo general, un proceso espontáneo, que implica que AmezclaS y
AmezclaG para el proceso debe tener magnitudes adecuadas. De hecho, por analogía
con las mezclas de gases, en el caso de los líquidos ideales estos cambios equivalen a:
(7.27)
(7.28)
para los procesos a temperatura constante. Ya que x¿ siempre es menor que 1, los lo-
garitmos de % son siempre negativos; así, AmezclaG y AmezdaS siempre serán negativo y
positivo, respectivamente. El mezclado es un proceso espontáneo inducido por la en-
tropía. Cuando aplicamos las ecuaciones 7.27 y 7.28 y se obtienen unidades de joules
por mol, la parte que se refiere a "por mol" tiene que ver con los moles de los compo-
nentes del sistema. Para calcular una cantidad total, la cantidad por mol debe multi-
plicarse por el número de moles del sistema, como lo indica el siguiente ejemplo.
Ejemplo 7.6
¿Cuáles son los valores de AmezdaH, Amezcla(7, AmezclaGy AmezclaSpara un sistema que
se forma por una mezcla de 1.00 mol de tolueno y 3.00 mol de benceno? Suponga
un comportamiento ideal y 298 K.
Solución
Por definición, AmczclaHy Amezclal/son exactamente iguales a cero. El número total
de moles en nuestro sistema es 4.00 mol; así, para AmezclaG, utilizamos xl = 0.250 y
X2 = 0.750. Por lo tanto,
7.4 Disoluciones líquidas no ideales de dos componentes 179
Figura 7.14 Diagrama de fase de temperatura-composición para una disolución no ideal que mues-
tra una desviación positiva de la ley de Raoult. Observe que aparece un punto en que el líquido y el va-
por tienen la misma composición.
Figura 7.15 Diagrama de fase de temperatura-composición para una disolución no ideal que mues-
tra una desviación negativa de la ley de Raoult. La mezcla azeotrópica es de ebullición máxima y no de
ebullición mínima, como la que se muestra en la figura 7.14.
7.4 Disoluciones líquidas no ideales de dos componentes 181
Ejemplo 7J
Prediga mediante un diagrama de fase de temperatura-composición, como el de la
figura 7.14, la composición general del producto final de destilación si se destila una
disolución que tiene una fracción molar xl de 0.9.
Solución
Consulte la figura 7.16. Utilizando las líneas de unión para conectar la composición
del vapor en cada composición de la fase líquida, finalmente encontraremos la mez-
cla azeotrópica de ebullición mínima. Por lo tanto, la mezcla azeotrópica constitu-
ye nuestro último producto y no se puede llevar a cabo ya ninguna separación
mediante la destilación.
Como ejemplo adicional, ¿qué resultado se espera si la disolución tiene una frac-
ción molar inicial xl de 0.1?
Ejemplo 7,8
Prediga mediante un diagrama de fase de temperatura-composición, como el de la
figura 7.15, la composición general del producto final de destilación si se destila una
disolución que tiene una fracción molar xl de 0.5.
Figura 7.16 Vea el ejemplo 7.7. Si comenzamos con un líquido que tiene la composición indicada,
la mezcla azeotrópica de ebullición mínima constituye el producto final.
182 C A P Í T U L O 7 Equilibrios en sistemas multicomponentes
Figura 7.17 Véase el ejemplo 7.8. Si al inicio se tiene un líquido con la composición indicada, el pro-
ducto final será uno de los componentes puros.
Solución
Consulte la figura 7.17. Si utilizamos la línea de unión para conectar la composición
de vapor en cada composición de la fase líquida, finalmente encontraremos una
composición que consta de xl - 0. Por lo tanto, el componente puro 2 es nuestro
producto final.
Como ejemplo adicional, ¿cuál es el resultado que se espera si la disolución tu-
viera una fracción molar inicial xl de 0.1? ¿Esta conclusión es la misma que la del
ejemplo adicional incluido en el ejemplo 7.7?
Figura 7.18 En el caso de disoluciones que se alejan demasiado del comportamiento ideal puede ha-
ber intervalos de inmiscibilidad. En dichos intervalos, la composición del vapor no cambiará. En este ca-
so, la región entre los puntos A y B constituye una región de inmiscibilidad. La presión de vapor es
constante en dicho intervalo.
7.5 Sistemas líquido-gas y ley de Henry 183
equilibrio con los líquidos es sencillamente la suma de las dos presiones de vapor
en equilibrio.3
3
En este caso suponemos que los dos líquidos ocupan un espacio dentro del sistema y que pue-
den llegar al equilibrio en sus fases de vapor. En sistemas en los que un líquido inmiscible más den-
so se encuentra completamente cubierto por un líquido menos denso, su presión de vapor quedará
suprimida.
Figura 7.19 Si un gas constituye uno de los componentes, la ley de Raoult no se cumple a bajas frac-
ciones molares del gas. Sin embargo, existe una región de proporcionalidad. Esta región puede describir
se mediante la ley de Henry.
184 C A P Í T U L O 7 Equilibrios en sistemas multicomponentes
Tabla 7.1 Algunas constantes La forma de convertir una proporcionalidad en igualdad consiste en definir una
de la ley de Henry para disoluciones constante de proporcionalidad K¿ así, tenemos:
acuosas
Compuesto £<ftO (7.31)
Argón» Ar 4.03 X 10* donde el valor de la constante K¡ depende de los componentes, así como de la tempe
1,3-butadieno, C4H6 1.43 X 1C10 ratura. La ecuación 7.31 recibe el nombre de ley de Henry, en honor del químico bri-
Dióxido de carbono, CO2 1.67 X 10s tánico William Henry, contemporáneo y amigo de John Dalton (creador de la teoría
Formaidehído, CH2O 1.83 X 103 atómica moderna y de la ley de Dalton de las presiones parciales). K{ recibe el nom-
Hidrógeno» H2 7.03 X 109 bre de constante de la ley de Henry.
Metano, CH4 4.13 X 107 Observe las semejanzas y diferencias entre las leyes de Raoult y de Henry. Ambas
Nitrógeno, N2 8.57 X 109 tienen que ver con la presión de vapor de componentes volátiles en una disolución.
Oxígeno, O2 4.34 X 109 Ambas indican que la presión de vapor de un componente es proporcional a la frac-
Cloruro de vinilo, ción molar de dicho componente. Sin embargo, mientras que la ley de Raoult define
CHACHO 6.11 X 107 la constante de proporcionalidad como la presión de vapor del componente puro, la
ata temperatura es de 25ÔC.
ley de Henry define la constante de proporcionalidad como un valor determinado ex-
perimentalmente. La tabla 7.1 incluye algunas constantes de la ley de Henry.
Muchas aplicaciones de la ley de Henry definen el sistema desde otro ángulo. En
lugar de especificar la composición de la disolución, se especifican la fase líquida y la
presión del componente gaseoso en equilibrio. Así, surge la pregunta: ¿cuál es la frac-
ción molar de equilibrio del gas en la disolución de equilibrio resultante? El siguien-
te ejemplo lo explica.
Ejemplo 7.9
La constante de la ley de Henry ÍC, para el CO2 en agua es 1.67 X 108 Pa (Pa = pas-
cal; 1 bar = 105 Pa) a cierta temperatura. Si la presión del CO2 en equilibrio con el
agua fuera de 1.00 X 106 Pa (que equivale a 10 bar o aproximadamente 10 atm) a
dicha temperatura, ¿cuál es la fracción molar del CO2 en la disolución? ¿Es posible
calcular la molaridad de la disolución de CO2?
Solución
En este ejemplo especificamos la presión parcial de equilibrio del gas en la fase ga-
seosa y determinamos la fracción molar de la disolución líquida (en lugar de em-
plear el método que hemos acostumbrado hasta ahora). De acuerdo con la ecuación
7.31, tenemos:
Observe que las unidades se han cancelado. Esto se esperaba en el caso de una frac-
ción molar, que carece de unidades. Ya que la fracción molar del CO2 es muy peque-
ña, supondremos que el volumen de un mol de disolución es el volumen molar del
agua, que equivale a 18.01 mL o 0.01801 L. Además, aproximamos la fracción mo-
lar de las moléculas de H2O a 1.00, de tal manera que el número de moles de CO2
disueltos en el agua es 0.00599 mol. Por lo tanto, la molaridad aproximada de la di-
solución es
Figura 7.20 Aparato para destilación simple (compare con la figura 7.9). a) Aparato de destilación
simple en escala normal, b) Aparato de destilación simple en pequeña escala.
186 CAPÍTULO 7 Equilibrios en sistemas multicomponentes
Esta expresión puede reordenarse para encontrar una expresión para la fracción mo-
lar del soluto disuelto en la disolución:
.. o o
(7.32
ln (7.326)
Aquí estamos sustituyendo A^G. De nuevo observamos que A^Hy A^S represen-
tan los cambios de entalpia y entropía a determinada temperatura T, que no es el
punto de fusión.
Ahora añadiremos cero a la última expresión de la ecuación 7.38, aunque de un
forma poco común: sumando (AfusGMP)/J!?rMp, donde A^G^ es la energía libre de
Gibbs de fusión y TMP representa el punto de fusión del soluto. En el punto de fusión,
7.6 Disoluciones líquido-sólido 187
AfusGMP es igual a cero; así, sencillamente estamos sumando cero a la ecuación 7.38,
por lo que obtenemos:
Ahora bien, observamos que los dos términos de A^S se cancelan. Los dos términos
de AfosH pueden combinarse y descomponerse en factores; la ecuación final es:
Ejemplo 7.10
E^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^l
Calcule la solubilidad del naftaleno sólido, C10H8, en tolueno líquido, C6H5CH3, a
25.0 °C si el calor de fusión del naftaleno es 19.123 kj/mol y su punto de fusión es
78.2 °C.
Solución
De acuerdo con la ecuación 7.39, tenemos:
Observe que hemos convertido el valor de R a kj, así como los valores de la temp3<
ratura a temperatura absoluta. Todas las unidades se cancelan algebraicamente, c3e
mo debe ser. Así,
Ejemplo 7.11
Utilice la ecuación 7.39 para justificar el efecto en la solubilidad de un compuesto si
se eleva la temperatura. Suponga que la temperatura es más baja que la del punto
de fusión del soluto puro.
Solución
Si Adifés positivo (y por definición lo es), entonces el término -(A^H)/]? es ne-
gativo. Cuando la temperatura se eleva, l/T se reduce; así, el valor de [(IIT) -
(l/r MP )] también se reduce. (Cuando T < TMP, 1/T> l/rMP. Así, conforme l/T se
reduce, la diferencia [(l/T) - (1/TMP)] también se reduce.) Por lo tanto, el produc-
to [-(AfugiO/jR] [(l/T) - (1/TMP)] se convierte en un número negativo más pequeño
conforme T se eleva. El logaritmo inverso de un número negativo más pequeño es
un número decimal más grande. De esta manera, conforme T se eleva, xsoluto disuelto
también se incrementa. En otras palabras, conforme se eleva la temperatura, la so-
lubilidad del soluto se eleva. Esto es cierto para casi todos los solutos (hay algunos
solutos cuya solubilidad se reduce con un incremento en la temperatura, pero son
raros).
Ejemplo 7.12
En un diagrama de fase de temperatura-composición de una disolución sólida con
dos componentes, ¿cuántos grados de libertad se necesitan para describir el sistema
en los siguientes casos?
a) El sistema es completamente sólido.
b) Existe un equilibrio entre las fases sólida y líquida.
En cada caso, sugiera qué variables podrían representar los grados de libertad.
Solución
a) De acuerdo con la regla de las fases de Gibbs, en el caso de una disolución sólida
de una fase tenemos:
F=C-P+ 2 = 2 - 1 + 2
F=3
Los grados de libertad podrían ser la presión, la temperatura y la fracción molar de
un componente (la otra fracción molar se determina por sustracción).
b) En el caso de un sólido en equilibrio con una fase líquida, tenemos:
F = C- P+ 2 = 2 - 2 + 2
F=2
En este caso, podríamos especificar la temperatura y la fracción molar de un com-
ponente. Ya que sabemos que hay dos fases en equilibrio, la presión queda determi-
nada por el diagrama de fase y la recta de equilibrio entre las fases sólida y líquida a
cierta composición y temperatura.
detalle más adelante. Por ejemplo, podemos comenzar con dos componentes puros A
y B que tienen puntos de fusión específicos (p. fus.), como se indica en el diagrama
de fase de temperatura-composición de la figura 7.21a. Estas fracciones molares se
encuentran representadas por XA = 1 y XA = O, respectivamente. Comenzando desde
cada extremo del diagrama, cada componente puro se torna impuro, es decir, con-
forme nos desplazamos desde cada extremo hacia la parte media del diagrama de fa-
se, el punto de fusión disminuye (figura 7.21b). El diagrama de fase representa este
hecho con una línea en el límite entre una fase sólida —ya sea el compuesto puro B
o el A— en equilibrio con una fase líquida, como se indica. Conforme nos movemos
cada vez más hacia la zona de impureza desde cada extremo, finalmente las dos líneas
de equilibrio sólido-líquido se encontrarán, como lo muestra la figura 7.2le. En este
punto, ambos sólidos A y B se congelarán.
Comenzando desde cualquier extremo del diagrama de fase, la situación se aseme-
ja mucho a un cambio de fase de líquido a vapor: un componente cambiará preferen-
temente de fase y el otro se hará cada vez más concentrado dentro del líquido que
queda. En ese momento se alcanza cierta composición representada por XE: en segui-
da los dos componentes se congelarán simultáneamente y el sólido que se forma ten-
drá la misma composición que el líquido. Esta composición recibe el nombre de
composición eutéctica. Con esta composición, el líquido actúa como si fuera un compo-
nente puro, así que las fases sólida y líquida tienen la misma composición cuando se
encuentran en equilibrio a la temperatura eutéctica TE. Este "componente puro" reci-
be el nombre de mezcla eutéctica. La mezcla eutéctica se asemeja a la mezcla azeotró-
pica en los diagramas de fase líquido-vapor. No todos los sistemas tienen mezclas
(c) eutécticas, mientras que otros pueden tener más de una y la composición de las mez-
clas eutécticas de un sistema multicomponente es característica de los componentes. Es
Figura 7.21 Construcción de un dia-
grama de fase sólido-líquido simple para decir, no es posible predecir una mezcla eutéctica para cualquier sistema dado.
una disolución sólida, a) Los componentes Así, la figura 7.2le muestra el comportamiento de una mezcla sólida de A y B y la
sólidos puros tienen puntos de fusión bien forma en que las fases sólida y líquida se comportan ante un cambio de temperatura.
definidos, b) Al desplazarse desde cual- Debajo de la temperatura eutéctica TE, el sistema es un sólido. Por encima de la tem-
quiera de los extremos conforme uno de peratura eutéctica, el sistema puede estar formado exclusivamente por una fase líqui-
los componentes se introduce, el punto
de fusión disminuye. Por encima de cada
da (si tiene una composición eutéctica) o una combinación de sólido puro, más una
segmento de línea, el sistema se encuentra mezcla líquida.
en estado líquido. Debajo de cada segmen-
to de línea, hay algo de líquido y parte del
componente principal se está congelando. Ejemplo 7.13
c) Las dos líneas se encontrarán en deter-
minado punto. Debajo de este punto, el La figura 7.22a muestra un diagrama de fase de dos componentes, A y B. También
sistema es sólido. El diagrama de fase, por muestra dos puntos iniciales, M y N.
lo tanto, puede dividirse en las siguientes a) Explique el comportamiento de los componentes si el sistema comienza en el
áreas: todo sólido, sólido + líquido y líqui- punto M y se enfría.
do. Las dos regiones "sólido + líquido" tie-
nen diferentes composiciones.
b) Explique el comportamiento de los componentes si el sistema comienza en el
punto N y se calienta.
Solución
a) El punto M representa un líquido formado principalmente por el componente B,
ya que la fracción molar de A es de aproximadamente 0.1. Conforme se desciende
verticalmente por el diagrama de fase, el líquido de los dos componentes reduce su
temperatura hasta que alcanza la línea de equilibrio sólido-líquido. En este punto,
el componente puro B se solidifica y el líquido que queda en realidad se concentra
más con el componente A. Cuando el líquido alcanza una fracción molar de 0.2 en
A, se alcanza la composición eutéctica y el líquido se solidifica como si fuera una
sustancia pura y continúa enfriándose como sólido eutéctico de A y B. La figura
7.22b muestra una trayectoria punteada que indica estos cambios.
b) El punto N representa una fase sólida que tiene aproximadamente partes iguales
de A y B. Conforme se incrementa la temperatura, se alcanza un punto final en que
el componente A comienza a derretirse. Esto reduce la cantidad de A en el sólido
7.7 Disoluciones sólido-sólido 191
(indicada por la línea punteada sobre la línea sólida en la figura 7.22b). Cuando se
funde suficiente cantidad de A, de tal manera que el sólido adopte la composición
eutéctica, el sólido se funde uniformemente como si fuera un compuesto puro. Des-
pués de que el sólido se funde uniformemente, el sistema queda compuesto de una
fase líquida única.
Como en el caso de las mezclas azeotrópicas, las mezclas eutécticas pueden ser ter-
narias, cuaternarias, etc., pero sus diagramas de fase se tornan muy complejos con
gran rapidez. Pocas mezclas eutécticas son importantes en nuestra vida. La soldadu-
ra ordinaria constituye una mezcla eutéctica de estaño y plomo (63% y 37%, respec-
tivamente), que se funde a 183 °C, mientras que los puntos de ebullición del estaño y
del plomo son de 232 °C y 207 °C. El metal de Wood es una aleación de bismuto, plo-
mo, estaño y cadmio (50:25:12.5:12.5), la cual se funde a 70 °C (¡temperatura inferior
a la del punto de ebullición del agua!), que se puede utilizar en los sistemas aéreos de
extinción de incendios por aspersión. El NaCl y el H2O forman una mezcla eutéctica
que se funde a -21 °C, hecho que debería ser de interés para las comunidades que co-
Figura 7.22 Diagrama de fase descrito locan sal sobre las carreteras congeladas en el invierno (la composición de esta mez-
en el ejemplo 7 13. cla eutéctica es de aproximadamente 23% en peso de NaCl). Hay una mezcla
eutéctica poco común del cesio y del potasio. En una proporción de 77:23, esta mez-
cla eutéctica se funde a -48 °C. Esta mezcla consistiría en un metal líquido a la ma-
yoría de las temperaturas terrestres (y sería muy reactiva respecto al agua).
En muchos casos, los equilibrios sólido-líquido son más complejos que como lo
sugieren las figuras 7.21 y 7.22. Esto se debe a dos factores. Primero, puede ser que los
sólidos no sean "solubles" en todas las proporciones, así que debe haber regiones de
inmiscibilidad en el diagrama de fase de temperatura-composición. Segundo, dos
componentes pueden formar compuestos estequiométricos que pueden actuar co-
mo componentes puros. Por ejemplo, en el diagrama de fase para las disoluciones de
Na y K, se puede formar un "compuesto" con la estequiometría Na2K. La presencia
de este compuesto estequiométrico puede complicar más el diagrama de fase. La fi-
gura 7. 23 muestra esta situación en un diagrama de fase de temperatura-composi-
ción para la disolución sólido-líquida del Na/K.
Figura 7.24 Diagrama de fase más complejo de una disolución sólida que, en este caso, describe el
sistema Fe/C.
Como lo indica la figura 7.24, otros diagramas de fase pueden ser más complicados.
Otra aplicación importante del entendimiento detallado de las fases de una diso-
lución sólida recibe el nombre de refinado de zona, que constituye un método de pre-
paración de materiales muy puros. Este método es especialmente útil en la industria
de los semiconductores, en la que el primer paso fundamental para la fabricación de
éstos consiste en la producción de silicio ultrapuro. La figura 7.25 muestra un diagra-
ma de fase de temperatura-composición para el silicio y los óxidos de silicio. El sili-
cio "puro", que tendría una composición muy próxima al valor cero para el porcentaje
de peso del oxígeno en la figura 7.25, aún tiene suficientes impurezas para provocar
problemas a las propiedades eléctricas del silicio, así que debe purificarse más.
Un cilindro sólido de Si, denominado monocristal, se pasa lentamente a través de
un horno cilindrico de alta temperatura, como lo indica la figura 7.26 (el silicio se
funde a 1410 °C). Cuando éste se resolidifica lentamente, lo hace como silicio muy
puro, y las impurezas se quedan en la fase fundida. Conforme el monocristal se in-
Figura 7.25 Diagrama de fase de tem- troduce de nuevo en el horno, esta capa de impurezas recoge más impurezas confor-
peratura-composición para el silicio y los me el silicio ultrapuro se cristaliza. Al final, según se observa en la figura 7.26, todo el
óxidos de silicio. Este diagrama de fase es monocristal ha pasado a través del horno y las impurezas se han concentrado en un
muy importante para la industria de los
semiconductores, en la que el silicio extra- extremo, que es retirado. Lo que queda es un cilindro de silicio ultrapuro que puede
puro constituye el primer paso en la fabri- dividirse en miles de millones de semiconductores. Otros cristales, incluyendo las
cación de microchips. piedras preciosas sintéticas, pueden tratarse con el mismo método.
7.8 Propiedades coligativas 193
Figura 7.26 En el refinado de zona del silicio, un serpentín de calefacción funde una pequeña parte
del monocristal en determinado tiempo. Conforme el líquido se solidifica lentamente, las impurezas per-
manecen concentradas en la fase líquida. Conforme la zona fundida pasa por el monocristal, las impure-
zas finalmente quedan recolectadas en un extremo, donde pueden eliminarse del material puro.
donde psolv es la verdadera presión del disolvente, p*olv es la presión de vapor del di-
solvente puro y xsolv es la fracción molar del disolvente en la disolución. Ya que las
fracciones molares siempre suman 1 o menos, la presión de vapor de un disolvente
en una disolución siempre es menor que la presión de vapor del líquido puro. Observe,
asimismo, que la ley de Raoult no toma en cuenta la naturaleza del soluto; ésta sólo
depende de la fracción molar del disolvente. Ésta es una de las características de una
propiedad coligativa. No importa qué, sino cuánto.
Antes de analizar las siguientes propiedades coligativas, recordemos la unidad de
concentración llamada molalidad. La molalidad de una disolución es similar a la mo-
laridad, excepto que ésta se define en términos del número de kilogramos de un di-
solvente, no de litros de disolución:
(7.40)
La molalidad, abreviada molal o m, es una unidad útil para las propiedades coligati-
vas, porque es una razón más directa entre las moléculas de soluto y las moléculas de
disolvente. La unidad de molaridad automáticamente incluye el concepto de volúme-
nes molares parciales, pues se define en términos de litros de disolución, no de litros
de disolvente. Ésta también depende de las cantidades de disolvente y de soluto (en
unidades de moles y kilogramos), pero es independiente del volumen o la tempera-
tura. Así, conforme T cambia, la concentración en unidades de molalidad permane-
194 CAPÍTULO 7 Equilibrios en sistemas multicomponentes
(7.41)
donde A^Hy TMP se refieren al calor de fusión y al punto de fusión del disolvente. Si
estamos considerando disoluciones diluidas, entonces Disolvente se aproxima mucho a
1. Ya que xdisolvente = 1 - *soluto, podemos sustituirlos para obtener:
(7.42)
(7.43)
(7.44)
4
La expansión de muchos términos es ln(l — x) = — x — \x2 — \¿ — \x4 —
7.8 Propiedades coligativas 195
(7.46)
(7.47)
Todos los términos relativos a las propiedades del disolvente se han agrupado entre
paréntesis y el único término relacionado con el soluto es la concentración molal de
éste. Observe que todos los términos entre paréntesis son constantes para cualquier
disolvente determinado: su peso molecular Mdisolvente, su punto de fusión TMP y su ca-
lor de fusión A^H (1000 y R también son constantes). Por lo tanto, este conjunto de
constantes representa un valor constante para cada disolvente. La ecuación 7.47 se es-
cribe comúnmente de la siguiente manera:
(7.48)
donde K{ recibe el nombre de constante de depresión del punto de congelación para el
disolvente. También recibe el nombre de constante crioscópica para el disolvente.
m^^wnn^f^Sf^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^m
Calcule la constante crioscópica para el ciclohexano, C6H12, si el calor de fusión de
éste es 2630 J/mol y su punto de fusión es 6.6 °C. ¿Cuáles son las unidades de la
constante?
Solución
El peso molecular del ciclohexano es 84.16 g/mol. El punto de fusión, que debe ex-
presarse en temperaturas absolutas, es 6.6 + 273.15 = 279.8 K. Comparando las
ecuaciones 7.47 y 7.48, vemos que la expresión para K{ es:
Estas unidades parecen poco familiares hasta que uno recuerda que la unidad en la
molalidad se define en términos de mol/kg. Ya que la unidad anterior es la inversa
196 CAPÍTULO 7 Equilibrios en sistemas multicomponentes
Estas unidades tienen más sentido si se utiliza la ecuación 7.48 para determinar la
depresión del punto de congelación. El ciclohexano tiene uno de los valores Kf más
altos para un disolvente común.
(7.49)
donde TBP y Avapfí ahora se refieren al punto de ebullición y al calor de vaporiza-
ción del disolvente. De nuevo, los términos entre paréntesis son constantes para cual-
quier disolvente; así, la ecuación 7.49 puede volverse a escribir de la siguiente manera:
(7.50)
donde Kb es la constante de elevación del punto de ebullición para el disolvente. A ve-
ces recibe el nombre de constante ebulloscópica.
Una cosa que las expresiones del cambio en el punto de congelación y el punto
de ebullición no indican se refiere a la dirección del cambio. Aunque las matemáticas
formales indican la dirección de ATf y ATb, éstas se pierden en las ecuaciones 7.48 y
7.50. Es decir, sólo indican la magnitud del cambio, no la dirección. Es importante
que recordemos que los puntos de congelación se reducen, pero los puntos de ebulli-
ción se elevan.
La última propiedad coligativa de las disoluciones que analizaremos se llama pre-
sión osmótica. Aunque la dejamos al último, quizá sea una de las más importantes,
ya que influye en muchos sistemas biológicos, como nuestra célula.
La presión se define como fuerza por unidad de área. En Estados Unidos las libras
por pulgada cuadrada constituyen una unidad común de presión (aunque no del SI).
Se ejerce presión sobre un objeto que tiene un líquido sobre él, como lo saben los bu-
zos experimentados. Los primeros barómetros inventados eran tubos con agua —y
más tarde con mercurio— diseñados para actuar contra la presión de la atmósfera
(véase la figura 7.27).
Consideremos un sistema con dos cavidades separadas por una membrana se-
mipermeable, como se muestra en la figura 7.28. Una membrana semipermeable es una
película delgada que permite que pasen a través de ella algunas moléculas y otras no.
El celofán y otros polímeros constituyen ejemplos de membranas semipermeables. Las
paredes de una célula pueden considerarse membranas semipermeables. Suponga que
llenamos el sistema con una disolución en la cavidad izquierda y con un disolvente pu-
ro en la derecha, pero a la misma altura (figura 7.28a). El tubo en cualquiera de las ca-
vidades se encuentra expuesto a una presión externa, representada con P.
Es interesante el hecho de que este sistema no se encuentra en equilibrio. Con el
tiempo, las moléculas del disolvente (normalmente agua), que pueden pasar fácil-
mente a través de varias membranas semipermeables, pasará de la cavidad derecha a
la izquierda diluyendo más la disolución. Al hacerlo, la altura de los líquidos a cual-
Figura 7.27 Ilustración de la forma en quiera de los lados de la membrana cambia. En un punto, el sistema alcanza el equi-
que se oponen entre sí las presiones. En es- librio, es decir, el potencial químico del disolvente en cualquier lado de la membrana
te ejemplo, las presiones que se oponen
son la presión de la atmósfera y la presión es igual:
de la columna de líquido del tubo largo. En
equilibrio, las dos presiones se nivelan (el
diagrama representa un barómetro sim- Sin embargo, en este punto los niveles del líquido en ambas cavidades del sistema son
pie). diferentes, como se muestra en la figura 7.28b. La columna del líquido en la cavidad
7.8 Propiedades coligativas 197
A temperatura constante,
(7.54)
(7.55)
198 C A P Í T U L O 7 Equilibrios en sistemas multicomponentes
Ejemplo 7.15
¿Cuál es la presión osmótica de una disolución de sacarosa 0.010 molal en agua? Si
esta disolución se colocara en un sistema como el de la figura 7.28, ¿a qué altura lle-
garía la columna de la sacarosa diluida en equilibrio si el tubo cuenta con un área
superficial de 100.0 cm2? Suponga una temperatura de 25 °C y que la densidad de
la disolución es 1.01 g/mL. Algunas conversiones necesarias son: 1 bar = 105 pas-
cal, y 1 pascal = 1 N/m2 (newton de fuerza por metro cuadrado de área). Ade-
más, recuerde que F = ma para convertir una masa en la fuerza equivalente (en este
caso, a será la aceleración debida a la gravedad, que equivale a 9.81 m/s2).
Solución
Una disolución 0.010 molal contiene 0.010 moles de sacarosa en 1.00 kg, o 1000 g,
de agua. En 1.00 kg de H2O hay 1000 g/(18.01 g/mol) = 55.5 mol H2O. Por lo tan-
to, la fracción molal de sacarosa es:
¡Este valor representa una presión osmótica considerable para dicha disolución di-
luida! Para determinar la altura de la columna, convertimos esta expresión en N/m2:
Para un área superficial de 100.0 cm2 = 1.00 X 10 m2, esta presión es el resultado
de una fuerza determinada de la siguiente manera:
5
Ésta es una ecuación distinta de la ecuación de Van't Hoff del capítulo 5.
7.8 Propiedades coligativas 199
Figura 7.29 La presión osmótica de una disolución 0.010 molal soportará una columna de disolu-
ción de 100 cm2, que es aproximadamente el peso de una cría de jirafa.
De acuerdo con la ecuación F = ma, esta fuerza corresponde a una masa de:
¡Esto es casi 26.30 metros (u 8 pies, aprox.) de altura! La figura 7.29 brinda una idea
de esta altura.
200 CAPÍTULO 7 Equilibrios en sistemas multicomponentes
Aunque 0.010 molal no es una disolución muy concentrada, los efectos de la pre-
sión osmótica predichos son considerables.
El concepto de presión osmótica tiene importantes aplicaciones. Una tiene que ver
con la biología. Una membrana celular es una membrana semipermeable. Por lo tanto,
las presiones osmóticas en cualquier lado de la membrana deben ser aproximadamen-
te iguales o los efectos de la presión osmótica provocarán que las células se compriman
o se expandan debido a la transferencia de H2O de las regiones de baja concentración
a las de alta concentración. Ya sea la expansión o la compresión pueden matar a la cé-
lula. La figura 7.30 muestra fotografías de las células rojas de la sangre en disoluciones
de presiones osmóticas altas, iguales o bajas. Los efectos de la presión osmótica tam-
bién explican la razón por la cual las personas varadas en botes salvavidas en el océa-
no no pueden beber el agua del mar. La presión osmótica de ésta es demasiado alta y
bebería provocaría que las células literalmente se deshidraten, en lugar de hidratarse.
La presión osmótica también constituye un factor en la circulación de agua de las
raíces de los árboles a las hojas en las copas, que podrían encontrarse a docenas o
cientos de pies de la tierra. También es importante para mantener las plantas no le-
ñosas macizas y erguidas, así como las verduras crudas crocantes y crujientes.
La presión osmótica se puede emplear para determinar los pesos moleculares pro-
medio de las macromoléculas y los polímeros. Como se mostró en el ejemplo 7.15,
los efectos considerables de la presión osmótica no requieren gran concentración. Las
disoluciones relativamente diluidas pueden manifestar efectos osmóticos diluibles,
que permiten calcular la molalidad de la disolución y, en pasos, el peso molecular del
soluto. Por supuesto, si el polímero de gran peso molecular también contiene algunas
impurezas, el número presumible de impurezas de bajo peso molecular afectará con-
siderablemente el resultado final. De nuevo, esto se debe a que la presión osmótica es
una propiedad coligativa, que depende exclusivamente de la cantidad de moléculas y
no de las identidades de éstas en la disolución.
Ejemplo 7.16
Una disolución acuosa de alcohol polivinílico formada al disolver 0.0100 g de polí-
mero en 1.00 L de agua tiene una presión osmótica de 0.0030 bar. ¿Cuál es el peso
molecular promedio del polímero? Suponga una temperatura de 298 K y que el vo-
lumen del disolvente no cambia significativamente cuando se añade el soluto.
Solución
De acuerdo con la ecuación de Van't Hoff, formulamos la siguiente expresión:
Figura 7.30 Demostración de los efec- Aún requerimos V y xsoluto. Ahora bien, ya que la fracción molar del soluto es muy
tos de la presión osmótica en las célu-
las rojas de la sangre. Si las presiones
pequeña, podemos aventurar que:
osmóticas dentro y fuera de las células
son iguales, las células se ven normales. Sin
embargo, si la presión osmótica afuera
de la célula es muy baja, las células se
(Note que ya no estamos utilizando el volumen molar, V.) Por lo tanto, podemos
hinchan; si es muy alta, las células se arru-
gan. Ninguna situación es buena para el determinar la molaridad de la disolución reordenando la ecuación de la siguiente
cuerpo. manera:
(7.57)
7.9 Resumen
Las disoluciones, aun las binarias, pueden tener un comportamiento complicado. Las
ecuaciones de la termodinámica ayudan a entenderlo. Las disoluciones líquido-líqui-
do pueden establecer equilibrios con las fases de vapor, y las ecuaciones de la termo-
dinámica permiten entender la relación de la composición de la fase de vapor con la
composición de la fase líquida. Podemos proceder de la misma manera en el caso de
las disoluciones sólido-sólido y la fase líquida que existirá cuando dicha disolución se
funda. Los dos cambios de fase tienen una composición especial que actúa como fa-
se pura: una mezcla azeotrópica o una eutéctica. Ambas composiciones especiales in-
fluyen en nuestra vida diaria.
Los diagramas de fase son representaciones gráficas útiles de los cambios de fase y
composiciones de las disoluciones. No sólo representan las condiciones instantáneas,
sino que se pueden emplear para predecir el comportamiento de una disolución
conforme cambian las condiciones. Si se les rotula e interpreta adecuadamente, los
diagramas de fase indican las composiciones exactas de las diversas fases que se pre-
202 CAPÍTULO 7 Equilibrios en sistemas multicomponentes
sentan cuando las condiciones como la temperatura o la presión cambian. Los dia-
gramas de fase para disoluciones reales muestran la imposibilidad de evitar las mez-
clas azeotrópicas y eutécticas.
Las propiedades coligativas se refieren a los cambios en las propiedades físicas de
la disolución respecto al componente principal: el disolvente. La ley de Raoult resu-
me el cambio en la presión de vapor de un disolvente volátil. Los puntos de congela-
ción y ebullición cambian. Ahora bien, la presión osmótica puede ser la propiedad
coligativa que más se subestima. Ésta constituye un factor en las células biológicas y
en nuestra capacidad para elaborar agua fresca a partir del agua de mar. Por fortuna,
las ecuaciones de la termodinámica permiten entender todos estos fenómenos.
E J E R C I C I O S D iL € AP í T UL O 7
7.2 Regla de las fases de Clbbs 7.15 Deduzca la ecuación 7.23 a partir de la ecuación 7.19.
7.1 Consulte el ejemplo 7.1 y suponga ahora que la bebida 7.16 Determine las fracciones molares de cada componente
mezclada contiene una aceituna. Ahora, ¿cuántos grados de li- en la fase de vapor en equilibrio con una razón molar 1:1 de
bertad hay? ¿Qué variables podrían especificarse? hexano (C6H14) y ciclohexano (C6H12) si las presiones de vapor
7.2 Respecto al ejemplo 7.2, ¿cuántos grados de libertad se en equilibrio de los dos componentes son 151.4 y 97.6 torr,
especifican cuando sólo hay Fe2(SO4)3 en el sistema? respectivamente.
7.3 ¿Cuántas fases son necesarias en un sistema de tres com- 7.17 Utilice la ecuación 7.24 para demostrar que lím ptot = p2*
ponentes si no queremos que haya grados de libertad?
7.4 ¿Puede haber una cantidad negativa de grados de libertad 7.18 ¿Por qué no podría usarse directamente la ecuación 7.24
para cualquier sistema físico posible de un componente en para determinar la presión total de vapor en el ejemplo 7.5?
equilibrio?
7.19 ¿Cuáles son los valores de AmezdaC y AmezC|aS para la com-
7.5 En el siguiente equilibrio químico en un sistema cerrado,
binación de 1.00 mol de tolueno y 1.00 mol de benceno a
¿cuántos grados de libertad hay?
20.0 °C? Suponga que éstos se mezclan para formar una diso-
lución ideal.
7.31 A 25 °C, la fracción molar del nitrógeno, N2 (g), en el 7.40 ¿Cuántos grados de libertad se requieren para especifi-
agua es 1.274 x 10~5. a) Compare este valor con el número car la mezcla eutéctica para un sistema de dos componentes?
del problema anterior y haga comentarios, b) Calcule la solu- 7.41 En las comunidades que utilizan sal en el invierno, ¿em-
bilidad del oxígeno, O2 (g), en agua, dado el hecho de que el plean suficiente para formar la mezcla eutéctica de baja tempe-
aire está formado aproximadamente por 80% de nitrógeno y ratura de fusión entre el NaCI y el H2O, o aprovechan el
20% de oxígeno, c) Calcule la constante de la ley de Henry fenómeno de la depresión del punto de congelación en gene-
para el oxígeno. Compare su respuesta con el número en la ta- ral? ¿Qué puede comentar?
bla 7.1.
7.42 A partir de xNa = 0.50 en la figura 7.23 en la región líqui-
7.32 ¿Implica una constante elevada de la ley de Henry que da, describa lo que sucede conforme la temperatura se reduce
un gas es más soluble en un líquido o menos soluble? Esté pre- hasta que toda la disolución se convierte en sólido.
parado para defender su respuesta.
7.43 Trace un diagrama de fase cualitativo para el sistema
Sn/Sb, el cual cuenta con mezclas eutécticas binarias al 92% y
7.6 y 7.7 Disoluciones líquido-sólido 95% del Sn, que se funden a 199 °C y 240 °C, respectivamen-
y sólido-sólido te. Los puntos de fusión del estaño y del antimonio son
7.33 ¿Cuál es la molaridad aproximada de una disolución sa- 231.9°Cy630.5°C.
turada de fenol, C6H5OH, en la que se disuelven 87.0 g en 100 7.44 Explique por qué el refinamiento de zona, utilizado para
mL de agua? La densidad del fenol es 1.06 g/cm3; suponga un elaborar silicio ultrapuro, no sería un método práctico para ela-
comportamiento ideal con respecto al volumen total de la di- borar carbón ultrapuro.
solución.
7.45 Calcule la solubilidad del Na en Hg a O °C. El calor de fu-
7.34 Calcule la solubilidad del fenol, C6H5OH, en el agua a sión del sodio es 2.60 kj/mol y su punto de fusión 97.8 °C.
25 °C si AfusH para el fenol tiene un valor de 11.29 k]/mol y su
punto de fusión es 40.9 °C. Compare la solubilidad calculada 7.46 Demuestre cómo se determinó la fórmula del compues-
con los números del ejercicio anterior. ¿Puede explicar alguna to estequiométrico de la figura 7.23.
desviación?
7.8 Propiedades coligativas
7.35 a) Convierta la fracción molar calculada del naftaleno di-
suelto en tolueno del ejemplo 7.10 en molaridad, suponiendo 7.47 Explique por qué la unidad de la molaridad incluye au-
que los volúmenes son estrictamente aditivos. La densidad del tomáticamente el concepto de volúmenes molares parciales.
tolueno es 0.866 g/mL y la densidad del naftaleno es 1.025 7.48 ¿Por qué piensa que a las personas que viven a grandes
g/mL. Suponga que los volúmenes son aditivos. altitudes se le recomienda que añadan sal al agua cuando hier-
ven alimentos como la pasta? ¿Qué fracción molar del NaCI se
b) Calcule la solubilidad en g/100 mLy molaridad del naftale-
requiere para elevar el punto de ebullición del H2O 3 °C?
no en el n-decano, C10H22, cuya densidad es 0.730 g/mL.
¿Cambia considerablemente la cantidad de sal que se añade al
7.36 ¿Se cumplirá la ecuación 7.39 para la solubilidad de los agua (normalmente una cucharada cafetera para cuatro cuar-
gases en líquidos? ¿Por qué? tos de agua) el punto de ebullición? Kb (H2O) = 0.51 °C/molal.
8.1 Sinopsis
8.2 Cargas
8.3 Energía y trabajo
8.4 Potenciales estándar
8.5 Potenciales no estándar
y constantes de equilibrio
8.6 Iones en disolución
8.7 Teoría de las disoluciones
iónicas de Debye-Hückel
G ran parte de la química involucra especies con carga. Los electrones, los catio-
nes y los aniones son partículas cargadas que interactúan químicamente. Con
frecuencia, los electrones se desplazan de una especie química a otra para formar al-
8.8 Transporte iónico go nuevo. Estos movimientos pueden ser espontáneos o forzados. Pueden incluir sis-
y conductancia temas tan simples como los átomos de hidrógeno y oxígeno, o tan complejos como
8.9 Resumen una cadena de proteínas con millones de moléculas.
La presencia y el valor de cargas discretas en especies químicas hace surgir un nue-
vo aspecto que debemos considerar: el hecho de que las cargas iguales se repelen y las
cargas opuestas se atraen. Al analizar la interacción entre partículas cargadas debemos
comprender el trabajo que implica acercar o apartar partículas cargadas y la energía
que se requiere para efectuar dicho trabajo. Trabajo y energía son conceptos pertene-
cientes a la termodinámica. Por lo tanto, nuestra comprensión de la química de las par-
tículas cargadas eléctricamente, la electroquímica, se basa en la termodinámica.
Pocas personas se percatan de la amplia gama de aplicaciones de la electroquími-
ca en la vida moderna. Todas las baterías y pilas de combustible pueden entenderse
en términos de la electroquímica. Cualquier proceso de oxidación y reducción pue-
de verse desde el punto de vista de la electroquímica. La corrosión de metales, no
metales y cerámica es un proceso electroquímico. Muchas reacciones bioquímicas vi-
tales involucran la transferencia de carga, que es un proceso electroquímico. Confor-
me desarrollemos el tema de la termodinámica de las partículas cargadas en este
capítulo, invitamos al lector a que se dé cuenta de que estos principios se aplican am-
pliamente a muchos sistemas y reacciones.
8.1 Sinopsis
Primero repasaremos la física de la interacción de cargas, que se entendió muy tem-
prano en el desarrollo de la ciencia moderna. Es fácil relacionar cantidades termodi-
námicas, en particular AG, con el trabajo y la energía implicados en el movimiento
de especies cargadas. Podemos dividir cada reacción electroquímica en una parte de
oxidación, en la que algunas especies pierden electrones, y una parte de reducción, en
la que ganan electrones. Descubriremos que es posible mantener estas partes separa-
das y combinarlas para generar nuevos procesos electroquímicos.
206
8.2 Cargas 207
8.2 Cargas
Quizá uno de los primeros conceptos que comprendió el mundo científico se refiera a
la carga. Por el siglo vil, a.C., el filósofo griego Tales se dio cuenta de que una sustan-
cia resinosa llamada elektron —que nosotros denominamos ámbar— después de ha-
berla frotado atraía objetos ligeros, como plumas e hilos. Con el paso de los siglos, la
humanidad aprendió que las varillas de ámbar o de cristal se repelían después de ha-
bérseles frotado, pero que una varilla de ámbar y de cristal se atraían. Sin embargo, des-
pués de que entraban en contacto, inmediatamente perdían su atracción. Alrededor de
1752, el sabio estadounidense Benjamín Franklin llevó a cabo su experimento —qui-
zás apócrifo— de la llave y el papalote relacionado con la iluminación, con lo cual de-
mostró que podía inducir las mismas propiedades en el ámbar al frotarlo. Fue Franklin
quien sugirió que este fenómeno, denominado electricidad, tenía propiedades opues-
tas, que llamó positiva y negativa. Planteó que, cuando se frota una varilla de cristal, la
electricidad fluye hacia su interior y la torna positiva. Al frotar una varilla de ámbar,
la electricidad fluye hacia fuera de ella y la torna negativa. Cuando las dos varillas con
cargas opuestas entran en contacto, hay un intercambio entre las dos hasta que la can-
tidad de electricidad se iguala. Dos varillas de la misma carga, positiva o negativa, se re-
chazarán o se repelerán. (A pesar de su sorprendente clarividencia, Franklin estaba
equivocado en relación con la carga que en realidad se mueve; sin embargo, los vesti-
gios de las definiciones de Franklin, en particular sobre la dirección del flujo de la co-
rriente en un circuito eléctrico, todavía son comunes.)
El siguiente siglo a la época de Franklin, otros investigadores como Coulomb, Gal-
vani, Davy, Volta, Tesla y Maxwell dieron a los fenómenos eléctricos fundamentos só-
lidos experimentales y teóricos. En esta sección repasaremos algunos de ellos.
En 1785 el científico francés Charles de Coulomb (figura 8.1) llevó a cabo me-
diciones muy precisas de la fuerza de atracción o repulsión entre pequeñas esferas
cargadas. Encontró que la dirección de la interacción —es decir, atracción o repul-
sión— se rige por la clase de cargas que hay en las esferas. Si dos esferas tienen la mis-
ma carga, ya sea positiva o negativa, se repelen. Sin embargo, si las dos esferas tienen
cargas diferentes, se atraen.
Coulomb también se dio cuenta de que la magnitud de la interacción entre dos es-
feras depende de la distancia entre las dos pequeñas esferas. La fuerza de atracción o
repulsión, F, entre dos esferas cargadas es inversamente proporcional al cuadrado de
la distancia, r, entre las esferas:
(8.1)
Figura 8.1 Charles-Augustin de Cou- Se ha descubierto que la fuerza entre objetos cargados también es proporcional a la
lomb (1736-1806) fue un físico francés magnitud de las cargas, representadas por ql y q2, en los objetos. La ecuación 8.1 se
que utilizó instrumentos muy sensibles convierte en:
—para su época— con el fin de realizar
mediciones de la fuerza de atracción entre
cuerpos cargados. (8.2)
208 CAPÍTULO 8 Electroquímica y disoluciones iónicas
Esta ecuación recibe el nombre de ley de Coulomb. Con el fin de obtener la unidad
correcta de fuerza, newtons, a partir de la ecuación 8.2, se incluye otra expresión en
el denominador de la ecuación. La forma completa SI de la ley de Coulomb es:
(8.3)
Ejemplo 8.1
Calcule la fuerza entre las cargas en los siguientes casos.
a) +1.6 X 1(T18 C y +3.3 X 1(T19 C a una distancia de 1.00 X 10~9 m
b) +4.83 X 10~19 C y -3.22 X 10"19 C a una distancia de 5.83 A
Solución
a) De acuerdo con la ecuación 8.3, sustituimos los valores numéricos:
Los coulombs se cancelan, así como una de las unidades métricas. El joule se en-
cuentra en el denominador del denominador, y en consecuencia finalmente queda
ubicado en el numerador. Si evaluamos la expresión numérica, obtenemos:
En el último paso hemos aplicado el hecho de que 1 J = 1 N-m. El valor positivo pa-
ra la fuerza indica que se trata de una fuerza de repulsión. Ésta es muy pequeña en
el caso de los objetos macroscópicos, pero muy grande para sistemas de dimensio-
nes atómicas, como los iones.
b) Una sustitución similar da como resultado:
En este caso, como consecuencia de que la fuerza es negativa, ésta representa una
fuerza de atracción entre los dos cuerpos cargados.
l
En realidad, 47T se relaciona con el sistema de coordenadas tridimensional utilizado para defi-
nir el espacio y con el hecho de que la fuerza es esféricamente simétrica y depende exclusivamente
de la distancia entre las partículas. Este factor volverá a aparecer en nuestro análisis de las coorde-
nadas polares esféricas, en el capítulo 11.
8.2 Cargas 209
Las ecuaciones 8.2 y 8.3 incluyen la fuerza debida a las cargas eléctricas en el vacío.
Si las cargas eléctricas se encuentran en un medio que no sea el vacío, entonces apare-
ce en el denominador de la ecuación, para la fuerza, un factor de corrección de dicho
medio denominado constante dieléctrica, er. La ecuación 8.3 tiene la siguiente forma:
(8.4)
Las constantes dieléctricas carecen de unidades. Cuanto más alta sea la constante die-
léctrica, menor será la fuerza entre las partículas cargadas. Por ejemplo, el agua tiene
una constante dieléctrica de aproximadamente 78.
El campo eléctrico E de una carga qly que interactúa con otra carga q2> se define co-
mo la fuerza entre las cargas dividida entre la magnitud de la carga. Así, en el vacío
tenemos:
(8.5)
Puesto que contamos con una expresión para E en términos de r (ecuación 8.5), po-
demos sustituir para obtener:
Esta integral tiene solución, ya que es la función de r (es decir, r elevada a la segunda
potencia en el denominador; las demás variables son constantes). Así,
Si evaluamos, obtenemos:
(8.6¡
Las unidades del potencial eléctrico, sobre la base de esta expresión, son: J/C. Ya que
estaremos trabajando un poco más con potenciales eléctricos, definiremos una nue-
va unidad, el volt (V), de la siguiente manera:
(8.7)
El volt recibe su nombre en honor del físico italiano Alessandro Volta, quien enunció
diversas ideas fundamentales relativas a los sistemas electroquímicos.
210 CAPÍTULO 8 Electroquímica y disoluciones iónicas
para incluir el cambio en el trabajo debido a las cargas eléctricas. De esta manera:
(8.11)
Podemos reordenar algebraicamente esta expresión puesto que las dos sumas se lle-
van a cabo a lo largo del mismo índice (componente ¿) y la misma variable (el cam-
bio en la cantidad de materia, dn^\
(8.12)
(8.15)
Si tomamos en cuenta que los valores n{ son negativos en caso de los reactivos y po-
sitivos en el caso de los productos, la ecuación 8.15 se convierte en:
(8.17^
Todos los términos del miembro derecho de la ecuación 8.17 son constantes para
un estado determinado (presión, temperatura, etc.) de un sistema. Por tanto, todo el
miembro derecho de la ecuación 8.17 es constante. Esto significa que el miembro iz-
quierdo de la ecuación 8.17 también debe ser constante. Las variables n y jFson cons-
tantes en el caso de la reacción química. Así, la expresión (c|)red - (|>ox) también debe
ser constante para la reacción.
Definimos la fuerza electromotriz, E, como la diferencia entre el potencial eléctrico
de la reacción de reducción y el potencial eléctrico de la reacción de oxidación:
(8.18)
Como los valores <|> se expresan en unidades de volt, las fuerzas electromotrices se
expresan en unidades de volt. A veces se utilizan las letras FEM para representar la
fuerza electromotriz. Las FEM no son verdaderas "fuerzas" en sentido científico. Más
bien, son cambios en el potencial eléctrico.
La ecuación 8.17 se convierte en:
(8.19)
(8.20)
(8.21)
Ejemplo 8.2
a) ¿Cuál es la cantidad de electrones transferida en la siguiente reacción redox
simple?
8.3 Energía y trabajo 213
Solución
a) La forma más fácil de determinar el número de electrones transferidos consiste
en separar los procesos individuales de reducción y oxidación. Esto se hace sencilla-
mente de la siguiente manera:
Las dos reacciones muestran que se transfieren 6 electrones durante la reacción re-
dox balanceada. En unidades molares, se transferirían 6 moles de electrones.
b) De acuerdo con la ecuación 8.21, después de convertir las unidades de ArcnG° a
joules:
Hay otra cosa que debemos notar en relación con los signos en la fuerza elec-
tromotriz. Ya que A G se relaciona con la espontaneidad de un proceso isotérmico e
isobárico (es decir, AG es positivo en un proceso no espontáneo, negativo en un pro-
ceso espontáneo y cero en el equilibrio) y como consecuencia del signo negativo en
la ecuación 8.21, podemos establecer otra prueba de espontaneidad para un proceso
electroquímico. Si E es positivo en un proceso redox, éste es espontáneo. Si E es nega-
Tabla $«1 Resumen de condiciones tivo, el proceso no es espontáneo. Si E es cero, el sistema se encuentra en equilibrio
de espontaneided (electroquímico). La tabla 8.1 resume las condiciones de espontaneidad.
Entonces el Sólo porque una reacción redox ocurra no significa que suceda algo útil electro-
SAG e» SI Bes proceso es químicamente. Con el fin de obtener alguna ventaja de una reacción redox (además
Negativo Positivo Espontáneo del resultado químico), ésta debe prepararse adecuadamente. Ahora bien, aun si una
Ciro Cero En equilibrio reacción redox se prepara adecuadamente, ¿cuánto podemos esperar obtener de las
Positivo Negativo No espontáneo diferencias de los potenciales eléctricos?
La respuesta radica en el hecho de que £, la diferencia de potenciales eléctricos, se
relaciona con el cambio en la energía libre de Gibbs de la reacción (ecuación 8.21).
Además, en el capítulo 4 demostramos que si se lleva a cabo un trabajo que no tenga
que ver con la presión y el volumen sobre el sistema o si éste se lleva a cabo, A G re-
presenta para dicho cambio un límite para la cantidad de trabajo no pV que puede
realizarse:
Ésta era la ecuación 4.11. Puesto que el trabajo eléctrico es un trabajo no pV, pode-
mos establecer que:
(8.22)
Figura 8.2 De derecha a izquierda. Se
añade zinc metálico a una disolución azul Ya que el trabajo efectuado por el sistema posee un valor numérico negativo, pode-
que contiene iones de Cu2+. El zinc ha mos replantear la ecuación 8.22 diciendo que AG representa, en el caso de una reac
reaccionado para formar iones incoloros ción redox, la cantidad máxima de trabajo eléctrico que el sistema puede llevar a cabo
de Zn2+ y los iones azules de Cu2+ se han
reducido a Cu metálico. Aunque ha ocu-
en los alrededores.
rrido una reacción redox, no se ha obteni- ¿Cómo extraemos este trabajo? La figura 8.2a muestra una disolución que contie-
do ningún trabajo útil a partir de este ne iones de Cu2+ y algo de zinc metálico. En la figura 8.2b se ha añadido zinc a la diso-
sistema físico. lución. Los iones azules de Cu2+ han reaccionado para formar Cu metálico, mientras
214 CAPÍTULO 8 Electroquímica y disoluciones iónicas
Figura 8.3 La misma reacción redox que la de la figura 8.2 aparece aquí; sin embargo, cada semirreac-
ción se encuentra físicamente separada de la otra. Conforme se lleva a cabo esta reacción redox, podemos
extraer trabajo útil de la transferencia de electrones, como se muestra.
que el zinc metálico ha reaccionado para formar iones incoloros de Zn2+. La reacción
redox espontánea es:
2
También se pueden utilizar otros métodos, además de los puentes salinos, para mantener el
equilibrio de cargas.
8.4 Potenciales estándar 215
tra la figura 8.3. Si separamos las semirreacciones individuales, podemos obtener ener-
gía en términos del trabajo eléctrico proveniente de la reacción química espontánea.
Los dos sistemas físicos independientes, que contienen las reacciones reciben el
nombre de semiceldas o electrodos. La semicelda donde ocurre la reacción de oxidación
se denomina ánodo y la semicelda donde ocurre la reacción de reducción recibe el
nombre de cátodo. Las dos semiceldas forman un sistema que, en el caso de una reac-
ción espontánea, recibe el nombre de celda voltaica o celda galvánica. Todas las baterías
son celdas voltaicas, aunque su química redox y construcción pueden no ser tan sim-
ples como las de la batería que aparece en la figura 8.3. (La celda voltaica de zinc/cobre
recibe el nombre de celda de Daniell, en honor del químico inglés John Daniell, quien
la fabricó en 1836. En ese tiempo constituía la fuente más confiable de electricidad.) La
Figura 8.4 Una batería moderna es figura 8.4 muestra un diagrama detallado de una celda voltaica moderna.
más compleja que una celda simple de Da- Los sistemas en los que se fuerzan reacciones no espontáneas introduciendo inten-
niell, pero los principios electroquímicos cionalmente electrones reciben el nombre de celdas electrolíticas. Dichas celdas se uti-
son los mismos. lizan para electroplatear metales en joyería y artículos de metal, entre otros usos.
Recordemos que el valor calculado de A G para un proceso electroquímico repre-
senta la cantidad máxima de trabajo eléctrico que puede llevar a cabo la reacción (en
realidad, se extrae menos del máximo, como consecuencia de una eficiencia de me-
nos de 100% en todos los procesos).
Tabla 8.2 Potenciales de reducción se define como 0.000 V. Ésta es la reacción del electrodo de hidrógeno estándar^
estándar o SHE (por sus siglas en inglés) (véase la figura 8.5 de la página anterior). Los
Reacción B°(V) demás potenciales estándar se definen con respecto a esta semirreacción.
Estos puntos definen los potenciales de reducción electroquímicos estándar, repre-
sentados por £°. La tabla 8.2 incluye una lista de los potenciales de reducción están-
dar. El lector debería conocer y ser capaz de aplicar estas convenciones con el fin de
trabajar con éxito con la electroquímica.
Como comentario aparte, es necesario señalar que a veces las convenciones cam-
bian. Se acostumbraba por convención listar las semirreacciones como reacciones de
oxidación, no como reacciones de reducción. Quizá podría encontrarse un libro o ta-
bla antiguos que listen las semirreacciones de esta manera, razón por la cual se debe
tener cuidado. Asimismo, el SHE no es el único electrodo estándar posible respecto
al cual puedan medirse otras semirreacciones. Otro electrodo común es el electrodo
de calomel saturado, que se basa en la semirreacción:
(8.24)
(El nombre común del cloruro de mercurio(I) es calomel.) A veces es preferible esta
semirreacción en virtud de que no utiliza gas hidrógeno, que constituye un riesgo po-
tencial de explosión. En caso de que se utilice, entonces todos los potenciales de re-
ducción estándar se recorren 0.2682 V de los potenciales de reducciones estándar
listados con respecto al SHE.
Con el fin de utilizar los potenciales estándar en una reacción electroquímica de
interés, sencillamente se separa la reacción en sus semirreacciones, se determina el
potencial estándar a partir de la tabla, se invierte una —o más— de las reacciones pa-
ra convertirla en una reacción de oxidación y se invierte el signo del valor E°. Una
reacción redox adecuadamente balanceada no tiene electrones sobrantes; así, una o
más reacciones deben multiplicarse por una constante integral para que los electro-
nes se cancelen. Sin embargo, los valores E° no se multiplican por la misma constante.
Los valores £ son potenciales eléctricos y variables intensivas, que se definen como va-
riables independientes de la cantidad de materia (opuestas a las variables extensivas,
que dependen de la cantidad de materia).
Por último, los potenciales estándar son estrictamente acumulables sólo para reac-
ciones químicas totales en las que no hay electrones sin balancear. Si hay electrones
no balanceados en las reacciones totales, los valores E° no son estrictamente acumu-
lables. Considere el siguiente ejemplo:
Una mirada a la tabla 8.2 muestra que la reacción de reducción Fe3 + e —> Fe tie-
ne £° de 0.771 V, muy alejado del predicho 0.410 V. Los valores E° no son acumula-
tivos si los electrones no se cancelan.
Sin embargo, de acuerdo con la ley de Hess, las energías son acumulativas. Lo que
debemos hacer en el ejemplo anterior es convertir cada JS° en un AG° equivalente, su-
mar los valores AG° para la reacción total, según lo permite la ley de Hess, y conver-
tir el AG° final en un £° final para la nueva semirreacción. En el ejemplo anterior,
tenemos:
8.4 Potenciales estándar 217
Ejemplo 83
a) ¿Cuál es el valor de £° para la siguiente reacción no balanceada?
(Los productos finales son FeO(OH) y H2O, que se forman en una reacción no re-
dox. El FeO(OH) hidratado es lo que conocemos como herrumbre.)
b) Balancee la reacción.
c) ¿Cuáles son las condiciones del proceso anterior?
Solución
a) Con ayuda de la tabla 8.2, encontramos que la reacción anterior puede separarse
en dos semirreacciones:
Ejemplo 8.4
Dadas las concentraciones no estándar para la siguiente reacción, calcule la E de la
celda de Daniell.
8.5 Potenciales no estándar y constantes de equilibrio 219
Solución
La expresión para Q es:
esto equivale a 0.00444/0.0333 = 0.133. Dado que el voltaje bajo condiciones están-
dar E°, es de 1.104 V, tenemos:
Todas las unidades se cancelan, excepto en el caso de la expresión J/C, que es igual
a la unidad del volt. Resolviendo la fórmula, obtenemos:
Este valor es ligeramente más alto que el del potencial o voltaje estándar.
(8.26)
(8.27)
ecuaciones 8.26 y 8.27 constituyen una guía más o menos segura relacionada con el
comportamiento de un sistema electroquímico, conforme varía la temperatura. Pues-
to que J es un número relativamente grande, el cambio en E° es leve conforme varía
la temperatura, pero puede representar un efecto importante en algunas reacciones
electroquímicas comunes.
Ejemplo
O^^n^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^l
Calcule E para la siguiente reacción a 500 K:
Ésta es la reacción química de las pilas de combustible que, entre otros usos, sumi-
nistra energía eléctrica a una nave espacial.
Solución
Primero determinamos E° bajo condiciones estándar. La reacción anterior puede
descomponerse en dos semirreacciones de la siguiente manera:
Podemos reordenar con facilidad la ecuación 8.26 para obtener una expresión pa-
ra AS°:
(8.29)
Ahora que contamos con expresiones para AG° y AS°, podemos buscar una expre-
sión para AH°. De acuerdo con la definición original de A G (es decir, A G = AH-
TAS), tenemos:
(8.30)
Esta ecuación nos permite calcular Afí° para un proceso utilizando información
electroquímica.
8.5 Potenciales no estándar y constantes de equilibrio 221
Ejemplo 8.6
Considere la siguiente reacción de formación para H2O (€):
Solución
Podemos aplicar la ecuación 8.30 para determinar 3E°/3r, que es el coeficiente de
la temperatura que nos interesa. De acuerdo con la tabla 8.2, podemos determinar
que £° para la reacción equivale a 1.23 V. Si sustituimos en la ecuación las cantida-
des conocidas, obtenemos:
Las unidades "mol e " se cancelan y, cuando dividimos entre la constante de Fara-
day, obtenemos como unidad J/C, que equivalen a un volt. Así,
implica que
(8.32)
que es la expresión 8.32. Por tanto, los voltajes de las reacciones en condiciones están-
dar pueden utilizarse para determinar la posición de equilibrio de dicha reacción (en
la que el punto E es igual a 0).
Ejemplo 8.7a
Utilizando los datos electroquímicos, ¿cuál es la constante de solubilidad del pro
^M^^U^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^H
ducto, JCsp, del AgBr a 25 °C?
Solución
La reacción química que representa la solubilidad del AgBr es:
Esta expresión puede escribirse como una combinación de dos reacciones, de acuer-
do con la tabla 8.2:
A 25 °C, la Ksp para el AgBr tiene un valor medido de 5.35 X 10 13, lo cual da una
idea del rigor con el que puede calcularse la constante utilizando los valores electro-
químicos.
8.5 Potenciales no estándar y constantes de equilibrio 223
Supongamos que trabajamos bajo una presión estándar, de tal manera que p^2 = 1
bar. Además, de acuerdo con la definición de pH = -log[H+] = — ¿¿¡ In [H+] y las
propiedades de los logaritmos, podemos reordenar la ecuación para E utilizando es-
tas expresiones para obtener:
(8.34)
Ejemplo 8.8
¿Cuál es el pH de la fase de disolución de un electrodo de hidrógeno conectado a
una semirreacción Fe/Fe2+ si el voltaje de la reacción espontánea es de 0.300 V? Su-
ponga que la concentración del Fe2+ es de 1.00 M y que las demás condiciones son
estándar.
Solución
De acuerdo con las semirreacciones de la tabla 8.2, la única reacción espontánea po-
sible es la oxidación del Fe en Fe2+ y la reducción del H+ a gas H2:
(8-36)
También definimos la actividad a{ de un componente, en un sistema policomponen-
te, como un parámetro no ideal que define el potencial químico real JJLZ en términos
del potencial químico estándar JJL°:
(8.37)
En el caso de las mezclas de gas hemos definido la actividad relacionándola con la
presión parcial p, del gas. En los iones en disolución, la actividad del soluto iónico se
relaciona con la concentración del soluto, en este caso la molalidad:
{ (8.38)
Hagamos lo mismo matemáticamente con la ecuación 8.38 que lo que hicimos con
las proporcionalidades anteriores. Para eliminar la unidad de la molalidad, dividimos
el miembro derecho de la ecuación 8.38 entre alguna concentración estándar ra°, a la
que asignamos un valor exacto de 1 molal. También utilizamos la constante de pro-
porcionalidad 7,, denominada coeficiente de actividad para un ion:
(8.40)
El valor del coeficiente de actividad y¡ varía con respecto a la concentración, así que
debemos clasificar los valores en función de la concentración o contar con una técni-
ca para calcularlos. Sin embargo, en el límite de dilución infinita, las disoluciones ió-
nicas deberían comportarse como si su concentración molal estuviera relacionada
directamente con el potencial químico; es decir,
(8.40)
(Observe que estamos indicando con un subíndice el símbolo de molalidad con el ion
apropiado.)
El hecho de que la carga positiva total deba ser igual a la carga negativa total invo-
lucra una relación entre las cargas de los iones y su concentración molal. En el caso
de una sal binaria simple An+B^_, en la que n+ y n_ son los subíndices de la fórmula
para el catión y el anión, respectivamente, las soluciones iónicas requieren que las
molalidades del catión y el anión satisfagan la fórmula:
(8.40)
Si sustituimos las actividades del catión a+ y del anión a_ en la ecuación 8.37, los
potenciales químicos del catión y del anión son:
Ya que los valores |x° y las molalidades de los iones positivo y negativo no son nece-
sariamente los mismos, los potenciales químicos del catión y de los aniones proba-
8.6 Iones en disolución 227
(8.45)
Por analogía con la ecuación 8.37, si utilizamos las propiedades de los logaritmos po-
demos definir la actividad iónica media a± de un soluto iónico An+Bn de la siguiente
manera:
(8.46)
Ejemplo 8.9
Determine la molalidad iónica media y la actividad para una disolución 0.200 mo-
lal de Cr(NO3)3 si el coeficiente de actividad media y+ es de 0.285.
Solución
En el caso del nitrato de cromo(III), los coeficientes n+ y n_ son 1 y 3, respecti-
vamente; así, n± es igual a 4. La molalidad ideal del Cr3+ (ac) es de 0.200 m y la mo-
lalidad ideal del NO3~ (ac) es de 0.600 m. La molalidad iónica media, por tanto, es:
Las disoluciones que contienen iones con cargas absolutas más altas provocan
efectos coulómbicos mayores en sus propiedades. Una forma de seguir el curso de es-
te fenómeno consiste en definir la fuerza iónica, /, de la disolución:
(8.47)
donde z¿ es la carga del í-ésimo ion. La fuerza iónica fue definida originalmente en
1921 por Gilbert N. Lewis. Recordemos que, en el caso de los solutos iónicos que no
tienen una razón 1:1 de catión y anión, las molalidades individuales m{ no serán las
mismas. El siguiente ejemplo lo ilustra.
Ejemplo 8.10
a) Calcule las fuerzas iónicas de 0.100 m NaCl, Na2SO4 y Ca3(PO4)2.
b) ¿Qué molalidad del Na2SO4 se requiere para tener la misma fuerza iónica que
0.100mCa3(PO4)2?
Solución
a) De acuerdo con la ecuación 8.47, tenemos:
Observe cuan grande se torna la fuerza iónica cuando las cargas en los iones indivi-
duales se elevan.
b) Esta parte cuestiona qué molalidad de Na2SO4 se requiere para conseguir una
fuerza iónica igual a 0.100 m Ca3(PO4)2, que en el inciso a) determinamos que era
de 1.50 m. Podemos formular la expresión de la fuerza iónica del /Na2so4> utilizando
el valor de 1.50 m y dejando la molalidad como incógnita. Así,
Por tanto,
Así que necesitamos una disolución de Na2SO4 de cinco veces la molalidad para te-
ner la misma fuerza iónica que Ca3(PO4)2. Como ejercicio, ¿qué molalidad del NaCl
se requerirá para tener esta misma fuerza iónica?
Como en el caso de las otras especies químicas, los iones solvatados también tie-
nen entalpias, energías libres de formación y entropías. A partir de la ecuación 8.23,
podemos ver que:
Ésta es (casi) la reacción de formación del H+ (ac) a partir de sus elementos; además,
si utilizamos la relación entre E y AG, podríamos sugerir que A f G[H + (ac)] = 0. Sin
embargo, este argumento presenta problemas. En primer lugar, la presencia del elec-
trón como producto resulta problemática en términos de la definición de esta ecua-
8.6 Iones en disolución 229
ción como la reacción de formación del H+. En segundo lugar, en realidad la forma-
ción de cationes como H+ siempre va acompañada de la formación de aniones.
Así como hemos definido que los AfH de los elementos tienen valor de cero y los
hemos utilizado como puntos de referencia para determinar los calores de formación
de los compuestos, formularemos una definición similar para los iones. Definimos la
entalpia estándar de formación y la energía libre estándar de formación del ion hi-
drógeno asignándoles un valor igual a cero:
A f G°[H + (ac)] - A f H°[H + (ac)] = O (8.48)
Por tanto, las entalpias y energías libres de formación de otros iones pueden medirse
con respecto al ion acuoso de hidrógeno.
El mismo problema existe con respecto a las entropías de los iones: de nuevo la en-
tropía de cualquier ion no puede separarse experimentalmente de la entropía de un
ion con carga opuesta, que debe estar presente. Otra vez le damos la vuelta al proble-
ma definiendo la entropía del ion hidrógeno al asignarle un valor de cero:
Las entropías de otros iones se determinan con respecto a este punto de referencia.
El concepto de energías libres, entalpias y entropías de iones se complican por el
hecho de que estos iones se forman en algún disolvente (comúnmente agua). Los va-
lores de Affí, AfG y S reciben contribuciones de las moléculas del disolvente que se
reordenan como consecuencia de la presencia del ion. Las entalpias, energías libres de
formación, e incluso entropías, pueden ser más altas o más bajas que las del H+ (ac)
(es decir, pueden ser positivas o negativas) dependiendo en parte de los efectos de sol-
vatación. Las tendencias en los valores termodinámicos para los iones pueden ser di-
fíciles de explicar, a menos que estos efectos se tomen en cuenta. Observe también
que esto implica que las entropías de los iones pueden ser negativas, lo cual contra-
viene aparentemente el mismo concepto de entropía absoluta y la tercera ley de la ter-
modinámica. Debe tenerse en cuenta que las entropías de los iones se determinan con
respecto a las del H+ y, como tales, los iones pueden tener entropías más altas o más
bajas.
Ejemplo 8.11
0
a) Determine AfH [Cl~ (ac)] si la entalpia de la reacción para
^MT^Jff^M^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^B
es de +3.9 kj. Utilice AfH°[NaCl] = -411.2 kj. Suponga condiciones estándar para
todas las veces en las dos reacciones.
Solución
a) Si se suponen condiciones estándar, sabemos que AfH°[H2 (g)] = AfH°[Cl2 (g)] =
0. Por definición, AfH°[H+ (ac)] = 0; así, si sabemos que ArcnH tiene un valor de
-167.2 kj, tenemos:
230 CAPÍTULO 8 Electroquímica y disoluciones iónicas
Las entropías y energías libres de formación para iones se determinan de forma si-
milar.
(8.51)
donde:
NA = número de Avogadro
Psoiv ~ densidad del disolvente (en unidades de kg/m3)
e = unidad fundamental de carga, en C
e0 = permitividad del vacío
er = constante dieléctrica del disolvente
k = constante de Boltzmann
T = temperatura absoluta
La ecuación 8.50 constituye la esencia de lo que se conoce como teoría de Debye-
Hückel de las disoluciones iónicas. Ya que éstas se cumplen estrictamente sólo en di-
soluciones muy diluidas (/ < 0.01 m)y esta expresión se conoce más específicamente
con el nombre de ley límite de Debye-Hückel Ya que A siempre es positiva, el producto
de las cargas z+ • z_ siempre es negativo; así, In y+ siempre es negativo. Esto implica
que ,y± siempre es menor que 1, que a su vez implica que la disolución no es ideal.
Hay un aspecto importante que es necesario observar relacionado con la ley lími-
te de Debye-Hückel. Ésta depende de la identidad del disolvente, ya que la densidad
8.7 Teoría de las disoluciones iónicas de Debye-Hückel 231
(8.52)
donde z es la carga del ion, a representa el diámetro iónico (en metros) y B es otra
constante dada por la expresión:
(8.53)
Todas las variables se han definido. I aún representa la fuerza iónica de la disolución,
que incluye contribuciones de ambos iones. Ya que z2 es positiva si z es positiva o ne-
gativa, el signo negativo en la ecuación 8.52 garantiza que In y siempre sea negativo
así, "y siempre es menor que 1. La ecuación 8.52 a veces recibe el nombre de ley gene-
ralizada de Debye-Hückel.
La ecuación 8.52 se asemeja a la ecuación 8.50 en el hecho de que el coeficiente de
actividad —y, por tanto, la actividad— depende exclusivamente de las propiedades
del disolvente y de la carga y tamaño del ion, pero no de la identidad química del ion.
Por tanto, no es poco común encontrar tablas de datos en términos de à y la carga ió-
nica, en lugar de los iones individuales mismos. La tabla 8.3 es una de estas tablas. Al
utilizar los datos de este tipo de tablas, se debe ser sumamente cuidadoso para asegu-
rarse de que las unidades sean correctas. Todas las unidades deberían cancelarse y
Tabla 8.3 Coeficientes de actividad por cargas, dimensión iónica y fuerza iónica
• , Fuerza iónica 7a
w
a(Ur m) 0.001 0.005 0.01 0J5 0.10
iones cotí carga ± 1
9 Q*%7 0.933 0.914 0,86 0J3
7 &965 0.930 0.909 0J45 0.81
5 0,964 &92S 0.904 0,83 0.79
3 0J64 0,92$ 0.899 0,805 0.755
quedar números sin unidades para el logaritmo de y. Sin embargo, será necesario lle-
var a cabo las conversiones adecuadas para que las unidades se cancelen.
¿Cómo funcionan estas ecuaciones? Primero consideraremos la ecuación 8.50, la
expresión simplificada límite de Debye-Hückel. Los valores experimentales de y+ pa-
ra HC1 y CaCl2 0.001 molal a 25 °C son de 0.966 y 0.888, respectivamente. Las fuer-
zas iónicas de las dos disoluciones son de 0.001 m y 0.003 m. En una disolución
acuosa, el valor de A es:
En esta expresión hemos incluido un valor de 997 kg/m3 para la densidad del agua a
25 °C y un valor de 78.54 para la constante dieléctrica; el resto de las variables son
constantes fundamentales que pueden obtenerse de las tablas.
Finalmente, las unidades dan como resultado kg1/2/mol172, que es la expresión re-
cíproca de la raíz cuadrada de la unidad de molalidad, (molal)~1/2. Numéricamente,
el valor total de A se expresa de la siguiente manera:
(8.54)
(Este valor de A es bueno para cualquier disolución acuosa a 25 °C.) En el caso del
HC1, en el que z+ = + 1 y z_ = -1, tenemos:
Observe que la raíz cuadrada de las unidades molales se cancela. Numéricamente te-
nemos:
Por tanto,
Este valor se aproxima mucho al valor experimental de 0.966. En el caso del CaCl2,
tenemos:
De nuevo este valor se acerca mucho al valor experimental de 0.888. Incluso la forma
simple de la ley límite de Debye-Hückel se cumple bien en el caso de las disoluciones
diluidas. La expresión más precisa de la ley de Debye-Hückel, en realidad, se necesita
sólo en el caso de disoluciones más concentradas.
De acuerdo con la teoría de Debye-Hückel, podemos determinar los coeficientes
de actividad de las disoluciones iónicas. A partir de estos coeficientes de actividad po-
demos determinar las entidades de los iones en una disolución. Las actividades de los
iones, a su vez, se encuentran relacionadas con las molalidades —es decir, las concen-
traciones— de los iones en la disolución. Por tanto, debemos modificar nuestro enfo-
que sobre el comportamiento de las disoluciones iónicas (de hecho, esta idea se aplica
a todas las disoluciones, pero sólo estamos considerando soluciones iónicas). En lu-
gar de relacionar la concentración de una disolución con sus propiedades medibles,
resulta más preciso relacionar las propiedades medibles de una disolución iónica con
las actividades de los iones. Así, ecuaciones como la 8.25 se expresan mejor de la si-
guiente manera:
8.7 Teoría de las disoluciones iónicas de Debye-Hückel 233
(8.55)
(8.56)
donde a¿(prods) y a;{ reacts) son las actividades de las especies del producto y el reacti-
vo, respectivamente. Los exponentes v¿ y v¡ son los coeficientes estequiométricos de los
productos y reactivos, respectivamente, provenientes de la ecuación química balancea-
da. Los valores de y en la tabla 8.3 sugieren que, conforme las disoluciones iónicas se
tornan más concentradas, propiedades como E en una reacción electroquímica se pre-
dicen con menos exactitud utilizando concentraciones, pero se hacen con más exacti-
tud si se utilizan actividades. El siguiente ejemplo ilustra la diferencia.
Ejemplo 8.12
a) Aproxime el voltaje esperado para la siguiente reacción electroquímica usando las
concentraciones molales indicadas.
b) De nuevo, aproxime el valor del voltaje esperado, pero en esta ocasión utilice las
actividades calculadas de acuerdo con la teoría de Debye-Hückel.
La reacción se lleva a cabo a 25.0 °C. El valor de B a esta temperatura es de 2.32 X
109 nT1 • molal"172. A aún tiene un valor de 1.171 molal"172.
Suponga que las concentraciones molales se aproximan suficientemente a las
concentraciones molares, de tal manera que se pueden emplear directamente. Ade-
más, suponga que el anión es NO3~, es decir, que en realidad estamos considerando
disoluciones Cu(NO3)2 0.50 molal y Fe(NO3)3 0.100 molal. Asimismo, aplique el he-
cho de que los radios iónicos promedio para el Fe3+ y Cu2+ son de 9.0 A y 6.0 A, res-
pectivamente.
Solución
De acuerdo con la tabla 8.2 podemos determinar fácilmente que £° = 0.379 V y que
el número de electrones transferidos durante la reacción molar es de 6.
a) Utilizando las concentraciones molales en la ecuación de Nernst, obtenemos:
Hemos convertido los radios iónicos del Fe3+ en unidades de metros y hemos utili-
zado la fuerza iónica calculada de una disolución de Fe(NO3)3 0.100 molal. Así, te-
nemos:
234 CAPÍTULO 8 Electroquímica y disoluciones iónicas
(8.57)
La segunda ley de Newton afirma que si una fuerza actúa sobre un objeto, el objeto
se acelera y su velocidad se incrementa. Si hay una fuerza siempre presente como
consecuencia del campo eléctrico, entonces un ion debería acelerarse indefinidamen-
te —o hasta que se estrelle contra un electrodo—. Sin embargo, en una disolución
también hay una fuerza de fricción debida al movimiento a través del disolvente (co-
mo el "jalón" del agua que siente un nadador en una alberca). Esta fuerza de fricción
siempre actúa en contra de la dirección del movimiento y es proporcional a la velo-
cidad del ion. Por tanto, podemos escribir:
fuerza de fricción sobre el ion = /• v¿
donde /es la constante de proporcionalidad. La fuerza sobre el ion, F¿, es:
(8.58)
Como consecuencia de la fuerza de fricción, a determinada velocidad la fuerza neta
sobre el ion se reducirá a cero y el ion ya no se acelerará más. La velocidad de éste per-
manecerá constante. De acuerdo con la ecuación 8.58, esta velocidad terminal puede
deducirse de la siguiente manera:
(8.59)
(8.61)
Esta ecuación muestra que la corriente iónica se relaciona con el cuadrado de la car-
ga del ion. En casi todas las disoluciones iónicas, las corrientes iónicas de los iones po-
sitivo y negativo /+ e /_ serán diferentes. Para conservar la neutralidad eléctrica total,
los iones de cargas opuestas deben desplazarse a diferentes velocidades.
Por último, la relación fundamental entre el voltaje V en un conductor y la co-
rriente I, que fluye a través del conductor, recibe el nombre de ley de Ohm:
Voc/ (8.62)
La constante de proporcionalidad se define como la resistencia, R, del sistema:
V= IR
Las mediciones de las resistencias de las disoluciones iónicas muestran que la resis-
tencia es directamente proporcional a la distancia, €, entre los dos electrodos, e inver-
samente proporcional al área A de los electrodos (que normalmente son del mismo
tamaño):
(8.63)
(8.64)
(8.65)
4
La unidad sienten (abreviado S) se define como ohm l; así, los valores de la conductividad a ve-
ces se expresan en unidades de S/m.
8.9 Resumen 237
Tailla 8.4 Algunos valores de la AQ De nuevo, como se esperaba, la conductancia equivalente cambia con respecto a la
para sales iónicas concentración. Sin embargo, los investigadores observaron en una etapa temprana
Sal A0 (cm2/Bonaaï • ohm) que, en el caso de las disoluciones diluidas (menos de alrededor de 0.1 normal), A va-
NaCl 126.45 riaba con respecto a la raíz cuadrada de la concentración y que la intercepción con el
KC1 149,86 eje y de la recta de A en función de VÑ era un valor de A característico del soluto
KBr 151.9 iónico. A este valor característico, para el caso de la dilución infinita, se le representa
NH4C1 149.7 con el símbolo A0. La tabla 8.4 contiene varios valores de A0. Matemáticamente, la
CaCl2 135.84 relación entre la conductancia equivalente en función de la concentración puede ex-
NaNO3 121.55 presarse de la siguiente manera:
KNO3 144.96
(8.66)
Ca(NO3)2 130.94
HC1 426.16 donde K es una constante de proporcionalidad que relaciona la pendiente de la rec-
LiCl 115.03 ta. La ecuación 8.66 recibe el nombre de ley de Kohlrausch en honor del químico ale-
BaCl2 139.98 mán Friedrich Kohlrausch, quien la propuso por primera vez en la segunda mitad del
siglo XIX después de un estudio detallado de las propiedades eléctricas de las disolu-
ciones iónicas. Debye y Hückel, y más tarde el químico noruego Lars Onsager, dedu-
jeron una expresión para K:
(8.67)
Combinadas, las ecuaciones 8.66 y 8.67 reciben el nombre de ecuación de Onsagerde
la conductancia de disoluciones iónicas.
8.9 Resumen
Los iones desempeñan un papel muy importante en muchos sistemas termodinámi-
cos. Ya que las disoluciones iónicas pueden transportar una corriente eléctrica, los
cambios químicos que no consideramos en los capítulos anteriores podrían ocurrir
espontáneamente. Algunos de dichos cambios son muy útiles, puesto que pode-
mos extraer trabajo eléctrico de esos sistemas. Varios de estos cambios son espontá-
neos, aunque no son útiles por sí mismos. Por ejemplo, la corrosión es un proceso
electroquímico que, por definición, es un proceso no deseable. Por supuesto, pode-
mos deshacer o invertir estos procesos no deseables, aunque la segunda ley de la ter-
modinámica indica que dichos procesos serán ineficientes en algún grado. Las leyes
de la termodinámica permiten determinar la cantidad de energía que podemos obte-
ner de —o aplicar a— un proceso y hemos podido definir potenciales electroquími-
cos estándar como ayuda para estos cálculos.
La aplicación de la termodinámica para los sistemas electroquímicos también ayu-
da a entender los potenciales en condiciones no estándar y nos proporciona una re-
lación entre la constante de equilibrio y el cociente de reacción. Sin embargo, ahora
entendemos que la concentración no necesariamente es la mejor variable para ex-
presar las propiedades de una disolución. En cambio, la actividad de los iones es una
mejor variable. Gracias a la teoría de Debye-Hückel contamos con formas de calcu-
lar las actividades de los iones, de tal manera que podamos formular un modelo más
preciso del comportamiento de las disoluciones no ideales.
- 1 J f Jl « I C 1 O S D EL C A P Í T U L O 8
8.2 Cargas 8.9 En el caso de cada una de las siguientes reacciones, deter-
mine la reacción electroquímica total balanceada, su potencial
8.1 ¿Cuál es la carga de una pequeña esfera atraída por otra
eléctrico estándar y la energía libre de Gibbs estándar de la
esfera que tiene una carga de 1.00 C si las esferas se encuen-
reacción. Quizá se requiera añadir moléculas de disolvente (es
tran a una distancia de 100.0 m y la fuerza de atracción es de
decir, H2O) para balancear las reacciones. Consulte la tabla 8.2
0.0225 N?
en relación con las semirreacciones.
8.2 La fuerza de atracción debido a la gravedad se rige por a) MnO2 + O2 -> OH~ + MnO4~
una ecuación semejante a la ley de Coulomb:
b) Cu+ -» Cu + Cu2+
c) Br2 + F~ -> Br~ + F2
d) H2O2 + H+ + CI" -» H2O + CI2
donde m, y m2 son las masas de los objetos, r es la distancia
8.10 En el miembro izquierdo de la ecuación 8.21, AC° es ex-
entre ellos y C es la constante gravitacional, que es igual a
tensivo (es decir, depende de la cantidad de materia), mientras
6.672 x 10-11 N-m2/kg2.
que en el miembro derecho de la ecuación 8.21, P es intensiva
a) Calcule la fuerza de atracción de la gravedad entre la Tierra (es decir, independiente de la cantidad de materia). Explique
y el Sol si la masa de la Tierra es igual a 5.97 x 1024 kg, la ma- cómo se puede relacionar la variable intensiva con la varia-
sa del Sol es igual a 1.984 x 1030 kg y la distancia promedio ble extensiva.
entre estos cuerpos es 1.494 x 108 km.
8.11 ¿Es espontánea la reacción de desproporción Fe2+ -»
b) Suponiendo que el Sol y la Tierra tuvieran la misma magni- Fe + Fe3+? ¿Cuál es el AC° de la reacción?
tud de carga, aunque de signo opuesto, ¿qué carga se requie-
8.12 Un proceso requiere 5.00 x 102 kj de trabajo para que
re para generar una fuerza coulómbica que sea igual a la fuerza
se lleve a cabo. ¿Cuál de las siguientes reacciones podría utili-
de gravedad entre el Sol y la Tierra? ¿Cuántos moles de elec-
zarse para proporcionar dicho trabajo?
trones equivalen a esta cantidad? Para poner la respuesta en
perspectiva, considere que si la Tierra estuviera formada de hie- a) Zn (s) + Cu2+ -> Zn2+ + Cu (s)
rro puro, contendría aproximadamente 1026 moles de átomos b) Ca (s) + H+ -> Ca2+ + H2
de Fe. c) Li (s) + H2O -» Li+ + H2 + OH~
8.3 Se inducen cargas opuestas en dos pequeños cuerpos me- d) H2 + OH' + Hg2CI2 -> H2O + Hg + Cl~
tálicos; el cuerpo con carga negativa tiene una carga del doble
8.13 Si se emplea un electrodo de calomel en lugar de un
del cuerpo con carga positiva. Ambos cuerpos se sumergen en
electrodo de hidrógeno estándar, ¿se elevan o se reducen
agua (constante dieléctrica = 78) a una distancia de 6.075 cm
0.2682 V los valores de P? Justifique la respuesta determinan-
y se encuentra que la fuerza de atracción entre las dos piezas
do los voltajes de las reacciones electroquímicas espontáneas
de metal es de 1.55 x 10~6 N. a) ¿Cuáles son las cargas de las
de cada electrodo estándar con la semirreacción Li+ + e~ -»
piezas de metal? b) ¿Cuáles son los campos eléctricos de los dos
Li (s) y con Ag+ + e~ -» Ag.
cuerpos?
8.14 Determine P y AC para cada una de las siguientes reac-
8.4 En el sistema de unidades centímetro-gramo-segundo (cgs),
ciones.
un statcoulomb es una unidad de carga que equivale a (1 stat-
coulomb)2/(1 cm)2 = 1 dina, la unidad cgs de la fuerza. ¿Cuán- a) Au3+ + 2e~ -> Au+
tos statcoulombs hay en un coulomb? b) Sn4+ + 4e- -> Sn
8.5 ¿Cuál es la fuerza de atracción entre un electrón con car- 8.15 La sabiduría química convencional afirma que los ele-
ga negativa y un protón con carga positiva a una distancia de mentos metálicos son más reactivos en la parte inferior izquier-
0.529 Á? Será necesario buscar la carga del electrón y del pro- da de la tabla periódica y que los elementos no metálicos son
tón (que tiene la misma magnitud pero cargas de signo opues- más reactivos en la parte superior derecha de la misma tabla.
to) y aplicar la equivalencia 1 Á = 10~10 m. Desde una perspectiva electroquímica, esto sugiere que el fluo-
ruro y el cesio tendrían valores extremos de E°. El fluoruro tiene
£° muy positivo, con respecto al SHE, a 2.87 V. Sin embargo, el
8.3 y 8.4 Energía, trabajo y litio tiene uno de los valores más altos de P para un metal, a
potenciales estándar -3.045 V (el del cesio es de apenas -2.92 V). ¿Puede explicar
esto?
8.6 ¿Cuánto trabajo se requiere para mover un solo electrón
a través de un campo eléctrico constante de 1.00 V? (Esta can- 8.16 Bajo estados bioquímicos estándar, el potencial de la
tidad de trabajo o energía se define como electrón-volt.) reacción
8.7 Explique por qué una fuerza electromotriz no es, de he-
cho, una fuerza.
es de -0.320 V. Si las concentraciones de NAD+ y NADH son de
8.8 Explique por qué los valores f í/2 no son por necesidad es- 1.0 M, ¿cuál es la concentración del H+ bajo estas condiciones?
trictamente acumulativos. (Sugerencia: considere las propieda- Vea el final de la sección 8.4 para obtener el valor de P de es-
des de las variables intensiva y extensiva.) ta reacción.
8.17 ¿Cuál es la razón Zn2+:Cu2+ en una celda de Daniell con 8.29 ¿Cuál es el pH de una disolución de iones de hidrógeno
un voltaje de 1.000 V a 25.0 °C? ¿Podría indicar las concentra- si un electrodo de H se conecta a una semicelda MnO4~/Mn2+
ciones individuales del Zn2+ y Cu2+? ¿Por qué? con [MnO41 = 0.034 m y [Mn2+] = 0.288 m? E = 1,200 V. Su-
ponga que pH2 = 1 bar (vea la tabla 8.2 en relación con los da-
8.18 La reacción de la termita puede actuar como base de tos £°).
una celda electroquímica:
8.30 Utilizando la celda del ejercicio 8.8, determine si la oxi-
2AI (s) + Fe203 (s) > AI2O3 (s) + 2Fe (s) dación del Fe (la reacción principal en la corrosión del hierro)
en Fe2+ es estimulada por un pH alto (disoluciones básicas) o
Calcule el potencial electroquímico de esta reacción a 1700 °C
un pH bajo (disoluciones acidas).
si f° es de 1.625 V. Será necesario buscar los datos termodiná-
micos en el apéndice 2. 8.31 ¿Cuál es la concentración de equilibrio del Cl~ en un
electrodo de calomel estándar? (Sugerencia: será necesario de-
8.19 Una celda de concentración posee diferentes concentra- terminar el /Csp para el Hg2CI2.)
ciones de los mismos iones, pero, como consecuencia de las di-
ferentes concentraciones, existe un voltaje muy pequeño entre
las celdas. Este efecto es problemático particularmente a causa 8.6 y 8.7 Iones en disolución;
de la corrosión. Considere la siguiente reacción total, que se teoría de Debye-Hückel
supone que ocurre en presencia de hierro metálico: 8.32 Demuestre que a± puede escribirse como y±+ - mn± • n"+ -
n", donde m es la molalidad original de la disolución iónica.
Fe3+ (0.08 M) > Fe3+ (0.001 M)
8.33 Determine las fuerzas iónicas de las siguientes disolucio-
a) ¿Cuál es el valor de f°? nes. Suponga que éstas se encuentran 100% ionizadas, a) HCI
b) ¿Cuál es la expresión para Q? 0.0055 molal; b) NaHCO3 0.075 molal; c) Fe(NO3)2 0.0250
molal; d) Fe(NO3)3 0.0250 molal.
c) ¿Cuál es el valor de E para la celda de concentración?
8.34 Aunque no es un soluto iónico, una disolución de amo-
d) ¿Debería considerarse otro tipo de propiedad coligativa las niaco, NH3,1.00 molal en realidad constituye un electrolito dé-
celdas de concentración? Explique la respuesta. bil y posee una fuerza iónica de aproximadamente 1.4 x 10~5
molal. Explique la razón.
8.20 a) ¿Cuál es la constante de equilibrio para la siguiente
reacción? 8.35 Calcule la entalpia molar de formación del l~ (ac) si la del
H2 (9) + b (s) -> 2H+ (ac) + 21- (ac) es de -110.38 kj.
H2 4- 2D+ ^^ D2 + 2H+
8.36 La entropía de formación del Mg2+ (ac) es de -138.1 J/
+
El valor de £° para 2D + 2e~ -> D2 es de -0.044 V. b) Basado mol-K. Explique: a) ¿por qué este valor no viola la tercera ley
en su respuesta, ¿qué isótopo de hidrógeno prefiere ubicarse de la termodinámica?; b) en un nivel molecular, ¿por qué po-
en el estado de +1 en una disolución acuosa? dría ser negativa la entropía de formación de cualquier ion?
8.21 Calcule la temperatura necesaria para que la reacción 8.37 El ácido fluorhídrico, HF (ac), es un ácido débil que no se
del ejercicio 8.20 tenga un £° de 0.00 V. Suponga que disocia completamente en una disolución.
S[D+(ac)] « 0.
a) Utilizando los datos termodinámicos del apéndice 2, deter-
8.22 Vuelva a resolver el ejemplo 8.5 corrigiendo las entropías mine A/f3, AS° y AG° para el proceso de disociación.
de la temperatura de 298 K a 500 K utilizando las ecuaciones
termodinámicas adecuadas. ¿Cuánto difiere la respuesta final? b) Calcule la constante de disociación acida Ka, para el HF (ac)
a 25 °C. Compare este valor con un valor del manual de 3.5 x
8.23 Determine una expresión para ACp°, el cambio en la ca- 10-4.
pacidad calorífica a presión constante para un proceso electro-
químico. Sugerencia: vea la ecuación 8.30 y utilice la definición 8.38 Determine Att°, A5° y AC° para las reacciones de disolu-
de capacidad térmica. ción de NaHCO3 y Na2CO3 (vea el apéndice 2 para obtener los
datos).
8.24 Deduzca la ecuación 8.33.
8.39 Verifique el valor y la unidad de la ecuación 8.54.
8.25 Determine el valor de f para la celda de concentración,
cuya reacción neta es: Cu2+ (0.035 m) -> Cu2+ (0.0077 m). 8.40 El coeficiente de actividad media de una disolución acuo-
sa 0.0020 molal de KCI a 25 °C es de 0.951. ¿Cuan adecuada-
8.26 Determine la razón de las molaridades necesarias para mente predice este coeficiente la ley límite de Debye-Hückel
que £ sea igual a 0.050 V para una celda de concentración (ecuación 8.50)? Como ejercicio adicional, calcule y mediante
compuesta por: a) iones de Fe2+; b) iones de Fe3+; c) iones de las ecuaciones 8.52 y 8.53 [donde a (K+) = 3 X 10~10 m y
Co2+; d) compare las respuestas y explique las diferencias o si- à (G') = 3 x 10~10 m] y y±, mediante la ecuación 8.44.
militudes.
8.41 El plasma sanguíneo del ser humano está formado aproxi-
8.27 Determine Ksp para el AgCI utilizando datos electroquí- madamente de 0.9% de NaCI. ¿Cuál es la fuerza iónica del
micos. plasma humano?
9.1 Sinopsis
9.2 Leyes del movimiento
9.3 Fenómenos inexplicables
9.4 Espectros atómicos
9.5 Estructura atómica
9.6 Efecto fotoeléctrico
9.7 Naturaleza de la luz
9.8 Teoría cuántica C onforme la ciencia ha madurado, ha adquirido la perspectiva de que el mundo
físico es regular y que su comportamiento obedece a ciertas reglas y directrices.
En el siglo xix, entre las principales reglas se encontraban las leyes de la mecánica, que
9.9 Teoría del átomo
de hidrógeno de Bohr explicaban el movimiento de los cuerpos materiales; específicamente, las tres leyes del
movimiento de Newton. Los científicos se sentían confiados en que empezaban a en-
9.10 Ecuación de de Broglie
tender el mundo natural y la manera como funcionaba.
9.11 Resumen: el fin Sin embargo, en la primera mitad del siglo xix y, en realidad, a¡ mediados y finales
de la mecánica clásica del siglo, comenzaron a aparecer indicios que sugerían que los científicos en verdad no
entendían lo que sucedía. O, más bien, que las leyes físicas aceptadas no se aplicaban ni
predecían determinados sucesos. Hacia finales del siglo XIX era evidente para algunos
pensadores radicales que se requería una nueva teoría que describiera el comporta-
miento de la materia con el fin de entender la naturaleza del universo. Finalmente, en-
tre 1925 y 1926 se demostró que una nueva teoría denominada mecánica cuántica
explicaba las nuevas observaciones que no se ajustaban a la antigua mecánica clásica.
Para apreciar plenamente la mecánica cuántica y sus aportaciones a la química es
fundamental repasar el estado de la física antes de la mecánica cuántica. En este capí-
tulo repasaremos la mecánica clásica y discutiremos los fenómenos que la mecánica
clásica no puede explicar. Aunque al principio no tenga la apariencia de química, re-
cordemos que uno de los objetivos principales de la fisicoquímica consiste en repre-
sentar el comportamiento de los átomos y las moléculas por medio de modelos. Ya que
los electrones constituyen las partes más importantes del átomo, desde una perspec-
tiva química, un entendimiento adecuado del comportamiento del electrón es funda-
mental para interpretar la química. Puesto que se había demostrado que el electrón
era parte de la materia, los científicos clásicos intentaron aplicar las ecuaciones clási-
cas del movimiento para entender el comportamiento del electrón. No obstante,
pronto descubrieron que los viejos modelos no funcionaban para esa pequeña parte
de la materia. Tenía que desarrollarse un nuevo modelo: la mecánica cuántica.
9.1 Sinopsis
En este capítulo comenzamos con un repaso de la forma en que los científicos clasifi-
can el comportamiento del movimiento de la materia. Existen diversas formas mate-
241
242 CAPÍTULO 9 Mecánica precuántica
máticas de describir el movimiento, las más comunes son las leyes de Newton. Un bre-
ve repaso histórico muestra que muchos fenómenos no podrían explicarse con las
ideas científicas del siglo XIX. La mayoría de estos fenómenos se basaban en las propie-
dades de los átomos, que se estudiaban directamente. Estos fenómenos se describen
aquí porque se analizarán más tarde a la luz de las nuevas teorías, tales como la mecá-
nica cuántica. Por supuesto, ya que la mayor parte de la materia se estudia, en última
instancia, utilizando el concepto de luz, se requiere un entendimiento adecuado de la
naturaleza de ésta. Dicho entendimiento comenzó a cambiar drásticamente con Planck
y su teoría cuántica de los cuerpos negros. Propuesta en 1900, la teoría cuántica inau-
guró una nueva era científica en la que las nuevas ideas comenzaron a reemplazar a las
viejas, no sólo por la falta de aplicación de éstas (la mecánica clásica aún es un tema de
gran utilidad), sino porque estas antiguas ideas carecían de la sutileza necesaria para
explicar adecuadamente los nuevos fenómenos observados. La aplicación de la teoría
cuántica a la luz por parte de Einstein, en 1905, resultó un paso fundamental. Final-
mente, la teoría del hidrógeno de Bohr, las ondas materiales de de Broglie y otras nue-
vas ideas prepararon el terreno para la introducción de la moderna mecánica cuántica.
l
Su forma más general es: F = dpi at = dmv/dt, pero la ecuación 9.1 quizás sea la manera más
común de expresar la segunda ley de Newton.
9.2 Leyes del movimiento 243
Esto significa que la segunda ley de Newton puede escribirse de la siguiente manera:
2
Recordemos que una ecuación diferencial ordinaria (EDO) posee exclusivamente diferenciales
ordinarias, no parciales, y que el orden de una EDO es el más alto de las diferenciales de la ecua-
ción. En el caso de la ecuación 9.3, la segunda derivada indica una EDO de segundo orden.
244 CAPÍTULO 9 Mecánica precuántica
(9.7)
(9.8)
(9.9)
(9.10)
(9.12)
(donde los valores c¡ son los coeficientes de expansión de las componentes individua-
les de K)y entonces puede demostrarse que la función hamiltoniana es:
H=K+V (9.13)
Es decir, fíes sencillamente la suma de las energías cinética y potencial. Las expresio-
nes de la energía cinética que aquí estudiamos son, de hecho, de la forma de la ecua-
ción 9.12. La función hamiltoniana proporciona convenientemente la energía total del
sistema, una cantidad de fundamental importancia para los científicos. La función
hamiltoniana puede derivarse y separarse para demostrar que:
(9.14)
(9.15)
Estas dos últimas ecuaciones son las ecuaciones del movimiento de Hamilton. Hay dos
ecuaciones para cada una de las tres dimensiones espaciales. En el caso de una partícu-
la en tres dimensiones, las ecuaciones 9.14 y 9.15 dan como resultado seis ecuaciones
diferenciales de primer orden, que es necesario resolver para comprender el comporta-
miento de la partícula. Tanto las ecuaciones de Newton como las de Lagrange requiere
la solución de tres ecuaciones diferenciales de segundo orden para cada partícula; así, la
cantidad de cálculos que se requieren para entender el sistema es la misma. La única
diferencia estriba en la información que se conoce para describir el sistema y la infor-
mación que uno desea obtener sobre el sistema. Este hecho determina las ecuaciones
que se utilizarán. Por otra parte, éstas son matemáticamente equivalentes.
Ejemplo 9.1
Demuestre que, en el caso de un oscilador armónico simple en una dimensión, que
se rige según la ley de Hooke de masa my las tres ecuaciones del movimiento arro-
jan los mismos resultados.
Solución
En el caso de un oscilador armónico, que se rige por la ley de Hooke, la fuerza (no
vectorial) está dada por:
La ecuación diferencial posee la solución general x(t) — A sen o>t + B eos (oí, en la
que A y B son constantes características del sistema particular (determinadas, por
ejemplo, por la posición inicial y la velocidad del oscilador) y
Ya que la masa no varía con respecto al tiempo, la derivada con respecto al tiempo
sólo afecta a*. Así, esta expresión se convierte en:
Ésta es la misma ecuación diferencial de segundo orden determinada con las ecua-
ciones del movimiento de Newton. Por tanto, posee las mismas soluciones,
c) En el caso de la ecuación del movimiento de Hamilton, en este ejemplo la coorde-
nada general q es sencillamente x, y q es igual ax Necesitamos calcular el momen-
tum (o cantidad de movimiento), según se definió en la ecuación 9.10. Éste es:
9.2 Leyes del movimiento 247
En la última ecuación hemos combinado los primeros dos términos. Ya que será ne-
cesario resolver las ecuaciones diferenciales incluidas en las ecuaciones 9.14 y 9.15,
será más fácil para el caso de la primera derivada si volvemos a escribir el hamilto-
niano de la siguiente manera:
Esta expresión es la derivada que buscamos. No hemos obtenido nada nuevo de es-
ta expresión. No obstante, al evaluar la derivada en 9.15 de acuerdo con la expresión
reescrita del hamiltoniano, encontramos:
es decir,
que es la misma ecuación diferencial que encontramos antes aplicando las ecuacio-
nes del movimiento de Newton y de Lagrange.
El ejemplo 9.1 muestra que las tres diferentes ecuaciones del movimiento ofrecen
la misma descripción del movimiento de un sistema, sólo que por diferentes cami-
nos. ¿Por qué presentar tres distintas formas de hacer lo mismo? Porque las tres for-
mas no se pueden aplicar con la misma facilidad a todas las situaciones. Las leyes de
Newton son más populares en el caso del movimiento rectilíneo. Sin embargo, en
otros sistemas (como los sistemas que involucran rotaciones en torno a un centro) o
248 C A P Í T U L O 9 Mecánica precuántka
93 Fenómenos inexplicables
Conforme la ciencia se desarrolló y avanzó, los científicos empezaron a estudiar el
universo desde nuevas y diferentes perspectivas. En varios aspectos fundamentales,
no eran capaces de explicar lo que observaban de acuerdo con las ideas de su tiempo.
Parecería fácil en retrospectiva sugerir que se requerían nuevas ideas. Sin embargo, en
esa época no había fenómenos observados que no se entendieran a la luz de la cien-
cia entonces conocida. Además, debemos entender la naturaleza de la gente que efec-
tuaba el trabajo: educados a la sombra de un entendimiento de la naturaleza que se
daba por sentado, esperaban que la naturaleza se rigiera de acuerdo con estas reglas.
Cuando se obtenían resultados experimentales no acostumbrados, se formulaban
explicaciones basadas en la ciencia clásica. Pronto se hizo evidente que la ciencia clá-
sica no podía explicar ciertas observaciones, y no puede hacerlo hoy día. Compren-
der y explicar estos fenómenos se convirtió en la tarea de una nueva generación de
científicos (salvo excepciones importantes, casi todos los que participaron en el de-
sarrollo de la mecánica cuántica eran relativamente jóvenes).
Los fenómenos inexplicables se referían a la observación de los espectros de líneas
atómicos, la estructura nuclear del átomo, la naturaleza de la luz y el efecto fotoeléc-
trico. Ciertas observaciones experimentales en estos campos no se conformaban con
las explicaciones de la mecánica clásica. Ahora bien, para entender por qué se reque-
ría una nueva mecánica es importante repasar cada uno de estos fenómenos y enten-
der por qué la mecánica clásica no explicaba estas observaciones.
Figura 9.4 Ejemplo de un espectroscopio antiguo, como el que inventaron Bunsen y Kirchhoff. Los
dos descubrieron diversos elementos (entre ellos el cesio y el rubidio), detectando la luz característica que
despedían con un espectroscopio. (A) Caja del espectrómetro, (B) lente de entrada, (C) lente de observa-
ción, (D)fuente de excitación (mechero de Bunsen), (E) portamuestra, (F) prisma, (G) armadura para gi-
rar el prisma.
la en sus colores, además de que hacía pasar esta luz de colores a través de una mues-
tra química. La muestra absorbía exclusivamente longitudes de onda de luz, lo cual
daba como resultado una sombra con líneas superpuestas a un espectro continuo de
colores. Las muestras calentadas, que despedían luz, se analizaron a través del espec-
troscopio y sólo mostraron líneas de luz que aparecían en las mismas posiciones re-
lativas que las líneas oscuras. Bunsen y Kirchhoff finalmente se dieron cuenta de que
cada elemento absorbía o emitía longitudes de onda de luz características y propusie-
ron que ésta podía ser una técnica para identificar elementos químicos. La figura 9.5
muestra varios espectros característicos de algunos vapores de elementos. Observe
que todos estos espectros son diferentes. En 1860, la propuesta se sometió a prueba
mediante el análisis de un mineral cuyo espectro mostraba nuevas líneas jamás me-
didas. Bunsen y Kirchhoff anunciaron que este nuevo espectro podría deberse a un
elemento no descubierto. De esta manera, se descubrió el cesio y finalmente su des-
cubrimiento se confirmó por medio de un análisis químico. En menos de un año,
también se descubrió el rubidio de la misma forma.
Así, cada elemento poseía su propio espectro característico, ya fuera de absorción
(si pasaba luz a través de una muestra gaseosa del elemento) o de emisión (si la mues-
Figura 9.5 Espectros de líneas de diversos elementos. Observe los espectros relativamente simples
del H y el He.
250 CAPÍTULO 9 Mecánica precuántica
tra se estimulaba con energía de tal manera que emitiera luz). Muchos espectros eran
complejos, pero, por alguna razón, el espectro del hidrógeno era relativamente sim-
ple (véase la figura 9.5). El hidrógeno era el elemento conocido más ligero y probable-
mente el más simple, hecho que difícilmente podía pasarse por alto en los intentos de
interpretar este espectro. En 1885, el matemático suizo Johann Jacob Balmer demos-
tró que las posiciones de las líneas de luz provenientes del hidrógeno en la parte visi-
ble del espectro podrían predecirse por medio de una expresión aritmética simple:
(9.16)
(9.17)
Ejemplo 9.2
Determine las frecuencias en cm l de las primeras tres líneas de la serie de Brackett
del átomo de hidrógeno, en el que n2 = 4.
Solución
Si n2 = 4, las primeras tres líneas en la serie de Brackett serán n\ - 5,6 y 7. De acuer-
do con la ecuación 9.17 y si sustituimos RH y n2, obtenemos:
Sustituyendo 5,6 y 7 en lugar de nly calculamos 2469 cm 1 (nv = 5), 3810 cm l (nv =
6)y4619cm" 1 (« 1 = 7).
Pero, las preguntas permanecieron: ¿por qué era tan simple el espectro del hidró-
geno? ¿Por qué funcionaba tan bien la ecuación de Rydberg? Aunque se entendía tá-
citamente que el hidrógeno era el átomo más ligero y simple, no había razón para
suponer que una muestra de este material elegiría sólo ciertas longitudes de onda lu-
minosas. No importa que los espectros de otros elementos fueran un poco más com-
plejos y no pudieran describirse por medio de alguna fórmula matemática directa. El
4 l
La unidad formal del SI para el número de onda es m t aunque las cantidades con unidades
cm"1 son más comunes.
9.5 Estructura atómica 251
hecho de que el espectro de hidrógeno fuera tan simple e inexplicable causaba pro-
blemas a la mecánica clásica. Resultó que, 30 años más tarde, la mecánica clásica no
podía explicarlos. Se necesitaban otras teorías.
Figura 9.8 Representación del experimento de las gotas de aceite de Millikan, en el que se determinó
la carga exacta del electrón. De acuerdo con esta información y con la relación carga-masa (calculada a
partir de experimentos con imanes), se determinó que la masa del electrón era mucho menor que la de
un átomo. La teoría atómica de Dalton no fue destruida, sino revisada. La interpretación del comporta-
miento del electrón se convirtió en el enfoque central de la mecánica cuántica moderna.
Aunque el modelo nuclear del átomo ajustó los dramáticos resultados del experi-
mento, había un problema fundamental: de acuerdo con la teoría electromagnética
de Maxwell, dicho átomo jamás sería estable. (Las ecuaciones de la electrodinámi-
ca resumidas por James Clerk Maxwell en la década de 1860 fueron otro avance
importante en la comprensión de la naturaleza.) En cualquier momento en que una
partícula con carga se acelera, en cualquier momento en que cambia su rapidez o di-
rección (ya que la aceleración es una cantidad vectorial), debería emitir energía. Si un
electrón es atraído por un protón (y se sabía entonces que las cargas opuestas se
atraen), aquél debería acelerarse y dirigirse hacia el protón y, conforme se moviera,
debería emitir energía. Cuando toda la energía de las partículas se irradiara, éstas se
quedarían sin energía; entonces, las partículas se colapsarían y neutralizarían eléctri-
camente. ¡Pero no fue así!
Si la teoría del electromagnetismo de Maxwell, que funcionaba bien con cuerpos
macroscópicos, también lo hacía con átomos y partículas subatómicas, enton-
ces, ¡los electrones y protones —la materia tal como la conocemos— no deberían
existir! Continuamente estarían emitiendo energía, perdiendo energía y finalmente se
colapsarían. Sin embargo, estos investigadores no dudaban de que la materia era es-
table. Las teorías vigentes del electromagnetismo y la mecánica clásica sencillamente
no explicaban la existencia de átomos. Su verdadera composición como partículas se-
paradas con carga flotaba, a pesar de las ideas aceptadas sobre el universo (el descu-
brimiento del neutrón sin carga, enunciado por Chadwick en 1932, no tuvo que ver
con este problema, ya que el neutrón es eléctricamente neutro).
Figura 9.9 a) Esquema del aparato para el experimento de Rutherford y Marsden con una hoja de pla-
tino, b) Modelo nuclear del átomo basado en los experimentos. Las tres trayectorias de partículas alfa a
través del átomo muestran cómo estas partículas están influidas por núcleos pesados y de gran carga.
Aunque algunos detalles del modelo se han modificado, la idea general permanece sin alterar: un núcleo
de gran masa con electrones más ligeros, que giran en torno al mismo.
9.7 Naturaleza de la luz 253
Figura 9.10 "Demostración" de Thomas Young de que la luz es una onda, a) Cuando la luz pasa a tra-
vés de una rendija pequeña, se observa una línea brillante sobre la pantalla opuesta a la rendija, b) Cuan-
do la luz pasa a través de dos rendijas cercanas, se observa un patrón de líneas brillantes y oscuras sobre
la pantalla. Este patrón se debe a la interferencia constructiva y destructiva de las ondas de luz.
Figura 9.12 Determinación experimental del comportamiento de los cuerpos negros. Este diagrama
muestra la intensidad de la luz a diferentes longitudes de onda para diversas temperaturas del cuerpo ne-
gro. La explicación teórica de estas curvas fue el principal problema de la mecánica clásica.
Ejemplo 93
a) ¿Cuál es la potencia total por unidad de área que emite un cuerpo negro a una
temperatura de 1250 K?
b) Si el área del cuerpo negro es de 1.00 cm2 (0.000100 m2), ¿cuál es la potencia to-
tal emitida?
Solución
a) De acuerdo con la ecuación 9.18 y el valor de la constante de Stefan-Boltzmann
indicado antes, encontramos que:
potencia total por unidad de área = (5.6705 X 10~8 W/m2-K4)(1250 K)4
Las unidades K4 se cancelan y se obtiene:
potencia total por unidad de área = 1.38 X 105 W/m2
b) Puesto que la potencia total por unidad de área es de 1.38 X 105 W/m2, en el ca-
so de un área de 0.0001 m2, la potencia emitida es:
potencia = (1.38 X 105 W/m2)(0.0001 m2)
potencia = 13.8 W = 13.8 J/s
La definición de la unidad "watt" se ha utilizado en la última igualdad para demos-
trar que se emiten 13.8 joules de energía por segundo.
256 CAPÍTULO 9 Mecánica precuántka
Ejemplo 9.4
¿A qué longitud de onda emite luz con una intensidad máxima el filamento de una
bombilla a 2500 K?
Solución
De acuerdo con la ley del desplazamiento de Wien, determinamos que:
Xmáx • 2500 K = 2898 (jmi-K
X m á x = 1.1592 jjum u 11 592 A
Esta longitud de onda luminosa se encuentra en la región infrarroja, muy cerca de
la región de luz visible. Esto no implica que no se emita luz visible, sino que la lon-
gitud de onda máxima de la luz emitida se encuentra en la región infrarroja del es-
pectro.
(9.20)
Figura 9.13 Los primeros intentos en modelar el comportamiento de un cuerpo negro incluyeron la
ley de Rayleigh-Jeans. Ahora bien, como esta gráfica muestra, en un extremo del espectro la intensidad
calculada crece hacia el infinito, la llamada catástrofe ultravioleta.
