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Pioneros del

arte moderno y
posmoderno en el
Caribe colombiano
Eduardo Márceles Daconte

c–b

Un repaso histórico Jaspe, pintores y arquitectos urbanistas que


contribuyeron a la fisonomía actual de la ciu-
Los orígenes de las artes visuales del Ca-
dad heroica y a sentar las bases de la tradición
ribe colombiano se remontan a la época pre-
acuarelística que hoy ostenta esa ciudad cos-
hispánica, con la delicada orfebrería escultó-
teña. Su interés en preservar el pasado de la
rica de los aborígenes zenúes y taironas y las
ciudad se manifiesta en algunas de sus obras.
exquisitas tallas en piedra de Momil (Córdo-
ba), o los funcionales diseños arquitectóni- La visión romántica se traduce en la ar-
cos de sus ciudades edificadas en las estriba- quitectura de Luis Felipe (Cartagena, 1846),
ciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. que diseñó el mercado público de Getsema-
Más tarde, en el periodo colonial, en- ní con una fachada republicana (fue inaugu-
contramos a Pablo Caballero, pintor de re- rado en 1904 y demolido en 1978), la ermita
tratos, escenas religiosas y láminas naturalis- de El Cabrero (1888), el Parque de Bolívar,
tas cuando se integró, por breve tiempo, a la el Teatro Heredia, Villa Rosa Antonia, el tra-
Expedición Botánica, en 1785. De la misma zado urbanístico de Manga y el remate de la
época es Hermenegildo José de Ayala, el es- Torre del Reloj, que antes de la construcción
cultor y tallista más destacado de su tiempo, del Centro de Convenciones servía para me-
ambos de Cartagena, lugar donde desarrolla- dir el tiempo de quienes visitaban el merca-
ron una intensa actividad artística. do público sobre la Bahía de las Ánimas.
Esta trayectoria fue retomada en el pe- En sus retratos al óleo, pastel y carbon-
riodo republicano por Jeneroso y Luis Felipe cillo, alude a la rica variedad étnica de la
ciudad. De la época, su pintura más famosa Alejandro Obregón:
es Fusilamiento de los nueve mártires. Diseñó
las estatuas de mármol que se encuentran en
la exaltación de la
las cuatro entradas del Parque del Centena- naturaleza
rio como símbolos de trabajo y libertad. En 1949, con ocasión de una exposi-
Es, además, uno de los precursores en la ción individual de Alejandro Obregón (Bar-
utilización de la fotografía como documento celona, 1920 - Cartagena, 1992) en Bogotá,
y como modelo de sus obras. Jeneroso, a su el pintor Luis Alberto Acuña señalaba en El
vez, enfoca en amplias vistas panorámicas a Tiempo del 4 de mayo:
una ciudad que, en 1910, era todavía peque- […] el joven pintor que dirige actualmente
ña, encerrada en su muralla colonial. la Escuela Nacional de Bellas Artes es, sin lugar
El siglo XX es pródigo en artistas visua- a dudas, el más conspicuo representante en Co-
les cuyas propuestas estéticas han merecido lombia de la pintura de vanguardia. Porque en
el estímulo de la crítica y de observadores la juvenil inquietud de Obregón ha hecho presa
que han reconocido sus valores. A partir del ese espíritu de liberadora rebeldía de que se halla
seminal ejemplo de Alejandro Obregón, En- imbuido el arte, de media centuria a esta parte,
rique Grau, Héctor Rojas Herazo, Cecilia Po- en su intento de explorar desconocidas rutas, de
rras, entre otros maestros de la plástica nacio- hallar nuevas soluciones, de plasmar estructuras
nal, ha surgido en la costa caribe un número inéditas…
significativo de artistas cuyas obras se sitúan Obregón, un pintor vinculado a la his-
entre las más innovadoras del país. toria del arte de Barranquilla y Cartagena,
De hecho, ha sido en este lugar en don- había regresado después de cuatro años de
de se originaron las tendencias vanguardistas estudios en Europa (1940-1944), casi todos
que cimientan las transformaciones del arte en Barcelona, impregnado de las corrientes
en Colombia. Tal es el caso del arte concep- que, por entonces, dominaban la escena
tual propuesto por El Sindicato, grupo experi- artística (tales como el expresionismo, el cu-
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mental de Barranquilla, ganador del primer bismo de Georges Braque y el elegante cro-
premio en el XXVII Salón Nacional de Artes matismo de Paul Cézanne) y que eran subra-
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Visuales en 1978. yadas por un talento natural para elaborar


una obra de marcados acentos personales.
Además de los maestros reconocidos,
existe una generación que se ubica a medio A su llegada, encontró una tendencia
camino con los más jóvenes que desarrollan que cada vez ganaba más adeptos entre un
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su producción, ya a orillas del mar, ya en la grupo de artistas en Colombia y otros paí-


sabana de Bogotá. Desde tiempo atrás, las ses de América Latina, que proponían el
expresiones internacionales del arte concep- encuentro de nuestras raíces americanas a
tual, la transvanguardia, el fotorrealismo, el través de un arte vernáculo.
neoexpresionismo o “mala pintura”, y hasta Su ideología se complementaba de ma-
una interpretación doméstica del costum- nera dialéctica con las tesis de un arte nacio-
brismo, se practican con inusitada intensi- nalista, de esencia política, que una década
dad en las principales ciudades de manera anterior habían planteado los muralistas
paralela a las tradicionales manifestaciones mexicanos. De la combinación de estos ele-
estéticas de nuestro litoral caribe. mentos y reflexiones empezó a brotar una
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Alejandro Obregón. Aleta Milenaria. Óleo sobre tela.

pintura que gradualmente se perfilaría como para rendir homenaje a la flora y la fauna de
una de las más auténticas de nuestro país. nuestra geografía tropical.
Obregón cruzó el ancho territorio de su Así, se concretan sus temas favoritos:
creación con paso seguro y dejó en cada esta- cóndores, barracudas, mojarras, aves y pai-
ción de sus diferentes etapas la culminación sajes de composiciones líricas, visitados mu-
de una original investigación plástica. chas veces por iguanas, ángeles o mujeres de
Sin ser un abstracto, su figuración no rostros ingenuos y expectantes. Sin olvidar
es el retrato de una realidad objetiva, sino su temática de orden testimonial o crítica,
la transformación de los ingredientes cotidia- como se evidencia en los títulos de algunas
nos en elementos mágicos, trágicos, o la exal- de sus pinturas: Masacre 10 de abril, Velorio:
tación de esa naturaleza tropical que Obre- estudiante fusilado, Homenaje a Camilo Torres,
gón supo proyectar con un colorido sensual Luto por un estudiante muerto y su famosa
Alejandro Obregón. Violencia. Óleo sobre tela. 155x188 cm. Premio XVI Salón Nacional de Artistas.

