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Neugarten

Dinámica de la transición desde la mediana edad a la vejez

La historia vital solo puede ser entendida considerándola dentro de su ubicación


histórica. Cualquier evento histórico, económico, político tiene un significado
personal distinto dependiendo del momento del ciclo vital en el cual ocurra.
La interacción del tiempo histórico con el tiempo vital ocurre en el contexto de una
tercera dimensión: el tiempo socialmente definido. Cada sociedad esta graduada
por edades y cada sociedad tiene un sistema de expectativas sociales con
respecto a lo que es apropiado para cada edad. Hay un tiempo donde se espera
que los hombres y mujeres se casen, un tiempo para tener hijos, un tiempo para
jubilarse.
Desde esta perspectiva el tiempo es n fenómeno tridimensional que diagrama el
curso de nuestros ciclos vitales con un tiempo histórico, un tiempo vital( o edad
cronológica) y un tiempo social, intrincados e intervinientes. Los cambios en el
timing del ciclo familiar se han ido haciendo dramáticos en las últimas décadas. La
edad para el matrimonio ha descendido, los niños nacen más temprano en el
matrimonio, la longevidad se ha incrementado. La tendencia histórica se dirige a
una aceleración de los eventos que ocurren dentro del ciclo familiar seguido por un
extenso periodo posparental. (Alrededor de 15 a 17 años en el cual, marido y
mujer son los únicos miembros que quedan en el hogar.
Otro giro en las mujeres de mediana edad es la vuelta al trabajo la proporción de
muejres trabajadoras en los comienzos de sus 20 años es alta. Cae entre los 35 y
44 .
o el niño pequeño está acostumbrado a tener a su madre en casa y a su
abuela trabajando afuera.
o El adolescente tiene a ambas, madre y abuela ,trabajando.
Estos son unos pocos ejemplos sobre la forma en la cual el tiempo histórico y el
cambio social afectan el curso y el ritmo del ciclo vital y como, a su vez, esto
afecta la expectativa social sobre “la conducta apropiada a la edad”
Los individuos viven en contacto con personas de todas las edades y de allí,
aprenden a que cosas hay que anticiparse. Hay un proceso de socialización que
nunca termina y por el cual el niño aprende que facetas de su personalidad infantil
debe abandonar para entrar a la adolescencia, el adolescente aprende que se
espera de el al pasar del colegio al trabajo, al matrimonio o a la paternidad y las
personas en la mediana edad aprenden las formas aprobadas de envejecer. De
esta manera el ordenamiento social del status referido a la edad y de las
conductas apropiadas para ellas, provee una gran medida de predictibilidad.
La gente cambia con el tiempo como resultado de la acumulación de experiencia.
Asi que los hechos son registrados en el organismo, los sujetos inevitablemente
hacen abstracciones de sus experiencias y crean más adecuadas categorías para
interpretar nuevos hechos. No solamente hay diferencia entre padre e hijos, por el
hecho de que aquellos hayan nacido en un periodo histórico diferente y por lo
tanto sujetos a diferentes experiencias formativas, sino que también difieren por
los efectos de haber vivido más tiempo o por haber acumulado una mayor
cantidad de experiencias perceptivas con la cual evaluar nuevos eventos.
Hemos encontrado que con el incremento de la edad se pone el énfasis sobre la
introspección, es decir, un balance interno para una revalorización consiente del
self. La preocupación por la vida interna parece ser mayor, la catexias
emocionales sobre personas y objetos del mundo externo decrecen, hay una
movimiento de orientación desde el mundo externo hacia el mundo interno.
Nuestros estudios sugieren que la interioridad debe ser visto como una de las
regularidades psicológicas internas del ciclo vital. La interioridad esta relacionada
con el edad, pero la a adaptación no. En otras palabras, las habilidades
adaptativas deben ser distinguidas de los cambios de la personalidad relacionados
con la edad.
Un rasgo de la mediana edad es que la vda es reestructurada en términos del
tiempo que queda por vivir más que en función del que ha trascurrido desde el
nacimiento. No solamente hay una inversión de la dirección, sino también que
también aparece el conocimiento de que el tiempo es finito. Este cambio en la
perspectiva del tiempo esta íntimamente relacionada con la personalización de la
muerte. En la mediana edad la muerte se convierte en una posibilidad real para el
self.
Los eventos normales y expectables de la vida no deben, en si mismos , constituir
crisis ni producir traumas. El fin de la escolaridad, dejar la casa de los pobres, el
casamiento, la paternidad, encontrar trabajo, el crecimiento de los propios hijos y
su partida del hogar , la menopausia , la abuelidad y la jubilación, en nuestra
sociedad son puntos decisivos normales, las marcas o las puntuaciones que se
establecen a lo largo del ciclo vital. Producen cambios en el concepto del self en el
sentido de la identidad, marcan la incorporación a nuevos roles sociales y de
acuerdo con ello, precipitan nuevas adaptaciones. Pero en sí mismos, ellos no
son, para la vasta proporción de personas normales, eventos traumáticos o crisis.
Hay que ahcer dos distinciones
*son los eventos vitales que no se pueden anticipar, no los anticipables, los que
probablemente pueden representar una reacción traumática: el divorcio en la
vejez, no la viudez, la muerte de un hijo, no la de un padre. Sin embargo el mayor
estrés está causado por los hechos que rompen el ritmo y la secuencia natural del
ciclo vital: cuando la muerte de uno de los padres ocurre en la niñez en lugar que
en la mediana edad, cando el matrimonio no ocurre en el tiempo deseado o
apropiado, cuando el nacimiento del primer hijo es demasiado temprano o
demasiado tarde, cuando el conseguir trabajo se dilata demasiado, cuando la ida
de los hijos del hogar , la abuelidad, la jubilación, las enfermedades mayores o la
viudez ocurren fuera de tiempo.es en este sentido, que la psicología del ciclo vital
no es tanto la psicología de la crisis de conducta sino, más bien, que es la
psicología del timming.

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