Jeans. La cuestión permaneció sin resolverse hasta 1900. Las teorías aceptadas de
aquella época dejaron sin explicación todos los fenómenos mencionados. No es que
estas teorías fueran erróneas. Después de cientos de años de aplicar el método cientí-
fico, los científicos estaban confiados en que comenzaban a entender la manera en
que se comporta el universo. No obstante, estas teorías estaban incompletas. Los ex-
perimentos de los últimos 40 años del siglo xix comenzaron explorando partes del
universo nunca antes vistas —el universo atómico— que no podían ser explicadas
por las ideas de aquel tiempo. Se requerían ideas, teorías y formas de pensar nue-
vas relacionadas con el universo.
(9.2
(9.23)
La figura 9.15 muestra una gráfica de la ecuación 9.23. Observe que se trata de las
mismas gráficas que las de la radiación del cuerpo negro; sin embargo, tome en cuen-
ta que la ecuación de Planck predice la intensidad de la radiación del cuerpo negro
de todas las longitudes de ondas y todas las temperaturas. De esta manera, al predecir
las intensidades de la radiación del cuerpo negro, la teoría cuántica de Planck repre-
senta correctamente un fenómeno que la teoría clásica no puede.
La ecuación de Planck también puede integrarse a partir de X = O a oo directamen-
te para obtener:
(9.23)
En esta expresión, *e es el flujo total de potencia (en unidades de J/m2-s, o W/m2) y las
constantes tienen su significado usual. Los grupos de constantes entre paréntesis ilus-
tran el hecho de que el flujo total de potencia es proporcional a la cuarta potencia de
la temperatura absoluta. Es decir, que la ecuación de Planck da como resultado la ley
de Stefan-Boltzmann (ecuación 9.18) y predice el valor correcto, en términos de las
constantes fundamentales, de la constante de Stefan-Boltzmann cr. Ésta fue otra pre-
dicción de la deducción de Planck apoyada por la observación.
En conjunto, estas correspondencias sugerían que la deducción de Planck no po-
día ser ignorada y que los supuestos de éste al deducir las ecuaciones 9.22 y 9.24 no
podían descartarse. No obstante, muchos científicos (incluyendo a Planck mismo al
principio) sospechaban que las ecuaciones de Planck eran más una curiosidad mate-
mática y que no tenían ninguna relevancia física.
La teoría cuántica de Planck resultó una mera curiosidad matemática por cinco
años. En 1905, el físico alemán de 26 años, Albert Einstein (figura 9.16) publicó un
artículo sobre el efecto fotoeléctrico. En este artículo, Einstein aplicó la suposición de
Planck de la energía cuantizada, no a los osciladores eléctricos en la materia, sino a la
Figura 9.16 Albert Einstein (1879-1955). luz misma. De esta manera, se supuso que un cuanto de luz era la energía que poseía
Los trabajos de Einstein desempeñaron un la luz y que la cantidad de dicha energía era proporcional a la frecuencia de la luz:
papel sumamente importante en el desarro-
llo de la ciencia moderna. Su premio Nobel
de 1921 se debió a sus trabajos sobre el efec- 4* = hv
to fotoeléctrico y a la aplicación de la ley de
Planck en la naturaleza de la luz (pues los ex-
perimentadores aún estaban comprobando Einstein hizo varias suposiciones con respecto al efecto fotoeléctrico:
su teoría de la relatividad).
1. La luz es absorbida por los electrones en un metal y la energía de la luz incre-
menta la energía del electrón.
2. Un electrón se enlaza a una muestra de metal con determinada energía carac-
terística. Cuando la luz es absorbida por el electrón, esta energía de enlace de-
be reducirse al mínimo antes de que el electrón sea expulsado del metal. La
energía característica de enlace recibe el nombre de función de trabajo del me-
tal y se representa mediante ((>.
3. Si queda energía después de cubrir la función de trabajo, el exceso de energía se
convertirá en energía cinética o energía de movimiento.
La energía cinética tiene la fórmula: \mv2. Suponiendo que cada electrón absorbe
la energía de un cuanto de luz, Einstein dedujo la relación:
(9.25)
Figura 9.17 Diagrama simple de la ener-
gía cinética de un electrón expulsado (direc- donde la energía de la luz, hv> se convierte en la función de trabajo y en energía ciné-
tamente relacionado con su rapidez) en
función de la frecuencia de la luz reflejada
tica. Sobra decir que, si la energía de la luz es menor que la función de trabajo, no ha-
en una muestra de metal. Debajo de cierto brá emisión de electrones, pues la energía cinética no puede ser menor que cero. Por
umbral de frecuencia de la luz no se emiten tanto, la función de trabajo representa un umbral de energía para el efecto fotoeléc-
electrones. Este umbral de frecuencia, <|>, re- trico. Ya que la intensidad de la luz no forma parte de la ecuación, si se modifica no
cibe el nombre de función de trabajo del cambia la rapidez de los electrones expulsados. De cualquier modo, el incremento de
metal. Cuanto más alta sea la frecuencia de
la luz, más energía cinética tendrá el elec-
la intensidad de la luz implica más fotones; así, uno esperaría una mayor cantidad
trón emitido; así, se desplazará con mayor de electrones emitidos. Sin embargo, si se incrementara la frecuencia de la luz en la
rapidez. Einstein relacionó la frecuencia de muestra, la energía cinética de los electrones expulsados aumentaría (lo cual significa
la luz con la energía cinética del electrón que la velocidad de éstos se incrementaría), ya que la función de trabajo <|) es una
emitido utilizando las ideas de Planck sobre constante para un metal en particular. Si trazamos una gráfica de la energía cinéti-
las energías cuantizadas y, al hacerlo, pro-
porcionó un fundamento físico indepen-
ca de los electrones emitidos, en función de la frecuencia de la luz, obtendríamos una
diente para la ley de la radiación de Planck, línea recta como lo indica la figura 9.17. Haciendo uso de los datos disponibles
así como para el concepto de cuantización (¡Einstein no era un experimentador!), Einstein demostró que esta interpretación
de la energía luminosa. se ajustaba a los hechos, conforme eran relacionados con el efecto fotoeléctrico.
260 CAPÍTULO 9 Mecánica precuántica
Ejemplo 9.5
a) ¿Cuál es la energía de un cuanto de luz que posee una longitud de onda de
11 592 A? Se necesitará la relación c = Xv para convertir la longitud de onda a fre-
cuencia. Utilice el valor c = 3.00 X 108 m/s.
b) ¿Cuál es la energía de un cuanto de luz cuya frecuencia es de 20 552 cnT1?
Solución
Este valor no representa una gran cantidad de energía. Sin embargo, hay que enten-
der que es la energía de un solo cuanto de luz.
b) La frecuencia 20 552 cm"1 debe convertirse a unidades de s"1 con el fin de aplicar
la constante de Planck directamente. De acuerdo con estas unidades, tenemos:
Ejemplo 9.6
Las funciones de trabajo, <|>, normalmente aparecen en unidades de electrón volts,
eV, donde 1 eV = 1.602 X 10~19 J. ¿Cuál es la velocidad de un electrón emitido por
el Li (<() = 2.90 eV) si se absorbe luz con una frecuencia de 4.77 X 1015 s"1?
Solución
Calculando la energía de la luz, obtenemos:
Verifique que las unidades dan como resultado unidades de velocidad, m/s. Esta ve-
locidad representa'aproximadamente 1% de la rapidez de la luz.
(9.27)
(9.29)
(9.30)
(9.31)
¡Es decir, la constante de Planck posee las mismas unidades que el momentum an-
gular! O si se reenuncia, el momentum angular tiene unidades de acción. Como se
5
E1 momentum angular es un vector cuya definición formal incluye el producto cruz del vector
velocidad, v, y el vector radio, r:
L = mr X v
La ecuación 9.32 relaciona exclusivamente la magnitud del momentum angular y supone que el
vector velocidad es perpendicular al vector radio.
264 CAPÍTULO 9 Mecánica precuántica
sugirió anteriormente, cualquier cantidad que posea unidades de acción puede rela-
cionarse con /z, y Bohr lo hizo. Supuso que los posibles valores cuantizados del mo-
mentum angular eran determinados múltiplos de h:
(9.33)
donde h es la constante de Planck y n es algún entero (1, 2, 3, ...), que indica que
el momentum angular es un entero múltiplo de la constante de Planck. El valor de
n = O no esta permitido, ya que entonces el electrón no tendría momentum y no gira
ría en torno al núcleo. El término 2ir en el denominador de la ecuación 9.33 explica
el hecho de que un círculo completo tiene 2ir radianes y Bohr supuso que las órbitas
del electrón eran circulares.
La ecuación 9.33 puede volverse a escribir como:
Podemos sustituir la velocidad en la ecuación 9.30, que se deduce del primer postu-
lado sobre las fuerzas de Bohr. Llevando a cabo esta sustitución y reordenando la ex-
presión para despejar el radio r, obtenemos:
(9.34)
de modo que todas las variables se definen como se hizo anteriormente. Es fácil de-
mostrar que esta expresión tiene unidades de longitud. Observe que esta ecuación
implica que el radio de la órbita de un electrón en el átomo de hidrógeno tendrá un
valor determinado por un conjunto de constantes: e0, hy ir, m& e y el entero n. La úni-
ca variable que puede cambiar es n, pero está restringida por el tercer postulado de
Bohr, que indica que se trata de un entero positivo. Por consiguiente, el radio de las
órbitas del electrón en el átomo de hidrógeno sólo puede tener ciertos valores, deter-
minados exclusivamente por n. El radio de las órbitas del electrón se encuentra cuan-
tizado. El entero representado con n recibe el nombre de número cuántico. La figura
9.19 muestra un diagrama del átomo de hidrógeno de Bohr, el cual posee radios es-
pecíficos para las órbitas de los electrones.
Antes de concluir nuestro análisis del radio, hay otras dos cuestiones que conside-
rar. Observe que la expresión para r depende de la constante de Planck h. Si Planck y
otros no hubieran ideado una teoría cuántica de la luz, el concepto de h no existiría
y Bohr no hubiera podido concebir sus postulados. Se requería una teoría cuántica de
la luz como precursora de una teoría cuántica de la materia —o, por lo menos, una
teoría sobre el hidrógeno—. Segundo, el valor mínimo de r corresponde a un valor
de 1 para el número cuántico n. Si sustituimos los valores de todas las demás cons-
tantes, cuyos valores se conocían en el tiempo de Bohr, encontramos que para n=l:
Figura 9.19 El modelo de Bohr del átomo de hidrógeno —que aparece aquí con sus tres estados de
energía mínima— no es una descripción correcta, pero fue una etapa importante en el desarrollo de la
moderna mecánica cuántica.
(9.35)
o la energía total del átomo de hidrógeno. Es sencillo demostrar que esta expresión
tiene unidades de energía:
Bohr estableció que este AE debe ser igual a la energía del fotón:
(9.37
Ahora que Bohr había deducido una ecuación para las energías totales del átomo de
hidrógeno, podía sustituirla en las ecuaciones 9.36 y 9.37:
(9.38)
(9.39)
Compare ésta con la ecuación de Rydberg (9.17). ¡Se trata de la misma expresión! Por
tanto, Bohr dedujo una ecuación que predice el espectro del átomo de hidrógeno.
Asimismo, predice que la constante de Rydberg .RH es:
(9.40)
Al sustituir los valores de las constantes, como se les conocía en aquel tiempo, Bohr
calculó, a partir de sus postulados, un valor para RH que difería menos de 7% del
valor determinado experimentalmente. Los valores normalmente aceptados de las
constantes en la ecuación 9.40 arrojaron un valor teórico para .RH que difería menos
de 0.1% del valor experimental. (Esto puede aproximarse más a valores experimen-
tales utilizando la masa reducida del átomo de H, en lugar de la masa del electrón.
Consideraremos masas reducidas en el siguiente capítulo.)
La importancia de esta conclusión no puede exagerarse. Bohr fue capaz de dedu-
cir el espectro del átomo de hidrógeno al utilizar ciertos conceptos simples de la
mecánica clásica, ignorar el problema con la teoría electromagnética de Maxwell y
plantear un nuevo postulado —la cuantización del momentum angular del elec-
trón—, hazaña que no logró la mecánica clásica. Al deducir el valor de la constante
de Rydberg, parámetro determinado experimentalmente, Bohr demostraba a la co-
munidad científica que las nuevas ideas sobre la naturaleza eran fundamentales para
la comprensión de los átomos y las moléculas. Los científicos de su época no pudie-
ron encogerse de hombros ante el hecho de que Bohr hubiera ideado una forma de
entender el espectro de un átomo, independientemente de la fuente de deducción. Es-
ta etapa fundamental, que considera que otras cantidades medibles, como el momen-
tum angular, se encuentran cuantizadas, hizo que la teoría del átomo de hidrógeno
de Bohr se convirtiera en el hallazgo más importante en la comprensión moderna de
los átomos y las moléculas.
Sin embargo, las limitaciones de la conclusión de Bohr tampoco pueden olvidarse.
Ésta sólo se aplica al átomo de hidrógeno y sólo a éste. En consecuencia, se encuentra
limitada y no puede aplicarse a cualquier otro elemento con más de un electrón. No
obstante, la teoría de Bohr puede aplicarse a un sistema atómico con un solo electrón
(lo cual significa que los sistemas implicados eran cationes altamente cargados) y la
ecuación final para la energía del sistema se reconsidera y se convierte en:
(9.41)
9.10 Ecuación de de Broglie 267
donde Zes la carga en el núcleo. Así, la teoría de Bohr se aplica a U91+ que tiene todos,
menos un electrón que fue arrancado del núcleo. (Sin embargo, los efectos relativistas
estarán presentes; así, la aplicabilidad de la ecuación de Bohr todavía es más limita-
da.) Desafortunadamente, el principal interés de los químicos no se relaciona con
compuestos de átomos de un solo electrón, de modo que la teoría de Bohr se encuen-
tra limitada de manera inherente.
Sin embargo, esta teoría abrió los ojos de los científicos contemporáneos hacia
nuevas ideas: ideas referentes al hecho de que algunas cantidades mensurables, llama-
das observables, no son continuas en cuanto a sus posibles valores, como las posicio-
nes en una recta numérica; sino que, son discretas o cuantizadas, y sólo pueden
poseer ciertos valores. Esta idea se convirtió en uno de los principios fundamentales
de la nueva mecánica cuántica.
Por tanto,
Si cancelamos c en ambos lados y nos damos cuenta que representa una velocidad, así
como el hecho de que la masa multiplicada por la velocidad es el momentum p, po-
demos reordenar la expresión para obtener:
De Broglie sugirió que esta relación se aplicaba a las partículas, para las cuales el
momentum es igual a la masa multiplicada por la velocidad (p = mv). La ecuación de
de Broglie se escribe de la siguiente manera para el caso de las partículas:
(9.42)
Esta ecuación establece que la longitud de onda de una partícula es inversamente pro-
porcional a su momentum, mv, y que la constante de proporcionalidad es h, la cons-
tante de Planck. Es decir, la ecuación de de Broglie implica que una partícula de masa
m se comporta como onda. Recordemos que sólo una onda puede tener longitud de
onda.
El hecho de que los fotones tengan momentum fue sugerido experimentalmente
apenas un año antes de que Compton anunciara el cambio de energía de los rayos X,
como consecuencia de la desviación provocada por el grafito. Este efecto Compton
implica una transferencia simultánea de energía y momentum cuando un fotón cho-
268 CAPÍTULO 9 Mecánica precuántica
Este valor representa 17.5 mieras. Esta "longitud de onda" corresponde a la región in-
frarroja de la luz. Aun en la segunda parte del siglo XIX esta longitud de onda podía
haberse detectado.
Los electrones normalmente se desplazan a velocidades superiores que ésta y sus
longitudes de onda de de Broglie, por lo general, son más cortas en el intervalo equi-
valente al de los rayos X. Puesto que entonces se sabía que los cristales difractan los ra-
yos X, ¿por qué no difractar los electrones? En 1925, Clinton Joseph Davisson hizo
precisamente eso. Después de romper accidentalmente un tubo de vacío que contenía
una muestra de níquel, Davisson restauró la muestra de níquel calentándola y forman-
do grandes cristales de níquel. Consciente de las ideas de de Broglie, Davisson (junto
con su colaborador Lester H. Germer) expuso un cristal de níquel a electrones y encon-
tró un patrón de difracción exactamente como el que se esperaría si los electrones fue-
ran ondas. Esta difracción de las partículas mostró que las partículas poseían
propiedades ondulatorias, como lo predijo de Broglie. Más tarde, durante ese año, G. P.
Thomson, el hijo de J. J. Thomson, quien en 1897 había descubierto el electrón como
partícula, llevó a cabo más trabajos que confirmaban la naturaleza ondulatoria de los
electrones. Desde entonces, la naturaleza dual onda-partícula de las partículas (así co-
mo de los fotones) se ha convertido en piedra angular de la ciencia moderna.
Ejemplo 9.7
Calcule la longitud de onda de de Broglie de un automóvil de 1000 kg que viaja a
100 kilómetros por hora y de un electrón que viaja a 1% de la rapidez de la luz
(0.01-c = 3.00 X 106 m/s).
Solución
En el caso del automóvil:
9.11 Resumen: el fin de la mecánica clásica 269
siglo XIX, los científicos comenzaron a estudiar cuerpos del tamaño de los átomos por
primera vez y sus observaciones no podían explicarse de acuerdo con la mecánica clá-
sica. Esto se debía a que ellos suponían que los átomos se comportaban según lo des-
cribía Newton, pero no lo hacían. Los electrones y átomos individuales requieren
otro modelo para explicar su comportamiento.
La mayor parte de la mecánica cuántica básica se formuló en 1930. Sin embargo,
la aplicación de la mecánica cuántica a los electrones también condujo a nuevas teo-
rías del núcleo, todas las cuales contienen de forma inherente los supuestos cuánti-
cos. Hoy día, la mecánica cuántica abarca todo comportamiento del átomo. Ya que la
química comienza con los átomos, la mecánica cuántica suministra el fundamento de
la química moderna.
E J E R C I C I O S D E L C A P O T U L O 9
9.2 Leyes del movimiento la observación experimental de que las partículas beta son más
penetrantes que las partículas alfa?
9.1 En el caso de un objeto de masa m que cae en la dirección
z, la energía cinética es \rnf- y la energía potencial es mgz, 9.14 a) ¿Cuánta energía radiante emite, en watt/metro2, un
donde g es la constante de aceleración gravitacional (aproxi- elemento de calentamiento de una estufa eléctrica con una
madamente 9.8 m/s2) y z es la posición. En el caso de este temperatura de 1000 K? b) Si el área del elemento del calen-
movimiento en una sola dimensión, determine la función la- tamiento es de 250 cm2, ¿cuánta potencia en watts se está
grangiana L y escriba la ecuación lagrangiana del movimiento. emitiendo?
9.2 En el caso del sistema del ejercicio 9.1, determine la ecua- 9.15 La ley de Stefan (ecuación 9.18) sugiere que cualquier
ción hamiltoniana del movimiento. cuerpo material, sin importar la temperatura, emite energía.
9.3 En el ejercicio 9.2, verifique que las ecuaciones 9.14 y ¿A qué temperatura tiene que estar un trozo de materia para
9.15 son válidas para el hamiltoniano deducido. que emita energía con un flujo de 1.00 W/m2? ¿A un flujo de
10.00 W/m2? ¿A un flujo de 100.00 W/m2?
9.4 a) En un bloque de madera que se impulsa por un plano
inclinado actúan determinadas fuerzas: la fuerza de empuje, 9.16 El cuerpo humano promedio posee una superficie de
fuerza de fricción y la fuerza debida a la gravedad. ¿Qué ecua- 0.65 m2. A la temperatura corporal de 37 °C, ¿cuántos watts (o
ciones del movimiento describen de la mejor manera este sis- J/s) de potencia irradia una persona? (La comprensión de di-
tema y por qué? chas emisiones es importante para la NASA y otras agencias es-
paciales cuando diseñan trajes espaciales.)
b) Conteste la misma pregunta, pero en relación con un cohe-
te cuya velocidad y altura sobre el nivel del suelo se están mo- 9.17 La temperatura superficial de nuestro Sol es de aproxi-
nitoreando continuamente. madamente 5800 K. Suponiendo que éste actúa como un
cuerpo negro: a) ¿cuál es el flujo de la potencia que emite el
9.3-9.7 Fenómenos inexplicables Sol en W/m2? b) Si el área de la superficie del Sol es de 6.087 x
9.5 Dibuje, señale y explique las funciones de las partes de un 1012 m2, ¿cuál es la potencia total emitida en watts? c) Ya que
espectroscopio. los watts equivalen a J/s, ¿cuántos joules de energía se irradian
en un año (365 días)? (Nota: el Sol es, en realidad, una burda
9.6 Convierta: a) una longitud de onda de 218 A a crrT1;
aproximación de un cuerpo negro.)
b) una frecuencia de 8.077 x 1013 s-1 a cm"1;
c) una longitud de onda de 3.31 jjim a cm"1. 9.18 La pendiente de la gráfica de la energía en función de la
longitud de onda para la ley de Rayleigh-Jeans está dada por
9.7 ¿Qué conclusión se puede sacar del hecho de que dos es-
la ecuación 9.20 reordenada:
pectros de dos diferentes compuestos tienen determinadas lí-
neas a exactamente las mismas longitudes de onda?
9.8 Explique por qué ninguna línea de la serie de Balmer del
espectro del átomo de hidrógeno tiene números de ondas ma- ¿Cuáles son el valor y las unidades de esta pendiente para un
yores que aproximadamente 27 434 cm"1 (este valor recibe el cuerpo negro que tiene las siguientes temperaturas y longitu-
nombre de límite de la serie). des de ondas? a) 1000 K, 500 nm; b) 2000 K, 500 nm;
9.9 ¿Cuáles son los límites de la serie (véase el problema an- c) 2000 K, 5000 nm; d) 2000 K, 10 000 nm. ¿La respuesta in-
terior) para la serie de Lyman (n2 = 1 ) y la serie de Brackett dica la presencia de una catástrofe ultravioleta?
("2=4)? 9.19 a) Utilice la ley de Wien para determinar el Xmáx del Sol
9.10 Los siguientes son los números n2 para algunas series de si la temperatura superficial de éste es de 5800 K. b) El ojo hu-
líneas en el espectro del átomo de hidrógeno: mano ve la luz con más eficiencia si ésta posee una longitud de
onda de 5000 À (1 Á = 10~10 m), que es la porción verde-azul
Lyman: 1 Balmer: 2 Paschen: 3 Brackett: 4 Pfund: 5
del espectro. ¿A qué temperatura del cuerpo negro correspon-
Calcule los cambios de energía en cm~1, de las líneas en cada de este valor? c) Compare las respuestas de los primeros dos
una de las series establecidas para cada uno de los valores incisos y coméntelas.
dados de /v a) Lyman, n} = 5; b) Balmer, n, = 8; c) Paschen,
r?! = 4; d) Brackett, n, = 8; e) Pfund, ^ = 6. 9.8 Teoría cuántica
9.11 Dado que las longitudes de onda de las primeras tres
9.20 La pendiente de la gráfica de la energía en función de la
líneas de la serie de Balmer son 656.2, 486.1 y 434.0 nm,
longitud de onda para la ley de Planck está expresada por
calcule un valor promedio de R.
la ecuación 9.22 reordenada:
9.12 A partir de los números determinados por Millikan, ¿cuál
era el valor de la relación carga-masa, e/m, en unidades de
C/kg?
9.13 a) Utilice las identidades de las partículas alfa (un núcleo Proporcione el valor y las unidades de esta pendiente para un
de helio) y beta (un electrón), así como la masa del protón, cuerpo negro que posee las siguientes temperaturas y longitu-
neutrón y electrón, para calcular cuántas partículas beta se ne- des de onda: a) 1000 K, 500 nm; b) 2000 K, 500 nm; c) 2000 K,
cesitan para formar la masa de una partícula alfa, b) A partir de 5000 nm; d) 2000 K, 10 000 nm. e) Compare estos resultados
este resultado, ¿se esperaría que una partícula alfa o una par- con los del problema 9.18. f) ¿A qué temperaturas y regiones
tícula beta con la misma energía cinética representara la emi- del espectro estará la ley de Rayleigh-Jeans cerca de la ley de
sión radiactiva más rápida? c) ¿Su respuesta al inciso b) justifica Planck?
Ejercicios del capítulo 9 271
9.21 Integre la ley de Planck (ecuación 9.23) a partir de los lí- 9.32 Demuestre que el conjunto de constantes de la ecuación
mites de la longitud de onda X = 0 a X = oo para obtener la 9.40 proporciona el valor numérico correcto de la constante de
ecuación 9.24. Será necesario volver a escribir la expresión pa- Rydberg.
ra redéfinir la variable (y su infinitesimal) y use la siguiente in-
9.33 Las ecuaciones 9.33 y 9.34 se pueden combinar y re-
tegral:
formular para calcular la velocidad cuantizada de un electrón en
(9.432)..
el átomo de hidrógeno de Bohr. a) Determine la expresión de
la velocidad de un electrón, b) A partir de esta expresión, calcu-
le la velocidad de un electrón en el mínimo estado cuantizado.
9.22 Calcule la potencia de luz en el intervalo de longitudes ¿Cómo se compara este valor con la rapidez de la luz? (c =
de onda X = 350-351 nm (es decir, sea c/X, AX = Inm, en la 2.9979 x 108 m/s). c) Calcule el momentum angular i = mvr
ley de Planck, y sea X igual a 350.5 nm) a las temperaturas del del electrón en el mínimo estado de energía del átomo de hi-
1000K, 3000 K y 10 000 K. drógeno de Bohr. ¿Cómo se compara este valor con el valor su-
9.23 Compruebe que el conjunto de constantes de la ecua- puesto del momentum angular obtenido de la ecuación 9.33?
ción 9.24 reproduce el valor correcto (o se aproxima a éste) de 9.34 a) Compare las ecuaciones 9.31, 9.34 y 9.41 y propon-
la constante de Stefan-Boltzmann. ga una fórmula para el radio de un átomo semejante al de hi-
9.24 Las funciones de trabajo ()> normalmente se expresan en drógeno con una carga atómica Z. b) ¿Cuál es el radio de un
unidades de electrón volts, o eV. 1 eV es igual a 1.602 x 10~19 ]. ion de U91+ si el electrón posee un número cuántico de 100?
Determine la mínima longitud de onda luminosa necesaria pa- Pase por alto cualquier efecto relativista posible.
ra cubrir la función de trabajo de los siguientes metales ("míni-
ma" implica que el exceso de energía cinética, \mv2, es cero): 9.10 Ecuación de de Broglie
Li, 2.90 eV; Cs, 2.14 eV; Ge, 5.00 eV. 9.35 La ecuación de de Broglie para una partícula se puede
9.25 Determine la rapidez de un electrón emitido por el rubi- aplicar a un electrón en órbita en torno a un núcleo si se supo-
dio (<|> = 2.16 eV) cuando se proyecta la luz con las siguientes ne que un electrón debe tener un número entero exacto de
longitudes de onda sobre el metal en el vacío: a) 550 nm, longitudes de onda conforme abarca la circunferencia de la ór-
b) 450 nm, c) 350 nm. bita de radio r: nX = 2^r. A partir de este hecho, deduzca el
postulado sobre el momentum angular cuantizado de Bohr.
9.26 El efecto fotoeléctrico se aplica hoy día para fabricar de-
tectores sensibles a la luz. Cuando la luz choca contra una 9.36 ¿Cuál es la longitud de onda de una bola de béisbol con
muestra de metal en un compartimiento sellado, puede fluir una masa de 100.0 g que viaja a una rapidez de 160 km/h?
una corriente de electrones si la luz tiene la longitud de onda ¿Cuál es la longitud de onda de un electrón que viaja a la mis-
adecuada. El cesio constituye un componente propio para di- ma rapidez?
chos detectores. ¿Por qué? 9.37 ¿Qué velocidad debe tener un electrón para que posea
9.27 Calcule la energía de un fotón en joules y la energía de una longitud de onda de de Broglie de 1.00 Á? ¿Qué velocidad
un mol de fotones en J/mol para la luz con longitudes de onda debe tener un protón para que tenga la misma longitud de
de 10 m (ondas de radio y televisión), 10.0 cm (microondas), onda de de Broglie?
10 mieras (intervalo infrarrojo), 550 nm (luz verde), 300 nm
(ultravioletas) y 1.00 Á (rayos X). ¿Estos números explican el ejercicios de tnalieuiàÈicâs slmüotlcas
daño relativo de la radiación electromagnética de las diferentes
longitudes de onda? 9.38 Trace una gráfica de la ley de Planck de la densidad de
energía en función de la longitud de onda a diversas tempera-
9.9 Teoría del átomo de hidrógeno de Bohr turas. Integre para demostrar que se puede obtener la ley y la
9.28 Demuestre que ambos lados de la ecuación 9.27 se re- constante de Stefan-Boltzmann.
ducen a unidades de fuerza, o N. 9.39 Determine bajo qué condiciones de temperatura y lon-
9.29 Aplique la ecuación 9.34 para determinar los radios, en gitud de onda la ley de Rayleigh-Jeans se aproxima a la ley de
metros y angstroms, de los niveles cuarto, quinto y sexto de Planck.
energía del átomo de hidrógeno de Bohr. 9.40 Mediante la ecuación diferencial de segundo orden para
9.30 Calcule las energías de un electrón en los niveles de el movimiento de un oscilador armónico, encuentre solucio-
energía cuarto, quinto y sexto del átomo de hidrógeno nes para la ecuación y trace una gráfica de esta en función del
de Bohr. tiempo.
9.31 Calcule los momenta angular de un electrón en los nive- 9.41 Construya una tabla para las 50 primeras líneas de las
les cuarto, quinto y sexto de energía del átomo de hidrógeno primeras seis series del espectro del átomo de hidrógeno. ¿Pue-
de Bohr. de predecir el límite de la serie en cada caso?
cuantica
10.1 Sinopsis
10.2 Función de onda
10.3 Observables
y operadores
10.4 Principio de
incertidumbre
C
10.5 Interpretación de Born
de la función de onda; omo se indicó en el capítulo anterior, nuevos descubrimientos estimularon la ne-
probabilidades cesidad de una teoría más adecuada para describir el comportamiento de la ma-
teria en el nivel atómico. Dicha teoría, denominada mecánica cuántica, representó
10.6 Normalización
una forma completamente nueva de modelar la naturaleza. En última instancia, la
10.7 Ecuación de mecánica cuántica ha demostrado poseer las bases correctas para describir, explicar
Schródinger
y predecir el comportamiento en los niveles atómico y molecular. Como en el caso de
10.8 Solución analítica: cualquier teoría científica, los científicos aceptan la mecánica cuántica en virtud
partícula en una caja de que ésta funciona (francamente, ésta constituye una de las teorías probadas más
10.9 Valores promedio exitosas desarrolladas por la ciencia). Es decir, proporciona un fundamento teóri-
y otras propiedades co con el cual es posible hacer predicciones que concuerden con el experimento. Al
10.10 Efecto túnel principio pudieran presentarse dificultades conceptuales. Una pregunta que frecuen-
10.11 Partícula en una caja temente plantean los estudiantes es: ¿por qué tiene que ser así la mecánica cuántica?
de tres dimensiones La filosofía de la mecánica cuántica se deja a los filósofos. En nuestro caso, queremos
definir la mecánica cuántica y saber cómo aplicarla a los sistemas atómicos y molecu-
10.12 Degeneración
lares.
10.13 Ortogonalidad La mecánica cuántica se basa en diversos principios denominados postulados, los
10.14 Ecuación de cuales se dan por supuestos y no se demuestran. Podría parecer difícil tratar de com-
Schródinger dependien- prender por qué un modelo completo de electrones, átomos y moléculas se funda en
te del tiempo estas suposiciones, pero la razón es simple, ya que los principios en que descansan estos
10.15 Resumen supuestos conducen a las predicciones relativas a los átomos y moléculas, las cuales
concuerdan con nuestras observaciones. Y no se trata de unas cuantas observacio-
nes aisladas: a lo largo de décadas, millones de medidas de átomos y moléculas han
arrojado datos que concuerdan con las conclusiones derivadas de los pocos postulados
de la mecánica cuántica. En virtud de la abundante evidencia del acuerdo entre teoría
y experimento, los postulados no demostrados se aceptan sin cuestionamiento ni de-
mostración. En la siguiente discusión de los fundamentos de la mecánica cuántica
algunos de estos principios pueden parecer raros e inclusive contradictorios. Sin
embargo, pese a que al principio pudieran parecer cuestionables, tomemos en cuenta
el hecho de que los enunciados y ecuaciones basados en estos postulados concuerdan
con los experimentos y, de esta manera, constituyen un modelo apropiado de la des-
cripción de la materia a un nivel subatómico, en particular de los electrones.
273
274 C A P Í T U L O 10 Introducción a la mecánica cuántica
10.1 Sinopsis
A veces, la mecánica cuántica resulta difícil a primera vista debido a que algunas
nuevas ideas y formas de pensamiento relacionadas con la materia son complejas.
Estas ideas se analizarán con detalle en las secciones que siguen. No obstante, podría
resultar útil resumirlas de tal manera que el lector comprenda el objetivo medu-
lar. Recordemos que la meta consiste en contar con una teoría que explique el com-
portamiento de la materia y prediga acontecimientos que concuerden con las
observaciones; es decir, que teoría y experimento estén de acuerdo. Ya que, de otra
manera, se requeriría de otra teoría para comprender el experimento.
Las ideas principales son las siguientes:
El comportamiento de los electrones, que ahora sabemos que posee propieda-
des ondulatorias, puede describirse por medio de una expresión matemática
denominada función de onda.
La función de onda contiene toda la información posible que puede conocerse
sobre un sistema.
Las funciones de onda no son funciones matemáticas arbitrarias, sino que de-
ben satisfacer ciertas condiciones simples. Por ejemplo, deben ser continuas.
La condición más importante consiste en el hecho de que la función de onda
debe satisfacer la ecuación de Schrôdinger, que depende del tiempo. Bajo deter-
minados supuestos, el tiempo puede separarse de la función de onda; así, lo que
queda es una ecuación de Schrôdinger independiente del tiempo. En este texto
nos concentraremos principalmente en la ecuación de Schrôdinger indepen-
diente del tiempo.
En la aplicación de estas condiciones a los sistemas reales se ha encontrado, de
hecho, que las funciones de onda proveen información que concuerda con las
observaciones experimentales de estos sistemas: la mecánica cuántica predice
valores que están de acuerdo con las medidas determinadas experimentalmente. El
sistema real más simple de entender, que se estudiará en el siguiente capítulo, es
el átomo de hidrógeno, un sistema que Rydberg, Balmer y Bohr habían estudia-
do con diferentes grados de éxito. La mecánica cuántica no sólo reproduce los
éxitos que éstos alcanzaron, sino que los lleva más allá, al grado de que ésta es
superior a las teorías de estos científicos porque pretende describir el compor-
tamiento de partículas subatómicas.
El resto del capítulo se explaya sobre dichas ideas. El entendimiento adecuado de
la mecánica cuántica requiere del dominio de los principios en que descansa. La fa-
miliaridad con estos principios es esencial, incluso irreemplazable. Al estudiarlos, no
debemos perder de vista el contenido del último de ellos, mencionado en la sinopsis:
la mecánica cuántica describe adecuadamente el comportamiento de la materia, co-
mo lo indica la observación experimental.
bolos i|i o Mf (la letra griega psi). Por diversas razones de naturaleza física y matemá-
tica, estas ^F se encuentran limitadas, o restringidas, a representar funciones, que son:
1. Univaluadas (es decir, una función debe tener un solo valor posible F(x) para
cada valor de x).
2. Continuas.
3. Diferenciables (es decir, no debe haber argumentos matemáticos que demues-
tren que la derivada de ^ no existe).1
Entre otras cosas, esta última restricción no permite que las funciones tiendan al in-
finito a través de valores positivos o negativos, excepto, quizás, en el caso de determi-
nados puntos de la función. Otra forma de establecer este hecho consiste en que la
función se encuentre acotada. Para cualesquiera variable o variables existentes en
las funciones de onda, estas limitaciones deben cumplirse en todo el dominio de las va-
riables. En algunos casos, el dominio de la variable puede ser de +<» a - ». En otros
casos, las variables pueden estar restringidas a determinado dominio. Las funciones
que satisfacen todos estos criterios se consideran funciones de onda aceptables. Las que
no lo hacen, no permiten derivar conclusiones con significado físico. La figura 10.1
muestra algunos ejemplos de funciones de onda aceptables y no aceptables.
La parte final de este primer postulado consiste en que toda la información posi-
ble relacionada con las diversas propiedades observables de un sistema deben dedu-
cirse de la función de onda. A primera vista, éste parece un enunciado extraño. Más
adelante en el capítulo desarrollaremos completamente la idea. Mientras tanto, debe
destacarse de inmediato uno de los puntos esenciales del concepto de función de on-
da: toda la información debe obtenerse exclusivamente a partir de la función que
ahora se define como la función de onda de la partícula. Este hecho otorga a la fun-
ción de onda un papel central en la mecánica cuántica.
Ejemplo 10.1
¿Cuáles de las siguientes expresiones constituyen funciones de onda aceptables y
cuáles no? En caso de que no lo sean, exprese por qué.
a) f(x) = x2 + 1, donde x puede tener cualquier valor
b)f(x) = ± V x , x > 0
(d)
Figura 10.1 a) Una función de onda
aceptable es continua, univaluada, acotada Solución
e integrable, b) Esta función no es univa-
luada y no constituye una función de onda a) No aceptable, porque conforme x se aproxima al infinito por valores positivos o
aceptable, c) Esta función no es continua y negativos, la función también tiende al infinito. Ésta no está acotada.
no constituye una función de onda acepta- b) No aceptable, porque la función no es univaluada.
ble, d) Esta función no se encuentra aco- c) Aceptable, porque cumple con todos los criterios de las funciones de onda acep-
tada y no constituye una función de onda tables.
aceptable.
d) No aceptable, porque la función tiende a infinito para x = 4, que forma parte del
dominio.
e) Aceptable, porque la función satisface los criterios para las funciones de onda
aceptables dentro del dominio establecido de la variable x [compare esto con la con-
clusión del inciso d].
1
Muchas W deben, asimismo, ser cuadrados integrables; es decir, la integral de |^p debe existir.
Sin embargo, éste no es un requisito indispensable.
276 C A P I T U L O 10 Introducción a la mecánica cuántica
Esta expresión podría expresarse empleando simplemente F(x) para representar esta
función:
El operador actuó sobre una función y generó otra función. Se acostumbra em-
plear un símbolo para representar un operador en virtud de que algunos poseen for-
mas relativamente complejas. Al aplicar una operación matemática más compleja,
digamos (-h2/Sfn2m)(d2/dx2), a una función de onda ^P, podríamos escribir:
que constituye una forma más compacta. Esta expresión sencillamente significa: "To-
me el grupo de operaciones matemáticas indicadas por (-h2/Sfn2m)(d2/dx2) y apli-
que a la función de onda representada por M*". La ejecución de una operación, por lo
regular, genera una expresión, ya sea un número o una función.
10.3 Observables y operadores 277
B^T^^mutWTnF^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^B
En el caso de cada una de las siguientes combinaciones de operador y función, es-
criba la operación matemática completa y evalúe la expresión.
«^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^••••••••••••••«••••M
solicopn
a) puesto que
estaexpresionconstituyeunaecuaciond3eeigenvaloresconun eigenvalor de -4
c) ya que
Otro postulado de la mecánica cuántica afirma que, para cada observable físico de
interés, existe un operador correspondiente. Los únicos valores del observable que se
podrán obtener en una única medida deben ser eigenvalores de la ecuación de eigen-
valores, construida a partir del operador y de la función de onda (como lo indica
la ecuación 10.2). Ésta también constituye una idea fundamental en la mecánica cuán-
tica.
Dos observables básicos son la posición (normal y arbitrariamente definida en la di-
rección x) y el correspondiente momentum lineal. En mecánica clásica, éstos se repre-
sentan mediante x y px. Muchos otros observables del sistema se pueden expresar
mediante diversas combinaciones de estos dos observables básicos. En mecánica cuán-
tica, el operador deposición x se define multiplicando la función por la variable x:
x = x• (10.3)
y el operador de momentum p^ (en la dirección x) se define de forma diferencial de la
siguiente manera:
(10.4)
Ejemplo 10.4
¿Cuál es el valor del observable correspondiente al momentum si la función de on-
da^eséT' 4 *?
Solución
De acuerdo con el postulado establecido arriba, el momentum lineal es igual al va-
lor propio producido por la expresión:
(10.5)
Ejemplo 10.5
Determine la incertidumbre de la posición Ax en los siguientes casos:
a) Un auto de carreras de 1000 kg viaja a 100 metros por segundo y se conoce que
v tiene una incertidumbre de 1 metro por segundo.
b) Un electrón se desplaza a 2.00 X 106 metros por segundo (que es, aproximada-
mente, de un electrón en el primer nivel cuántico de Bohr) con una incertidumbre
en la velocidad de 1% del valor verdadero.
Solución
a) En el caso de un automóvil que viaja a 100 metros por segundo, una incertidum-
bre de 1 m por segundo también constituye 1% de incertidumbre. La ecuación del
principio de incertidumbre se convierte en:
10.5 Interpretación de Born de la función de onda; probabilidades 281
en la cual todos los valores de las variables se han sustituido en la ecuación 10.5.
Despejando Ax, tenemos:
Quizás querramos verificar no sólo los números, sino la forma en que se obtienen
las unidades. Esta incertidumbre mínima resulta indétectable aun utilizando técni-
cas modernas para determinar la posición; así que el límite inferior impuesto a és-
tas jamás se detectaría.
b) En el caso de un pequeño electrón, se aplica la misma ecuación, pero con distin-
tos números:
El científico alemán Max Born (figura 10.3) interpretó la función de onda de tal
manera que fuese consecuente con el principio de incertidumbre; a esta interpreta-
ción de Born, por lo general, se le considera la forma correcta de entender M*. Como
consecuencia del principio de incertidumbre, Born sugirió que no pensáramos en
^ como si ésta indicara una trayectoria específica de un electrón. Resulta muy difícil
establecer de forma absoluta el hecho de que un electrón dado se encuentre en una
posición particular en un tiempo particular. Más bien, durante un periodo prolonga-
do el electrón tiene cierta probabilidad de estar en determinada región del espacio. La
probabilidad puede determinarse a partir, de la función de onda W. Específicamente,
Born afirmó que la probabilidad P de que un electrón se encuentre en cierta región
del espacio comprendida entre los puntos a y b es:
(10.7)
Figura 10.3 Max Born (1882-1970). Su
interpretación de la función de onda como
probabilidad, no como realidad, modificó en la que ^P* es el conjugado complejo de Mf (cada i en la función se reemplaza por -i)y
la interpretación conocida de la mecánica dr es la infinitesimal de integración que abarca el espacio dimensional de interés [dx
cuántica. en el caso de una dimensión, (dx dy) para dos dimensiones, (dx dy dz) para tres di-
mensiones y (r 2 sen 0 dr dQ d$) en el caso de las coordenadas esféricas], y la integral se
evalúa a lo largo del intervalo de estudio (entre los puntos a y b, en este caso). Obser-
ve que ty* y ^ sencillamente se multiplican (lo cual se representa comúnmente co-
mo l^p). La operación de multiplicación se adopta como la forma de expresar el
integrando (la parte interna del signo de integral). La interpretación de Born requie-
re que la probabilidad se evalúe a lo largo de una región definida en el espacio, no de
un punto específico. Así, deberíamos concebir Mf como un indicador de la probabili-
dad de que el electrón se encuentre en cierta región del espacio.
La interpretación de Born influye en el significado de la mecánica cuántica. En lu-
gar de que ^ indique la ubicación exacta de un electrón, ésta sólo proporcionará la
probabilidad de la localización de un electrón. Para los que creían que podían calcu-
lar con exactitud la ubicación de la materia en función de las leyes de Newton, esta
interpretación constituía un problema en virtud de que negaba su habilidad para es-
tablecer exactamente el comportamiento de la materia. Todo lo que ellos podían ha-
cer era determinar la probabilidad de que la materia se comportara de cierta manera.
En última instancia, la interpretación de Born se aceptó como la forma adecuada de
concebir las funciones de onda.
Ejemplo 10.6
De acuerdo con la interpretación de Born, ¿cuáles son las siguientes probabilidades
en el caso de un electrón con una función de onda unidimensional M* = V5 sen
71% en el intervalo de x - O a 1?
a) La probabilidad de que el electrón se encuentre en la primera mitad del interva-
lo, de x= O a 0.5.
b) La probabilidad de que el electrón se localice en la mitad intermedia del interva-
lo, de x = 0.25 a 0.75.
Solución
En ambos incisos, necesitamos resolver la siguiente integral:
pero para límites inicial y final diferentes. Como la función de onda constituye una
función real, el conjugado complejo no altera la función; así, la integral es:
10.6 Normalización 283
donde la constante 2 se ha sacado del signo de integral. Esta integral tiene una so-
lución conocida, que es:
Este valor, expresado en forma de porcentaje, equivale a 50%. Quizá esto es lo que
debería esperarse: en una mitad de la región de estudio, la probabilidad de que el
electrón se localice allí es de un medio o 50 por ciento.
b) Para x = 0.25 a 0.75:
10.6 Normalización
La interpretación de Born sugiere que debe haber otro requisito para las funciones de
onda aceptables. Si la probabilidad para una partícula con función de onda >P se eva-
luara en todo el espacio en que la partícula se encuentra, entonces la probabilidad se-
ría igual a 1, o 100%. Con el fin de que éste sea el caso, se espera que las funciones de
onda se normalicen. En términos matemáticos, una función de onda se encuentra
normalizada si y sólo si
(10.8)
infinito en ambas direcciones. Los límites de la integral se modificarían para que re-
presenten los límites del espacio que ocupa una partícula. Normalmente, la ecuación
10.8 implica que las funciones de onda deben multiplicarse por alguna constante, de
tal manera que el área bajo la curva de fy*fy sea igual a 1. Según la interpretación
de Born de M*, la normalización también garantiza que la probabilidad de existen-
cia de una partícula en todo el espacio sea de 100 por ciento.
Ejemplo 10.7
Suponga que existe una función de onda para un sistema, y que es ^(x) = sen
(inc/2), donde x es la única variable. Si la región de interés va de x = O a x = 1, nor-
malice la función.
Solución
De acuerdo con la ecuación 10.8, la función debe multiplicarse por alguna constan-
te, de tal manera que JQ ty*ty dx = 1. Observe que los límites son O a 1, no — » a
+ <*>, y que Í/T es sencillamente dx para este ejemplo en una dimensión. Suponga-
mos que W se multiplica por alguna constante N:
La integral de esta expresión tiene forma conocida, que puede resolverse, y la inte-
gral definida para los límites de O a 1 puede evaluarse. Consultando la tabla de in-
tegrales del apéndice 1, encontramos que:
En nuestro caso, b = ir/2. Si evaluamos la integral entre los límites, encontramos que
el requisito de normalización se simplifica de la siguiente manera:
Al despejar N:
La función de onda del ejemplo anterior no ha cambiado. Aún es una función se-
no. De cualquier modo, ahora se multiplica por una constante, de tal manera que la
condición de normalización se satisfaga. La constante de normalización no afecta
la forma de la función. Sólo añade un factor de escala a la amplitud —un factor de
escala muy conveniente—, como veremos. En el resto de la obra, todas las funciones
de onda deben ser o serán normalizadas, a menos que se indique lo contrario.
Ejemplo 10.8
La función de onda >P = V2 sen ir* es válida para el intervalo de x = O a 1. Veri-
fique que un electrón tenga 100% de probabilidad de localizarse en este intervalo,
con lo cual se comprueba que esta función se encuentra normalizada.
Solución
Evaluemos la expresión:
y demostremos que ésta es exactamente igual a 1. Esta integral posee una solución
conocida que, al sustituirla, da como resultado:
to, cuenta con una fórmula específica tomada de la mecánica clásica. En términos del
momento lineal px, la energía cinética se encuentra expresada por:
y suponiendo que la energía potencial es una función de la posición (es decir, una fun-
ción de x), por lo que puede expresarse en función del operador de posición,
(10.9)
(10.10)
Ejemplo 10.
Considere un electrón confinado en un sistema finito. El estado del electrón se des-
cribe por medio de la función de onda M* = V2 sen forx, en la que k es alguna cons-
tante. Suponga que la energía potencial es cero, o V(x) = 0. ¿Cuál es la energía del
electrón?
Solución
Puesto que la energía potencial es cero, el electrón sólo posee energía cinética. La
ecuación de Schrôdinger se reduce a:
La parte de la energía cinética del hamiltoniano tiene forma similar en todos los
sistemas (aunque ésta puede describirse utilizando diferentes sistemas de coordena-
das, como lo veremos en el movimiento de rotación). Sin embargo, el operador de la
energía potencial V depende del sistema de interés. En los ejemplos de sistemas en
que se empleará la ecuación de Schrôdinger se aplicarán diferentes expresiones para
la energía potencial. Encontraremos que la forma exacta de la energía potencial de-
termina si la ecuación diferencial de segundo orden tiene solución exacta. En caso de
que la tenga, decimos que tiene solución analítica. En muchos casos no tiene solución
analítica y debe aproximarse. Las aproximaciones pueden ser muy buenas y sufi-
cientemente buenas, de tal manera que sus predicciones concuerden con las deter-
minaciones experimentales. Sin embargo, las soluciones exactas de la ecuación de
Schrôdinger, junto con algunas predicciones específicas de diversos observables, co-
mo la energía, son necesarias para ejemplificar la verdadera utilidad de la mecánica
cuántica.
Entre los operadores de la mecánica cuántica hasta ahora estudiados, el hamilto-
niano probablemente sea el más importante. Como resumen, la tabla 10.1 contiene
una breve lista de los operadores de la mecánica cuántica y sus equivalentes clásicos.
288 CAPÍTULO 10 Introducción a la mecánica cuántica
Momentum (lineal)
Momentum (angular)
Energía potencial:
Oscilador armónico
Coulómbica
Energía total
aLos operadores expresados en función de x> y o z son operadores cartesianos; los operadores que se expresan en fun-
ción de r, 0 y/o <J> son operadores polares esféricos.
b
El operador de la energía cinética también se representa mediante T.
debe ser verdadera para x < O y x > a. El infinito presenta un problema y, en este caso
la forma de eliminarlo consiste en multiplicarlo por cero. Así, M* deber ser exactamen-
10.8 Solución analítica: partícula en una caja 289
Figura 10.5 La partícula en una caja es el sistema ideal más simple que estudia la mecánica cuántica.
Consiste en una región entre x = O y x = a (cierta longitud) donde la energía potencial es cero. Fuera de
esta región (x < O o x > a), la energía potencial es », así que cualquier partícula en la caja no se encon-
trará fuera de ésta.
te igual a cero en las regiones x < O y x > a. No importan los eigenvalores de la ener-
gía, puesto que si >P es idéntico a cero, de acuerdo con la interpretación de Born la
partícula posee una probabilidad nula de localizarse en dichas regiones.
Consideremos la región donde los dominios de x corre de O a a. La energía poten-
cial se define igual a cero en esta región; así, la ecuación de Schrôdinger se convierte en:
2mdx 2 J
que representa una ecuación diferencial de segundo orden. Esta ecuación diferencial
posee una solución analítica conocida. Es decir, se conocen funciones que al sustituir-
se en la ecuación diferencial de segundo orden anterior satisfacen la igualdad. La
forma más general de la solución de la ecuación anterior es:
donde A, B y k son constantes por determinar mediante las condiciones del sistema.2
Como conocemos la forma de ^, podemos determinar la expresión de E sustitu-
yendo ^ en la ecuación de Schrôdinger y evaluando la segunda derivada. Ésta equi-
vale a:
Ejemplo 10.10
Demuestre que la expresión de la energía de una partícula en una caja es
E = tftfl2m.
Solución
Todo lo que hay que hacer consiste en sustituir la función de onda "9 - A eos kx + B
sen kx en la ecuación de Schrôdinger, recordando que la energía potencial Ves ce-
ro. De esta manera, obtenemos:
Esta forma se relaciona con W = A eos kx 4- B sen kx a través del teorema de Euler, que establece
que elQ = eos 6 + i sen 0.
290 C A P I T U L O 10 Introducción a la mecánica cuántica
Extrayendo como factor —If de los términos entre paréntesis, podemos obtener nues-
tra función de onda original:
3
Las condiciones en la frontera también se hacen evidentes en el caso de algunas ondas clásicas.
Por ejemplo, una cuerda de guitarra que vibra tiene un movimiento cuya amplitud es cero en los
extremos, donde la cuerda se ata.
10.8 Solución analítica: partícula en una caja 291
en la que a ha sido sustituida por x. No podemos exigir que B sea igual a cero. Si así
fuera, ^ sería cero entre O y a; por consiguiente, sería cero en todas partes y la par-
tícula no existiría en ningún lado. Rechazamos esta posibilidad, ya que la existencia
de la partícula está fuera de duda. Para que la función de onda sea igual a cero en
x = a, el valor de sen ka debe ser cero:
sen ka = O
¿Cuándo es sen ka igual a O? En términos de radianes, esto ocurre cuando ka es igual
a O, ir, 2ir, 3ir, 4ir,... o para todos los valores enteros de ir. Rechazamos el valor O
porque sen O es igual a O y, así, la función de onda no existiría en ninguna parte. De
esta forma tenemos la siguiente restricción al argumento de la función seno:
ka = rm n — 1,2, 3,...
Al despejar para /c,
Los límites de la integral son O hasta a, ya que la única región de interés para la fun-
ción de onda diferente de cero abarca de x = O a x = a. La infinitesimal di es sencilla-
mente dx.
Supondremos que la constante de normalización forma parte de la constante B
que multiplica el término que incluye al seno de la función de onda. La integral por
evaluar es:
El conjugado complejo no cambia en absoluto dentro del paréntesis, ya que todos los
términos son números reales o funciones reales. Una función similar a ésta se evaluó
en el ejemplo 10.7. Siguiendo el mismo procedimiento, como el de dicho ejemplo (el
lector debería verificar que el procedimiento tenga el siguiente resultado), encontra-
mos que N = V2/¿*. Ya que tanto la función de onda como la energía dependen de
292 C A P I T U L O 10 Introducción a la mecánica cuántica
(10.11)
(10.12)
¿Qué apariencia tienen estas funciones de onda? La figura 10.6 muestra unas grá-
ficas de las primeras funciones de onda. Todas tienden a cero en los lados de la caja,
como lo exigen las condiciones en la frontera. Todas parecen simples funciones seno
(que es lo que son) con valores positivos y negativos.
Ejemplo 10.11
Determine las funciones de onda y energías de los primeros cuatro niveles de un elec-
trón en una caja con una anchura de 10.0 A; es decir, a = 10.0 A = 1.00 X 10~9 m.
Solución
De acuerdo con la ecuación 10.11, las expresiones de las funciones de onda son di-
rectas:
Los exponentes de las magnitudes de las energías se han mantenido iguales in-
tencionalmente, 10~20, para ejemplificar la forma en que la energía cambia con el
número cuántico n. Observe que, mientras que las funciones de onda dependen de
ny las energías dependen de n2. El lector podría verificar que las unidades de la ex-
presión anterior dan como resultado unidades de joules como unidad de energía.
10.9 Valores promedio y otras propiedades 293
(10.13)
Ejemplo 10.12
Determine (x), el valor promedio de la posición del electrón con el nivel mínimo de
energía (n = 1) en una partícula en una caja.
Solución
Por definición, el valor promedio de la posición (x) para el nivel de energía míni-
mo es:
donde todas las funciones dentro de la integral se han multiplicado, los límites del
sistema son de O hasta a y dr es dx. Ya que la función es real, el conjugado comple-
jo no altera la expresión, la cual (como consecuencia de que la multiplicación es
conmutativa) se convierte en:
Esta integral también posee una solución conocida (véase el apéndice 1). Si la resol-
vemos, la expresión que se obtiene es la siguiente:
Por consiguiente, esta partícula con la función de onda dada posee una posición
promedio en medio de la caja.
El ejemplo anterior ilustra dos cosas. Primero, los valores promedio pueden calcu-
larse para los observables que no es posible determinar mediante la ecuación de ei-
genvalores (en que un postulado de la mecánica cuántica requiere de sus propiedades
observables); segundo, los valores promedio deberían tener sentido. Se esperaría que
al rebotar la partícula de un lado a otro, la posición promedio del electrón se locali-
zara en medio de la caja. Debería pasar tanto tiempo en un lado como en el otro, así
que la posición promedio de éste sería correcta en la mitad. Esto es lo que indica la
ecuación 10.13, por lo menos en este caso: un valor intuitivamente razonable. Hay di-
versos ejemplos en mecánica cuántica en los que se obtiene un promedio razonable,
si bien, con argumentos diferentes a la mecánica clásica. Este hecho sencillamente
confirma la aplicabilidad de la mecánica cuántica. El valor promedio de la posición
de la partícula en una caja es aA para cualquier valor del número cuántico n. Evalue-
mos, como en el ejemplo anterior, el valor promedio de la posición observable para:
donde el subíndice de *S? indica que esta función de onda posee el número cuántico
n - 3. La solución de la integral empleada para calcular el valor promedio muestra
que el número cuántico n> cualquiera que sea, no influye en la determinación de (x)
(estas conclusiones sólo son aplicables a estados estacionarios de la partícula en
una caja. Si las funciones de onda no constituyen estados estacionarios, (x) y otros
valores promedio no necesariamente concordarían intuitivamente con la mecánica
clásica).
10.9 Valores promedio y otras propiedades 295
4
A veces la expresión ty*ty se expresa como |^|2, lo cual indica que se trata de un valor real (es
decir, no imaginario).
296 C A P I T U L O 10 Introducción a la mecánica cuántica
Ejemplo 10.13
Los ^-carotenos son polienos altamente conjugados que se encuentran en muchos
vegetales. Pueden oxidarse y utilizarse para la síntesis de pigmentos, los cuales de-
sempeñan un papel importante en la química de la visión de los mamíferos. El com-
puesto principal, (3-caroteno, tiene una absorción máxima de luz a 480 nm. Si esta
transición corresponde a una transición d e n = l l a ; t = 1 2 d e u n electrón en un sis-
tema de una partícula en una caja, ¿cuál es la longitud aproximada de la "caja" mo-
lecular?
Solución
Primero, se convierte la longitud de onda de la luz absorbida en la energía equiva-
lente en joules:
En la última etapa, igualamos la diferencia de energía entre los dos niveles de ener-
gía con la energía de la luz absorbida. Conocemos los valores de h y me, así que po-
demos sustituirlos y despejar a, la longitud de la "caja" molecular. Obtenemos:
Todas las unidades se cancelan en el numerador, excepto m2 (sin embargo, hay que
descomponer la unidad J para obtener este resultado). Evaluando, tenemos:
Figura 10.8 Diagrama de energía potencial en el que puede ocurrir el efecto túnel. Muchos sistemas
reales imitan esta clase de esquema de energía potencial. El efecto túnel constituye un fenómeno obser-
vable que la mecánica clásica no puede predecir.
debe resolverse. Suponiendo que la energía potencial Vsea alguna constante indepen-
diente de x, pero mayor que E, esta expresión puede reordenarse algebraicamente pa-
ra obtener:
Esta ecuación diferencial de segundo orden posee una solución analítica conocida. Las
funciones de onda generales que satisfacen la ecuación anterior son las siguientes:
(10.14)
donde
10.8, donde la energía potencial es alta, aun si esta energía es mayor que la energía to-
tal de la partícula. Además, la expresión matemática de esta función de onda garan-
tiza que ésta no será igual a cero para cualquier valor finito de x. Esto significa que
hay una probabilidad diferente de cero de que una partícula con esta función de on-
da exista al otro lado de la caja, aun cuando la energía total de la partícula sea menor
que la barrera de potencial. Esto se ilustra cualitativamente en la figura 10.9. Desde
una perspectiva clásica, si la barrera fuera superior que la energía total, la partícula
no podría existir del otro lado de la barrera. De acuerdo con la mecánica cuántica, sí
puede. Este fenómeno recibe el nombre de efecto túnel
El efecto túnel constituye una predicción simple, aunque trascendental, de la me-
cánica cuántica. Después de que estas conclusiones fueron anunciadas, en 1928 el
científico ruso George Gamow se valió del efecto túnel para explicar el decaimiento
alfa en los núcleos radiactivos. Se ha especulado sobre la forma en que la partícula al-
fa (un núcleo de helio) podría escapar de una enorme energía potencial de barrera de
las otras partículas nucleares. Más recientemente, hemos visto el desarrollo del mi-
croscopio de barrido de efecto túnel (STM, por sus siglas en inglés). Este dispositivo
simple, que aparece en la figura 10.10, aplica el efecto túnel de los electrones para que
pasen por un intersticio muy reducido entre un extremo afilado y una superficie. Co-
mo la cantidad de tunelización varía exponencialmente respecto a la distancia, inclu-
so muy pequeñas variaciones de distancia pueden dar diferencias muy grandes en la
cantidad de tunelización de los electrones (medido en forma de corriente, ya que
la corriente constituye el flujo de los electrones). La sensibilidad extrema del STM per-
mite trazar esquemas de superficies uniformes en una escala atómica. La figura 10.11
muestra una imagen medida por un STM.
El efecto túnel es un fenómeno real y detectable. No lo predice la mecánica clásica
(y lo prohibiría), pero surge naturalmente de la mecánica cuántica. Su existencia
constituye el primer ejemplo real que damos aquí relativo al extraño y maravilloso
mundo de la teoría cuántica.
Figura 10.11 Imagen de STM de un ani-
llo de átomos de Fe en una superficie de co-
bre. 10.11 Partícula en una caja de tres dimensiones
La partícula en una caja de una dimensión puede ampliarse a dos y tres dimensiones
con mucha facilidad. Como los procedimientos son semejantes, sólo analizaremos el
sistema de tres dimensiones (y confiamos en que el estudiante será capaz de simpli-
ficar el siguiente procedimiento para un sistema de dos dimensiones; véase el ejerci-
cio 10.53 al final de este capítulo). Un sistema general, que muestra una caja con s
origen en (0,0,0) y tiene dimensiones a X b X c, se ilustra en la figura 10.12. Una vez
más definimos el sistema con V - O dentro de la caja y V = » fuera de ella. La ecua
ción de Schródinger para una partícula en una caja de tres dimensiones es:
(10.15)
Ahora distribuyamos el producto XYZ en las tres derivadas del operador hamilto
niano:
Cada término del lado izquierdo depende de una sola variable: ya sea x, y o z. Cada tér-
mino del lado derecho constituye una constante: 2, myEjh. En dicho caso, cada térmi-
no del lado izquierdo también debe ser constante —la única forma en que los tres
términos, cada uno de los cuales depende de una variable diferente, podrían sumarse
y dar un valor constante—. Definamos el primer término como — (2mEx)/h2:
donde Eyy Ez son las energías deducidas de las partes Y y Z de la función de onda glo-
bal. Estas tres expresiones pueden volverse a escribir de la siguiente manera:
(10.18)
10.11 Partícula en una caja de tres dimensiones 301
Al comparar estas tres ecuaciones con la ecuación original de Schrôdinger para este
sistema, no es difícil ver que
E = Ex + Ey + Ez (10.19)
Hemos visto expresiones como las de la ecuación 10.18: éstas poseen la misma for-
ma que la ecuación de Schrôdinger para la partícula en una caja de una dimensión. En
lugar de tener que volver a obtener soluciones para el caso tridimensional, sencilla-
mente podemos hacer uso de las mismas funciones, pero con los índices apropiados
para un sistema tridimensional. Por lo tanto, la solución para la dimensión x es:
Este análisis puede repetirse para las otras dos dimensiones. Es obvio que las res
puestas son similares:
(10.20)
donde las constantes se han agrupado. La energía total para una partícula en esta ca-
ja tridimensional es:
(10.21)
Aunque las funciones de onda de la partícula en una caja tridimensional son cua-
litativamente similares a las de la partícula en una caja de una dimensión, existen
algunas diferencias. Primero, cualquier observable consta de tres partes: una parte
x, una parte y y una parte z (véase la expresión para E en la ecuación 10.21 ). Por ejem-
plo, al momentum de una partícula en una caja tridimensional se alude más adecua-
damente como un momentum en la dirección x, que se representa mediante px; un
momentum en la dirección y, py y un momentum en la dirección z, pz. Cada observa-
ble cuenta con un operador correspondiente, que en el ejemplo del momentum es
Ñ^ °^:
(10.22)
302 C A P Í T U L O 10 Introducción a la mecánica cuántica
A pesar de que las funciones de onda se han separado cada una en una dimensión, es
importante entender que el operador debe actuar sobre la función de onda comple-
ta. Aunque ésta es tridimensional, el operador unidimensional sólo actúa sobre la
parte que depende de la coordenada de interés.
Asimismo, es necesario entender que los valores promedio se consideran de ma-
nera diferente en el caso tridimensional que en el caso de una dimensión, como con-
secuencia de las dimensiones adicionales. Como cada dimensión es independiente de
las demás, debe llevarse a cabo una integración de cada dimensión independiente-
mente. Esto triplica la cantidad de integrales por evaluar, pero, como la función de
onda puede separarse en las partes x, y y z, las integrales se evalúan directamente.
Puesto que este sistema es tridimensional, la ch para la integración debe contar con
tres infinitesimales: ¿T = dx dy dz. Por consiguiente, en el caso de las funciones de on-
da normalizadas, el valor promedio de un observable se encuentra dado por:
(10.23)
Cada integral tiene sus propios límites, dependiendo de los límites del sistema par-
ticular en dicha dimensión. Si el operador no incluye cierta dimensión, éste no influ-
ye en la integral sobre esa dimensión. El siguiente ejemplo ilustra este hecho.
Ejemplo 10.14
Aunque las funciones de onda de una partícula en una caja no son funciones de ei-
genvalores de los operadores del momentum, podemos determinar valores prome-
dio o esperados para el momentum. Obtenga (py) en el caso de la función de onda
tridimensional:
Solución
Con el fin de calcular (py), debemos evaluar la siguiente integral:
Utilizando la tabla de integrales del apéndice 1 encontramos que esta integral equi-
vale exactamente a cero. Por lo tanto,
El ejemplo anterior muestra que, aunque la integral triple pudiera parecer difícil,
se descompone en dos partes más manejables. Esta separabilidad de la integral se re-
laciona directamente con nuestro supuesto de que la función de onda es separable en
sí misma. Sin la separabilidad de W, tendríamos que resolver simultáneamente una
integral triple en tres variables, ¡una tarea formidable! Veremos otros ejemplos de
la forma en que la separabilidad de W nos facilita las cosas. En última instancia, el te-
ma de la separabilidad es de primordial importancia en la aplicación de la ecuación
de Schrôdinger a los sistemas reales.
10.12 Degeneración
En el caso de la partícula en una caja unidimensional, todas las energías de las fun-
ciones de eigenvalores son diferentes. En el caso de la partícula en una caja tridi-
mensional, como la energía total depende no sólo de los números cuánticos nxy ny y
nz, sino de las dimensiones individuales de la caja a, b y c, uno puede imaginarse que,
en algunos casos, los números cuánticos y la longitudes podrían ser de tal índole que
conjuntos diferentes de números cuánticos {nx, ny, nz} generarían la misma energía
para las dos diferentes funciones de onda.
Esta situación es muy posible en sistemas que son simétricos. Consideremos una
caja cúbica: a = b = c. Si representamos con a una de las aristas de la caja cúbica, las
funciones de onda y energías son:
(10.24)
(10.25)
cuando las funciones de onda sean diferentes. Esta condición recibe el nombre de
degeneración. A las funciones de onda diferentes y linealmente independientes que
tienen la misma energía se les nombra degeneradas. Un nivel específico de degenera-
ción se indica mediante el número de diferentes funciones de onda que poseen la
misma energía. Si hay dos, el nivel de energía se denomina de dos clases (o doblemen-
te) degenerado; si hay tres funciones de onda es tres veces (o triplemente) degenerado,
y así sucesivamente.
A partir de la ecuación 10.25, la energía específica queda determinada por los valo-
res de los números cuánticos. Podemos representar cada energía mediante ExyZj donde
los subíndices x, y y z indican cuáles son los números cuánticos apropiados. Así,
y así sucesivamente. (Resulta fácil ejemplificar este punto dejando las energías expre-
sadas en función de h, m y a en lugar de evaluar sus valores exactos en términos de
joules.) £112 es el eigenvalor de la función de onda con nx = 1, ny = 1 y nz= 2. Tam-
bién tenemos las siguientes dos funciones de onda:
donde ahora comenzamos a representar las funciones de onda mediante Wxyz como
las energías. Éstas son diferentes funciones de onda. El lector podría satisfacer su cu-
riosidad comprobando que son diferentes (una de ellas tiene el número cuántico 2 en
la dimensión xy la otra el número 2 en la dimensión y). Las energías de éstas son:
Em y £211son iguales a E112, aun cuando cada energía observable corresponde a una
distinta función de onda. Este valor de energía es triplemente degenerado. Hay tres
diferentes funciones de onda con la misma energía (las funciones de onda degenera-
das pueden tener diferentes eigenvalores de otras energías observables).
Este ejemplo de degeneración es consecuencia de una función de onda en el espa-
cio de tres dimensiones, donde cada dimensión es independiente, aunque equivalen-
te. Este hecho podría considerarse una degeneración por simetría. También podemos
encontrar ejemplos de degeneración accidental. Por ejemplo, una caja cúbica posee
funciones de onda con los conjuntos de números cuánticos (3, 3, 3) y (5, 1, 1), y las
energías son:
10.12 Degeneración 305
Figura 10.13 Los niveles de energía de la partícula en una caja (cúbica) tridimensional. En este
sistema, diferentes funciones de onda pueden poseer la misma energía. Éste constituye un ejemplo
de degeneración.
Ejemplo 10.15
Escriba las cuatro funciones de onda de una caja cúbica con una energía de 27
(h2/Smcf) para demostrar que se trata en efecto de diferentes funciones propias.
Solución
Si utilizamos las combinaciones de números cuánticos (3, 3, 3), (5, 1, 1), (1, 5, 1) y
(1,1,5) en la función de onda de una partícula en una caja tridimensional, obtenemos:
306 C A P Í T U L O 10 Introducción a la mecánica cuántica
(En este caso escribimos el número cuántico 1 para ilustrar la cuestión; típicamen-
te, los valores 1 no se escriben de manera explícita.) Es evidente que estas cuatro
funciones de onda son diferentes y tienen números cuánticos enteros que son dife-
rentes o se encuentran en distintas partes de la función de onda.
10.13 Ortogonalidad
Necesitamos introducir otra propiedad principal de las funciones de onda. Hasta
ahora deberíamos saber que un sistema no tiene exclusivamente una sola función de
onda, sino varias funciones de onda posibles, cada una de las cuales posee energía
(que se obtiene utilizando una ecuación de eigenvalor) y quizá otros observables de
eigenvalor. Podemos resumir las soluciones múltiples con la ecuación de Schrôdinger
expresándola de la siguiente manera:
(10.26)
Cuando se satisface la ecuación 10.26, por lo general, no produce una sola función de
onda, sino un conjunto de ellas (quizá una cantidad infinita), como las de la partícu-
la en una caja. Matemáticamente, este conjunto de ecuaciones cuenta con una pro-
piedad de gran utilidad. Las funciones de onda deben normalizarse para cada Wn:
Ésta es la expresión que define la normalización. Si, por otra parte, se emplearan dos
diferentes funciones de onda en la expresión anterior, las diferentes funciones de on-
da Wmy ^poseerían una propiedad que requiere que la integral sea exactamente igual
a cero:
(10.27)
No importa en qué orden se multipliquen las funciones de onda. Esta integral aún se-
rá igual a cero. Esta propiedad recibe el nombre de ortogonalidad; las funciones de onda
son ortogonales entre sí. La ortogonalidad es útil en virtud de que, una vez que sabe-
mos que todas las funciones de onda de un sistema son ortogonales entre sí, muchas
integrales adoptan un valor igual a cero. Sólo necesitamos saber que las funciones de
onda en la integral son diferentes y podemos aplicar la propiedad de ortogonalidad: la
igualdad a cero de la integral. Ambas funciones de onda deber corresponder al mismo
sistema, deben poseer diferentes eigenvalores5y no debe haber operador en el signo de
la integral (debe haber un operador constante, aunque las constantes deben extraerse
de la integral; así, lo que queda debe satisfacer la ecuación 10.27).
5
La ecuación 10.26 no corresponde si las dos funciones de onda Vm y Vn poseen el mismo eigen-
valor de energía (es decir, si son degeneradas). Se requieren otras consideraciones para evitar esta
situación, que no analizaremos aquí.
10.13 Ortogonalídad 3307
(10.28)
Ejemplo 10.16
Demuestre explícitamente que en el caso de una partícula en una caja unidimensio-
nal, ^ es ortogonal a ^2-
Solución
Evaluemos la siguiente integral:
Por lo tanto,
que es exactamente como debe ser para funciones ortogonales. El lector podrá cer-
ciorarse de que se obtiene la misma respuesta si se evalúa la integral cuando se to-
ma el complejo conjugado ^2 en lugar de ^V
(10.29)
Ejemplo 10.17
Demuestre que las soluciones para W dadas en la ecuación 10.31 dan como resulta-
do la ecuación de Schrodinger independiente del tiempo cuando se les incluye en la
ecuación de Schrodinger dependiente del tiempo.
Solución
Aplicando la solución separada de ^(x, t), se tiene:
10.15 Resumen
La tabla 10.2 lista los postulados de la mecánica cuántica (incluso los que no se ana-
lizan explícitamente en este capítulo). Las diversas fuentes enumeran diferentes pos-
tulados, algunos divididos en enunciados independientes y otros agrupados. Por
fortuna, el lector puede ver la forma en que hemos aplicado estos principios al pri-
mer sistema ideal, la partícula en una caja.
Aunque ninguna partícula existe realmente en una caja que tiene paredes infinitas,
la partícula en una caja ilustra todos los aspectos importantes de la mecánica cuánti-
ca: satisface la ecuación de Schródinger, normalización, ortogonalidad, valores de
energía cuantizados y degeneración. Los demás sistemas, reales e ideales, también po-
seen estas propiedades. En el siguiente capítulo continuaremos aplicando la mecáni-
ca cuántica a otros sistemas reales e ideales, donde supondremos que el lector se
encuentra familiarizado con estos temas. De no ser así, repase el material de este ca-
pítulo. Éste contiene los fundamentos preliminares necesarios para aplicar la teoría
de la mecánica cuántica de los átomos y moléculas a cualquier sistema, desde la par-
tícula ideal en una caja hasta la molécula del ADN. Aunque algunos de los nuevos con-
ceptos se definirán en los siguientes capítulos, hemos cubierto la mayor parte de los
elementos de la mecánica cuántica. Cualquier análisis de la mecánica cuántica se ba-
sa fundamentalmente en el material de este capítulo.
EJERCICIOS DEL CAPITULO
10.1 Enuncie con sus propias palabras los postulados de la 10.6 Los siguientes operadores y funciones se definen de la si-
mecánica cuántica mencionados a lo largo de todo el capítulo. guiente manera:
-*~x 10.9 ¿Por qué la multiplicación de una función por una cons-
tante se considera una ecuación de eigenvalores?
i) La función con la siguiente representación gráfica:
10.10 Respecto a la pregunta anterior, algunos textos conside-
f(x) ran la multiplicación de una función por cero una ecuación de
eigenvalores. ¿Por qué podría considerarse esto una definición
problemática?
10.11 De acuerdo con la definición original del operador del
momentum y la expresión clásica de la energía cinética, deduz-
ca el operador de la energía cinética unidimensional:
-*~x
10.3 Observables y operadores 10.122 ¿Bajo qué condiciones se consideraría al operador des-
crito como una multiplicación por / (la raíz cuadrada de -1 ) un
10.4 ¿Cuáles son las operaciones en las siguientes expresiones? operador hermitiano?
a) 2 x 3 10.13 Una partícula en un anillo posee una función de onda:
b)4 + 5
c) In x2
d)sen(3x-3) donde <$> es igual a O hasta 2ir y m es una constante. Evalúe el
e) e~ aE/kT momentum angular p^ de la partícula si:
En la espectroscopia de emisión, el ancho de las líneas (que 10.24 Para una partícula no enlazada (o 'libre") con masa m
proporcionan una medida de Af) en un espectro se puede re- en ausencia absoluta de cualquier energía potencial (es decir,
lacionar con el tiempo de vida (que es, At) del estado excita- V= 0), las funciones
2
de onda unidimensionales aceptables son
y = A¿(2mV< x/h + Be-i(2mtf«xihf donde ¿y £ son constantes y E
do. Si el ancho de una línea de espectro de cierta transición
electrónica es 1.00 cm~1, ¿cuál es la incertidumbre mínima en es la energía de la partícula. ¿Esta función de onda es normali-
el tiempo de vida de la transición? Vigile sus unidades. zable sobre el intervalo -» < x < +»? Explique su respuesta.
11.1 Sinopsis
11.2 Oscilador armónico
clásico
11.3 Oscilador armónico
cuántico
11.4 Funciones de onda
E
del oscilador armónico
n el capítulo anterior se plantearon los postulados básicos de la mecánica cuánti-
11.5 Masa reducida ca, se ejemplificaron los puntos principales y se aplicaron los postulados a un sis-
11.6 Rotaciones en dos tema ideal simple: la partícula en una caja. Aunque éste constituye un sistema modelo
dimensiones definido idealmente, los resultados obtenidos para la partícula en una caja se pueden
11.7 Rotaciones en tres aplicar a compuestos con enlaces dobles carbono-carbono, como el etileno, así como
dimensiones a sistemas con enlaces dobles conjugados múltiples, como el butadieno, el hexatrieno
11.8 Otros observables de 1, 3, 5 y algunas moléculas que exhiben color. Los electrones de estos sistemas no ac-
sistemas en rotación túan como partículas perfectas en una caja, pero el modelo describe con verosimilitud
11.9 El átomo de hidrógeno: las energías de estas moléculas, mucho mejor que la mecánica clásica. Consideremos
un problema de fuerza lo que la mecánica cuántica nos ha proporcionado hasta ahora: una descripción sim-
central ple y aproximada de los electrones, pero aplicable a algunos enlaces ir. Esta explicación
11.10 El átomo de hidrógeno: es mejor que cualquiera que haya dado la mecánica clásica.
la solución de la Otros sistemas modelo se pueden resolver de forma matemática exacta con la ayu-
mecánica cuántica da de la ecuación independiente del tiempo de Schrôdinger. En dichos sistemas, la
ecuación de Schrôdinger se resuelve analíticamente* es decir, mediante la deducción de
11.11 Funciones de onda del
átomo de hidrógeno una expresión específica que arroje respuestas precisas (como las expresiones de las
funciones de onda y las energías de la partícula en una caja). La ecuación de Schrôdin-
11.12 Resumen ger puede resolverse analíticamente sólo para unos cuantos sistemas, de los que estu-
diaremos la mayoría. En otros sistemas, la ecuación de Schrôdinger debe resolverse
numéricamente sustituyendo números o expresiones y observando las respuestas. La
mecánica cuántica ofrece las herramientas para hacerlo, así que no permitamos que el
aspecto extraño de las soluciones analíticas nos haga vacilar en cuanto a que la mecá-
nica cuántica es la teoría más adecuada para comprender el comportamiento de los
electrones y, por lo tanto, de los átomos, las moléculas y la química en general.
11.1 Sinopsis
Analizaremos los siguientes sistemas, cuyo comportamiento posee soluciones analíti-
cas exactas para ^ en la ecuación de Schrôdinger:
• El oscilador armónico, en el que una masa se desplaza de un lugar a otro en un
movimiento que obedece la ley de Hooke y cuya energía potencial es propor-
cional al cuadrado del desplazamiento.
315
316 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
Figura 11.1 Gráfica del diagrama de la ^n oscilador anarmónico no se rige por la ley de Hooke y, en última instancia, no posee ener-
energía potencial V(x) — \hf para un oscila- gía potencial de acuerdo con la definición de la ecuación 11.2. Los osciladores anarmónicos se ana-
dor armónico ideal. lizan en un capítulo posterior.
11.2 Oscilador armónico clásico 317
(11.3)
Ejemplo 11.1
Verifique que la ecuación 11.3 produce unidades de s l para la frecuencia cuando la
constante de fuerza se expresa en unidades de N/m y la masa en kg.
Solución
Recordemos que el newton es una unidad compuesta y que
Como el término 1/2TT no tiene unidades asociadas, las unidades de la ecuación 11.3
son
Ejemplo 11.2
a) Para desplazamientos pequeños, el péndulo de un reloj puede considerarse como
un oscilador armónico. Un péndulo posee una frecuencia de 1.00 s"1. Si la masa del
péndulo es de 5.00 kg, ¿cuál es la constante de la fuerza que actúa sobre el péndulo
en unidades de N/m? ¿Cuál es la constante de fuerza en unidades de mdyn/A?
b) Calcule la constante de fuerza correspondiente a un átomo de hidrógeno que tie-
ne una masa de 1.673 X 10~27 kg, el cual está unido a una superficie metálica ató-
micamente plana que vibra con una frecuencia de 6.000 X 1013 s"1.
Solución
a) Sólo basta sustituir los datos en la ecuación 11.3. Utilizando unidades de N/m
para la constante de fuerza, la ecuación se convierte en:
318 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
La expresión se reordena para despejar k y el resultado es de 197 N/m. Hay 105 di-
nas por newton, 1000 milidinas por dina y 1010 A por metro, por lo que es fácil de-
mostrar que el valor anterior equivale a 1.97 mdyn/A.
b) En el segundo caso, si empleamos de nuevo la ecuación 11.3, obtenemos:
(11.4)
y las funciones de onda aceptables para este sistema en una dimensión deben satisfa-
cer esta ecuación de eigenvalores.
Esta ecuación diferencial posee una solución analítica. El método que aplicamos
corresponde a una técnica general de solución de ecuaciones diferenciales: definimos
la función de onda como una serie de potencias. Finalmente encontramos que, para
resolver la ecuación de Schrôdinger la serie de potencias debe poseer una forma es-
pecial.
Primero, reescribiremos la ecuación de Schrôdinger 11.4 mediante la ecuación
11.3 para sustituir k. Reordenando la ecuación 11.3, encontramos que la constante de
fuerza k es
(11.5)
así, la ecuación de Schrôdinger para un oscilador armónico simple en una dimensión
corresponde a
Las c son los coeficientes multiplicados por las potencias de x. Resulta más conciso
expresar la función anterior con la notación convencional para la suma, como sigue:
00
()11.7)
donde n es el índice de la sumatoria. En este caso, la suma tiende a infinito. Este he-
cho provoca un problema potencial, ya que las sumas que tienden a un número infi-
nito de términos muchas veces se aproximan a infinito a menos que haya alguna
forma de lograr que sea sucesivamente más pequeño. Una solución parcial consiste
en suponer que cada término de la suma se multiplica por otro término que es mu-
cho más pequeño que la x misma (y, por lo tanto, x"). El término que incluiremos en
este proceso es e~ax /2. (Observe la inclusión de la constante a. El lector se pregunta-
rá por qué recurrimos a esta función exponencial en particular. En este momento,
la única justificación es que de esta manera se obtendrá una solución analítica.) Esta
función exponencial constituye un ejemplo defunción gaussiana (denominada así en
honor del matemático del siglo XIX Karl Friedrich Gauss). En estas condiciones, la
función de onda de este sistema es
(11.8)
donde/(x) corresponde a la serie de potencias definida en la ecuación 11.7.
Ahora es posible calcular la primera y la segunda derivadas con respecto a x. Des-
pués se sustituyen las expresiones de la segunda derivada, así como la función original
en la forma adecuada de la ecuación de Schrôdinger (ecuación 11.6). Al hacerlo, la ló-
gica detrás de la elección de la función exponencial e~a*2/2 se hará matemáticamente
evidente. De acuerdo con la regla para la diferenciación de un producto, la primera
derivada es:
donde ¥" y f ' ( x ) se refieren a las primeras derivadas de Mf y f(x) con respecto a x.
Mediante la ecuación anterior, es posible determinar la segunda derivada de W con
respecto a x a partir de la regla del producto. Es decir, después de efectuar unos cuan-
tos cálculos algebraicos, se obtiene:
(11.8)
ax /2
En este caso, e~ se ha sacado como factor de cada término de la segunda deriva-
da. Si sustituimos las expresiones de ^ y W en la ecuación de Schrôdinger dada por
la ecuación 11.6, tenemos que
(11.8)
320 CAPÍTULO 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
Cada término de la ecuación 11.10 tiene la función exponencial e ax l2 por lo que és-
ta puede dividirse algebraicamente. Resulta evidente su influencia residual en la ecua-
ción 11.10, en términos de las a y las x en la expresión de la segunda derivada.
Además, los términos en /(x), /'(#) y /"(*) pueden agruparse y simplificarse de tal
manera que la ecuación de Schródinger se convierta [omitiendo la parte (x) de la se-
rie de potencias de /] en
(11.11)
La derivación no influye en las cn> puesto que son constantes. El valor inicial del índi-
ce n cambia para cada derivada. En la primera derivada perdemos el término n = O
en virtud de que el término de la función original /es constante. Ahora, el término
n = 1 es una constante, ya que la potencia de x para n = 1 es O, es decir, x1"1 = of = 1.
En la segunda derivada, el término n - 1, el cual es constante en el desarrollo de /',
se vuelve cero en la segunda derivada, por lo que la suma para/" comienza con n - 2.
El lector podría verificar estos resultados y que las tres expresiones anteriores son
correctas con los límites indicados de la suma (por supuesto, el límite infinito no
cambia).
Puesto que el primer término de la sumatoria para /se hace igual a O en /', esta
primera derivada no cambia si añadimos un O como primer término y enseguida co-
menzamos la suma en n - 0. Entendamos que esto no cambia a /', ya que el primer
término, n - O, equivale simplemente a 0. Ahora bien, esto nos permite comenzar la
suma en n - O en lugar de n - 1 (la importancia de este hecho se estudiará en breve).
Por lo tanto, podemos escribir /' de la siguiente manera
(11.12)
De nuevo, esto no altera la serie de potencias, sólo cambia el valor inicial del índice
n. Se puede aplicar la misma técnica a /", pero, matemáticamente no nos lleva a nin-
guna parte. Más bien, lograremos más si redéfinîmes el índice en dos pasos. Puesto que
el índice n es sencillamente un número para contar e identificar los términos en una
serie de potencias, podemos desplazar simplemente el índice redefiniendo, digamos,
un índice i como i = n - 2. Dado que esto significa que n = i + 2, la expresión de la
segunda derivada /" puede reescribirse llevando a cabo una sustitución para cada n:
(11.13]
(11.14)
Ahora necesitamos calcular los valores de las constantes cn. Recordemos que esta
ecuación se determinó sustituyendo una función de onda tentativa en la ecuación de
Schródinger de tal manera que si el sistema oscilador armónico posee funciones
de onda que son funciones de eigenvalores de la ecuación de Schródinger, dichas fun-
ciones de onda tendrían la forma de la ecuación 11.8 [es decir, ty = e~ax a • f(x)]. Si
identificamos las constantes, concluimos el cálculo de las funciones de onda de un os-
cilador armónico.
La ecuación 11.14 es una suma infinita igual a cero. Ésta es una conclusión impor-
tante en cierto aspecto: si sumáramos los términos infinitos de la suma, el resultado
sería exactamente igual a cero. La única forma de garantizar este hecho para todos los
valores x consiste en que cada coeficiente que multiplica a x" en la ecuación 11.14 sea
exactamente igual a cero:
para cualquier n
Lo anterior no significa que cada coeficiente cn sea exactamente igual a cero [esto im-
plicaría que nuestra serie de potencias f(x) es exactamente igual a cero], sino que la
expresión completa anterior debe ser cero. Este requisito nos permite reescribir
la ecuación anterior para obtener una relación entre el coeficiente cn y el coeficiente
ubicado dos lugares adelante, cn+2>
322 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
(1
Una ecuación que relaciona coeficientes en sucesión, como la que se está consideran-
do, recibe el nombre de fórmula de recursion y nos permite determinar coeficientes
sucesivos si se conocen los anteriores. En última estancia, sólo se requiere conocer dos
constantes de entrada: c$y con la cual se determinan los coeficientes de potencia par
c2, c4, c 6 ,..., y c}y a partir de la cual se encuentran los coeficientes de potencia impar
C
3> C5> *7> • • •
Luego de esto es factible aplicar uno de los requisitos para las funciones de ondas
aceptables: deben estar acotadas. Aunque la deducción que nos ocupa comenzó supo-
niendo una serie infinita como solución, la función de onda no puede ser infinita e
incluso aplicarse a la realidad. Además, la inclusión del término £~ax /2 no garantiza
que la suma infinita esté acotada. Sin embargo, la fórmula de recursion de la ecuación
11.15 proporciona una forma de garantizar esto. Puesto que el coeficiente cn+2 depen-
de de cní si para algún n el coeficiente cn es exactamente igual a cero, también son ce-
ro todas las constantes sucesivas cn+2, cn+4, c n + 6 ,... Por supuesto, esto no influye en
los coeficientes cn+1, c n+3 ,... De tal modo, con el fin de garantizar una función de on-
da acotada, debemos separar primero los términos pares e impares en dos series de
potencias independientes:
TI/
Esta expresión incluye la energía total E del oscilador armónico. Como la energía
constituye un importante observable, haremos un alto para analizarla. Con el propó-
sito de que la función de onda no sea infinita, la energía del oscilador armónico, al
combinarse con otros términos como a,nymy hy debe tener sólo aquellos valores que
satisfacen la ecuación anterior. Por lo tanto, podemos resolverla para aquellos valores
de la energía adecuados. Asimismo, si sustituimos a = 2irvra//í, obtenemos una con-
clusión simple:
E=(n + \)hv (11.16)
donde n es el valor del índice con respecto al cual el siguiente coeficiente de la serie
se vuelve cero, h es la constante de Planck y v es la frecuencia clásica del oscilador. Es
decir, que la energía total del oscilador armónico depende exclusivamente de su fre-
cuencia clásica (determinada por su masa y la constante de fuerza), la constante de
Planck y el entero n. Como la energía sólo puede poseer los valores que determina su
11.3 Oscilador armónico cuántico 323
Ejemplo 11.3
Un átomo de oxígeno unido a una superficie metálica lisa vibra a una frecuencia de
1.800 X 1013 s"1. Calcule la energía total de este átomo para los números cuánticos
n = 0,1 y 2.
Solución
Utilicemos la ecuación 11.16 con v = 1.800 X 1013 s""1 y n = 0,1 y 2:
Ejemplo 11.4
Para el ejemplo 11.3, calcule la longitud de onda de la luz que se requiere para exci-
tar un oscilador armónico desde un estado de energía al estado inmediato superior.
Exprese la longitud de onda en unidades de m, |mm (micrómetros) y A.
324 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
Solución:
La diferencia de energía de los estados adyacentes es la misma e igual a hv o:
A£= (6.626 X KT34J-s)(1.800 X 1013 s'1) = 1.193 X 1(T20 J
Como la energía de un fotón está dada por la ecuación E = hv, el cálculo se puede
invertir para obtener la frecuencia del fotón necesario. Debe resultar obvio el hecho
de que la frecuencia del fotón es de 1.800 X 1013 s"1. De acuerdo con la ecuación
c = \v:
Esto corresponde a 16.66 jim o 166 600 A. Los cálculos a partir de las ecuaciones
E = hv y c = \v son frecuentes en fisicoquímica. Los estudiantes deben recordar
siempre que estas ecuaciones se pueden emplear para convertir cantidades como E,
v y \ en los valores correspondientes con otras unidades.
(11.17)
(11.18)
El cambio final de esta integral comienza con el entendido que, como consecuencia
de que en esta exponencial x se encuentra elevada al cuadrado, los valores negati-
vos de x arrojan los mismos valores de e~ax como lo hacen los valores positivos de x.
Ésta es una forma de definir una función matemática par. [ Formalmente,/(x) es par
si, para toda xyf(-x) = f(x). En el caso de una función impar f(-x) = -f(x). La fi-
gura 11.3 muestra ejemplos de funciones simples pares e impares.] El hecho de que
la exponencial anterior valga lo mismo para valores tanto negativos como positivos
de x significa que la integral de x - O a — » es igual a la integral de x - O a + ». D
esta manera, en lugar de que nuestro intervalo corra de x = — °° a + «>, ubiquémos-
lode;c = 0 a + < » y tomemos dos veces el valor de dicha integral. La expresión de la
normalización se convierte en
La integral /0°°e ^ dx tiene un valor conocido, i(f )1/2. En este caso, a = a. Si sus-
tituimos esta expresión y despejamos AT, tenemos que
Figura 11.3 Ejemplo de funciones pares e impares, a) Esta función es par, de modo que el cambio de
signo de x (de x a -x) da como resultado el mismo valor de /(x), como lo indica la flecha, b) Esta función
es impar y el cambio de signo de x da como resultado —f(x), como lo indica la flecha.
326 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
Tabla 11.1 Primero seis polinomios reescrita. Las partes polinomiales de las funciones de onda del oscilador armónico re-
deHeimite^ ciben el nombre de polinomios de Hermite, en honor de Charles Hermite, matemáti-
n HJ& co francés del siglo XIX, quien estudió sus propiedades. Por conveniencia, si definimos
O I £ = oil/2x (donde £ es la letra griega x¿, que se pronuncia ecsí)y entonces el polinomio
1 2| de Hermite cuya máxima potencia de x es n se representa mediante H^Q. Los pri-
2 4|2-2 meros polinomios Hn(Q aparecen en la tabla 11.1 y en la tabla 11.2 se proporcionan
3 8£3 - 12| las soluciones de una integral que incluye los polinomios de Hermite. Es necesario ser
4 16|4 - 4S|2 4- 12 cuidadosos con las tablas 11.1 y 11.2 por el cambio de variable. El siguiente ejemplo
5 32|5 - 160f 4- 120| ilustra algunas de las desventajas potenciales del uso de los polinomios de Hermite
j6 64|6 - 480|4 <f 720Ç2 - 120 tabulados.
a
Eu el tratamiento del oscilador armónico» obser-
ve que % — a1/2x
Ejemplo 11.5
Mediante las integrales de la tabla 11.2, normalice ^ para un oscilador armónico
Tabla 11.2 Integral que incluye mecánico cuántico.
•fo^t^tí^^ií Hermité
Solución
La integral de la tabla 11.2 debe utilizarse con cuidado debido a las diferencias que
existen entre las variables de la ecuación de la tabla y las de la función de onda ^j.
Si £ = a1/2x, entonces di~ = a112 dx> y después de sustituir £ y d¡~ la integral puede
aplicarse directamente. El requisito de normalización significa, matemáticamente,
que
De acuerdo con la tabla 11.2, esta integral posee una forma conocida y, para
n = 1, es igual a 21l!'rr1/2 (donde ! indica el factorial). Por lo tanto,
11.4 Funciones de onda del oscilador armonico 327
Evalue por simple inspecci6n (x) para ^3 de un oscilador armdnico. Es decir, lleve
a cabo la evaluaci6n considerando las propiedades de las funciones en lugar de
calcular matematicamente el valor promedio.
Solution
El valor promedio de la position del oscilador armonico en el estado ^3 se calcula
mediante la formula:
= N22 j [H3(Q • e~
-ax2/2
axl2
]*x[H ~ax2x/2'2] dx
* 3(Q •• e~«
— oo
dx
328 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
Esta propiedad de las funciones impares resulta de suma utilidad. En el caso de las
funciones pares, debe evaluarse la integral, quizás el mejor método para hacerlo por
ahora sea sustituir la forma del polinomio de Hermite, multiplicar los términos y
evaluar cada uno de ellos de acuerdo con su forma. Varias integrales del apéndice 1
pueden resultar de utilidad. Sin embargo, las funciones impares integradas a lo largo
del intervalo adecuado son exactamente iguales a cero y dicha determinación puede
hacerse por inspección de la función en lugar de evaluar la integral —rutina que aho-
rra tiempo cuando es posible.
La figura 11.4 muestra las gráficas de las primeras funciones de onda del oscilador
armónico, superpuestas a la curva de la energía potencial del mismo. Aunque las di-
mensiones exactas de la figura 11.4 dependen de m y /c, las conclusiones generales no.
Recordemos que en un oscilador armónico clásico, una masa se mueve de un lado a
otro en torno a un centro; cuando pasa por el centro x = O, posee la energía potencial
mínima (que es posible fijar en cero) y la energía cinética máxima se desplaza a su
máxima rapidez. Conforme la masa se aleja del centro, la energía potencial aumenta
hasta que toda la energía se convierte en energía potencial, no queda energía cinéti-
ca, y la masa se detiene momentáneamente. Luego comienza el movimiento en la otra
dirección. El punto en torno al cual oscila la masa se regresa, recibe el nombre de pun-
to de retorno clásico. Un oscilador armónico clásico jamás se aleja más allá del punto
de retorno, ya que esto significaría que posee más energía potencial que energía total.
Como se ve en la figura 11.4, las funciones de onda para los osciladores armóni-
cos cuánticos existen en regiones más allá del punto en el que toda la energía sería po-
tencial desde un punto de vista clásico. Es decir, las funciones de onda son diferentes
Figura 11.4 Gráficas de las primeras cinco funciones de onda del oscilador armónico, superpuestas
contra la energía potencial del sistema. Las posiciones en las que las funciones de onda sobrepasan la
energía potencial reciben el nombre de puntos de retorno clásico. Desde una perspectiva clásica, un os-
cilador armónico nunca rebasará el punto de retorno, ya que no posee suficiente energía. Desde la pers-
pectiva de la mecánica cuántica, existe una probabilidad no nula de que una partícula que actúa como
oscilador armónico exista más allá de este punto.
11.4 Funciones de onda del oscilador armónico 329
de cero y, por lo tanto, el oscilador puede existir más allá de su punto de retorno clá-
sico. Esto sugiere la conclusión paradójica de que el oscilador debe poseer energía ci-
nética negativa. En realidad, el aspecto paradójico se basa en expectativas clásicas. No
es éste el primer ejemplo en que la mecánica cuántica propone algo que se opone a
las predicciones clásicas. Otro es el efecto túnel de una partícula a través de una ba-
rrera finita y la existencia de una función de onda más allá del punto de retorno clá-
sico se asemeja a tal efecto. En este caso, la pared es una superficie de energía potencial
curva, no una barrera recta.
Recordemos que la probabilidad de que la partícula exista en cualquier punto en
su espacio unidimensional es proporcional a |^|2. La figura 11.5 muestra varias grá-
ficas de \9\2. La gráfica de la parte superior posee un número cuántico alto y su for-
ma comienza a asemejarse al comportamiento de un oscilador armónico clásico: se
x=0 mueve con mucha rapidez cerca de x = O (y su probabilidad de existir ahí es baja),
Figura 11.5 Gráficas de las primeras pero se detiene cerca del punto de retorno y la probabilidad de encontrarse ahí es al-
cinco funciones de onda l^p, super- ta. Esto constituye otro ejemplo del principio de correspondencia: para números
puestas en el diagrama de energía po- cuánticos altos (y, por lo tanto, energías altas), la mecánica cuántica se aproxima a las
tencial. Conforme aumenta el número predicciones de la mecánica clásica.
cuántico, disminuye la probabilidad de
que la partícula se encuentre en el centro
del pozo de energía potencial y aumenta
la probabilidad de que se encuentre en los • H L^^^MJ [
extremos del pozo. Cuando los núme-
ros cuánticos son grandes, la mecánica Evalúe el valor promedio del momentum (en la dirección x) para la ^ de un osci-
cuántica se asemeja a la mecánica clásica. lador armónico.
Lo anterior constituye otro ejemplo del
principio de correspondencia.
Solución
De acuerdo con la definición del operador del momentum, necesitamos evaluar:
Sería más fácil aplicar sencillamente la forma del polinomio de Hermite en térmi-
nos de a1/2x en lugar de £ (aunque puede hacerse de cualquier forma; utilice su pro-
pio criterio según su preferencia). De acuerdo con la tabla 11.1:
En general, ambos términos dentro del paréntesis son impares a lo largo del inter-
valo de integración. Por lo tanto, las integrales son exactamente iguales a cero. De
esta manera:
El signo negativo indica que las masas se mueven en direcciones opuestas. Si suma-
mos en ambos miembros el término combinado m2(dxl/dt)> obtenemos
(donde hemos cambiado el orden de las derivadas en el miembro derecho). Esta ex-
presión se reescribe de la siguiente manera
(11.20)
(11.21)
2
Recordemos que el centro de masa (xcm, ycm, zcm) de un sistema de muchas partículas se define
como xcm = (Swvx^/íSm,), donde cada suma se lleva a cabo respecto a las i partículas del sistema,
m, es la masa de la partícula y x,, la coordenada de la partícula x; se obtienen expresiones similares
paray cm yz cm .
11.5 Masa reducida 331
(11.23)
(11.24)
(11.26)
Esto significa que la energía cinética del oscilador puede representarse por medio de
la energía cinética de una masa que se mueve de un lado a otro, si ésta posee la masa
reducida de las dos masas del sistema original. Esto nos permite considerar al osci-
lador armónico de dos partículas como un oscilador armónico de una partícula y
aplicar las mismas ecuaciones y expresiones que dedujimos para un oscilador armó-
nico. Consecuentemente todas las ecuaciones de las secciones anteriores se cumplen,
si suponemos que empleamos la masa reducida del sistema. Por ejemplo la ecuación
11.3 se convierte en
(11.27)
(11.28)
Ejemplo 11.8
Demuestre que la masa reducida posee unidades de masa.
Solución
Si sustituimos sólo unidades en la ecuación 11.24, obtenemos:
HHjiiHn^^
La molécula de hidrógeno vibra a una frecuencia de aproximadamente 1.32 X 1014
Hz. Calcule lo siguiente:
a) La constante de fuerza del enlace H-H.
b) El cambio en la energía que acompaña a una transición del nivel vibracional con
n = 1 al n - 2, suponiendo que la molécula de hidrógeno actúa como un oscilador
armónico ideal.
Solución
a) La masa de un átomo de hidrógeno, en kilogramos, es 1.674 X 10~27 kg. Por lo
tanto, la masa reducida de un molécula de hidrógeno corresponde a
Ejemplq 11.10
R^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^HH
La molécula de HF posee una frecuencia de vibración armónica de 1.241 X 1014 Hz.
a) Determine su constante de fuerza empleando la masa reducida del HF.
b) Suponga que el átomo de F no se mueve y que la vibración es consecuencia ex-
clusivamente del movimiento del átomo de H. Si utilizamos la masa del átomo de H
y la constante de fuerza calculada en a, ¿cuál es la frecuencia esperada del átomo?
Explique la diferencia.
Solución
a) Si empleamos las masas de H y F, que son 1.674 X 10~27 kg y 3.154 X 10~26 kg,
respectivamente, la masa reducida puede calcularse de la siguiente manera:
Esto corresponde a una frecuencia un poco menor, alrededor de 2\% más baja, que
la que se encuentra experimentalmente. Esto ilustra que la utilización de la masa re-
ducida no influye significativamente en los cálculos. El efecto resulta más evidente
cuando dos partículas poseen masas similares. Repita este ejemplo utilizando H2
(véase el ejemplo 11.9) y HD, donde D = 2H.
En todos los casos en los que muchas partículas se desplazan una con respecto a la
otra en nuestro sistema, debemos considerar la masa reducida en lugar de la masa
real. En el oscilador armónico simple, dos partículas se desplazan una con respecto a
la otra, por lo cual se emplea la masa reducida. En un movimiento exclusivamente de
traslación, las dos masas se desplazan por el espacio, pero mantienen sus mismas po-
siciones relativas unas con respecto a otras. Por lo tanto, la suma de las masas, la masa
total, es la masa correcta que se requiere para describir el movimiento de traslación.
(11.29)
donde px y py son los momenta lineales en las direcciones x y y. Por simplicidad, esta
vez no hemos tomado en cuenta la propiedad vectorial de los momenta (excepto en
el caso de la dirección z).
En términos del momentum angular, la energía cinética de la partícula de masa m
que gira a una distancia r en torno a un centro es
(11.31)
(11.32)
(11.33)
Por útil que resulte el operador angular, no constituye todavía la mejor forma, ya que
si se utiliza en el hamiltoniano se obtendrá una expresión en término de x y y. En
lugar de utilizar las coordenadas cartesianas para describir el movimiento circular,
emplearemos coordenadas polares. En coordenadas polares, todo el espacio de dos di-
mensiones puede describirse mediante un radio, r, que parte del centro, y un ángulo
4> medido desde una dirección específica (normalmente el eje positivo x). La figura
11.8 muestra la forma de definir las coordenadas polares. En éstas, el operador del
momentum angular posee una forma muy sencilla:
(11.34)
(11.35)
Con el fin de satisfacer esta ecuación, el término seno debe ser exactamente igual a
cero (ya que el número 1 no posee parte imaginaria) y el término coseno, exactamen-
te igual a 1. Esto ocurrirá sólo cuando 2irm sea igual a cualquier múltiplo de 2TT (in-
cluyendo O y valores negativos):
Esto significa que el número m sólo debe tener valores de números enteros:
Por primera vez en estos sistemas modelo, el conjugado complejo modifica un ele-
mento en la función de onda: afecta a i en el exponente de la función. El primer ex-
ponente se torna negativo:
336 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
Las dos funciones exponenciales se cancelan y sólo queda la diferencial. Con ello ha
concluido la normalización:
(11.37)
dus;
donde m = O, ±1, ±2, etc. Determinada masa a una distancia fija r posee cierto mo
mento de inercia I. La constante de Planck es precisamente eso, de modo que la úni-
ca variable en la expresión de la energía es un entero m. Por lo tanto, la energía total
de una partícula en rotación se encuentra cuantizada y depende del número cuántico
m. El siguiente ejemplo muestra la forma en que estas cantidades dan como resulta-
do unidades de energía.
11.6 Rotaciones en dos dimensiones 337
Figura 11.9 Primeras cuatro funciones de onda de rotación en dos dimensiones. Las representaciones
circulares representan la geometría verdadera del sistema y las representaciones lineales aclaran el aspecto
de las funciones de onda. Cada representación lineal representa un circuito (2ir radianes) del rotor rígido.
Ejemplo 11.11
Un electrón viaja en un círculo de radio 1.00 A. Calcule los eigenvalores de la ener
gía de las primeras cinco funciones de onda de rotación en dos dimensiones; es de-
cir, donde m = O, ± 1 y ±2.
Solución
Primero calculamos el momento de inercia del electrón. Si me= 9.109 X 10~31 kg y
el radio dado de 1.00 A = LOO X 10~10 m, el momento de inercia es
338 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
Éstas son las unidades correctas del momento de inercia. Ahora podemos conside-
rar las energías de cada estado. Como m = O para el primer estado, es fácil ver que
En el caso de otros estados, recordemos que la energía depende del cuadrado del nú-
mero cuántico. Por lo tanto, la energía cuando m = 1 es la misma que la energía
cuando m- — 1.
Los términos (2Tr)2 en el denominador se deben a h. Las unidades que resultan son
joules, lo cual se ilustra en el siguiente análisis de unidades:
donde en el penúltimo paso, una de las unidades, joules, se descompone en sus uni-
dades básicas.
(11.39)
Solución
De acuerdo con la ecuación 11.39, los valores del momentum angular son: —2hy
-Ift, O, \h y 2ft. Obsérvese que aunque las energías son las mismas para ciertos
pares de números cuánticos, los valores de los momenta angulares cuantizados no
lo son.
Ejemplo 11.13
La distancia de enlace en el HC1 es de 1.29 A. En su estado rotacional más bajo, la
molécula no gira y, por ello, las ecuaciones del rotor rígido indican que la energía de
rotación de la molécula es cero. ¿Cuál es la energía y el momentum angular de la
molécula cuando se encuentra en el primer estado de energía diferente de cero? Uti-
lice el peso atómico del Cl como aproximación de la masa del átomo de Cl.
Solución
Si las masas de H y Cl tienen valores de 1.674 X 10~27kg y 5.886 X 10~26 kg, la ma-
sa reducida de la molécula es de 1.628 X 10~27 kg. La distancia de enlace en metros es
de 1.29 X 10~10 m. En este caso no calcularemos el momento de inercia en un paso
separado, aunque sustituiremos directamente los números en la fórmula de la ener-
gía correspondiente. Para el primer estado de energía de rotación diferente de cero:
La constante de Planck h tiene las mismas unidades, J-s, que las del momentum
angular, kg-m2/s. Ésta es una unidad distinta de la del momentum lineal, en el que la
unidad es kg-m/s. La constante de Planck h tiene unidades que la mecánica clásica de-
nominaría unidades de acción. Veremos que cualquier observable atómico con uni-
dades de acción es alguna clase de momentum angular de alguna clase, y su valor a
nivel atómico se relaciona con la constante de Planck. Relaciones de este tipo refuer-
zan el papel central e insustituible de la constante de Planck en el entendimiento (de
hecho, la misma existencia) de la materia.
Finalmente, ahora que hemos demostrado que el momentum angular se encuen-
tra cuantizado en el caso de algunos sistemas, recurrimos a una idea antigua, que
Bohr formuló en su teoría del átomo de hidrógeno. Bohr supuso que el momentum
angular se encontraba cuantizado. Al hacerlo, fue capaz de predecir teóricamente el
espectro del átomo de hidrógeno, si bien la justificación de esta hipótesis era muy
cuestionable. La mecánica cuántica no supone la cuantización del momentum angu-
lar. Más bien, muestra que es inevitable.
Ejemplq 11.14
m+^^^n^fmKE^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^m
La molécula orgánica del benceno, C H , posee una estructura cíclica en la que los
6 6
átomos de carbono forman un hexágono. Puede suponerse como aproximación que
los electrones ir en la molécula cíclica poseen un movimiento de rotación en dos di-
mensiones. Calcule el diámetro de este anillo de electrones si se supone que ocurre
una transición en 260.0 nm que equivale a un electrón que pasa de m = 3 a m = 4.
Solución
Primero calculemos el cambio de energía en J que corresponde a una longitud de
onda del fotón de 260.0 nm, que equivale a 2.60 X 10~7 m:
Esta diferencia de energía debería ser igual a la diferencia de energía entre los nive-
les m = 4 v m = 3:
(11.40)
(11.41)
En el caso de la integración en dos dimensiones a lo largo de 4> y 0, la diferencial ¿ÍT es:
res esféricas. En el caso en el que 9 y <|> varían (¡aunque r sigue siendo constante!), el
operador hamiltoniano es:
(11.43)
(11.44)
(11.45)
(11.46)
Las mismas restricciones sobre los posibles valores del número cuántico m, se cum-
plen en este caso: m = O, ±1, ±2, etcétera.
Por desgracia no se puede llevar a cabo un análisis similar manteniendo <|> cons-
tante y variando exclusivamente 6 para determinar la función O(0). Esto se debe a
11.7 Rotaciones en tres dimensiones 343
Table 11.3 Polinonis asociados que los tres términos diferenciales en el hamiltoniano contienen 0, así que no se con-
de Legendre sigue ninguna simplificación. (El tercer término no es una diferencial expresada en
l mg olms términos de 6, pero incluye el término sen2 9 en el denominador.) La mezcla de
0 é fVa variables en el tercer término genera otra peculiaridad. La solución final de 0(6)
1^ O iVécosO también dependerá del número cuántico m. Además, veremos que las limitaciones
1 ±1 |vfse»e impuestas sobre las funciones de onda aceptables (es decir, que deben estar acotadas)
2 o |Ví5(cos2e-i) generarán una relación entre el número cuántico m y cualesquier número cuántico
2 ±1 |VÏ5sm0eosÔ nuevo que surga.
2 ±2 ~VÏ5seiï2Ô La parte de 0 de la diferencial en la ecuación 11.46 tiene una solución conocida. La
3 O ~VÏ4Cfc0s3t~*c0$e) solución es un conjunto de funciones conocidas como polinomios asociados de Legen-
3 ±1 jVÜsm^Sfos^-12) dre (como en el caso de los polinomios de Hermite, las ecuaciones diferenciales que
3 ±2 |VW6 sen2 8 cos 8 poseen la forma de la ecuación 11.46 ya habían sido estudiadas antes por el matemá-
3 ±3 iVTpserfo tico francés Adrien Legendre, aunque por diferentes razones). Estos polinomios, que
aparecen en la tabla 11.3, son funcionas de 0 exclusivamente, aunque tienen dos ín-
dices en las funciones. Uno de los índices, un entero representado por €, indica la po-
tencia máxima, u orden, de los términos de 0. (También indica el orden total de
la combinación de los términos eos 0 y sen 0.) El segundo índice m, especifica la
combinación particular de los términos de sen 0 y eos 0 que se encuentran en el po-
linomio de Legendre de ese orden. En el caso de los polinomios asociados de Legen-
dre, el valor absoluto de m da como resultado el mismo polinomio. Las posibles
combinaciones se encuentran limitadas a aquellas en la que el valor absoluto de m
siempre tiene un valor menor o igual que €. Esto es, como consecuencia de los requi-
sitos de los polinomios asociados de Legendre, hay un nuevo número cuántico i cu-
yo valor debe ser algún entero no negativo:
(11.47)
y los únicos valores posibles del número cuántico m asociados con cualquier núme-
ro cuántico particular (, son aquellos enteros cuyo valor absoluto es menor o igual
que€:
(11.48)
Estas restricciones las imponen las formas de los polinomios, los cuales deben ser
funciones de onda aceptables y eigenfunciones o funciones propias de la ecuación de
Schrôdinger. Como consecuencia del límite que € impone a m, es frecuente utilizar el
símbolo mc como índice de este número cuántico.
Ejemplo 11.15
Liste los posibles valores de m^ para los primeros cinco posibles valores de €.
Solución
El número cuántico € puede tener valores enteros a partir de cero. Por lo tanto, los
primeros cinco posibles valores de € son O, 1, 2, 3 y 4. En el caso de f = O, mf sólo
pueden ser 0. Para € = 1, el valor absoluto de m( debe ser menor o igual a 1; así, en
el caso de los enteros, las únicas posibilidades son 0,1 y-1 (listadas de otra mane-
ra como -1,0,1). Para € = 2, los posibles valores enteros de mf son -2, -1,0,1 y 2.
Para € = 3, los valores posibles de mf son -3, -2, -1,0,1,2 y 3. Para € = 4, los po-
sibles valores de m€ son -4, -3, -2, -1, 0,1, 2, 3 y 4.
Como el número cuántico m€ puede tener valores enteros que van de — € a €, in-
cluyendo O, hay 2€ + 1 posibles valores de m¿ para cada valor de €.
La tabla 11.3 lista varios de los polinomios asociados de Legendre. Aquí se les re-
presenta como 0€>m€. No importa si m€es positivo o negativo; su magnitud determina
el polinomio que se requiere.
344 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógenrogenooo
Ahora las dos partes de la solución para la ecuación 11.46 pueden combinarse pa-
ra obtener la solución completa del movimiento de rotación en tres dimensiones. Las
funciones de onda aceptables son:
(11.49)
Estas funciones de onda son funciones que eran bien conocidas para quienes formu-
laron la mecánica cuántica; reciben el nombre de esféricos armónicos y se representan
por Y^t (o Yfítne). De nuevo, las matemáticas clásicas se anticiparon a la mecánica
cuántica en la solución de ecuaciones diferenciales. Si bien los polinomios de Legen-
dre no distinguen entre valores positivos y negativos del número cuántico m, la par-
te exponencial de la función de onda completa sí lo hace. Cada conjunto de números
cuánticos (€, ra¿) indica, por lo tanto, una única función de onda, representada me-
diante ^£tmfy que puede describir el estado posible de una partícula confinada a la
superficie de una esfera. La función de onda misma no depende de la masa de la par-
tícula o del radio de la esfera que define el sistema.