pintura Violencia, con la que obtuvo el primer sembraron la semilla de la investigación e


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premio en el XIV Salón Nacional de 1962. impulsaron la búsqueda de una concien-


cia estética que cuestionara los parámetros
También ensayó los temas del Carnaval,
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establecidos.
sin mucha suerte en el decir de Marta Tra-
ba: “el desastroso cuadro sobre el Carnaval Sargent se ha interesado por el color
que Obregón envió junto con el premiado como elemento básico para concretar figuras
Violencia al XIV Salón Nacional confirma su esquematizadas cuya textura y composición
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propia inestabilidad y las peligrosas caídas de remiten a la escuela del expresionismo abs-
toda pintura pasional como la suya” (Mirar tracto. En su caso, atina con pinceladas ges-
en Bogotá, p. 163). tuales en capas superpuestas que producen
transparencias y planos cromáticos basados
En la coyuntura del arte en Barranqui-
en una amplia gama de grises y en una acer-
lla, es importante señalar la labor pedagógica
tada combinación de tonalidades cálidas y
de Alejandro Obregón, en calidad de direc-
frías.
tor de la Escuela de Bellas Artes de la Uni-
versidad del Atlántico (1962-1963), y de su Ellos impartieron sus enseñanzas a un
esposa de entonces, la pintora inglesa Freda grupo de discípulos que, a partir de enton-
Sargent. Ellos estimularon la crítica artística, ces, decidieron experimentar con un arte
que se negó a perpetuar los cánones acadé- Millón en Bogotá disfrazada como la Conde-
micos y buscó expresiones innovadoras. Du- sa Sabattini de Nápoles, para desentumecer
rante este periodo se puede ubicar la génesis el formalismo de una ceremonia caritativa,
del arte vanguardista que se practicó en Ba- son imaginativos performances realizados dé-
rranquilla, desde la década de los setenta, a cadas antes de que se popularizara dicha mo-
través de los ochenta y hasta finales del siglo dalidad artística.
XX, entre algunos connotados artistas. No
Aparte de sus desplantes, la bohemia
obstante, este se ha transformado ya en una
profana y su afición por los disfraces extrava-
modalidad aceptada, sin las polémicas que
gantes que desinhibían su habitual carácter
la satanizaban, y ha perdido en el proceso la

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introvertido, la pintura de Porras se ubica
frescura y creatividad de sus años iniciales.
en nuestro proceso histórico, entre otras
virtudes, como precursora en la región cari-
Cecilia Porras: pintora beña del abstraccionismo. Este irrumpió en
Colombia a partir de los años cincuenta y
de la soledad cobró inusitada intensidad en la década de
Para la Cartagena conventual y conser- los sesenta, cuando es una tendencia casi he-
vadora de mediados de siglo XX, la figura de gemónica en el país defendida a todo vapor
una pintora que se atrevía a retar las normas por la crítica Marta Traba desde su tribuna
sociales reinantes era motivo de escándalo. académica y periodística.
Desde joven, Cecilia Porras (1920-1972) ma-
Porras tradujo la esencia del Caribe. Si
nifestó una personalidad excéntrica que asus-
bien empezó pintando escenas religiosas,
taba a la burguesía tradicionalista y mojigata.
para complacer la convicción católica de su
De hecho, su pintura se constituye en padre, un ilustre historiador y editor de revis-
una de las primeras en explorar, en las dé- tas, más tarde enderezó sus preferencias ha-
cadas de los cincuenta y sesenta, la riqueza cia el retrato, las vistas marinas o urbanas y
formal de la materia cromática sin recurrir las composiciones expresionistas o geométri-
al realismo cotidiano, sino subrayando una cas reminiscentes de cierto cubismo en colo-
concepción libre del ámbito cartagenero, de res densos (y por donde transitaban también
poética espontaneidad, en donde combinó Alejandro Obregón y Enrique Grau).
una temática urbana con el lenguaje trans-
En 1945, uno de sus autorretratos ob-
formador que significaba la abstracción de
tuvo una mención de honor junto con José
sus símbolos arquitectónicos.
M. Diazgranados, paisajista del Magdalena,
Manifestó también una inclinación por en el Primer Salón de Artistas Costeños, ce-
el dibujo y los colores, aunque su tempera- lebrado en la Biblioteca Departamental de
mento artístico afloró de igual modo en la Barranquilla. En esta versión ganó el primer
música y en sus actitudes irreverentes, que, a premio Alejandro Obregón, con Torso de mu-
principios del siglo XXI, se podrían catalogar jer y Retrato del pintor, mientras que Roberto
como obras conceptuales. Zagarra, “una joven promesa”, como lo cata-
logó en su momento el periodista Germán
La falsa invitación al cuerpo diplomá-
Vargas, obtuvo el segundo lugar.
tico en Bogotá para celebrar una reconcilia-
ción entre el presidente de Colombia y un Más tarde, Zagarra ocupó la dirección
enemigo político, obra de su ingenio, así de la Escuela de Bellas Artes de Barranqui-
como su entrada triunfal a un Banquete del lla (1969). Allí, como profesor de dibujo y
biográficos de Álvaro
Cepeda Samudio.
La pintora carta-
genera fue una asidua
contertulia del llamado
Grupo de Barranquilla,
con quienes se reunía
en La Cueva, famosa
taberna de escritores y
cazadores, así como de
intelectuales y artistas,
entre quienes se encon-
traba Héctor Rojas He-
razo, uno de los prime-
ros en reconocer en sus
ensayos críticos el valor
de su pintura.
En una ocasión,
escribió que Porras pro-
duce “esos espléndidos
bodegones, esas natu-
ralezas muertas, esas ca-
lles y esos pueblos úni-
camente habitados por
la soledad”. Y el crítico
de arte Casimiro Eiger
Cecilia Porras. Óleo sobre lienzo.
estuvo de acuerdo:
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anatomía, estimuló a las jóvenes camadas de […] si pudiera definirse a Cecilia Porras como
estudiantes hasta morir en el ejercicio de su
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retratista de algún motivo especial, nos gusta-


cargo. El tercero lugar se le otorgó a Madre In- ría calificarla como pintora de la soledad. Es
dia, una de tres pequeñas obras que presentó este el mejor concepto para calificar su obra, ya
el artista cartagenero Enrique Grau. que en ella se respira ese aire de ausencia que
acompañó su breve pero inspiradora existencia.
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Cecilia Porras se interesó también por


la ilustración de libros y revistas. Sus mejo-
res trabajos como dibujante de trazo fino e Enrique Grau: un artista
inteligente síntesis se hallan en El Observa-
dor, una publicación dirigida por su esposo, del Caribe
el economista Jorge Child en Bogotá. Con Enrique Grau documenta la fisonomía
todo, sus más memorables son los que hizo del Caribe colombiano: sus gentes, el mar,
para la portada de la primera edición de La su exótica fauna y la exuberancia de su flora
Hojarasca (1955), la novela de Gabriel García tropical. La costa ha estado presente, como
Márquez, y para el libro de cuentos Todos está- una raíz ancestral, un cordón umbilical que
bamos a la espera (1955), con notables dibujos nutre su obra artística.
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Enrique Grau. Autorretrato del cumpleaños. Óleo sobre lienzo. 153 x 117 cm. 1990.

