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GRADO: ONCE
ESPAÑOL Y LIETRATURA
QUERIDOS ESTUDIANTES:
Reciban un cordial saludo esperando que se encuentren bien y que los anteriores
talleres enviados hayan sido comprendidos, de no ser así será comprensible,
traten de leer, comprender, y realizar los ejercicios como entiendan y recuerden
que estamos prestos a atender sus inquietudes. Recuerden copiar en el cuaderno
la temática y los ejercicios realizarlos en hojas de cuaderno o block. Sigamos en
casa cuidando de nosotros y de los demás. Dios los bendiga.
Tipología textual:
LA NARRACIÓN
Forma del discurso que se usa para contar acontecimientos que se desarrollan en
el tiempo y donde predomina la función referencial.
CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS
Nivel morfológico:
Empleo de verbos en pretérito perfecto simple para enunciar los hechos: Llegó a
las ocho.
Uso del pretérito imperfecto de indicativo para las acciones en desarrollo:
Caminaba por la calle cuando sonó el teléfono.
Utilización del presente de indicativo con significado actual, con valor habitual o
histórico: Va todos los días a su trabajo en autobús.
Nivel sintáctico:
Predominio de oraciones enunciativas.
Relevancia de los complementos circunstanciales de tiempo y de lugar
expresados tanto por palabras, sintagmas u oraciones subordinadas de tiempo y
lugar: Llegó muy tarde; Llegó cuando todos dormían; Escribía donde podía.
Uso de oraciones subordinadas de causa, finalidad y consecuencia, así como de
coordinadas copulativas, que permiten la organización lógica de las acciones.
Presencia de los estilos directo e indirecto: Le contestó con desprecio: -¡Bah!; Le
recordó que era tarde.
Nivel semántico:
Utilización de verbos de movimientos, de acción y de lengua: Corrió tras ella; Le
dijo que no estaba.
Empleo de adverbios deícticos de lugar y de tiempo: Ocurrió allí; Lo descubrió
ayer.
Hemos dicho, que la función comunicativa que predomina en la narración es la
referencial, puesto que en principio interesan los hechos, los sucesos, es decir los
referentes que forman parte de lo que podemos llamar situación o contexto
extralingüístico. Lo más significativo es que es esos sucesos narrados
normalmente no están presentes en el momento de la comunicación y el receptor
sólo los conoce porque el emisor los crea de nuevo para él lingüísticamente. Toda
narración implica necesariamente una RECREACIÓN de la realidad.
El que la función predominante sea la referencial no supone que la intención del
emisor sea siempre meramente informativa. Se narra para recrear lo sucedido,
pero se hace muchas veces con propósitos definidos: convencer, entretener,
explicar la realidad, dar una lección moral o simplemente por el goce estético que
produce el relato.
La presencia en el texto de los elementos que intervienen en la comunicación
(emisor, receptor, referentes…) se realiza mediante los elementos de la narración:
NARRADOR (Y NARRATARIO), ACCIÓN, PERSONAJES, ESPACIO Y TIEMPO.
ACTIVIDAD:
Lee el siguiente texto y realiza las actividades propuestas al final del mismo.
Muera la inteligencia
Hace poco tiempo he leído una noticia escalofriante: una niña de
corta edad había sido apaleada por sus compañeros de clase sólo
porque era una buena estudiante y la envidiaban.
Al parecer, la niña en cuestión resultaba "molesta" por su facilidad
de aprender y por su afición al estudio. Semejante "impertinencia" no
podía despertar en sus compañeros más que hostilidad, envidia y un
afán desmesurado de abatirla como fuera. Así que no vacilaron en
desafiarla para tener una excusa propicia al ataque del que fue
víctima, hasta dejarla medio rota y con el ánimo destrozado.
Inmediatamente me acordé de la famosa y lamentable frase que
cierto general de la legión pronunció en épocas dictatoriales: "Muera la
inteligencia". Argumento que ha servido para que durante muchos años
se considerase que la incultura, la frivolidad y la falta de iniciativas
intelectuales pertenecían exclusivamente a las ideologías
conservadoras.