Ejemplo 11.16
Demuestre que la función de onda ^u se encuentra normalizada en todo el espa-
cio. Utilice el polinomio asociado de Legendre listado en la tabla 11.3.
Solución
La función de onda completa consiste en el polinomio asociado de Legendre ade-
cuado, así como de la parte (Hv2/ñ)eim^ apropiada. La función de onda comple-
ta M>u es
donde el término sen 0 final proviene de la definición de Í¿T en este sistema de dos
dimensiones.
Las dos exponenciales se cancelan entre sí. Separando las partes restantes de <j) y 0
en sus respectivas integrales, obtenemos:
11.7 Rotaciones en tres dimensiones 345
Cada integral se puede resolver por separado. Se puede demostrar fácilmente que la
primera integral, sobre 4>, es
La segunda integral, a lo largo de 0, debe integrarse por partes o buscarse en una ta-
bla de integrales. Esta integral se incluye en el apéndice 1.
Si empleamos las formas explícitas de los esféricos armónicos, podemos aplicar las
integrales trigonométricas estándares para demostrar que las funciones de onda tam-
bién son ortogonales entre sí. Es decir,
(11.50)
(11.51)
Figura 11.13 Comparación de las energías cuantizadas de las rotaciones en dos y tres dimensiones.
El diagrama se representa a escala en sentido vertical. Las rotaciones en tres dimensiones poseen una
energía ligeramente más alta que las rotaciones en dos dimensiones del mismo número cuántico.
Ejemplo 11.17
La molécula de carbono buckminsterfulereno, C60, puede aproximarse mediante
una esfera, y se puede considerar que los electrones de la molécula se encuentran
confinados en la superficie de una esfera. Si una de las absorciones C60 corresponde
a un electrón que pasa del estado € = 4 al estado € = 5, ¿qué longitud de onda de luz
provocaría este cambio? Utilice r = 3.50 A para calcular el momento de inercia. (Se
ha observado una transición en el espectro de C60 a 404 nm.)
Solución
El momento de inercia de un electrón en este sistema es:
que equivale a 400 nm. Este valor se compara bastante bien con la absorción medi-
da experimentalmente a 404 nm.
Ejemplo 11,18
¿Cuáles son los momenta angulares totales de un electrón en los estados € = 4 y
€ = 5 del C60? (Véase el ejemplo 11.17.)
348 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
Solución
De acuerdo con la ecuación 11.53, el momentum angular total depende exclusiva-
mente de € y h. Para € = 4 y 5, los momenta angulares de los electrones son
(11.54)
(11.55)
Figura 11.15 Como la mecánica cuántica no toma en cuenta las componentes del momentum an-
gular en las dimensiones x o y, el diagrama adecuado que relaciona a I y Lz es un cono, en el que el mo-
mentum angular total y la componente z del momentum angular total están cuantizados, si bien las
componentes x y y se encuentran indeterminadas y pueden tener cualquier valor.
Ejemplo 11.19
¿Cuáles son las degeneraciones de los niveles € = 4 y € = 5 para C60 si se supone
que los electrones se comportan como partículas confinadas a la superficie de una
esfera?
Solución
El nivel de energía € = 4 tiene 2(4) + 1 = 9 valores posibles de m& de modo que es-
te nivel de energía tiene una degeneración de 9. De manera similar, el nivel de ener-
gía € = 5 tiene una degeneración de 11.
Ejemplo 11.20
Construya el esférico armónico completo para ^3)+3 y use los operadores de E, L2y
Lz con el fin de determinar explícitamente la energía, el momentum angular total
y la componente z del momentum angular. Demuestre que los valores de estos ob-
servables son iguales a los que predicen las expresiones analíticas para E, L2 y Lz. (El
objetivo de este ejemplo es ilustrar que los operadores operan realmente sobre la
función de onda para generar la ecuación adecuada de eigenvalores.)
350 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
Solución
El esférico armónico completo ^+3 está dado por
Esta expresión puede simplificarse sacando como factores a las constantes de la fun-
ción de onda y la exponencial de todos los términos para obtener:
Dado que el eigenvalor del cuadrado del momentum angular total es 12ft2, el valor
del momentum angular total debe ser la raíz cuadrada de éste o VÍ2ft. Este va-
lor, numéricamente, es 3.653 X 10~34 J-s, o 3.653 X 10~34 kg-m2/s. El valor de la
energía puede determinarse a partir de la expresión
El valor numérico exacto de la energía total dependerá del momento de inercia del
sistema (que no está dado, por lo que no podemos calcular numéricamente la ener-
gía). La componente z del momentum angular, 1^ se determina por medio de la
ecuación de eigenvalores
Así, el valor de la componente z del momentum angular está dado por el eigenvalor
3ñ> que equivale a 3.164 X 10~34 J-s.
En los tres casos, los observables predichos son los mismos que los que se deter-
minaron por medio de las fórmulas analíticas de cada observable.
Habría sido más fácil (y más breve) aplicar las fórmulas de la energía y los momen-
ta para determinar los valores de estos tres observables cuantizados. Sin embargo, es
importante entender que estas ecuaciones diferenciales en realidad funcionan cuan-
do operan sobre las funciones de onda. El ejemplo anterior muestra que todos los
operadores arrojan los mismos valores apropiados de los observables.
Existen otros sistemas que pueden resolverse analíticamente, pero la mayoría re-
presentan variaciones de los temas de éste y del último capítulo. Por el momento, nos
detendremos en nuestro estudio de los sistemas modelo y desviaremos nuestra aten-
ción hacia un sistema que es obviamente más relevante desde el punto de vista quími-
co. Sin embargo, antes de hacerlo, es importante recalcar unas cuantas conclusiones
relacionadas con los sistemas que hemos estudiado hasta ahora. 1) En todos nuestros
sistemas modelo, la energía total (cinética + potencial) se encuentra cuantizada. Éste
es un resultado de los postulados de la mecánica cuántica. 2) En algunos sistemas,
otros observables también se encuentran cuantizados y poseen expresiones analíticas
para sus valores cuantizados (como el momentum). Que otros observables cuenten
352 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
con expresiones analíticas para sus valores cuantizados depende del sistema. Quizá
sea posible determinar los valores promedio, más que los valores cuantizados, qui-
zá sean los que sea posible determinar. 3) Todos estos sistemas modelo cuentan con
análogos aproximados en la realidad, por lo que las conclusiones que se obtengan a
partir del análisis de estos sistemas pueden aplicarse aproximadamente al conoci-
miento de sistemas químicos (en gran medida del mismo modo que se aplican las le-
yes de los gases ideales al comportamiento de los gases reales). 4) La mecánica clásica
no fue capaz de explicar estas observaciones en los sistemas atómicos y moleculares.
Este último punto hace que valga la pena estudiar la mecánica cuántica para com-
prender la química.
= EV (11.56)
donde la forma del operador hamiltoniano refleja el hecho de que las tres coordena-
Figura 11.16 El átomo de hidrógeno, das polares esféricas, r, 0 y 4>, pueden variar. Observe la relación que existe entre las
como lo define la mecánica cuántica. Este
sistema se define de manera similar al ecuaciones 11.56 y 11.46, donde la coordenada polar esférica r no cambia. También
rotor rígido de tres dimensiones (figura note que estamos empleando la masa reducida JJL en la ecuación de Schrôdinger, no
11.11), salvo que ahora r puede variar. la masa del electrón.
11.10 El átomo de hidrógeno: la solución de la mecánica cuántica 353
(11.57)
(11.58)
y las funciones de onda aceptables para un átomo de hidrógeno deben satisfacer esta
ecuación de Schrôdinger. Obsérvese que hay otra forma de expresar esta ecuación de
Schrôdinger, mediante el operador del momentum angular total I2:
(11.59)
(11.60)
354 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
i
donde las constantes en la definición de a poseen sus significados normales. Volvere-
mos a estudiar esta expresión más adelante. Estas exponenciales se encuentran mul-
tiplicando a un polinomio, de nuevo en una situación análoga a la de las funciones
de onda del oscilador armónico, que forma parte del resto de la solución de la
ecuación diferencial 11.60. El polinomio forma parte de un conjunto de polino-
mios que tienen una cantidad variable de términos y que reciben el nombre de poli-
nomios asociados de Laguerre. Un índice entero positivo indica cada polinomio
asociado de Laguerre y normalmente se representa con la letra n. Esta n tiene el mis-
mo valor que la n de la parte exponencial de la solución para R. Asimismo, para ca-
da n puede haber varios polinomios de Laguerre, cada uno con un valor diferente de
€ (el número cuántico del movimiento de rotación en tres dimensiones). Pero no só-
lo se trata de cualquier valor de €: el polinomio asociado de Laguerre restringe los po-
sibles valores de € a cualquier entero tal que:
Por lo tanto, el entero n restringe los posibles valores enteros de € (siendo O el valor
mínimo de €). Puesto que n es un entero positivo, existe una serie simple de valores
de € para cada n:
n posibles €
1 o
2 0,1
3 0,1,2
4 0,1,2,3
5 0,1,2,3,4
(11.62)
11.10 El átomo de hidrógeno: la solución de la mecánica cuántica 355
Por conveniencia, la tabla 11.4 incluye varias de las primeras funciones de onda jun-
to con sus respectivos números cuánticos n, ( y m€. Cada conjunto característico (n,
€, m¿) se refiere a una función de onda específica. Es fácil demostrar que para cual-
quier n, el número total de posibles funciones de onda que poseen dicho valor de n
es n2. (Esto se incrementará en un factor de 2 cuando incluyamos el spin del electrón,
lo cual se estudiará en el capítulo 12.)
El eigenvalor de la energía también cuenta con una solución analítica. Ésta es:
(11.63)
principal Puesto que las funciones de onda n2 tienen el mismo numero cuántico n, la
degeneración de cada estado de energía del átomo de hidrógeno es ti2. (De nuevo, es-
te cambiará por un factor de 2.) Cada conjunto de funciones de onda con el mismo
valor para el número cuántico principal define una capa.
Ejemplo 11.21
Calcule los valores de energía para las primeras tres capas del átomo de hidrógeno.
La masa reducida del átomo de hidrógeno es de 9.104 X 10~31 kg.
Solución
Sustituyamos los valores en la ecuación 11.63 para n = 1,2 y 3:
Recordemos que la espectroscopia mide los cambios de energía entre dos estados.
La mecánica cuántica también se puede aplicar para determinar un cambio de ener-
gía, AE, en el caso del átomo de hidrógeno:
(11.64)
que fácilmente se demuestra que es, en unidades de números de onda y con cuatro
cifras significativas,
Ésta es la constante de Rydberg, RH> del espectro del átomo de hidrógeno.4 Por lo tan-
to, la mecánica cuántica predice el espectro del átomo de hidrógeno determinado experi-
mentalmente. En este punto, la mecánica cuántica predice más de cuanto predijo la
teoría de Bohr; y por ello la sustituye Bohr.
Como los armónicos esféricos forman parte de las funciones de onda del átomo
de hidrógeno, no debería sorprendernos que el momentum angular total y su com-
ponente z también constituyan observables que cuentan con valores analíticos y
cuantizados conocidos. Éstos son
de modo que los valores cuantizados del momentum angular total son V€(€ + l)h,
y los de la componente z son m¿h. El número cuántico i recibe el nombre de núme-
ro cuántico del momentum angular. El número cuántico ra¿ es el número cuántico de
la componente z del momentum angular^ a veces denominado número cuántico mag-
nético debido al diferente comportamiento de las funciones de onda con diferentes
valores m€ en un campo magnético (un tema que se abordará más tarde). El momen-
tum angular del átomo de hidrógeno (debido principalmente al electrón) está cuanti-
zado, como lo supuso Bohr. Sin embargo, los valores exactos del momentum angular
cuantizado son ligeramente distintos de los que Bohr, científico danés, estimó. No era
posible conocer esto en 1913 y, aunque finalmente incorrecta, la teoría de Bohr debe
recordarse como un paso fundamental en el desarrollo de la mecánica cuántica.
Este análisis del átomo de hidrógeno también se aplica a cualquier átomo con un
solo electrón. En el caso de otros átomos, la carga nuclear es diferente y el átomo mis-
mo posee carga. El número atómico, Z, y la masa reducida JUL son los únicos cambios
en cualquiera de las ecuaciones anteriores (y la masa reducida se aproxima a la masa
del electrón conforme el núcleo es más grande). La ecuación de Schrôdinger para es-
tos iones semejantes al hidrógeno es:
(11.65)
(11.66)
Las funciones de onda mismas también dependen de Z. La tabla 11.4 proporciona las
funciones de onda completas con su dependencia de Z incluida. (En nuestro estudio
anterior del átomo de hidrógeno, Z tenía un valor de 1.) Los observables de los mo-
menta angulares tienen las mismas formas que los que se han indicado. Los espectros
de los iones semejantes a los del hidrógeno, que se han observado experimentalmen-
4
Utilizando valores actuales de las constantes fundamentales y con ocho cifras significativas,
RH = 109 677.58 cnT1.
358 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
te, son tan sencillos como los del átomo de hidrógeno. Pero, las transiciones se pre-
sentan en diferentes longitudes de onda de la luz.
Ejemplo 11.22
la longitud de onda de la luz emitida por un ion excitado de Li2+ ion
U¿^^^n^^tW^f¡^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^m
Prediga
(Z = 3) cuando el electrón pasa del estado n = 4 al estado n = 2. Utilice la masa del
electrón en lugar de la masa reducida (esto genera un error mínimo de 0.008% en
los cálculos).
Solución
Podemos aplicar una expresión para AE similar a la de la ecuación 11.64, añadien-
do el término Z2:
€ Representación alfabética
0 s
1 P
2 d
3 /
4 g
11.11 Funciones de onda del átomo de hidrógeno 359
Figura 11.17 Diagrama de niveles de energía para un átomo de hidrógeno, que muestra los números
cuánticos n y £ para los niveles. Los niveles de energía cuantizados están etiquetados. Se muestran las fun-
ciones de onda degeneradas.
Los orbitales se designan por el valor del número cuántico principal y por la letra que
representa el valor de €: Is, 2s, 2p, 3s, 3p, 3d, etc. Se puede emplear un subíndice nu-
mérico para identificar los valores m^ de los orbitales individuales: 2p^ly 2pQy 2p+lí y
así sucesivamente. Ya que el valor de n restringe el valor de €, la primera capa tiene
sólo una subcapa 5 (porque € sólo puede ser 0). La segunda capa sólo tiene subcapas
5
7 P (porque ( sólo puede ser O o 1), etc. Estas restricciones se deben a la naturaleza
de la solución matemática de la ecuación de Schrôdinger.
Ejemplo 11.23
¿Cuáles son las posibles subcapas en la capa n - 5? ¿Cuántos orbitales hay en cada
subcapa? No incluya los índices de mf.
Solución
Para n = 5, € puede ser 0,1,2, 3 o 4. Cada subcapa tiene 2( + 1 orbitales. En forma
de tabla:
n> I Representación Núm. de orbitales
5,0 55 1
5, 1 5p 3
5.2 5d 5
5.3 5/ 7
5.4 5¿ 9
360 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
Las funciones de onda para sistemas como el del hidrógeno, determinadas por nú-
meros cuánticos, pueden indicarse con dichos números cuánticos. Por lo tanto, es fre-
cuente ver ^lp W3d, etcétera.
Como se ve en la tabla 11.4, las funciones de onda con un valor diferente de cero
para mf poseen una parte exponencial imaginaria. Esto significa que la función de
onda completa es una función compleja. En los casos en los que se desean funciones
totalmente reales, resulta útil definir las funciones de onda reales como combinacio-
nes lineales de funciones de onda complejas, aprovechando el teorema de Euler. Por
ejemplo:
(11.67)
La funciones de onda p definidas de este modo son reales, no complejas, por lo que
resulta más fácil trabajar con ellas en muchos casos. Las funciones de onda reales
para d> f y otros orbitales se definen de manera similar. Estas funciones de onda no
imaginarias ya no son eigenfunciones de Lz, pues están compuestas por partes con di-
ferentes eigenvalores de mf. Sin embargo, aún son eigenfunciones de la energía y del
momentum angular total. (De hecho, sólo porquehs fruiciones de onda originales son
degeneradas podemos tomar combinaciones lineales como las de la ecuación 11.67.)
El comportamiento de las funciones de onda en el espacio plantea algunas cues-
tiones interesantes. Cada orbital de tipo s posee simetría esférica, ya que no existe de-
pendencia angular en la función de onda. Como la probabilidad de que un electrón
exista en cualquier punto del espacio se encuentra relacionada con |^|2, en este caso,
|.R|2, la probabilidad de que un electrón 5 exista en el espacio también es esféricamen-
te simétrica. A partir del núcleo y desplazándonos a lo largo de una recta, podemos
Distancia desde el núcleo —>• trazar la gráfica de la probabilidad de que el electrón tenga cierto valor r en función
Figura 11.18 Gráfica del cuadrado de de la misma distancia radial r. La figura 11.18 muestra esta gráfica para Wls. En ella
la función radial tyls en función de la dis- emerge la sorprendente conclusión de que el radio de máxima probabilidad ocurre
tancia a partir del núcleo para el átomo de en el núcleo, es decir, donde r = 0.
hidrógeno. La gráfica sugiere que el elec- Este análisis es un tanto impreciso. Desde el punto de vista polar esférico, hay un
trón posee una probabilidad máxima de
localizarse en el núcleo. volumen muy pequeño del espacio próximo al núcleo, ya que en el caso de todos los
valores de 9 y 4> un valor pequeño de r barre una esfera diminuta. La probabilidad to-
tal de que el electrón se encuentre dentro de dicho volumen pequeño del espacio de-
be ser pequeña. Sin embargo, conforme el radio crece, el volumen esférico que barre
la función de onda esféricamente simétrica crece cada vez más y uno esperaría un in-
cremento en la probabilidad de que el electrón se localice a mayores distancias del
núcleo.
En lugar de considerar la probabilidad del electrón a lo largo de una recta a partir
del núcleo, consideremos la probabilidad del electrón en una superficie esférica en
torno al núcleo, suponiendo que cada superficie esférica crece cada vez más. Matemá-
ticamente, la superficie esférica corresponde no a |l?|2 sino a ^r2^2. La figura 11.19
muestra un gráfica de 471^1 R\2 en función de r para ^ls. La probabilidad comienza en
0 1 2 3 4 5 cero (una consecuencia de volumen cero en el núcleo), llega a un máximo y entonces
Distancia a partir del núcleo (Á)
se reduce a cero conforme el radio crece cada vez más y tiende al infinito. La mecá-
Figura 11.19 Gráfica de ^r2^2 para nica cuántica muestra que un electrón no está a una distancia específica desde el nú-
'í/>1 en función de la distancia a partir del cleo. Más bien, el electrón puede localizarse en todo el intervalo de distancias con
núcleo. El término ^r2 toma en cuenta la
simetría esférica de la función de onda Is
diferentes probabilidades. Pero tiene una distancia más probable. Se puede demostrar
en torno al núcleo. Si observamos la pro- matemáticamente que el valor de la distancia más probable r es:
babilidad de existencia en capas esféricas
en lugar de una recta que parte del núcleo, (11.68)
obtenemos una descripción más real del
comportamiento esperado de un electrón
en un átomo de hidrógeno. (11.69)
11.11 Funciones de onda del átomo de hidrógeno 361
Ejemplo IT.24
a) ¿Cuál es la probabilidad de que un electrón en el orbital ^ls del hidrógeno se en-
cuentre dentro de un radio de 2.00 A a partir del núcleo?
b) Calcule una probabilidad similar, pero ahora en el caso de un electrón dentro de
0.250 A de un núcleo de Be3+.
Solución
a) En el caso de una función de onda normalizada, la probabilidad P es igual a
donde a y b son los límites del espacio en cuestión. En el caso del átomo de hidró-
geno, se convierte en una expresión en tres dimensiones:
Este ejemplo muestra que el electrón tiene una probabilidad de 98.1% de localizar-
se dentro de una esfera de 2.00 A, aproximadamente 4 radios de Bohr, centrada en
el núcleo. Quizá el lector desee comparar este resultado con la figura 11.19, donde
la probabilidad total se encuentra representada por el área bajo la curva. Finalmen-
te, observe que esto implica una posibilidad de 1.9% de que el electrón se encuen-
tre a distancias mayores de 2.00 A respecto al núcleo.
362 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
b) En el caso del núcleo del Be3+, la solución del problema sigue la misma línea de
razonamiento aunque ahora la carga nuclear del átomo de berilio debe incluirse ex-
plícitamente. Para ¿ = 4, las integrales que se evalúan son:
de la cual se obtiene
Esperábamos este resultado, ya que la mayor carga nuclear empuja más al único
electrón hacia el núcleo. Por consiguiente, en el núcleo del Be3+ existe una probabi-
lidad de 72+% de encontrar al electrón ^l5 dentro de 0.250 A.
La figura 11.20 muestra las gráficas de la probabilidad radial para ^2p ^2p> ^3s>
^3p, W3d,... En el caso de cada función de onda con números cuánticos n y €, hay
n — € — 1 puntos a lo largo de un radio esférico en los que la probabilidad de loca-
lizar al electrón es exactamente cero. Estos puntos son nodos. En particular, se trata
de nodos radiales, ya que consideramos la probabilidad total del electrón en una capa
esférica en cada valor del radio.
Aunque las subcapas s son esféricamente simétricas, las subcapas individuales p, d>
f y . . . no lo son y tienen una dependencia angular. Existen diversas formas de repre-
sentar la dependencia angular de las subcapas. Una forma común consiste en trazar
un diagrama en el que la probabilidad de encontar al electrón sea de 90%. Lo más fá-
cil es utilizar la forma real de las funciones de onda para ejemplificar este comporta-
miento. La figura 11.21 muestra las superficies límite de 90% de probabilidad de las
subcapas reales (es decir, no imaginarias) p y d del hidrógeno. Estas distribuciones
angulares de las subcapas dan la forma bicircular y de roseta a los orbitales p y d.
Hay varias observaciones que hacer sobre estos diagramas. Primero, en el caso de
cada orbital, se emplean diferentes ejes para trazar el diagrama, lo cual significa que
lo orbitales apuntan en diferentes direcciones del espacio, aunque se asemejen mucho.
Cada sección de los diagramas se indica con un signo, más o menos, para señalar el
signo de la función de onda en esa región. Enseguida, para cada orbital p hay un pla-
no tangente a la probabilidad total del electrón. Como ejemplo, en el caso del orbital
pz, el plano xy es el plano de probabilidad cero del electrón. En el caso del orbital p^
el plano yz posee una probabilidad cero para el electrón. En el caso de los orbitales d,
hay dos planos en los que la probabilidad del electrón es cero. Éstos constituyen ejem-
plos de nodos angulares (también denominados planos nodales o superficies noda-
les). La figura 11.22 muestra algunos nodos angulares de los orbitales p y d. En el caso
del orbital á^ la superficie nodal consiste en un cono de dos dimensiones. Para el nú-
mero cuántico €, habrá € nodos angulares. Si combinamos los nodos angulares con
los nodos radiales, habrá un total de n -1 nodos (radiales y angulares) para cualquier
función de onda ^„ €.
11.11 Funciones de onda del átomo de hidrógeno 363
Figura 11.20 Gráficas de 4irr2|JR|2 en función de la distancia para otras funciones de onda del átomo
de hidrógeno, según se indica. Existe una relación sencilla entre los números cuánticos y el número de
nodos radiales.
364 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
Figura 11.21 Diagramas límite de 90% para las formas reales de las funciones de onda p y d. Los su-
bíndices específicos en los orbitales p o d dependen de la orientación que el orbital adopte en el espacio
tridimensional.
Figura 11.22 Planos nodales para los orbitales p y d. Cada orbital p tiene un plano nodal. Cada or-
bital d tiene dos planos nodales. En el caso del orbital d¿, los planos nodales se representan mediante una
sola superficie cónica.
11.12 Resumen 365
Ejemplo 11.25
a) ¿Cuál es el valor promedio del momentum angular total de W3p, en el caso del
átomo de hidrógeno?
b) ¿Existe una forma más fácil de determinar este valor?
Solución
a) El cuadrado del momentum angular total está definido, así que supondremos que
el momentum angular promedio equivale a la raíz cuadrada del momentum angu-
lar al cuadrado. Por consiguiente, necesitamos encontrar
Para conseguir esto, necesitamos determinar el valor promedio (I2), lo que se logra
mediante la siguiente expresión:
Parecería a primera vista que tenemos que aplicar las formas largas y completas de
ty3p y de 12; no obstante, no lo haremos. Puesto que ^3p es una eigenfimción de 12
podemos sustituir el eigenvalor por el operador en la integral anterior. Ya que el
eigenvalor es €(€ + l)ft 2 , la integral anterior se convierte en
donde las constantes se multiplican con las funciones de onda en lugar de aplicar
una operación de cambio de función. Los factores constantes se sacan de la integral
de tal manera que la expresión se transforma en
11.12 Resumen
Con la solución del átomo de hidrógeno, se completa la lista de sistemas que por aho-
ra se pueden resolver analíticamente. La teoría cuántica de Planck de la luz describía
la radiación del cuerpo negro y ahora la sencillez del espectro del hidrógeno (y de
iones como los del hidrógeno) se explica adecuadamente gracias a la mecánica cuán-
tica. En el siguiente capítulo veremos que si bien no es inmediata una explicación
analítica exacta del comportamiento de los electrones en átomos más grandes, la me-
cánica cuántica proporciona las herramientas para obtener una solución numérica de
366 C A P Í T U L O 11 Mecánica cuántica: sistemas modelo y el átomo de hidrógeno
12.1 Sinopsis
12.2 Espín
12.3 Átomo de helio
12.4 Espín-orbitales
y principio de Pauli
H
12.5 Otros átomos
y el principio de aufbau emos visto que la mecánica cuántica proporciona herramientas para la com-
prensión de algunos sistemas simples, incluyendo al átomo de hidrógeno. Un
12.6 Teoría de la
perturbación
entendimiento del átomo de H es importante en virtud de que se trata de un sistema
real, no de un modelo. La mecánica cuántica demostró que puede describir el átomo
12.7 Teoría de la variación de hidrógeno como lo hace la teoría de Bohr. También describe otros sistemas mode-
12.8 Teoría de la variación lo que tienen aplicaciones en la realidad (recordemos que todos los sistemas modelo
lineal —la partícula en una caja, los rotores rígidos en dos y tres dimensiones, los oscilado-
12.9 Comparación de las res armónicos— podían aplicarse a sistemas reales aun si estos mismos no eran exac-
teorías de la variación tamente ideales). De esta manera, la mecánica cuántica resulta más aplicable que la
y la perturbación teoría de Bohr y puede considerarse "mejor". Concluiremos nuestra formulación de
12.10 Moléculas simples la mecánica cuántica al analizar cómo se aplica a sistemas más complejos: otros áto-
y aproximación de mos e incluso moléculas. Veremos que no es posible encontrar soluciones explícitas y
Born-Oppenheimer analíticas para estos sistemas, pero que la mecánica cuántica proporciona las herra-
12.11 Introducción a la teoría mientas para el entendimiento de estos sistemas.
LCAO-MO
12.12 Propiedades de los 2..11 Sinopsis
orbitales moleculares En este capítulo analizaremos otra propiedad más del electrón, que recibe el nombre
12.13 Orbitales moleculares de espín. El concepto espín tiene consecuencias importantes relativas a la estructu-
de otras moléculas ra de la materia, que no podían ser tomadas en cuenta por los principios de la mecá-
diatómicas nica clásica. Veremos que no es posible obtener una solución exacta y analítica para
12.14 Resumen un átomo tan simple como el helio y, como consecuencia, la ecuación de Schrôdin-
ger no puede resolverse analíticamente para átomos o moléculas más grandes. No
obstante, hay dos herramientas para estudiar sistemas más grandes con cualquier
grado de precisión: la teoría de la perturbación y la teoría de la variación. Cada una
posee sus propias ventajas y ambas se aplican hoy día al estudio de átomos y molécu-
las, así como a sus reacciones.
Finalmente, analizaremos de manera sencilla la forma en que la mecánica cuánti-
ca considera un sistema molecular. Las moléculas pueden volverse muy complicadas.
Sin embargo, podemos aplicarles la mecánica cuántica. Concluiremos el capítulo con
una introducción a los orbitales moleculares y su definición en el caso de una mo-
lécula muy simple, H2+. Pese a su simplicidad, este sistema facilita el camino para
otras moléculas.
370
12.2 Espín 371
12.2 Espín
No mucho antes de que se desarrollara la mecánica cuántica, se hizo una observación
experimental importante. En 1922, Otto Stern y W. Gerlach intentaron medir el mo-
mento magnético del átomo de plata. Hicieron pasar átomos de plata vaporizada a
través de un campo magnético y registraron el patrón que formaba el haz de átomos
después de atravesar el campo magnético. Sorprendentemente, el haz se dividió en
dos partes. La figura 12.1 ilustra el experimento.
Los intentos para explicar este fenómeno en términos de la teoría de Bohr y del
momentum angular cuantizado de los electrones en sus órbitas fracasaron. Final-
mente, en 1925, George Uhlenbeck y Samuel Goudsmit propusieron que este resul-
tado podía explicarse si se suponía que el electrón poseía su propio momentum
angular, que era una propiedad intrínseca del electrón mismo y no consecuencia de
cualquier movimiento del electrón. Con el fin de explicar los resultados experimen-
tales, Uhlenbeck y Goudsmit propusieron que las componentes del momentum
angular intrínseco, denominado momentum angular de espín, poseían valores cuanti-
zados de +\ft o —\fi. (Recordemos que h tiene unidades de momentum angular.)
Desde aquella propuesta, se sabe que los electrones poseen un momentum angu-
lar intrínseco denominado espín. Aunque comúnmente se le compara con el giro de
un trompo, el momentum angular de espín de un electrón no se debe a una rotación
en torno al eje de la partícula. De hecho, sería imposible que determináramos que en
realidad un electrón gira. El espín es una propiedad inherente a la partícula, y se ma-
nifiesta y percibe como si se tratara de un momentum angular; de tal modo, se le con-
sidera como tal para cualquier fin y propósito.
Como en el caso del momentum angular de un electrón en su órbita, hay dos pro-
piedades medibles del espín que pueden observarse simultáneamente: el cuadrado
del espín total y la componente z del espín. Como el espín constituye un momentum
angular, existen ecuaciones de eigenvalores para los observables del espín que son las
mismas que las de L 2 y L¡, excepto que se emplean los operadores S2ySz para indi-
car los observables del espín. También incluiremos los números s y ms para repre-
sentar los valores cuantizados del espín de las partículas. (No confunda 5, el símbolo
Figura 12.1 Diagrama del experimento de Stern-Gerlach. Un haz de átomos de plata pasa por un
campo magnético y se divide en dos haces separados. Este hallazgo se utilizó para proponer la existencia
del espín en el electrón.
372 C A P Í T U L O 12 Átomos y gukgsrmoléculas
del momentum angular del espín, con s, un orbital con € = 0). Las ecuaciones de ei-
genvalores son, por lo tanto,
(12.1)
(12.2)
Los valores de los números cuánticos permitidos s y ms se encuentran más restrin-
gidos que para € y m€. Todos los electrones poseen un valor de s = \. El valor de s, al
final, es una característica del tipo de partícula subatómica, y todos los electrones po-
seen el mismo valor para su número cuántico s. En el caso de los valores posibles de
la componente z del espín, existe una relación similar a la de los valores posibles de m€
y €: ms va de -s a +s en incrementos enteros, por lo que ms puede ser igual a —\ o +\.
Por consiguiente, sólo hay un valor posible de s para los electrones y dos valores po-
sibles para ms.
El espín tampoco posee equivalente clásico. Nada en la mecánica clásica predice o
explica la existencia de una propiedad que denominamos espín. Incluso la mecánica
cuántica, al principio, no suministró alguna justificación del espín. No fue sino has-
ta 1928, cuando Paul A. M. Dirac incorporó la teoría de la relatividad a la ecuación de
Schródinger, que el espín surgió como predicción natural de la mecánica cuántica. La
incorporación de la relatividad en la mecánica cuántica fue uno de los avances cul-
minantes en el desarrollo de la teoría de la mecánica cuántica. Entre otras cosas, con-
dujo a la predicción de la antimateria, cuya existencia confirmó experimentalmente
Carl Anderson (con el descubrimiento del positrón) en 1932.
Ejemplo 12.1
¿Cuál es el valor en J-s del espín de un electrón? Compare esto con el valor del mo-
mentum angular de un electrón en los orbitales s y p de un átomo como el del H?
Solución
El valor del momentum angular de espín de un electrón se determina mediante la
ecuación 12.1. Debemos reconocer que el operador es el cuadrado del espín total y
calcular el valor del espín cuya raíz cuadrada extraeremos. Así,
casi el doble del valor del espín. La magnitud del momentum angular de espín no
es mucho menor que la del momentum angular de un electrón en su órbita. Por
consiguiente, estos efectos no pueden ignorarse.
Ejemplo 12.2
Liste todas las posibles combinaciones de los cuatro números cuánticos para un
electrón en el orbital 2p de un átomo de hidrógeno.
Solución
En forma de tabla, las posibles combinaciones son
Hay un total de seis posibles combinaciones de los cuatro números cuánticos, en es-
te caso.
para un electrón que tiene ms de +\. Una función de onda similar, en términos de (3,
puede escribirse para un electrón con ms = -\.
(12.3)
(12.4)
Esto significa que, en el caso del átomo de helio, la ecuación de Schrôdinger que de-
be resolverse es
(12.5)
(12.6)
Ejemplo 123
Suponga que la función de onda del helio es un producto de dos funciones de onda
como las del hidrógeno (es decir, ignore el término de la repulsión entre los electro-
nes) en la capa cuántica principal n - 1. Determine la energía electrónica del átomo
de helio y compárela con la energía determinada experimentalmente de —1.265 X
10~17 J. (Las energías totales se determinan experimentalmente midiendo la canti-
dad de energía que se requiere para remover todos los electrones del átomo.)
Solución
Usando la ecuación 12.6, el término de repulsión electrónica se desprecia si se su-
pone que la función de onda es el producto de dos funciones de onda como las del
hidrógeno:
donde EHe es la energía del átomo de helio. Como el primer término en el corchete
constituye una función del electrón 1 exclusivamente y el segundo término una
función del electrón 2 exclusivamente, esta ecuación de Schródinger puede separar-
se del mismo modo como se hizo la separación para una partícula en una caja de
dos dimensiones. De acuerdo con esto, podemos descomponer la ecuación de Schró-
dinger anterior en dos partes:
donde EHe = E1 + E2. Estas expresiones son simplemente las ecuaciones de Schrô-
dinger de un electrón para un átomo hidrogenoide en que la carga nuclear es igual
a 2. Se conoce una expresión para el eigenvalor de la energía de dicho sistema. Se-
gún el capítulo anterior, ésta es
para cada energía como la que posee el hidrógeno. En el caso de esta aproximación,
suponemos que el helio es la suma de dos energías como las del hidrógeno. Por lo
tanto,
donde hemos obtenido el término final combinando los dos términos a la izquier-
da. No olvidemos que |x constituye la masa reducida para un electrón que gira en
torno al núcleo de helio y que el número cuántico principal es 1 en ambos térmi-
nos. Si sustituimos los valores de las diversas constantes, junto con el valor de la ma-
sa reducida del sistema electrón-núcleo helio (9.108 X 10~31 kg), obtenemos
12.4 Espín-orbitales y principio de Pauli 377
valor que se encuentra ~37.8% por debajo comparado con el experimento. Si se ig-
nora la repulsión entre los electrones, se llega a un error importante en la energía
total del sistema, por lo que un buen modelo del átomo del He no debe ignorar la
repulsión electron-electron.
(12.7)
(12.8)
(Observe el cambio en los subíndices 1 y 2.) Esta expresión debe reconocerse como
la función de onda original M*(l, 2), sólo que reordenada algebraicamente (demués-
trelo). Sin embargo, con el intercambio de electrones, la segunda función de onda
(ecuación 12.8), se convierte en:
(12.9)
(12.10)
380 C A P Í T U L O 12 Átomos y moléculas
(12.12)
Observemos que, en ambos casos, dos columnas del determinante representan los
mismos espín-orbitales para dos de los tres electrones (la primera y tercera columnas
para el primer determinante, la segunda y tercera columnas para el segundo deter-
minante). Las matemáticas de los determinantes exigen que si dos renglones o co-
lumnas son exactamente los mismos, el valor del determinante es igual a cero. No
podemos tener una función de onda para el Li con tres electrones en la capa Is. En
lugar de esto, el tercer electrón debe estar en una capa diferente. Las siguientes capas
y subcapas son 2s.
Así como hemos estado asignando un conjunto de cuatro números cuánticos a los
electrones en los orbitales hidrogenoides, podemos proceder de igual manera para
los espín-orbitales de átomos multielectrónicos, en los que estamos aproximando or-
bitales hidrogenoides. En el primer renglón de la ecuación 12.11 los dos espín-orbi-
tales pueden representarse mediante el conjunto de cuatro números cuánticos (ny €,
ra€, ms) con valores (1, O, O, \) y (1, O, O, {): los mismos cuatro números cuánticos
(¿puede entender el lector cómo se determinaron estos números a partir de la expre-
sión para el espín-orbital?). En el primer renglón de la ecuación 12.12, los tres espín-
orbitales en el primer caso tienen los conjuntos (1,0,0, ^), (1,0,0, ~) y (1,0,0, ¿): el
primer y tercer espín-orbitales son los mismos. En el segundo caso, para el primer
renglón, los espín-orbitales pueden representarse por medio de los números cuánti-
cos (1,0,0, \)y (1,0,0, -\) y (1,0,0, -{)> en los que el segundo y tercer espín-orbita-
les tienen el mismo conjunto de cuatro números cuánticos. En los tres casos, otros
12.4 Espín-orbitales y principio de Pauli 381
Ejemplo 12.4
Demuestre para cada renglón de los determinantes de Slater relativos al átomo del
Li en la ecuación 12.12, que la función de onda representada por el determinante
viola el principio de exclusión de Pauli.
Solución
Por renglón, el conjunto de cuatro números cuánticos para cada espín-orbital es el
siguiente:
En cada caso, dos de las tres entradas en cada renglón poseen el mismo conjunto de
cuatro números cuánticos y, por ello, el principio de exclusión de Pauli no permite
la función de onda.
Ejemplo 12.5
El tercer electrón en el Li va en el orbital 2s. Suponiendo una constante de (^nor-
malización de 1/V6, construya una función de onda antisimétrica adecuada para el
Li en términos de un determinante de Slater.
Solución
Los renglones representarán a los electrones 1,2 y 3; las columnas, a los espín-orbi-
tales Isa, ls(3 y 2sa o (2s(3). De acuerdo con el determinante planteado anterior-
mente, la función de onda antisimétrica es
Como hay dos posibles funciones de onda para el Li (dependiendo de que el espín-
orbital para la última columna sea 2sa o 2s(í), concluimos que este nivel de energía
se encuentra doblemente degenerado.
Figura 12.4 El efecto de más de un electrón sobre los niveles de energía electrónicos de un átomo. En
el caso de átomos hidrogenoides, todos los niveles de energía con el mismo número cuántico principal n
se encuentran degenerados. Para átomos con más de un electrón, las capas también se separan por el nú-
mero cuántico € (el eje de la energía no está dibujado a escala).
electrones ocupan la subcapa 2s, que puede tener dos electrones si poseen diferentes
funciones de espín. La ocupación de los orbitales en un átomo se lista como una con-
figuración electrónica, y se representa con subíndices para indicar el número de electro-
nes en cada subcapa individual. Se supone que, en el caso de los estados básales, los
espines de los electrones son los apropiados y satisfacen el principio de exclusión de
Pauli. La configuración electrónica para el Be se expresa de la siguiente manera:
Is^s2
Ejemplo 12.6
Las configuraciones electrónicas se abrevian de preferencia cuando se comparan
con la forma más completa del determinante de Slater de la función de onda anti-
simétrica. Compare la configuración electrónica del Be con la forma del determi-
nante de Slater de ty para el Be.
Solución
La configuración electrónica del Be, arriba indicada, es sencillamente 1s2 2s2. De
acuerdo con la regla anterior para construir determinantes de Slater, la >P más com-
pleta es
384 C A P Í T U L O 12 Átomos y moléculas
Conforme consideremos átomos cada vez más grandes, los electrones comienzan
a ocupar los orbitales de la subcapa 2p. Debemos tomar en cuenta el hecho de que,
con tres posibles orbitales p, hay varias formas posibles en que, por ejemplo, dos elec-
trones ocupen los diferentes orbitales p. Un principio conocido como regla de Hund
indica que los electrones ocupan cada orbital degenerado uno a la vez antes de que
en los orbitales se apareen dos electrones de espín opuesto. (La regla fue enunciada
por Friedrich Hund en 1925, después de un estudio detallado de los espectros atómi-
cos.) En la ausencia de cualquier otra influencia, los orbitales aún se encuentran de-
generados, por lo que hasta este punto no hay preferencia respecto a qué orbitales p
se ocupen con un electrón a la vez o con dos. Por lo tanto, una configuración electró-
nica específica para el estado basal del boro puede expresarse de la siguiente manera:
Is2 2s2 2p\y y una configuración electrónica específica para el estado basal del carbo-
no puede ser Is2 2s2 2pl 2py. Si se aplica la regla de Hund, es posible abreviar una con-
figuración electrónica más general del C de la siguiente manera: Is2 2s2 2p2.
Ejemplo 12.7
Liste otras dos configuraciones electrónicas aceptables para el estado basal del B y
C. Proporcione una configuración electrónica no aceptable del estado basai para
elC.
Solución
Puesto que no importa qué orbitales p se empleen, el estado basal del B también
puede expresarse como Is2 2s2 2ply o Is2 2s2 2plz En el caso del C, las otras configu-
raciones electrónicas aceptables son Is2 2s2 2py 2p¡ o Is2 2s2 2plx 2p¡. Ambas pueden
abreviarse como Is2 2s2 2p2. Una configuración electrónica del estado basal no acep-
table podría ser Is2 2s2 2p2, ya que en ésta los electrones se aparean en un solo orbi-
tal p en lugar de distribuirse entre los orbitales p degenerados, como lo requiere la
regla de Hund.
La ocupación de los espín-orbitales ha adoptado hasta ahora el orden Is, 2s, 2p.
Conforme consideremos las configuraciones electrónicas de átomos más grandes, los
electrones continúan ocupando orbitales pasando por 3s y 3p. Ahora bien, en el po-
tasio (Z = 19), en lugar de llenarse el orbital 3d, primero se ocupa el orbital 4s. Sólo
después de que un segundo electrón ocupa el orbital 4s (calcio), la subcapa 3d co-
mienza a ocuparse con electrones.
¿Por qué? La respuesta simple consiste en que el orbital 4s es de menor energía que
el orbital 3d. Como las energías de los orbitales en átomos multielectrónicos se deter-
minan mediante el número cuántico €, así como con el número cuántico n, en este
punto la energía £45 es menor que la energía E3d. En realidad, este argumento es in-
exacto. La razón de que se ocupe el orbital 4s radica en que la energía total del átomo
es menor de lo que sería si el electrón ocupara un orbital 3d.
A primera vista, este hecho parece peculiar. Si el orbital 3d tuviera energía más ba-
ja, ¿por qué no debe ser ocupado primero por un electrón? Si se tratara de un átomo
hidrogenoide, con un solo electrón, entonces la energía absoluta del orbital sería el
único factor que determinaría el orden de la ocupación del orbital. No obstante, en
12.5 Otros átomos y el principio de aufbau 385
Figura 12.5 Gráficas de 47rr2|#|2 para las funciones de onda 3d y 4s. Observe que las gráficas tienen
el mismo eje x y que el electrón 45 tiene cierta probabilidad de encontrarse cerca del núcleo. En el caso de
los átomos multielectrónicos, la penetración del electrón 4s combinada con el efecto pantalla de los otros
electrones contribuyen para que el 4s se convierta en el próximo orbital que ocuparán los electrones, en
lugar del orbital 3d.
los átomos multielectrónicos hay otro factor. No sólo la energía absoluta del orbital
constituye un factor, sino la magnitud con que un electrón en dicho orbital interac-
túa con los demás electrones y con el núcleo, lo cual constituye además un criterio pa-
ra determinar la energía total de un átomo.
Para ilustrar esta cuestión, la figura 12.5 muestra las probabilidades de las funcio-
nes radiales en capas esféricamente simétricas alrededor del núcleo (es decir, 4ir^|JRp
en función de r) para las funciones de onda hidrogenoides 3d y 4s en la misma esca-
la. Ambas funciones de onda muestran máximos a diversos angstroms del núcleo.1
Sin embargo, observe que el orbital 45 posee tres máximos relativos antes de su
máximo absoluto y que varios de estos máximos indican que un electrón en un orbi-
tal 4s cuenta con una considerable probabilidad de encontrarse más cerca del núcleo
que un electrón en un orbital 3d. Se dice que un electrón en un orbital 4s penetra al
interior del núcleo. La penetración creciente del electrón 4s cargado negativamente
hacia el núcleo cargado positivamente significa una estabilización de energía adicio-
nal del sistema como un todo y, como resultado, el último electrón en el K ocupa el
orbital 4s. Esto permite que todo el átomo de K cuente con energía total más baja. Y,
aunque cierta energía de repulsión anule parte de la energía ganada, el último elec-
trón del Ca, el átomo próximo más grande, ocupa también un orbital 4s en lugar de
un orbital 3d, apareándose con el primer electrón en el orbital 4s. (Sin embargo, hay
excepciones, como lo demostrará un repaso de las configuraciones electrónicas.) Só-
lo con la introducción de otro electrón, en el caso de un átomo de escandio, el elec-
trón ocupa un orbital 3d en lugar de un orbital 4p.
Esta construcción de las configuraciones electrónicas por medio de la ocupación
de electrones en orbitales recibe el nombre de principio de aufbau (el nombre del
principio proviene de la palabra alemana aufbauen, que significa "construir hacia
arriba"). Aunque parecería en este momento que existe poca regularidad en la cons-
trucción de las configuraciones electrónicas de átomos más grandes, hay cierto gra-
do de consistencia. Por ejemplo, la forma de la tabla periódica se rige por el llenado de
los orbitales con electrones. El número de electrones de valencia casi nunca pasa de 8,
como consecuencia de la regularidad eventual en la ocupación de los orbitales. Exis-
ten diversos recursos mnemotécnicos aplicados para recordar el orden en que se lle-
nan los orbitales con electrones. Quizá el más común es el de la figura 12.6. Este
1
En realidad, en un átomo multielectrónico los máximos se encontrarían más lejos como con-
secuencia de un efecto de pantalla sobre el núcleo provocado por los electrones que ocupan las ca-
pas internas.
386 C A P Í T U L O 12 Átomos y moléculas
(En este caso hay dos hamiltonianos hidrogenoides a consecuencia de que hay dos
electrones. A pesar de esta reformulación, la ecuación de Schrôdinger para el He no
ha cambiado en realidad y es aún analíticamente irresoluble.) Cualquier cantidad de
perturbaciones aditivas pueden combinarse con un hamiltoniano ideal. Por supues-
to, resulta más fácil mantener el número de términos en el hamiltoniano lo más pe-
queño posible. Es común encontrar un compromiso entre el número de términos y
la exactitud de la solución de la ecuación de Schrôdinger.
Si suponemos que la función de onda >P del sistema real es similar a la función de
onda del sistema ideal, representado por ^(0), entonces podemos decir que, aproxi-
madamente,
(12.15)
donde £sistema constituye el valor propio para la energía del sistema real. Durante el
curso de muchas observaciones se determina finalmente un valor promedio de la
energía observable, {£}. Si aplicamos uno de los postulados de la mecánica cuántica,
(E) puede aproximarse por la expresión
(12.16)
(12.17)
12.6 Teoría de la perturbación 389
donde (E(0)) es la energía promedio del sistema ideal o modelo (es decir, usualmente
un eigenvalor de la energía) y (£(1)) es la corrección déprimer orden de la energía. Por
consiguiente, la primera aproximación a la energía del sistema real es igual a la ener-
gía ideal, más cierta cantidad adicional dada por / C9^)*H"9(Q) di. Si es factible
evaluar o aproximar esta integral, entonces se puede determinar una corrección a la
energía. Lo que la ecuación 12.17 significa es que, cuando expresamos un hamiltonia-
no como un operador ideal perturbado, la energía —el observable asociado con el
hamiltoniano— también se encuentra perturbada respecto al operador ideal.
Ejemplo 12.8
¿Cuál es la corrección para la energía del átomo de helio, suponiendo que la pertur-
bación puede aproximarse como una repulsión coulombiana de los dos electrones?
Solución
De acuerdo con la ecuación 12.17, la perturbación es
Si es posible encontrar una forma de evaluar esta integral, podrá aproximarse una
corrección para la energía total —y, por consiguiente, una aproximación de la teo-
ría de la perturbación a la energía del átomo del He.
Ejemplo 12,9
En una partícula en una caja con una longitud a, la energía potencial en la caja es
una función lineal de la posición, en lugar de ser igual a cero. Es decir,
390 C A P Í T U L O 12 Átomos y moléculas
b) Ésta no es una energía exacta para un sistema en virtud de que las funciones de
onda empleadas para determinar las energías correspondían a las funciones de on-
da de una partícula en una caja, no a las funciones de onda de una caja con fondo
inclinado. De esta manera, aunque la integral para la energía de perturbación pue-
da resolverse analíticamente, no corrige la energía hasta el valor exacto de la energía
real, ya que no empleamos las funciones de onda propias del sistema definido (ni
empleamos el operador hamiltoniano completo del sistema definido). La teoría de
la perturbación de orden superior, que no analizaremos en este texto, puede permi-
tir una mejor aproximación a la función de onda exacta y a los eigenvalores de la
energía de este sistema.
(12.18)
En este momento debería entenderse que no sólo existe una función de onda pa-
ra un sistema modelo. Hay una gran cantidad. Muchas veces existe un número infi-
nito de funciones de onda, cada una con sus propios números cuánticos. La ecuación
12.18 puede reformularse para apreciar que muchas de las funciones de onda son di-
ferentes y deben identificarse. Por ejemplo, si empleamos la letra n (no se confunda
con el número cuántico):
(12.
Todo el grupo de funciones de onda para un sistema modelo se considera un conjunto
completo de eigenfunciones. En el caso de un sistema modelo, las funciones de onda in-
dividuales son ortogonales, hecho que será de gran importancia más tarde. Esta situa-
ción es análoga a las coordenadas x, y y z que definen el espacio tridimensional: el
conjunto (x, y> z) representa un conjunto completo de "funciones" que se emplea para
definir cualquier punto en el espacio. Cualquier punto en el espacio tridimensional
puede describirse como una combinación adecuada de los vectores unitarios x,yyz.2
De igual manera, es posible emplear el conjunto completo de funciones de onda
para definir el "espacio" completo de un sistema. La función de onda verdadera para
un sistema real, es decir, que no es modelo, se puede expresar en términos del con-
junto completo de funciones de onda ideales, así como cualquier punto en el espacio
se expresa en términos de xy y y z. Aplicando la teoría de la perturbación de primer or-
den, cualquier función de onda real ^n>real puede expresarse como una función de on-
da ideal, más una suma de contribuciones del conjunto completo de funciones de
onda ideales *10):
(12.20)
donde am representa el coeficiente que multiplica a cada ^0) ideal; éstos reciben el
nombre de coeficientes del desarrollo. Cada función de onda real ^nyl^ posee un con-
junto único y diferente de coeficientes de desarrollo que la definen en términos de las
eigenfunciones ideales. Una suma como la de la ecuación 12.20 recibe el nombre de
combinación lineal, ya que combina las funciones de onda ideales, que se supone se
encuentran elevadas a la primera potencia (lo cual define una relación de tipo lineal).
Aunque el proceso resulta tedioso, algebraicamente se determinan de manera di-
recta los coeficientes del desarrollo para la corrección enésima de la función de on-
da real, ^n)Ka\. Recordemos que cada M/^eai se aproxima al principio mediante una
\P^0) ideal. El m-ésimo coeficiente de desarrollo am para la enésima perturbación de
la función de onda real ^rt>real puede definirse en términos del operador de perturba-
ción H ', de las m-ésima y enésima funciones de onda ideales, ^0) y ^0), así como
de las energías En y Em de las funciones de onda ideales. Específicamente,
(12.2.1
2
Los vectores unitarios en las direcciones xy y y z se representan mediante i, j y k, respectivamen-
te, de tal manera que cualquier punto en el espacio tridimensional puede representarse mediante
xi + yj + zk.
392 C A P Í T U L O 12 Átomos y moléculas
De acuerdo con la ecuación 12.21, la n-ésima función de onda real M/1^,»,! se expre-
sa como
(12.22)
El cuarto término del desarrollo, W4¿deí¿, posee un coeficiente de desarrollo muy pe-
queño. Esto sugiere que la integral en el numerador de a4 es muy pequeña o que el
denominador de a4 es muy grande (o ambos casos). De cualquier forma, se pierde un
poco de la aproximación si se hace caso omiso de dicho término:
Ejemplo 12.10
Como consecuencia de diferencias en la electronegatividad, el electrón p en un en-
lace entre dos átomos diferentes (digamos, en el ion de C=N~) no actúa exacta-
mente como una partícula en una caja plana, sino como una partícula en una caja
que posee energía potencial ligeramente más alta en uno de los lados. Suponga, en
ese caso, una perturbación de H' = be para el estado basal M^ de un sistema forma-
do por una partícula en una caja.
a) Elabore un diagrama del sistema perturbado.
b) Suponiendo que la única corrección de la función de onda del estado basal real
sea la segunda función de onda de la partícula en una caja '92> calcule el coeficien-
te 02 7 determine la función de onda corregida de primer orden.
12.6 Teoría de la perturbación 393
Solución
a) El sistema se representa de la siguiente manera:
donde PIAB (por sus siglas en inglés) representa la partícula en una caja. Se conocen
las funciones de onda y las energías para la partícula en una caja, por lo que todo lo
que necesitamos hacer es sustituir las funciones de onda y las energías
Un análisis más completo incluye las contribuciones de ^3, ^4, etc., aunque éstas se
tornan cada vez menos importantes conforme crece la diferencia entre las energías
ideales. Finalmente, recordemos que a2 para ^2,reai (° cualquier otra ¥ real) será di-
ferente de a2 calculada antes para ^lireai-
Si <|> es igual a ^verdaderaen elcaso del estado basai, entonces la ecuación 12.23 consti-
tuye una igualdad. Si <|> no es exactamente\à función de onda del estado basal, la ecua-
ción 12.23 constituye una desigualdad y la energía que genera la integral siempre es
mayor que la verdadera energía del estado basal del sistema. Por lo tanto, cuanto me-
nor sea la energía predicha, tanto más próxima se encontrará a la verdadera energía
del estado basai y representará un mejor valor propio de la energía. La prueba de la
teoría de la variación se deja como ejercicio al final del capítulo. En el caso de una
función de onda no normalizada, la ecuación 12.23 se expresa como
(12.24)
guaje del cálculo, si la energía constituye una expresión en términos de una sola va-
riable £(0), entonces la mínima energía ocurre cuando la pendiente de una gráfica de
E en función de a es cero:4
Esta energía mínima es la "mejor" energía que puede generar esta función de onda de
prueba. Cuando hay variables múltiples en la función de onda de prueba, entonces el
mínimo absoluto respecto a todas las variables consideradas simultáneamente es la
mínima energía que genera dicha función. Aunque la teoría de la variación suminis-
tra expresiones más complejas para las energías de estados excitados, las expresiones
anteriores, relativamente simples, se cumplen sólo en el estado basai de un sistema.
Las funciones de onda de prueba pueden contar con cualquier número de pará-
metros variables, limitado principalmente por la eficiencia al determinar la energía
mínima. La teoría de la variación se ilustra mejor con un ejemplo. Comenzaremos
empleando una función de onda de prueba sin parámetros para demostrar que se
cumple la ecuación 12.23. En el caso de la partícula en una caja de longitud a, supon-
gamos que, en lugar de una función seno, la función de onda del estado fundamen-
tal es una parábola que abre hacia abajo en el centro de la caja, a/2:
La figura 12.8 muestra esta función de onda de prueba. Como podemos ver, satisfa-
ce todos los requisitos de una función de onda para un sistema formado por una par-
tícula en una caja: es univaluada, continua, integrable y se aproxima a cero en las
fronteras o límites. Para calcular la energía de esta función de onda de prueba nece-
sitamos evaluar
x= O a
Figura 12.8 Funciones de onda de donde el hamiltoniano de la partícula en una caja es — (fi2/2m)(d2/cb<2). La segunda
prueba para un análisis de la teoría de la va- derivada de la función de onda de prueba es —2, lo cual reduce la integral a
riación del estado basal de la partícula en
una caja. La línea sólida es la función de on-
da parabólica de prueba y la línea punteada
la verdadera función de onda.
La expresión dentro de la integral puede integrarse y después evaluarse entre los lí-
mites O y a, con lo que se obtiene
Esta expresión es comparable con la energía verdadera para el estado basai de la par-
tícula en una caja de /z^Smo2, lo cual representa una diferencia de 1.32%. La energía
aproximada es más grande que la energía real por 1.32%.
4
Las energías máximas también satisfacen este criterio, por lo que es importante verificar que la
energía determinada de esta manera sea mínima, no máxima.
396 C A P Í T U L O 12 Átomos y moléculas
El ejemplo 12.11 muestra cómo funciona la teoría de la variación con una varia-
ble que permite minimizar la energía de un sistema. Esta teoría recurre a la idea de
que, en un átomo multielectrónico, los electrones quizá no experimenten toda la car-
ga nuclear a consecuencia de la presencia de los otros electrones. Este concepto reci-
be el nombre de pantalla y también ilustra la necesidad de aproximarse a una
mecánica cuántica de más alto nivel: la necesidad de contar con la capacidad pa-
ra evaluar muchos tipos de integrales. Una buena tabla de integrales y la habilidad
para calcularlas por métodos numéricos resultan muy útiles al evaluar matemática-
mente incluso problemas sencillos de mecánica cuántica.
Ejemplo 12.11
En el átomo de helio, suponga que cada electrón no experimenta toda la carga nu-
clear +2, sino que, como consecuencia del efecto pantalla del otro electrón, experi-
menta una carga nuclear efectiva de Z'. Utilice 7! como variable en la forma del
orbital 1s hidrogenoide para obtener la energía promedio mínima del helio.
Solución
Utilizando los orbitales Is hidrogenoides como funciones de onda de prueba, la 4>
de los dos electrones es
Es posible reordenar los términos y calcular la energía promedio. Puesto que es-
tamos suponiendo un sistema de un electrón en los primeros dos términos entre
paréntesis, podemos emplear los eigenvalores de la energía del átomo de hidrógeno.
Así,
donde la expresión -e4^/Se2Qh se ha sacado como factor común de todos los tér-
minos de la expresión. Con el fin de que la energía sea mínima respecto a Z', debe-
mos calcular el valor de Z' de modo que
La única parte de (E) que depende de Z' es la parte entre paréntesis, así que la ener-
gía puede minimizarse determinando cuándo los términos entre paréntesis son
iguales a cero. De esta manera,
que da como resultado Z' = 2 - ^. Por consiguiente, la carga nuclear promedio que
"siente" cada electrón en el He, de acuerdo con este modelo, es ~, o un poco menos
que 2. Ahora que hemos calculado la carga nuclear efectiva, la energía puede eva-
luarse sustituyendo todas las constantes y Z'. De esta manera encontramos que
(12.26)
El resultado constituye una forma de determinar no sólo la energía, sino también los
coeficientes. Esta poderosa aplicación de la teoría de la variación se denomina teoría
de la variación lineal.
A continuación se ilustra esta forma de la teoría de la variación mediante un ejem-
plo. Aunque se puede aplicar la misma idea a una función de onda de prueba, que tie-
ne cualquier cantidad de términos, un examen sencillo involucra la utilización de una
combinación lineal de dos términos para la función de onda de prueba:
En este ejemplo, el conjunto base {9j} se compone de dos funciones base ^ y ^2-
Esta forma de la función de prueba puede sustituirse en la ecuación 12.24 y desarro-
llarse en varios términos, sin olvidar que el orden de las funciones base es importan-
te como consecuencia de la operación conjugada compleja:
(12.27)
(12.28)
(12.29)
(12.30)
Así, obtenemos dos ecuaciones en términos de los coeficientes cfl>1 y cfl>2, <lue también
incluyen como parte de ellos a las integrales de energía Hn, Hn (que es igual a H21)
y H22> así como las integrales de traslape Su, S12 (que equivale a S21) y S22. Para que
ambas derivadas sean cero, cada una de las ecuaciones 12.30 debe satisfacerse al mis-
mo tiempo. Es necesario resolver estas dos ecuaciones simultáneas. Debemos recono-
cer que tendríamos más ecuaciones por resolver simultáneamente si nuestro ejemplo
incluyera más términos y, por lo tanto, más constantes cí;.
Para un conjunto de ecuaciones simultáneas que son todas iguales a cero (como
las ecuaciones 12.30), existen técnicas matemáticas para hallar las soluciones. El álge-
bra lineal permite dos posibilidades. La primera consiste en que todas las constantes,
en este caso ca>l y c fl2 , sean iguales a cero. Aunque esta posibilidad satisfaría las ecua-
ciones 12.30, proporciona una solución inútil o trivial (W = 0: una función de onda
que antes ha sido rechazada por su inutilidad). La otra posibilidad puede definirse en
términos de los coeficientes de las cde la ecuación 12.30, en que las expresiones inclu-
yen las H y S. El álgebra lineal permite una solución no trivial de las ecuaciones si-
multáneas 12.30, si el determinante formado con las expresiones de los coeficientes
de las ecuaciones 12.30 es igual a cero:
(12.31)
(12.32)
donde E es la incógnita. (Recordemos que H{j y S¿¿ son las integrales de la energía y de
traslape en términos de las funciones base. Debe ser posible calcular los valores de es-
tas integrales.) Al evaluar este determinante obtendremos un polinomio de orden ny
400 C A P Í T U L O 12 Átomos y moléculas
en el que la potencia más alta de E será En. El polinomio tendrá n soluciones de E (al-
gunas de las cuales pueden ser las mismas, lo cual indica funciones de onda degene-
radas). El valor más bajo de E es nuestra energía calculada del estado basal. Aunque
el enfoque ha cambiado bruscamente del cálculo de los coeficientes a la determina-
ción de la energía, debemos recordar que es en la energía del sistema en la cual esta-
mos más interesados.
Si tenemos las energías podemos calcular los coeficientes c¿;-. En el ejemplo relacio-
nado con una función de ensayo de dos términos, obtendremos dos energías El y E¿
la más baja de las dos corresponde al estado de energía más baja. Si utilizamos las
ecuaciones simultáneas 12.30 es fácil ver que los dos coeficientes pueden expresarse
en forma de razón:
(12.33)
(12.34)
Es decir, la suma de los cuadrados de los coeficientes debe ser igual a 1. Después de
determinar los coeficientes ca>1 y ca¿ se completa el cálculo para la función de onda del
estado basai de este ejemplo. También obtenemos la energía aproximada y la función
de onda para el primer estado excitado. (En general, cuando utilizamos n funcio-
nes de onda ideales determinamos n combinaciones lineales para los primeros n ni-
veles de energía de un sistema aproximado.) Estas determinaciones —la energía y la
función de onda del estado basal— son los objetivos de la teoría de la variación lineal.
Si las funciones base mismas son ortogonales entre sí, entonces las funciones de
onda de prueba determinadas mediante la teoría de la variación también son ortogo-
nales entre sí. Como cada función de onda de prueba se expresa en términos de una
combinación lineal de otras funciones y son las integrales de estas otras funciones las
que deben evaluarse al resolver el determinante secular, resulta prudente elegir di-
chas funciones base de tal manera que sus integrales se evalúen con facilidad y, de es-
ta manera, sea posible encontrar los determinantes y coeficientes de cualquier sistema
real. Esta idea es el impulso principal de los cálculos actuales de la mecánica cuánti-
ca, los que se llevan a cabo principalmente en computadora (la cual puede progra-
marse para que ejecute varios cálculos algebraicos lineales con una función de prueba
preestablecida).
Ejemplo 12.12
Suponga que, para un sistema real, una función de onda real es una combinación li-
neal de dos funciones base ortonormales, donde las integrales de la energía son las
siguientes: Hn = —15 (unidades de energía arbitrarias), H22 = —4 y H12 = H21 =
-1. Evalúe las energías aproximadas del sistema real y calcule los coeficientes del
desarrollo:
12.8 Teoría de la variación lineal 401
Solución
De acuerdo con la ecuación 12.31, la solución no trivial de las ecuaciones simultá-
neas obtenidas minimizando la energía estará dada por:
y, consecuentemente,
La figura 12.9 muestra una representación de las energías de las funciones base ini-
ciales comparadas con las energías aproximadas para la combinación lineal deter-
minada en el ejemplo 12.12. El proceso de tomar combinaciones lineales de funciones
CD
de onda ideales a veces recibe el nombre de mezcla de funciones de onda. Observe que
ha ocurrido un cambio pequeño en la energía al combinarse las dos funciones ba-
se para dar como resultado una función de onda aproximada para un sistema real. En
este caso, los niveles de energía se separan más cuando pasan del sistema ideal al sis-
Figura 12.9 Representación del cam- tema real aproximado por la combinación lineal de las funciones de onda ideales. En
bio en los valores de energía cuando se todos los casos de mezcla de dos funciones base las energías se dispersan más. Cuanto
mezclan las funciones de onda. Las ener- más cercanos en energía se encuentren los niveles ideales, tanto más se apartarán las
gías de la función de onda aisladas, Hn y
H22 se localizan a la izquierda, y los valores energías. La figura 12.10 ilustra cualitativamente cómo las funciones base que casi
calculados para las energías de la función son degeneradas se mezclan y dan como resultado funciones de onda aproxima-
de onda mezcladas, EI y E^ están a la dere- das, que ahora se encuentran relativamente lejos una de otra en lo que se refiere a
cha. La energía ideal más baja se ha reduci- energía. Sin embargo, no cambia la suma de las energías de los dos niveles —ideal y
do ligeramente, mientras que aumenta la aproximado— (esto es cierto sólo si las funciones base mismas son ortogonales; de
energía ideal más alta.
otra manera, éste no es el caso).
Los ejemplos de los dos niveles son relativamente directos. En la mecánica cuánti-
ca computacional moderna, docenas e incluso cientos de niveles se calculan aplican-
do medios similares a los descritos, aunque más complejos.
de onda total, por lo que la función de onda completa es la suma de muchas partes sim-
ples. Las computadoras también resultan de utilidad en la teoría de la perturbación, es-
pecialmente cuando se vuelve muy grande el número de perturbaciones incluidas en
un cálculo. Sin embargo, ya que muchas perturbaciones se eligen como consecuencia
de que se entiende su comportamiento matemático, los cálculos a mano de las energías
perturbadas no son de por sí difíciles.
Los investigadores de cálculos de la mecánica cuántica deben entender las limita-
ciones y virtudes de cada método. Normalmente, el método empleado proporciona
la información que determinado investigador desea conocer de un sistema real. Si se
prefiere un hamiltoniano y una función de onda bien definidos, la teoría de la per-
turbación los proporciona. Si la energía absoluta es importante, la teoría de la va-
riación proporciona una forma de obtener los mejores resultados. El costo de los
cálculos también constituye un factor. Quienes tienen acceso a supercomputadoras
pueden trabajar con una gran cantidad de ecuaciones en relativamente poco tiempo.
Quienes carezcan de esta herramienta quizá se vean obligados a llevar a cabo un pe-
queño número de correcciones de las funciones de onda ideales.
Un aspecto que es importante entender con relación a estas teorías consiste en que,
cuando se aplican adecuadamente, se les puede utilizar para estudiar cualquier siste-
ma atómico o molecular. Si se utilizan más y más términos en un estudio de la teoría
de la perturbación, o más y mejores funciones de prueba en la teoría de la variación,
se pueden hacer cálculos de aproximación que den resultados prácticamente exac-
tos. Así, aunque la ecuación de Schródinger no puede resolverse analíticamente para
sistemas multielectrónicos, se pueden resolver numéricamente aplicando estas técni-
cas. La falta de soluciones analíticas no significa que la mecánica cuántica sea erró-
nea, incorrecta o incompleta; simplemente significa que las soluciones analíticas no
están disponibles. La mecánica cuántica proporciona herramientas para entender cual-
quier sistema atómico o molecular y, por consiguiente, sustituye a la mecánica clási-
ca como forma de describir adecuadamente el comportamiento del electrón.
(12.35)
donde V2 es la segunda derivada en el espacio tridimensional para cada una de las tres
partículas (V 2 1 se refiere al primer protón, V2pa se refiere al segundo protón y V 2 al
electrón). Los primeros dos términos de la energía potencial (el cuarto y quinto tér-
minos en la ecuación 12.35) corresponden al potencial de atracción entre el electrón
y el protón 1 y el protón 2, respectivamente (de ahí los signos negativos), y el térmi-
no final es el potencial de repulsión entre los dos núcleos (de ahí el signo positivo).
mp y me representan las masas del protón y del electrón. Las distancias rly r2 y jR se de-
finen en la figura 12.11.
Como se esperaría, no hay funciones de onda analíticas conocidas que constituyan
eigenfunciones del operador hamiltoniano en la ecuación 12.35. Se requieren algunas
simplificaciones para determinar soluciones aproximadas mediante la teoría de la per-
turbación o de la variación. Una de las complicaciones de este sistema consiste en que
ahora hay dos núcleos y una función de onda adecuada debería explicar no sólo el
comportamiento del electrón, sino el comportamiento de los núcleos. Debe ser claro
que si cambian las posiciones relativas de los núcleos (por ejemplo, durante una vibra-
ción en la que los núcleos se acercan o se alejan alternativamente), entonces el movi-
miento electrónico también cambiará para lograr una compensación. Cualquier
función de onda verdadera para los electrones necesita tomar en cuenta el comporta-
miento nuclear.
Sin embargo, los núcleos son mucho más pesados que los electrones (un protón
Figura 12.12 Max Born (1882-1970). tiene 1836 veces la masa de un electrón), así que puede considerarse que los núcleos se
No sólo desarrolló la interpretación pro- mueven mucho más lentamente que los electrones. De hecho, es posible suponer que
babilística de la función de onda, sino que
inventó una descripción mecánico-cuánti- los núcleos se mueven mucho más lentamente que los electrones, de tal manera que,
ca de las moléculas. para todo efecto y propósito, el movimiento de un electrón puede aproximarse como si
los núcleos estuvieran inmóviles. Aunque los núcleos se encuentran en movimiento, su
movimiento se trata de manera independiente del movimiento de los electrones. Este
principio recibe el nombre de aproximación de Born-Oppenheimer, en honor de Max
Born (figura 12.12) y J. Robert Oppenheimer (figura 12.13). El principio de Born-
Oppenheimer constituye el último fundamento de la mecánica cuántica molecular.
Matemáticamente, la aproximación de Born-Oppenheimer se expresa de la si-
guiente manera:
(12.36)
que indica que la función de onda molecular total es el producto de una función de
onda nuclear y una función de onda electrónica. Este análisis nos recuerda cómo re-
solvimos el movimiento de una partícula en una caja en tres dimensiones y el movi-
miento de rotación en tres dimensiones: por separación de variables. El hamiltoniano
completo para el H2+ puede aproximarse por medio de dos ecuaciones de Schrôdin-
ger separadas. La ecuación de Schrôdinger para la parte electrónica es
(12.37)
Figura 12.13 J. Robert Oppenheimer donde £ es la distancia internuclear y se encuentra fija en determinado valor. Por
(1904-1967). Junto con Born ayudó a de- consiguiente, el último término entre paréntesis representa, para un valor dado de i?,
sarrollar mecánicas cuánticas para apli-
carse a las moléculas. Sin embargo, es más un valor fijo de la energía potencial. La ecuación de Schrôdinger para los núcleos tie-
conocido por dirigir el Proyecto Man- ne la forma
hattan, que desarrolló las primeras bom-
bas atómicas durante la Segunda Guerra
Mundial.
(12.38)
12.11 Introducción a la teoría LCAO-MO 405
donde V^ y Vp 2 son los operadores laplacianos para los dos núcleos (que sólo son
protones) y Ed(R) es la energía potencial electrónica de la ecuación de Schrôdinger
(12.37). Estas dos ecuaciones deben resolverse simultáneamente con el fin de obte-
ner una función de onda completa para la molécula.
En la aplicación de la aproximación de Born-Oppenheimer a las moléculas diató-
micas, a menudo la energía cinética de los núcleos se desprecia y la repulsión internu-
clear se calcula a partir de consideraciones clásicas para una distancia internuclear
determinada R (por ejemplo, la distancia de enlace de equilibrio). Esta repulsión se in-
cluye en la energía potencial de la parte electrónica de la ecuación de Schrôdinger
(12.37), que se resuelve empleando técnicas de la teoría de la perturbación o de la va-
riación. Un análisis más completo permite calcular el potencial internuclear para una
serie de valores de £ y enseguida se calcula (numéricamente) la energía electrónica en
cada R. A partir de esto, se puede elaborar una gráfica de la energía electrónica en fun-
ción de la distancia internuclear, como la de la figura 12.14. Dicha gráfica recibe el
nombre de curva de energía potencial para la molécula. La figura 12.14 muestra una
curva de energía potencial, para el estado electrónico basai, en que la energía de la mo-
lécula es mínima a la distancia de enlace de equilibrio. Cada función de onda electró-
nica, que posee su propia energía característica, poseerá su propia curva de energía
potencial conforme la distancia internuclear varía. La figura 12.15 muestra la curva de
energía potencial para los estados basai y excitado de un sistema diatómico simple.
ben aproximadamente con orbitales, tal como ocurre con los electrones en los átomos.
Hemos visto cómo se analizan los orbitales atómicos en la mecánica cuántica. Sin em-
bargo, ¿cómo se tratan en la mecánica cuántica los orbitales moleculares? La teoría de
los orbitales moleculares es el medio más conocido para describir a los electrones en las
moléculas. En lugar de localizarse en átomos individuales, un electrón en una molécu-
la tiene una función de onda que se extiende por toda la molécula. Existen diversos
procedimientos matemáticos para la descripción de los orbitales moleculares, uno de
los cuales estudiaremos en esta sección. (En el capítulo 13 analizaremos otra perspec-
tiva relativa a los orbitales moleculares, la cual recibe el nombre de teoría de unión va-
lencia. Esta teoría se centra en los electrones de la capa de valencia.)
Consideremos lo que sucede cuando se forma una molécula: dos (o más) átomos se
combinan para formar un sistema molecular. Los orbitales individuales de los átomos
separados se combinan para formar orbitales que abarcan toda la molécula. ¿Por qué
no recurrir a esta descripción como base para definir los orbitales moleculares? Esto es
exactamente lo que se hace. Si aplicamos la teoría de la variación lineal podemos to-
mar combinaciones lineales de orbitales atómicos ocupados y construir matemática-
mente orbitales moleculares. Esto es lo que define a la teoría de combinación lineal de
orbitales atómicos-orbitales moleculares (LCAO-MO, por sus siglas en inglés), que algu-
nas veces recibe simplemente el nombre de teoría de los orbitales moleculares.
En el caso del H2+, los orbitales moleculares pueden expresarse en términos de los
orbitales atómicos del estado basai de cada átomo de hidrógeno:
(12.39)
donde M^HÍD se refiere a la función de onda atómica del estado basai (es decir, Is) del
hidrógeno 1 y ^rH(2) se refiere a la función de onda atómica Is del hidrógeno 2. Co-
mo ambos átomos de hidrógeno participan por igual en la molécula puede argumen-
tarse que las dos constantes q y c2 poseen la misma magnitud. También es factible
suponer que hay dos combinaciones lineales posibles, una suma y una diferencia de
los dos orbitales atómicos (AO, por sus siglas en inglés). Por consiguiente, los dos or-
bitales atómicos se combinan para formar dos orbitales moleculares (MO, por sus si-
glas en inglés) con las siguientes formas:
(12.40)
binaciones lineales de orbitales atómicos del en términos de W HÍD^HU) ° viceversa, no podemos suponer que la integral sea idéntica
hidrógeno. El MO en la gráfica de en medio a cero. Esto se debe a que las funciones de onda se encuentran centradas en diferentes
constituye la suma de los dos AO de la parte átomos. Hasta este punto, las condiciones de ortonormalidad sólo son estrictamente
superior, con la densidad electrónica con-
centrada entre los núcleos. El MO inferior es
aplicables a funciones de onda del mismo sistema. Puesto que las funciones de onda
f
la diferencia de los dos AO, con la densidad ideales ^H(1) y ^ H(2) se encuentran centradas en distintos núcleos, la condición de or-
electrónica concentrada más afuera de los tonormalidad no se aplica automáticamente. La solución del determinante secular re-
dos núcleos. sultará, por lo tanto, ligeramente más complicada.
12.11 Introducción a la teoría LCAO-MO 407
Como los orbitales moleculares deben estar normalizados, podemos obtener ex-
presiones para q y c2. Si normalizamos la primera ecuación en 12.40, obtenemos:
donde, para simplificar los cálculos, se ha recurrido al hecho de que los orbitales ató-
micos en el primer átomo se encuentran normalizados. La integral / ^HÜ^H^) ^T
incluye una función de onda de cada centro atómico y, según se analizó antes, no se
puede suponer que sea igual a cero. Éste es un ejemplo de una integral de traslape y
normalmente se abrevia S12. (Definimos las integrales de traslape en nuestro estudio
anterior de la teoría de la variación lineal.) La normalización de la función de onda
molecular se lleva a cabo de la siguiente manera:
(12.41)
Si se efectúa una normalización similar, se puede demostrar que el coeficiente del se-
gundo orbital molecular es
(12.42)
Los dos coeficientes no son los mismos, siempre y cuando S12 no sea cero. Las funcio-
nes de onda completas son
(12.43)
Ahora evaluaremos las energías promedio de estos dos orbitales moleculares para el
H2+. De acuerdo con la primera función de onda y suponiendo un hamiltoniano pu-
ramente electrónico, donde los núcleos se encuentran separados a cierta distancia R:
(Observe los subíndices para cada una de las ^P.) Sustituiremos las siguientes defini-
ciones de la teoría de la variación lineal en la ecuación anterior:
(12.44)
Estas integrales son similares a las de la ecuación 12.28, salvo que ahora las funciones
de onda de átomos diferentes pueden interactuar matemáticamente. Hn y H22 son
sencillamente las energías de los orbitales atómicos. Sin embargo, Hl2y H2l represen-
tan una especie de energía de mezcla de funciones de onda de dos átomos diferentes.
Estas integrales reciben el nombre de integrales de resonancia. La mecánica clásica no
predice a las integrales de esta clase —en las que una W proviene de un centro atómi-
co y la otra ¥ de otro centro atómico—, las cuales son estrictamente de origen cuán-
tico. Las igualdades de la ecuación 12.44 surgen del hecho de que ambos átomos son
hidrógenos. Si se tratara de un sistema diatómico heteronuclear, cada integral de re-
sonancia Hlly H12, H2l y H22 poseería su propia definición independiente.
408 C A P Í T U L O 12 Átomos y moléculas
Con las sustituciones, las expresiones para las energías promedio se transforman en
(12.45)
donde El es menor que E2. Resulta interesante que la suma de las energías orbitales
moleculares E^ y E2 no sea 1a misma que la suma de las dos energías orbitales atómi-
Figura 12.17 Cuando los AO de dos cas originales. La energía total depende de las magnitudes Hu y S12; en el caso del
átomos de hidrógeno se combinan para
formar el MO del H2+, el orbital antien-
H2+, la suma de las dos energías orbitales se ha elevado ligeramente, lo cual se ilustra
lazante se incrementa ligeramente más en en la figura 12.17. La energía total del sistema incluye no sólo la energía de los orbi-
energía que la cantidad que el orbital enla- tales, sino la energía de repulsión debida a los dos núcleos a cierta distancia R. Por
zante disminuye (el eje de la energía no se consiguiente, es necesario evaluar esta energía total para minimizar la energía en tér-
encuentra a escala). Expresiones como las minos de Ry Hu y S12. Las integrales de resonancia y traslape pueden evaluarse analí-
ecuaciones 12.42-12.44 pueden emplearse
para calcular las diferencias entre las ener-
ticamente empleando coordenadas polares elípticas (en lugar de coordenadas polares
gías orbitales atómicas y moleculares. esféricas).5 Las expresiones que obtenemos para las integrales tras la aplicación de las
coordenadas polares elípticas son
(12.46)
(12.47)
Ejemplo 12.13
Haga comentarios sobre el valor de S12 conforme la distancia interatómica £ pasa
de O a ».
Solución
Cuando R es cero, los dos núcleos representan en esencia un solo átomo de carga
2+. Debido a consideraciones de ortonormalidad, la integral de traslape S12 debe-
ría ser igual a 1. Conforme se separan los dos núcleos, se alejan cada vez más y las
funciones de onda atómicas del estado basai se superponen cada vez menos. En
JR = oo cada átomo se encuentra, en efecto, aislado del otro y la integral de traslape
debería ser, en esencia, igual a 0. A distancias intermedias, S12 puede tener cualquier
valor entre O y 1. Este análisis ilustra la razón por la que S12 recibe el nombre de in-
tegral de traslape, la cual indica una cantidad relativa de traslape entre los orbitales
atómicos.
5
De hecho, H2+ constituye un sistema que puede resolverse analíticamente si primero se impo-
ne la aproximación de Born-Oppenheimer al sistema. De otra manera, el sistema no se puede re-
solver analíticamente.
12.12 Propiedades de los orbitales moleculares 409
Ejemplo 12.14
Utilizando el valor de R - 1.32 A, evalúe S12> Hu, E19 E^ y las funciones de onda para
el H2+. Emplee —13.60 eV como valor para la energía de Is electrón de hidrógeno
y exprese las respuestas en unidades de eV (un electrovolt, o eV, equivale a 1.602 X
10~19 J y es una unidad útil para valores de energía a escala atómica).
Solución
Como R y 0$ se encuentran en unidades de Â, resulta innecesario considerar con-
versiones de unidades. De acuerdo con las expresiones anteriores,
bre de orbital antienlazante. Este orbital antienlazante tiene una superficie nodal en-
tre los núcleos; la probabilidad de que el electrón se localice en ese punto es exacta-
mente igual a cero. Si se supusiera que todos los orbitales atómicos se combinaran
para formar orbitales moleculares, la mitad de los orbitales moleculares serían de en-
lace y la otra mitad antienlazante (también hay orbitales no enlazantes que no contri-
buyen al enlace molecular, pero no los estudiaremos en este momento). Una
definición útil tiene que ver con el orden de enlace. Si el número de electrones en los
orbitales enlazantes fuera nenlace y el número de electrones en los orbitales antienla-
zantes fuera nantieniazante>e^ orden de enlace n sería:
(12.48)
dos electrones. Recordemos que la función de onda para el electrón en el orbital en-
lazante del H2+, según la ecuación 12.43, es
6
Los índices "g" y "u" representan las voces germanas gerade y ungerade, respectivamente.
412 C A P Í T U L O 12 Átomos y moléculas
enlace ag2s (y tendrán espines opuestos). La figura 12.21 muestra un diagrama de or-
bital molecular para el Li2.
Ejemplo 12.15
Si se toma prestada la configuración electrónica molecular del H2, ¿cuál es la confi-
guración electrónica del Li2?
Solución
Como tenemos dos electrones en el orbital molecular crgls, dos electrones en el or-
bital antienlazante cr*lsy dos electrones en el orbital molecular ag2s, la configura-
ción electrónica es
2
Observe que los orbitales sigma también se originan de la combinación de los orbi-
tales atómicos 2s.
Figura 12.21 Diagrama de orbital mo-
lecular para el Li2, que muestra que los or-
bitales atómicos Is interactúan con los
orbitales 1s y los orbitales 2s interactúan
con orbitales 2s. Aunque se trata de una Cuando los orbitales p participan en la formación de orbitales moleculares surgen
aproximación adicional, nos permite enten- nuevas consideraciones. Como consecuencia de la direccionalidad de los orbitales p
der las funciones de onda de estas molécu- hay dos posibilidades cuando éstos se combinan. Un orbital p de cada átomo (el or-
las simples. bital p# arbitrariamente) puede combinarse en forma axial o frontal (figura 12.22a).
Los otros dos orbitales p (px y py) deben combinarse de forma lateral y fuera del eje
(figura 12.22b). Aunque las dos combinaciones p que se superponen de lado son de-
generadas, estos orbitales moleculares no poseen la misma energía que el orbital mo-
lecular que se superpone de forma axial. El orbital molecular donde el traslape es de
forma axial, con una densidad electrónica elevada dentro del eje internuclear, tam-
bién constituye un orbital a; los orbitales a de enlace y antienlace también se generan
como resultado de una combinación de dos orbitales atómicos p.
Los cuatro orbitales p traslapados de forma lateral forman orbitales moleculares pi
(TT), cuyas densidades electrónicas existen fuera del eje intermolecular (de hecho, el
eje internuclear representa un nodo para los orbitales TT). La combinación de cuatro
orbitales atómicos p genera dos orbitales enlazantes ir degenerados y dos orbitales TT
antienlazantes degenerados (al llenar los orbitales degenerados TT, las reglas de Hund
Figura 12.22 (a) Los orbitales atómicos pz interactúan de frente y generan orbitales enlazantes y an-
tienlazantes a. (b) Los orbitales atómicos pxj py interactúan de forma lateral dando como resultado or-
bitales ir, cuya densidad electrónica se encuentra fuera del eje internuclear. Las diferentes sombras de los
lóbulos indican distintas fases de las funciones de onda.
12.14 Resumen 413
12.14 Resumen
El concepto espín tiene consecuencias importantes para la estructura electrónica de
los átomos. Como consecuencia del principio de Pauli, a lo sumo dos electrones pue-
den entrar en cada orbital. Dadas las restricciones sobre los números cuánticos € y
m€y esto requiere llenar capas sucesivas con electrones sucesivos. Lo anterior determi-
na el tamaño de los átomos. Si el principio de Pauli no se cumpliese para los electro-
nes, éstos se podrían acomodar en un orbital hidrogenoide Is. Pero, como sólo dos
pueden ocupar cada orbital, uno de cada espín, deben llenarse capas más y más
extensas conforme aumenta el número de electrones. En última instancia, el princi-
pio de Pauli determina el tamaño de los átomos.
No existen soluciones analíticas conocidas de la ecuación de Schrôdinger para
sistemas más complejos que el átomo de hidrógeno. Esto no implica que la mecáni-
ca cuántica no se aplique a sistemas más grandes. La teoría de la perturbación y la
de la variación son dos herramientas que la mecánica cuántica usa para aproximar
414 C A P Í T U L O 12 Átomos y moléculas
Figura 12.23 Orbitales moleculares del Li2 al F2. El eje de energía no se encuentra a escala, pero este
diagrama debe dar una idea de la forma en que los orbitales moleculares se ordenan y ocupan con elec-
trones para estas moléculas diatómicas homonucleares.
13.1 Sinopsis
13.2 Operaciones de
simetría y grupos
puntuales
13.3 Fundamentos
matemáticos de
los grupos
13.4
13.5
Moléculas y simetría
Tablas de caracteres L a simetría constituye una de las herramientas más poderosas que pueden aplicar-
se a la mecánica cuántica y a las funciones de onda. En general, muchos se encuen-
tran familiarizados con el concepto de simetría: un objeto es redondo o cuadrado; el
13.6 Funciones de onda
y simetría
lado izquierdo es el mismo que el derecho o, quizás, se trate de imágenes especulares
de los mismos objetos. Todos estos ejemplos implican un reconocimiento de la sime-
13.7 Teorema de gran tría, una similitud espacial debida a la forma de un objeto. Sin embargo, desde una
ortogonalidad
perspectiva más técnica, la simetría es una poderosa herramienta matemática que per-
13.8 Aplicación de la mite la posibilidad de simplificar nuestro estudio de la mecánica cuántica.
simetría en integrales Consideremos al azar un cuadrilátero, una figura plana que tiene cuatro lados. Pa-
13.9 Combinaciones lineales ra definir un cuadrilátero específico, debemos indicar no sólo las longitudes de cada
con simetría adaptada lado, sino también su orden y los ángulos de intersección. Ahora imaginemos un cua-
13.10 Teoría del enlace drado. Un cuadrado también es una figura plana con cuatro lados. Sin embargo, por
de valencia definición, los lados se encuentran a un ángulo de 90° y todos tienen la misma longi-
13.11 Orbitales híbridos tud. Un cuadrado posee más simetría y, de esta manera, resulta más simple de definir.
Dichas comparaciones también tienen lugar en mecánica cuántica. Reconocer la
13.12 Resumen
simetría de un sistema atómico o molecular nos permite simplificar su estudio mecá-
nico-cuántico, muchas veces de manera dramática. Ya hemos analizado algunos aspec-
tos de la simetría: funciones pares e impares; la naturaleza esférica del orbital 15 del
átomo de hidrógeno; la forma cilindrica del H 2 + y del H2. Todas éstas constituyen apli-
caciones del concepto de simetría. En este capítulo explicaremos la idea de simetría con
la ayuda de una herramienta matemática conocida como teoría de grupos. Así, podre-
mos mostrar cómo se aplica la simetría a ciertos aspectos de la mecánica cuántica.
13.1 Sinopsis
El capítulo inicia con una introducción a la teoría de grupos, rama de las matemáti-
cas que estudia la simetría. Veremos que cada operación de simetría cuenta con un
operador de simetría correspondiente, como es el caso de otros operadores en mecá-
nica cuántica. Los operadores de simetría mueven objetos, incluyendo moléculas, en
el espacio tridimensional, en objetos equivalentes en el espacio. Cada objeto satisface
un conjunto, o grupo, de operadores de simetría. La comprensión de las característi-
cas de dicho grupo de operadores constituye una parte importante de la simetría. Al
419
420 C A P I T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
principio se verá poca relación entre la simetría y los temas de los capítulos anterio-
res, pero esto cambiará rápidamente. Las funciones de onda también poseen simetría,
la cual puede aprovecharse para entender sus propiedades y definir y describir con
mayor facilidad las funciones de onda moleculares (como el ejemplo del cuadriláte-
ro y del cuadrado citados). Las consideraciones de simetría resultan importantes en
la aproximación de orbitales moleculares como combinaciones lineales de orbitales
atómicos. Finalmente, estudiaremos las formas de las moléculas, la manera en que los
orbitales atómicos de los átomos las determinan y la mejor representación de di-
chos orbitales como combinaciones denominadas orbitales híbridos. El concepto de
simetría también puede aplicarse con naturalidad a dichos orbitales híbridos.
Figura 13.4 El rollo dibujado posee un elemento de simetría S2; es la combinación de una rotación
C2 y una reflexión a través de un plano perpendicular al eje C2. La operación C2 cambia las ondulaciones
del rollo, y la reflexión resultante devuelve a las ondulaciones su orientación original. El eje de rotación
impropio lleva a cabo esta acción como elemento de simetría único. Observe que, aunque el rollo posee
un elemento de simetría S2, ni el eje C2 ni un plano a, como se indican, constituyen por sí mismos ele-
mentos de simetría del objeto.
minados elementos de simetría, de tal manera que la aplicación en ella de las ope-
raciones de simetría correspondientes origine una "nueva" orientación en el espacio
indistinguible de la orientación original. La figura 13.5 muestra los elementos de si-
metría de una molécula simple: H2O. La habilidad para reconocer elementos de sime-
tría en una molécula será una importante capacidad por desarrollar.
Los objetos reales, incluyendo las moléculas, no cuentan con un conjunto aleato-
rio de elementos de simetría. Sólo ciertos grupos específicos de elementos de simetría
son posibles para un determinado objeto físico. Como todos los elementos de sime-
tría de dicho grupo se intersecan en un solo punto del objeto, tales grupos reciben el
nombre de grupos puntuales. Un grupo puntual normalmente se denota con una
etiqueta que indica que un objeto contiene determinado conjunto de elementos de
simetría. Por ejemplo, el grupo puntual C2v, que describe la simetría de la molécula
del agua, consta de Ey una rotación propia C2 y dos planos de simetría a. Considere
los elementos de simetría del H2O en la figura 13.5. Todos los objetos con simetría C2v
contienen estos cuatro, y ningún otro, elementos de simetría. En las tablas de caracte-
res del apéndice 3 se listan ejemplos de grupos puntuales y sus elementos de simetría.
Las tabulaciones de los grupos puntuales en el apéndice 3 contienen información adi-
cional cuya utilidad será más clara en las próximas secciones. Por el momento, el lec-
tor debe aprender a identificar todos los elementos de simetría de cualquier grupo
puntual dado.
Un objeto real puede contar con más de un elemento de simetría de la misma es-
pecie. Por ejemplo, el benceno tiene varios ejes de rotación, como lo indica la figura
13.6a de la página siguiente. En el caso de los objetos reales, el eje propio de rotación
que posee el n más alto (un eje n-uplo) recibe el nombre de eje principal Por conven-
ción, se considera que el eje principal es el eje z en el espacio tridimensional. En la
identificación de los ejes de rotación, es necesario considerar de manera indepen-
Figura 13.5 Las cuatro operaciones de
diente ambas direcciones de rotación (a favor y en contra de las manecillas del reloj),
simetría en el H2O. La molécula posee el
elemento de simetría E por el hecho de que de tal manera que una rotación de 90° en la dirección de las manecillas del reloj no
ésta existe. En conjunto, estas cuatro ope- sea la misma que una rotación de 90° en la dirección contraria.
raciones de simetría definen el grupo pun- Finalmente, hay distintos tipos de planos de simetría. Por ejemplo, en el rectángu-
tual C2v. lo hay tres diferentes planos de simetría, incluyendo el plano en el que yace el rectán-
422 C A P Í T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
guio. En los objetos reales, los planos que contienen el eje principal se consideran pla-
nos verticales de simetría y se les designa con el símbolo av. Los planos de simetría
que son perpendiculares al eje principal reciben el nombre de planos horizontales y se
les representa mediante crh. Si un plano vertical yace exactamente en medio de dos
ejes C2 perpendiculares al eje principal, recibe el nombre de plano diedro y se le da el
símbolo ad (la presencia de planos dihedrales implica una simetría más alta que la de
los planos normales verticales). La figura 13.6& muestra algunos de los diferentes ti-
pos de planos en la molécula del benceno; por claridad, no aparecen en la figura to-
dos los planos de simetría. Con el fin de uniformar la notación de los elementos de
simetría múltiple de la misma especie en sistemas altamente simétricos, a veces se dis-
tinguen los distintos ejes y planos con índices sencillos y múltiples.
Resulta fácil pensar en las operaciones de simetría como movimientos de objetos en
el espacio que reproducen el objeto original. Sin embargo, las operaciones de simetría
pueden definirse matemáticamente. Considere el punto (3,4) en coordenadas cartesia-
Figura 13.6 a) La molécula del bence- nas de dos dimensiones, el cual se muestra en la figura 13.7. La reflexión respecto al eje
no posee un eje de simetría principal séx- y traslada este punto a (-3,4). La coordenada x ha cambiado de signo, como lo indi-
tuplo, C6. También cuenta con diversos
ejes de simetría C2 perpendiculares al eje
ca la figura 13.7. Aunque es factible concluir que la reflexión con respecto al eje y, re-
principal en el plano de la molécula. Sólo presentada mediante oy actúa para cambiar el signo de la coordenada x, necesitamos
aparecen dos de ellos. ¿Puede el lector en- una definición matemática más general de oy El álgebra de matrices resulta de utilidad
contrar todos los demás ejes de simetría? en este caso. Una matriz diagonal simple sirve para definir la operación de simetría, de
b) Los planos de reflexión son planos verti- tal manera que la multiplicación de la operación de simetría y las coordenadas origi-
cales si contienen el eje principal de sime-
tría, y son planos horizontales si son
nales generen las nuevas coordenadas. En este caso, tendríamos
perpendiculares al eje principal. También
hay planos diedros, que son planos vertica-
les que bisecan dos ejes de simetría C2 que
se intersecan. En la molécula del benceno,
los planos verticales son, en realidad, pla- donde las coordenadas se escriben en columnas ("matrices columna" o "vectores co-
nos diedros. lumna"). La multiplicación normal de matrices genera las nuevas coordenadas. Esto
implica que la operación particular de simetría o^se define como
(13.1)
y que esta operación de simetría se aplica sobre las coordenadas originales para gene-
rar nuevas coordenadas. Es decir, las operaciones de simetría funcionan como opera-
dores matemáticos. En general, la ejecución de cualquier operación de simetría sobre
un punto puede representarse como la multiplicación matricial de la operación de si-
metría (expresada en forma de matriz cuadrada) sobre dicho punto (expresado en
forma de vector columna).
En este ejemplo se considera un solo punto en una gráfica. Ahora consideremos
nuestro rectángulo ubicado en torno al origen en un espacio cartesiano de dos di-
mensiones. Operemos sobre cada punto del rectángulo con oyy pensemos en la nue-
Figura 13.7 Las operaciones de sime-
tría también pueden definirse matemáti-
va forma. Ésta es la misma que la original, como lo muestra la figura 13.8. Por
camente. En este caso, la reflexión del consiguiente, podemos decir que el rectángulo posee el elemento de simetría oy cu-
punto (3, 4) respecto al eje y equivale al ya operación se define mediante la expresión bidimensional anterior.
producto de dos matrices, una represen- En el caso de los sistemas reales, se considera el espacio tridimensional. Toda opera-
tando el punto y la otra a la operación de ción de simetría puede definirse por medio de una matriz de 3 X 3. De esta manera,
simetría.
es posible que todas las operaciones de simetría actúen como operadores sobre un con-
junto de puntos para generar un nuevo conjunto de puntos. Si el nuevo conjunto de
puntos se encuentra exactamente en la misma posición que el original, entonces se di-
ce que dicho conjunto de puntos contiene el elemento de simetría correspondiente. La
tabla 13.1 lista las matrices que definen las operaciones de simetría. En las moléculas,
las posiciones de los átomos representarán nuestros puntos en el espacio tridimensio-
nal. En lugar de emplear una matriz de 3 X 3 para describir la operación de simetría,
cada átomo requerirá un "bloque" de 3 X 3 de una matriz más grande para describir su
cambio de posición en el espacio como consecuencia de la operación de simetría. En
13.3 Fundamentos matemáticos de los grupos 423
aLas matrices son de 3 X 3. Se supone que Im rotaciones se llevan a cabo respecto al eje z y que el plano es el plano
Figura 13.8 Las operaciones de sime- xy, de modo que sólo se afecta a la coordenada z.
tría del rectángulo también pueden defi-
nirse matemáticamente. En este caso, la
operación de simetríaCTopera sobre el rec-
tángulo para generar un rectángulo equi- el caso de una molécula con N átomos, esto requerirá una matriz de 3N X 3N"—aun-
valente. que, como veremos, hay algunas simplificaciones de importancia.
Ejemplo 13.1
Demuestre que la ecuación y - x posee un centro de inversión en x = 0.
Solución
De acuerdo con la tabla 13.1, la definición matricial completa de i es
¿Está el punto (—x, —y, 0) sobre la recta y = x? Sí, si está para cualquier valor de x.
Dichos puntos se encuentran en el cuadrante inferior izquierdo. Por lo tanto, esta
ecuación contiene un centro de inversión. Para que se convenza de que así es, trace
la gráfica y repita el ejemplo.
El grupo debe tener una operación identidad, de tal manera que su aplicación
no cambie el objeto. Esta operación debe ser conmutativa respecto a las demás
424 C A P I T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
Figura 13.10 C3 no constituye su propia inversa. La molécula de amoniaco necesita otra operación
de simetría para girar hasta su posición original.
Figura 13.11 Las seis operaciones de simetría del amoniaco, NH3. En cada plano de simetría se
localiza un enlace N-H. En conjunto, las seis operaciones de simetría forman el grupo puntual C3v.
426 C A P I T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
Figura 13.12 El requisito de cerradura para un grupo puntual significa que cualquier combinación
de operaciones de simetría múltiples debe ser equivalentes a una sola operación de simetría del grupo. En
este caso, se muestra que las dos operaciones de simetría C3 yCTVson equivalentes a la operación a" del
grupo puntual C3v.
Ejemplo 13.2
Identifique los elementos de simetría en el etileno, que posee la siguiente estructura:
Solución
El etileno tiene E, tres ejes independientes C2, tres planos independientes de sime-
tría y un centro de inversión. El total de estos ocho elementos de simetría conforma
el grupo puntual D2h.
Figura 13.13 Los cinco sólidos platónicos: tetraedro, cubo, octaedro, dodecaedro e icosaedro.
En conjunto, estas cinco formas representan los grupos puntuales cúbicos.
Figura 13.14 Diagrama de flujo para determinar el grupo puntual de una molécula. No se incluye a
Rh(3) corresponde al grupo puntual de cualquier átomo o ion único. Fuente: Adaptación de
h (3).
P. W. Atkins, Physical Chemistry, 5a. éd., Nueva York, Freeman, 1994.
tos de simetría de una molécula dada y compararla con la lista —relativamente cor-
ta— de grupos puntuales o emplear un diagrama de flujo, como el que reproduce la
figura 13.14.
Ejemplo 13.3
Determine los grupos puntuales que definen la simetría de los siguientes compues-
tos, cuyas estructuras se ilustran en la figura 13.15.
a) Sulfuro de hidrógeno, H2S
b) Hexafluoruro de azufre, SF6
c) Acetileno, C2H2
d) Benceno, C6H6
e) Ion nitrato, NO3~ (suponga que la resonancia promedia la estructura como espe-
cie plana triangular)
Solución
De acuerdo con la figura 13.14, verifique que los siguientes grupos puntuales son,
de hecho, correctos, identificando los elementos de simetría individuales, si existen
otros además de E.
13.4 Moléculas y simetría 429
d) C6H6: D6h.
e) N03-: D3h.
Ejemplo 13.4
a) ¿Cuál es el grupo puntual de la función de onda del orbital Is del H?
b) ¿Cuál es el grupo puntual de la función de onda del orbital 2pz del H? (Véase la
Figura 13.15 ¿Cuáles son los grupos
puntuales de estas cinco moléculas? (Véase figura 13.16.)
el ejemplo 13.3.)
Solución
a) La función de onda Is es esféricamente simétrica, con E, i y un número infinito de
elementos de simetría C^, S^y cr (el subíndice en Cy S significa que la rotación pue-
de ser cualquier ángulo y ser todavía una operación simétrica). Pertenecería al grupo
puntual especial R^(3).
b) La función de onda 2pz no es esféricamente simétrica por sí misma, pero cuenta
con elementos de simetría E, av infinitos y Cx. A consecuencia de la diferencia de
signo de la función de onda a cada lado del plano nodal, ésta no cuenta con centro
de inversión (pese a la apariencia). Por lo tanto, pertenece al grupo puntual C^ (lo
cual no implica que el átomo de hidrógeno mismo posea simetría C^, sino sólo es-
te orbital atómico particular 2pz).
Ejemplo 13.5
Indique qué simetrías deben tener las funciones de onda de las siguientes molécu-
las.
a) Agua, H2O
b) Benceno, C6H6
Figura 13.16 Orbital 2pz del H (véase c) Aleño, CH 2 =C=CH 2
el ejemplo 13.4fe).
d) Bromoclorofluorometano, CHBrClF
430 C A P I T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
Solución
Como las funciones de onda para las moléculas deben tener la misma simetría que
la molécula, debemos identificar las simetrías de estas mismas. Podemos recurrir a
la figura 13.14 para determinar los siguientes grupos puntuales de las moléculas y,
por consiguiente, sus funciones de onda.
a) H20: C2v
b) C6H6: D6h
c) Aleño: D2d
d) CHBrClF: Q
Figura 13.17 Molécula de H2O, grados cartesianos de libertad de los átomos y operaciones de sime-
tría del grupo puntual C2v.
13.5 Tablas de caracteres 431
E(H2O) = 0 0 0 0 1 0 0 0 0 y0 = y0
0 0 0 0 0 1 0 0 0 2o ZQ
0 0 0 0 0 0 1 0 0 %2 %2
O O O O O O O 1 O ym ym
O O O O O O O O i j zH2J zH2
432 C A P I T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
C2(H20) =
(13.2)
<rO*)(H20) =
<r(xz)(H20) =
(13.4)
1
Podría ayudarnos considerar la ecuación 13.3 como una ecuación de valores propios, en la que
1 es el valor propio del operador E. Aunque ésta es una buena analogía, sólo se aplica estrictamen-
te a grupos en los que el valor propio para £ es 1.
434 C A P I T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
n^^^M^ÏM^S
Escriba la tabla de caracteres de 3 X 6 para C3v.
Solución
Utilizando la tabla de caracteres de 3 X 3 del apéndice 3 y separando las operacio-
nes de cada clase:
Como puede verse, sencillamente resi;lta mas eficas agrupar las clases en la tabla de
caracteres.
13.5 Tablas de caracteres 435
(13.5)
Ejemplo 13.7
a) Demuestre que los caracteres individuales de cualesquiera dos diferentes repre-
sentaciones irreducibles para C3v satisface la propiedad de cerradura de los grupos.
b) Demuestre que las sumas de los productos de las representaciones irreducibles
para C3v son ortonormales.
Solución
a) Para los caracteres individuales de E, 2C3 y 3av, respectivamente:
AjXA^lXl 1X1 I X -1 = 1 1 -1
= la representación irreducible de A2
A!XE=1X2 1 X -1 1X0 = 2 -1 O
= la representación irreducible E
A2XE=IX22 1 X -1 - 1 X 0 = 2 -1 O
= la representación irreducible E
Éstas son las únicas tres combinaciones, ya que la multiplicación de caracteres es
conmutativa. (Una prueba más completa debería incluir productos de represen-
taciones irreducibles consigo mismas. Aunque no hay dificultad para ver que Al X
A! = A! y A2 X A2 = A1? el producto de £ X £ no se ve con facilidad. Tendremos que
436 C A P Í T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
Todos los grupos puntuales tienen una representación irreducible cuyos caracte-
res son 1. Esta representación recibe el nombre de representación irreducible totalmen-
te simétrica y es muy importante en espectroscopia. Por convención, es la primera
representación irreducible en todas las tablas de caracteres. Algunas representaciones
irreducibles tienen 2 o 3 para el carácter del elemento E (en algunos casos esto puede
relacionarse con las degeneraciones). Las representaciones irreducibles se indican
de acuerdo con un sistema ideado por Robert S. Mulliken; a las que tienen un carác-
ter para E, \& de 1 se les dan los índices A o J5; a aquellas en que \E es igual a 2, se les
da un índice E (no se confunda con la operación de simetría E) y aquellas en que XE
es igual a 3, se les representa con T. También se emplean subíndices y superindices pa-
ra indicar el carácter con respecto a otra operación de simetría. Las tablas de caracte-
res del apéndice 3 se valen del sistema de Mulliken. Hay otro sistema antiguo que a
13.6 Funciones de onda y simetría 437
veces se utiliza en la literatura, el cual emplea letras griegas mayúsculas gamma nu-
meradas, Tn.
Ejemplo 13.8
La figura 13.19 muestra un diagrama de los orbitales crenlazante y aantienlazante del H2+.
Suponiendo que \E es 1 en ambos, determine las representaciones irreducibles de
cada orbital molecular. Suponga que el eje de orden más alto es el eje z.
Solución
La simetría del H2+ es D^. Operando con todas las operaciones de simetría sobre el
diagrama del orbital enlazante, encontramos que el carácter de cada operador es 1
(es decir, se reproduce la misma orientación del orbital). Esto significa que los ca-
racteres de todas las operaciones son 1 y, así, la representación de la función de onda
es Alg (o Sg+). En el caso del orbital antienlazante, la inversión a través del centro
da como resultado una función de onda que tiene el valor negativo de la ^ original.
Un cambio de signo incluso ocurre bajo la acción de las operaciones C2 y S$ (el
Figura 13.19 Representación no rigu- lector podría verificar que éste es el caso con la ayuda de la figura 13.19). Por con-
rosa, aunque ilustrativa, de los orbitales CT siguiente, la función de onda antienlazante puede denotarse mediante la representa-
enlazante y antienlazante del H2+ (véase el ción irreducible A lu (o S^).
ejemplo 13.8).
438 C A P Í T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
Las funciones de onda pueden indicarse con los rótulos adecuados de la represen-
tación irreducible. Por consiguiente, la función de onda del orbital molecular enla-
zante del H2+ se representaría mediante Alg (es decir, M^ ). Otra frase que significa
"representaciones irreducibles" es clase de simetría. Decimos que la clase de sime-
tría de esta función de onda es Alg.
Como vimos brevemente en el capítulo anterior, quizás la forma más simple de re-
presentar un orbital molecular sea sobre la base de los orbitales de los átomos inclui-
dos en el enlace, por lo general, como combinación lineal de orbitales atómicos
(LCAO-MO). Puesto que a una función de onda se le han impuesto restricciones de si-
metría, la idea de representar un orbital molecular mediante una combinación lineal
de orbitales atómicos resulta un poco más intrincada, ahora que sabemos que esa
combinación lineal debe contar con la simetría correcta. Dicho requisito sugiere que
no debemos utilizar cualquier combinación lineal de orbitales atómicos, aunque po-
demos hacerlo. Sería mejor usar combinaciones lineales con simetría adaptada (SALC,
por sus siglas en inglés) de orbitales atómicos para aprovechar la teoría de grupos y
consideraciones de índole simétrica. Antes de construir SALC, debemos introducir
una poderosa herramienta de la teoría de grupos.
(13.6)
Ejemplo 13.9
El siguiente conjunto de caracteres corresponde a una combinación lineal de re-
presentaciones irreducibles para un sistema con simetría C3v (el amoniaco, por
ejemplo):
De acuerdo con la ecuación 13.6, determine qué combinación lineal de las clases de
simetría A1? A2 y E está representada.
Solución
Necesitamos los caracteres para Aly A2 y E de la tabla de caracteres del grupo pun-
tual C3v. En el caso del número de veces que Al aparece en la combinación lineal,
GOT, teorema de gran ortogonalidad, según sus siglas en inglés. (N. del T.)
440 C A P I T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
Ejemplo 13.10
Determine los índices de simetría de los orbitales p hidrogenoides en la simetría Td.
Solución
Para los orbitales p, € = 1 y el signo cambia bajo la inversión, por lo que el carácter
de la inversión debería ser negativo. En 0^(3), la representación irreducible de los
orbitales p es, por consiguiente, D^\ Empleando las fórmulas de los caracteres pa-
ra las operaciones de simetría, podemos calcular los caracteres que corresponden a
Td [véase la tabla de caracteres para R^(3)]:
X£ = 3
Xc3 = 1 + 2 eos 0 = 1 + 2 eos (120°) = O
Xc2 = 1 + 2 eos 0 = 1 + 2 eos (180°) = -1
Xs4 = 1 ~ 2 eos 6 = 1 - 2 eos (90°) = 1
d
Los tres orbitales p en conjunto se asignan a la clase de simetría 7^. (Podría haberse
llegado a esta conclusión comparando F con las representaciones irreducibles.)
Puesto que el carácter de la clase de simetría T{ es 3, esto indica que los orbitales p
(hidrogenoides) se encuentran triplemente degenerados cuando se les impone una
simetría Td.
(13.7)
Ejemplo 13.11
Determine si las siguientes integrales son exactamente cero o podrían ser diferentes
de cero estrictamente desde el punto de vista de la simetría.
a) /^X^A2 ai en una molécula Td
b) /^V£2rfr en una molécula C3v
c) fW^E ¿ir en una molécula D2d
Solución
En cada caso, los caracteres de las representaciones irreducibles deben multiplicar-
se y el producto debe evaluarse en el caso de la presencia de la representación total-
mente simétrica del respectivo grupo puntual.
a) En Td, Al ® A2 = A2, que no es la representación totalmente simétrica. Por con-
siguiente, la integral debe ser exactamente igual a cero.
b) En C3v, A2 <8> E = E, que no es la representación totalmente simétrica. Por consi-
guiente, la integral debe ser igual a cero.
c) En D2d, E ® E da como resultado un conjunto de caracteres
Ejemplo 13.12
En el caso de un átomo de hidrógeno cuya simetría está descrita por el grupo pun-
tual \(3)y el orbital Is tiene la representación irreducible Df\ El orbital 2s también
posee la representación irreducible D¿0). El operador de radiación electromagnética
(EM) que provoca que un electrón pase del estado 15 a cualquier otro estado tiene
la representación irreducible D^\ Demuestre que la integral
Solución
La siguiente tabla está tomada de la tabla de caracteres de R^(3):
E e, i S_A
xi, = j>r 1 1 1 1 1
X2s = Df 1 1 1 1 1
XopEM = ^u1) 3 l + 2cos<|) -3 - 1 + 2 cose)) 1
E_ Q i S-,
Xls*X2s 1 1 1 1 1
XOPEM 3 l+2cos<|) -3 -l+2cos<|) 1
6. Se efectúa este proceso con todas las representaciones irreducibles del grupo
puntual. Esto dará como resultado una gran cantidad de combinaciones linea-
les. Se inspeccionan, ya que algunas de ellas pueden ser equivalentes y, de esta
manera, al menos una puede descartarse. Otras pueden ser combinaciones li-
neales de dos (o más) SALC, por lo que no son matemáticamente independien-
tes. Además, sólo las combinaciones únicas deben tomarse en cuenta. (La
elección de qué combinaciones son únicas a menudo es cuestión de preferen-
cia, no una regla.)
Ejemplo 13.13
Determine las combinaciones lineales con simetría adaptada para los orbitales mo-
leculares del H2O utilizando los orbitales atómicos de HI, H2 y O. (Los números en
las H son índices que sólo sirven de identificación.)
Solución
El H2O posee simetría C2v. Se especifica cada paso de la lista mencionada.
1. Los orbitales atómicos empleados para formar las SALC ya se han identificado
y se representarán mediante lsH1) lsH2) l50)2s0,2px>o, 2py>oy2pZ)0. Estos orbita-
les se ilustran en la figura 13.20.
2. Podemos formar la siguiente tabla:
La primera y segunda combinaciones lineales son las mismas (los términos sen-
cillamente se listan en diferente orden), y la quinta y sexta combinaciones son
iguales a cero. Las funciones de onda únicas son, después de alguna simplifica-
ción algebraica:
6. Pasos análogos darán como resultado funciones de onda adecuadas con sime-
trías A2, B1 y B2. En última instancia, éstos dan como resultado las siguientes
combinaciones únicas:
(13.10)
donde suponemos que cada átomo de hidrógeno posee su electrón en el orbital ató-
mico Is. Cuando dos átomos se unen para formar una molécula de hidrógeno, se su-
pone que la función de onda de la molécula también tiene esta clase de función de
onda. Pero, en la molécula, los electrones individuales no se encuentran unidos a de-
terminado núcleo particular. Otro producto posible de las funciones de.onda podría
ser: lsH1(2) • ls H2 (l), donde cada electrón se relaciona ahora con el otro átomo de hi-
drógeno. Como lo hicimos anteriormente con las posibles funciones de onda múlti-
ples, consideramos que la mejor función de onda consiste en una combinación lineal
de las funciones de onda individuales:
(13.11)
onda antisimétrica global. La siguiente expresión resume las propiedades, que se pue-
de verificar fácilmente:
simétrica
antisimétrica
simétrica
simétrica
simétrica
antisimétrica
(13.12)
¿Qué estado posee la mínima energía y representa al estado basal? Como se esperaría,
la suma de dos números negativos (recordemos que la energía del propio átomo de
hidrógeno es negativa debido a la atracción del protón y el electrón) es más baja, o
más negativa, que la diferencia de dos números negativos (donde la resta de un nega-
tivo da como resultado, a fin de cuentas, un proceso de suma). Existe, asimismo, evi-
dencia experimental de que el estado de más baja energía del H2 es un estado singlete.