Ya desde su primera juventud, cuando Librería Mogollón, el tertuliadero obligado


pintaba acuarelas sencillas que vendía por de intelectuales y artistas, cuando Cartagena
pocos pesos o cambiaba por libros o mate- era aún provinciana y remota.
riales de pintura, su interés se centraba en Allí, comenzó un incipiente aprendizaje
su tierra natal. Era un asiduo visitante de la con sabios personajes, como Daniel Lemaitre
y el profesor italiano Vicente Pastor Dalpe- Antes de partir para Nueva York, había
na, a quien el empresario cartagenero había ganado una mención de honor en el I Sa-
contratado para enseñar a su hijo, el acua- lón de Artistas Colombianos, con su pintura
relista Hernando Lemaitre (ilustre precursor Mulata cartagenera (en la colección del Mu-
—junto con Jeneroso y Luis Felipe Jaspe— de seo Nacional).
la escuela de acuarelistas que hoy ostenta la En ella se perfilaba su inclinación por
ciudad heroica). representar la raza poliétnica que caracteriza
A los 19 años de edad (nació el 18 de a la región caribeña, en armonía con la ten-
diciembre de 1920), desembarcó en la ciu- dencia criollista que surcaba el Caribe des-
dad de Nueva York y allí sintió los primeros de Cuba (recordemos las gitanas tropicales
ramalazos de la modernidad, que incendiaba de Víctor Manuel o los guajiros de Eduardo
las galerías y museos de la urbe. Abela) hasta Brasil (con las mulatas y campe-
sinos de Cándido Portinari). De igual modo,
Ingresó a la Art Students League, donde el indigenismo recorría el continente desde
se cocinaban las diversas tendencias que agi- Perú hasta México, pasando por Bolivia y
taban las aguas del arte occidental: el expre- Ecuador. En Colombia estaba representado
sionismo alemán, que cursaba su largo reco- por el grupo de Los Bachués.
rrido histórico con Georg Grosz a la cabeza;
la abstracción gestual, que pregonaba el gru- De regreso a Colombia, se instaló en Bo-
po de artistas que se daría a conocer como la gotá —con visitas periódicas a Cartagena—. Y
es en la ciudad andina en donde desplegó
Escuela de Nueva York hacia la década de los
sus alas el ser social que disfruta de la compa-
cincuenta; los neofigurativos, con sus distor-
ñía de sus semejantes. Fueron famosas en la
siones picassianas; los posimpresionistas, ad-
farándula de la época sus fiestas dionisiacas,
miradores de Matisse; y los surrealistas, que
en las que participaban los personajes que
acataban los postulados freudianos. Era una
retrataba en sus lienzos.
época de zozobra por la guerra que se avecina-
ba en Europa y se presentía en la lejana Asia. Compartió su tiempo como profesor de
pintura en la Universidad Nacional de Co-
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Su tránsito por Nueva York fue un en-


lombia y escenógrafo en la televisora nacio-
cuentro con el trabajo y las vicisitudes de
nal, que empezaba a funcionar de la mano
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cualquier estudiante extranjero. Las mesadas de soñadores como Bernardo Romero Lo-
no alcanzaban y la necesidad le obligó a unir- zano y que, en lugar de insulsas telenovelas,
se a un número creciente de inmigrantes que transmitía obras de teatro del repertorio clá-
trajinaban en menesteres transitorios. Así, se sico (como Shakespeare o los trágicos grie-
desempeñó como modelo, portero de edifi-
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gos) y de los renovadores del teatro moderno


cio, barrendero y ayudante de artistas arman- (como Jean Cocteau, García Lorca, Sartre o
do bastidores y estirando lienzos. Bertold Brecht).
Allí perfiló su capacidad de trabajo y su De ahí su preferencia por la teatralidad
ímpetu creativo, estimulado por un tempra- lúdica de sus composiciones en pintura o
no premio que ganó con una de sus pinturas escultura cromatizada, cuyos personajes os-
en una exposición que compartía el espacio tentan vestuarios operáticos, así como una
con los famosos muralistas mexicanos. A utilería de elementos decorativos y simbóli-
Nueva York regresaría a vivir hacia los años cos: sombreros fantásticos, frutas y flores tro-
ochenta, en circunstancias más prósperas, picales, mariposas o pájaros para golosina de
hasta su regreso definitivo a Colombia. voyeristas impenitentes.
Su gusto por el carnaval caribeño o ve- a Urania, la de la astronomía, cubierta con
neciano, que le recuerda su etapa en Italia un manto azul celeste saturado de estrellas,
en la década de los cincuenta, reluce en esas un globo del universo y el compás necesario
máscaras y disfraces de colores lujuriosos, para medir su diámetro.
donde parece que el artista se reflejara en el
Asimismo, diseñó el telón de boca, una
espejo de su propio regocijo.
pintura en acrílico como mano generosa que
Es, en consecuencia, una persona vita- ofrece un ramo de flores unido por un lazo
lista y sensual, cuya pasión por la pintura rojo a los símbolos emblemáticos de la ciudad:
se manifiesta en una obra de carácter opti- el monumento a los zapatos viejos, la india