Sin embargo, es evidente que la frase a la que me refiero, lejos de
diseñar una ideología política, lo que ha hecho siempre es mantenerse
a flote en una bamboleante ideología social. Algo propio de los que no
piensan o de los que, creyéndose civilizados, se introducen de lleno en
la más incivil postura humana. Es mucha la pobreza de aquellos que
mantienen ocultos los recovecos de insatisfacciones personales para
que las reacciones de tanta miseria no estallen en reacciones hirientes.
Además, son tantas las lagunas de sus intelectos que ni siquiera
calibran hasta qué punto esa descarga de odios puede volverse contra
ellos. Por algo se ha dicho siempre que la enemistad es la ira que espía
la ocasión de vengarse. Sobre todo, cuando la ira se generaliza y la
masa receptora reacciona.
En el fondo será siempre esa masa receptora la que dictamine
cuáles son los verdugos y las víctimas, por mucho que esos verdugos se
empeñen en demostrar que la inteligencia es un lastre innecesario.
Sin embargo, es indudable que si las agresiones (verbales, físicas o
intencionales) son reprobables, no lo son menos aquellos que de una
forma indirecta, o incluso directamente, son responsables de que se
produzcan, como ha ocurrido a esos niños de corta edad en una
escuela pública.
Hasta tal punto me parece que esos pequeños monstruos pueden
llegar a ser casi inocentes, que incluso con frecuencia se me antojan
más víctimas que las propias víctimas. Porque, ¿no tendrá algo de culpa
la educación que esas criaturas reciben no sólo en sus casas sino en las
escuelas? ¿Se han preocupado los educadores de esa especie de
violadores de la paz de enseñarles que la envidia, el odio y la violencia
están prohibidos en una sociedad civilizada? ¿Les han explicado que
una de las metas más sólidas de la democracia consiste en favorecer la
feliz convivencia entre los que nos rodean? Y ¿les han advertido que lo
más importante para convivir consiste en frenar los impulsos
desbocados, los instintos ancestrales y las salvajadas que todo ser
humano hereda de su condición animal? ¿Se han preocupado las
escuelas de instruir sobre lo que está bien y está mal, lo que debe
vencerse o practicarse, en suma, lo que siempre se ha considerado
ético o lo que se considera aberración?
Llevamos demasiados años soportando que los niños vayan
creciendo en un mundo enturbiado por la anarquía, impulsado por la
violencia y dirigido por una televisión que lejos de procurar el bienestar
colectivo sólo se preocupa de conquistar audiencia.
Es evidente que son pocas las familias que se agarran a las
normas de la placidez y de la armonía, y es también un hecho real que
en las escuelas escasamente se practica la gimnasia mental de los
principios básicos.
Partimos de una base primitiva en la que el instinto se convierte en
una especie de inteligencia capaz de sustituir la que nos exige el
raciocinio. Consideramos que el hombre es tan autosuficiente que
nadie tiene derecho a coartar ni a restringir lo que le indican sus
impulsos y, por consiguiente, nadie está facultado para envarar lo que
llamamos libertad, aunque lejos de disfrutar esa libertad nos
esclavicemos a ella.
De ahí que las conductas sin ética resulten siempre tan
desalentadoras. Nadie tiene en cuenta que la impotencia sin directrices
concretas puede convertirse en una ridícula pero peligrosa
prepotencia.
De hecho es la brutalidad contra la normalidad; la represión
contra la verdadera libertad y, por supuesto, el retroceso contra el
auténtico progreso: aquel que se desarrolla sin correcciones y con
Actividades
1. Explica mediante sinónimos el significado de los siguientes términos
aparecidos en el texto:
Impertinencia:
Bamboleante:
Lastre:
Desbocados:
Ancestrales:
Armonía:
Coartar:
2. Indica cuál es la tesis principal del texto y las partes en que se
encuentra dividida.
3. ¿Cómo se desarrolla el texto que acabas de leer?
4. escribe una opinión personal acerca del texto