Por lo tanto, la función de onda singleta de la ecuación 13.12 es la aproximación de
la teoría del enlace de valencia para el estado basal del H2. El estado triplete es, por
definición, un estado excitado.
Al evaluar la energía de las funciones de onda de la ecuación 13.12 podemos ha-
cer un tratamiento variacional o de perturbaciones para obtener alguna expresión de
la energía de la molécula. Aunque no lo haremos por completo, ilustraremos algunas
partes del proceso e introduciremos algunas características únicas de la mecánica
cuántica molecular. Suponga que la energía del estado basai se encuentra determina-
da exclusivamente por la parte espacial de la función de onda. (Como se mencionó
13.10 Teoría del enlace de valencia 449
anteriormente, ésta no es una mala aproximación.) Para el estado basal del H2, nece-
sitamos evaluar:
donde el 6 de la integral implica que se trata de una integración sextuple sobre las tres
coordenadas del electrón 1 y las tres coordenadas del electrón 2. Esta integral puede
desarrollarse multiplicando los términos de la función de onda. De esta manera, ob-
tenemos cuatro integrales sextuples:
Por complicado que parezca, cada término puede descomponerse en cierta cantidad
de partes de un electrón, que pueden aproximarse mediante la solución conocida del
átomo de hidrógeno. Lo anterior trae a la mente el análisis previo del átomo de he-
lio. No obstante, como en el caso del átomo de helio, no es posible separar los térmi-
nos que se refieren a la repulsión entre los dos electrones y, en consecuencia, no
pueden evaluarse analíticamente. Dichos términos, uno de cada una de las integrales
anteriores, poseen las siguientes formas:
(13.13)
(13.14)
Ejemplo 13.14
¿Cuáles son las funciones de onda del enlace de valencia esperadas para el hidruro
de litio, LiH?
Solución
En una aproximación inicial del enlace de valencia, los electrones Is2 del Li no se to-
marían en cuenta y se supondría que no participan en el enlace a consecuencia de
que no se encuentran en la capa de valencia. (Su presencia se explica suponien-
do que se añade cierta cantidad constante de energía al sistema diatómico comple-
to.) Por lo tanto, necesitamos considerar sólo el electrón individual 1 s del H y el
electrón individual 2s en la capa de valencia del Li. Por supuesto, también deben in-
cluirse las funciones de onda adecuadas del espín. Las funciones de onda del enlace
de valencia para el LiH, análogas a las del H2, son
(Las partes espaciales de las funciones de onda 3xPLiH son las mismas. Sólo las partes
del espín son diferentes.) En este ejemplo se utiliza el LiH en virtud de la correspon-
dencia que existe entre sus enlaces de valencia y los del H2, pues debe reconocerse
que dichas expresiones, aunque útiles, pueden complicarse muy rápidamente cuan-
do aumenta el número de electrones de valencia y, por consiguiente, el número de
funciones de onda del enlace de valencia.
3
En realidad, la demostración de este hecho constituyó un hito en el progreso de la química or-
gánica. El argumento lo presentaron por primera vez el químico francés Joseph Le Bel y el quími-
co holandés Jacobus van't Hoff en 1874.
452 C A P I T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
La función de onda TT^ es un orbital híbrido, compuesto en una parte por el orbital s
y en tres partes por el orbital p. Los otros tres orbitales híbridos son
(13.15)
3
Figura 13.22 Un solo orbital sp re-
cuerda un orbital p, pero con lóbulos desi-
guales. Como en el caso del orbital p, posee (La numeración de los orbitales híbridos es arbitraria.) Debido a que estos orbitales
un nodo angular. híbridos son combinaciones de un orbital s y 3 orbitales p, reciben el nombre de or-
bitales híbridos sp3. Estos orbitales híbridos pueden representarse gráficamente, tal
como sucede con los orbitales hidrogenoides. La figura 13.22 muestra la sección
transversal de un orbital, la cual se asemeja a un orbital p aunque uno de los lóbulos
se encuentra alargado y el otro contraído. La gráfica de los cuatro orbitales sp3 en la
figura 13.23 muestra la relación espacial de los cuatro orbitales híbridos. Los lóbulos
más grandes de los cuatro orbitales híbridos forman la figura de un tetraedro. Cuan-
do estos cuatro orbitales se superponen con orbitales de otro átomo para formar cua-
tro enlaces, los enlaces formados apuntan en la dirección de un tetraedro. Esto explica
la forma tetraédrica conocida del metano: los orbitales de valencia del átomo de car-
bono pueden considerarse orbitales 5 y p no "puros", pero sí como combinaciones hí-
bridas sp3 que, juntas, tienen forma de tetraedro.
Al analizar los orbitales híbridos en la capa de valencia de un átomo, debemos pro-
porcionar un orbital híbrido para cada enlace a (sigma)(definido en el capítulo an-
terior como un enlace con densidad electrónica cilindrica entre los núcleos que lo
forman) que efectúa el átomo, así como pares de electrones de valencia no enlazan-
tes. En el caso del metano, en que el átomo de carbono forma cuatro enlaces cr, se re-
quieren cuatro orbitales híbridos: los cuatro híbridos sp3 formados a partir de los
Figura 13.23 Los cuatro orbitales sp3, cuatro orbitales atómicos provenientes de la capa de valencia del carbono.
formados por la combinación del único Átomos diferentes forman un número distinto de enlaces, y también tienen for-
orbital s y los tres orbitales atómicos p, po- mas no tetraédricas. La molécula covalente BeH2 es lineal, con los dos enlaces forma-
seen simetría tetraédrica. (Por claridad, no dos por el átomo de Be apuntando en direcciones opuestas. Esto pareciera indicar
aparecen los lóbulos pequeños de cada or-
bital.) La geometría espacial de orbitales que uno de los orbitales p está involucrado en el enlace, si bien la configuración elec-
sp3 los hace muy útiles en la explicación de trónica del estado basai de la capa de valencia del Be es 2s2. No hay orbitales p ocu-
estructuras de moléculas orgánicas. pados. Sin embargo, si se combinan el orbital s y uno de los orbitales p,
(13.16)
los dos orbitales híbridos que resultan poseen direcciones relativas, como lo muestra
la figura 13.24: se orientan a 180° uno del otro. Estos orbitales híbridos sp pueden for-
mar enlaces a con los átomos de hidrógeno, lo cual da como resultado una molécu-
la que posee forma lineal. Los otros dos orbitales en el Be, el px y py no resultan
afectados por la hibridación y se encuentran desocupados. (El empleo del orbital pz
en la ecuación 13.16 fue arbitrario.)
En los casos en que se requieren tres orbitales híbridos, se supone una combina-
ción de un orbital 5 y dos orbitales p. La elección depende de la forma en que se de-
fine el sistema. Suponiendo que queremos que un orbital híbrido apunte a lo largo
del eje z, el empleo del orbital pz y (arbitrariamente) del orbital px proporciona tres
orbitales híbridos sp2 en el plano xz. Éstos tienen las formas
Estos tres orbitales poseen la orientación espacial relativa que aparece en la figura
13.25. Se encuentran en el mismo plano y forman ángulos de 120° entre sí. La mo-
lécula BF3, en la que el átomo de boro forma tres enlaces a con los átomos de flúor,
puede describirse señalando que tiene orbitales híbridos sp2. El orbital p que queda
mantiene su forma hidrogenoide original.
Ejemplo 13.15
Muestre que dos de los orbitales híbridos sp2 en el mismo átomo son ortogonales.
Solución
Consideremos la siguiente integral, tomando en cuenta % y r\3 de la ecuación 13.17:
Figura 13.25 Los très orbitales híbri-
dos sp2 se encuentran formados por la
combinación de un orbital atómico s y dos
p. Se encuentran dispuestos en un plano y Como todos los orbitales atómicos son reales, el conjugado complejo no provoca
poseen la forma de un triángulo equiláte- ningún cambio. La expresión anterior puede desarrollarse término por término en
ro. Estos orbitales híbridos se emplean pa- una suma de nueve integrales simples:
ra explicar la estructura plana trigonal de
moléculas como la del BF3.
y las constantes pueden sacarse de la integral. En el caso de cada integral que resul-
ta, las que tienen diferentes orbitales atómicos son iguales a cero (ya que los orbita-
les atómicos mismos son ortogonales). Las únicas integrales que quedan diferentes
de cero son
que, en virtud de que los orbitales atómicos se encuentran normalizados, dan como
resultado
En el caso de elementos del tercer renglón y átomos mayores, en particular los que
se encuentran en el bloque p, la existencia de orbitales d introduce otros posibles es-
quemas de hibridación en los que los propios orbitales d participan. La inclusión de
un orbital d con el orbital s y tres orbitales p produce cinco orbitales híbridos sp3á que,
en conjunto, poseen una forma general bipiramidal trigonal (como en el PC15). La in-
clusión de dos orbitales d con los orbitales s y p origina seis orbitales híbridos sp3á2,
que en conjunto poseen forma octaédrica (como en el SF6).
Éstos constituyen los esquemas más comunes de hibridación, así como los más
ideales. Muchos sistemas reales se describen como orbitales con un carácter híbrido
parcial. Por ejemplo, la molécula del H2O posee un ángulo de enlace de 104.5°, no de
109.45° que requieren los orbitales híbridos 5p3 puros. Esto de alguna manera se apro-
xima más a los ángulos de 90° de los orbitales p no hibridizados, lo cual sugiere una
contribución mayor de un orbital p a la descripción del orbital híbrido de los enlaces
O-H. De hecho, sobre la base exclusiva del ángulo de enlace, algunas ecuaciones (que
no se dan aquí), predicen un obital híbrido que es apenas 81% p y 19% s (opuesto al
75% de orbital p y 25% de orbital s en el caso de un orbital híbrido 5p3 puro). Sin em-
454 C A P Í T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
bargo, en la mayoría de los casos puede suponerse un orbital híbrido "puro", lo cual
funciona con una aproximación suficientemente buena.
La hibridación y la simetría se encuentran íntimamente relacionadas a conse-
cuencia de las relaciones antes definidas: los centros atómicos en las moléculas tienen
cierta hibridación con una forma específica. Los átomos que forman orbitales híbri-
dos sp implican una forma lineal alrededor del centro atómico (lo que sugiere grupos
puntuales Coov o Dxh para moléculas simples). Los átomos que tienen orbitales híbri-
dos sp2 forman enlaces de forma triangular. También forman moléculas planas, ya
que tres enlaces a formados por orbitales híbridos sp2 se encuentran en el mismo pla-
no. Los átomos con orbitales híbridos sp3 tienen una forma molecular tetraédrica con
respecto a dicho átomo. Esta correspondencia entre la geometría molecular y la hi-
bridación, aunque aproximada, constituye una herramienta poderosa para compren-
der la forma general de las moléculas.
Al determinar los índices de representación irreducible para los orbitales híbridos,
debemos considerar a todos los orbitales híbridos como un conjunto y la forma en que
cambia dicho conjunto cuando sobre éste actúan las diversas clases de operaciones de
simetría. Si un orbital híbrido se desplaza sobre sí mismo, contribuye con +1 al carác-
ter de dicha clase de simetría. Si un orbital híbrido se invierte, contribuye con — 1 al ca-
rácter. Si un orbital híbrido se desplaza a la posición de otro orbital híbrido, entonces
contribuye con O (cero) al carácter. Aunque muchas clases cuentan con más de una
operación de simetría representada, todas las operaciones de simetría en una clase
tienen el mismo carácter (que consiste en la forma en que antes separamos las opera-
ciones de simetría en clases). Por consiguiente, sólo es necesario considerar una ope-
ración de simetría para cada clase y la elección acostumbrada es la operación de
simetría más fácil de visualizar. Las contribuciones de todos los orbitales híbridos se
suman —no todos los de los orbitales híbridos tendrán las mismas contribuciones pa-
ra cualquier operación de simetría particular (salvo E, por supuesto). Este conjunto de
caracteres se compara con las representaciones irreducibles del grupo puntual. Si es ne-
cesario, se aplica el teorema de gran ortogonalidad. Esto determina los índices de los
orbitales híbridos. Puesto que sólo orbitales de la misma representación irreducible
pueden interactuar para formar moléculas, dichos índices resultan indispensables al
considerar los puntos finos de los átomos, que se enlazan para formar moléculas.
El siguiente ejemplo ilustra el proceso.
Ejemplo 13.16
Determine las representaciones irreducibles de los orbitales híbridos sp3 en el gru-
po puntual Td.
Solución
La figura 13.26 muestra el conjunto de cuatro orbitales sp3, indicados individualmen-
te (aunque reconocemos que, en realidad, no los podemos distinguir). En conjunto,
éstos poseen simetría tetraédrica o Td. Cada parte de la figura 13.26 muestra el efec-
to de una operación de simetría que produce cada una de las cinco clases en el grupo
puntual Td. Para E, la figura 13.26a muestra que cada orbital híbrido opera sobre sí
mismo y, así, contribuye con +1 al carácter total; por consiguiente, XE = 4- La figura
13.26Í7 muestra que la operación C3 mantiene un orbital en su lugar (que, por lo tan-
to, contribuye con +1), mientras que los otros tres orbitales intercambian posiciones
(y, por consiguiente, contribuyen con O cada uno). En consecuencia, en el caso del
conjunto de cuatro orbitales, Xc3 = 1- La figura 13.26c muestra que para C2, todos los
orbitales operan sobre diferentes orbitales, por lo que Xc2 = O- La figura I3.26d mues-
tra que la operación S4 tiene el mismo efecto que C2: el desplazamiento de todos los
orbitales a las posiciones de diferentes orbitales. Por consiguiente, Xs4 = O- Finalmen-
te, la figura I3.26e muestra que un plano de simetría ad refleja dos orbitales sobre sí
mismos (para una contribución total de +2) y refleja los otros dos orbitales uno so-
13.11 Orbitales híbridos 455
bre el otro (para obtener una contribución total de 0). La contribución total al carác-
ter es 2, por lo que Xad - 2. El conjunto completo de caracteres es
Ésta no es una de las representaciones irreducibles de Td, así que el teorema de gran
ortogonalidad debe aplicarse. Al hacerlo, se demuestra que la F anterior constituye
una combinación de Al y T2 o, más bien,
456 C A P I T U L O 13 Introducción a la simetría en mecánica cuántica
Por lo tanto, los cuatro orbitales híbridos sp3 pueden enlazarse con cualquier otro
orbital molecular o conjunto de orbitales moleculares que tengan representación
irreducible Al o T2 en la simetría Td.
13.12 Resumen
La simetría constituye una herramienta poderosa y útil en química. En este capítulo
hemos estudiado algunos ejemplos sobre la forma en que las ideas de simetría y la
teoría de grupos pueden aplicarse a la mecánica cuántica. En capítulos futuros se
abordarán otros temas relacionados con la simetría. Como se ilustra en el ejemplo
13.12, las consideraciones de simetría resultarán muy importantes en nuestro estudio
de la espectroscopia de átomos y moléculas. La simetría también será importante
cuando estudiemos cristales y superficies, temas que se cubrirán casi al final de la
obra. Cualquier estudio avanzado de la química debe incluir la simetría y la teoría de
grupos, no sólo porque pueden aplicarse a las funciones de onda, como aquí lo hici-
mos, sino a las estructuras tridimensionales de todas las moléculas.
i J i ft € ï € * Ó S Di L CA r i T U L O t 3
13.1 Con sus propias palabras, explique por qué se dice que
un objeto con más elementos de simetría tiene una simetría
más alta que un objeto con menos elementos de simetría.
13.6 Cualquier eje de simetría Cn que gira un objeto 6 = 13.14 En el ejemplo 13.3e, suponemos que las estructuras de
360°/n en torno al eje z puede generalizarse por medio de la resonancia del NO3" "promedian" la simetría de un grupo
matriz: puntual D3h. Si no se supusiera la resonancia, ¿qué grupo pun-
tual definiría la estructura del NO3~?
(13.18) 13.15 Identifique todos los elementos de simetría presentes
en el tetraedro, el cubo y el octaedro.
(véase la tabla 13.1). Determine las formas matriciales de las 13.16 Los grupos puntuales reciben su nombre porque todos
operaciones de rotación C2, C3, C6 y Q. los elementos de simetría del grupo se intersecan en un punto
en el espacio. En el caso de grupos puntuales que tienen / co-
13.7 Aplique la ecuación 13.18 en el ejercicio anterior para
mo operación de simetría, ¿por qué debe encontrarse / en ese
deducir la forma general de a) la operación 5n y b) la opera-
punto?
ción /.
13.8 ¿Cuál es la cantidad de clases y el orden de los siguien- 13.4 Moléculas y simetría
tes grupos puntuales? a) C2v; b) D2h; c) D6h; d) S4; e) Cs; f) 7d;
g) O; h) Oh; i) R^(3). 13.17 Determine los grupos puntuales de las siguientes mo-
léculas, a) Peróxido de hidrógeno, H2O2 (éste no es plano).
13.9 a) Demuestre que el grupo puntual C3v satisface la pro- b) Aleño, CH2 = C = CH2. c) D-glicina (su estereoquímica abso-
piedad de cerradura de un grupo matemático, b) Demuestre luta puede encontrarse en cualquier libro de texto de bioquí-
que el grupo puntual C3v satisface la ley asociativa evaluando mica o química orgánica), d) L-glicina y compare con el inciso
av(£C3) y (av£)C3. c. e) c/s-1,2-dicloroetileno. f) tram-1,2-dicloroetileno. g) Tolue-
13.10 a) En el grupo puntual 7d, ¿una rotación impropia S^1 no, C6H5CH3. h) 1,3-ciclohexadieno.
a qué otra rotación impropia equivale? b) En el grupo puntual
13.18 Determine los grupos puntuales de las siguientes mo-
D6h, ¿la operación de simetría representada mediante C^1 a qué
léculas, a) Selenuro de hidrógeno, H2Se. b) Sulfuro de hidró-
otra operación de simetría equivale?
geno parcialmente deuterado, o HDS. c) La configuración de
13.11 Determine qué operación de simetría de los siguientes silla del ciclohexano, C6H12. d) La configuración de lancha del
grupos puntuales es equivalente a la combinación dada de ciclohexano, C6H12. e) Fe(CO)5, que posee una estructura bi-
operaciones de simetría múltiple, a) En C2v, C2av= ? b) En C2h, piramidal trigonal, f) CO32~, que posee tres estructuras de
/C2 = ? c) En D6h, Qah = ? d) En D2d, C2C2 = ? e) En Oh, /54 = ? resonancia que contribuyen a su forma general, g) La forma
13.12 La teoría de grupos requiere que las operaciones de si- perfectamente alternada del eteno. h) La forma perfectamen-
metría satisfagan la ley asociativa. te eclipsada del eteno. i) 1,4-ciclohexadieno.
a) ¿Satisfacen éstas la ley conmutativa? Es decir, ¿da siempre la 13.19 Identifique el grupo puntual de las funciones de onda
misma respuesta un orden distinto de las mismas operaciones de las siguientes moléculas, a) Óxido de deuterio, D2O (donde
de simetría? Proporcione un ejemplo específico para apoyar su D = 2H). b) Tricloruro de boro, BCI3. c) Cloruro de metileno,
respuesta. CH2CI2.
Ejercicios del capítulo 13 457
13.20 Identifique el grupo puntual de las funciones de onda que aplicar el teorema de gran ortogonalidad para reducir una
de las siguientes moléculas, a) Cloruro de hidrógeno, HCI. b) combinación.
Dióxido de azufre, SO2. c) Trióxido de azufre, SO3.
13.29 Demuestre que dos de las representaciones irreducibles
13.21 a) ¿Cuáles serían las fórmulas de posibles moléculas cualesquiera de los siguientes grupos puntuales son ortogona-
con átomos de carbono en las posiciones de los vértices de los les entre sí. a) C2 b) C2v c) D2h d) Oh e) 7d
cinco sólidos platónicos, en los casos en que las reglas de va-
lencia normales se apliquen? (Es decir, C forma cuatro y sólo 13.30 Con la ayuda de la tabla de caracteres del apéndice 3,
cuatro enlaces. Cualquier otro enlace que no se forme con ¿puede usted determinar qué elemento de simetría debe pre-
otros átomos de C pueden ser empleados por los átomos de sentarse para tener una representación irreducible bidimensio-
hidrógeno.) (Nota: no todos los sólidos platónicos pueden re- nal (es decir, una que pueda indicarse empleando f en lugar de
presentarse mediante átomos de carbono enlazados, en virtud Ao B)?
de que se requieren cinco enlaces en cada vértice.) b) Verifique
que las dos moléculas más pequeñas contengan los diversos 13.31 ¿Por qué es innecesario considerar si una representa-
elementos de simetría de su respectivo grupo puntual cúbico. ción irreducible proveniente de C4h es ortogonal en una repre-
(En realidad, tres de los posibles hidrocarburos se han sintetiza- sentación irreducible de D6h?
do. ¿Puede usted encontrarlos en la literatura química?)
13.32 Explique por qué los caracteres para las rotaciones pro-
13.22 Determine si las siguientes especies químicas tienen pias e impropias son expresiones matemáticas, en lugar de nú-
momentos dipolares permanentes, a) Diclorometano, CH2CI2. meros, para C^ y D^.
b) Clorobenceno, C6H5CI. c) Amoniaco, NH3. d) Dióxido de
13.33 Emplee las expresiones en Rh(3) para determinar los ca-
carbono, CO2. e) Ion carbonato, CO32~. f) Ion fosfato, PO43~.
racteres de los orbitales fen un ambiente octaédrico (Oh). En el
g) Hexafluoruro de uranio, UF6. h) Bromo, Br2. i) Deuteruro de
caso del conjunto de siete orbitales f, el carácter de la opera-
hidrógeno, HD (D = 2H).
ción de simetría de identidad es 7.
13.23 ¿Cuáles de las siguientes especies no tendrán momen-
tos dipolares permanentes? a) Cianuro de hidrógeno, HCN.
13.6 Funciones de onda y simetría
b) Sulfuro de carbonilo, OCS. c) Pentacloruro de fósforo, PCI5.
d) trimetilamino, N(CH3)3. e) Trifluoruro de boro, BF3. f) Dibo- 13.34 a) ¿Cuáles son los elementos de simetría presentes en
rano, que posee la siguiente estructura: una gráfica de la función F($) = sen <(>? Suponga que todos los
elementos de simetría se intersecan en el origen, b) ¿Cuáles
son los elementos de simetría presentes en una gráfica de la
función F(<f>) = eos c|>, suponiendo de nuevo que todos los ele-
mentos se intersecan en el origen?
13.40 Determine las representaciones que resultan para los si- 13.10 y 13.11 Teoría VB y orbitales híbridos
guientes productos de representaciones irreducibles.
13.50 Construya una lista para comparar y contrastar la teo-
a) En C3w AI ® A2 ría VB y la teoría MO.
b) En C6v, E, ® E2
13.51 ¿Por qué podría no sorprendernos descubrir que el pri-
c) En D3h, A'2 <8> A\ ® P mer estado excitado del H2 se encuentra representado por tres
d) En D6h, B2g ® fí2u líneas separadas muy poco en el espectro?
e) En D6h, fllg ® fílg 13.52 Suponga que emplea p0, p_i y p+i junto con los orbi-
f)En Td/E®T, tales s para construir orbitales híbridos. ¿Serán los mismos or-
g) En 7d/ 72 <8> 72 bitales híbridos definidos por los orbitales p^ pyy pz? Justifique
su respuesta.
h) En Oh, Eg ® 72g
13.53 Demuestre que los orbitales individuales sp, según se
13.8 Aplicación de la simetría en integrales les expresa en la ecuación 13.16, son ortogonales.
13.41 Suponga que se encuentra evaluando la integral de los 13.54 Demuestre que los orbitales individuales sp3, según se
productos de funciones con los índices de simetría del ejercicio les expresa en la ecuación 13.15, son ortogonales.
13.40, incisos a-h. ¿Qué integrales, si las hay, son exactamen-
te iguales a cero como consecuencia de consideraciones de si- 13.55 ¿Cuál es la hibridación aproximada de los orbitales del
metría? carbono en el ion carbocatión metilo, CH3+, que es de forma
casi perfectamente plana y triangular?
13.42 Suponga que a la luz polarizada x se le puede asignar
una clase de simetría E en un sistema con simetría C4v. ¿Puede 13.56 Determine la clase de simetría del grupo puntual D3h de
ocurrir una transición de un estado ^ £ a un estado % ? ¿Por los orbitales híbridos sp2, suponiendo que el eje C3 coincide
qué? con el eje zy que uno de los orbitales se localiza a lo largo del
eje positivo x (véase el ejemplo 13.16).
13.43 Demuestre que las transiciones s -^ s no se permiten en
el átomode hidrógeno. Para hacerlo, demuestre que la integral 13.57 Determine las clases de simetría de los orbitales híbri-
/ ^0(s)*0^¿,(s) GÍT es igual a cero, donde O es el operador que dos sp3d, suponiendo que el eje C3 coincide con el eje z y que
representa a la luz. Suponga que la luz posee la clase de sime- uno de los orbitales se localiza a lo largo del eje positivo x
tría D^ en este sistema completamente esférico. (véase el ejemplo 13.16).
13.44 Se puede demostrar que los cinco orbitales d en meta- 13.58 Determine las clases de simetría Oh de los orbitales hí-
les de transición tienen los siguientes caracteres bajo una sime- bridos sp3d2, suponiendo que todos los orbitales híbridos coin-
tría tetraédrica (7"d): ciden con los ejes cartesianos.
Ejercicios del capítulo 13 459
13.59 En el propano (CH3-CH=CH2), el primer carbono po- 13.61 Justifique el hecho de que el átomo de nitrógeno en el
see orbitales híbridos sp3 y el segundo carbono posee orbitales amoniaco tiene una hibridación sp3 aun cuando sólo forma tres
híbridos sp2. Estos orbitales ¡nteractúan para formar un enlace enlaces con tres átomos de hidrógeno.
a. ¿Por qué no son ortogonales estos orbitales híbridos? 13.62 ¿Qué clase de simetría se asigna al orbital solitario p en
el caso de un átomo de boro con hibridación sp2?
13.60 Empleando un programa adecuado de gráficas en
computadora, introduzca las formas de las funciones de onda
hidrogenoides s y p (capítulo 10), tome las combinaciones li- Ejerciciosdematematicassimbolcas
neales correctas de éstas y verifique la orientación espacial de
los orbitales híbridos sp, sp2 y sp3. Si puede encontrar sus for- 13.63 Construya diagramas de superficie de probabilidad de
mas de otra fuente, haga lo mismo con los orbitales híbridos 90% para orbitales híbridos sp, sp2 y sp3. Utilice funciones
sp3cf y sp3d2. También necesitará emplear las funciones de on- de onda hidrogenoides con n = 2 como bases de los orbitales
da d del capítulo 10. híbridos.
14 y
vb
ir
aco
ina l
14.1 Sinopsis
14.2 Reglas de selección
14.3 Espectro
electromagnético
14.4 Rotaciones en
moléculas
14.5 Reglas de selección
para la espectroscopia
rotacional
14.6
14.7
Espectroscopia
rotacional
Distorsiones
P rácticamente todo lo que sabemos sobre la materia proviene de la interacción de
la materia con la radiación electromagnética. En su aspecto más inmediato, di-
chas interacciones definen la espectroscopia. La espectroscopia se originó con Bunsen
centrífugas y Kirchhoff en la primera mitad de la década de 1860, según se explicó en el capítulo
14.8 Vibraciones en 9. Además, resultó ser un factor importante en el desarrollo de la mecánica cuántica,
moléculas
como lo demostró la ecuación de Rydberg para el espectro del átomo de hidróge-
14.9 Modos normales
de vibración
no, así como la teoría de Bohr del hidrógeno.
14.10 Análisis La espectroscopia investiga los niveles de energía de átomos y moléculas. En con-
mecánico-cuántico secuencia, es una aplicación de la mecánica cuántica. Hemos visto que la mecánica
de las vibraciones cuántica proporciona respuestas exactas relacionadas con las energías de diversos
14.11 Reglas de selección sistemas ideales. Veremos que muchos de estos sistemas ideales son de utilidad para
para la espectroscopia entender la espectroscopia —y, por lo tanto, los niveles de energía— de sistemas ató-
vibracional micos y moleculares.
14.12 Espectroscopia Átomos y moléculas tienen energías debido a diferentes tipos de movimiento. En
vibracional de parte, se aplicará la aproximación de Born-Oppenheimer del capítulo 12: analiza-
moléculas diatómicas remos, por separado, diversos movimientos de átomos y moléculas, así como las
y lineales
energías de dichos movimientos. Los niveles de energía electrónicos, nucleares, rota-
14.13 Consideraciones de
simetría relativas a cionales y vibracionales pueden y serán estudiados principalmente por separado,
las vibraciones aunque en algunos casos nos encontraremos con varias clases de espectroscopia que
14.14 Espectroscopia incluye combinaciones de estos niveles de energía.
vibracional de De manera conveniente, las transiciones que involucran las diferentes clases de nive-
moléculas no lineales les de energía (electrónica, vibracional, rotacional) usualmente suceden en diferentes
14.15 Transiciones partes del espectro electromagnético. Esto nos facilita considerarlos por separado.
vibracionales Iniciaremos nuestro tratamiento de varios capítulos de la espectroscopia tomando en
no permitidas cuenta las vibraciones y rotaciones de las moléculas. Tales movimientos son conside-
y no fundamentales rados en principio como una justificación. Ambos tipos de movimientos se pueden
14.16 Regiones
entender en términos mecánico-cuánticos relativamente simples. También se introdu-
dactiloscópicas
14.17 Espectroscopia
cirán algunas herramientas que se pueden aplicar a otras formas de espectroscopia.
rotacional-vibracional
14.18 Espectroscopia 14.1 Sinopsis
de Raman Primero examinaremos la idea de reglas de selección, que son predicciones mecáni-
14.19 Resumen co-cuánticas para las cuales los niveles de energía de un sistema atómico o molecular
461
462 C A P I T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
(14.1)
La ecuación 14.1 se expresa según la forma original de la condición de frecuencia de
Bohr: la diferencia de energía de dos estados cuánticos es igual a la energía del fotón,
que equivale a hv.
Sin embargo, recordemos que las funciones de onda poseen simetría y, por consi-
guiente, operadores. A la luz que provoca que el sistema pase de un estado a otro (por
absorción o emisión) puede asignársele una representación irreducible del grupo
puntual del sistema de interés. La mecánica cuántica define una expresión específica,
denominada momento de transición, a la que se le pueden aplicar representaciones
irreducibles. En el caso de una absorción o emisión de un fotón, el momento de tran-
sición M se define como
(14.2)
14.3 Espectro electromagnético 463
CA veces dividida en las regiones IR cercana (770-2500 nm), media o IR media (2500-50 000 nm) e IR lejana
(SOOOOnm-lOOOmm).
Figura 14.2 Espectro electromagnético. Los números de la parte superior representan los límites de
frecuencia aproximados de las regiones y los valores inferiores corresponden a los límites de longitud
de onda aproximados. La parte visible del espectro, que aparece amplificada, constituye, en realidad, una
pequeña porción del espectro electromagnético completo.
14.3 Espectro electromagnético 465
A frecuencias más bajas que las de la luz visible, hay radiación infrarroja ("más baja
que la roja", abreviada IR), microondas y ondas de radio.
Una ventaja en espectroscopia consiste en que la mayoría de las clases de transicio-
nes (rotacional, vibracional, electrónica, etc.) ocurren en regiones características del
espectro electromagnético. La mayoría de las transiciones rotacionales puras se pre-
sentan como consecuencia de la absorción o emisión de la radiación de microondas.
La mayoría de las transiciones vibracionales suceden debido a la absorción o emisión
de radiación infrarroja. Asimismo, las transiciones electrónicas se producen en pre-
sencia de luz visible y ultravioleta. Hay excepciones, por supuesto: las transiciones de
electrones entre los orbitales /(es decir, en átomos de tierras raras) pueden presen-
tarse en la región infrarroja y las transiciones rotacionales se observan sobrepuestas
en un espectro vibracional, también en la región infrarroja. Pero todavía resulta con-
veniente aludir a cierto tipo de espectroscopia, según la región del espectro electro-
magnético que se prueba.
Ejemplo 14.1
Suponiendo que las regiones generales de las diversas transiciones atómicas o mo-
leculares anteriores sean continuas, ordene por energía creciente las transiciones
electrónicas, rotacionales y vibracionales puras.
Solución
Si se supone que las transiciones electrónicas ocurren en la parte visible o UV del
espectro, las rotacionales en la región de microondas y las vibracionales en la región
IR, entonces, respecto a la energía, las transiciones rotacionales son las más bajas,
las transiciones vibracionales resultan mayores y las transiciones electrónicas son las
más altas de las tres.
Otra ventaja para los espectroscopistas (quizá no para los estudiantes) consiste en
que cada clase de espectroscopia indica con sus propias unidades los cambios de
energía medidos por un espectro. Todas las unidades se relacionan con la energía, pe-
ro tenemos que aplicar c = Xv o E = hv para hacer la conversión a unidades de ener-
gía. A menudo las transiciones en la región de microondas se expresan en unidades
de frecuencia (MHz o GHz), mientras que los cambios en las energías electrónicas
normalmente se expresan en unidades de nm o A. En ambos casos, el valor numéri-
co y la unidad se refieren en conjunto al fotón que se absorbe o emite en el curso de
la transición. La espectroscopia vibracional, en la región infrarroja, emplea los micró-
metros, o mieras, como unidades para indicar la longitud de onda del fotón que par-
ticipa en la transición. (Las mieras normalmente se denotan mediante JJL, en lugar del
símbolo juim aprobado por el SI. Aunque la miera no constituye la unidad aprobada
del SI [se prefiere el micrómetro], se le encuentra a menudo en la literatura científi-
ca. Por consiguiente, el lector debe estar familiarizado con ella.) Generalmente se em-
plea la unidad número de onda, que se define como el número de ondas de luz por
centímetro, por lo que tiene como unidad cm"1.1 Ésta es igual a la inversa de la lon-
gitud de onda (en centímetros) de la luz en cuestión. De esta manera,
Ejemplo 14.2
El agua absorbe radiación infrarroja con una frecuencia de 1595 cm l. Convierta
este número de onda en una longitud de onda en mieras.
Solución
Si volvemos a ordenar la ecuación 14.6, encontramos que
(14.7)
(14.10)
Ésta es la misma expresión empleada para definir los niveles de energía de moléculas
diatómicas (o lineales). Se puede demostrar que cualquier molécula con dos o más ejes
triples o múltiples que no coinciden constituye una tapa esférica. Los ejemplos inclu-
yen el metano (CH4), el hexafluoruro de azufre (SF6) y el cubano (C8H8).
Si la molécula posee tres momentos de inercia recibe el nombre de tapa asimétri-
ca. Las rotaciones de dichas moléculas son complejas. Como se mencionó anterior-
mente, el estudio específico de esta definición se encuentra fuera de los objetivos de
esta obra, aunque esta definición incluye a la mayoría de las moléculas.
Si una molécula no lineal tiene un solo eje triple o múltiple, tendrá iguales dos de
sus tres momentos de inercia. Dichas moléculas reciben el nombre de tapas simétri-
cas. Existen dos clases de tapas simétricas. Si los dos momentos de inercia iguales son
más bajos que el momento de inercia único, entonces la molécula recibe el nombre
de tapa achatada. Si los dos momentos de inercia iguales son más altos que el mo-
mento de inercia único, entonces la molécula recibe el nombre de tapa alargada. Por
lo general, las tapas achatadas son planas y redondas, como un disco, y las tapas alar-
Figura 14.5 a) Una tapa simétrica gadas son amplias y angostas, como un cigarro (véase la figura 14.5). El benceno
alargada sobre el eje de simetría es más (C6H6) constituye una tapa achatada, mientras que el etano (CH3CH3) es una tapa
grande y cilindrica, como el metildiacetile-
no. b) Una tapa simétrica aplastada en los
alargada. La clasificación simétrica de muchas moléculas se hace con facilidad a
polos posee forma de disco, como el ben- simple vista. Sin embargo, en muchos casos se requiere el cálculo explícito de los mo-
ceno. mentos de inercia. El NH3 representa un ejemplo, ya que resulta difícil la visualiza-
468 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
ción de los tres ejes principales (¿puede visualizarlos el lector?). Un eje constituye el
eje de simetría rotacional triple molecular. Los otros dos ejes no son tan evidentes.
Los cálculos de los momentos de inercia muestran que el amoniaco constituye una
tapa simétrica achatada.
Ejemplo 14.3
Clasifique las siguientes moléculas como tapas lineales o esféricas, simétricas alar-
gadas, simétricas achatadas o asimétricas. El dibujo de la estructura de las molécu-
las le ayudará a visualizarlas.
a) Agua, H2O
b) Todas las configuraciones trans del butano, C4H10
c) Clorobenceno, C6H5C1
d) Hexafluoruro de uranio, UF6
e) Cianuro de hidrógeno, HCN
f ) Sulfuro de carbonilo, OCS
g) Ion sulfato, SO42~
Solución
a) El agua tiene un solo eje C2 y, así, constituye una tapa asimétrica.
b) Con esta larga columna vertebral, el butano es una tapa alargada.
c) El clorobenceno posee simetría C2v y, como el agua, es una tapa asimétrica. Ob-
serve la forma en que la sustitución de un H en el benceno con Cl cambió la sime-
tría y, por lo tanto, el comportamiento rotatorio de la molécula.
d) El hexafluoruro de uranio tiene varios ejes C4 que no coinciden, por lo que se tra-
ta de una placa esférica.
e) El HCN es una molécula lineal.
f ) El OCS también es una molécula lineal.
g) El SO42~ es un ion tetraédrico con ejes de rotación C3 que no coinciden. Por lo
tanto, se trata de una tapa esférica.
Ejemplo 14.4
A partir de la forma general de las siguientes moléculas, defínalas como tapas simé-
tricas alargadas o achatadas, o ninguna de las dos.
a) Tetrafluoroetileno, CF2=CF2
b) Trifluoruro de boro, BF3
c) Trimetilamina, N(CH3)3
d) Dimetildiacetileno, CH3-C=C-C=C-CH3
Solución
a) Aunque con la forma aproximada de cigarro, el tetrafluoroetileno no tiene un eje
triple de simetría. Por consiguiente, no se trata de una tapa simétrica.
b) El trifluoruro de boro triangular plano es una tapa simétrica achatada.
c) Si recurrimos a la afirmación anterior que dice que el amoniaco, NH3, es una ta-
pa simétrica achatada, podríamos suponer correctamente que la amina trimetil sus-
tituida también es una tapa simétrica achatada.
d) La molécula aproximadamente lineal del dimetildiacetileno es una tapa simétri-
ca alargada.
4> 4 e 4 (en lugar de 4> Iy e 4)- P°r consiguiente, las definiciones de los diversos ti-
pos de moléculas no lineales son
Tapa esférica: 7a = 7b = 7C
Tapa simétrica achatada:
Tapa simétrica alargada:
Tapa asimétrica:
En este punto, también resulta conveniente definir las siguientes constantes rotacio-
nales:
(14.11)
(14.12)
(14.13)
Ejemplo 14.5
Si trabajamos con unidades SI, ¿cuál es la unidad de las constantes rotacionales A,
BoC?
Solución
Si sólo tomamos en cuenta las unidades de las variables, que son J • s para la cons-
tante de Planck y kg • m2 para el momento de inercia, tenemos lo siguiente:
Es común utilizar los números de onda para expresar las posiciones de las transi-
ciones de rotación. Si se prefieren expresiones en términos de cm"1, las ecuaciones
14.11-14.13 se expresan de la siguiente manera:
Las energías de rotación de las tapas simétricas todavía se dividen en tapas simé-
tricas alargadas y Achatadas. Primero analicemos la tapa simétrica alargada, en la que
4 < 4 = /c. Hay un número cuántico del momentum angular total /que determina el
momentum angular total cuantizado:
Hay un valor cuantizado adicional. Reconozcamos que una molécula que no posee
simetría esférica puede girar de tres formas distintas. Sin embargo, las tapas simétri-
cas poseen una rotación única y dos equivalentes. El eje único recibe el nombre de eje
patrón de la molécula, y se observa que la componente del momentum angular total
en el eje patrón también se encuentra cuantizada. Como la definición del eje patrón
depende de la molécula, puede considerarse una suerte de eje z definido por la mo-
lécula (que es distinto de un eje z absoluto definido espacialmente). La letra Kse em-
plea para indicar la componente cuantizada del eje patrón del momentum angular total
que se rige por las mismas reglas del momentum angular de la componente z:
(14.15)
Observe que 1C se encuentra acotada por / (así como mf se encuentra acotada por €).
La figura 14.6 muestra las diferencias en las definiciones de la componente del eje pa-
trón y la componente z del momentum angular. Los momentos angulares respecto a
los ejes se encuentran cuantizados en moléculas de tapas simétricas. Las ecuaciones
14.9 y 14.15 se aplican a las rotaciones de moléculas de tapas simétricas.
Se puede demostrar (omitimos la deducción detallada) que la energía total de ro-
tación de una tapa simétrica alargada en la dirección de los polos está cuantizada. Di-
cha energía, en términos del número cuántico /para el momentum angular total y el
número cuántico Kpara la componente del eje patrón del momentum angular posee
la siguiente expresión:
(14.16)
Ejemplo 14.6
47
El amoniaco tiene dos momentos de inercia definidos: / = 4.413 X 10 kg-m2 e
/ = 2.806 X 10~47 kg-m2.
a) Represéntelos mediante /a, /b e /c.
14.5 Reglas de selección para la espectroscopia rotacional 471
Solución
a) El amoniaco constituye una tapa simétrica achatada en la que Ia = íb < Jc. Por
consiguiente, el mayor de los dos momentos de inercia definidos corresponde al
momento único: Jc = 4.413 X 10~47 kg-m2. El menor de los momentos de inercia
corresponde tanto a Ja como a /b: Ja = /b = 2.806 X 10~47 kg-m2.
b) De las ecuaciones 14.11-14.13 anteriores (y si reconocemos que Ia = Jb implica
que A = B):
El segundo término es cero, lo cual hace que la energía total dependa exclusivamen-
te del primer término de la expresión:
Quizás contravenga la intuición el hecho de que un número cuántico más alto lle-
ve a una energía cuantizada más baja.
Ejemplo 14.7
¿Cuál de las siguientes moléculas absorberá o emitirá luz a consecuencia de transi-
ciones de energía rotacionales?
a) Metano, CH4
b) Cloruro de hidrógeno, HC1
c) Agua, H2O
d) Dióxido de carbono, CO2
e) Acetileno, C2H2
f ) Cianuro de hidrógeno, HCN
g) Benceno, C6H6
Figura 14.7 Está serie de diagramas Solución
muestra que la frecuencia de la luz y la fre- a) El metano no posee momento dipolar permanente; por consiguiente, no mostra-
cuencia del movimiento de rotación son
iguales si se absorbe la luz. rá transiciones de energía rotacionales puras.
b) El HC1 posee un momento dipolar permanente y, por ello, exhibirá transiciones
de energía rotacionales puras.
c) El H2O, emitirá o absorberá.
d)ElCO 2 ,no.
e) El C2H2, no.
f ) El HCN, emitirá o absorberá.
g) El C6H6, no.
Esta regla de selección burda es general y considera una propiedad también gene-
ral de la molécula. ¿Qué ocurre con las transiciones específicas entre niveles cuánti-
cos de rotación? ¿Dos funciones de onda rotacionales cualesquiera pueden participar
en una transición o existe alguna restricción respecto a qué funciones de onda
pueden interactuar por absorción o emisión de un fotón? Existe, de hecho, una res-
tricción que tiene que ver con que un fotón tenga momentum angular. (Se hizo refe-
rencia a esta cuestión en el capítulo 9, cuando se discutieron los experimentos de
Arthur Compton con rayos X y el cambio de frecuencia de éstos al interaccionar con
átomos.) Los fotones poseen una unidad de momentum angular (s = 1) y, en conse-
cuencia, la ley de la conservación del momentum angular exige que el momentum
angular total de un estado inicial (molécula + fotón) sea igual al momentum angular
total del estado final (la molécula después de que ha absorbido o emitido el fotón).
La ley de la conservación del momentum angular requiere, por lo tanto, que la ab-
sorción o emisión de un fotón vaya acompañada por el cambio del número cuántico
/en 1, ya sea un incremento de 1 (absorción) o una disminución de 1 (emisión). Po-
demos escribir la siguiente regla de selección mecánico-cuántica para las transicio-
nes de rotación:
(14.18)
14.6 Espectroscopia rotacional 473
donde A/se refiere al cambio en el número cuántico /de la transición rotacional.2 Es-
to sucede en un proceso ideal. En condiciones reales, esta regla de selección no se apli-
ca estrictamente, pero las desviaciones, según la ecuación 14.18, son raras y dichas
transiciones son únicamente absorciones o emisiones débiles (por lo que práctica-
mente son indétectables). Por consiguiente, la ecuación 14.18 define las transiciones
rotacionales permitidas. Otras transiciones en las que A/ es diferente de ± 1 se en-
cuentran prohibidas.
Las moléculas lineales también poseen la componente z de su momentum angu-
lar total cuantizada, y si el momentum angular total está cambiando en 1 unidad, es
posible que dicha unidad se encuentre en el eje z. Sin embargo, de nuevo puede su-
ceder que no sea así, por lo que el número cuántico M¡ podría permanecer igual o
cambiar 1 unidad. Por lo tanto, la regla de selección para M; se expresa de la siguien-
te manera:
AM; = O, ± 1 para moléculas lineales (14.19)
Hemos visto que las moléculas de tapas simétricas poseen un segundo número
cuántico, K, que se utiliza para definir la componente cuantizada del momentum an-
gular del eje patrón. La interacción del campo luminoso con el dipolo molecular, que
debe localizarse sobre el eje patrón, es de tal naturaleza que el campo electromagné-
tico no puede alterar la rotación de la molécula respecto al eje patrón. Por lo tanto, el
número cuántico K se emplea para definir la regla de selección
(14.20)
En una ecuación como ésta, la cual incluye un número cuántico, es importante recor-
dar qué estado del número cuántico / representa. En este caso, consideramos la ab-
sorción y / representa el número cuántico del estado de mínima energía. Para ser
consistentes con esta definición de /, escribiremos E(J + 1) -> £(/) para representar
la transición en el caso de la emisión, y la diferencia de energía tendrá la misma mag-
nitud, pero signo negativo, lo cual indica que se pierde energía. / aún representa el
número cuántico del estado de más baja energía. Se acostumbra utilizar la ecuación
14.21 para la espectroscopia de absorción y emisión, así como fijarse simplemente si
la luz se absorbe o emite.
2
En algunas circunstancias se permite que A/ = O, como en el caso de moléculas de electrones
impares, por ejemplo, el NO; pero no se analizarán aquí.
474 CAPÍTULO 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
Ejemplo 14.8
Algunas líneas del espectro rotacional del HC1 se presentan a 83.03, 104.1, 124.3,
145.0 y 165.5 cm"1. La primera línea corresponde a la transición / = 3 —» / = 4, por
lo que es igual a SB. Determine el valor promedio para B a partir de estos datos y
calcule la longitud del enlace del HC1 (el cual ofrece una buena idea del tamaño de
la molécula). Suponga que estos datos corresponden al *H y 35C1. Tendrá que con-
vertir las unidades de B de cm"1 a J para trabajar con unidades adecuadas.
Solución
Resulta fácil ver que la separación entre las líneas es del orden de 21 cm"1. Puesto
que la primera línea corresponde a la transición / = 3 —> / = 4, podemos hacer las
siguientes asignaciones:
7 = 3 -> 7 = 4: posición de la línea = SB = 83.03 cm"1,
por lo tanto, B = 10.38 cm"1
/ = 4 -> / = 5: posición de la línea = 10B = 104.1 cm"1,
por lo tanto, B = 10.41 cm"1
14.6 Espectroscopia rotacional 475
Ésta es la forma en que la espectroscopia rotacional nos da una idea de los tamaños
reales de las moléculas.
Ejemplo 14.9
El NO posee una longitud de enlace de 1.151 A. Prediga dónde aparecerán las pri-
meras cuatro líneas del espectro rotacional puro del NO, en unidades de GHz. Con-
sulte el ejemplo 14.8 en lo que respecta a los cálculos detallados.
Solución
Se calcula que la masa reducida del NO es de 1.24 X 10~26 kg. Podemos calcular un
valor de B:
10
donde hemos aplicado la definición de 1 A = 10 m para que todas las unidades
sean consistentes entre sí. Así, obtenemos
Figura 14.10 Espectro rotacional puro del sarín (gas nervioso) en unidades de frecuencia. Estudios
como éstos son útiles para el diseño de detectores de gases nerviosos.
Figura 14.11 Gráfica de un espectro rotacional Figura 14.12 El mismo espectro de la figura
simulado en unidades de número de onda. Como 14.11, pero en unidades de frecuencia. En este caso,
los números de onda son proporcionales a la ener- el espacio entre líneas no es uniforme.
gía, las absorciones se encuentran espaciadas uni-
formemente.
14.6 Espectroscopia rotacional 477
Los espectros rotacionales, como los de las figuras 14.11 y 14.12, muestran un in-
teresante patrón de intensidad. El patrón de intensidad de los espectros rotacionales
se debe al número de moléculas con determinado estado de rotación. Este patrón re-
cibe el nombre de población del estado. Como la población de cada estado rotacional
es diferente, varía el número de moléculas que absorben radiación y se excitan al si-
guiente estado. Esta diferencia de poblaciones es responsable de las intensidades va-
riables de cada línea de los espectros de rotación.
La temperatura determina la población de los niveles de energía rotacionales. Las
energías de los niveles rotacionales son tan próximas, que la energía térmica es su-
ficiente para provocar que algunas moléculas pasen a estados rotacionales excita-
dos. Por lo tanto, existe una probabilidad creciente de una transición de dichos
estados rotacionales excitados al nivel próximo más alto en /. Sin embargo, en deter-
minado valor de / disminuye la capacidad de la temperatura para poblar térmica-
mente los niveles de energía. Un tratamiento estadístico de los niveles de energía
indica que el número cuántico / poblado al máximo aproximado, /máx, es
(14.23)
Sin campo Con campo 14.18-14.20. Al igual que en el caso de las moléculas lineales, como M; no influye en
eléctrico eléctrico
la energía rotacional, no afectará al espectro rotacional a menos que las moléculas se
sometan a un fuerte campo eléctrico intenso (es decir, el efecto Stark). Puesto que la
regla de selección para K consiste en que ésta debe permanecer inalterable (AJC = 0),
la diferencia en las energías rotacionales la dictan exclusivamente los cambios en /:
(14.24)
Esta ecuación se refiere a la absorción de la radiación electromagnética de una tapa
alargada o achatada, donde B es la constante rotacional que aparece dos veces en las
tres constantes rotacionales para una tapa simétrica (recuerde que una de las cons-
tantes rotacionales es única y diferente de las otras dos). Ésta es la misma expresión
que determinamos en el caso de las moléculas lineales. De nuevo, el número cuánti-
co / se refiere al estado de mínima energía que participa en la transición.
Esto sugiere que podemos averiguar un poco más sobre la estructura de otras ta-
pas simétricas diferentes a las que tienen una constante rotacional simple, aun cuan-
do las tapas simétricas tienen dos diferentes constantes rotacionales. Si las moléculas
actuaran como rotores rígidos perfectos, éste sería el caso; pero no lo son y este he-
cho nos permite obtener información adicional de un espectro real. Volveremos al
tema en la siguiente sección.
Por definición, las moléculas que constituyen tapas esféricas no poseen un mo-
mento dipolar permanente, así que no cuentan con un espectro rotacional puro. De
cualquier modo, en determinadas condiciones pueden tener absorciones rotacionales
Figura 14.14 La imposición de un sobrepuestas en su espectro vibracional.
campo eléctrico puede complicar de algu-
na manera un espectro "simple". En una
molécula diatómica, ahora la regla de se-
lección AM; dicta las posibles transiciones.
Figura 14.15 Espectro real que muestra el efecto Stark en el benzonitrilo, C6H5CN. Los signos 4- y
* indican señales que se desdoblan debido al campo eléctrico. (Fuente: Reimpreso con la autorización de
The American Chemical Society.)
14.7 Distorsiones centrífugas 479
Ejemplo 14.10
Determine la energía de la transición / = 10 -» / = 11 para el HC1 en dos casos:
suponga primero un comportamiento de rotor rígido puro e incluya luego la cons-
tante de distorsión centrífuga. Utilice los valores de B y Dj que figuran en la tabla
14.2. Compare los dos resultados.
Solución
Si recurrimos a la aproximación del rotor rígido, obtenemos
AE = (21.18 ciOQO + 1) = 233.0 cm'1
De acuerdo con la expresión de AE, que incluye explícitamente la constante de dis-
torsión centrífuga,
A E = (21.18cm~ 1 )(10+ 1)
- 4(5.32 X KT^m^XlO + I) 3
233.0 - 0.2575 cm'1 = 232.7 cm'1
donde se han aplicado las reglas normales para las cifras significativas en cálculos.
Observe que el cambio en el AE predicho no es grande, pero crece progresivamen-
te conforme se eleva el número cuántico rotacional.
Las moléculas diatómicas y lineales no son las únicas moléculas que experimentan
distorsiones centrífugas. La figura 14.17 muestra en un diagrama lo que sucede con
la molécula del agua cuando ésta gira a valores altos de /: los átomos son forzados a
dispersarse de alguna manera como consecuencia de la distorsión centrífuga, lo cual
afecta los valores de la energía rotacional, como lo describe la figura 14.18. Sin em-
Figura 14.17 Efecto centrífugo Figura 14.18 Efecto de la distorsión centrífuga sobre los
en una molécula de H2O. Como el niveles de la energía rotacional. Como la distorsión depende
agua posee tres diferentes rotacio- de 72(/ + I) 2 , los valores más altos de /muestran una desvia-
nes, tendrá tres distintos valores D¡. ción mayor de las energías rotacionales ideales. La figura, que
no se encuentra a escala en el caso del H2O, indica el compor-
tamiento general de los niveles de energía rotacional.
14.8 Vibraciones en moléculas 481
Figura 14.19 En moléculas con N átomos se Figura 14.20 En el caso de cualquier movi-
necesitan un total de 3N coordenadas para descri- miento general de una molécula se necesitan 3N"
bir la posición de los átomos en la molécula. Los cambios en las coordenadas para describir el mo-
cuatro átomos de la figura requieren 3 X 4 = 12 vimiento. Cada átomo requiere cambios Ax, Ay
coordenadas en total. Por consiguiente, decimos y Az para que se describa su movimiento.
que esta molécula posee 12 grados de libertad.
482 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
a las rotaciones de la molécula respecto al eje molecular. La figura 14.22 muestra es-
tos grados de libertad rotacional de moléculas lineales y no lineales. En el caso de las
rotaciones, así como de las traslaciones, los átomos de la molécula se desplazan jun-
tos, de tal manera que ponen en movimiento a la molécula. A diferencia de las tras-
laciones, en las rotaciones el centro de masa de la molécula no se mueve en el espacio.
Sin embargo, como los grados de libertad de traslación, de nuevo los átomos no se
mueven uno respecto al otro.
Esto deja 3N - 5 (en el caso de las moléculas lineales) o 3 AT - 6 (en el caso de la
moléculas no lineales) combinaciones de movimientos de los átomos de la molécula.
En estas combinaciones los átomos se desplazan uno respecto a otro, pero no cambia
el centro de masa de toda la molécula. Estos movimientos atómicos internos consti-
tuyen los grados de libertad vibracional o, más sencillamente, las vibraciones de la mo-
lécula.
Existen diversas formas de describir los posibles movimientos de los átomos en una
molécula. Sin embargo, un análisis matemático de las vibraciones muestra que siem-
pre habrá alguna forma de asignar los cambios en las coordenadas, de tal modo que to-
dos los movimientos posibles de los átomos puedan descomponerse en 3N" — 5 (en el
caso de las moléculas lineales) o 3AT - 6 (en el caso de las moléculas no lineales) mo-
vimientos independientes, donde para cada movimiento la frecuencia de cada vibra-
ción atómica será exactamente la misma. Dichos cambios en las coordenadas reciben
el nombre de modos normales de vibración o, sencillamente, modos normales.
En espectroscopia de vibración se prueban las frecuencias de los átomos que vi-
bran en la molécula. Los cambios en las energías de las vibraciones son tales que la
radiación que se emplea generalmente se encuentra en la región infrarroja del espec-
tro. De ahí que espectroscopia IR sea, por lo general, sinónimo de espectroscopia de vi-
bración. Se detectarán vibraciones de baja frecuencia en la región de microondas del
espectro, en tanto que se producen cambios de alta frecuencia en el espectro visible.
Como en el caso de la espectroscopia rotacional, es común la unidad número de on-
da (cm"1)) pero también lo es la unidad que describe la longitud de onda de la luz en
cuestión, que normalmente se expresa en micrómetros o mieras.
Figura 14.21 Existen 3N grados de li- ¿Por qué las moléculas lineales tienen un término distinto (3N - 5 en lugar de
bertad correspondientes a las traslaciones
de la molécula en conjunto. 3N — 6)? Recordemos que las moléculas lineales no tienen rotación definida respec-
to a sus ejes internucleares, así que carecen de un grado de libertad rotacional. Esta
carencia se remedia si se cuenta con un grado de libertad vibracional extra. Veremos
que las moléculas lineales poseen por lo menos una vibración que se desplaza de for-
ma perpendicular a otra vibración de la misma frecuencia (y, por consiguiente, tie-
nen la misma energía: se encuentran degeneradas).
Figura 14.22 Las rotaciones en los 3N grados de libertad son a) dos para las moléculas lineales o
b) tres para las moléculas no lineales.
14.9 Modos normales de vibración 483
Ejemplo 14.11
Determine el número de grados de libertad vibracionales para las siguientes mo-
léculas.
a) Cloruro de hidrógeno, HC1
b) Sulfuro de hidrógeno, H2S
c) Benceno, C6H6
d) Acetileno, C2H2
e) Ion sulfato, SO42~
f ) Peróxido de hidrógeno, H2O2
Solución
a) Por definición, el HC1 es lineal; por consiguiente, tiene 3(2) - 5 = 1 grado de li-
bertad vibracional.
b) El H2S no es lineal, así que tiene 3(3) -6 = 3 grados de libertad vibracional.
c) El benceno tiene 3(12) - 6 = 30 grados de libertad. No obstante, su alta simetría
simplificará las cosas.
d) El C2H2 es lineal, así que tiene 3(4) — 5 = 7 grados de libertad vibracional.
e) El ion sulfato no es lineal: 9 grados de libertad vibracional.
f ) El peróxido de hidrógeno es no lineal: 6 grados de libertad vibracional.
Las soluciones anteriores sugieren que la simetría tiene mucho que ver con el nú-
mero de grados de libertad vibracional en verdad únicos. Considere el benceno, que
es plano y tiene simetría D6h. Como consecuencia de su simetría, ciertas vibraciones
del benceno son idénticas entre sí y tienen la misma frecuencia de vibración. Esto sig-
nifica que habrá menos de 30 frecuencias vibracionales únicas en esta molécula (hay,
de hecho, sólo 20 frecuencias únicas). La simetría también tendrá ramificaciones si-
milares en el caso de las vibraciones de otras moléculas.
86 500 GHz. Por consiguiente, absorbe sólo la luz que tiene la misma frecuen-
cia: 86 500 GHz. La luz de esta frecuencia posee una longitud de onda alrededor de
3.46 micrómetros, o 3.46 mieras, la cual se encuentra en la región infrarroja del es-
pectro. En unidades de números de onda, esta luz tiene una frecuencia de 2886 cm"1.
Sin embargo, consideremos las posibles vibraciones de los tres átomos en la
molécula de H2O. Esta molécula tiene 3(3) - 6 = 3 grados de libertad vibracional.
¿Cuáles son? Podemos imaginar que los tres átomos en el agua se mueven en una
complicada danza que podría ser difícil de entender. No obstante, el espectro vibracio-
nal del agua muestra tres y sólo tres diferentes absorciones: a 3756,3657 y 1595 cm"1.
Esto debe corresponder a las frecuencias de los átomos en los tres modos normales
del agua. Los movimientos de los átomos en estos modos normales (que pueden de-
terminarse matemáticamente) se ilustran en la figura 14.24. Observe que los vectores
ilustrados tienen diferentes longitudes, de tal manera que el centro de masa se man-
tenga en la misma posición. De nuevo, sólo se muestra parte del movimiento. Los
átomos también se desplazan en la dirección inversa en el curso de una sola vibra-
ción. Los modos vibracionales normales del H2O, por lo general, reciben el nombre
(en orden decreciente de número de onda) de modo de elasticidad asimétrico, modo
de elasticidad simétrico y modo deflexión.
No importa cuan complicada sea la molécula, los movimientos de los átomos uno
respecto al otro pueden considerarse exclusivamente como si dichos átomos se des-
plazaran según lo indican los modos normales. Esto nos permite tomar en cuenta só-
Figura 14.24 Los tres modos norma- lo los modos normales. Debido a la simetría, resulta más importante que algunos
les del H2O. Las longitudes de los vectores modos normales de las moléculas grandes sean exactamente iguales a otros. Pen-
indican las distancias relativas en que cada
átomo se desplaza. La distancia real que
semos de nuevo en las elasticidades C-H del benceno, C6H6. Como consecuencia de
cada átomo se mueve es muy pequeña, me- la simetría sextuple de este compuesto, podríamos esperar que éstas se puedan des-
nor a 0.1 A. cribir de manera equivalente y, hasta cierto punto, así es. Así, estos modos normales
poseen la misma frecuencia vibracional. Por consiguiente, el número total de modos
normales únicos depende de dos cosas: el número de átomos en la molécula (como lo
indica el número de modos normales 3N — 5 o 3N — 6) y la simetría de la molécu-
la. Cuanto más alta sea la simetría, tanto menor será el número de modos normales
independientes.
La figura 14.25 muestra una gráfica de energía potencial en función del desplaza-
miento. Como primera aproximación, es posible considerar las moléculas diatómicas
en función de un oscilador armónico cuántico con masa reducida |JL, que, recorde-
mos, se relaciona con las dos masas de los átomos ml y m2:
Figura 14.25 Diagrama de energía po-
tencial para un oscilador armónico simple.
Normalmente este diagrama se aplica ex- (14.30)
clusivamente en el caso de vibraciones de
baja energía (es decir, un número cuántico de forma equivalente,
bajo).
14.10 Análisis mecánico-cuántico de las vibraciones 485
¡Si hacemos esta suposición de oscilador armónico ideal, volvemos directamente apli-
cables las funciones de onda y las energías para el oscilador armónico ideal a las vi-
braciones de la molécula diatómica! En particular, como la espectroscopia aborda las
diferencias de los estados de energía, estamos especialmente interesados en el hecho
de que
(14.31)
donde h es la constante de Planck, v es la frecuencia clásica predicha por la ley de
Hooke y v es el número cuántico vibracional.3 (Es necesario tener cuidado en no con-
fundir v con v.) Es decir, esperamos que la energía vibracional de la molécula diató-
mica se encuentre cuantizada y determinada por la ecuación 14.31. Si las energías de
los estados vibracionales se encuentran cuantizadas, entonces las diferencias en las
energías sólo tendrán ciertos valores.
Las moléculas diatómicas son en particular fáciles de analizar desde el punto de
vista de la mecánica cuántica en virtud de que se les describe cómodamente en fun-
ción del oscilador armónico clásico. Por ejemplo, la expresión
(14.32)
que relaciona la constante de fuerza clásica y la masa reducida del oscilador con su
frecuencia, constituye una herramienta matemática válida. Resulta relativamente sen-
cillo ampliar algunos conceptos para que abarquen los movimientos vibratorios de
moléculas más grandes: las vibraciones actúan como osciladores armónicos ideales
que poseen ciertas funciones de onda y energías cuantizadas. Sin embargo, los modos
normales constituyen vibraciones de todos los átomos de una molécula, no sólo de
dos, de modo que expresiones como la ecuación 14.32 no se aplican directamente, in-
cluso si se recurre a la idea de constante de fuerza de un movimiento poliatómico. Por
otro lado, muchos modos normales son en buena medida movimientos de apenas
unos cuantos átomos unidos de una molécula grande, así que no es poco frecuente
escuchar de estiramientos C-H o flexiones CH2 o dichos tipos de movimientos locali-
zados aun en el caso de moléculas grandes. Técnicamente, dichas denominaciones
son incorrectas, pero en la práctica son útiles para describir cualitativamente el mo-
do normal de la molécula.
Ejemplo 14.12
Suponiendo que la frecuencia vibracional de 2886 cm * (8.652 X 1013 s *) para el
cloruro de hidrógeno es 1H35C1, prediga las frecuencias vibracionales para 1H37C1 y
2 35
H C1. Suponga que la molécula es un oscilador armónico ideal y que la constante
de fuerza no cambia bajo una sustitución isotópica (dichos supuestos son frecuen-
tes en espectroscopia vibracional).
Solución
Si la molécula actúa como un oscilador armónico ideal y no cambia la constante de
fuerza, entonces, en el caso de la frecuencia clásica del oscilador 1H35C1, tenemos que
3
En el capítulo 11 empleamos n paja representar el número cuántico del oscilador armónico.
486 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
donde el asterisco se emplea para indicar una sustitución isotópica. Cuando forma-
mos la razón de las dos ecuaciones anteriores, estos análisis se cancelan entre sí y ob-
tenemos
que se reduce a
Como la razón de frecuencias se relaciona con una razón de masas reducidas, no im-
porta qué unidades empleamos para expresar la razón de las masas reducidas. En
lugar de expresar las masas reducidas en valores atómicos (del orden de 10~27 kg o
una cantidad similar), sencillamente podemos emplear gramos por mol como uni-
dad de masa. Por consiguiente, la masa reducida del 1H35C\ es de 0.9722 (gramos
por mol), mientras que la masa reducida del 1H37C1 es de 0.9737 (gramos por mol).
La ecuación anterior se convierte en
Las unidades se cancelan y se obtiene una razón que posee el mismo valor, sin im-
portar las unidades de masa que se utilicen. Evaluando,
(sin unidades)
Ejemplo 14.13
Si el alargamiento O-H simétrico para el agua ocurre en 3657 cm ly prediga la fre-
cuencia del alargamiento O-D del D2O (D es 2H) suponiendo que el alargamiento
O-H actúa como una especie diatómica.
14.11 Reglas de selección para la espectroscopia vibracional 487
Solución
Podemos recurrir a una razón similar a la que se empleó en el ejemplo 14.12, en tér-
minos de las masas reducidas de las moléculas, e incluir directamente el valor del
número de onda:
Considerando los enlaces O-H y O-D, las masas reducidas (en gramos por mol)
que se sustituyen en la expresión anterior dan como resultado
Figura 14.26 Modos normales de vibración del metano, CH4. Aunque el metano no posee un mo-
mento dipolar permanente, algunas vibraciones distorsionan la molécula de tal manera que aparece un
momento dipolar transitorio. Estas vibraciones absorben luz infrarroja y se presentan en un espectro vi-
bracional del metano.
sorbida o emitida. Por lo tanto, la regla de selección burda para las vibraciones radi-
ca en la presencia de un momento dipolar, que cambia en el curso de la vibración: se
requiere un momento dipolar variable.
Advierta que esto no implica que la molécula deba poseer un momento dipolar per-
manente para tener un espectro vibracional. Consideremos la molécula de metano,
CH4. Ésta no posee momento dipolar permanente gracias a su simetría tetraédrica. Sin
embargo, en el curso de las vibraciones de los átomos en la molécula (véase la figura
14.26) los momentos dipolares transitorios se encuentran presentes conforme los
átomos distorsionan la molécula. De esta manera, no sólo cambia la magnitud, sino la
dirección de dichos momentos dipolares transitorios. El metano absorbe cuantiosa-
mente en la región infrarroja del espectro debido a sus vibraciones. El CO2 es una mo-
lécula lineal. No tiene momento dipolar permanente, pero durante el curso de algunas
vibraciones moleculares posee un momento dipolar transitorio diferente de cero, que
permite la absorción de luz. Sin embargo, en el caso de un modo normal específico del
CO2, no existe cambio neto del momento dipolar como consecuencia de que ambos
átomos de oxígeno se mueven de un lado a otro, respecto al átomo de carbono en fa-
se, en la misma cantidad (éste es el llamado movimiento de alargamiento simétrico del
CO2). Este movimiento vibratorio particular de la molécula no se encuentra activo
absorbiendo luz infrarroja. (Los movimientos vibratorios del CO2 son de particular
importancia en el comportamiento del dióxido de carbono como gas de efecto inver-
nadero. Aun cuando el CO2 no posee momento dipolar permanente, absorbe energía
en forma de luz infrarroja debido a sus movimientos vibratorios.)
Las moléculas diatómicas homonucleares no absorben o emiten radiación debido
a transiciones de estado vibracionales. Por definición, las moléculas diatómicas ho-
monucleares no poseen momento dipolar ni momento dipolar variable cuando los
dos átomos vibran. Se requieren otros métodos para observar directamente niveles de
energía vibracional.
14.11 Reglas de selección para la espectroscopia vibracional 489
Ejemplo 14.14
¿Cuáles de las siguientes moléculas tendrán espectros vibracionales puros?
a) Sulfuro de hidrógeno, H2S
b) Oxígeno, O2
c) Ozono, O3
d) Cloruro de hidrógeno, HC1
e) Acetileno, C2H2
Solución
a) El sulfuro de hidrógeno es una molécula curvada, como el agua. Posee un mo-
mento dipolar permanente, que varía conforme la molécula vibra y mostrará un es-
pectro vibracional puro.
b) El oxígeno elemental, una molécula diatómica homonuclear, no tendrá un espec-
tro vibracional puro.
c) El ozono constituye una molécula curvada, la cual tendrá un momento dipolar
permanente. Como en el caso del H2S, el momento dipolar del ozono cambiará du-
rante la vibración, así que esperaríamos que el ozono tenga un espectro vibracional
detectable.
d) El cloruro de hidrógeno es diatómico, pero posee un momento dipolar cuya
magnitud cambiará conforme cambie la distancia entre los dos átomos. Por consi-
guiente, se espera que tenga un espectro vibracional.
e) El acetileno es lineal, pero se espera, como en el caso del dióxido de carbono, que
algunas de estas vibraciones generen un momento dipolar transitorio. Por lo tanto,
esperamos que el acetileno tenga un espectro vibracional puro.
Existe una regla de selección más específica, que depende del número cuántico del
estado vibracional, v. Como los modos normales de vibración son independientes
entre sí (son ortogonales), esta regla de selección es aplicable a un modo normal a la
vez. Es decir, consideraremos la aplicación de esta nueva regla de selección a cada mo-
do normal de vibración individual. La regla de selección no se refiere a cambios si-
multáneos de más de un modo normal de vibración. Como se indicó en la sección
14.2, dichas reglas de selección específicas se basan en la teoría de grupos. La integral
del momento de transición de las vibraciones es
donde vjv' representan los números cuánticos vibracionales de los dos estados vi-
bracionales involucrados y JJL es el operador dipolar eléctrico. Con el fin de que esta
integral tenga un valor diferente de cero, en el caso de una transición permitida, se
permite el siguiente cambio del número cuántico v:
(14.33)
Esta regla de selección se aplica a cada modo normal de vibración. En espectroscopia
de absorción, el cambio es de +1. Esto supone que el modo normal actúa como osci-
lador armónico ideal. Las moléculas reales no actúan como osciladores armónicos
ideales, por lo que, en algunos casos, no es raro detectar transiciones Av = ±2, ±3,
. . . Dichas observaciones constituyen parte de lo que se denomina espectroscopia de
sóbretenos. En parte consecuencia de la regla de selección de la ecuación 14.33, la de-
tección de sóbretenos resulta difícil porque muchas de dichas absorciones apenas se
representan débilmente en un espectro vibracional. Los rayos láser, con sus altas in-
tensidades, se emplean con frecuencia en la espectroscopia de sobretonos. Sin embar-
go, la mayor parte de la espectroscopia vibracional tiene que ver con las transiciones
que se rigen por la ecuación 14.33.
490 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
Por consiguiente, cuanto mayor sea la constante de fuerza, tanto más cerrada será la
curva de energía potencial.
Figura 14.27 En el caso de un oscila- De cualquier modo, las moléculas reales constituyen sistemas no ideales. Una cur-
dor armónico ideal, la energía potencial es va de energía potencial más exacta para la vibración de moléculas diatómicas se
igual a {kx* y los niveles de energía cuanti- asemeja a la curva para una molécula real de la figura 14.28. La curva de energía po-
zada se encuentran igualmente espaciados.
tencial armónica se sobrepone con fines de comparación. A bajas energías de vibra-
ción, la curva se aproxima a la curva ideal; pero a altas energías de vibración, la curva
de energía potencial es más ancha que la del oscilador armónico ideal. Como resul-
tado, los niveles de energía vibracional, que aparecen en la figura, comienzan a apro-
ximarse más y más. Ésta es la tendencia que se observa en la tabla 14.3 en el caso de
las energías de vibración del HC1. En realidad, nuestro oscilador no es armónico, si-
no anarmónico. Asimismo, en determinado punto, la molécula posee suficiente ener-
gía, de tal manera que los dos átomos se apartan y jamás vuelven a acercarse. La
molécula se encuentra disociada y la cantidad de energía que se requiere para hacer-
lo se denomina energía de disociación. No hay niveles de vibración cuantizados por
encima del límite de energía de disociación. Un oscilador armónico ideal no po-
see energía de disociación, hasta que nos aproximamos a v = o°.
(14.37)
para una molécula. La constante de fuerza, 5.16 mdin/A, también necesita conver-
tirse (105 dinas = 1 newton):
se representa mediante D0 (el subíndice cero se emplea para señalar que esta medi-
da se toma con respecto al estado vibracional v = 0). La relación entre De y L>0, en el
caso de las moléculas diatómicas, es
(14.38)
En el caso de las moléculas poliatómicas, debe tomarse en cuenta un factor de \hv
proveniente de todas las vibraciones. Puesto que hay 3N — 6 vibraciones en una mo-
lécula poliatómica (no lineal), la relación entre De y D0 tiene una suma de 3N — 6 tér-
minos:
4
Si el lector está interesado, las funciones de onda de un oscilador con una función de energía
potencial tipo Morse son
donde las unidades en ve y De son las mismas, así que jce no tiene unidades. La defini-
ción de una molécula diatómica como oscilador de potencial de Morse resulta útil
porque enlaza varios observables importantes relacionados con dicho oscilador: la
frecuencia clásica, la energía de disociación, la constante de fuerza y la anarmonici-
dad. Dichas relaciones son complejas, pero incrementan nuestra comprensión de los
comportamientos de tales moléculas. La tabla 14.4 también incluye información so-
bre las anarmonicidades de las diversas moléculas diatómicas.
Ejemplo 14.16
Prediga dónde ocurre la transición v = O -> v = 6 para el HC1, si éste actúa como
oscilador de Morse ideal. Emplee la información de la tabla 14.4.
Solución
Mediante la ecuación 14.39 podemos calcular las siguientes energías para los esta-
dos de energía vibracional v = O y v = 6.
El término 2.9979 X 1010 cm/s es la conversión directa del número de onda (cm J )
en frecuencia (s"1). Lo mismo se aplica en E(v = 6):
Figura 14.30 Modos normales de vibración para moléculas triatómicas lineales simétricas (ABA) y
asimétricas (ABC). En ambos casos, las vibraciones representadas mediante v2 se encuentran doblemen-
te degeneradas, ya que hay dos vibraciones equivalentes perpendiculares entre sí. En el caso de la molécu-
la simétrica, sólo v2 es activa IR. En el caso de la molécula ABC, las tres vibraciones son activas IR.
plazan uno hacia dentro y otro hacia fuera respecto al átomo central. Esta clase de mo-
vimiento recibe el nombre de vibración de alargamiento asimétrica. Es activa IR, ya que
se genera un pequeño momento dipolar durante la vibración (donde los átomos exter-
nos se encuentran a diferentes distancias del centro). Finalmente, en la vibración re-
presentada mediante v2, el átomo central se desplaza de arriba hacia abajo, mientras los
átomos externos lo hacen de abajo hacia arriba. La molécula normalmente lineal se
curva ligeramente durante el movimiento y, de esta manera, este movimiento recibe
el nombre de movimiento de flexión. También es activo IR: la molécula se curva y el
momento dipolar global ya no se elimina por simetría. Lo interesante de este movi-
miento consiste en que la curvatura puede llevarse de arriba hacia abajo o de adentro
hacia afuera, dos direcciones que se encuentran a 90°. Estos movimientos son perpen-
diculares entre sí y, por ello, representan un par de modos vibracionales doblemen-
te degenerados. Poseen la misma frecuencia de vibración y la misma representación
irreducible. Se dice que el CO2 tiene un movimiento de flexión doblemente degenera-
do (activo IR), un movimiento de alargamiento C-O simétrico (inactivo IR) y un mo-
vimiento de alargamiento C-O asimétrico (activo IR).
La molécula lineal triatómica asimétrica también posee un movimiento de flexión
doblemente degenerado que se representa mediante v2 (la numeración de los modos
normales se rige por un sistema que no explicaremos aquí). Los otros dos movimien-
tos corresponden burdamente a una vibración de alargamiento entre el átomo exter-
no izquierdo y el átomo central, así como a una vibración de alargamiento entre el
átomo externo derecho y el átomo central. Así, en el caso del HCN, tendremos un
movimiento de flexión doblemente degenerado y, consecuentemente, dos modos que
se describen aproximadamente como una vibración de alargamiento H-C y una vi-
bración de alargamiento C-N.
Puesto que esta vibración se encuentra doblemente degenerada, debe contarse dos
veces en la suma que relaciona D0 y De en el caso de las moléculas poliatómicas. En
las moléculas más grandes, las vibraciones degeneradas deben sumarse la cantidad de
veces adecuada para obtener la relación numérica correcta entre D0 y De.
Ejemplo 14.17
Describa de manera aproximada los cuatro modos normales de las siguientes mo-
léculas lineales.
a) Disulfuro de carbono, CS2
b) Hipoclorito de hidrógeno, HC1O
c) Fluoruro de berilio, BeF2
d) Radical etinilo, HCC-
Solución
a) El CS2 posee un alargamiento C-S simétrico, un alargamiento C-S asimétrico y
un movimiento de flexión doblemente degenerado.
496 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
Tengamos en mente que estas descripciones son aproximadas, no exactas. Cada áto-
mo en la molécula se mueve. Esto deja de cumplirse cuando comenzamos a conside-
rar moléculas más grandes, pero no es menos verdadero en el caso de moléculas
triatómicas simples. Advierta que hemos introducido otro tipo de movimiento vibra-
cional: el movimiento de flexión. Dicho movimiento no se ajusta a la definición clási-
ca de un sistema que se rige por la ley de Hooke, que supone que dos masas se mueven
hacia atrás y hacia adelante una respecto a la otra. Sin embargo, aun en el caso de movi-
mientos de flexión, la cuestión es que los átomos se mueven hacia atrás y hacia adelan-
te con respecto a una posición de equilibrio predeterminada. De esta manera, podemos
suponer cierta clase de constante de fuerza tal que, cuanto más lejos se encuentren
los átomos de la posición de equilibrio, tanto más fuerte será la fuerza de restitución.
Por consiguiente, es posible definir las constantes de la fuerza deflexión. No obstante,
en un movimiento de flexión el concepto de masa reducida del oscilador es mucho más
complicado. Por lo tanto, los movimientos de flexión en moléculas no se rigen por
dichas relaciones matemáticas simples como lo hacen los movimientos de alargamien-
to, que ilustramos en los ejemplos 14.12 y 14.13. (Éstos sí se rigen por relaciones mate-
máticas, pero son más complicados. Véase G. Herzberg, Molecular Spectra and
Molecular Structure, IL Infrared and Raman Spectra of Polyatomic Molecules, Van Nos-
trand Reinhold, Nueva York, 1945.) Por ejemplo, mientras se predice que los alarga-
mientos O-H y O-D en el H2O del ejemplo 14.13 tienen una relación de frecuencia de
aproximadamente 0.73, que corresponde a la raíz cuadrada del cociente de la masa re-
ducida de los enlaces O-H y O-D, los movimientos de flexión C-O-H del CH3OH y
CH3OD poseen una relación de frecuencia de alrededor de 0.64, que es considerable-
mente menor que el cociente de la masa reducida del O-H/O-D.
Otras moléculas lineales (acetileno, C2H2, por ejemplo) tienen espectros vibraciona-
les descritos de manera similar: vibraciones de alargamiento o vibraciones de flexión.
Sólo cuando una molécula se vuelve no lineal surgen complicaciones adicionales. Por
desgracia, la mayoría de las moléculas son no lineales. Por fortuna, se pueden apli-
car descripciones similares aproximadas de las vibraciones. Asimismo, es factible com-
binar cuestiones de simetría con la regla de selección del cambio del momento dipolar
para limitar el número de movimientos vibratorios activos IR de moléculas simétricas
grandes. En las siguientes secciones se ilustrarán algunos procedimientos empleados
para simplificar la interpretación de las vibraciones moleculares.
Figura 14.31 Vibración normal vl del H2O y los efectos de los elementos de simetría del grupo pun-
tual C2v en la vibración. En este caso, la operación de todos los elementos de simetría da como resultado
un movimiento que es exactamente el mismo que el movimiento original. Por consiguiente, los eigenva-
lores de las operaciones son todos 1 y esta vibración puede indicarse mediante la representación irredu-
cible Al del grupo puntual C2v.
posiciones de equilibrio. Cuando nos damos cuenta de que (en la mayoría de los
casos) la cantidad de movimiento de los átomos en una vibración es relativamente
pequeña, lo cual distorsiona muy poco a una molécula respecto a su simetría de equi-
librio, la definición que indica que una molécula posee una simetría basada en sus
posiciones atómicas de equilibrio constituye aún una buena base para comprender su
comportamiento.
Consideremos los vectores que describen las vibraciones normales de la molécula
del H2O en la figura 14.31 y los efectos sobre dichos vectores de los diversos elemen-
tos de simetría del grupo puntual de la molécula, C2v. La tabla a la derecha de la figu-
ra muestra que el grupo de eigenvalores generados por los vectores que describen la
vibración vl es la misma que la representación irreducible A{ del grupo puntual. El
examen de las demás vibraciones normales muestra que ésta no es una coincidencia:
los otros dos modos normales se comportan también como representaciones irredu-
cibles del grupo puntual C2v (Al y Bl9 para ser exactos). Aunque la demostración se
encuentra más allá de nuestro objetivo, la cuestión debe quedar clara: a los modos
vibracionales de las moléculas se les puede asignar el índice de una de las representa-
ciones irreducibles del grupo puntual molecular. Las poderosas herramientas mate-
498 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
Ejemplo 14.18
A partir de la representación de los modos normales de una molécula lineal simé-
trica, que aparecen en la figura 14.30, dibuje los cambios en los vectores bajo la ope-
ración de cada elemento de simetría y asigne índices de representación irreducible
a los modos normales del CO2. Tendrá que emplear la tabla de caracteres Dœh del
apéndice 3.
Solución
El dibujo se deja al estudiante. Si los dibujos se realizan adecuadamente, puede ver-
se que a la vibración de alargamiento simétrica se le puede asignar un índice S* y a
la vibración de alargamiento asimétrica se le asigna 2*. El movimiento de flexión
doblemente degenerado se encuentra representado por IIU.
Figura 14.32 Modos normales de vibración para el amoniaco, NH3. Todos son activos IR.
14.14 Espectroscopia vibracional de moléculas no lineales 499
Figura 14.33 Modos normales de vibración para el benceno, C6H6. Como consecuencia de la alta si-
metría del benceno, sólo cuatro de estas vibraciones son activas IR. Fuente: Gerhard Herzberg, Molecular
Spectra and Molecular Structure, vol II, Krieger Publishing Company, 1991. Adaptación autorizada.
tema reconocido por los espectroscopistas. Todas son activas IR, de modo que el
amoniaco absorberá radiación infrarroja con cuatro frecuencias características.
La figura 14.33 muestra las vibraciones normales del benceno, C6H6. En el caso de
este compuesto, 3N - 6 es igual a 30, por lo que esperamos obtener 30 diferentes vi-
braciones. Algunas de ellas son degeneradas, de modo que existen menos de 30 vibra-
ciones independientes. Sin embargo, sólo cuatro vibraciones son activas IR, ya que
sólo cuatro implican un momento dipolar cambiante. (Con respecto a la figura 14.33,
las vibraciones activas IR son v4, v12, v13 y p14.) Esto es posible gracias a que la mo-
lécula de benceno posee muchos elementos de simetría. Hablando en general, cuanto
más alta sea la simetría de la molécula, tanto menos frecuencias vibracionales únicas
500 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
tendría una molécula y tanto menos posibilidades de que tenga un cambio corres-
pondiente en el momento dipolar.
Existe un método teórico que corresponde estrictamente a la teoría de grupos pa-
ra determinar con exactitud el número de transiciones vibracionales permitidas que
se espera observar en un espectro vibracional. Presentamos aquí el método como una
especie de receta y empleamos las tablas de caracteres del apéndice 3. La utilización
de la receta requiere dos cosas. Primero, las tablas de caracteres contienen más infor-
mación de la que hemos utilizado hasta ahora. En particular, observe la información
de la columna de la derecha de las tablas de caracteres. Una o más de las representa-
ciones irreducibles de cada tabla de caracteres posee una notación x, y o z a la derecha
(entre otras cosas), lo que señala las representaciones irreducibles de las componentes
del operador dipolar eléctrico (véase la ecuación 14.2) en dicha simetría particular.
Esta información se necesitará en nuestra receta. Segundo, requerimos establecer la
diferencia entre rotaciones "propias" e "impropias". En sentido amplio, todas las ope-
raciones de simetría pueden considerarse como rotaciones. Las rotaciones propias
son E y Q, que poseen ángulos de rotación de 0° y 360o/n, respectivamente. Las ro-
taciones impropias son ¿ Sn y todos los planos de simetría; éstas tienen ángulos de
rotación de 180°, 360o/n y 180°, respectivamente. Las rotaciones propias e impropias
se tratan de manera ligeramente distinta en dos pasos de la receta.
La receta para determinar el número de vibraciones activas IR de una molécula de
simetría conocida se encuentra en la tabla 14.5, en forma abreviada. En general, ésta
se basa en la determinación de un conjunto de caracteres que describen los grados de
libertad vibracional de una molécula y luego recurre a la aplicación del teorema
de gran ortogonalidad para reducir dicho conjunto de caracteres a un conjunto de re-
presentaciones irreducibles del grupo simétrico de la molécula. En consecuencia, si
definimos los índices x, y y z en la tabla de caracteres, podemos determinar qué índi-
ces de representación irreducible corresponden a las vibraciones activas infrarrojas.
En el siguiente ejemplo se aplican los pasos del esquema.
Ejemplo 14.19
Determine el número de vibraciones activas IR del tetracloruro de carbono, CC14,
que tiene simetría Td.
Solución
Las etapas y símbolos se toman de la tabla 14.5. Primero, construyamos una tabla
listando las clases de las operaciones de simetría en la simetría Td.
1. Determine Nesiadonaño para cada clase de simetría. Debe verificar si los siguien-
tes números son correctos, ya que ésta típicamente es la parte más complica-
da del proceso.
Xr 3 0 -1 1 1
6. Determine xt = -(1 + 2 eos 6) para cada clase de simetría (de nuevo, depen-
diendo de que se trate de una rotación propia o impropia):
502 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
pectrales cuidadosos que aplican una sustitución isotópica selectiva (por ejemplo,
CD3C=CH y CH3C=CD para el metilacetileno) a veces resultan esenciales para de-
terminar qué vibraciones normales contribuyen a las bandas de combinaciones.
Ejemplo 14.20
Un compuesto desconocido muestra absorbencias vibracionales que se presentan
en 3287, 2215 y 729 cm"1. Tomando en cuenta que éstas no son todas las frecuen-
cias vibracionales de la molécula, aplique los conceptos de regiones dactiloscópicas
y tablas de correlación para determinar si probablemente dichas absorciones corres-
ponden o no a las siguientes moléculas.
14.16 Regines dactiloscopicas
506 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
a) Agua, H2O
b) Metano, CH4
c) Acetileno, C2H2
d) Etano, CH3CH3
e) Etinol, CH=COH (es decir, el alcohol formado por acetileno o etino)
Solución
a) Aunque la absorción de 3287 cm"1 podría deberse a un movimiento O-H, nin-
guna de las otras dos absorciones corresponden a cualquier tipo de movimiento de-
bido al oxígeno y al hidrógeno enlazados. Por consiguiente, el agua probablemente
no sea un candidato para tener este espectro.
b) Las tablas de correlación muestran una absorción en el intervalo en que se pre-
sentará el valor de 729 cm"1, pero ninguna de las otras dos absorciones concuerda
con las tablas. (Aunque la absorción de 3287 cm"1 podría parecer cercana, parece
alta para un alcano. Asimismo, el pico en 2215 cm"1 no se encuentra cerca de cual-
quier región dactiloscópica de alcanos.) Por consiguiente, el metano quizá no re-
sulte un probable candidato para dichas absorciones.
c) La absorción de 3287 cm"1 se encuentra en el intervalo de una absorción C-H al-
quina. Además, la absorción en 729 cm"1 se encuentra cerca de la región en que
absorben los enlaces C-H alquinos (esto corresponde al movimiento de flexión
C-H), Finalmente, la absorción en 2215 cm"1 cae en el intervalo de las vibraciones
C=C. Como conclusión, se diría que esto podría representar un posible espectro
(parcial) del acetileno.
d) Como en el caso del metano, aunque es posible representar las regiones dactilos-
cópicas C-H, no hay región dactiloscópica aceptable que pudiera explicar la absor-
ción en 2215 cm"1. Por consiguiente, el etano probablemente no sea candidato para
que tenga estas absorciones.
e) Aunque se encuentran representadas las vibraciones C-H y C=C (como en el ca-
so del acetileno, antes señalado), no se menciona una absorción para un movimien-
to O-H. Por lo tanto, afirmamos con autoridad que estas absorciones podrían
describir a esta molécula, pero posiblemente necesitemos verificar la presencia o au-
sencia de absorciones que pertenezcan a un grupo O-H. Si no se presentan dichas
absorciones normalmente medias o fuertes, entonces la identificación de un com-
puesto como el etanol podría no ser la óptima.
La última parte del ejemplo 14.20 explica una falla importante en el empleo de las
tablas de correlación y de las regiones dactiloscópicas para interpretar los espectros
vibracionales. Éstas, en efecto, ayudan, pero no garantizan la identificación. Todas las
sustancias poseen sus propios espectros característicos y la identificación positiva de
una molécula se fundamenta en la capacidad de relacionar con exactitud o con la ma-
yor aproximación posible los espectros vibracionales. Las regiones dactiloscópicas y
las tablas de correlación proporcionan claves y sugerencias. Pero, en la mayoría de los
casos, eso es todo lo que ofrecen. No obstante, resultan de utilidad en el señalamien-
to de interpretaciones generales referentes a la estructura de una molécula con base
en su espectro vibracional. En el caso de las moléculas pequeñas, donde también pue-
de aplicarse el análisis teórico de grupos, dichas herramientas son indispensables pa-
ra identificar moléculas desconocidas.
contribuyen directamente al tema que nos ocupa.) Cuando una muestra se encuentra
en la fase gaseosa, las moléculas no tienen obstáculos en sus movimientos rotacionales
y vibracionales, de modo que ambos ocurren simultáneamente. En la fase líquida, los
movimientos vibracionales ocurren relativamente sin obstáculos, aunque los movi-
mientos rotacionales pueden tenerlos. En la fase sólida, las vibraciones se encuentran
relativamente obstaculizadas y, con unas cuantas excepciones, cesan las rotaciones.
Una muestra en fase gaseosa se somete a un movimiento vibracional y rotacional.
Las vibraciones absorben comúnmente en determinada región del espectro: la región
infrarroja. Los movimientos de rotación pura absorben energía en la región de mi-
croondas del espectro, pero la energía involucrada en una transición de estado rota-
cional no es despreciable comparada con la energía vibracional. En el proceso de
absorción de energía vibracional, muchas moléculas pueden someterse simultánea-
mente a una transición de energía rotacional. Aunque la diferencia de energía debida
a la transición de estado vibracional es constante (e igual a /zv), la diferencia de ener-
gía debida a las transiciones de estado rotacional depende del número cuántico rota-
cional inicial /. Por consiguiente, la combinación —o sobreposición— de transiciones
rotacionales con una transición vibracional también constituye una serie de absor-
ciones. Dicha serie de absorciones, espaciadas de forma relativamente uniforme, es
representativa de la espectroscopia rotacional-vibracional. A veces se emplea el térmi-
no espectroscopia rovibracional
El espectro del HC1 gaseoso es un ejemplo clásico de espectroscopia rovibracional.
La figura 14.35 muestra un ejemplo de un espectro del HC1. La serie de absorciones
se separa en dos diferentes regiones. De 3100 a 2900 cm"1 es el cambio de la combi-
nación rotacional-vibracional en el número cuántico (Av = +1, A/ = +1), y de 2860
a 2600 cm"1 los cambios en el número cuántico son (Av = +1, A/ = — 1). En ambas
regiones, o secciones, el cambio en el número cuántico vibracional es de +1, ya que
en espectroscopia de absorción se incrementa el número cuántico vibracional. Nor-
malmente, en los espectros de absorción rotacional pura, el cambio en el número
cuántico /también es +1. Pero, cuando una molécula cambia de estados vibraciona-
les, existe la posibilidad de que la molécula pase al siguiente nivel vibracional y, simul-
táneamente, a un valor más bajo del número cuántico /. Puesto que pasar a un estado
rotacional más bajo implica una pérdida global de energía, las transiciones (Av = +1,
Figura 14.35 Secciones completas P y R del espectro rovibracional del gas HC1. El carácter doble
de cada absorción se debe a las abundancias isotópicas naturales de 35C1 y 37C1.
508 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
(14.42)
donde /inferior indica que la ecuación utiliza el valor /del estado rotacional-vibracional
inferior. Observe las diferencias mínimas en los signos y los términos en /inferior de las
dos ecuaciones. Estas diferencias son suficientes para que se detecten en algunos es-
pectros rovibracionales, como lo muestra la figura 14.35. Aunque las ecuaciones an-
teriores suponen la transición vibracional fundamental v = 0 — » v = l , n o suponen
ningún estado rotacional particular. Expresiones como las ecuaciones 14.41 y 14.42
se emplean para calcular anarmonicidades, constantes rotacionales, etc., a partir de
espectros experimentales, ya que, en la mayoría de los casos, hay muchas absorciones
para ajustar las ecuaciones. Muchos de los datos de las tablas 14.2 y 14.4 se determi-
naron de esta manera.
Existe una sección Q en la que el cambio en el número cuántico rotacional /es ce-
ro; es decir, A/ = 0. Si no hay cambio en /, los únicos efectos sobre A£ en la transi-
ción son de naturaleza vibratoria a partir del cambio en la frecuencia vibracional
armónica y los efectos debidos a la anarmonicidad. Las secciones Q son, por consi-
guiente, más compactas que las secciones P o R. No obstante, la figura 14.35 no mues-
tra ninguna sección visible Q (que se esperaría que ocurriera entre las secciones P y
R). Recordemos la regla de selección de la ecuación 14.18, que es A/ = ±1: por lo ge-
neral, A/de O se encuentra prohibido, lo cual sugiere que las secciones Q no se verán.
Esto es verdad en el caso de la mayoría de las moléculas diatómicas. En el caso de las
moléculas poliatómicas, lineales o no lineales, pueden presentarse las secciones Q. Sin
embargo, no existe una regla de selección simple. La figura 14.37 muestra las seccio-
nes P, Qy R para el dióxido de carbono, CO2.
14.17 Espectroscopia rotacional-vibracional 509
Figura 14.37 Espectro rovibracional del CO2, que muestra una sección Q.
Figura 14.38 Parte del espectro rovibracional del vapor de H2O (compare con la figura 14.37). Aun-
que tanto el CO2 como el H2O son moléculas triatómicas, el espectro del H2O es más complicado que el
del CO2, porque se trata de una molécula de tapa asimétrica no lineal.
510 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
Ejemplo 14.21
Los picos que representan la sección R se aproximan cada vez más conforme /se in-
crementa.
a) Aplique la ecuación 14.41 para calcular aproximadamente en qué estado rotacio-
nal dejarán de estar separadas entre sí las líneas rovibracionales y comenzarán a des-
plazarse hacia el punto de energía más baja (este punto recibe el nombre de banda
principal de la serie de absorciones). Para simplificar el problema, desprecie el tér-
mino de distorsión centrífuga. Utilice B0 = 10.44 cm"1 y Bl = 10.14 cm"1.
b) ¿Cuál es el máximo nivel rotacional poblado del HC1 a 298K? (Aplique la ecua-
ción 14.23.)
c) De acuerdo con la respuesta anterior, ¿esperaría observar la banda principal en
un espectro medido a esta temperatura?
Solución
a) Si aplicamos la ecuación 14.41, la separación entre dos absorciones adyacentes,
representada mediante A(AE), es independiente tanto de la frecuencia vibracional
armónica como de la anarmonicidad y es igual a
donde A(AE) constituye el símbolo de la diferencia entre los valores AE del espec-
tro. Si evaluamos la suma y la diferencia de los valores de B en la expresión anterior,
obtenemos
primero tendremos que convertir uno de los valores de B para que se exprese con
las unidades adecuadas. Así,
Todas las unidades se cancelan, así que estamos extrayendo la raíz cuadrada de un
número sin unidades. De esta manera,
14.18 Espectroscopia de Raman 511
Figura 14.39 Espectro de Raman del tetrafluoruroetileno, CF2CF2. La diferencia entre la frecuencia
del fotón emitido y el fotón excitado es igual a una energía de vibración de la molécula. Las líneas de Sto-
kes y las líneas anti-Stokes constituyen las imágenes de espejo modificadas correspondientemente, refle-
jadas a través de la frecuencia de excitación. Las líneas anti-Stokes siempre son más bajas en intensidad
que la correspondiente línea de Stokes.
(14.45)
donde ^final y ^nidaí representan las funciones de onda vibracionales final e inicial,
respectivamente. Como en el caso de las vibraciones que absorben luz infrarroja,
puede demostrarse que esta integral es exactamente igual a cero, a menos que la di-
ferencia en los números cuánticos de ^fmal y ^iniciai sea ± 1:
Av = ± 1 para transiciones vibracionales de Raman permitidas (14.46)
Las vibraciones activas IR requieren de un momento dipolar cambiante, que es re-
lativamente fácil de visualizar examinando los vectores atómicos del modo normal.
Los cambios en la polarizabilidad no se visualizan de manera tan directa. No obstan-
te, como en el caso de las vibraciones activas IR, podemos aplicar el teorema de gran
ortogonalidad para determinar el número de vibraciones activas de Raman que ten-
drá una molécula. El procedimiento es el mismo que se empleó al utilizarse la ta-
bla 14.5 en el ejemplo 14.19, salvo por la etapa 9, en que empleamos información de
la tabla de caracteres para determinar qué representaciones irreducibles son activas
espectroscópicamente. En el caso de las vibraciones activas IR, buscamos los índices
x, y y z en las representaciones irreducibles. Estos índices nos señalaron la represen-
tación irreducible del operador del momento dipolar en dichos grupos puntuales. Pe-
ro, de acuerdo con la ecuación 14.45, el operador para el momento de transición de
Raman es a, no JJL. La polarizabilidad ex posee representaciones irreducibles diferen-
tes en los grupos puntuales y dichas representaciones irreducibles se indican con las
variables de segundo orden: *?, y2, z2, xy, yz, xz u otras combinaciones de funciones
de segundo orden. Dichas funciones se listan en las tablas de caracteres del apéndice
3. Las vibraciones que poseen representaciones irreducibles asociadas con dichos ín-
dices son activas de Raman.
Ejemplo 14.22
Utilice la información del ejemplo 14.19 para determinar qué vibraciones del tetra-
cloruro de carbono, CC14, son activas de Raman.
Solución
De acuerdo con la etapa 8 del ejemplo 14.19, las vibraciones del CC14 tienen en con-
junto las representaciones irreducibles
r = 1AÍ01E02T2
Si revisamos la tabla de caracteres Tddel apéndice 3, encontramos funciones de se-
gundo orden listadas con las representaciones irreducibles AI} E y T2. Por consi-
guiente, todas las vibraciones del CC14 serán activas de Raman y el espectro de
Raman constará de cuatro señales, que representan una sola vibración degenerada,
una vibración doblemente degenerada y dos vibraciones triplemente degeneradas.
514 C A P Í T U L O 14 Espectroscopia rotacional y vibracional
Al comparar las soluciones de los ejemplos 14.19 y 14.22 vemos que la espectros-
copia de absorción vibracional y la espectroscopia de Raman proporcionan distinta
información. Las espectroscopias de absorción y de Raman constituyen técnicas com-
plementarias. De hecho, al comparar los resultados de los espectros de absorción y de
Raman, y al llevar a cabo un análisis de teoría de grupos, podemos suministrar evi-
dencia a favor o en contra de una simetría particular de una molécula (véanse los
ejercicios al final del capítulo, donde se muestra un ejemplo de este tipo de análisis).
Los espectros de Raman pueden proporcionar información adicional a través del
análisis de la diferencia de polarización entre la luz de entrada y la luz de salida (otra
ventaja del empleo de los rayos láser como fuente luminosa). Dichos análisis se en-
cuentran fuera de los objetivos de esta obra; se puede encontrar información adicio-
nal en textos más completos acerca de la espectroscopia de Raman.
Es posible recurrir a la espectroscopia de Raman para investigar otros niveles de
energía, además de los vibracionales. Por ejemplo, los niveles de energía electrónica y
rotacional también pueden analizarse aplicando la dispersión de Raman. La espec-
troscopia de Raman sólo constituye una herramienta más del arsenal químico mo-
derno para el estudio de átomos y moléculas.
14.19 Resumen
Este capítulo incluye una breve introducción a la espectroscopia rotacional y vi-
bracional, la cual constituye un recurso poderoso cuando se aplica al estudio de las
moléculas. Si se lleva a cabo y se analiza adecuadamente, un espectro rotacional o
vibracional puede arrojar información directa relativa a la estructura de una molécu-
la. La espectroscopia rotacional pura, que se vale de la región de microondas del es-
pectro electromagnético, nos permite calcular las dimensiones de las moléculas que
concuerdan con la escala atómica supuesta en la teoría atómica de Dalton. La espec-
troscopia de microondas también ha resultado útil en la observación del universo que
nos rodea. Los observatorios astronómicos han identificado moléculas específicas
que existen en el espacio interestelar, como el H2O, HCN, H2S, C2H2 e incluso
C2H5OH —todas provenientes de espectros de microondas (es decir, rotacionales)
observadas con "telescopios" de microondas—. Dicho conocimiento apoya la idea de
que los compuestos químicos no sólo existen en nuestro mundo, sino en todo el uni-
verso.
La espectroscopia vibracional también proporciona información valiosa sobre
las estructuras de las moléculas, en particular cuando combinamos las herramientas
complementarias de las espectroscopias de absorción infrarroja y de Raman. Los es-
pectros vibracionales, junto con la teoría de grupos y la simetría, constituyen herra-
mientas indispensables para inferir la estructura de una molécula, para determinar
cómo se enlazan los átomos en ella. Las regiones dactiloscópicas también constituyen
un método rápido para establecer qué grupos de átomos existen en una molécula.
Juntas, la espectroscopia rotacional y vibracional tienen que ver con los movimientos
nucleares relativos de las moléculas.
E J E R C I C I O S OIL C A P I T U L O 14
14.2 y 14.3 Reglas de selección y luz 14.11 Calcule los valores de B para el SF6 y UF6, ambas mo-
electromagnética léculas octaédricas. La distancia de enlace S-F es de 1.564 Á y
la del enlace U-F, de 1.996 A. Comente sobre las diferencias
14.1 ¿Por qué no se observará un espectro rotacional en el ca-
entre los dos valores de B, sin olvidar que el peso atómico del
so de la rotación de una molécula lineal con respecto a su eje S es de 32.06 y que el del U es de 238.0.
lineal?
14.2 Indique si las siguientes integrales pueden ser diferentes 14.12 Los momentos de inercia de la fosfina, PH3, son 5.478
de cero, en caso de que el sistema molecular o atómico tenga x 10~47 kg-m2, 5.478 x 10~47 kg-m2 y 6.645 X 10~47 kg-m2.
la simetría local dada. Si es necesario, emplee el teorema de Calcule las constantes rotacionales A, By C para la fosfina.
gran ortogonalidad. 14.13 Demuestre que la degeneración de los niveles rotacio-
a) / *JlPíA * en la simetría D2h nales para las tapas simétricas es de 2(2/ + 1) a menos que
K = O, valor para el cual la degeneración es de 2/ -I- 1.
b) / n°A & en la simetría C3v
c) / ^Ig+OXg^s- ai en la simetría D^ 14.14 Calcule los valores de los primeros cinco niveles de
energía rotacional de la fosfina, PH3. Utilice los valores de los
d) / ViPA^T, ch en la simetría 7"d
momentos de inercia del ejercicio 14.12.
14.3 ¿Cuál es la frecuencia de la luz con las siguientes longi-
tudes de onda? a) 1.00 m; b) 4.77 x 10'5 m; c) 7894 A; 14.15 Calcule los valores de los primeros cinco niveles de
d) 1.903 x 10 3 m. energía rotacional del etano, CH3CH3/ suponiendo que éste
se encuentra en su configuración escalonada energéticamen-
14.4 El complejo Cu(H2O)62+ posee simetría octaédrica. ¿Se te mínima. Los momentos de inercia del etano son: 1.075 x
permite una transición del estado T2g al estado £g si el operador 10~46 kg-m2, 4.200 x 10~46 kg-m2 y 4.200 X 10~46 kg-m2.
del momento de transición posee un índice de simetría 7~lu?
14.5 ¿Cuál es la longitud de onda, la rapidez y la energía de 14.5 Reglas de selección rotacional
un fotón con una frecuencia de 8.041 x 1012 s'1?
14.16 ¿Cuáles de las siguientes moléculas deberían tener es-
14.6 Demuestre que el número de onda de cualquier luz elec-
pectros rotacionales puros?
tromagnética es proporcional a su frecuencia.
a) Deuterio, D2 (D es 2H) b) Monóxido de carbono, CO
14.7 Las unidades de mieras (longitud de onda) y de cm"1
(número de onda) son comunes en la espectroscopia infrarroja. c) C/s-1,2-dicloroetileno d) Trans-1,2-dicloroetileno
Aplique las definiciones y relaciones para deducir una ecuación e) Cloroformo, CHCI3 f) Buckminstefullereno, C60
simple que permita convertir de una unidad a otra. (Sugeren-
g) Dimetiltriacetileno, CH3-C=C-C=C-C=C-CH3
cia: el producto de los dos valores es igual a una constante.)
h) Cianotetracetileno, H-C=C-C=C-C=C-C=C-C=N
14.4 Rotaciones (Estas moléculas se han detectado en el espacio interestelar.)
14.8 La molécula diatómica de hidruro de plata, ^Ag1!-!, tie- i) Óxido nítrico, NO j) Dióxido de nitrógeno, NO2
ne una distancia de enlace internuclear de 1.617 Á. Prediga las 14.17 Los siguientes son conjuntos de números cuánticos
energías, en joules, de sus cuatro primeros niveles de rotación rotacionales (/, MJt K). Defina cada transición indicada como
(utilice / = (jir2).
permitida o prohibida. Sugerencia: recuerde las reglas de los va-
14.9 Clasifique las siguientes moléculas como lineales, tapas lores permitidos de los diversos números cuánticos.
esféricas, tapas simétricas alargadas, tapas simétricas achata- a) (O, 0,0)-» (1,1,0) b)(0,0,0)->(-1,0, 0)
das o tapas asimétricas.
c)(3,2, 1)->(3, 1,1) d) (4, 4,1)-» (2, 4,1)
a) Dimetilacetileno, CH3-C=C-CH3
e) (5, 4, 0) -* (3, 6, 0) f) (8, 2, 2) -> (9, 2, 2)
b) Hexafluoruro de azufre, SF6
c) Ion fosfato, PO43~ g) (7, 4, 2) -* (7, 4, 2) h) (4, 2, 5) -* (3, 2, 5)
d) Glicina, CH2(NH2)(COOH)
e) C/s-1,2-dicloroet¡leno 14.6 Espectroscopia rotacional
f) 7rans-1,2-dicloroetileno 14.18 Habiendo utilizado un espectrómetro para medir un es-
pectro rotacional simple, usted lo gráfica en unidades de nú-
g) Hexametilbenceno, C6(CH3)6
meros de onda, cnrT1. ¿Cómo espera que se vea el espectro?
h) Diacetileno, ChNC-C=CH Convierta las energías de absorción en unidades de longitud de
i) Radical cianuro, CN- onda y vuelva a trazar la gráfica. ¿Se encuentran las absorcio-
nes igualmente espaciadas? ¿Por qué?
14.10 El azufre diatómico, S2, que se detectó en la cola del
cometa Halley cuando éste se aproximó a la Tierra en 1985- 14.19 El especto rotacional del 127I35CI consta de líneas igual-
1986, posee una longitud de enlace de 1.880 x 10~10 m. mente espaciadas a 0.114 cm"1. Calcule la distancia de enlace
Calcule el valor de B, en cm'1 y J, para el S2. del monocloruro de yodo.
14.7 Distorsiones centrífugas 14.39 Señale las diferencias entre las vibraciones fundamen-
tales, las vibraciones de sobretono y las bandas calientes. ¿Cuá-
14.26 Verifique la ecuación 14.26.
les son las reglas de selección del número cuántico vibracional
14.27 Se dice que un espectro rotacional de I2/ que exhibe la de cada una?
transición / = 200 -> / = 201, se predice con bastante preci-
sión por medio de las ecuaciones del rotor rígido de la mecá- 14.40 ¿Es más probable que las desviaciones de un oscilador
nica cuántica. Dé dos razones por las que usted cuestionaría la armónico ideal se vean a bajas energías o altas energías? Expli-
validez de dicha afirmación. que su respuesta.
14.8 y 14.9 Modos vibracionales y normales 14.42 Utilice la figura 14.29 para comentar las variaciones en-
tre un oscilador de Morse y una curva de energía potencial mo-
14.30 Determine el número total de grados de libertad y el lecular verdadera.
número de grados de libertad vibracional de las siguientes mo-
léculas: a) fluoruro de hidrógeno, HF; b) telururo de hidróge- 14.43 De acuerdo con la información de la tabla 14.4, calcu-
no, H2Te; c) buckminsterfullereno, C60; d) fenilalanina, le De y la constante del potencial de Morse a para el HF (k =
C6H5CH2CHNH2COOH; e) naftaleno, C10H8; f) isómero lineal 965.1 N/m) y HBr (411.5 N/m). Exprese la constante a en uni-
del radical C4; g) isómero curvado del radical C4. dades de rrT1 y À"1. Al combinar su respuesta con el valor de
a para el HCI en el ejemplo 14.15, ¿detecta alguna tendencia?
14.31 ¿Cuántos modos normales totales de vibración tienen
las moléculas del problema anterior? 14.44 Aplique la ecuación para la energía de un oscilador de
Morse y calcule los valores de las cinco transiciones listadas pa-
14.32 El metano, CH4, sólo posee dos modos vibracionales
ra el HCI en la tabla 14.3. ¿Cuan cerca se encuentran las tran-
activos IR. Comente sobre el número esperado de modos vi-
siciones vibracionales predichas de los valores experimentales
bracionales activos IR de! CH3D, donde un átomo de hidróge-
de la tabla?
no se reemplaza por un deuterio.
14.45 Utilice los valores ve de la tabla 14.4 para calcular las
14.10 Mecánica cuántica y vibraciones constantes de anarmonicidad xe y vexe para el HBr y el CO
14.33 Demuestre que las dos expresiones de la ecuación 14.30 y compárelas con los valores tabulados. Emplee D0 (HBr) =
son equivalentes. 362 kj/mol y D0 (CO) = 1071 kj/mol.
516 Ejercicios del capítulo 14
14.46 En el ejercicio 14.36 anterior, para la frecuencia vibra- 14.55 ¿Cómo determinaría si el KrF4, en caso de que fuera
cional del FeH dio el valor de 1661 cm"1. Ésta es la frecuencia sintetizado, tiene geometría tetraédrica o cuadrada?
vibracional observada, no la frecuencia vibracional armónica. La
14.56 Determine el número de vibraciones activas IR para las
ecuación 14.39 puede emplearse para determinar que la fre-
siguientes moléculas. Quizá sea necesario determinar primero
cuencia observada v se encuentra relacionada con la frecuen-
la simetría, a) F2O; b) NCI3; c) N(CH3)3 (suponga simetría C3v).
cia armónica ve y con la anarmonicidad xeve por medio de la
ecuación 14.57 Verifique que el cubano, C8H8, sólo posee tres vibracio-
nes activas IR y determine las degeneraciones de cada una.
v = ve - 2xeve
¿Cuántas vibraciones totales de los 42 grados de libertad vibra-
Suponga que, para una molécula deuterada, la frecuencia de la cional se encuentran representadas consecuentemente por los
vibración desplazada ocurre a movimientos vibracionales activos IR?
v* = pve - 2p2xepe
donde p es la raíz cuadrada de la razón de las masas reducidas, 14.15y14.16 Vibraciones no permitidas,
VJJL/JJI*. El FeD absorbe luz con una frecuencia de 1203 cm'1. iones
no fundamentales y región
A partir de esta información, calcule las frecuencias vibraciona- dactiloscópicas
les armónicas y las constantes de anarmonicidad del FeH y el 14.58 El dióxido de carbono posee las siguientes frecuencias
FeD. (Fuente: A. Dendramis, R.J. Van Zee, W. Weltner, Jr., As- vibracionales fundamentales:
trophys.]., 1979,231:632-36.) _i
VT = 667 cm v2 = 1338cm v3 = 2349 cm"
14.47 Deduzca las dos ecuaciones utilizadas para resolver el
ejercicio 14.46 con la ayuda de la ecuación 14.39 y el concep- De acuerdo con la literatura técnica (K.E. Dierenfeldt, /. Chem.
to de masa reducida. Necesitará tomar en cuenta también la Ed., 1995, 72:281-83), las siguientes bandas de combinación
ecuación 14.40. se presentan en el espectro: 618, 2337 y 3715 cm"1. Asigne es-
tos valores a las combinaciones adecuadas de las vibraciones
14.13 y 14.14 Simetría y vibraciones, fundamentales.
moléculas no lineales
14.59 ¿Esperaría usted que las absorciones de combinación
14.48 De acuerdo con la figura 14.32, señale los modos nor- anteriores sean fuertes o débiles en un espectro? ¿Por qué?
males del NH3 con la representación irreducible adecuada.
14.60 ¿Por qué es posible identificar las regiones dactiloscópi-
14.49 Considere los siguientes dos modos vibracionales del cas para las transiciones de sobretonos y bandas calientes, pe-
diacetileno, HOC-OCH: ro no para bandas de combinación?
14.61 El sulfuro de dioctilo, (C8H17)2S, y el hexadecano,
C16H34, poseen espectros vibracionales muy similares. Utilice la
tabla de correlación para explicar la razón.