195 Creación
mista, de alegre cromatismo, en el contexto Catalina y el héroe Blas de Lezo, entre otros.
de un dibujo cuidadoso que se traduce en
Ha hecho también famosas a las “ma-
imágenes mitológicas, bíblicas o escenas
riamulatas” que habitan las playas de Carta-
cotidianas.
gena. Y la escultura en lámina metálica de
Si bien, por un periodo fugaz, sucumbió a ese pájaro negro-azuloso y gruñón saluda a
los cantos de sirena del abstraccionismo —que los visitantes a la entrada del barrio de Bo-
por los años cincuenta y sesenta seducía por cagrande, mientras que una masiva efigie de
igual a pintores y escultores del mundo ente- San Pedro Claver, reverenciado defensor de
ro—, permaneció fiel a una figuración caracteri- los esclavos africanos, ilumina la plaza que
zada por un acendrado humanismo en el que lleva su nombre en el sector colonial.
sus congéneres son el centro de su universo.
La obra de Enrique Grau abarca un tra-
En 1992, su visita a las Islas Galápagos, yecto significativo en la historia del arte co-
en el Océano Pacífico, fue como una epifa- lombiano. Es uno de los mitos vivientes de
nía. La presencia de un Dios sabio y miste- nuestra plástica contemporánea y un artista
rioso se patentizó en ese paisaje semiárido de tiempo completo cuyo legado histórico
con rica fauna terrestre y acuática. De sus posee un valor imperecedero.
observaciones hizo una cantidad inusitada
de bocetos que, después, se convirtieron en
dibujos y pinturas de gigantescas tortugas Noé León y el mundo de
antediluvianas e iguanas prehistóricas que se los primitivistas
asoleaban en sus madrigueras y que expuso
Sin salir de su casa en el barrio San Feli-
en importantes museos y galerías de arte del
pe de Barranquilla, Noé León (Ocaña, 1907
continente americano.
- Barranquilla, 1978) llegó con sus cuadros a
En calidad de hijo dilecto de su ciudad, los lugares más remotos del planeta. Este per-
fue seleccionado en 1997 para ejecutar el sonaje, expolicía y humilde pintor primitivo,
plafón del restaurado Teatro Heredia, que fue “descubierto” por el cubano José Gómez
entregó a la protección de las nueve musas, Sicre —entonces Director del Departamento
robustas figuras femeninas de la mitología de Artes Visuales de la OEA— un caluroso
griega que danzan en armonía con los sím- día de agosto a principios de la década de
bolos que cada una representa. los sesenta.
Así, encontramos a Talía con la más- Gómez Sicre fue también el precursor
cara de la comedia; a Clío, con una pluma de un proyecto para dotar a Barranquilla de
con la que escribe la historia en un libro; o un Museo de Arte Moderno. Para tal fin,
obtuvo una valiosa colección de obras de A Noé León se debe la popularización
arte que, en vista de que la ciudad carecía de del arte primitivo en Colombia. La mayoría
una sede propia, fueron depositadas en casas de sus seguidores han transitado el fácil ca-
de amigos y, posteriormente, dadas en cus- mino de la imitación. Murió casi ciego en su
todia a la Universidad del Norte, aunque en modesta vivienda del barrio San Felipe, en
este tortuoso trajinar más de una obra extra- donde vivió en compañía de su mujer Rosa y
vió el camino sin dejar rastro de su destino. sus numerosos gatos y perros.
El crítico cubano fue también instru-
mental en la organización de un Salón de La pintura tremendista
Pintura Latinoamericana celebrado en Ba-
rranquilla por la misma época que, según
de Norman Mejía
Fuenmayor, “alcanzó rotundo éxito por la Entre los artistas veteranos que han
altísima calidad de los participantes”. mantenido una producción que merece
destacarse por su valor estético, señalamos
Pero su mayor contribución al arte de
a Norman Mejía (Cartagena, 1938), uno de
Barranquilla fue su incidental encuentro con
los más conocidos de la década de los sesen-
Noé León y su estímulo a través de Eduardo ta y a quien la crítica de arte Marta Traba
Vilá (propietario del bar La Cueva, sede del señaló entre los pintores sobresalientes de
Grupo de Barranquilla). aquella época.
El pintor que siempre había sido León Mejía, poseedor de un temperamento
—“a mi desde niño me gustaba el dibujo y artístico subrayado de cierto tremendismo,
la pintura, pero nunca había tenido opor- debutó con una exposición individual en
tunidad de ensayar este arte hasta cuando el MAM de Bogotá a principios de 1965.
llegué a Barranquilla”—, según dijo en cierta Para la ocasión, el crítico Walter Engel escri-
ocasión, se agudizó con las instrucciones de bió que “en los cuadros de Mejía la figura
Vilá y el maestro Obregón. Rubén Quintero, aparece en fragmentos, en un ambiente de
“pintor de los buenos”, según León y oriun- extrema tensión, donde los nervios estallan,
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do también de Ocaña, fue su mentor. los colores gritan, los cuerpos se retuercen y
Empezó pintando paisajes elementales desangran; en un clima que, además, provo-
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en discos viejos que compraba a dos centavos, ca definir como superexcitado”.


para después venderlos por las calles. De ahí En septiembre de ese año, Mejía ganó
pasó a pintar en madera y, más tarde, en tela. el primer premio en el XVII Salón de Artis-
tas Colombianos con su pintura —que, a la
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Su temática se caracterizó por una ele-


mental simplicidad en la que abundan los postre, es la más famosa— La horrible mujer
barcos a vapor del río Magdalena (que le re- castigadora. Esta, según Traba, “es un cuadro
cordaban su infancia pasada en pueblos ribe- magnífico que corta la respiración”, pues en
reños); los buses urbanos dentro de un apre- él es fácil reconocer
tado conglomerado de casas y edificios con […] su inteligencia y su talento para componer,
nombres propios; y, en especial, los paisajes dibujar, colocar el color, inventar la forma, o
de selva tropical habitados por micos, lagar- el movimiento; prevalece ese avasallador barro-
tos, culebras, pájaros y las flores multicolores quismo; esa impresión de que es una fuerza, de
de su imaginación, que dejan entrever las en- que pinta fluida y obligatoriamente para respi-
señanzas del aduanero Rousseau. rar y sobrevivir él mismo, hasta que descarga e
197 Creación
Norman Mejía. Sin título. Óleo sobre lienzo. 2005.

instala esa masacre en un lienzo y toda su vida que predominaban hasta ese momento y
secreta queda trasmitida, sin trucos, ni recor- frente a las cuales solo Obregón desentona-
tes, ni temores, en una tela (Mirar en Bogotá, ba por la enérgica vitalidad de sus lienzos,
pp. 311-312). los cuales, no obstante, estaban aún inscritos
Aquel momento marca el punto cimero en una tradición expresionista convencional.
en la obra de este artista radicado desde jo- Cuando ganó el salón, Mejía era un
ven en Barranquilla, uno de los pocos que ha joven revolucionario lleno de las ideas que
logrado el reconocimiento nacional antes de había desarrollado durante su permanencia
cumplir los treinta años. en España. Allí, se discutían los hallazgos
Su obra dio comienzo a una profunda del expresionismo abstracto de la Escuela
transformación en la pintura colombiana. Se de Nueva York, en la cual sobresalía Willem
puede señalar a Mejía como el precursor en de Kooning, cuya obra ejerció una saludable
la costa caribeña (y en el país) de una pintura influencia.
contestataria, crítica, enfrentada a las mani- Recordemos su serie, de principios
festaciones complacientes, más académicas, de la década de los cincuenta, Mujeres:
desfiguradas, distorsionadas por pincelazos En su obra más reciente, hay preocupa-
estridentes de carácter gestual y textura ma- ciones de orden celeste, con una inclinación
térica. Más que crear, de Kooning destruye abstracta o simbólica que revela las transfor-
las imágenes femeninas caracterizadas como maciones del sol (por ejemplo, en combina-
seres brutales, inquietantes, que amenazan al ciones de formas esféricas y elementos mági-
espectador. cos) y la misma intensidad cromática que ha
El premio en el salón suscitó una nece- caracterizado su trabajo artístico.
saria polémica, pues no solo era un artista
desconocido que irrumpía en el ámbito na-
cional con una obra que causó estupor entre Álvaro Barrios: una
los asistentes, sino que, además, desplaza- visión ecléctica del arte
ba figuras de predominio, como el mismo
El impulsor del arte conceptual que se
Obregón, Ramírez Villamizar, Fernando Bo-
instituye en la capital costeña a partir de
tero, Edgar Negret, Hernando Tejada, Juan
la década de los setenta es Álvaro Barrios
Antonio Roda o Armando Villegas.
(Cartagena, 1945), artista cuya obra ha fluc-
Salvo contadísimas excepciones, hasta tuado entre un dibujo delicado de hábil eje-
aquella fecha era aún desconocida en Bogo- cución y la elaboración de objetos de arte
tá, y el resto del país, la producción de los que se inscriben en la modalidad de cajas
pintores caribeños. Mejía es el artista que con paisajes que sugieren el arte kitsch (por
convoca las miradas hacia la región y origina la utilización de elementos cursis y popula-
un proceso de apertura y relevo generacional res) y tintes surrealistas.
de aliento innovador en la plástica costeña.
Su obra ha sido invitada a recurrentes
Sin embargo, al año siguiente, Obregón muestras de arte hispanoamericano del deno-
y Ramírez Villamizar volvieron a un pedes- minado arte conceptual o de sistemas, nombre
tal de honor cuando ganaron el premio en genérico de todas las manifestaciones del arte
pintura y en escultura, respectivamente. Dos de ideas, como se ha llamado también, pro-
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premios que, en opinión de Marta Traba, puesto para resumir todas estas tendencias.
fueron el fruto de un “fallo conservador y
decepcionante para los artistas jóvenes”. A En el campo del dibujo ha sido también
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partir de este, el XVIII Salón de Artistas experimental. No se ha contentado con plas-


Colombianos (1966), aparecen por primera mar una realidad objetiva o la reproducción
vez en el panorama nacional los nombres de idéntica de sus modelos, sino que ha incur-
Álvaro Barrios, Darío Morales y Hernando, sionado en el vasto dominio del arte con
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Momo, del Villar. una visión ensayística, de tendencia eclécti-


ca, que incluye una amplia gama de canales y
En dos de sus series, Matrimonio del
una temática que insiste muchas veces en el
cielo y el infierno y Metamorfosis del sol,
aspecto onírico de una realidad diferente a
trató una temática de sugerencias etéreas y
los estados de vigilia.
cálidas resueltas con base en manchas de co-
lores intensos, aunque es evidente que han Su trabajo se orientó desde el princi-
perdido la tensión violenta y esa fisicalidad pio hacia temas que especulan con aspectos
carnosa del ser humano de que estaba im- esotéricos de la cultura costeña, represen-
pregnada su pintura cuando fue objeto del tados en tonalidades sepia, favoritas de Ba-
premio nacional. rrios por algún tiempo. Después, trasladó
su interés hacia la obra de artistas diversos Parrish, casi olvidado por los actuales
en variaciones sobre temas conocidos en la historiadores del arte, fue uno de los más
historia del arte y amplió así la gama de sus populares pintores en la década de los tre-
preferencias colorísticas. inta. Es más, en un número de febrero de
1936, la revista Time informó que las repro-
En su producción es fácil detectar
ducciones a color más vendidas en los Es-
imágenes del pintor Maxfield Parrish. La
tados Unidos correspondían a Van Gogh,
tierra mágica del estadounidense está llena
Cézanne y Parrish. Una explicación a este
de genios, gnomos, héroes míticos, ninfas
aparente olvido se debe a que el pintor fue
o seres idealizados enmarcados por estruc-
básicamente un ilustrador, sobre todo de re-

199 Creación
turas arquitectónicas clásicas o castillos en-
vistas como Life y Collier’s.
cantados. La obra de Parrish remite al pa-
sado, como en algunas obras de Barrios, y Pero el uso de colores esplendorosos,
proporciona una sensación de nostalgia por la luminosidad de sus cielos estrellados y
los sueños infantiles, el encanto y el idea- las hermosas figuras femeninas se podrían
lismo perdidos en una época de violentas observar, por ejemplo, en la fotografía de
confrontaciones sociales. películas como Bilitis, del director y fotógrafo

Álvaro Barrios.
David Hamilton, y la escenografía de colores de una idea que nació ante la necesidad de
centellantes y fosforescentes de Encuentros ampliar sus trabajos a espacios tridimensio-
cercanos del tercer tipo. nales. Son cajas de vidrio con composiciones
interiores (escenas de juegos, danzas o ritua-
Los dibujos de Barrios han asimilado
les) hechas con figuritas plásticas, escarcha,
algo de esta luminosidad estelar, incluida la
reproducción casi literal de una mujer que algodón y otros ingredientes que suelen es-
saluda al universo con los brazos extendi- timular el humor del observador, sin olvidar
dos que pintó Parrish para un calendario en en ellas el dibujo preciosista que caracteriza
1919. Dentro de esta misma línea encontra- su producción.
mos su Ofelia, que es una réplica del cuadro Sobre el tema de las cajas, Barrios dijo
de Sir John Everett Millais, uno de los pre- en una entrevista:
rrafaelitas de mediados del siglo XIX en In-
“[…] en 1969, cuando me vine para Barranqui-
glaterra, aunque el dibujante modificó sus- lla, pasé de las tiras cómicas a hacer dibujos
tancialmente la naturaleza que rodea a esta en negro, blanco, sepia con toques de escar-
heroína shakesperiana para transformarla de cha, collages, objetos pegados y, después, las
un follaje espeso a una ambientación de cien- primeras cajas. No había visto las cajas de
cia ficción que incluye flores-reflectores, in- Cornell, me gustan, pero no es el tipo de obra
crustaciones de cristales por donde resbalan que inspiró las que yo hice. Lo que me lanzó
gotas de agua y gnomos de cuentos de hadas. hacia este tipo de trabajo fueron las tarjetas
Las variaciones que hizo del tema de de aniversario muy kitsch que parecían forra-
San Sebastián, en este caso de Antonio del das, se abrían y aparecían unos ramilletes de
Pollaiuolo —artista del Renacimiento italia- flores, unas manos, algo así como los dibujos
animados que pueden venir de la época victo-
no—, son una innovación, por cuanto no se
riana. Todas estas ilustraciones también tienen
trata aquí del aspecto religioso, sino de una
relación con mi infancia, en ella tuve también
referencia a los martirios a que está sometido
dibujos animados. Las cajas eran la solución
el ser humano en cualquier época.
técnica a la marquetería, les agregué luz eléc-
Enero-Diciembre 2014