14.62 ¿Dónde esperaría usted que aparecieran vibraciones
Determine los índices de representación irreducible. ¿Cuál de para el alcohol etílico, CH3CH2OH, en un espectro vibracional?
estos modos vibracionales se espera que, si es el caso, sea acti-
vo IR por cuestiones de simetría y por qué? 14.17 Espectroscopia rovibracional
14.50 Cada uno de los siguientes pares de moléculas tiene el 14.63 El silano, SiH4, posee una geometría tetraédrica y un es-
mismo número de átomos. En cada par, ¿cuál esperaría usted pectro rovibracional que consiste en líneas espaciadas de 16.72
que tuviera menos frecuencias vibracionales diferentes? Quizá cm"1. Calcule la distancia de enlace Si-H en el silano. ¿Podría
sea necesario determinar la simetría de cada molécula antes de esta información obtenerse por espectroscopia rotacional pu-
que usted pueda dar la respuesta, a) HCI y CI2; b) H2O2 y C2H2; ra? ¿Por qué?
c) CH4 y XeF4; d) PF5 y CH3CN; e) Ca3(PO4)2 y C6H5OH.
14.64 Las transiciones de nivel de energía electrónica normal-
14.51 Liste los elementos de simetría individuales para los si-
mente tienen energías más altas que los niveles de energía vi-
guientes grupos puntuales como rotaciones propias o impro-
bracional. ¿Aparecerían las secciones equivalentes P, Q y R en
pias, a) C3v; b) 7d; c) D6h; d) S4; e) D^; f) O (¡no Oh!).
los espectros electrónicos si Av tuviera valores de -1, O o 1 ? Jus-
14.52 Determine el número de vibraciones activas IR para tifique su respuesta.
el benceno, C6H6. ¿El resultado concuerda con el material del
14.65 ¿Cuáles son las formas de las ecuaciones 14.41 y 14.42
texto?
si la distorsión centrífuga es despreciable?
14.53 Determine el número de vibraciones activas IR para las
14.66 La tabla del ejercicio 14.71 lista algunas frecuencias de
siguientes moléculas. Quizá sea necesario determinar primero
absorciones en una sección Py una sección R. ¿Por qué no hay
las simetrías, a) Peróxido de hidrógeno, H2O2; b) ácido oxáli-
ninguna línea listada como P(0)?
co, (COOH)2; c) trióxido de azufre, SO3; d) formaldehído,
H2CO; e) acetona, (CH3)2CO (suponga simetría C2v).
14.18 Espectroscopia de Raman
14.54 Determine el número de vibraciones activas IR para las
siguientes moléculas. Quizá se requiera determinar primero la 14.67 Dos espectros de Raman se miden en la misma mues-
simetría, a) CH4; b) CH3CI; c) CH2CI2; d) CHCI3; e) CCI4. ¿Tie- tra. Un espectro utiliza luz láser de He-Ne roja a 632.8 nm, co-
nen sentido las respuestas conforme se avanza del metano al mo fuente; el otro utiliza luz de 568.2 nm de un láser de Kr+.
metano totalmente sustituido? ¿En qué difieren los dos espectros? ¿En qué se parecen?
Ejercicios del capítulo 14 517
14.68 Determine el número de vibraciones activas Raman ra determinar BQf B^ y Dy para el HCI. Todos los valores se en-
para las siguientes moléculas. Quizá se requiera determinar cuentran en unidades de cm"1.
primero las simetrías, a) CH4; b) CH3CI; c) CH2CI2; d) CHCI3;
e) CCI4. R(0) 2906.047
Compare los resultados que obtenga con las respuestas del P(1) 2864.825 R(1) 2925.814
ejercicio 14.54. P(2) 2843.370 R(2) 2944.859
P(3) 2821 .433 «(3) 2963.180
14.69 La regla de exclusión mutua afirma que, en ciertas mo- P(4) 2798.773 «(4) 2980.777
léculas, las vibraciones son activas IR y no activas Raman, y vi-
P(5) 2775.631 «(5) 2997.893
ceversa. Las moléculas deben contar con cierto elemento de
simetría para que se aplique la regla de exclusión mutua. Ana-
P(6) 2751.765 «(6) 3014.286
lice las tablas de caracteres del apéndice 3 y determine de qué P(7) 2727.658 fi(7) 3029.955
elemento de simetría se trata.
14.70 ¿Es el tretrafluoruro de xenón, XeF4, tetraédrico o pla- 14.72 Utilice la ecuación 14.17 para determinar las energías
no cuadrado? Los aspectos IR y Raman muestran cada uno tres de rotación para el amoniaco, NH3, conforme el número cuán-
vibraciones. Aplique el GOT y analice como en los ejemplos tico rotacional / oscila entre 1 y 10 (/a = /b = 4.413 x 10~47
14.19 y 14.22 para proponer una estructura de esta molécula. kg-m2, /c = 2.806 X 10~47 kg-rn2). Después, construya un dia-
grama de niveles de energía para todos los niveles rotacionales
y represéntelos con los números cuánticos / y K. ¿Cuáles son las
degeneraciones de los niveles?
ejercicios de matematicas simbolicas
14.73 ¿Cuáles son los cambios de energía para las transicio-
14.71 Diversas ecuaciones pueden deducirse de las ecua- nes rotacionales permitidas a partir del diagrama de niveles de
ciones 14.41 y 14.42 y emplearse para determinar, gráfica o energía construido en el ejercicio 14.72?
numéricamente, los diversos parámetros moleculares de una 14.74 Construya y compare los diagramas de niveles de ener-
molécula a partir de los datos espectrales rovibracionales: dos gía para las rotaciones de una molécula diatómica suponiendo
de ellos son que ésta actúa como un rotor rígido (ecuación 14.21) y un ro-
tor rígido con correcciones de distorsión centrífuga (ecuación
14.26). Utilice el HBr como sistema modelo, donde B = 8.473
cnrT1 y D¡= 3.72 x 1CT4 cm"1. Compare los niveles rotaciona-
les hasta / = 20.
14.75 Construya y compare diagramas de niveles de energía
para vibraciones de un oscilador armónico ideal y un oscilador
donde /?(/) es la línea en la sección R, que se origina a partir del anarmónico. Utilice el HCI como modelo oscilador y compare
nivel rotacional / y P(/) es la línea en la sección P, que se origi- los niveles hasta v = 25. Utilice ve = 2989.74 cm'1 y vexe =
na a partir del nivel rotacional /. Utilice los siguientes datos pa- 52.05cm-1.
15.1 Sinopsis
15.2 Reglas de selección
15.3 Átomo de hidrógeno
15.4 Momentos angulares:
orbital y del espín
15.5 Electrones múltiples:
símbolos de términos
y acoplamiento
de Russell-Saunders
A pesar de que primero analizamos la espectroscopia vibracional y rotacional, el
estudiante sagaz reconocerá que uno de los misterios de la mecánica clásica tie-
ne que ver con la espectroscopia electrónica. La incapacidad de explicar el espectro
15.6 Espectros electrónicos (electrónico) del átomo de hidrógeno constituyó una razón fundamental para el de-
de moléculas sarrollo de la mecánica cuántica. Ahora bien, hemos pospuesto el estudio detallado
diatómicas de esta teoría hasta haber considerado los espectros rotacionales y vibracionales.
15.7 Estructura vibracional La razón de este aplazamiento estriba en que una discusión detallada resulta un
y el principio de poco más complicada en el caso de los espectros electrónicos que de las rotaciones o
Franck-Condon vibraciones. Tendremos que desarrollar algunas ideas nuevas para comenzar a com-
15.8 Espectros electrónicos prender los espectros electrónicos y estructuras de sistemas de muchos electrones (de-
de moléculas bemos admitir que el espectro electrónico del hidrógeno, aun dentro del formalismo
poliatómicas de la mecánica cuántica, resultará relativamente simple). Sin embargo, como en el ca-
15.9 Espectros electrónicos so de la espectroscopia rotacional y vibracional, nuestro estudio de la espectroscopia
de sistemas de electrónica en este capítulo se encuentra limitado, por necesidad. Hay libros comple-
electrones TT: tos dedicados al tema; nosotros sólo introduciremos algunas ideas básicas.
aproximaciones
de Hückel 15.1 Sinopsis
15.10 Benceno y Iniciaremos considerando las reglas de selección para las transiciones electrónicas.
aromaticidad Después, estudiaremos el espectro electrónico del átomo de hidrógeno en términos de
15.11 Fluorescencia y las reglas de selección y la mecánica cuántica. Habrá pocas sorpresas, si acaso alguna,
fosforescencia ya que las posiciones de las líneas del espectro del átomo de hidrógeno tenían más de
15.12 Láseres 100 años de conocerse (aunque no se entendían plenamente). El espectro electrónico
del helio, el sistema múltiple de electrones más simple, no resulta fácil de representar
15.13 Resumen
mediante un modelo matemático. Es de suponerse, ya que la mecánica cuántica no
puede establecer expresiones analíticas para las funciones de onda del átomo de helio.
Un espectro electrónico que muestra cambios de energías es de igual manera no analí-
tico. En el caso del helio y de los átomos (y moléculas) más grandes, encontramos que
ciertas regularidades en el espectro se pueden trazar de nuevo por el momentum an-
gular de los electrones en el átomo o molécula. Por último, el momentum angular
—fundamental en la teoría del hidrógeno de Bohr— desempeñará un papel central en
nuestra comprensión de los espectros electrónicos. Veremos cómo se emplea este he-
cho en los espectros electrónicos atómicos, diatómicos y (brevemente) moleculares.
519
520 C A P Í T U L O 15 Introducción a la espectroscopia y las estructuras electrónicas
(15.1)
donde Viciai 7 ^fmai se refieren a las funciones de onda del sistema de interés, p, re-
presenta el operador del dipolo eléctrico, que define la interacción entre la luz y la
materia. En espectroscopia rotacional y vibracional, las reglas de selección que pu-
dimos deducir de la ecuación 15.1 fueron relativamente directas en términos de los
cambios en los números cuánticos rotacionales y vibracionales.
Por desgracia, en el caso de las transiciones electrónicas no resulta fácil definir las
reglas de selección burdas. Por consiguiente, consideraremos las reglas de selección
para las transiciones electrónicas conforme surjan en nuestro estudio. Por ejemplo, el
espectro electrónico del átomo de hidrógeno posee una regla de selección relativa-
mente simple. Por el contrario, el espectro electrónico de la molécula del benceno se
rige por reglas más complejas.
Existe cierta garantía respecto a los espectros electrónicos. Recordemos que las
transiciones permitidas para los espectros rotacionales y vibracionales dependen de
la presencia de un momento dipolar, ya sea permanente uno o variable el otro. Las
transiciones electrónicas permitidas siempre se presentan con un cambio, que a ve-
ces recibe el nombre de "desplazamiento dipolar", en la distribución de cargas elec-
trónicas en un átomo o molécula. Esta afirmación se justifica con facilidad. Un
electrón —cuyo estado se describe por medio de una función de onda inicial— tie-
ne probabilidades de existencia en ciertos lugares del sistema atómico o molecular.
Cuando se le describe mediante una función de onda diferente, el electrón cuenta con
diferentes probabilidades de existencia en dichas regiones. La distribución de proba-
bilidad del electrón ha cambiado. Por consiguiente, las transiciones electrónicas per-
mitidas se encuentran íntimamente relacionadas con la idea de carga electrónica
variable, como en el caso de las transiciones rotacionales y vibracionales permitidas.
Las reglas de selección específicas para los átomos y moléculas también pueden
determinarse aplicando un análisis de teoría de grupos de las funciones de la ecua-
ción 15.1, exactamente como lo hicimos en el capítulo anterior en el caso de las tran-
siciones vibracionales permitidas IR y de Raman.
luz es emitida por transiciones electrónicas fue establecida firmemente por Bohr,
quien dedujo la ecuación
(15.2)
(15.3)
(15.4)
En vista de que los fotones mismos poseen momentum angular, esta regla de se-
lección es consistente con la ley de conservación del momentum angular. También
existe un efecto potencial sobre el número cuántico m^ ya que el cambio en el núme-
ro cuántico € puede ocurrir o no en la componente z del momentum angular total.
Por consiguiente, la regla de selección conducente es
(15.5)
No existe restricción para el cambio en n, el número cuántico principal. A/7 puede te-
ner cualquier valor. ¿Por qué no son tan evidentes las reglas de selección (ecuaciones
15.4 y 15.5) a partir del espectro del átomo de hidrógeno? Porque la energía electró-
nica del átomo de hidrógeno no depende del número cuántico del momentum angu-
lar. Ésta depende exclusivamente del número cuántico principal, n. Las funciones de
onda espaciales del átomo de hidrógeno son degeneradas n2-dobles, en virtud de las
variaciones en los números cuánticos (€ y ra¿) de tal manera que el espectro del áto-
mo de hidrógeno se presenta como si las diferencias de energía se debieran a los cam-
bios en el número cuántico principal.1 En realidad, las líneas espectrales se deben a
electrones variables, no precisamente a su número cuántico principal, sino también,
Figura 15.1 Algunas transiciones per- de acuerdo con la regla de selección, a su número cuántico del momentum angular.
mitidas de un solo electrón en el átomo de La figura 15.1 muestra algunas posibles transiciones, de acuerdo con la regla de se-
hidrógeno. A pesar de la complejidad del lección anterior. Para varios de los diversos cambios en el número cuántico ny los
diagrama, el espectro del átomo de hidró- cambios A€ son diferentes, pero conducen al mismo AE (que es lo que ilustra un es-
geno es relativamente simple porque las
subcapas dentro del mismo número cuán-
1
tico principal se encuentran degeneradas. La degeneración es de multiplicidad 2«2-dobles degeneradas, si se incluye el espín del electrón.
522 C A P Í T U L O 15 Introducción a la espectroscopia y las estructuras electrónicas
pectro). Puesto que la energía de transición depende del valor de n y no de €, las di-
ferentes transiciones tienen, en última instancia, el mismo AE.
Ejemplo 15.1
¿Qué pares de transiciones [indicadas por los números cuánticos (n, €, m^)} del áto-
mo de hidrógeno ocurren con el mismo valor de AE?
a) (2,1, 1) -> (3, 2, 2) y (3, 2, 2) -» (4,1, 2)
b) (3,1, 0) -> (5, 2, 1) y (3,4, 0) -» (5, 3, 0)
Solución
a) Puesto que las dos transiciones ocurren entre diferentes valores del número
cuántico principal, estas dos transiciones no poseen el mismo valor AE y se verían
en diferentes longitudes de onda en el espectro.
b) Aun cuando son diferentes los números cuánticos € y m¿, como las transiciones
ocurren entre funciones de onda con el mismo número cuántico principal, las ener-
gías de transición son las mismas.
El ejemplo anterior y las reglas de selección también son aplicables a iones simi-
lares al hidrógeno, los cuales tienen un solo electrón. No obstante, tales sistemas se
encuentran en la vasta minoría de especies atómicas, cuyos espectros necesitan inter-
pretarse. Recuerde que una de las principales fallas de la mecánica clásica fue la inca-
pacidad de explicar los espectros. Aunque la mecánica cuántica no proporciona
soluciones analíticas para funciones de onda de sistemas múltiples de electrones, da
herramientas para comprenderlos.
que determina la energía electrónica de eigenvalor total y, por consiguiente, dicta los
cambios de energía registrados en un espectro electrónico. Por consiguiente, es im-
portante entender la forma en que interactúan los momentos angulares orbital y del
espín. Esta interacción recibe el nombre de acoplamiento espín-orbital El acopla-
miento espín-orbital actúa para volver a las energías electrónicas individuales ligera-
mente diferentes de la ecuación anterior, dependiendo de la forma en que el
momentum angular del espín interactúa con el momentum angular orbital. El efec-
to global es dividir los niveles de energía en una gran cantidad de niveles de energía
discretos. El resultado neto consiste en que el espectro electrónico de un átomo de
múltiples electrones es más complicado.
Los experimentos han indicado que el momentum angular total y la componente
z del momentum angular total para un electrón se encuentran cuantizados (esta
situación se asemeja mucho a las rotaciones de las moléculas). De esta manera, los
valores permitidos de los números cuánticos de los momentos angulares totales son
similares a los de los momentos angulares orbital y del espín. Adoptaremos la con-
vención de utilizar los números cuánticos € y mf para referirnos a los momentos an-
gulares orbitales de un electrón; s y ras para referirnos a los momentos angulares del
espín, e introduciremos los números cuánticos j y ra; para representar el momentum
angular total y la componente z del momentum angular total de un solo electrón. Co-
mo en el caso de los momentos angulares, m; puede tener 2j + 1 posibles valores, que
van de —; a j. También adoptaremos la convención de utilizar letras mayúsculas pa-
ra los diversos números cuánticos de los momentos angulares totales de diversos elec-
trones. Emplearemos €, mfy etc., para un solo electrón, pero I, MD S, Ms, Jy M} para
los diversos momentos combinados de más de un electrón.
Los momentos angulares orbital y del espín se combinan (es decir, se acoplan) en
forma vectorial. Considere el electrón con € = O (es decir, un electrón en la subcapa
s), como lo muestra la figura 15.2. El momentum angular del espín s siempre es \ en
el caso de un electrón, pero puede orientarse en dos diferentes direcciones (que co-
rresponden al número cuántico ms con valores +\ o — \). El momentum angular to-
tal, representado por el número cuántico j, se determina a partir de la combinación
de los valores € y s, o simplemente \. Sin embargo, el vector j puede tener dos posibles
orientaciones respecto al eje z, lo cual corresponde a dos diferentes valores posibles de
Figura 15.2 La combinación del mo- ra;, como lo muestra la figura 15.2.
mentum angular orbital de un electrón de En el caso de un electrón de la subcapa p> j puede tener dos posibles valores, que
la subcapa s (representada por un solo corresponden a las dos combinaciones vectoriales posibles del vector € (que tiene
punto) con el momentum angular del es- magnitud 1) y el vector s (de magnitud \). La figura 15.3 lo ilustra. En el caso del elec-
pín da como resultado un momentum an- trón p:
gular j de \y que puede tener dos posibles
orientaciones z correspondientes a m}•, = {
j rrij = — |, como se muestra. (15.6)
Ejemplo 15.2
De acuerdo con las expresiones anteriores, determine los posibles valores de j de lo
siguiente.
a) Un solo electrón d.
b) Un solo electrón h (donde € = 5).
Solución
a) En el caso del electrón d> € = 2 y 5 siempre son iguales a \y por lo que los dos po-
sibles valores de j para un solo electrón d son f y \.
a) En el caso de un electrón h (que existiría como un estado excitado en, digamos,
la sexta capa cuántica principal), € = 5, de modo que los dos posibles valores de j
para un solo electrón h son y y f.
Este ejemplo muestra de nuevo como semienteros los posibles valores del núme-
ro cuántico j. En el caso de electrones solos, j siempre es un semientero. En el caso de
los electrones múltiples, los valores de /pueden ser enteros o semienteros.
Ejemplo 15.3
¿Cuáles son los posibles valores de m; para el electrón d en el ejemplo 15.2?
Solución
En el caso de un momentum angular, que sigue las reglas normales de la mecánica
cuántica para los momentos angulares, los posibles valores de m; van de — j a j, en
etapas de números enteros. Por consiguiente, m}-,= —f, —f, ~4, i \ y f para el estado
; = i y — i ~i 2 7 ! Para el estado j = \ del electrón d. Hay seis posibles valores
nij para j = \j cuatro posibles valores de ra; para j = \.
La energía global de un electrón depende del valor del número cuántico ;. El número
cuántico nij no afecta la energía del electrón, a menos que el átomo se encuentre en
un campo magnético o eléctrico. Estas afirmaciones son consistentes con los efectos
conocidos de € y mf sobre la energía de un electrón (hidrogenoide).
Las subcapas completamente llenas (no capas, sino subcapas) no contribuyen al
momentum angular global para el momentum angular total del átomo. Todos
los momentos angulares, orbitales y del espín, se parean de manera que el efecto ne-
to sea nulo. Sin embargo, si un electrón de una subcapa llena se excita y pasa a un es-
tado de energía más alta, este principio ya no se cumple, y el efecto sobre el
momentum angular total de la subcapa parcialmente llena, así como el electrón exci-
tado, deben tomarse en cuenta.
Sin embargo, primero debemos ser capaces de conseguir algún entendimiento de
los espectros electrónicos de los átomos que tienen un solo electrón en su subcapa
de valencia. Dichos átomos tienen configuraciones electrónicas ns1, nply ndl o nf1
(donde n es algún valor permitido del número cuántico principal). A consecuencia
15.4 Momentos angulares: orbital y del espín 525
del único electrón de valencia en dichos átomos, los cambios permitidos en € y ra€
dictan las reglas de selección:
A€ = ±1
Ara€ = O, ±1
Los valores del número cuántico j dependen de los valores de los números cuánticos
€ y m€. En estos casos, ninguna regla de selección depende de j (aunque se reconoce
que el valor del número cuántico ; lo dictan los valores respectivos de € y ra¿).
Ejemplo 15.4
En sus primeras investigaciones, alrededor de 1814, sobre el espectro del Sol, Joseph
von Fraunhofer identificó una intensa línea amarilla del espectro con la letra D. Se
demostró que esta emisión se debía al átomo de sodio (lo cual indica, a propósito,
la presencia de sodio en el Sol), así que finalmente se le dio el nombre de línea D de
sodio. Trabajos posteriores demostraron que, bajo una alta resolución, la línea D
de sodio en realidad constituye un par de líneas muy próximas, separadas 6 A. Su-
poniendo que en el estado electrónico más bajo del átomo de sodio el electrón de
valencia posee los números cuánticos (ny €, j) = (3,0, \)> ¿cuáles son los posibles nú-
meros cuánticos para el estado electrónico superior?
Solución
Como no hay regla de selección para An, no podemos decir qué número cuántico
principal puede asignarse al estado electrónico superior (en realidad, éste se debe a
una transición de n = 3 a n = 4). Sin embargo, podemos aplicar las reglas de selec-
ción para € y m€ y determinar qué números cuánticos del estado electrónico supe-
rior deben corresponder a transiciones intensas —y presuntamente permitidas—.
En vista de que € = O en el caso del estado inferior, el estado superior debe tener
€ = 1 (ya que € = — 1 no es posible). Esto significa que el estado electrónico supe-
rior debe ser un orbital p. Puesto que el número cuántico mf para el estado electró-
nico inferior debe ser O (€ = O significa que mf debe ser cero), entonces el estado
electrónico superior debe tener un mf de —1, O o 1. Dichos estados son degenera-
dos, a menos que un campo magnético se encuentre presente. No obstante, en el
caso de un solo electrón, s = \y por lo que, a partir del valor de € del estado supe-
rior, podemos determinar que los posibles valores de j son \ y f. Por consiguiente
hay dos posibles combinaciones de números cuánticos para el estado superior:
(n, €, j) = (ny 1, ~) o (H, €, j) = (n, 1, f). Los diferentes números cuánticos —j, en
particular— implican que habrá una energía ligeramente diferente para los dos es-
tados superiores. Ésta es la razón por la que hay dos líneas poco espaciadas en el
espectro del Na.
Si bien éste constituye un ejemplo relativamente simple, señala un factor clave pa-
ra el entendimiento de los espectros electrónicos de los átomos: el hecho de que los
momentos angulares orbital y del espín interactúan, o se acoplan. El acoplamiento es
todavía más importante en la interpretación de los espectros electrónicos que tienen
más de un electrón en su subcapa de valencia, ya que ahora los momentos angulares
del orbital y del espín de diferentes electrones pueden acoplarse entre sí. Esto hace al
espectro potencialmente más confuso. Por fortuna, existe un procedimiento para for-
malizar las posibilidades de acoplamiento entre más de un electrón en una subcapa
de valencia. Consideraremos este tema en la siguiente sección.
526 C A P Í T U L O 15 Introducción a la espectroscopia y las estructuras electrónicas
En lugar de emplear el valor numérico de L, se utiliza una letra (como las designa-
ciones de subcapas s, p, dyf>... las cuales representan € = 0,1,2,3,... en los átomos).
Las siguientes letras mayúsculas indican el valor de L:
L Representación literal
0 S
1 P
2 D
3 F
Ejemplo 15.5
¿Cuáles son los símbolos de los términos para los dos estados de alta energía en las
líneas D del átomo de Na? Recurra a los valores de los diversos momentos angula-
res de la solución del ejemplo 15.4.
Solución
En este caso, los momentos del electrón de valencia única determinan los momen-
tos angulares totales; es decir, (L, S, /) = (€, 5, ;). Para los dos estados electrónicos
superiores, los números cuánticos (I, S, J) son (1, -y {) y (1, \, f). (¿Cómo supi-
mos que S = ¿? Porque, en el caso de un solo electrón, la suma vectorial del momen-
tum angular del espín único es de \.) Como L = 1, ambos símbolos de los términos
son estados P y, ya que S = \ en ambos estados, las multiplicidades son 2(\) + 1 =
2. Por consiguiente, los dos símbolos de los términos son:
Estos dos símbolos de los términos, además de otros como éstos, se emplean pa-
ra representar no sólo estados electrónicos, sino transiciones electrónicas. Por ejem-
plo, si sabemos que el estado basai de mínima energía del átomo de Na tiene un
símbolo de término 2S1/2 (hecho que puede determinarse a partir de la configura-
ción electrónica de su capa de valencia), las dos transiciones involucradas en las lí-
neas de emisión D del sodio se representan de la siguiente manera:
electrones p (fl = €2 = 1), los posibles valores de L son 2,1 y 0. Estos posibles valo-
res de I indican las posibles combinaciones vectoriales de los números cuánticos m€
de los dos electrones.
En el caso de S de un átomo con multielectrones de subcapa no llena, se cumple
una relación similar. Para el caso simple de dos electrones, los valores posibles de S se
encuentran dados por
Aunque éstas son todas las combinaciones, algunas de ellas se rigen por el princi-
pio de Pauli. Por ejemplo, el símbolo del término 3D implica que, en el caso de am-
bos electrones, ra¿ = +1 y que los espines se orienten en la misma dirección (es decir,
ms es el mismo para ambos electrones). Esto implica que ambos electrones poseen el
mismo conjunto de cuatro números cuánticos, lo cual prohibe el principio de Pauli.
Por lo tanto, el símbolo del término 3D no puede existir y no existe para esta configu-
ración electrónica. Un argumento similar puede plantearse en el caso del término 3S:
ambos electrones pueden tener los mismos mf = O y ras, pero esto está prohibido por
el principio de Pauli. Por lo tanto, tampoco existe el símbolo del término 3S.
Tampoco existe el símbolo del término 1P, no como consecuencia del principio de
Pauli, sino porque los símbolos de los términos que quedan definen en conjunto
todas las posibles formas en que los dos electrones p pueden acoplar su momentum
angular orbital y del espín. Un símbolo del término 1P resulta redundante y, por con-
siguiente, innecesario. De esta manera, los posibles símbolos de los términos para la
configuración electrónica del estado basal son
VDy 3 P
De nuevo, observe la diferencia entre la configuración electrónica y los símbolos de
los términos. Los tres símbolos de los términos anteriores describen determinados es-
tados de los dos electrones p en la configuración electrónica del estado basal del áto-
mo de carbono (o, en este caso, cualquier átomo con una subcapa de valencia p2). Sin
embargo, ya que estos símbolos representan diferentes momentos angulares orbitales
y del espín, representan también estados con diferentes energías totales, aun cuando
correspondan a un átomo de carbono con configuración electrónica Is2 2s22p2.
15.5 Electrones múltiples: símbolos de términos y acoplamiento de Russell-Saunders 529
Ejemplo 15.6
Liste todos los posibles símbolos de los términos (no ignore ninguno a conse-
cuencia del principio de Pauli) para una configuración electrónica del electrón de
valencia del estado basal d2.
Solución
Cada electrón d posee un € de 2, así que los posibles valores de I son 4, 3, 2, 1 y 0.
Esto implica la posible existencia de los estados G, F, D, P y S. Como en el caso del
ejemplo anterior, los dos electrones tienen cada uno un s de \y así que los posibles
valores de S son 1 y 0. Los valores resultantes de la multiplicidad son 3 y 1. Si com-
binamos las multiplicidades con los valores de L, los posibles símbolos de los térmi-
nos son 3G, 1G, 3F, *F, 3D, 'D, 3P, *P y 3S, 1S (el principio de Pauli y la redundancia
eliminarán, en última instancia, los símbolos de los términos 3S, 3D, 3G, 1P y *F pa-
ra estos átomos, quedando 1G, 3F, 1D, 3P y 1S).
Las reglas para determinar símbolos de términos (y, más importante, para excluir
ciertos símbolos de términos) suponen que los electrones en la subcapa no llena se
encuentran en la misma subcapa atómica. Ésta es la razón por la que podemos apli-
car el principio de Pauli para excluir ciertos símbolos de términos. Si los electrones se
encontraran en diferentes subcapas (como en un estado excitado), entonces no po-
dríamos aplicar el principio de Pauli de esta manera y se requerirían más símbolos de
términos para describir las posibles interacciones de los momentos angulares.
Todos los átomos que tienen una configuración electrónica con una subcapa de va-
lencia p2 poseen los mismos posibles símbolos de términos. Es posible un enunciado
similar de cualquier configuración electrónica de una subcapa de valencia: los átomos
que tienen la misma configuración poseen los mismos símbolos de los términos. Ade-
más, se puede demostrar que los átomos con una configuración electrónica p4 tienen
los mismos símbolos de los términos que una configuración p2. Los átomos que tie-
nen una configuración d2 poseen los mismos símbolos de términos que un átomo ds,
y así sucesivamente. En general, si una subcapa puede alojar un máximo de m electro-
nes, la configuración de m - n electrones posee los mismos símbolos de los términos
que la configuración de n electrones. (Por ejemplo, las configuraciones d2 y ds tienen
los mismos símbolos de los términos; d3 y d7, también, etc.) Esto implica que sólo hay
un número limitado de posibles símbolos de los términos para las configuraciones
electrónicas. La tabla 15.1 lista dichos símbolos de los términos en el caso de las confi-
guraciones electrónicas de diversas subcapas de valencia. Recordemos que las capas
cerradas no contribuyen con ningún momentum angular neto (orbital o del espín), así
que la única subcapa que debe considerarse es cualquier subcapa no llena.
^/ 2
P
t.f3 VD,3P
p 2
P, 2D, 4S
d\d9 2
D
d\d* 1
S,1R1G,3P,3F
d\d7 2 2
P, D, 2 D, 2 F, 2 G, 2 H, 4 P, 4 F
d\d« 1 1 1 1 1 1
S, S, 0, D, F, G> 1G, ll, 3P, 3P, 3D> 3F, 3F, 3G, 3H, 5D
ds VP,2D,2D,2D,2F,2F,2G, 2 G, 2 H, 2 I, 4 P, 4 D, 4 F, 4 G, 6 S
Nota: Los átomos con subcapas completamente llenas cuentan con un solo término 'S.
530 C A P Í T U L O 15 Introducción a la espectroscopia y las estructuras electrónicas
Ejemplo 15.7
Determine el número total de estados en un átomo con la configuración electróni-
ca d2 en el caso de la subcapa de valencia. Utilice la tabla 15.1, donde aparecen los
símbolos de los términos.
Solución
En el caso de la configuración electrónica d2, los símbolos de los términos son %,
^2, ^4, 3 P 2 > 3 Pi> 3P0> 3p4> 3p3 7 3p2- Hay 2/ + 1 valores correspondientes a M7 para
cada término, así que cada estado posee una degeneración de 1,5,9, 5,3,1,9,7 y 5,
respectivamente. El número total de estados es la suma de estas degeneraciones, que
15.5 Electrones múltiples: símbolos de términos y acoplamiento de Russell-Saunders 531
Estos ejemplos podrían requerir la revisión de la idea de los estados excitados. An-
tes consideramos un estado excitado como cualquier estado sobre el estado basai y
estos estados excitados normalmente tienen cambios evidentes en relativamente la
mayoría de los números cuánticos del sistema. En el caso del átomo de hidrógeno, los
estados electrónicos tienen una energía cuantizada determinada por el número cuán-
tico principal n, y el espectro electrónico del hidrógeno se debe a los cambios en el
número cuántico n (y, más específicamente, a los cambios simultáneos en el número
cuántico €, pero esto no resulta evidente de inmediato a consecuencia de la degene-
ración de los estados electrónicos del hidrógeno). Además, hemos empleado una
aproximación del átomo de hidrógeno para representar los estados electrónicos de
los átomos electrónicos múltiples y, de esta manera, hemos utilizado las representa-
ciones Is, 2s, 2p, etc., para los orbitales de átomos más grandes.
Entonces, se podría suponer que el espectro electrónico se debe a cambios de elec-
trones de un orbital a otro, aun en el átomo de hidrógeno o el átomo de sodio analiza-
dos anteriormente (en ese caso, se trató el átomo de una sola valencia de sodio como
un sistema similar al hidrógeno). No obstante, para átomos con una subcapa de valen-
cia de multielectrones es más complicado. Para tales sistemas suceden estados excita-
dos dentro de la configuración electrónica de más baja energía. Únicamente uno de los
símbolos de términos representa el estado basai de más baja energía del átomo. Los
otros símbolos de términos, por definición, son estados excitados. Esto menosprecia el
hecho de que todos los estados son parte de la misma configuración electrónica.
En consecuencia, la siguiente pregunta es: ¿cuál de los símbolos de los términos re-
presenta el estado electrónico basai? En 1925-1927, después de un examen detallado
de los espectros, Friedrich Hund formuló algunas reglas para determinar el símbolo
del término para el estado basal. Las reglas de Hund son:
1. Los términos que tienen la multiplicidad superior son los de energía inferior. Si
este hecho determina claramente el símbolo del término para el estado basai, se
ha encontrado lo que se quería.
2. De los símbolos de los términos que tienen la más alta multiplicidad, los valo-
res de I superiores, el orden de la energía es inferior.
3. Si la subcapa de valencia es menor que la mitad ocupada, / será de orden infe-
rior y la energía de orden inferior. Si más de la mitad de la subcapa de valencia
se encuentra ocupada, / es de orden superior y la energía de orden inferior (las
subcapas que se encuentran ocupadas exactamente a la mitad siempre tendrán
un símbolo de término S igual al estado de multiplicidad de primer orden y, por
consiguiente, sólo tienen un posible valor para /).
De acuerdo con estas reglas, se predice que el estado de mínima energía para un
átomo de carbono en la configuración p2 es 3P0, que es lo que ocurre en realidad. El
estado electrónico 3Pl tiene una energía ligeramente más alta (16.4 cm"1); el estado
3
P2 tiene una energía todavía más alta (43.5 cm"1). El estado electrónico *D2 tiene una
energía mucho más alta (de hecho, se encuentra a 10 194 cm"1 por encima del esta-
do basal) y,finalmente,el estado \ es el estado con más alta energía (21 6
Figura 15.5 Los átomos de carbono
poseen cinco diferentes niveles de energía
por encima del estado basai) en la variedad de los estados electrónicos dentro de la
electrónica dentro de la configuración elec- configuración electrónica p2. La figura 15.5 ilustra los diferentes estados de esta va
trónica Is2 2s2 2p2y sólo uno de los cuales es riedad (las reglas de Hund también se aplican a los estados electrónicos moleculares,
el estado basal. como lo analizaremos posteriormente en este capítulo).
Ejemplo 15.8
Determine el estado basal esperado de un átomo de Ni, que tiene una configuración
de subcapa de valencia d8.
532 C A P Í T U L O 15 Introducción a la espectroscopia y las estructuras electrónicas
Solución
El primer paso consiste en admitir que la configuración electrónica ds tendrá los
mismos símbolos de los términos que la configuración electrónica d2, como se in-
dicó antes en el capítulo. Por consiguiente, podemos aplicar directamente los resul-
tados del ejemplo 15.7. De acuerdo con la primera regla de Hund, uno de los estados
tripletes será el estado basai. La segunda regla de Hund permite escoger entre el sím-
bolo del término 3P o 3F al elegir el estado con el I más grande: 3F. Finalmente, la
tercera regla de Hund permite elegir qué valor de /tendrá el estado basai. En virtud
de que la configuración electrónica ds representa una subcapa que se encuentra
ocupada más de la mitad, el valor más alto de /también tendrá la energía más baja.
Por consiguiente, el término 7 = 4 debería ser el mínimo. El símbolo del término
para el estado basai de un átomo de Ni es, por lo tanto, 3F4.
Ejemplo 15.9
Prediga el símbolo del término del estado basai para el catión tetravalente del tec-
necio, Tc4+. Suponga que su configuración electrónica tiene una subcapa de valen-
cia á3. Utilice la tabla 15.1, donde figuran los símbolos de los términos parciales.
Solución
De los símbolos de los términos para una configuración electrónica d3, las multipli-
cidades más altas son de 4 para los estados 4P y 4F (primera regla de Hund). Esto sig-
nifica que S = \. El valor más alto de los valores de I se presenta en el caso del
término 4F, así que será el término del estado basal (segunda regla de Hund). Los
cuatro valores de / en el estado 4F son: 3 + \ —> 3 — f o f, \y\ y \. En esta capa con
menos de la mitad ocupada, el valor inferior de /posee energía más baja (tercera re-
gla de Hund). Por consiguiente, el símbolo del término del estado basai es 4F3/2.
(Este ejemplo ilustra el hecho de que los iones atómicos se analizan como los áto-
mos neutros y el hecho de que los valores de /pueden ser semienteros. En todos los
casos de un número impar de electrones en la subcapa de valencia, / siempre será
un semientero.)
Por último, y brevemente, los símbolos de los términos también pueden determi-
narse en el caso de los estados electrónicos con más de una subcapa electrónica sin
ocupar. Por ejemplo, la configuración electrónica 2s1 2p} es una configuración posi-
ble de un estado excitado de un átomo de He. Los momentos angulares individuales
de los dos electrones (€ = O, ra¿ = O y € = 1, mf = — 1 o O o 1) se combinan vecto-
rialmente para dar L = 1 (el único valor posible de L) y S = O o 1 para los términos 3P
y *P. Los valores posibles para / se pueden determinar como corresponde. Sin embar-
go, en estos casos el principio de Pauli no excluye ciertas combinaciones de momentos
angulares, ya que ahora los electrones tienen diferentes números cuánticos para el mo-
mentum angular. Si la configuración electrónica del estado excitado fuera 2s2, el prin-
cipio de Pauli eliminaría ciertos símbolos de términos por resultar imposibles.
Ya que se requieren representaciones adicionales para especificar estados electró-
nicos de capas de valencia multielectrones, se necesitan más reglas de selección para
indicar las transiciones permitidas entre los estados. Las reglas de selección anterio-
res (ecuaciones 15.4 y 15.5) no se aplican estrictamente porque € y m€ no se conside-
ran buenos números cuánticos. Sin embargo, existen (y quizás no resulte del todo
sorprendente) reglas de selección afines en términos de L y S, y, ahora, una para /:
(15.13)
(15.14)
O se encuentra prohibido) (15.15)
15.5 Electrones múltiples: símbolos de términos y acoplamiento de Russell-Saunders 533
Figura 15.6 Diagrama parcial de Grotrian para el helio. Observe que éstas no son las únicas posibles
transiciones, sino unas cuantas. Fuente: Vemulapalli, G. K., Physical Chemistry, © 1993. Adaptación auto-
rizada de Prentice-Hall, Upper Saddle River (Nueva Jersey).
534 CAPÍTULO 15 Introducción a la espectroscopia y las estructuras electrónicas
Figura 15.7 Diagrama parcial de Grotrian para los átomos de aluminio en la fase gaseosa. El grosor
de las líneas indica la intensidad relativa de la transición electrónica. Fuente: G. Herzberg, Atomic Spec-
tra and Atomic Structures (trad. J. W. T. Spinks), Nueva York, Dover, 1944; reimpreso con autorización del
editor.
ras 15.6 y 15.7 muestran dos diagramas de Grotrian, que ilustran las transiciones per-
mitidas. Como podría esperarse, los átomos que tienen más electrones de capa de va-
lencia no apareados exhiben un diagrama de Grotrian más complicado.
Los espectros atómicos pueden medirse generando los átomos, por ejemplo, eva-
porándolos en la fase gaseosa. A veces esto puede resultar difícil, especialmente en el
caso de una sustancia similar al tungsteno, que posee un punto de ebullición normal
de 5660 °C. De cualquier modo, muchos átomos e iones existen en estado sólido co-
mo complejos metálicos o cristales iónicos. Aunque la imposición de otras especies
químicas en torno al átomo o ion afecta el espectro (lo que se conoce como teoría de
campo cristalino), el análisis anterior suministra la base para interpretar las transi-
ciones electrónicas de átomos e iones en los compuestos.
el momento sólo dos grupos puntuales serán importantes. También existen similitu-
des en los espectros electrónicos y rotacionales de las moléculas diatómicas, por lo
que un repaso de los movimientos de rotación podría ser de utilidad.
Como en el caso de los átomos, los símbolos de los términos pueden definirse pa-
ra las moléculas diatómicas. Los símbolos de los términos para las moléculas diató-
micas se determinan de manera similar a la del número cuántico Kde las rotaciones
diatómicas: el símbolo del término se determina mediante el momentum angular or-
Figura 15.8 Los espectros electrónicos bital de los electrones respecto al eje internuclear. La figura 15.8 muestra la forma de
de moléculas diatómicas se describen so-
bre la base de la componente del momen- hacerlo.
tum angular del electrón respecto al eje Los símbolos de los términos se asemejan a los de los átomos, pero los números
molecular, como se indica. cuánticos involucrados se representan con otros índices. En lugar de 25+1I7, el símbo-
lo del término para las moléculas diatómicas es:
2S+1
An (15.16)
donde A, il y S se ilustran en la figura 15.9. El vector del momentum angular total
cuantizado J es la combinación del momentum angular orbital de los electrones L
(observe que los electrones pareados en orbitales moleculares no contribuyen al mo-
mentum angular global para el total), el momentum orbital del espín de los electro-
nes S (de nuevo, los electrones pareados no contribuyen al momentum angular del
espín global) y el momentum angular rotacional de la molécula misma, R. Con ex-
cepción de R, que de cualquier forma es perpendicular al eje de la molécula, todos
estos momentos angulares tienen componentes que se localizan a lo largo del eje mo-
lecular. La componente axial de L es A, la componente axial de S es S y la componen-
te axial de J es íí (véase la figura 15.9). Estas componentes se encuentran cuantizadas
y tienen valores enteros o semienteros de h (para algunos casos de S), como todos los
momentos angulares. Los valores de A y íí, junto con S, conforman el símbolo del
término. Pero, como en el caso de L para los átomos multielectrones, en lugar de uti-
lizar el valor numérico de A en el símbolo del término, se emplea una letra. A dife-
rencia de los símbolos de los términos atómicos, los símbolos de los términos
diatómicos incluyen letras griegas mayúsculas:
A Representación literal
0 S
1 n
2 A
3 $
Figura 15.11 Orbitales moleculares del O2. Diagramas simples como los de la figura 15.10 facilitan
la determinación de los orbitales pares e impares.
Ya que el grupo puntual Dxh tiene un orden formal de », deben utilizarse otros
métodos para determinar la forma en que se reduce este producto directo. En reali-
dad, se reduce a
s p + es p -0A p
Una forma de explicar esto sin el gran teorema de la ortogonalidad se basa en la
existencia de tres posibles formas de expresar los dos electrones en dos orbitales mo-
leculares: 1) orbitales separados, espines en la misma dirección; 2) orbitales separados,
espines en direcciones opuestas; 3) los mismos orbitales, direcciones de espines opues-
tas (por el principio de Pauli no pueden tener la misma dirección). Los primeros dos
estados son individualmente de degeneración. ¿De cuántas maneras pueden colocarse
electrones indistinguibles en los orbitales con los mismos o diferentes espines? (Recor-
demos que sin un campo magnético no podemos diferenciar entre espín hacia arriba y
espín hacia abajo.) De una manera para cada espín; por lo tanto, dos estados individua-
les S (degeneración = 1). Sin embargo, ¿de cuántas maneras pueden colocarse los dos
electrones en un solo orbital con diferentes espines? De dos maneras, ya que hay dos di-
ferentes orbitales ir*. Por consiguiente, se requiere un estado doblemente degenerado
A. ¿Cuál es el número total de maneras? Cuatro; lo mismo que en el caso del carácter
del elemento de simetría E para un producto directo u X EL
El principio de Pauli limita los posibles espines para los símbolos de los términos
anteriores. Esto se debe estrictamente al requisito de antisimetría del principio de Pau-
li. Los signos + y - en los estados sigma (S) en la suma directa anterior indican sime-
tría y simetría espacial antisimétrica, respectivamente (específicamente, con respecto a
los planos de reflexión verticales). De manera similar, el símbolo del término A repre-
538 C A P Í T U L O 15 Introducción a la espectroscopia y las estructuras electrónicas
senta un estado electrónico espacial simétrico (verifique su carácter). Por lo tanto, los
estados espaciales de simetría deben aparearse con estados de espín antisimétricos y
los estados espaciales antisimétricos deben aparearse con estados de espín simétricos.
Cuando se hace esto, resultan posibles los siguientes símbolos de los términos:
Las reglas de Hund se aplican a los estados electrónicos moleculares, así como a los
estados electrónicos atómicos (que es, en parte, la razón de su gran utilidad). Por con-
siguiente, se predice que el estado electrónico de más alta multiplicidad, el estado
3
Sp, es el estado basal (por diversos medios, según se determina experimentalmen-
te). Los estados electrónicos l^ y *Ap son estados excitados dentro de las configura-
ciones electrónicas (ir*)2 de la molécula diatómica (véase la figura 15.11).
Ejemplo 15.10
Prediga los símbolos de los términos de la configuración electrónica fundamental
de un estado excitado del oxígeno con uno de sus electrones en el orbital antienla-
zante a*. Consulte la figura 15.11 como ayuda para determinar el índice de simetría
del electrón excitado. Observe que no se requiere conocer todos los caracteres de las
representaciones irreducibles para determinar los caracteres necesarios del produc-
to directo.
Solución
El electrón excitado en el orbital antienlazante a* se encuentra en un orbital mo-
lecular con simetría S*, y el electrón que aún se encuentra en el orbital TT* tiene si-
metría HÍ. El producto de estas dos simetrías es simplemente IIj (verifíquelo). Los
electrones cr* y TT* pueden tener el espín en la misma dirección u otro espín de di-
ferente dirección (de preferencia, las componentes z del espín), por lo que son po-
sibles multiplicidades de 3 o 1. Por consiguiente, los símbolos de los términos para
esta configuración electrónica de estado excitado son 3IIi y 1TI{. Los estados II son
doblemente degenerados. En este caso, hay dos posibles orbitales moleculares dege-
nerados TT* para el electrón no excitado. Los símbolos de los términos completos in-
cluirían los valores de íí. En el estado triplete, íí puede ser 2, 1 o 0. En el estado
singulete, íí sólo puede ser L A diferencia de los símbolos de los términos atómi-
cos, es relativamente poco común ver valores íí listados explícitamente en símbolos
de términos de moléculas diatómicas. Uno vería que 3IIi representa los tres estados
individuales, en lugar de 3 n i>2 > 3 ü i)1 y Ylio.
Ahora necesitamos considerar las reglas de selección. Las siguientes reglas se apli-
can exclusivamente a las moléculas diatómicas. En el caso de las transiciones electró-
nicas permitidas,
(15.18)
(15.19)
(15.20)
(para las moléculas diatómicas homonucleares) (15.21)
en el caso de los estados - (15.22)
donde, en las ecuaciones 15.21 y 15.22, una flecha significa que se encuentran permi-
tidos los estados con este cambio de notación (impar a par, o par a impar). Estas re-
glas de selección son cualitativamente similares a las reglas de selección para los
átomos. Observemos de nuevo que hay una restricción sobre el cambio permitido en
el número cuántico S: no hay cambio permitido. Éste es el caso de las moléculas dia-
tómicas que tienen átomos pequeños. Conforme el acoplamiento de los momentos
15.7 Estructura vibracionai y el principio de Franck-Condon 539
Ejemplo 15.11
Dado que el estado basal del O2 es 3Sp, liste los símbolos de los términos de los es-
tados electrónicos a los que se puede tener acceso mediante las transiciones electró-
nicas permitidas. No tome en cuenta los cambios en íí.
Solución
Un estado S significa que su valor A es O, por lo que los estados excitados posibles
pueden tener A = O o 1, los cuales corresponderán a estados S o II. Una multipli-
cidad de 3 significa que S = 1 y, ya que AS = O, los estados excitados también ten-
drán un S de 1 y una multiplicidad de 3. Como el estado basai es par, los estados
excitados deben ser impares. Por lo tanto, los posibles estados excitados permiti-
dos son 3£i~ y 3ni. Observe el signo — sobre el estado X.
Figura 15.13 Espectro electrónico de alta resolución de la metilanilina, que muestra un patrón de
líneas atribuible a diferentes niveles de energía vibracional en las transiciones electrónicas. Fuente: B.
Ballesteros y N. Santos, Spectrochim. Acta, parte A, 2002, 58: 1074.
(15.25)
o cualquier índice es la representación irreducible totalmente simétrica en dicho
grupo puntual de simetría. En este caso, rs*perior es la representación irreducible (con-
jugada compleja) del estado electrónico superior, Finferiores el estado electrónico infe-
rior y roperador es la representación irreducible del operador del momento dipolar
adecuado. Los índices de las representaciones irreducibles del operador del momen-
542 C A P Í T U L O 15 Introducción a la espectroscopia y las estructuras electrónicas
Ejemplo 15.12
Prediga si las siguientes moléculas tendrían color. Es decir, ¿ocurrirían transiciones
electrónicas en la región visible del espectro, o probablemente se presentarían en la
región UV invisible del espectro? Indique las razones.
a) Cloruro de sodio, NaCl.
b) Pentacarbonilo de hierro, Fe(CO)5 (considere los ligantes y el átomo metálico
por separado).
c) Cloroformo, CHC13.
d) Dióxido de titanio, TiO2.
e) Hemoglobina, que cuenta con cuatro átomos de hierro.
Solución
a) Tanto el ion de sodio, Na+ como el ion cloruro, Cl~, poseen una configuración
electrónica de octeto para la capa de valencia. Todos los electrones se encuentran
apareados, por lo que esperaríamos que el cloruro de sodio no absorbiera en la re-
gión visible del espectro. El NaCl cristalino carece de color y se le puede emplear en
componentes ópticos.
b) Aunque los ligantes tienen todos los electrones apareados, el átomo de hierro
neutro tiene una configuración electrónica 3d6, así que podríamos predecir que el
pentacarbonilo de hierro absorbería en la región visible del espectro. El pentacarbo-
nilo de hierro es un líquido volátil a la temperatura ambiente y de color amarillo.
15.9 Espectros electrónicos de sistemas de electrones TT: aproximaciones de Hückel 543
c) Todos los átomos en el cloroformo tienen capas de valencia completas y todos los
electrones apareados. Esto sugiere un compuesto sin color. Se trata de un líquido in-
coloro (aunque algunas veces posee un tinte amarillento, normalmente se le reco-
noce por ser incoloro).
d) El Ti en el estado de oxidación 4+ posee una configuración electrónica de gas
noble, como los iones del O2~. Por consiguiente, no se espera que este compuesto
absorba luz visible. Se espera que sus transiciones electrónicas ocurran en la región
ultravioleta del espectro. El TiO2 es muy blanco. Se le utiliza ampliamente en la indus-
tria como pigmento blanco, desde pinturas hasta diversos productos alimenticios (¿le
sorprende al lector el hecho de que ocasionalmente come un ingrediente de pintura?).
e) Con cuatro átomos metálicos de transición, podría esperarse que la hemoglobi-
na tenga color. Ésta es responsable del color rojo de las células rojas de la sangre.
eos para q, c2, c3 y c4 y cada uno con sus propias energías. Reconozcamos que con dos
electrones en cada orbital molecular, sólo se llenarán los dos orbitales moleculares TT
más bajos para el butadieno. Los otros dos estarán vacíos (y se considerarán estados
excitados del butadieno). La teoría de la variación lineal (véase la sección 12.8) indi-
ca que las energías pueden determinarse a partir del siguiente determinante secular:
que da como resultado un polinomio que contiene a E4 como potencia más alta (y de
ahí que tenga cuatro raíces). Hxy y Sxy son, respectivamente, las integrales de energía
normalmente definidas y las integrales superpuestas entre el carbón x y el carbón y:
como se define en la ecuación 12.28. Se supone que los orbitales atómicos, que se
emplean en el desarrollo, se encuentran normalizados, Hn = H22 = H33 = H44, y el
valor de dicha integral de energía, por lo general, se designa con la letra griega a. Asi-
mismo, las integrales de superposición Sn, S22, S33 y S44 son exactamente iguales a 1.
En este momento, no es posible llevar a cabo ninguna otra simplificación sin aproxi-
mar una solución.
Figura 15.17 Orbitales ir del butadie- Hückel planteó algunos postulados simplificadores. En el caso de una aproxima-
no. ^ y ^2 se encuentran ocupados en el
estado electrónico basal (véase la figura
ción de Hückel,
15.18). 1. Todas las demás integrales de superposición Sxy son iguales a cero.
2. Todas las integrales de energía Hxy entre átomos que no se encuentran en la ve-
cindad son cero.
3. Todas las integrales de energía Hxy entre los átomos vecinos tienen el mismo va-
lor. Este valor normalmente se designa mediante la letra griega (3.
Cuando se establecen estos postulados, el determinante de 4 X 4 anterior adopta
la siguiente forma (donde los valores de Hn, H22, ... y Sn, S22, . . . , también han si-
do sustituidos):
Ejemplo 15.13
Lleve a cabo un análisis con una aproximación de Hückel del etileno, CH2=CH2.
Solución
Este análisis es mucho más simple que el del butadieno, porque sólo dos átomos
de carbono se encuentran involucrados. Debe ser sencillo aplicar aproximaciones de
Hückel para obtener el siguiente determinante de 2 X 2:
en el caso de los dos orbitales electrónicos TT del etileno. Éstos se ilustran en la figu-
ra 15.19, con el inferior de los dos orbitales que tiene energía a + (3. Éste es el
OMOPO del etileno. El OMNOM del etileno posee una energía de a — (3. El espectro
Figura 15.19 La teoría de Hückel pre- electrónico del etileno tiene una absorción alrededor de 2000 A, que se ha asignado
dice el arreglo anterior de los dos electro- a la transición entre el OMOPO y el OMNOM.
nes ir en el etileno.
Figura 15.20 Orbitales TT del benceno. % y el par degenerado ^2 7 ^3se encuentran ocupados en el
estado electrónico basal (véase la figura 15.21).
15.10 Benceno y aromaticidad 547
(15.26)
La única diferencia real entre la ecuación 15.26 y los primeros determinantes de Hüc-
kel es la presencia de (3 en las esquinas superior derecha e inferior izquierda. Esto se
debe a que la molécula es cíclica y el primer átomo de carbono es adyacente al sexto
átomo de carbono.
La evaluación del determinante anterior requiere la resolución de un polinomio de
Figura 15.21 La teoría de Hückel pre- sexto orden en E (es decir, la máxima potencia de E en el polinomio es E6). Al resol-
dice el arreglo anterior para los seis elec- ver para los valores de E en términos de a y P (lo cual no mostraremos), encontra-
trones TT en el benceno. La cantidad de
estabilidad adicional en los orbitales ir del
mos los siguientes valores de E: a + 2(3, a + (3, a + (3, a — (3, a — (3 y a — 2(3.
benceno es tan grande, que define la aro- de las energías, a + (3 y a — (3, también son doblemente degeneradas. La figura 15.2
maticidad. muestra un diagrama de niveles de energía de estos orbitales moleculares, junto con
seis electrones TT en los tres orbitales más bajos.
Hay dos cuestiones relacionadas con los orbitales TT del benceno. Primero, todo
los orbitales "enlazantes" netos (los orbitales con energía inferior que la de los elec-
trones 2p en el átomo de carbono, que poseen una energía de a) se encuentran com-
pletamente llenos. Por consiguiente, la molécula del benceno experimenta la máxima
reducción posible en la energía global —y, por lo tanto, el máximo incremento posi-
ble de estabilidad— que puede alcanzarse. (De hecho, esto es análogo de alguna for-
ma a la molécula diatómica del nitrógeno, que posee tres pares de electrones en los
orbitales moleculares enlazantes.) Por lo tanto, esperaríamos que el benceno fuera
más estable de lo esperado, y lo es. Segundo, considere la energía de deslocalización.
La energía total de los seis electrones TT es 2(a + 2(3) + 4(a + (3) = 6a + 8(3. Com
pare esto con tres unidades de etileno (el sistema contra el cual se comparan todas
las energías de deslocalización), que para los seis electrones TT tendría una energía
electrónica TT de 6(a + (3) = 6a + 6(3. Por lo tanto, el benceno tiene 2(3 más de r
ducción en energía, lo cual representa una deslocalización de energía de aproximada-
mente 150 kj/mol. Este valor es más de cuatro veces la energía de deslocalización del
butadieno, que a 0.472(3 de energía de deslocalización representa una disminución de
energía de apenas —35.4 kj/mol. El benceno es mucho más estable que lo esperado
sencillamente sobre la base de que tiene tres enlaces dobles. A esta estabilidad inespe-
rada (pero explicable, en términos de la aproximación de Hückel) del benceno se le
da un nombre: aromaticidad. El benceno es aromático. El nombre se derivó de los olo-
res picantes del benceno y los compuestos relacionados con el mismo. Este nombre
ahora se refiere específicamente a la creciente estabilidad de ciertos compuestos, que
contienen electrones TT cíclicos.
El benceno no es el único compuesto aromático. Es decir, los anillos con seis miem-
bros y (nominalmente) tres enlaces dobles alternantes no constituyen los únicos siste-
mas que presentan el carácter de aromaticidad más estable que el esperado. Se puede
estudiar una serie de determinantes de Hückel y deducirse una regla empírica que
tenga que ver con el llenado máximo de orbitales TT enlazantes. De esta manera, se en-
cuentra que, en las moléculas cíclicas planas que tienen 2, 6,10, 14,..., TT electrones,
todos éstos se encuentran en orbitales moleculares enlazantes de energía inferior y, por
548 CAPÍTULO 15 Introducción a la espectroscopia y las estructuras electrónicas
na la fuente de excitación, pero la escala de tiempo es mucho más rápida que la per-
cepción humana normal. La fosforescencia, en términos de nuestra percepción física,
es un fenómeno mucho más prolongado que la fluorescencia.)
La mayoría de los objetos brillantes en la oscuridad utilizan el fenómeno fosfores-
cente, pues es de larga duración. (Los antiguos discos de relojes con carátulas que bri-
llan en la oscuridad se basan, en realidad, en el fenómeno fluorescente, en el que una
pequeña cantidad de radio se mezclaba con sulfuro de zinc (material fluorescente) para
lograr un reloj brillante en todo momento. Esos productos bañados en radio ya no se
fabrican). La pintura que brilla en la oscuridad es posible debido a un fenómeno fos-
forescente; ya sea pintura de marca Day-Glo o cualquier otra fosforescente, aprovechan
las ventajas de la fluorescencia.
15.12 Láseres
Los láseres constituyen un amplia y reconocible parte de la sociedad técnica moder-
na. También representan un ejemplo extraordinario de la forma en que se emplean
los niveles de energía electrónica, de tal manera que debemos analizar en este capí-
tulo cómo trabajan algunos láseres. La misma palabra láser constituye un ejemplo de
la influencia de la tecnología en el lenguaje. Originalmente del acrónimo de light am-
plification by stimulated emisión of radiation (luz amplificada por la emisión estimu-
lada de radiación), el término láser se ha convertido en una palabra por derecho
propio. El máser (amplificación de microondas...) precedió al láser, pero éste traba-
Figura 15.24 La fosforescencia ocurre jaba en la región de microondas del espectro y resultaba invisible al ojo y relativa-
cuando hay un cruzamiento entre sistemas mente bajo en energía. La teoría fundamental detrás de los láseres (y máseres) fue
prohibidos por la mecánica cuántica (es
desarrollada por Albert Einstein (figura 15.25) alrededor de 1917.
decir, cuando AS + 0) y se ocupa un esta-
do de diferente multiplicidad. Puesto que Al tratar de comprender las interacciones entre la luz y la materia, Einstein definió
la transición de un estado excitado triplete tres mecanismos. Con el fin de que un sistema atómico o molecular pasara de un
al estado basal singulete también se en- estado de más baja energía a un estado de energía excitado, éste debe absorber un fo-
cuentra formalmente prohibida, la transi- tón con determinada frecuencia (o longitud de onda o energía). Dicho proceso de ab-
ción del estado T\ al estado S0 tarda más en sorción no ocurre espontáneamente, sino que debe ser estimulado por la presencia
la escala de tiempo atómica o molecular; la
fosforescencia es un proceso relativamente del fotón correcto. Einstein llamó a este proceso absorción estimulada y observó que
lento. la razón de absorción debe ser proporcional a la densidad de los fotones que tienen la
energía correcta, denotada p(v), y a la concentración de átomos o moléculas en el es-
tado inferior, qnferior:
razón oc p ( v ) • qnferior
La densidad del fotón p(v) puede determinarse a partir de la teoría de Planck de la
luz, suponiendo un comportamiento de cuerpo negro perfecto. Einstein introdujo
una constante de proporcionalidad B, ahora conocida como coeficiente de Einstein de
absorción estimulada:
proporción de absorción estimulada (15.27)
Además, Einstein notó que un fotón con la misma energía también puede inducir, o
estimular, una transición en la dirección opuesta, del estado de más alta energía al es-
tado de más baja energía. Al hacerlo, el fotón de la frecuencia correcta provoca una
transición que emite otro fotón con la misma energía. Einstein denominó a este fenó-
meno emisión estimulada y, de acuerdo con los mismos argumentos que llevan a la
ecuación 15.27, definió el coeficiente de Einstein de emisión estimulada, B':
proporción de emisión estimulada = B' • p(v) • csuperior (15.28)
donde csuperior representa la concentración de especies en estado excitado. Einstein de-
mostró que B = B'. Finalmente, reconoció otra manera en la que un sistema puede
pasar de un estado excitado a un estado de más baja energía, un mecanismo con el
que no cuentan las excitaciones: podía haber una emisión espontánea de un fotón de
la frecuencia correcta. Dicha emisión depende de la concentración de especies en el
15.12 Láseres 551
(15.32)
Ejemplo 15.14
Los láseres emplean la emisión estimulada. De acuerdo con la ecuación 15.33, su-
giera una razón por la que los láseres rojos resultan más fáciles de realizar y los lá-
seres azules más difíciles.
Solución
En el numerador de la ecuación 15.33 aparece la tercera potencia de la frecuencia,
v. Por consiguiente, cuanto más alta sea la frecuencia, tanto más alta será la relación
de la emisión espontánea y la emisión estimulada. Una transición electrónica que
ocurre en la región azul del espectro, que tiene aproximadamente dos veces (2X)
la frecuencia de la región roja del espectro, tiene (2)3 = 8 veces más posibilidades
de decaer por emisión espontánea que por emisión estimulada. Si los láseres de-
penden de la emisión estimulada, los láseres azules, en consecuencia, resultan
correspondientemente más difíciles de producir.
Ejemplo 15.15
Determine la relación entre la emisión espontánea y la emisión estimulada para una
transición que ocurre en las siguientes longitudes de onda.
a) X = 21.0 cm, una longitud de onda con implicaciones en astronomía.
b) X = 300.0 nm, que se encuentra en la parte UVB media del espectro.
c) Comente sobre la diferencia entre las dos relaciones.
Solución
a) Debe calcularse primero la frecuencia en s"1:
Ésta es una relación muy pequeña (cuyas unidades son consecuencia de la ecuación
15.33).
b) De nuevo, determinemos la frecuencia:
pontánea es casi un millón de millones de veces más probable para la luz que tiene
una longitud de onda de 300.00 nm en lugar de una longitud de onda de 21.0 cm.
Antes de abordar los láseres mismos, necesitamos adelantarnos un poco (a los ca-
pítulos 17 y 18). La idea básica consiste en que la energía térmica puede ser suficien-
te para provocar que los estados cuánticos de excitación sean poblados a un grado
significativo —dependiendo de la cantidad de energía térmica disponible y la canti-
dad necesaria para alcanzar el estado excitado—. Se demostrará más tarde que, si un
nivel de energía se encuentra AE unidades de energía (normalmente joules) por en-
cima del estado basal, entonces la fracción de la especie total representada mediante F,
que se encuentra en el estado excitado, se proporciona por la ecuación
(15.34)
donde Tes la temperatura absoluta y k es la constante de Boltzmann. Suponemos que
los dos estados de energía involucrados son no degenerados. Por otra parte, la dege-
neración debe incluirse (véase los capítulos 17 y 18). Si se empleara la energía molar,
entonces la ecuación sería
donde R es la constante de los gases ideales. Por ejemplo, los niveles rotacionales de
las moléculas en fase gaseosa pueden excitarse térmicamente, de modo que el eigenes-
Figura 15.27 El equilibrio térmico se
encuentra caracterizado por este tipo de po- tado rotacional más habitado no corresponde al estado 7 = 0 (véase el capítulo 14).
blación de estados excitados a los que Los estados de energía vibracional a menudo se encuentran térmicamente pobla-
podría tenerse acceso sólo mediante ener- dos. Los niveles de energía electrónica rara vez se encuentran térmicamente poblados
gía térmica. Cuanto más alto sea el nivel como consecuencia de que la mayoría de las temperaturas ambientales son tan bajas,
de energía, menor será la población. Un
respecto a la magnitud de la energía de excitación, que prácticamente todos los siste-
análisis estadístico indica que una dismi-
nución de la población de los niveles de mas se encuentran en el estado electrónico basai. Los sistemas cuyos átomos o mo-
energía es de naturaleza exponencial. léculas se rigen por la ecuación 15.34 se dice que se encuentran en equilibrio térmico.
Cada posible nivel de energía posee cierta fracción de moléculas con dicho nivel de
energía. Se dice que los niveles de energía tienen cierta población de sistemas que ha-
bitan dicha energía. La figura 15.27 ilustra un sistema en equilibrio térmico.
Ahora explicaremos cómo operan los láseres. Como hay una emisión espontánea,
así como una emisión estimulada, los sistemas en equilibrio térmico normalmente
poseen más moléculas en estado de energía más bajo que en estado de energía más
alto. Sin embargo, supongamos que cierto estado electrónico decae más lentamente.
Lo llamamos estado de larga duración o estado excitado metaestable. Supongamos
también que podemos llevar los átomos o moléculas a un estado excitado metaesta-
ble más rápido de lo que el estado cae. Bajo dichas circunstancias, podemos poblar el
estado excitado a lo largo y por encima de la fracción dictada por el equilibrio térmi-
co, dada por la ecuación 15.34. Dicha situación recibe el nombre de inversión de po-
blación la cual se ilustra en la figura 15.28. Las inversiones de población pueden
conseguirse por excitación luminosa, por descarga eléctrica o incluso por una reac-
ción química. Normalmente, por lo menos tres niveles se necesitan para establecer
una inversión de población. Tenemos el estado inicial de mínima energía (a veces,
aunque no siempre, el estado basai) y un estado excitado inicial que se convierte más
Figura 15.28 Se consigue una inver-
sión de población cuando los niveles de rápidamente en un segundo estado excitado de larga duración de energía inferior.
energía más alta se encuentran más pobla- Entre el estado excitado de más baja energía y el estado basai se establece la inversión
dos de lo predicho por un equilibrio tér- de población.
mico (véase la figura 15.27). En este caso, Aun cuando se establece y se mantiene una inversión de población, todavía ocurre
el tercer nivel de energía experimenta una
una emisión espontánea y una emisión estimulada. Sin embargo, la emisión estimu-
inversión de población. Las inversiones de
población normalmente no se observan, lada constituye la clave. Un fotón de una longitud de onda particular estimula la emi-
pero pueden diseñarse con facilidad. El sión de otro fotón de la misma longitud de onda, que puede estimular la emisión de
funcionamiento de todos los láseres re- un fotón de la misma longitud de onda, que puede estimular la emisión de un fotón
quiere una inversión de población. de la misma longitud de onda, que puede. . .; así se presenta la acumulación de un
554 C A P Í T U L O 15 Introducción a la espectroscopia y las estructuras electrónicas
grupo de fotones, todos con la misma longitud de onda (y fase, según resulta). Pues-
to que todos estos fotones poseen la misma longitud de onda, el grupo de fotones se
denomina monocromática ("del mismo color"). (Los fotones individuales normal-
mente tienen también las mismas propiedades de fase y polarización específica, pero
omitiremos el análisis de estas propiedades. Sin embargo, éstas son importantes en
diversas aplicaciones de los láseres.) El proceso, que se muestra en la figura 15.29, re-
cibe el nombre de luz amplificada por la emisión estimulada de radiación, que dio ori-
Figura 15.29 Cuando se establece una
inversión de población, las emisiones es-
gen al acrónimo LÁSER, que más tarde se asimiló al lenguaje como láser. El primer
timuladas pueden construirse hasta que el láser fue construido por el físico estadounidense Theodore Maiman en 1960 utilizan-
número de fotones es extremadamente al- do una varilla de rubí, si bien el concepto de emisión estimulada fue demostrado pri-
to, lo cual da como resultado una luz muy mero en 1953 por el físico Charles Townes de la Universidad de Columbia. Utilizando
brillante. Este fenómeno recibe el nombre amoniaco, Townes y sus estudiantes construyeron un dispositivo que amplificaba la
de luz amplificada por la emisión estimu-
lada de radiación, o láser.
radiación de microondas valiéndose de un principio similar de emisión estimulada
(amplificación de microondas..., lo cual condujo al término máser). Llevando a cabo
un proceso similar para la luz visible, Townes y Arthur Schawlow publicaron dichas
ideas en 1958. En 1964, Townes compartió el premio Nobel con los científicos sovié-
ticos Alexander Prokhorov y Nikolai Basov, quienes desarrollaron independiente-
mente la teoría de los láseres.
La figura 15.30 muestra un diagrama simplificado de un láser. Aunque la inversión
de la población constituye la clave para generar una acción láser (lasing), el diseño del
láser también es fundamental. En la mayoría de los casos, el material activo es tubular
y cada uno de los extremos transversales del material dan a un espejo. Estos dos es-
pejos son importantes, ya que hacen que los fotones viajen de un lado a otro a través
del medio láser, por lo que aumentan las posibilidades de que éstos induzcan la emi-
sión estimulada. Si uno de los espejos refleja 100% de los fotones y el otro sólo 95-
99% de la luz (se transmite el restante 1-5%), la luz transmitida forma un rayo
monocromático de muy alta intensidad. Este rayo láser emitido constituye una rica
fuente de fotones de determinada energía.
Un análisis más completo de los láseres está fuera de nuestros objetivos. Por otra
parte, vale la pena discutir unos cuantos puntos empleando láseres específicos como
ejemplos. El primer láser fue construido alrededor de una varilla de rubí (figura 15.31).
El rubí zafiro cristalino, óxido de aluminio, A12O3, que ha sido dopado con algunas cen-
tésimas porcentuales de iones de Cr3+. La figura 15.32 muestra un diagrama parcial de
energía electrónica del Cr3+. El estado basal del Cr3+ es 4A2. Se utilizan pulsos de luz vi-
sible para llevar los electrones al estado excitado 4T2 o 41\ (estos símbolos de los térmi-
nos, en realidad, son representaciones irreducibles combinadas con multiplicidades).
En un lapso de 10"7 s, hay una transición no radiactiva dentro de un estado excitado
electrónico E. Puesto que esta transición ocurre a gran velocidad, rápidamente se esta-
blece una inversión de población y ocurre un pulso de acción láser a una longitud de
Figura 15.30 Diagrama simple de un láser. Los fotones brincan de un lado a otro dentro del medio
de acción láser, se reflejan en los espejos en cada extremo y estimulan la producción de fotones de la mis-
ma longitud de onda y fase. Uno de los espejos deja fuera algunos de los fotones.
15.12 Láseres 555
onda de 649.3 nm, que se encuentra en la región roja del espectro. Normalmente,
los cristales de rubí tienen una amplitud de unos cuantos milímetros y varios centíme-
tros de longitud; todavía se les utiliza en algunos láseres. Como tres estados electróni-
cos individuales contribuyen a la acción láser, el láser de rubí constituye un ejemplo de
sistema láser de tres niveles. Si la excitación electrónica es provocada por un pulso
de luz, la acción láser resultante también constituye un pulso de luz láser. Éste es un
ejemplo de láser pulsatorio. A éste también se le puede operar continuamente median-
te la iluminación constante de una fuente de excitación. En dicha configuración, el lá-
ser de rubí es un ejemplo de láser de onda continua (u oc).
La excitación eléctrica directa utilizando una descarga eléctrica se emplea para ex-
citar átomos en el láser de helio-neón o He-Ne (pronunciado e-ne). La figura 15.33
Figura 15.32 Niveles de energía del ion Cr3+ en el láser de rubí, el primer láser fabricado. Los iones
se excitan a consecuencia de luz verde o violeta, se establece una inversión de población y se genera una
luz láser roja por la emisión estimulada. Fuente: Reimpreso con autorización de Simon & Schuster de
Clifford Laurence, The Laser Book. Copyright © 1986 Clifford L. Laurence.
556 CAPITULO 15 Introducción a la espectroscopia y las estructuras electrónicas
15.13 Resumen
Las transiciones entre niveles de energía electrónica son los procesos más importan-
tes que ocurren en química, y se comprenden bien en el caso de los sistemas atómi-
cos. Por lo menos, existe una convención establecida respecto a la representación de
los niveles de energía electrónica y un entendimiento bastante riguroso de las transi-
ciones permitidas y prohibidas. En el caso de las moléculas, existe una convención ba-
15.13 Resumen 557
sada en la tabla de caracteres para el grupo puntual de simetría, pero las generali-
zaciones en intervalos amplios resultan difíciles (excepto quizás en el caso de los sis-
temas electrónicos ir conjugados, según lo describe la teoría de Hückel). Gran parte
del análisis de las transiciones electrónicas se circunscribe mejor a un análisis especí-
fico de dicha molécula, en lugar de un análisis general de espectroscopia electrónica
(a diferencia de la espectroscopia rotacional y vibracional, que puede desarrollarse sin
definir el sistema molecular). Las transiciones entre niveles de energía electrónica
producen rayos láser (hecho que conocemos gracias al análisis de Einstein de las tran-
siciones electrónicas), pero la acción láser no se limita a transiciones de niveles de
energía electrónica. Sin embargo, en la región visible del espectro, un láser represen-
ta un ejemplo moderno de la forma en que hemos sido capaces de entender y utili-
Figura 15.35 Niveles de energía del zar las transiciones entre niveles de energía electrónica de átomos y moléculas.
láser de CO2. La acción láser a 10.6 (Jim
(región IR del espectro) implica que un lá-
ser de CO2 puede calentar objetos con
mucha rapidez. Los láseres de CO2, en la
actualidad, se emplean para cortar y sol-
dar. Fuente: M. J. Beesley, Lasers and Their
Applications. © Taylor & Francis, 1971.
Reimpreso con autorización del editor.
E J E R C I C I O S D E L C A P Í T U L O 1 5
Azuleno
16.1 Sinopsis
16.2 Campos magnéticos,
dipolos magnéticos
y cargas eléctricas
16.3 Espectroscopia
de Zeeman
16.4 Resonancia de espín
del electrón
16.5 Resonancia magnética
H emos mencionado de paso los efectos de los campos magnéticos en niveles de
energía atómicos o moleculares. Por ejemplo, se indicó varias veces que los
campos magnéticos eliminan las degeneraciones de diversos niveles ra€ dentro de un
nuclear solo valor €. Sin embargo, en realidad no hemos contemplado la idea de espectrosco-
16.6 Resumen pia magnética, sino aludido al hecho de que los campos magnéticos pueden cambiar
las energías de los electrones con diferentes números cuánticos ra€ Quizá el lector es-
té enterado de la técnica médica de formación de imágenes denominada formación de
imágenes por resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés), que constituye una
aplicación importante de la espectroscopia magnética.
El mismo término "espectroscopia magnética" resulta poco apropiado. Aunque la
electricidad y el magnetismo son elementos del mismo fenómeno (de ahí la pala-
bra electromagnetismo)y normalmente experimentamos la electricidad como la capaci-
dad de llevar a cabo trabajo de naturaleza eléctrica y al magnetismo como una especie
de campo estático. Quizá esto sea fiel en un significado empírico. Pero los campos
magnéticos afectan los estados cuánticos en el nivel atómico y molecular y, de esta ma-
nera, influyen en la espectroscopia. En espectroscopia magnética se aplica un campo
magnético a una muestra, mientras ésta se estudia mediante radiación electromagné-
tica. Aunque la presencia de un campo eléctrico parecería no marcar una gran diferen-
cia, podemos obtener mucha información sobre los estados cuánticos de un átomo o
molécula cuando utilizamos un campo magnético junto con luz. En este capítulo con-
sideraremos unos cuantos ejemplos de espectroscopia magnética.
16.1 Sinopsis
Al principio, nos concentraremos en los campos y dipolos magnéticos y veremos có-
mo interactúan. A pesar de que la mayor parte de las espectroscopias magnéticas que
analizaremos se basan en la mecánica cuántica, resultará de utilidad una interpreta-
ción de los campos y dipolos magnéticos desde la perspectiva clásica. Cuando llegue-
mos al tema de las espectroscopias magnéticas, consideraremos primero el efecto
Zeeman: un desdoblamiento de los niveles de energía electrónica de un sistema ató-
mico a consecuencia de un campo magnético. La observación del efecto Zeeman se
desarrolló casi de forma paralela con la mecánica cuántica y suministró evidencia ex-
perimental útil y necesaria relacionada con la existencia de diversos números cuánti-
560
16.2 Campos magnéticos, dipolos magnéticos y cargas eléctricas 561
cos. El efecto Zeeman constituye una manera relativamente directa y útil de espec-
troscopia magnética. Los diversos tipos de espectroscopia de resonancia magnética
(MR) son más complicados e intrincados. En la espectroscopia MR, un experimenta-
dor tiene la oportunidad de variar tanto la radiación electromagnética como la inten-
sidad del campo magnético hasta que la diferencia entre los niveles de energía
disociada igualen la energía del fotón; de esta manera, se absorbe un fotón: es decir,
se establece una resonancia. Las dos formas principales de espectroscopia MR son la
resonancia magnética nuclear y la resonancia electrónica del espín (también denomina-
da resonanciaparamagnética, dependiendo del tipo de sistema atómico o molecular).
Como sus nombres lo sugieren, una de ellas tiene que ver con interacciones de cam-
po magnético con el núcleo y la otra con las interacciones del campo magnético con
los electrones. Mediante ambas se puede obtener información diversa y útil.
(16.1)
donde los símbolos | | se utilizan para indicar la magnitud de un vector y JJLO es una
constante física denominada permeabilidad del vacío. Su valor es de 4ir X 10~7 tesla-
metro/ampere, o T-m/amp. El tesla es una unidad de intensidad de campo magnético
y recibe su nombre en honor del imprevisible genio científico Nikola Tesla (figura
16.2). En términos de unidades básicas, un tesla es igual a un kg/(coulomb-s). Existe
otra unidad de intensidad de campo magnético, el gauss, abreviado G, que es igual a
Figura 16.2 Nikola Tesla (1856-1943) 1(T4T.
nació en Croacia y emigró a Estados Uni-
dos en 1884. Aunque finalmente adquirió
La dirección del vector del campo magnético se encuentra indicada por la regla de
un carácter un tanto excéntrico, estuvo a la mano derecha: si se apunta el pulgar derecho en la dirección de la corriente, los
punto de obtener el premio Nobel de 1912 dedos de la mano derecha se enrollan en la dirección del campo magnético. La regla
por sus trabajos en electricidad y magne- se ilustra en la figura 16.3.
tismo. Promovió el uso de la corriente al- Por el contrario, consideremos una corriente eléctrica /que circula alrededor de un
terna (CA) en vez de la corriente directa
(CD) en la industria eléctrica en ciernes. círculo, una espira cerrada, como lo muestra la figura 16.4 de la página siguiente. Esta
espira tiene determinada área, denotada A. De acuerdo con la teoría clásica del electro-
magnetismo, esta espira de corriente induce un efecto magnético lineal denominado
dipolo magnético. Se le denomina dipolo porque es un vector que tiene una dirección
específica, la cual normalmente se considera el polo "positivo" o polo "norte" del dipo-
lo (la dirección de la que parte el vector se considera el polo "negativo" o "sur"). En el
caso del vector del dipolo magnético, representado por JJL, la magnitud es
(16.2)
La unidad del dipolo magnético es el ampere-metro2. La dirección del vector del di-
Figura 16.3 La regla de la mano dere- polo magnético también se encuentra indicada por la regla de la mano derecha. Si en-
cha se aplica para determinar la dirección rollamos los dedos alrededor de la espira cerrada en la dirección de la corriente, el
de los vectores del campo magnético. Si el pulgar apunta en la dirección del vector del dipolo magnético (es decir, hacia el ex-
pulgar de la mano derecha apunta en la di-
rección de la corriente, los dedos se enros-
tremo del polo norte). La figura 16.4 ilustra el vector del dipolo magnético y la regla
can en la dirección del campo magnético, de la mano derecha. En este momento, el lector debe ser capaz de diferenciar entre un
como se indica. campo magnético y un dipolo magnético. Existen dos cuestiones diferentes.
562 C A P Í T U L O 16 Introducción a la espectroscopia magnética
Ejemplo 16.1
Figura 16.4 La corriente en una espira Para una distancia de 1 m desde un cable recto, calcule el campo magnético genera-
origina la formación de un dipolo magné- do en cada uno de los siguientes casos:
tico, que es diferente de un campo mag- a) un electrón que pasa por un punto cada segundo;
nético. De cualquier modo, también se b) un mol de electrones que pasa por un punto cada segundo.
emplea la regla de la mano derecha para
determinar la dirección del dipolo magné-
tico, como se indica. Solución
a) A 1.602 X 10~19 coulombs por electrón, la corriente 7, en este caso, es de 1.602 X
10~19 C/s, o 1.602 X 10~19 amp. Si sustituimos este valor en la ecuación 16.1, obte-
nemos
= 0.0193 T
Compare la respuesta del inciso b con el valor del campo magnético natural de la
Tierra, que es aproximadamente de 0.6 gauss, o 6 X 10~5 T. Las corrientes comunes
en la casa, la oficina o el laboratorio son de 15 a 30 amperes, por lo que los campos
magnéticos a los que podríamos estar expuestos por el cableado normal son del mis-
mo orden de magnitud que el propio campo magnético de la Tierra.
Ejemplo 16.2
Calcule la magnitud del dipolo magnético de lo siguiente:
a) 1 ampere de carga en un anillo superconductor de 0.500 m de radio;
b) una corriente de 6.58 X 1015 amperes, que se mueve en torno a un anillo de
0.529 A de radio (esto equivale a un electrón en el primer radio de Bohr del átomo
de hidrógeno de Bohr).
Solución
a) El área del círculo es de nr2 = (3.14159)(0.5 m)2 = 0.785 m2. Por lo tanto, el
dipolo magnético para 1 ampere a un radio de 0.5 m es de 0.785 amp-m2.
b) El área de este pequeño anillo es de (0.529 X 10~10 m)2 = 2.80 X 10~21 m2. El di-
polo magnético, en este caso, sencillamente es (6.58 X 1015 amp) X (2.80 X 10"21
m2) = 1.84 X 10"5 amp-m 2 [aunque este valor corresponde a un dipolo magnético
menor que el del inciso a, es resultado de un solo electrón (teoría clásica)].
Los efectos magnéticos, como los campos y dipolos, interactúan entre sí. Es como
si dos imanes de barra interactuaran, ya sea que los polos norte o sur interactúen pa-
ra repelerse o que un polo norte y un polo sur de un imán se atraigan. Una energía
potencial define esta interacción [una energía potencial de repulsión o una ener-
gía potencial de atracción, respectivamente (véase la figura 16.5)]. Sucede lo mismo
16.2 Campos magnéticos, dipolos magnéticos y cargas eléctricas 563
Ejemplo 16.3
Demuestre que las unidades del campo y el dipolo magnéticos se multiplican para
dar como resultado unidades de energía. Use la equivalencia 1 T = 1 kg/(s2-amp).
Solución
El término del eos 0 no tiene unidades; es sencillamente un número. Las magnitu-
des de IJL y B tienen unidades de amp-m2 y T, respectivamente, de modo que la uni-
dad de la interacción entre ellas es, de acuerdo con la ecuación 16.3,
Figura 16.5 Las interacciones pueden
ser: a) de atracción; b) de repulsión. Las
interacciones de atracción contribuyen a
una reducción de la energía global, mien-
tras que las interacciones de repulsión J es la unidad Si de energía. Esto ilustra el hecho de que la interacción entre los di-
contribuyen a un incremento de la energía polos y campos magnéticos imparten un cambio en la energía del sistema.
global. Las interacciones de los dos imanes
de barra que se muestran simulan las inte-
racciones de los campos y dipolos magné-
ticos. Hemos supuesto que las cargas eléctricas a escala atómica (en realidad, subatómi-
ca) se comportan como corrientes eléctricas macroscópicas. En realidad, no es así,
aunque los ejemplos anteriores ilustran el hecho de que los electrones individuales
pueden considerarse como corrientes eléctricas. Hay otro supuesto que hemos apli-
cado: supusimos un campo magnético continuo clásico. Como el electromagnetismo
combina electricidad y magnetismo, la electricidad está cuantizada (como los elec-
trones) y la radiación electromagnética también se encuentra cuantizada (como los
fotones), podríamos esperar que una teoría cuántica del magnetismo podría, asimis-
mo, resultar adecuada. Técnicamente, éste es el caso. Sin embargo, la mayoría de las
ideas de este capítulo tienen que ver con el campo magnético como fenómeno clási-
co, no cuántico. Sólo en los casos más avanzados se considerará un campo magnético
cuantizado.
Finalmente, podemos relacionar el dipolo magnético con otra cantidad de impor-
tancia cuántica: el momentum angular. Consideremos una partícula con una carga q,
la cual se desplaza alrededor de un círculo. La partícula induce un dipolo magnético.
Si la partícula tiene una velocidad lineal v medida en metros por segundo y viaja en
una circunferencia de radio r metros, entonces el tiempo necesario para que comple-
te una órbita circular es
Debido a que la corriente se define como una carga que pasa por un punto cada se-
gundo, la corriente /en un punto en la órbita de la partícula es
564 C A P I T U L O 16 Introducción a la espectroscopia magnética
donde Q representa la carga total que pasa por un punto cada segundo. El área de una
órbita circular es de Trr2. Si combinamos la ecuación anterior con la ecuación 16.2,
encontramos que el dipolo magnético de esta partícula es
(16.4)
(16.5)
donde ahora hemos relacionado el dipolo magnético de una partícula en una órbita
circular con el momentum angular (por analogía, los vectores también se encuentran
relacionados: JJL = (Q/2m)L).
En el caso de un solo electrón, la carga es - ey que equivale a -1.602 X 10"19 C. En
este caso, hemos incluido expresamente el signo menos en e porque el electrón se
considera con carga negativa. Para un solo electrón, la ecuación 16.5 se expresa de la
siguiente manera:
(16.6)
(16.7)
(16.8)
(16.9)
Ejemplo 16.4
Calcule el desdoblamiento debido a un campo magnético de 2.0 T en una transición
Figura 16.6 Ejemplo del efecto Zee-
1
S —» 1P. Suponga que únicamente el estado *P se dividirá (¿por qué?).
man normal. La transición electrónica
1
S —» *P se divide en una tripleta confor- Solución
me el campo magnético separa los niveles
El estado 1S no se dividirá porque I = O y, de esta manera, sólo ML = 0. Sin embar-
individuales MT en el estado excitado 1R
go, el estado *P se dividirá a consecuencia de la presencia de los estados degenera-
dos ML= — 1, O y +1. De acuerdo con la ecuación 16.9,
l
El valor de AE en este caso es negativo. Convertimos este valor en unidades de cm
(utilizando unidades de cm/s para la rapidez de la luz):
El hecho de que una sola línea se convierta en una terna en el ejemplo anterior es
característico de una transición 1S -> 1P. Por consiguiente, el efecto Zeeman normal
proporciona a los espectroscopistas claves sobre los símbolos de los términos de los
estados involucrados en los espectros atómicos. Cada combinación de símbolos de
términos tiene, para S = O, cierto número de transiciones permitidas característic
de la transición, gracias a los números cuánticos. Esta información es de utilidad pa-
ra identificar los números cuánticos de los estados fundamental y excitado, lo cual
constituye una parte esencial para entender la estructura atómica y molecular de
acuerdo con los principios de la mecánica cuántica.
En los casos en que S ^ O, no tenemos un estado singulete, y debe considerarse e
número cuántico del momentum angular total /. (En el caso anterior, / = I.) En es-
te caso, los efectos magnéticos sobre un espectro electrónico se determinan no sólo
por el momentum angular orbital, sino por el momentum angular del espín. El espín
de un electrón también induce un dipolo magnético, cuyo valor es similar al de la
ecuación 16.7, pero, ya que el momentum angular del espín no se apega a la teoría
clásica, hay otro término en la expresión. El dipolo magnético de espín m tiene una
magnitud m (que no debe confundirse con el número cuántico para la componente
z del momentum angular orbital) de
donde ge es un número puro —es decir, sin unidades— denominado factor g del elec-
trón y equivale a 2.002319304 ... para un electrón libre. Éste es ligeramente distinto
en el caso de los electrones enlazantes, pero no suficiente como para que nos inte-
rese en este momento. Su valor es casi exactamente igual a 2 (y a veces se aproxima
como 2), y quizás valga la pena que el lector averigüe las razones por las que no es
exactamente igual a 2. A pesar de todo, el factor g es una añadidura necesaria para ex-
plicar los efectos del espín del electrón y su dipolo magnético.
En el caso de los estados no singuletes, todos los buenos números cuánticos —/, 5,
I y Mj— influyen en el cambio de los niveles de energía electrónica. Sin embargo,
puesto que el patrón de cambios es más complicado, el efecto de un campo magnéti-
co de estados electrónicos no singuletes recibe el nombre de efecto Zeeman anómalo.
El cambio en los niveles de energía electrónica debido a la imposición de un campo
magnético de intensidad B está dado por
(16.11)
donde gj recibe el nombre de factor g de Laudé. Éste depende de /, L y S, y se relacio-
na con ge mediante la expresión
(16.12)
(16.13)
16.4 Resonancia de espín del electrón 567
(16.15)
1
El NO y el NO2 constituyen dos de las excepciones a este principio, cada uno de los cuales tie-
nen una cantidad impar de electrones. El estado basal del O2 posee dos electrones no apareados en
orbitales moleculares degenerados, corno se explicó en el capítulo 12.
568 C A P Í T U L O 16 Introducción a la espectroscopia magnética
(16.16)
Dadas las intensidades del campo magnético disponibles, hoy, en la mayoría de los
instrumentos de laboratorio (~0.3 T), las transiciones debidas al desdoblamiento de
los estados del espín del electrón ocurren en la región de microondas del espectro
(cuyas frecuencias, por lo general, se expresan en unidades de gigahertz, o GHz). El
control de las microondas es relativamente sencillo y los espectrómetros pueden
aprovechar la condición de resonancia. La espectroscopia que se basa en este método
recibe el nombre de resonancia del espín electrónico, o espectroscopia ESR (por sus si-
glas en inglés). La figura 16.9 muestra el diagrama de un espectrómetro ESR.
Ejemplo 16.5
En un campo magnético de 0.35 T, ¿cuál es la frecuencia esperada, en GHz, de una
transición ms= —\-^ms = +\ electrónica libre?
Solución
De acuerdo con la ecuación 16.16,
16.4 Resonancia de espín del electrón 569
Ejemplo 16.6
¿Qué campo magnético se requiere para que una transición ms = —\-^ms — +\ se
encuentre en resonancia con una radiación de microondas de 11.8 cm de longitud
de onda? (Ésta es la longitud de onda aproximada de las microondas utilizadas en
algunos hornos.)
Solución
Una X de 11.8 cm implica un número de onda v de 1/11.8 cm = 0.0847 cm"1. De
acuerdo con la ecuación 16.15, obtenemos
das de manera uniforme. Resulta fácil definir una constante de acoplamiento hiperfi-
no a con unidades de T (tesla) de tal manera que
(16.17)
Ejemplo 16.7
¿Cuántos picos ESR habría como consecuencia de un solo electrón no apareado en
los siguientes compuestos? (Recurra al hecho de que los espines nucleares del H, N
y P son, respectivamente, de \, 1 y \.)
a) Un átomo de hidrógeno
b) Un radical NH3
c) Un radical PH3
Solución
(b) a) Un solo átomo de hidrógeno tiene dos posibles valores M¡: +\ y — \. Por lo tan-
Figura 16.11 a) El electrón no aparea- to, tendrá dos diferentes campos magnéticos locales (dependiendo del valor de Mj)
do de un átomo con un espín nuclear de
cero muestra una absorción única en un y, de esta manera, tendrá dos absorciones ESR debido al acoplamiento hiperfino.
espectro ESR. b) Sin embargo, un electrón b) La combinación del espín de 1 del átomo de N simple y los tres espines de \ del
de un átomo con un espín nuclear diferen- átomo de hidrógeno implican un valor de Mjmol de \. Por lo tanto, la componente z
te de cero muestra absorciones múltiples de los espines nucleares combinados, M/)Z, puede variar de +\ a — f. Existen seis po-
debidas a la interacción del espín electró- sibles valores de MLz y, en consecuencia, seis absorciones ESR.
nico y del espín nuclear. Esta interacción
recibe el nombre de acoplamiento hiperfi-
c) Como en el inciso b, el intervalo posible de los espines nucleares en la componen-
no. El grado de acoplamiento se mide por te z total de +2 a —2 en las etapas enteras para un total de cinco valores posibles
medio de la constante de acoplamiento, a. M7z. Esto indica cinco valores posibles para el campo magnético local, lo que pro-
Aquí, el electrón se encuentra en un átomo duce cinco absorciones ESR.
en el que I = \.
Ejemplo 16.8
En un experimento ESR en el que la radiación de microondas se fijó en 10.0 GHz, la
absorción M /z = +-2 de un espectro ESR del radical metilo aparece con una intensi-
dad de campo magnética de 0.3376 T, y la absorción M /z = — \ aparece en 0.3353 T.
Calcule la constante de acoplamiento hiperfino a j prediga la posición de las otras
dos absorciones esperadas para M /z = — f y M /z = +|.
Solución
Las siguientes dos ecuaciones, basadas en la ecuación 16.17, necesitan satisfacerse:
Hay dos ecuaciones con dos incógnitas. Aquéllas pueden resolverse simultáneamen-
te aplicando técnicas simples del álgebra lineal (es decir, la sustitución). Al hacerlo,
encontramos un valor àt a- 0.0023 T = 23 G, así como un £campo mag de 0.3366 T.
De acuerdo con la ecuación 16.17, podemos predecir las absorciones para M /z = — \
y MI)Z = +\ de la siguiente manera:
que, cuando se multiplica por hlh, se torna análogo a la ecuación 16.10 para los
electrones. En este caso, Ip es el momentum angular del espín total del protón, que se
rige por las reglas normales de la mecánica cuántica para el momentum angular to-
tal: Jp = /(/ + l)ft 2 , de modo que 7p = Vl(/ + 1 )ft. La ecuación 16.18 también no
permite definir un magneton análogo denominado magneton nuclear |JLN:
(16.19)
Ejemplo 16.9
Compare las magnitudes relativas del momento magnético del electrón y el mo-
mento magnético del protón. ¿Por qué son diferentes?
Solución
El momento magnético del núcleo del átomo de hidrógeno, un protón, es de 2.443 X
10"26 J/T. El momento magnético del electrón se encuentra aplicando la ecua-
ción 16.10:
16.5 Resonancia magnética nuclear 573
donde hemos utilizado |S| = Vs1 = V^ + l)fi2 = K\/\. Por consiguiente, el mo-
mento magnético de un electrón es (-) 1.608 X 10~23 J/T. (Éste es negativo, pero en
muchos casos se toma el valor absoluto del momento magnético, de modo que se
ignora el signo negativo.) Las dos razones de la diferencia en los momentos magné-
ticos son los diferentes factores g y las diferentes masas de las partículas.
(16.22)
de los niveles MI de los núcleos por un campo magnético recibe el nombre de reso-
nancia magnética nuclear, o espectroscopia NMR (por sus siglas en inglés). La espec-
troscopia NMR se desarrolló durante mucho tiempo gracias a los esfuerzos de Félix
Bloch en la Universidad de Stanford y de Edward Purcell en la Universidad de Har-
vard en 1946. En 1952, ambos compartieron el premio Nobel por sus trabajos.
Ejemplo 16.10
Prediga la longitud de onda de la transición para un núcleo de 19F expuesto a un
campo magnético de 7730 G. El 19F tiene un espín nuclear de \ y un gN de 5.2567.
Utilice el magneton nuclear JJLN.
Solución
Como I = \y los únicos valores posibles de MI son +\ y — -2, y la única transición po-
sible es Mj= — \ —> Mj = +\. De acuerdo con la ecuación 16.23, tenemos
(16.25)
La NMR no tendría ninguna utilidad si todos los núcleos del mismo elemento ab-
sorbieran la misma frecuencia de luz en presencia de alguna intensidad de campo
magnético particular (salvo, quizás, en un análisis elemental). Sin embargo, el am-
biente electrónico local alrededor del núcleo ocasiona que diferentes núcleos atómi-
cos experimenten un campo magnético total ligeramente distinto. Esto es porque los
electrones también se afectan por el campo magnético. (Esto debería resultar obvio a
partir de nuestro estudio anterior de la espectroscopia ESR.) En un ambiente quími-
co particular, el campo magnético total que experimenta un núcleo es la suma de B
más un pequeño campo magnético adicional inducido por B en los electrones. El
campo magnético adicional AB es proporcional a B y se encuentra determinado por
la expresión
AB = -aJ5 (16.26)
donde a es una constante sin dimensiones denominada constante de blindaje. Por con-
siguiente, el campo magnético total que experimenta un núcleo es
(16.27)
La frecuencia exacta de la luz absorbida depende del campo magnético total, Btot, no
del campo magnético aplicado B. Las constantes de blindaje son muy pequeñas, del
orden de 1 a 3 X 10~5. Su existencia la demostró por primera vez W. D. Knight en
1949, no mucho después del desarrollo de la resonancia magnética nuclear.
16.5 Resonancia magnética nuclear 575
Figura 16.14 Los espectros de la NMR de los primeros tres aléanos muestran que los protones en di-
ferentes carbonos absorben en diferentes puntos. Este hecho representa parte del valor de la espectrosco-
pia NMR.
La ecuación 16.27 implica que diferentes núcleos del mismo elemento experimen-
tan diferentes campos magnéticos debido a su ambiente químico, por lo que estos
núcleos absorberán frecuencias de radiación ligeramente distintas. Este fenómeno se
ilustra mejor por medio de un ejemplo como el de la figura 16.14. Los cuatro átomos
de hidrógeno en el metano, CH4, son químicamente equivalentes. Por lo tanto, ab-
sorberán la misma frecuencia de radiación en un experimento de NMR. Los seis hi-
drógenos en el etano, CH3CH3, también son químicamente equivalentes y, de esta
manera, absorberán la misma frecuencia de radiación. Sin embargo, los protones del
propano, CH3CH2CH3, no son químicamente equivalentes. Los hidrógenos en los
carbonos finales son equivalentes entre sí, pero los hidrógenos en medio del carbo-
no de metileno se encuentran en un entorno químico distinto que el de los carbonos
de metilo. Éstos experimentarán un campo magnético total ligeramente diferente
y, de esta manera, absorberán una frecuencia de radiación distinta. Lo anterior con-
ducirá a dos absorciones separadas en un espectro NMR, uno para cada clase de hidró-
geno (por lo menos, en un espectro de NMR de baja resolución). De esta manera,
comienza a obtenerse información sobre la estructura de una molécula.
Ejemplo 16.11
¿Cuántos hidrógenos químicamente distintos hay en cada uno de los siguientes
compuestos y cuántas absorciones NMR se esperarían?
a) Benceno, C6H6
b) Tolueno, C6H5 CH3
576 C A P Í T U L O 16 Introducción a la espectroscopia magnética
Solución
a) La molécula del benceno es altamente simétrica y todos sus hidrógenos son equi-
valentes respecto al ambiente. Por lo tanto, sólo se espera una absorción.
b) La añadidura de un grupo metilo al anillo del benceno cambia el ambiente de los
hidrógenos en el anillo. Dos hidrógenos se encuentran en el carbono más próximo
al grupo metilo; dos se encuentran en los carbonos por ser eliminados, y sólo un
hidrógeno se encuentra directamente opuesto a aquél. Asimismo, tres hidrógenos
equivalentes se encuentran en el mismo grupo metilo, con lo cual se supone que el
grupo metilo tiene libertad para girar. Por consiguiente, el tolueno tiene cuatro hi-
drógenos químicamente distintos y esperaríamos cuatro absorciones en el espectro
de la NMR.
Figura 16.15 Diagrama de un espectrómetro NMR normal. Las bobinas exploradoras varían el cam-
po magnético en pequeñas cantidades, mientras que las ondas de radio bombardean la muestra. Cual-
quier absorción de las ondas de radio será detectada por el circuito detector. Las muestras normalmente
se hacen girar para reducir al mínimo las inhomogeneidades.
16.5 Resonancia magnética nuclear 577
Figura 16.16 Espectro NMR de baja resolución característico de la acetofenetidina p, un derivado del
benceno disustituido simple que tiene diversos hidrógenos químicamente diferentes.
Los espectros NMR de alta resolución proporcionan todavía más información so-
bre la estructura de una molécula. Esto se debe a que los núcleos con momentos mag-
néticos pueden interactuar, o acoplarse, entre sí. (El mecanismo de acoplamiento se
lleva a cabo, en realidad, a través de los electrones que rodean al núcleo, pero no
entraremos en detalles aquí.) Puesto que el espín diferente de cero de un núcleo pro-
voca un momento magnético, este efecto recibe el nombre de acoplamiento espín-es-
pín, cuya magnitud está dada por una constante de acoplamiento espín-espín entre el
núcleo i y el núcleo j, la cual se representa como 7y. Los valores /^ tienen unidades de
Figura 16.17 Las absorciones NMR Hz. El efecto neto del acoplamiento espín-espín consiste en dividir una absorción en
normalmente se miden en unidades de par- múltiples absorciones individuales, como el efecto Zeeman, en el que se dividen las
tes por millón que, en última instancia, se
refieren al desplazamiento químico del nú-
absorciones electrónicas. La figura 16.18 muestra un ejemplo de acoplamiento espín-
cleo particular en unidades de gauss. espín en un espectro NMR. Las interacciones internucleares disminuyen rápidamente
con la distancia. En el caso de los compuestos orgánicos, la mayoría de los átomos de
C y O tiene un espín nuclear cero y, de esa manera, no contribuyen al acoplamiento
Figura 16.18 Un espectro de alta resolución muestra los efectos del acoplamiento espín-espín, prin-
cipalmente entre hidrógenos de átomos adyacentes en una molécula. Fuente: S. E. Sen y K. S. Aniker, /.
Chem. Ed., 1996, 74: 570.
578 C A P Í T U L O 16 Introducción a la espectroscopia magnética
(c)
Figura 16.19 Los núcleos de n hidró-
genos sobre los átomos adyacentes del C o
el O en una molécula se acoplan con la se-
ñal NMR del protón y dividen la absorción
en n + 1 picos. Estos picos tienen relacio-
nes de intensidad características, según se espín-espín. Sólo los átomos de hidrógeno interactuarán con otros átomos de hidró-
ilustra en el caso de un hidrógeno con a) 1, geno y, en última instancia, sólo los átomos de hidrógeno que se enlazan con átomos
b) 2, c) 3 y d) 4 vecinos. de carbono adyacentes participarán en el acoplamiento espín-espín. (Los hidróge-
nos unidos al mismo carbono se acoplan; pero, de acuerdo con las reglas de selec-
ción, no se observan las transiciones a dichos estados acoplados. En consecuencia, el
único acoplamiento que se registra ocurre entre hidrógenos en diferentes carbonos.)
En el caso de los núcleos con espín / = \ (que incluye al 1H y al 13C, los dos núcleos
dominantes más estudiados por la NMR), la presencia de n núcleos induce un desdo-
blamiento de una absorción en n + 1 absorciones individuales. Este desdoblamiento
ocurre en los núcleos de carbonos adyacentes, sean equivalentes o no.
Los picos NMR divididos también tienen un patrón de intensidad característica.
Un doble pico consiste en dos picos de intensidades burdamente iguales. Tres picos
tienen relaciones de intensidad de aproximadamente 1:2:1. Una cuarteta posee
intensidades de aproximadamente 1:3:3:1, y así sucesivamente. Los patrones de in-
tensidad relativos se originan por el traslape de absorciones divididas por el acopla-
16.5 Resonancia magnética nuclear 579
Figura 16.20 Triángulo de Pascal, una Figura 16.21 El espectro NMR de la figura 16.17 de alta resolución muestra el desdoblamiento de las
forma mnemotécnica para recordar los coe- absorciones del protón, con relaciones de intensidad como las predichas.
ficientes de expansión polinomial (x + 1)".
Estos números reciben el nombre de coefi-
cientes binomiales y también se aplican a las
intensidades de las señales NMR divididas.
miento espín-espín, como lo ilustra la figura 16.19 de la página anterior. Estas rela-
ciones de intensidad relativas son conocidas. De hecho, son los coeficientes bino-
miales, esto es, los coeficientes de expansión polinomial (x + 1)", donde n = 0,1, 2,
3 , . . . Estos coeficientes aparecen en la figura 16.20 en su forma más conocida, de-
nominada triángulo de Pascal (nombrada en honor al matemático francés del siglo
xvii, Biaise Pascal). Además, la intensidad integrada de cada conjunto de absorciones
es directamente proporcional al número de hidrógenos con ambiente químico espe-
cífico. La figura 16.21 muestra los mismos espectros NMR que en la figura 16.17, pero
con una resolución más alta. Hay más información disponible en los espectros de al-
ta resolución, que se ha convertido en la norma.
Ejemplo 16.12
Describa el espectro de alta resolución de los siguientes compuestos:
a) Metano, CH4
b) Etano, CH3CH3
c) Propano, CH3CH2CH3
Solución
a) El metano posee cuatro hidrógenos en un átomo de carbono. Como las reglas de
selección no permiten observar el acoplamiento entre hidrógenos en el mismo car-
bono, sólo habrá una absorción NMR, aun en el espectro de alta resolución.
b) El etano posee seis hidrógenos en el mismo entorno químico, pero el acopla-
miento entre los hidrógenos desdobla el espectro de baja resolución en n + I = 3 +
1 = 4 líneas individuales. Este desdoblamiento en lo que se denomina cuarteta de
líneas es exactamente el mismo para ambos grupos CH3, así que uno observa sólo
una cuarteta de absorciones, con relaciones de intensidad de aproximadamente
1:3:3:1, en el espectro NMR.
c) Hay dos diferentes ambientes químicos en el propano. Los hidrógenos en cada
grupo del CH3 se acoplan de la misma manera a los dos hidrógenos en el grupo
CH2, así que los hidrógenos del metilo se dividen en tres picos individuales (una tri-
pleta) con relaciones de intensidad de 1:2:1. Los protones del CH2 también se
acoplan con todos los hidrógenos de los grupos metilos, así que la absorción de di-
580 C A P Í T U L O 16 Introducción a la espectroscopia magnética
Figura 16.22 Los espectros NMR de alta resolución del metano, etano y propano muestran los desdo-
blamientos de las absorbancias del protón, como se esperaba por el número de átomos de hidrógeno ad-
yacentes a cada carbono.
Como en el caso de los espectros IR para los movimientos vibratorios de las molé-
culas, los desplazamientos químicos vistos en los espectros NMR generalmente son ca-
racterísticos de la clase de grupos en una molécula. Es decir, los grupos metilo
normalmente se presentan en un espectro NMR desplazado aproximadamente 1 ppm
del TMS; los hidrógenos en anillos aromáticos normalmente se presentan de 7 a 8
ppm aproximadamente del TMS, etc. Los intervalos generales de las posiciones debi-
dos a grupos específicos se agrupan en diagramas de correlación (como en el caso de
la espectroscopia IR). La figura 16.23 muestra un ejemplo de diagrama de correlación
NMR para la NMR del protón.
Los espectrómetros NMR modernos tienen la capacidad de medir la absorción de re-
sonancia de núcleos múltiples, como el *H, 13C, 31P y otros elementos. Los instrumen-
tos modernos no utilizan normalmente una modalidad directa de absorción de
radiación electromagnética para medir un espectro. Más bien, el espectrómetro expo-
ne los núcleos a un campo magnético estático, B0, que alinea los momentos magnéti-
cos de los núcleos. Así, un segundo campo magnético Bl perpendicular a BQ se aplica a
la muestra por un tiempo breve (1-10 microsegundos), como un pulso. Este pulso per-
pendicular provoca un movimiento de precesión en los momentos magnéticos de los
16.5 Resonancia magnética nuclear 581
núcleos en una trayectoria circular, efecto que puede medirse con una bobina detecto-
ra alrededor de la muestra. Tan pronto como el pulso se detiene, el movimiento de pre-
cesión se reduce conforme los núcleos se alinean nuevamente con el campo magnético
estático BQ. Este proceso recibe el nombre de relajación, y posee diversos mecanismos
que no estudiaremos, pero que se encuentran relacionados con la identidad de la
muestra. Un gráfico de la señal medida por el detector en función del tiempo recibe el
nombre de decaimiento por inducción libre (FID, por sus siglas en inglés).
Una función matemática denominada transformada de Fourier (TF) se aplica a la
señal FID para que esta última se convierta en un espectro NMR. Las ventajas de di-
chas técnicas de pulso incluyen la capacidad de almacenar datos digitalmente en una
computadora, que puede registrar múltiples espectros y promediarlos. De esta ma-
nera, el ruido se reduce y se hace posible un espectro más claro. De hecho, algunos
espectros NMR son tan ruidosos que los espectros de resonancia magnética son ilegi-
bles cuando se ejecutan en una modalidad de exploración, así que deben ejecutarse
en una modalidad de pulso. Los espectros 13C constituyen un ejemplo. La figura 16.24
muestra un espectro TF-NMR 13C.
La NMR tiene aspectos que no analizaremos aquí, los cuales la convierten en una
de las técnicas más poderosas para estudiar las estructuras de las moléculas con nú-
Figura 16.25 La NMR se utiliza en el campo médico para generar imágenes del interior del cuerpo
con propósitos de diagnóstico. En la terminología médica, esta técnica recibe el nombre de formación de
imágenes por resonancia magnética.
cieos activos NMR. Muchos de estos aspectos se basan, en última instancia, en las in-
teracciones físicas estudiadas en este capítulo.
La NMR ha encontrado aplicación en el campo médico (figura 16.25), donde se di-
señan espectrómetros de resonancia magnética nuclear más grandes, de manera que
la gente se emplee como muestra. Se coloca al paciente en un campo magnético y se
le bombardea con ondas de radio inocuas. Las señales de la NMR provenientes de los
protones en los tejidos pueden analizase. De esta manera, puede determinarse el es-
tado de los tejidos del cuerpo y, gracias al control de la computadora, los médicos
pueden obtener muchas perspectivas de los tejidos en el interior del paciente sin nin-
gún tipo de procedimiento agresivo. Es posible valorar sin daño para el paciente pro-
blemas como tumores, anormalidades espinales y enfermedades cardiovasculares. No
obstante, en el campo médico la técnica recibe el nombre de formación de imágenes
por resonancia magnética, o MRI (por sus siglas en inglés). Aparentemente, la palabra
"nuclear" se elimina a consecuencia de sus connotaciones. Sea como fuere, la MRI aún
es la NMR, un fenómeno del espín nuclear.
16.6 Resumen
Además de las clases de espectroscopia que estudiamos aquí, otros tipos de espectros-
copias emplean campos magnéticos, lo cual permite diferenciar las funciones de on-
da de las moléculas. Los tres tipos estudiados aquí —Zeeman, ESR y NMR— sólo tocan
la superficie. La espectroscopia magnética es de utilidad en química debido, en par-
te, a su capacidad para abordar funciones de onda individuales que normalmente son
16.6 Resumen 583
degeneradas. Una mirada aún más cercana, con la ayuda de la teoría de grupos, mos-
traría que las técnicas de espectroscopia magnética pueden determinar muchos as-
pectos relativos a los sistemas atómicos o moleculares. Por la forma en que los
electrones y núcleos interactúan entre sí, podemos deducir información específica
sobre la estructura de las moléculas. Dicha información, al combinarse con infor-
mación de otras fuentes, como la espectroscopia rotacional, vibracional o electrónica,
nos ofrece una imagen perfecta de la apariencia de los átomos y las moléculas. Todo
esto se basa en la mecánica cuántica, la explicación del comportamiento de las par-
tículas subatómicas. La espectroscopia constituye un testimonio de que la mecánica
cuántica funciona y puede proporcionarnos información sobre el mundo que nos
rodea.
E J E R C I C I O S D E L C A P Í T U L O 1 6
17 n
ir
o
tdu
ccc
o
in
17.1 Sinopsis
17.2 Algunos requerimientos
estadísticos
17.3 Ensamble
17.4 La distribución más
probable: distribución
de Maxwell-Boltzmann
17.5 Propiedades
termodinámicas a partir
L a termodinámica constituye uno de los pocos temas a los que podemos aproxi-
marnos desde dos perspectivas completamente diferentes y llegar a las mismas
respuestas. Uno de los enfoques, el fenomenológico, es el tema de los primeros ocho
de la termodinámica capítulos de este libro. Éste se basa en la observación de los fenómenos, cuyos com-
estadística portamientos se generalizan mediante expresiones algebraicas y del cálculo. A través
17.6 Función de partición: de cientos de miles de observaciones, se han empleado determinadas generalidades
gases monoatómicos como reglas para describir la forma en que los sistemas conocidos deberían compor-
17.7 Funciones de estado en tarse. Estas reglas se conocen como las tres leyes de la termodinámica.
términos de funciones Existe otra forma de analizar las propiedades termodinámicas: un enfoque esta-
de partición dístico. Años antes de la formulación de la teoría cuántica de la materia, la teoría
17.8 Resumen atómica se estaba convirtiendo en la piedra angular de la química. Algunos científicos
—James Clerk Maxwell, Ludwig Boltzmann y J. Willard Gibbs, entre otros— pensa-
ban que si los átomos y moléculas eran tan pequeños, quizá entonces su compor-
tamiento respecto a la energía podría entenderse estadísticamente. Pero varios de sus
contemporáneos científicos rechazaban la idea (de hecho, el suicidio de Boltzmann
se atribuye en parte a la negativa de aceptar sus ideas). Sin embargo, resulta que se
puede aplicar la estadística para entender la termodinámica de los átomos y molécu-
las. En última instancia, encontramos que el enfoque estadístico permite hacer las
mismas predicciones termodinámicas que el abordaje fenomenológico. Este nuevo
enfoque recibe el nombre de termodinámica estadística.
17.1 Sinopsis
Comenzaremos con un repaso necesario —aunque no químico— de algunos con-
ceptos estadísticos que más tarde aplicaremos a los sistemas gaseosos. (En nuestro
análisis de la termodinámica estadística nos concentramos casi exclusivamente en los
gases.) Veremos la forma en que podemos separar, o dividir, un sistema en unida-
des menores y definir una expresión importante llamada función de partición. Con
el tiempo veremos que la función de partición se relaciona con las funciones de esta-
do termodinámicas que definen nuestro sistema.