Sus figuras torturadas irradian una sen- trica, cielos profundos, presencia de estrellas
sualidad plácida justo en el momento del para darles un mayor valor cósmico a la obra;
sufrimiento. La selección de artefactos cru-
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y la técnica me ayudó a darles un mayor valor


eles ha sido ampliada para cobijar, además conceptual”. (Entrevista inédita con Álvaro
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de flechas, los rayos láser, planchas eléctri- Suescún, en Barranquilla).


cas y elementos surrealistas, como cascos de En 1972 se conocieron en el país los
motociclistas o velos de novia. También ha primeros grabados populares de Barrios.
extendido las posibilidades visuales para in- Se trataba de reproducir en un periódico el
troducir fotografías retocadas y coloreadas a dibujo original para convertirlo así en una
mano que se ponen al servicio de una idea modalidad de las artes gráficas con alcance
específica, como es, en este caso, el martirio masivo. La propuesta no tuvo el eco espe-
de San Sebastián.
rado, pues es difícil juzgar su efectividad
En sus Cajas, inspiradas en los pesebres frente a la competencia de carteles de sub-
navideños, se revela el artista experimental, yugantes colores o de mujeres sensuales de
que ha sido la corriente subterránea latente revistas eróticas que pululan en el mercado
en su trabajo. Llamados de manera genéri- y desplazan cualquier alternativa entre la
ca Paisajes iluminados, son la culminación imaginería del pin-up colombiano.
Sin embargo, no dejó de ser una intere- Ya no se trató allí de la iconografía deco-
sante propuesta que se oponía a la comercia- rativa que, con una buena dosis de técnica,
lización del arte en esta época de reproduc- saca a relucir cualquier pintor, ni de la re-
ción mecánica. Y, en el año 2006 el Museo producción más o menos anecdótica de una
de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York realidad elemental —acusada en su momento
adquirió la serie completa de los grabados como “arte famélico”—, sino del fruto de una
populares para su colección permanente. investigación minuciosa y de una imaginación
Álvaro Barrios es también un militante audaz puestas al servicio de la creación visual.
cultural. Frutos de su gestión han sido el I
Festival de Arte de Vanguardia, los Festivales
El Sindicato o la aventura

201 Creación
de Arte de Barranquilla y el Museo de Arte
Moderno en los años noventa, en asociación del arte conceptual
con María Eugenia Castro, y las muestras Un grupo protegido por Álvaro Barrios
que divulgan el arte visual de vanguardia que fue el primero que se lanzó a la aventura de la
se originó en Barranquilla. creación conceptual en Colombia. Lo cons-
Desde su puesto de combate, Barrios tituyeron en su etapa inicial Ramiro Gómez,
fue instrumental en el surgimiento de esta Efraín Arrieta, Carlos Restrepo, Alberto del
corriente, que se apartó de toda tradición Castillo y Aníbal Tobón.
estética en el país. En su calidad de profesor Giraron en su periferia Efraín Cortés,
de la Escuela de Bellas Artes de la Universi- conocido como “el pintor del Barrio Abajo”
dad del Atlántico, supo orientar a las jóvenes y Saulo Guerrero, un prometedor talento de
promociones en una dirección más experi- orden visual fallecido a temprana edad. Más
mental, y su influencia fue decisiva durante tarde ingresó el pintor Guillermo Aragón.
la gestación de dicho movimiento. Un día de junio de 1976 fundaron el Gru-
Los integrantes del grupo de arte El Sin- po de Arte Experimental El Sindicato, en el
dicato reconocen en su pensamiento una in- antiguo local de una asociación gremial de
fluencia que se remonta a las enseñanzas de trabajadores, de allí su nombre.
Barrios durante el periodo de aprendizaje de A principios de 1977 mimeografiaron
algunos de sus miembros. Posee, además, un
su único manifiesto, que en su introducción
espíritu soñador y vitalista que lo ubica en-
dice así:
tre las personas que más han contribuido a
formar a una generación que, en el contexto […] al asumir el papel de participantes-crea-
colombiano, se podría denominar “vanguar- dores en el proceso artístico, lo hacemos con
dista”, por sus intereses en un arte que riñe la seguridad de tener emociones que comu-
con la Academia, las convenciones estéticas nicar, realidades que presentar y objetos que
y el formulismo hueco y que se caracterizó representar; y asumimos todas las responsa-
por un énfasis más especulativo, con base bilidades y los deberes que nuestra actividad
en ideas y asociaciones que excluían las ten- artística nos participe; […] así mismo, nuestro
dencias artísticas que en Colombia suelen trabajo será llevado a cabo con honestidad y
reiterar —con aciertos muchas veces triun- en permanente defensa de la libertad y la ver-
fales— las mismas imágenes, dentro del arte dad; […] al decidirnos por el trabajo colectivo,
abstracto o el figurativo, pero que habían no estamos negando validez al trabajo indi-
embotado la receptividad del más paciente vidual en general, pero[…], en nuestro caso
de los observadores. personal, hemos llegado al convencimiento
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El Sindicato. Alacena con zapatos. Ensamblaje, 1978.

de que los esfuerzos colectivos nos compor- asumió una actitud crítica y decididamente
202 hojas universitarias/

tan resultados más generosos; […] al adentrar- original con un humor “mamagallista”.
nos en los terrenos de lo experimental, nos
Del mismo mes de junio data su primer
hemos visto obligados a hacer renuncia de
proyecto, denominado “Espacios de Acti-
metas fijas y de caminos convencionales, para
tud”. A partir de entonces, entregaron al
buscar objetivos más amplios y nuevas rutas
público alrededor de catorce obras con títu-
de tránsito para la comunicación...
los tan sugerentes como Aguinaldos, Fachada,
El colectivo se propuso, entonces, aco- Salón dentro del salón, Violencia, Barricada y su
meter una empresa que nunca antes se ha- obra premiada en el XXVII Salón Nacional:
bía intentado en el país: trabajar de manera Alacena con zapatos. Esta suscitó una enco-
colectiva el arte visual. Desde un principio nada polémica en Barranquilla que el país
recibió con sorpresa y un poco de escepticis- Cuenta Manuel Zapata Olivella que el
mo en cuanto a su valor artístico. Pero no 31 de octubre de 1946, en la tórrida ciudad
dejaba de ser una de las obras más desmitifi- ribereña de Barrancabermeja, descubrió un
cadoras y críticas que se hubieran hecho en cajón donde Nereo archivaba las fotos que
Colombia hasta aquella fecha. había tomado del río Magdalena, los bogas
Una costumbre singular del grupo fue de frágiles canoas y los lujosos vapores que
invitar a diferentes artistas para participar surcaban aquellas aguas arcillosas con caima-
en sus exposiciones. Si bien El Sindicato nes que se asoleaban en sus orillas.
tuvo aciertos indiscutibles en muchos de
“Cargado con aquel tesoro “cuenta el
sus trabajos, algunos de sus integrantes han