La función de partición se define en términos de las posibles energías de las par-
tículas de un sistema. Los creadores de la termodinámica estadística dedujeron sus
ecuaciones sin comprender la teoría cuántica de la naturaleza. Pero ahora sabemos
586
17.2 Algunos requerimientos estadísticos 587
Ejemplo 17.1
En lo que se refiere a la figura 17.2, ¿cuál es la probabilidad de encontrar lo si-
guiente?
a) Una bola en la segunda caja.
b) Una bola blanca en la tercera caja.
Solución
a) La figura 17.2 tiene cuatro arreglos, de un total de seis, en los que hay una bola
en la segunda caja. Por consiguiente, la probabilidad de encontrar una bola en la se-
gunda caja es de \ o 67%.
Figura 17.2 Si dos bolas diferentes se b) Si especificamos que la bola en la tercera caja debe ser blanca, entonces sólo dos
colocan en tres cajas idénticas, resulta que arreglos de seis satisfacen este criterio. Esta probabilidad es, por consiguiente, \, o
hay ahora seis posibilidades. Compare esto 33%.
con la situación en la que las bolas son
idénticas: en este caso, sólo son posibles
tres distribuciones entre las tres cajas. Este
hecho ilustra la diferencia en número de El número de posibles agrupamientos únicos de objetos distinguibles en varios
posibles disposiciones de objetos distin- subsistemas se determina por medio de la fórmula de combinación. Si el sistema tie-
guibles e indistinguibles. ne m subsistemas y N objetos, y hay n\ objetos en el subsistema 1, n2 objetos en el sub-
588 C A P Í T U L O 17 Termodinámica estadística: introducción
(17.1)
InN! « A T l n N - N (17.2)
Esta aproximación será de utilidad cuando apliquemos la estadística de las combi-
naciones a colecciones o conjuntos grandes de moléculas. Para dar un ejemplo de efi-
ciencia de esta aproximación, consideremos la siguiente tabla:
Observe que el error porcentual entre In N! y Afín N — N decrece conforme N"se in-
crementa. La aproximación de Stirling mejora conforme AT aumenta, por lo que será
de gran utilidad al estudiar sistemas macroscópicos de moles de átomos y moléculas.
Las probabilidades también pueden aplicarse a la determinación del valor prome-
dio de alguna variable. Consideremos una variable w, la cual puede tener ciertos po-
sibles valores individuales ur Además, representaremos mediante P; la probabilidad
de que exista cierto valor Uj. El valor promedio de la variable w, que designamos ü, se
encuentra dado por la expresión
(17.3)
Podemos ilustrar que esta ecuación es correcta con un ejemplo simple. A una cla-
se de siete estudiantes se les aplica un examen con 10 reactivos. Los resultados indi-
viduales son 7, 9, 9, 4, 2, 10 y 8. ¿Cuál es la puntuación promedio del examen? Una
forma de determinar un promedio consiste en sumar las puntuaciones individuales
y dividir después la suma entre el número de puntuaciones:
punctactiom
17.2 Algunos requerimientos estadísticos 589
Ahora bien, también podemos emplear la ecuación 17.3 si primero determinamos las
probabilidades de cada puntuación en las calificaciones. Puesto que la puntuación de
O no aparece en la lista de puntuaciones individuales, podemos decir que P0 = °. La
puntuación 1 tampoco aparece, así que Pl = °. No obstante, una puntuación de 2 apa-
rece una vez entre las siete calificaciones, de modo que podemos decir que P2 = ?•
Asimismo, tenemos que P3 = 7, P4 = 7, P5 = °, P6 = °, P7 = 7, P8 = 7, P9 = f (hay dos
9) y PÍO — 7 (el lector puede verificar todas estas probabilidades). La puntuación in-
dividual (de O a 10) se representa mediante w;; de esta manera, de acuerdo con la
ecuación 17.3, tenemos para la puntuación promedio
puntuación =
disposiciones —que es igual al área bajo la curva— se encuentra dado por dicha fun-
ción a lo largo de todas las posibles disposiciones. En el caso de las bolas en las ca-
jas, la suma de las probabilidades se lleva a cabo con facilidad. Pero en el caso de los
sistemas gaseosos, en los que el número de partículas puede ser del orden de 1020, fa-
voreceremos el enfoque de integrar una función suave. Esta perspectiva implica que
las matemáticas del cálculo nos serán de utilidad para entender el comportamiento
estadístico de nuestro sistema.
173 Ensamble
Una de las diferentes formas en que la estadística intenta entender el estado termodi-
námico de un sistema macroscópico grande consiste en dividirlo en diminutas partes
microscópicas. Estas partes reciben el nombre de microsistemas. El estado de cada mi-
crosistema recibe el nombre de microestado. Notemos que cada microsistema puede
tener un microestado diferente individual, incluyendo el volumen, la presión, la tem-
peratura, la energía, la densidad, etc. Todos los microestados del sistema se combinan
estadísticamente para generar el estado total, o macroestado, del sistema: su tempera-
tura, presión, volumen, energía totales, etc. Éste constituye un postulado básico de la
termodinámica estadística. Para entender la forma en que se combinan estos mi-
croestados, primero tendremos que dividir nuestro sistema en microsistemas y deter-
minar los microestados de los microsistemas.
Existen diversas formas de hacerlo. Elegiremos una forma conveniente para cumplir
nuestro objetivo. Definiremos el término ensamble como una colección de un número
indeterminado de microsistemas que, en conjunto, forman nuestro sistema macroscó-
pico. La figura 17.4 ilustra una forma de dividir mentalmente un sistema macroscópi-
co en un ensamble de microsistemas. Cada microsistema en el ensamble posee su
propio microestado característico, definido por un número específico de partículas,
energía, volumen, presión, temperatura, etc. Es frecuente emplear los términos micro-
sistema y microestado indistintamente, aunque, desde un punto de vista técnico, el mi-
croestado es el conjunto de condiciones que definen el estado del microsistema.
Un ensamble canónico es un ensamble dividido en j microestados individuales en el
que los números de partículas en cada microestado Nj, los volúmenes de microestados
Vj y las temperaturas de los microestados TJ son los mismos.1 Como variables extensi-
vas, los números de partículas y los volúmenes son acumulativos en los microestados,
mientras que la temperatura, una variable intensiva, no es acumulativa en el ensam-
ble. Otra forma de expresar esto consiste en definir el número total de partículas N, el
volumen total del sistema Vy la temperatura total del sistema Tde la siguiente manera:
(17.4)
Figura 17.4 Ésta es una forma hipoté-
tica de dividir un sistema grande en un
ensamble de pequeños microsistemas. Los (17.5)
estados individuales de los microsistemas
se combinan para determinar el estado to- (17.6)
tal del sistema.
Consideremos la energía de las partículas de un ensamble. De acuerdo con la me-
cánica cuántica, sabemos que la energía sólo puede tener ciertos valores para los es-
1
Existen otras formas de definir ensambles. Por ejemplo, un ensamble microcanónico se define
como un conjunto de microestados en los que el volumen, número de partículas y energías de ca-
da microestado son los mismos. Así, aunque las ecuaciones 17.4 y 17.5 todavía resultan válidas para
un ensamble microcanónico, la ecuación 17.6 no lo es. Más bien, en el caso de un ensamble micro-
canónico, tenemos
En el gran ensamble canónico, V, Ty |x (potencial químico) son los mismos en todos los microsis-
temas.
17.3 Ensamble 591
(17.7)
en que la degeneración del estado basai, &, se cuenta NQ veces (pof las N0 partículas
con energía e0), etc. No olvidemos que las degeneraciones pueden ser muy grandes;
en los estados de traslación de un mol de átomos, la degeneración es del orden de
1020. El número total de formas en que estas AT partículas pueden estar presentes en
dicho arreglo, que se denota fi, es el producto de Wy W^
(17.9)
NO, N!, N2, etc., son los números de ocupación para un nivel dado de energía. Como el
lector esperaría, íl es un número enorme. Además, hemos supuesto un conjunto espe-
cífico de números de ocupación N¡. ¿Puede el sistema tener otro conjunto de valores
Nf. Por supuesto. Una de las preguntas de la termodinámica estadística consiste en si
ésta puede predecir qué conjunto de números de ocupación es el más probable.
Ejemplo 17.2
Suponga que tiene un sistema de tres partículas con cuatro posibles estados de ener-
gía, como se muestra en la figura 17.5. Su sistema posee un total de 5 unidades
energéticas (5 UE) para distribuirse entre las partículas. ¿Cuántas distribuciones dis-
tinguibles puede haber? ¿Puede usted utilizar los números de ocupación para verifi-
car la ecuación 17.7?
Figura 17.5 Consulte el ejemplo 17.2.
¿Cuántas formas existen de distribuir tres Solución
partículas distinguibles, de tal manera que Consulte la figura 17.6 de la página siguiente. Cada diagrama muestra una forma de
haya 5 unidades energéticas en el sistema? distribuir las partículas en los estados cuánticos posibles, de tal manera que el siste-
592 C A P Í T U L O 17 Termodinámica estadística: introducción
Figura 17.6 Consulte el ejemplo 17.2. Éstas son las únicas formas de distribuir las tres partículas (que
se representan con los puntos izquierdo, medio y derecho) para obtener 5 unidades de energía en el sis-
tema. Observe que hay seis posibles combinaciones del conjunto de números de ocupación (1, O, 1, 1),
pero sólo tres posibles combinaciones de los conjuntos de los números de ocupación (O, 1, 2, 0) y (O, 2,
0,1).
ma completo tenga 5 UE. Bajo cada diagrama aparecen los números de ocupación
N0, Ni, N2 y N3. Al aplicar la ecuación 17.7, vemos que
La figura 17.6 muestra que hay 6, 3 y 3 formas de distribuir las partículas entre los
posibles niveles de energía, de tal manera que la energía total sea igual a 5.
Según el ejemplo 17.2, vemos que hay 12 posibles distribuciones de las partículas
en tres diferentes formas, cada una de las cuales posee múltiples posibilidades. ¿Cuá-
les de estas 12 formas es la preferida? Planteando la pregunta de otra forma: si tene-
mos un ensamble de microestados para un sistema con 5 unidades de energía, ¿cuál
de los arreglos de la figura 17.6 será más favorecido? La termodinámica estadística su-
pone que ninguno de los arreglos se prefiere sobre los demás, sino que todos los po-
sibles arreglos tienen la misma probabilidad. Esto se conoce como principio de iguales
probabilidades a priori.
¿Significa esto que cada conjunto de números de ocupación (1, 0,1,1), (0,1,2,0)
y (O, 2, O, 1) contribuyen con una tercera parte al sistema total? No, puesto que hay
seis formas de generar los números de ocupación (1, O, 1, 1) y sólo tres formas, con
17.4 La distribución más probable: distribución de Maxwell-Boltzmann 593
cada uno, de generar (O, 1, 2, 0) y (O, 2, O, 1). Esto implica que ¿ del sistema se re-
presentará por medio de cada diagrama de la figura 17.6. Como hay más formas de
generar un sistema con los números de ocupación (1, O, 1,1), habrá más microesta-
dos con esta disposición. Esta idea adquiere mucha importancia cuando se analizan
números grandes de partículas, que pueden estar presentes en cualquier sistema real.
Existen algunas restricciones para esta ecuación. La energía total del sistema debe ser
igual a la energía de cada estado cuantizado e¿, multiplicada por el número de par-
tículas en el nivel energético, N¿:
(17.10)
Además, la suma de todos los valores N¡ debe ser igual al número total de partículas
del sistema:
(17.11)
La suma X Nj es igual a N, el número total de partículas; así, esos dos términos se can-
celan en el miembro derecho. De nuevo, podemos aplicar las propiedades de los lo-
garitmos y volver a ordenar los términos restantes dentro de la suma para obtener
(17.12)
Figura 17.8 Cuando el número de
partículas y los posibles arreglos son cada
vez más grandes, la gráfica se estrecha
progresivamente, y también el eje x (que
representa los conjuntos posibles de nú- 2
Específicamente, In (a • b/c) — In a + In b — In c. Otra forma de expresar esto: Ü;N; = 2¿ In Nj.
meros de ocupación) se vuelve cada vez 3
más grande. Específicamente, In ab = b - In a.
17.4 La distribución más probable: distribución de Maxwell-Boltzmann 595
como la expresión por minimizar. (El signo negativo en el último término lo emplea-
remos a nuestra conveniencia y en breve lo justificaremos.) Si sustituimos íí, Ny E,
obtenemos
(17.13)
(17.14)
para cada valor de NJ. Por consiguiente, la ecuación 17.14 da las expresiones corres-
pondientes a j que deben ser iguales a cero.
La derivada de ATln Neón respecto a N¿ es igual a cero, ya que ATln AT es una cons-
tante. Aunque NJ y N¡ representan diferentes números de ocupación en el caso de un
sistema suficientemente grande, siempre habrá casos en que N¿ = NJ. Por lo tanto, el
efecto de la derivada en términos de j consiste en eliminar todos los términos en las
sumas restantes, excepto en una, aquella en que N¿ = NJ. Así, quedan i ecuaciones de
la forma
(17.15)
(17.17)
Si sumamos los valores de ambos miembros de la ecuación 17.17 sobre todos los po-
sibles valores de i, obtenemos
596 C A P Í T U L O 17 Termodinámica estadística: introducción
(17.21)
(17.22)
La razón de que señalemos este hecho radica en que ahora podemos aplicar el en-
foque de la estadística para el estudio de propiedades termodinámicas. Por ejemplo,
de acuerdo con las ideas de la sección 17.2, podemos emplear
ya que contamos con una expresión para Pt. Supongamos que queremos conocer cuá-
les son los valores energéticos promedio de los microestados. Podemos reescribir la
ecuación anterior de la siguiente manera:
(17.23)
(17.24)
Como la energía del microestado, e¿, depende del microestado, también lo hace la
presión p{. Si la presión se define de esta manera, entonces es posible calcular la deri-
vada de la ecuación 17.23 respecto a V, y obtener la presión promedio, p, tal como de-
terminamos la energía promedio:
(17.25)
Sin embargo, el incremento del número de microestados que poseen la misma pre-
sión promedio no altera el valor de la presión global del sistema. La presión promedio
de los microestados es igual a la presión promedio de todo el sistema. Es decir,
(17.26)
es a
donde ptermo 1 presión fenomenológica macroscópica, la presión mensurable de
nuestro sistema. La ecuación 17.26 es el primer punto de contacto entre la termodi-
námica estadística y la termodinámica fenomenológica.
Con el fin de determinar (3, comenzamos calculando la derivada de E (a partir de
la ecuación 17.23) respecto a V, y la derivada de p (ecuación 17.25) respecto a (3. En
ambos casos, tenemos que aplicar la regla de la cadena de la derivación, así como cier-
tas sustituciones. En última instancia (los pasos no se presentan aquí explícitamen-
te), tenemos
(17.27)
(17.28)
Sustituyendo y reordenando,
(17.29)
17.4 La distribución más probable: distribución de Maxwell-Boltzmann 599
(17.30)
donde hemos empleado E para representar la energía interna. Estas dos ecuaciones
son sorprendentemente similares. Éstas implican que (3 se encuentra relacionada con
1/T. P no es igual a 1/T, puesto que un factor de proporcionalidad se cancelaría en la
ecuación 17.30. Más bien, (3 es proporcional a 1/T:
(17.31)
(17.32)
Ejemplo 173
Considere el diagrama de la figura 17.5 con los cuatro niveles de energía. Suponien-
do que los niveles de energía tiene degeneración cuádruple (es decir, & = 4) y que
los niveles de energía tienen valores de 0.00,1.00, 2.00 y 3.00 X 10~21 J, ¿cuál es el
valor de la función de partición a 25 °C = 298 K? ¿Cuál es el valor de q si los nive-
les de energía son 0.00,1.00, 2.00 y 3.00 X 10~19 J?
Solución
La suma de la ecuación 17.32 puede formularse de la siguiente manera:
donde exp representa la misma función exponencial que e, pero permite que apa-
rezcan exponentes mayores de forma más legible. Todas las unidades se cancelan y
q es sencillamente un número. Para valores más grandes de los niveles de energía, se
puede demostrar que
600 C A P I T U L O 17 Termodinámica estadística: introducción
El segundo ejemplo muestra cuan sensible es q a los valores de los niveles energé-
ticos.
(17.33)
De acuerdo con las reglas del cálculo, el miembro izquierdo de la ecuación anterior
es (d In q/dT). Trasponiendo el término kT2 al miembro izquierdo, tenemos
17.5 Propiedades termodinámicas a partir de la termodinámica estadística 601
El miembro derecho de esta ecuación constituye la mayor parte del miembro derecho
de la ecuación 17.33. Sustituyendo, tenemos
(17.34)
A partir de la relación que establece la primera ley entre la energía interna y H, la en-
talpia
(17.36)
Por lo tanto, la termodinámica estadística suministra expresiones para todas las fun-
ciones de estado termodinámicas básicas, las cuales dependen de la función de par-
tición q.
Con el fin de obtener expresiones para la energía libre de Gibbs, G, y la energía de
Helmholtz, A, requeriremos una expresión para la entropía, S. El enfoque de la ter-
modinámica estadística para S es de alguna forma diferente. En lugar de deducir una
expresión termodinámica para S (que puede obtenerse, pero que no derivaremos
aquí4), presentamos la contribución original y de gran influencia que Ludwig Boltz-
mann formuló en 1877, que relaciona la entropía S y la distribución de partículas en
un ensamble íí:
S a In O (17.37)
La constante de proporcionalidad también es la constante de Boltzmann, k (la misma
k empleada para definir (3). Esta definición de entropía se formula de la siguiente ma-
nera:
(17.38)
Este postulado es tan importante para el desarrollo de la termodinámica estadística
que se encuentra grabado en la lápida de Boltzmann (figura 17.10).
Partiendo de la ecuación 17.38, podemos sustituir la expresión para íl de la ecua-
ción 17.9 y obtener
(17.40)
(17.41)
(17.42)
(17.43)
siderarse una medida del número de posibles lugares que los objetos pueden ocupar.
Ésta es una forma de definir íl. Cuando dicho número de lugares es posible, la esta-
dística muestra que éstos serán ocupados: un alto contenido de desorden se encuen-
tra relacionado directamente con una entropía absoluta alta. La relación cualitativa
es muy útil para llevar a cabo predicciones. Sin embargo, no olvidemos que la rela-
ción también tiene consecuencias cuantitativas directas. Seremos capaces de determi-
nar dichas cantidades en breve —cuando encontremos q, la función de partición.
La segunda y tercera leyes de la termodinámica pueden entenderse en términos del
concepto de desorden de la entropía. En un sistema aislado, en el que no hay transfe-
rencia de masa o energía, un cambio espontáneo puede considerarse como aquel en
que las partículas del sistema tienen acceso a más posibles arreglos. Es decir, en el ca-
so de un proceso espontáneo del estado 1 al estado 2,
íl (estado 2) > O (estado 1)
De acuerdo con la ecuación 17.40, que es el postulado de Boltzmann para la defini-
ción de S, obtenemos para AS de un proceso espontáneo:
AS - Jkln [SI (estado 2)] - fcln [íl (estado 1)]
que siempre es un número positivo: la fracción [íí (estado 2)]/[ft (estado 1)] siem-
pre es > 1, y el logaritmo de un número mayor que 1 es positivo. Por consiguiente, un
cambio espontáneo ocurre con un aumento en la entropía total —o desorden— del
sistema (véase la figura 17.11).
En el caso de la tercera ley, podemos sustituir la expresión de q en la ecuación
17.42 y calcular la derivada de q respecto a la temperatura. Así, obtenemos
donde g0 es la degeneración del estado basal. En el límite de T—» O, los estados de mí-
nima energía posibles son los únicos estados poblados.
Si el estado basal es no degenerado, entonces g, = 1 y S es igual a cero, en total
acuerdo con la tercera ley de la termodinámica. Esto sería estrictamente cierto si hu-
biera sólo una partícula en el sistema. En la mayoría de los sistemas, normalmente
hay suficientes átomos y moléculas, de tal manera que podemos hablar de cantidades
molares, es decir, del orden de 1020 o mayores. Por consiguiente, g0 puede ser de por
lo menos 1020 en sistemas reales. ¿Conduce esto a una violación de la tercera ley?
En realidad, no. El logaritmo de 1020 es alrededor de 46, y la multiplicación del In
(1020) por la constante de Boltzmann, 1.381 X 10~23 J/K, da como resultado aproxi-
madamente 6 X 10~22 J/K —una cantidad inconmensurablemente pequeña de
Figura 17.11 ¿Cuál es la dirección es- entropía (tomando en cuenta especialmente que las entropías molares, que se han
pontánea desde la perspectiva estricta del medido, son del orden de docenas o cientos de J/K, 25 o más órdenes de magnitud
desorden? También es la dirección espon-
mayores)—. Necesitaríamos una cantidad del orden de 1010 átomos antes de que la
tánea desde la estricta perspectiva de la en-
tropía. entropía se torne détectable en el cero absoluto, y, para darnos una idea de la magni-
tud de este número, ¡no hay sitio en el universo visible que albergue tantos átomos!
Por consiguiente, para todos los propósitos prácticos podemos decir que, de hecho, S
se aproxima a cero conforme la temperatura se aproxima al cero absoluto, siempre y
cuando las otras condiciones relevantes se apliquen al sistema. Por lo tanto, la definí-
5
El límite puede determinarse aplicando la regla de L'Hôpital del cálculo.
604 C A P I T U L O 17 Termodinámica estadística: introducción
(17.44)
(17.45)
Observe que tanto A como G se encuentran relacionadas directamente con q, más que
con la derivada de q. Aunque éste es un artificio de las matemáticas y de la definición
de ensamble, hasta cierto punto debe sorprendernos el hecho de que las funciones de
estado importantes (Gy A) se encuentren tan íntimamente relacionadas con la función
de partición q, lo cual constituye el punto central de la termodinámica estadística.
Finalmente, ya que el potencial químico JJL, para la z-ésima especie química cons-
tituye el punto central básico en el equilibrio químico, podemos definir con facilidad
u, en términos c\e a:
(17.46)
Técnicamente, ésta es una suma infinita, porque hay un número infinito de posibles
niveles de energía para una partícula (lo cual es una conclusión general de la mecá-
nica clásica y de la mecánica cuántica). Sin embargo, ya que q se define en términos
de funciones exponenciales negativas, cada término sucesivo se vuelve más pequeño,
así que el número potencialmente infinito de términos en la suma no implica auto-
máticamente que q = ».
Segundo, si los niveles de energía se encuentran suficientemente próximos, enton-
ces cada término en la suma se encuentra infinitesimalmente cercano al término an-
terior y, también, infinitesimalmente cerca del siguiente término. Por ello, es posible
afirmar con suficiente certeza que, en lugar de una suma de términos discretos, q pue-
de expresarse como la integral de una función continua:
(17.47)
Para determinar un valor teórico de una función de partición, necesitamos una ex-
presión para los niveles de energía ez.
17.6 Función de partición: gases monoatómicos 605
(17.49)
En términos del volumen del sistema V, si el sistema es cúbico, entonces V = a3. Por
lo tanto, £ debe ser igual a V2/3. La ecuación 17.49 se convierte en
(17.50)
Por lo tanto, nuestra expresión para q (suponiendo que todos los estados de trasla-
ción tengan una degeneración igual a uno) es
606 C A P Í T U L O 17 Termodinámica estadística: introducción
(17.51)
donde las sumas individuales ahora se realizan sobre los números cuánticos traslacio-
nales x, y y z. Todos los niveles de las partículas en cajas unidimensionales son mo-
nodegenerados.
Ya que normalmente no se prefiere una dimensión particular para un sistema tri-
dimensional (condición descrita como isotrópicá), entonces nx es, desde el punto de
vista del cálculo, equivalente a n^ que es equivalente a nz desde el mismo punto
de vista. Asimismo, puesto que el sistema es cúbico, las energías cuantizadas serán las
mismas en las tres dimensiones. Esto significa que los tres términos de la ecuación
17.51 pueden combinarse en la tercera potencia de un solo término:
(17.52)
(17.53)
Por lo tanto, podemos sustituir una expresión definida para la integral. Tenemos que
(17.54)
Ejemplo 17.4
Calcule <jtras para 1 mol de He bajo condiciones termodinámicas estándares (T =
298 K, V = 24.5 L). La masa molar del He es de 4.0026 g.
Solución
De acuerdo con la ecuación 17.55, el volumen de 1 mol de He en metros cúbicos es
de 0.0245 m3. Asimismo, debemos expresar la masa de un átomo de He en kg:
(0.0040026 kg)/(6.02 X 1023) = 6.65 X 10~27 kg. En el caso de <jtras, tenemos
Primero trabajaremos con los números. Cuando combinamos todos los valores nu-
méricos (sin olvidar, por supuesto, la potencia de 3/2 entre corchetes), obtenemos
* ~
Sin embargo, recordemos que el joule es una unidad compuesta y es igual a
(kg*m2)/s2. Sustituyendo,
608 C A P Í T U L O 17 Termodinámica estadística: introducción
Elevando esta unidad a la potencia de 3/2 e incluyendo la unidad m3 del término del
volumen, tenemos
1
1 \3/2
I 2 11 -i
2 /
m* = —r3 • nr = 1
m / nr
Es decir, todas las unidades se cancelan, como debería ser. Si combinamos la parte
numérica de la respuesta con la parte correspondiente a las unidades, obtenemos
q = 1.90 X 1029
sin unidades. ¡Éste es un número muy grande!
Si tomamos esta expresión y dividimos entre q misma, casi todos los términos se can-
celan:
Sólo queda 3/2 • 1/T. Por consiguiente, para la energía de las partículas en el sistema:
(17.56)
17.7 Funciones de estado en términos de funciones de partición 609
Esta expresión es similar a la que se obtiene mediante la teoría cinética de los gases
(que estudiaremos en el siguiente capítulo). Por lo tanto, la termodinámica estadísti-
ca da como resultado la misma respuesta que otras teorías fisicoquímicas.
También podemos deducir una expresión que incluya la presión, ya que sabemos
que
(17.57)
donde jR representa la constante de la ley de los gases ideales. Por lo tanto, la constan-
te de Boltzmann proporciona el fundamento termodinámico estadístico de la cons-
tante de los gases ideales. De hecho, si N = NA (número de Avogadro),
(17.60)
y así obtenemos la ley de los gases ideales pV = £Tpara un mol. Por supuesto, en el
caso de n moles de gas, esta expresión se convierte en la forma más general de la ley
de los gases ideales, pV = nRT. La relación entre R y k también queda explicada por
las unidades que se emplean para describir las dos constantes.
Ejemplo 17.5
Verifique la ecuación 17.60 utilizando unidades SI para R y ky y determine luego el
valor de k en unidades de L-atm/K.
Solución
Podemos emplear los valores de dos de las variables en la ecuación 17.60, calcular el
tercero y comparar nuestro resultado con un valor tabulado. En este ejemplo, tome-
mos los valores dekyNA:k= 1.381 X 10~23 J/K y NA = 6.022 X 1023/mol. De es-
ta manera, encontramos que
k
~ 6.022 X 1023/mol
que es un valor perfectamente bueno para k si, por otra parte, las unidades son las
adecuadas.
podemos hacer sustituciones similares para obtener una expresión para S. Sin entrar
en detalles matemáticos (que se dejan para los ejercicios al final del capítulo), te-
nemos
(17.61)
Ejemplo 17.6
¿Cuál es la entropía absoluta de 1 mol de He a 25.0 °C y una presión de 1.000 atm?
Compare este valor con el valor tabulado de 126.04 J/(mol-K). No olvide que se re-
quieren las unidades apropiadas.
Solución
La advertencia unidades apropiadas tiene el objetivo de recordarnos que las masas
deben expresarse en unidades de kg, y los volúmenes en unidades de m3. En el ca-
so del He, la masa m = 6.65 X 10~27 kg (véase el ejemplo 17.4) y 1 m3 = 1000 L. De
acuerdo con la ecuación 17.61, tenemos
17.7 Funciones de estado en términos de funciones de partición 611
Este valor calculado de S es virtualmente el mismo que el valor experimental (la va-
riación es de 0.02%).
(que es la raíz cúbica de la expresión anterior) tiene unidades de 1/m. Por consiguien-
te, el recíproco de esta expresión tiene unidades de longitud, metros. Definimos el re-
cíproco de esta expresión como A (letra mayúscula griega lamda), la longitud de onda
térmica de de Broglie:
(17.64)
Ejemplo 17.7
A 298 K, la velocidad más probable de un átomo de Ar es de 352.4 m/s. Calcule A,
la longitud de onda térmica de de Broglie y el valor más probable de X, la longitud
de onda de de Broglie (normal) de un átomo de Ar. El Ar posee una masa molar de
39.9 g.
Solución
El valor más probable para la longitud de onda de de Broglie es inversamente pro-
porcional a su momentum. Tendremos que expresar la masa de un solo átomo de
Ar en unidades de kg:
Observe que, de nuevo, hemos tenido que determinar la masa de un solo átomo de
Ar en kg. Despejando, tenemos
A = 1.6005 X 10~n m
Las dos respuestas no se alejan mucho entre sí (de hecho, difieren por un factor de
TT1'2).
onda térmica de de Broglie resulte mucho más pequeña que la distancia entre las par-
tículas. Si así sucede, entonces la longitud de onda térmica de de Broglie de dos
partículas cualesquiera resulta despreciable comparada con la distancia que las sepa-
ra, y las partículas de gas pueden considerarse realmente independientes entre sí. Por
consiguiente, se prefieren condiciones de baja presión y alta temperatura —las cua-
les contribuyen a un aumento de la separación interatómica— cuando se compara la
teoría con el experimento. En el siguiente capítulo veremos ejemplos de la forma en
que las predicciones simplistas de la termodinámica estadística no concuerdan con el
experimento a determinadas temperaturas absolutas bajas.
17.8 Resumen
Las matemáticas de la estadística son aplicables en átomos y moléculas, como lo he-
mos visto al aplicar la matemática estadística a un gas monoatómico. Si consideramos
de cuántas maneras diferentes se puede distribuir energía entre un número inmen-
so de partículas de un gas distribuidas en un ensamble (un ensamble canónico, en
particular), resulta claro que las propiedades generales del gas pueden entenderse si
conocemos las propiedades de una sola de las distribuciones, la distribución más pro-
bable. Este raciocinio permitió obtener una expresión para la función de partición. Si
recurrimos a las matemáticas estadísticas de los promedios, podemos expresar pro-
piedades mensurables, como la energía y la entropía, en términos de dicha función
de partición. Por consiguiente, la función de partición, q, se convierte en el punto
central de nuestra comprensión de la naturaleza estadística de la termodinámica.
La mecánica cuántica y el cálculo nos permiten determinar una expresión explí-
cita de q para el movimiento tridimensional de las partículas del gas. Si utilizamos
esta expresión, podemos determinar expresiones para E (denominada U en termodi-
námica fenomenológica), H, y capacidades térmicas. Sin embargo, la verdadera prue-
ba es S: conocemos los valores absolutos de S experimentalmente, así que es crucial
una comparación de valores de S determinada experimentalmente con los valores
calculados utilizando la termodinámica estadística. La tabla 17.1 muestra que las
ecuaciones deducidas de un enfoque estadístico y un enfoque termodinámico pasa-
ron la prueba.
Las deducciones de Boltzmann dependían de la naturaleza de la materia o sistemas
estudiados, los que están constituidos, en última instancia, por partículas. Esto últi-
mo es consistente con la teoría atómica moderna. Las ideas de Boltzmann —inclu-
yendo la idea de que los átomos se comportan estadísticamente— han sido aceptadas
como la forma correcta de entender la materia.
E J E R C I C I O S D E L C A P Í T U L O 1 7
17.20 Siguiendo los pasos indicados en el texto, deduzca la 17.35 Para un electrón con una velocidad de 0.01 c (donde c
ecuación 17.42 de la ecuación 17.41. es la velocidad de la luz), ¿a qué temperatura será igual la lon-
gitud de onda térmica de de Broglie a la longitud de onda de
17.21 En el caso de un sistema químico con más de un com- de Broglie mecánico-cuántica? (Observe que la longitud de on-
ponente, ¿cuál es la restricción sobre la deducción de la ecua- da de de Broglie original no depende directamente de la tem-
ción 17.46? peratura.)
17.22 Deduzca las ecuaciones 17.44 y 17.45.
17.36 Utilice la ecuación de Sackur-Tetrode para deducir
17.23 Utilice argumentos de la termodinámica estadística pa- la fórmula A5 = R In (\/2/^) para un cambio isotérmico y
ra justificar la espontaneidad de la segunda ley en los siguien- A5 = Cv In (7"2/7"i) Para un cambio isocórico.
tes casos: a) un gas que se expande conforme el volumen de
un sistema se incrementa adiabáticamente; b) el hielo es la fa-
se inestable del H2O a 5 °C
17.24 Las ecuaciones 17.44 y 17.45 para A y C difieren sólo
por el término -1 en la definición de C. ¿De dónde proviene 17.37 Calcule el logaritmo de N!, N = 1 a 100, explícitamen-
este término? (Véase el ejercicio 17.22.) te y utilizando la aproximación de Stirling, y compare los valo-
res. ¿A qué valor aproximado de N concuerda la aproximación
17.25 Mediante la regla de L'Hôpital, determine el límite de 5
de Stirling con el valor real con un margen menor a 1%?
conforme T -» O y demuestre que es igual a /c In g0.
17.38 Considere un sistema de cinco niveles de energía, cada
uno de los cuales se encuentra doblemente degenerado. Los
17.6 y 17.7 Gases monoatómicos y funciones niveles tienen energías de 0,1 x 10~21, 2.5 x 10~21, 4 x 10~21
de estado y 6 x 10~21 J. Calcule la función de partición de este sistema a
17.26 Realice un análisis riguroso de las unidades de la ecua- 50, 100, 200, 300, 500 y 1000 K. ¿Observa usted una estabili-
ción 17.53, descomponiendo todas las unidades de todas las zación del valor de q conforme aumenta la temperatura? ¿Cuál
cantidades en sus unidades básicas, y demuestre cómo éstas es la interpretación de los valores de q?
se cancelan.
17.39 Utilice un programa de matemáticas simbólicas para
17.27 ¿Qué cambio hay en la ecuación de Sackur-Tetrode si calcular el límite simbólico de la ecuación 17.52 conforme n
N = NA? tiende a infinito y compare el resultado con la ecuación 17.54.
17.28 Al calcular las propiedades termodinámicas para 1 mol 17.40 Programe la ecuación de Sackur-Tetrode (17.61) en
de un gas monoatómico, utilizamos la masa de un átomo, no una calculadora o computadora y calcule la entropía molar de
la masa de un mol de átomos. Explique por qué. todos los gases nobles a 298 y 1000 K.
18.1 Sinopsis
18.2 Separación de q:
funciones de partición
nucleares y electrónicas
18.3 Moléculas: funciones
de partición
18.4
18.5
electrónicas
Moléculas: vibraciones
Moléculas diatómicas:
E n el capítulo anterior se introdujeron algunos conceptos básicos que nos permi-
tieron la formulación de un enfoque estadístico de la energía y la entropía. Este
enfoque es la termodinámica estadística. Al final del capítulo se aplicaron ecuacio-
rotaciones nes a los gases monoatómicos y se calcularon funciones de estado termodinámicas
18.6 Moléculas poliatómicas: —principalmente la entropía— cuyos valores se encontraban muy próximos a los va-
rotaciones lores experimentales. Asimismo, en algunos ejercicios se pidió la deducción de expre-
18.7 Función de partición siones que, además, se habían deducido de la termodinámica fenomenológica. Por
de un sistema ejemplo, a partir de los primeros capítulos de este libro, sabemos que la ecuación
AS = R]n(V2IVl)se aplica a un cambio isotérmico del volumen de un gas ideal. Asi-
18.8 Propiedades
mismo, se puede obtener esta expresión mediante la expresión de la termodinámica
termodinámicas de las
moléculas a partir estadística de Sackur-Tetrode para S. Estas correspondencias son sólo dos ejemplos
de Q en los que concuerdan la termodinámica estadística y la fenomenológica. Es decir, en
última instancia, ellas hacen las mismas predicciones sobre las funciones de estado de
18.9 Equilibrio un sistema y la forma en que cambian con un proceso.
18.10 Cristales En este capítulo veremos más ejemplos de dicha correspondencia, ya que amplia-
18.11 Resumen remos el campo de aplicación de la termodinámica estadística para incluir moléculas
en la fase gaseosa (todavía consideraremos la fase gaseosa casi exclusivamente).
Recuerde que establecimos la función de partición q como figura central en las ecua-
ciones de la termodinámica estadística. Asimismo, recuerde que q se definió original-
mente (y así sigue definida) como una suma de funciones exponenciales negativas,
que incluyen niveles de energía que pueden ocupar las partículas de un gas de un
microestado. En el caso de las partículas de un gas atómico, los niveles de energía se
limitaron a estados traslacionales, ya que desconocíamos los niveles de energía elec-
trónica y nuclear. Estudiaremos estos dos últimos tipos de niveles en este capítulo y
explicaremos que, en la mayoría de los sistemas —aunque no en todos—, estos nive-
les de energía, en general, contribuyen poco a q total.
No obstante, las moléculas poseen otros estados de energía que los átomos no tie-
nen: cuentan con estados de energía rotacional y vibracional, que pueden tener un
impacto importante en q. De hecho, en nuestro estudio de la espectroscopia rotacio-
nal hemos encontrado que ¡las moléculas ocupan niveles de energía rotacional exci-
tados (es decir, / > 0) a temperaturas normales! Esto sugiere, de forma correcta, que
la existencia de dichos niveles de energía tiene impacto sobre qy> de forma correspon-
diente, sobre las propiedades termodinámicas de los gases moleculares.
616
18.2 Separación de q: funciones de partición nucleares y electrónicas 617
Una vez que construyamos la función de partición completa de una especie mo-
lecular gaseosa, analizaremos otra de las aplicaciones de la función de partición: el
cambio químico. En el capítulo anterior, algunos ejercicios pedían la determinación
de A(algo) para un proceso físico, como la expansión de un gas monoatómico. Sin
embargo, en química nos interesa a menudo el cambio de identidad química de una
especie —una reacción química—. Quizá el lector se sorprenda al enterarse de que es
posible emplear las funciones de partición de cada especie, en una reacción química
balanceada, para determinar una propiedad característica de dicha reacción: su cons-
tante de equilibrio.
18.1 Sinopsis
Primero, definiremos las partes electrónicas y nucleares de la función de partición,
que pasamos por alto en el capítulo anterior. Sin embargo, demostraremos que pue-
den ignorarse para la mayoría de los sistemas. También presentaremos ejemplos an-
titéticos en los que las funciones de partición electrónicas o nucleares no pueden
ignorarse —no para confundir, sino como lección de que éstas no deben ignorarse
automáticamente—. En ambos casos, veremos que las funciones de partición, en rea-
lidad, pueden expresarse en términos de la definición original de q. Sin embargo, en
el caso de las funciones de partición rotacionales y vibracionales, esto no ocurre. Se-
remos capaces de reescribir la suma infinita a lo largo de los niveles de energía para
obtener una nueva expresión para q. Estas expresiones se determinarán con ayuda de
la mecánica cuántica y las ecuaciones de las energías cuantizadas de un objeto que ro-
ta en el espacio tridimensional (el rotor rígido de tres dimensiones) o que vibra en
una oscilación, como las que se rigen por la ley de Hooke (oscilador armónico).
Al reconocer que las moléculas constituyen una parte importante de la química,
definiremos una función de partición molecular, Q, que es el producto de funcio-
nes de partición provenientes de diversas energías de una molécula: traslacional, vi-
bracional, rotacional, electrónica y nuclear.
Una reacción química es un proceso al que podemos aplicar la termodinámica es-
tadística. El valor de Afí o AS de un proceso se determina por medio del valor H o S
de los productos, menos el valor H o S de los reactivos. Si somos capaces de calcular
fío S (o cualquier otra función de estado) para las especies de los productos o reac-
tivo, entonces será factible calcular el valor de AH o AS del proceso desde una pers-
pectiva termodinámica estadística. En última instancia, encontraremos que el mismo
concepto de constante de equilibrio —es decir, una constante que define la duración
de cualquier reacción— proviene directamente de la termodinámica estadística. Este
hecho, en todo caso, debe indicar el impacto que un enfoque estadístico de átomos y
moléculas tiene en nuestro entendimiento de la química.
Hubo intentos de generalizar estas ideas, de tal manera que abarcaran fases distin-
tas de las gaseosas. Históricamente, algunas generalizaciones más útiles tenían que ver
con los cristales. Concluiremos nuestro estudio (muy lejos de ser exhaustivo) de la
termodinámica estadística con un análisis de esta aplicación. La discusión tiene su la-
do humano, ya que se trata de un ejemplo interesante en el que Einstein se encontra-
ba equivocado (o, por lo menos, no tan en lo "correcto" como otros).
(18.2)
donde la suma indica explícitamente que incluye todos los posibles niveles de ener-
gía nuclear. La disposición de protones y neutrones en el núcleo determina los nive-
les de energía nuclear. Los niveles de energía nuclear son del orden de millones de
electron-volts, ¡o 1011 joules, por mol! La misma idea de energía nuclear, y su inmen-
sa magnitud respecto a las energías químicas, sugiere que la separación de los niveles
de energía nuclear es muy grande, tanto que si el primer nivel de energía nuclear se
igualara arbitrariamente a cero, la ecuación 18.2 se convertiría en
(18.3)
de grados o atmósferas para que ocurra cualquier cambio significativo en qnuc. Como
normalmente la química no toma en cuenta dichos extremos, el efecto de qnuc puede
ignorarse con seguridad. Además, en el caso de funciones de estado que se encuen-
tran relacionadas directamente con In q o q, en las cuales qnuc representa un pequeño
factor de corrección aditivo para el valor total de la función de estado, especialmen-
te cuando se le compara con las contribuciones de otros valores q. Dado que el factor
de corrección es relativamente pequeño, fácilmente se le puede ignorar. Asimismo, en
cambios de funciones de estado, los estados nucleares normalmente no cambian, por
lo que este pequeño factor de corrección se cancela en el cálculo del valor final, me-
nos el inicial. De esta manera, jamás aparece.
Por todas estas razones, es justificable ignorar qnuc en la química. Esto refuerza
la influencia mínima que los núcleos tienen en química, que corresponde más al do-
minio de los electrones. (Sin embargo, pronto consideraremos un efecto interesante
—y sorprendente— de los estados nucleares en la química.)
La parte electrónica de la función de partición para un átomo (más tarde analiza-
remos las moléculas) se considera de forma similar a la función de partición nuclear,
como suma explícita de las funciones exponenciales negativas de los niveles de ener-
gía electrónica:
(18.5)
(18.6)
En muchos casos, los términos de la suma pueden ignorarse porque, como en el ca-
so de los niveles nucleares excitados, los estados electrónicos excitados son tan altos
en energía, en comparación con kT, que la función exponencial negativa es un núme-
ro insignificante comparado con gl9 la degeneración del estado basal.
Sin embargo, éste no siempre es el caso. Muchos sistemas poseen estados excitados
electrónicos de baja energía, cuyas energías sobre el estado basal no son altas respec-
to a kT. Por lo tanto, la función exponencial negativa no resulta despreciable, en par-
ticular con la degeneración del estado electrónico (&•) como parte de dicho término
en la suma. Estrictamente hablando, las funciones de partición electrónicas deben
considerarse individualmente y término a término. Sólo cuando hay términos adicio-
nales, que se vuelven tan pequeños al grado que es posible ignorarlos, la suma puede
detenerse o truncarse. Los siguientes ejemplos ilustran este hecho.
Ejemplo 18.1
^M^^no^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^l
Los cinco primeros estados electrónicos del átomo de carbono son:
gundo, tercero, cuarto y quinto niveles de energía. ¿En qué nivel de energía pode-
mos truncar la suma de la función de partición electrónica? Suponga una tempera-
tura estándar de 25 °C.
Solución
Evaluaremos cada función exponencial negativa, añadiremos términos sucesivos a
nuestro valor anterior para la función de partición y veremos cuánto cambia qelect.
Hasta el primer término, la función de partición resulta sencilla: simplemente es
igual a la degeneración del estado basal electrónico:
fect,l = 1
Hasta el segundo término necesitamos evaluar una función exponencial negativa. (La
función exponencial, exp, introducida en el capítulo 17, es la misma que ey con la sal-
vedad de que permite presentar de forma más legible exponentes largos o complejos.)
Observe que la inclusión de sólo el primer estado electrónico excitado casi cuadru-
plica el valor de qelect. Si se incluye el tercer término, se tiene
Por supuesto, la temperatura del sistema tendrá un efecto en que los estados elec-
trónicos contribuirán a la función de partición electrónica. (Lo mismo sucederá con
la degeneración del estado, pero ésta posee un efecto potencial menor sobre qe\eci.)
Por lo general, si la razón E/Tposee un valor aproximado de 10~22 J/K o mayor, la fun-
ción exponencial negativa es alrededor de 0.0007, que es despreciable con respecto a
1 (el valor mínimo de qe\ect). Normalmente, estos términos y otros más grandes pue-
den ignorarse con seguridad en el cálculo de qelect. De lo contrario, el estado electró-
nico particular debería incluirse explícitamente.
Ejemplo 18.2
Los átomos de níquel tienen un estado excitado de baja energía de aproximadamen-
te 200 cm"1 (3.97 X 10~21 J). Suponiendo que los dos estados electrónicos: basai y
excitado, tienen una degeneración de 3 y que ningún otro estado excitado de baja
energía contribuye de manera significativa a la función de partición electrónica,
calcule qelect a 1000 K.
Solución
Haciendo una rápida verificación, encontramos que la razón E/T equivale a (3.97 X
10~21 J)/(298 K) = 1.33 X 10~23 J/K, que es menor que nuestro valor truncado de
18.3 Moléculas: funciones de partición electrónicas 621
10 22 J/K, así que éste tendrá que incluirse en la determinación de <jelect. Por lo tan-
to, la función de partición electrónica es la suma de dos exponenciales negativas:
Observe que estamos definiendo la energía del estado basal como O J. Así, obtenemos
tronico se representa mediante De. Sin embargo, en la realidad, una molécula también
se encontrará —supuestamente— en su estado de energía vibracional mínimo, el
cual posee cierta energía mínima diferente de cero. La energía del punto cero es \kv,
donde v es la frecuencia vibracional clásica de la molécula diatómica. La diferencia
entre el límite de disociación y el estado basal vibracional del pozo de energía po-
tencial electrónica se representa mediante D0. Por consiguiente, la relación entre De y
DO es
De = DO + > (18.7)
Estaremos utilizando el valor definido de De para la energía de disociación. Sin em-
bargo, muchas tablas listan D0, por lo cual es importante no olvidar qué valor se pre-
senta. La ecuación 18.7 puede emplearse para pasar de una definición a otra. Ambos
valores de la energía de disociación se dan normalmente como números positivos,
donde D0 tiene la magnitud ligeramente menor. Los valores también se expresan en
términos de kilojoules por mol de moléculas. Recordemos que, en las funciones de
partición, deben utilizarse los valores de las moléculas individuales.
En el caso de la qelect de las moléculas diatómicas, el patrón de referencia para la
energía electrónica es el límite de disociación. Esto significa que al límite de disocia-
ción se le asigna arbitrariamente un valor de energía cero. Por consiguiente, en el
punto mínimo de la superficie de energía potencial, la energía electrónica de la mo-
lécula es — De. (Es negativa a consecuencia de que disminuye su energía. Asimismo, en
este caso, De es la energía que se necesita para una molécula, no para un mol de mo-
léculas.) Si recurrimos a la definición explícita de q, tenemos
Sin embargo, si hay estados excitados de baja energía, debe evaluarse explícitamente la
definición de la suma para qelect, sin olvidar que el punto cero para la energía electróni-
ca constituye el límite de disociación de la molécula en este estado basal electrónico.
Ejemplo 18.3
La molécula de hidrógeno tiene D0 de 432 kj/mol y una frecuencia vibracional de
1.295 X 1014 s~!. Calcule la función de partición electrónica del H2 a 298 K. Supon-
ga que el estado basal electrónico tiene degeneración única. El primer estado elec-
trónico excitado del hidrógeno está a ~ 1.822 X 10~19 J por encima del estado basal
y tiene degeneración de 1.
Solución
Dado que se nos da D0, tendremos que calcular De. De acuerdo con la ecuación 18.7,
tenemos
Sin duda se trata de un número grande, pero aún es 19 órdenes de magnitud menor
que el primer término y es insignificante respecto al primer término de qelect. Con-
secuentemente, se le puede ignorar, así como la contribución de cualquier estado
electrónico excitado adicional.
En vista de que qekct es tan grande, ¿cuál es su efecto en las funciones de estado
termodinámicas? En realidad, es insignificante a temperaturas normales. Los valores
grandes de qelect son precisamente consecuencia del lugar en que se eligió el punto ce-
ro de energía. Para las funciones de estado relacionadas con la derivada de q respecto a
la temperatura y la presión, qelect cambia muy lentamente con los cambios de tempera-
tura y presión en la mayoría de los sistemas. Por consiguiente, su efecto sobre las fun-
ciones de estado es pequeño. Para A y G, que dependen directamente de qy el efecto
práctico es pequeño, porque estamos interesados principalmente en cambios en A y G,
y las consecuencias numéricas directas de qelect se cancelan. La función de partición
traslacional todavía es la que principalmente influye —aunque no totalmente, como
veremos— en las propiedades termodinámicas de las moléculas diatómicas.
Finalmente, deberíamos generalizar qelect en el caso de moléculas más grandes. La
cuestión es la misma: ¿cuál es el punto cero respecto al cual se mide la energía elec-
trónica? En el caso de las moléculas poliatómicas, el punto cero de la energía electró-
nica se define de la misma forma que en el caso de las moléculas diatómicas: la
energía en la que todos los átomos se separan entre sí (técnicamente, a una distancia
infinita). Como en el caso de la energía de disociación, la energía de atomización se
define como la diferencia entre esta separación de átomos y el estado basal electróni-
co de la molécula. Todo el tratamiento de qelect para las moléculas poliatómicas es si-
milar al de las diatómicas, que se analizó previamente.
de vibración diferente de cero (la "energía de punto cero"). Puesto que los movimien-
tos vibracionales de las moléculas representan otra forma de energía, podemos defi-
nir una función de partición vibracional qvib para una molécula, tal que
(18.9)
(Los niveles de energía vibracional no existen para gases constituidos por especies
monoatómicas en virtud de que, por lo menos, dos átomos deben enlazarse para que
vibren.)
Primero analizaremos una molécula diatómica simple y entonces generalizaremos
nuestras ecuaciones finales para una molécula poliatómica con 3N — 6 movimien-
tos vibracionales (o 3N — 5, en el caso de las moléculas lineales), donde AT es el núme-
ro de átomos en la molécula. Si hacemos la suposición de que la única vibración de una
molécula diatómica es un oscilador armónico ideal, entonces la mecánica cuántica nos
da una ecuación para la energía cuantizada de dicho oscilador armónico:
(18.10)
donde E es la energía del oscilador armónico, h es la constante de Planck, v es la fre-
cuencia clásica del oscilador y v es el número cuántico vibracional. La frecuencia clá-
sica v puede expresarse como
(18.11)
donde k es la constante de fuerza del oscilador (en unidades de N/m) y JUL es la masa
reducida del oscilador (en unidades de kg). Finalmente, recordemos que, en el caso
de una molécula diatómica con dos átomos de masas ml y ra2, la definición de masa
reducida es
(18.12)
(18.13)
(18.14)
(18.15)
1
Por supuesto, en el caso de moléculas reales, el número cuántico vibracional jamás alcanza el
infinito. Aún así, las expresiones finales funcionan extraordinariamente bien en la predicción de las
propiedades termodinámicas de las moléculas.
18.4 Moléculas: vibraciones 625
(18.16)
(18.17)
(18.18)
(18.19)
Además, en el límite de altas temperaturas (y por alta queremos decir, por lo menos,
muy por encima de la temperatura vibracional 0V), las exponenciales de la ecuación
18.19 tienen exponentes pequeños. Bajo estas condiciones, las exponenciales se pue-
den aproximar mediante un desarrollo en serie de Taylor:
Ejemplo 18.4
Para el I2 (g), 0V tiene un valor de 310 K. Calcule la qvib de I2 con las siguientes tem-
peraturas:
a)30K
b) 1000 K
Solución
a) A 30 K, probablemente emplearíamos la expresión más explícita para qvib, ya que
nos encontramos muy por debajo de la temperatura vibracional. Por consiguiente,
tendríamos que
Evaluando, obtenemos
qvib = 5.70 X lo'3
b) A 1000 K, nos encontramos arriba de la temperatura vibracional, así que pode-
mos utilizar la expresión abreviada para qvib. Por lo que tenemos
La mayoría de las moléculas tiene más de dos átomos, por lo que hay más de una
vibración por considerar. En el capítulo 14 vimos que una molécula con N electrones
tendría 3N — 5 (en el caso de las moléculas lineales; por lo menos, una de las vibra-
ciones será doblemente degenerada) o 3N — 6 (en el caso de moléculas no lineales)
vibraciones normales, que se utilizan para definir sus posibles movimientos vibracio-
nales. (Por sencillez, supondremos una molécula no lineal, así que no tendremos que
considerar cada vez la cuestión lineal en función de la no lineal, aunque el lector de-
be reconocer las diferencias.) Por consiguiente, la energía vibracional total puede di-
vidirse en 3N — 6 partes vibracionales:
Evib = EVi + EV2 + EV3+--- + Ev^6
Los subíndices v1? v2, etc., son los rótulos comunes que se emplean para represen-
tar los modos normales de vibración individuales. La función de partición vibracio-
nal para una molécula poliatómica no lineal es, después de una sustitución en la
ecuación 18.9,
(18.21)
Observe que hay dos sumas en esta expresión: una suma para los modos vibracionales
individuales (que es la que se encuentra en el exponente de la función exponencial)
y una suma sobre los posibles niveles vibracionales (que se encuentra en la suma in-
dicada por el signo S).
Como lo hicimos antes, podemos separar la función exponencial en partes indivi-
duales. La ecuación 18.21 puede reescribirse de la siguiente manera:
18.4 Moléculas: vibraciones 627
(18.22)
Por complicada que parezca esta expresión, se trata simplemente del producto de 3N —
6 funciones de partición vibracional individuales. En lugar de repetir la deducción de la
función de partición vibracional, sencillamente tomaremos el resultado del caso de
la molécula diatómica y estableceremos que, para una molécula poliatómica,
(18.23)
(18.24)
Tabla 18.2 Temperaturas La tabla 18.2 lista unas cuantas temperaturas vibracionales para algunas moléculas
• pequeñas. Advierta que, en la ecuación 18.24, las temperaturas vibracionales (0V>;) tie-
vibracin nen dos índices, uno para indicar que se trata de una temperatura vibracional y otro
para señalar el tipo de vibración de la molécula.
dsnfbjksdfhjhsdfh Hay dos puntos por considerar a la luz de las ecuaciones 18.23 y 18.24. Primero,
sij
jdsfkjdfdfjk cuanto mayor sea el número de átomos en una molécula, tanto más términos habrá
dsjhdsjfdshkhkjdsjkfhjdsjdf en el producto (ya que, conforme Nse incrementa, 3JV — 6 también lo hace). Segun-
dsfhfkjsdhdsjfhsajkdsjkhdkjsdskjfh do, ya que deberíamos sospechar que <jvib tendrá algún efecto sobre las propiedades
fjdhfsddjfhsdjkdsjkfsdhffjksdjf termodinámicas del gas, también podríamos pensar que, conforme aumenta el nú-
sdfhjdk mero de átomos en la molécula, las funciones termodinámicas se desviarán más de
djskfhsdklffjsdkhfjkhjdskfjkhdsjkf los valores termodinámicos del gas monoatómico. Éste, de hecho, es el caso, como
dfkdjsfkldsdjksfdshjfkd veremos en unas cuantas secciones. La anterior es una de las razones por la que nos
restringimos a los gases monoatómicos como ejemplos en nuestros análisis ante-
riores; también constituye una razón por la que resultaba difícil predecir, desde una
perspectiva clásica, las propiedades termodinámicas de las moléculas, ya que éstas
cuentan con otras formas de distribuir energía, lo que puede tener un efecto impor-
tante en sus propiedades termodinámicas.
Ejemplo 18.5
Determine qv[b para el H2O a 298 K, dado que sus modos normales de vibración son
de 3720,3590 y 1590 cm"1. Explique si puede emplearse la expresión de alta tempe-
ratura para qvib. Suponga que la degeneración de todas las frecuencias es igual a uno.
Solución
Lo primero que hay que hacer es calcular los tres valores 0V para el H2O. Usaremos
la definición de 0V de la ecuación 18.18, y notamos la necesidad de expresar las tres
frecuencias vibracionales en s"1. Utilizando adecuadamente h y c, determina-
mos que las tres frecuencias vibracionales son 1.115 X 1014,1.076 X 1014 y 4.767 X
1013 s"1, respectivamente. Ahora, de acuerdo con la ecuación 18.18,
628 C A P I T U L O 18 Más termodinámica estadística
Asimismo, las otras dos temperaturas vibracionales son de 5163 y 2287 K. Los tres va-
lores de 6V son mayores que la temperatura establecida (298 K), así que no debe em-
plearse la expresión de alta temperatura para qvib. Por consiguiente, podemos calcular
la función de partición vibracional mediante la ecuación 18.24. En el caso de esta mo-
lécula, 3N — 6 = 3, de modo que habrá tres términos en el producto de 0vib:
Q = ítras ' fect ' 4vib ' 9 rot ' 4nuc (18.25)
en que la función de partición molecular total se representa por medio de la letra ma-
yúscula Q y las funciones de partición definidas individualmente se encuentran
representadas por medio de las letras minúsculas q. Estudiaremos Q en la siguiente
sección.
Antes de analizar la función de partición molecular total Q, necesitamos conocer
la identidad de <jrot. Por ahora, el lector puede darse cuenta de que la definición bási-
ca de qrot podría ser
(18.26)
(18.27)
(18.28)
(Una molécula diatómica posee solamente una rotación definida y, así, tiene una úni-
ca 0r.) En altas temperaturas, la fracción 6 r /Tes pequeña y los términos sucesivos en
la suma se encuentran próximos entre sí. De nuevo, podemos sustituir una integral
en lugar de la suma:
(18.29)
obtenemos
630 C A P Í T U L O 18 Más termodinámica estadística
Tabla 18.3 Temperaturas (Observe que no cambian los límites de la integral.) La integral de la ecuación 18.30
rotacionales 6r para tiene una solución conocida de forma J* e~^ dx = I/a. Usando esta solución, obte-
algunas moléculas nemos
diatómicas
Molécula er(K) (18.31)
H2 85.4
N2 2.S6 donde hemos incluido la definición de h. La ecuación 18.31 se cumple sólo si la tem-
02 2,07 peratura del gas se encuentra muy por encima de la temperatura rotacional de la mo-
C12 0,346 lécula. Si así es, entonces se calcula con facilidad la función de partición rotacional del
Br2 0,116 gas diatómico heteronuclear. La tabla 18.3 lista diversos valores de 0r para algunas
HC1 15,2 moléculas diatómicas heteronucleares. Si la temperatura no resulta evidentemente
HBr 12,1 más alta que 0r, entonces la ecuación 18.31 no es aplicable y la suma explícita de la
HI 9.0 ecuación 18.26 es necesaria para el cálculo de qrot. Dados los valores bajos de 0r para
CO 2.77 la mayoría de las moléculas (H2 constituye una sobresaliente excepción), la expresión
NO 2.42 de alta temperatura para qT puede emplearse para la mayoría de las temperaturas.
Ejemplo 18.6
Dado que el momento de inercia del yoduro de hidrógeno, HI, es de 4.269 X 10 47
kg-m2, calcule 6r y qroi a 310 K. Comente sobre las unidades de 0r.
Solución
De acuerdo con la definición de 6r, tenemos
De nuevo, observe que la función de partición es un número puro sin unidades, co-
mo se suponía.
partición. En última instancia, veremos los efectos causados directamente por restric-
ciones del principio de Pauli sobre las propiedades termodinámicas de los gases dia-
tómicos homonucleares.
Recuerde que hemos definido la función de partición molecular total como
También podemos separar la función de onda total de una molécula en partes simi-
lares:
Ejemplo 18.7
El hidrógeno diatómico posee núcleos con espín de \. ¿Cuál sería la razón esperada
entre moléculas en estados rotacionales impares y moléculas en estados rotaciona-
les pares?
Solución
Con un espín de |, los núcleos del hidrógeno son fermiones. Por consiguiente, de
acuerdo con el escenario 2 señalado antes, habrá (I + 1)(27 + l) = ( ¿ + l ) ( 2 - j +
Advierta que la única diferencia entre las dos funciones de partición es el índice de
las sumas. En el caso de los núcleos de bosones, los valores / impares tienen cierta
degeneración y los valores /pares tienen otra; en el caso de los núcleos de fermiones,
las degeneraciones se encuentran intercambiadas.
En el límite de alta temperatura (T» 0r), sabemos que la suma sobre valores /
pares es aproximadamente la misma que la suma sobre valores /impares, así que po-
demos reescribir las dos ecuaciones anteriores de la siguiente manera:
La suma para la mitad de los valores de /es igual a la mitad de la suma para todos los
valores de /, así que podemos sustituir \ veces la suma a lo largo de todos los valores /:
Ahora podemos reemplazar la suma por una integral y llevar a cabo la misma simpli-
ficación de la integral, como lo hicimos en el caso de una molécula diatómica hete-
ronuclear. Así, tenemos
(18.32)
(18.34)
donde a es el número de simetría, que tiene valor de 1 para moléculas lineales no si-
métricas (como el OCS) y 2 para moléculas lineales simétricas (como el C2H2). Esta
expresión es, en esencia, la misma que la de la ecuación 18.34 (excepto por la presen-
cia de a) y, en última instancia, proviene del hecho de que una molécula lineal sólo
tiene definido un momento rotacional de inercia.
Una molécula no lineal puede tener hasta tres diferentes momentos de inercia, re-
presentados mediante 7A, IB e /c. Por convención, /A es menor que /B, que es menor que
/c. En las moléculas poliatómicas con determinada simetría, algunos de los momen-
tos de inercia pueden ser iguales. Si los tres son iguales, entonces la molécula recibe
el nombre de trompo esférico (véase el capítulo 14) y la función de partición rotacio-
nal puede escribirse de la siguiente manera:
(18.35)
18.6 Moléculas poliatómicas: rotaciones 635
Esta integral posee una solución conocida y, en términos de las variables de la expre-
sión anterior, el límite de las altas temperaturas para la qroi de un trompo esférico es
(18.36)
tenemos
(18.38)
(18.39)
(18.40)
Ejemplo 18.8
Calcule la función de partición rotacional del NH3 gaseoso a 1000 K. Las tempera-
turas rotacionales son de 13.6 K, 13.6 K y 8.92 K. El número de simetría para el
amoniaco es igual a 3.
Solución
Como sólo se dan dos temperaturas para el amoniaco, concluimos que la molécula
es un trompo simétrico. Podemos recurrir a la ecuación 18.41 para determinar qrot,
y debemos tener cuidado de que la temperatura rotacional correcta vaya en el tér-
mino correcto. Puesto que 13.6 K se repite dos veces, se emplea en lugar de 0r>A. Así,
tenemos
Resolviendo, obtenemos
írot = 460
Observe la forma en que todas las unidades se cancelan, de manera que qrot es un
número puro.
Si el sistema se encuentra compuesto por sólo una clase de moléculas, entonces todos
los valores de Q¿ son los mismos y simplemente tenemos a Q multiplicado por sí mis-
mo N veces. Para escribir esto de otra forma, tenemos
Qsis = Q"
Sin embargo, esto no explica el hecho de que las moléculas en el sistema sean indis-
tinguibles a nivel macroscópico. Recordemos los ejemplos de las bolas en cajas al
principio del capítulo 17. Vimos que había menos arreglos posibles únicos cuando
dos bolas eran del mismo color. Otra forma de ver esto consiste en que habrá menos
posibles arreglos si no podemos decir cual es cual de las moléculas del gas; es decir, si
son indistinguibles. (Sin embargo, sabemos que las moléculas constituyen el mismo
compuesto. Sencillamente no podemos distinguir, por ejemplo, una molécula par-
ticular de agua de cualquier otra molécula de agua en nuestro sistema.) Asimismo, la
expresión anterior para Qsis se encuentra sobrevaluada. La estadística puede mostrar
que el valor es más alto por un factor de N! (N factorial). Recordemos que AT es el nú-
18.8 Propiedades termodinámicas de las moléculas a partir de Q 637
(18.43)
(con alguna sustitución para moléculas especiales, como las moléculas diatómicas
homonucleares. N* en la función de partición vibracional representa la cantidad de
átomos en la molécula, para diferenciarla de N, la cantidad de moléculas en el sistema).
La ecuación 18.44 es en verdad complicada. Sin embargo, notemos dos cosas. Pri-
mero, se cuenta virtualmente con casi toda la información experimental que se re-
quiere para evaluar la ecuación 18.44 en una molécula, sobre todo si se aplican varias
técnicas espectroscópicas. Segundo, como la ecuación 18.44 es independiente de la
identidad de la molécula, resulta una tarea sencilla diseñar un programa de cómpu-
to que evalúe Qsis para un sistema. Como veremos en la siguiente sección, una vez que
tengamos una expresión para Qsis, podremos deducir expresiones para diversas pro-
piedades termodinámicas. Estas expresiones también pueden evaluarse en calcu-
ladora o mediante un programa de cómputo. De hecho, una aplicación importante
de estas ecuaciones de la termodinámica estadística no es verificar que arrojan nú-
meros que concuerdan con el experimento, sino predecir las propiedades termodiná-
micas bajo diferentes condiciones o para nuevas sustancias cuyas propiedades
termodinámicas no se hayan medido.
(18.45)
(18.46)
(18.47)
638 C A P I T U L O 18 Más termodinámica estadística
(18.48)
(18.49)
(18.50)
Observe que cada expresión contiene el logaritmo natural de Q (o una derivada del
logaritmo natural de Q). Recuerde también que, en el caso de una molécula, Q se de-
fine como el producto de cinco q independientes. Los logaritmos de los productos
pueden reescribirse como la suma de los logaritmos de los términos individuales en
el producto; esto es,
(18.51)
La ecuación 18.51 implica que, si la función de partición Q puede separarse en la su-
ma de términos logarítmicos individuales, entonces las funciones termodinámicas en
las ecuaciones 18.45 a 18.50 también pueden separarse en sumas individuales de
energía, entalpia, entropía, etc. Por ejemplo, podemos reescribir la energía total E (es
decir, interna) como
(18.52)
así que
(18.53)
y, de la misma manera, en cada una de las demás funciones termodinámicas.
Puesto que hemos deducido expresiones para cada una de las funciones de parti-
ción de una molécula, podemos evaluar las expresiones de las ecuaciones 18.52 y, de
la misma manera, para cada parte de la función de partición molecular total. Estas
expresiones se encuentran en la tabla 18.5. El lector debe ser capaz de deducir la
mayoría de las expresiones de la tabla 18.5 haciendo simplemente la deducción ade-
cuada, que se indica en las ecuaciones 18.52, y las ecuaciones equivalentes para las
demás propiedades termodinámicas (recordemos que [(d In q)/dT\ — (l/q)(dq/dT)).
Las capacidades térmicas se definen en términos del cambio de £ o H respecto a la
temperatura a volumen o presión constantes:
(De nuevo, recordemos que en este capítulo empleamos la variable E para represen-
tar a la energía interna.) De acuerdo con la tabla 18.5, podemos calcular la derivada
18.8 Propiedades termodinámicas de las moléculas a partir de Q 639
ias contribuciones traslacional y electrónica son las mismas para todas las moléculas. Las contribuciones vibracio-
a
nal y rotacional dependen de <jue la molécula sea diatómica o poliatómica. N - número de especies en el sistema;
Af* = número de átomos en la molécula.
b
La expresión es diferente para moléculas lineales. Consulte el texto.
(18.54)
El origen de cada parte de la capacidad térmica se indica bajo cada término. La deri-
vada en la definición de Cv convierte la función producto de la función de partición
vibracional en una suma de términos. Observe lo que la ecuación 18.54 implica: las
traslaciones y rotaciones contribuyen con la misma cantidad a la capacidad térmica
de una molécula gaseosa, y también contribuyen las vibraciones. Cuanto mayor sea
el número de átomos N* en la molécula, mayor será la cantidad de vibraciones y, en
consecuencia, mayor será la contribución vibracional a Cv. Dichas observaciones, de
hecho, son de naturaleza experimental. La deducción de una expresión para Cp se de-
ja como ejercicio.
640 C A P Í T U L O 18 Más termodinámica estadística
Ejemplo 18.9
Calcule la capacidad térmica a volumen constante de 1 mol de agua en estado ga-
seoso a 727 °C y 1 bar de presión. Compare este valor con el de 33.0 J/(mol-K) a
727 °C y aproximadamente 1 atm de presión (donde 1 atm = 1.01325 bar) y co-
mente sobre la diferencia.
Solución
Las tres temperaturas vibracionales para el H2O son: 2287, 5163 y 5350 K (véase el
ejemplo 18.5). Nuestra expresión para Cv se convierte en
18.9 Equilibrio
La termodinámica clásica resulta muy útil cuando se aplica a los procesos químicos o
físicos en estado de equilibrio. ¿En qué grado se aplica la termodinámica al equilibrio?
Supongamos un equilibrio balanceado en fase gaseosa:
(18.55)
(Es una convención restar los reactivos de los productos.) En términos de la termo-
dinámica clásica, el equilibrio químico se encuentra dado por la ecuación 5.4, que re-
quiere que
(18.57)
En esta ecuación indicamos cada función de partición molecular con el índice del
componente relevante. Asimismo, recordamos que cada componente ocupa el mis-
mo volumen y se encuentra a la misma temperatura (de lo contrario, el sistema no $e
encontraría en equilibrio), pero que cada componente posee su propia cantidad ca-
racterística NI en equilibrio. La termodinámica estadística proporciona una expresión
para el potencial químico de un componente:
(18.58)
(18.59)
Podemos recurrir a las propiedades de los logaritmos para tomar cada coeficiente v y
convertirlo en un exponente dentro del término del logaritmo. Si, por claridad, eli-
minamos los índices restantes de Q, obtenemos
642 C A P I T U L O 18 Más termodinámica estadística
En el siguiente paso haremos dos cosas: traspondremos los términos que contie-
nen a A y a B al otro miembro de la ecuación y combinaremos los dos logaritmos en
cada miembro en uno solo (aplicando la regla In a + In b = In ab):
Si los logaritmos de dos productos son los mismos (como lo indica la ecuación ante-
rior), entonces también lo son los argumentos de los dos logaritmos individuales.
Otra forma de expresar esto consiste en que podemos calcular el logaritmo inverso
de ambos miembros de la ecuación anterior y conservar la igualdad:
(18.60)
En este punto reordenaremos la ecuación 18.60 para trasponer todas las funciones
de partición Q¿ a un miembro y todas las cantidades N¿ al otro. Los exponentes v t apa-
recerán en ambos miembros (a consecuencia del álgebra de los componentes). Por
convención, escribiremos las expresiones con cantidades de producto en los numera-
dores y cantidades de reactivos en los denominadores. De esta manera, obtenemos
(18.61)
Resulta conveniente dividir cada Q molecular entre el volumen para obtener una fun-
ción de partición independiente del volumen:
Ejemplo 18.10
Por necesidad, los ejemplos de la ecuación 18.62 deben ser relativamente directos.
Calcule el equilibrio a 298 K para la reacción:
donde qtras se ha dividido entre el volumen. En el caso del H2 y el D2, las funciones
de partición rotacionales se encuentran escaladas por un número de simetría de 2.
El HD posee un número de simetría de 1. En el caso de la constante de equilibrio,
tenemos
Observe que los términos del volumen se cancelan en la expresión para K(T). Así,
obtenemos
18.10 Cristales
El éxito obtenido de la termodinámica estadística en sistemas gaseosos inspiró a los
científicos para tratar de aplicarla en otros sistemas. Algunos intentos más ilustrati-
vos ocurrieron a principios del siglo XX. Durante este periodo, los científicos hicieron
los primeros estudios profundos de la materia a muy bajas temperaturas, que se aproxi-
maban al cero absoluto. Los gases de hidrógeno y helio se licuaron por primera vez
en 1898 y 1908, respectivamente, y las técnicas empleadas para generar tales tempe-
raturas bajas fueron usadas para enfriar la materia y estudiar sus propiedades.
A dichas temperaturas bajas, la materia es esencialmente sólida y el mejor tipo de
muestra sólida para estudiar es el cristal. Los estudios de cristales mostraron cierto
comportamiento termodinámico intrigante. Por ejemplo, en la medición de la entro-
pía se encontró que la entropía absoluta se aproximaba a cero conforme la tempera-
tura se aproximaba al cero absoluto. Ésta es la verificación experimental de la tercera
ley de la termodinámica. No obstante, una medición de la capacidad térmica del só-
lido mostró algo interesante: la capacidad térmica del sólido se aproximaba a cero
conforme la temperatura absoluta también se aproximaba a cero. Sin embargo, en el
caso de casi todos los cristales, la gráfica de la capacidad térmica en función de la tem-
peratura absoluta adoptó una forma similar a bajas temperaturas, la cual se ilustra en
la figura 18.3: las curvas tienen la forma distintiva de una función cúbica, es decir,
y = x3. En este caso, la variable es la temperatura absoluta, así que experimentalmen-
te se descubrió que la capacidad térmica a volumen constante Cv se relacionaba di-
rectamente con T3:
(18.64)
(donde « significa "directamente relacionado" o "proporcional a"). ¿Cómo puede ex-
plicarse este comportamiento?
Los científicos intentaron valerse de la termodinámica estadística para entender
las capacidades térmicas de los cristales a bajas temperaturas. Dado el éxito de la ter-
Figura 183 La medición de la capacidad térmica de los cristales a muy bajas temperaturas muestra
una curva que tiene la apariencia de la curva y = kT3. Cualquier teoría de las capacidades térmicas de los
cristales debería predecir este tipo de comportamiento.
18.10 Cristales 645
modinámica estadística en lo que se refiere a los gases, en los que las moléculas son
indistinguibles y pueden analizarse estadísticamente, ¿por qué no aplicar la termodi-
námica estadística a los cristales, cuyas contribuciones atómicas a las propiedades del
sólido en conjunto probablemente también pueden estudiarse estadísticamente?
El primero en impulsar seriamente este enfoque fue Albert Einstein. En 1907,
Einstein propuso el estudio de los movimientos de los átomos en el cristal a través de
la idea de Planck de la energía cuantizada. Un cristal se encuentra formado por N áto-
mos, por ejemplo. Estos AT átomos vibran dentro de la red cristalina en las direcciones
x, y o z, lo cual da un total de 3 AT posibles movimientos vibracionales. Einstein supu-
so que las frecuencias de las vibraciones eran las mismas, una de las cuales se repre-
sentó mediante VE, o frecuencia de Einstein. Si éste fuera el caso y sólo consideráramos
movimientos de tipo vibratorio de los átomos en el cristal, entonces la capacidad tér-
mica del cristal puede determinarse aplicando exclusivamente la parte vibratoria de la
capacidad térmica a partir de la función de partición vibracional:
(18.65)
(18.66)
770E
Figura 18.4 La teoría de Einstein de la capacidad térmica de los cristales concuerda razonablemente
con las mediciones experimentales.
(18.67)
(18.68)
Por consiguiente, la ecuación 18.68 se aplica para valores de v entre O y VD. Si v fuera
mayor que VD, g(v) = 0.
La función de distribución de frecuencias en la ecuación 18.68 puede sustituirse
en las expresiones de la termodinámica estadística para diversas funciones de estado
y varias propiedades termodinámicas determinadas para los cristales. Estamos inte-
resados en la expresión de la capacidad térmica. Es decir (omitiendo los detalles de la
deducción):
(18.69)
(18.70)
límQ^M^Y
r^o v 5 \0 D /
Esta expresión muestra que la capacidad térmica a baja temperatura varía con el cu-
bo de la temperatura absoluta. Esto es lo que se observa experimentalmente (recor-
demos que un error fundamental en el análisis de Einstein fue que no predecía el
comportamiento adecuado de Cv a bajas temperaturas), así que el análisis de Debye
de la capacidad térmica de los cristales se considera más exitoso. Una vez más, ya que
la temperatura absoluta y 0D siempre aparecen juntas como un cociente, el modelo
de Debye de los cristales implica una ley de estados correspondientes. Una gráfica de
la capacidad térmica en función de I76D debería verse —y así ocurre— casi idéntica
en el caso de todos los materiales.
Tanto el análisis de Einstein como el de Debye de los cristales constituyen aproxi-
maciones en el sentido de que suponen un comportamiento ideal. Como en el caso
de los gases reales, los sólidos reales no se comportan de manera ideal. A pesar de
todo, la aplicación de la termodinámica estadística proporciona el punto de partida
para la comprensión termodinámica de estos sistemas, al igual que la ley de los gases
ideales brinda el punto de partida para la comprensión de las propiedades de los ga-
ses reales.
18.11 Resumen
Hemos visto la forma en que la termodinámica estadística puede aplicarse a sistemas
compuestos de partículas, que son más que un solo átomo. Al aplicar el concepto de
función de partición a los niveles de energía electrónica, nuclear, vibracional y rota-
cional pudimos determinar expresiones para las propiedades termodinámicas de las
moléculas en la fase gaseosa. Asimismo, vimos la forma como la termodinámica es-
tadística se aplica a reacciones químicas y encontramos que el concepto de constan-
te de equilibrio se presenta de forma natural. Finalmente, vimos cómo cierta parte de
la termodinámica estadística se aplica a sistemas sólidos. Se presentaron dos aplica-
ciones de la termodinámica estadística a los cristales. De las dos, la de Einstein resul-
tó más sencilla de seguir y permitió la introducción de algunos conceptos nuevos
(como la ley de los estados correspondientes), pero la de Debye concuerda mejor con
los datos experimentales.
Al principio del capítulo anterior se estableció que la termodinámica constituye
un tema en el que las ideas pueden desarrollarse desde dos perspectivas completa-
mente diferentes y llegar a las mismas conclusiones. Lo que estas distintas perspecti-
vas garantizan es una amplia aplicabilidad de la termodinámica a casi todo aspecto
de la química.
E J i .-te •« I C i O 5 DEL C A P Í T U L O t 8
18.2 Funciones de partición nucleares 18.12 Calcule la función de partición vibracional para el NH3
y electrónicas (g) a 250, 500 y 1000 K. ¿Muestran los cambios en qviblas di-
ferencias esperadas? Consulte la tabla 18.2 para obtener la in-
18.1 Utilizando una tabla de los estados de espín nuclear, de-
formación necesaria.
termine qnuc para: a) átomos de 12C; b) átomos de 56Fe; c) áto-
mos de 1H; d) átomos de D (2H). Explique sus repuestas a los 18.13 Calcule la función de partición vibracional del CH4 (g)
incisos cy d. a 298 K (véase la tabla 18.2).
18.2 ¿Cuántos términos recomendaría usted para la suma de
18.14 Utilice la información de la tabla 18.2 para calcular las
la función de partición electrónica en el caso de: a) N2 en fase
frecuencias vibracionales del tetracloruro de carbono en unida-
gaseosa; b) el gas O2 a temperatura estándar? Quizá se requie-
des de cnrT1. ¿Cuántas frecuencias vibracionales tiene el CCI4?
ra consultar una tabla de niveles de energía electrónica (como
en G. Herzberg, Spectra of Diatomic Molecules, Nueva York, Van
Nostrand Reinhold, 1950, o G. Herzberg y K. P. Huber, Cons- 18.5 y 18.6 Funciones de partición rotacionales
tants of Diatomic Molecules, Nueva York, Van Nostrand Rein- moleculares
hold, 1979).
18.15 ¿Cuáles son los valores mínimos para c/nucY Çfrotde una
18.3 Utilice la ecuación 18.4 para evaluar las contribuciones
molécula en estado gaseoso? ¿Qué se puede decir de qvib?
nucleares a E y S. ¿Cómo justifica las respuestas que obtuvo?
18.4 Repita el ejemplo 18.1, pero en este caso para T = 18.16 Determine la temperatura a la que grotpara el HCI es
10 000 K (la temperatura superficial de una estrella caliente). igual a qfrotdel HBr a 298 K (véase la tabla 18.3, donde se en-
¿Cambia su conclusión sobre el efecto de los estados excitados cuentran los datos necesarios).
electrónicos sobre geiect? ¿P°r qué?
18.17 ¿Cuál es la razón esperada de las funciones de partición
18.5 ¿Cuál es el valor mínimo de geiect? ¿P°r qué es esto así? del H2 y el D2? Compare esta razón con la respuesta del ejerci-
18.6 Compare qfe|ect para átomos de Ni a 298 K con qe|ect para cio 18.11.
átomos de Ni a 1000 K (véase el ejemplo 18.2). ¿Puede usted
18.18 El oxígeno diatómico, O2, tiene un estado basal antisi-
explicar por qué se encuentran tan próximos? Compare ahora
métrico. Si los núcleos de oxígeno son bosones (/ = 0), ¿cuá-
qfeiect para átomos de Ni a 5.0 K con qeiecta 298 K. ¿Puede ex-
les son los apareamientos simétricos esperados de las funciones
plicar la diferencia?
de onda nucleares y rotacionales?
18.3 Funciones de partición electrónicas 18.19 El espectro rovibracional del acetileno, H-C=C-H,
moleculares muestra variaciones de intensidad que concuerdan con las de-
18.7 La frecuencia vibracional del H2 (g) es de 4320 cm"1. generaciones nucleares. ¿Esperaría usted que el D-C=C-H
¿Cuál es el cambio en qre|ect a 298 K para el H2 si D0 se emplea mostrara variaciones de intensidad similares? ¿Por qué?
como energía de disociación, en lugar de De? La energía de en-
lace en el H2 es de 432 kj/mol. Compare su respuesta con la del 18.20 ¿Qué sucede con la 0r de una molécula diatómica con-
ejemplo 18.3. forme aumenta /? ¿Por qué? (Sugerencia: véase la sección 14.5.)
18.8 ¿Cuál es la función de partición electrónica para el H2O 18.21 Determine la qfrotpara el NH3 (a = 3) y el CCI4 (a = 12)
(g) a 373 K si se requieren 918 kj para romper los dos enlaces a 298 K. Consulte la tabla 18.4, donde aparecen las tempera-
O-H? turas rotacionales.
18.9 El helio diatómico (He2) sólo existe en muestras de gas
con muy baja temperatura. Los límites superiores a su ener- 18.7 y 18.8 Q y propiedades termodinámicas
gía de enlace se calculan a 89.8 ]/mol. a) Calcule qreiect para el
He2 a 4.2 K, el punto de ebullición normal del He. b) Comen- 18.22 Determine una expresión para Cp. (Sugerencia: utilice
te si esperaría que el He2 existiera a la temperatura ambiente las ecuaciones 18.47 y 18.54.)
(-300 K). Explique su respuesta.
18.23 Mediante la expresión que determinó a partir del ejer-
18.4 Funciones de partición vibracionales cicio anterior, conteste lo siguiente: de las capacidades térmi-
moleculares cas Cp y Cv, ¿cuál es mayor? ¿Siempre será éste el caso? ¿Por
qué?
18.10 Considere dos planetas idénticos a la misma distancia
de su estrella. Uno de los planetas tiene una atmósfera de gas 18.24 Utilice la ecuación 18.46 para mostrar que pV = NkT.
argón; el otro, de gas fluoruro. Suponga que las demás des-
cripciones físicas de los planetas son las mismas. Desde la pers- 18.25 Calcule £, H, G y S para el HCI a presión estándar y
pectiva de la termodinámica estadística, ¿qué planeta debería 25 °C. a es igual a 1 en esta molécula y De = 431.6 kj/mol.
tener la temperatura atmosférica más alta? Justifique su res-
18.26 Determine E, H, G y S para el CH4 a presión estándar y
puesta citando ecuaciones específicas del capítulo.
25 °C. a es igual a 12 para el metano, y la energía de atomiza-
18.11 ¿Cuál es la razón esperada de las funciones de partición ción del CH4 es de 1163 kj/mol. Compare el valor que calculó
vibracionales para el H2 y el D2? Utilice la forma de alta tempe- de 5 con el valor tabulado (es decir, determinado experimen-
ratura de cjfvib para obtener la respuesta. talmente) en el apéndice 2.
19.1 Sinopsis
19.2 Postulados y presión
19.3 Definiciones y
distribuciones de
velocidades de las
partículas de un gas
19.4 Colisiones de partículas
de un gas
19.5 Efusión y difusión
¿Por qué los gases se comportan como lo hacen? En capítulos anteriores propu-
simos a los gases como ejemplos con la suposición tácita de que estábamos des-
cribiendo su comportamiento, pero jamás discutimos, en realidad, la razón de dicho
19.6 Resumen comportamiento.
La explicación fundamental del comportamiento de los gases recibe el nombre
de teoría cinética de los gases y se basa en diferentes supuestos, la mayoría relaciona-
dos con la mecánica clásica. Como consecuencia parcial de este hecho, muchos de los
fundamentos de la teoría cinética fueron formulados por Ludwig Boltzmann y James
Clerk Maxwell (dos nombres que ahora deben resultar familiares a} lector) en la dé-
cada de 1860. Esta labor fue la culminación de dos siglos de investigaciones sobre la
naturaleza de la fase gaseosa, comenzando con Boyle y continuando con Gay-Lussac,
Charles, Amonton, Dalton y Graham, entre otros.
En este capítulo repasaremos la teoría cinética de los gases, concentrándonos en
los gases ideales. Este repaso permitirá revisar algunos temas del capítulo 1 (en el que
estudiamos la naturaleza de los gases desde una perspectiva más fenomenológica), de
tal manera que podamos aplicar mejor estas ideas al analizar las reacciones químicas
en la fase gaseosa en el siguiente capítulo.
19.1 Sinopsis
En este capítulo veremos que el comportamiento físico de los gases puede compren-
derse si se plantean algunos supuestos simples. Suponga que consideramos una
partícula individual de un gas como una pieza sólida de materia: ¿cuáles son las pro-
piedades de un conjunto de "piezas sólidas de materia"? Puede ser que podamos pre-
decir algunas propiedades aplicando la mecánica clásica en lugar de la mecánica
cuántica. El comportamiento físico de los gases puede considerarse como el prome-
dio estadístico de todas las partículas de un gas, así que algunas ideas de este capítu-
lo son recordatorios de la termodinámica estadística. Además, nos enfocaremos en el
comportamiento físico de los gases, no en su comportamiento químico. Como la quí-
mica depende de los electrones, resulta vital comprender la forma en que los electro-
nes se comportan para entender el comportamiento de los compuestos químicos; es
decir, necesitamos de la mecánica cuántica. Pero, para entender el comportamiento
físico de la materia, debemos ser capaces de aplicar a la naturaleza las teorías físicas
651
652 C A P Í T U L O 19 Teoría cinética de los gases
tícula tiene una velocidad inicial v-l9 y después de la colisión termina con una veloci-
dad final vf. El cambio en la velocidad, la cual es una cantidad vectorial, con respecto
al tiempo en que ocurre la colisión significa que la partícula se ha acelerado. En tér-
minos de las velocidades que aparecen en la figura 19.1,
en el caso de una sola partícula. La tercera ley de Newton indica que a toda fuerza
corresponde una fuerza igual y opuesta, de modo que si una partícula de un gas cho-
ca contra una pared y se genera una fuerza sobre la partícula, se crea una fuerza igual
(y opuesta) sobre la pared. De esta manera, F se refiere a la fuerza que actúa sobre la
partícula, así como a la fuerza que actúa sobre la pared.
En las expresiones anteriores, jF representa la fuerza que ejerce una partícula de un
gas que choca una sola vez contra la pared del recipiente. En una muestra macroscó-
pica, chocan muchas partículas del gas contra las paredes del recipiente a lo largo de
un intervalo de tiempo. Por lo tanto, la fuerza que actúa sobre la pared puede variar
con el tiempo y resulta mejor considerar F(t), es decir, la fuerza como función del
tiempo. La fuerza promedio, Fpro, es la fuerza total que actúa durante determinado pe-
riodo de tiempo dividida entre el periodo total. Si descomponemos el tiempo en in-
tervalos pequeños, la fuerza se expresa de la siguiente manera:
Hemos eliminado el término "total" de la variable del tiempo. Los términos dt se can-
celan, con lo que obtenemos
654 C A P Í T U L O 19 Teoría cinética de los gases
(19.4)
donde Avpro
K
nro es el cambio promedio de la velocidad de la partícula del gas. Si hay N
partículas del gas en el recipiente, entonces la fuerza promedio total sería
(19.5)
(19.6)
o, reformulando la expresión,
Sabemos que la presión se define como fuerza por unidad de área. Si nos desplaza-
mos en la dimensión x, la pared contra la que chocamos tiene dimensiones b X c (ve-
rifique este hecho observando la figura 19.2). Por lo tanto, la presión que se ejerce en
la dimensión x, p# es
(19.8)
Ejemplo 19.1
Un mol de gas helio, que ocupa un volumen de 25.00 L, ejerce una presión de 0.8770
bar. ¿Cuál es la velocidad promedio de los átomos de helio en el sistema?
Solución
Podemos sustituir los diversos valores directamente en la expresión de la ecuación
19.8, sabiendo que el producto de las variables N • m es la masa molar del He, o
0.004003 kg (en unidades normalizadas), y que 25.00 L es 25.00(0.001/1) = 0.02500
m3 (de nuevo, en unidades estándar):
Despejando, tenemos
Por último, si consideramos 1 mol de gas ideal, Nes el número de Avogadro y NEpro
es una energía molar, E. La variable n en la ecuación anterior equivale a 1 mol, por lo
que, en el caso de un gas ideal, tenemos
(19.11)
donde hemos definido NA • £^ro como E, la energía molar del gas. En el capítulo 17,
cuando consideramos la energía de traslación de un gas monoatómico, dedujimos:
En el caso de 1 mol de gas, N = NA. Igualando las dos ecuaciones de la energía, obte-
nemos
(19.12)
lo que demuestra la relación entre la constante de Boltzmann y la constante de la ley
de los gases ideales.
partícula gaseosa determinada, que podría ser cualquiera. Esto no implica que se pre-
sentarán en igual proporción todas las velocidades posibles en una muestra gaseosa.
Por ejemplo, las velocidades de las partículas gaseosas podrían tener cualquier valor
entre cero y la velocidad de la luz. Una afirmación ingenua diría que la velocidad pro-
medio es (O + c)/2 = \c (donde c representa la velocidad de la luz en el vacío). Es ob-
vio que esto no es así, como lo muestra la respuesta del ejemplo 19.1.
En la siguiente discusión, a veces empleamos los términos rapidez y velocidad
indistintamente. Esto se debe a que, en estos casos, estamos más interesados en la
magnitud de la cantidad que en la dirección. Sin embargo, en los casos en que la di-
rección es importante para el análisis, lo indicaremos explícitamente.
Hay diversas formas de definir la rapidez promedio, así como diversas maneras de
determinar la distribución de las rapideces de las partículas de un gas en una mues-
tra. Primero, consideremos el uso que se da a la rapidez promedio de la sección ante-
rior. Contamos con dos expresiones para la energía cinética de un gas:
Como (NA • ra) es la masa molar del gas, utilizaremos M para definir la masa molar
y reescribiremos la ecuación anterior de la siguiente manera:
Podemos reordenar algebraicamente esta expresión para despejar vpro. Como vamos a
extraer la raíz cuadrada del cuadrado de la rapidez promedio (o media), definimos
esta rapidez promedio como la rapidez cuadrática media (root-mean-square speed), o
vrms. Así,
(19.13)
Ejemplo 19.2
¿Cuál es la temperatura de la muestra de He del ejemplo 19.1 si se considera que la
respuesta es vrms?
Solución
La velocidad en el ejemplo 19.1 era de 1282 m/s. Empleando unidades estándar pa-
ra todas las cantidades, tenemos
Observe que hemos expresado la masa del gas en unidades de kilogramos. Esto es
necesario para que las unidades funcionen adecuadamente. Necesitamos descom-
poner la unidad J en kg-m2/s2; cuando lo hacemos, la expresión anterior se convier-
te en
658 C A P Í T U L O 19 Teoría cinética de los gases
Resulta fácil definir la rapidez cuadrática media de partículas de un gas, pero este
hecho no debería oscurecer la cuestión fundamental: no todas las partículas de un gas
se desplazan con la misma rapidez. Asimismo, como se indica al principio de esta sec-
ción, no todas las posibles rapideces tienen la misma probabilidad. Más bien, existe
una distribución particular de las diferentes rapideces en cualquier muestra. ¿Cuál es
la expresión matemática que proporciona la distribución de las rapideces en el gas?
Comenzamos señalando el hecho de que, si cada dimensión es independiente, en-
tonces podemos considerar por separado funciones de distribución para cada dimen-
sión. En las dimensiones x, y y z, podemos definir funciones de distribución (que
también son funciones de probabilidad) gx( vx), gy( vy) y gz( vz), en las que cada función
se centra exclusivamente en una de las tres dimensiones. En términos de estas funcio-
nes, la probabilidad de que cualquier partícula gaseosa tenga cierta velocidad en tres
dimensiones es el producto de las probabilidades unidimensionales. Es decir,
(19.15)
(19.19)
Si dividimos la ecuación anterior entre gx(vx) • gy(vy) • gz(vz) = F(v), podemos cance-
lar, términos en el miembro izquierdo y reordenar las variables para obtener
(19.20)
Si lleváramos a cabo el mismo análisis para gy o gz, obtendríamos una expresión simi-
lar, pero con diferentes subíndices en el miembro izquierdo.
La ecuación 19.20 resulta interesante. Todos los términos v^se encuentran en un
miembro de la ecuación, y todos los términos en función de v se encuentran en el
otro miembro. Si uno de los miembros de la ecuación es independiente de una varia-
ble y el otro miembro lo es de la otra variable, entonces ninguno de los dos miem-
bros depende de alguna de las variables; es decir, la expresión de cada miembro es
igual a una constante. Si representamos esta constante mediante Ky tenemos
(19.21)
(19.22)
Por consiguiente, el despeje de cualquier expresión nos permite conocer las cuatro
restantes (incluyendo F). Limitémonos a la dimensión x. Queremos saber qué fun-
ciones satisfacen la expresión
Integremos ambos miembros de la ecuación, sin olvidar incluir una constante de in-
tegración (ya que no integramos entre límites específicos). La integral del miembro
izquierdo es sencillamente In gx, el logaritmo natural de la función gx. La integral del
miembro derecho es una función exponencial simple. Puesto que intentamos aislar
una forma para gx, incluiremos la constante de integración en el miembro derecho de
la ecuación con los términos de vx. Así,
Las constantes A y K son las mismas para las tres ecuaciones, ya que estamos su-
poniendo que cada dimensión es equivalente. Segundo, necesitamos determinar la
identidad de A y K Resulta que éstas se encuentran relacionadas. Para empezar, re-
cordemos que la ecuación 19.15 requiere que
19.3 Definiciones y distribuciones de velocidades de las partículas de un gas 661
(19.25)
(Nos servimos de esta idea en la deducción de la ecuación 19.8.) Puesto que la ener-
gía cinética promedio de una partícula gaseosa es
(donde hemos aprovechado la relación entre R y k). Reordenando los términos, ob-
tenemos
(19.26)
(19.27)
Por último, en el caso de una función que puede tener muchos valores posibles ex-
presados mediante una función de probabilidad variable continua, la suma anterior
puede reemplazarse mediante una integral, por lo que tenemos
(19.28)
La ecuación 19.28 se dedujo tomando en cuenta las mismas condiciones que descri-
bían la distribución de las velocidades en el gas. Por consiguiente, podemos aplicar
la ecuación 19.28 para establecer una integral correspondiente a la velocidad cua-
drada media en la dimensión x. La variable es v2, y la función de probabilidad Pj
está dada por la ecuación 19.24 después de la determinación de la constante A locali-
zada antes del exponente. Si se sustituye esta información en la ecuación 19.28, tene-
mos para la velocidad media cuadrada lo siguiente:
(19.29)
Como la ecuación 19.29 es una función par de la variable vx, podemos dividir el in-
tervalo a la mitad, de O a + oo en lugar de — » a + », y multiplicar el valor de dicha
integral por 2. Por lo tanto,
(19.30)
donde la última parte se toma de la ecuación 19.26. La mayoría de los términos que
figuran en el miembro donde se localiza JCse cancelan. Despejando,
(19.31)
(19.32)
Volumen infinitesimal Ésta es la función de probabilidad de las velocidades de las moléculas del gas en tres
Volumen total
dimensiones.
= 4irv^dv Si queremos concentrarnos en la parte escalarte las velocidades de las especies ga-
seosas, no incluiremos el hecho de que la velocidad como vector puede ser positiva o
negativa. Obtendremos una función de distribución de probabilidad ligeramente dis-
tinta. Esta función, representada por G(v), también cuenta con un requisito de nor-
malización:
00
^G(v)dv= 1
o
En este caso, los límites de integración van de O a », en lugar de — » a + ». Asi-
mismo, como la magnitud de cualquier vector de velocidad es independiente de su
Figura 19.3 Cualquier cambio en la dirección, cada valor en G(v) representa, en realidad, una corteza esférica de posibles
velocidad en tres dimensiones se represen- vectores de velocidad, como lo demuestra la figura 19.3. Por consiguiente, hay un tér-
ta mediante una corteza esférica con res- mino componente 4iTV2 que forma parte de la diferencial (este procedimiento es aná-
pecto al origen. Por lo tanto, la diferencial logo al argumento para obtener una descripción útil desde un punto de vista físico
para integrar G(v) de O a » debe tomar en
cuenta la simetría esférica.
para la función de onda Is del átomo de hidrógeno). Si empleamos las funciones li-
neales de probabilidad gxy gy y g# obtenemos
(19.33)
Figura 19.4 Distribuciones de rapideces para diversos gases. Observe el desplazamiento de la curva
para el H2 en el caso de velocidades más altas a 500 K. Estas curvas en conjunto reciben el nombre de dis-
tribuciones de Maxwell-Boltzmann.
664 C A P Í T U L O 19 Teoría cinética de los gases
(19.34)
donde m es la masa de una sola partícula gaseosa. En cantidades molares, esta ecua-
ción es igual a
(19.35)
Ejemplo 19.3
¿Cuál es la rapidez más probable de los átomos de He si la temperatura del gas es de
264 K? (Observe que ésta es la temperatura calculada en el ejemplo 19.2.)
Solución
Si empleamos la masa molar del He (en unidades de kg) y la ecuación 19.35:
J
También, en este caso, esta integral puede evaluarse mediante la tabla de integra-
les del apéndice 1. De esta manera, tenemos
(19.36)
Ejemplo 19.4
Considere una muestra de gas Ar. Determine la temperatura del gas si las siguientes
velocidades son iguales a 500.0 m/s:
a) vrms
b) vmásprob
c)v
d) ¿Satisfacen las expectativas las temperaturas relativas?
Solución
Necesitaremos resolver la temperatura mediante cada una de las expresiones de la
velocidad promedio.
a) En el caso de vrms, tenemos
Figura 19.5 En la distribución de Maxwell-Boltzmann para el gas argón a 500 K, las marcas
representan vrms, vmás prob y v, lo cual demuestra la diferencia numérica entre ellas.
tes de cada una de estas cantidades. Esta gráfica debería señalar que no existe una de-
finición útil de "rapidez promedio" de las partículas gaseosas, y es necesario ser cui-
dadosos al especificar exactamente la que se emplea en cada situación.
Figura 19.7 Una partícula gaseosa P barre un área en dos dimensiones, chocando contra cualquier
otra partícula gaseosa cuyo centro se encuentre a 2r (Ir = d) del centro de la partícula. En esta figura, P
chocará contra tres partículas gaseosas, pero no tocará a otras dos partículas del gas. En un gas real, con-
forme la partícula P viaja a través del espacio se barre una sección transversal de área ltd2.
Consideremos una muestra de gas puro (más tarde analizaremos brevemente mez-
clas gaseosas). ¿Con qué frecuencia chocará cualquier partícula gaseosa con otras par-
tículas del gas y qué distancia recorrerá una partícula entre las colisiones? Podemos
responder estas preguntas tomando en cuenta la situación hipotética de una partícula
gaseosa que se desplaza, mientras que las otras partículas permanecen estacionarias.
Conforme la partícula P viaja por el espacio, chocará con cualquier partícula gaseosa
cuyo centro se encuentre dentro de una distancia de 2r (dos veces el radio) del centro
de la partícula P. Este fenómeno se ilustra en dos dimensiones en la figura 19.7. En tres
dimensiones, la trayectoria de la partícula P genera un cilindro en el espacio, y cual-
quier otra partícula cuyo centro se localice dentro de dicho espacio chocará contra la
partícula P. El radio de dicho cilindro, que es igual al doble del radio (Ir) o el diáme-
tro (d) de la partícula, recibe el nombre de diámetro de colisión de la partícula. En tres
dimensiones, la sección transversal de este cilindro es un círculo cuya área equivale a
ird2'y esta área recibe el nombre de sección transversal de colisión de la partícula gaseosa.
Las distancias exactas entre partículas en colisión pueden ser grandes o cortas (a es-
cala atómica), pero supongamos que existe una distancia promedio que recorre una
partícula entre colisiones. Llamaremos a esta distancia promedio trayectoria libre me-
dia (en virtud de que se trata de la distancia promedio —o media— en que la partícu-
la se encuentra "libre" y no choca contra otra partícula) y la representaremos con la
letra X. El volumen promedio del cilindro barrido por una partícula P entre colisiones
es igual al área del cilindro (la sección transversal de la colisión) multiplicada por la
longitud de éste (la trayectoria libre media):
volumen promedio entre colisiones = X • irá2 (19.37)
Ahora bien, si tenemos un total de N átomos encerrados en un volumen dado V, en-
tonces el volumen promedio por partícula es V/N. A cualquier escala macroscópica,
estos volúmenes promedio deben ser iguales:
Esta ecuación nos da, en realidad, un cálculo de la trayectoria libre media, ya que la
ecuación 19.37 considera un volumen cilindrico barrido en el viaje en una dimen-
sión, mientras que el volumen promedio V/N es más un volumen promedio tridi-
668 C A P Í T U L O 19 Teoría cinética de los gases
mensional. Sin embargo, la ecuación 19.38 brinda una idea de la distancia que reco-
rrerá una partícula gaseosa antes de chocar contra otra partícula gaseosa. Si aplica-
mos la ley de los gases ideales para sustituir el volumen (V = NkT/p) en la ecuación
19.38, obtenemos
(19.39)
Esta expresión para X muestra cómo varía la trayectoria libre media con respecto a
otros valores observables de un gas. A altas temperaturas (si las demás variables perma-
necen constantes en la ecuación 19.39), X se incrementa. Esto concuerda con nuestro
entendimiento de que si la temperatura aumenta a p constante, el volumen del gas de-
be aumentar, lo cual significa que habrá más espacio entre las partículas gaseosas. Si se
incrementa la presión (mientras las demás variables permanecen constantes en la ecua-
ción 19.39), X debe reducirse. De nuevo, esto es consistente, puesto que un incremen-
to en la presión obligará a las partículas del gas a acercarse entre sí (es decir, el volumen
se reducirá) y a que choquen con mayor frecuencia y en una distancia más corta.
Ejemplo 19.5
Suponga que el radio de la esfera sólida de un átomo de criptón es de 1.85 A. Calcule
la trayectoria libre media de los átomos de criptón a 20.0 °C y 1.00 bar de presión.
Solución
Recordemos que 1 A equivale a 10~10 m. Como el diámetro es el doble del radio, uti-
lizamos el valor d = 3.70 A = 3.70 X 10~10 m. Si sustituimos los valores numéricos
de las variables de la ecuación 19.39, tenemos
Las trayectorias libres medias son aproximaciones: se calculan con valores prome-
dios y suponen que una partícula gaseosa es una esfera sólida, aunque muchas mo-
léculas gaseosas no sean esféricas en absoluto. No obstante, las trayectorias libres
medias proporcionan valores cuantitativos útiles para comprender cómo interactúan
las partículas gaseosas.
Ejemplo 19.6
Suponga que una molécula de nitrógeno actúa como una esfera sólida de radio
igual a 1.60 A. Si se tiene una cámara de vacío de 1.00 m de lado, ¿qué reducción de
19.4 Colisiones de partículas de un gas 669
presión debe aplicarse para que una molécula de nitrógeno tenga una oportunidad
razonable de no chocar contra otra molécula de nitrógeno al ir de un lado al otro
de la cámara (es decir, la trayectoria libre media es de 1.00 m)? Suponga una tem-
peratura de 22.0 °C.
Solución
Si el radio de la molécula es de 1.60 A, entonces el diámetro d es de 3.20 A. La pre-
gunta implica esencialmente el cálculo de la presión necesaria para obtener una tra-
yectoria libre media de 1.00 m. De acuerdo con la ecuación 19.39,
De nuevo, con el fin de que las unidades sean las adecuadas, deben aplicarse diver-
sos factores de conversión (véase el ejemplo 19.5):
Despejando p,
(19.40)
irAW2
Si sabemos que la fracción M Ves la densidad p del gas (en unidades del número de
partículas gaseosas por m3, o 1/m3), entonces podemos sustituir Vy Nen la ecuación
19.40 para obtener
670 C A P Í T U L O 19 Teoría cinética de los gases
Esta expresión puede hacerse más exacta si se sabe que una colisión de dos masas
m implica el movimiento de dos partículas una con respecto de la otra. Como en cual-
quier movimiento de esa naturaleza, debemos considerar la masa reducida JJL de la
partícula en cuestión, no la masa absoluta ra. Para dos masas equivalentes cualesquie-
ra ra, la masa reducida es ra/2 (demuéstrelo). Por consiguiente, si se sustituye m/2 por
m en la expresión anterior, obtenemos una ecuación más real relativa a la frecuencia
de colisión media:
(19.42)
Ejemplo 19.7
El xenón posee un gran diámetro como esfera sólida de 4.00 A. Determine las si-
guientes cantidades con una muestra de 1 mol de gas Xe con un volumen de 0.02271
m3 en condiciones de 1.000 bar y 273.15 K.
a) La razón de colisiones media
b) La razón total de colisiones por metro cúbico
c) La razón total de colisiones
Solución
En este ejemplo se pide calcular z, Zy Z multiplicada por el volumen total (para ob-
tener una razón de colisión de todas las partículas gaseosas en la muestra). La den-
sidad p es de (6.02 X 1023 moléculas)/(0.02271 m3) = 2.65 X 1025 m~ 3 y la masa de
un átomo de xenón es de (0.1313 kg)/(6.02 X 1023) = 2.181 X 10~25 kg.
a) Tenemos
Tome en cuenta las unidades en los radicales, tanto en el numerador como en el de-
nominador: se reducen a Vj/Vkg, y si se descompone la unidad J en unidades más
fundamentales, se convierte en Vkg-m2/s2/Vkg = Vm2/s2 = m/s. Todas las uni-
dades métricas en el numerador se cancelan y queda s"1 como única unidad (como
debe ser en el caso de la frecuencia).
que indica que en cada metro cúbico de muestra ocurren 5.23 X 10 colisiones por
segundo.
19.5 Efusión y difusión 671
c) Sin embargo, nuestro volumen es de apenas 0.02271 m3. El total de colisiones que
ocurren en 1.000 mol de Xe es, entonces
5.23 X lO^m'^s' 1 0.02271 m 3 - 1.19 X 1033 s"1
Este número total de colisiones es aproximadamente igual a NA partículas gaseosas
(es decir, 1 mol) que chocan 4 mil millones de veces por segundo (verifique este da-
to multiplicando estas cantidades y no pase por alto el factor de 2).
(19.44)
De modo similar, podemos definir una razón de colisión para una partícula P! que
golpea una partícula P2, que representamos con z1_>2:
(19.45)
(19.46)
i -¿
(Como ml y m2 son distintas, no podemos emplear ml2 en este caso, como lo hici-
mos con la ecuación 19.41.) Las trayectorias libres medias y las razones de colisión de
P2 en colisión con P{ se determinan intercambiando sencillamente los subíndices 1 y
2 cuando aparecen en las ecuaciones 19.43-19.45. El número total de colisiones por
segundo por unidad de volumen puede calcularse a partir de la ecuación 19.45 y su
contraparte:
(19.47)
red (como por un pequeño orificio) hacia otra región en la que no hay partículas
(ni gas de ningún tipo, por lo general). Este proceso normalmente es lento, así que
la concentración de las partículas gaseosas en el sistema original es aproximadamen-
te constante. La difusión consiste en el paso de partículas gaseosas (o solutos, si se
encuentran en disolución) de una parte del sistema a otra como consecuencia de las
diferentes concentraciones del gas en el sistema, en el que la presión es constante (es
decir, el transporte no se debe a los gradientes de presión). La figura 19.9 muestra
la diferencia entre los conceptos.
La efusión puede entenderse considerando la velocidad de las partículas gaseosas
en una dimensión. Comenzamos señalando que la razón de efusión debe ser propor-
cional a la velocidad promedio en esa dimensión, ya que esperamos que cuanto más
rápido viajen las partículas del gas, tanto más rápido pueden escapar por el orificio
en el sistema. Esta idea puede expresarse matemáticamente de la siguiente manera:
razón de efusión oc ypro
Si queremos conocer el número de partículas gaseosas que pasan cada segundo por
un pequeño orificio con área A (lo cual se representa mediante dN/dt), necesitamos
calcular el número de partículas gaseosas que se aproximan al orificio provenientes de
una dirección. Esta restricción implica que, en una cámara llena de partículas gaseosas,
éstas salen lentamente de la cámara, pero no regresan a ella (véase la figura 19.9a). Si
asignamos arbitrariamente el sentido positivo a la dirección orientada hacia el orificio
en la cámara, la velocidad promedio de la partícula que se aproxima al orificio es
(19.48)
19.5 Efusión y difusión 673
Esta integral posee una forma conocida y puede simplificarse.1 De esta manera, ob-
tpnpmos
razón de efusión
Los únicos factores diferentes incluidos son el número (densidad) de partículas del
gas en el sistema, N/Vo p, y el área A por la que las partículas gaseosas pasan efecti-
vamente. Ambos factores se encuentran directamente relacionados con la razón de
efusión: conforme aumenta cualquiera de ellos, disminuye la razón de efusión. Por lo
tanto, podemos escribir
(19.50)
(19.51)
Resulta interesante el hecho de que parte de esta expresión se asemeja mucho a una
parte de la función de partición de traslación de un gas monoatómico y es proporcio-
nal a la longitud de onda térmica de de Broglie (véase el capítulo 17).
Ejemplo 19.8
Se coloca hierro metálico dentro de una celdilla con un pequeño orificio de 0.5 mm
de diámetro. A una temperatura de 2050 K, la presión de vapor del Fe dentro de la
celdilla es de 1.00 mmHg. Calcule el número de átomos de Fe que se efunden a tra-
vés del orificio cada segundo.
Solución
Como en el caso de muchos de estos ejemplos, la concordancia de unidades es im-
portante. El área del orificio es de ir[(0.5 mm)/2]2, o 0.196 mm2, que equivale a 1.96 X
10~7 m2. Una presión de 1.00 mmHg debería convertirse a pascales (1 Pa = 1
N/m2 = 0.00750 mmHg), lo cual da como resultado 133 Pa. Si incluimos el valor de
la masa de un átomo de Fe:
Específicamente, podría llevarse a cabo una sustitución y reconocer que la integral resultante
posee la siguiente forma:
T(k) recibe el nombre defunción gamma y constituye una función matemática conocida. Por defi-
nición, F(l) = 1. Aplique esta fórmula a la ecuación 19.48 y vea si se puede deducir la ecuación
19.49. ¡No hay que confundir este empleo de la variable gamma con la función de probabilidad en
tres dimensiones!
674 C A P Í T U L O 19 Teoría cinética de ios gases
Las unidades que se encuentran en el interior del término de la raíz cuadrada son
s 2 /(kg 2 -m 2 ), por lo que la raíz cuadrada de esta unidad es s/(kg-m). Fuera del térmi-
no de la raíz cuadrada, sólo permanece la unidad N (newton). Si recordamos que
N = kg-m/s2, nuestras unidades en conjunto se reducirán a 1/s, que constituye una
unidad adecuada para una razón de cambio. Si resolvemos la expresión, tenemos
(19.52)
donde dNJdt es la razón de cambio a la que las partículas gaseosas cruzan el plano;
A, el área del plano; dc^dx, el gradiente de concentración de las partículas del gas Pl
en la dimensión x, y D, una constante de proporcionalidad denominada coeficiente de
difusión. La ecuación 19.52 recibe el nombre de primera ley de difusión de Fick (la se-
gunda ley de difusión de Fick implica el cambio en q con el tiempo, más que con la
distancia, y no se analizará). El signo negativo de la ecuación 19.52 implica que la di-
rección del flujo de la cantidad creciente de las partículas P! es opuesta a la dirección
de la concentración creciente de las partículas Pp es decir, las partículas tienden a
fluir de las concentraciones altas a las bajas.
Si la concentración q tiene unidades de cantidad de materia por volumen, la dife-
rencial dq/dx posee unidades de (atm/m3)/m. Como el área tiene unidades SI de m2,
el coeficiente de difusión debe tener unidades de m2/s con el fin de que la razón de
2
difusión dNJdt tenga unidades de cantidad de materia por segundo. Por razones his-
Figura 19.10 La difusión se entiende tóricas, las unidades de D comúnmente se expresan en cm2/s (no SI). El valor especí-
determinando la razón a la que las partícu- fico de D no sólo depende de la identidad del gas Pp sino de la identidad del gas en
las del gas P! pasan a través de un área A el que Pl penetra. Respecto a la figura 19.10, debe destacarse que las partículas del gas
hacia un área ocupada por partículas del
gas P2.
P2 también se propagan hacia la sección izquierda del sistema, pero, por ahora, igno-
19.5 Efusión y difusión 675
ramos este hecho y nos concentramos en el flujo de P t hacia la sección derecha del
sistema. (La ecuación que deduciremos se aplicará, en última instancia, a cualquier
gas.)
Por lo tanto, un estudio de la difusión se centra en la determinación del coeficiente
de difusión D. En realidad, podemos definir dos clases de coeficientes de difusión. La
primera describe la difusión de una partícula de un gas a través de partículas iguales
(el caso en que los gases representados por P{ y P2 son, en realidad, la misma especie
química). Ésta recibe el nombre de autodifusión. También se da el caso en que dos ga-
ses tienen diferentes identidades y se propagan uno en el otro. Este fenómeno recibe
el nombre de difusión mutua.
En cualquier caso, esperamos que el coeficiente de difusión se relacione con la ve-
locidad media de las partículas gaseosas, así como con la trayectoria libre media de
éstas, lo cual, de hecho, es el caso. Sin entrar en detalles, puede demostrarse que el
coeficiente de autodifusión D es
(19.53)
donde todas las variables se han definido anteriormente. Las medidas experimenta-
les de los coeficientes de difusión pueden emplearse con la ecuación para calcular el
diámetro de la esfera sólida, dy de las moléculas de un gas poliatómico. En cuanto a
exactitud, la comparación de los valores que arroja la ecuación 19.53 con los de los
coeficientes de difusión experimentales es bastante buena cuando se emplean diáme-
tros de esferas sólidas determinados por otros métodos.
En el caso de los coeficientes de difusión mutua, la deducción resulta más compli-
cada en virtud de que hay que tomar en cuenta tres trayectorias libres medias entre
partículas gaseosas iguales (hay dos trayectorias libres medias de partículas iguales, una
para cada gas) y entre partículas gaseosas de gases diferentes. La respuesta final es
(19.54)
donde JJL corresponde a las masas reducidas (molares) de los dos gases; r\ y r2 son los
radios de Pj y P2, y ptot es la densidad total de las partículas de los gases. La ecuación
19.54 muestra el interesante hecho, observado en los experimentos, de que el coefi-
ciente de difusión no depende de las fracciones molares de cada gas en el sistema, co-
mo se esperaría.
Muchos coeficientes de difusión de los gases son del orden de KT1 cm2/s. Los coe-
ficientes de difusión también pueden definirse en el caso de fases líquidas y sólidas.
Aunque la teoría cinética de los gases no se aplica directamente a estas fases, existen
semejanzas conceptuales. Sin embargo, los coeficientes de difusión para fases con-
densadas son muchos más bajos que en el caso de los gases, especialmente para sóli-
dos a temperaturas normales. Los coeficientes de difusión para sólidos se encuentran
comúnmente entre 10~19 y 10~25 cm2/s.
De acuerdo con el concepto de trayectoria libre media, debería entenderse que,
conforme las partículas gaseosas se propagan, éstas no viajan en línea recta hacia otra
región. Más bien, al chocar contra otras partículas gaseosas, su dirección cambia con-
tinuamente, aunque —como lo requiere el gradiente de concentración— finalmente
terminan desplazándose en la dirección hacia la concentración más baja. Dicha tra-
Figura 19.11 Con el tiempo, una par- yectoria recibe el nombre de trayectoria aleatoria, que se ilustra (en dos dimensiones)
tícula recorre una distancia neta. Sin em- en la figura 19.11. En realidad, las trayectorias aleatorias de partículas son tridimen-
bargo, al hacerlo, la partícula no sigue una sionales, pero el resultado final es el mismo: un desplazamiento neto de una parte
trayectoria directa. Más bien, su recorrido
del sistema (de alta concentración) hacia otra zona del sistema (de baja concentra-
real es una "danza" compleja en el espacio
de tres dimensiones. La verdadera trayec- ción). ¿Cuánto tarda una partícula en recorrer cierta distancia dada esta descripción
toria de cualquier partícula gaseosa recibe el de la trayectoria aleatoria del movimiento de la partícula? Es decir, ¿podemos deter-
nombre de trayectoria aleatoria. minar el desplazamiento neto de una partícula gaseosa?
676 C A P Í T U L O 19 Teoría cinética de los gases
Ejemplo 19.9
El coeficiente de difusión D12 del NH3 en el aire es de aproximadamente 0.219 cm2/s
a presiones atmosféricas normales y temperatura ambiente. Un recipiente de amo-
niaco se encuentra abierto al frente de una sala de conferencias. Suponiendo que el
aire se encuentra en total calma y que sólo la difusión explica el transporte de NH3
en el aire, ¿cuánto tiempo se espera que tarden en propagarse las moléculas de amo-
niaco a 20.0 m de la fuente?
Solución
En este ejemplo tratamos de despejar el tiempo t que tardan las moléculas de amo-
niaco gaseoso en recorrer 20.0 metros en tres dimensiones. De acuerdo con la ecua-
ción 19.56,
¡Tomaría alrededor de un mes que las moléculas de NH3 se propaguen 20.0 metros!
Este ejemplo ilustra la importancia de la convección, más que de la difusión, en el
transporte de moléculas gaseosas en condiciones reales.
19.6 Resumen 677
19.6 Resumen
Uno de los objetivos de la fisicoquímica consiste en la formulación de modelos que
expliquen el comportamiento de los fenómenos químicos. Puesto que la mecánica
cuántica constituye un modelo fundamental en química, resulta irónico que el com-
portamiento físico de los gases puede entenderse aplicando exclusivamente la mecá-
nica clásica. Si suponemos que las partículas gaseosas se encuentran en constante
movimiento y las consideramos esferas sólidas, podemos recurrir a los conceptos clá-
sicos para calcular la velocidad de su movimiento (en promedio) por el espacio y a
través de otros gases. Como parte de esta concepción, podemos determinar la fre-
cuencia con que las partículas de un gas chocan entre sí, qué distancia recorren apro-
ximadamente antes de chocar y la velocidad de propagación de éstas al salir de un
sistema (efusión) y dentro del sistema (difusión). Aunque este capítulo se centró en
el comportamiento de los gases, advertimos que algunas de estas ideas también pue-
den aprovecharse en las fases condensadas. De hecho, el comportamiento de líquidos
y sólidos puede comprenderse parcialmente con la ayuda de la mecánica clásica tam-
bién. Estas explicaciones pueden encontrarse en textos más avanzados. El punto fun-
damental de este capítulo consiste en que el comportamiento físico de los gases
constituye uno de los fenómenos mejor comprendidos en química.
E J E R C Í CI OS D-EL - C A P Í T U L O 19
19.3 Velocidades
19.7 Compare las temperaturas que se requieren para tener 19.4 Colisiones
una rapidez cuadrática media promedio (Vrms) de 200, 400,
600, 800 y 1000 m/s en el caso de átomos de Cs. Observe que 19.18 Los sistemas a los que se les ha hecho el vacío emplean
las rapideces promedio siguen un patrón. ¿Cuál es el patrón manómetros que miden presiones en militorrs (760 torr = 1
de las temperaturas calculadas? atm). Exprese la respuesta del ejercicio 19.6 en unidades de mi-
litorrs.
19.8 Si se ignoraran los efectos relativistas, ¿cuál sería la tem-
peratura requerida para que los átomos de hidrógeno tuvieran 19.19 Deduzca la ecuación 19.41.
una rapidez cuadrática media (Vrms) de 3.00 x 108 m/s? ¿Cuál
piensa usted que es el potencial para alcanzar en realidad esta 19.20 Emplee las condiciones del ejercicio 19.6 para determi-
temperatura? nar la trayectoria libre media entre las moléculas de hidrógeno
en el espacio interestelar si d = 1.10 À para el hidrógeno.
19.9 Verifique la ecuación 19.25. Será necesario que consulte
la tabla de integrales del apéndice 1 y recurra a la idea de que 19.21 Explique por qué el diámetro molecular del argón, de
K=-(-K). 2.6 Á, es aproximadamente el mismo que el del hidrógeno mo-
19.10 Distinga entre la definición de g, G y F como las tres lecular, de 2.4 A, aun cuando el hidrógeno constituye un átomo
funciones de probabilidad definidas en la deducción de la dis- mucho menor que el argón.
tribución de Maxwell-Boltzmann.
19.22 En los tanques de nitrógeno gaseoso a menudo se regu-
19.11 Demuestre que la constante /C, definida por 1/vx • la la presión a 2400 Ib/pulg2 a la temperatura ambiente. ¿Cuál
9x(vx)/9x(vx) y 1/v • r'(v)/r(v), tiene el mismo valor para es la trayectoria libre media de una molécula de nitrógeno, d =
1/vx • 9y(vy)/g^Vy) y 1/v/z * gz(vz)/gz(vz). 3.20 Á, bajo estas condiciones? Hay 14.7 Ib/pulg2 en 1.00 atm.
19.12 Deduzca la ecuación 19.34.
19.23 En una muestra dada de un gas (que tiene determina-
19.13 ¿Cuál es la razón de vrms/v/más prob para cualquier gas a da masa molar, diámetro de colisión, etc.), ¿de qué variable(s)
una temperatura dada? depende la frecuencia promedio de colisión?
19.26 ¿Cuál es el número total de colisiones por segundo por 19.38 Verifique el valor aproximado del D12 deloejemplo 19.9,
unidad de volumen en el caso del sistema gaseoso descrito en utilizando los radios de una esfera sólida de 1.6 Á de amoniaco
el ejercicio anterior? y 1.9 Á como aproximación para las moléculas del aire.
19.27 ¿Cuál es la cantidad total de colisiones por segundo en 19.39 Calcule la distancia total que recorre una molécula de
el caso del gas descrito en el ejercicio anterior? (Note que esta amoniaco en 1 minuto con la ayuda de la definición de veloci-
pregunta es distinta de la anterior.) dad promedio de la mecánica clásica y la velocidad promedio
definida por la teoría cinética. Suponga que T = 295 K.
19.28 Determine: a) las trayectorias libres medias; b) las fre-
cuencias medias de colisión; c) el número total de colisiones 19.40 Utilice los valores de D del ejercicio 19.36 para deter-
entre las moléculas de nitrógeno y oxígeno en el aire. Supon- minar la distancia a partir de su posición original que recorre
ga condiciones termodinámicas normales (273 K y 1 atm) y un átomo promedio en 1 segundo si se trata del He o del Xe.
utilice el valor d = 3.15 y 2.98 A para el nitrógeno y oxígeno,
respectivamente. 19.41 Considere una variación de las condiciones en el ejem-
plo 19.9. Suponga que el amoniaco se propaga a través de una
19.29 Considere una mezcla gaseosa que contiene las mismas
atmósfera de: a) helio; b) SF6. ¿Se llevará a cabo la difusión con
concentraciones de argón y helio. Sin hacer cálculos, determi-
mayor rapidez o con mayor lentitud que en el aire?
ne qué cantidad es más alta: el número de colisiones entre he-
lio y helio, el número de colisiones entre argón y argón o el 19.42 Aplique la ley de Graham para calcular la relación de di-
número de colisiones entre helio y argón? fusión a través del aire de vapores de HCI y de NH3. Primero
utilice sólo las masas del HCI y del NH3. Enseguida, determine
19.5 Efusión y difusión las masas reducidas del (HCI + aire) y (NH3 4- aire) y calcule la
relación de difusión. Compare estas relaciones con la relación
19.30 ¿En qué difieren la efusión y la difusión? ¿En qué se ase-
determinada experimentalmente, cuyo valor es de aproxima-
mejan?
damente 0.7. ¿Qué relación representa el modelo óptimo en
19.31 Calcule la razón a la que se efunde el Hg por un orifi- realidad?
cio de 0.10 mm2 de área a 295 K. La presión de vapor del Hg
a esta temperatura es de 0.0014 mmHg. 19.43 En un artículo educativo de fecha reciente se propuso
que, en lugar de utilizar HCI o NH3, u otros vapores para ejem-
19.32 Las celdas de efusión de Knudsen se emplean en la plificar el proceso de difusión, se podrían emplear sales solubles
determinación de presiones de vapor de materiales a altas tem- colocadas en ambos lados de una caja de Petri llena de agua.
peraturas. Por ejemplo, se llena una celda de Knudsen con tungs- Conforme se disuelven las sales, sus iones se difunden y, con la
teno y se calienta a 4500 K en un vacío. Las medidas muestran debida selección de éstas, forman un precipitado cuando el ca-
que la celda pierde masa (suponiendo que se trata de vapor W) tión y el anión se difunden hasta el mismo punto. La razón de
a razón de 2.113 gramos por hora a través de un orificio con un las distancias que los iones viajan podría relacionarse con sus
área de 1.00 mm2. Calcule la presión de vapor del W a 4500 K. masas, más o menos como lo hace la ley de Graham con los ga-
ses. Critique esta demostración de difusión.
19.33 La efusión de Knudsen se puede aplicar para calcular la
cantidad de un gas que entra por una abertura en un sistema al 19.44 En 1 mol de He a 298 K, compare las gráficas de gx en
que se le ha hecho el vacío. Si se introduce gas argón a 300 K y función de vx y C(v) en función de v. ¿Cuáles son las semejan-
0.100 torr en un sistema al vacío a través de un tubo con un diá- zas y diferencias entre las gráficas?
metro de 0.01625 pulgadas, ¿cuántos gramos por segundo de
argón entran al sistema al vacío? (Verifique las unidades.)
20
20.1 Sinopsis
20.2 Rapideces y leyes
de la rapidez de una
reacción
20.3 Características de las
leyes específicas de
20.4
las rapideces iniciales
de las reacciones
Equilibrio para una
U na molécula de un reactivo choca contra otra molécula, a la vez se reordenan
todos los enlaces químicos y, he aquí, se forman moléculas del producto. Así es
como funciona, ¿de acuerdo?
reacción simple No del todo.
20.5 Reacciones paralelas El porqué de la ocurrencia de las reacciones químicas constituye el principal foco de
y consecutivas la termodinámica. Conceptos como los de energía y entropía son importantes para en-
20.6 Dependencia tender si los procesos son espontáneos o no. Cómo ocurren es el foco de la cinética. Un
de la temperatura entendimiento básico de un proceso incluye, fundamentalmente, la rapidez con que se
lleva a cabo. Nos referimos a la rapidez de la reacción. Un entendimiento profundo de
20.7 Mecanismos y procesos un proceso químico incluye conocer la razón por la que una reacción química se lleva
elementales a cabo con la rapidez o lentitud con la que lo hace: ¿cuáles son los factores que influ-
20.8 Aproximación de yen en la rapidez de la reacción? ¿Son los factores controlables, como las concentracio-
estado estacionario nes, temperaturas, área superficial disponible o presencia de catalizadores? O bien, ¿son
20.9 Reacciones en cadena los factores inherentes al proceso, como la identidad química de reactivos y productos
y reacciones oscilantes o las condiciones dictadas por la termodinámica? Éstos son todos los factores que de-
20.10 Teoría del estado
ben considerarse para entender la cinética de un proceso químico.
de transición Primero y principalmente es necesario hacer hincapié en la forma en que se rela-
cionan la termodinámica y la cinética. La termodinámica intenta decir el sí; la cinéti-
20.11 Resumen ca el cómo. Aunque a veces se superponen las dos cuestiones, si y cómo, preguntan
distintas cosas. La termodinámica nos dirá si algo puede ocurrir, pero no nos indica-
rá (por sí misma) cuánto habría que esperar. La cinética nos dirá cuan rápidamente
puede ocurrir algo, pero no nos dirá (por sí misma) si en realidad ocurrirá. Una com-
prensión adecuada de cualquier proceso requiere aportaciones tanto de la cinética
como de la termodinámica.
La cinética se asemeja a la termodinámica clásica en el sentido de que, en gran parte,
es de naturaleza fenomenológica: se basa en la observación. La cinética experimental
requiere que una persona lleve a cabo mediciones de un proceso químico y luego inten-
te explicarlo o generalizarlo. Sin embargo, se han hecho progresos en la cinética teórica,
que en breve discutiremos. En este capítulo abordaremos parte del marco de referencia
que se toma en cuenta para generalizar nuestro concepto de cinética química.
20.1 Sinopsis
Uno de los temas centrales de la cinética es la determinación de las leyes de la rapi-
dez de las reacciones: expresiones matemáticas simples que nos indican la rapidez
680
20.2 Rapideces y leyes de la rapidez de una reacción 681
con que cierta reacción química se llevará a cabo. Las leyes de rapidez de las reaccio-
nes poseen formas matemáticas similares que implican que se trata de reacciones que
se comportan de cierta manera conforme la reacción se lleva a cabo en el tiempo;
analizaremos algunos de estos comportamientos. A través del cálculo podremos de-
ducir algunas expresiones simples que nos ayudarán a predecir cantidades de reacti-
vos y productos de reacciones que se rigen por leyes de rapidez particulares.
Una parte fundamental de una ley de la rapidez para cualquier reacción es su cons-
tante de rapidez, que —como su nombre lo indica— constituye una constante de
cierta reacción a determinada temperatura. Este enunciado implica que la constante
de la ley de la rapidez de una reacción varía con la temperatura, lo cual es correcto.
No obstante, también contamos con modelos simples de la forma en que la constan-
te de la ley de la rapidez de una reacción varía con respecto a la temperatura.
Las reacciones no sólo ocurren individualmente, también se pueden efectuar en
secuencia o en paralelo. Veremos cómo diversos procesos, que ocurren simultánea-
mente, influyen en la cantidad de productos y reactivos. Por último, entenderemos
que la mayoría de las reacciones químicas se llevan a cabo en pasos discretos. La com-
binación global de pasos, denominados procesos elementales, es lo que conforma el
mecanismo de una reacción. Un mecanismo propuesto debe concordar con la ley de
la rapidez de una reacción determinada experimentalmente. Este requisito impone
algunas restricciones sobre la forma en que podemos esperar que ocurra una reacción
química a escala atómica o molecular.
Casi al final del capítulo estudiaremos dos clases interesantes de reacciones: de
ramificación y oscilantes. Estas reacciones no sólo poseen una cinética de interés, sino
que tienen aplicaciones fascinantes. Finalmente, discutiremos algo de la cinética teó-
rica, con el fin de que el lector se quede con la idea de que no toda la cinética es de
naturaleza fenomenológica. A nivel molecular se aplican más y más principios físico-
químicos fundamentales para intentar formular modelos adecuados de reacciones quí-
micas —que, después de todo, son de primordial interés para los químicos.
Como antes se definió, una rapidez de reacción puede expresarse como un cambio
en la cantidad de reactivo entre un intervalo de tiempo. Matemáticamente se formula
de la siguiente manera:
(20.1)
donde la letra griega mayúscula delta implica un "cambio". Si las cantidades se expre-
san en moles y el tiempo en segundos, la rapidez tendría unidades de mol/s.
¿Moles de qué? Esto constituye una distinción necesaria, pero fácil de olvidar. Por
ejemplo, en la reacción química balanceada,
(20.2)
hay 2 moles de hidrógeno que reaccionan con cada mol de oxígeno para formar agua.
Si la rapidez es expresada como 1.00 mol/s, ¿estamos hablando de 1 mol de gas hidró-
geno que reacciona cada segundo, o 1 mol de gas oxígeno? Como consecuencia de la
estequiometría de la reacción en la ecuación 20.2, una rapidez de 1 mol por segundo
no es suficientemente específica para indicar de qué rapidez real de la reacción se trata.
Sin embargo, también como resultado de la estequiometría de la reacción quími-
ca balanceada, se relacionan las rapideces de las reacciones en términos de los reacti-
vos y los productos. Todo lo que tenemos que hacer es especificar una rapidez en
términos de una sola especie, con lo que es posible determinar la rapidez con respec-
to a cualquier otra especie en la reacción química balanceada. En el caso de una reac-
ción química general, se tiene
(20.3)
Se acostumbra expresar las rapideces en función de los reactivos como cantidades ne-
gativas, ya que las concentraciones de los reactivos disminuyen conforme la reacción
progresa. Al contrario, las rapideces expresadas en función de los productos son po-
sitivas, ya que su cantidad aumenta conforme la reacción progresa. Para acordarnos
de estas cuestiones, escribimos los signos — y + explícitamente en la ecuación 20.3.
Los corchetes [ ] implican cantidades, normalmente moles o unidades de molaridad
(es decir, concentración). Los coeficientes a, b, c o d en los denominadores son facto-
res a escala provenientes de la estequiometría de la ecuación química balanceada. És-
tos nos permiten expresar la rapidez como valor numérico, sin importar el cambio de
cantidad que se emplee para expresarla.
En el caso de los cambios infinitesimales, en lugar de expresar los cambios me-
diante A, debemos emplear la diferencial d. Las expresiones en la ecuación 20.3 se
convierten en
(20.4)
Sin embargo, con esta convención, los valores numéricos de las rapideces respecto a
las diversas especies ya no son los mismos.
Ejemplo 20.1
En cuanto a la ecuación 20.2, si la reacción se lleva a cabo con una rapidez de —5.00
mol/min respecto al H2, ¿cuáles son las rapideces con respecto al O2 y al H2O?
Solución
De acuerdo con la reacción química balanceada y la ecuación 20.5, la rapidez ex-
presada en términos del oxígeno será de ^(—5.00 mol/min) = —2.50 mol/min. La
rapidez expresada en función del H2O será de +^(5.00 mol/min) o +5.00 mol/min.
Observe que, por convención, aún estamos expresando la rapidez como negativa en
función de los reactivos y como positiva en función de los productos. Si quisiéra-
mos expresar la rapidez de esta reacción como un valor invariable, éste sería de
±2.50 mol/min. (El signo dependería de si se pretende expresar la desaparición
de los reactivos o la aparición de los productos.)
nos. Normalmente los órdenes son números enteros pequeños y positivos, pero pue-
den ser números enteros negativos, cero o incluso fracciones. La suma de todos los
órdenes de la expresión algebraica es el orden total de la reacción.
La expresión completa en la ecuación 20.7 recibe el nombre de ley de la rapidez de
una reacción. Las leyes de la rapidez de las reacciones deben determinarse experimental-
mente. A veces son simples; otras veces pueden ser muy complicadas. Sin embargo, en
todos los casos, deben determinarse formando una reacción química bajo diferentes
condiciones de concentraciones iniciales, midiendo rapideces iniciales por medio de
algún método experimental y deduciendo algebraicamente los órdenes para cada reac-
tivo y el valor numérico de la constante de rapidez de la reacción k. La constante de
rapidez de la reacción k también debe tener unidades, que darán como resultado la
unidad adecuada para la rapidez total (que normalmente es de mol/s o M/s). Aunque
quizá el lector esté familiarizado con los problemas relacionados con las leyes de rapi-
dez de las reacciones, el siguiente ejemplo ilustra la técnica matemática para determi-
nar una simple ley de la rapidez de una reacción a partir de datos experimentales.
Ejemplo 20.2
En el caso de una reacción general "0A + bB —> productos", las siguientes rapideces
se determinan experimentalmente cuando se forman las reacciones con las cantida-
des iniciales indicadas en unidades de molaridad, M.
Solución
La técnica de determinación de órdenes consiste en formular dos expresiones de la
ley de rapideces mediante dos diferentes conjuntos de números y dividir después
una expresión entre la otra. Se eligen los conjuntos, dç tal manera que se cancele
la concentración de una de las especies (así como k). De esta manera, el orden con
respecto a la otra especie puede determinarse por simple inspección o calculando el
logaritmo de la ecuación resultante.
Si utilizamos el primero y segundo conjuntos de datos, podemos sustituirlos en la
expresión general de la ley de la rapidez de una reacción para obtener dos ecuaciones:
Las unidades en el miembro izquierdo se cancelan, así como las k en el miembro de-
recho. Observe que (1.44 M) m también se cancela en el miembro derecho sin impor-
tar cuál sea el valor de m. Así, obtenemos
20.3 Características de las leyes específicas de las rapideces iniciales de las reacciones 685
Puesto que 0.25 es igual a \ y 0.50 es igual a {, por inspección se ve que el exponente
n es igual a 2 (el lector debe verificar este hecho). Si utilizamos los conjuntos primero
y tercero de los datos experimentales, podemos construir una comparación similar:
Puesto que 0.50 es igual a \y vemos que m = -1 (el lector puede verificarlo). Final-
mente, para determinar el valor de la constante de la rapidez fc, podemos sustituir
cualquier conjunto de datos en la ley de la rapidez de una reacción. No debe impor-
tar el conjunto de datos que se emplee. Mediante el primer conjunto,
Las unidades de k son adecuadas para añadir una unidad M/s a la rapidez. Verifique
el segundo y tercer conjuntos de datos experimentales dado un valor similar para k.
Los estudiantes deben estar conscientes de que, en casos reales, el análisis numé-
rico no funciona tan perfectamente como en el ejemplo anterior. Quizá se requiera
cierto grado de sofisticación matemática, así como la aplicación de los logaritmos pa-
ra determinar los órdenes en la ley de la rapidez de una reacción. El ejemplo 20.6
muestra un caso de esta naturaleza, donde los logaritmos son necesarios para deter-
minar el orden de la reacción.
(20.9)
donde el término [A] puede ser una cantidad en moles o en unidades de concentra-
ción. Supondremos una unidad de concentración —molaridad— en este momento.
La ecuación general cuyas propiedades esperamos entender es
(20.10)
686 C A P I T U L O 20 Cinética
Una reacción de primer orden es aquella cuya cinética se rige por una ley de rapi-
dez de una reacción en la que el orden es 1; es decir,
(20.11)
(20.12)
(20.13)
(20.14)
Ejemplo 203
Un ejemplo de reacción de primer orden es la isomerización del isocianuro de hi-
drógeno en cianuro de hidrógeno:
HNC(g) >HCN(g)
Si la constante de la rapidez a determinada temperatura es de 4.403 X 10~4 s"1, ¿qué
masa del HNC queda después de 1.50 h si al principio de la reacción había una
muestra de 1.000 gramos de HNC?
Solución
Podemos valemos directamente de la ecuación 20.14 tomando en cuenta que k =
4.403 X 10~4 1/s, [A]0 = 1.000 g y t = 1.50 h, y que debemos convertir en unidades
de segundos: t = 5400 s. Con estas cantidades, tenemos
Existen otras dos formas de expresar matemáticamente la ecuación 20.14. Una con-
siste en calcular el logaritmo inverso en ambos miembros y reordenar luego las varia-
bles, de tal forma que obtengamos una expresión para [ A]t conforme varía el tiempo.
De esta manera,
(20.15)
que muestra que la cantidad en cualquier tiempo t se rige por una función exponen-
cial negativa de tiempo (el lector debe notar que la cantidad inicial, [A]0, es una cons-
tante para un experimento dado). Las funciones exponenciales negativas poseen la
característica de contar con un valor máximo en la variable t = O, y decrecer monó-
tona y asintóticamente hacia cero. La figura 20.1 muestra la tendencia general de [A]f
a través del tiempo. La rapidez con la que la cantidad [A]f se aproxima a cero se rige
por la constante de la rapidez k.
Otra forma de reescribir la ecuación 20.14 consiste en separar los logaritmos del
numerador y del denominador en el término fraccionario. Podemos hacerlo y rees-
cribir la ecuación de la siguiente forma:
Figura 20.1 En el caso de una reacción
de primer orden, la concentración en cual- (20.16)
quier momento, representada mediante
[A],, disminuye en forma exponencial ca- Esta ecuación tiene la forma de una recta y = mx + b, donde y es el ln[A]p la pen-
racterística. La rapidez a la que ésta se diente m es -ky x es t (el tiempo transcurrido) y la intersección con el eje y, b =
aproxima a una concentración de cero de-
pende del valor de la constante de la rapi- ln[A]0. (De nuevo, como [A]0 es una constante, también lo es el logaritmo de [A]0.
dez. Matemáticamente, la gráfica de [A]f Normalmente no tomamos en cuenta las unidades de [A] 0 ni [A],—el lector puede
no llega a O hasta que t = ». calcular el logaritmo de un número puro exclusivamente, no de una unidad—, pero
688 C A P Í T U L O 20 Cinética
(20.18)
Podemos hacer lo mismo con esta ecuación como con la ley de la rapidez de primer
orden: agrupamos las variables en A en un miembro y las variables de tiempo en el
otro miembro:
(20.19)
De nuevo, al integrar ambos miembros de la ecuación entre los límites final e inicial
y suponer que comenzamos en cierto tiempo inicial í- = O, de tal manera que t repre-
sente el tiempo transcurrido, obtenemos para la ley de la rapidez de una reacción de
segundo orden integrada
(20.20)
(20.21)
Ejemplo 20.4
¿Cuáles son las unidades de la constante de la rapidez de una reacción para una
reacción de segundo orden que tiene la ley de rapidez:
Solución
La rapidez misma tiene unidades de M/s. Si el término [A]2 tiene unidades de M2
(molaridad al cuadrado), entonces la constante de la rapidez tiene unidades de
l/(M-s):
Aunque ésta puede parecer una unidad rara para una constante de rapidez, en el
análisis dimensional es necesaria para obtener las unidades adecuadas de la rapidez
de la reacción determinada experimentalmente.
Ejemplo 20.5
Considere la siguiente reacción:
CS2 (g) + 302 (g) > C02 (g) + 2S02 (g)
Si la ley de la rapidez de la reacción puede expresarse de la siguiente manera:
Solución
Se trata de otro problema de vida media, pero no es tan directo como el de las reac-
ciones de primer orden.
a) Podemos aplicar la ecuación 20.20 si [A]0 = 0.05000 mol/L y [A]f = 0.02500
mol/L, que es la mitad de la concentración original:
690 C A P I T U L O 20 Cinética
El ejemplo anterior muestra que el término "vida media" puede aplicarse a cual-
quier orden de reacción, no sólo a las de primer orden. Sin embargo, sólo en las reac-
ciones de primer orden la vida media es independiente de la cantidad inicial y una
característica de la reacción. En el caso de otro orden de reacción, puede definirse
una vida media, pero siempre se incluirá la cantidad inicial en la expresión. Por ejem-
plo, en reacciones de segundo orden, la vida media í1/2 puede definirse como
(20.22)
La ecuación muestra (como se hizo en el ejemplo anterior) que conforme crece la can-
tidad inicial [A]0, disminuye el tiempo que se requiere para que la mitad del reactivo
reaccione. Dichas relaciones son útiles a los químicos sintéticos e industriales, quienes
llevan a cabo procesos químicos.
Hay otros ejemplos de leyes de rapidez simples, y las integraciones de dichas leyes
de rapidez obedecen el mismo procedimiento utilizado en las leyes de rapideces inte-
gradas para reacciones de primer y segundo orden. En lugar de repetir dichas deduc-
ciones, se dejan al lector. El análisis se restringirá a algunas propiedades interesantes
de dichas leyes de rapidez. Por ejemplo, una reacción que se rige por una cinética de
orden cero tiene una ley de rapidez de
(20.23)
una recta, como la de la figura 20.4. Asimismo, podemos integrar la ecuación 20.23
para obtener la ley de la rapidez de orden cero integrada:
(20.24)
donde t representa el tiempo transcurrido.
Asimismo, podemos determinar de nuevo una expresión para la vida media de una
reacción de orden cero. Ésta es
(20.25)
Figura 20.4 En el caso de una reac-
ción de orden cero, una gráfica de [A]fen Observe que la vida media depende de la cantidad inicial, como se esperaba. Es nece-
función del tiempo da como resultado sario conocer algo más sobre una reacción de orden cero: después de dos vidas me-
una recta con pendiente —fc,intersección
con el eje y igual a [A]0 e intersección con dias, todo el reactivo A se consume y la reacción concluye. (Esto supone que la reacción
el eje x de [A]0/A:. Esto es característico permanece de orden cero en todas las concentraciones y que en realidad progresa
de una reacción de orden cero; ninguna hasta terminar.) Por consiguiente, la gráfica de la recta de una reacción de orden ce-
otra reacción da como resultado una recta ro tendrá una intersección con el eje ;c, además de una intersección con el eje y.
cuando se traza la gráfica de [A], en fun- Hasta ahora, nos hemos concentrado en reacciones cuya ley de rapidez se expresa
ción del tiempo. Ésta también constituye
la única gráfica (en el caso de leyes de ra- fácilmente en función de un solo reactivo. Muchas reacciones tienen rapideces que
pidez simples) que tiene intersección con dependen de más de una concentración y, en caso extremo, pueden ser muy comple-
el eje x jas. La más simple de éstas puede expresarse para la reacción de dos especies
(20.26)
Esta reacción es de primer orden con respecto a A y de primer orden con respecto a
B, pero es una reacción total de segundo orden. Para determinar la forma integrada
de esta ley de la rapidez de una reacción, tendremos que considerar una integral do-
ble sobre las concentraciones A y B. Sólo mostramos el resultado final:
(20.27)
Esta ecuación también puede expresarse como la de una recta (aunque se requiere
cierto reordenamiento) y, si se gráfica el log de la razón [B] tl[A], en función del tiem-
po, es posible determinar la constante de la rapidez k en términos de las cantidades
iniciales, así como los coeficientes de la reacción balanceada.
Las leyes de las rapideces pueden de manera vertiginosa tornarse muy complica-
das (busque simplemente en un texto sobre el tema de cinética para tener una idea de
la complejidad de algunas de ellas). Experimentalmente, resulta difícil determinar le-
yes de rapideces de reacciones complicadas con muchos términos de concentración
en la expresión de la ley de la rapidez, a menos que el experimentador aplique nue-
vamente algunas de las técnicas simplificadoras. Una de dichas técnicas consiste en
llevar a cabo la reacción con exceso de todos los reactivos, excepto el que se quiere
estudiar. Consideremos una reacción con la siguiente ley de rapidez:
Ejemplo 20.6
Se recogieron arbitrariamente los siguientes datos para una reacción química a tem-
peratura constante: A + B -» productos.
Solución
a) Si se lleva a cabo un análisis como el del ejemplo 20.2, podríamos ver que la ley
de la rapidez de la reacción es
rapidez
Para obtener el orden con respecto a B, es necesario emplear logaritmos, pues las
concentraciones y las rapideces no son razones enteras exactas (ni aproximadamen-
te). Cuando se hacen los dos primeros intentos, obtenemos
Figura 20.5 Si se llevara a cabo un ex- Para concluir esta sección, consideremos brevemente algunas de las cuestiones re-
perimento de cinética perfecto con una
reacción de primer orden, la gráfica ten- lacionadas con las determinaciones de leyes de rapideces de reacciones. Cuando se
dría la siguiente apariencia: todos los pun- deducen expresiones de la fisicoquímica, es común suponer que nuestro sistema quí-
tos de datos se encuentran en una recta. mico obedecerá perfectamente las predicciones de estas ecuaciones (en estos casos,
Sin embargo, la realidad no es tan perfecta [A],). Para un experimento de cinética ideal, esperaríamos obtener una gráfica como
(véase las figuras 20.6 y 20.7). la de la figura 20.5 para una reacción de primer orden.
Tabla 20.1 Datos cinéticos para ks Sin embargo, en la realidad los datos rara vez son perfectos. En un experimento real
figuras 20«6f 20,7 en un laboratorio real, un investigador podría obtener cierta dispersión en los datos de
Tiempo (mió) [A}r .>[Ak 1/[A}, la gráfica. La tabla 20.1 incluye algunos valores de concentraciones en función del
0 2.719 L000 03678 tiempo, los cuales aparecen en la figura 20.6. En este caso, podría ser evidente que la
1 2.612 0.9601 03829 recta constituye el mejor ajuste a los datos experimentales y que la reacción obedece
2 2.586 0,9501 03S67 una cinética de primer orden, aunque haya cierta dispersión en los puntos de la gráfi-
3 2.509 0.9199 ¿3985 ca. Sin embargo, el experimentador debe ser cuidadoso y trazar una gráfica de los mis-
4 2,459 0.8997 0.4066 mos datos como si estuvieran relacionados con una reacción de segundo orden. La
Figura 20.7 Los datos de la tabla 20.1 se grafican con el fin de ver si la
Figura 20.6 Los datos de la tabla 20.1 aparecen en la gráfica para ver si reacción obedece la cinética de segundo orden. Observe que la dispersión
la reacción obedece la cinética de primer orden. Advierta que, en este caso, en los datos experimentales sugiere que el ajuste a esta recta tampoco nos
parece posible, aunque no convincente, que la dispersión de los datos ex- convence de que se trata de una reacción de segundo orden (compare con
perimentales se ajustan a una recta (compare con la figura 20.7). la figura 20.6).
694 C A P Í T U L O 20 Cinética
Figura 20.8 Si se extiende el tiempo de las medidas (utilizando los datos de la tabla 20.1a), es claro
que la gráfica de primer orden ajusta los datos mejor que una gráfica de segundo orden; el ajuste de una
recta es más evidente en el caso de la gráfica de primer orden a lo largo de periodos más prolongados. En
la cinética experimental, es extremadamente importante prolongar un experimento a un tiempo suficien-
temente largo, de tal manera que la recta —y, por consiguiente, el orden correcto de la reacción— se de-
termine de forma concluyente.
Tabla 20*ta Datos cinéticos adíelo* figura 20.7 de la página anterior muestra este hecho. En el caso de la escala de tiempo
nales para lafigura20.8 considerada, ninguna de las gráficas favorece un orden cinético particular.
Tkmpo(miii) {A], hi{A}t i/tA]t Un buen experimentador que estudia la cinética de una reacción desconocida ne-
10 2.130 0J$$9 0.4677 cesita tener cuidado no sólo en las mediciones experimentales (en este caso, las me-
15 ; UB^ $$79: • 0.5390 didas de [A]t), sino con la definición de las condiciones experimentales: [A] inicial,
20 ; ,,£^,4^,^04011 [B] inicial, el tiempo transcurrido, etc. Debemos entender que el experimentador eli-
25 ., L44g ^702'4;ÍM907 ge estas condiciones. Si incluimos datos de la tabla 20.1a, podemos prolongar el tiem-
30 L276 0.2437 OJS35 po del experimento e intentar hacer un ajuste evidente a una recta. Lafigura20.
muestra las gráficas de todos los datos. Ahora debería resultar más evidente la natu-
raleza de la ley de la rapidez de esta reacción.
(20.29)
supondremos que cada reacción es de primer orden con respecto a su reactivo y que
la cantidad inicial de reactivo A se encuentra dada por [A]0 mientras [B]0 = 0.
La rapidez del cambio de concentración de A está dada por
(20.30)
(20.31)
Ahora, [A]f y [R]t implican que la rapidez depende de las concentraciones instantá-
neas de A y B en cualquier tiempo. Note que la rapidez también se expresa en función
de la concentración instantánea [A]t. Como consecuencia de la estequiometría 1:1 en
la reacción química balanceada y la ley de la conservación de la masa, existe cierta
relación entre [A] y [B] en cualquier tiempo:
Aunque esta ecuación puede parecer complicada, es simplemente una ecuación dife-
rencial de primer orden en una variable, [A]t. Tiene una solución que incluye funcio-
nes exponenciales, y las ecuaciones que satisfacen esta ecuación diferencial (es decir,
las "soluciones" de la ecuación diferencial) son
(20.33)
En realidad, es muy fácil demostrar que, al principio del proceso, cuando es mínimo
el efecto de la reacción inversa, la ecuación anterior se reduce a
(20.34)
que tiene la forma de una recta —graneando el término del logaritmo en la ecuación
20.34 en función del tiempo— con una pendiente de (kf + fc,.) y una intersección de
cero con el eje y. De nuevo, en el límite de las condiciones iniciales de la reacción, es-
ta gráfica se convertirá en la esperada para una reacción de primer orden, pero aho-
ra la ampliamos para incluir periodos más prolongados en los que la reacción inversa
Figura 20.9 Conforme una reacción
tenga algún efecto sobre [A]t.
se aproxima al equilibrio, las cantidades de La figura 20.9 muestra una gráfica de [A]p la cual ilustra un comportamiento es-
reactivo, [A],, y producto, [B]^ se apro- perado: una función exponencial disminuye hacia un mínimo asintótico. Al mismo
ximan a sus valores de equilibrio (que tiempo, la cantidad del producto [B] t crece hacia determinado máximo asintótico. Los
dependen de la reacción). Compare esta valores asintóticos reales de [A], y [B]f dependen del valor inicial [A]0, así como de
gráfica de [A]f con la figura 20.1: para va-
lores grandes del tiempo, las gráficas son
los valores defcfy fc,..
diferentes. Esta gráfica de [A]t obedece a la No obstante, los valores asintóticos de [A] t y [B]t con respecto al tiempo constitu-
ecuación 20.33, no a la ecuación 20.15. yen las concentraciones de equilibrio esperadas de A y B, representadas mediante
696 C A P I T U L O 20 Cinética
[A]eqy [B]eq. De esta manera, debe haber alguna relación. Ésta es simple. Definimos
una constante de equilibrio K para esta reacción simple como el cociente de la con-
centración de los productos y los reactivos:
(20.35)
Con esta definición y las relaciones entre las concentraciones de A y B, puede demos-
trarse a partir de la ecuación 20.33 que conforme t -* oo:
(20.36)
en que algún reactivo A puede formar dos posibles productos, denotados mediante B
o C. Las constantes de la rapidez de cada reacción se representan por medio de ^ y
/c2, respectivamente. Como ejemplo, la descomposición térmica de muchos hidrocar-
buros pequeños como el CH4 puede darse a través de diversas trayectorias simultá-
neamente, constituyendo un conjunto de reacciones paralelas (también denominadas
competitivas o concurrentes).
Consideremos un sistema en que las leyes de la rapidez de ambas reacciones son de
primer orden con respecto a A. Si damos inicio a dicha reacción estando presente sólo
A, la rapidez inicial de desaparición de A puede expresarse de la siguiente manera:
2
La ecuación 20.36 también se cumple en cualesquiera reacciones progresivas e inversas, cuyos
órdenes son iguales a los coeficientes estequiométricos de los reactivos de cada proceso. No consi-
deraremos aquí ejemplos de esta aplicación.
20.5 Reacciones paralelas y consecutivas 697
(20.37)
Puesto que la ecuación 20.37 sólo posee una variable (la concentración de A), puede
integrarse tal como cualquier otra ley de la rapidez de una reacción de primer orden.
Al hacerlo (y plantear las mismas suposiciones relativas a que el tiempo inicial es ce-
ro, de modo que la variable t representa el tiempo transcurrido), obtenemos
(20.38)
Esta expresión relaciona la concentración de A respecto al tiempo y no debería sor-
prendernos. Las rapideces iniciales de las apariciones de los dos productos, B y C, son
las siguientes:
(20.39)
(20.40)
(20.41)
(20.42)
Las ecuaciones 20.41 y 20.42 pueden tener una apariencia relativamente compli-
cada; no obstante, la razón entre [B]f y [C]f posee una expresión muy simple:
(20.43)
Esta expresión es válida para cualquier tiempo t, siempre y cuando las reacciones in-
versas resulten imperceptibles.
Cuando la reacción se aproxima al equilibrio, nuestro análisis de la situación debe
cambiar. Cerca del equilibrio, el producto se convierte de nuevo en reactivo, que pue-
de convertirse de nuevo en producto. Sin embargo, ¡no existe requisito alguno con
respecto a que la molécula reaccione para formar el mismo producto! (es decir, las
moléculas no tienen memoria). Necesitamos considerar el siguiente esquema:
No sólo hemos definido las constantes de rapideces progresivas ^ yfc2>sino las cons-
tantes de rapideces inversas k^l y fc_2. De acuerdo con la sección anterior, igualmen-
te es posible definir constates de equilibrio para cada reacción, KI y K2> de la siguiente
manera:
(20.44)
Además
(20.45)
(20.46)
700 C A P Í T U L O 20 Cinética
(20.47)
Figura 20.12 En el caso de reacciones consecutivas en las que k{ es mucho mayor que /c2, existe un
incremento breve del producto intermedio, B. Sin embargo, a lo largo de periodos prolongados, se forma
el producto final C. En esta gráfica, k{ = 0.01 s"1 y k2 = 0.0005 s"1.
20.5 Reacciones paralelas y consecutivas 701
Figura 20.13 En reacciones consecutivas en las que k\ es mucho menor que k2, existe un pequeño in-
cremento inicial del producto intermedio, B. El producto final, C, se forma casi de inmediato. En la grá-
fica, ki = 0.0005 s ~l y k2 = 0.01 s"1 (compare con la figura 20.12).
Ejemplo 20.7
La cinética de reacciones consecutivas se aplica con facilidad a los procesos de de-
sintegración nuclear, en que un isótopo original produce un isótopo descendiente
radiactivo, que también se desintegra. (De hecho, en la primera mitad del siglo XX,
dichos procesos secuenciales constituían un factor de fundamental importancia,
que complicaba los intentos por comprender este nuevo fenómeno.) Un ejemplo de
este tipo es
que son los últimos dos pasos en la serie de desintegración radiactiva comenzando
con 239l\J y concluyendo con el isótopo no radiactivo del Pb. (A veces, ésta recibe el
nombre de serie 4n + 2 a consecuencia de que todos los números de masa de los isó-
topos involucrados pueden representarse mediante dicha ecuación general.) Las
medias vidas, í1/2>1 y t1/2)2,son de 5.01 y 138.4 días, respectivamente. Comente sobre
las cantidades relativas del 210Bi, 210Po y 206Pb con respecto al tiempo.
Solución
¡La presentación de este ejemplo puede inducir potencialmente a error porque el pro-
blema indica vidas medias, no constantes de rapidez! Debemos consultar la ecuación
20.17, que incluye la relación entre tl/2y k:
Si recurrimos a esta expresión y seguimos el hilo de las dos diferentes vidas medias
y sus constantes de rapidez relacionadas mediante subíndices, obtenemos
(donde las vidas medias se han convertido en unidades estándares). Por lo tanto,
702 C A P Í T U L O 20 Cinética
Figura 20.14 Véase el ejemplo 20.7. Esta gráfica muestra las concentraciones del 210Bi, 210Po y 206Pb
con respecto al tiempo. Advierta el aumento temporal del 210Po, que comienza en 0. Note que el eje x se
expresa en segundos, pero en este ejemplo la parte derecha de la gráfica es equivalente a un tiempo de 1.9
años.
Aquí, vemos que /q es mucho mayor que k2 (es decir, 10 6 es dos órdenes de magnitud
más alto que 10~8), así que podríamos esperar que hubiera un aumento "momentá-
neo" de polonio. Entonces, al pasar el tiempo, la cantidad de polonio disminuiría
conforme se desintegrara en el isótopo estable del plomo. La figura 20.14 muestra
una gráfica de lo que finalmente le sucede a 1.00 gramos de 210Bi.
La serie completa 4n + 2 posee 14 reacciones nucleares entre el 238U y el 206Pb, con
un total de 15 especies nucleares. ¿Puede imaginar el lector las 15 expresiones mate-
máticas que proporcionan las concentraciones respecto al tiempo?
(20.48)
(20.49)
(20.51)
donde los índices indican la forma de expresar la ecuación de Arrhenius como una
recta. Los factores preexponenciales y las energías de activación se calculan gráfica-
mente.
Ejemplo 20.8
En un artículo reciente (Orkin et al, J. Phys. Chetn., 1997,101: 174), las constantes
de rapidez se determinaron en el caso de la reacción entre el radical hidroxilo y el
clorobromometano:
OH- + CH2BrCl > productos
Los datos obtenidos incluían los siguientes valores de la constante de rapidez k pa-
ra las siguientes temperaturas:
Solución
Primero, necesitamos determinar los valores que graficaremos, pero éstos no son los
valores que se encuentran a la derecha de la tabla anterior. Necesitamos tomar pa-
rejas de números:
Ink 1/T(KT
-29.829 0.00336
-29.641 0.00319
-29.476 0.00303
Figura 20.16 (Véase el ejemplo 20.8.)
De acuerdo con la gráfica del In k en fun-
ción de l/T, la pendiente es igual a -EJR Véase la figura 20.16, en la que aparece una gráfica de In k en función de l/T. Aun-
y la intersección con el eje y es igual al que los tres puntos no se encuentran exactamente en una recta, constituyen una bue-
logaritmo natural de la constante preex-
na aproximación de ésta (que, de nuevo, es indicativo de las variaciones naturales en
ponencial. De conformidad con esta grá-
fica, EA tiene un valor de 8900 J/mol y A las medidas experimentales). La pendiente, que sería igual a -EJR, es alrededor de
alrededor de 3.78 X 10"12 cm3/(molécu- -1070, de modo que si multiplicamos por la constante de la ley ideal de los gases R,
la-segundo). Lea el texto para obtener de- obtenemos una aproximación de EA de 1070 X 8.314 J/mol = 8900 J/mol (la unidad
talles.
de temperatura en el denominador de R se encuentra incluida en el término l/T). La
intersección con el eje y de la gráfica es alrededor de -26.3, que es igual al In A. Por
consiguiente, A tiene un valor aproximado de 3.78 X 10~12 cm3/(molécula-segundo).
Advierta que A posee las mismas unidades que las constantes de rapidez dadas.
Ejemplo 20.9
Utilice la información deducida del ejemplo 20.8 para calcular la constante de rapi-
dez a 370 K. Compare este valor con el valor determinado experimentalmente de
2.10 X 10~13 cm3/(molécula-segundo).
Solución
Con una energía de activación de 8900 J/mol, podemos emplear directamente el va-
lor de A, así como la temperatura dada y la ecuación 20.50:
Observe que las unidades se cancelan en la función exponencial, como debería ser.
Llevando a cabo los cálculos, obtenemos
(20.52)
—es decir, que esta derivada tiene un valor constante dado por la expresión —EA/R—
es mejor suponer que la pendiente de la gráfica de In k en función de \lTtambién de-
pende de la temperatura. Esto es, también incluimos un término de temperatura, así
que la ecuación se convierte en
(20.53)
donde dv y d2 son los diámetros de las partículas de gas en las especies 1 y 2, y JJL es la
masa reducida de dos partículas de dichas especies. Si sugerimos que el efecto de
los cambios de temperatura es menor comparado con el término exponencial en
la ecuación de Arrhenius (es decir, el término e~EA/RT)y y si las densidades de las dos
especies pl y p2 se convierten en concentraciones y se separan del resto de la expre-
sión, entonces podemos argumentar que el resto de la expresión es aproximadamen-
te constante:
(20.56)
Figura 20.17 Ejemplo simple de la forma en que los factores estéricos influyen en la probabilidad
de que las reacciones se lleven a cabo, a) Un átomo de sodio se aproxima a una molécula de HC1, pero
las orientaciones no inducen a que una reacción se lleve a cabo, así que, después de chocar, las partículas
sencillamente continúan su camino, b) En este caso, la orientación del HC1 favorece más la reacción, de
modo que, con la colisión, se forman enlaces de Cl con el átomo de Na y hay una nueva especie como
producto.
Ejemplo 20.10
¿Cuál es la ley de la rapidez esperada para la ecuación que aparece abajo, suponien-
do que se trata de un proceso elemental? ¿Cuál es la molecularidad con respecto a
cada reactivo?
Solución
De acuerdo con el enunciado del párrafo anterior al ejemplo, la ley de la rapidez pa-
ra este proceso elemental se encuentra dada directamente por la estequiometría de
la reacción. Por lo tanto, podemos observar simplemente la reacción (es decir, po-
demos concluir "por simple inspección") y establecer que
Existe otra cuestión adicional: ¿concuerda la ley de la rapidez de este primer pro-
ceso elemental con la ley de la rapidez determinada experimentalmente de la reacción
general? Por desgracia, no lo sabemos todavía, y la determinación de esto se posterga-
rá hasta la siguiente sección. No obstante, el lector debe tener por lo menos una idea
de los factores que intervienen en la determinación del mecanismo de una reacción.
¿Cuáles son los otros posibles procesos elementales para esta reacción? A conti-
nuación listamos algunos. Observe que la falta de cargas en las especies es intencio-
nal: muchos intermediarios provenientes de los procesos elementales son radicales.
y así sucesivamente
como se esperaba.
Otro ejemplo de procesos elementales proviene de la halogenación de los alcanos.
En el caso de la cloración del metano en fase gaseosa, la reacción general principal
(ignorando los productos no deseados) es
20.7 Mecanismos y procesos elementales 709
y así sucesivamente
De nuevo, podemos ver que algunos productos de cada proceso elemental violan
nuestras reglas normales de valencia, pero se supone que se trata de especies quími-
cas intermedias de vida corta. Algunas especies producidas son radicales libres y otras
constituyen los productos finales de la reacción. La reacción química general es
En el ejemplo 20.10 mostramos que la rapidez del proceso elemental está dada po;
donde k es alguna constante de rapidez. Sin embargo, si podemos demostrar que és-
ta es la etapa determinante de la rapidez, entonces la rapidez de la reacción completa
corresponde a
Ejemplo 20.11
Suponga que la ley de la rapidez para la combinación de hidrógeno y oxígeno es
Demuestre que ésta no concuerda con la hipótesis de que el segundo proceso ele-
mental, que es
Solución
Si el segundo proceso elemental en nuestro mecanismo propuesto fuera la RDS, in-
mediatamente podríamos predecir una ley de rapidez para
En este caso, [OH-] sustituye a [O2]. A menos que podamos convencernos de que la
concentración del radical hidróxilo sea igual a la concentración de oxígeno diató-
mico, sería difícil presentar argumentos a favor de que esta ley de la rapidez de una
reacción es equivalente a la ley supuesta de la primera parte del ejemplo. Esto iría en
contra de que la segunda etapa fuera la RDS.
donde las flechas dobles ^ representan un equilibrio. Si esta primera etapa se en-
cuentra en realidad en equilibrio, entonces las concentraciones de A, B y C son rela-
tivamente estables y no presentan cambio. Como consecuencia, este modelo recibe el
nombre de aproximación de estado estacionario de los mecanismos de reacción.
La aproximación de estado estacionario nos permite relacionar la ley de rapidez
determinada a partir de la RDS con la ley de rapidez determinada experimentalmente.
Recuerde que la ley de rapidez de un mecanismo está dada por la estequiometría de la
RDS, pero, ¿cómo podemos saber si esta ley de la rapidez concuerda con la ley de la ra-
pidez experimental Podemos valemos del hecho de que la etapa o etapas precedentes
se encuentran en equilibrio para deducir una ley de rapidez en función de los reacti-
vos originales (cuyas cantidades o concentraciones es posible medir). Existen dos for-
mas de hacerlo. Primero, adoptaremos un enfoque simplificado. Si la primera etapa del
proceso anterior de dos etapas se encuentra, de hecho, en equilibrio, entonces pode-
mos formular una expresión de la constante de equilibrio para ella:
(20.59)
Puesto que k y íCson constantes, las combinaremos en una nueva k'y que también es
una constante. La ley de la rapidez se convierte en
712 C A P I T U L O 20 Cinética
que es una ley de rapidez expresada en términos de A, una especie cuya concentra-
ción puede conocerse (como se supuso en los párrafos anteriores).
Ahora bien, ¿concuerda esta ley de la rapidez de reacción con la ley de rapidez de-
terminada experimentalmente? Si así es, entonces este mecanismo —y la identifica-
ción de la etapa determinante de la rapidez— es plausible (no está demostrado, es
sólo plausible). Si esta ley de rapidez no concuerda con la ley de rapidez determina-
da experimentalmente, entonces el mecanismo probablemente sea incorrecto. Si em-
pleamos aproximaciones, como las de un estado estacionario, podemos intentar
juzgar si un mecanismo propuesto concuerda con las observaciones experimentales.
En un enfoque más detallado, reconocemos que las reacciones directa e inversa, en
equilibrio, tienen sus propias constantes de rapidez y leyes de rapidez características.
Para la reacción
(20.60)
Observe que ésta es la misma ley de rapidez general que obtuvimos al utilizar la cons-
tante de equilibrio del primer proceso elemental, por lo que existe cierta consistencia
entre las dos aplicaciones matemáticas de la aproximación del estado estacionario. El
enfoque matemático particular al cual podría recurrirse depende de la información
disponible (es decir, del valor de Ko /q y fc.j), así como lo que se intente determinar
sobre una reacción química particular.
Una clase de cinética, en la que se emplea la aproximación del estado estacionario,
se aplica a las reacciones catalizadas por enzimas. Como las enzimas (que son proteí-
nas) son buenos catalizadores, normalmente se requiere una concentración reducida
para que ocurra una reacción bioquímica y la determinación de la cinética de la reac-
ción se centra en seguir el cambio de concentración del reactivo primario, denomi-
nado sustrato.
La primera etapa en un proceso catalizado por enzimas consiste en la combinación
de la enzima adecuada, representada por E, con el sustrato, representado por S. La se-
gunda etapa, la RDS, consiste en la producción de cierto producto P y la liberación si-
multánea de la enzima catalizadora sin cambio alguno. Las dos etapas elementales se
representan de la siguiente manera:
(rápida)
(lenta)
donde ES representa el compuesto intermedio, un complejo enzima-sustrato. Como
la segunda etapa es la RDS, el primer proceso elemental alcanza el equilibrio y pode-
mos aplicar el enfoque del estado estacionario al ES intermedio, así como deducir, en
el caso de la ley de rapidez,
(20.64)
(20.65)
Si definimos V y K como
(20.67)
(20.68)
(d)
Esta serie de etapas cinéticas representa una reacción en cadena. Una reacción en ca-
dena es aquella cuyo mecanismo consiste en etapas cuyos productos son intermedia-
rios, que reaccionan para formar otros productos intermediarios, casi siempre de
forma aparentemente cíclica. La reacción a, que dio inicio a la reacción en cadena
de este ejemplo, recibe el nombre de reacción de inicio (o etapa de inicio). En las reac-
ciones by cy de este ejemplo, reacciona un compuesto intermedio y se produce otro
compuesto intermedio. Estas reacciones reciben el nombre de reacciones de propaga-
ción. Las reacciones d representan una pérdida de los compuestos intermedios, que
20.9 Reacciones en cadena y reacciones oscilantes 715
Ejemplo 20.12
En el análisis de las etapas determinantes de la rapidez en la sección 20.7, se propu-
so la cloración del metano, CH4, por un mecanismo de radicales libres:
C12 >2C1- (a)
Cl- + CH4 > HC1 + CH3- (b)
CH3- + C12 > CH3C1 + Cl- (c)
Cl- + CH4 > HC1 + CH3- (d)
CH3- + C12 > CH3C1 + Cl- (e)
a) Clasifique cada una de las reacciones a- e como reacciones de inicio o propagación.
b) No hay ninguna etapa de terminación. Sugiera algunas posibles etapas de termi-
nación para esta reacción.
Solución
a) Como la primera reacción crea dos radicales libres cuando ninguno existía como
reactivo, ésta es una reacción de inicio. Las demás reacciones poseen un compuesto
intermediario reactivo (un radical libre) como reactivo y como producto, así que las
reacciones b a e son de propagación.
b) Una reacción de terminación reduce el número de compuestos intermediarios
reactivos. En este ejemplo, una reacción de terminación tendría dos radicales, que se
combinan para formar una molécula estable. Existen tres posibilidades:
Cl- + Cl > C12
Cl- + CH3 > CH3C1
CH3- + CH3 > CH3CH3
Experimentalmente, la presencia de una pequeña cantidad de etano, CH3CH3, se con-
sidera un apoyo para el mecanismo de reacción en cadena de esta reacción química.
Aunque las reacciones se llevan a cabo con determinado cambio de energía, las
reacciones de inicio y terminación normalmente experimentan un cambio de ener-
gía evidente. En el caso de las reacciones de inicio, casi siempre hay cierto ingreso de
energía para promover la formación de intermediarios reactivos. En otras palabras,
muchas reacciones de inicio son endotérmicas. O la reacción de inicio puede ocurrir
de manera espontánea, a partir de moléculas del extremo de alta energía de la distri-
bución energética (recordemos que, de acuerdo con la teoría cinética, existe un ínter-
716 C A P Í T U L O 20 Cinética
valo de energías para las moléculas a cualquier temperatura). De manera más formal,
una reacción de inicio debe indicar este ingreso de energía, que puede ser en forma
de calor, luz o algún otro proceso:
energía
reactivos » intermediarios (inicio)
En el caso de las reacciones de terminación, la formación de un producto estable im-
plica que la energía es liberada (es decir, se trata de un proceso exotérmico). La ener-
gía emitida debe ir a parar a algún lado. Normalmente, la energía se emite en forma
de fotones o, con mayor frecuencia, se requiere un tercer cuerpo para absorber la
energía emitida conforme los intermediarios reactivos reaccionan para formar un
producto estable. Si al tercer cuerpo se le da el símbolo M, entonces puede escribirse
una reacción de terminación entre dos radicales libres R- de la siguiente manera:
En este ejemplo, la reacción pasa de tener un radical libre reactivo a dos radicales li-
bres reactivos. Estos dos productos reactivos pueden participar en sus propias reac-
ciones de propagación, como
(mecanismo 1)
(mecanismo 2)
En ambos casos, la reacción total es sencillamente A -> D, con B y C como las espe-
cies intermedias. Cada etapa en el mecanismo posee una ley de rapidez basada en la
estequiometría del proceso elemental. Lotka mostró que si [A] se supone constante
(es decir, si se encuentra presente en exceso), las ecuaciones diferenciales que relacio-
nan las concentraciones de A, B, C y D tienen soluciones matemáticas que predicen
oscilaciones en las concentraciones de las especies intermedias B y C, si las constan-
tes de rapidez tienen los valores adecuados. En el mecanismo 1, [B] y [C] realizan
oscilaciones amortiguadas y, en el caso del mecanismo 2, las concentraciones inter-
medias oscilan más uniformemente. La figura 20.21 muestra los comportamientos de
concentración de las especies intermedias en función del tiempo.
En el tiempo de los trabajos de Lokta no se conocían reacciones químicas que si-
guieran estos dos mecanismos. En 1921, W. C. Bray informó de una oscilación en una
reacción en fase líquida entre el peróxido de hidrógeno y el yodato de potasio (H2O2 +
KIO3), pero la noticia se recibió con cierto escepticismo. En 1951, el biofísico ruso
Boris Belousov descubrió otro ejemplo de reacción oscilante, que estudió cuidadosa-
mente su compañero el biofísico ruso Anatol M. Zhabotinsky. Pese a la renuencia ini-
cial a aceptar la idea de las reacciones oscilantes (los primeros trabajos de Belousov
no se publicaron hasta 1959 y Zhabotinsky no llevó a cabo estudios detallados hasta
la década de los sesenta), la reacción de Belousov-Zhabotinsky (o BZ) constituye aho-
ra el ejemplo mejor conocido de reacción química oscilante.
En realidad, la reacción global es un grupo de reacciones con algunos componentes
comunes. Por lo general, una reacción BZ corresponde a la oxidación catalizada por un
ion metálico de ciertos ácidos carboxílicos por los iones bromato (BrO3~). Un catali-
zador común es el ion de cerio (IV), Ce4+. Un ejemplo de una reacción general es
Ambas trayectorias reactivan al ion bromato con los productos, pero la trayectoria I
tiene iones de Br~ como reactivo, mientras que la trayectoria II incluye como produc-
to a estos mismos iones. Por consiguiente, cuando hay suficiente Br~ disponible, la
trayectoria I domina; cuando el [Br~] es muy pequeño, la trayectoria II se ve favore
cida. Entonces, la trayectoria II genera iones de Br~; así, conforme el [Br~] se in-
crementa, la trayectoria I se favorece,... y el ciclo continúa. El Ce4+ se reduce a Ce3+
en algunas etapas de la trayectoria II, luego se vuelve a oxidar a Ce4+ en otras etapas
de la misma trayectoria. De esta manera, la reacción sirve como semirreacción de
Ce(III)/Ce(IV) y las oscilaciones se pueden seguir electroquímicamente utilizando la
reacción BZ misma como media celda. También es posible emplear diversos indica-
dores y técnicas espectroscópicas para seguir las concentraciones variables de las es-
pecies intermedias. Las figuras 20.22 y 20.23 muestran diagramas de la forma en que
Figura 20.23 Bajo ciertas circunstan- las concentraciones cambian durante una reacción BZ.
cias, las reacciones oscilantes pueden pro- ¿Por qué están interesados los químicos en las reacciones oscilantes? Éstas no sólo
ducir diferentes colores con el tiempo, lo resultan interesantes desde una perspectiva cinética, sino que algunas reacciones quí-
que da lugar a despliegues visuales fasci- micas importantes son de naturaleza oscilatoria. Entre las más importantes se en-
nantes.
cuentran las reacciones que provocan los latidos del corazón. Los procesos químicos
específicos promueven respuestas electroquímicas, que hacen que el corazón se con-
traiga, bombee sangre —y nos mantenga vivos—. Por consiguiente, un entendimien-
to de las reacciones oscilantes permite una mejor comprensión de la bioquímica de
los sistemas vivientes.
(a)
(b)
donde k y k* representan las constantes de rapidez de las dos etapas imaginarias; /c, la
etapa bimolecular, y fc*, la etapa unimolecular b. Si la reacción considerada es, de he-
cho, un proceso elemental, entonces, a partir de las ideas de la sección 20.7, las leyes
de la rapidez pueden expresarse en función de la estequiometría de la reacción:
(20.70)
La segunda igualdad en la ecuación 20.70 constituye el supuesto básico de que las es-
pecies A y B se convierten en algún estado de transición C* en su camino para for-
mar productos, así que la rapidez del proceso elemental puede expresarse en términos
de las concentraciones de los reactivos originales o en términos de la cantidad del es-
tado de transición. Podemos reescribir la ecuación 20.70 en función de la constante
de la rapidez del proceso elemental k de la siguiente manera:
(20.71)
(20.72)
4
Aunque muchas obras utilizan indistintamente los términos estado de transición y complejo ac-
tivado, otras los definen de manera diferente. Por ejemplo, algunas obras se refieren al punto en la
configuración de la reacción como el estado de transición y a la especie molecular en dicho pun-
to como el complejo activado mismo. Aquí no tendremos que preocuparnos por dichas sutilezas.
20.10 Teoría del estado de transición 721
(20.75)
(20.76)
(20.77)
(20.78)
Esta última ecuación es una forma de la ecuación de Eyring,5 que se emplea para
calcular k en un proceso elemental bimolecular. (Es importante ser cuidadosos con
los dos usos de la variable k en la ecuación anterior.) En el caso de un conjunto dado
de reactivos A y B y una temperatura establecida, todas las demás cantidades en la
ecuación 20.78 pueden calcularse para la estructura dada de un estado de transición
C*. Por consiguiente, si tuviéramos un estado de transición conocido o propuesto,
podríamos calcular Ae* y q para el estado de transición C* y, para los reactivos dados
A y B, en verdad podríamos determinar las funciones de partición (ya que normal-
mente son moléculas estables conocidas). Los demás parámetros son constantes fun-
damentales, por lo que es posible calcular la constante de rapidez k.
Observe el paralelo entre la ecuación 20.78 y la ecuación de Arrhenius:
(20.79)
5
Se le da el nombre en honor de Henry Eyring, químico del siglo XX, que llevó a cabo algunos
trabajos fundamentales en cinética, incluyendo el enunciado de la teoría del estado estacionario.
20.10 Teoría del estado de transición 723
Puente: I Nicholas, Cbmiwl Kimttes: À U&êém Survey ï>fGw Actions, Nueva York, Wiley, 1976,
(20.80)
(20.81)
donde ahora nos referimos al cambio de entalpia para la formación del estado de
transición, Afí*, y a un cambio de entropía para la formación del estado de transi-
ción, AS*. La ecuación 20.81 es similar a la ecuación de Arrhenius, pero no exacta-
mente. Sin embargo, si escribimos el logaritmo de la ecuación de Arrhenius como
El término (d In A)/dTes cero (A es una constante, así que la derivada es cero), y po-
demos evaluar la derivada de la energía de activación. Así, obtenemos
(20.82)
(20.84)
(20.85)
Ejemplo 20.13
Solución
El factor preexponencial se expresa en unidades normalizadas, pero, como siempre,
debemos tener cuidado con relación a las unidades que empleamos. De acuerdo con
la ecuación 20.85, tenemos
Todas las constantes fundamentales poseen valores conocidos, por lo que, sustitu-
yendo,
Con la cancelación inicial de las unidades joule y kelvin en el miembro derecho, ob-
tenemos
Las unidades m3/(mol-s) figuran en ambos miembros, así que se cancelan. Reorde-
nando términos, obtenemos
20.11 Resumen
La forma exacta en que una reacción se lleva a cabo puede tener poco que ver con la
ecuación química balanceada. La cinética es el estudio de la forma precisa en que se
lleva a cabo una reacción; normalmente se centra en la manera en que la rapidez de
una reacción química varía con respecto a la concentración de los reactivos e intenta
determinar un modelo matemático simple, una ley de rapidez, que describa cuan rá-
pido se llevará a cabo una reacción. La cinética también puede relacionar la rapidez
de una reacción con las temperaturas absolutas mediante la ecuación de Arrhenius o
modificaciones de la misma. Igualmente, los detalles más precisos de una reacción se
encuentran dados por el proceso elemental de una reacción química. La combinación
de todos los procesos elementales, que se denomina mecanismo de una reacción, nos
muestra exactamente la forma en que, en realidad, se lleva á cabo una reacción quí-
mica. Si comprendemos cómo se lleva a cabo una reacción química, conseguimos
una amplia visión sobre la manera en que reaccionan los compuestos químicos y se
nos proporciona apoyo para saber controlar dicha reacción. Finalmente, estamos en
posibilidad de aplicar algunas ideas teóricas básicas a procesos elementales y, de
acuerdo con nuestros conocimientos de termodinámica estadística, calcular las cons-
tantes de velocidad de reacciones simples.
E JERC » C i O S D I L C A P í T U L O 20
20.2 Rapideces y leyes de rapidez (Una reacción/demostración química clásica, que recibe el nom-
bre de reacción de control de yodo, se mide normalmente de es-
20.1 Escriba tres fórmulas de rapidez adicionales, como la
ta manera.)
ecuación 20.5, utilizando la definición de las rapideces a partir
de las ecuaciones 20.3 y 20.4. 20.8 Cierto investigador determinó la ley de rapidez
20.2 La reacción de oxidación y reducción entre el metal de rapidez = k - [A]2
hierro y los iones de permanganato acuoso en solución acida es
para una reacción química simple. Si la ley fue de 2.44 x
16H+ (ac) + 5Fe (s) + 2Mn(Xf (ac) > 10~4 M/s cuando [A] era de 0.167 M, ¿cuál sería [A] cuando la
2Mn+2 (ac) + 5Fe2+ + 4H2O (€) rapidez de la reacción corresponda a 1.55 x 10~6 M/s?
A cierta temperatura, la reacción se lleva a cabo con una rapi-
20.9 ¿Cuáles deben ser las unidades de k para la siguiente ley
dez en la que 1.00 milimol de H+ se consume en 2 minutos,
de rapidez?
33.8 segundos. ¿Cuál es la rapidez (invariable) de esta reacción
en unidades de moles por segundo? rapidez = k - [A]2[B]2
20.3 La reacción de oxidación y reducción entre el hierro metá-
lico y los iones del permanganato acuoso en solución acida es 20.3 Características de las leyes de rapidez
+
16H (ac) + 5Fe (s) + 2MnO4~ (ac) >
20.10 Deduzca la ecuación 20.15.
2Mn+2 (ac) + 5Fe2+ + 4H2O (€)
A cierta temperatura, la reacción se lleva a cabo con una rapi- 20.11 Explique por qué la gráfica de [A]f en función del tiem-
dez en la que 1.00 milimol de H+ se consume en 2 minutos, po, como sugeriría la ecuación 20.15, no daría como resultado
33.8 segundos. ¿Cuál es la rapidez de esta reacción en unida- la gráfica de una recta para una reacción de primer orden.
des de moles de cada reactivo por segundo y moles de cada 20.12 Como buena aproximación, el enfriamiento de un cuer-
producto por segundo? ¿Cómo difieren estas respuestas de la po caliente a temperatura ambiente se rige por una cinética de
respuesta del problema anterior? primer orden. (Sin embargo, en este caso la unidad que cambia
20.4 Considere la reacción química corresponde a los kelvins, no a la molaridad. Esta ¡dea se cono-
ce con el nombre de ley de enfriamiento de Newton.) Si la cons-
A + B+ C > productos
tante de rapidez para un cuerpo es de 0.0344 s"1, ¿cuánto le
Determine el orden con respecto a A, B y C y construya la ley de llevaría a un trozo de materia pasar de 1000 a 298 K?
rapidez completa (incluyendo el valor de la constante de la ley
20.13 Suponga que la descomposición térmica del óxido de
de la rapidez) a partir de los siguientes datos experimentales:
mercurio, HgO, se rige por una cinética de primer orden. Ésta
se puede obedecer por medio de la producción de gas oxíge-
Rapidez inicial (M/s) [A] [B] [C]
no como producto:
6.76 X 10~6 0.550 0.200 1.15
9.82 X 10"7 0.210 0.200 1.15 2HgO(s) > 2Hg (€) + O2 (g)
6
1.68 X 10~ 0.210 0.333 1.15 A cierta temperatura, k = 6.02 x 10~4 s"1. Si había al principio
9.84 x 1(T7 0.210 0.200 1.77 1.00 gramo de HgO, ¿cuánto tiempo tardará en producirse:
a) 1.00 mL de O2 (g) a STP; b) 10.0 mL de O2 (g) a STP (STP =
20.5 Explique por qué una especie podría formar parte de temperatura y presión estándares para un gas)?
una ley de rapidez, pero no de una reacción química balan- 20.14 Suponga que la descomposición térmica del óxido de
ceada. mercurio, HgO, se rige por una cinética de segundo orden con
20.6 Considere el ejemplo 20.2 y explique por qué puede ob- el mismo valor numérico del ejercicio 20.13 para k (pero
tenerse información útil comparando el primero y el segundo con distintas unidades). Responda los incisos a y b anteriores
conjunto de datos. bajo dicha suposición. Compare las respuestas con las del ejer-
cicio anterior.
20.7 Los experimentos de leyes de rapidez no siempre pro-
porcionan datos en forma de rapidez en moles por segundo. 20.15 Deduzca la ecuación 20.20 a partir de la ecuación 20.19.
Algunos de ellos indican la cantidad de tiempo necesaria para
20.16 Deduzca la ecuación 20.22.
que una reacción se lleve a cabo hasta cierto punto. Cuanto
mayor sea la rapidez, tanto menor el tiempo necesario. En el 20.17 a) Escriba una ley de rapidez y una ley de rapidez inte-
caso de los siguientes datos, suponga que el tiempo dado co- grada para una reacción química que se rige por una cinética
rresponde a una reacción de 0.10 M de A. Determine la ley de de tercer orden en uno de los reactivos, b) ¿Qué tendría usted
rapidez completa para la reacción A + B —> productos. que graficar con el fin de obtener una recta en el caso de una
reacción que se rige por una cinética de tercer orden?
Tiempo consumido (s) [A] [B] 20.18 Deduzca una expresión para la vida media de: a) una
36.8 0.20 0.40 reacción de tercer orden; b) una reacción cuyo orden es de -1;
25.0 0.20 0.60 c) una reacción cuyo orden es de \ (en estos dos casos, los
10.0 0.50 0.60 ejemplos son poco comunes, pero conocidos).
20.39 Encuentre formas límite de las ecuaciones 20.47 para: Na + CH3CI > NaCI + CH3-
a) *! » k2; b) ^ « k2. la probabilidad de la reacción depende de la orientación de la
molécula de cloruro de metilo respecto al átomo de sodio. Su-
20.6 Dependencia de la temperatura giera una posible geometría de interacción que tome en cuen-
20.40 Exprese la ecuación 20.48 como si se refiriera a una ta este resultado. ¿Por qué la probabilidad de la reacción no
gráfica. ¿Qué se está graficando y qué representa la expresión depende de la orientación del otro reactivo?
-(ArcnH)/K? 20.49 Los procesos químicos activados por fotones también
20.41 El óxido nitroso, N2O, puede descomponerse térmica- se comprenden mediante los conceptos cinéticos menciona-
mente. Se determinaron los siguientes valores de la constante dos en este capítulo. La química de la visión es un ejemplo. El
de la rapidez k (S. K. Ross et al, \. Phys. Chem. A, 1997, 101: mecanismo normalmente aceptado para la visión implica un
1104) con las siguientes temperaturas: compuesto denominado rodopsina, compuesta de una mo-
lécula de proteína (opsina) unida a una molécula de polieno
k [cm3/(molécula segundo)] T (K) coloreada que se llama c/sretina. (La c/sretina está relacionada
químicamente con una clase de moléculas denominadas caro-
6.79 X 1(T16 2056
tenos, que son compuestos sumamente coloreados responsa-
8.38 x 1(T16 2095 bles de los colores de las zanahorias y los tomates. El consumo
1.03 X 1(T15 2132 de zanahorias ayuda a la visión, en particular cuando la luz es
1.39 X 10~15 2173 baja.) El proceso de visión comienza cuando la c/sretina absor-
be un fotón y se isomeriza con respecto a uno de sus enlaces
¿Obedece esta reacción la ecuación de Arrhenius? ¿Cuál es el dobles para formar la framretina:
factor preexponencial calculado? hv
20.42 Deduzca la ecuación 20.54 a partir de la ecuación c/sretina » íransretina
20.53. Esté consciente de la parte de 1/T del denominador en La reacción resulta favorable energéticamente; la energía del
la derivada. fotón es aparentemente necesaria sólo para vencer una barre-
20.43 Una regla empírica indica que una reacción química ra de energía de activación.
duplica su rapidez cada 10° de temperatura absoluta a partir a) El fotón de mínima energía que se considera luz visible tie-
de la temperatura ambiente (nominalmente de 295 K). Si esto ne una longitud de onda de 750 nm. ¿Cuál es la energía de ac-
es estrictamente verdadero, ¿cuál es la energía de activación de tivación de la reacción de isomerización?
la reacción química? b) Si la constante de la rapidez a 37 °C es de 3 x 1011 s~\ ¿cuál
20.44 A la temperatura ambiente (22 °C), la constante de ra- es el factor preexponencial A para esta reacción?
pidez para la transferencia del protón entre moléculas de agua c) Los peces de los hielos de la región antartica viven en aguas
en disolución es aproximadamente de 1 x 1011 s"1, la cual es del hemisferio sur que alcanzan los -2 °C. Suponiendo que es-
una de las más rápidas reacciones conocidas. Si la energía de te proceso químico es el mismo en el ojo de un pez de los hie-
activación de este proceso es igual a la mitad de la fuerza
los, ¿cuál es valor de k a esta temperatura?
de enlace del O-H de 498 kj/mol, ¿cuál es el factor preexpo-
nencial A para esta reacción? 20.50 Se sabe que el óxido nítrico, NO, descompone el ozo-
no, O3, por medio de la siguiente reacción bimolecular:
20.45 Recientemente, los investigadores que estudian la ci-
nética de las reacciones de átomos metálicos con pequeñas NO (g) + 03 (g) > N02 (g) + O2 (g)
728 Ejercicios del capítulo 20
Si la energía de activación de esta reacción es de 10.5 kj/mol y En el mecanismo, O3* se refiere a una molécula de ozono en
el factor preexponencial es de 7.9 x 1011 cm3/(mol-s), a) ¿cuál algún estado excitado energéticamente, la cual puede reac-
es la constante de rapidez de esta reacción a 298 K? b) Si cionar en forma espontánea para formar átomos de O2 y O.
la concentración de ozono fuera de 5.4 x 10~12 mol/cm3 y la Determine la ley de rapidez del mecanismo propuesto en tér-
concentración de NO de 2.0 x 10~12 mol/cm3 (condiciones minos del O3 y M, si la segunda etapa es la etapa de determi-
que podrían existir en un área muy contaminada), ¿cuál es la nación de la rapidez. ¿Se elevará o reducirá la rapidez de la
rapidez de esta reacción? reacción en caso de que se añada un gas inerte como el Ar a
una muestra de ozono?
20.7 y 20.8 Mecanismos y estados estacionarios 20.59 Demuestre que la ecuación 20.68 es equivalente a la
20.51 a) Sugiera un mecanismo para la bromación del etano: ecuación 20.64.
Br2 + CH3CH3 > CH3CH2Br + HBr 20.60 La anhidrasa carbónica, enzima cuyo sustrato es el CO2,
b) ¿Esperaría que esta reacción se acelerara o se llevara a cabo tiene una /Cde 12 mM. Cuando la concentración del CO2 es de
más lentamente que la cloruración del metano? (Sugerencia: 1.4 x 10"4 M, la rapidez de la reacción entre la anhidrasa car-
considere las fuerzas de los enlaces implicadas en las etapas ini- bónica y el CO2 es de 2.72 x 10~7 mol/s, y cuando la concen-
tración del CO2 es de 2.2 x 10~4 M, la rapidez corresponde a
ciales del mecanismo.)
4.03 x 10~7 mol/s. Si la reacción sigue la cinética de Michaelis-
20.52 Deduzca la ecuación 20.62. Menten, ¿cuál es el valor de V para esta reacción?
20.53 Explique por qué el análisis de una "reacción consecu-
tiva" no sería adecuado en el caso de un mecanismo en que la 20.61 Demuestre que otra forma de la ecuación de Michae-
segunda etapa es la RDS. Es decir, ¿por qué en este caso no po- lis-Menten es
demos escribir dicho mecanismo en términos de A -> B -^ C?
20.54 Determine la ley de rapidez de la cloruración del meta-
no suponiendo que la primera etapa es la determinación de la
20.62 Cuando [S] = K, ¿cuál es el valor de la rapidez de una
rapidez.
reacción que se rige por una cinética de Michaelis-Menten?
20.55 Determine una ley de rapidez para la cloruración del Considerando la respuesta, ¿qué uso piensa que podría tener?
metano suponiendo que la segunda etapa corresponde a la de-
terminación de la rapidez y que la primera etapa puede consi-
derarse por medio de una aproximación del estado estacionario.
20.9 Reacciones en cadena y oscilantes
¿Cuál es la diferencia entre la respuesta de este apartado y la del
20.63 La mayoría de las reacciones de halogenación de los hi-
ejercicio anterior?
drocarburos se llevan a cabo mediante un mecanismo de reac-
20.56 Un mecanismo propuesto para la cloruración del meta- ción en cadena de radicales libres. De los halógenos CI2, Br2 e
no en fase gaseosa es I2, ¿qué reacción de inicio debería llevarse a cabo con mayor
facilidad? Explique su respuesta.
20.64 La reacción de radicales libres H2 + I- —» HI + H- posee
un factor preexponencial de 2.4 x 1011 M"1-5"1 y una energía
de activación de 142 kj/mol. Prediga su constante de rapidez a
400 K.
y así sucesivamente
Suponga que la primera etapa es la RDS. ¿Cuál es la ley de la ra- 20.65 La pirólisis incluye compuestos caloríficos, que descom-
pidez esperada en términos de los reactivos originales, CI2 y pone en moléculas más pequeñas y normalmente implica
CH4? ¿Cómo determinaría usted si este mecanismo podría ser reacciones en cadena de radicales libres. La pirólisis de las
correcto en potencia (o, con relación a dicho asunto, poten- fracciones de aceite crudo es un método común para formar
cialmente incorrecto)? hidrocarburos más pequeños a partir de cadenas largas de hi-
drocarburos. La pirólisis del etano, C2H6, forma los gases de
20.57 Considere el mecanismo propuesto en el problema an- etileno e hidrógeno (C2H4 y H2) como productos primarios.
terior. Ahora suponga que la segunda etapa es la RDS. Utilice la Sugiera un mecanismo para esta reacción pilórica, identifican-
aproximación del estado estacionario para determinar una ley do a las reacciones como etapas de inicio, propagación y ter-
de rapidez en términos de los reactivos originales. En estas con- minación.
diciones, ¿cómo determinaría si este mecanismo es correcto?
20.58 Con el fin de que se lleven a cabo, muchas reacciones 20.66 Las reacciones de fisión nuclear también pueden llevar-
en fase gaseosa requieren algún cuerpo inerte, normalmente se a cabo por medio de una reacción en cadena. Considere una
representado por M, para absorber o desprender energía en reacción de fisión nuclear ideal como la siguiente:
una colisión. En la descomposición espontánea del ozono, O3,
podemos sugerir el mecanismo
Sugiera condiciones bajo las que esta reacción no se lleva a ca-
bo, las condiciones en las que se mantiene como una reacción
en cadena y las condiciones para las que ocurre una ramifica-
ción significativa (que termina en explosión).
20.67 Identifique los procesos elementales para la reacción
para la reacción general
entre el H2 y el O2 (véase la sección 20.7) como reacciones de
inicio, de propagación, de ramificación o de terminación.
20
21.1 Sinopsis
21.2 Tipos de sólidos
213 Cristales y celdas
unitarias
21.4 Densidades
R
21.5 Determinación de
estructuras cristalinas esulta curioso que la fisicoquímica elemental pueda describir un modelo de la fase
21.6 índices de Miller gaseosa basado en moléculas (desde las diversas leyes de los gases hasta la teoría ci-
nética de los mismos) y de la fase sólida, pero no de la fase líquida. En uno de los ex-
21.7 Racionalización
tremos, el comportamiento de las partículas de gas es tan independiente y aleatorio que
de celdas unitarias
podemos describir sus comportamientos estadísticamente. En el otro extremo, el sólido
21.8 Energías reticulares cristalino, las partículas individuales (sean átomos, iones o moléculas) se distribuyen de
de cristales iónicos manera regular, que no se requieren muchos conocimientos para describir el sólido
21.9 Defectos cristalinos completo. La fase líquida no tiene ninguna de estas ventajas, así que su descripción no
y semiconductores resulta tan simple y se considera fuera de los objetivos de este libro. (En algunos aspec-
21.10 Resumen tos, esto resulta poco afortunado, ya que muchos procesos de importancia para noso-
tros, como los procesos biológicos de la vida, se llevan a cabo en la fase líquida.)
Como consecuencia de la regularidad en un sólido bien ordenado, podemos des-
cribir matemáticamente su estructura, propiedades y comportamientos. Este hecho
enlaza el estudio de la fase sólida con la fisicoquímica: podemos modelar nuestro en-
tendimiento del estado sólido. Eso es lo que la fisicoquímica hace: proporciona mode-
los para entender la materia. Puesto que gran parte de la materia se encuentra —o
puede encontrarse— en estado sólido, un modelo para entender la fase sólida resulta
de utilidad, como es útil contar con un modelo para la fase gaseosa. En este capítulo se
introducen algunos conceptos para entender la fase sólida.
21.1 Sinopsis
Primero consideraremos los tipos generales de sólidos. Muchos sólidos no existen
en forma de distribuciones aleatorias de átomos y moléculas. Algunos lo hacen, pero
nos concentraremos en los que se presentan como distribuciones regulares de átomos
o moléculas. Veremos que sólo hay unas cuantas posibilidades para dichas distribucio-
nes regulares, denominadas cristales. Primero describiremos dichas formas posibles.
Resulta que la regularidad de los cristales puede describirse por medio de un arreglo
muy pequeño de átomos y moléculas; este arreglo muy pequeño, repetido muchas ve-
ces en tres dimensiones, nos dice mucho acerca de las propiedades del sólido.
¿Cómo determinamos dichos arreglos regulares? Como en el caso de la espectros-
copia, podemos aplicar la radiación electromagnética para hacer una investigación.
Pero, más que absorber o emitir radiación, los sólidos cristalinos pueden difractar ra-
731
732 C A P I T U L O 21 Estado sólido: cristales
diación bajo ciertas condiciones que dicta la estructura del cristal, y existe una regla
simple que relaciona el efecto de difracción con la estructura cristalina.
También veremos que el tipo de cristal que cierto compuesto forma no necesaria-
mente es arbitrario, que existe una energía reconocible de interacción entre los com-
ponentes de ciertos cristales, que los cristales no son perfectos y que la sociedad, en
realidad, aprovecha dichas imperfecciones de manera considerable.
Figura 21.4 Una celda unitaria es la parte más Figura 21.5 El traslado de la celda unitaria a
pequeña de un cristal que, al repetirse en todas las posiciones adyacentes permite comenzar a formar
direcciones, reproduce el cristal completo. En este todo el cristal. Aunque este diagrama muestra tras-
caso, la celda unitaria posee un átomo oscuro en el laciones a dos posiciones adyacentes exclusiva-
centro y forma un sector cuadrangular con los cua- mente, las traslaciones adicionales, a fin de cuentas,
tro átomos de las esquinas. permiten formar el cristal bidimensional completo.
Las celdas unitarias reales hacen lo mismo, pero en
tres dimensiones.
734 C A P Í T U L O 21 Estado sólido: cristales
gura 21.6 se consideran las celdas unitarias; las dos celdas inferiores de la figura 21.6
no se consideran celdas unitarias adecuadas.
La figura 21.7 muestra dos posibles celdas unitarias para un cristal iónico muy
simple, CsCl. De nuevo, observemos que las esquinas de la celda unitaria contienen
sólo parte del átomo en dicha esquina. En la figura 21.7a, cada esquina contiene \ d
un átomo de cesio. En conjunto, las ocho esquinas de la celda unitaria dan 8 X ^ = 1
átomo de Cs por celda, y un solo átomo de cloro se encuentra en el centro de la cel-
da. Esto da como resultado una razón 1:1 de átomos de Cs y átomos de Cl en el com-
puesto, lo cual concuerda con la razón de átomos en la fórmula del CsCl. En la figura
Figura 21.6 Otras posibles celdas uni-
21.7b, los átomos de cloro constituyen las esquinas, pero un examen de las celdas uni-
tarias. Sin embargo, por convención se con- tarias muestra que esta celda unitaria también es consistente con la fórmula del CsCl.
sidera como la verdadera celda unitaria a la La figura 21.7 ilustra un aspecto importante en la determinación de la celda uni-
menor parte reproducible del cristal. La cel- taria: las mismas especies que normalmente se encuentran en las esquinas, como ve-
da unitaria superior es una celda unitaria remos en breve, también se pueden localizar en otras posiciones. Esto es necesario, de
verdadera (compare con la celda untaría de
la figura 21.4); las dos celdas inferiores no
tal manera que, cuando la celda unitaria se propague en tres dimensiones, los átomos
lo son. parciales en las esquinas puedan combinarse para formar los átomos completos que
conforman el cristal macroscópico. La traslación de la celda unitaria en la figura 21.5
muestra que, si el mismo átomo no se encontrara en todas las esquinas, la celda uni-
taria no tendría sentido como cristal multidimensional. Esta idea es válida, ya sea que
hablemos de simples cristales iónicos, como el CsCl, o cristales moleculares más com-
plicados, como el naftaleno cristalino, C8H10. Con el fin de definir una celda unitaria,
la misma especie en la misma orientación (en el caso de las moléculas) debe estar pre-
sente en las esquinas.
La misma especie (átomo, ion o molécula) también puede estar presente en otras
ubicaciones con respecto a la celda unitaria, y pueden encontrarse a distintas distan-
cias y ángulos, dependiendo de la dimensión. Por ejemplo, el CsCl tiene una celda
unitaria muy simple, la cual se puede ilustrar como una estructura cúbica; otros com-
puestos no se describen tan simplemente. Es posible demostrar que sólo hay 14 ma-
neras de describir la forma en que especies similares (como los iones de Cs+ o el Cl~)
se distribuirán en el espacio tridimensional. Estas 14 estructuras pueden agruparse en
siete sistemas, dependiendo de sus elementos de simetría; dentro de cada sistema
puede haber variaciones en la apariencia de átomos, iones y moléculas en ciertas po-
siciones dentro de la celda unitaria.
Primero nos concentraremos en los siete sistemas; estos aparecen en la tabla 21.1.
Desde una perspectiva espacial, definimos los sistemas en términos de las dimensio-
nes de la celda unitaria, indicadas mediante a, b y c (donde, por convención, a < b <
c) y de los ángulos que estas dimensiones forman entre sí, los cuales se indican me-
diante oiy fj y y. (De nuevo, por convención, a es el ángulo entre b y c; (5 es el ángulo
Figura 21.7 Dos posibles celdas unita- entre a y c, y 7, el ángulo entre a y b; véase la figura 21.8.) El sistema cristalino más
rias para el CsCl. Cualquiera se puede con-
siderar una celda unitaria correcta.
simple se tiene cuando todas las dimensiones son iguales y los ángulos son de 90°. Es-
to define el sistema cristalino cúbico y se ejemplifica con el CsCl (véase la figura 21.7).
Existen más sistemas en los que los ángulos todavía son de 90°, pero una de las di-
mensiones de la celda unitaria es diferente de las otras dos (tetragonal) o todas las
dimensiones de la celda unitaria son diferentes (ortorrómbica).
Ahora consideraremos sistemas en que los ángulos entre a, by c no son todos de 90°.
Para este conjunto, comenzamos con el caso menos restringido. Si todos los paráme-
tros de distancia y ángulo son diferentes, el cristal es tridínico. Si dos de los ángulos
miden 90° y el otro no, entonces el cristal se considera monodínico. Si las tres dimensio-
nes de la celda unitaria son las mismas (a= b = c) y los ángulos son los mismos, aun-
que no de 90°, entonces el cristal se denomina trigonal o rombohédrico. Y, por último,
algunos cristales poseen una simetría sextuple y reciben el nombre de hexagonales.
Finalmente, dentro de algunos sistemas hay subsistemas que tienen átomos, iones
o moléculas adicionales. Estos subsistemas sólo difieren en que tienen especies que
generalmente ocupan una esquina o vértice en otras partes de la celda unitaria, como
los lados o el centro de la misma. La tabla 21.2 contiene estos detalles y la figura 21.9
de la página siguiente muestra ejemplos de posibles estructuras cristalinas adiciona-
les cúbicas, tetragonales, ortorrómbicas y monoclínicas. Estas 14 posibles estructuras
cristalinas reciben el nombre de redes de Bravais, en honor del científico francés Au-
guste Bravais (1811-1863), quien fue el primero en describirlas en 1848.
El sistema cristalino cúbico, por ejemplo, se encuentra dividido en tres redes de
Bravais, dependiendo de si la celda unitaria sólo tiene especies en los vértices (simple
o cúbica primitiva); las tiene en los vértices y en el centro de la celda unitaria (cúbica
centrada en el cuerpo); o las tiene en las caras de la celda unitaria (cúbica centrada en
las caras). Observe que, en el caso del sistema cúbico centrado en el cuerpo, la espe-
cie (átomo, ion o molécula) en el centro contribuye con un miembro completo a la
estequiometría de la celda, y los átomos, iones o moléculas en las caras de la celda
unitaria contribuyen \ de un miembro cada uno. (Recordemos que cada una de las
especies en los vértices contribuyen \ de miembro.) En el caso de las celdas unita-
rias centradas en las caras, las especies de la cara contribuyen, en total, \ X 6 = 3
miembros a la estequiometría de la celda unitaria.
El sistema tetragonal también puede contar con especies en el centro de la celda uni-
taria. Los cristales ortorrómbicos pueden tener especies en el centro (centrada en el
cuerpo), en todas las caras (centrados en las caras), sólo en caras opuestas (extremo
centrado) o sólo en los vértices (primitivo). Las celdas unitarias monoclínicas pueden
ser, ya sea primitivas o de extremo centrado, con especies en un conjunto de caras
opuestas. Las celdas unitarias triclínicas, hexagonales y trigonales son sólo primitivas.
La tabla 21.2 también incluye otra nomenclatura normalizada para indicar los ti-
pos de redes de Bravais. Por lo general, la letra P se emplea para representar una red
primitiva; I, para representar las redes centradas en el cuerpo; F, para representar las
redes centradas en las caras, y C para las redes de extremo centradas.
736 C A P Í T U L O 21 Estado sólido: cristales
Podría parecer que 14 redes no son suficientes para describir las posibles estruc-
turas de cristales que existen. Sin embargo, éstas abarcan todas las posibilidades. Por
su misma definición, un cristal tiene simetría específica tridimensional y estos 14
tipos de redes abarcan todas las posibles estructuras de simetría tridimensional.
Asimismo, si añadiéramos un átomo al centro o a la cara de una red con el fin de de-
finir una nueva red de Bravais, formaríamos un cristal cuya verdadera red de Bravais
puede describirse por medio de una celda unitaria diferente (y normalmente más pe-
queña), que sería una de las 14 redes descritas.
21.3 Cristales y celdas unitarias 737
Ejemplo 21.1
La figura 21.10 muestra una celda unitaria para el NaCl, otro cristal iónico simple.
a) Identifique la red de Bravais para el NaCl.
b) Determine la estequiometría de la celda unitaria. ¿Concuerda ésta con la fórmu-
la de este compuesto?
Solución
a) Primero deberíamos verificar que la misma especie se encuentre en todos los vér-
Figura 21.10 Celda unitaria para el
tices. Si revisamos la figura 21.10, vemos que hay iones de Cl~ en todos los vértices.
cloruro de sodio, NaCl (véase el ejemplo (¡Éste es un punto que mucha gente no entiende cuando se intenta definir la celda
21.1). unitaria para un cristal!) A continuación, intentamos identificar iones de Cl~ en
otros puntos de la celda unitaria. Iones de Cl~ también se localizan en las seis caras
de la celda unitaria. Por consiguiente, asignaríamos al NaCl una red cúbica de Bra-
vais centrada en las caras.
b) Los vértices contribuyen \ X 8 = 1 átomo de Cl, en total, a la fórmula del com-
puesto, y las caras contribuyen { X 6 = 3 átomos de Cl. Un ion de Na+ se encuen-
tra en el centro de la celda unitaria y en cada vértice de dicha celda unitaria un ion
de Na+ contribuye \ del átomo a la celda unitaria. (¿Ve esto el lector? Consulte la fi-
gura 21.10 y muestre que solo \ de cada ion de Na+ en realidad se encuentra en di-
cha celda unitaria.) Por consiguiente, los 12 iones de Na+ en los vértices contribuyen
\ X 12 = 3 sodios. Si se añade el ion de Na+ en el centro, obtenemos un total de 4
iones de Na+ en la celda unitaria. Si consideramos juntas las contribuciones del Na
y el Cl, tenemos una estequiometría de Na4Cl4, que en una razón mínima se reduce
a NaCl: la fórmula esperada para el cloruro de sodio. (Nota: los lectores que sólo
lean este párrafo y que no consulten en realidad la figura 21.10 ni hagan observa-
ciones propias, no habrán aprendido nada de este ejemplo.)
Ejemplo 21.2
Explique por qué la celda unitaria del CsCl se considera cúbica simple y no cúbica
centrada en el cuerpo, a pesar de tener un átomo en el centro. Consulte la figura
21.7, la cual incluye la celda unitaria del CsCl.
Solución
La identificación de una celda unitaria requiere que la misma especie —sea átomo,
ion o molécula— se encuentre presente en las posiciones adecuadas de la celda uni-
taria. En el caso del CsCl, hay iones de Cs+ en los vértices, lo cual constituye el re-
Figura 21.11 Dos diferentes formas de quisito mínimo para cualquier celda unitaria, pero no de Cs+ en el centro (se trata
obtener el empaquetamiento más eficien- de un ion CT). Por consiguiente, la presencia del ion Cl~ no contribuye a la deter-
te de átomos esféricos, a) Si se utiliza la
capa de la parte inferior como base, la se-
minación del tipo de celda unitaria, y la red de Bravais se identifica como una red
gunda capa de átomos se ubica en la in- cúbica simple y no como una red cúbica centrada en el cuerpo.
clinación formada por los tres átomos
adyacentes de la base. En la tercera capa,
los átomos se encuentran en las inclinacio- Dos redes cristalinas merecen mención especial. Consideremos un cristal monoa-
nes creadas por la segunda capa, pero tam-
bién se encuentran exactamente sobre los tómico compuesto de átomos de las mismas dimensiones. ¿Cuál es la forma espacial
átomos de la primera capa. Éste es el pa- más eficiente de crear con ellos un cristal? La figura 21.11 muestra dos diferentes
trón ABAB. . . de empaquetamiento com- formas de colocar átomos de la manera más eficiente. Sobre la capa inferior de cada
pacto, b) En este caso, los átomos en la diagrama, los átomos forman una red estética y regular. La siguiente capa próxima a
tercera capa no se encuentran exactamente
la parte inferior se localiza en la inclinación natural creada por los tres átomos adya-
por encima de los átomos de la primera ca-
pa, sino en diferentes posiciones relativas. centes de la fila inferior separada en triángulo.
Éste es el patrón ABCABC... de empaque- En el caso de la tercera capa hay una elección. Por un lado y, quizás, la elección más
tamiento compacto. fácil de ilustrar, los átomos en la tercera capa pueden colocarse directamente sobre los
738 C A P I T U L O 21 Estado sólido: cristales
átomos en la primera capa, como lo muestra la figura 21.11a. Puede continuarse con
la formación del cristal repitiendo cada posición de las capas consecuentemente. Si la
primera capa se denota mediante A y la segunda mediante B, podemos indicar la for-
mación de este cristal alternando las capas de A, B, A, B,...
Por otra parte, la tercera capa de átomos podría colocarse en posiciones distintas
de la capa A o B; esto aparece en la figura 21.1 Ib y la capa normalmente se identifica
como la capa C. En este cristal, las capas alternantes pueden ordenarse de la siguien-
te manera: A, B, C, A, B, C,...
Ambas estructuras constituyen las formas espaciales más eficientes de empaquetar
átomos, iones o moléculas. La figura 21.12a muestra que la forma ABAB de un cris-
tal tiene una red de Bravais hexagonal. La forma ABCABC... del cristal tiene una red
de Bravais cúbica centrada en las caras (véase la figura 21.12b). Ambas redes cristali-
nas representan la forma espacial más eficiente del cristal, más de 50 de los elemen-
tos> de los gases nobles a los metales, en sus formas sólidas, tienen redes cristalinas
hexagonales o cúbicas centradas en las caras. A consecuencia de la eficiencia de la red
cristalina hexagonal, a veces ésta recibe el nombre de red hexagonal de empaqueta-
miento compacto (o hcp> por sus siglas en inglés).
Estas estructuras' cristalinas, que son eficientes en términos espaciales, también se
presentan en el mundo real de los cuerpos macroscópicos. Por ejemplo, las pilas de
pelotas de golf, balones de baloncesto o pelotas de béisbol se asemejan a una estruc-
(b) tura hcp o estructura cúbica centrada en las caras. En las tiendas de comestibles, las
Figura 21.12 a) Celda unitaria hexa-4 frutas o verduras aproximadamente redondas (como las naranjas, manzanas, peras,
gonal para el patrón ABAB. . . de empa- cítricos) pueden acomodarse en forma de empaquetamiento compacto. La figura
quetamiento compacto, b) Celda unitaria 21.13 muestra un ejemplo. Este arreglo se emplea por su estabilidad y, de nuevo, por
cúbica centrada en las caras para el patrón su uso eficiente del espacio.
ABCABC . . . de empaquetamiento com-
pacto.
21.4 Densidades
El conocimiento de la designación de la red cristalina de un cristal implica que cono-
cemos cuántas moléculas hay en la celda unitaria. Si tenemos los parámetros de la cel-
da unitaria (es decir, los tres parámetros de distancia, a, b y c, y los tres parámetros
angulares, a, (3 y 7), podemos calcular la densidad del compuesto. La comparación
de la densidad calculada con una densidad determinada experimentalmente debería
arrojar el mismo valor. (De hecho, el acuerdo entre las densidades calculadas y las
densidades experimentales quizás fue un argumento de apoyo final —aunque inne-
cesario— para la teoría atómica de la materia.)
Recuerde que la densidad se define como la masa por unidad de volumen:
(21.1)
Figura 21.13 Los empaquetamientos
Normalmente, la densidad de los sólidos se expresa en unidades de gramos/mililitro,
compactos de sólidos se reproducen fácil-
mente mediante arreglos macroscópicos, que se abrevia g/mL; ya que un mililitro es igual a un centímetro cúbico, las densida-
como esta muestra de frutas. ¿Podría indi- des también se expresan normalmente en unidades de g/cm3. Sin embargo, una cel-
car el lector si este "cristal" tendrá una cel- da unitaria es muy pequeña: por lo general, del orden de angstroms por lado (donde
da unitaria cúbica hexagonal o centrada en 1 A. = 1 X 10"10 m). Asimismo, en una celda unitaria hemos considerado —normal
las caras? mente— un número reducido de átomos o moléculas por celda unitaria. Por lo tan-
to, la masa total de cualquier celda unitaria es muy reducida en sentido absoluto, del
orden de 10~26 a 10~27 kg. De hecho, es frecuente emplear la unidad de masa atómi-
ca, o urna, para describir masas de átomos y moléculas. La urna se define como
1 urna = 1.6605 X 10"27 kg (21.2)
Por consiguiente, en el caso de una celda unitaria, tenemos
21.4 Densidades 739
La ecuación 21.4 es general; el lector debe reconocer que, en el caso de algunas redes
cristalinas, dos o tres lados de la celda unitaria pueden tener la misma longitud, y tam-
bién es posible que dos o tres ángulos sean iguales (es decir, de 90°). Las definiciones
de los ángulos a, (3 y y con respecto a los lados de las redes deberían recordarse tam-
bién. En el caso de una celda unitaria con ángulos de 90°, la ecuación 21.4 se reduce a
volumen = a X b X c
como debe ser en el caso de un sólido rectángulo. Los ejemplos 21.3 y 21.4 mues-
tran cómo relacionar densidades macroscópicas e información microscópica.
Ejemplo 21.3
La plata sólida se presenta en forma de cristal cúbico centrado en las caras con a =
4.09 A. ¿Cuál es la densidad de la plata? Suponga que cada átomo de plata posee una
masa de 108 urna.
Solución
Primero debemos determinar el número de átomos de plata en una celda unitaria
cúbica centrada en las caras. Cada átomo de vértice contribuye \ de átomo a cada
celda unitaria. Hay ocho átomos de vértice, los cuales contribuyen con un total de
\ X 1 = 1 átomo de plata. Cada cara contribuye \ de átomo a cada celda unitaria. En
total, las seis caras de la red cúbica suman \ X 6 = 3 átomos de plata en cada celda
unitaria. Por consiguiente, cada celda tiene 3 + 1 = 4 átomos de plata por celda. Si
cada átomo de plata tiene una masa de 108 urna, entonces la masa total de cada cel-
da unitaria sería de cuatro átomos de plata:
La densidad medida de la plata es de 10.5 g/cm3, exactamente la misma (con tres ci-
fras significativas) que la densidad calculada.
740 C A P I T U L O 21 Estado sólido: cristales
Ejemplo 21.4
El nitrógeno sólido, N2, tiene una densidad de 1.026 g/cm3 a aproximadamente 20 K.
Si el nitrógeno sólido tiene una red cúbica con una longitud de 5.66 A, ¿qué clase de
red cúbica tiene el N2 sólido?
Solución
De la longitud de la red podemos determinar el volumen de la celda unitaria:
volumen = (5.66 A)3 = 181 A3
A partir de la densidad conocida (y unas cuantas conversiones de unidades), pode-
mos calcular ahora la cantidad de masa en cada celda unitaria:
o 4 moléculas de nitrógeno por celda unitaria (observe la forma en que las unida-
des se eliminan algebraicamente). Este tipo de red cúbica de Bravais con cuatro es-
pecies por celda unitaria es la red cúbica centrada en las caras, la cual posee \ d
especie en cada uno de los ocho vértices (1 molécula en total) y \ de especie en cad
una de las seis caras (3 moléculas en total) para dar un total de 4 moléculas por cel-
da unitaria. Por lo tanto, predecimos que el N2 sólido cuenta con una red cúbica
centrada en las caras.
Los dos ejemplos anteriores se valieron de cristales cúbicos, que resultan de fácil
visualización en virtud de que sus lados son perpendiculares. Los cristales no cúbicos
se tratan de forma similar.
(21.5)
(21.6)
2
La interferencia destructiva también puede presentarse entre reflexiones de diferentes planos
que se encuentran a una distancia de Á./2. Por ejemplo, en cristales cúbicos centrados en las caras,
algunas difracciones que satisfacen la ley de Bragg no se detectan a consecuencia de estas interfe-
rencias destructivas.
742 C A P Í T U L O 21 Estado sólido: cristales
longitud de onda de los rayos X que los de la figura 21.16b se difractará con un án-
gulo diferente porque ahora n es igual a 2: este fenómeno recibe el nombre de difrac-
ción de segundo orden. Existe, asimismo, una difracción de tercer orden (n = 3), una
difracción de cuarto orden (n = 4), etc. La difracción de primer orden normalmen-
te es la más evidente, aunque, dependiendo del cristal, la difracción de orden cero
(n — O, reflexión simple) también puede ser muy evidente.
Los siguientes ejemplos ilustran las aplicaciones de la ley de Bragg.
Ejemple 21.1
Una red simple tiene atoome seipor 2.11 A Sia La Diffraccies res
oe.
modsiodidemd
Figura 21.16 a) En un ángulo aleato-
rio, los rayos X, que se reflejan en las capas sosujfnm
secuenciales de átomos en un cristal, inter-
edoxkjjidsshjrios
fieren destructivamente para dar finalmen-
te como resultado una intensidad nula de ciososislk
rayos X. b) Si la relación entre el ángulo, la rtisnklfks,f
longitud de onda de rayos X y la separación Difckgmsif
entre capas de átomos es la correcta, hay un
número entero de longitudes de onda entre
la distancia que viajan los rayos X y se crea
una interferencia constructiva: ocurre una
difracción intensa de radiación X. La rela-
La única variable es el ángulo 9:
ción entre el ángulo, la longitud de onda de
los rayos X y la distancia interplanar d reci-
be el nombre de ecuación de Bragg. Esta
ecuación incluye la posibilidad de que pue-
da haber más de una longitud de onda en- De nuevo, note que las unidades A se cancelan algebraicamente. Así, tenemos
tre reflexiones adyacentes; se tra,ta del orden
de difracción.
Así que el ángulo en la figura 21.16b sería igual a 19.2° en este caso. En todos los de-
más ángulos tiene lugar la interferencia destructiva y prácticamente ninguna inten-
sidad de rayos X se difracta en forma detectable.
En el caso de la difracción de segundo orden, debemos emplear n = 2:
Una vez más, observamos que se cancelan las unidades. Si calculamos el seno inver-
so en ambos miembros, obtenemos
Ejemplo 21.6
Los rayos X monocromáticos con longitud de onda de 10.4 A se difractan preferen-
cialmente en un cristal con un ángulo de 25.5°.
a) Suponiendo que se trata de la difracción de primer orden, ¿cuál es la distancia in-
terplanar d entre los planos cristalinos?
b) ¿A qué ángulo se localizaría la difracción de segundo orden?
Solución
a) Si n = 1 (es decir, una difracción de primer orden), podemos formular la ley de
Bragg de la siguiente manera:
y la única incógnita de esta ecuación es d> la distancia interplanar entre los planos
cristalinos. Despejando d, obtenemos
Las funciones seno no pueden adoptar el valor de 1, así que un valor del seno de 1.289
resulta físicamente imposible. Esto muestra que el plano dado de átomos puede di-
fractar rayos X de 10.4 A sólo en el primero y segundo órdenes.
Aunque la ley de Bragg constituye el fundamento de la cristalografía experimen-
tal, su sencillez puede inducir a error. En el caso de la red cúbica más simple (como
muchas de los gases nobles sólidos), sólo un tipo de átomo puede formar un plano
que refracta rayos X. Consideremos un sólido cristalino molecular como el agua
(H2O): no sólo es el cristal más complicado a consecuencia de que es un sólido mo-
lecular, sino que cada átomo de la molécula puede utilizarse para definir una matriz
regular de átomos, que pueden actuar como plano de refracción. La difracción de ra-
744 C A P Í T U L O 21 Estado sólido: cristales
ces de Miller muestra que existen muchos posibles planos, lo cual sugiere que la cris-
talografía de los rayos X es algo compleja. En algunos casos lo es; pero los índices de
Miller proporcionan una manera de representar la forma en que los diferentes planos
del cristal pueden interactuar con la radiación.3
El plano (111) difractará los rayos X con una longitud de 1.99 A a un ángulo de
20.0°. Observe que esta longitud de onda es menor que el parámetro de red mismo.
Ésta es una consecuencia de la distancia interplanar d más corta que tienen los pla-
nos inclinados de los átomos en un cristal.
El ejemplo anterior debería destacar un punto importante: todos los planos de los
átomos o iones en un cristal pueden servir para difractar rayos X, no sólo los pla-
nos simples formados por los vértices de las celdas unitarias que se repiten. Esto su-
giere que la difracción de los rayos X en un cristal real puede ser muy compleja. Y lo
es. La figura 21.23 muestra la difracción de los rayos X en diversos compuestos sim-
Figura 21.23 Ejemplos de la difracción de rayos X en cristales en polvo. Cada franja constituye una
parte de la película fotográfica, que encierra en un círculo la muestra en polvo, la cual se expone sólo a
ciertos ángulos a los que se difractan los rayos X.
748 C A P Í T U L O 21 Estado sólido: cristales
pies en polvo que tienen varias redes de Bravais. Los diferentes planos con sus dife-
rentes índices de Miller difractan los rayos X a diferentes ángulos. (En la práctica, los
rayos X normalmente se encuentran muy cerca de ser monocromáticos, lo cual sig-
nifica que X es la misma en todas las difracciones. Sólo difieren las distancias inter-
planares d entre planos y los ángulos de difracción.) Aun en el caso de los cristales
simples, los patrones de difracción de rayos X son suficientemente complejos, de tal
forma que el análisis en computadora resulta útil.
Sin embargo, los ángulos de difracción de los rayos X pueden expresarse en térmi-
nos de los índices de Miller (que, después de todo, son múltiplos de las dimensiones
de la celda unitaria). Como se esperaría, la relación entre los índices de Miller y los
diversos planos de reflexión es la más simple en el caso de cristales cuyos ejes de la
celda unitaria son perpendiculares. Sin deducirla, la relación entre la distancia inter-
planar d y los índices de Miller de un plano de átomos es
(21.7)
(21.8)
Por consiguiente, la ecuación de Bragg para un cristal cúbico (en el caso de la difrac-
ción de primer orden, que normalmente es la más intensa) es
(21.9)
De tal modo, en cristales cúbicos, los ángulos de difracción de los rayos X monocro-
máticos son relativamente fáciles de predecir, ya que los mismos índices de Miller se
restringen a los números enteros en cristales cúbicos. Dependiendo de que el cristal
sea cúbico simple, cúbico centrado en las caras o cúbico centrado en el cuerpo, los
átomos en el cristal definen diferentes planos y, por ello, hay diferentes ángulos posi-
bles de difracción. Sin embargo, el patrón de posibles ángulos es característico del
tipo de cristal cúbico, a consecuencia de los posibles valores enteros de los índices de
Miller. La figura 21.24 muestra los patrones relativos de los rayos X difractados jun-
to con los índices de Miller de los planos de la celda unitaria que difractó la radiación.
Como los cristales cúbicos tienen difracciones relativamente simples de rayos X, es
frecuente expresar la ecuación 21.8 de las siguientes formas:
(21.10)
Figura 21.24 El patrón de rayos X di-
fractados es característico del tipo de celda Como hy k y € son números enteros, es fácil elaborar una tabla de sus posibles valo-
unitaria que tiene un cristal. En este caso
se ilustran los patrones que provocan las res y, por consiguiente, de los posibles valores de aid. Los cristales cuyas difracciones
tres redes cúbicas de Bravais en la difrac- de rayos X aparecen en estos valores relativos se identifican con facilidad como cris-
ción de los rayos X. En los tres, estamos su- tales cúbicos. La tabla 21.3 constituye una tabla de este tipo con fines de compara-
poniendo un parámetro de celda unitaria ción. Ocasionalmente, la interferencia destructiva debida a los rayos X difractados se
de 3.084 À y una longitud de onda de ra- encuentra exactamente a 180° fuera de fase, por lo que sólo ciertas combinaciones de
yos X de 1.542 A. Compare estos patrones
con las películas de la figura 21.23: ¿puede hy k y € aparecerán, dependiendo de que un cristal sea cúbico primitivo, centrado en
detectar alguna correspondencia entre las las caras o centrado en el cuerpo. Por lo tanto, el patrón de posibles índices de Miller
dos figuras? de planos que se refractan es específico en lo que se refiere al tipo de celda unitaria
21.6 índice de Miller 749
Tabla 213 Valores de (fefcl) y (h2 + fc2 + l2) que difractan rayos X en cristales cúbicos'
(kk£) (tf + fe2 + €2),sc (tf + ^ 4- €2),bcc (fe2 + fc2 + €2),fcc
100 1 — —
110 2 2 —
111 3 — 3
200 4 4 4
210 5 — —
2 1 1 6 6 —
220 8 8 8
300,221 9 — •—
310 10 10 —
311 11 — 11
222 12 12 12
320 13 — —
321 14 14 —
_m 16 16 16
Fuente: D. P. Shoemaker, C. W. Garland y J. W. Nibler, Experiments in Physical Chemistry, 6a. éd., Nueva York, McGraw-
Hill, 1996.
a
En el caso de cada conjunto de índices de Miller, si el valor (h2 + A2 + €2) se lista bajo cada clase de celda cúbica, en-
tonces ese plano de átomos difracta los rayos X. Una — indica que el plano no difracta rayos X (o experimenta la ex-
tinción). El patrón de rayos X difractados indica, por lo tanto, el tipo de celda unitaria cúbica de un cristal.
cúbica que tiene un cristal. (Para más detalles adicionales, consulte un texto de cris-
talografía.) La ecuación 21.10, la tabla 21.3 y la ley de Bragg se emplean en conjunto
para determinar las dimensiones y tipo de celda unitaria que tiene un cristal cúbico.