203 Creación
novelista”, deslumbré al jefe de redacción
producido una obra desigual que muchas
de la revista Cromos, de Bogotá”. Este, de
veces se estanca en la formulación gratuita.
inmediato, contrató al joven desconocido,
La característica que unificó al grupo en su
obra individual fue la utilización de residuos que sería uno de los pioneros de la repor-
industriales y domésticos, y la chatarra. tería gráfica en Colombia, autor de una
extensa colección de imágenes que cuen-
tan historias insólitas, la vida de nuestros
Nereo López, cazador de pescadores, entre redes y atarrayas, la de los
imágenes campesinos, con sus creencias religiosas y el
duro trabajo del agro, así como las ceremo-
Así como hay cronistas que escriben so-
nias de personajes anónimos o sus celebra-
bre el encadenamiento de sucesos que tejen
ciones folklóricas.
la historia de un país, hay también aquellos
que la cuentan en imágenes. El ojo clínico de Nereo supo captar los
Si recordamos el socorrido proverbio momentos fugaces de un juego infantil, el
chino de que “una imagen vale más que mil rostro feliz o la inocencia perdida de los ni-
palabras”, tendríamos que reconocer el valio- ños, así como la sensualidad de un desnudo
so patrimonio que significa para Colombia el femenino con sus implicaciones maternales
testimonio visual de un fotógrafo que, como o eróticas.
Nereo López, ha documentado durante más Ha cruzado el país desde la Guajira, en
de cincuenta años la vida, las pasiones, la ale- donde enfocó el perfil humano de los indios
gría y las zozobras de nuestra tierra. Nació en
wayuu, hasta el Chocó, con sus gentes de an-
Cartagena el 1 de septiembre de 1920, pero
cestro africano; desde los llanos orientales,
quedó huérfano a temprana edad, tuvo una
donde viven los centauros, hasta los caudalo-
infancia difícil y una adolescencia de preca-
sos ríos amazónicos. Asimismo, ha captado
rias condiciones económicas.
escenas cotidianas en ciudades como Mede-
Por una carambola del destino, la ca- llín, Bogotá, Cartagena o Santa Marta y en
rrera de administrador de cines que había villorrios extraviados de nuestra geografía
alcanzado en su edad primaveral dio paso a costeña y andina.
una vocación escondida que afloró cuando
supo que su destino estaba detrás de la cáma- Después trabajó como corresponsal de
ra fotográfica. Se matriculó en una escuela El Espectador, volvió como jefe de fotografía
por correspondencia de Nueva York y se de- de Cromos, fue estrella del diario El Tiempo
dicó a escudriñar los secretos de su interés y corresponsal gráfico de la revista brasilera
por las imágenes. O’Cruzeiro.
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Nereo López. Puerto fluvial de Barrancabermeja. Fotografía, 1957.


Por un azar del destino, o porque ha es- Después de una permanencia en Nue-
tado en el lugar correcto a la hora precisa, va York, a finales de la década de los noven-
participó en las aventuras del conglomerado ta, descubrió las bondades del computador
de periodistas, escritores, artistas y cazadores y del escáner para manipular sus trabajos.
que se reunían en La Cueva, el bar donde Nereo comenzó el siglo XXI en Nueva York
se gestó aquella tertulia que habría de cono- investigando el potencial de esta novedosa
cerse como el Grupo de Barranquilla, donde tecnología, que abrirá caminos asombrosos
coincidieron Gabriel García Márquez, Ale- en su actual producción fotográfica.
jandro Obregón y Álvaro Cepeda Samudio.
Ahí están los retratos de cada uno de ellos
El ojo poético de

205 Creación
para confirmar su presencia en un momento
histórico de la cultura colombiana. Leo Matiz
Con estos mismos personajes participó, Con la muerte de Leo Matiz, el sábado
en 1954, como actor y director de fotogra- 24 de octubre de 1998, se cerró un significa-
fía en la filmación de La langosta azul, uno tivo capítulo en la historia de la fotografía en
de los experimentos cinematográficos más Colombia y América Latina.
trascendentales, pues marca para la región el
Nació en 1917, en el mítico Aracataca,
comienzo de una de las disciplinas más com-
un pueblo bananero sobre las estribaciones
plejas entre las iniciativas artísticas.
de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde
El reportaje gráfico que hizo sobre Ra- también vio la luz por primera vez el nobel de
fael Escalona, el profeta del vallenato, en literatura Gabriel García Márquez diez años
La Paz (Cesar), es el único documento de más tarde. A los 16 años de edad, publicó sus
una época crucial para el desarrollo de esta primeras caricaturas en Barranquilla. Y, a los
música que se extiende actualmente por 20, fundó, junto con José Joaquín Ximénez,
el mundo entero. Más tarde, en 1968, fue el semanario Folletón, revista especializada
seleccionado para documentar la visita del en crónicas centradas en temas escabrosos y
Papa Paulo VI a Bogotá. De igual modo, via- polémicos, como la marihuana, la cocaína o
jó con la comitiva que celebró en Estocolmo las cabareteras de Bogotá.
el Premio Nobel a García Márquez, en 1982.
Ingresó a trabajar en el diario El Tiempo
Nereo es un fotógrafo inquieto, decidi- de Bogotá como caricaturista. Pero, cuando
do a experimentar técnicas novedosas. Por se necesitó un fotógrafo, no tuvo más reme-
eso, ha incursionado con el “ojo de pesca- dio que cambiar el lápiz y el pincel por una
do”, un lente de características especiales por cámara fotográfica. Así, de manera acciden-
su capacidad de captar un ángulo de 180 gra- tal, empezó su nueva vida.
dos, con el cual exploró el tema del círculo
Muy joven emprendió un peregrinaje
como figura estética.
por Centroamérica que lo llevó, primero, a
También inventó el término transfogra- Panamá, donde sobrevivió dibujando carica-
fía, para cobijar uno de sus proyectos más turas en los bares de la capital. A su paso por
significativos. Se trata de la combinación de Nicaragua, conoció a una mujer que decidió
imágenes a color como vistas a través de un acompañarlo en su recorrido. El día de su
caleidoscopio, aunque sin ningún subterfu- llegada a México, el 20 de agosto de 1940,
gio tecnológico, utilizando su destreza con la coincidió con el asesinato de León Trotsky y,
cámara y los recursos del cuarto oscuro. gracias a su amistad con el poeta colombiano
Leo Matiz . Monjas remando en el río Aracataca. Fotografía.
Porfirio Barba Jacob, obtuvo trabajo como fo-
tógrafo en la revista Así.
Su permanencia en México fue fructífera.
Con autorización del Ministerio del Interior,
ingresó como supuesto prisionero a la cárcel
de Mazatlán, sobre el Pacífico. Allí hizo un
reportaje gráfico sobre las condiciones de los
reclusos que se ganó el reconocimiento de la
prensa mexicana y, con ello, su aceptación en