El siguiente ejemplo ilustra la forma de emplear estos tres recursos.
Ejemplo 21.9
Un cristal desconocido posee cierta celda unitaria cúbica. Las refracciones de rayos
X en una muestra en polvo se observan a los valores 0 de 13.7°, 15.9°, 22.8°, 27.0°,
28.3°, 33.2°, 36.6° y 37.8°. Si los rayos X tienen una longitud de onda de 1.5418 A,
determine lo siguiente:
a) Las distancias interplanares d para cada refracción
b) El tipo de celda unitaria cúbica
c) El parámetro de celda unitaria a (es decir, la longitud de la celda unitaria cúbica)
Solución
La tabla 21.3 indica que sólo ciertas combinaciones de índices de Miller son posi-
bles para los rayos X difractados. Llevaremos a cabo las siguientes etapas:
1. Aplicamos la ley de Bragg para calcular una distancia interplanar d para cada
ángulo de difracción.
2. Elevamos al cuadrado la distancia interplanar d y determinamos su inverso o re-
cíproco. Ahora tenemos 1/d2, pero aún no conocemos a o los índices de Miller.
3. Calculamos la razón entre las dos cantidades inversas más pequeñas.
4. Observamos las entradas de la tabla 21.3. Si la razón es de 0.5 (o ¿), puede tra-
tarse de un cristal cúbico primitivo o de uno centrado en el cuerpo. Para deter-
minar de cuál se trata, calculamos la razón de los valores séptimo y octavo de
l/d2. Si la razón es de 0.875 (o ^), se trata de un cristal cúbico centrado en el
cuerpo. Si la razón es de 0.889 (u f), se trata de un cristal cúbico simple.
5. Si la razón de las dos cantidades inversas mínimas es de 0.75 (o £), el cristal es
cúbico centrado en las caras.
750 C A P Í T U L O 21 Estado sólido: cristales
La tabla 21.3 indica que la primera difracción, que ocurre a 13.7°, debe tener los ín-
dices de Miller (111). Por consiguiente, sustituimos utilizando la distancia interpla-
nar d correspondiente de la tabla anterior:
definir un factor de dispersión fA para un átomo A como una forma de describir la ca-
pacidad de los átomos A para dispersar rayos X. Cuanto más alto sea el factor de dis-
persión, tanto mejor dispersará un átomo A de rayos X y, de esta manera, el rayo X
final difractado resultará más intenso. Como podría esperarse, en general los átomos
más grandes poseen factores de dispersión más altos que los átomos más pequeños. La
figura 21.25 muestra patrones de difracción para el NaCl y KC1 —dos compuestos muy
similares, pero con iones de diferentes tamaños y, consecuentemente, con diferentes
factores de dispersión—. Aunque las difracciones muestran un patrón de dispersión si-
milar, las intensidades de difracciones similares obviamente son diferentes.
La intensidad de una difracción particular de rayos X también depende parcial-
mente de los efectos de fase. Recordemos que la radiación electromagnética puede in-
terferir constructiva o destructivamente, como lo muestra la figura 21.16. En algunos
cristales en los que se espera que ocurra una difracción del plano de átomos, resulta
que la difracción de un plano adyacente contribuye con rayos X de la fase opuesta
exacta: el resultado es una interferencia destructiva completa y la intensidad de estas
difracciones esperadas es cero. Ésta es la razón de que los valores impares de la suma
(/z2 + k2 + € 2 ) se encuentren ausentes en el caso de celdas unitarias centradas en el
cuerpo (véase la tabla 21.3). En el caso de cristales compuestos de diferentes átomos
con factores de dispersión similares, puede haber interferencias destructivas acciden-
tales que reduzcan considerablemente la intensidad de una difracción esperada.
Concluimos esta sección sobre los índices de Miller introduciendo el uso conve-
niente de éstos. Nos gusta definir un cristal sólido como una distribución regular e
infinita de átomos o moléculas. Sin embargo, en realidad sabemos que la distribución
no es infinita; el cristal se detiene en algún punto: de hecho, termina en la superficie
del cristal. En muchos casos, la superficie de un cristal no sólo es una distribución
aleatoria de átomos o moléculas que forman una frontera microscópica áspera. En
muchos cristales, a lo largo de una gran área superficial (es decir, en una escala de na-
nómetros o micrómetros cuadrados) la superficie corresponde a un plano particular
de átomos o moléculas que puede describirse por medio de un conjunto particular de
índices de Miller. La figura 21.26 muestra ejemplos de algunas superficies cristalinas.
Cristales grandes con planos superficiales específicos pueden prepararse con cuida-
do, y la química que ocurre en la presencia de cada plano puede ser específica para
dicha superficie. Estudiaremos las superficies en el siguiente capítulo, donde los índi-
ces de Miller volverán a aparecer como una forma de especificar la distribución de
átomos sobre una superficie.
ten incluso diversos datos para iones poliatómicos. Aunque no es posible asignar un ra-
dio específico a los iones poliatómicos, puede calcularse un "radio iónico efectivo" a
partir de la cristalografía o determinaciones energéticas.
En el caso de los compuestos iónicos con una razón estequiométrica de 1:1 de ca-
tión a anión (como el NaCl, CsCl o MgO), las magnitudes relativas de los iones de-
terminan si el compuesto tendrá una de tres posibles celdas unitarias. Emplearemos
un índice para definir cada tipo de celda unitaria. La siguiente tabla resume esta ge-
neralización determinada experimentalmente, en la que la razón en la columna 1
determina las columnas 2 y 3:
menor
Razón del radio Celda unitaria índice
'mayor
La figura 21.28 muestra celdas unitarias típicas para estos cristales iónicos de 1:1.
Los nombres de las celdas unitarias se obtienen de compuestos comunes, que repre-
sentan la estructura de la celda unitaria general. La "blenda de zinc" es un nombre co-
mún del sulfuro de zinc, ZnS, que tiene la estructura típica de esta celda unitaria.
¿Cuál es la diferencia entre el cloruro de sodio y la estructura de la blenda de zinc?
Ambas son estructuras cúbicas centradas en las caras y tienen razones de 1:1 iones en
la fórmula iónica. No obstante, como se muestra en la figura 21.28, las posiciones
relativas de los iones en la celda unitaria son diferentes. En la estructura del cloruro
de sodio, los iones que no definen la celda unitaria (es decir, no en las esquinas o en
las caras) rodean los iones que definen la celda unitaria en las dimensiones x, y y z.
Si se extendiera la celda unitaria en cualquier dirección, se encontraría que cada ion
Figura 21.28 Celdas unitarias típicas posee seis iones con cargas opuestas a iguales distancias de éste. Una forma de esta-
de los cristales de cloruro de cesio, cloru- blecer este hecho consiste en que, en la estructura del cloruro de sodio, cada ion tie-
ro de sodio y blenda de zinc. ne un número de coordinación de 6.
Sin embargo, en la estructura de la blenda de zinc, estos otros iones se encuentran
en el cuerpo de la celda unitaria y no en los ejes perpendiculares entre sí. Aunque es-
to podría resultar difícil de ver, si se extiende la celda unitaria en cualquier dirección,
se puede demostrar que cada ion tiene cuatro iones con cargas opuestas a la misma
distancia, formando un tetraedro con respecto al ion original. En este caso, los iones
tienen un número de coordinación de 4.
En cualquiera de los casos, es fácil demostrar que la razón de los iones en la celda
unitaria es 1:1. Las dos posibles celdas unitarias centradas en las caras son consisten-
tes con la relación iónica 1:1 en la fórmula del compuesto. Sin embargo, la estructu-
ra particular depende de los tamaños relativos de los iones.
En el caso de los compuestos iónicos con una razón de 1:2 y 2:1 de catión a anión
(como el CaF2 o K2O), hay dos arreglos comunes de celdas unitarias. De nuevo, nor-
malmente podemos predecir qué estructura tiene un cristal considerando las magnitu-
des relativas del catión y anión. Si la razón rmenor/rmayor es mayor que aproximadamente
0.73, la celda unitaria se denomina estructura de fluorita por el CaF2 (cuyo nombre co-
mún es fluorita), que se muestra en la figura 21.29a. Si la razón es menor que 0.73, en-
tonces se prefiere la estructura de rutilo (figura 21.29b). El rutilo es un nombre común
del TiO2, que es representativo de esta estructura. Las celdas unitarias de fluorita son
cúbicas centradas en las caras, mientras que el rutilo es tetragonal (todos los ángulos
de 90°, pero con longitud de celda unitaria no uniforme).
Por último, ¡estas predicciones son generalizaciones y no se cumplen en todos los
cristales! La única forma segura de conocer la estructura cristalina de un sólido pro-
viene del experimento. El ejemplo 21.10 ilustra algunas de las diferencias entre pre-
dicción y realidad.
21.8 Energías reticulares de cristales iónicos 755
Ejemplo 21.10
Prediga la estructura o estructuras de los siguientes cristales. Cuando sea necesario,
consulte los radios iónicos en la tabla 21.4.
a) Sulfuro de sodio, Na2S
b) Plomo, Pb
c) Magnesio, Mg
d) Bromuro de plata, AgBr
e) Cloruro de amonio, NH4C1
Solución
a) Según la tabla 21.4, el Na+ tiene un radio de 0.97 A y S2~ tiene un radio de 1.84 A.
La razón rmenor/rmayor es igual a 0.97/1.84 = 0.527, por lo que predecimos que este
compuesto iónico, que es 2:1, tiene estructura de rutilo (en realidad, posee una es-
tructura de fluorita).
b) El plomo es un elemento metálico que es un sólido atómico. Predecimos que po-
see uno de los arreglos cristalinos más eficientes, ya sea cúbica centrada en las caras
o hexagonal de empaquetamiento compacto (tiene una celda unitaria fcc).
c) El magnesio también es un sólido atómico metálico. En este caso, predecimos una
celda unitaria fcc o hcp (el magnesio es hcp).
d) De acuerdo con la tabla 21.4, vemos que el Ag+ tiene un radio iónico de 1.26 A y
el Br~ tiene un radio de 1.96 A. La razón rmenor/rmayor es de 1.26/1.96 = 0.642, lo cual
sugiere una estructura del cloruro de sodio para esta sal 1:1 (el AgBr tiene, de he-
cho, la estructura cristalina del cloruro de sodio).
Figura 21.29 Celdas unitarias caracte- e) Los iones de amonio tienen un radio iónico efectivo de 1.48 A y el de los iones de
rísticas de los tipos de cristales de fluorita
Cl~ es de 1.81 A. La razón rmenor/rmayores de 1.48/1.81, que equivale a 0.818. Prede-
y rutilo.
cimos una celda unitaria del tipo cloruro de cesio para el cloruro de amonio (el
NH4C1 tiene la celda unitaria del cloruro de cesio).
El ejemplo anterior muestra que las generalidades para predecir celdas unitarias
cristalinas funcionan, pero no son infalibles. De nuevo, el punto importante debe ser
el hecho de que el experimento constituye la única forma de conocer con seguridad
la naturaleza de la celda unitaria de un cristal.
Observe que la energía reticular se define como la ArcnH negativa. Esto se debe a que
se entiende que siempre se libera energía cuando los iones separados se agrupan pa-
ra formar cristales iónicos. Por consiguiente, la energía reticular es simplemente la
magnitud absoluta de dicho proceso exotérmico. La tabla 21.5 lista ciertas energías
reticulares experimentales de cristales iónicos simples.
756 C A P Í T U L O 21 Estado sólido: cristales
Los datos de la tabla 21.5 sugieren cierta tendencia simple. Cuanto más altas sean las
cargas absolutas sobre los iones, tanto más alta será la energía reticular. Cuanto mayor
sea el ion, tanto menor será la energía reticular.
Debe haber alguna razón para estas tendencias, en particular al considerar la gran
simplicidad de la interacción de cargas opuestas. La ley de Coulomb establece que
la energía potencial de dos partículas con cargas opuestas a una distancia r una de la
otra es
(21.12)
Ejemplo 21.11
El cloruro de sodio, NaCl, tiene una energía reticular experimental de 769 kj/mol. Si
la distancia entre los iones de Na+ y los iones de Cl" en el NaCl cristalino es aproxi-
madamente de 2.78 A, ¿qué predeciría la ley de Coulomb para la energía de interac-
ción de 1 mol de iones de sodio con 1 mol de iones cloruro?
Solución
Tanto los iones de sodio como los de cloruro tienen cargas unitarias, pero de signos
opuestos. En coulombs, una carga unitaria es de 1.602 X 10~19 C. Para r = 2.78 A o
2.78X10~ 1 0 m:
21.8 Energías reticulares de cristales iónicos 757
Esta respuesta sugiere que la energía reticular del NaCl debe ser alrededor de 499 kj.
La energía reticular real es considerablemente mayor, lo cual sugiere que el modelo
de dos iones no es muy bueno.
(21.13)
4
N. del R.T.: también se les conoce como "primeros vecinos".
758 CAPITULO 21 Estado sólido: cristales
Tabla 21.6 Constantes de Madelung tema simple en el que nos alejamos de un ion central desplazándonos a través de una
y parámetros de intervalo serie de esferas sólidas encajadas, cuanto más lejos nos encontremos de cualquier ion,
de repulsión de algunos ¡tanto mayor será el número de iones en un cascarón esférico! La contribución de atrac-
cristales iónicos
ción o repulsión de cada cascarón sucesivo no disminuye rápidamente.
Constante Una vez que se determina la constante de Madelung a partir de argumentos estruc-
Fórmula de Madelung M P(A)
turales simples, la energía reticular de un cristal iónico puede determinarse con faci-
LiF 0.291
lidad. Estas energías reticulares se pueden emplear en ciclos para evaluar energías de
LiBr 0.330
procesos químicos difíciles de determinar. Dichos ciclos reciben el nombre de ciclos
NaCl 1.74756 0.321
de Born-Haber.
NaBr 0.328
La tabla 21.6 contiene algunas constantes de Madelung y algunos parámetros de in-
KC1 0.326
tervalo de repulsión p para diversos componentes iónicos. Las constantes de Madelung
KBr 0.336
carecen de unidades, mientras que los parámetros de intervalo de repulsión poseen
ZnS 1.6381 0.289
unidades de distancia. Ya que las constantes de Madelung pueden determinarse a par-
TiO2 2.408 0.250
tir de argumentos estrictamente geométricos, suelen definirse exclusivamente para el
CsCl 1.7627 0.331
cristal que representa la celda unitaria (por ejemplo, cualquier cristal que tenga la celda
unitaria del cloruro de cesio —cúbica simple— tiene una constante de Madelung de
1.7627). No obstante, a consecuencia de que los parámetros de intervalo de repulsión
dependen de las cargas iónicas, así como de las dimensiones de la celda unitaria, los
cristales que tienen la misma celda unitaria presentan distintos valores para p.
Ejemplo 21.12
Calcule la energía reticular esperada del NaCl nuevamente, esta vez utilizando la
ecuación 21.13, una constante de Madelung de 1.748 y un factor de repulsión de
0.321 A. La distancia entre los iones de Na+ y los iones de Cl~ es, nuevamente,
de 2.78 A. Compare el valor obtenido con una energía reticular de 769 kj/mol. Con-
traste su respuesta con la del ejemplo 21.11.
Solución
Recordemos que el NaCl es un compuesto iónico 1:1, así que el máximo común di-
visor variable de Z es igual a 1. Si al final queremos emplear unidades estándar,
deberíamos convertir nuestros 2.78 A en metros para obtener 2.78 X 10~10 m. Uti-
lizaremos
energía reticular
energía reticular
La ecuación 21.13 se define de tal manera que arroje valores positivos para la ener-
gía reticular. Debería entenderse que, cuando iones de cargas opuestas se agrupan, la
energía total siempre disminuye. Por consiguiente, los valores de ArcnH de estos pro-
cesos siempre son negativos, lo cual indica un proceso exotérmico.
Figura 21.31 Defecto de línea en un cristal Figura 21.32 La superficie que separa los dos
(bidimensional). cristales puede considerarse un tipo de defecto de
plano. En un cristal perfecto, dicha superficie de se-
paración no existiría.
760 C A P I T U L O 21 Estado sólido: cristales
21.10 Resumen
En este capítulo hemos visto la forma de representar mediante un modelo el estado
sólido de la materia, suponiendo que el sólido se encuentra bien ordenado y forma-
do por cristales. Los sólidos que no están bien ordenados pueden ser policristalinos
o amorfos. No obstante, la regularidad de los cristales ayuda a determinar mode-
los para describir la fase sólida.
La comprensión de que sólo existen 14 arreglos cristalinos básicos, denominados
redes de Bravais es fundamental en la elaboración de modelos del estado sólido. En
última instancia, los cristales se encuentran formados por unidades que se repiten de-
nominadas celdas unitarias, todas las cuales tienen la misma distribución tridimen-
sional de átomos y moléculas que, en conjunto, contribuyen al cristal completo. Una
celda unitaria es a un cristal lo que un átomo a un elemento: ésta constituye el blo-
que básico de construcción de un material más grande. También es fundamental la
idea de que existe un modelo matemático simple para determinar la forma en que las
redes cristalinas podrían interactuar con la radiación electromagnética, específica-
21.10 Resumen 761
mente los rayos X. La ecuación de Bragg muestra cómo podemos relacionar la difrac-
ción de rayos X en un cristal con la estructura de este mismo. Los cristales tan sim-
ples como el de NaCl o tan complicados como el ADN pueden estudiarse mediante la
difracción de rayos X, y sus estructuras se pueden deducir sobre la base de su com-
portamiento de difracción. De hecho, uno de los principales triunfos de las técnicas
de difracción de rayos X fue el esclarecimiento exitoso de la estructura de la doble hé-
lice del ADN en la primera mitad de los años cincuenta (véase la figura 21.34).
A consecuencia de la regularidad de átomos y moléculas en un cristal, muchos de
los posibles planos atómicos pueden difractar rayos X. Empleamos un sistema deno-
minado índices de Miller para indicar qué plano de átomos difracta rayos X; además,
Figura 21.34 A partir de los patrones
diferentes redes de Bravais tienen diferentes planos que difractan con índices de Miller
de difracción del ADN cristalino se inter-
pretó que el ADN poseía la estructura de característicos. De esta manera, podemos diferenciar celdas unitarias por sus patrones
una doble hélice. La determinación de la de difracción de rayos X característicos. En el siguiente capítulo veremos que dichos ín-
estructura del ADN representó una contri- dices de Miller también resultan útiles para describir la orientación de la superficie del
bución importante a la biología. cristal.
Las celdas unitarias de compuestos no siempre son arbitrarias. En el caso de varios
compuestos iónicos simples, la estequiometría del compuesto y la magnitud de los
iones contribuyen a favorecer a una celda unitaria. Por consiguiente, contamos con
cierta habilidad para predecir la celda unitaria esperada de un compuesto. También
podemos calcular la energía de enlace del compuesto iónico. Por supuesto, el térmi-
no energía de enlace no es estrictamente correcto, ya que los cristales iónicos se man-
tienen juntos por medio de fuerzas coulómbicas que actúan en tres dimensiones. La
frase energía reticular es más adecuada, ya que la energía de enlace es, en realidad,
la energía liberada cuando iones de cargas opuestas se atraen entre sí para formar una
red tridimensional. En la determinación de una energía reticular debemos considerar
no sólo las atracciones entre iones con cargas opuestas, sino las repulsiones entre
iones con cargas iguales.
Finalmente, reconocemos que los cristales no son perfectos. Podemos sacar parti-
do de los cristales imperfectos, incluyendo la utilización de algunos de ellos como se-
miconductores. Sin embargo, sacar provecho de los cristales imperfectos depende de
nuestra comprensión de los cristales perfectos.
E J E R C I C I O S D E L C A P Í T U L O 2 1
21.4 La figura 21.35 muestra una celda unitaria del diamante. 21.13 La pirita es un mineral color oro que los mineros llaman
Identifique los átomos que definen la celda unitaria y determi- oro de los tontos. Se trata de un compuesto iónico de hierro y
ne la red de Bravais de esta estructura del diamante. ¿Cuántos azufre, que posee una celda unitaria cúbica con cuatro unida-
átomos hay en la celda unitaria? des fórmula en la celda y una densidad de 5.012 g/cm3. Si el
parámetro de la celda unitaria es de 5.418 Á, ¿cuál es la fórmu-
21.5 ¿Cuál es la relación entre la celda unitaria del diamante
la de este material?
(figura 21.35) y la celda unitaria de la blenda de zinc (figura
21.28)? 21.14 El talco es un complejo mineral de silicato cuya fórmu-
la es Mg3SÍ4O10(OH)2. Los parámetros de su celda monoclínica
21.6 ¿Cuántas celdas unitarias distintas puede tener un cristal
corresponden a a = 5.287 A, b = 9.158 A, c = 18.95 A y p =
si la celda unitaria a) posee todos sus ángulos a 90° entre los
99.50°. Si hay cuatro unidades fórmula en la celda unitaria, de-
ejes del cristal; b) posee todas las dimensiones de la celda uni-
termine la densidad del talco.
taria de la misma longitud; c) posee, por lo menos, un ángulo
de 90° entre los ejes; d) no posee ejes perpendiculares o di- 21.15 Una forma de cuarzo, SiO2, posee una celda unitaria
mensiones de celda unitaria equivalentes? hexagonal (tres unidades fórmula por celda) con a = 4.914 A
21.7 Un investigador propone una celda unitaria cúbica en los y c = 5.405 A. Determine la densidad del cuarzo.
vértices. ¿Con qué red de Bravais se describiría mejor dicha cel- 21.16 Especule sobre la razón por la que la celda unitaria
da unitaria? hexagonal recibe el nombre de hexagonal si la celda unitaria no
21.8 Aplique geometría y la figura 21.11 para demostrar que es una figura de seis lados.
en tres dimensiones el empaquetamiento más eficiente de
átomos esféricos de corteza sólida ocuparán aproximadamen- 21.5 Determinación de estructuras cristalinas
te 74% del espacio. ¿Puede usted proporcionar una cifra más
exacta de la cantidad de espacio que ocupan los átomos esfé- 21.17 Por lo menos, 43 de los elementos compuestos de áto-
ricos de corteza sólida? mos individuales (a diferencia de los gases diatómicos, elemen-
tos moleculares como el azufre y el fósforo, elementos de red
21.9 Aplique la geometría para determinar el átomo más
covalente como el carbono, el silicio y el germanio) tienen re-
grande que se ajustará a una celda unitaria cúbica centrada en des cristalinas de empaquetamiento compacto hexagonal o
el cuerpo. Exprese su respuesta en términos de la dimensión de cúbicas centradas en las caras. ¿Cómo explicaría este hecho?
la celda unitaria a.
21.18 Explique por qué la difracción de rayos X de orden ce-
21.10 ¿Cuál es el volumen porcentual máximo que pueden
ro no depende de la longitud de onda, pero sí de otros órde-
ocupar los átomos en una celda unitaria cúbica simple? ¿Qué
nes de difracción (considere la ecuación 21.5 y utilice n = 0).
cantidad se encuentra por debajo del empaquetamiento com-
pacto? 21.19 Aplique geometría para deducir una forma de la ley de
Bragg en términos del ángulo que se forma con la perpendicu-
lar al plano del cristal, lo cual se opone a la definición de 9 en
la figura 21.16.
21.24 En el caso de una red cúbica simple, ¿qué índices de 21.38 Cerca a la temperatura ambiente, el azufre, S, presenta
Miller describen el plano o planos que contienen dos de los tres ciertos cambios interesantes de fase sólido-sólido. A esta tem-
ejes del cristal? peratura, el azufre posee una celda unitaria ortorrómbica, pero
es monoclínico a temperaturas no mucho más altas que la del
21.25 En el caso de una red cúbica simple, ¿cuál es la razón
agua hirviendo. ¿Por qué el azufre elemental no es hcp o fcc?
de las distancias interplanares d para los planos (100), (110) y
(111)? 21.39 Explique por qué el carbono elemental no tiene una
celda unitaria cúbica centrada en las caras o hexagonal com-
21.26 En el caso de una red cúbica centrada en las caras,
pacta, aun cuando normalmente designamos al carbono ele-
¿cuáles son los índices de Miller del plano formado por los áto-
mental con la fórmula monoatómica C.
mos centrados en las caras de la celda unitaria, según se ejem-
plifica en la figura 21.36? 21.40 ¿Cuál es el número de coordinación en la estructura cú-
bica del cloruro de cesio?
21.27 Como los cristales se presentan en tres dimensiones, los
diagramas tridimensionales, a menudo, son necesarios para ilus- 21.41 Determine el número o números de coordinación de
trar conceptos. Utilizando la celda unitaria de la figura 21.21, di- los iones en las celdas unitarias de fluorita o de rutilo. ¿Por qué
buje un conjunto de 2 x 2 x 2 de ocho celdas unitarias cúbicas hay dos números de coordinación diferentes, mientras que en
y trace el mismo plano en todas las celdas unitarias. el caso de las celdas unitarias del cloruro de cesio, cloruro de
21.28 Considere la figura 21.21. Si la esquina inferior derecha sodio y la blenda de zinc sólo hay un número de coordinación?
de la celda unitaria se eligiera arbitrariamente como origen, 21.42 ¿Qué fase sólida (es decir, qué alótropo) de carbono es
¿cuáles serían los índices de Miller del plano indicado? Compa- más estable, el grafito o el diamante? (El lector podría consul-
re su respuesta con la solución del ejemplo 21.7. tar alguna de las tablas de la sección de termodinámica del li-
21.29 Cualquier plano puede describirse por medio de más bro.) Ambas fases sólidas existen bajo condiciones normales de
de un conjunto de índices de Miller si se emplean índices ne- presión y temperatura. Explique por qué es así, dado que una
gativos. En el caso de una celda unitaria cúbica, el plano (ill) fase sólida es más estable termodinámicamente que la otra.
es equivalente a ¿qué otro plano cuyos índices se expresan en ¿Proporcionan sus celdas unitarias alguna sugerencia respecto
términos de números positivos? Quizá sea necesario dibujar a sus estabilidades relativas?
unas cuantas celdas unitarias para obtener una respuesta.
21.8 y 21.9 Energías reticulares, defectos
21.30 La aleación de aluminio y níquel AINi posee una red cú-
y semiconductores
bica simple con un parámetro de celda unitaria de 2.88 Á. Si se
utilizaran rayos X con una longitud de onda de 1.544 A, ¿a qué 21.43 Escriba las reacciones químicas específicas cuyo cambio
ángulos se difractarían los rayos X en: a) el plano (100) de áto- de entalpia (o negativo, según sea el caso) representa la ener-
mos; b) en el plano (110) de átomos; c) en el plano (210) de gía reticular del: a) fluoruro de potasio, KF; b) selenuro de
átomos? magnesio, MgSe; c) óxido de sodio, Na2O; d) peróxido de so-
dio, Na2O2.
21.31 Una muestra en polvo difracta rayos X (X = 1.5418 Á)
a ángulos de 15.7°, 18.2°, 26.1°, 31.1° y 32.6°. ¿Qué clase de 21.44 Explique por qué la energía reticular se considera una
cristal cúbico es éste y cuál es el parámetro de celda unitaria? forma de energía potencial.
21.45 Escriba ciclos de Born-Haber que muestren la relación 21.51 Se sabe que el metal de paladio sólido absorbe gas
entre las definiciones de la reacción de formación y la energía hidrógeno, y no otro. Este comportamiento se aplica para ela-
reticular de cada uno de los compuestos iónicos del ejercicio borar hidrógeno ultrapuro (de hecho, a consecuencia de lo an-
21.43. Quizá sea necesario repasar la definición de formación terior, el hidrógeno puede obtenerse en forma más pura que
de reacción que aparece antes en el texto. cualquier otro elemento). ¿Qué clase de defecto probablemente
se encuentre formando las moléculas de hidrógeno en el interior
21.46 Compare la energía coulómbica de atracción de dos del Pd metálico sólido? De acuerdo con su respuesta, ¿puede us-
partículas con el cálculo más preciso de la energía reticular del: ted explicar por qué sólo el hidrógeno, y no otro gas, es absor-
a) cloruro de cesio, CsCI (p = 0.331 Á); b) blenda de zinc, ZnS bido por el Pd?
(p = 0.289 Á); c) rutilo, TiO2 (p = 0.250). ¿Hay alguna tenden-
cia en las discrepancias? Utilice los datos de las tablas 21.4 y 21.52 El arsenuro de galio (GaAs) también puede servir de ba-
21.6. se para un semiconductor. Éste posee una estructura similar a
la del silicio elemental, pero con átomos de galio y arsénico al-
21.47 La energía reticular del yoduro de potasio, Kl, es de ternantes. Trace un diagrama con electrones puntiformes de
627.2 kj/mol. Si la separación iónica es de 3.533 Á, ¿cuál es el una celda unitaria de GaAs, así como de sustituciones tipo n y
parámetro del intervalo de repulsión p para el Kl? El lector ten- p para un material semiconductor basado en el GaAs. ¿Qué
drá que determinar qué constante de Madelung empleará. puede sustituirse por el Ga en el caso de cada tipo de semicon-
ductor? ¿Qué puede sustituirse por el As en el caso de cada ti-
21.48 El concepto de densidad de carga implica la carga to- po de semiconductor?
tal de un ion dividida entre el espacio que ocupa el ion. De
acuerdo con la tabla 21.5, determine la tendencia entre la den- 21.53 Sugiera impurificaciones para el GaAs, las cuales darían
sidad de carga de un ion y la energía reticular de cristales ióni- como resultado: a) un semiconductor tipo p; b) un semicon-
cos similares. ¿Puede usted justificar esta tendencia sobre la base ductor tipo n.
de principios físicos? 21.54 Explique la forma en que los huecos conducen electri-
21.49 Las energías reticulares también pueden definirse en el cidad.
caso de elementos atómicos como los gases de He, Ne y Ar.
a) Explique por qué la ecuación 21.13 no es aplicable a dichos
cristales, b) ¿Cómo podría un científico medir la energía reticu-
lar del He, Ne, Ar, etc.? Tome en cuenta los capítulos 1 -8 en la 21.55 Calcule el volumen de las celdas unitarias para los com-
formulación de su respuesta. puestos de la tabla 21.7.
21.50 Los estudios sobre cristales de He, Ne, Ar, etc., deben 21.56 Elabore un programa o fórmula para calcular los ángu-
llevarse a cabo en sistemas al vacío, que tienen un aparato que los de difracción de un cristal cúbico en términos de los valo-
puede alcanzar bajas temperaturas de tal manera que estos ele- res de h, k y €. a) Calcule estos ángulos para la radiación X
mentos sean sólidos. Estos sistemas de vacío no deberían con- incidente de 1.5418 Á y una red cúbica simple, que tiene un
tener hidrocarburos, los cuales podrían descomponerse para parámetro reticular de 6.46 Á. b) Utilice la tabla 21.3 para de-
ceder átomos de H o moléculas de H2 al sistema al vacío. ¿Por terminar qué difracciones estarían ausentes si el cristal fuera cú-
qué? bico centrado en el cuerpo o cúbico centrado en las caras.
22.1 Sinopsis
22.2 Líquidos: tensión
superficial
22.3 Efectos interfaciales
22.4 Películas superficiales
E
22.5 Superficies sólidas
s posible que el lector se pregunte por qué dedicamos todo un capítulo a las su-
22.6 Cobertura y catálisis perficies. Después de todo, éstas parecen sumamente fáciles de entender: el lími-
22.7 Resumen te físico de cualquier objeto en fase condensada recibe el nombre de superficie, y no
parece haber nada especial al respecto. La parte superior de un escritorio y el revesti-
miento de una avenida constituyen superficies con las que nos topamos a diario, y no
parece que exista ningún comportamiento fuera de lo común respecto a ellas.
Quizá esto es verdad para el ciudadano común. No obstante, ahora que entende-
mos que la materia se encuentra formada por átomos, que estos átomos se compor-
tan de acuerdo con las leyes de la termodinámica y de la mecánica cuántica y que las
fases gaseosa y sólida se comportan de forma comprensible, deberíamos pensar que
las superficies merecen una atención especial. Una superficie representa una serie de
puntos que forman un plano en el que un material termina y otro comienza. Esta dis-
continuidad de la materia significa que las propiedades del interior del material, que
se conocen como propiedades de bulto, no necesariamente se encontrarán en la su-
perficie del mismo. Con el fin de entender cómo difieren las propiedades superficia-
les de las propiedades de bulto, necesitamos considerar algunas formas de definir
superficies y cómo se diferencian del interior del material del que forman parte.
Así, concluimos nuestro estudio de la fisicoquímica analizando las superficies. Es-
te tema se ha ubicado al final del libro en virtud de que muchas ideas consideradas
en capítulos anteriores se aplican aquí: la termodinámica, la mecánica cuántica, la ci-
nética y la estructura del estado sólido. En lugar de estudiar la fisicoquímica de las su-
perficies en diferentes capítulos, como lo hacen algunos textos, lo haremos en un solo
capítulo y veremos la forma en que los modelos de la fisicoquímica se emplean para
entender el comportamiento de las superficies.
22.1 Sinopsis
Las superficies se encuentran en todas partes, pero —o como consecuencia de esto—
se les ignora con facilidad. Sin embargo, éstas tienen un impacto importante en nues-
tro entendimiento de la materia y la forma en que ésta interactúa.
Existen diversas formas de abordar las superficies. Primero, podemos considerar a
una superficie como una película delgada, del espesor de un átomo o de una molécu-
la. Segundo, podemos considerar una superficie como una interfase entre dos dife-
rentes materiales, como el límite o la frontera entre dos líquidos inmiscibles o entre
765
766 C A P Í T U L O 22 Superficies
(22.3)
3
N. del R.T.: en las siguientes fórmulas, el lector no deberá confundir el cambio en el área con
el cambio en la energía libre de Helmholtz, que también se representa como DA.
768 C A P Í T U L O 22 Superficies
caso, ípehcuia —1a fuerza desequilibrada que experimentan las superficies de la pelícu-
la— es el doble de la fuerza para una sola superficie, por lo que, en cualquier caso, y
tiene el mismo valor. La tabla 22.1 de la página anterior lista las tensiones superficia-
les de algunos líquidos comunes. La tensión superficial posee unidades de fuerza por
unidad de distancia o energía por unidad de área, y puede expresarse en N/m,
din/cm, erg/cm2 o J/m2.4
La tensión superficial es una característica de un líquido que varía con respecto a
la temperatura, como podría esperarse. A la temperatura crítica —la temperatura a la
que la distinción entre las fases líquida y gaseosa desaparece—, la tensión superficial
es prácticamente cero.5
Como se efectúa trabajo para modificar el área de una superficie, debemos poder
relacionar este trabajo con una de las funciones de estado termodinámicas. Recorde-
mos que, en un capítulo anterior, vimos que la energía de Gibbs es igual a la máxima
cantidad de trabajo diferente de pV que un proceso puede llevar a cabo. Puesto que
cambiar el área de una superficie no constituye un trabajo del tipo pV (así como el tra-
bajo eléctrico tampoco es un trabajo p V), entonces el trabajo del tipo "área-tensión-su-
perficie" debe relacionarse con la energía de Gibbs. En el caso de un cambio reversible
en el área de la superficie, que ocurre a temperatura y presión constantes, tenemos
(22.4)
Esta ecuación implica tres cosas. Primero, podemos integrarla para obtenei
(22.5)
Segundo, es posible reordenar la ecuación 22.4 para despejar la tensión superficial en
términos de una derivada parcial a temperatura y presión constantes:
(22.6)
Ejemplo 22.1
¿Cuánto trabajo se requiere para incrementar el área de una superficie de agua de
200.0 cm2 a 300.0 cm2? Dicho trabajo tendría que efectuarse sobre el agua si, por
ejemplo, se deformara un receptáculo plástico y se creara un área superficial más
grande. La tensión superficial del agua es de 72.75 erg/cm2 a 20 °C.
Solución
De acuerdo con la expresión integrada en la ecuación 22.5, calculamos que el cam-
bio en el área, AA, es de (300.0 - 200.0) cm2 o 100.0 cm2. De acuerdo con la ecua-
ción 22.5:
o, sencillamente,
4
Una dina (abreviada din) es la unidad de fuerza en el sistema cgs de unidades y normalmente
se le utiliza para expresar tensiones superficiales. 1 N = 100 000 din.
5
N. del R.T.: de hecho, según varios autores, la tensión superficial ya no es medible unos cuan-
tos grados por debajo de la temperatura crítica.
22.2 Líquidos: tensión superficial 769
Ejemplo 22.2
En un ambiente sin gravedad, una muestra de mercurio tiene una forma esférica.
Considere una muestra de 1.000 cm de radio. Determine cuánto trabajo debe lle-
varse a cabo para separar el mercurio en 10 esferas iguales, suponiendo que el úni-
co trabajo que se realiza se encuentra relacionado con el cambio de energía
superficial. Recuerde que el área de la superficie de una esfera es de 4irr2 y su volu-
men de ^rrr3. La tensión superficial del mercurio es de 435.5 erg/cm2.
Solución
Si el único trabajo que necesita llevarse a cabo tiene que ver con el cambio en el área
superficial de las gotas, entonces necesitamos calcular el valor de AA para pasar de
una gota de 1.000 cm a 10 gotas del mismo volumen. La única gota con un radio
de 1.000 cm posee un área superficial de
Su volumen es
También, en este caso, este ejemplo muestra que sólo se necesita una cantidad pe-
queña de trabajo, pero sugiere que se requiere trabajo para convertir gotas grandes de
líquido en una masa igual de gotas más pequeñas de líquido. El argumento inverso
consiste en que las gotas más pequeñas de los líquidos se convertirán en la misma
masa de una cantidad menor de gotas más grandes y, al hacerlo, el sistema cederá ener-
gía. Puesto que pasar a un estado de menor energía normalmente —aunque no siem-
pre— constituye una indicación de un proceso espontáneo, preferido, el ejemplo
770 C A P Í T U L O 22 Superficies
anterior sugiere que el material preferirá —desde una perspectiva energética— adop-
tar la forma de cuerpo en lugar de una multiplicidad de pequeños cuerpos. Éste es,
de hecho, el caso.
La relación entre la tensión superficial y la energía libre también explica otro fenó-
meno. De acuerdo con la ecuación 22.5,
Solución
Necesitamos demostrar que formar un "agujero" en la superficie del agua suficien-
temente grande para pasar la navaja de rasurar a través de éste, requiere más ener-
gía que la que se genera con el desplazamiento de la navaja hacia abajo la distancia
del grosor de la navaja. Primero calcularemos la reducción de la energía potencial
gravitacional conforme una navaja de rasurar de 1.1240 g se desplaza hacia abajo
22.3 Efectos interfaciales 771
0.250 mm. Para hacerlo, necesitamos aplicar la definición de trabajo de la física clá-
sica, esto es, la fuerza multiplicada por la distancia:
trabajo = fuerza X distancia
Dada una tensión superficial de 72.75 erg/cm2, podemos calcular la energía necesa-
ria para incrementar el área superficial del agua por esa cantidad:
Este valor es varios órdenes de magnitud más alto que la energía cedida por la na-
vaja de rasurar al pasar por la superficie. Esto sugiere que una navaja de rasurar flo-
tará, de hecho, en la superficie del agua.
(Observe que las dos presiones han intercambiado sus órdenes relativos, a consecuen-
cia de los cálculos algebraicos.) Podemos combinar las dos diferenciales para obtener
(22.13)
que relaciona la diferencia de presión entre ambos lados de una interfase con la ten-
sión superficial y la forma en que el área del líquido cambia respecto al volumen. La
22.3 Efectos interfaciales 773
en el caso de la diferencial del área, en términos del radio. En el caso del cambio en el
volumen,
(22.14)
Si el sistema que se estudia fuera una burbuja (es decir, una película con una superficie
interna y otra externa) en lugar de una gota, entonces ambas superficies contribuirían
a la energía de la superficie (es decir, a la tensión superficial) y la ecuación 22.14 sería
(22.15)
Ejemplo 22.4
¿Cuál es el cambio en la presión a través de la superficie de una gota de agua con un
radio de 0.100 mm? ¿Qué sucede si la gota tuviera un radio de 0.001 mm (es decir,
1 jjim)? La tensión superficial del agua es de 72.75 erg/cm2.
Solución
Matemáticamente, este ejemplo resulta simple desde una perspectiva numérica, pe-
ro debemos tener cuidado con las unidades. De acuerdo con la ecuación 22.14:
Necesitamos revisar las unidades, de tal manera que concuerden y puedan expresar-
se como unidades de presión. Primero convertimos en centímetros la unidad mm
en el denominador:
La fuerza por unidad de área (es decir, din/cm2) se define como presión, pero, ¿qué
unidad de presión es ésta? Si consideramos dinas y centímetros, podemos demos-
trar que 1 din/cm2 corresponde a una millonésima de bar, la unidad SI normaliza-
da de la presión. Llevando a cabo las conversiones, tenemos
El ejemplo anterior ilustra cuan grandes pueden resultar las diferenciales de pre-
sión a lo largo de una interfase. Si recordamos que las diferenciales de presión actua-
rán para forzar a las moléculas del líquido a evaporarse, podemos ver la ventaja de
evaporar un líquido dividiéndolo en una gota tan pequeña como sea posible (un pro-
ceso engañosamente denominado atomización).
Las interfases se presentan entre las fases líquida y sólida. Bajo ciertas condiciones,
su comportamiento se encuentra gobernado por efectos de la tensión superficial. Con-
sideremos una pequeña gota de líquido sobre una superficie. La forma en que la gota
22.3 Efectos interfaciales 775
Si se quiere que un líquido moje una superficie (es decir, 0 « O y, por lo tanto,
eos 0 ~ 1), se necesita un equilibrio entre el numerador y el denominador de la ecua-
ción 22.17; o sea, ysv - y(s debería ser aproximadamente igual a yfv. Por ejemplo, las
soldaduras son aleaciones cuyos líquidos mojan otros metales a consecuencia de que
las tensiones superficiales poseen los valores adecuados. De la misma manera, los
detergentes y jabones ayudan a que el agua moje diversos sólidos (como las fibras sin-
téticas), porque reducen la tensión superficial del agua al punto apropiado.
Los efectos de la tensión superficial también se presentan en sistemas en los que
hay una superficie sólida cilindrica. Una superficie cilindrica muy estrecha recibe el
nombre de capilar. ¿Qué sucede si un capilar se sumerge en un líquido? La tensión su-
' N. del R.T.: el concepto de tensión interfacial puede utilizarse para cualquier interfase.
776 C A P Í T U L O 22 Superficies
es decir, habrá una diferencia de presiones entre ambos lados de la superficie del líqui-
do. Dependiendo de la humectabilidad o capacidad de la superficie para mojarse, tres
cosas pueden suceder. Primero, si las tensiones superficiales se encuentran equilibradas
nada podría pasar; no consideraremos con más detalle esta posibilidad. Segundo, si el
líquido moja la superficie del capilar, entonces se curva la superficie del líquido dentro
del capilar, como lo indica la figura 22.9a, y el nivel del líquido dentro del capilar se
eleva debido a la diferencia de presiones Ap, la presión diferencial a través de la superfi-
cie líquida curva. De hecho, el líquido se elevará hasta que su altura dentro del capilar
ejerza una presión de columna igual al valor de Ap obtenido con la ecuación de Young-
Laplace. Esta presión se relaciona con la fuerza debida a la gravedad de la columna del
líquido dividida entre el área circular del capilar y es igual al producto de la densidad
del líquido p, la constante gravitacional g y la altura de la columna en el capilar h:
(22.19)
emplean tejidos que no exhiben acción capilar. Estos ejemplos se basan finalmente en
efectos de superficie.
Figura 22.11 La presión superficial ir en función del área. En el caso de cada material, el eje x corres-
ponde al área promedio por molécula en la película. Fuente: Ya. Gerasimov, Physical Chemistry, Moscú,
Mir, 1974.
778 C A P Í T U L O 22 Superficies
¡Observe la semejanza con la ley de los gases ideales! Note, asimismo, la forma en
que la línea punteada de la figura 22.11 imita la curva hiperbólica de una relación
inversa entre ir y A, es decir, como la ley de Boyle. En estas regiones, cada molécula
puede moverse independientemente de las demás, y puede representarse como una
especie de gas bidimensional.
En regiones en las que cada molécula cubre un área aproximadamente igual a su
propia área, TT es relativamente constante. Las dimensiones de estas regiones dependen
considerablemente de la molécula que conforma la película. Sin embargo, si la pelícu-
Figura 22.12 En células biológicas, la la se comprime más allá de cierto punto, la presión superficial se incrementa drástica-
membrana celular constituye una película. mente, como lo muestra la sección izquierda de la figura 22.11 de la página anterior.
La capacidad de la célula para funcionar, o En estas regiones, la película superficial es forzada a convertirse en una película mul-
vivir, depende considerablemente de la ca- timolecular, en lugar de una película monomolecular. Por consiguiente, la presión
pacidad de la membrana celular para tra-
superficial representa la energía superficial que se requiere para forzar las capas de mo-
bajar adecuadamente.
léculas una sobre la otra.
Las películas superficiales son muy comunes, aunque se les puede pasar por alto con
facilidad. El aceite en el agua ya se mencionó como un tipo de película superficial. Una
película superficial muy importante es la membrana celular. Como se muestra en la
figura 22.12, las membranas celulares son películas de lípidos localizadas en las su-
perficies del protoplasma. Las propiedades físicas y químicas de estas películas son
importantes en lo que se refiere a la capacidad de las células para mantenerse vivas.
Ejemplo 22.5
Observe la figura 22.16, que ilustra la superficie de un cuerpo sólido cristalino cúbi-
co centrado en el cuerpo. ¿Cuáles son los índices de Miller de la superficie indicada?
Solución
Como el cristal es un sólido cúbico, los parámetros de la celda unitaria aybjc son
iguales. El plano superficial indicado interseca los ejes a y b en una unidad cada uno
y no interseca el eje c. Otra forma de decirlo es que el plano interseca el eje c en oo.
Los índices de Miller son los inversos de las intersecciones, así que los índices de es-
te plano superficial corresponden a (\ \ ¿) o (110). Esta superficie es el plano super-
ficial (110). Otras superficies de cristales pueden indicarse de forma similar.
Ejemplo 22.6
Considere las tablas 22.1 y 22.2. Un cristal de cloruro de sodio, NaCl, se expone a
una muestra de aire con vapores de agua, vapores de etanol y vapores de éter dietí-
22.5 Superficies sólidas 781
lico. (El agua, el etanol y el éter dietílico son líquidos a la temperatura ambiente.) Si
descartamos la posibilidad de interacciones de mínima energía entre los tres vapo-
res (es decir, los azeótropos y compuestos similares), ¿cuál se diría que es la estruc-
tura del NaCl? (Ignore las interacciones entre el NaCl y los vapores.)
Solución
Si aplicamos las ideas anteriores, la estructura superficial preferida tendría la ener-
gía superficial mínima. Si comparamos las tensiones superficiales de las fases líqui-
das asociadas con los vapores, encontramos que el éter dietílico posee la tensión
superficial más baja. Por consiguiente, sugerimos que la superficie del NaCl podría,
en realidad, quedar cubierta con las moléculas del éter dietílico. (Aparte de que re-
sulta instructivo, este problema es simple en extremo. En realidad, las interacciones
ion-dipolo contribuirían considerablemente a la formación de una película mo-
lecular en la superficie del sólido. En casos extremos —como el NaOH—, las ener-
gías de solvatación son tan negativas que se adsorbe suficiente agua para formar una
disolución; dichos compuestos se describen como delicuescentes.)
El ejemplo anterior ilustra una cuestión: las superficies reales, expuestas en am-
bientes reales, son muy desordenadas a nivel molecular. Casi cualquier superficie que
usted puede ver está cubierta por moléculas que no pertenecen al propio material.
En realidad, se requiere un esfuerzo especial para obtener superficies limpias; es
decir, libres de contaminantes adsorbidos. Entre otras cosas, es necesario exponer la
superficie a un vacío extremadamente alto. Los ultraaltos vacíos, que normalmente se
consideran con presiones menores a 1 X 10~8 torr, son necesarios para minimizar el
número de moléculas de gas que entran en contacto con una superficie y forman una
capa de energía superficial baja. Quizá esto no parezca un vacío "ultraalto", aun cuan-
do representa alrededor de una milmillonésima de atmósfera. A partir de ideas rela-
cionadas con la teoría cinética de los gases podemos demostrar que, aun cuando la
presión es de aproximadamente una millonésima de torr, en cerca de 1 segundo,
chocan suficientes moléculas de gas contra la superficie para formar una capa mo-
nomolecular sencilla. Una presión de 1 X 10~8 torr sugiere que la formación de la
capa monomolecular tarda cerca de 100 segundos, o menos de 2 minutos: ¡no una su-
perficie limpia por mucho tiempo! A veces se requieren presiones de 1 X 10~H a
1 X 10~12 torr, las cuales necesitan tecnología especial de vacío para obtenerse.
El término exposición se define como el producto de la presión de gas en contacto
con una superficie y el tiempo que la superficie se encuentra expuesta a dicha presión:
exposición = (presión) X (tiempo) (22.22)
La unidad de exposición es el langmuir. Se tiene una exposición de 1 langmuir (1 L,
no se confunda con 1 litro) cuando se expone una superficie a ciertas moléculas con
una presión de 1 X 10~6 torr aplicada por 1 segundo:
1 langmuir = 1 X 10"6 torr • s (22.23)
Para los científicos que intentan estudiar superficies limpias, el langmuir es una uni-
dad útil para indicar la presión de exposición y el tiempo, los cuales se relacionan con
el tiempo que, en realidad, puede considerarse "limpia" una superficie. En general,
cuando una superficie experimenta una exposición de 1 langmuir, se forma una ca-
pa de átomos o moléculas adsorbidos.
Ejemplo 22.7
Una superficie limpia se expone a una presión de 2.0 X 10 n torr. ¿Cuánto tiempo
se requerirá para que se forme aproximadamente la mitad de una capa monomo-
lecular en la superficie?
782 C A P Í T U L O 22 Superficies
Solución
La mitad de una capa monomolecular requiere una exposición aproximada de 0.5 L.
Si se recurre a la ecuación 22.22 y a la definición de la ecuación 22.23, se tiene
El langmuir y el torr se cancelan; la única unidad que queda, los segundos, se en-
cuentra en el denominador del denominador, que se convierte en el numerador. Si
calculamos el valor numérico, obtenemos
tiempo
Tomará casi 7 horas para que se forme la mitad de una capa monomolecular. Este
ejemplo muestra que, a dichas presiones bajas, las superficies se pueden mantener
relativamente limpias por un breve periodo si se mantiene un vacío ultraalto.
Estos cálculos son aproximados en virtud de que suponen que cualquier átomo o
b)
molécula de gas, que choca contra la superficie, se quedará adherido ahí. En realidad,
Figura 22.18 a) En el bulto de un sóli-
do, los átomos interactúan con otros lo anterior depende de la identidad de la especie gaseosa, de la identidad de la super-
átomos que se encuentran alrededor. Las ficie y de la temperatura del gas y de la superficie, o de ambas.
flechas indican que el enlazamiento conti- El lector debe estar consciente de que se requiere un equipo de vacío muy especial
núa en dicha dirección hacia otros átomos, para mantener un vacío ultraalto. Primero, debe tenerse una superficie limpia en el
b) En la superficie, los átomos interactúan interior de una cámara especial de vacío sin fugas —lo que es más fácil de decir que
con otros átomos en todas direcciones, ex-
cepto una. En dicha dirección hay un enla- de lograr—. Además, deben emplearse bombas de vacío especiales para obtener y
ce "insatisfecho" denominado enlace libre, mantener dichos vacíos altos. La bomba rotatoria en aceite normal sólo puede man-
que fácilmente puede interactuar con otras tener un vacío alrededor de 10~4 torr, cuatro órdenes de magnitud más altos de lo que
especies químicas. Compare este diagrama se requiere en el caso del vacío ultraalto. Se requieren bombas de vacío especiales (co-
con la figura 22.1 que muestra el desequi- mo bombas turbomoleculares, bombas de sublimación de titanio o criobombas con
librio de fuerzas que, en última instancia,
provocan la tensión superficial. helio líquido) que pueden ser sumamente caras.
Supongamos que, de hecho, tenemos una superficie limpia. ¿Qué hace a la superfi-
cie tan especial para que posea propiedades diferentes del bulto del material. La res-
puesta radica en comprender la naturaleza química de un sólido considerado como
bulto. La figura 22.18a muestra un sólido bidimensional en el que los átomos se conec-
tan entre sí en todas direcciones. Es decir, todos se enlazan a los átomos vecinos. La fi-
gura 22.18b muestra lo que sucede cuando este sólido bidimensional se fractura, de tal
manera que se expone una nueva superficie al ambiente. Los átomos en la superficie
forman enlaces con los átomos en el bulto o interior del material, pero no hay átomos
con los cuales se enlacen en el otro lado de la superficie. Los átomos en la superficie po-
seen orbitales atómicos que no interactúan —no se enlazan— (todavía) con otra espe-
cie atómica o molecular. Estos orbitales vacíos, a veces denominados enlaces libres, son
Figura 22.19 A veces, los enlaces libres
muy reactivos e interactuarán con extremada facilidad con otras especies químicas. Es-
de la superficie interactúan entre sí. Cuan- te modelo explica diversas propiedades de las superficies, no sólo la capacidad para ad-
do lo hacen, la estructura exacta de la su- sorber con facilidad especies moleculares del ambiente. Los orbitales vacíos de átomos
perficie pueden diferir sustancialmente de adyacentes a veces interactúan entre sí y provocan una ligera reorganización de la ca-
la estructura en general, como se indica. pa superficial, de tal manera que la estructura de la superficie es de alguna forma dis-
Esta figura es estrictamente ilustrativa; lo
que sucede en las superficies reales depen-
tinta de la del bulto (ya se hizo referencia a esto en este capítulo). La figura 22.19
de del material. muestra un ejemplo de redistribución estructural de una superficie.
22.6 Cobertura y catálisis 783
donde el subíndice "des" relaciona las variables con el proceso de desorción. Si las ra-
pideces de adsorción y desorción son iguales, la reacción ocurre a un paso continuo
y las rapideces de adsorción y desorción son iguales:
(22.25)
Podemos emplear la ecuación anterior para despejar la cobertura 0:
(22.26)
(22.27)
La ecuación 22.27 muestra que 0 siempre será menor que 1, porque el numerador
Figura 22.21 Si la adsorción de un gas siempre será menor que el denominador.
(o un soluto disuelto) en una superficie se
rige por la isoterma de Langmuir, una grá-
Las ecuaciones 22.26 y 22.27 definen lo que se denominan isotermas de Langmuir.
fica de la cobertura 0 en función de [gas] (La palabra "isoterma" se emplea para dar énfasis a que, en este tipo de estudios, se
debe tener esta forma de curva. En 6 igual mantiene una temperatura constante.) Aunque 0 resulta difícil de medir directamen-
a 0.50, [gas] debe ser igual a l/K, de acuer- te, es posible determinar su valor de manera indirecta midiendo la masa adsorbida
do con la ecuación 22.27. (de tal manera que la máxima masa adsorbida es equivalente a una 0 igual a 1) o por
métodos de análisis volumétrico (titulación) (de modo que la cantidad de ácido ad-
sorbido pueda medirse y relacionarse con 0). Puede elaborarse una gráfica de 0 (o
una variable relacionada) en función de [gas], como la de la figura 22.21. La constan-
te de equilibrio K puede calcularse con la gráfica; la ecuación 22.27 muestra que, pa-
ra 0 igual a \, [gas] = l/K.
La ecuación 22.27 también puede reescribirse en términos del inverso de la cober-
tura 0 para obtener
(22.28)
La segunda de las ecuaciones 22.28 tiene una expresión general para una recta, don-
de y es igual a 1/0, x es I/[gas] y la pendiente es IIK. Por consiguiente, la gráfica de
Figura 22.22 Otra forma de represen- 1/0 (o variables proporcionales a ésta, como el inverso de la masa adsorbida o el áci-
tar la gráfica de la adsorción de un gas (o
soluto disuelto) en una superficie, si éste se
do no titulado) en función de I/[gas] debe dar como resultado una recta, como la de
rige por la isoterma de Langmuir. En este la figura 22.22. En términos de mediciones reales, si definimos un cambio en la ma-
caso, la recta deber tener una intersección sa de una muestra superficial, Ara, como un cambio proporcional a la cobertura 0:
con el eje y de 1 y una pendiente de l/K
(véase la ecuación 22.28).
22.6 Cobertura y catálisis 785
La ecuación 22.29 muestra que, si trazamos la gráfica del inverso del cambio en la
masa, 1/Am, conforme un gas queda adsorbido en una superficie en función del re-
cíproco de la concentración del gas, obtendremos una recta cuya intersección con el
eje y es el inverso de la constante de proporcionalidad K. Si utilizamos este valor, po-
demos emplear la pendiente de la gráfica [que es igual a I/(K • K)] para determinar
la constante de equilibro del proceso de adsorción/desorción. Asimismo, en lugar de
Am, podemos valemos de un cambio en la concentración; los conceptos detrás de la
ecuación 22.29 no cambian.
Finalmente, como la intersección con el eje y corresponde a un valor infinito de
[gas] (de tal manera que II[gas] es igual a 0), su valor debe corresponder a una cober-
tura de 1. Si conocemos las dimensiones aproximadas de la molécula, podemos de-
terminar cuántas moléculas son adsorbidas, así como el área de la superficie del
sólido. Por consiguiente, la constante de proporcionalidad K actúa como factor de
conversión entre la masa adsorbida y el área de la superficie del sólido. El siguiente
ejemplo muestra cómo se aplican algunas de estas ideas.
Ejemplo 22.8
Una aplicación de la adsorción en superficies consiste en medir la capacidad del car-
bón vegetal para adsorber ácido. (El carbón vegetal activado, una forma de carbón
tratado, es muy poroso y se utiliza para adsorber impurezas provenientes del agua.
Su utilización en acuarios tipifica este comportamiento.) En un experimento de
laboratorio, un estudiante mezcla cierta cantidad de carbón vegetal pulverizado en
diversas disoluciones de ácido acético. Las disoluciones de ácido acético poseen di-
ferentes concentraciones iniciales. Parte del ácido queda adsorbido en el carbón
vegetal. Tomando alícuotas después de que se ha establecido el equilibrio, el estu-
diante determina el cambio en la concentración del ácido. Trace una gráfica de la
isoterma de Langmuir para los datos del experimento y determine la constante de
equilibrio para la adsorción. Los datos experimentales son los siguientes:
Concentración original (M) Cambio en la concentración (M)
0.7001 0.00665
0.3694 0.00588
0.1515 0.00553
0.0437 0.00283
0.0169 0.00153
Solución
Con el fin de aplicar la ecuación 22.29 para trazar una gráfica de una isoterma y
determinar una constante de proporcionalidad K, necesitamos representar en una
gráfica 1/Ac, la inversa del cambio de concentración, en función de I/[ácido]. La si-
guiente tabla se determina a partir de los datos experimentales anteriores:
I/[ácido] 1/Ac
1.428 150.
2.708 170.
6.601 181
22.9 353
59.2 654
786 C A P Í T U L O 22 Superficies
La figura 22.23 muestra la gráfica de estos datos, en la que 1/Ac aparece en el eje
y y I/[ácido] en el eje x. Se ha trazado la recta de mejor ajuste, la cual muestra que
la intersección con el eje y ocurre aproximadamente en 141. De acuerdo con la ecua-
ción 22.29, éste es el valor de I/K. Si calculamos el inverso, tenemos que K es igual a
7^7, o 0.00709. Nuestra recta de mejor ajuste también posee una pendiente de 8.45,
que es igual a I/(K • Keq). Una vez despejada K, aplicamos el álgebra para determi-
nar un valor para K, y obtenemos K ~ 16.7. Si tuviéramos más datos —digamos, las
dimensiones de la molécula de ácido acético o el área de la superficie del carbón ve-
getal— podríamos calcular el área superficial o las dimensiones de la molécula, res-
pectivamente.
Figura 22.23 Gráfica de datos para el
ejemplo 22.8. La intersección con el eje y
es igual a I/K, la inversa de la constante La isoterma de Langmuir constituye una forma común de representar la adsorción
de proporcionalidad, mientras que la pen- de moléculas en fase gaseosa o líquida en una superficie, pero no es la única. Otra for-
diente es igual a 1/K-íC (véase el ejemplo ma de representar la cobertura en función de la concentración de la especie que se
22.8).
adsorbe consiste en la isoterma de Freundlich, que se rige por la siguiente ecuación:
(22.30)
donde Ky cson constantes determinadas experimentalmente. Esta ecuación normal-
mente se gráfica en términos de su logaritmo, que se forma de la siguiente manera:
log 0 = log K + c • log [especie adsorbida]
y tiene la forma de una recta. Existen otras isotermas definidas para sistemas hetero-
géneos diferentes. (Consulte un texto sobre ciencia de superficies, donde encontrará
una explicación más detallada del tema.)
¿Qué sucede si una reacción incluye la adsorción de dos diferentes especies en fa-
se gaseosa, A y B, en una superficie sólida? Con el fin de representar dichos procesos,
tendremos que definir dos variables diferentes de cobertura 0A y 0B. Si suponemos
que la adsorción y la desorción de cada proceso se encuentran en equilibrio, enton-
ces podemos reescribir la ecuación 22.25, la igualdad de las rapideces de adsorción y
desorción, para cada especie en fase gaseosa:
(22.31)
Si definimos dos constantes de equilibrio K A y KBen términos de constantes de rapidez
de adsorción y desorción como lo hicimos antes, podemos despejar las dos coberturas.
A continuación anotamos sus expresiones sin mostrar los cálculos algebraicos:
(22.32)
22.7 Resumen
Las superficies se encuentran por todas partes y son más importantes en fisicoquími-
ca de lo que parecen a primera vista. Las propiedades termodinámicas de una super-
ficie son diferentes a las del material en el bulto. Esto se debe a un desequilibrio de
22.7 Resumen 789
fuerzas que se presenta en una superficie y que constituye la causa de fenómenos co-
mo la tensión superficial y la acción capilar. Las superficies pueden ser tan delgadas
como una sola molécula, y en este caso se les da el nombre de película. El comporta-
miento de dicha película está íntimamente relacionado con las propiedades generales
de las superficies.
En el caso de sólidos bien definidos, como los cristales, las superficies mismas pue-
den definirse correctamente utilizando los índices de Miller. (Los sólidos no siempre
se encuentran bien definidos, pero cuando lo están, resulta realmente fácil entender-
los.) Lo que sabemos de ellos incluye el hecho de que pueden influir en las reaccio-
nes químicas, aunque no participen en la química total: actúan como catalizadores.
La capacidad de una superficie para actuar como catalizador depende de diversos fac-
tores, incluyendo la facilidad con que una molécula reactiva queda adsorbida en la
superficie, la facilidad con que la molécula en la superficie se disocia y la facilidad
con que los átomos que resultan se combinan para formar productos. La combina-
ción adecuada de reacción y superficie puede influir decisivamente en la rapidez de
la reacción.
E J E R C I C I O S D E L C A P Í T U L O 2 2
22.10 Explique por qué la ecuación 22.9 no viola la primera 22.19 Por qué las elevaciones y descensos capilares no se no-
ley de la termodinámica. tan en el caso de cilindros con radios grandes?
1 Integrales útiles
2 Propiedades
termodinámicas de
diversas sustancias
3 Tablas de caracteres
4 Tablas de correlación
infrarroja Apéndice 1 Integrales útiles
5 Propiedades nucleares Integrales indefinidas1
Integrales definidas2
Fuente: D. R. Lide (éd.), CRC Handbook of Chemistry and Physics, Boca Raton (Florida), CRC Press, 2001 (reimpreso con
autorización).
Apéndice 5 Propiedades nucleares 805
14
N 0.40375
15
N -0.5662
16Q
17
0 -0.7575
19
F 5.2567
23
Na 1.4783
25
Mg -0.3422
27
A1 1.457
28
Si
29
Si -1.1105
31p 2.2634
32
S
33
S 0.429
35
C1 0.5479
37
C1 0.4560
39K
0.26098
42K
NA
43
Ca -0.3763
47Ti -0.3154
49Ti
-0.31547
51
V 1.471
53
Cr -0.3163
55
Mn 1.3875
67
Zn 0.3502
77
Se 1.068
81
Br 1.5180
87
Rb 1.8337
87
Sr -0.24289
95
Mo -0.3654
109
Ag -0.1305
1H
Cd -1.1900
125Te
-1.7744
127j
1.1236
133
Cs 0.7368
135
Ba 0.5581
137
Ba 0.6243
183
W 0.2338
195pt
1.204
20I
Hg -1.1166
238
U 0
Fuente: G. W. C. Kaye, T. H. Laby, Tables of Physical and Chemical
Constants, 15a. éd., Nueva York, Longman/Wiley, 1986.
Capítulo 1 1.26. a = 2.135 x 105 bar-cm6/mol2. La unidad cm6 resulta
1.2. Un sistema constituye parte del universo bajo observa- del hecho de que 1 L = 1000 cm3, y hay un término L2 en la
ción. Un sistema cerrado es un sistema que no permite la trans- unidad original para a.
ferencia de materia a los alrededores o de ellos. Sin embargo, 1.27. Bajo condiciones "normales" de alrededor de 1 atm de
es posible la transferencia de energía entre los alrededores y un presión y 25 °C, V(gas) es de aproximadamente 24 500 cm3.
sistema cerrado. Por consiguiente, el término B/V tiene un valor alrededor de
1.3. a) 1.256 X 104 cm3 b) 318 K c) 1.069 X 105 Pa 6.1 x 10~4 para el H2, lo cual incrementa su compresibilidad
aproximadamente 4.6%, una desviación del estado ideal fácil-
d) 1.64 bar e) 125 cm3 f) -268.9°C g) 0.2575 bar
mente detectable.
1.4. a) O °C es una temperatura más alta, b) 300 K c) -20 °C
1.30. La temperatura de Boyle del nitrógeno se aproxima
1.6. F(T) = 0.164 L-atm; V™ 0.164 L mucho a la temperatura ambiente, lo cual implica que su se-
1.7. F(p) = 1.04 X TO' 4 fe T« 643 K. gundo coeficiente virial B se acerca a cero. Por lo tanto, se es-
peraría que el N2 actuara casi idealmente a la temperatura
1.12. a) ptot = 1.25 atm b) pHe = 0-250 atm, pNe = ambiente.
1.00 atm c) xHe = 0.200, xNe = 0.800
1.13. pN2 = 11.8 Ib/in2, po2 = 2.94 Ib/in2
1.32. -, de acuerdo con la regla cíclica. Sin
1.14. 0.0626 g CO2 por cm3
1.15. a) 5 y 5 b) 25 y 55 c) -0.28 y -0.07, respectivamente.
embargo, no tiene sentido calcular la derivada con respecto a
una variable que se mantiene constante, así que no es posible
obtener información importante a partir de esta expresión. La
expresión original también carece de utilidad desde un punto
de vista matemático, ya que normalmente debemos determi-
nar la variación de p con respecto a otras variables diferentes.
1.33. K tiene unidades de 1/(presión), como 1/atm o I/bar, a
1.18. R es una constante, no una variable tiene unidades de 1/(temp.), o 1/K.
Capítulo 2
2.1. a) 900 J b ) 640)
2.3. 0.932 L-atm o -94.4 ]
2.4. -3.345 L-atm o-338.9]
2.6. c = 0.18|/(g-°C)
2.8. Temperatura final = 24.4 °C
806
Capítulo 5 807
2.21. a) pfina, = 242 atm b) w = O, q = 1.44 x 10 J, 6 3.23. ASmix = 2.20 |/K, ASexpansión = 3.72 J/K; AStotal = 5.92 J/K.
AL/ = 1.44 x 10 6 ] 3.34. De entropía menor a mayor: Cdia < Cgra < Si < Fe <
2.22. Cuando q = -w, AL/ = O incluso si las condiciones fina- NaCI < BaS04
les no son las mismas que las condiciones iniciales.
3.36. a) -163.29 j/K b) -44.24 ]/K c) -1074.1 |/K
2.23. w - +2690 J, q = -1270 J, AL/ = 1420 ], AH = 3.39. La diferencia entre los dos valores del cambio de entro-
+1420] pía es de 188.87 ]/K. La diferencia se debe a la fase del produc-
2.24. AH = 2260 J, w = -172 J, AL/ = 2088 J to, H20.
2.26. AL/ = -4450 \, pfina, - 714 atm 3.40. AS - 37.5 |/K
2
2.27. Las unidades deben ser J/K, ]/K y J-K, respectivamente. 3.41. AS = 9.09 X 10 5 ]/K
2.33. I(He) « 36K (comparados con 40 K medidos experi-
mentalmente), 7(H2) ~ 224 K (comparados con 202 K medi- Capítulo 4
dos experimentalmente). 4.8. Como A/4 es menor que o igual a la cantidad máxima de
2.39. El proceso es adiabático: w = -107 |, AL/ = -107 ] trabajo que el sistema puede realizar, se calcula el trabajo se-
gún las condiciones dadas y se sabe que hA debe ser menor
2.40. 7f = 186°C que esa cantidad, ya que el proceso no es reversible: A>4 <
2.44. La temperatura disminuye a aproximadamente 55.0% 517 J.
de su temperatura original. 4.9. La reacción puede ser arriba de 237.17 kj por mol del
2.45. AH = 333.5 ), AL/ = 333.491 J « 333.5 J (4 cifras sig- H2O reactivo.
nif.). Aun en el caso del H2O, que experimenta un cambio de 4.10. A4 = -536 J
9% de su volumen al fundirse, la diferencia entre AH y AL/ es
mínima en el caso del cambio de fase sólido-líquido. 4.11. w = -15 700 |, q = 15 700 J, AL/ = O, AH = O, M =
-15 700 ], AS = 57.5 )/K
2.46. El sistema realiza 0.165 ) de trabajo.
4.12. -97.7 k]
2.48. 6.777 g de hielo pueden fundirse.
4.13. +2.3 k) y+138.3 kj
2.55. q = 31723 J, AL/ = -31 723 ], w = O, AH - -31 735 J
4.17. A4 = O (ya que se trata de una función de estado)
2.56. q= -31 723 J, AH - -31 723 J, w = 12J,
A L / - -31711 J 4.23. a) sí b) sí c) sí d) sí e) no
2.57. AH (-492.9 KJ) = -285.94 kj, que no es muy diferen- 4.28. AL/ debe cambiar aproximadamente 4460 ].
te que AH (25 °C). 4.34. 38.5 I/K
5.6. a) £ = 1.5 mol b) £ no puede ser igual a 3 en este caso 6.7. Por definición, cada sustancia pura sólo posee un punto
porque H2 actuará como limitante a £ = 1.66 mol. de ebullición normal.
5.9. Falso. p° es la presión estándar, definida como 1 atm o 6.8. -^líquido = ^sólido
1 bar.
6.12. d^/dT= -214J/K
5.10. ArcnC° = -514.38 kj; ArcnC = -489.49 k]
6.13. AS = 87.0J/mol
5.11. b) AC° = - 6 8 k J c ) K = 8.2 x 1011
6.14. MP(Ni)« 1452°C
5.12. El sistema no necesariamente se encontraría en equili-
brio, ya que los valores p¡ o p¡ en la ecuación 5.9 ahora poseen 6.15. MP(Pt)« 3820 °C
diferentes valores. Sólo si hubiera la misma cantidad de moles
6.17. Los supuestos incluyen el hecho de que AH y Al/son in-
en cualquier miembro de la reacción química, estas presio-
variables con respecto al intervalo de temperatura en cuestión.
nes parciales se cancelarían matemáticamente y las constantes
de equilibrio tendrían el mismo valor. 6.19. Una presión de -7.3 atm hará estable la forma romboi-
5.14. a) AC° = -32.8 k] b) ArcnC = -29.4 k] de del azufre a 100 °C.
5.15. AC será cero cuando todas las presiones parciales sean 6.21. a) sí b) sí c) no d) no e) no f) no g) no h) sí
aproximadamente 1.29 x 10~3 atm. 6.23. Una presión de -7.3 atm hará más estable la forma
5.16. p(H2) - 0.4167 atm, p(D2) = 0.0167 atm, p(HD) = romboide del azufre a 100 °C. Esto es muy similar a la presión
0.1667 atm, Ç = 0.0833 mol predicha en la ecuación 6.10.
5.18. a) K = 6.96 b) £ = 0.393 6.26. La ecuación de Clausius-Clapeyron predice presiones de
5.19. AC° = 10.2 k], K = 1.63 x 10' 2 vapor decrecientes en el siguiente orden: terí-butanol (44.7
mmHg), 2-butanol (20.5 mmHg), isobutanol (13.6 mmHg) y
1 -butanol (9.6 mmHg). Este orden también va de menor a ma-
yor en los puntos de ebullición normales de los isómeros.
6.27. dp/dT = 7.8 x 10~6 bar/K, o aproximadamente de ^
mmHg por grado K
6.28. p = 0.035 bar
6.30. p « 97 atm, lo cual corresponde a aproximadamente
800 m bajo la superficie del océano.
5.22. K= 0.310 6.38. Se requieren temperaturas más altas para obtener una
5.23. p* 1.49 X 104atm fase líquida estable en el caso de un compuesto que se sublima
bajo una presión normal. El CO2 constituye un ejemplo.
5.24. K= 6.3 X 10~5
5.25. a) AC° = 10.96 k] b) mH+ = mso42~ = 6.49 x 10"3 Capítulo 7
molal, mHSo4 = 3.51 x 10~3 molal
7.1. Grados de libertad = 3
5.26. AH° « -77 k)
7.3. Tendría que haber cinco diferentes fases (por ejemplo,
5.27. Una reducción de temperatura de 5 a 293 K, incremen- podrían tenerse tres distintas fases sólidas).
ta K por un factor de 2. Un descenso de la temperatura a 282
K, una reducción de 16 K, incrementa K un factor de 10. Si 7.7. La cantidad mínima de H2O es 6.39 x 10~3 mol (0.115
AH = -20 k], las temperaturas necesarias son de 274 K y 232 g); cantidad mínima de CH3OH es 3.36 x 10~2 mol (1.08 g).
K, respectivamente.
7.8. /H2o = 0.0928; xCH3oH = 0.907
8.19. a) P = 0.00 V b) Q = [Fe3+]/[Fe3+] = |f c) £ = 9.31. L = 4.22 x 10~34, 5.27 X 10~ 34 y 6.33 x 10'34 J-s, res-
0.0375 V pectivamente
810 R E S P U E S T A S A LOS E J E R C I C I O S SELECCIONADOS
9.36. \boia de béisbol = 1.49 x 10~34 m; Xe = 1.64 x 1(T5 m 10.51. La primera degeneración aparece cuando uno de los
(o 16.4 mieras) números cuánticos es igual a 2 [es decir, £(1,1, 2) = £(1, 2,1 ) =
E(2, 1, 1)]. La primera presentación de degeneración acciden-
9.37. vv = 7.27 X 106 m/s; vp+ = 3.96 x 103 m/s tal ocurre para £(3, 3, 3) = £(5, 1, 1) = £(1, 5, 1) = £(1, 1, 5).
10.54. <x> = a/2, <y> = b/2, (z) = c/2.
Capítulo 10
10.58. a) 1 b) O c) lótWSmo2 d) O e) 1 f) O g) H2/Sm (I/o2
10.2. Finita, continua, univaluada e integrable + 1/b2 + l/c2)^
10.3. a) sí b) no; no se encuentra acotada (observe que el he-
cho de que la función sea imaginaria para valores negativos de Capítulo 11
x no constituye una cuestión fundamental, ya que no se exige 11.1. 335.8 N/m
que las funciones sean reales) c) no; no es continua d) sí, si
puede normalizarse e) no; no está acotada f) sí g) no; no es 11.2. k= 1515 N/m
univalente 11.9. a) A£ = 6.63 x 10~34 ] b) X = 3.00 x 108 m
10.4. a) multiplicación b) suma c) logaritmo natural d) seno 11.10. a) Af = 3.976 x 1 0 ~ 2 0 J b ) X = 5.00 x 10- 6 m
e) función exponencial f) primera derivada con respecto a x c) región infrarroja
10.5. a) 6 b) 9 f) 12x2 - 7 - 7/x2 11.11. v = 4.36 x 1014 s, \ = 6.88 X 10~7 m
11.14. (px) = O para ambas ¥(0) y ¥(1)
10.6. a) 12x2 + 4x~3 b) -2 c) sen ^ d) ^=j
11.16. a) cero b) cero c) probablemente no es idéntica a ce-
ro d) cero e) indeterminada f) indeterminada; depende de la
forma de la energía potencial, V
10.50. Las cinco energías mínimas son, en orden, ¥(1, 1,1), 11.50. EH = -1312 kj/mol, £He = -5249 kj/mol.
¥(1,1, 2), ¥(1,1, 3), ¥(1, 2, 1) y ¥(2, 1,1) (donde los nú-
11.51. P = 0.68% para un electrón en el orbital Is.
meros cuánticos se listan en orden de dimensión).
Capítulo 13 811
11.53. Nodos radial, angular y total, respectivamente: a) 1, O 12.18. La corrección de la energía no será exacta aun si la in-
y 1 para ^2s b) 2, O y 2 para ¥3s c) 1, 1 y 2 para V3p d) O, 3 y tegral puede resolverse analíticamente, porque las funciones
3 para W4f. de onda en la integral corresponden al sistema ideal, no al real.
12.19. (fperturb) = 3c/(4a2), en la que c representa la anarmo-
nicidad.
12.20. Una corrección como ex3 convierte al integrando en
una función impar, lo cual hace que el valor de la integral sea
exactamente cero.
Capítulo 12
12.21. o3 = -15^mo2/(16ir2/72)
12.24. a) no (a menos que A y B sean iguales a cero, lo cual
constituye una función de onda trivial de cualquier forma)
b) no c) no d) sí e) no f) no g) no. La mayoría de estas funcio-
nes de prueba no satisfacen las condiciones en la frontera para
una partícula en una caja.
12.34. La aproximación de Born-Oppenheimer es más aplica-
12.4. Sí, las funciones de espín a y p son ortogonales. ble a Cs2, cuyos núcleos se desplazan con mayor lentitud que
los del H2.
Capítulo 13
13.2. a) f, C2 (eje principal), 4C2 (perpendicular al eje princi-
pal), ah, 2aw /, 52 b) f, C2, 2av c) f, varias a
13.3. b) C2v
13.5. a) Grupo completo b) Grupo completo c) Grupo
incompleto: falta f d) Grupo incompleto: falta C2 (el inverso
12.12. H posee un solo electrón, así que no hay antisimetría
deC 3 )
con respecto al intercambio por considerar.
13.19. a) C2v b) D3h c) C2v 14.2. a) exactamente cero b) exactamente cero c) puede ser
diferente de cero d) exactamente cero
13.20. a) C.v b) C2v c) D3h
14.3. a) 3.00 x 108 s'1 b) 6.28 x 1012 s'1 c) 3.798 x 1014
13.21. a) C4H4/ C8H8/ C12H12 y C20H20. El sólido platónico fi- s'1 d) 1.575 x 10 5 s~ 1
nal no puede existir como hidrocarburo. Todos, salvo el C4H4,
han sido sintetizados por químicos orgánicos. 14.4. No, no está permitido.
13.24. a) Q (es decir, sólo el elemento de simetría E se en- 14.8. E = O, 2.58 X 10~22 ), 7.74 X 10~22 J, 1.55 X 10~21 ]
cuentra presente) b) Aún Cs, así que ya no es quiral (las reglas
para la determinación de la quiralidad se pueden encontrar en 14.9. a) tapa simétrica alargada b) tapa esférica c) tapa esfé-
un libro de texto de química orgánica). rica d) tapa asimétrica e) tapa asimétrica f) tapa asimétrica
g) tapa simétrica achatada h) lineal
13.30. Por lo menos un eje de rotación triple (o de multiplici-
dad superior) se requiere para tener una representación irredu- 14.10. B = 5.91 X 10~24 ] = 0.2979 crrT1
cible E. 14.11. £(SF6) = 1.80 X TO' 24 ], fi(UF6) = 1.10 X 10~24 ]. La
13.31. Las representaciones irreducibles pertenecen a diferen- diferencia se debe a las distancias de enlace más grandes en
tes grupos puntuales y tienen clases y órdenes de simetría. Por UF6; los átomos S y U mismos no contribuyen al momento de
lo tanto, el gran teorema de ortogonalidad no se cumple. inercia porque se encuentran en la intersección de todos los
elementos de simetría.
13.32. En Coov y D^, cualquier valor de c|> es posible en el ca-
so de una rotación propia o impropia. 14.12. A = B = 1.015 X 10~22 J (= 0.196 cm'1),
8.368 X 10- 23 |(= 0.237cm'1)
13.33. T(orbitales f en Oh) = A2u 0 7lu 0 72u
14.14. E = 0 , 1.674 x 10~22 J, 2.030 x 10~22 ), 5.021 x
13.34. a) Sen <|> tiene £, v(xy), S2 (el eje y) e /. b) Cos 4> tiene 10'22), 6.090 x 10~ 22 )
E, C2 (el eje y) y 2a (el eje xyy los planos yz).
14.16. b, c, e, h, i y j tendrán espectros rotacionales puros.
13.35. Los elementos de simetría en este caso serían los mis-
mos que en el caso del eos $ en la respuesta 13.34b. 14.17. a) permitido b) prohibido c) prohibido d) prohibido
e) prohibido f) permitido g) prohibido h) permitido
13.36. Ya sea Cœv o Dwh
14.19. r = 3.28 Á
13.39. a)3A®2Bb)A,®A2® 2E
13.40. a) A2 b) ^ 0 B2 0 ^ c) E' d) >4lu 14.20. r= 1.60 À
13.41. De las primeras cuatro respuestas anteriores, todas las 14.21. 450.5,900.9, 1351.2 y 1801.6 GHz
integrales de las funciones con dichos índices de simetría serían 14.22. a) ymáx « 4 b) ymáx - 7
idénticas a cero, porque no contienen toda la representación
irreducible simétrica (A^ o A'). 14.23. TT« 1600K
13.42. Sí, puede ocurrir una transición, porque en el grupo 14.29. D«4.82 X lO^crn"1
puntual C4v la combinación E x E x B2 contiene a >4V
14.30. Total de grados de libertad, de grados vibracionales de
13.43. La transición se encuentra prohibida porque D^0) x libertad: a) 6, 1 b) 9, 3 c) 180, 174 d) 69, 63 e) 54, 48
D<0) X D^ no contiene a D<1).
14.32. CH3D debería tener más vibraciones activas IR debido
13.44. Los orbitales d poseen representaciones irreducibles f a la pérdida de simetría.
0 T2, E es doblemente degenerado y T2 es triplemente dege-
nerado. 14.35. iT(est) = 1215 cm"1 (no es una buena aproximación)
13.51. Las tres líneas poco separadas son las tres funciones de 14.36. 1661.6cm-1
onda que forma el estado triple (véase la ecuación 13.22).
14.43. De(HF) = 47,550 cm'1, o(HF) = 2.26 X 1010 rrT1 =
13.55. sp 2
2.26 A"1
14.55. Las diferentes simetrías darán un número diferente de 15.34. a) C4n+2H4A7+2, n = O, 1, 2, . . . puede ser aromático.
vibraciones medibles IR: la simetría tetraédrica da 2 vibraciones b) C4n+1H~4n+1/ n = 1, 2, . . . puede ser aromático, c) C4nH4n2,
activas IR; la simetría plana cuadrada (es decir, D4h) da como n = 1, 2, . . . puede ser aromático.
resultado 3 vibraciones activas IR. 15.35. El calentamiento de un material activo por láser pue-
1 1
14.58. 618 cm' = v2 - v-,, 2337 cm' = v3 - v2 + 2vj y bla los niveles de energía sólo térmicamente, con lo cual se es-
3715 cm"1 = 2v! + v3 o v2 + v3. tablece finalmente una población de estado excitado dictada
por la distribución de Boltzmann. Las inversiones de población
14.63. r= 1.00 A no se conseguirán.
14.66. No hay tal cosa como una línea P(0). Las ramificacio- 15.39. ~1.60 x 1025 fotones por segundo
nes P son A/ = — 1, y una molécula no puede pasar de / = O a
15.41. 1.20 x 108 W
y=-i-
15.42. Ya que la razón entre la emisión espontánea y la emi-
Capítulo 15 sión estimulada se incrementa proporcionalmente con res-
15.1. Los posibles estados excitados sólo pueden tener sime- pecto a v3 (véase la ecuación 15.33), conforme la frecuencia
tría f1u. aumenta, la emisión espontánea domina sobre la emisión es-
timulada. Esto hace paulatinamente más difícil construir un lá-
15.3. fl(D) = 109 660 cnrT1, /?(T) = 109 670 crrT1 ser para longitudes de onda de luz cada vez más cortas.
15.4. 15 231 cm'1, 20 561 cnrr1, 23 029 crrT1, 24 369 cnrr1
Capítulo 16
15.6. Af = O
16.2. 0.06 gauss
15.7. a) L = 2, 1, 0; ML = -2, -1, O, 1, 2 (dependiendo del
valor de /.); S = 1, 0; Ms = -1, O, 1 (dependiendo del valor de 16.3. a) El dipolo magnético sería el mismo, b) Véase el ejem-
5); / = 3, 2, 1, O (dependiendo de los valores de L y 5); M¡ = plo 16.2b.
-3, -2, -1, O, 1, 2, 3 (dependiendo del valor de /). 16.7. a) Af = -2.18 x 10~23 J, O J y +2.18 x 10~18 ]
15.8. MS = -\ o +| para el núcleo H. Si el núcleo y los mo- 16.8. 0.357 T
mentos angulares del electrón se encuentran acoplados, Ms
16.9. Af (My = +f -> MI = -D - 2.23 X 10~27 J («1.12 X
puede ser igual a -1, O o 1 para el átomo completo.
lO^crrT1)
15.9. El aluminio posee un solo electrón p en su subcapa más
16.11. g= 1.50115 vs. 1.5
llena.
16.12. Af = -3.10 X 10~24 J, -1.03 X 10~24 ], +1.03 X
15.10. a) € = 2, m€ = -2, -1, O, 1, 2, / = f (m¡ = -|, -f, -\,
10" 2 4 Jy + 3.10 x 10~ 24 J
if of) o/=!(*!,.= -I,-lo])
16.15. 5
15.11. Af = 4 X 10" 22 j
16.18. 0.388 T
15.12. a) 2S1/2 b) 2P1/2 c) 2D3/2
16.19. v = 0.325 cm'1
15.14. 3P0 es el símbolo del término del estado electrónico
basal de los átomos de C y se entiende que posee una energía 16.22. 7 absorciones hiperfinas a 3716, 3638, 3560, 3482,
de O con respecto a sí mismo. 3404, 3326 y 3248 gauss
15.17. 3F2, 3F3, 3Dlx 3D2, 3D3 y 3G3 16.23. Las transiciones de resonancia deberían ocurrir a la
misma longitud de onda.
15.20. Las moléculas diatómicas heteronucleares —y sus fun-
ciones de onda— no poseen un centro del elemento de sime- 16.24. a, d, f y g tienen espines nucleares diferentes de cero,
tría de inversión, lo cual se requiere con el fin de utilizar índices y por eso muestran espectros NMR bajo condiciones de reso-
gerades y no gerades. nancia apropiadas.
15.29. No habrá cambio en la aproximación de Hückel del 16.28. Af = +1.432 X 10~26 J, +4.774 X 10~27 J, -4.774 X
10~ 2 7 ]y-1.432 X 10~ 26 J
etileno porque el átomo de hidrógeno (cualquier isótopo) no
contribuye a los orbitales ir. 16.29. Af = +14.41 MHz
814 R E S P U E S T A S A LOS EJERCICIOS SELECCIONADOS
16.30. El boro NMR es más complejo por dos razones: a) hay 18.11. qH2/<7D2 = 1/V2
dos isótopos comunes del B, 10B (-20%) y 11B (-80%); y b) tie-
nen diferentes espines nucleares (3 y f, respectivamente) y di- 18.12. qvib (250 K) « 1.3 X 10'18; qfvib (500 K) « 1.3 X 10~9
ferentes relaciones magnetógiras. 18.13. qvib = 1.8 X 10~20
16.31. 154 T 18.14. 216 (2), 313 (3), 459 y 779 (3) cm-1 (degeneraciones
entre paréntesis)
Capítulo 17
18.15. Mínima qnuc = 1, mínima qrot = 1 (de la ecuación
17.1. Una por caja: 4 formas. Cualquier número por caja: 24 18.26)
formas.
18.16. T= 374 K
17.2. 24 formas
18.17. qH2/<?D2 = 1/2
17.3. In (1 000 000!) « 1.281 x 107. Por consiguiente,
1 000 000! = e1'281 x 1°7 18.18. Los estados / de numeración par se asocian con las
funciones de onda nucleares antisimétricas; los estados / de nu-
17.5. In (5000!) « 37 591, que es el mismo valor que el del meración impar se encuentran asociados con las funciones de
texto (no el que se obtiene de la aproximación de Stirling). onda nucleares simétricas.
17.7. En promedio, hay 25 insectos por mes a lo largo del 18.20. 6r debería incrementarse como consecuencia de que
año. las distorsiones centrífugas elevarán el momento de inercia /
17.8. a) 1 1 3 4 0 0 b ) 6 c ) 2 0 de la molécula.
17.11. Distribución más probable: 1 bola en cada una de las 18.21. qu(NH3) = 74.8
tres cajas (P = 0.50) 18.25. Para HCI, 298 K: E = -407.8 kj/mol, H = -397.9
k]/mol, C = -456.0 kj/mol, 5 = 186.5 J/mol-K
17.15. N!/NO = 0.38
17.17. 13.2 K para 1:2^:50, 38.9 K para 1:1 E2:E0, 122.5 K 18.34. a) 35.8 N/m o 3.58 mdin/A b) 150 arT1
para 1:1 E3 : E2
Capítulo 19
17.19. C siempre es más alta que A.
19.2. 6.66 x 10~21 ); 4.01 k)/mol
17.28. La formulación de las ecuaciones de la termodinámica
estadística sobre la base del comportamiento estadístico de las 19.4. a) 1305 m/s b) 285 m/s
partículas individuales. Por consiguiente, deben emplearse
las masas de dichas partículas individuales (es decir, átomos o 19.6. p « 3.68 X 10~21 atm vprom = 184 m/s
moléculas), no la masa molar. 19.7. 213 K, 853 K, 1920 K, 3410 K, 5330 K
10
17.31. A(25 K) = 1.745 X 10~ m, A(500 K) = 3.903 X
19.8. 3 X 1012K
10- n m
17.32. A 120 K, el criptón se encuentra muy cerca de su tem- 19.13. Razón = J¡
peratura de licuefacción y no actúa como un gas real. 19.14. a) Utilizando y « 15 m/s y dv = 10 m/s, G(v) «
17.33. a) 164.9 J/(mol-K) b) 210.2 J/(mol-K) 8.24 x 10"5, b) Utilizando v « 1005 m/s y dv = 10 m/s,
c) 174.9J/(mol-K) G(v) « 5.69 x 10~4. c) Utilizando v « 10005 m/s y dv =
10 m/s, C(v) « 0.
17.34. 620)
19.15. T« 5 x 10~ 7 K
17.36. 94100K
19.20. X « 2 . 6 x 10 12 m
Capítulo 18
19.22. \ « 7.65 x 10~ 1C) m
18.1. a)1 b) 1 c)2
19.23. En el caso de cierto gas, la densidad y temperatura son
18.4. effect = 8.96 (no cambia mucho de 7.82 a 298 K)
las únicas variables que se necesitan para determinar una fre-
18.5. Mínima qeiect = 1 cuencia promedio de colisión.
18.6. feet (Ni, 298 K) = 4.143 vs. qe,ect (Ni, 1000 K) = 5.250; 19.24. z = 2110s- 1
<?eiect (Ni, 5.0 K) = -3.000 vs. qeiect (Ni, 298 K) = 4.143
19.31. 2.02 x 1014 por segundo
18.7. <7eiect«5.89 x 1075
19.32. p « 664 bar o 4.98 torr
18.8. qeiect-10 128
18.9. a) c/eiect « 13.1 b) La temperatura ambiente posee sufi- 19.33. 2.85 x 10~6 g de Ar por segundo
ciente energía térmica (~ RT) para descomponer el enlace He2,
19.36. a) 0.844 cm2/s
así que probablemente no exista a 300 K.
Capítulo 22 815
20.13. a) 32.4 s b) 356 s 21.32. El KBr difracta los rayos X dados a e = 11.7°, 13.5°,
19.3°, 22.8°, 23.9° y 27.9°.
20.14. a) 32.7 s b) 397 s
21.35. La muestra podría ser de MgO, ya que los iones en es-
20.17. ^ = «Ap; 2^2 - ¿g = * 9 ráfica
^ en fun- te compuesto son isoelectrónicos y tendrían factores de disper-
sión similares.
ción de t, pendiente = k y ordenada al origen = 2. 21.36. a) fcc, tipo NaCI b) se c) se
2 LA Jo
21.37. a) rutilo b) fluorita c) rutilo
2
°-18-a)t- = 2^fb)t- = ^Í 21.40. número de coordinación = 8
20.19. pendiente = -k; intersección = [A]0 21.41. número de coordinación (Ca, fluorita) = 8, número de
coordinación (F, fluorita) = 4; número de coordinación (Ti, ru-
20.21. t = ^- tilo) = 6, número de coordinación (O, rutilo) = 3.
k
21.43. a) K + (g) +F~ (g) -> KF (cristal)
20.26. pendiente = fc/2.303
21.46. a) 399 kj/mol (coulómbico) en función de 636 kj/mol
20.28. K « 2 . 9 X 101
(energía reticular)
20.31. Razón inicial de (A - B)/(B - C) = 8.98. La razón de
21.47. p = 0.307 A
equilibrio no puede determinarse sin conocer las razones de las
reacciones inversas.
Capítulo 22
20.33. pendiente = -(k¡ + /c2)
22.2. 4.355 N/m
20.43. E A « 5 1 . 9 k J
22.3. a) 1.36 x 10~ 4 J
1
20.44. A** 1.2 x lO^s'
22.6. a) A7« 10.8°C
20.45. ¿«1.21 X 10'11 s'1
22.7. y < ~4 X 10~2 erg/cm2
6 1
20.46. a) orden = 2 b) k (100 °C) = 2.08 x 10~ M^-s"
22.15. a) 9600 din/cm2 « 0.72 torr
38 1
20.49. a) £A = 159 kj/mol b) A = 1.8 x 10 s"
22.18. b) pvapor - 25.06 mmHg
6
20.60. V « 2.6 x 10' mol/s
22.20. 49.9°
20.63. \2 debería proceder con más facilidad.
22.24. a) 3.988 Á
Capítulo 21 22.30. 3.54 x 108 moléculas de gas por centímetro cúbico
21.6. a) 3 celdas unitarias b) 2 celdas unitarias c) 6 celdas uni- 22.31. -0.01 s
tarias d) 1 celda unitaria (véase la tabla 21.1 relacionada con
22.32. 7.5 X 10 8 L
los sistemas que se cumplen con los requisitos indicados).
21.9. rmáx = (V^4)a 22.33. a) heterogéneo b) heterogéneo c) homogéneo
Créditos fotográficos
E sta página es una extensión de la página de créditos. Hemos hecho un gran es-
fuerzo para rastrear a los propietarios del material y por obtener la autorización
de sus poseedores. En caso de que surja cualquier duda sobre el uso de algún material,
estamos dispuestos a hacer las correcciones necesarias en las siguientes reimpresio-
nes. Agradecemos a los siguientes autores, editores y agentes el permiso para incluir
el material que sigue:
Capítulo 1.7: © CORBIS-Bettmann; 13: (abajo a la izquierda) Foto de Gen. Stab.
Lit. Anst., cortesía de Archivos visuales AIP Emilio Segre, W.F. Meggers Galería de
Premios Nobel y Colección Weber
Capítulo 2.30: (arriba a la izquierda) © CORBIS-Bettmann; 30: (abajo a la dere-
cha) Science & Society Picture Library, Science Museum, Londres
Capítulo 3.79: © CORBIS-Bettmann; 80: Cortesía de Frantisek Zboray, Viena
Capítulo 4.93: (arriba a la izquierda) © CORBIS-Bettmann; 93: Foto de Gen. Stab.
Lit. Anst., Archivos visuales AIP Emilio Segre; 101: Archivos visuales AIP Emilio
Segre
Capítulo 6.144: © Belts Anderson Loman/Photo Edit
Capítulo 7.177: © William Wright/Fundamental Photographs; 199: © D. Robert
Franz/ CORBIS; 200: (3) © David Phillips/Science Source/Photo Researchers, Inc.
Capítulo 8.207: Archivos visuales AIP Emilio Segre, E. Scott Barr Collection; 213:
© Charles D. Winters; 214: © Richard Magna/Fundamental Photographs; 218: ©
CORBIS-Bettmann; 224: (arriba) © Charles D. Winters/Photo Researchers, Inc.; 224:
(abajo) © Richard Magna/Fundamental Photographs; 234: Archivos visuales AIP
Emilio Segre
Capítulo 9. 242: © CORBIS-Bettmann; 243: © CORBIS-Bettmann; 244: © COR-
BIS-Bettmann; 251: (arriba a la izquierda) © CORBIS-Bettmann; 251: (abajo a la
izquierda) © CORBIS-Bettmann; 257: © CORBIS-Bettmann; 259: © CORBIS-Bett-
mann; 262: Archivo Niels Bohr, cortesía de Archivos visuales AIP Emilio Segre
Capítulo 10.280: Max Planck Institut fur Physik, cortesía de Archivos visuales AIP
Emilio Segre; 282: Archivos visuales AIP Emilio Segre (obsequio de Jost Lemmerich);
285: © CORBIS-Bettmann; 298: Cortesía de IBM
Capítulo 12. 404: (abajo) © CORBIS-Bettmann; 404: (arriba a la izquierda)
Archivos visuales AIP Emilio Segre (obsequio de Jost Lemmerich)
Capítulo 15. 551: © CORÉIS; 555: © CORBIS-Bettmann; 556: © Richard Magna/
Fundamental Photographs
Capítulo 16. 561: © CORBIS-Bettmann; 582: © R. Masoneuve/Publiophoto/Pho-
to Researchers, Inc.
817
818 CRÉDITOS FOTOGRÁFICOS
átomo de hidrógeno
absorción estimulada, 550 espectro electrónico, véase espectroscopia electrónica
acción, 262 espín electrónico, 373
capilar, 175-177 funciones de onda, 355-365
aceleración, 153 mecánica cuántica, 262-267, 352-365, 373
ácido clorhídrico, parámetros vibracionales, 490-491, números cuánticos, 303, 380
507-508, 625 oscilación armónica, 332-333
acoplamiento problema de fuerzas centrales, 352-353, 365
espín-espín, 577 simetría, 442-443, 633
hiperfmo, 569-571 teoría de Bohr, 262, 267
Russell-Saunders, espectroscopia electrónica, 526-534 átomos, véase también átomos específicos; principios
actividad en el equilibrio químico, 129-132 específicos
adsorción, 783-787 espín, 371-374
aleaciones, 188, 191 orbitales del espín, 377-382
alrededores, 2-3 principio de Aufbau, 382-386
aluminio, diagrama de Grotrian, 534 principio de exclusión de Pauli, 377-382, 413, 532, 537,
amalgamas, 188 630-631
aminoácidos, equilibrios, 135-136 teoría de la perturbación, 386-394, 402-403
amoniaco, formas vibracionales, 498 teoría de la variación, 394-397, 402-403
ángulo de contacto, 775 teoría de la variación lineal, 398-402
ánodo, 215 teoría, LCAO-MO, 405-409
aproximación vista general, 370-413
de la serie de Taylor, 15, 625 atracción, partículas con cargas, 207-209, 404
de Stirling, 588 autodifusión, 675
del estado estacionario, 710-714 azeótropos
aproximación de Born-Oppenheimer descripción, 180-181
para moléculas simples, 403-405 en disoluciones sólido/sólido, 191
para transiciones electrónicas, 539
aproximaciones de Hückel en espectroscopia electrónica, B
143-146 Balmer, Johann J., 250
armónicas esféricas, 344-345 bar, véase también presión
aromaticidad, 546-548 cambio isobárico, 42
Arrhenius, Svante, 234, 702 unidades de medición, 3
atomización Barón Kelvin, 7
descripción, 774 Basov, Nikolai, 554
energía, 623 baterías, 215
819
820 INDICE
cualidades diferenciales
dependientes de la trayectoria, 34-35, 77 exactas, 35, 100
independientes de la trayectoria, 34 inexactas, 35
cuerpo negro difracción
mecánica clásica, 254-257 de rayos X, 141-152
mecánica cuántica, 257-262 índices de Miller, 744-752, 778-780
ley de Bragg, 741-744, 749-750
rejilla, 740
Dalton, John, 184-251 difracción de rayos X
Daniell, John, 215 descripción, 741-744
Davisson, Clinton J., 268 índices de Miller, 744-752, 778-780
de Broglie, Louis, 267 difusión
De Coulomb, Charles-Augustin, 207 autodifusión, 675
De Laplace, Pierre-Simon M., 773 coeficiente de, 674
Debye, Peter J.W., 630, 646 primera ley de difusión de Fick, 674-676
decaimiento teoría cinética de los gases, 671-677
descripción, 548 dióxido de carbono
nuclear, 688-690, 701-702 espectro rovibracional, 509, 556
por inducción libre, 581 rayos láser, 556-557
decaimiento de inducción libre, 581 dipolo magnético nuclear, 572
decaimiento nuclear, cinético, 688-690, 701-702 Dirac, Paul A.M., 372
defecto disoluciones
de sustitución, 759 abatimiento del punto de congelación, 194-195
intersticial, 759 constante de producto de solubilidad, 222
Schottky, 759 difusión, 671-677
degeneración elevación del punto de ebullición, 194-196
en mecánica cuántica, 303-306, 605, 618, 631-632 equilibrio químico, 129-132, 194
funciones de onda doblemente degeneradas, 591 iones en disolución, 225-230, 234-237
solución a la partícula en una caja, 303-306, 605 líquidas binarias no ideales, 179-183
teoría de la perturbación no degenerada, 386-394, 402-403 líquido-sólido, 185-188, 194
densidad molalidad, 193-194, 226-227
de potencia de la luz, 254, 256 presión osmótica, 196-201
descripción, 738 propiedades coligativas, 193-202
efectos de la red cristalina, 738-740 saturadas, 185
deposición, 143 sobresaturadas, 186
desorción, 784, 786 sólido-sólido, 188-193, 752
destilación fraccionaria (o fraccionada) solubilidad, 185-188
de azeótropos, 181 teoría de Debye-Hückel, 230-234, 646
descripción, 176-178 disolvente, 185, 194
destilación simple, disoluciones líquido/líquido, 185-186 dispersión de Rayleigh, 511
destilación, véase destilación fraccionada; destilación simple distorsiones centrífugas, en espectroscopia, 479-481
desviación distribución de Boltzmann, 593-602, 663, 666
negativa, en presión de vapor, 179 Distribución de Maxwell-Boltzmann, 593-602, 663, 666
positiva, en presión de vapor, 179 Dupré, A., 775
determinante secular, en la teoría de variación lineal, 399-400
determinantes de Slater, 380-382
Dewar, James, 46 E
diagramas de fase ebullición
descripción, 201-202 calor de vaporización, 51-53, 146
en disoluciones líquidas no ideales de dos componentes, descripción, 51-53, 143
180-183 ecuación de Clapeyron, 151
para sistemas de un solo componente, 154-159 elevación del punto de, 194, 196
para sistemas líquido/líquido, 174-177 punto de ebullición normal, 144
para sistemas sólido/sólido, 190-192 ecuación
diagramas de Grotrian, 533-534 cuadrática, 401
INDICE 823
teoría del átomo de hidrógeno de Bohr, 262-267 energía superficial de Gibbs, 768-771, 779
termodinámica, véase termodinámica enlace de metales, 132-133
transferencia, 4 ensamble
energía cinética distribución de Maxwell-Boltzmann, 593-602
ecuaciones de Lagrange, 246 en microsistemas, 590-593
mecánica cuántica, 259 energía total, 600, 602
oscilación armónica, véase oscilador armónico entalpia
relación con la función hamiltoniana, 245, 286-287 cambio de temperatura, 58-60
rotaciones bidimensionales, 334 capacidad calorífica a presión constante, 41-43
vista general, 243, 259, 652, 656 coeficientes de Joule-Thomson, 42-46, 103-104
energía del punto cero, 323 de mezcla, 78-79
energía Helmoltz deducción a partir de las funciones de partición, 638-639
descripción, 89, 92-96, 114 descripción, 36-38
proceso isotérmico, 92-94 determinación de la espontaneidad, 90-91
termodinámica estadística, 601-602, 604, 610-611 ecuaciones de variables naturales, 91, 96-99
energía interna en disoluciones iónicas, 228-230
cambios químicos, 37, 53-58 en reacciones bioquímicas, 60-62, 85
coeficientes de Joule-Thomson, 42-46, 103-104 en reacciones químicas no estándar, 220-221
de mezclado de disoluciones líquidas ideales, 178-179 en un cambio químico, 37, 53-58
determinación de espontaneidad, 90 energías de red de cristales iónicos, 755-759
ecuaciones de variables naturales, 96-99, 104 para transiciones de fase, 55-57, 146-147
en electroquímica, 210 procesos isoentálpicos, 43, 90-91
función de estado, 33-36, 38-42 relación con la energía interna, 601
primera ley de la termodinámica, 32-33 entropía
relación con la entalpia, 601 absoluta, 80-81
energía libre, véase energía libre de Gibbs cambio, 75-77, 81-85, 102-103
energía libre de formación, 95 concepto de desorden, 602-603
energía libre de Gibbs de mezcla, 78-79
deducción a partir de las funciones de partición, 638, 639 de reacciones químicas, 81-85
descripción, 89, 92-96, 114 deducción a partir de las funciones de partición, 638-639
determinación de la espontaneidad, 92-93, 108 descripción, 66
ecuación de Eyring, 722-723 determinación de la espontaneidad, 90
en reacciones electroquímicas, 210, 213, 216-217, 221 ecuaciones de variables naturales, 96-99
en sistemas de un solo componente, 159-160 en cristales, 644
para disoluciones iónicas, 228-229 en reacciones químicas no estándar, 220-221
para el equilibrio químico, 123-128 en soluciones iónicas, 228-230
procesos isotérmicos, 95, 147 orden, 79-81, 602
relación con el potencial químico, 108-110, 114, 118, para transiciones de fase, 147-148, 160
121, 604 procesos isentrópicos, 90-91
relación con la tensión superficial, 768-771, 779 segunda ley de la termodinámica, 72-79, 81-85, 602
termodinámica estadística, 601-602, 610-611 tercera ley de la termodinámica, 81-85, 602-604
variación con la temperatura, 105-108 termodinámica estadística, 601-603, 610-611
energía molar, 656 equilibrio dinámico, 120, 125, véase también equilibrio
energía potencial químico
aproximación de Born-Oppenheimer, 403-405, 539 equilibrio estático, 120
de Morse, 492-493 equilibrio químico
descripción, 244 cociente de reacción, 124-125, 137
ecuaciones de Lagrange, 246 constante de equilibrio, 125-129, 132-135, 218-225,
efecto túnel, 296-299 642, 696
energías reticulares de cristales iónicos, 755-759 disoluciones, 129-132
oscilación armónica, véase oscilador armónico en sistemas de un solo componente, 143-145
problema de fuerza central, 353 en sistemas multicomponentes, 168
relación con la función hamiltoniana, 245 equilibrios de aminoácidos, 135-136
solución a la partícula en una caja, 288-292, 299-303 fases condensadas, 129-132, 143-144
tratamiento vibracional, 484-485, 491 relación para la energía libre de Gibbs, 123-128
INDICE 825
energía interna, 33-36, 38-42 gas neurotóxico sarín, espectro rotacional, 476
energía libre, véase energía libre de Gibbs, gases
entalpia, véase entalpia calor de adsorción, 787
entropía, 72-79, 81-85 catálisis, 783-788
funciones de onda diagramas de fase, 154-159, 174-175
antisimétricas, 379-380, 631 presión de vapor, véase presión de vapor
aproximación de Born-Oppenheimer, 403-405, 539 sistemas líquido-gas, 183-184, 194
de doble degeneración, 591 vaporización, véase vaporización
degeneración, 303-306, 605, 618, 631-632 gases ideales
descripción, 274-275 cinética, 651-679
determinantes de Slater, 380-382 coeficientes de Joule-Thomson, 44-45, 103-104
efecto túnel, 296-299 comparación con los gases reales, 11
interpretación de Born, 281-283 descripción, 7
normalización, 283-285, 303, 335-336 fugacidad, 110-113
ortogonalidad, 306-307 ley de los, 7, 609, 668
para átomos de helio, 376-378, 396 variación de la energía libre de Gibbs, 108
para átomos parecidos al hidrógeno, 355-365, 374 gases monoatómicos
para moléculas diatómicas homonucleares, 536, 630 cinética, 656
para orbitales moleculares, 409-415 funciones de partición, 604-608
para osciladores armónicos, 321-329 gases no ideales
principio de exclusión de Pauli, 377-382, 413, 532, 537, descripción, 10-17
630-631 fugacidad, 110-113
reglas de selección en espectroscopia, 462-463 gases reales
rotaciones bidimensionales, 333-341 comparados con el gas ideal, 11
rotaciones tridimensionales, 341-347, 353-354 descripción, 7
simetría, 429-430, 437-438, 631 fugacidad, 110-113
solución a la partícula en una caja, 288-292, 299-303, gauss, 561
605-606 Gauss, Karl E, 319
teoría de perturbación, 386-394, 402-403 Germer, Lester H., 268
teoría de variación, 394-397 Gibbs, J. Willard, 159, 586
teoría de variación lineal, 398-402 Gibbs, Josiah W., 93
vibracionales, 541 grados de libertad
valores promedio, 293-296, 329 descripción, 158-159, 167
funciones de partición en equilibrios multicomponentes, 167-168
de un sistema, 636-637 rotacional, 482-483
deducción de propiedades moleculares, 637-640 vibracional, 482-483, 500, 541
descripción, 586, 596-600 gráfica de Lineweaver- Burk, 714
electrónica, 617-623 Graham, Thomas, 677
en la teoría del estado de transición, 721-722 gran teorema de la ortogonalidad, en teoría de grupos,
equilibrios, 640-644 438-441, 537
gases monoatómicos, 604-608 Grotrian, Walter, 533
molecular, 628 grupos puntuales, en operaciones de simetría, 420-435
nuclear, 617-621, 633
rotacional, 634-636 H
funciones de partición electrónica, termodinámica Hamilton, William R., 244
estadística, 617-623 Heisenberg, Werner, 269, 279-280
funciones de partición nuclear, termodinámica estadística, Heitler, W., 446
617-621, 633 helio
fusión carga, 374-375, 396-397
calor de, 51, 146 diagrama de Grotrian, 533
descripción, 51, 143 ecuación de Schrôdinger, 374-376, 413
función de partición, 604-608
funciones de onda, 376-378, 396
galvanoplastia, 215 rayos láser, 556
Gamow, George, 298 Henry, William, 184
828 ÍNDICE
J
Jeans, James H., 256
de Boyle, 6, 15, 50
de Charles, 6
derivadas parciales, 8-11, 18-21, 96-99
Joule, James R, 30
descripción, 1, 21
joule, 30
difusión, 671-677
distribuciones de velocidades, 656-666
K efusión, 671-677
Kamerlingh-Onnes, Heike, 46 función de partición, 604-608
Kelvin, 7 ideales, 7, 609, 668
Kepler, Johannes, 752 ley cero de la termodinámica, 1-23
Kirchhoff, Gustav R., 248-249, 257 monoatómicos, 604-608
Knudsen, Martin, 674 no ideales, 10-17
Kohlrausch, Friedrich, 237 postulados, 652-656
INDICE 829
R
procesos endotérmicos, 38, 51, 53
procesos espontáneos radiación de la cavidad, 254
condiciones para, 89-92, 108 radiación infrarroja
descripción, 62, 66, 89 características, 464-465
potencial químico, 108-110, 114 regiones de las huellas digitales, 504-506
predicción, 67-68 simetría vibracional, 494-496, 499-501, 503
rayos láser, 550-551 radiación ultravioleta
relación con la fuerza electromotriz, 213 características, 464-465
procesos exotérmicos transiciones electrónicas para moléculas poliatómicas, 542
descripción, 38, 51, 53 radiación, véase tipos específicos
transiciones de fase, 147 radiactividad
procesos irreversibles, 28, 74-75 cinética, 688-690, 701-702
procesos isotérmicos perspectivas históricas, 253
compresibilidad isotérmica, 20, 94, 102 radicales libres, 707, 714-715
descripción, 28-29, 41, 58 radio de Bohr, 264, 361
energía de Helmholtz, 92-94 Raman, Chandrasekhara, 511
energía libre de Gibbs, 95, 147 rapidez media cuadrática, 657-658, 664-665
entropía, 72-73, 92 rapidez, véase también velocidad
fugacidad, 111 cuadrática media, 657-658, 664-665
isoterma de Freundlich, 786 más probable, 664-665
isotermas de Langmuir, 784, 786 promedio, 664-665
isotermas de Langmuir-Hinshelwood, 786 Rayleigh, John W.S., 256
transiciones de fase, 146, 147 rayos
procesos reversibles gamma, 464
ciclo de Carnot, 68-73, 94 láser, 550-557
descripción, 28-29, 75 X,464
energía de Helmholtz, 92 reacción de Belousov-Zhabotinsky, 718-719
entropía, 72-74, 92 reacción del trifosfato de adenosina, termodinámica, 61-62
Prokhorov, Alexander, 554 reacción redox, electroquímica, 211-215
propiedades coligativas en sistemas multicomponentes, reacción (es)
193-202 bioquímicas, 60-62, 85, 218
propiedades de transporte, 674 catálisis, 713-714, 783-788
propiedades de orbitales catalizadas por enzimas, 713-714
aproximaciones de Hückel, 543-546 cinética, véase cinética
comparación con el momentum angular del espín, 373 coeficiente de temperatura de reacción, 219
espín-orbital, 377-382 competitivas, 696-702
momentum angular del orbital, 373, 522-525, 535 concurrentes, 696-702
orbitales híbridos, 450-456 consecutivas, 696-702
orbitales moleculares (MO), 409-415 de Belousov-Zhabotinsky, 718-719
principio de Aufbau, 382-386 de formación, 54-55
símbolos de términos, 526-534 de primer orden, 686-694
simetría, véase simetría de segundo orden, 688-690, 693-694
sistemas de electrones ir, 543-546 decaimiento nuclear, 688-690, 701-702
teoría LCAO-MO, 405-409 electroquímicas, 210-213, 216-217, 221
puente salino, 214 en cadena, 714-719
punto equilibrio para reacciones simples, 694-696
crítico, 155-156 etapa determinante de rapidez de reacción, 709-712
de cambio clásico, 328 oscilatorias, 714-719
isoeléctrico, 136 paralelas, 696-702
triple, 155-156 perfil de reacción, 720
procesos elementales, 706-710
que se propagan, 714-719
químicas no estandarizadas, 220-221
Q
rapidez de reacción, 681-694
quimisorción, 187-188 rapidez inicial de reacción, 681
834 INDICE