207 Creación
los círculos más exigentes del país. Y en esta
coyuntura empieza su trabajo como fotógrafo
de rodajes cinematográficos a la par de céle-
bres colegas, como Manuel Álvarez Bravo y
Gabriel Figueroa.
De manera simultánea, expuso sus obras
en una galería de arte del Distrito Federal y
ganó el premio como mejor reportero gráfico
de México en 1945. De esta época datan sus
retratos de célebres personajes del cine y el
arte, como María Félix, Marc Chagall, Frida
Kahlo, Diego Rivera, José Clemente Orozco,
Luis Buñuel y Agustín Lara. Entre sus amigos
se encontraba el pintor y militante comunista
David Alfaro Siqueiros, que contrató sus ser-
vicios para una serie de fotografías que, más
tarde, utilizó en la elaboración de sus murales
sin dar crédito a su autor.
Como consecuencia del pleito instaura-
do por Leo Matiz y la reacción violenta de
Alfaro Siqueiros, se originó un escándalo que
terminó con su salida de México. Emprendió,
entonces, un recorrido por América Latina
contratado por la revista estadounidense Se-
lecciones del Reader’s Digest, para la cual logró
estupendas fotografías que imprimieron en
sus portadas.
La vida de Leo estuvo signada por los
acontecimientos históricos más trascendental-
es de su época. En 1948, como corresponsal
de la revista Life, se encontraba en la capital
colombiana cuando hizo erupción El Bogotazo,
a raíz del asesinato del popular y carismático
dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán. Herido
de bala en la contienda, acertó a estar en la veces inhóspitos y cuyas existencias, a través
misma clínica a donde llevaron herido al del penetrante ojo de Leo Matiz, adquieren
caudillo liberal. Y, allí, en medio del caos y una dimensión heroica de protagonistas vi-
la incertidumbre, tomó las únicas fotografías tales de nuestra tierra americana.
que se conocen de su cadáver.
Leo Matiz tenía un ojo especial para Alfonso Suárez: el
captar las imágenes más espectaculares o
poéticas de acuerdo con su estado de ánimo
cuerpo como vehículo de
y las circunstancias del momento. En 1960, expresión artística
radicado en Caracas, trabajó junto con su La modalidad del performance o de ac-
paisano García Márquez para las revistas ciones personales ha alcanzado significativos
venezolanas Elite, Páginas y Momentos. En niveles de calidad estética e imaginativa, tal
esta posición, obtuvo fotografías memora- como se advierte en los diversos trabajos que
bles de Juan Domingo Perón, Fidel Castro, han merecido premios en salones regionales
Louis Armstrong y del presidente Rómulo y nacionales de artistas, entre ellos Una cosa
Betancourt, herido en un atentado. es una cosa, de María Teresa Hincapié (Bo-
Como corresponsal de agencias noti- gotá), y Visitas y apariciones (1993), con cuyo
ciosas de Estados Unidos, sus fotografías performance ganó Alfonso Suárez (Mompox,
recorrieron el mundo ilustrando las pági- 1952) el primer premio en el XXXV Salón
nas de importantes diarios y revistas. En Nacional de Artistas.
calidad de fotógrafo para las Naciones Uni- Estas propuestas son el resultado del
das en Nueva York, se le encomendó, en largo proceso de experimentación e investi-
1948, la tarea de documentar en fotografías gación conceptual que se ha venido hacien-
el conflicto entre judíos y palestinos en el do en el país desde la década de los seten-
Oriente Medio. ta. En Visitas y apariciones, la figura de San
Entre sus hazañas se cuenta fundar la Gregorio Hernández, el fallecido médico
venezolano que muchos creen que es mila-
Enero-Diciembre 2014

primera galería de arte en Bogotá, donde


expuso por primera vez, en 1951, la pintura groso, llega y desaparece a través de mágicas
intervenciones que son, más que todo, el
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de quien sería tiempo después el célebre Fer-


nando Botero. retrato vivo de un personaje de nuestra mi-
208 hojas universitarias/ Número

tología popular. Suárez es uno de los artistas


Por sus indiscutidos méritos artísticos,
que con mayor elocuencia ha escudriñado la
Matiz ha sido considerado “el nobel colom-
utilización de su cuerpo como objeto y sujeto
biano de la fotografía”. Su paso por el siglo
de su trabajo artístico.
XX fue protocolizado en miles de imágenes,
que se constituyen en un valioso testimonio, Una de las obras que más ha incidido
no solo por sus composiciones abstractas como denuncia del crimen ecológico que
y los personajes famosos que captó con su atenta contra las playas caribeñas y el cau-
magistral lente, sino también, de manera dal del río Magdalena ha sido su trilogía Pe-
especial, por los paisajes urbanos o rurales sadillas de un hombre rana, seguido del álbum
que inmortalizó y por esos rostros de cam- fotográfico Sueños del hombre rana —con el
pesinos, indígenas, trabajadores, mujeres, cual ganó la primera mención en el X Salón
niños y ancianos que cuentan una historia de Arte Fotográfico Duchamp-Warhol en
diferente de sus vidas en lugares muchas Medellín (1991)—.
209 Creación
Alfonso Suarez. Fantasmata. Performance, 2000.

En Quejidos de un hombre rana (1994), madera en cuyo interior se observan astillas


explora tanto en un performance ejecutado de vidrio, clavos oxidados, muñecas rotas,
con una máscara de oxígeno como en una objetos plásticos desechados, en un intento
instalación de cajas oníricas sobre una capa por reciclar de manera artística los desper-
de arena de mar, la naturaleza agresiva de dicios que suelen contaminar las aguas que
la polución en el ser humano. Son cajas de circundan el puerto fluvial y marítimo. n

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